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Bernardette - Etica o Filosofía Moral - Tradicion

extracto de la filosofía moral tomista de Bernardette
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D. BARBEDETTE EePic A Oo Filosofia Moral conforme al pensamiento de Aristételes y Santo Tomas Traduccién de Satvapor ABASCAL t EDITOR{AL TRADICION MEXICO Advertencia del Editor . Nociones preliminares . PRIMERA PARTE DE LA ETIGA O MORAL GENERAL Libro Primero Paixcwios IvTRINSECos DE LOS Acros HUMANOS Capfruco I. Bl fin iiltimo . 5 2 se Art, L-Existencia del fin dltimo . ate ‘Art. TL-Naturaleza del fin Glimo . 1, La bienaventuranza objetiva . UL. La bienaventuranza subjetiv sada re ein eet ‘Art, T1-La persecucién del fin dltimo. 5. Caviruto TL. Las leyes de los actos humanos . ‘Art. I-La ley en general. - 2 2. - ‘Art, I-La ley etema. . - - : Art, HIL-La ley natural « ‘Art, IV.-La ley positiva. 5. - © for: Libro Segundo PRrINciPios EXTRINSECOS DE LOS AGIOS HUMANOS GariruLo I. De lo voluntario en los actos humanos Caviroro 11. Moralidad material de los actos hu- mondb's ets Mi bay E ‘Art, I-Existencia de la Moralidad objetiva . ‘Art. TL-Naturaleza del bien y del mal moral . 3 7 330 INDICE DE MATERIAS 1, Verdadera doctrina de la moralidad AL. Falsas opiniones sobre la moratidad An. UL.-Fuentes de la moralidad Cariruro IH. Moralidad formal de tos actos huma- OR ta Ax, I-La. sindéresis Art, I-La ciencia moral Ant. TI—La conciencia moral Cavirete IV. Consecuencias inmediatas de los actos humanos . Art, I-La imputabilidad Art, IL-El mérito y el demérito Art, IL-La virtud y el vicio SEGUNDA PARTE DE LA ETICA © MORAL ESPECIAL Libro Primero ‘Monat. prvipvat, Carireto I, Del derecho y del deber en general . Art, I-EI derecho . Art, IT-El deber : Art, TH-Relaciones del derecho y el deber Cavireto IL Deberes del hombre para con Dios Art, I-La seligién natural en general Art, IL-El culto, expresién de la Religion - : Art, IIL—La oracién de peticién Carfreo IIL Deberes del hombre para consigo mismo Art, T-La perfeecién del alma Art, IL-La sumisién del cuerpo Art. IIL—La conservacién de la vida . 80 86 100 103 108 109 13 7 118 121 127 137 138 143 145 149 150 154 159 165 167 175 179 INDICE DE MATERIAS 331 CaviruLo TV. Deberes det hombre para con sus sex ‘mejantes . 183 Art, I-Deberes respecto de Jos bienes internos eel projimo 185 Art, IL-Deberes respecto de los bienes externcs del préjimo . 192 1. Del derecho de propiedad 192 TI. El socialismo o colectivismo 202 IIL, Diversos modos de adquisicién de la propiedad . bm 22 Libro Segundo ‘Monat, soctan viruLo 1. La sociedad familiar I-La sociedad conyugal Ii-La sociedad paterna Art. TIL-La sociedad doméstica Caviruto IL. La sociedad civit Art. Att, IL-EI poder civil. An. [11 —Diversas formas de gobierno Art. 1V.-Funciones y Art, VirDeberes de los ciudadanos CariruLo WIL. La sociedad internacional Art, I-El derecho de gentes Art, IL-La unién de los pueblos Caviruro IV. La sociedad religiosa Art. I-Necesidad de la religién . Art, IL-Relaciones de la Iglesia y el Estado ETICA © MORAL GENERAL malos. Cosa que no se puede realizar, sobre tod) a causa de las pasiones sin la ayuda de la virtud; La menor es evidente: ‘tiles fisicamente, a pasiones son moralmente indiferentes para el bien © para el mal,?? pero ejercen una gran influen ora sobre la decisién, ora sobre la ejecucién de actos voluntarios: por lo tanto la virtud debe dir gir las pasiones hacia el bien, con el temor de qui no vengan a ser auxiliares del vicio. (Psicolo. gia, n. 68-61). “Ast es que no acusamos a nuestra SEGUNDA PARTE DE LA ETICA pasiones, sino solamente a nuestra voluntad”.l “La victoria sobre sus pasiones es siempre posible, y,constituye la més gloriosa y Ja més titil de la victorias”.!4 Necesarias y muy deseables son pues las viru des, por cuanto, siendo fruto de buenas obras, seguida son su principio. (n. 32). ° MORAL ESPECIAL + El hombre es a la vez una persona privada y el iniembro natural de una sociedad, porque es un "\nimal sociable”; por Io cual dividiremos la mo- yal especial en dos partes: I. Moral Individual; I. Moral Social. {Ghanaian Dri ajdt 1 elisa ent iopoee Tab. (lease con preeaucén). 31 CastaLen, of. cit. p. 309, 88 Suma teol, II, a. 24, a. 13 4. 19, a, 2. 38 San Acustin, Exposicién sobre el Salmo 148, 0, 4. 34 Casreteiny, op. cit, p. 410, Libro Primero MORAL INDIVIDUAL La Moral individual trata de los deberes y de los derechos de cada individuo, ora para con Dios, ora para consigo mismo, ora para con sus semejan~ tes, De aqui tres capitulos, que haremos preceder de otro més general: I. Del derecho y del deber en general; ~ 11. Deberes para con Dios; — 1. Deberes para consigo mismo; ~ IV. Deberes para con sus semejantes. Articulo T El derecho. 62, Definicién del derecho. A-L; ««, go que teehee ‘derecho” expresa siempre al- ma el comfaneond ee, 38 Sigaifica ta ley mise o también el efeste de fee 4 el objeto de la ley B.-En cl sentido estri ricto, se le define asi: poder moral que cada quien tiene de disponer & fo suyo 0 de rectamar lo que le es debido. Por lo tanto: act pi fencia del derecho no consiste en un po- fsico, sino moral, esto es, eonforme a la razén 3 ls reas 7 42 moral, Porque la fuerza pue- een ext existr in contar con la frets, | Teche Puede 2. El sujeto del derecho derecho es una person: esto es dlotada de inteligenciay aint ca : Saree F puede cjercer un poder inorsh © oletivas 3 Suma teol, IEA, a. 1 et. 2, 139 | slogan, NprvipuaL. L.os filésofos contemporineos, tales como Ahrens? y Damiron, se engafian pues cuando, en pos de Pitigoras y de Empédocles, atribuyen a los animales derechos ver- Nladeros que los hombres deben respetar en conciencia. 3, El derecho produce siempre un efecto, por- que determina en of7o una relacién correlativa (n. supone por Jo tanto una segunda persona 4, He aqui por qué el objeto inmediato del de- yecho es un acto que se tiene el poder moral (le hacer o de exigir de otro: por ejemplo, yo lengo el derecho de tomar mi dinero o el de exi- tir que mi criado me sirva a la mesa. 5, En fin, el derecho se funda, con Ia ocasién de un acto que se Hama titulo (acto de venta, de cambio, etc...), sobre la ley positiva o sobre la ley natural, de suerte que est basado, en dltimo andlisis, sobre la ley eterna. 63. Propiedades del derecho. De la definicién del derecho resultan cuatro consecuencias sobre la inviolabilidad, 1a coercidn, la limitacién, y el conflicto de derechos. 1. La inviolabilidad: seria contradictorio que una persona tuviera el derecho de hacer libremente igo y que otra tuviera al mismo tiempo ¢l dere- cho de impedir el ejercicio de ese poder. Si asi fue- se, el derecho se opondria al derecho, la verdad ado por TAPAREL- P Auaans, Cours du droit naturel, 1844, x i Ta sociedad “pro Lt, Saggio teoretico; ~ asimismo en nuestros feetora de animales”. 140 ETICA © MORAL ESPECIAL, se opondrfa a la verdad, lo cual no es posible que ocurra en un orden de cosas establecido por un Dios sapientisimo, Habria que inclinarse también ante la famosa teoria del hecho consumado, 0 “del derecho del més fuerte”, que da fuerza de ley a Jos hechos y que tiene por divisa la siguiente: “; Ay de los vencidos!”,? mientras que al contrario “ana injusticia de hecho, aunque la corone el éxito, no perjudica jams a la santidad del derecho", 2. La cohersién: es el poder de servirse de la fuerza fisica para defender una persona su dere. cho, 0 para exigir lo que le es debido, Este nucvo poder se afiade al primer derecho, al menos al de. echo perfecto, y le es necesario: porque sin él el derecho a menudo serfa ineficaz, y su inviola, bilidad moral vendrfa a ser intitil'o insuficiente, 3. La limitacién: porque toda actividad indivic dual debe estar sabiamente limitada por la ley, en atencién al bien comin: por lo cual ciering acciones son prohibidas, aunque no sean malas en st mismas, y tal prohibicién se lama limitacion del derecho. 4. El conflicto: se llama asi ori opacity a metarcanente mo objeto, de suerte que el ejercicio de uno impi- de el ejercicio del otro, Pero esta oposicién no podria ser sino aparente, pues de otra manera lo verdadero seria contrario a lo verdadero, y lo justo a lo justo. Por lo cual en el caso de conilicto entre * Cousm, Introd, a Hist. de la Phil, lee, IX. + Pio IX, Syllabus, prop. 56 y 61. 141 |. MORAL INDIVIDUAL «los derechos, el uno o el otro forzosamente no es Ins que aparente, y el inferior, por ejemplo, el de- vcho humano, debe inclinarse ante el derecho di- Vino, segin el axioma: “el inferior debe obedecer al superior”. 64. Diversas especies de derechos. 1° Desde el punto de vista del jin, se distingue el derecho de jurisdiccién y el derecho de propie- dad. El primero es el poder de hacer leyes, para el bien comdn de una sociedad; el segundo es el de- recho de obligar a los demas a respetar el bien per- sonal de uno. Este existe aun entre iguales. El primero no reside sino en los superiores; el uno rige las cosas, el otro rige inmediatamente las volunta- des, 2 Hay dos especies de derechos de propiedad: el derecho sobre la cosa (in re), y el derecho a la cosa (ad rem). El primero se aplica a una cosa que ya se posee, el segundo a una cosa que todavia no poseemos, pero que tenemos derecho de poseer: por ejemplo, se me debe entregar el caballo que acabo de comprar. 3° Desde el punto de vista de su fundamento, el derecho se funda ora sobre la naturaleza misma del hombre, y se llama derecho innato, natural, primiti- vo y absoluto: por ejemplo, el derecho de vivir; ora, al contrario, sobre un acto libre, por ejemplo, un pacto hecho entre muchas personas, y se Ilama derecho adquirido, adventicio, secundario 0 hipo- tético. 142 ETICA © MORAL ESPECIAL _ 4° En fin, ef derecho se refiere directamente a la justicia o a otra virtud moral: en el primer caso, se Ie Hama derecho estricto y perfecto; en el segun do, imperfecto y no estricto, El uno atiende a la Justa lotr ata equidad al primeto cortespon- lcber absoluto, i so ees abe wo segundo el deber cn senti- Articulo IT El deber. 65. Dofinicién y elementos del deber. El deber se define asi: “Una obligacin moral por la cual la voluntad es constrefiida a hacer 0 a no hacer algo”. ‘Ast pues: 1°. Formalmente es una obligacién mo- ral, esto es, una liga moral que la voluntad no ‘puede romper sin turhar el orden racional y violar tun derecho.-2" El sujeto del deber no puede ser por lo tanto sino una persona moral dotada de li- bertad.-3" Nadie est ligado sino respecto a al- guien que tiene derecho de obligar y para con el cual se cumple ese deber~4" Los deberes tienen por objeto actos positives u omisiones.-5* Se es- tablecen o se suprimen por una ley que prescribe © que prohibe, pero tienen su fundamento dltimo en Ja ley eterna. 66. Divisién de los deberes. 1°, Desde el punto de vista de la materia, segiin que ésta sea prohibida o prescrita, el deber es ne- gativo o afirmativo. Los preceptos negatives obli- it ETICA © MORAL ESPECIAL, gan siempre y para siempre, o sea, en todos los tiem- pos, en todos los lugares y en todas las circunstan- cias: asi es la prohibicién de blasfemar. Los precep- tos afirmativos, por el contrario, no obliga. sino por el tiempo, en el lugar y cn las circunstancias fijados por el legislador, por ejemplo: el pago del impuesto. 2 Desde el punto de vista de su principio, el deber es natural y primitivo, 0 positive y adventi- cio, seytin que se desprenda de la ley natural o de Ia ley positiva, 3° Desde el punto de vista de su naturaleza, el deber se divide en deber juridico-moral y deber moral. El primero es un deber de justicia; por ejemplo: Ia restitucién; el segundo, un deber de caridad, por ejemplo, la limosna, El uno correspon de al derecho perfecto y estricto, cl otro al dere- cho imperfecto.t (n. 64,91). 4° En fin, desde el punto de vista de su término todos Jos deberes son para con Dios, para con eb préjimo y para con uno mismo. “Suma teol, THHT, 4. 80, a. 1, Articulo TIT Relaciones del derecho y el deber. 67. gCuéles son las relaciones del derecho y el deber? 1. Uno y otro tienen su origen directamente en la ley. Porque: I*. El deber es una obligacin mo- ral; ahora bien, toda obligacién viene de una ley que liga la voluntad.-2" El derecho es el poder moral de hacer algo o de obligar a los otros a ha- cer algo; cn el primer caso proviene de la ley natu- ral, que permite todo lo que no est4 prohibidos en el segundo caso la fuerza obligatoria viene ora de la ley natural, ora de la ley positiva, que otor- ga al hombre el poder de exigir lo que le es debido. ‘Ast es que en uno y otro caso el origen préximo del derecho es la ley.-3" Pero el fundamento su- premo del derecho y del deber esta en Dios, porque toda la ley se basa en Ia ley eterna de Dios Por Jo tanto es un error buscar ese fundamento en la fuerza (materialistas) 0 en los instintos de la naturaleza (sensualistas), 0 en la utilidad social (socialistas), 0 en 2 CaBRLEIN, of. cit. p. 297. 10 146 Ja libertad (libertarios), 0 en la humanidad, a la que se deifica (Comte), o en’ fin en la solidaridad social (L. Bourgeois), etc. (Cf, n, 38-42, 92). IL—Desde el punto de vista de la prioridad del derecho y del deber, son ciertos dos principios: a) El derecho, considerado en si, ontolégicamen- te y de una manera absoluta, es anterior al deber. En efecto, todo deber en las creaturas deriva de la ley eterna 0 de Dios; pero Dios, que es soberana- mente independiente, no tiene mas que derechos y ningtin deber. Luego el derecho ¢s anterior. b) Considerado en las creaturas dotadas de mo- ralidad, el deber es anterior al derecho; ademés, los derechos se fundan en el deber, puesto que to. dos os derechos del hombre estén’ basados en sus deberes para con Dios. Concebimos al hombre primeramente como una creatura que depende de Dios tanto en su existencia como en sus operacio- nes. Luego el hombre no puede desconocer sus deberes para con Dios, sin privarse por eso mismo de todo derecho, sin destruir por la base Ja familia y la sociedad. Por lo anterior se ve cudn vana es, sin Dios “la De- claracién de los derechos del hombre”, cuan ilégica Ia moral “laica” y peligrosa la educacién de la escuela neutra, que sistemAticamente se niega a insertar en sus programas Ja obligacién de ensefiar los deberes para con, ios. # Journal officiel, Discours de M. Bantuov, 12 de junio, 1913; — cl. Arretd ministeriét du 23 fev,, 1923; ~ Dz Baoctte, La Morale sans Dieu, 1886. 147 }) MORAL INDIVIDUAL. 111, Bn fin, desde el punto de sta del od juiento, la ley es el principio o el criterio qui 7 \c-distinguir los derechos y Tos deberes. Em efecto, In ley es Ia regla del bien moral y consiguiente- imente de to justo, que es una especie de bien mo rale-Concluyamos que el derecho y el. deber no pueden ni existir ni concebirse el uno sin el otro. at ; Corolario—Consiguientemente, cl derecho yl cher son correlativs en el sentido de que a todo ‘lerecho coresponde un deber, y no en el sentido dle que alguno de los dos no podta ser anterior a tito, En electo, el derecho es anterior y el deber de- pende det derecho: si uno de los términos de la felacién no fuese anterior al otro, no se podria concebir ninguna obligacién propiamente dicha. Capitulo II DEBERES DEL HOMBRE PARA CON DIOS.2 Este capitulo tiene por titulo: de los deberes, porque el hombre no tiene ningiin derecho sobre Dios. Como los deberes que ligan a Ja creatura ra- cional con Dios constituyen la religién natural, nos- otros trataremos: 1° De la Religidn natural en gc~ neral; 2° Del culto que es su expresién; 3° especial- mente de [a oracién. i Saw Aavstis, De la verdadera religién; — Suma teoly IL-1, fq. 81; ~ Fawevon, Lettres; ~ Fravssinous, Déf. du Christ; ~ Du GuunSrewant, Phil. des Jac. actives et morales; ~ “Tmsnowiex, Commentaire de Pencycl. “Rerum Novarume”, p. 24-#l; ~ THamny, Fondements de la morale, p. 8-21; ~ Hewnt Baur, La, socitt Chrétienne dapris les enseignements pontificaus, 11, p. 15-18; RomnonManev, dux prises avec Papostasie des masses, 1930, p. LiL-187; — Maosin, Laiciome et laicité, 1980, Articulo [ La religién natural en general. i6n de la religién natural. A.-La palabra religién (religare, reli i 2 igare, veligar) desi na las ligas 0 los deberes por los cuales cl hot esté como “atado o ligado a Dios”, y que le im= piden alejarse de El. Se trata aqui de la religié: natural, cuyos deberes dificren, al menos por la ma: nera como son conocidos, de los dogmas y de los preceptos de la religién sobrenatural. B.—La religién puede definirse desde dos puntos de vist: 1° Subjetivamente es una disposicién 0 habit que se ha definido asi:? una virtud moral ie Ta cual le rendimos a Dios el culto y los honores que le son debidosEsta virtud moral de religién cs una de las partes de la justi 2°. Objetivamente “es el conj junto de deberes a los cuales estd sometida la creat i¢ de ial tt) ‘ura racional res~ W ooeciy Gan gouit eh 2 Sama te TLE Oa ey 151 J MORAL INDIVIDUAL Hintre estos deberes unos son Tlamados teoldgicos, porque se refieren directamente a Dios, como creer {aperar, amar; los otros son Tlamados morales, pot- {jue tienen un objeto creado, por ejemplo, obede- (et, hacer penitencia, y no se reficren sino indirec- tamente a Dios. 69. Do si el hombre esté obligado a cumplir doberes para con Dios. ‘Los errores mas graves se han extendido en nues- ros dias acerca de la necesidad de la religién: hay hombres que, al menos prdcticamente, rechazan toda religion, y piensan que no hay por qué rendir- lea Dios culto alguno. Es forzoso refutarlos. * TESIS El hombre, por su naturaleza, esté necesariamente obligado a cumplir deberes de religién para con Dios. Prueba.-Dios es soberanamente perfecto; los hombres dependen de El como de su supremo principio; estén ordenados respecto a El como res+ pecto a su fin supremo. Luego deben rendirle a Dios los deberes de religién: a saber, la alaban- za, el servicio y el amor. 1°, A causa de su excelencia infinita “le debemios ‘a Dios un honor muy especial”,? porque cada uno debe ser honrado segiin su grado de excelencia. 2 Suma teol,, IIT, . 61, a. 4 192 ETICA © MORAL ESPECIAL 2. A causa de su soberania absoluta, muy esp. cialmente debemos servir a Dios, porque no sol mente tenemos de El nuestra existencia, sino tam bién nuestra conservacién y el poder de obrar; aho ra bicn “donde haya una soberanfa muy especial, ¢s justo que haya también una sumisién muy espe. cial“ 3". En fin, puesto que es nuestro fin ziltimo, de bemos dedicarle a Dios todo nuestro amor, porque Dios es el soberano bien, tanto por esencia como per relacién a nosotros. “Nuestra libre eleccién debe pues orientarse hacia Dios como hacia nues- tro tiltimo fin”.® Pero honrar, servir y amar a Dios es toda la religién. Luego el hombre est4 obligado a renditle a Dios Ios deberes de religiOn. 70. Objecién. Dios no tiene necesidad de nada; luego tampoco de la religion. Respuesta. 1° Distinguimos el antecedente. Dios no tiene necesidad de las creaturas, lo concedemos; -una ven cfectuada la creacién, no tiene El necesicad, en cierto sentido, de que sus creaturas lo honren por la religién, lo negamos: esto constituiria un desorden que El no puede querer. 2° Retorcemos el argumento: cl hombre tiene necesi- dad de Dios, y consiguientemente de religién. En efecto, si nosotros estamos sometidos a Dios, eso es mucho me- nos para Dios que para nosotros mismos; y en esto mis- mo es en lo que consiste nuestra perfeccién, puesto que 4 Suma tol, WMT, 4. 81, a. 1, ad 3 y a. 8, ad. 2 © Suma teol, TEI, 4. 81, a 1 153 J oka INDIVIDUAL (oa cosa inferior tiene gus perfeecién en manos A isi a Ya que Ie es superior, como el cuerpo 4 akin Ge te da la vidas Por to cual J. Simon replica inn at propéste: “Dios no tiene neccsidad de eo, se dice, Es cierto, pero la perfeccién de Dios no mot c st de nuestros deberes. .. Mal razonar y mal obrar es Jinsear cn la perfeccién de su naturaleza un pretexto p nuestros vicios”.7 ; : waz de rendir a Dios InsistenciaEl hombre es incap: laegotla lonores dignos de El, como lo exige la justicia: religién es initil. : sti ia lecedente: el hombre no sta, Distinguimos el antecedente: | bre aie isnt a Diet tanto cuanto lo exigifa la justin imoluta, Zo concedemoss tanto cuanto 10 exige 1a, jus ‘ide relativa “que tiene en cuenta Ta debilidad det hom- Ie y Ia benevolencia de Dios”, lo negamos. © Pi 29 te, 156,» 36 + Sane tech, ITH, 81, a. 5, ad 3. Articulo IT El Culto, expresién de la Religién. 71. Definicién y divisiones del culto. + at ee ‘La relgn, por I cua eames esencialmen- te eto a Dios, debe expres por aes» Estos, constituyen el cecicio de cult propiamente di. cho, Si som puramente intros, come el conoci- meno yo aoe €l culto es interno; si son actos eters y sensbis, como el sarfcio o Ia ora ith tbvice el que comic cx Ta, alicaeta dell a ee la_aplicacis expla al conucimiento de ta verfceson'y dela en manifesta por aT ges en teem de respeto suis Dion fi, sexi vinda el in individuo 0 una sociedad, se le lam: cul to privado 0 culto piiblico. — B, Hay cuatro actos 0} P puestes al culto de Dios: fem fe impeded, la superticién 7 la vdaltras Ea cet ins eligenca, puede nega alo de a excclencia ‘i ‘0 consiste la ia nega aD dor qu Icahn Gao cons ‘mpiedad; el culto se puede rendir de una manera |) MORAL INDIVIDUAL: i” indigna, y entonces tenemos la supersticiéns en fin, se jun puede rendir a otros seres ¢l cute debido s6lo a Dios, Jen esto consiste la idotatela. ; 72. De si el culto es prescrito por el derecho natural. Entre los racionalistas, unos ‘ensefian que los ateos ivigmos rinden am colto @ Dios por, emer respetwios0 ie pronunciarse aun sobre 5 cexistencia-Estos, con ‘Kant, piensan que el amor a un Dics invisible es impo- wile’ segue hay que relegarlo entre 2s jnvenciones 2 ia no admin més que ol cute HST enden que 1a religion externa 20 ‘prescrita. por 3 Eetho naturals, en fin, a ningtn ‘precio quie- sha que [a sociedad civil rinda a Diss ot culto public, ren soy dicen cellos, a a libertad de ‘concienci.a-Son ‘otros tantos graves errores nis ‘TESIS y también El culto interno, ya tedrico, ya practico, ‘at culto externa estén presoritos por el derecho natural. Argumento general.—Debemos servir_y honrar a De A causa de la soberanin, que Perens co- sso propia al primer principio de Tas cosas? Es asi que este soberano dominio 8° extiende al hombre fo centero, a su inteligencia, @ su ‘voluntad, a st ae TRmnan, Essie de morale ot de crtigne, P 66, eae tat navel 104s pM 61 ns de at ee gly 35 Fano, AVION pit de wag tle 3 'e Gouin, Caitcme ot Ii 1952, 675 — AumENss ETICA 0 MORAL ESPECIAL cuerpo. Luego el derecho natural prescribe al hom= bre el aplicar su inteligencia y su voluntad al conocimiento y al amor de Dios y el cuerpo mise mo a su serv’ Argumentacién particular—1' El derecho natu- ral prescribe el culto tedrico En efecto, el dere cho natural prescribe todo lo que es necesario pa- ra hacer conocer la excelencia y la soberanfa de Dios. Pero este conocimiento no se podria tener sin cl culto teérico, esto es, sin la aplicacién de la inteligencia a las cosas divinas, pues ;quién rendi- ria culto a Dios si no supiese primeramente que Dios es nuestro creador y nuestro soberano sefior? “El primer culto de los dioses, dice Séneca, es creer en los dioses; y en seguida, reconocer sw majestad y su bondad”.*-2", Asimismo est prescrito el culto interno y préctico—En efecto, la voluntad debe se- guir Ja dlireccién de la inteligencia.-Y como la in- teligencia ve en Dios al Ser Supremo, soberana- mente bueno, verdadero y bello, la voluntad debe también amarlo tanto cuanto El es amable, honrar- Io y servirlo tanto cuanto El lo merece. En esto consiste el culto interno y practico. 73. Iqualmente est& prescrito el culto externo. Este culto consiste en los sacrificios extemos, las oraciones vocales, etc. Su necesidad puede probarse: a) Por la naturaleza de Dios: siendo Dios el creador del cuerpo tanto como del alma, 2 Ep. 95, 0. 43. «J. Siow, La religion naturelle, p. 363; ~ Suma teol., 1-1, @.al,a 7. |, MORAL INDIVIDUAL 157 oy necesario que “sirva el hombre a Dios con todo jo que de El ha reeibido, esto es, no solamente con Au espiritu, sino también con su cuerpo”.® b) Por a naturaleza del hombre: porque le es natural al hombre expresar sus pensamientos y sus sentimien- tos por signos sensible, y por otra parte “el espiita jnmnano para unirse a Dios tiene necesidad de ac ios sensibles que le sirvan como de signos para ¢x- citarlo a los actos espirituales”.