Karen Horney y su Tesis.
Karen Horney fue una médica y psiquiatra alemana que desarrolló
interesantes tesis en torno a las necesidades neuróticas. A diferencia de
otros teóricos de su tiempo, Horney estableció que la angustia en los seres
humanos nace de las tensiones afectivas que se dan entre el niño y padres
indiferentes o severos.
La misma Karen Horney vivió durante su infancia varios episodios que la
marcaron profundamente. Aunque hay evidencias de lo contrario, Horney
sentía una profunda falta de afecto por parte de su padre, lo cual la llevó
a refugiarse en el amor de su madre.
Pasó por algunas temporadas muy confusas durante su vida y esto la llevó
al psicoanálisis. Una vez concluyó ese proceso y después de hacerse
terapeuta ella misma, elaboró su teoría. En ella define 10 patrones de
necesidades neuróticas, a partir de su experiencia clínica.
Karen Horney indica que las necesidades neuróticas nacen de
necesidades que inicialmente son completamente sanas. Sin embargo, las
vicisitudes de la vida hacen que se conviertan en demandas exageradas y
distorsionadas, que terminan haciendo gran daño a quien las experimenta.
Las 10 necesidades neuróticas, según Karen Horney, son las siguientes:
1.- Necesidad exagerada de afecto y aprobación.
Es una de las necesidades neuróticas que se manifiesta como idealización
del amor, en todos los terrenos. La persona experimenta una profunda
necesidad de recibir afecto y resiente hasta las más pequeñas muestras de
indiferencia, desapego o rechazo.
Por eso mismo hace todo cuanto esté a su alcance para complacer a los
demás y así ganar su afecto. Puede ser capaz de llegar a sacrificios o
acciones inverosímiles, con tal de lograr que las figuras amadas
correspondan al afecto que él o ella le prodigan.
Identidad: Susy Díaz, por su continua exhibición.
2.- Necesidad de una pareja dominante.
Está asociada con las necesidades neuróticas de afecto, pero en este
caso se dirige exclusivamente a la pareja. La persona cree que el amor la
salvará, que le permitirá contar con alguien que le dé sentido a su vida y
que tomará las riendas de todo aquello que anda mal.
Una vez más, el neurótico idealiza el amor y le otorga propiedades que
van más allá de lo real. Es común que se haga a la idea de que su
problema no es esa expectativa desproporcionada frente al amor de
pareja, sino que no ha logrado encontrar la pareja ideal para llegar a la
plenitud. Y puede gastar toda su vida buscándola.
Identidad: Rosario Ponce, por lo sucedido en el caso mediático.
3.- Necesidad exagerada de poder.
Se expresa como un profundo deseo de controlar a los demás, de
competir y de ser aquel que dice siempre la última palabra. En este tipo de
personas hay un gran rechazo e incomprensión frente a la debilidad de los
demás, al tiempo que una gran exaltación a las conductas que muestran
fortaleza o habilidad.
Identidad: Alan García, se mortifica cuando alguien le dice lo contrario,
pues siempre cree tener la razón.
4.- Necesidad exagerada de explotar a los demás.
Corresponde a lo que comúnmente conocemos como personas
egocéntricas. Piensan que los demás están ahí para ser utilizados por él. Los
otros les interesan solamente como instrumentos de sus propios deseos y
necesidades. Quieren ser escuchados, pero no escuchan. Quieren ser
amados, pero no aman.
Identidad: Lucia de la Cruz, lo que hasta la actualidad le trae
inconvenientes con algunos ex compañeros y romances anteriores.
5.- Necesidad exagerada de reconocimiento o prestigio social.
Esta necesidad lleva a que una persona organice toda su vida en torno al
“qué dirán” o “qué dicen” los otros. Se preocupa irracionalmente por la
apariencia, al punto en que puede meterse en líos, como por ejemplo,
tener ropa de marca, o el mejor auto. Le aterra ser diferente o “salirse del
rebaño”, porque no tolera la crítica.
Identidad: Elita Espino, debido a que la encontraron culpable en el caso de
parricidio que tuvo como único móvil el lucro, todo por la necesidad de
ostentar una vida de apariencias.
6.- Necesidad exagerada de admiración personal.
Es similar a la necesidad de reconocimiento, pero en este caso el énfasis
no está en ser aprobado por los demás, sino que además demanda que
los otros le exalten. Quieren ser el primero que da la respuesta, el que más
colabora, el que mejor cumple. Pero no lo hacen por una convicción sana,
sino esperando que quienes le rodean le construyan un pequeño trono
para reinar.
Identidad: Rosario Ponce, tiene un perfil cercano por lo mediático del caso.
7.- Necesidad exagerada de logro personal.
Para quienes están angustiados y obsesionados con los logros, la
competencia es el estado natural de la vida y el error o el fracaso nunca
caben en la agenda. Para ellos solo cuenta ser el número uno en todo y
demeritan por completo a quienes no les otorguen el primer lugar. Lo suyo
es presumir por lo magníficos que son.
Identidad: Alan García, es un perfil exacto de lo descrito.
8.- Necesidad de restringir la propia vida dentro de limites estrechos.
Quien experimenta esta necesidad neurótica se impone el mandato de
poner grandes límites a sus deseos. Piensa que debe pedir poco,
conformarse con poco y no aspirar a gran cosa en la vida. Es una especie
de mecanismo de defensa contra la frustración. Su consigna es, Si no
deseas, nunca te vas a sentir frustrado.
Identidad: Lucia de la Cruz, en muchas veces se conoció que se conforma
con lo que tiene y que no tiene la necesidad de depender de nadie.
9.- Necesidad exagerada de autosuficiencia e independencia.
Es la necesidad de llevar la independencia a los extremos. Aquí ya no se
trata de lograr la autonomía que todos debemos alcanzar, sino de no
necesitar a los demás incluso cuando realmente los necesitan. No quieren
ayuda, porque temen depender.
Identidad: Lucia de la Cruz, siempre disfraza una fortaleza y así requiera de
apoyo, jamás lo solicita.
10.- Necesidad de perfección e insaciabilidad.
Da lugar a los típicos “pulcros o que quieren todo se haga de la
manera que tenga el mas mínimo error”, es decir a aquellas
personas que no toleran un gramo de polvo sobre la alfombra.
Ante una equivocación propia o ajena, reaccionan como si se
desplomara el mundo. No tienen la capacidad para aprender
de los errores y mucho menos para reírse de sí mismos cuando
fallan.
Identidad: Alan García, compite constantemente por mostrar una
capacidad impecable y que no existe una autocrítica de sí mismo.