Alessandro Rocco-El Cine de Gabriel Garcia Marquez PDF
Alessandro Rocco-El Cine de Gabriel Garcia Marquez PDF
Alessandro Rocco
obras literarias para la pantalla haya sido considerada y aprovechada como recurso
fundamental para el desarrollo del cine. La literatura constituye una reserva fundamental de
celuloide, ya sea con la intención de recrear artísticamente las historias literarias en lenguaje
audiovisual, ya sea, más simplemente, para despertar el interés y la curiosidad del público
recurriendo a autores y títulos famosos. A este respecto, la obra de Gabriel García Márquez
no es una excepción; muchos de sus cuentos y novelas han sido llevados al cine y,
seguramente, su obra seguirá siendo fuente de inspiración y trabajo para guionistas, directores
y productores.
En 1964, pocos años antes del extraordinario éxito de Cien años de soledad, el
director mexicano Alberto Isaac y el crítico cinematográfico español Emilio García Riera
adaptan el cuento “En este pueblo no hay ladrones”, realizando una película que bien se
insertaba en la corriente de renovación del cine mexicano independiente. Algunos años más
tarde se adaptan otros dos cuentos de García Márquez; La viuda de Montiel, película dirigida
por el chileno Miguel Littín, en 1979, y El mar del tiempo perdido, de la directora venezolana
asumen el reto de adaptar Crónica de una muerte anunciada (Cronaca di una morte
annunciata) en 1987, mientras que otro cuento, “Un señor muy viejo con unas alas enormes”,
es adaptado por Fernando Birri con la estrecha colaboración del mismo García Márquez, para
una película rodada en Cuba en 1988. Una nueva producción, que despierta grandes
del director mexicano Arturo Ripstein y la guionista Paz Alicia Garcíadiego, realizada en
pantalla La mala hora, con el título Veneno da madrugada; y es del 2007 la norteamericana
Love in the time of cholera, del director inglés Mike Newell, con guión del sudafricano
Ronald Harwood. Por último, en el 2010 se realiza la adaptación de Del amor y otros
ello es suficiente recordar que la mayoría de los comentarios críticos enfatizan las grandes
dificultades de la transposición cinematográfica del mundo literario del autor. Como escribe
el crítico Alvaro Ramírez Ospina, “en la mayoría de los filmes, falta no sólo argucia sino la
poéticas del relato original. Asistimos así a películas que con pobreza aluden –la mayoría de
las veces parodian– la vigorosa creación original del escritor” (89). Lo que sí cabe remarcar
es el estrecho vínculo entre García Márquez y el mundo del cine, vínculo del que las
famosa entrevista, “El novelista que quiso hacer cine”, Gabriel García Márquez sintetizó la
importancia y las dificultades de su relación con el cine en una metáfora irónica: “En suma –
le dijo sonriendo al entrevistador– te sugiero una frasesita para que cierres el reportaje: el
cine y yo somos como un matrimonio mal llevado, no puedo vivir ni con él ni sin él” (Torres
48).
primera actividad en este campo fue la crítica cinematográfica durante los años en que
Después se dedicó a la actividad de guionista, escribiendo más de veinte filmes, entre ellos
creación de la Escuela de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, Cuba. Por lo tanto,
concentrar la atención sobre la relación entre García Márquez y el mundo del cine nos
permite explorar una faceta importante y menos conocida de su actividad cultural, enfocando
su extraordinario genio narrativo desde un nuevo punto de vista. Así pues, desde esta
El primer episodio importante del ‘matrimonio difícil’ entre Gabo y el cine, fueron las
reseñas cinematográficas escritas entre febrero de 1954 y julio de 1955 para el periódico El
Espectador. En estos textos, como bien evidencia Jacques Gilard, quien tuvo a su cargo la
las ideas de García Márquez sobre cine, íntimamente ligadas a su concepto de literatura. En
las críticas y reseñas de aquellos años García Márquez reflexiona sobre el cine desde su
literaria. La poética cinematográfica que más influyó sobre su maduración estética fue, sin
expresión de una nueva forma y sensibilidad narrativa, a lo que se añadía la capacidad del