$ 4° De los mismos principios concluiremos tam- bién, mas adelante, la necesidad del culto pulblico y social (n.142), Objecién, “Se debe adorar 2 Dios en espiritu yen verdad” ;7 Tuego el culto externo es al menos initil Respuesta. Distinguimos el antecedente: Se debe ado- rar a Dios en espititu y en verdad, ante todo y princi- To concedemos; exclusivamente, lo negamos. fs verdad que para muchas personas la religién no con- ‘te més que en actos externos, ritos y ceremonias, mien= palmente, tras que al contratio “Ia religidn consiste principalmente fen actos internos; los actos externos no son sino secun= dlarios, y no tienen valor sino como expresién de actos internos”.# Insistencia, El culto externo abre el camino a la suc persticién, luego es indtil y aun nocivo. Be a ea nia gsi, , &119 7 San Juan, IV, 21. ey nia T ond a Capitulo IIT DEBERES DEL HOMBRE PARA CONSIGO MISMO 76. De si el hombre tiene deberes para con él mismo. A-A la zaga de ‘Thomasius y Kant, algunos filé- solos, tales como Bautain,! niegan los deberes del hombre para consigo mismo, ora porque el hombre no pueda obligarse a sf mismo, ora porque no pue- ‘le ser el término de su propia accién, He aqui una cuestin de palabras, porque 1°: cuando el hombre cumple sus deberes para con él mismo, no hace mas que salvaguardar los derechos jue Dios tiene sobre él, y asi él no es el principio, sino el término de esos deberes; 2° y tampoco es él cl término tiltimo, porque, como las cosas inferio- res son hechas para el bien del hombre, asi el hom- bre es hecho para la gloria de Dios. He aqui por qué esos deberes no son propiamen- te hablando deberes de justicia, que suponen la plu- ralidad y la desigualdad de personas en relacién. Son deberes morales o de caridad, y se encierran 1 Philosophie morale, vol. UL, cap. IV, par. 59. 166 ETICA © MORAL ESPECIAL en este precepto: “mate a ti mismo con un amor orenado™. quiere necesariamente su verdadero bien, EI hombre, al contrario, quiere libremente, ora su verdadero bien, ora lo que Ie parece tal. Es asi que’ el ser sin libertad no tiene que someterse a la ley, Pues a ella est encadenado, y, por el contrario, ser libre no est encadenado a la ley, sino que él mismo debe someterse a ella. Luego el hombre de- be estar sometido a leyes, que le ordenan las ace ciones convenientes a su naturaleza, Tres deberes incumben al hombre: buscar la perfeccién de su alma, subordinar su cuerpo a su alma, conservar la unién del alma y el cuerpo, De aquf tres articulos. Articulo I La perfeccién del alma. Esta perfeccién depende de la inteligencia y de la voluntad. 77. Deberes del hombre para con su inteligencia. librepensadores niegan la existencia de estos a el principio del liberalismo: “La li- hertad consiste en poder hacer todo lo que no per- judique a otro”;! ahora bien, a nadie perjudica que mi pensamiento sea verdadero o que mi pen- samiento sea falso.Pero esto ¢s un grave error. TESIS La libertad absoluta de pensar es falsa y perniciosa: . Es falsa porque: 1° Se basa en un falso princi- pio. En etecd cl s adbiee al errr le hate una TW Decteracién de tos derechos del hombre, 1788, a0. 4. 2 Documentation eatholinie «Xi p. S493. injuria a Ia verdad, aun cuando no perjudique diree ta y materialmente a los otros hombres. Por ejem plo: el que niega la existencia de Dios injuria @ Falsea la inteligencia. Toda facultad tiene tan objeto propio, en cuya posesién descansa y ct ya privacién la rebaja. Y como el objeto de la in teligencia es lo verdadero, que contradice al error, se daiia a esta facultad si se rechaza la verdad pa ta abrazar el error. Il. Ex perniciosa~Porque todo hombre, al abra zar el error, no dafia solamente su inteligencia, sino también su voluntad, que sigue la direccién indica da por la inteligencia; y toda la vida moral depen- de de Ja voluntad.-Ademés, la naturaleza nos or- dena evitar lo que nos exponga al peligro del error, por lo cual la libertad de leerlo todo y de oirlo todo (y de verlo), no existe, como tampoco existe el derecho al error y al mal? En vano se objetaria que todo ciudadano tiene derecho al error.—La tolerancia del Estado respecto a muchos errores (n. 131) no debe confundirse con la proteccién de un derecho. Ast queda refutado el principio del liberalismo absoluto! Asi es que no se permite pensar todo lo que se quieraz ~1. Acerca de toda verdad: sin esto se caeria en el escep- ticismo-2. Acerca de las verdades que Dios ha revelado: sin esto se cacrfa en cl racionalismo.-3. Acerca de las verdades que sin estar definidas por una autoridad infa- ible, son conexas a los dogmas: esto seria semi-liberalis- 8 Caner (Abate), La libre pensée contemporaine, 1885, 4 Goran, Bssais sur les vrais principes, 1826. 169 | Moran ispremuat. c verdades que, sin ser de una yok. Acerca de muchas verda de un iene inmediata, se prucban por el razonamiento: sin Mii se profesarfa el indiferentismo intelectual y no se pilin pretender tener un amor sincero a Ta verdad. Que esas yerdades sean nevesarias o no al fin itimo, poco importa, eon tal de que sean verdade- fis: fa libertad existe solamente cuando las cosas in dudosas, y todavia entonecs se requiere que ean manifiestamente, y muchas no lo son. 78. :Cuél debe ser la extensién de la ciencia det fombre? L. Una cierta y doble medida de ciencia es de precepto. —Quien quiera que sea, el hombre debe culti- Se aaestenents su inteligencia para poder i tar a su fin tltimo, conformando sus acciones a 1a ley. Para esto debe adquirir, en cierta medi sabiduria, la ciencia y la prudencia:—La sabiduria, {que contempla “las verdades eternas y sigue st Tuz?S. La ciencia de Dios, de si mismo y de los ottes hombres, para conocer por eso mismo sus derechos y sus deberes.La prudencia, en fin, que juga si namente de las cosas hhumanas, refiriéndolas a eternidad (n. 59). jen tiene la obligacién de ‘Ademés, cada quien tiene la obligacién « dq ie la ciencia necesaria para desempefar bien ¢ lena en efecto diversas fun- . El hombr to di n lee tiene sus obligaciones parti- iones, y cada estado 7 Suma teol, THE, 4 66, & 5. 170 ETICA © 2TORAL ESPHOIA culares. Por lo cual se exige una competencia especial de quicnes por su estado deben mandat os otros 0 cuidar de sus intereses, IL. Lo que exceda de esto no es de precepto sing de consejo. 1. Noes de precepto. Ast, el estudio de las Ie ¥ aun la asistencia a la escuela primaria no es algo Prescrito por el derecho natural, porque todo. Io que alli se ensefia no se requiere para alcanzar fin del hombre y del buen eiudadano, y ni siquier conviene siempre a todos sin distineién (n, 127). ~Hemos dicho siempre, porque en razén de los i intelectual se pucde exigir por Jo cual en nuestros dias. el Estado la prescribe legitimamente.§ 2. Pero este exceso es de consejo: porque todo cl mundo puede desear poscer una ciencia mas ele. vada, asi como tender a una perfeccién mas alta, En vano Juan Jacobo Rousseau, famoso por sus para- dojas, afirma que el estudio de las ciencias y la cultura de las artes son cuando menos inftiles y aun perjudiciales a las buenas costumbres. “Yo casi me atrevo a asegurar, escribi6, que el estado de reflexion es un estado contra natura, y que el hombre que medita es un animal de- Pravado”." La ciencia y las artes, son, al contrario, bue- decir que sea lestime el Sa Ja ensefarza, ni la coeducaeisa, destruccin del alma y aun de ta raza de la micioy wea eel trad,). é 28 cee er ne eageee, de la dasiqualdad entra los hombres, 1753; ef. De si al restablecimiento: de las ciencias y de las artes a contribuido a depurar las costumbres, 4950 im | on exoresovaL ee abusa vor si mismas, aunque el hombre pueda tile y la propia Telesia ha proclamado puchas vee fie elia “no ignora ni subestima las ventajas aque se dex, Ireniden de las ciencias y de las artes para hombre” 79. Deberes del hombre para con su voluntad. : i idarios absolutos de la os dcberes los niegan los partidarios Whertad de conciencia que quicren que ‘el homie tenn Al derecho de proceder como le placa, primeramente Iwpecto de Dios y la religign, y en veguid respecto de {i'mismo y respecto de sus semejantes, con tal, sin er ada contra cl dered eee exioma: “Haz To que quieras pero no Per jucliques a nadie”. io, Ia v 4 obligada a hacer Al contrario, la voluntad esté ol " todo el bien que le prescribe una sana raz6n. De- mostrémoslo: TESIS La libertad de conciencia, entendida en el sentido eres ide los modernos, es falsa y perniciosa: i ido de los mo- icho: entendida en el sentido de seat erat conciencia es recta y conforme sero pe ia libertad de conciencia es de derecho natural y debe ser defendida aun con el martitio;- izano T: De Fide, c. 1. F 5 Cones Teibeté. de conseionce; ~ Cora Grands mots 10 See A powon, Prdes de droit constiutionnel, 1990, , ps 13-385, p. 367. ETICA © MORAL ESPEGIAL si es falsa no se Ia debe violentar para hacerle ab zar la verdadera religién, sino solamente para in) pedirle dafiar, aunque sea de buena fe.10 A-Es falsa. Este sistema es falso porque dest ye los derechos de la verdad, sustituye la concien cia individual a la ley eterna, confunde licencia y libertad, y no difiere sino en cuanto al nombre di la moral independiente. Ahora bien, tal es la bertad de conciencia, entendida en el sentido di los modernos.Primeramente ese sistema concede Jos mismos derechos a la verdad y al error, a la ver. dadera y a Ja falsa religién.-Segin él, la conciens cia no se rige por la ley eterna, sino que ella misma viene a ser la ley universal ¢ infalible de nuest actosPor otra parte, la libertad de hacer cuanto no sea contrario a los derechos de los demés es una licencia desenfrenada y una injuria hecha a Dios— En fin, si fuere Keito pensar, escribir y ensefiar cuanto se quiere, el hombre ya no dependeria de Dios: él mismo serfa su ley tinica y su fin supre- mo. Luego la libertad de conciencia, asi entendi- da, es falsa en sus principios. B.-Ademés ¢s muy perniciosa. Porque abre la puerta a los errores sobre Ja libertad de pensar y de cultos y a Ia licencia mAs desenfrenada (n. 86). Que se le deje pues a la voluntad su regla, a sa- ber, una sana raz6n sometida a la ley etema; que se mueya libremente en su dominio, que es el bien racional; que siga adomada de sus virtudes, resu- 10 H. Baun, La cité chrétienne, p. 47-54. 173 | Sonat 1NDIVIDUAT. inidas cn una sabia moderacién entre todos los pacesos. 80. Actos que la razén presctibe 0 aconseja a la volunted. ALa razén prescribe el amor de Dios por en- cima de todas Tas cosas, de sf mismo por amor Dios, y del projimo como de sf mismo. De aqué iste axioma: “Amate a ti mismo con un amor © (lenado”-Amate a ti mismo, ora porque este amor todos los hombres tienen para si mismos es ley constante y universal de la naturaleza, ova porque Dios ama al hombre y nosotros debemmos {querer y amar lo que Dios quiere y ama Amate, con un amor ordenada; porque cima de todas las cosas, y todas las cosas por amno aoe Altruismo de Augusto Comte, cuyo principio on Suma teol., I-U, 4- . 25, @ 4, 5, 7, 8 ete ~ Fanous, La Liberté et le devoir, p. 246-251. 14 RTICA © MORAL ESP! se enuncia asi: “Ama a la humanidad i todas las cosas y todas las cosas por la humanidad? Bx-Fuera de los preceptos, la razén da. todavi voluntad numerosos consejos. Aunque éstos no se impo gan de ninguna manera, no hay que despreciarlos, pi de sirven de mucho para Ia perfecsién del hombre y el que los descuida sisteméticamente facil hasta la violacion de la ley28 ie ae ; ea an a an et” 7 Sta 19 Cf. De la formation de la e 1990 PE Ht formation de ta volontd (Rebwe de phil, oot, de 16 Suma teol., TIT, @. 108, a, 4, Articulo IT La sumisién del cuerpo. BI. Necesidad de someter a la razén las faculta- des inferiores. L-El hombre estd obligado a someter sus facul- tades inferiores a la raz6n y a Ja voluntad recta." In efecto, el orden exige que los medios estén sub ordinados a su fin. Es asi que las facultades infe- yiores no tienen su fin en sf mismas, como lo pruc- ba el estudio particular de cada una de ellas. Lue- go en dl orden de la providencia deben estar some- tidas a la razén y a la voluntad recta: de otra manera no obedecerian, en la medida en que de- ben hacerlo, a las facultades superiores. EI sensualismo contemporaneo, que profesan Stendhal, ‘Paine y también otros, es pues contrario a la naturaleza. Segiin estos filésofos, los Srganos del cuerpo no tienen més fin que el de servir ala sensibilidad; y su movimien- to, el fin de procurar el bien sensible, de modo que el cuerpo debe ser cultivado para él mismo, y Ia sensacién buscada para ella misma. 2 Nonie, Les passions dans la vie morale, 2 vols., 1932. 176 ETICA 0 MORAL HSPOGH IL—Los deberes del hombre para con el cuca son 0 negativos 0 positivas. En. primer lugar, debemos hufr de todo lo qui es contrario a la razén, como la embriaguez, el al coholismo —malo en si, aun cuando no se llegué hasta la embriaguez—? la ociosidad, la lujuria, lujo exagerado, los espectéculos malsanos, los bai les yoluptuosos, las novelas inmorales y cuanto all menta el fuego de la concupiscencia, embrutece el espiritu y enerva la voluntad. Este resultado se obs tiene précticamente sobre todo por la repeti de Jos actos de fortaleza y de templanza, que pet nite ree el apetito irascible y el apetito con En segundo lugar, debemos proporcion: ef po todo lo que le & til para au nonento, eu al y su ornato segtin las conveniencias, la honestidad el rango de cada persona. Le debemos al cuerpo li que conviene -a su sustento y a su salud, sin los cu les muy pronto vendria uno a ser incapaz de cum. plir con los deberes de estado, -al desenvolvimiento de su vigor por el ejercicio: sin embargo, que los educadores cuiden de que el cultivo de las fuerzas fisicas no venga a ser excesivo; -a un ornato conve- niente, porque el alma, por su unién con la parte corporal de nuestro ser, Ie comunica cierta nobleza que no se debe deslustrar por el ridiculo 0 una ne- gligencia afectada. ® Primer congreso contra el alcoholism, 1903, |} jorat. ixprvipuaL, 82. De si es licita la mortificacién del cuerpo. J.os protestantes lo niegan, y con ellos todos los eorizantes que halagan la came.t Nosotros, al contrario, sustentamos que es bue- ho fortalecer el imperio del alma mediante una rucente mortificacién del cuerpo. A-Razones de conveniencia. 1° Los actos con- (nurios a la mortificacién, tales como la glotoneria, la cbriedad, la lujuria, la molicie, son los que arrui- hun la salud del cuerpo. Muy lejos de perjudicar- lo, cicrta austeridad de vida es mas bien benéfica— 2 Por lo demas, es licito fatigar el cuerpo con el estudio, el trabajo, la solicitud de los negocios, con mayor raz6n para avanzar y crecer en virtud.—° lin fin, tal es ciertamente el parecer undnime de los sablos, que en todos los tiempos se han mortifi- do voluntariamente, ya para expiar sus faltas, ya para aplacar la justicia divina 0 por algiin otro motivo honesto. B.-Pruebas directas-El hombre tiene derecho a escoger lo que es més apto para asegurar su fin {iltimo, Es asf que la austeridad de vida y una pru- dente mortificacién cel cuerpo son el mejor medio para dominar la came, hacer penitencia y encen- Ger en nuestro corazén el amor de Dios y a los hom- bres; luego tal austeridad es Hcita y recomendable. © Gl, Pinto, Ascétisme et pathologie dans le vie spirituelle, 19 de abril, 1982. “# Pinnne Janut, cl. La vie spirituelle, 1° de abril de 1952. 178 _ BEICA © Monat, ESPECIAL iimos que una mortificacién_prudente, ° arruine el cuerpo con excess ni impida tl cerca de razén, Por lo cual, aunque un abuso de este género rara vez de temerse, Santo Tomis mismo reconoce qué una mortificacién exagerada podria ser, materialmente al menos, un verdadero pecado. ‘ Articulo TIL La conservacién de la 83. De . 300. 3° Le6y XII, Fncicleas Zmmortale Dei y Libertas, + Aununs, Cours de droit nat,, 1844, 58, ETICA 0 MORAL ESPFOIA Es licito rechazar por la fuerza una agresién injus ta aun hasta causar la muerte del agresor, cor tal que esto se haga con la moderacién de una legitima defensa. 1. Lo probamos por la naturaleza misma de agresién. El agresor de que aqui se trata, por sit autoridad privada y sin mandato, ataca a ottit persona y la amenaza injustamente en sus bien © en su vida, Ahora bien, cada quien tiene dere cho de defender contra una injusticia su propio bien, de rechazar la fuerza mediante la fuerza, aun con la muerte del agresor, si no hay otro medio d conservar su propia vida. Si fuese de otra maner: el que cayera en una emboscada no podria defen: der su vida contra una muerte injusta, lo cual contrario a la sana razén y contradice evidentemen: te el consentimiento de los pueblos. _2. Lo probamos también por la naturaleza de las cor diciones requeridas. Bs licito rechazat la fuerza mediante Ja fuerza “con la moderacién de una legitima defensa” Jo cual quiere decir, segin Inocencio TIT, que es necesa io: 1° que sea una defensa que tenga por objeto, no una ‘venganza, sino rechazar la injusticia; con la cual se defiende uno no sea mayor de lo necesario para cvitar una muerte injusta; -3° que el ataque del contrario sea efectivo; -4° que el que se defiende no quie- ra directamente la muerte del agresor, sino solamente su propia defensa personal, Reuniéndose estas condicio- | worst INDIVIDUAL, 189 jos la defensa no tiene nada de injusta: “Tal acto, en jive el agente atiende a la conservacién de su propia vida, io tiene ningéin carécter de injusticia, porque es natural jue cada quien quiera, en Ia medida de sus fuerzas, sal- Vaguardar su existencia”. Luego defenderse es licito, aun- que a veces parezca més perfecto recibir injustamente la iinette que causar la del adversario.S 88. Dobores para con la persona del préjimo. EI hombre tiene derecho a su honor y a su buena reputacién, porque cada quien esta obligado a con- servarla: “Guida de tu reputacién”.® Por lo cual cl derecho natural prohibe la afrenta que hiere el honor, el juicio temerario, la maledicencia y la ca~ lumnia, que hieren el buen nombre del préjimo. Siendo todo esto admitide, examinemos el caso més Uiffeil del duela, ofrecido 0 aceptado para defender 0 re~ far el honor, Hay contemporéneos que afirman enér- mente que es licito, y nosotros debemos refutarlos, ‘TESIS El duelo 0 combate privado estd prohibido por el derecho natural. PruchaEl duelo es un combate particular de dos o de varias personas, que habiendo escogido sus testigos, las armas, las condiciones, el lugar y cl momento del combate, por un motivo personal 7 Suma tel, UI, q. 64 2 7) ~ ef. Diet. de theol, cath, paler bra Defense de ob mio. ¢ Becl 41, 15. 190 ETIGA © MORAL FSPRCI, Y por su autoridad privada, quieren asi reparar honor, o asegurar su venganza. Ahora bien, con bates de este género son ilicitos en sf mismos, en si principio, en su motivo y en su fin. 1° El duelo es ilicito en st mismo, porque todi hombre tiene el deber de salvaguardar su vida. de no atentar contra la del préjimo. Ahora bien, cn un combate como ése, se expone uno voluntari mente y sin raz6n suficiente al peligro inminente de matar y de ser muerto. 2 El duelo se basa en un falso principio, porque el que se bate en duelo supone que le es permitido’ hacerse justicia por su sola autoridad privada, co sa indebida, porque nadie puede ser juez en su propia causa. 3° El motivo del duelo es insuficiente. En efecto, este principio: “El honor es el bien supremo del hombre, y debemos preferirlo a la vida” es un prin: cipio falso: “Entre el valor de lo que se llama ho: nor, y que estA lejos de ser la reputacién de la vir- tud, y el valor de una vida humana, hay una ex- tremada desproporcién”.” 4° En fin, el duelo no alcanza su fin, porque no puede reparar el honor. Sea vencedor e] culpable © el inocente, no se puede concluir razonablemen- te sino que vencié el que tuvo mayor habilidad o mejor suerte. As{ es que el honor de ninguna ma- nera queda reparado, a menos que se admita como ley “el derecho del mas fuerte”.® + Fonszonive, Eléments, 1, p, 475, 8 Geno, Traité des combats singuliers dans UEncyel, théol, de Mune, t. XXXIV; ~ Suma teol., ITIL, . 95, a, 8, ad. 3, 191 |. MORAL INDIVIDUAL, Objecién.—El duelo cs a veces el tmico medio de ase urarse una venganza legitima, Luego cs licito. Respuesta. Negamos el antecedente—Juan Jacobo Rousseau mismo dice lo siguiente: “Guardaos, de. con- fundir el sagrado nombre del honor con el prejuicio fe- yor que pone todas las virtudes en Ta punta de una es prada y que 10 es propio sino para hacer valientes asc has. ZEn qué consiste ese prejuicio? En la opinién mis extravagante, de que jamés se comete injusticia. con hombre, con tal que se le mate”. istencic z Jc propone Insistencia.E] que rechaza un duelo que se le propont queda deshonrado, aun a sus propios ojos. Luego nadie se puede negar al duelo. Respuesta. Distinguimos el antecedente-El que recha- za un dyelo queda deshonrado alos ojos de quienes se fequivocan sobre la naturaleza del honor y de Ja virtud, To confesamos; a los ojos de quienes piensan bien, Io ne- ‘gamos. Como ya lo dijimos, el que no ceda a Ta venganza nia las otras pasiones es el tinico digno de alabanza por. {que sabe reprimir y domefiar los deseos desarreglados de suicorazén. He aqui la, bella méxima de Cousin: “Las mas grandes, las més dificiles virtudes no se refieren di- Tectamente a los dems, sino que se ejercen en nosotros y sobre nosotros”? ® Cousin, Du vrai, du beau, du bien, 1858, Articulo IT Deberes respecto de los bienes externos del préjimo.t Trataremos: 1° del D. 10s: erecho de propiedad; 2" de Je negaién de este derecho por Scene a Goleta 9 ds diversos modos de adquirir §1° Del derecho de propiedad. 89. Nociér i i Nocién de la propiedad y origen de ls A-La propiedad ini puede defininse ast: sobre una cosa y sobre sus frutos y ae it idee at at td mat “ La quasiion ousribra; = ef. Motu proprio, Pio Be A see ee Bi AME Na cs edging saciale, Lecorrre; — Garmourr, Manus olde ao oi me Leman Guo, Mamet me | MORAL INDIVIDUAL 193 » de disponer de ellos para el interés personal, con J hidn de Tos demas hombres.-Es cl derecho 50 fre una cosa posesda y no sola jor adquirir pero todavia no poseida (n. 64) -y eee sus frutos, porque la cosa poscida le cones: fumide a su duefio; -c8 el derecho de wsar yt pian de disponer; ch solo derecho de usar se Hama tuufructo y el solo derecho de disponer se Mama mu ‘lu propiedad; ~para el interés personal de uno, por lo cual los administradores no son propieta- vay con la exclusion de los demas hombres, Por” {que de otra manera la cosa dejaria de ser propia, y s fa comin, como el aire o el océano. Beas riquezas han tenido, al menos ¢ 1 ore en, dos causas cficientes: el trabajo y la nalura- tem eB trabajo fecunda, en efecto, los objetos de ie raturaleza a los cuales se aplica, y les hace fig admirables transformaciones, como se ve oh io agricultura y en ta industria, Sin embarge> cuidente que el trabajo no és la mica causa ‘de la riqueza tampoco lo es del valor de tos objetos, por que al precio de un objeto no es solace propor- se El trabajo gastado, sino a la utilidad intrin- seea y también a la rareza relativa de) objeto. Por tjemplo, el buen vino y el mal vino no s° venderan vprealy = Munana, & J Notes de soil aire we, 18015 MOTs: Maur dt moderne OS cin fi cshoigue, NALD: Senger de Sata, 1912: 1 ge rele nau, Hspbort a Cote Gegusany Pres de Mee Quran ame 3 sg, reas, O. By Le doting fede tele, 1382. 2 Liberatore, op. eit, Le by 6% lo Mica © MORAL. ESPLoL al mismo precio, aunque quizé el vifador haya o Pleado el mismo trabajo para producit el mel, a el bueno, Hemos dicho: al menos en el origen, Porque | bienes, una vez produeidos por la naturaless y trabajo, pueden no ser consumidos, sino utiliza para luna nueva produccién. Y entonces viencn 4 constituir un tercer agente de produccién, el a pital, Este. por ejemplo, proporciona la matech Prima, los instruments y las maquinas que Mev Xin al céntuplo la fecudidad del trabajo. Por | cual el capital no es solamente “trabajo conden. sade, sino que es a la vez el fruto de la natural ¥ del abajo que mutuamente se han fecunclade 99. Legitimidad del derecho de propiedad sob; los bienes de la naturaleza.? cl derecho de cada quien sobre el fruto de sw tun bajo, porque, siendo cada hombre el dueso de oa espiritu y de sus miembros, consiguientemente. Io gs al menos en parte, de los frutos de su actividad, segiin el axioma: el efecto debe ser atribuido a la causa-Pero el derecho sobre los bienes de la natu. raleza y consiguientemente sobre el capital, o el amines: Tbid.; ~ Le Puaw, Réforme sociale, L. 1; ~ Reoue wrcrerae, 1895, 281, ete ~ Ganmoven, op. cite pr bi dee Marne, GPM deconemie tocale p. 585-308; ~ Cadego wera Malantts P- 05-905" H. Bain, of. et, IL, p. sabsaeee ee sacle 162 BagegeiOs ~ Somviasss. B."0, Lesons de philocsaiis sociale, I, p. 288-324. |. MoRaL INDIVIDUAL, 195 derecho de propiedad en general es negado, de ca- min acuerdo, por los socialistas. Para refutarlos como conviene, primeramente tlebemos distinguir entre ef derecho de propiedad mismo y el uso de hecho del propietario.