Articulo. EL DERECHO DE LA PROPIEDAD Y LA POSICIÓN INFORMAL
Articulo. EL DERECHO DE LA PROPIEDAD Y LA POSICIÓN INFORMAL
TRABAJO INDIVIDUAL
EL DERECHO DE LA PROPIEDAD Y LA POSICIÓN INFORMAL
TEMA
DERECHO DE PROPIEDAD
PRESENTADO POR:
CAMPOS HUAMAN BRITALDO
CURSO:
DERECHO CIVIL III
TUTOR ACADÉMICO:
Mg. PAMELA NIEVES PEÑA
CICLO: IV
DERECHO DE PROPIEDAD
RESUMEN
En este trabajo de investigación desarrolla el tema del Derecho de propiedad y el régimen jurídico del
mismo, en ese aspecto se toma como punto de partida lo regulado sobre el tema en el derecho peruano.
La propiedad sin duda alguna, ha sido uno de los presupuestos básicos para la creación de sistemas
jurídicos, y en función a ello se manifestado su aporte para el inicio de la industrialización. Los intereses
que giran en torno a esta institución son diversos tal como lo muestra el profesor Italiano Paolo Grossi al
afirmar que:
“Ningún discurso jurídico está quizás tan empapado de bien y de mal, tan sazonado por visiones
maniqueas como aquel que se refiere a la relación hombre-bienes. Porque son tan grandes los intereses
en juego que inevitablemente las opiniones económico-jurídicas vienen defendidas por las corazas no
corrosibles de las connotaciones éticas y religiosas”
Su régimen refleja la concepción filosófica de cada pueblo así como el factor que determina la estructura
de su organización. Así pues, de manera inicial se podría decir que en regímenes liberales se reconoce la
propiedad individual y la libre iniciativa privada del estado reduciendo a su mínima expresión la iniciativa
privada, basándose entonces la actividad económica en la planificación estatal.
Siendo esto así, precisar su concepto, alcances y limitaciones; determinar la legitimación de los titulares y
su reconocimiento por parte de los terceros, así como explorar los márgenes de la estabilidad
(protección) en el transcurso del tiempo, son ámbito de estudio necesario para tener una aproximación
básica sobre esta institución jurídica.
INTRODUCCIÓN
El derecho de propiedad es una institución jurídica que data de tiempos remotos en la historia de la
humanidad, pero que a su vez permanece vigente hasta el día de hoy y que se encuentra normado
dentro de sistema jurídico, sucesivamente surgieron interrogantes tales como: ¿ ha variado la concepción
de la propiedad en el desenvolvimiento de la historia? ¿Regulan los mismos aspectos sobre la propiedad
el Derecho Peruano y el derecho comparado? Incógnitas que se redujeron a una sola pregunta central
para la elaboración de la presente investigación que fue: ¿Cuál es el régimen jurídico del Derecho de
propiedad y la legitimación como institución?
Por otro lado los objetivos específicos fueron enfocados en desarrollar los aspectos y elementos propios
del Derecho de propiedad dados por la doctrina, así como precisar la variedad de formas de dicha
institución; Correlacionando la conceptualización con la legislación vigente en nuestro país.
RESULTADOS
1. DEFINICION DE PROPIEDAD.
Para brindar la definición de propiedad, es necesario indicar que en la amplia doctrina existente en
materia civil, específicamente en derechos reales, se han desarrollado a lo largo de la historia del
hombre, se puede encontrar una gran variedad de definiciones propuestas por diferente autores, las
cuales en principio parecieran ser similares, sin embargo las mismas pueden variar dependiendo del
contexto histórico y la corriente ideología seguida por el escritor.
En dicha doctrina, se puede observar quienes expresan que el derecho de propiedad es el derecho
real por excelencia, el más importante de todos los derechos reales, ya que el mismo supone ser el
principal, del cual se derivan todos los demás derechos reales.
2. DEFINICION DE DOMINIO
Dominio es el derecho más completo que el hombre puede tener sobre las cosas, el dominio
atribuye al titular un poder básico complejo y genérico, los más amplio posible respecto de una cosa,
que en principio es pleno, exclusivo y perpetuo y con tendencia a recuperar estos caracteres,
apenas cesen los motivos que le afectan, el dominio de la cosa se encuentra sometida a la más
completa voluntad y acción de la persona.
3. TÉRMINO DE ANALISISAPLICABLE.
Sin embargo, derivado de la exposición anterior, antes el uso de ambos vocablos, a lo largo de la
historia en diferentes exposiciones doctrinales ha existido una clara disyuntiva, en cuanto al término
correcto a aplicar, ante el ejercicio del presente derecho real; Rodríguez Montero y Concepción
Toledo, establecen que para poder observar la diferencia entre ambos vocablos, la propiedad de
enfocarse desde un punto de vista objetivo, como la relación de pertenencia del hombre sobre la
cosa; y de un punto de vista subjetivo, l dominio como la facultad de uso del hombre sobre la cosa.
a. Posición que deduce, que el uso del vocablo propiedad, evidencia el uso correcto, para
definir el derecho real, pues la palabra empleada refiere de una forma completa, amplia y en
justa dimensión la presente institución real. Según Julien Bonnecase quien define precisamente
el derecho propiedad como aquel Derecho Real dado en un medio social y organización jurídica
determinada; igualmente Azcarate citado por Puig Peña, sostiene, que la palabra propiedad
sirve para designar toda relación del hombre con la Naturaleza y todo poder pleno sobre ella,
mientras que el Dominio se debe aplicar únicamente al poder pleno, indiviso e ilimitado de la
persona sobre una cosa del mundo exterior.
c. Aunado a los dos puntos de vista indicados, existe una tercera exposición, que establece
que ambos vocablos suponen un sinónimo, el empleo correcto hace referencia al Derecho real.
Orchansky y Valdés, quienes indican que las palabras Dominio y Propiedad son sinónimos en el
lenguaje legal, ese poderío que ostenta el titular del derecho, y que le confiere una serie de
facultades de sometimiento del bien a su voluntad, de manera plena y absoluta.
1. ANTECEDENTES
Ante las palabras de Martin Wolf quien manifiesta que “como institución, la propiedad privada es uno
de los pilares en que se asienta nuestro ordenamiento social y jurídico”. Institución que se puede
encontrar a lo largo de la historia de la humanidad, es por ello que se hace necesario presentar la
recapitulación de la misma, en el transcurso de los años, y de esta manera poder entender en su
esencia el concepto de Derecho Real o Dominio.
Como se ha referido, a dichos conceptos van acompañado a la humanidad desde las grande
civilizaciones antiguas, los significados de estas palabras, han ido evolucionando juntamente con el
hombre, y es que han cambiado de la mano con la ciencia del Derecho, Castan Tobeñas, los
antecedentes de estos dos vocablos no presentan faces uniformes o rectilíneas, pues son
interpretadas de forma distintas en cada pueblo o civilización ha existido.
En los inicios del género humano, cuando el hombre era nómada y no sedentario, la propiedad no
existía más que en las ropas o herramientas de caza o de recolección que tenían los individuos de
diferentes grupos de la época. Por lo tanto no se podría encuadrar la palabra “propiedad” más allá
de lo que ellos podían llevar físicamente. Posteriormente la historia dela humanidad, cuando
comienza la actividad agrícola se da ese paso al sedentarismo, la palabra Dominio fue
extendiéndose más concretamente en viene físicos, pero con la distinción que el único que podía
ejercer la voluntad sobre la cosa, era el jefe o líder (por no extender la singularidad de cada
civilización en donde el poder lo ostentaba un patriarca), y por lo tanto el Dominio de las cosas. Cabe
recalcar que dentro de las diferentes épocas, cada civilización a apartado características al Derecho
de propiedad, en tal sentido se profundizará en la civilización y cultura pertinente al tema.
2. EVOLUCIÓN HISTÓRICA
a. GRECIA.