película en base a dos conceptos centrales: la profunda “humanidad” del film, y su capacidad
de narrar la realidad de manera “auténtica”. Estos son los dos núcleos poéticos principales
que el autor colombiano toma del Neorrealismo: el relato parecido a la vida y el interés por la
dimensión humana de los personajes, en especial de los protagonistas. Tales núcleos serán
muy importantes, no sólo para la orientación crítica de las reseñas cinematográficas de García
Márquez, sino también para la estructura de las obras literarias posteriores, especialmente El
Umberto D, film escrito por Zavattini y dirigido por De Sica. Una de las características más
evidentes de esta novela, es decir la minuciosa construcción de detalles y actos mínimos que
partir del relato neorrealista, observa Gilard, que García Márquez se propone representar la
profunda dimensión humana del personaje a través de una minuciosa recreación de sus actos
acierto” (García Márquez, “Entre cachacos” 48). Además, está también estudiando los
mecanismos del cine que García Márquez identifica la necesidad de enmarcar el conflicto
interior de los personajes en una adecuada representación del ambiente y del contexto:
critica negativamente las películas que, en vez de crear una totalidad con
del trasfondo [. . .]. Es decir, que no puede haber gran película –y pensando en
que debe concebirse en todos sus aspectos y dimensiones, constituye la premisa esencial para
narrativa de García Márquez. Refiriéndose a obras como El coronel no tiene quien le escriba
y La mala hora, Gilard apunta que, aun siendo tan realistas, estos textos “le abrirán también
paso al mundo del misterio” (García Márquez, “Entre cachacos” 49). Es, por lo tanto, en el
marco de la reflexión sobre el cine que empieza a madurar el paso, tan importante en la
de realismo. En efecto, la capacidad del arte del relato de representar los aspectos mágicos,
dedo para que brote una fuente de petróleo. Otro ejemplo: la escena de los
del Cinema Novo brasileño con palabras muy semejantes, refiriéndose al concepto de realidad
en América Latina:
. . . [L]a realidad son también los mitos de la gente, las creencias, sus
Me di cuenta que la realidad no era sólo los policías que llegan matando
gente, sino también toda la mitología, todas las leyendas [. . .] eso hay que
incorporarlo.
usas ese compás más amplio para medir la realidad latinoamericana, te das
Por lo dicho, no parece excesivo afirmar que la influencia del cine para la formación
característicos de su poética, ya que el lenguaje del cine influye tanto en la formalización del
estilo y de las técnicas narrativas de las obras escritas antes de Cien años de soledad, como en
Según Gilard, la influencia del cine es evidente, desde una perspectiva literaria, en los
textos escritos por García Márquez entre los años cincuenta y principios de los sesenta, como
Siempre creí que el cine, por su tremendo poder visual, era el medio de
expresión perfecto. Todos mis libros anteriores a Cien años de soledad están
tiempos del diálogo y la acción, y hasta una obsesión por señalar los puntos de
Antes de Cien años de soledad, las obras de García Márquez revelan la busqueda de
hoy cuando la leo me doy cuenta de que no es literatura sino cine porque lo
que en realidad yo quería ser era guionista [. . .]. Quiero decir que la novela
siguiendo con una cámara. Hoy en día cuando leo un párrafo de la novela veo
que tendría, los pasos que debía dar el personaje para moverse en él, etc.; o
También le comentaba a Plinio Apuleyo Mendoza: “Sí, [El coronel no tiene quien le
escriba] es una novela cuyo estilo parece el de un guión cinematográfico. Los movimientos
de los personajes son como perseguidos por una cámara” (García Márquez, “El olor de la
guayaba” 45). García Márquez era, pues, un escritor enamorado del cine, un crítico
cinematográfico amante en especial de la poética del neorrealismo y con todas las intenciones
de hacer cine con su pluma. Cine y literatura, en su manera de ver en aquel entonces,
coincidían perfectamente.