| A es Coble cuestién corresponden nuestras dos tesis: TrSIS 1 El derecho de propiedad sobre los bienes de la naturaleza es natural y legitimo. Prucba—Un derecho es natural y legitimo cuan- ‘lo esta fundado en la naturaleza de las cosas, del hombre, de la familia y de la sociedad, Es asf que tal es el derecho de propiedad. Luego es natural y legitimo. Menor. 1° Segiin el orden de la Providencia, las cosas inferiores estan hechas para subvenir a las necesidades de cada hombre, por lo cual todas © casi todas las cosas creadas son, por su naturaleza propia, susceptibles de apropiacién, porque en el origen no son comunes sino de una’ manera nega- tiva, no de una manera positiva, Asi es que el de- recho de apropiérselas esté en el orden de la na- turaleza (n. 96) y es el origen de la propiedad pri- vada, 2 El hombre esté hecho de tal manera que tie- he necesidad de proteger su libertad y su dignidad «Pio XE, Enelelin cada en Act. Ap. Sed, 91, p. 1925 ~ ef orn, OES et ffi Sm 196 ETIGA 0 MORAL ESPECIAL y sin duda alguna su vida fisica y econémica, per todo en cuanto a su vida social, moral y religiosa, en una palabra el entero y libre ejercicio de su ac. tividad, no solamente en él presente sino en el pot venir: la previsién esta en su naturaleza. Es ast qui estos bienes individuales y la libertad de concienci no pueden ser salvaguardados sin la propiedad per sonal de cierto néimnero de objetos, como lo prue ban muy claramente Ja antigua servidumbre paga na, en el siglo XIX el miserable estado de multitud de obreros y en nuestros dias la vida soviética en Rusia y sus dominios,> luego la propiedad es natu- ral.-Por Io cual cada quien se apropia y cree muy legitimo apropiarse de objetos ritiles, con tal de que no sean de nadie. 3? No solamente debe proveer el hombre a sus necesidades propias, sino también a Jas necesida- des, ya presentes, ya futuras, de su familia. Ahora bien, sin el derecho de propiedad, no podria guar- dar para los tiempos de escasez, ni prevenirse con tra las enfermedades, los accidentes, la vejez. ni construir una casa y proveer a la educacién fisica y moral de sus hijos; ni quiz querria practicar el ahorro, cuyo tmico estimulo es la propiedad pri- vada. 4° En fin, la sociedad tiene necesidad de prospe- ridad material ¢ intelectual. Ahora bien, sin el de- recho de propiedad individual, -dejarta de haber estimulo para el trabajo, porque los hombres no trabajan sino para adquirir alguna riqueza que les pertenezca en propiedad: si ella fuera poseida en © Scuneiser, Comment on vit en Russie, 1931, p. 226, 197 |. MORAL INDIVIDUAL comin, en comtin también seria descuidada, como juan tenido que reconocerlo claramente aun los mis- jnos bolcheviques.® Por otra parte, las ciencias y jas artes mas nobles no podrian prosperar sin. los ‘cios para el estudio y las munificencias de los vicos. umen, el régimen de la propiedad privada wa siaior para al hombre, la familia y la socio: ‘lad, porque asegura aun los bienes temporales y seaéin el orden de la naturaleza los bienes.espiti- tuales: la religién, la educacién de los hijos, la moralidad individual, familiar y civica; mientras (que, al contrario, el régimen colectivista no tiene la menor preocupacién de las cosas espirituales y hno procura sino imperfectamente las temporales, las cuales sin embargo pretende star ordenado de suyo casi exclusivamente.” oe Esta tesis est4 confirmada por el consentimiento universal de los pueblos, porque entre los hebreos, os asirios, los chinos, los egipcios, ha ae ae re propiedades privadas; y en cuanto a los puc- bios nada tales como los arabes, los trtaros, siempre ha habido entre ellos posesién privada, al menos de cosas muebles. “Moradas fijas, apropia- tién del suelo, sociedad regular, he aqui las tres ideas jamas separadas, tres hechos sicmpre jun- tos... Propiedad incierta y barbarie son hechos en eee ses, POY Bo nunty oP ity Pr 92:85, 168-191) ~ Blo XI, 198 ETICA 0 MORAL ESPECIK que siempre y en todas partes se cotresponden tuamente”§ 91. Limites del derecho de propieded.® Los partidarios de la escuela liberal y vari it tas moderos 1? que definen el derecho de propiedad 4 ‘jus utendi ct abutendi’, el derecho de usar y de abt sar, “dicen que la beneficencia con relacién a los pobre ¢s puramente facultativa y que el salario del obreto est subordinado a Ia adquisicién de las riquezas. Pero la es cuela social opuesta sostiene que la asistencia es debida en justicia social, He aqui una doble exageracién. TESIS i El derecho de propiedad, por bien fundado que esté, es moderado por el deber harto grave de la beneficencia. Prueba. 1° Segin el orden de Ja caridad, el bien privado esta siempre subordinado al bien piblico. Pero un derecho ilimitado sobre los bienes de la naturaleza, si se concedicra a algunos propietarios, resultaria en perjuicio de la sociedad y de los pro- Ietarios pobres; luego no puede ser concedido a Ios § Pruszoaino Rossi, Cours @économie fol, 2° semestze, 18 8 VALENEI, Of eile Th pe O1eB85 Pesaro ones inérer dans Tconomie’ moderne la conception chidtenne de x oprieté (Semaine sociale de Muthowie), 1931, p. 16'y tus — La loi de charitd, principe de vie sociale (Semaine sociale de Paris, tae ~ Enciclica Quadragesimo anno. * 20 VauEnsia, of. city Do aS1; = Gy AnDasr, a 3b. Git p. 281; = Ge, ARDANT, Popes et payrans, |) Mora INDIVIDUAL, 199 individuos, sino que debe ser moderado por dos de- heres, el de la beneficencia y el de la justicia social: 8) Por el primero: “todo hombre que nace aqut uba- jo tiene derecho de vivir de los frutes de Ta tierra... Si |y propiedad privase a una parte del género humano de jus medios de subsistencia, ciertamente seria un desorden yun crimen. Pero no es asi, porque est ella estrecha~ inente unida por Dios al deber de la beneficencia’” 12 b) Por el segundo: “la justicia social no tolera que uma clase Je impida a la otra participar en esas ven= tajas” 22 IL-Sin embargo, el derecho de propiedad es cierto, y por lo tanto, no perjudica a los pobres. En efecto, el capitalismo de suyo no es malo ni conde- nable en si mismo; por lo cual quienes proclaman, que “el derecho de propiedad caduca y desaparece por el abuso 0 el no uso que de él se hace”! se ale- jan grandemente de la verdad, porque, si cl uso ho constituye el derecho, el abuso no Jo suprime, El derecho de propiedad ast moderado es cierto. Guardémonos pues de considerarlo como una sim- ple “funcién social”: esto seria hacer depender su legitimidad del uso que hicieran de él los ricos res- pecto a los pobres; serfa transformar ese uso mis- mo en funcién de justicia, no de caridad, y ast “ex- tralimitar el dominio de la justicia con detrimento del de la caridad”.1* Asi es que el derecho de cada 1% Liberatore, op. cit, p. 216. 22 Po XI, Enciclica cit. II, n. 2, p. 196. 38 Pio XI, Ibid., p. 198; ~ RurTEN, op. cit., c. Vy p. 85-109. 4 Gardenal Merry del Val, carta 2M. de Mun, 1913. 200 ETICA © MORAL ESPIK quicn sobre sus bienes no es relativo, sino abs; no el: 0 ul De aqui se sis igue que la benevolencia ps anes no Se reglamentada ni por 1 sensi lel coraz6n ni por Ia prudencia social, ni 1 del c 7 cia social, ni una justicia en cierta forma iva, son el orden de la earidad y de la justicia social, B 7 iva, 4 is steal; on ie frtiolinas Se a a a) En cuanto a la caridad, Santo ‘Tomé 1 , mas au ee pn ei ¢ ividuo “debe ser comin de cit ta manera”, no en el sentido de que cada quie tenant on i de red permiso del propietatio, sino solamente en el sene tido de que: I° en caso de extrema necesidad, cada Quien tiene derecho de aprovecharse del bien dl cuanto necesite de él i i; 2" on at case de qecésilal prove lee aoe tie ohligad’s G4 exldads so oe eis Coa a dar a los necesitados de lo superfluo, po uc adi tn administradores de los bienes de Dios) io debe objetarse que lo supe: os al eépbie de chit deenaiandba, at clea. efecto: 1° se trata no de lo superfiuo en el sentid absoluto, sino relativamente al estado. social del rico; 2° el derecho de los pobres a una parte de ese superfluo no es de tal manera estricto que pueda ser reivindicado por Pedro o por Pablo, porque no atiende a personas determinadas; 3° cl deber de Ja limosna puede ser cumplido de muy diversas ma- % Suma teol, UII, 4. 66, a. 2 y 7. |, MORAL INDIVIDUAL 201 eras: conviene que a veces lo sea con magnificen- 'y Hberalidad, por ejemplo, creando una indus- iia lucrativa para los pobres.'® ) En cuanto a la justicia social, pide una orga hizacién juridica y social: -juridica, y esto es del Neaorte del Estado; si los ricos se niegan a dar Ji- tnosna, zpuede ser reivindicado este derecho por la sociedad misma o por el Estado? -lo diremos mas adelante (n, 130); -social, y esto sc refiere a los patrones y a los obreros: a ellos toca, sobre todo, dades, etc., el por medio de sindicatos, de mutuali evntener [a situacién econémica en un estado nor mal? 92. Fundamentos falsos asignados al derecho de propiedad. Por esto se ve el error de Ios que piensan que et dere- cho de propiedad viene solamente. de Ta ley civit (Mlon- (guieu, Kant); -0 del pacto social (Rousean,, Grocio, ‘Jo. Say, Stuart Mill); -0 de la wtiidad. comin de la sQhaad (Droz...) -2 que quisieran identificarlo con cl spcietho al fruio del trabajo (Carel, Ricardo, Bastiat Locke). Per io demés, estas opiniones dan que decir al socia- smo, porque un derecho ‘nicamente fandado sobre: la Tey eqvilo un pacto social puede ser abrogados “pordue Je utifidad no es un fundamento suficiente del derechos vronque, en fia, si se conviene en que al trabajo & ot Fnakmento tinico de la propiedad, de cllo se desprende égicamente que todos los otros bienes (bienes naturales logicamamentos de trabajo) deben ser comunes—Segin we Flo IX, Eneictiea Quadragésimo, I, p. 195. 31 Pio IX, Ibid., p. 200. 3. Pi ere, Principes @écon, pol, L. 1, ¢, 1. 202 ETIGA 0 MORAL xSPECEAL 8 les, que ecesari¢ bajar para disfrutar, con tl que eae Denes ae Yaaro para dren, con al que eto bens no est El “derecho del pri eck primer ocupante” ni aiento timo del derecho de prmpléiad, sae laced ie ol slate Jegitimo del derecho anterior que cada i i _anterio ule ee de poder trbojar ode ejreriremente Il-El Socialismo © Colectivismo.12 93. Definici ialis Definiién del socialisme y de sus formas di A--Los diversos sistemas de socialismo 0 leetvsoo tienen por funtiamento la wewacisn Gel derecho de propiedad individual; no le eoneeden €: el robo", dice Broudhie ee ia poPiazad , i n, con Arist6 mente Ia propiedad eolectva sexia ‘aie Sed iguientemente la repiblica, constituida como de. mocracia, deberia en lo sucesivo regir la produc- ci6n y la distribucién de las riquezas entre todos los icin 5 Te capital te ipdenlaon et fe fs Uee25 Pe Basen, Le alltime 2 ces doors 1856 aac yu), Le pape, les catholiques et la question ‘son sae, 10895 Nin, Le sacle athens ok eR i Se Diente een a eter Groat (OR Scots: Maye Greet. Mayers ob. eu Up, secligt = Himsnowann, Com ee Es ae ‘Rerum Novarum”, p, 13-24; — H. Bs 1, p. 336-388; ~ Antone, op. eit, p. 220-259. 203 {. MOnAL, INDIVIDUAL ciudadanos y dentro del espiritn del colectivismo. Este espfritu es primeramente el materialismo de la vida que incluye el desprecio y el odio de la religién en seguida la supresién de los beneficios, puesto que todo el valor de las cosas depende del trabajo y no de la holganza del patrén; en fin, la institucion de una autoridad que, en caso de incapacidad de las personas, gobemara a patrones y obreros; y ast fa colectividad impondra a todos, quieran 0 no, me- diante una lucha al menos transitoria de clases, el reinado de la justicia. B.-Si esta comunidad abarca todos los bienes, sin excepeién, por ejemplo, las mujeres, los nifios, Tas casas, los refectorios, los dormitorios, es el co- munismo absoluto (Platén, Saint-Simon, Fourier, escuela Saint-Simoniana, Escuela Falansteriana, etc.) 2, Si se extiende solamente a los instrumentos de trabajo, es el comunismo mitigado, que vulgarmen- te se llama Socialismo 0 Colectivismo, que se subdi- vide en Socialismo agrario e industrial, segtin que implique la comunidad de los bienes naturales, so- bre todo de las propiedades rurales, por ejemplo, H. George en América, Stuart-Mill en Inglaterra, Laveleye en Bélgica, el sovietismo en Rusia (el maofsino en China); -o la comunidad de bienes muebles, de capitales: dinero, talleres y maquina- tia, transportes, bancos, etc., la Internacional de obreros, Carlos Marx y Lasalle en Alemania, en 20 Banszperre, Hist, de la Phil, n. 61, 528-531, 204 BHIGA © MORAL ESPECIAL Francia Luis Blane y Proudhon, y en nuestros dia la SF.LO. y la GGT. 3. En fin, si los fautores del socialismo tiendes a su fin por medios legales y graduados, se les lax ma Doctrinarios, Posibilistas, etc.; si, al contrario, usan de medios violentos ¢ inmediatos, se les lama Anarquistas. Segiin éstos “lo que se impone prime. ramente es la pandestruccién’”” (Balunin).—Unos y otros son los enemigos del Cristianismo, predican la lucha de clases y suelen rechazar toda idea de patria y toda autoridad: “ni Dios, ni patrén”, 4, En cuanto al sistema que impropiamente se lama Socialismo de Estado, no es una negacién de la propiedad individual, sino solamente su restric- cién mediante impuestos excesivos, una limitacién exagerada de la libertad en los asuntos econémi- cos, la intervencién abusiva del Estado, por ejem- plo, entre los patrones y los obreros: tales son, en Francia, los radical-socialistas.4 Sus antagonistas son los sindicalistas, asi nombrados porque recha- zan la intervencién del Estado como una tirania, para substituirla por la federacién de sindicatos, de soviets 0 de municipalidades. 94, Refutacién del socialismo agrario.” Aqui y alla hay tierras incultas 0 imperfecta- mente cultivadas, cuya fecundidad sin embargo importa para el mayor bien comin. De aqui el pro- % Craupio Jaxer, Le socialiome @Etat, 1890. 8 Cover, L’Eglive et le probléme économique, p. 191-331; ~ Mryex y Axpant, La question agraire, 1887; ~ G. ARDant, Papes et paysans, 1921. |, MORAT. INDIVIDUAL 205 jlema agrario, del que se dice en el Cédigo ya ci- ado: “En todos estos casos, el Estado tiene cl de echo, tras el fracaso constatado de soluciones me- hos radicales, de decretar cl reparto de los cultives si es necesario, de las propiedades”,?® mediante tina justa indemnizacién, Y esta solucion o alguna otra de la grave cucstién agraria serfa, segim algu- hos y en grados diversas, urgente en, Rumania, en Mexico! en Espaiia2® en China, tal como lo era ayer en Rusia® y aun en Inglaterra y en a ‘Alemania protestante.—Asentado esto y concedido, he aqui nuestra TE: El socialismo agrario se contradice a st mismo, se ‘apoya en argumentos sin valor, y su aplicacién es imposible. {Se contradice a si mismo—Porque 1° niega el derecho de propiedad privada, y alirma el derecho de propiedad colectiva, lo cual es una contradic Gién manifiesta, porque si se niega el derecho de % Cidigo social de Mains, art. 78. Be Le Correspondent, 25 de marzo, 1031.-Sabido es auc ¢l re- porto agario eh México a0 fs hecho volando todas fs aornas Fate agra aa economia, de amodo que el snico renltado ha sido fe utils ¥2e 2 campesing, la eater Ta preduccin age Ie ayer ye wempre en aumento, (Nota del trad). wS Supplément au Dict. prot, 1992, art, Espa. ce Dacuments de la vie intllectuelie, 20 fed, 1991. te hunia 9 estaba reqlviendo gradualmente el problema agra vireo Rast sc te mera Guerra Mundial, ue trajo contigo EP Glimlo de toe belcheviques (ON. del wad.) 206 ETICA © MORAL ESPEGIAL cada individuo, se niega también cl pomAst, cuando los barbaros ‘ovadicnsa «To habrian podido decir: gAcaso no es de todos I tierra? ¢Por qué ha de permitirse que sdlo vosotros cupeis la parte mas fértil? Asf es que nosoteos pos demos ocuparla con el mismo derecho que vosotros, nece a nadie no es un titulo suficiente de propiedad en el primer caso, tampoco lo es en el segundo, IL~Se basa en argumentos sin valor, y hélos aqui: 1° La igualdad natural de todos tos hombs de hecho una tesis evidentemente falsa, porque la Ja inteligencia, la habilidad, el vigor muscular, etc, son otras tantas causas de desigualdad natural. 2 El derecho de vivir es ciertamente igual para todos. Pero de esto no se puede concluir una po- sesin igual o colectiva de la tierra. Porque sin poseer ningtin dominio puede vivir un gran néme- ro de hombres, y de hecho vive de os frutos de la tierra, pero por la posesién individual vive de ellos mucho més facilmente. 3° H. George 27 invoca un dltimo argumento sacado de las leyes econdmicas y que enuncia asi: tres agentes concurren a la produccién de las riquezas (m, 89): la 3 HL. Guonoe, Progrés et pauorett, trad, Le Monier, 1887; ~ D'Eiontat, Socialism, communiome et collenir : Lanoy-Beavise0, Ee collectsiome, 1603, Is oem OLS 207 MORAL INDIVIDUAL naturaleza, cuyo Usufructo es del propictario del suclo; cl trabajo, cuyo Salario pertenece al obrero; en fin, el capital, cuyos Intereses se le deben al capitalista, Por lo tanto, Producto = Usufructo + Salario + intereses. O bien: Producto — Usujructo = Salario + Intereses. Por consiguiente, dice él, el usufructo del suelo crece tanto mas cuanto él salario y el interés son_menores. Y como el salario y el interés decrecen cada dia (a causa de la multiplicacién de los hombres y de los capitales), el usufructo del suelo debe crecer sin cesar, hasta que absorba la totalidad del producto y toda la’ riqueza de los campos: jresultado injusto y monstruoso ! Respuesta: a) Se puede retorcer el argumento: De hecho es el usufructo de Jas tierras lo que decrece cada dia, al menos en Europa; asf es que cl salario o el interés crecen mucho més, Lo cual es el trastrocamiento del principio. Ahora vemos que esos tres factores aumentan 6 disminuyen a la vez. por causas diversas que H. George no habia previsto, 4) H, George juega con las palabras. Porque en la férmula de la ley econémica, la palabra salario significa ‘el precio del trabajo tanto intelectual como manual; al ‘contrario, cn st argumento significa el precio del trabajo ‘manual solamenteAsimismo, la palabra intereses signi- fica en la {6rmula de Ia Iey 1a suma total de los intereses debidos a los capitales; mientras que en el argumento, esté tomada en el sentido de la tasa del interés que puede decrecer mientras que la suma. de los capitales colocados, y por ende de los intereses, aumenta. Asi es que el ra- Zonamiento de H. George abunda en equivoces. TIL-El socialismo agrario es moralmente impo- sible, porque no se podria repartir Ia tierra entera igualmente entre todos los hombres, ni siquiera ca- 208 ETICA O MORAL ESPECIAL a comarca entre todos sus eiudacanos: tal repar ticién tendrfa siempre que recomenzar, paca fr lnos mueren y otros nacen. A mayor ‘tandem to, jamés ha logrado presentar el socialismo un programa prdctico de reparticién. Por lo cual, ac tuuaimente, ya no es la reparticién, sino la. posesi6n dic las tietras lo que se propone, para darlas, es cierto, a la coleetividad, Ia enal, aunque sien ya la’ ‘nica propietaria, arrendaria esas misma tierras a sus antiguos poseedores y exigiria los fru- tos y rentas: lo cual se comienza a ver en Rusia [1935]. Sin embargo, hay », hay que tener en cuenta y remediar lo gue ocure desde hace mucho tempo en teas eaionedl la excesiva desproporcién entre los pobres que no tienen ningiin bien y los ricos i totali ningin bin yl Hoos que pecen Ia casi totalidad, pero 95. Refutacién del socialismo industrial. He aqui la ‘TESIS El socialismo industrial se basa en fundamentos falsos, y en la préctica es moralmente imposible, TeTiane fundamentosfalos: en efecto, se base en dos nuevos argumentos: la teoria del valor, se- gin Carlos Marx, y la critica di i d > © sin Carlos y nuestro régimen |. MORAL INDIVIDUAL a, 1° Segiin la teorla de Carlos Marx,%* tomada por Jo demas de Ia escuela liberal (Bastiat, Smith, Ric tardo}, el valor venal, o sea el precio de venta de lay cosas no est constituido sino por el trabajo del obrero, Es asi que bajo el régimen de propiedad pri- vada no recibe el obrero el producto integro de su trabajo, Luego este régimen es injusto.-Pero noso- thos debemos negar la mayor del argumento (n- 9). Aunque el trabajo fuera el factor principal de ja produccién, no es el iinico. Luego debe dejar una parte razonable del producto total a Tos otros face vxes, “Si con los 5 francos que ha recibido por ha- cer un par de zapatos, no puede el obrero comprar te mismo par de zapatos, es porque en este articu- fo entra ciertamente algo distinto del trabajo del obrero”.2* 2 Bs sobre todo Ia critica de nuestro régimen econd- amigo lo que los socialistas ponen por delante. Dicho ré- dimen scl de la libertad: “dejad hacer, dejad pasar» aint a todos Ia libertad y de abi resultara el orden mas perfecto, Ahora bien, ete axioma de la escuela liberal ba rocido los frutos més amargos: -a) Una concurren. em desenfrenada, la lucha por la vida, en ta cual los més Gebiles sucumben aplastados por los mas fuertes; -b) Ce anarquia en la produccién; y de aqui la sobrepro- Gucetbn ¥ los paros forzosos periédices, que sumen a los Sbreros en la miseria.-c) La anarquia en la distribucién: “La concurrencia de los hambrientes, que offecen su tra- bajo a menos precio, hace caer les salarios: esta es la ley de bronce”. Por Yo cual cada dia aumenta cl ndmero de los indigentes, mientras que crece la inmensa fortuna 28 Kant Marx, Le capital (trad. Roy), 1873, 2 Lede Sav, Dict, Péconomie pol, t. TL, p. 780; ~ Witeneny Le socultzme conteriporain, 1904, p. 18-20- 210 ¥ RTYCA 0 MORAL. ESPECIAL de un pequetio nimero de privilesiados. Ast es que cluyen ells, el regimen de Hibertad es una crud decetf io que debe ceder el lugar ala autoridad del Estado, Bate reslamentaré la produccién y la distibucién de los es cuando Ta propiedad se haya hecho comin, Er evidente que tal conclusié ea conclusién no esté nic 2 Geseruents en las premisas. Ente la libertad deen faa de los individuos y la tranfa odiosa del Estado val bes faeciones politica, hay un término medio: el enten- Giniento entre es productores y os eansumidorey una subia maderacén, en la produccién, la razonable inter= Wego del Estado, principalmente cl ire régimen de i cual las corporaciones, extraiias a reocupaciones politieas, podrdn reglamentar fietrod a cién y la distribuci6n de las riquezas, conforme a tas mes jores rests de Ia justcia. As, quedando todo salvaguars dado, derecho de propiedad individual seré sabiarsente ‘ ae por re asociacién y la propiedad ft tet f . Es la asociacién sindical autori 2 ley, que se contintia en unién sindical, io ae a caine a Y gue termina en - Camara regional que deseamos vamente”.20 jMuy bien! Bastaria con que la I fe ins liberalmente la personalidad civil de las asorlacionea, 1L-La aplicacién del socialiso i licacié cialismo industri dad quimérica.®! Asi: a a) Les seria imposible a los magi m aa magisti Repiblica ditribu al traboee a sei ee oe ciudadanos segiin sus fuerzas, sus aptitudes y sus pag rar ett 0h, Ging iy, Euade sur les syndicats profesionnety 1092.7 ** ~ CH" 3 CE. Deus expértences sovialis den Spots lister, en la Reowe des Dewx-Mon- aut |) MORAL INDIVIDUAL. \alentos. ;Para quiénes serian los trabajos agrada- bles? ¢Para quiénes los trabajos ingratos y dificiles jPara quiénes ios trabajos manuales, ete.? b) La distribucién de los bienes segin el mérito dle cada quien no seré menos imposible. Quedaria abierto el camino a lo arbitrario, a los errores, a jas injusticias, a Tos frauces, a las rivalidades y a lus intrigas de los partidos politicos. ‘Todo esto basta para mostrar cuan impractica~ y absurdo serfa un régimen que cambiara la libertad de los ciudadanos por la tirania odiosa de lus facciones politicas. Querer imponer por la fuet- ma a todos los ciudadanos de una reptiblica la vicla nondstica o la disciplina militar no ¢s sino una dafina utopia. 95.* Objeciones del socialism. Mis arriba (n. 93-A) se enumeran tres, sefiala- das aqui y all, evidentes por si mismas. En efecto, 1. No sélo de pan vive el hombre: vive principal- mente de moral y de religién; -2. Puesto que ¢s un ser libre y capaz de virtud, no debe ser gobernado despéticamente, sino mediante el régimen tan con- Vincente de la justicia y de la caridad entre los obreros y los patrones: de otra manera, en lugar del capitalismo privado tendremos el capitalismo colectivo, en verdad més peligroso y mas tirdnico, porque no estarfa subordinado a ninguna autori- (lad; -3, Que se sigan mAs bien los preceptos de la iencia social que mantiene firmemente el derecho de Ia propiedad, Ia legitimidad de los beneficios patronales y no eleva por encima de todo el pre- 212 ETICA 0 MORAL ESPECH cio del solo trabajo, como lo diremos en este mi mento y mas adelante (n. 108). Demat a modos de adquisicién de la pro. No hay mas que uno solo en el origen, y los otros de él derivan. 