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Marchart, Oliver - El Pensamiento Político Posfundacional

Marchart, Oliver - El pensamiento político posfundacional

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Traduccién de ‘Maxta Devaina ALvAREZ OLIVER MARCHART El pensamiento politico posfundacional La diferencia politica en Nancy, Lefort, Badiou y Laclau © FONDO DE CULTURA ECONOMICA. Mixtco - ARGENTINA - BRASIL - COLOMBIA - Crm.z ~ ESPASA EstAD05 UNIDOS De AMERICA - GUATEMALA PERO - VENEZUELA En Bl pensamiento poltico pasfundacional Oliver Maschart se intesroga averce de una diferencia que ha cobratlo vigencia en el pensamiento polt- co reciente: la diferencia entre la politica y lo palitico, Bl heideggerianismo de izquierda, surgido en la Francia de la pos- guerra, intenté trascender el cientificismo y reelaborer las teoriss de Heidegger dandoles une inclinacién mas progresista. Ast necié una versién izquierdista del posfundacionalismo, que supone la imposibi- lidad de un fundamento ultimo. Los pensadores de esta vertiente recu- ren a figuras de la contingencia 0 infundabilidad, por ejemplo, el acontecimiento, el antagonismo, la verdad, lo realy la libertad. Todos cellos emplean la diferencia entre la politica y lo politico. Le politica se sigue refiriendo a ciestas formas de accién, al subsistema politico Gimensién éntics) y lo politico alude a lo que est més alld de toda posible domesticacisn (dimensién ontolégica). Oliver Marchast busca demostrar que la distincién entre ambos ‘eonceptos és un indicador del fundamento ausente de la sociedad, pero no la ausencia de todo fundamento. Si bien la politica es un proceso on final abierto, sin un principio ni un fin predeterminados, lo politico s el momento de un fandax, aunque parcial, contingente y effmero. De este mode, traza una genealogia de la diferencia politica, desde que Carl Schmitt la estebleciera por primera vez. Luego analiza, me- diante un enfoque comparativo, cémo dicke diferencia opera en los abordajes contemporéneos originados en el heideggerianisma de iaquies- da: Jean-Luc Nancy y Philippe Lacoue-Labarthe desde la perspectiva de la deconstruceién, Claude Lefortinfluido por Maurice Merleau-Ponty, Alain Badiou desde un punto de vista lacaniano erftco, y Emesto Laclau yy Chantal Moule partir de una postura deconstructivista con elementos foxcaultienos y lacenisnos. “Tomar conciencia de las implicaciones filos6fiess y politicas de le diferencia politics nos ayudaré a manojar, tedrica y préeticamente, el hecho peculiar de que la sociedad es infundable y, no obstante, Ie dimension del fundamento no desaparece sin dejar huellas”, afirma Oliver Marchart. Y, dado que esa diferencia es ontoldgica, no puede ser objeto de Ie ciencia politica, sino de una teoria politica con una pers- pective filoséfica como la que aquf se presenta, i] iferencia politica ancy, Lefort, Badiou y Laclau is Primera edicign en inglés, 2007 Primera ediin en eeparil, 2009, Marchant Olver El pencamiento polticoposfundaciona a diferencia politica en Nancy infor, ection Undan, ined. Bunce Anes Fondo de Clkurs Econ, 2009 3257p. else. Goo) “raducido por Merta Delfina Alvarez ISBN 975.950.557.781-1 1. Teoras Politicas. 1 Alvarez, Marta Delfin, tra, I. Titulo cop saa ‘Armaioe Uustracin de tapa: Juan Balaguer Titulo ocginal: Post-Foundatinad Political Though Polisi ference in Nancy, Lefrt, Badiou and Ula ISBN de ia ediidn original 97307456 2495 0, 9 2007, Tdinburgh University Press D.R.@ 2009, Fonoo os Cuura EooNoMECA DE ARGENTINA. SA. El Salvador 5565, 1414 Bueros Aizes, Argentina fondoBfeecomar / wawicecomat ‘A Peacho Ajusco 227; 14200 México DE. ISBN. 978.950.557.781 Comentavis y sugerencias: cetitorialfee.comar Fotocopisr los ests penado por la Je. Prohibida ou reproducsin total parcial por cualquier redio de impresisn digital, en forma idéntica, extractada © modified, en espaol o en cualquier oto idioma, Sinautorizacion expresa de la editorial ‘Weemtso en Ancmerbva- Pare wv ARGENTINA Hecho ol depésito que previene Ia ley 11723, Agradecimientos fNDICE Introduci6n. Sobre el fundamiento ausente de lo social L._Los contornos del heideggerianismo de izquierda ! posfundacionalisino y la contingencia necesaria tL 1. Antifundacionalismo y posfundacionalismo. 2. El “giro cuasi trascendental” 3. Heidegger: aamtecimiento, momento, libertad, diferencia. 