idea de estudiar cine en el Centro Sperimentale dirigido por Luigi Chiarini. Allí conoce a
muchos otros jóvenes latinoamericanos, como Fernando Birri, Gutiérrez Alea, Julio García
Espinosa, que llegan a la capital italiana atraídos por la sugestión de los grandes films
neorrealistas. Según recuerda Fernando Birri, el interés por Italia surgió entre los jóvenes
quando abbiamo iniziato a vedere i nuovi film italiani, penso a Ladri di Biciclette, La terra
trema, Paisà, capolavori del neorealismo. Allora siamo venuti in Italia, attirati da questo
cinema e anche dal movimento, dalle dichiarazioni teoriche, da certe cose letterarie che
con la presencia directa del maestro Cesare Zavattini en Cuba y México, el Neorrealismo se
los años cincuenta y sesenta. Pero García Márquez no concreta su amor por el cine
buscando un espacio en el mundo del cine como guionista. Decisión que, por cierto, le hacía
correr más riesgos de los que corre el escritor que, impulsado por su amor al cine, escribe
obras con estilo y estructura fílmica. Ya que la obra del escritor le llega directamente al lector
sin mediación alguna, mientras que el guionista trata de ser el autor, o por lo menos el
coautor, de una historia que necesita de todo un trabajo de realización antes de aparecer sobre
la pantalla como película. Intento y deseo, el del guionista, a menudo frustrado por la
mujer, un hijo y una idea fija en la cabeza: hacer cine” (Collazos 91). En aquella época en
aportaban argumentos y guiones, y cuyas obras eran a menudo adaptadas: “Varios autores
mexicanos, Rulfo, Fuentes, García Ponce, Arredondo y uno colombiano, García Márquez,
renovador del cine nacional” (García Riera, “Breve historia del cine mexicano” 240). Era el
caso, por ejemplo, de dos grandes proyectos emprendidos por el productor Manuel
guión a partir del argumento original de Rulfo, El gallo de oro; el otro, en la adaptación de la
obra maestra de Rulfo, Pedro Páramo. García Márquez participó en ambos proyectos, pero
los desacuerdos con el director del primero, Roberto Gavaldón, le hicieron sentir las
dificultades del trabajo de guionista; y más aún cuando la calidad de las películas quedó muy
por debajo de lo esperado. Sin embargo, un escritor decidido a hacer cine como guionista
tenía que resistir y buscar la manera de adaptarse a las condiciones y reglas de la producción
cinematográfica.
todas las películas en las que aparece su nombre en los créditos del guión: Lola de mi vida
peligroso), en 1966; Cuatro contra el crimen, en 1967; Patsy mi amor, en 1968. Ellas pueden
valer como prueba de las dificultades a las que debía enfrentarse un guionista cuya intención
era ser autor cinematográfico y, como es notorio, en cierto momento García Márquez se
convenció de que era imposible para un guionista, y hasta para un director, llegar a ser
realmente el autor de un film, por lo menos en las condiciones del cine que él conocía en
aquel entonces: “Y pienso que nunca me atreveré a hacer una película. Esa es la cosa más
complicada del mundo. Necesitas mover toda una industria para expresarte, lo cual, al menos
en las estructuras del cine comercial que conozco, es imposible (Torres 47).
país sudamericano. Patsy mi amor cuenta la iniciación amorosa de una adolescente mexicana
de buena familia, en el contexto de las modas juveniles de los años sesenta. Si se tiene en
cuenta el deseo y el esfuerzo de García Márquez por lograr una plena expresión personal en
el mundo del cine, la película no presenta aspectos de especial interés que reflejen el mundo
narrativo del autor; aunque como filme sobre la temática juvenil no resulta despreciable. Por
último, Cuatro contra el crimen es una película comercial sin más prentensiones en la que
Por lo dicho, Tiempo de morir resultó en cambio una feliz excepción. Gabo escribió el
guión en 1965 con la participación de Carlos Fuentes, quien ajustó los diálogos, y se publicó
de la historia, García Márquez recordaba que surgía de la imagen de un “viejo pistolero que
ha aprendido a tejer, tras largos años de reclusión”, y que se trataba de una idea
“Historia documental del cine mexicano” 250). Exteriormente, Tiempo de morir se adhiere al
género del western, aspecto que la casa de producción Alameda films quiso enfatizar. Pero,
autor. Hay que notar, además, que la excelente relación entablada entre García Márquez y
Arturo Ripstein, quienes lograron encontrar un método de trabajo eficaz, con una buena
trabajé en la realización del guión en estrecha colaboración con Arturo, a base de reuniones
llana y poética” (García Riera, “Historia documental del cine mexicano” 250).