96. De si el derecho de propiedad se adquie primitivamente por ocupacién, Los economistas que fundan el derecho de propiedad en el trabajo o la industria del hombre selamente, y de ahi concluyen que el valor de las cosas es puramente subs jetivo, yerran gravemente. Tales son igualmente los so- ‘ialistas que proclaman el mismo principio, Refutemos a unos y a otros, ‘TEsIs El primer derecho de propiedad sobre las cosas se adquiere, no por el trabajo, sino por la ocupacién. I-No por el trabajo-Por esta palabra se entien- de un verdadero trabajo, un gasto de fuerzas que transforma y especifica los objetos a los que se apli- ca, y los identifica, por asf decir, con la persona que trabaja. Ahora bien, un trabajo asi, -no es necesa- rio: de lo contrario, no seria Mcito, por ejemplo, comer de los frutos silvestres, y nadie podria apro- 213 |. MORAL INDIVIDUAL piarse de lo que necesita para trabajar. Por lo de- Inds, el trabajo no es suficiente, porque un viajero, por ejemplo, puede por su trabajo transformar una tosa que encuentra, sin tener la intencién de apro- pidrsela; -en Ia hipétesis contraria, los obreros ad- quirirfan el predio en el cual trabajan, lo cual se- ria caer en el socialismo; -en fin, para que un hom- bre haga fructificar algo por su trabajo, un campo, por ejemplo, es necesario que previamente lo ocupe. IL-Por la ocupacién.—Con esto se entiende la toma de posesién efectiva y manifiesta de una cosa, con la intencién de adquirirla. Ahora bien, esta toma de posesin es necesaria, y se debe manifes- tar claramente con signos externos, pues de otra manera la cosa seguiria sin propietario, y cualquie- ra que ignorase que ya era poscida, la ocuparia con buen derecho.—Es suficiente: porque la naturale- za ha concedido al hombre, en raz6n de su superio- ridad, el poder radical de apropiarse de lo que no est ya ocupado (n. 90). Ahora bien, tal poder es suficientemente actuado y exteriorizado por el apo- deramiento externo y efectivo de un objeto, ya sea por un individuo o por una comunidad. Se dird con tos socialistas: esa ocupacién no se hace sin algiin trabajo; Iuego el trabajo es el finico titulo de la propiedad. Respuesta, No se hace esa ocupacién sin algin traba- jo, lo concedemos; sin un trabajo fisico, con el cual es- tarfa proporcionado el valor de la cosa, lo negamos. Se- guramente que la ocupacién no se verifica sin cierto ejer- Ciclo de la actividad humana, pero este es el tinico tra bajo que necesita la apropiacién. 24 ETICA 0 MORAL ESPECI Ademds, la accesién y la prescripcién son titulos timos de propiedad: ahora bien, la accesién no ¢s mi que una ocupacién continuada y la prescripeién no 4 basa sino sobre la ocupacién.El Derecho Romano cot firma esta tesis: “Lo que no pertenece anteriormente nadie se atribuye por la raz6n natural al que lo ocupa”s Por lo cual es fa voz de [a naturaleza la que impulsa i tintivamente a los hombres a defender como personal | que han ocupado antes que otros. 97. De sila propiedad puede ser transmitida ps contrato y por testamento. Estos son, aparte de la accesi6n, las dos modos secu darios de adquisicién de la propiedad, y los dos son di derecho natural. Pero ciertos economists ensefian a pro: pésito de los contratos, por ejemplo, sobre cl precio, Ih venta, el interés, muchas cosas que nos parecen contrie rias a Jas reglas de Ia justicia; por su parte los socialistay niegan a los padres el derecho de transmitir sus bienes 2 sus hijos, y a sus ojos la herencia ab intestato, esto es sin testamento, ¢s un abuso intolerable, y piensan por lo tanto que son’ exorbitantes los derechos de sucesién que hacen practicamente imposible la transmision de una he- rencia a los colaterales y a los extrafios. TESIS La propiedad puede ser transmitida por contrato 0 por testamento. L-Un contrato es un acuerdo libre entre dos o més partes sobre un mismo objeto, contrato que engendra una obligacién para uno o para los dos o més contratantes, Que la propiedad pueda ser legitimamente transmitida , MORAL INDIVIDUAL 215 por contratos onerosos, tales come la. venta 0 cl cambio, 1o probamos de esta manera: los hombres pueden dispo- het libremente de lo que poseen, con tal que su derecho no sea inalienable, o que no s¢ suspenda por el conflicto con otro derecho. Es asi que ni lo uno ni lo otro tiene Iu- tar cuando se trata de Ia transmision o de In aceptacion ide la propiedad individual. Luego, puestas las condicio~ ties de los contratos, ya por Ia naturaleza, ya por Ia ley, la transmisién de la propiedad se hace libremente. TL-El testamento no es otra cosa que una donacién que no produce su efecto sino después de la muerte del donante: ahora bien, la donacién es uno de los ejercicios menos discutibles del derecho de propiedad.-Y que no se objete que es imposible dar cuando est4 uno muerto, © sea, en el momento en que el otro recibe. Porque el tes- tacor no da después de su muerte sino en vida, y si ya tet muerto cuando el heredero recibe, sin embargo las Goluntades del uno y del otro se unen virtualmente en el Testamento escrito y aceptado, casi como en un contrato realizado por carta entre ausentes.5? ‘Concluyamos que los hijos pueden heredar ab intes- Jato de sus padres porque el deber del padre es economi- zar “no solamente para la hora presente, sino también para toda la vida” 88 de sus hijos—Por otra parte, los hijos son la continuacién de los padres, de modo que al desaparecer el padre, el hijo debe substituirlo.®* 98. De si el simple préstamo con interés es legf- fimo en sf mismo. La ley del contrato ¢s que Ta igualdad se observe entre Jos contratantes, y se viola si se saca provecho del objeto prestado. Libeine Pisipe deeon oly The 6 Th, & 1 3 Summa feoly TEL, 4 101, a. 2 sree eee Ait uiberatore, of. et 3 Teepe, Wy — Vauensing op. ete, do el uno da al otro Ia propiedad de cosas que éste nece- sita y que se consumen por el uso (trigo, vino, mercan- fas, dinero), a cambio de dar su equivalente al cabo dé cierto tiempo. Notemos que estas cosas no tienen otro ¥: Jor que su uso, mientras que las que el uso no destruye, por ejemplo, un automévil, tienen un valor de alquilen, distinto de su precio intrinseco: por Jo cual se puede ale quilar étos, por un precio fijo, porque es justo exigir un precio por el uso de una cosa remuneradora. En conse= cuencia, en el préstamo simple: A-No es legitimo de suyo estipular intereses, porque la condicién esencial de los coniratos es que haya igual dad entre lo que se da y lo que se recibe: por ejemplo, el que presta 100 litros de vino no puede exigir 105, Ahora bien, hablando con propiedad, no se alquila el dis nero: se cambia su propietario y por el solo hecho de esta mutacién, si viene a fructificar, es para su nuevo propietario, es decir, el prestatario: si el dincro se picr- de, el prestatario es el que pierde, Esta es la doctrina co- man entre catélicos, B.-Hemos dicho que de suyo, porque el interés puede ser legitimado por un titulo extrinseco, tal como la pér- dida eventual, pérdida del beneficio que se podria rea lizar, riesgo del préstamo: todo esto legitima una com- pensacién.—Que no se diga que siempre hay, al menos en nuestras sociedades modernas, algxin titulo extrinseco que legitime cl interés. La objecién muestra precisamente que el interés es legitimo no por si mismo, sino por ese titulo extrinseco, 0 porque actualmente el dinero es fe- cundo y productor de beneticios, Twtnomien, Comment de "Encyeligque “Vis pervenit”, 1921, y Semaine sociale de Mutmouss, 1931, p. 183-188, |. MORAL INDIVIDUAL 27 G-Pero si el dinero es productive hay un alguiler 38 virtual y es legitimo obtener de él un interés—Veamos 1 contrat de sociedad. El capital asociado, siendo uno de los tres factores de la riqueza (n. 90), tiene un de- recho estricto a una parte razonable de los beneficios: Jas sociedades por acciones son Iegitimas. Asi es que se puede también, para evitar el azar, conservar uno su de- echo sobre el capital no exigiendo més que un bajo in- terés: as obligaciones de los ferrocarriles al 3 0 4% son un tipo de este segundo género de contrato, que no sera ya un simple préstamo, sino el crédito de un dinero. 3 Awrome, Cours deconomie sociale, p- 610. Libro Segundo MORAL SOCIAL* 99. Nociones, especies y logitimidad de las so- ciedades humanas. A-Una sociedad es una unién estable de muchos hombres, bajo la misma autoridad, en vista de un fin comin: el hombre solo no constituye una socie- dad, como tampoco constituye una persona moral un conjunto de seres sin razén o una reunién de hombres accidental y pasajera. Hay pues en toda sociedad dos elementos: la plu- ralidad de miembros y la direccién hacia un mismo fin, esto es, hay stibditos que son de cierta manera Ia materia, y una autoridad que es como la forma de la sociedad? En efecto, Ia forma tiene un doble papel: da al cuerpo humano, por ejemplo, su exis tencia y su esencia especifica: asimismo la auto- ridad da una y otra cosa a la persona moral.—Da a la sociedad su existencia: porque “la multitud se disgregaria si no hubiese alguien encargado de ve- lar sobre todo aquello que corresponde al bien co- + Mgr, Durzoror, Le conflit de ta morale et la sociologia, 1912, 2 Sr Trowas, Du gouvernement des princes, Ly I, & 1s 3 220 ETIGA © MORAL ESPECIAL. méin”.S Por Io cual la sociedad no existe completa- mente antes de la constitucién de una autoridad.~ Esta da ademas a la sociedad su caracter espect- fico: a tal autoridad, tal sociedad, B.-Hay liversas especies de sociedadesDesde el punto de vista de la autonomia, la sociedad es imperfecta, como la familia; 0 perfecta, como la sociedad civil y la Iglesia catélica; “siendo cada una de éstas tanto més perfecta cuanto se baste mejor a si misma para todas las necesidades de la vida’. La sociedad perfecta se divide, desde el pun- to de vista del fin perseguido, en religiosa y laica: esta tiltima se subdivide naturalmente en sociedad doméstica, civil y también de cierta manera inter- nacional.~Decimos que estas sociedades, la domés- tica y la civil, son las Gnicas naturales, queriendo, subrayar que las corporaciones y asociaciones de obreros son libres, facultativas, ahora como antes, pero, aungue conformes con la naturaleza, despro- vistas de cardcter necesariamente obligatorio. _Este cardcter algunos se lo atribuyen falsamente all sin- dicalismo para hacerle constituir con la familia y la so- ciedad lo que ellos Haman “la trilogia social” El sin- dicalismo, al contrario, por su lucha de clases de obreros ‘contra patrones, por la obediencia ciega que impone a sus miembros, y también por su anonimato irresponsable, puede ser més bien contra natura y un peligro social, In 3 Sr, Tomas, Ibid. 4 Suma teol., EH, 4. 90, a 3, ad. 3. 3 Louts Dunanp, Rapport au congrés de Sarlat, 1912. © Lettre du card. GasParnt, 26 feb., 1915, Documentation cath. 9 abe 1020; ~ Lettre de la'S. C. du Concile 9 Mgr. Lrixant, 5 junio, 1929 (Doc. cath., XXIL, col.; 387-410). 1, MORAL SOCIAL 221 ruina de Ja sociedad profesional y del derecho de asocia- tin, a menos, sin embargo, de que se mejore con el tiem- po y de que, como las antiguas corporaciones, se deje penetrar del espiritu cristiano." Agreguemos que en ¢l iado actual de las cosas, los sindicatos mixtos 0 separa dos de patrones y de obreros pueden ser ‘moralmente fhecesarios para asegurar Ia observancia de las reglas de fa caridad y de la justicia social. C-En estas condiciones los sindicatos y las otras sociedades humanas son el cjercicio legitimo del Merecho de asociacién, porque es para todos los hombres un derecho natural el unirse en sociedades privadas asi como 1o hacen Jos ciudadanos en mu- enas ciudades, y tales asociaciones son necesarias fen nuestros dias para combatir el sociologismo y {1 individualismo: el primero, que les nicga a los individuos todo derecho anterior a la sociedad y Timita de muchas maneras los que les concede; y el segundo, que parece ignorar practicamente que los hombres son sociables por naturaleza, Ahora bien, hay muchos bienes grandemente vitiles al hombre cn’el orden econémico, moral, intelectual y religio- $0 que jamés podria procurarse él solo y de los que puede gozar {acilmente gracias a la asociacién. ‘Como no trataremos nosotros aqui sino de socie- dades piblicas, hablaremos por lo tanto en este ti- timo libro, siguiendo Ja divisién susodicha: 1° de Ia sociedad familiar; 2 de la sociedad civil; 3° de la sociedad internacional; 4° de la sociedad religiosa. THE Baum, op. cit, IT, p. 100-115; — Tinenoatmen, Commentaire sur PEneyel. “Rerum Novarum”, p. 03-77. ETICA © MORAL ESP _ Ahora bien, en la familia tenemos como tres i ciedades naturales: la sociedad conyugal, la pat na y la doméstica. En efecto, la familia, considen da en su conjunto, comprende al hombre y la jer, cuya unién es el fundamento de la famili de la sociedad; -los hijos, cuyo nacimiento y cacién son el principal objeto del matrimoni fin, los servidores, que en virtud de Ia desigualdai natural de las clases sociales, prestan numero servicios a los padres y a los hijos.-Se necesitan por Io tanto tres articulos, * Luéw XIII y Benedicto XV. Articulo I La sociedad conyugal. 101. Errores concernientes al matrimonio. El Derecho Romano define el matrimonio ast: “La unién del hombre y la mujer en una vida co- min”. Es decir que, por la fuerza de esta unién, esas dos personas no forman ya, por asi decir, sino una sola completa, cuyo fin principal cs el engen- drar hijos; su fin secundario es la asistencia mutua de los esposos,? y su fin remoto la propagacién de Ta especie humana en raz6n del fin iiltimo por ob- tener (n, 13).-Por lo cual la sociedad conyugal de tn solo hombre con una sola mujer es: 1. Natural y primaria, y por lo tanto divina;; -los maniqueos la declaraban, al contrario, contra na- tura, y muchos contemporaneos quisieran_conver- titla en una sociedad secundaria, dependiente del poder civil. 2. Sin embargo no es obligatoria para todos, di- gan lo que digan los que declaran inmoral ¢ impo- sible el celibato perpetuo. 3 Anisrérexes, VIII Et, XI y XI 226 ETIGA 0 MORAL ESPECH 3. El hombre es el jefe y no la mujer: feministas contemporaneos, al contrario, los den chos de la mujer, aun sus derechos politicos, po ejemplo el derecho de voto, y con mayor ra7éa otros derechos en la familia, deberian ser igual 2 los del marido: “Asi se obten cién de la mujer”? 4. El matrimonio sigue siendo indisoluble: al con« tario, ahora se pretende que el poder civil puede autorizar el divorcio, sobre todo cuando el matri: monio llega a ser un yugo intolerable. segin | 102. Refutacién de todos estos errores sobre ol matrimonio, TesIS La wnidn conyugal es natural, aunque no obligaton ria para todos: pero, una vez realizada libre~ mente, bajo la autoridad del hombre, no deja de ser indisoluble. I. Es natural: una cosa es natural cuando tiene cl impulso de la naturaleza y Dios la quiere: es asi que el hombre tiene una inclinacién natural al ma- trimonio y Dios quiere la propagacién de la espe- cie, no al azar, como para los animales, sino por un medio convcniente a la dignidad humana, por la ‘San Sinow, Mémoires, Bele Saint-Simoniene, Boole huma- aes teak eB de fone eSB" Jovy Hevifage des foe, la; Leonel atte te imate unién, no solamente de los cuerpos, sino de las al- nas y con el fin de darle a Dios y de elevar a Et servidores; Inego la sociedad conyugal es natural y por Io tanto honesta. Por fo tant también es independiente de la so- civdad civil y de fa voluntad de los esposos.-De la ocicded civil, porque éta es como Ja extensibn de ‘a familia y por Io tanto le es eronolégicamente pos- orion; -en scguida porque la familia esta ordenada n fin absolutamente necesarin, Ia generacion, ntras que cl de la sociedad eivil, el bien connin Ge las familias, no es sino secundario.-Y aun de la oluntad de las esposos, que por su libre consenti- jniento han contraido una unidn sagrada, Ahora bien, las leyes de esta unién no dependen de ellos, sin de la naturaleza, y por la naturaleza, de Dios mnisine. IL-No es obligatoria para todos: porque una obligacién ast vendria de que el matrimonio fuera de precepto, 0 de que el celibato fuera inmoral. Ahora bien, Ia primera hipétesis es falsa: por- que si el matrimonio realmente se les prescribe a los hombres en general, no Jo es a cada uno en par- ticular.-Y que no se tema por la perpetuidad del género humano, porque lo que Dios no ordena po- sitivamente a cada uno, lo obtiene por una pro- pensién harto poderosa en el mayor nimero. También la segunda hipétesis es falsa: en efcc- to, el celibato cristiano, conservado por amor de la virtud, no es solamente posible, si Dios llama a i, sino también mas excelente que el matrimonio, y procura a la sociedad numerosas ventajas. Asi es 228 ETICA 0 MORAL ESPECIAI que el matrimonio no esté prescrito para todos, Por otra parte, el matrimonio, como la propieda privada, resulta de un acto libre, que es como titulo, a saber, del libre contrato por el cual Io esposos se dan’el derecho el uno sobre el otro. TIL.-La sociedad conyugal est4 constituida bajo la autoridad del hombre. En efecto, la sociedad con: yugal no puede ser concebida sin unidad, jeram quia y dependencia, tres cosas que suponen una autoridad: es asi que esta autoridad reside natu: ralmente en el hombre, que por las cualidades del cuerpo y del alma suele ser mas capaz y mas apto para los trabajos y el gobierno de Ja familia; lue« go la sociedad conyugal esta sometida a la autorie dad del marido.—Sin embargo, no hay por qué lle- var a la mujer al estado de servidumbre en que la queria el paganismo: porque no esta ella hecha para servir al hombre, sino para educar a los hijos y contribuir al bien de toda la familia; por su tem: peramento est destinada al amor y a la educacién: de los hijos asi como a cuidar del hogar domésti- co. La filosofia cristiana, igualmente alejada de los excesos del paganismo’ y del socialismo, ensefia que el hombre es el jefe de la familia, y la mujer su compafiera y no su esclava. En resumen: la mujer, que es la compafiera del hombre, no puede, no debe ser ni su rival ni su es- clava? Qué hay que pensar por lo tanto del feminisma? Los feministas reivindican para la mujer una triple emanci- 3 GE, Lami du clergé, 8 de enero, 1914; ~ ef.” Pio fe ca StgElami. du ler »» 1914; ~ ef.” Pio XI, Encicl, 229 Jk. MORAL social, sacién: fisioldgica, de suerte que puede ser descargaca We sus funciones de madre y exsposa; econdmica, a fin de {que pueda dedicarse a la gestion de sus propios negocios independientemente de su marido, y hacer a un Jado el tuidado de su casa y de los hijos; social, para que sin ‘cuidarse de sus deberes naturales pueda consagrarse, como cl hombre, a la vida politica y publica. Seguramente que, aunque inferior al hombre, Ta mu- jer goza de la dignidad de la persona humana y de to- los los derechos que resultan del pacto conyugal: la mo- tal natural no impide que, segén la diversidad de tiem- pos y de lugares, la mujer tenga una participacién cada ver mas grande en el santuario de las ciencias, en la ges lién de los bienes de la familia y en la actividad de la vida social, aun en la politicaSin embargo, el orden hatural exige que la aceién de la mujer se ejerza princi- palmente en las cosas que conciernen a la familia, secun- ttariamente en las otras cosas, y solamente en cuanto se Jo permitan sus primordiales deberes de esposa y de ma- Gre y Ia unidad del gobierno de la familia, Bl exceso contrario conducirfa a la ruina de la familia y de la so- edad humana asi como a Ja degradacién de la mujer mismat IV. Es indisoluble y una. Sin estas dos condicio- nes, en efecto, el fin principal del matrimonio, que ts ol bien de los hijos, no se podria alcanzar -ora porque la licencia, resultado del divorcio, impide Ta multiplicaci6n de Ia raza, como se ha constata~ do, por ejemplo, en Francia, donde cada afio el nt- mero de los divorcios es de 25,000 a 30,000: ahora bien, en 1881, antes de la ley del divorcio, habia 937,000 nacimientos, y en 1923 no hubo més © Gard, Verdier, citado en el Supplément au Dict. prat 1991, art. Feminismes ~ el. Haxamt Baum, op, city Th, p. 49 EMICA © Monat. ESPL le ile cita, Ahora bien: " 4) La servidumbre mitigada no quita necesaria- mente los derechos inalienables de Ia naturaleza, sino solamente ciertos derechos secundarios, como el de poseer, adquitir 0 gozar de ciertas liberia, des. .. derechos que, por otra parte, todo el mun. do lo confiesa, legitimamente se suprimen. por ly profesion religiosa, 0 por el servicio militar ob) fata sociedad puede redundar en el mayor bien del esclavo misino, que antiguamente y shove en ciertos paises, bajo ia direecién de sefiores vox daderamente cristianos, tenfa al menos la vida sees gurada de manera absoluta, a cambio de un ian (eh dnd dpc Suen 1952, vals anon Sopa lees Sl ley maa mb, une sin exe ‘Wl, lor lonesome ene Born ealcha com enadenades pas at Seenahae, Rasiya’ Europa Oriental, China y* Guba, Magy Panne MN. MORAL SOCIAL. 239° hajo moderado, y vivia quizts mas holgadamente que en nuestros dias muchos obreros cuya libertad ¢s mas nominal que real. ¢) Bn fin, puede basarse en un titulo equitativo, por cjemplo, si el esclavo se entrega él mismo por tin tiempo y aun para siempre, o si se le condena ese estado por delito grave. Luego este género de servidumbre no es ilfeito en si mismo. IIL. En cuanto a la colonizacién que comienza pacificamente, fuera del caso de depredacién agre- siva; que contintia para prohibir la antropofagia y otros crimenes horribles, evitando los procedimicn- 103 injustos, la expropiacién, el salario insuficiente, etc, favoreciendo el progreso material, intelectual y moral; que termine de hecho, si no de derecho, en cuanto sea posible, por la independencia del pais, cuando éste alcance la madurez de la civiliza- cién: esta autonomfa no suprime los deberes para con la metrépoli. En estas condiciones, la coloniza- cién sera un acto de caridad en el orden temporal © al menos podré legitimar las ventajas que se sa- can de la colonia, Sin embargo, reconocemos que la servidumbre, aun moderada, cs menos conforme con la dignidad humana; que esta lena de peligros y que no ha podido ser tolerada sino como un mal menor; como el trabajo forzado, injusto, excesivo, impucs- to en las colonias, no por el Estado, es verdad, sino por ciertos scores, a esclavos que retienen lejos de la casa y de Ja familia.> 3 Gf. Dacum. cath, 29 Sept, 1980, col. 431 y sig 3 maine sociale de Marseille, Le’ programme sociale eu colonies, 1830. legitimos. Hay también dos errores a propésito del salariad Unos, sobre todo los socialistas, declaran injusto el gimen del salariado como también todo contrato de el derecho de los obreros a partici cl hs $ ipar en los benefici del patrén. Los liberales, al contrario, piensan que tod salario es justo, con tal que sea libremente consentido po Tas dos partes, Pero hay que distinguir entre el régimen del sa lariado y el contrato de salariado. Muchos, nuestros dias, estiman que el primero es poco dig no de la naturaleza humana y aun injusto en sf mi mo.t No ¢s éste nuestro parecer: aun admitiendo el mejoramiento del régimen en lo porvenit, porque tun cambio de régimen, cualquiera que sea, siempre €s posible, tenemos que mantener, en cuanto al contrato, las tesis siguientes: TESIS 1 El contrato de trabajo o de salariado entre patrones ¥ obreros es legitimo en st, y aun ordinariamente el tinico posible en nuestros dias. 1. Es legitimo, sea un contrato de sociedad 0 no. A.