Ante el surgimiento de la propiedad individual, este no podía dejar de ser regulado por el
Derecho al igual que otras civilizaciones de la época, Arce y Cervantes, señala que en
Grecia del Siglo VII al VI antes de Cristo, es la época en que la propiedad familiar se
transforma en propiedad individual, probablemente primero que los bienes, Von Hayek,
concluye sobre esta civilización, que los Griegos influenciados por la escuela filosófica de los
estoicos fueron los primeros las bases de ciertos esquemas morales que más tarde el
pueblo romano difundiría por todo el imperio. En la Grecia clásica, fueron fundamentalmente
los espartanos quienes más se resistieron a ala revolucionaria introducción de las prácticas
comerciales. No solo desaprobó aquel pueblo la propiedad privada, sino que dudó incluso en
elogiar al robo.
b. ROMA.
La llamada civilización romana, o también conocida como la antigua Roma, para hacer la
referencia al pueblo que se desarrolló en la península itálica, que transcendió el espacio del
tiempo debido a la creación de instituciones vitales para el desarrollo del Derecho moderno,
específicamente de estudio que atañe a la presente obra, pues es en esta civilización que
surgen los vocablos de propiedad y Dominio junto a su definición, que tal como se
desarrollará atreves de este trabajo de investigación, estas instituciones permanecen
vigentes en la normatividad vigente actual.
En esta época es donde se forja la idea básica de la propiedad; se desarrolla en dos etapas:
a. Periodo arcaico. En este periodo es la familia. Gens la que tenía la titularidad sobre un
primitivo derecho sobre el suelo, teniendo frente a ella la PATER FAMILIS, quien era el
que tenía la potestad, la plenitud de sus derechos civiles (SUI IURIS). Por lo tanto, hubo
propiedad colectiva, pero privada y no pública, en el primer caso una propiedad
individual en el segundo. La propiedad individual es más un “poder” que una propiedad,
en el moderno sentido del término.
Desde el principio de la república, Roma ver crecer sus dominios a merced de las
conquistas, lo cual permitirá confiscar las tierras y dárselas a particulares, contra el pago
de una tasa anual. Esta situación de hecho se denomina POSSESIO, poco a poco
atribuye un verdadero derecho a quien consigue la ocupación, de forma que cada vez
más el derecho de propiedad de Estado se dibuja como un señorío técnico, un dominio
eminente.
Un carácter esencial de la época es la confusión entre los vínculos personales y los vínculos
reales. Las relaciones jurídicas son relaciones de fuerza “Tener” una cosa no significa ser su
propietarios, es muy difícil hablar de propiedad y propietario, sería mejor poner de lleve el
hecho de que sobre una misma tierra se superpone distintos derechos reales.
La aparición de los señoríos marca la aparición de una especia de “Jefes Rurales” que
gozan de casi total autonomía, llevándolos a confundir soberanía y propiedad.
Los “Potens” convierten los tributos del poder público en objeto de su propiedad privada,
adquieren derechos señoriales que son un signo de su poder, la propiedad se convierte en
objeto de su soberanía.
El grupo feudal es una especia de familia dilatada y los vínculos de hombre a hombre,
creados por la ceremonia del vasallaje, el vasallo debe ser “fiel” a su señor y éste deber
presentarle el “Auxillium” y el “Consillium” (consejo). Es así que el régimen de los feudos
interesa más al derecho privado que al público. Se convierte así en un régimen concreto de
propiedad que subsistiría hasta 1789, año en que la revolución francesa pondría fin
radicalmente a los feudalismos como afirma TOCQUEVILLE “terminando de abatir el
feudalismos que fue que se hizo notar la revolución”. Fue la revolución, que atreves de
varias leyes, suprimió los títulos nobiliarios, las deudas contraídas con los nobles y los
juicios nacidos por delitos cometido contra ellos, pero quizás las Ley más importante fue la
de exigir a los nobles la presentación de sus títulos de propiedad sobre la tierra para poder
conservarla o rescatar, lo que en la práctica fue una abrogación pura y simple, a favor de los
burgueses. Es la declaración de 1789 la que daría a la propiedad un carc0acter inviolable y
sagrado que se reflejaría en el Código civil francés de 1804.
E durante el siglo XIX, como señalamos anteriormente que surge la tesis de la propiedad de
la función social, la tesis que rompería con el carácter “sagrado e imprescriptible” que
´remedio darle el liberalismos a propiedad.
Como base de ésta tesis podemos señalar en primer lugar la crítica al carácter ala carácter
individualista de la propiedad; señalaba VON IHERING que “la propiedad no podía ser un
castillo e inaccesible…dejado al arbitrio…. De la incomprensión, el capricho a la terquedad y
el mas frívolo desaforado egoísmo del individuo” ya que la propiedad debía servir como un
elemento para el desarrollo integral de la sociedad. En segundo lugar podemos señalar la
creciente intervención por darle un estado en la economía, punto que se reflejaría con mayor
énfasis después de las guerras mundiales, como un primer ejemplo de lo dicho, podemos
señalar la Constitución de WEIMAR de 1919 que en su artículo 153 señala que “La
propiedad seria amparada por la Constitución. Su contenido y límites son fijadas ir las leyes.
La propiedad obliga. Su uso debe estar a la ves al servicio del bien común”. Es decir a partir
de este momento el derecho sirve como freno a las facultades del propietario.
Esta orientación es recogida por nuestra legislación positiva señalándose “que la propiedad
obliga a usar los bienes en armonía con el interés social” o en armonía con el bien común
conforme a los dictados de la nueva Constitución (Art. 70).
Atilo Sivirich afirma que siendo los incas tradicionalmente colectivistas, no tuvieron el
menor concepto de la propiedad privada en el referido a los bienes inmuebles. Por
ello, según él, los incas solo tuvieron un Derecho Público; no tuvieron conocimiento
del Derecho privado. Al desconocer la propiedad privada, afirma que no existían las
instituciones de los derechos privados relativas a personas, obligaciones, contratos,
etcétera.
Pero hay algunos autores como Jorge Basadre, quien admite el derecho privado y
comercial basten empobrecido. Parte del hecho que si bien la propiedad inmobiliaria
no puede ser al menos mayoritariamente. Parte del derecho que si bien la propiedad
inmobiliaria no podía ser, la menos mayoritariamente, objeto de venta, luego,
cuando se produce una altiva “asimilación” de las tierras a los bienes muebles,
haciéndose ella intercambiable, el derecho de cosas (reales), obligaciones.
Este derecho indiano jugo un rol importantísimo, pues tan pronto América fue
descubierta, la corona Española trata de obtener los títulos que “prueben”, que
legitimen sus derechos sobre las regiones del Nuevo Mundo. Esto cobra más
importancia en la medida que la empresa de la colonia estas intimamente vinculada
a la apropiación de bienes (minerales, tierra, etc).
Aparentemente, fue el papado el que vino a formalizar la dominación real española,
vía la institución de bulas.
Para Puig Bretau le termino propiedad indicaba toda relación de pertenencia o titularidad, y así
resulta posible hablar, por ejemplo, de propiedad intelectual e industrial. En cambio el dominio
hace referencia a la titularidad sobre un objeto corporal.
En esta mismas línea Jorge Eugenio Castañeda textualmente dice el término “propiedad” toma
una significación más amplia, comprende también los derechos nos solo las cosas. En cambio el
vocablo “dominio” se reserva para las cosas muebles o inmuebles”
En ese mismo contexto, Beatriz Arean comentando la opinión de algunos autores reseña “la
palabra propiedad es más genérica, pues se la puede emplear para referirse a todos los
derechos susceptibles de apreciación pecuniaria. Comprende el dominio, que es el derecho de
propiedad sobre las cosas”
Puig Breau indica que “la propiedad es un concepto económico-jurídico, mientras que la palabra
dominio se utiliza generalmente en sentido técnico, para designar el señorío sobre las cosas
corporales. Se habla de propiedad con referencia a todos los derechos reales, mientras que el
dominio se habría solamente con referencia al poder pleno sobre las cosas corporales.
Si embargo de esta opiniones Lafaille señala “que los conceptos se vienen utilizando como
sinónimo desde la época romana.
Velez Sarfield también tiene esta misma opinión al usar la palabra dominio en sentido de
“propiedad”, señalando que es el criterio que extrae de la jurisprudencia Española.