4. Le “pregunta fandante” respecto dela diferencia ontolégica .. 5. Lacontingencia . 6. Momento y constelacién. La politica y lo politico: genealogia de una diferencia conceptual 1. La paradoja politica...... 2. Lo politico asociatio: el rasgo arendltiano. 3, Lo politico disociativo: el rasgo schmittiano 4. Neutralizacién, colonizacién y sublimacién de lo politico. 5. La diferencia conceptual: tuna visidn diacrénica ..... 6. La politizacién de los conceptosy ol concepto de lo politico. 7 La crisis de lo social 0 por qué noes sufciente elnominalismo conceptual. ...-.-...... u B Bo 34 40 51 55 59 or B 78 6 8 ML EL PENSAMIENTO POLITICO POSFUNDACIONAL Retvacar la diferencia politica: Jean-Luc Nancy 1. La filosotia y lo politico: Ja deconstruccién de lo politico....sesessseeeeee 87 2, La"retirada” de lo politico. 50 3. Lapolitique y le politique 94 4. La comunidad y la diferencia politica 96 5. Elmomento de lo politico: ef acontecimiento ...... 103 6. El peligro del filosofismo y Ia necesidad de una “filosoffa primera” .........2. ET momento maguiaveliano reteoricado: Claude Lefort 1. Pensamiento, filosofia, cencia.....sssessseeeeee 17 2 La politica y lo politico -...-..seeeeeeeeseeeseees 2M 3. El conflicto como fundamento: la doble division de la sociedad. 126 4. ELmomento maquiaveliano segtin Lefort............ 131 5. Loreal como alteracién y lo imaginario como ocultacién .. Peer 6. Lademocracia como “instituconalizacién Gntica” de la division originatia ..... oe M0 EJ Estado y la polition dela verdad: Alain Badiow 1. Contra la flosofia politica como una floss pati os oo ones M7 2. La politica de lo real : cesteeee 154 3. Una "poltica” de la verdad: igualdad y justicia...........4 ee 4. La gracia de la contingencia yelmal del fundacionalismo.....esessseseveeee 167 5, El peligro det eticsmo, : Peete Lo politico y la imposiitidad de ta sociedad: Ernesto Lactow 1, La imposibilidad de la sociedad 2. Lasedimentaci6n social y el acontecimiento de reactivacion . 184 4 5. INDICE La politica y lo potitico: tuna diferencia “laclauiana’’ La teoria del discurso como ontologia politica, El séptimo dia de descanso.. ‘VIL. Fundar ef posfundacionalismo: una ontologéa poltica 1. Hacia una filosoffa de lo politico ... 2. Posfundacionalismo y democracia. .. 3. Los desplazamientos politicos de la politica 4, El pensamiento politico como filosofia primera. 5. Ladifrencia politica como diferencia politica Bibliografia..... Indice de nombres concptos. 190 195 AGRADECIMIENTOS: LOS ARGUMENTOS PRESENTADOS en este libro se han beneficiado enormemente con los comentarios de Ernesto Laclau, Chantal Moutfe, Yannis Stavrakakis, Urs Stiheli, Simon Critchley, Etienne Balibar; de los editores de la serie, Benjamin Avditi y Jeremy Vee lentine; y de dos lectores anénimos de la Edinburgh University Press. Agradezco especialmente a Kari Palonen por permitirme el acceso a sus estudios, inmensamente valiosos, de la historia con ceptual de “Io politico”, y a Shu-fen Lin, quien estuvo alli en el “momento de decisién”, cuando se eligié el tera, y quien acom- paii6 con su aliento el desarrollo de este libro desde su etapa ini- cial en adelante, Algunos de los materiales presentados en los ¢a- pitulos 4 y 5 fueron publicados previamente en Acts Philosophice, >ea/2 (2000) y en Polygraph, 17 (2005). n INTRODUCCION. SOBRE EL FUNDAMENTO AUSENTE DE LO SOCIAL, La controversia acerca del concepto de lo poli fico es de naturaleza més seria que cualquier otra disputa familiar entre paradigmas; se trata de la pertinencia o no pertinencia de la fllosofia politica para nuestros tiempos. Acues Hines" [BL SIGUIENTE 3570010 sobre el pensamiento politico posfundacional discurze en toro a una curiosa diferencia, la cual ha cobrado cierta vigencia en ot reciente pensamiento politico continental y angloes- tadounidense: Ja diferencia entre I politica y Io politico, entre la pol- Fique y Te politique, en Francés, o entre Politik y das Politscke, en ale- man, Como es bien sabido, la nocién distintiva de lo politico se desarroll6 primero en el mundo germanohablante, donde fue Catl Schmitt quien, celebcado por muchos y denostado por otros, pro- ceur6 diferenciar lo politico de otros dominios de lo socil, incluido el dominio de la politica en el sentido estrcto del término (véase el capitulo 2), En 2001, la nocién de lo “politico”, diferenciada explt citamente