-En efecto, ciertos sociélogos, prendados del iguali- tarismo, admiten que por el cantrato de saleraio so pb Rem Cathotique des institutions at du droit, 582. vol Ml, MORAL SOCIAL Bel constituye un verdadero contrato de asociacién jurfcica entre el patrén y los obreros, que serfan asi copropietarios de una misma profesién.S Partiendo de esta suposicion razonan asi: los asociados tienen derecho a una parte incierta pero proporcionada del producto total; es ast que el que posee ese derecho incierto y futuro puede cam- hiarlo por un precio determinado y seguro que se llama salario; luego el salario es legitimo.En cuanto a la ma- yor, la’ establecen ast: todo trabajador tiene derecho al fruto de su trabajo—Ahora bien, tres causas concurren cn la produccién: la naturaleza, el capital y el trabajo (trabajo manual del obrero y trabajo intelectual del em- presario). El derecho del obrero est& por lo tanto limi- {ado a una parte proporcional del producto total; la otra, llamada beneficio, pertenece de derecho al patrén. B~Pero, para el mayor niimero de autores, el contrato de salariado no es un contrato de asocia- cién, que supondria entre el patrén y los obreros identidad de objeto, de causa y de fin, Este con- trato cs simplemente una especie de alquiler-venta en que uno entrega su trabajo por su valor en di- nero, Ahora bien, tal contrato, cualquiera que sea ‘el nombre que se le dé, es completamente natural, bien conocido del Derecho Romano: Facio ut des, do ut facias. Practicado en todo tiempo, en toda clase de materias, variado en sus formas, ha estado y esta siempre en vigor:® “No es solamente a los trabajadores manuales a los que se aplica este modo de retribucién... A un emplea- do se le paga por mes o anualmente; un médico calcula © Gf, Durnom, Vers Porganitation professionelle, 1910, p. 142. © Gf, Revue cath, des instit. 50€ vol, p. 444; ~ cl. FoNTAmNE, Le modernisme sociologique, 1909. ETICA 0 MORAL ESPECIAL sus honorarios segiin el niimero de sus visitas; un escritor suele ser retribuide por pagina; un profesor por una hori de clase”.7 Asi es que el contrato de salario es igualment Por Jo cual, declara Pio XI, “los que estiman injusto el contrato de alquiler de trabajo y preten: len que lo debe substituir un contrato de sociedad no saben lo que dicen y diciéndolo injurian grave: mente”® a Leén XIII, cuyas enciclicas admiten y recomiendan el contrato de salariado. II, Ademés, ordinariamente el salario es el zinica contrato posible para el patron y el obrero. 1° Para el obrero. Lo més a menudo el obrero cs pobre, y no puede esperar meses y aun aiios lo beneficios futuros.-Por otra parte, esos benefit son aleatorios, como se ve por tantas empresas qu quicbran, Ahora bien, el obrero pobre debe estar a Gubierto de tales riesgos mediante un salario fijo por lo tanto, que no se le obligue a entrar en una Piciedad en ia que no tendra derechos sino corrien- do hartos riesgos. % Para el patrén. Si los obreros tuvicran dere- cho de participar en los bencficios, tendrian tam- bién el derecho de vigilar Ia gestién de la empresa, lo que seria para el patrn un yugo intolerable y un grave obstaculo para el éxito del negocio. Ade- mas, como la aptitud o Ja negligencia del patrén ton la causa principal del éxito 0 de la ruina, so- 7 p. Leroy Beaulieu, citado por L&on-Sav, Dict. a’écon. poly & Lp. 776. PP uadragesimo anno, Tbid., p. 198. 1, MORAL SOCIAL 23 bre todo en la gran industria, resultarfa, segiin la jnsta observacion de P, Leroy-Beauliew, que “cl istema de la participacién tendria esta consecuen- tia: los obreros ganarfan ya no en razén de sus inéritos, sino en razén de la habilidad det patrén”," lo cual es contrario a la equidad, y el patrén no puede aceptarlo. ‘vESIS 109. Al salario se le puede unir cierta participacién ‘en los beneficios, cosa de desearse, pero que no se puede imponer. 1. Es cosa de desearse~Asi como el efecto es atri- huido a su causa, asi también mucho conviene que «1 [ro del trabajo aproveche, no al patrén solo, Sino en parte al trabajador. Por lo cual ciertos pa- trones, desde hace mas de 50 afios, han agregado a los salarios fijos de sus obreros cierta participa cién en los beneficios. A] fin del afio y después del balance, se distribuye, no a todo el personal del establecimiento, sino en gene~ ral aun tercio, oa Ja mitad, esto es, a los obreros que fengan cierta antigiiedad o cierto grado de habilidad, ya a1 5%, ya od 10%, y aun a veces el 20% de los benefi- cios comprobados” 20 © P, Lunov-Beavumy, Ibid.; ~ ofGansiover, ys, a8 P, Lienoy-Beaviten, Ibid. op. eit, pe 289 Ahora bien, la experiencia ha mostrado que es: ta practica redunda en bien no solamente de lo obreros, sino también de los patrones, que logral mediante este estimulo una mayor actividad, ma yor fidelidad, y aun mayor economfa en el uso di jas materias primas. La paz social misma no pued sino salir ganando por una mayor unién entre p trones y obreros. Por lo cual todos los economistas no tienen sino alabanzas para esta nueva practica “La _participacién en los beneficios es susceptible de aplicaciones numerosas y felices... pero muy lejos de suprimir el salario, no es sino un mauy ligero complemen: to de éste. Se puede decir que es, con relacién al salar, Jo que un condimento, lo que la pimienta o el ajo es co relacién al alimento, Tal condimento puede ser aceptad y servir de estimulo en ciertos casos, pero no suple a alimento verdadero y substancial que es el salario" AL He aqui por qué, aunque manteniendo el con trato de salariado, Pio XI desea que se le atempe ve mediante alguna participacién en los benefi- cios o algin entendimiento societario equivalente. II. No se le puede imponer como un derecha estricto, tal como lo queria Proudhon y como lo pretenden los que hacen del salariado un contrato de sociedad (n. 108): esto seria suprimir la legiti- ma desigualdad del patron y el obrero, introducir en el orden econémico como en el orden civil el igualitarismo, y caminar insensiblemente, segin la expresién de Pio X, hacia “la nivelacién de las cla- 1 P. Lenov-Bravuinv, Ibid. 1 Fo Xa, nella ctada II, p. 45 ~ Cédigo social de Maus NAS, a, 97-98. Ere 1, MORAL SOCIAL, 245 ses48 Por otra parte, aun en la hipétesis del con trato de sociedad (n. 108), si el obrero ha vendido aun precio justo su derecho al fruto de su trabajo, ya no tiene derecho a participar en ese fruto, y 10 puede reclamar mAs que el precio convenido. “Seria verdaderamente curioso, si_manddis construir una casa, que los albaiiles, después de haberles pagado su trabajo, quisicsen también ocupar algunas recimaras, so pretexto del derecho natural que tienen sobre el pro- ducto de su trabajo, o que el sastre, después de haherle pagado cl traje que os hizo, pretendiese, por esa misma jaz6n, usarlo un dia por semana” 14 ‘TESIS MI 110. Para que el contrato de salariado sea licito no basta el libre consentimiento de las dos partes: es menester también que el salario sea suficiente. L-Es falso que la libertad del contrato baste pa- ra que sea licito: “No es el contrato lo que hace a justicia, sino que es la justicia lo que le da la fuerza al contrato”. En efecto: 1° Se necesita que los contratantes tengan capa- cidad de contratar. Los nifios, los menores, los lo- cos, las mujeres casadas, no pueden contratar vé- lidamente sin el permiso del esposo, de los padres © del tutor, Por lo cual los patrones que abusan de la debilidad de los obreros pecan gravemente. 15 Lettre sur le Sillon, 25 agosto de 1910. 14 Liberatore, Principes d’Econ. pol., p. 247. 246 ETICA 0 MORAL ESPUCIAI 2 Es menester que el contrato se realice sob materia licita. Y como en el caso presente no trata de alquiler de mercanefas, sino de hombre ¥_de personas humanas, cualquier condicién viole la dignidad humana es ilicita, por ejemp un trabajo demasiado peligroso o insalubre, o descanso suficiente 0 inconciliable con los deberes para con Dios o la familia, Porque “esta prohibid prometer la violacién de deberes que se le impo. nen al hombre para con él mism smo o para cot) Dios’ 15 e __ HL. EL salario debe ser suficiente. En efecto, a igual que la propiedad, el trabajo tiene en sf un doble carécter: es individual y social, 1" Bajo el primer aspecto, el trabajo es algo per sonal del obrero, y aun necesario. Por lo cual, aun que por ser personal puede ser cedido al patron a un precio cualquiera, esto no debe ser, puesto que le es absolutamente necesario al obrero para vivir, Porque este ‘iltimo, que consume sus fuerzas y st vida en provecho de su patrén, tiene cuando me- nos derecho estricto a un mantenimiento suficien- te: de otra manera deja de haber igualdad en el contrato, Por lo cual, si el patrén abusa de la po- breza del obrero o de Ia concurrencia desenfrenada para imponer un salario inferior al precio razona- ble, ese contrato es inicuo. “Puede ocurrir, dice Leén XIII, que el patrén y el obrero convengan de comin acuerdo en un precio, y sin embargo permanece siempre algo de la justicia natural, mas © Lady XIN, Encicliea De Conditione opifieum, 1891. 1, MORAL SOCIAL, a7 alta y anterior a la libre voluntad de los contratan- tes, a saber, que el salario debe bastar para alimen- tar al obrero sobrio y honesto”. Asi lo declara la Enciclica Rerum Novarum, asi como Le Play y los otros economistas catélicos, 2B Bajo el segundo aspecto, el trabajo, sin cl cual la sociedad civil misma seria estéril y no podria durar, debe asegurar la vida social del obrero, cl cual evidentemente no nacié para una existencia solitaria, sino para la vida conyugal, paterna y ci- vil. Por lo tanto, en raz6n de esta misma vida so- cial “se le debe pagar al obrero un salario que le permita proveer a su subsistencia y a la de los sus os" 36 Por lo demés, el cardenal Manning,!7 Liberatore,1® Lehmkuhl, Perriot y muchos autores siempre han defen- dido resucltamente el salario familiar; — y aun cuando la razén por la que deba darse ese salario sea objeto de controversias, todos los autores, aun los jefes de la escue- la liberal (A. Smith, Ricardo...) admiten que el sae lario natural y deseable debe permitir al obrero y a su familia el vivir convenientemente y aun hacer algunas cconoméas.!9 Esto es lo que las asambleas de algunos pa- trones catélicos, en el momento de dicha controversia ahora terminada, habian deducido efectivamente de la caridad y de la equidad sociales.2° 26 Pio XI, Bnelcl. Quadragesimo anno, 15 de mayo, 1931, in Act. Ap, Sed, 1931, p. 200;.~ cf. Encicl, Casti connubit, SU de Dic, 1980, in’Act. dp, Sed., 1980, p. 538. 3 Anné Lenuer, Le Card. Manning et son action sociale, 1894, p. 195-217, 2 Op, cit, p. 246-252 20 PuAntoint, Coure économie Soc., p. 569; ~ Revue thomitte, 1896, 5. 317. 20 i. Letire du Gard. Maurin, 1918, ——Seoé_— 2B, ETICA © MORAl. ESPECIAL Como la experiencia lo confirma clarameniey cra necesario poner en evidencia ese doble aspect de la regla del salario. Porque la ley de 1a oferta y la demanda o de libre concurrencia que rige ac= tualmente al salario, cuando no s¢ le atempera me= diante cierta equidad natural, produce los peores fesultados, De aqui el _maquinismo moderno, es peculacién deplorable que asimila al obrero a una maquina de produccién, de la cual hay que sacar cl mayor rendimiento posible, con los menores gas tos, o sea, con el més reducido salario posible. Asi piensan Jos economistas catélicas, ora contra 108 capitalistas liberales, que declaran justo un salario cual- quiera libremente contratado; ora contra los socialistas, que ticnen por injusto el salario que porque todo el fruc to del trabajo debe ser para los obreros. IIL, Regla del justo salario segtin el valor del trabajo. Es este valor el que lo determina y por lo tanto en todo caso el salario debe corresponder al valor econémico del trabajo efectuado; -en el estado nor mal de la industria y del comercio el minimum del justo precio debe ser suficiente para la subsistencia Gel obrero y aun para la de su familia. Por lo que se ha dicho se ve claramente que Ja regla es irre- batible tedricamente: “porque las relaciones entre el capital o la propiedad y el trabajo deben ser re- gidas segéin las leyes de una exactisima justicia con- mutativa”.2* : ' % Plo XI, Encicliea Quadragesimo anno, p. 212. 24 MORAL SOCIAL coed Précticamente, para fijar un justo salario deben considerarse tres cosas: 1° La subsistencia del obrero y de los suyos. Por aque la justicia social pide que “todos les padres de Jamilia puedan ganar lo que en atencién a su con ievon yal lugar en que residen, es necesario para sn mantenimiento y el de su mujer y sus hijos™ y wie puedan adquirir algim bien familiar, or 6 (ue Pueros que Tos esposos hayan debido, guardar ves ge de su matrimonio para subvenir a las nee: vee: futuras, ora con la ganancia de diversos sidadtpros dela familia, siendo salvaguardacla 12 permanencia de la madre en cl hogar“ St el wtado presente de las cosas no puede aplicarse eile, “la justicia social pide que se proceds sip ainclon a reformas que le garanticen al obsero criilto un salario correspondiente 2 esas condicion nes” 5 2° La empresa del patrén. Si el salario es efecti- vamente insuficiente, aun para el manteniinisn® tamiprero, no siempre es cierto que eso sea iniise ¥ por culpa del patron, Se debe tener cuidado en yar que la regla del justo salario no depende de Ta sola buena voluntad del patrén, sino @ menudo, 1 Sestado anormal de la sociedad, de causas O° oe escys graves: poco frecuentes ayer, ahora se repiten y conviene remediarlas. De ordinario, los patrones mismos son victimas del sso Scondmico generalmente en vigor, La concen ae jexenfrenada hace que él precio de clertos productos aati Connubii, ~ * Bneicl, Quadragesimo anne. 250 ‘ETICA O MORAL ESPECI i precios bajos y no de- es, los jefes de industri batir siempre més y mé un. result baje sin cesar, y para Janse aplastar por los competidos se ven forzados a menudo a al sus precios de venta, Estes re también la produccién excesiy i I , consecuencia del em. pico de méquinas, y el peso siempre crecienee ae UpPrestos pablicos, De lo cual se sigue que la condicié de tos trabajadores va siempre empeorando” 24 poder fija Asi cs que no hay por qué exigir d salarios exagerados que no pusde sooo es a Ja ruina y os que haya el entendimien los patrones y los obreros.23 3" El bien comin, Seria apart: justici social abatir d seas ae sonal; porque. ente a muchos lidad de encon- to tan deseable entre vista del interés per otra cosa quitarfan ciertann de buena voluntad la posibil una y obreros Cuando los patrones, 9 ic i i. 8 50 mAs bien las corporaciones li- bres de las diversas profesiones, segin la oportoniding do el mignancias, de tiempos y de lugares, no determinan Geininimmam del salario justo gle pertencce al stad ch srerauinarlo legalmente, imponiendo a les patrones. el Ce Gelectivo det trabajo [o algo semejante]? Més 2 Liberatore, op. cit, * Enciclica Quadragerima anno, ~ 2 Pio XI, Ibid, » Pe 251 Itado al cual coneu- que no pueda soportar sin ir. que quiza no podré dar jamas, a ine. Capitulo II LA SOCIEDAD CIVIL. 112, Nocién de la sociedad civil, A-Se define asi: Una unién permanente de va~ rias familias que persiguen directamente, bajo una misma autoridad, un bien comiin y temporal. Es una unién moral y no fisica; -de varias familias: tal es la materia préxima de la sociedad; -bajo una misma autoridad, porque el cuerpo moral, al igual que el cuerpo fisico, no tiene mas que una sola ca~ bezas -que persigue un bien comtin: en efecto, la sociedad no tiene por fin el bien de un individuo © de una clase, sino de todos los ciudadanos; ~» temporal: en efecto, solamente la sociedad religio- sa persigue directamente un bien espiritual y tien- de a la bienaventuranza etema; -directamente, porque la felicidad temporal debe también tender a la bienaventuranza eterna, fin indirecto de la s0- ciedad civil. 2 Ledw XUIL, Enciel, Immortale Dei, 1885; ~ Maonte, E'Etet, conception patonne ef cnechiion chiéienne, 1981; ~ Vausxsi, eit, UI, p. 351-499; ~ Routanp-Gossniin, La doctvine poli: tique de $1 ‘Thomas @’Aquin, 1928, p. 91-167; ~ Corer, LE glise at le probleme politique, 1922; ~'O. Lemanie, Morale ‘politique, 1929. 252 B,-Lo mas a menudo,? se designa el elemento material, la multitud, bajo el nombre de pueblo; el clemento formal, esto es, el gobierno, bajo el nombre de Estado; y el cuerpo moral formado de estos dos elementos, bajo el nombre de sociedad civil y politica: civil, porque sus miembros son city dadanos; politica, porque quieren y deben ser 0: bernados con prudencia y no despéticamente. Y en su orden es suprema, esto es, perfecta, por lo cual Santo Tomas la define asf: “La comunidad de la ciudad instituida para bastarse a sf misma en to- das las exigencias de la vida humana”. Le consa- graremos cinco articulos: 1? Naturaleza de Ia so- ciedad civil; -2° El poder civil; -3° Las diversas for- ‘mas de gobierno; -4° Derechos y limites del Estado; -5° Deberes de los ciudadanos. ® Banseperre, Hist. de la phil., n. 355, 416, 439, ote. Articulo 1 Naturaleza de la sociedad civil. Estudiaremos su origen, su constitucién y su fun- cién. 113. Origen de la sociedad ci Casi todos los filésofos con Aristételes y Santo ‘Yomés afirman que el hombre es un ser natural- mente sociable y politico.-No es este el parecer de ‘Jobbes y Rousseau. Porque, segin el primero, el hombre es el enemigo del hombre: homo est ho- ‘mini lupus; por lo cual, errante y solitario en el Grigen, luchaba continuamente contra sus_seme- Jantes. Segiin cl segundo de esos filésofos, el hom- bre viviaprimeramente en estado salvaje, muy feliz, porque era libre, Asi, el hombre anti-social de Jobbes, y extra-social de Rousseau, no se uni6 en 0- ciedad sino por un acto arbitrario.\W-Refutemos ¢s- tos dos errores: + Fanous, La religion de J-J. Rousteau, p. 73 y sigs = ETICA © MORAL ESPECIAL fipioeateocit 255 Ste Ja_medicina, aquél algiin otro arte o tal o cual ‘TESIS ciencia”.2 festail oad Il. Esié constituida naturalmente, aunque con La peacctine gs natural al hombre, y etd Ia aieveacion de i volunead uaa erated Mielec facer convenientemente las exigencias naturales.® : Indudablemente la sociedad pudo nacer de mu- chas causas accidentales o de circunstancias diver- sas, como el acuerdo de varias familias para esco- natural hacia los bienes que necesita para obtener ger un misino jefe, o bien, el apoderamiento del la perfeccién de su ser, y sobre todo la seguridad mando por un hombre enérgico, 0 una emigracién y la felicidad de esta vida, Ahora bien, una mule y otras causas de este género, Pero esas causas son titud de bienes en el orden fisico, intelectual y mo- accidentales y no universales. Puesto que la socie- ral, necesarios para obtener esa seguridad y esa dad es la unién de varias familias, se puede ver su dicha, no pueden ser procurados sino por la socie- origen en Ja extensién y la multiplicacién de una dad civil. Lego la sociedad civil nacié de una in- misma familia. Las familias salidas de un mismo clinacién natural. tronco crecen, en efecto, poco a poco, y de “co- ‘min acuerdo” escogen al mismo patriarca para su 1. Es natural.El hombre tiene una inclinacién ELb i : : f 4, Bl Borbre no es como los otzos animales, que se bastan jefe, forman primeramente una aldea, una ciudad, aataraleza les coe deal al faye amen Juego una provincia, y en fin una nacién: “La pri- tito detpacly, ea ddcatene deche tone ae mera sociedad, dice Cicerén, es desde luego la o al menos la rapide para huft”. “Otros tienen wna in unién de los esposos, luego la de los hijos con sus Gustria natural ¢ innata para produeir todo To que. les es padres; en seguida una casa entera viene a ser el dil, 0 evitar todo Io que les es nocivo, Ciertos animal rimer elemento de una ciudad y como el germen les Pp y 8 conocen aun naturalmente ciertas plantas medici able " : inal de una repiiblica”. mil cosas ditiles para la vida". No ocurre lo mismo con . el hombre, a quien la naturaleza ha condenado a pro- veer a todas sus necesidades mediant eds . e te un desenvolvimicn- 2 Sr, THowas, Opuse. De rege et regno o De regimine princi- 2 progresivo de su industria; y, puesto que un hombre pum LV 6 Tm dobre las ventajas de Ja sociedad Kéanse, las be- a ake Nee ate Ms Ss Encegre Ue ae las laine oo B, Baer seemtea que necésitan “es natural que el hombre > Scuwatn, Lecons de phil. sociale, t. UL, p. 456-475; ~ Vax viva en sociedad con sus semejantes”, “a fin de que el aansiny op. cil, Ih, p. #24; ~ G. Rexann, La théorie de Pinstitu- uno pueda ayudar al otro, ejerciendo cad: Hoe 1b36; Antoine, op. cit,, 28-47; ~ Guoer, Les doctrines i cadayeral Una. de Hekideatiues on Semaine sociale de Strasbourg, 1922, p. 201-219, Jas miiltig i i je miiltiples funciones del cuerpo social, por ejemplo, Suma teol, TIL, 4. 57, & 2, ad 2; Suppl, q. 41, a 1. ETICA 0 MORAL ESPECIAL La historia confirma nuestra tesis y no sedad de las opiniones de Jobbes y de ac trandonos que el hombre jams ha vivido aislado, sino que la sociedad patriarcal y politica ha existido dese la tiempos més remotes, y que con el mismo titulo que sociedad doméstica también ella es natural, aunque co tituida por un contrato, un contrato no revocable a Tuntad y de ninguna manera contrario a las exigenciay de la nataraleza sino conforme a ellas. 114, Constitucién intima de la sociedad civil. He aqui la teoria: ‘TESIS La sociedad civil es un organismo moral, cuyas partes elementales en st no son los individuos, sino las familias. 1. Es un organismo.-Hay organismo moral don- de existe un todo compuesto de partes heterogé- neas, teniendo cada una una funcién especial, a semejanza de los organismos vivos. Ahora bien, en Ia sociedad civil hay diversos organismos, de los que unos cultivan las artes, otros la agricultura, otros Ia industria, aquéllos el comercio... Este es pues ciertamente un organismo moral. IL. Estos érganos clementales son las familias. En cfecto, los elementos de una cosa son los que la constituyen y de los que ella resulta. Ahora bien: 1. La sociedad civil no es una asociacién hecha en- tre hombres libres de todos los otros nexos, sino que 1, MORAL SOCIAT. La ¢s una extensién natural de la familia misma: “por- {que, asi como el barrio est4 constituido de varias familias, asi la ciudad esté formada de varios ba~ rrios”, De suerte que,-2. si por azar la sociedad civil Viniera a disolverse un dia, quedarfa la sociedad doméstica, que es ciertamente més necesaria al hombre y por la cual éste existe ante todo. Asi es que las familias, y no los individuos, son de suyo los Srganos elementales de la sociedad. Hemos dicho: de suyo, para evitar el individualismo; porque, por una parte, no hay por qué excluir absoluta- mente a los huérfanos y a los célibes; ni, por otro lado, as numerosas sociedades privadas, tales como las corpo- raciones de obreros, que son las auxiliares del Estado y de las familias y que bajo este aspecto son partes, al me- nos secundarias, de la ciudad.5 115. Fin y funcién de la sociedad i EI fin del Estado es el bien comin, y éste es do- ble: la conservacién de los derechos y el acrecen- tamiento del bien temporal. Requiere por lo tanto una doble funcién: la proteccién y la administra- cién. "Todos conceden al Estado esta primera funcién de la defensa del derecho: en efecto, el Estado de- be asegurarlo, puesto que él tiene y solamente él tiene el poder legislative, judicial y ejecutivo. Pero segtin los liberales 0 los radicales politicos, por ejemplo, Jobbes, Rousseau, Kant y otros contempordneos, F Scuwauat, op. city P ch. Semaine sociale de Remes, 1935, conclusién XLV. @ Awrome, Cours @économie sociale, p. 70-93. 258 Ja Gnica funcién de Ia sociedad politica es salvagua dar la libertad ~ y por consiguiente la ley no ens pot objeto el procurar el bien de los ciudadanos, sino sola mente proteger su libertad. He aqui por lo demas la {61 mula general de todo liberalismo politico (n. 143): “Il objeto de toda asociacién politica es la conservacién di Jos derechos naturales ¢ imprescriptibles del hombre. tos derechos son la libertad, la seguridad y la resistencia a la opresién”.7-Este liberalismo es falso, y ‘resis q La sociedad politica no tiene por tinica funcién la de proteger los derechos, sino también la de procurar el bien fisico, intelectual y moral de los ciudadanos.® 1. No tiene por tinica funcién la de proteger los derechos. La tesis contraria debe ser rechazada, porque se funda en principios falsos, y conduce a consecuencias deplorables. 1° La tesis de Ios liberales supone que la razén cs independiente de toda regla moral, y que esta autonomfa tiene el derecho de ser protegida siem- pre y en todas partes. Pues bien, estos principios son falsos. 2 Si se les admitiera, de ello se seguiria que no se pueden prohibir los crimenes cuando éstos no dafien a los otros ciudadanos, o que habria que re- * Dectaracién de tos derechos det hombre, 1799, a. 2. # J. ve anor, Les théories politiques du mayen age, 1914, 11, MORAL, SOCIAL 259 primir la religién, porque ésta es una direccién y un obstéculo para su libertad: consecuencias per niciosas admitidas en la practica por nuestros ad- versarios. II. Ademés, la sociedad debe procurar el bien comiin de los ciudadanos. Ya dijimos que la socie~ dad esta naturalmente constituida para procurar los bienes que la actividad privada no basta para obtenerlos. Es asi que la actividad privada no basta para procurar ciertos bienes comunes, fisicos, in- telectuales 0 morales, Luego es la sociedad la en- cargada de procurar esos bienes, mas no las cosas de menos importancia que debe dejar a los grupos de rango inferior.