Nuestro Código Civil no es ajeno a esta discusión, pero al utilizarlo en su técnica legislativa el
concepto “propiedad “ está encerrado en ella, como señala Jorge Eugenio Castañeda, no solo
las cosas, sino también los derechos “así no se podrá decir que se tiene el dominio sobre un
crédito al portador, sino la propiedad de dicho crédito”.
No existe una definición valida para todos los lugares y todos los tiempos de la propiedad, ella
está condicionada por factores económicos, políticos y de otra índole.
Los romanos eran muy prácticos, siempre eludieron dar una definición abstracta del dominio.
REA MEAS EST era una breve exposición romanística que da, como dice Ferranti, una idea
sintética del derecho de propiedad. Ella indica la relación de señorío de la persona con el bien.
Para las partidas de Alfonso Sabio, es “el derecho de gozar y disponer libremente de nuestras
cosas en cuanto las leyes nos e opongan” (Ley 27, Tít. 28 Art 5; Ley 10 Tít. 55, Art. 7).
Clemente de Diego da una interesante definición, para él, la propiedad y familia, con sus
derivados contratación y sucesión mortis causa, constituyen el objeto principal de Derecho Civil y
la raíz de todos los tipos de relaciones jurídico civiles.
Los eminentes franceses Marcel olaniol y Georges Ripert lo conceptúan así “E s el derecho en
virtud del cual una coda e halla, sometida, de modo perpetuo y exclusivo, a la elección y a la
voluntad de una ´persona” esta definición tiene en medio de contener todos los caracteres que le
atribuye la doctrina clásica.
DERECHO DE PROPIEDAD
Es el poder directo e inmediato sobre un objeto o bien, por la que se atribuye a su titular la capacidad de
dispones del mismo, sin limitaciones que las que imponga la Ley. Es el derecho real que implica el
ejercicio de las facultades jurídicas más amplias que el ordenamiento jurídico concede sobre un bien.
1. GENERALIDADES
Los derechos reales que consisten en los diferentes beneficios que hombre puede obtener de
una cosa, son en número limitado. Las legislaciones modernas no han aumentado su lista,
quedando, sobre poco más o menos, los mismos que había en derecho romano. Unos han
sido organizados por el derecho civil y los otros han sido admitidos y sancionado por el
derecho pretoriano.
Acerca del derecho a la propiedad han existido (y existen) diferentes teorías siendo las
principales las siguientes:
Sus defensores más caracterizados con Grocio y Pufendorff, de la Escuela del Derecho
Natural. En efecto Pufendorf a firma que no ha precepto alguno de derecho natural que
precepto su reparto general de todos los bienes para signar como cosa propia a cada uno
su parte. Lo que hace ley natural es aconsejar el establecimiento de la propiedad, cuando
lo requiera la conveniencia de la sociedad humana; dejando a la prudencia todas las
cosas o solamente algunas, y si las deben poseer separadamente o pro indiviso,
abandonando las otras al primer ocupante, de filosofo.
Burlamaqui, para quien lo que ha producido la propiedad es la toma de posesión de lo
que no tiene dueño, y que para comprenderlo hay que considerar que el trabajo aumenta
el valor, siendo justo que el suelo sea de quien ha añadido dicho valor.
b. TEORÍA DEL TRABAJO. Afirma que el trabajo es la esencia de la propiedad ergo, ésta
deriva del trabajo como recompensa de éste. El hombre transforma la naturaleza
aumentando su utilidad. Por ello el producto de este trabajo debe ser para quien lo ha
realizado. En cierta medida podemos decir que esta teoría es complementado de la
anterior pues para ella la ocupación no basta para explicar la propiedad aquella sol
confiere posesión que se trasforme en propiedad mediante el trabajo.
Adán Smith dice que: El producto del trabajo es la recompensa natural o el mismo. En
aquel primer estado de las cosas que suponemos haber precedido a la propiedad de las
tierras y a la acumulación de los fondos, todo el producto del trabajo pertenecería al
trabajo: en él había propietario ni otra persona con quien partirlo por derecho de señorío
o dominio.
c. TEORÍA DE LA LEY. De acuerdo con esta teoría la propiedad es creación de la ley solo
ella puede constituirla o fundamentarla, disponiendo la renuncia de todos y otorgando un
título de goce a uno solo, afirma que una vez constituida la sociedad y el poder civil este
decreto, en interés de todos, la capacidad de cada uno para lograr la posesión exclusiva
de los bienes y fijó las condiciones de esta apropiación, comenzando a existir desde
entonces el derecho a la propiedad privada.
La doctora Maish Von Humboldt, precisa al respecto que: en contraposición con los
derechos personales, la propiedad es un derecho real, es el poder de la persona sobre
las cosas, el señorío, el dominio sobre el bien.
Al respecto Peña Guzmán García el caso del siguiente modo; para que exista
exclusividad en el dominio, el mismo no debe estar compartido con persona alguna por
que entonces se caracterizaría otra figura jurídica distinta, el condominio, la que si bien
está regulada por semejantes principios, no puede coexistir al mismo tiempo con el
dominio, porque exclusividad y comunidad son radicalmente opuestas o imposibles de
conciliar.
Concluimos, la propiedad cuenta con cuatro caracteres jurídicos, iniciaré por recordar el carácter
real, este se basa en la relación jurídica que existe entre el titular del derecho y la cosa material
del mismo, mientras que el carácter exclusivo se refiere al que define que el propietario es el
único que tiene el derecho a ejercer las plenas facultades otorgadas por el derecho que detenta
con exclusión de toda otra persona. Mientras que el carácter perpetuo se enfoca en las
interpretaciones doctrinarias que se hacen de la propiedad, señalando que es perpetua porque la
cosa le pertenece a su titular indefinidamente, salvo en él mismo, en ejercicio de su facultad de
disposición. Y finalmente el carácter absoluto se trata del más cuestionado de los cuatro
caracteres, ya que contiene que el derecho cuyo ejercicio se realiza en un contexto social donde
existen otros derechos pertenecientes a terceros y que deben de respetarse.
JORGE AVENDAÑO V. En materia de atributos de propietario, el art. 923 del nuevo Código
tiene su antecedente en el art. 850 del Código de 1936. Haremos un examen comparativo de
ambas normas, así como de todas aquellas que tienen relación con los atributos del derecho
de propiedad en la nueva legislación civil.
El Código Civil de 1936 decía que el propietario de un bien tiene derecho a poseerlo, percibir
sus frutos, reivindicarlo y disponer de él dentro de los límites de la ley. El primer comentario
que merece esta regla se refiere al derecho que tiene todo propietario a “poseer” el bien. El
término “poseer” ha sido sustituido acertadamente, porque en el Código Civil antiguo se
incurría en un círculo vicioso ya que el art. 850 decía que el propietario tenía derecho a
poseer y, por otro lado, el art. 824 establecía que es poseedor quien ejerce de hecho
cualquiera de los poderes inherente a la propiedad. Es poseedor, en consecuencia, quien
usa. Había pues una doble remisión. De otro lado, se había omitido la indicación expresa del
derecho a “usar”, como si esto último significase lo mismo que poseer. Evidentemente el
legislador de 1936 quiso utilizar el término poseer como sinónimo de usar, pero en rigor
ambas cosas no son lo mismo porque poseer puede consistir en usar también en tan sólo
disfrutar.
Ambas fórmulas legales se refieren también al derecho que tiene todo propietario de
reivindicar el bien. Esta inclusión es criticable por que la reivindicación es la materialización
de las persecutoriedad y ésta corresponde en realidad a todo derecho real. La persecución
no es privativa del derecho de propiedad. Por consiguiente, no es acertado colocar este
atributo, que es común a todos los derechos reales, en el mismo nivel que los demás
atributos que en conjunto tipifican y distinguen el derecho real por excelencia.