De esta manera, el guionista no sólo crea su historia sobre la página escrita, sino que
ideas. Y no deja de ser significativo que, gracias a estas condiciones, el filme logre expresar
también el universo poético y temático de García Márquez, quien logra ser así, por primera
vez, autor fílmico. Algunos de los temas de Tiempo de morir fueron luego retomados por
García Márquez en novelas posteriores como Crónica de una muerte anunciada, con respecto
al tema del destino, o Amor en los tiempos del cólera, por el tema del amor imposible que se
In Tiempo de morir la struttura è molto sofoclea. C’è uno che deve pagare per
un delitto e paga, per lo stesso delitto, due volte. La struttura è molto bella. La
storia del padre si ripete con i figli come in un flash-back, ma non è un flash-
back, sta accadendo nella realtà. La struttura è una trovata molto fortunata di
Más de una vez, García Márquez ha recordado la relación que existe entre su
la redacción de Cien años de soledad. Se trata de una relación ambivalente. Si, por un lado, el
trabajo de guionista pudo funcionar como fuente y método de desarrollo de ideas y materiales
narrativos que luego confluyeron en la gran novela; por otro, ésta fue concebida como una
liberación de las limitaciones del cine: limitaciones debidas a la naturaleza de las relaciones
técnicas narrativas a la hora de escribir un relato fílmico, entendido como género narrativo
distinto, con leyes propias. García Márquez resumía de esta forma la trayectoria que lo llevó
Consideraba que era un medio de expresión con el cual se podía ir mucho más
lejos que con la literatura. Suspendí el trabajo literario por un tiempo y me fui
desahuiciado en cine que empecé a escribir Cien años de soledad, que siempre
dije que está escrita contra el cine, en el sentido de demostrar que la literatura
que el cine. Pero lo que sí me queda claro a partir de Cien años de soledad es
que debe haber una separación total entre los dos géneros. (Harguindey 171)
En primer lugar, que el escritor que se dedica a escribir una novela o un cuento puede hacerlo
de manera más libre con respecto a la escritura de un guión, que tiene vínculos más estrictos.
Pero además, al escribir un guión, el autor no se enfrenta sólo a las leyes estructurales del
género fílmico, sino también a una compleja organización del trabajo necesario para la
realización de una película, en la que a menudo termina por tener un rol muy subordinado.
Por lo tanto, como autor para el cine, García Márquez se convence de que es muy difícil que
la posición del guionista le permita participar en las decisiones cruciales de la realización del
filme que están, en la mejor de las hipótesis, en manos del director: “Creo que el director
busca sus ideas por todas partes y trata de expresarlas; el papel del escritor es sólo el de ser
una de esas fuentes suministradoras de ideas” (Torres 48). Por ello, García Márquez declaró,
en algunas ocasiones, que se limitaría a ceder los derechos de sus obras o de sus argumentos,
soluciones literarias sino visuales la dejo aparte porque eso es cine y la vendo
contradicción entre el director y el guionista lo lleva a concebir una forma extrema de “cine-
escritura” que el director mismo debería realizar directamente con la cámara, prescindiendo
de una base literaria previa (el guión) y eliminando los condicionamientos del productor:
“¿Saldrá alguna vez a a la calle el director de cine, cámara en mano, para ponerse a redactar
su película allí mismo, con los actores delante? Sería un gran día para el cine” (García
comercial:
En algún momento pensé que podría ser director de cine [. . .]. Pero me di
cuenta luego que es un trabajo muy duro, sobre todo porque no sólo el cine
Sin embargo, García Márquez, nunca abandonó el cine. Por ejemplo, mientras le
directora venezolana Margot Benacerraf para preparar el rodaje de una película basada en su
guión original Eréndira. La película no llegó a realizarse en esa época, y algunos años
después, en 1972, García Márquez publicó el guión en forma de cuento en un libro que
llevaba un título, por así decir, más literario: La increíble y triste historia de la cándida
Eréndira y de su abuela desalmada. Así recordaría García Márquez algunos años más tarde
novela que filmar una película: pasaron cuatro años desde que el guión estuvo
realidad lo que hice no fue tratarla literariamente, sino que hice una adaptación
literaria del guión. Es decir, casi todo el proceso contrario al de adaptar una
del guión había sido publicado en la revista venezolana Papeles del ateneo de Caracas
dirigida por el escritor Miguel Otero Silva, en la que se lee: “Guión cinematográfico de
García Márquez para Margot Benacerraf” (García Márquez, “Eréndira” 7). En base a los
datos que el mismo García Márquez cita en sus textos, el guión debe de haber sido escrito
hacia 1968, la misma fecha que aparece al final del cuento “Un señor muy viejo con unas alas
enormes”, publicado en la misma colección. Así pues, cuando años más tarde, al principio de
los ochenta, volvió a hacerse posible el proyecto de la película, ésta aparecía ya como la
adaptación de un cuento anterior. Tal vez fue por ello que García Márquez decidió recordar la
originaria forma cinematográfica de la historia, en una nota de prensa, “La cándida Eréndira y
del relato, Eréndira constituye sin duda uno de los más importantes films escritos por García
Márquez y, en la forma del cuento publicado, también el más leído. Con respecto a textos
como El coronel no tiene quien le escriba o La mala hora (que son textos literarios con estilo
fílmico), con la publicación de Eréndira García Márquez muestra haber adquirido una más
demuestra que también el guión puede tener un público de lectores, y no está dirigido
necesaria y exclusivamente a los realizadores de una película. Este aspecto tiene especial
relevancia.
