Procesos de aprendizaje 2011
SIGNIFICADO Y SENTIDO DE LA DOCENCIA
EN EL CAMPO DE LA FILOSOFÍA
Por José Luis Castrejón Malvaez
“La filosofía propiamente no se enseña, sino se expone, se difunde o se
debate, en conferencias, mesas redondas, cursos libres y otros vehículos o
medios menos sistematizados”. (Palencia, José I. “Sentido y enseñanza de la filosofía” p.
39)
H
ablar de docencia en la filosofía puede resultar fácil a
primera vista, ya que normalmente relacionamos a la filosofía
con la docencia. Y es que, así como lo señala Palencia
(1981), en ocasiones caemos en el círculo vicioso de crear filósofos para
enseñar filosofía, sin ninguna otra función que dar clases. Esto es, que
solemos relacionar a la filosofía con el mero acto de conocer por
conocer, sin tener alguna repercusión en la vida cotidiana.
Con este ensayo pretendo hacer un esbozo de lo que es la
docencia en el campo filosófico. Y al escribir ‘filosofía’, imagino que mi
lector piensa que se trata del clásico amor al saber. Sin embargo, aquí
me ciño a la propuesta de Sánchez Vázquez (1983) de la filosofía de la
praxis, como nueva práctica de la filosofía. Cuya idea-fuerza es unificar
la teoría con la práctica, es decir, que haya un saber que repercuta en
un hacer. Que tenga que ver una con la otra. Que privilegie su
1
Procesos de aprendizaje 2011
relación. Ésta filosofía ve el mundo como objeto de transformación. Se
trata de la inserción de la teoría en la transformación del mundo.
I. QUÉ SIGNIFICA ENSEÑAR FILOSOFÍA
Luis Villoro (1978), en Las dos caras de Minerva, defiende que las
funciones de la filosofía son, por un lado, un pensamiento liberal; por el
otro, un pensamiento de dominación. Y que, desde aquélla primera
cara, enseñar filosofía no consiste en la mera transmisión de información
sobre filósofos y sus tesis, sino que es poner al estudiante en el camino
del pensar, “pues la filosofía propiamente no conoce, piensa” (Villoro, p.
66). En consecuencia, el mayor error es convertir la filosofía en
adoctrinamiento, frustrando el espíritu crítico.
Personalmente esto me llena. Pues eso, precisamente, es lo que
me gusta hacer en las aulas: despertar la razón para fundamentar
creencias y afinar las capacidades inquisitivas de mis alumnos y
estimularles la reflexión. Ya quisiera que filosofaran de manera libre,
para que orientaran así sus acciones. Igualmente trato a veces a la
filosofía como metodología pues, con seguridad, a más de uno de mis
jóvenes alumnos, la filosofía no les llama a nada. Y es precisamente
para ellos que Palencia (1981) enseña que filosofar es transmitir un
método que responda a la esencia del filosofar: la crítica.
Con esto no quiero decir, sin embargo, que exista una sola
práctica docente para enseñar filosofía, pues, según Sánchez Vázquez
2
Procesos de aprendizaje 2011
(1983), existe una pluralidad de ellas. Cada una con un contenido
teórico e ideológico propio y una toma de posición distintiva, que es la
condición para una posibilidad crítica más seria. Desde esta
perspectiva, la filosofía ayuda a no dejar el mundo como está; o bien,
fundamenta su rechazo o ayuda a su transformación, Es decir, la
filosofía culmina en una práctica. Y es precisamente en la toma de
postura del hombre frente al mundo, donde la filosofía toca directa o
indirectamente los problemas que afectan la vida (social y política) del
hombre. Por lo tanto, enseñar a filosofar es ayudar a adquirir un método
que ayude a realizar críticas desde diferentes teorías filosóficas.
Resumiendo: ser docente de Filosofía, no radica en enseñar filosofía,
que es lo que comúnmente se hace, es decir, es mera transmisión de
conocimiento, sino lo que se debe hacer es enseñar a filosofar, o sea, a
pensar. La docencia en este campo es, pues, lo que se debe enfocar,
desarrollar el pensamiento. Pero, ¿por qué y para qué enseñar filosofía?
II. PORQUÉ Y PARA QUÉ ENSEÑAR FILOSOFÍA
Ahora bien, en este punto tal vez haya una pregunta fundamental, que
mi lector quiera formularme: ¿Por qué y para qué enseñar filosofía? En
otros términos: ¿Cuál es el sentido de enseñar filosofía?
Por de pronto, se me ocurren las siguientes respuestas.
Primeramente, porque la filosofía contribuye a señalar el puesto del
hombre en su relación con la naturaleza y la sociedad. Segundo, para
3
Procesos de aprendizaje 2011
evitar el dogmatismo, es decir, la osteoporosis intelectual, eso de creer
en algo que no está fundamentado. Tercero, porque existe la
necesidad de un pensamiento reiterativo, pero no como instrumento de
dominación, sino para eliminar la conformidad ideológica; para
satisfacer la necesidad de autenticidad y libertad o, como dirá el mismo
Villoro (1978), para tener un cambio de vida a una “vida buena”.
Cuarto, en el mundo actual, podemos decir que enseñar a filosofar, nos
sirve para dar sentido a la historia como medio de supervivencia ante
una racionalidad funcional. Así, enseñar a filosofar nos puede ayudar a
encontrar respuestas de la situación del mundo en momentos difíciles:
querer ser racional en tiempos de irracionalidad. Y quinto, enseñar
filosofía es una forma de contribuir a la emergencia de la conciencia,
que evita una conciencia egoísta e inmediata, fatalista o irracional. En
este punto surge una pregunta fundamental respecto al método. Que
es una cuestión a la que procuraré dar una respuesta en el último
apartado de mi trabajo.