de la “politica”, incluso fue canonizada institucionel- mente, cuando Pierre Rosanvallon se hizo cargo de la prestigiosa cétedra de “Historia moderna y contemporénea de lo politico” en el Collage de France (véase Rosanvallon, 2003). Bn el mundo ger manohablante, los dos diccionarios histbricos més importantes to- ‘man en cuenta la diferencia entre Politik y das Potitische (Sein, 1978; "The Concept ofthe Political Revisited”, en David Held (comp), Politic ‘Theory Today, Cambridge, Polity Press, 1981, p. 335, 3 irs EL PENSAMIENTO POLITICO POSFUNDACIONAL Vollrath, 1989), y en el zmundo angléfono, la diferenciacién entre ‘una nocién fuerte de lo politico y una rodisn “abil” de la politica se ha convertido en el conceptn matriz de aquellas éreas de la teo- 1a poiltica angloestedouniense que son receptivas del pensa- raiento continental (Beardsworth, 1996; Dillon, 1996; Stavrakzkis, 1995; Arciti y Valentine, 1999; Williams, 2000). Aqut hemos optado por remitirnas, ante todo, a la Francia de posguerra, pues elionos conduce a una constelacién tedriea que, a falta de un nombre mejor, podria describirse como “heideggeria+ nismo de la izquierda”.1 En la presente investigaciGn, esta idea no abarca al geupo de te6ricos que fuezon discfpulos directos de Heidegger -los heideggerianos de “primera generacién’, tales como Herbert Marcuse y Hannah Arendt-, sino més bien a los {edriccs franceses, quienes, con la ayuda de Heidegger, trataron de lograr dos cosas: primero, trascender el cientificismo y sus re- manentes en lo que fue el paradigma teérico més avanzado de la épora, el estructuralismo; y segundo, tomando en cuenta las du- dosas, si no despreciables, inclinaciones politicas de Heidegger, reclaborar y orientar su pensamiento en una direccién mas pro- gresista. Lo que evolucioné fue una versién izquierdista particu- lar no sélo del “postestructuralismo” (un término que reduce la genealogia del heideggerianismo de izquierda al paradigma cien- tifico det estructuralismo) sino también del posfundacionalismo, si por éste compzendemos una constante interrogacién por las figue ras melafisicas fundacionales, tales como la totalidad, la universa- lidad, la esencia y el fundamento. El posfundacionalismo, como mostraremos en el capitulo 1, no debe confundirse con el «tifun- dacionalismo o con un vulgar posmodernismo del “todo vale”, hoy demo, dado que un enfoque posfundacional no intenta borrar por "La nocin de inguledahelleggerana (grit heeggbena) proviene de Doptique Janay de mentnental studio sobs le cep de pesamiento de Hecegute on Franca 001 29190), La expres “heideg Eerioinmo de aqua” tabi St lllands en un seni ms SS poe "ett Wein 1) paca dese Ia olin de Hees Marcuse frente 2 st sca Heidegger INTRODUCTION 6 completo esas figuras del fandamento, sino debilitar su estatus ontol6gico? El debilitamiento ontol6gico del fundamento no con- duce al supuesto de la ausencia total de todos los fundamentos, pero sia suponer la imposibilided de un fundamento iltimo, lo cual es algo enteramente distinto, pues implica la creciente conciencia, por un lado, de la contingencia y, por el otto, de lo politico como el momento de un fundar parcial y, en definitiva, siempre fallido. No deberia sorprendemos si en la mayoria de los "miembros de la familia” de la constelacion posfundacional, esto es, en las teorfas bastante diversas de la izquierda heideggeriana, encontra- mos formulas o figuras de la contingencia que pertencoen alo que cabria denominar la tropologa posfundacional de Ia infundabili- dad. En casi todos los casos descubrimos, por ejemplo, una nocién radicalizada del acontecimiento como algo que uno encuentra y que no puede ser subsumido bajo la Logica del fundamento: en todo caso, el acontecimiento denota el momento dislocador y dis- rruptivo en el cual Ios fundamentos se derrumban. La libertad y la historicidad se han de “fundar” ahora, justamente, sobre la premisa de la ausencia de un fundamento tiltimo. Et juego interminable entre el fundamento y el abismo sugiere’también aceptar la nece- sidad de decisién (basada en la indecibilidad ontologica) y ser conscientes de la divisién, la discordia y el antagonismo, pues cada decisién -dado que no puede sustentarse en tun fundamento esta- ble ni tampoco ser tomada en el solitario vacio de Ta completa in- fundabilidad- siempre se verd confrontada con demandas y fuer- zas contrapuestas. Esevidente que estas figuras de la contingencia, ‘cuyos orfgenes se remontan a la obra de Heidegger, tienen impli- caciones completamente politicas; y uno de los objetivos de esta investigacién es sacar a la luz dichas implicaciones a fin de dar cuenta de un “findamento” politico del pensamiento posfunda- ional (wéase el capitulo 7). 