García Márquez ha explicado que su preferencia por la literatura con respecto al cine
se debe a que la palabra escrita le deja un más amplio margen de libertad de imaginación al
lector, mientras que la imagen se impone de manera más concreta. Tras la publicación de
Eréndira, queda demostrado que lo mismo debe decirse del guión, ya que, siendo éste un
texto escrito, participa de la misma propiedad de la escritura literaria con respecto a la imagen
de una película. Así pues, García Márquez llega a concebir el guión como género literario,
que puede funcionar como modelo para la construcción de cuentos y novelas de tipo fílmico,
o incluso publicarse como film escrito. Sin embargo, como escritor, y más allá del caso de
liberarse de la forma y del estilo del filme escrito. Luego, en cuanto a guionista, su ambición
película. Y para hacerlo, la clave está en la busqueda de una buena sintonía artística con los
Durante los años setenta, después de haber conseguido fama mundial como escritor,
mexicanos, como Luis Alcoriza, Felipe Cazals y Jaime Humberto Hermosillo, quienes
realizan películas que despiertan cierta expectativa: Presagio (1974), El año de la peste
Márquez y Luis Alcoriza trabajaban juntos como guionistas para el productor Antonio
Motouk. La idea central de la historia del film (un presagio de misteriosas desgracias que
amenaza a los habitantes de un pueblo, y que termina siendo el mal anunciado), da lugar a
una estructura de la trama muy articulada, con un gran número de historias paralelas.
como por ejemplo el personaje de la pequeña Claudia, que se dedica a atrapar ratones en la
iglesia, o el del cura del pueblo, el padre Angel, o el mismo personaje de la Mamá Santos,
variación de la Mamá Grande. La historia de un pueblo que cae víctima de una especie de
de La mala hora, en la que los pasquines anonimos juegan un papel semejante al del presagio
en el filme. En una entrevista, sin embargo, Alcoriza recuerda el parentesco entre el guión de
. . . [A] partir de ahí [la idea del presagio] nos reunimos para trabajar. Lo
personajes y de situaciones, algunas muy bellas, que una gran parte tuvo que
quedar fuera. Se hizo una revisión de todo aquel material y luego yo solo hice
el guión definitivo. Gabriel tenía otra idea que por alguna razón se acercaba a
mientras el poder político y los medios niegan la evidencia de la enfermedad. Se trata de una
historia creada a partir de la adaptación del texto de Daniel Defoe sobre la peste que azotó
Londres en 1665 (A journal of the plague year). Cazals recuerda que el guión, en el que
participó también el joven guionista Juan Arturo Brennan, parecía prometedor y muy bien
estructurado: “Un guión que leído en casa sonaba muy atractivo” (García Tsao 197). La
elección del joven colaborador se hizo por medio de un concurso entre los estudiantes de la
existía entonces. Más adelante se incorporó al trabajo también el escritor José Agustín. La
película, cuya producción era muy ambiciosa, con muchas tomas externas y extras, tuvo que
María de mi corazón se filmó entre 1979 y 1980, a partir de un guión elaborado por
García Márquez y Jaime Humberto Hermosillo con un método de trabajo común basado en
Ello se debía, evidentemente, a la confianza que García Márquez le tenía al director, por lo
que podía estar seguro de que la película en la pantalla sería muy semejante a la que él había
imaginado en el guión:
4). “Un día por fin quedó listo el argumento. Él se pusó feliz y me dijo, “ya
encerrada en un centro psiquiátrico del que ya no logra salir nunca más. Posteriormente,
García Márquez publicó también una nota de prensa en la que contaba cómo había nacido el
filme, y recordaba algunas anécdotas del rodaje. Entre ellas, es interesante el recuerdo del
autor a propósito de los diálogos, que fueron en muchos casos apenas esbozados para dejar
espacio a la improvisación de los actores (María Rojo y Héctor Bonilla) durante la filmación.