El art. 850 del Código antiguo, luego de enumerar los derechos del propietario, señalaba que
esos derechos debían ejercitarse “dentro de los límites de la ley”. La redacción de la norma,
sin embargo no permitía precisar si esta limitación se refería únicamente al derecho de
propiedad. Dicho en otras palabras, el Código no aclaraba si sólo el derecho de disposición
debía sujetarse a los límites de la ley, o también los derechos de usar y de disfrutar. Si nos
atenemos al antecedente constitucional de ese Código, debemos optar por lo segundo ya
que el art. 34 de la Constitución de 1933 señalaba claramente que la ley debía fijar los límites
y modalidades del derecho de propiedad. Estos límites se referían al derecho de propiedad
en general, esto es a todos sus atributos. Había entonces que entender el art. 850 del Código
Civil dentro del marco de lo dispuesto en la Constitución vigente en ese momento. El nuevo
Código ha resuelto el problema porque se refiere al ejercicio de todos los poderes inherentes
a la propiedad y dice que todos ellos deben encuadrarse dentro de los límites de la ley.
Otro punto importante en lo referente a los atributos del propietario es su necesaria armonía
con el interés social. A pesar de que la Constitución de 1979 repitió el uso obligatorio de los
bienes en armonía con el interés social en su numeral 124. Era entonces indispensable que
el nuevo Código recogiese esta vinculación entre el ejercicio de los poderes del propietario y
el interés social. Había sin embargo que hacer un esclarecimiento previo: tanto la
Constitución de 1933 como la de 1979 hablaban del “uso” en armonía con el interés social.
Este término podía ser objeto de una interpretación restrictiva y literal, en cuyo caso sólo uno
de los atributos inherentes a la propiedad, el derecho a usar, estaría limitado por el interés
social. Según otra interpretación más amplia se podía entender el uso como sinónimo de
ejercicio, en cuyo caso todos los derechos del propietario debían necesariamente armonizar
con el interés social. Esta segunda interpretación ha primado en los redactores del Código de
1984 y por esto el art. 923 no alude al uso sino al ejercicio de la propiedad en armonía tonel
interés social.
La regla del Código Civil no puede ser tachada de inconstitucional. No sólo el uso debe
armonizar con el interés social sino también y quizás principalmente el disfrute. Precisamente
en este atributo está el contenido económico del derecho de propiedad y por esto se impone
con mayor urgencia que armonice con el interés social. El uso de los bienes no interesa tanto
al interés social como su explotación.
El derecho a usar es servirse del bien, utilizarlo para lo cual existe. Se usa una casa
habitándola, se usa un automóvil valiéndose de él como medio de transporte. En cambio se
explota una casa arrendándola, se disfruta de un negocio industrial haciéndolo producir. Es
en el disfrute donde la propiedad adquiere contenido económico, importancia social y a veces
también política. Por ello es éste el atributo que debe más urgentemente armonizar con el
interés social. Esta es la que podríamos llamar la “zona del conflicto social”.
Una crítica que se hizo con frecuencia al art. 34 de la Constitución antigua es que no contenía
una sanción. Es decir, la norma constitucional se limitaba a establecer un precepto de
carácter declarativo al disponer que el ejercicio de la propiedad debiera armonizar con el
interés social. Pero no decía que ocurriría en caso de que un determinado propietario
ejerciese su derecho sin guardar la necesaria armonía con el interés social. Los críticos de la
Constitución de 1933 señalaron en algunas ocasiones que la norma carecía de eficacia en
razón de no tener sanción. Tampoco hubo leyes posteriores que recogieran para casos
específicos el principio del interés social como elemento rector. Hay a este respecto sólo una
excepción: el art. 13 de la ley de Reforma Agraria N° 15037, posteriormente modificado por el
art. 15 del D.L. 17716. En ambos se hizo expresa mención del art. 34 de la Constitución y se
señaló expresamente los casos en que el ejercicio de la propiedad rústica se consideraba en
disconformidad o desarmonía con el interés social.
El art. 924 del nuevo Código Civil pretende salvar la omisión constitucional y establece que
cualquier persona o entidad que sufra o esté amenazada de un daño porque otro se excede o
abusan ene. Ejercicio de su derecho, pueda exigir al juez que las cosas se restituyan al
estado anterior o que se adopten las medidas del caso, sin perjuicio de la indemnización por
los daños irrogados. El ejercicio excesivo o abusivo de la propiedad no necesariamente
afecta el interés social. Podría vulnerar tan sólo un interés particular o privado, en cuyo caso
la regla del Código sería aplicable. Pero también lo sería en caso de que se trate de un daño
que afecte el interés social, en cuyo caso el grupo social perjudicado tendría expedito su
derecho para exigir que las cosas se repongan al estado anterior o que se adopten las
medidas correctivas a juicio del juez, sin perjuicio de la indemnización que corresponda.
Los caracteres del derecho de propiedad, como complemento de los atributos del propietario,
configuran y delinean este derecho de propiedad como el más completo de los derechos
reales. La doctrina señala cuatro caracteres:
Al considerar a la propiedad como el derecho real típico que se presenta en plenitud en
cuanto atribuye al propietario todo poder lícito de utilización hasta la consumación de su
objeto, se configura como el señorío más general -en acto o en potencia-, que tiene el titular
sobre la cosa, y se caracteriza por ser absoluto, exclusivo, perpetuo e irrevocable.
. Sin embargo, ni siquiera en tiempos de las XII Tablas la propiedad privada de los romanos
estaba libre de restricciones, y así encontramos desde la arcaica legislación, servidumbres
legales que hacían que los propietarios tuvieran qué tolerar que sus vecinos entraran en la
propiedad cada tercer día a recoger frutos caídos de sus árboles y que, en caso de
reparaciones de los caminos públicos, los dueños de los inmuebles próximos debieran
permitir que el tránsito pasara temporalmente por sus terrenos.
También el derecho de propiedad es exclusivo e individual en el sentido de que el propietario
puede impedir, a quienquiera que sea, concurrir en el ejercicio de los poderes inherentes a la
propiedad (ius próhibendi) y en la titularidad de ellos salvo, bien entendido, cuando una
misma cosa pertenece, a la vez, a varias personas que ejercen así concurrentemente el
derecho de propiedad. En tal supuesto, que configura la llamada copropiedad o condominio,
cada copropietario tiene sobre la cosa un derecho individual que recae sobre una cuota parte
ideal y abstracta del bien en condominio.
Se caracteriza igualmente la propiedad por ser un derecho perpetuo e irrevocable que
subsiste con independencia del ejercicio que de él haga su titular, consecuencia del carácter
absoluto y exclusivo que ella presenta, lo cual hace que no se conciba que el propietario que
tiene sobre la cosa el más amplio señorío esté obligado a desprenderse de la misma en un
tiempo determinado. Así, en Roma no estuvo admitido constituir un derecho de propiedad ad
tempus, es decir, convenir que vencido cierto término la cosa adquirida retornara ipso iure al
enajenante.
Derecho absoluto. La propiedad es un derecho absoluto porque confiere todos los atributos
sobre el bien. El propietario puede usar, disfrutar y disponer. Tiene sin embargo limitaciones,
algunas de las cuales ya vimos a propósito del art. 923 del nuevo Código. Allí se consigna la
necesaria armonía entre el ejercicio de la propiedad y el interés social; y se indican asimismo
los límites que la ley puede poner, y de hecho pone, al ejercicio de los poderes del
propietario. La propiedad sigue siendo, sin embargo un derecho absoluto porque
comparativamente con todos los demás derechos reales, ella confiere la plenitud de las
facultades sobre la cosa. Así, la posesión en tal sólo el ejercicio de algunos poderes
inherentes a la propiedad; las desmembraciones del dominio (usufructo, uso, etc.) autorizan
también el ejercicio de sólo algunos atributos de la propiedad y las servidumbres son actos de
mero uso en predio ajeno. Puede entonces decirse que irrestricto o ilimitado porque tiene
distintas limitaciones que derivan del interés social de la necesidad y utilidad públicas.
El art. 925 difiere sin embargo con su antecedente el 851 del Código anterior, ya que
conforme a este sólo cabían restricciones legales de la propiedad derivadas del interés
público, mientras que conforme al numeral 925 del nuevo cuerpo de leyes las restricciones de
la propiedad que nacen de la ley pueden resultar de la necesidad y utilidad públicas y
también del interés social. Acá el interés social juega un rol diferente. No se trata de la
necesaria e ineludible armonía que debe haber entre el ejercicio de los derechos de
propietario y el interés social, sino de la base o sustento que debe tener el legislador para
imponer restricciones a la propiedad. De otro lado el concepto de interés público consignado
en el antiguo art. 851, ha sido sustituido por el de “causa de necesidad y utilidad públicas”.