2 Para una manera diferente de sbordar esta Yontologia dbl” en ia teoria politica, y en pactcular con reapecto @ lae obras de George Kateb, Charles Taylor judith Busler y Willitn Connolly, vease White (200) 16 ELPENSAMIENTO POLITICO POSFUNDACIONAL Sin embargo, no es mi propésito negar de modo alguno que, desde diferentes puntos de partida, es posible artibar a conclusio- nes muy similares, 1 pragmatismo, por ejemplo, puede constituir el punto de partida de una postura antifundacionalista, tal como Jo demuestra la obra de Richard Rorty (cuya filosoffa postanalt- tica pasc por la experiencia de Heidegger y por el pensamiento continental; véase Rorty, 1979, 1989). Y pensemos en el ejemplo, quiza mas improbable, de un escepticismo conservador y de una Posicién como la de Michael Oakeshott, que cabe describir come? no fundacionalista y que puede ayudaros a ilustrar la diferen- Bstabezco una diferencia pce Heldegge (1994}~ entre Ia “pregunta recte- 1, refer a la nocion de lo paltico fla pregunta que caracteriza ala mayoria eas teoras aralizadas, desde Schmitt hasta Ricezar en adelante) ya “pregunta fundiante" feria al naturaleza misma de la diferencia entre police yo pol {ico com dijerencia Sin embargo, debe edvertirse que ls transcién dela pregunta ‘etoraa la pregunta fondante no es una empresa gradual ino que reglere 10 {que Heidegger ama 1 eit, vale cir la instanciacion de "otro comienac"” INTRODUCCION » del pensamiento posfandacional, a través del cual se hizo posible acordar con la experiencia de lo que Lefort lama la “disolucién de tos marcadores de certeza” y con la imposibilidad de postular, para las teorias (fandacionalistas), un marcador de certeza espect- fico como fundamento positivo de fo social. Con respecto a la teo- fa politica vigente, nuestra investigacién procura corroborar la tesis de que la diferencia conceptual entre fa politica y lo politico, como diferencia, asume el r0l de un indicador 0 sintoma del funda- mento ausente de la sociedad. En cuanto diferencia, ésta no pre~ senta sino una escision paradigmatica en la idea tradicional de politica, donde es preciso introducir un nuevo término (lo polt- tico) a fin de sefialar Ia dimensién “ontolégica” de la sociedad, 1a dimension de la instituciGn de la sociedad, en tanto que “poli tica” se mantuvo como el término para designar las précticas “énticas” de la politica convencional (los intentos plurales, pa culazes y, en ditima instancia, fallidos de fundar la sociedad). Asi, para las teorfas posfundacionalistas, donde se emplea di- cha diferencia, ésta adquiere el estatus de una diferencia fundante que debe sex concebida como negatividad, y en virtud de la cual se impide la claustra de lo social (en el sentido de sociedad) y ta po- sibilidad de volverse idéntico a sf mismo. Para indiear esta im- posibilidad de clausura final, el antiguo concepto de la politica se divide internamente entre la politica co ipso (ciertas formas de accién, el subsistema politico, etc.) y algo que siempre escapa a todo intento de domesticacién politica 0 social: lo politico. Lo que Lega a obstaculizar el acceso al momento “puro” de lo politico {no mediado por los desplazamientos estratégicos de la politica 0 por las sedimentaciones sociales) es, no obstante, la naturaleza difeen- cial de la diferencia politica, Ia cual conileva la constante posterga- ci6n de cualquier estabilizacién, o bien del lado de la politica 0 bien del lado de lo politico. Vista desde la perspectiva de otra tra- ‘yectoria tesrica, también cabria explicar la diferencia politica, en un sentido spinoziano lacaniano, como el indicador de una causa ausente 0 estructural (una “causa perdida”) que sélo esté presente cen sus efectos: algo cuya “existencia” es preciso dar por sentada 20 ELPENSAMIENTO POLITICO FOSFUNDACIONAL, debido a las falas y brechas dentro de la significacién politica y social. Al igual que en el pensamiento filoséfico, donde sélo po- demos infer la diferencia onto-ontoldgica partiendo de la in- completud de