Años más tarde, la historia de María tuvo una nueva versión en un cuento, “Sólo vine a
hablar por telefono”, publicado en la colección Doce cuentos peregrinos. Según escribe el
existía antes de la película, circustancia que se repite también en otros casos. Ello demuestra
que para el escritor colombiano una idea narrativa puede desarrollarse paralelamente en
distintos géneros, sin llegar a ser ninguno el género exclusivo de la historia, estableciendo un
Los tres films de los años setenta tienen en común el desarrollo de temas de tipo social
se ajusta, además, a la orientación y al espíritu crítico de los directores, quienes ya eran muy
el gran éxito incluso comercial de Mecánica Nacional, le otorgaban a Luis Alcoriza fama de
Revueltas, El apando. Jaime Humberto Hermosillo era conocido por los contenidos
pero también en temas como la soledad, la alienación y la locura, con películas como El
cumpleaños del perro o Naufragio. Por lo tanto, los guiones que García Márquez proponía no
típicos del espíritu comprometido del cine de los setenta en México, como recuerda el mismo
Hermosillo: “La selección del asunto de María de mi corazón por parte de García Márquez
tuvo en consideración el tipo de cine que me interesa hacer” (Lombardi 63). Además, hay que
García Márquez como guionista, método que consiste en la colaboración con el director y
historia que luego se filmaría, y por lo tanto, para él era más importante la discusión con el
director que la redacción escrita del texto. De esta manera se pone de manifiesto la diferencia
del proceso creativo del guión con respecto al trabajo del escritor, solo frente a su máquina de
momento de la escritura sólo es la fase final. En este sentido, el guión es entendido por
la oralidad y a la colaboración entre autores, aspecto que será más evidente aún, y muy
Otra película rodada durante estos años constituye un buen ejemplo de la decisión de
García Márquez de asumir un papel que se podría definir de asesor o colaborador externo en
chileno Miguel Littín. La adaptación de este cuento de Los funerales de la mamá grande fue
realizada por el mismo Littín y el escritor José Agustín, como consta en los créditos y en la
ficha técnica de la película. Sin embargo, es probable que Littín haya podido valerse de la
colaboración del mismo García Márquez, como cuenta recordando la continuación del
asombrados ojos dos libretas abiertas con sus páginas en blanco. “Este es el
sintió vengado menos su viuda, ese es el guión. Es la primera frase del cuento
Con un compromiso político aún mayor del de los tres filmes ahora mencionados,
nunca llegó a realizarse, pero el texto del guión fue publicado con distintos títulos en distintas
José Quezada, della casa di José María Castillo. (García Márquez ,“Il
sequestro” 12)
coronel no tiene quien le escriba, La mala hora y otros cuentos de estilo y estructura fílmica,
publicación de este texto como lo que es: un guión. Es probable que el valor político del
relato justificara una decisión editorial que en otras ocasiones García Márquez descartó. Se
relato que, si bien requiere una lectura en cierta medida especializada (el conocimiento,
lectura, tanto como cualquier otro género literario, como el drama teatral, el cuento o la
novela. Es interesante que en su atento análisis, Cesare Acutis identifique una relación entre
italiano sugiere una “lettura del Sequestro alla luce delle tecniche attuate all’interno del teatro
politico ed epico di area brechtiana” (7), para descubrir, por esta vía, los antecedentes
literarios de este guión político en el campo del drama teatral. Pero luego establece también
un nexo con la poética del mismo García Márquez: “Ma la realtà stessa fotografata senza
filtri nel Sequestro, prende a sua volta, a tratti, forme fantastiche o involontariamente
metaforiche che rimandano all’universo favoloso delle opere di finzione” (9). Y por último,
limitato a delegare allo schermo le proprie funzioni, chiedendogli di comportarsi, nei riguardi
dell’azione del comando Quezada, come un narratore nei riguardi del suo oggetto” (16). Así,
pues, queda definido un texto que, con influencias de la tradición del teatro político
brechtiano, y compuesto según las leyes y las técnicas del relato fílmico, no deja de ser