Esta frase, que trae reminiscencias de la expropiación, debe extenderse nuevamente como la
base o fundamento de la legislación limitativa de aquello de lo cual no puede prescindirse. La
noción de utilidad se refiere más bien al beneficio o ventaja que la comunidad o el público han
de obtener como consecuencia de las restricciones de la propiedad. En ambos casos lo que
los arts. 851 y 925 nos dicen es que este tipo de restricciones no pueden modificarse ni
suprimirse por acto jurídico.
La habilitación es un proceso que implica un cambio de uso de tierras rústicas o eriazas y que
requiere la ejecución de servicios públicos (luz, agua, desagüe, veredas, etc.) Hay
habilitaciones pre-urbanas, habilitaciones para uso de vivienda, habilitaciones para usos
especiales y habilitaciones para usos industriales. Toda Habilitación de Tierras debe estar de
Acuerdo con el Plan Regulador de la ciudad anteriormente mencionado.
La subdivisión es un proceso de partición de tierras. Ella puede ser con o sin cambio de uso
pero en todo caso sólo es factible cuando esté en concordancia con el Plan Regulador o la
zonificación correspondiente.
A propósito de la prescripción adquisitiva, resulta oportuno hacer una referencia a los nuevos
plazos de prescripción consignados en el Código de 1984. Los plazos de prescripción de los
bienes muebles no han sido cambiados. En cambio, los relativos a los bienes inmuebles han
sido apreciablemente reducidos. El art. 950 del nuevo Código establece que los bienes
inmuebles se adquieren por prescripción mediante la posesión continua, pacífica y pública
como propietario durante 10 años. Este plazo se reduce a 5 años cuando median justo título y
buena fe. En consecuencia, los antiguos plazos de 30 y 10 años han quedado ahora
reducidos a 10 y 5 años, respectivamente. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que el art.
2122 del Código de 1984 dispone que la prescripción iniciada antes de la vigencia del nuevo
Código se rija por las leyes anteriores. Empero, si desde que entra en vigencia el nuevo
Código (es decir el 14 de noviembre del año en curso) transcurriese el tiempo requerido en
dicho nuevo código se rige por las leyes anteriores. Empero, si desde que entra en vigencia
el nuevo Código (es decir el 14 de noviembre del año en curso) transcurriese el tiempo
requerido en dicho nuevo Código para la prescripción, esta surtirá su efecto aunque por las
leyes anteriores se necesitase un lapso mayor. Quiere esto decir que recién a partir del 14 de
noviembre de 1989 el plazo de la prescripción adquisitiva larga será de 5 años y recién a
partir del 14 de noviembre de 1994 el plazo de la prescripción adquisitiva larga será de 10
años. Hasta esas fechas seguirán vigentes los plazos de prescripción consignados en el
Código de 1936.
a. La fórmula confunde las causales de extinción absoluta del derecho de propiedad con los
casos de pérdida de la propiedad. En los primeros, la extinción se produce por una causa
inherente a la cosa misma objeto de la propiedad y es por esto que se considera que hay
una extinción absoluta del derecho: al haber desaparecido la cosa, se extingue el
derecho que recae de la propiedad. En cambio cuando hay pérdida de la propiedad ella
afecta al actual propietario y salvo una situación excepcional que se presenta en el
abandono, la propiedad siempre pasa a otro. Por esto se dice que se trata de una pérdida
relativa, esto es, circunscrita a determinada persona o titular.
El art. 968 confunde ambas instituciones jurídicas al incluir en sus incisos 2 y 3 causales
de extinción absoluta mientras que los incisos 1 y 4 prevén casos de pérdida relativa.
b. La fórmula del nuevo Código es incompleta porque no ha previsto algunas causales de
extinción del derecho que la doctrina expresamente reconoce. Así, se extingue la
propiedad cuando la cosa objeto del derecho queda colocada fuera del comercio de los
hombres. Ello ocurre, en vía de ejemplo, cuando un río forma un nuevo cauce en un
terreno de propiedad privada: para el propietario del terreno ocupado ese derecho se ha
extinguido por cuanto el terreno ha pasado a formar parte del dominio público del Estado.
Otro caso no incluido es el de los llamados animales alzados. Se señala que la propiedad
de los animales se acaba cuando ellos recuperan su libertad o de alguna manera se
pierden para su titular.
c. El abandono previsto en el inc. 4 del art. 968 materias de examen, tiene su antecedente
en lo dispuesto por el art. 822 inc 4 del Código Civil de 1936. Evidentemente, el inc. 4 del
art. 968 del nuevo Código se refiere únicamente al abandono de los predios porque su
parte final hace expresa alusión a ellos al indicar que pasan al dominio del Estado. En el
Código Civil de 1936 estos bienes prediales abandonados se denominaban “tierras
públicas” y pertenecían al estado.
¿En qué consiste el abandono? Es la desposesión del bien, la falta u omisión del
ejercicio de los derechos inherentes a la propiedad, esto es, la falta de uso, la falta de
disfrute. ¿Puede perderse por abandono sin que otro adquiera por su prescripción? La
respuesta es afirmativa. En el derecho antiguo, dada la perpetuidad del derecho de
propiedad, se exigía que otro adquiriese para que el propietario actual perdiera su
derecho. Sin embargo, hoy en día se acepta la pérdida de la propiedad por abandono
(dejación voluntaria) sin que otro la adquiera por prescripción. En este caso el derecho de
propiedad pasa al Estado. Nada nos dice el Código, sin embargo, con respecto a otros
bienes que no sean predios. Tampoco nos lo decía el Código de 1936. Pero hay
disposiciones referentes a la aprobación de los bienes muebles, que es un modo de
adquisición originaria. Como quiera que el bien abandonado sea un bien sin dueño,
debemos considerar que respecto de ellos cabe esta apropiación prevista en los arts. 929
y siguientes del nuevo cuerpo legal.
El derecho de propiedad es el más completo que se pueda tener sobre una cosa: la
propiedad se halla sometida a la voluntad, exclusiva y a la acción de su propietario, sin más
límites de los que marca la ley o los provocados por “la concurrencia de varios derecho en su
incompatible en su ilimitado ejercicio”. No obstante, el reconocimiento de que la propiedad
como institución está orientada a una función social, implica que en la actualidad existan
limitaciones intrínsecas o inherentes al derecho; así como obligaciones que se deban de la
propiedad en sí.
Los frutos pueden ser naturales o civiles. Los frutos naturales son aquellos que la cosa
produce natural o artificialmente sin detrimento de sustancias. En este aspecto se
distinguen de los denominados “productos” así: tratándose de un manzanar las
manzanas son frutos naturales y la leña de los árboles son sus productos.
Los frutos civiles; están constituidos por aquellas sumas de dinero que recibe el
propietario por ceder a otro en uso o goce de la cosa.
En conclusión bien el derecho real de dominio quien tenga estos tres principios (uso,
goces y disposición).
Deslinde tratar de precisar los Límites de un bien propiedad de una persona. Acción
de limitativa de la propiedad. Se utiliza necesariamente para poder reivindicar la
propiedad posteriormente. Se da generalmente en los inmuebles) De no existir
acuerdo entre los colindantes, la autoridad fija los límites en el proceso
correspondiente.
a. POR SUJETO.
Publica, si corresponde a la colectividad general.
Privada, cuando el derecho es o está asignado ha determinado persona o grupo
ya las facultades de derecho se ejercita con exclusión de otros individuos.
Individual, si el derecho lo ejerce un solo individuo.
Colectiva privada, cuando el derecho es ejercido por varias personas.
Colectiva publica, si la propiedad corresponde a la colectividad y es ejercida por
un ente u organismo público.
b. POR SU NATURALEZA.
Propiedad mueble, si puede transportase de un lugar a otro.
Propiedad inmueble, o viene raíces o fincas son las que no se pueden transportar
de un ligar a otro.
Propiedad corporal, la que tiene un ser real y puede ser percibida por los
sentidos como una casa, un libro entre otros.
