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Reportaje de Linares Nuevo Leon Pueblo Maxico

El documento describe la historia y atracciones del Pueblo Mágico de Linares, Nuevo León. Linares jugó un papel importante en la evangelización y desarrollo comercial del noreste de México. Hoy en día, Linares atrae turistas con su arquitectura colonial y sitios como la catedral, haciendas históricas, museos y parques naturales. La feria anual de Villaseca es una celebración popular que atrae a visitantes a disfrutar de la cultura y hospitalidad de Linares.

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Reportaje de Linares Nuevo Leon Pueblo Maxico

El documento describe la historia y atracciones del Pueblo Mágico de Linares, Nuevo León. Linares jugó un papel importante en la evangelización y desarrollo comercial del noreste de México. Hoy en día, Linares atrae turistas con su arquitectura colonial y sitios como la catedral, haciendas históricas, museos y parques naturales. La feria anual de Villaseca es una celebración popular que atrae a visitantes a disfrutar de la cultura y hospitalidad de Linares.

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REPORTAJE DE LINARES NUEVO LEON PUEBLO MAXICO

Entre los siglos XVII y XVIII, consecuentes a la conquista española, se sentaron las bases de la religión y la mezcla cultural que
definiría en adelante la historia de México. Por ello, se establecieron en territorios estratégicos misiones y edificios de servicio
público. Donde antes se adoraban dioses indígenas, se construyeron capillas, iglesias y catedrales con altares dedicados a una deidad
desconocida.
Por supuesto, la resistencia de los pobladores originales no fue poca; de ahí la importancia del arduo trabajo de los frailes, que
lucharon por mantener sus bastiones evangelizadores a flote. Precisamente la Diócesis de Linares, en el Pueblo Mágico del mismo
nombre del Estado de Nuevo León, tuvo un papel protagónico en la formación del noreste mexicano, en el sentido religioso y
comercial.
Por ende, Linares es un sitio lleno de tesoros arqueológicos y novohispanos; como primera sede episcopal del estado, su Plaza de
Armas congrega los edificios emblemáticos que le dieron un lugar primordial en la historia de México: la Catedral de San Felipe
Apóstol, el Palacio Municipal, la Botica Morelos, el Casino y la Capilla del Señor de la Misericordia.
La prosperidad comercial vivida por los linarenses se ve reflejada en sus haciendas, sobre todo en la Ex Hacienda de Guadalupe, que
desde su construcción a finales del siglo XVII ha sido ocupada para la producción de artículos tan diversos como maíz, frijol, naranjas,
ganado, leche, y por supuesto, caña de azúcar, de la que Linares llegó a ser el primer productor a nivel nacional durante el siglo XIX.
Es así como el Pueblo Mágico de Linares se ha constituido como un interesante lugar lleno de belleza arquitectónica e interés
histórico, sumado a la vida cultural que se desarrolla en sus calles, teatros, museos y centros culturales, que junto a la calidez de los
linarenses forman un agradable ambiente aderezado con su clima promedio de 22 grados durante todo el año.
Qué visitar en Linares Pueblo Mágico
Linares tiene una Plaza de Armas tan rica en historia como pocas en el país. En su costado oriente, se levanta imponente la Catedral de
San Felipe Apóstol, que tras siglos de alianzas y traiciones se constituyó como el hogar de la primera sede episcopal del noreste desde
noviembre de 1962. Este templo fue construido en 1715 en la tradición barroca de la época, con altas cúpulas y una bella fachada
recubierta de cantera. Su enorme torre corona de manera espléndida el paisaje del pueblo, una mezcla arquitectónica que abarca desde
la Colonia hasta el Porfiriato.
A un lado de la enorme iglesia se levanta el Palacio Municipal, elegante construcción que representa un digno ejemplo de arquitectura
neoclásica que tras una profusa reparación ha sido merecedora de importantes premios en el ramo. Las gruesas columnas de su patio
central retumban con la música del guitarrista clásico español Andrés Segovia, al marcar cada hora el reloj de la hermosa fachada
color arena.
Al otro lado de la plaza se encuentra el Casino de Linares, construido en 1927 y cuya arquitectura está inspirada en el Teatro de la
Ópera de París. Con sus numerosos pero sobrios ornamentos, es considerado el edificio más bello de la ciudad. A finales del siglo
XIX, la Sociedad Recreativa de Linares, donde se juntaban los personajes más prominentes de la época, volvió necesaria la existencia
de un edificio adecuado para sus reuniones, función que cumplió cabalmente durante casi todo el siglo XX. Actualmente es un sitio de
interés turístico, y además se utiliza para la realización de eventos especiales.
Un gran contrapunto a la arquitectura de Linares es la Botica Morelos, con los motivos indígenas en la decoración de su fachada.
Resulta increíble que con sus casi cien años de existencia continúe surtiendo los remedios y recetas de los linarenses, que pueden