® Por lo cual la sociedad no tiene solamente un fin negativo, el de reprimir el desorden, sino tam- bién un fin positivo, el de promover el bien comin (n. 125), y no solamente ¢ inmediatamente el bien material sino también, por ser ella una sociedad de seres humanos, su bien intelectual y moral y en atencién a su bien religioso. El Estado tiene esta doble funcién: una y otra muy altas, y para enar- Jas debe ser muy vigilante. Objecién—La sociedad no puede conocer el bien que conviene a la universalidad de los ciudadanos; luego no puede tencrlo como fin, Respuesta. Nosotros negamos el antecedente y la con- secuencia. En efecto, hay bienes que se desprenden de los primeros principios de la Jey natural; la ignorancia © Pio XI, Quadragesimo anno. 260 ETICA © MORAL ESPECIAL de ellos es imposible: la sociedad debe saber, por ejent plo, que es un bien y un deber el honrar a Dios, Cada hombre puede y debe conocer ese deber en esta tic como podria ignorarlo cl Estado o dispensarse de él? Articulo IL El poder civil. 116. Definicién del poder civil; su necesidad. A-Se le define asi: el derecho de gobernar la cosa publica: o mAs extensamente: un poder mo- ral, independiente en su dominio, que dirige los actos de los ciudadanos al bien de la sociedad civil. 1° Es un poder moral, porque no es una fuerza puramente fisica, como lo pretenden Ios socialistas absolutos, que dicen: “La autoridad no es otra co- sa que el namero y la suma de fuerzas materiales” 2 2 En su dominio es independiente; en el senti- do de que no est4 sometido a ningin otro poder de la misma naturaleza, aunque puede estarlo a un poder de naturaleza superior. 3° Dirige mediante leyes, porque es ante todo un poder legislative (n. 121). B.-Ahora bien, es evidente que ese poder es ne- cesario para la sociedad, reclamado por su esencia 1 Cf, Buxor, Tractatus de Ecclesia, p. 489-511, 2 Syllabus, Prop. 60. 262, EIICA © MORAL TSI) misma, porque si las acciones de todos los ciut danos no estén dirigidas hacia un mismo fin, nee clla aleanzarlo: esto contra los anarquistil vendtia de la Primera Causa. ieee oe Inds dificiles que se planteiy Ademés, un poder viene de Dios cuando varias ida dee aes erigen, del sujeto y de Ia trancnl de sus funciones, necesarias a la salud piblica, la primera y la force De aqui tres tesiy ceden el poder o los derechos de cualquier hombi Taree eae fereers precisan las exigencias ni Es asi que tales son ciertas funciones del poder dad hemana. 4 © Papel y la parte de la activi vil, como “el derecho de castigar a los malhecho- res, aun con la pena de muerte”, y el derecho de cstatuir leyes que “obliguen en conciencia”. Luego cl poder civil viene de Dies. Pero viene de El natu- ralmente en cuanto que Dios es el autor de la na- turaleza, es decir, que El ha dado a los hombres —lo quicran 0 no— “como una facultad, que se desprende de su naturaleza misma”. De donde se sigue que el poder civil no depende del libre consentimiento de los hombres, sino del derecho Divino natural, y que difiere del poder en las sociedades comerciales 0 académicas, en que éste es de derecho humano. 1H, MORAL SOCIAL 263 ser considerado como el principio y la fuente de esa autoridad. Sin esto habria en el efecto algo que no. 117, Origen del poder eivil:3 Segiin los socialistas y J. J. Rousseau, el inventoy del “contrato social”, el ie supremo, com il sociedad misma, no viene de Dios, sino de la vo, luntad libre del hombre, como causa cficient Lo cual es un grave error. TESIS 1 _ El poder civil supremo viene esencialmente de Dios, 118. gCémo se designa al sujeto del poder su- premo? 5 Por el pueblo seguramente —como también en cuanto a la forma de gobierno—, pero no se re- quiere el sufragio universal, y el consentimiento del pueblo puede ser técito. Prucba.Cuanto existe en la naturaleza vien Dios, causa primera de todas las cosas, Luego q licito argumentar ast: la sociedad es natural, y con: siguientemente viene de Dios, autor de la naturale. za. Es asi que la autoridad es uno de los dos cle. mentos que constituyen toda sociedad, y aun el principal. Luego Dios, Autor de la sociedad, debe 4 LeOn XIII, Encicl. Diutwrnum, 1981, © Revue de phil., 1901. * Scuwata, op. cit, Il, p. 486-505, ETICA © MORAL ESPICH ‘TESIS 0 El sujeto del poder supremo es designado por el consentimiento de la multitud. Prueba.-El sujeto del poder su premo es desi nado 0 por el derecho positivo divino, o por el d recho natural, o por el derecho doméstico, o por derecho humano: ahora bien, de estas cuatro. hi« pétesis, unas son falsas rponen ci un y las otras suponen cierto. consentimiento de la multitud. “a L-El derecho divino tiene por partidarios a Bos suet, De Maistre y a pocos filésofos.°Pero si exe ceptuamos al pueblo judio, Dios no interviene or- dinariamente para designar a los jefes de los pue- blos mediante signos preternaturales, y en esa elec: cién deja obrar las causas segundas. TL-BI derecho natural tiene por_partidari Gioberti y algunos profesores de ins Faeultades ca: t6licas de Lila."-Pero nos parece que la atistocra- cia intelectual y las otras fuerzas sociales naturales, aun cuando confieran una aptitud muy especial pa- ra gobernar, no otorgan sin embargo por si mistnas el derecho de hacerlo, si no se le agrega una apro- bacién, al menos técita, de la multitud. Lo contra- rio ocurre en la familia, en que Ia superioridad del S Bossuer, Politique tke de UBscriture sainte, L. VII, 6. CE. La science caiholigue, 1893, p. 859 y 959. M, MORAL SOCIAL 265 sexo da derecho al marido sobre la mujer, y la pro- creacién les da a él y a ella derecho sobre sus hijos, IIL-EI derecho doméstico tiene por partidario al P, Liberatore, La causa que segiin él designé al primer detentador de la autoridad politica fue ori tinariamente “la superiotidad del poder domés fo” resultante de la extensién de las familias—Pero para que sea eficaz tal preponderancia, supone, or- Mjnaramente al menos, el conscntimiento técito de las familias® (n. 118). TV-El derecho humano, cosa que no se puede negar, designa en muchos casos al sujeto de la au- jemplo, por herencia o por cleccién— Pero estos procedimientos se reducen, implicitamen- tc, 0 explicitamente, al consentimiento de la multi- tud otorgado siempre, por otra parte, @ consecuen- cia de una inclinacién natural. Asf es que queda probada nuestra tesis. Una cuestién: zQué se debe pensar por Io tanto del derecho de conquista y de la usurpacién violenta?-Bstos in. poder isico, pero todavia no le- ‘de hecho venga més tarde el con- Sentimiento del pueblo a ratificarlos expresa 0, técitar Snente, sin que sea necesario un contrato.® (n. 133). 119. De si el poder del sobsrano le es conferide inmediatamente por Dios o mediatamente.”” ‘Acabamos de ver que el soberano es designado por el pueblo y que su poder lo recibe de Dios, Ahora se trata @ Bossuer, op. city Le Uh, & 2 feet tee 8 Co Rowaan, Le droit, 1924; ~ La théorie de Linstitution, 1980. 20 Diet. de theol. cath. art. Démocratie. 266 ETICA © MORAL ESPIGIA de saber si Jo recibe de Dios inmediatam Fei puehia, Ea oben terunans a el Toca puede ejercer el poder supremo, lo posee sin embary radicalmente y es como su canal, de suerte que no so mente elige al soberano, sino que también le conficre ¢) derecho de gobemarEn este punto hay dos opinione A.Unos afirman que el poder €s conferido por m dio del pueblo: y entre ak Ta mayor ee ae ios dl colisticos. modernos, Belarmino, Suarez, Balmes, quizt también Santo Tomés, de quien se citan textos co Gte: “La multitud tiene el poder de hacer Ieyes”.42 aqui sus principales argumentos: _1* El poder supremo es de detecho divinos pero die posee ese poder de derecho divino; luego fos aca tienen el poder por Ia eleccién de la multitud.La ma yor es evidente; Ja menor, al contrario, se puede negar, Giertamente, nadie es designado inmediatamente por Dios fara ejercer ol poder supremo; el sjeta de ete poder debe Ser desgnado, al contra, pot os tami per sigue el ik hg ae som eo poder resida en los que eligen 2 La sociedad civil es perfecta; 2 pero para que una gocedad sea penecta se nee 0 Podet supremo ud ta jn Ta gobleme y la protes. Luego le sociedad civil, mzada en sf misma, en cuanto se compone dee multic tud, tiene el poder supremo.-La mayor «s verdadera. La = también, pero la conclusion no es rigurosa: en fecto, para el gobierno de la sociedad civil basta que pueda ella elegir prineipes a quienes Dios confiere en- Seguida directamente el poder. _Be-Los ot10s filésofos afirman que el poder rido inmediatamente por Dios. isa te ogee Pa 7 Suma teol, FIT, q. 90, a3; 4. 97, - augustinienne, nov., 1910. a5 Stig Seth eh Aerie ti, MORAL. SOCIAT. 267 iganos antiguos escoldstices, luego de Bossuet, ‘Taparelh Zigliara. Argumentan ast Siamgue redne a 1a multitud en sociedad es anterior la mead y no depend de ella; ahora bien, es el porter supremo lo que consticuye a 1a multitud en sociedad; Tego exe poder no esta en Ia multitud y no puede so lege ido por ellaTanto més cuanto que el poder es ¢l croc formal de 1a sociedad civil, mientras que It cleeny so. es més que su clemento material. Dero cl TTunanto formal no depende del elemento material, pyes server manera el superior dependeria del inferior. uc: go el poder supremo no exté radicalmente en Ya multitud. Top te tems, la multitad no podia tener un poder que le fuera inétily ahora bien, tl seria un poder, Fe ae date radical, que Ta multitud no pudiese ejercer, Le Tare poder no existe radicalmente en la multitad, sino Sic et inmediatamente conferido por Dios Sin erbargoy a este argumento se podria replicar que hay muchos de- echos que los hombres, por cjemplo, jos menores, no pueden ejercer por sf mismos y que No por 0 dejan de ser verdaderos derechos. ‘char segunda opinign parece formulada por Leon XUUT envi’ Encieica Diuturnum: “La eleccién de ta mult faa que designa al principe no confiere los derechos de ae aver, sino que solamente designa al que debe gober- see srrge'ha. dicho también que San Pio X repite lo mis: paren at carta, sobre 1 Sillon.|? Pero esto no parece me io; Leon XIII y San Pio X afirman y han querido crear solamente que el poder no viene del pueblo en apermtido de la teoria monstruosa del contrato social C.-Conclusién. En. dos sentidos se puede enten- der que el poder civil viene del pucblo inmediata- oe tas o bien porque el pueblo darfa por su libse miensién su forma al régimen de gobierno (Billot); Tx6w XIII, 1881; ~ Blo X, 1910. ETICA 0 MORAL ESPLCI © bien porque tendria él mismo el poder y lo dar abdicando de él (Suarez).—Nosotros preferimos primera opinién, porque no supone que la fo democratica es primitiva 0 querida por Dios, sin embargo que en Ia opinién de Suarez esta tra: lacién del poder es una “alienacién total” y’ po lo tanto difiere esencialmente de la teoria de la soberanfa del pueblo, de Ja que nos falta hablar, 120. De si el poder permanece en la multitud. Segiin los socialistas, después de Ja eleccién, poder permanece todavia en el pueblo, de suerte que los soberanos no son més que delegados 0 mandatarios de Ja majestad popular, que no pue- de alienar su poder y que destituye a sus manda. tarios a su antojo.® La delegacién de un poder siempre revocable es la teorfa de la “soberania del pueblo”, que debemos refutar. ‘TESIS UI El poder supremo, después de la eleccién, no permanece en el pueblo. Prueba.-1° Segiin la maxima del derecho: no se puede dar y retener”, Por lo tanto, descle el mo- 35 “EI pueblo es soberano, y el gobiemo no es mas que su em. 1H, MORAL SOGIAL, 269 mento que el pueblo diera a su elegido el derecho de gobernar por un tiempo fijo, ese derecho no po- Guia retenerlo, Pero para nosotros cl pueblo, lejos Ge abdicar y de perder en una cleccién y por la Gleceién del régimen, gana con cllo, al contrario, cl complemento de organismo social que le hacia falta, 2°-Si el poder permaneciera en el pueblo, ést: seria a la vez superior ¢ inferior, lo cual cs contra- Gictorio y seria destructivo de toda autoridad, por- que el pueblo podria no solamente destituir a su gusto a sus representantes, sino abrogar arbitra- riamente sus leyes. 3¢-Ademis, tal supremacia del pueblo no serfa para el bien de la sociedad sino para su ruina. Co- who lo muestra la experiencia, no es en la multitud “onde se debe buscar el fundamento del buen. or- den, de la estabilidad, ni una direccién prudente hacia el fin social. “jaaloy panos que sy enpledo, sido. Bir ellos 20 hy con j enoy que cohen abuohs atnn, Elancien regime, se aa estate anda, 1 8; Ul ty Bs S Articulo IIT Diversas formas de gobiorno.! 121. 2Cuéles son las diversas formas de gobierno? A-El poder supremo tiene tres funciones: estas blecer eyes, ordenar su ejecucién y juzgar los deli- tos y litigios de los ciudadanos. Por lo tanto el po-_ der es legislativo, ejecutivo y judicial. B.-Si en lugar de considerar el poder en si mis- mo, se le considera en el sujeto que lo posee, este sujeto puede ser una persona yinica, 0 una clase privilegiada, o el pueblo entero. De aqui la mo- narquia, la aristocracia y la democracia, que puc- den degenerar en tiranta, en oligarquéa 0 en anar- quia. De la mezcla de estas tres formas nace la monar- quia més 0 menos moderada, que se llama cons- titucional, En esta forma, las leyes son propuestas por los mandatarios del pueblo reunidos en céma- ra de diputados; se les agrega de ordinario un se~ nado, “poder moderador” entre los diputados y 2 Am, Boxe, Pisin de droit. conte 1223 ~ Bruny Ea eid thrlionne, ips iabtone eB U1 — HE 1M, MORAL SOCIAL. 271 cl rey. El poder ejecutivo pertenece a los ministros responsables, escogidos por el rey. El rey firma Jas leyes votadas por las c4maras, los decretos de Jos ministros, pero “teina y no gobierna”.—En el parlamentarismo inglés, cl rey ni siquiera escoge yremente a sus ministros; casi no difiere de un presidente de repiiblica * sino por su titulo here- citario. 122. La mejor forma de gobierno,? Sobre esta cuestion hay tantos pareceres cuantos temperamentos. Belarmino y la mayor parte de los filésofos cristianos sostienen, sin embargo, con Aris- tétcles y Santo Tomas, la siguiente ‘TESIS En si la mejor forma de gobierno parece ser la monarquia hereditaria y moderada. I. Se trata de la mejor forma desde el punto de vista abstract. Porque, en Ja realidad, la forma que mejor le conviene a cada nacién no es Ia mas * BL aulor habla evidentemente de un presidente de Repiiblica sin log poderes de hecho omnimodes que tiene el Presidente de ‘México, (N. del trad.). 2 Suma teol, LIT, 4. 95, a. 43 4. 105, a 1; — Revue thomiste, La pensée de St Thomas, an, 1901-1902; an. 7911, septoet.; ~ J Zeotuen, Liidée de CEtat dans St Thomas d'Aquin, 19105 ~ Danoncéor, La theorie du régime miste dans St Thomas d’Aquin, 1927; — Le meilleur régime politique selon St Thomas, 1928; — Boscunn, Politique tirée de UEcriture sainte, L. Il, a. 1. prop. 7a, y bay M. GRANCLAUDE, Les particularités du “De regimine rincibum”, 1929, 272 ETICA © MORAL ESPEG perfecta en sf misma, sino la que concuerda meje con su espiritu y sus tradiciones. Por lo cual no s¢ debe cambiar sin grave necesidad la forma tradh cional de gobierno, y por eso mismo cualquier ca bio provoca siempre las més graves perturbacion¢ ca no ¢s bueno para ningtin pueblo. IL. Es la monarquia} La mejor forma de gobier no seré la que sea en sé misma la mas natural, més tranquila y la més fuerte: y ésta es la mona quia:—Es la més natural, porque brota espontanea mente de la familia patriarcal, y por eso mismo ¢s Ja més antigua y la que ha sido més gencralment practicada hasta nuestros dias, como lo muestra la historia~Es la mds tranquila, porque, como dice Santo Tomas: “Lo que es uno por naturaleza, mas facilmente es causa de la unidad que lo que es miiltiple”.* Ahora bien, la unidad social, primer bien de la sociedad, la democracia no la realiza si- no accidentalmente, y en cambio la monarquia la realiza por si misma.—Es la mds fuerte, porque, te- niendo el monarea solo el poder, puede usar de él mas libremente y ms prontamente para reprimir el mal y favorecer el bien. Por lo cual se suele de- cir que la monarqufa es “la mejor forma de go- bierno” 5 De hecho, la monarquia cs el régimen no sola- mente el mas comin y el mas antiguo, como lo ates- 8 Suna tool, 1, q. 103, a. 3. « Tid. © Plo VI, Consistorio del 17 de junio de 1793. 1, MORAL SOCIAL 273 tigua la historia, sino también el que, a juicio de un gran néimero, ha constituido a los pueblos més présperos y mAs dichosos. III. Dijimos: hereditaria y moderada. La mo- narquia hereditaria es mejor que la monarquia clectiva: porque la segunda da lugar, a la muerte de] monarca, a disensiones y competencias que a menudo ponen en peligro la paz y el orden piiblico: la experiencia nos seffala el ejemplo de Polonia— La monarquia moderada es también mejor que la monarquia absoluta, porque, en la primera, el po- der esté ligado por la aristocracia y la democra- cia, y sin dejar de ser independiente, s6lo muy di- ficilmente puede degenerar en despatismo. 123. ¢Qué pensar del régimen mixto 0 represon- tativo? © Con tal que permanerca intacta Ia distincién en- tre los sibditos y la autoridad y que no se pretenda que el suftagio universal confiere la soberania (n. 117-120}, diremos: TEsIS El gobierno representativo es bueno, pero imperfecto. I, Es bueno: porque le impide a la autoridad de- generar en despotismo y llegar a ser odiosa a los © Gf, Taranets, Critique des gouvernements representatifs, 1912. 274 ETICA © MORAL ESP ciudadanos.Por otra parte, la_representacién las clases sociales ilustra y estimula al gobie déndole el conocimiento y el deseo de las reform que se deban hacer: alli estén los diputados part recordarle los deseos y las necesidades de toda I nacién.—Pero esa representacién debe ser compl y bien ordenada, y asi ser mAs eficaz el poder hacer leyes y de reprimir las sediciones. IL. Sin embargo, es imperfecto un régimen q f4cilmente corre el riesgo de enervar la autoriday el bien piblico. Ahora bien, el régimen represen: tativo tiene por su naturaleza todos esos inconye nientes: El primer inconveniente es manifiesto, porqu Jas clecciones, muy a menudo renovadas, persui den a los ciucadanos de que la autoridad permane- ce en ellos inalienable, y los conducen a creer q el principe “que reina y no gobierna” no es mAs que un delegado a quien se puede destituir en cual quier momento, y asi la autoridad se encuentra de- bilitada en su jefe, mientras que el pueblo se ime pacienta més y mas bajo el yugo, y cada quien se cree con el derecho de mandar: he aqui la anar- quia. EI segundo inconveniente no es menos evidente porque las elecciones dividen al pueblo en faccio- nes enemigas, que para triunfar echan mano del fraude, de la violencia, de la corrupcién, y una ver en el poder ejercen una especie de tirania sobre la minorfa vencida. De aqui los odios y la lucha de clases: he aquf el “virus democratico”. I, MORAL SOCIAL, 275 EI tereer inconveniente est4 probado por los he: chos, porque la mayor parte de los clectores, de conocimientos y de virtud mediocres, fAcilmente engafiados por halagos y falsas promesas, eligen a hombres sin experiencia, Henos de audacia y mas preocupados de sus intereses personales que del bien publico (n. 224). Quizd estos inconvenientes, que resultan de la natu- raleza de las cosas, podrfan atenuarse si con el tiempo se adaptase Ja nacién a esas instituciones y si el sufragio w versal se moderara conforme a las reglas de la equidad.? 124. ¢Qué pensar del sufragio universal? ® El sufragio on general es el derecho, concedido por la ley a los miembros de la sociedad, de elegir diputadas.Decimos concedido por la ley porque: I. Bl sufragio universal no es de derecho natu- ral.-De otra manera, convendria a todos, aun a las mujeres y a los nifios, que tienen también Ia naturaleza humana, y no habria razén para no extenderlo a la eleccién de todos los funcionarios © magistrados sin excepeién. Lo cual es prictica- mente imposible.—De hecho, el sufragio que se Tla- ma universal no Jo es de ninguna manera: es un sufragio mayoritario, muy distinto del consenti- miento verdadero de la multitud del que ya habla- mos mas arriba (n. 118): lo mas a menudo no es més que una “mentira universal”. 1 Cf, Semana social de Rens, 1993: conclusién V. 4 Prot Sm Diction pry ant Sufranes ~ Lamas, Morte itique, 21-101; ~ ‘Magni, L’Btat: conception peienne et Poteion rdicans, po 1885. Bonin, ope ey Ds TTL, 276 ETICA © MORAL ESPEGH Il. Ademés, el sufragio universal, sin ningui restriccién, podria ser contra natura: a) Primer mente repugna a la raz6n que las minorias, grandes que sean, no estén representadas ni se | tome en cuenta para nada, 0, como sucede, qi una minoria fraudulentamente elegida imponga §\ yugo a la mayoria.b) Repugna también que en recuento de los sufragios no se tome en cuenta mis que la cantidad, —como si el derecho fuese “un producto del nirero y Ia suma de las fuerzas mas teriales”,9— y de ninguna manera de otros titulos mAs importantes, tales como la ciencia, la morali= dad, y aun la fortuna de cada elector. Un sufragio universal sin duda, pero desigual, como otrora en Bélgica el voto plural, o bien la representacién proporcional de cada partido, 0 también el voto por clases y profesiones sociales (representacién profesional), sobre todo por fami- lias y por lo tanto el voto familiar, parecen ser mu= cho més conformes con la equidad natural. Se objeta: todos los ciudadanos soportan igualmente las cargas y los impuestos; luego todos tienen igualmente el derecho de voto. Respuesta. 1? Dejemos pasar el antecedente y distin- ‘gamos la consecuencia: tienen igualmente derecho a los Bienes de Ja sociedad, lo concedemos; a la administra. cién de la sociedad, lo negamos-2" Distinguimos el an- tecedente: pagan impuestes iguales, proporcionalmente, Jo concedemas; en cuanto a la suma total, lo negamos. Ahora bien, en todas las sociedades comerciales, para computar los votos, se tiene en cuenta también la apor- tacién total de cada accionista 0 asociado: y esto es de justicia, © Pio IX, Syllabus, prop. 60. Articulo TV. Funciones y limites del Estado.t 125. ;Cuéles son las funciones y los limites del Estado? De la falsa nocién del fin de la sociedad (n. 115) han nacido dos errores opuestos a propésito de las fnciones y de los limites del Estado. Unos restrin- gen demasiado estas funciones, y otros las exageran. Los primeros no conceden al Estado sino lo que ¢ necesatio para la paz exterior o interior. Semin esta teo- ria, Hamada “del Estado gendarme”, el Estado no tiene “ni dogmas, ni ideal, en ningiim grado”. De modo que, segin Kant, Spencer y los discfpulos de la escuela liberal, 1 Estado abusa de su poder y atenta contra la libertad $ndividual, si hace algo més que proteger el derecho de cada quien. ‘Los segundos, al contrario, quieren un Estado todo- poderoso, y ven en él la fuente de todos los derechos, le Eubordinan los derechos de los individuos y de las fa- mnilias, como si Ios individuos fuesen para el Estado y no fl Estado para los individuos. Y ast los socialistas (pre- Saag abe, Qunlnsnprnr oes ot 2688) sp aheaSnant, Que ais ft ram ho: ‘varum y Quadragesimo anno. 278 TIGA © MORAL ESPECIND tenden que el Estado debe absorber los bienes y la acth vidad de los individuos y venir a ser “comerciante, indi trial, agricultor, maestro, en una palabra, providen universal”. Entre los des extremos estén los sabios politicos euy) regla no es “dejar hacer, dejar pasar”, ni “hacerlo todd! sino “ayudar a hacer”. He aqui su: ‘esis El Estado tiene todas las funciones que le son necesarias para conducit a su fin a la sociedad, pero ningunas otras. I. Tiene todas las funciones, porque quien quie« re cl fin, quiere todos los medios necesarios. Ahora bien, 1a ley natural quiere que la sociedad sea dis rigida por el poder hacia su fin, De aqui el dere- cho del Estado de obligar en conciencia, de cas- tigar con la pena de muerte, etc., porque esto es a veces necesario? (n. 128), en una palabra, de le gislar para proveer al bien comin. IL. Pero no tiene otras funciones. Porque la so- ciedad civil esta limitada por su naturaleza y por su fin, Luego si el Estado excede esos limites, se aparta de su fin y dafia el bien piblico, que exige que todo poder sea limitado por la naturaleza de su fin ditimo. De aqui resulta que los actos por los cuales el Estado invada las atribuciones de 1a Igle- sia, o violen el derecho natural o divino, 0 los de- 2 La justice criminelie et la peine de morte, Revue thomiste, 1094,"p. 61 y 809; ~ Suma teol, ILI, 4. Gt, a 2 tt, MORAL SOCIAL 279 rechos de los ciudadanos y de las familias, son ile- gitimos y tirdnicos (n. 30). Sin embargo, el fin de la sociedad civil, ya lo dijimos (n. 115), no consiste solamente en proteger Jos derechos de los ciudadanos sino también en pro- curat los bienes fisicos, intelectuales 0 morales que fa actividad privada no podria producir. Por lo tanto nos falta explicar las funciones del Estado con relacién a esos bienes, evitando los excesos con- trarios, ora del liberalismo, ora del estatismo. Gon sto se. quiere prohibir al Estado toda ingerencia fn las cosas privadas, de lo que, al contrario, éste abusa. 