Propiedad incorporal, si está constituida por meros derecho como un crédito, una
servidumbre entro otros.
c. POR OBJETO.
Propiedad de bienes destinados al consumo.
Propiedad de bienes de producción.
Aquellos hechos y negocios jurídicos que otorgan a un sujeto, los derechos inherentes a la
propiedad en un patrimonio determinado se les considera modos de adquirir la propiedad.
La ley. La ley señala otras formas para adquirir la propiedad como es el caso de los
contratos.
Jurídica o Real. Procede respecto de bienes muebles inscritos y sólo surte efectos
desde su inscripción en el registro público de la propiedad. Se refiere que debe existir
y se debe constituir para su realización con un ordenamiento jurídico del derecho
positivo, ya que es verificable, compatible y no es contradictorio con la existencia del
derecho. Es posible o jurídica cuando el sujeto es capaz jurídicamente en la relación
del objeto en el contrato.
La normatividad positiva en el texto constitucional peruano de 1933, en materia dominal, era bastante
deficiente. Incluía la propiedad dentro de las Garantías Constitucionales – nacionales y sociales.
La Constitución del 1933, siguiendo la corriente de sus contemporáneos ya establecía por otra parte, la
subordinación o condicionamiento de la propiedad al cumplimiento de la función social.
De una forma muy sintética, podemos resumir sus notas más características.
LA CONSTITUCIÓN DE 1979
La Constitución anterior reconocía también en vía de principio, con meridiana claridad, el derecho a la
Propiedad privada. A pesar de las normas atenuadoras que contenía, bien puede afirmarse que su
espíritu era liberal.
LA CONSITUCION DE 1933. CARACTERÍSTICAS DE LA PROPIEDAD:
La Constitución profundizo más abiertamente la orientación por una Filosofía nítidamente liberal. Ha
desaparecido el rol social que debía cumplir, la expropiación es prácticamente imposible de aplicar; los
recursos naturales pueden ser concedidos a particulares. Desde esa perspectiva, el dominio presenta
algunas innovaciones en cuanto a sus características.
PLURALISMO DE LA PROPIEDAD
Las relaciones de propiedad que ofrecía el Perú y que necesariamente tenía que plasmar en la
Constitución. Así tenemos que había aparecido una propiedad social, la comunidad industrial, las
cooperativas. De ahí que no tuvieran los constituyentes del 79 otra alternativa que reconocerlas, aunque
de un modo bastante peleado. La Constitución de 1993 reitera el principio del pluralismo económico,
cuando habla de la coexistencia de diversas formas de propiedad y de empresa, sin embargo, ya no hace
referencia palmaria a las empresas cooperativas. Lo que si puede afirmarse es que el Estado ya no las
estimula, se inclina prioritariamente por las privadas.
La Constitución Peruana reconoce el derecho a la Propiedad privada, entre los derechos del ciudadano.
Estas leyes no podrán disminuir su contenido correrá a cargo de las leyes ordinarias. El contenido
esencial de la propiedad constituye de una parte el criterio que nos ha de permitir la distinción entre la
configuración de los derechos y privación o ablación de los mismos.
CONCEPTO DE PROPIEDAD
El texto constitucional traía ciertos elementos que hacían de la propiedad un concepto ligero pero no
totalmente liberal o individualista. No obstante advertimos ahí una contradicción, pues mientras una parte
se establecía la función social de la propiedad y se la ubicaba no solo como un derecho sino
fundamentalmente como una obligación, de otra parte cuando, por excepción se sancionan por incumplir
tales exigencias, se exigía que era previo paro gen dinero de la indemnización con lo que
indudablemente, la expropiación prácticamente se tornaba muy difícil de aplicar.
Pues bien, la Constitución de 1933 supera esa contradicción con una salida individualista, que exige la
misma indemnización en efectivo pero ya no la considera social. Se puede decir que es coherente liberal
El núcleo o contenido esencial constituye la barrera o frontera de las expropiaciones de suerte que si bien
garantiza la propiedad, la violación de las obligaciones que tiene. Es decir se produce como
consecuencia de la privación de la propiedad una alteración en el ya referido contenido esencial del
dominio. El numeral 70 prescribe que nadie puede ser privado de su propiedad excepto declarada la ley y
previo pago en efectivo de indemnización justa y precisa.
a. Debe ser por causa de seguridad nacional o necesidad pública.- La Constitución derogada
establecía junto a la necesidad y utilidad pública la causa del interés social. En lo que respecta al
primer elemento necesidad y utilidad pública hacía referencia a las exigencias de funcionamiento
de la administración. La Constitución vigente reitera la noción de necesidades pública pero
prescinde de la utilidad pública y lo que es más importante del interés social. El segundo factor
recogido es el de la seguridad nacional que hace alusión a casos extremos de emergencia no
muy comunes por los demás.
b. Calificación Conforme a Ley.- Esto implica que la medida expropiatoria debe ser legalmente
tipificado una ley así debe disponerlo.
El estado peruano puede establecer algunas limitaciones y prohibiciones específicas sobre determinados
bienes, por razón de seguridad nacional.
LOS BIENES PUBLICOS.- Los bienes de dominio público son inamisibles e imprescriptibles. Los bienes
de uso Público pueden ser concedidos a particulares conforme a ley para su aprovechamiento
económico. Los bienes públicos cuyo uso es de todos, no son objeto de derechos privados. En la
Constitución del 73 sostiene que los bienes de uso público son de uso de todos como entonces también
pueden ser de uso particular.
Antes de continuar con el desarrollo de este punto, es importante que distingamos entre lo que es
un "límite" y una "limitación", ya que sin su previo conocimiento, podemos incurrir en errores de
interpretación.
Con respecto a las limitaciones, que nuestra Legislación conoce como "restricciones", podemos
señalar que ellas "reducen el poder que normalmente tiene el dueño sobre su bien"; y en esa
línea acorde a nuestra legislación, estas limitaciones (restricciones) se pueden originar por causa
de necesidad, utilidad o interés social y en segundo caso, por la propia voluntad de las partes.
2. LÍMITES A LA PROPIEDAD
Los límites pueden en general considerarse tanto de interés público como de interés privado, bajo
este criterio procederemos a analizarlos utilizando para ello sólo las principales categorías.
Al respecto el Código Civil en su artículo 956, señala que “si alguna obra amenaza ruina, quien
tenga legítimo interés puede pedir la reparación, la demolición o la adopción de medidas
preventivas" lo cual nos señala el derecho de accionar que tiene toda persona que se vea
afectada por la ruina, vetustez o peligro de una obra. Esta norma es interesan te porque supera el
artículo 860 del Código Civil anterior al agregar que el encargado de hacer valer la acción es
aquel que tenga legítimo interés clarificando la ambigua la redacción de dicho artículo.
La acción se tramitaba a través del artículo 1027 y siguiente (interdicto de Obra Ruinosa) del
Código de Procedimientos Civiles de 1,912 que indica que sólo pueden intentar dicho interdicto el
que tenga que pasar necesariamente por la obra ruinosa o el dueño de alguna propiedad que
pueda sufrir daño por la misma, pero con la promulgación del Dec. Leg. 768 (Nuevo Código
Procesal Civil), el 01/08/93 el interdicto de obra ruinosa queda absorbido por la figura del
interdicto de retener (artículo 606). Siendo a partir de su entrada en vigencia (01/01/93), el
poseedor perturbado en su posesión, el único titular para interponer la acción, entendiendo la
perturbación tanto como actos materiales como la ejecución de construcciones en estado
ruinosos. Como vemos, esta nueva interpretación limitaría en alguna manera el "legítimo interés"
para solicitar la "medida preventiva", exclusivamente al poseedor perturbado, excluyendo a todo
aquel que de una u otra manera se viera afectado, sin embargo, debo señalar que considero que
las Municipalidades también tiene capacidad de accionar contra un inmueble en estado ruinoso,
en base a su deber de controlar los inmuebles de áreas urbanas conforme se desprende de la
lectura del Art. 65 inc. 11 y 14 de la Ley Orgánica de Municipalidades (Ley 23853).