III. CÓMO ENSEÑAR FILOSOFÍA
Por experiencia, tengo por cierto que la docencia de la filosofía ofrece
una cierta libertad de cómo enseñar filosofía. No obstante, para esta
libertad de cátedra también creo necesario tener muy presentes
algunos aspectos, ya que independientemente del modo de enseñar se
debe remarcar lo siguiente: 1) exponer las ideas del tema lo más claro y
estructuradamente que se pueda. 2) Tener un punto de vista propio y
4
Procesos de aprendizaje 2011
tener una postura determinada pues, si se oculta éste, puede crear
confusión; eso sí, la posición debe ser argumentada, fundada y puesta
en confrontación con otras posturas. Para mí es claro que, como
docente, no debo imponer criterios o pensamientos propios, sino ofrecer
toda diversidad de filosofías disponibles para el alumno. Y 3) que va de
la mano con el punto anterior, es el de no presentar un tipo de
sincretismo raro de filosofías, es decir, evitar la homogeneidad como
resultado de la integración de filosofías. En otras palabras, evitar crear
un coctel de filosofía.
Sin embargo, pienso que la docencia filosófica implica la apertura
del docente a todo tipo de doctrinas, antiguas y actuales, sobre la
filosofía. Así, uno no se queda con conocimientos particulares, que
involucren únicamente fines propios, sino que se puede hacer que el
alumno se pare desde tal o cual perspectiva para que pueda observar
todo desde distintos puntos de vista. Seguramente, con esta actitud, el
docente de filosofía, en verdad ayuda a darle sentido al aprendizaje
filosófico del alumno, puesto que la filosofía como ciencia universal, no
puede ser reducida a un mero programa curricular. Para mí es parte
fundamental que la docencia de la filosofía se tenga como fin en sí
misma, porque la filosofía, tal como la conozco desde los filósofos
clásicos griegos hasta los modernos, no siguen parámetros o
lineamientos para la enseñanza de la filosofía; sino que, por el contrario,
5
Procesos de aprendizaje 2011
siguen procedimientos diversos. Aquí lo fundamental, como en todo, es
estar redescubriendo y rehaciendo el propio pensamiento.
Desde aquí, la filosofía no podrá ser ensañada como cualquier
ciencia. Porque ya bien lo formuló Kant en su Crítica de la razón pura:
“se puede enseñar a filosofar, pero no enseñar filosofía”.1 Sin duda que
para la enseñanza de la filosofía, primero hay que ofrecer y presentar
toda la amplia gama de pensamientos, para que después, el alumno
desarrolle su ser filosófico a través del ejercicio de la propia razón.
CONSIDERACIONES FINALES
Considero muy importante el papel de la filosofía en la formación de las
personas. De ahí que, para mi labor como docente, me es fundamental
la propuesta que se hace al buscar una aplicación práctica a la
filosofía, sobre todo, porque frecuentemente es vista como un
conocimiento ya dado, del cual no se puede esperar nada más. Desde
mi ejercicio docente, debo devolverle a la filosofía la fuerza de un motor
que impulsa el cambio. Mi propósito será el de dejar de enseñar filosofía
y enseñar a filosofar. Para mí es claro que la importancia que el alumno
le dé a la filosofía y a su aprendizaje, depende de la importancia que
yo, como docente, preste al cultivo de este campo. Y me digo: una
filosofía, sin una verdadera guía, no podría ser nunca un verdadero
1
KANT, Emmanuel, “Critica de la razón pura”, II Metodología trascendental, sección tercera,
Arquitectónica de la razón pura.
6
Procesos de aprendizaje 2011
objeto de estudio, pues si no es guiado, se perdería entre la razón y lo
imaginario, entre lo objetivo y lo subjetivo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
A. Fuente:
YUREN CAMARENA, María Teresa (1995). “La didáctica de la filosofía: una
estrategia de educación valoral” en: Benítez, Laura y José A. Robles, Memorias
I-VIII. Congreso Nacional de filosofía, México: AFM- UAA, pp. 333- 339.
B. Obras de consulta:
1. KANT, Emmanuel (1997). “Arquitectónica de la razón pura” en:
Crítica de la razón pura. Tomo II, 3ª ed., México: Colofón, pp.200-
207.
2. PALENCIA, José I. (1981). “Sentido y enseñanza de la filosofía” en:
Foro universitario, Nº. 15, época 2. México: UNAM, pp. 33-51.
3. SÁNCHEZ VÁZQUEZ, Adolfo (1983). “La filosofía de la praxis como
nueva práctica de la filosofía”, y “Por qué y para que enseñar
filosofía” en: Ensayos marxistas sobre la filosofía e ideología,
México: Océano, pp. 33-46 y 71-86.
4. VANDEWALLE, Bernad (2004). “Aprender a pensar” en: Kant.
Educación y critica, [Trad. del Francés de Horacio Pons], Buenos
Aires: Nueva Visión, pp. 49-86.
7
Procesos de aprendizaje 2011
5. VILLORO, Luis (1978). “Filosofía y dominación” en: Nexos, Año 1. Nº
12, Dic., México, pp. 63-76.YURÉN CAMARENA, María Teresa (1995).
“Educación conforme a valores” en: Eticidad, valores sociales y
educación, México: UPN, pp. 333-339.