a cabo también la adaptación del cuento Un señor muy viejo con unas alas enormes. Aunque
distancia de pocos años, ya que en ambos filmes se expresa un mundo creativo peculiar del
autor, que trae inspiración de la fábula mágica, con sus seres encantados y sus prodigios
fantásticos, pero que también toca ese lado oscuro que a menudo las fábulas evocan. Como
ya se dijo, el proyecto de Eréndira había empezado a gestarse a finales de los años sesenta,
en manos de una directora venezolana. Luego el trabajo pasó al director Ruy Guerra, que era
uno de los jóvenes artistas que habían hecho surgir el Cinema Novo brasileño, del que su
película Os fuzis es una de las obras maestras. Ruy Guerra recordaba que García Márquez
por su filmografía:
Ce project remonte à trés loin, c’est un vieille histoire d’amour entre Marquez
travaillais avec Vargas Llosa sur un projet de film. On s’est rencontré allor et
comme il aimait beaucoup les Fusils er Tendres chasseurs il voulait que nuos
A propósito del trabajo del guión, Ruy Guerra refiere que García Márquez reescribió
el texto del viejo guión perdido, como base para un nuevo proceso de trabajo en el que
metteru en scène qui discute avec l’écrivain du film qu’il va tourner. Nous
En otra entrevista, el director explica que el trabajo conjunto con García Márquez se
por lo que la pareja director-guionista podía considerarse como una entidad única, con una
quisimos realizar una película juntos y estuvimos como diez años o más para
Había sido realizado durante una larga amistad de muchos años. (Castillo 17)
“Un señor muy viejo” representa en cambio un caso lineal de adaptación de un cuento
ya existente, utilizado como argumento. El texto fue elegido por el director argentino
Fernando Birri. Según sus palabras: “Lui [García Márquez] mi ha detto – scegli un racconto –
[. . .] allora ho dovuto fare un flash-back velocissimo di tutti i suoi titoli: e la memoria, che è
un buon consigliere perché filtra e lascia solo i ricordi più vivi, ne ha fatto apparire uno: Un
En los créditos de la película, rodada en Cuba en 1987, García Márquez aparece como
colaborador al guión, que por lo tanto se debe a la redacción definitiva de Fernando Birri: “El
guión fue escrito y reescrito por Birri en siete versiones sucesivas durante siete años, después
de cada lectura y sesión de trabajo con García Márquez, en París, México, Cuernavaca,
Cartagena de Indias, Roma y La Habana” (Birri 38). Se confirma, de este modo, el método de
trabajo perfeccionado por García Márquez, que se basa en la profunda amistad y estima por
los directores con los que elegía trabajar, y con sesiones de discusión previas a la escritura del
trasladar su eje de México a Cuba. Fernando Birri, que en Roma había introducido a García
Márquez en los ambientes de la escuela de cine, será compañero inseparable también de las
como en la creación de la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños en Cuba, que jugará
Gabo concentra sus esfuerzos en la escuela cubana, también llamada Escuela de los Tres
Una escuela para un cine latinoamericano libre, que encuentra su fuente de inspiración en la
experiencia del neorrealismo italiano, pero que al mismo tiempo no deja de lado la atención a
los aspectos productivos y a los acuerdos internacionales que permitan la realización de los
limitaba sólo a la preparación y realización de talleres de guión, en los que los estudiantes
desarrollaban las ideas narrativas a través de un trabajo de grupo guiado por Gabo y otros
producción inicial se concretó con seis largometrajes a cargo de sendos directores, destinados
questa serie degli Amores difíciles abbia molte possibilità, perché nella misura
questo essa sará capillarmente diffusa a livello mondiale [. . .]. Ognuno dei sei
registi che hanno partecipato alla serie ha la propria concezione del cinema,
anche molto diversa da quella degli altri. García Márquez è stato molto
69-70)
Los seis episodios representan sendas variantes del tema del título de la serie, los
amores díficiles, y fueron realizados por cinco directores latinoamericanos y uno español:
Jaime Humberto Hermosillo (México), Ruy Guerra (Brasil), Tomás Gutiérrez Alea (Cuba),
(España). Un guionista para todos los films: Gabriel García Márquez. La ambición que anima
el proyecto es evidente, tratándose de una gran producción que incluye la fase de elaboración