Estas limitaciones se establecen por Leyes y Ordenanzas Municipales. Esto último conforme lo
señalaba el Art. 255 Inc. 1 de la Constitución de 1979, (Art. 192 Inc. 5 de la Constitución actual
otorga competencia a la municipalidades para planificar el desarrollo urbano y rural de sus
circunscripciones), que encargó a las municipalidades la zonificación de viviendas y el urbanismo,
este sometimiento de la propiedad privada a las normas administrativas se ha acentuado cada
vez más, debido al gran crecimiento urbano y los consiguientes problemas de salud y seguridad
de la población, etc. El artículo 957 del Código Civil señala en forma general que "la propiedad
predial queda sujeta a la zonificación y a los requisitos y límites que establecen las disposiciones
respectivas".
Autorización previa, para abrir pozos, cisternas. Variación de planos. Fijación del uso de la tierra
de conformidad con la planificación y el Reglamento Nacional de Construcciones (Ley 23853, Art.
73 Inc. 1). La Fijación de conservar el alineamiento y la de no sobrepasar las alturas máximas
permitidas (Art. 78, Inc. 4). Los predios circundantes y adyacentes a los aeródromos y
aeropuertos destinados al servicio público están sujetos a las restricciones legales a la propiedad,
cuando el fin de las mismas comprenda a la seguridad de las operaciones aéreas (Ley de
Aeronáutica Civil, Art. 26 al 28).
2. LÍMITES EN ORDEN AL INTERÉS PRIVADO
Se encuentran reguladas por las disposiciones del Código Civil en lo referente a las relaciones de
vecindad. Es interesante señalar que nuestro Código se refiere a "limitaciones" por razón de
vecindad, cuando lo adecuado hubiera sido que se refiera a "límites" por razón de vecindad, que
en nuestro concepto como señalarnos anteriormente, es la expresión que mejor responde a la
intención del legislador.
Este límite se halla expuesto en el Art. 961 del Código Civil que señala que "El propietario, en el
ejercicio de su derecho y especialmente de su trabajo de explotación industrial, debe abstenerse
de perjudicar las propiedades contiguas o vecinas, la seguridad, el sosiego y la salud de sus
habitantes.
Están prohibidos los humos, hollines, emanaciones, ruidos, trepidaciones y molestias análogas
que exceden de la tolerancia que mutuamente se deben los vecinos en atención a las
circunstancias.
1. Respeto Recíproco. Es decir, que no puede haber respeto recíproco, sino hay tolerancia
recíproca, ni puede haber tolerancia recíproca sin respeto recíproco. Si cada vecino ve su
propio interés, sin preocuparse por los demás, no habría paz para nadie, por tanto no
habría justicia.
2. Tolerancia Normal. Concepto que fue introducido por Ihering indicándose, como señala
Valencia Zea, que “Todo acto que ejerza influencias molestas, deberá ser prohibido
cuando represente un uso anormal o extraordinario de la cosa propia y supere el límite de
la tolerancia establecido en cada lugar y tiempo”.
Partiendo de estos conceptos diremos que nuestra norma en su primer Párrafo señala
claramente que una industria, no obstante su interés para la economía nacional, debe
desenvolverse guardando el debido respeto a la propiedad ajena, sin perjuicio de las
normas previstas en el Código de Derecho Ambiental (Dec. Leg. 611) y la concordancia
correspondiente con las normas del Código Penal (Art. 304 y siguientes, Delitos
Ecológicos o contra el Derecho Ambiental).
Nuestra Legislación regula en su artículo 964 este criterio al indicar que el “propietario no
puede hacer que las aguas correspondientes al predio discurran en los predios vecinos, salvo
pacto distinto”. Aquí podemos considerar al propietario que debe construir para que las aguas
pluviales corran sobre su propio terreno y no vayan a caer el predio vecino, y si existiese
desagüe público, canalizar las aguas, e introducirlas en ella.
El Derecho Comparado considera que "los predios inferiores están sujetos a recibir las aguas
que naturalmente descienden de los predios superiores, así como la tierra o piedra que
arrastran en su curso" (Art. 552 C.C. Español y 640 del C.C. Francés).
Finalmente, se considera que un propietario no puede, aduciendo su propio interés, cortar o
desviar el cauce de un río, salvo que lo haga previo acuerdo con su vecino y pago de
indemnización.
Con referencia a este punto los Arts. 959 y 960 de nuestro Código Civil señalan los motivos por
los cuales se limita al propietario su facultad de excluir a un extraño de su predio.
El Art. 959 nos expone que: "el propietario no puede impedir que en su predio se ejecuten actos
para servicios provisorios de las propiedades vecinas que eviten o conjuren un peligro actual o
inminente, pero se le indemnizará por los daños y perjuicios causados".
El análisis de esta norma nos indica que es el propietario del predio amenazado con peligro
actual o inminente, el encargado de solicitar la autorización de su vecino para poder realizar en
su predio los actos necesarios que conjuren dicho peligro. Siguiendo en este terna a Wolf,
decimos: “que el obligado a tomar las medidas preventivas necesarias, no procede contra
derecho frente al propietario del predio vecino si las ejecuta contra la voluntad de éste” .
El artículo 960 señala que: "si para construir o reparar un edificio es indispensable pasar
materiales por predio ajeno o colocar en él andamios, el dueño de éste debe consentirlo,
recibiendo indemnización por los daños y perjuicios que se le causen".
La doctrina clásica erróneamente ubicaba esta norma como servidumbre, razón por la cual
señalaba la obligatoriedad de paso por predio vecino con cargo a la indemnización respectiva.
Al respecto los Artículos 962 y 963 del Código Civil establecen como fundamento para la
aplicación de estos límites, que los predios vecinos se vean amenazados por posible
desmoronamiento. ruina, pérdida de plantaciones o falta de salubridad.
Finalmente, se señala que la inobservancia de este precepto puede generar, por parte de la
autoridad correspondiente, al cierre o retiro de la obra que afecta al predio vecino, que en su caso
se procedería a la indemnización por daños y perjuicios. Es interesante señalar que la Legislación
Española en su artículo 590 del Código Civil señala que para que se pueda tomar las medidas
preventivas correspondientes, previamente debe darse un examen pericial, requisito que
consideramos pertinente porque evitaría el abuso por parte del vecino en el momento de exigir la
indemnización, decisión que actualmente está en manos de la autoridad municipal (Art. 120 de la
Ley Orgánica de Municipalidades).
2.5. FACULTAD DEL VECINO EN ORDEN A LAS RAMAS Y RAÍCES AJENAS QUE INVADEN
SU ESPACIO O SUELO.
Este criterio se halla expuesto en el Art. 967 que señala: "todo propietario puede cortar las ramas
de los árboles que se extiendan sobre el predio y las raíces que lo invadan. Cuando sea
necesario podrá recurrir a la autoridad municipal o judicial para el ejercicio de estos derechos".
Este artículo supera el criterio contenido en el artículo 864 del Código anterior, al contemplar no
sólo la capacidad de exigir que se corten las ramas que invaden el predio vecino, sino que ahora
le da al dueño del predio vecino la capacidad de poder cortarlas por sí mismo.
Nuestra Legislación en este punto, creemos con buen criterio, evita caer en el excesivo
tecnicismo de la legislación italiana, la cual al señalar que el vecino tiene derecho a exigir la
extirpación de los árboles realiza una categorización en base a la altura de los mismos (árboles
de alto fuste, árboles de medio fuste y árboles de bajo fuste).
Se puede considerar como un límite a la propiedad, pese a que nuestro Código la ubica
independientemente de las limitaciones legales, dentro del capítulo de la co-propiedad. El artículo
996 señala que: "todo colindante puede colocar tirantes y vigas en la pared medianera y servirse
de ésta sin deteriorarla, pero no puede abrir en ella ventanas o claraboyas".
La explicación de esta prohibición, como bien señalan los MAZEUD, es: “a fin de que la
curiosidad indiscreta de un propietario no constituya una molestia constante para sus vecinos-, en
una pared medianera no se permite ningún hueco, salvo de común acuerdo entre los
propietarios”.