caminar entre el mobiliario original y la preciosa colección de pomos y envases de cerámica finamente decorados que contienen las
esencias, hierbas y aceites utilizadas por el boticario para combatir el mal de ojo, el susto, la menopausia, el empacho y hasta la
depresión.
También en el centro, el Museo de Linares es un extraordinario sitio donde confluyen 200 piezas que reflejan el carácter dinámico de
la historia de la región en un bello edificio de 1,600 metros cuadrados construido a finales del siglo XVIII para fungir como casa
habitación de la familia Del Valle. En 1997 fue restaurado para fungir como el museo del pueblo, y abarca desde la prehistoria con los
fósiles mostrados en su patio, petroglifos y piedras talladas por los primeros habitantes de la región, hasta el siglo XX que se exhibe a
través de los muebles, vestimentas, el glamour y la bonanza de sus pobladores.
En la Casa de Cultura de Linares también es posible sumergirse en los aspectos intangibles del pueblo, a través de exposiciones, obras
de teatro, talleres y una nutrida biblioteca.
Una de las construcciones más nobles de Linares es la Capilla del Señor de la Misericordia, robusto edificio de cantera con un
campanario que por su fortaleza varias veces sirvió como refugio contra las incursiones de indígenas hostiles, en especial de los
apaches. En este pequeño templo habita una imagen de Jesús Crucificado conocida como el Cristo de la Misericordia, protector de los
linarenses, además de valiosas composiciones pictóricas de enorme valor histórico y estético.
Lo imperdible en Linares Pueblo Mágico
Linares no es solamente sus hermosos edificios; a su alrededor existen varios destinos naturales que ofrecen magníficas vistas y
recreación a sus visitantes. El más enfocado al turismo recreativo es el Parque El Nogalar, en cuyas instalaciones se puede disfrutar
de albercas, toboganes, río lento, palapas, asadores, zonas para quedarse a acampar, y el fascinante Museo Geológico de Linares, que
exhibe interesantes restos fósiles de mamut y otros animales del Pleistoceno encontrados en la zona.
Casi veinte kilómetros al noreste de este Pueblo Mágico, la Presa Cerro Prieto se ha convertido en un sitio muy socorrido por los
turistas para practicar la pesca deportiva de especies como bagre y mojarra, y practicar deportes acuáticos como el kayakismo, además
de disfrutar en sus albercas, restaurante y asadores.
Un sitio imperdible para comprender la historia de la pujante vida comercial de Linares es la Ex Hacienda de Guadalupe. En un inicio,
perteneció al capitán Alonso de Villaseca, un rico minero español, que fundó el edificio en 1667 y lo donó a los jesuitas para
apoyarlos en su misión evangelizadora.
Durante un siglo sus paredes estuvieron inundadas por los rezos y novenarios dirigidos a San Ignacio de Loyola, hasta que en 1767 los
jesuitas fueron expulsados de la Nueva España y la hacienda quedó en manos de la familia Urquijo, que se ocupó de transformarla en
productora de maíz, frijol y naranjos en sus fértiles tierras regadas por el caudal del río Pablillo.
Otro siglo pasó, hasta las tropas revolucionarias mellaron el rostro del país con cañones y revueltas, y la Hacienda de Guadalupe no se
salvó. Al terminar la revuelta, el reparto de tierras provocó que don Remigio Aguayo Rojo, en ese entonces el propietario, perdiera
parte de las 31,000 hectáreas del terreno. Después de aquellas vicisitudes, la economía se recuperó con el cultivo de caña, maíz y
frijol, así como la cría de ganado, y en los siguientes años se convertiría también en una importante productora de leche.
Para la década de los 50, la hacienda había cambiado de nuevo de giro, y ahora se dedicaba exclusivamente a la distribución de
naranjas; desgraciadamente, la bonanza económica llegó a su fin cuando la fruta comenzó a escasear, y tras un breve intento de rescate
por medio del maíz y los forrajes, el gobierno mexicano volvió a expropiar las tierras y redujo la propiedad a cinco hectáreas,
correspondientes al casco de la hacienda.
A partir de entonces, el edificio comenzó a mostrar signos de deterioro en sus paredes de sillar, el techo, las vigas y hasta en la iglesia,
hasta que en 1981 la Universidad Autónoma de Nuevo León adquirió la propiedad y la mandó a restaurar para convertirla en su
Facultad de Ciencias de la Tierra.
Otra construcción que no se puede dejar de conocer en Linares es el Acueducto, de cinco metros de alto y 110 de longitud, única en la
región por su estilo y técnica arquitectónica. La singular obra hidráulica cuenta con 33 arcos tipo Tudor, ojivales, de piedra muy bien
trabajada. El hallazgo más importante sobre esta obra de ingeniería se encuentra en su parte más baja, donde están los restos del
asiento de una rueda motriz (hoy desaparecida) que al girar generaba el movimiento de las poleas y ejes del molino, que muy
probablemente se utilizaba para moler cañas de azúcar en la importante industria del siglo XIX.
El pueblo de Linares ofrece a sus visitantes varias opciones para conocer sus edificios y rincones emblemáticos, como los paseos