los guiones. Se puede hablar de una verdadera revancha del escritor que, como guionista,
había sido a menudo marginado en un rol subordinado o secundario por el mundo del cine,
penumbra, y sólo el que se resigne a ese exilio interior tiene alguna posibilidad
de sobrevivir sin amargura. Ningún trabajo exige una mayor humildad. Más
Así pues, desde una nueva posición de fuerza, Gabo puede proponerle a sus
estudiantes y colaboradores nuevas y viejas ideas narrativas para adaptarlas a las exigencias
de la serie, según la orientación de cada director. Además, hay que subrayar que, en este
proyecto, las modalidades de trabajo entre el escritor y los directores, por su carácter de
creación común a través del diálogo, se asemejan al método de trabajo abierto y participativo
resultado de un trabajo de equipo, con momentos de libre asociación de ideas, seguidos por
publicación de las sesiones de trabajo del taller correspondiente (García Márquez, “Me
alquilo para soñar”). Hay que subrayar, además, que incluso por razones de promoción y
producción de los trabajos de la escuela, García Márquez y los otros fundadores del instituto
ya no piensan sólo en el cine, sino también en el video y la televisión. Escribía Fernando Birri
La serie Amores díficiles había sido concebida para funcionar en la frontera entre cine
alquilo para soñar, en cambio, es un texto pensado exclusivamente para la pequeña pantalla.
Máquez en el que se narra la historia de una mujer que se alquila para soñar el destino de una
familia. Rodada por Ruy Guerra, la telenovela está construida con un registro fantástico en el
que se mezclan dramas y secretos familiares, enredos policiacos y el enigma de los poderes
isla de Cuba en el proyecto no se limitaba a la fase de escritura del guión en la escuela de San
en consonancia con el espíritu que había animado la decisión de implantar tanto la escuela
acumulado en la isla.
fue llevada a cabo por García Márquez también en México, donde se planearon una serie de
mediometrajes para televisión, producidos por Amarantra films. Para García Márquez esta
serie era muy similar a los Amores difíciles, ya que se trataba de productos destinados a la
televisión, pero sobre la base de temas bien pensados y con un enfoque cinematográfico.
Entre 1990 y 1991 se completaron tres títulos: Contigo en la distancia, de Tomás Gutiérrez
Alea (guión en colaboración con Eliseo Diego) El espejo de dos lunas, de Carlos García
Agraz (guión en colaboración con Susana Cato), y Ladrón de sábado de José Luis García
Agraz (guión en colaboración con Consuelo Garrido). Por último, en 1991 la televisión
colombiana RCN produce otra telenovela, María, adaptación en diez epidodios de una hora
de la homónima novela de Jorge Isaacs, realizada por García Márquez junto a Eliseo Diego y
entre García Márquez y el cine, en el sentido de otorgarle ahora una libertad creativa mucho
más amplia que a principios de su carrera, resulta evidente si se mira al último proyecto que
trataremos aquí, concluido en 1996: el filme Edipo Alcalde, filmado por Jorge Alí Triana, con
una coproducción entre México, Colombia y España. En el texto La bendita manía de contar,
pueden leerse algunos de los debates surgidos durante la elaboración del guión. El director,
colombiano contemporáneo. Con ella, García Márquez realiza un antiguo sueño y le da forma
a una antigua obsesión: trabajar sobre la obra maestra de Sófocles, que tanto influyó sobre su
obra narrativa desde sus comienzos. Gustavo Ibarra Merlano recuerda que, tras leer La
tragediógrafo griego: “Yo le dije: ‘Gabriel, este es un tema de Sófocles’. Él abrió los ojos y
metodología que había tenido para leerlos” (Montes Mathieu 2-3). Así, pues, en una de sus
últimas experiencias como guionista, García Márquez regresa a los inicios de su obra
bajo el signo trágico del destino. Se trata de una lúcida y dolorida reflexión sobre la guerra
civil en Colombia, cuya absurda fatalidad encuentra la clave de expresión más adecuada en el
paralelo con la historia de Edipo, y la imagen más emblemática y de mayor fuerza dramática
en el grito desesperado del actor Jorge Perugorría, en el rol de Edipo, cuando toma conciencia
de su trágica culpa.
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