126. Principales funciones del Estado en atencién a la prosperidad material.? 1° El Estado debe primeramente reprimir los graves abusos de la libertad individual, por lo cual: a) No solamente debe prohibir la usura, Tos aca~ paramientos, los juegos de bolsa, que desmaturali- yan el precio de las cosas, sino que debe determi- wer la tasa_ del interés y moderar con leyes justas Ia libertad de las transacciones pablicas. bb) En ciertas circunstancias tiene derecho, con cl objeto de impedir el fraude y el hambre, a de- terminar el precio maximo del pan y de los ar- tieulos de primera necesidad. Asi piensan Santo Tomas y la mayor parte de los moralistas. c) Asimismo, 2 propésito del contrato de trabajo de los trabajadores, puede prescribir medidas jus- Tee Semana social de Estraburgo, 1922, Le réle economique de ttt. Eta sols UU, 6. 77, & 2 ad. 2 280 BTICA © MORAL ESPECIAL tas, ya relativamente al trabaj rel : Kio de Tas muj de los nifios en las minas y en las fbrieas, ya | Jando el ndimero de horas de trabajo, ya orden do el reposo del domingo; y aun puede fijar el niimo del salario, aunque segin Ia sabia observa clon de Leén XII, esa funcién puede ser muchy n pefiada por las « i i a Coady orporaciones de oft in resumen, pertenece al Estado mantener Ia ammonia y evitar los conflictos entre las clases ® 2 Deby i ie Bebe ademis Procurar la prosperidad pie a) Debe proteger y estimular el imi proteger y est desenvolvimien- to de las actividades indivicuales y colectivas, mor iante recompensas, exposiciones piiblicas, ete., con tal que Io haga con ia, Si ga con prudencia, Sin debe tomar él mismo la direccién de ‘ar fibrin ni dedicarse al comercio ni a la agricultura: cosas todas que convienen mucho mejor a los particu lares, Porque la finalidad del Estado no be suba tituir sino, al contrario, excit: ctividad de los > ar la actividad de b) El Estado debe procurar los bi asociacionesprivadas 0 ls ‘adiviguce aisles 1a Pueden obtener, por ejemplo: abrir eaminos, cons. ruir puertos y canales de navegacién, levantar mantener ejércitos; en tiempos de hambre o de calamidad piblica’ debe ayudar a los ciudadanos @ procurarse los alimentos o los subsidios necesa- 1s 0 subsidi © B, BLANG, ¥ ati Brano, ¥ at-it une économie pol, chretienne? 1894, p. 54- 58; —"cm. Plan, Les do 4 nell “Quadvagerine anne, Comemenues 1800, H, MORAL SOCIAL 281 c) Indirectamente puede procurar otros muchos bienes; por ejemplo, defender la salud publica con- tra la tuberculosis, el alcoholismo; proteger el aho- tro, favorecer la instruccién profesional, asegurar el trabajo a los obreros, fundar bolsas de compen- sacién, sindicatos mixtos y aun separados y otras mil cosas de este género. 127. Funciones del Estado relativas a la educa- cién y a las escuelas.” 1° Gierto es que los padres primeramente, en ra~ zon de la paternidad natural (n. 105) —y la Igle- sia en cuanto a los bautizados, en raz6n de la pa- temidad espiritual— tienen antes que nadie el de- ber y por consiguiente el derecho no solamente de ‘educar sino también de instruir a los nifios, porque la instruccién no es Ja parte menos importante de la educacién sino que aun es su medio mas eficaz. Por lo tanto, al menos en principio y directamente, ese cuidado no corresponde sino secundariamente a jos poderes publicos, y el Estado no tiene el dere- cho de imponer sus escuclas y sus maestros a los padres de familia. Por lo cual, y solamente en este fentido, la ley de Ja instruccién obligatoria, aun haciendo caso omiso de la impiedad del laicismo © del ateismo, es una usurpacién—Hemos dicho: solamente en este sentido, porque secundariamente je incumbe al Estado el dase de instruir a los ciu- dadanos, no ciertamente en razén de paternidad alguna, sino en virtud del derecho que le pertene- neprct, Discours sur ta notion fausse de PEtat enseig- we Pores te tn Es ee Ta vejormte sociale, 4057406; ~ Mons. Savvr., op. city cap, VII; ~ Sraneanoes, Le faile et VEtat dens Péducation, 1907. 282 ETICA © MORAL ESPHGL ce como propio de promover el bien piblico, en el cual entra principalmente la educacién de la jue _2 Guando Ja familia es incapaz de Menar suli- cientemente esta funcién, debe ella agregarse un. maestro de su eleccién. Y como un solo maestro | puede bastar para varias familias de un mismo lite gar, la escuela primaria se halla asi constituida por la autoridad de las familias, de las cuales vie« he a ser como una extensién natural.® De esto re= sulta que la obligacién y el derecho de escoger 9. establecer las escuelas primarias no pertenecen di- rectamente al Estado ni a la municipalidad, sino a las familias-Nosotros no le negamos, por otra, parte, el derecho de abrir una escucla a cualquier ciudadano seglar o religioso, capaz y digno, ni aun, al Estado, con tal que respete la libertad de las fa- milias y los derechos de la Iglesia y que distribuya equitativamente los fondos piblicos entre todas las escuelas. 3° Los mismos principios se deben aplicar a las escuclas superiores, preparatorias y universidades. ‘Asocidndose las iniciativas privadas pueden insti- tuirlas, y a menudo lo harén con éxito, mejor que el Estado, respetando todavia més la libertad, es- timulando mejor el progreso cientffico por la emu- lacién: claramente lo demuestra la experiencia a través de los siglos.~Sin embargo, ante los conside- rables gastos que exigen tales instituciones, suclen ser impotentes para mantenerlas tas familias y aun 8 Aristételes; — Plo XI, Encicl. Rappresentati in terra, 31 de aie, W905 in et, Afot. Sedn'p. 7255 Documentation eth, 18 fe abet, {9251 Léwislation hollandatre sao 1H, MORAL SOCIAL 283 Jos municipios. Convendra entonces que el Estado Jas subvencione y aun las cree, con tal que siempre respete la libertad y la elecci6n de las familias. 4° Asi es que el monopolio del Estado viola los derechos de las familias y aun de cada ciudadano, porque todo hombre digno y eapas tiene el dere: tho de ensefiar, con tal que no haga nada contra la seguridad del Estado. también se debe con- denar el monopolio del Estado respecto de exdme- nes y de titulos, Porque pone las escuelas privadas en una indigna dependencia respecto de las escuc- Jas oficiales, y a menudo respecto de alguna faccién politica. ¥ también impide la emulacién y el pro- txreso de las ciencias en las universidades privadas, fas cuales, atadas por los programas oficiales, de- jan de ser émulas para convertirse en siervas 0 re- petidoras de la universidad oficial. Sin embargo, el Estado tiene el monopolio de dos clases de escuelas, porque tinicamente a él le pertenecen: 1° instituir escwelas especiales prepa Pitorias para las funciones piblicas, por ejemplo, para el arte militar; — 2° asegurar de una manera general la educacién cfvica de la juventud y aun Se todos los ciudadanos de cualquier edad y con- Gicién que scan; lo uno y lo otro respetando siem- pre los derechos de Ia religion y de Tas familias. 5° Otra cuestién es saber si el Estado puede obligar a los padres demasiado olvidadizos de sus Geberes a enscfiar a sus hijos al menos a leer, escri- bir y contar. Los més afirman ahora que le corres- ponde al Estado el determinar el grado de cultura hecesario para el bien comin segin las necesidades de los tiempos y el poner remedio a la incuria de 284 ETICA © MORAL ESPECIAL la patria potestad, con tal que deje a los padres en libertad de escoger los medios de instraccién que étos prefieran, y que no se obligue a los nifios frecuentar las escuelas oficiales, sobre todo las ess cuelas sin Dios, __ 6 Qué pensar en fin de la escuela tinica, si es impuesta por el Estado?~Segiin sus promotores, no dajiaria la libertad de ensefianza, sino que estable« ceria primeramente Ja gratuidad de la instruccién en las escuelas oficiales; en seguida Ia seleccién y la orientacién de los nifios segiin sus aptitudes y las necesidades de la sociedad; en consecuencia, la uni= formidad del primer grado de instruccién, de suer= te que, tras de un examen solamente y concluida Ja seleccién, los nifios pudiesen pasar a las escuclas de segundo grado.Esto esté. muy bien en tcoria, pero es mucho més dificil en la practica, pues la escuela ‘inica es o sera muy probablemente una fuente de trabas a la libertad de los padres y de los hijos,? una violacién de varios de sus derechos, tan- to ms cuanto que ser4 mixta o neutra, y tanto més mala cuanto que podria ser tinica y consiguiente- mente obligatoria para todos.!2 128, Pansienes del Estado en materia de mora- La moralidad interna no es del dominio del Es- tado, pero éste debe ocuparse de la moralidad pi- Moun £e eri stage de Pleole unique, 1980. 20 Pip Xl, Buell, ct; ef. Documentation eatholique, 10 Sete SEAR oh Soret sete 10 Atak Bertie, La lite contre Cinmoralié publique, Gre de, hay oot Bry T8ADS sy fake 19515= ck ane So Reims; conclusién XIII. eee : : ane 1, MORAL SOCIAT. 285 blica, porque la depravacién de las costumbres dafia gravemente la prosperidad y la paz pitblica. ‘Ahora bien, la moralidad, como lo muestra la ex- periencia, se basa en el decdlogo: “El decélogo, dice Le Play, es la base de la ciencia econémica”.? Por consiguiente: a) El Estado debe favorecer la religién, que es la verdadera y aun la tinica educadora de las cos- tumbres, sobre todo en las escuclas. b) Debe prohibir cuanto ataque la idea de Dios y los otros fundamentos de la sociedad, por ejem- plo: el derecho de propiedad, la familia, la patria y la dignidad humana, c) Debe impedir que los vicios se ostenten pi- blicamente y que ataquen a la virtud, especialmen- te en las calles, los teatros, los cines, los periédicos, Jos carteles y Jos anuncios [y la television]. Sin embargo, le seria imposible, dada la malicia de los hombres, el querer extirpar todos los vicios, Por lo cual debe tolerar a menudo una libertad deplora- ble, para evitar un mal mayor. (n. 30). d) Cada vez que el Estado castiga un crimen, no solamente usa del derecho de defenders, sino también del derecho de castigar.® Por lo cual es un error escribir lo siguiente: “La justicia penal (aun la pena de muerte) no es una retribuci6n, un castigo, una sancién; es simplemente una medida de defensa y de higiene... Los hombres tienen el derecho de defenderse, de preservarse, no tienen 28 Cuaupio Jannxt, Rapport au Congres. bibliog., 1878, p. 110. 18 Suma teol., THI, q. 64, a. 2, ad 3. 286 TIGA 0 MORAL ¥sPRCIAL propiamente hablando el derecho de castigar” 14 Nosotros sostenemos, al contrario, que el padre, la madre, el maestro y el Estado tienen un verdadero derecho de castigar, que deriva del derecho divino, De otra manera, si la pena de muerte fuese und simple defensa, y no un castigo, se le deberia apl car también a los irresponsables y a los locos, ~ 0 bien, deberia ser suprimida para todos, porque la. prisi6n basta para la preservacién de la sociedad, 129, Funciones del Estado en materia de puestos, E] Estado tiene el derecho de establecer impuestos para cubrir los gastos que necesitan sus atribuciones. Pero debe respetar las leyes de la justicia social y distributiva, por que “no le es licito agotar las fortunas privadas por un exceso de cargas y de impuestos”,!5 ni vejar a una de las clases sociales en provecho de otra. A.-Los impuestos deben ser ligeros, 0, al menos, no deben ser aplastantes: de otra manera mas que fomentat Ja prosperidad publica la dafiarfian: “Mientras el Estado consume més, menes come el pucblo”.—"Se habia creido que ese resultado se obtendria més fécilmente mediante Ja institucién de gobiernos representatives, La experien- cia ha demostrado lo contrario... Y Io peor es que no hay nadie a quien acusar, por ser impersonal el gobierno representativo” 18 BeNo deben afectar ni a tos indigentes ni los articulos de primera necesidad. “El impuesto, dice Sismondi, sien- do el precio que el ciudadano paga por las ventajas so M4 Fonsroaive, Elements de phi % Bnciel, Quadragesino anno, % Liberatote, Princip. decom. poly p. 358. ly Ui, pe 511-512, MH, MORAL SoctaL. 287 i i de ninguna ciales, no se le puede pedir a quien no goza de ning de cllas”.—“Afectar al pobre es diezmar a la nacitn’ C-Deben repartirse por igual entre todos los ciuda- danos de acuerdo con sus posibilidades, 0 sea conforme a sus rentas. Por Io tanto, las contribuciones o impuestos indirectos que recaen sobre los articulos de_ primera ne- ccsidad, y no sobre la renta, no son de estricta equidad porque afectan mas bien a los pobres que a los ricos, por Jo cual, justamente, se les ha amado progresivos al revés, Los impuestos directos tampoco estén justamente repartides: “La propiedad rural pagaba (en Francia] el 259 de su renta, la propiedad urbana el 17%, los va- lores mobiliatios el 1396.17 El impuesto sobre la renta parece mucho més equitativo; desgraciadamente su apli- cacion es muy dificil y peligrosa, D.-Los economistas, aun los de la escuela liberal, dis- euten también sobre si el impuesto debe ser ‘nico o mil- tiple, proporcional o moderadamente progresivo, 130. Impuestos de beneficencia. Principio general: ~ Lo que la justicia conmutativa no baste a mean que la caridad privada lo dé; y a falta de ella, que el Estado intervenga oportunamente median- te leyes. El Estado lo hard, como algunos Jo han pre- tendido, ora en nombre de una justicia social para con los individuos, término medio entre la justicia conmuta- tiva y la caridad, ora ms bien en nombre de Ia justia legal, que tiene por objeto bien comin de la socieda y lo procura mediante leyes?9 (n, 125); ora probable- mente en nombre de lo uno y de lo otto. Gunvoio Jansen, Le soiline @Btat, 190, p. 48. 22 Ltratne, Hid po ait. : 2 1 GP Mitatay bn Rates social, Questing eclraiqes, jun. y wpe i9tbs = Louis Dusan, Reppor au Congres de Sara 7 288 ETICA © MORAL ESPECIAL i A-El deber de la beneficencia incumbe direcamente a los ries tomados individualmente, agrapados bajo la influencia de Ia earidad cristiana’ en asociaciones de beneficencia, Esta caridad es ciertamens te preferible a la caridad oficial, que tiene muchos in convenientes: porque “es muy costesa, formalistay hie milla, y no sabe dar el socorro moral que duplica ¢l eneficio del socorro material”, La primera, al contrat cs gratuita, pronta, reconforta jas slmas al mismo Geng gue los everpos y/ nada tiene de hunillante, porque "8 hace nombre de Di, Por Jo anol bxado debt muy suprimir Sled peiade sobre tedo an inpuetes ecbacay Go al contra favorecerla on todo su peder: de com il ra la sociedad no 4 era sell no tend ds regs que I en B.-Pero, cuando la caridad pri ' , caando | privada no basta para ali- iar todas la tlsetia, el Estado puede y debe suplit of imbuastos sobre la rgueza: “Aunque los cos se queen, ice Liberatore20 la sociedad no puede tolerar dang guna manera que mientras ‘una parte de la. pblacn ade en la opulencia, la otra perezca en Ia misc Giertamente es deplorable que haya que erated la coacci6n legal para lo que deberfa ser un fruto de I eran pontine ea cra emedio queda?” (1. 91). Pio XI enseia: “La, cuordad tea pce tomando en cuenta ls verdaderas necesidades del bien ; inar a la luz de la ley natural y divi uso que los. propietari 4 See ine a so ue Tos propetarios podrn no pars hacer de G.-De hecho, la obligacién de remedi: iserias » iar las. miser de tos que no pueden trabajar, por ‘ejemplo, de tos Lista los, de los ciegos, de los nifios abandonades, la impone % Liberator, Ibi, p. 2H Enc Qiedragestmo ano, i, MORAL SOCIAL 289 la ley en Inglaterra, en Bélgica, en Walia, en Alemania, wo kn Francia igualmente, a consecuencia de Ins ne- caades de los tiempos, dicha asistencia por mucho tiempo facultativa ha sido declarada obligatoria pars Tos municipios, pero la mendicidad esté probibida, De-La ayuda a los obreras sanes y aptos, pero sin tra bajo, oftece més dificultades. Los inconvenientes y un ta imposibilidad préctica del principio que los social Taunan equivoeadamente “el derecho al trabajo” han sido probades por diversas experiencias, sobre todo en 1848 Ftalleres racionales). Esta, ayuda, sin embargo, «& \iil= i rgnte procurada por Tas “‘casas de trabajo”, como en In- glaterra, en Alemania y en Suiza? ue fuere de esta cuestién tan diffcil, muy la caridad libre y el impuesto de benefi- fe remedios transitorios y abso- seeGmente insuficientes para acabar con el pauperismo, El Estado debe, sobre todo, preconizar los remedlios pre- Ventivos que pueden reducirse a los siguientes: suficien- Vir de los salarios, economia, moralidad y religion, accién Sndividual, asociaciones, mutualistas, seguras sociales, a- jas de compensacién. 131. Corolario sobre la "neutral jad"' del Estado moderno. De lo que precede resulta que el Estado no puede di- igir a la sociedad hacia su fin sin principios seguros, esto “Sin un ideal de justicia y de moralidad”, “Todo o- igo deseansa sobre wna concepeién ideal, sobre una fix Jenotia”; 2 hégase lo que se haga, dice Cl. Jannet, hae tbra siempre tantos sistemas de economia politica cuantas concepciones diferentes de la moralidad.?* E-Sea lo a cierto es que I: cencia legal no son més qu 3 Gf. Ganntours, of. cit p. 251 y 361. : 3 Gursveson, Revue La réforme sociale, p. 859 y passim. 3 Rapport au Congres bibliog. 1878, p. 160. a ETICA © MORAL ESPECIAL, Asi es que se debe condenar a los que pretenden, que el Estado no debe tener dogma alguno, ningiin ideal, y que debe permanecer neutro y laico: “la concepcién antigua del Estado difiere radicalmens te de la concepcién moderna... El ideal del Es. tado antiguo es el conformismo absoluto de todos los espfritus y de todas las volimtades. .. El Estado moderno no tiene ya dogmas religiosos, metafisicos © morales; y no tiene, consiguientemente, funcién religiosa metafisica o moral; su tinica funcién view ne a ser una funcién material: desarrollar la pros- peridad de Ja nacién.”25 La ‘mica cosa verdadera en esta afirmacién sin prucba es que de hecho, en el Estado modermo, el ideal ha sido singularmente achicado, pero no ha sido totalmente abolido ni puede serlo en derecho. Los preceptos de la ley eterna y de la religiin na- tural constituyen el minimum de moralidad que pueda servir de fundamento al Estado: de sucrte que un Estado cuyas leyes prohibieran Ia educa- cién religiosa seria la ruina de la sociedad (n. 142 y 143). Como lo confiesa el mismo autor: “Poco poco las diversidades de creencias filoséficas im- ponen a la ingerencia del Estado limites mas estre- chos... Pero hay un minimum de dogmatismo mo- ral que el Estado debe hacer respetar y que no pue- de dejar que se le ataque so pena de dejar perecer a la naci6n”,®® porgue la hipétesis nunca debe, bajo pretexto de evolucién histérica, hacer olvidar la tesis”. (n. 144), * Fonseomive, Elements de phil., U1, p. 505-507; - Cf. Semana social de Reims: conclusiones 1, VI, VIII. 3 Fonszonive, Ibid. Articulo V Deberes de los ciudadanos. 132. @Cuéles son los deberes de los ciudadanos? Hay dos principales: el amor a la patria y la obediencia a las leyes. Primeramente el amor a la patria, que conserva el medio entre dos excesos contrarios, y que por lo tanto deberd ser: a) un amor de verdadera pre- dileccién, contra la mayor parte de los socialistas, que predican el indiferentismo respecto a las na ciones y aun prefieren las otras a la de ellos; ~ b) tn amor moderado, contra los nacionalistas exa- gerados que rechazan los derechos de las otras na- ciones y llegan hasta a negarlos. : En seguida el deber comin a todos los ciudada- nos es la obediencia a las leyes, que obligan, en efecto, en conciencia,? si son justas; pero cuando son injustas, contrarias a la moral o a la religion, los ciudadanos tienen la grave obligacién de mul- tiplicar sus esfuerzos para abolirlas o al menos re- formarlas. 3 Pius (Rev. dapol., mars, 1982, p, 284). 2 Suma teol, LHI, 4, 96, @. 45 ~ SAN Panto, Rom., XIII. 292, EECA © MORAL PSPECIAL, Una doble dificultad se presenta respecto al go bierno de facto y el gubiemo tirdnica. 133. De si se debe obediencia al gobierno "de facto"? Se le da este nombre al gobierno que por la as: tucia o por Ja fuerza ha suplantado al gobiemo le= gitimo, I. Cierto es que el hecho de la usurpacién no €s ni puede ser jamds por si mismo un titulo Ie- gitimo: de otra manera, todos los actos humanos, aunque fuesen injustos, tendrfan fuerza de dere= cho, como lo pretende la teoria de los “hechos con- sumades”, El dia en que semejante principio fue- se reconocido, dice muy bien Balmes, ese mismo dia desaparecerfan de este mundo las ideas de ra- z6n y de justicia.* II, Sin embargo, en ciertas ocasiones, y en vir- tud de otro titulo, puede ser que los ciudadanos tengan la obligacién moral de obedecer al poder ya constituido, En efecto, fuera de la Iglesia de Cristo ninguna forma de gobierno es perpetua. Ahora bien, en los cambios de gobierno se pueden distin- guir tres fases: Ia fase de perturbacién, la fase de conservacién y la fase de transformacién social— En la primera fase, los ciudadanos pueden y aun deben luchar contra el usurpador hasta el momen- to en que la resistencia Hegue a ser iniitil y perju- dicial al bien comiin,-En la segunda, al contrario, 8 Lréx XI, Encicl. dus Francais: “Au milieu des sollicitudes”, 16 febr., 1892: ~ Lettre aux cordinaux frangais, 3 de mayo, 1892; — Denon, Ler directions pontificales, 1895, + Bauaes, El protestantismo; ~ Syllabus, prop., 59-61. 1H, MORAL. SOCIAL 293 todos los ciucladanos estén en la necesidad de obe- decer al poder constituido; no a causa de su ori- gen sino cn atencién al bien piiblico, que es el cri- terio supremo, porque sin gobiemo ta paz piblica no podria existir—En fin, en la tercera [asc, la tansformacién del régimen se consuma desde. cl momento en que la nueva forma corresponde a la finalidad de la sociedad y procura la prosperidad comiin: porque entonces esta iltima adhesion pa- cifica de la comunidad al nuevo régimen viene a ser, como la primera, una nueva pero legitima in- vestidura. (n. 118, 119 C.). Por lo cual Leén XIIES y después de él San Pio X y Pio XI han recordado a los catélicos que para evitar mayores males, el derecho natural prescribia a todos los franceses, no en el indiferentismo politico, sino la obe- diencia a la Repiblica constituida, a la vez que debe- rian atacar una legislacién perversa y que seguian sien- do libres para considerar la monarquia como un régimen mejor en si y mejor para Francia, y tratar, por medios legitimos, de restablecerla algiin dta.S 134. De si los ciudadanos deben obediencia al gobierno tirénico.? Se llama tirano al que violando los derechos de los sitbditos “no persigue en el poder mAs que su interés personal en lugar de procurar el bien del pueblo que le est& sometido” *-Si el tirano no vio- Ja sino ligeramente los derechos de los ciudadanos, © Respuesta del Osservatore romeno a Em. Ollivier. © Twsenontex, La doctrine et [a politique, 1929. + Sr TxoMas, De regi. princ, L. I, e. VI; Suma teol., I-11, 42, a, 2, ad. 3; 4. 65, a 4. 8 Sgr Tromas, De regim. prine., L. T, e. 1, 294 TIGA © MORAL ESPECIAL se dice que es tolerable; si esa violacién es demu» siado escandalosa, se dice que es intolerable—Sobre esta base adoptaremos con Santo Toms las cone clusiones siguientes: L.-Si la tiranfa no es excesiva, o si tiene que ser pasajera, més vale tolerarla, y esto para evitar Jay grandes desgracias de la guerra civil. IL~Pero qué hacer si la tiranfa se ha vuelto in- tolerable? 1° Es cierto que la resistencia pasiva a las leyes injustas del tirano es licita, siempre que pueda dar= se sin escAndalo y sin grave perjuicio para el bien pitblico; y aun es obligatoria si las leyes tirénicas son contrarias a las leyes divinas y llevan, por ejem- plo, al atefsmo.® 2 Por otra parte ges licito pasar a la resistencia activa, atacar y aun matar al tirano? Se ha soste- nido la afirmativa, Pero al menos es cierto que na- die puede por su autoridad privada atacar ni con mayor rarén matar al tirano, porque los particu- ares no pueden ser los jueces de su soberano. 3° gEI pueblo o la nacién tiene ese derecho? La respuesta es mucho mas delicada: a) Considerada especulativamente, la cosa no tendrfa duda, porque es licito defenderse contra vn agresor injusto y aun rechazar la fuerza con la fuerza, aunque de ello deba resultar la muerte del tirano. (n. 87). b) Pero prdcticamente se debe ser mucho més circunspecto, porque se debe considerar si la caida Suma teol., THI, 4. 