dominicales y nocturnos. En los primeros, también conocidos como Linares de pinta, se puede disfrutar en bicicleta o a pie una visita
guiada a través de los edificios del centro histórico, además de una muestra artesanal y gastronómica. En los segundos, llamados Tour
de leyendas, además de los edificios principales se puede recorrer el Antiguo Teatro Benítez, que de 1940 a ya entrados los 80 fue el
principal centro de espectáculos de Linares.
La mejor época para visitar este Pueblo Mágico es durante la Feria de Villaseca, en honor al Cristo de Villeseca, de la Hacienda de
Guadalupe, que tiene lugar cada año del 23 al 31 de julio. Esta enorme fiesta abarca toda la ciudad de Linares, en la que se realizan
charreadas, carreras de caballos y peleas de gallos, se corona a la reina del pueblo y se celebra con música regional, concursos de baile
y fuegos pirotécnicos. Se instalan numerosos juegos mecánicos, así como stands de antojitos gastronómicos y artesanías.
Como punto culminante de esta feria se entrega la Tambora de Villaseca, distinción del cabildo de la ciudad a los linarenses
distinguidos que con sus obras hayan destacado en alguna actividad. Entre los más famosos que han recibido este honor se encuentran
los Tamborileros de Linares, que han llevado la música tradicional hasta países del lejano Oriente, a Europa y a Estados Unidos. Al
finalizar la fiesta, se realiza el concurso del Novillo Gordo.
Es tan importante la música para los linarenses que tienen un día dedicado a la Tambora y el Clarinete en abril, en el que celebran la
larga tradición de estos sonidos que le han brindado identidad al pueblo por medio de los siete ritmos de la tambora acompañada por
dos clarinetes: vals, polka, chotís, redova, bolero y norteño. Por el mismo motivo, se conmemora cada 19 de febrero el aniversario
luctuoso de Homero Guerrero de la Cerda, miembro de la célebre agrupación Los Cadetes de Linares.
Por último, entre octubre y noviembre se lleva a cabo el Festival Internacional de Circo de Linares, que presenta el trabajo de artistas y
compañías circenses de México y todo el mundo en las calles del centro y los alrededores, además de talleres y actividades alternativas
como ópera, conciertos de rock y shows de baile contemporáneo.
Qué comer en Linares Pueblo Mágico
En Linares se reunieron los alimentos nativos de la región citrícola del país, como la flor de azahar y el naranjo, y las costumbres
culinarias de los colonizadores españoles, franceses y sefarditas que llegaron desde el Medio Oriente atraídos por el potencial
comercial de la región, lo que dio como resultado delicias culinarias propias del norte mexicano: cabrito, cortadillo, barbacoa, quesos
y tortillas de harina, combinadas con platillos locales como las famosas tortas compuestas, hechas en pan suave bañadas en salsa de
jitomate con chorizo y rellenas de verduras con queso o huevo cocido.
La oferta restaurantera de Linares es vasta, y existen opciones para todos los paladares; entre los más conocidos se encuentran Los
Laureles, con su rico arroz azafranado, pastel de carne y lasagna; El Herradero, que prepara deliciosos cortes de carne y gorditas de
manteca; las pizzerías Pizza & Love y El Manantial de las Delicias; y el Tierra Noreste, que sirve platillos tradicionales con
presentaciones de alta cocina.
Qué comprar en Linares Pueblo Mágico
Una visita a Linares no está completa sin probar las famosas Glorias, envueltas en su típico celofán de color rojo, y elaboradas con una
mezcla de leche de vaca o cabra, pero en estado "crudo" o "bronco", como se le llama en México a la leche obtenida directamente del
animal sin ningún proceso para su conservación, azúcar, nueces de castilla y bicarbonato de sodio. Si bien en Linares se puede
comprar glorias en casi todos lados, pues muchas familias se dedican a elaborarlas, la receta original, creada por doña Natalia Medina
Núñez a principios del siglo pasado le pertenece a la Marquetería La Guadalupana, que las distribuye a las dulcerías de todo el país.
Además, en este Pueblo Mágico se pueden comprar otros ricos dulces típicos elaborados con nueces, piñones, cacahuates, almendras,
pepitas, cacao, huevos, harina de trigo o maíz, mieles de piloncillo, de abeja, azúcar o aguamiel, coco, canela, frutas frescas o secas,
cactus o semillas. Las marquetas, el pan dulce de pasta hojaldre, la carne seca y el chorizo son otras delicias culinarias imperdibles
para llevar de Linares.
En cuanto a las artesanías, son célebres los productos de talabartería hechos con piel de cabra y de vaca, al igual que las figuras y
objetos utilitarios de madera y carrizo.
Para dormir en Linares Pueblo Mágico
Linares ofrece a sus visitantes hermosos y cómodos hoteles con servicios de lujo, para pasar unos días rodeados de la esplendorosa
belleza del centro histórico del pueblo. Entre estos se encuentran la Hacienda Real de Linares, con esplendorosas instalaciones, y el
Hotel Guidi, que ofrece amplias habitaciones y alberca al aire libre. El Ángel es un sitio más sencillo y barato, pero con una excelente
ubicación.

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