Asimismo, el hecho de que la pared sea medianera otorga al colindante su propiedad hasta la
mitad de la pared y hasta la altura máxima que pueda alcanzar el muro, por consiguiente puede
arrimar a ella lo que crea conveniente, colocar vigas o abrir huecos siempre que no sobrepasen el
límite permitido.
3. LIMITACIONES A LA PROPIEDAD
Como señalamos anteriormente, la limitación reduce el poder que normalmente tiene el dueño
sobre un bien: como dijimos, éstas pueden establecerse por necesidad, por su utilidad pública o
interés social y también por la propia voluntad de las partes.
Así, cuando el Estado dicta una norma que restrinja el derecho de propiedad y su ejercicio, la
cual tampoco debe ser arbitraria, lo que está haciendo es aplicar el IUS IMPERIUM, lo cual evita
que pueda existir un pacto en contrario contra esa norma de orden público.
a. PROHIBICIÓN DE DISPONER
El estudio del artículo 926 del Código Civil nos coloca frente a una figura a través de la cual,
las partes pueden mediante pacto, limitar el derecho a disponer que tiene el propietario sobre
su bien, el cual para poder surtir efecto frente a terceros debe inscribirse en el registro
respectivo.
En consecuencia, creemos que por pacto no puede rebasarse la ley, por cuanto el artículo
882, consagra la libertad de la persona para enajenar. La excepción que señala este artículo
tiene que aflorar en forma nítida de la ley, por razones de interés social o necesidad pública,
pudiendo inferirse entonces que las restricciones que señala el artículo 926 del Código serán
de otra naturaleza.
b. SERVIDUMBRE ADMINISTRATIVA
Gustavo Bacacorzo señala que: "Toda servidumbre es jurídicamente una carga impuesta a
una propiedad predial inmueble, considerando si ésta es civil o administrativa".
Es importante señalar que sobre este punto es la Ley General de Aguas (Dec. Ley 17752), la
norma que más estrictamente señala la implantación de servidumbres necesarias para el
uso, conservación y preservación de las aguas, considerando que las propiedades aledañas
a la faja marginal de terrenos necesarios para el camino o para el uso de agua, navegación,
tránsito, la pesca u otros servicios se mantendrán libres en una o ambas márgenes, siendo la
autoridad la que fije la zona sujeta a servidumbre.
En estos casos no hay lugar a indemnización por la servidumbre, pero quienes la usen
quedan obligados a indemnizar los daños que causaren, tanto en las propiedades sirvientes
como en los cauces públicos o en las obras (artículo 79).
El Art. 9 del referido Decreto Ley señalaba que el monto máximo por el que podía alquilarse
predios sujetos a su régimen no podía exceder de la cantidad resultante de la división entre
del valor del autoevalúo entre 120.
11-91), los contratos de arrendamientos se regirán exclusivamente por las normas del Código
Civil, el cual no contempla ninguna fórmula especial para el cálculo de la merced conductiva
sino que la deja al libre acuerdo entre las partes, de tal manera que a partir de la fecha va a
ser un contrato tipo regulado por el Código Civil.
d. EL DERECHO DE RETRACTO
El derecho de retracto señalado en el Art. 1549 del Código Civil, a excepción del Inc. 1
derogado por el D. Ley antes citado, también constituye una limitación, puesto que de
configurarse algunas de las hipótesis señaladas en el numeral acotado podrían algunas de
las personas a que se refiere, sustituirse al comprador reembolsando el valor del precio del
bien, gastos notariales y registrales propias de la compra venta; por lo que algunos
tratadistas consideran que el RETRACTO es una forma de adquirir la propiedad cuando
obviamente se declare fundada la demanda.
Nuestra Legislación Civil, al referirse a la propiedad predial, señala en su artículo 954 que: "La
propiedad del predio se extiende al subsuelo y al sobresuelo, comprendidos dentro de los planos
verticales del perímetro superficial y hasta donde sea útil al propietario el ejercicio de su derecho.
Esta norma es un gran avance frente al Art. 954 del Código Civil anterior y que sólo excluía del
ámbito de la propiedad a las trinas y aguas. Actualmente, tanto el artículo 36 y 118 de la
Constitución se refieren a la conservación del patrimonio cultural de la nación, además este
último artículo considera que todos los recursos naturales son de propiedad del Estado.
5. EL DESLINDE
a. DERECHO DE CERCAR
Conforme al artículo 965 del Código Civil, todo propietario tiene derecho a cercar su
propiedad, derecho que en algunos casos se convierte en obligación, cuando nace de una
disposición municipal (Art. 73 inc. 5 de La Ley Orgánica de Municipalidades), derecho que no
hace desaparecer las servidumbres que pudieran existir: este derecho se tomaría entonces
como una garantía a la inviolabilidad del predio.
El artículo 966 del Código Civil reconoce que el propietario de un predio puede obligar a sus
vecinos, sean estos propietarios o poseedores, a la realización de un deslinde y
amojonamiento, con la finalidad de fijar la línea que servirá de lindero entre los inmuebles
colindantes, después de un examen de los títulos de propiedad (Art. 540 del Código de
Procedimientos Civiles y Art. 504 del Nuevo Código Procesal Civil). De no ser así, puede
optar por la colocación de los mojones (rectas o señas) que indique los límites de la
propiedad. Por lo general estos casos se dan con más frecuencia en el campo o zonas de la
ciudad por urbanizar.
a. EXTRAJUDICIAL
En este caso, la partición del área en discusión se hará en función al acuerdo que hayan
tomado las partes, tomándose como referencia para delimitar los terrenos, un río, una
cerca. Cualquier otro punto de referencia que crea conveniente. Esta partición constará
en un documento de carácter privado que en lo posible cumpla ciertas formalidades (en
presencia del Juez de Paz, Notario Público y Testigos).
b. JUDICIAL
En este caso nos hallamos frente a la acción de deslinde. En este supuesto no funciona
el principio "quien afirma prueba" ya que el Juez aceptará como único medio de probanza
los títulos de propiedad que cada colindante exhiba otorgando la partición en base a
ellos. El Juez procederá a realizar inspección para verificar lo señalado en el título y la
colocación de los mojones en ambos extremos de la línea divisoria, procediendo a
levantar un acta de ese acto. El procedimiento a seguir en este caso se contempla en el
artículo 504 del Código Procesal Civil.
COCLUSIONES.
Podemos concluir indicando que la propiedad en nuestros países está protegido por el ordenamiento
jurídico vigente, que sus orígenes jurídicos sociales tienen como base desde la civilización Helénica,
también hice se reestructuró una línea de tiempo en cuanto a las bases de la propiedad desde sus
inicios, considerando que nuestra naturaleza jurídica y social estuvo fragmentada en varios periodos, es
por ellos que el Perú en la época colonial no se tenían bien en claro sobre la determinación y acción de la
propiedad o dominio, las constituciones habidas desde le principio de la república con énfasis
consideraron la importancia de determinar el aspecto legal de la propiedad, hoy en día nuestro
ordenamiento jurídico presta vital importancia a la interpretación y juzgamiento del propiedad ya que ésta
se a convertido en una institución legal. La propiedad como un derecho real, en nuestro sistema legal
vigente tiene competencia en la en nuestra constitución, códigos, leyes y decretos, en sentido amplio y
abierto debo indicar que aún existen vacíos legales para la tratativa de este bien social, un caso particular
sería el VIII Pleno casatorio civil. Constitución, Titulo dedicado régimen económico desarrolla el concepto
de propiedad como derecho garantizado por el estado y fundamento de la estructura económica que
adopta la nación, señala la constitución que el derecho de propiedad es inviolable que que estado lo
garantiza, se ejerce en armonía con el bien común y dentro de los límites de la ley, así mismo el código
civil establece que la propiedad es el poder jurídico que permite usar, disfrutar, disponer y reivindicar un
bien, es decir el propietario ejerce plenamente sus derechos sobre estos cuatro atributos dela propiedad,
poseyendo el bien, poseyendo sus frutos, enajenándolo o ejerciendo las acción de reivindicación, así
pues la propiedad incluye todos lo que puede ser producto de la apropiación legitima por el ser humano,
en la doctrina del derecho civil se reconoce también que la propiedad es absoluta, exclusiva y perpetua.
BIBLIOGRAFÍA
ANEXOS