95, a. 4 MT, MORAL SOCIAL, 295 del tirano no causar mayores males que su soste- nimiento. De aqui dos opiniones: Segiin Santo Toms y Suérez, si resulta un mal me- nor, se puede derrocar al tirano como lo hicieron los romanos con Tarquino el soberbio.10-Segiin otros, la guerra civil contra los tiranos es prdcticamente mds per judicial que Gtil para el bien de los ciudadanos, y consi ‘guientemente ¢s preferible a menudo “acogerse a la Pro- videncia, que ¢ nuestra protectora en todas las dificul- tades y tribulaciones”. Este es el pensamicnto de Leon XIII en su Encicliea Quod Apostolici muneris.* Sea lo que fuere, no es Iicito prevenir los atacues del tirano o darle directamente la muerte, -ora por- que su derecho al poder no queda abolido por el abuso que de él haga, -ora porque los stibditos no pueden ejercer sobre él ninguna autoridad juri- dica** 49 Thid., ITU, q. 42, & 2, ad. 3. * Bs asi que no puede haber nada més perjudicial que la tirania liberal atea 0 la titania comunista, luego es licito tratar de derto- ccarlas si hay una esperanza razonable de éxito (N. del trad.). Sm Se coroee que el autor se coocaba en el caso de ae ilidas tiranias liberales europeas, sin prover a terrible tirania del mate- ismo ateo actual, en el cual el detentador del Poder care- cede todo titulo juridice porque su tirania destraye en su base fl bien comén, per lo cual los ejudadanos, si les es posible, no s6lo pueden, sino que deben derrocarlo, aun con grave efwsién de sangre, ‘pues vale més la libertad para el bien que la vida misma, El autor hhabria cambiado de criterio si hubiera Megado a presenciar Ia em- bestida roja en Espafia a Ia caida de Alfonso XIII, o la mons- trove y besial Grange castrate Cuba, y ia do Allende on Chile, 7 de den aber tendo se rt exact tre Joan &h Ju‘propia époen cetaba ‘oeuriendo en Rusia bajo. Lenin y bajo Stalin Por estas Malsmas razones #0 justfica la Tucha, eistra en Medco, lucha gue en principio fue sprobada por, Su Santidad Pio Xi'y por el episcopado mexicano de 1026 (N del Trad.) Articulo T El derecho de gentes.? 135. Existencia del derecho de gentes. El derecho de gentes, 0 mejor el derecho inter- nacional, es el conjunto de derechos y deberes tan- to naturales como positivos, que ligan a las nacio- nes en sus relaciones mutuas. Muchos juristas niegan su existencia con Maquiavelo, Hobbes, Rousseau y Hegel, segiin los cuales siendo la salud del pueblo la suprema ley, la omnipotencia del Fstado no puede conocer més limites que el de su pro- pia decisién, Contra ellos proponemos muestra ‘TESIS Hay un derecho de gentes,'en parte natural, en parte positivo. [El derecho internacional positivo nace de con- vengiones o de pactos libres. Ahora bien, todo TH. Baun, La cité chrésienne dapris les enseignements ponti- icaue, Tin pe 124-133; ~ Leatanse, Morale politique, p. 177-1983 ~ Articulo I El derecho de gentes.! 135. Existencia del derecho de gentes. El derecho de gentes, 0 mejor el derecho inter- nacional, es el conjunto de derechos y deberes tan- to naturales como positives, que ligan a las nacio- nes en sus relaciones mutuas. Muchos juristas niegan su existencia con Maquiavel, Hobbes, Rousseau y Hegel, segtin los cuales siendo le salud del pueblo Ja suprema ley, la omnipotencia del Estado no puede conocer més limites que el de su pro- pia decisién. Contra ellos proponemos nuestra ‘TESIS Hay un derecho de gentes,’en parte natural, en parte positivo. IB] derecho internacional positivo nace de con- venciones 0 de pactos libres. Ahora bien, todo THE Baw, La etd chrtionne daprs ler enciqnemente ponti ficou, Ty ps 124135; < Lancaniy Morale pottigads pe 17-1893 = 1, MORAL SOCIAL 299 mundo reconoce que las naciones, tanto como los individuos, estan ligadas validamente por las con- veneiones y por tratados. Luego hay un derecho positivo internacional. II-Pero, si no hubiese derecho internacional natural como Jo sostenia Grocio, tampoco lo ha- bria positive. Suponed por un instante que no hay ley natural, como ésta: “se debe respetar los contratos, dar a cada quien lo que le pertenece, etc.”, los pactos internacionales no tienen ya mas valor que el papel de estraza, no queda mas que Sel derecho del mds fuerte”, de suerte que los puc~ los mas poderosos podrian permitirselo todo. Lue- go también el derecho de gentes esta fundado, y de manera primaria, sobre el derecho natural. Por lo demas, las naciones, siendo personas mo- rales, estén regidas por la ley natural, porque nin- guna persona moral podria escapar a Ja ley natu- tal? Luego hay un derecho internacional natural, que funda el derecho positive. La teoria de los juristas se debe pues rechazar como contratia, ora a la conciencia individual, que declara que fas naciones tienen deberes tanto como los individues, ora al sentido comém, que no admite “el derecho del més fuerte”, ora a la declaracién de las naciones mismas, por ejemplo, en el Tratado de Versalles: “las altas partes ‘contratantes consideran que se deben observar rigurosa- mente las prescripciones del derecho internacional recono- Dr Vartan, Le droit des gens, 1798, 1, c 1; Suma tool 111, q- 55, a ad: 1y—Mémsonttac, Traité de droit public international, 1905; Le Fun, Précis de droit international public, 2 GL, TaraneLis, 8. Jy Eisai théorique de droit naturel, basé sur les faits; ~ Croisier, Grands mots, p. 283-261. 300 EPICA © MORAL PSPEOIAL cido desde ahora como efectiva regla de conducta de los gobiernos” 3 Esos deberes y los derechos correlativos son miiltiples, Como para los individuos, para las naciones hay deberes de justicia y deberes de caridad. Una palabra sobre cada uno de ellos, 136, Deberes principales de justicia de las nacio- nes entre sf. A.Existen esos deberes. Porque el hombre, cualquiera que sea, poderoso o débil, goza de la dignidad humana, y por lo tanto de los derechos que ésta entrafia por su naturaleza: luego lo mis- mo ocurre con toda nacién. Cualquiera que sea su debilidad, con tal que goce de una personalidad propia, tiene verdaderos derechos. Ceda pues el imperialismo, o sea, el amor desordenado de do- minio, ora mediante las fuerzas militares, ora me- diante la prosperidad econémica, ya mediante la tutela politica, Es cierto que no puede obtenerse Ja igualdad entre las diversas naciones, como tam- poco entre Jos ciudadanos, pero la superioridad no autoriza a reducir a las otras naciones, como tampoco a los demés ciudadanos, a una especie de servidumbre: impone, al contrario, respecto a ellas, deberes que conciernen a su existencia, su conservacion, su desenvolvimiento, sus propiedades, su honor y la fe en la palabra dada. B.-Seiialemos pues entre los principales de esos derechos: 1, El derecho a la independencia. El conquista- dor que somete violentamente a su poderfo a una ® Traité de Versailles, 1919. cme gl soe 1H, MORAL SOCIAL 301 nacién inofensiva, aunque sea de pobres negros de Africa, con cl solo objeto de agrandar su imperio, se hace culpable de una gran injusticia.* 2. El derecho a la conservacién social. No es \i- cito preparar la ruina de otra nacién, por ejemplo, fomentando la rebelién en su seno mediante escri- tos o emisarios. 3. El derecho a la libre expansién. Luego est prohibido impedir las relaciones de un pueblo con otro y poner obstdculo al libre ejercicio de su acti- vidad natural. 4, El derecho a la propiedad. No se puede sin injusticia apoderarse del territorio, de las riquezas, de los recursos de otra naci6n, — ni invadirla con cl pretexto de Hevar la guerra a otro pais. 5, El derecho al honor nacional. Los embajado- res de una nacién en el extranjero deben ser libres e inviolables, aun en tiempos de guerra,* porque entonces los beligerantes estan obligados a obser~ var las leyes de la guerra. 6. En fin, el derecho de fidelidad a la palabra dada: los contratos o tratados internacionales, que se hacen en nombre de la sociedad, de una manera equitativa, deben ser respetados, y no pueden ser 5 ps Laue Seer 22 ae eee gee ee ee Se oe eae eee eee ea ee et eee ae es eee ee ee ee ae ‘esclavitud. (Nota del Trad.) 302 ETICA © MORAL SPECIAL Tags Gime Por consentimiento mutuo: lo mismo debe decirse, y con mayor razén, de a yo , de Tos concor La diplomacia deberia limpiarse de la ciencia de ens Sailar con mentiras © hipocresias, vestigios de la barbaric, 137. Deberes principales de cari Paberes principales do caridad de las ne A-Primeramente esos deberes exis que los individuos deben amar a su prea nail sa de la semejanza de su naturaleza, las naciones personas morales més poderosas y mas nobles, con Mayor raz6n deben amarse entre sf, Luego se puc. de aplicar a los pueblos este principio: “no hagas a los demés lo que no quieras que se te haga «ti mismo” y este otro: “‘debes ser con los demas coma quieres que sean contigo”, B.-Hay tantos deberes de caridad cuantos bi descables para la sociedad. Ahora bien tere tae hes pueden ser de orden fisico, intelectual © moz ral, y politico.Por lo cual la caridad internacional ordena que las naciones se ayuden entre si de tres maneras: 1. Con socorros materiales. Por ejemplo, cuando uuna nacién carece de trigo o de ciertos articulee de primera necesidad, y otra nacién puede vendere: los sin peraenero perjuicio. Y esto contra un cierto egofsmo nacional que no se preocupa del bien ox. min de la humanidad. ie oa © Devos, La loi de cha Ronen, La charité et les impérialismes oh Roum Za hari ols ipl la Semaine sociale ‘de 443-455, wige de vie sociale, 1928, p, 405-427, H, MORAT. SOCIAL 303 2, Mediante buenos consejos. Asi los embajado- res, para prevenir conflictos entre naciones, pue- den anudar entre ellas relaciones de amistad, alian- zas favorables a las relaciones internacionales y a Ia civilizacién, 3. Mediante una intervencién oportuna de Ia fuerza, cuando un pueblo es injustamente atacado por otro, o cuando es desgarrado por la guerra ci- vil, sobre todo si pide el socorro de dicha interven- cién.-Luego la razén condena también, con Pio IX, el principio del liberalismo llamado principio de no intervencién® 138, Del comercio y de la fortuna econémica.’ De aqui se debe excluir el imperialismo nacional 0 in- ternacional, econémico y venal: uno y otro igualmente execrables8 L-El comercio es natural y de una utilidad in- negable: asegura la prosperidad material de los pueblos, suaviza las costumbres, favorece el desen- volvimiento de la industria, de las artes y de las ciencias.-Por lo demas, el comercio internacional parece ser como el punto culminante en el desen- volvimiento de la civilizacién de los pueblos, que, después de haber vivido de la caza, se clevan in- sensiblemente a la vida pastoril, luego a la agricul- tura, a las artes mecénicas, y, en fin, al comercio. Sin embargo el comercio no debe ser impuesto a nin- guna nacién=En materia de contratos de comercio, hay © Syllabus, prop., 52; ~ ef. Aloe. Novos et ante, 28 sept., 1860, ¥ Liberatore, Ibid., n. 8-10. 3 © Pio XI, Enctel. citada, 304 ETICA © MORAL ESPECIAL dos sistemas diferentes: 1 sistema del libre cambio y el del proteccionismo. El primero es reciente: consiste en que las mercancias pueden pasar de una nacién a la otra sin pagar ningéin impuesto. El segundo, muy anti- guo, tiene por objeto proteger la agricultura y la indus- tria nacionales, haciendo que las mercancfas extranjeras paguen derechos de aduana més o menos elevados segtin la necesidad de los tiempos, Segiin los partidarios del primer sistema, gracias a la libertad absoluta del comercio, todas las mercancias se venden menos caras, la industria logra en cada nacién un desenvolvimiento mayor, las relaciones internaciona~ les se vuelven més faciles y' se avanza hacia el ideal de la unién de los pueblos.—Giertamente, tan grandes ven- tajas no son despreciables, pero no estan excluidas del régimen de proteccién moderada, y por otra parte este ‘iltimo sistema evita graves inconvenientes, por ejemplo, Ja ruina de la agricultura 0 de la industria nacionales, Nos parece pues que aqui, como en otras muchas ma- terias, hay que evitar los excesos opuestos: ni libre cam- bio absoluto, ni proteccionismo exclusivo, sino una solu- cién intermedia, que Je permita al comercio prosperar bajo el soplo de la libertad y que les evite al mismo tiem- ‘po a nuestros conciudadanos el ser aplastados por la con- currencia. extranjera. IL~Ahora, a propésito de la prosperidad econd- mica, atendiendo a la facilidad de las relaciones entre los pueblos es necesario: 1. Primeramente, limitar la produccién [de determinacos articulos] mediante contratos co- merciales, a fin de que la superproduccién mec&ni- ca de determinadas mercancfas no prive del traba~ jo a los obreros. HE, MORAL SOCIAL 305 2. En seguida, abrir salidas a las mercancias, no sea que su estancamiento engendre la pobreza y a anarquia. 3. En fin, determinar, en cuanto sea posible y de comin acuerdo, el monto de los salarios, no sca que alguna nacién quede en inferioridad respecto a otras, por razén de sus salarios més bajos o més clevados. ‘Agreguemos que los contratos internacionales se- rian la mejor preparacién para la unién de las na~ ciones en una misma familia, de lo que nos falta hablar. Articulo IT La unién de los pueblos. La naturaleza desea la unién de los pueblos; las guerras ponen para ello el mas grave obstaculo, por lo cual debe buscarse un medio de evitarlas. Digamos una palabra sobre cada una de estas tres cuestiones. 139, De si la sociedad internacional es posible.! No se trata aqui de establecer entre las diversas naciones una sociedad civil en el sentido estrieto, porque ¢cémo se podrian establecer, por ejemplo, jas mismas leyes para todos los pueblos del mundo, tan desemejantes y tan alejados unos de otros? Nosotros no hablamos sino de una simple unién federativa, cuya autoridad suprema tendrfa_ por funcién el aplacar las querellas entre las naciones y establecer un cédigo de derecho internacional.— He aqui nuestro parecer: 1 De Varna, Le droit de gent, t I, L. , . 3. pe. 47; ~ ef Gowns wt Latino Ea Sehenatotal 8h “Baton acid internationte eles prineiper dt drat public, 1929, ~ ed tn aa Butunsy Lorgontaion tterntionate du monde cone lemporain, 2 vol. 928 1, MORAL SOCIAL 307 ‘TESIS Cierta unién federativa de los pueblos es natural, deseable, y ya se inicis. I-Es natural. Se debe decir que una cosa es natural cuando ella sola puede satisfacer las noce~ sidades y las tendencias de la naturaleza. Ahora bien: 1, El instinto de sociabilidad no quedard satis- echo sino cuando los pueblos estén unidos en una sociedad internacional, como las familias Io estén en Ia sociedad civil, porque la nacionalidad cnri- quece, pero también limita y estrecha. 2. Lo mismo ocurre con las necesidades de los pueblos, que no se podran satisfacer sino por la sociedad internacional, aunque la necesidad que tienen los pueblos de esa sociedad sea menos apremiante que la que tienen las familias de vivir en sociedad civil. IL-Es deseable, y esto por numerosas razones. Si se Iegare a establecer, harfa més raras y mas cortas las guerras; disminuirfa las cargas militares; facilitaria el entendimiento en puntos importantes, tales como la extradicién de los criminales, el esta- blecimiento de Ieyes comerciales, la preservacién de enfermedades contagiosas, la legislacién inter- nacional del trabajo, ete. Objecién.—La uniin de los pueblos de todo el univer so es una quimera. _ Respuesta. El establecimiento de : tio ah a munde tee eco econ con qual concedemos; una confederacién de Estados, al mia los més civiizados, es una _quimera, distinguimos) 4 una quimera en su origen, lo concedemos; a palit Ul progreso de la civilizacién y del comercio.internatol que erece cada dia, gracias a las vias férreas, a low | legrafos [a la aviacidn), etc, lo negamos, siempre tunién se haga bajo Ia influencia de la caridad de Insistencia-Serfa la destrucci iotisma. tril ineradonatine, OS Respuesta, El patriotismo no. seri i unién de los pueblos, como no lo ie Ja familia por la unidn de las familias en una. soci civil, “El verdadero patriotimo no entrafia cl o extranjero. Esto es chauvinismo, Un hijo puede est alas otras madres aunque ame ardientemente a la sty IIL-¥ ya comonzé: en efect n ‘ : to, son numeros0s kt actos, las sociedades, los contratos y watados itl nacinales sobre anintos de todo género: de le ahora un cédigo internaci u daunasae St 140. Teoria de la guerra La guerra es el gran obstacuk i6n de eee Saami ee A.-Nocién. La guerra es propi t 1 jpiamente hablan el estado de las naciones que se combaten a a fuerza para salvaguardar un derecho. Es un esta» 7 Benedicto XV, 1917, - + Foseoniv i : aaa yp 17.—* oxgronrv, Elim de pi 1, 9.198 * Oh Gauveav, Theologe de la pate et de ta guer canal geen BB BS, TBI) Bent Bony op chet Ah Mf, MORAL SOCIAL a dlo, yen esto difiere del simple combate; —de na- cones, y en esto se distingue del combate priva- do;— que se combaten por la fuerza, ora en la jquerra ofensiva, en la que se atacas ora en la gue- Mn defensioa, en que la fuerza es rechazada con la fuerza; —por la salvaguardia de un derecho, pues de otra manera serfa una injusticia y un verdade- 10 latrocinio. B-Legitimidad. Bl estado de guerra no es la condicién natural de los hombres, como falsamen- te lo pretendia Hobbes. Sin embargo, la guerra es legitima cuando Tlena las condiciones requeridas, Kant® aun la considera como necesaria en cl ¢s- indo actual de la humanidad. En efecto, la cone- ion _(n. 63) ¢s uno de los atributos del derecho, por io cual, si una nacién no puede conservar tt votener el respeto de sus derechos sino por Ja fuer- ‘Ja, esto es, combatiendo con otras naciones, puetle ‘eelararles la guerra o rechazar su ataque. C-Condiciones—" Primeramente la guerra debe tener una causa justa, 0 sea, un bien necesario para In comunidad que no se pueda obtener de otra manera, por lo cual quienes emprenden la guerra para acrecentar su imperio, por un interés perso- hal, o también, segtin la teoria de Maquiavelo, para imponer 0 extender su poderfo, obran como Pirdaderos bandidos, Asimismo, la guerra debe ser Yeclarada por Ja autoridad suprema, porque “el ‘erecho de guerra es propio de quien posee la ‘atoridad social”.—Ademds, para que sea justa, la T Kawn, Conjeturas sobre tor principios de ta historia det género Iuumanto, 7 Suma teol, TIT, 4, 40, & 1 310 ETICA 0 MORAL ESPECIAL guerra supone intenciones rectas, que no persigan el mal sino el bien necesario, de suerte que una guerra, justa en si misma, podria estar viciada por cAlculos injustos.-En fin, en el ejercicio del dere= cho de guerra, también ‘se deben observar ciertas reglas. Asi, por ejemplo, antes de la guerra es me- nester declararla oficialmente; durante la guerra se debe reprimir la licencia y la crueldad de los sol- dados y no violar en nada las reglas del derecho internacional; después de la guerra, usar de mode- racién con los vencidos: regias todas estas dete minadas por el derecho de gentes. D=Desarme. En cl intervalo la paz se favorece con la limitacién de los armamentos, y ésta lo es @ su vez, ora indirectamente por una declaracién publica,® aun por un tratado en el cual se establezca cl compromiso de apaciguar los conflictos sin echar mano de Jas armas, recurriendo a conferencias pa- cfficas,® o por diversas medios de conciliacién y el arbitraje de una Asamblea permanente internacio- nal; ora directamente determinando en un tratado comin la cantidad y la calidad de los armamentos de los ejércitos de tierra, de mar y del aire, para todos y cada uno de los pueblos.2° jPlegue a Dios que las naciones observen tales tratados! 141. Medios de realizar la unién y la paz de los pueblos. Se proponen cuatro principales, destinados a dis- minuir la frecuencia de las guerras: el principio 8 Tratado de Versalles, 1919, ~ 9 Pacto Kellog-Briand. 10 La vie intellectuelle, 20 de junio, 1913, 1m. onal, Soctat an de las nacionalidades, el equilibrio por compromiso mutuo, el tribunal internacional y la sociedad de das naciones. 1. Segéin algunos tedricos, los pueblos deben unirse en un solo cuerpo politico cuando tienen una misma lengua, un mismo origen, las mismas cos- tumbres, la misma religién y una misma situacién geogrifica Pero es evidente que esta teorfa es imposible, injusta y muy peligrosa: imposible, porque rara vez se encuentran reunidas estas condiciones, y pueblos que, por ejemplo, tienen una religion comiin, estn separados por la lengua, €l origen, o Ia geografia; ~injusta, porque violarfa la in- dependencia legitinia de ciertos pueblos, que vecinos mas poderosos se arrogarian cl derecho de anexarse so pre- texto, por ejemplo, de fronteras naturales; -muy peligro~ sa, por consiguiente, porque al unificar a todos los pue- les que hablen una misma lengua, por ejemplo, el aleman o el inglés, harfa de ellos una nacién desmesura~ damente poderosa y muy superior a sus vecinas. Asi es que cl principio de las nacionalidades no puede tener nada de absoluto, porque Ia formacién de las naciones depende también del consentimiento mutuo de sus miem- bros y de otros muchos hechos accidentales. Por la misma raz6n, los pueblos mds pequeiios no tienen el derecho de hacerse independientes de Ja nacién en cuyo seno viven, con tal que una cier- ta autonomia y los derechos de las otras naciones sean concedidos a esas minortas hasta donde sea posible y justo.” 2. Otros quieren que una vez establecida la di- visién del territorio entre las diversas naciones, és- 312 EPICA © MORAL ESPECIAL, tas se obliguen mutuamente a no efectuar en lo sucesivo ninguna modifieacién sin el mutuo consen- timiento.-Esto seria un bello ideal, ciertamente, pero qué sucederia si un desacuerdo imprevisto viniese a romper el equilibrio y a dividir a las nacio- nes en dos campos opuestos? Sin duda el equilibrio curopeo ha producido buenos frutos, pero en todo instante se teme que se rompa y que la Europa quede convertida en un vasto campo de batalla, Y. esta desgracia ocurrié ya en la guerra mundial de 1914 a 1918 [y en la 2a. guerra mundial de 1940 a 1945). 3. Otros, en fin, proponen el establecimiento de un tribunal internacional, cuyo presidente nato de- berfa ser el Soberano Pontifice—En efecto, nadie Presenta tantas garantias de imparcialidad ni goza de tan gran autoridad moral (n. 146): las decisio- nes del Papa, sobre las cuales no pesaria ninguna violencia que las hicicra de antemano vanas, se impondrian a menudo por el valor de las razones y la persuasién moral, As{ piensan aun protestan- tes, Leibnitz y otros muchos.!? “Si la solidaridad de los intereses econémicos fuerza un dia u otro a los gobiernos a entrar en este camino, no bastarfa para rehacer una unién tan deseable entre las naciones. Tal unién no puede realizarse sino sobre la base del retorno al Cristianisino como regla de las relaciones internacionales. Nosotros tenemos en el pasado un ideal que se realizé cn cierta medida, el de la Cristiandad. . Jo cual indica las condiciones morales en las que ese gran % Ci, Yves pe ta Bakar, Dict. prat., art. International. 35 Unguaant, Appel d'un protestant au Pape, 1870, 1H, MORAL SOCIAL 313, progreso ardientemente deseado por los pueblos podré realizarse” 13 Se puede agregar que no solamente en Ta Edad ‘Media, sino también en nuestros dias, bajo el pon tificado de Len XIII, ese arbitraje ha producido, en. diversas circunstancias, frutos excelentes.-El Congreso de la Paz, reunido en La Haya y del que se excluyé al Papa, no dio tantos resultados: no impidié la guerra mundial, la més sangrienta que jamés se haya visto.!4 4. La Sociedad de las Naciones, instituida des- de entonces como un “super-estado”, pero siempre sin el Vicario de Jesucristo, zseré més feliz con un doble tribunal de arbitraje y de justicia inter nacional y laico?—Su objeto es impedir y apaciguar todos Jos conflictos conforme a las reglas de la jus- ticia; pero surge una doble dificultad: el celo de las grandes naciones que rechazan implicitamente. exe Super-estado; su propia debilidad, pues no tiene tun ejército internacional superior a todos Ios demas, capaz de hacer respetar sus decisiones. ‘He aqui por qué el derecho de gentes aparece destituido de sancién. Sin embargo, el derecho in- ternacional queda en pie; quedan en pie igualmen- te los medios espirituales, los convenios econémicos y politicos. H Giaun1o Janwen, Le socialime @'Btat, p. 578; ~ che Cx Pintn, ordre international. 3 Yves pe 1a Basie, Lorgonisation internationale du monde contemporain et la popawté souveraine, 1990; ~ of. Camnits, Le Goctrine, cause de Unité sociale excmoyen age (Reo. de phil). 1925,

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