lo éntico, en el discurso de la teoria politica tinica- mente podemos inferir la diferencia politico-politica ~y, por lo tanto, “lo politico” como el momento cuya plena actualizacion siempre se pospone aunque siempre se logra parcialmente— partiendo de la imposibilidad de Ia sociedad, lo que equivale a la imposibilidad de proporcionar una definicién sitima de la politica, Considerada desde este angulo, es evidente que la distincién entre la politica y o politico se corresponde con lo que en filosofia se denomina diferencia ontolégica, Esta alusién a la diferencia on- tol6gica no es casual, pues dice algo acerca del estatus de esas teo- tfas, Lo que las une es el hecho de verse obligadas a abandonar el Ambito confortable det positivismo, el conductismo, el economi- cismo, etc, y a desarvollar una distincién cuasi trascendental que no es perceptible desde la esfera de la ciencia sino desc la esfera de la filosofia. Podriamos decir que ~desde la posicién de un ob- servador de la flosofia~ la diferencia ontolégica se despliege como tuna incompatibilidad radical, como una brecha insalvabie entre concepios tales como lo social, fa politica [politics], a forma de go- bierno [polity], Ia determinacién de normas y objetivos generales [poticy] y la poticia [police] * por un lado, y lo politico [the politcal] en cuanto acontecimiento 0 antagonismo radical, por el otro. El problema reside, por cierto, en que la diferencia politica no puede ser descripta por instrumentos empiricos. Por consiguiente, no puede ser un objeto de la ciencia politica, sino sélo “el objeto” de tuna teoria politica que se atreva a tomar un punto de vista filosé- fico sin por ello incureir en un filosofismo no politico. Este tipo de “El inglés cuenta con tres sustantivos que ee comresponden con el témnino “politia”. Esquematicamente, defniremos sus significados de ia siguiente mae nera: polities se rflee al proceso de lucha por obtener el poder e safle en el desarrollo de as actividades del gobierno; polity hae referencia al concepta de forma de gobierno, al marca institucional, policy designa las estratepias ypla- nes de acaién del gobiem para resolver © mitiga los problemas. (N: de lo T) INTRODUCCION n punto “filos6fico” de observacién se caracteriza, precisamente, por su capacidad de diferenciarse con respecto al estatus mismo de la indecibilidad (su estatus 0 condicién cuasi trascencental, contrapuesto a las decisiones “empfricas” tomadas en contextos particulares), vale decir, al estatus necesario de la contingencia. A la inversa, debemos aceptar que, detras de los parecidos de fami- lia del heideggerianismo de izquierda, no hay un principio unifi- cador 0 subyacente; antes bien, hay una falta (la ausencia de un fundamento iiltimo de la sociedad) que genera distinias versiones de la diferencia politica y crea la necesidad de trazar, en primer ‘término, una linea divisoria entre la politica y lo politico. En la mayorfa de los casos, sino en todos, observamos la necesidad de demarcar la propia posicién vis-i-vis una interpretacion mera- ‘mente positivista, sociologista, empiriista, historicista 0 economi- sista de la ciencia politica. Conviene sefialar que la aparicion de la diferencia ontol6gica en el pensamiento politico es mucho menos espectacular de lo ‘que parece a primera vista, tan pronto como nos damos cuenta de que define la estructura de casi todas las teorfas posfundacio- nalistas y, en especial, de las de procedencia heideggeriana, Ni bien aceptamos que la sociedad no puede ni podré nunca basarse en un fandamento, una esencia 0 un centro sélido, precisamente esa imposibilidad de fundamento adquiere un rol que deberfamos lamar (cuasi) trascendental respecto de los intentos particulares de fundar la sociedad. Por tanto, la nocién de fundamento se es- cinde, por un lado, en un fundamento puramente negativo (la im- pposibiliciad de un sustrato final) y, por el oto, en la posibilidad de “fandamentos contingentes”, para usar una expresion acuitada por Judith Butler (1992), esto es, una pluralided de movimientos hege- rmanicos que tratan de fundar la sociedad sin ser enteramente ca- paces de hacerlo, Toda fundacién seré, en consecuencia, una fun- dacién parcial dentro de un campo de intentos fundacionales contrapuestos. A la luz de nuestra condicién posfundacional es posible explicar entonces por qué lo que en filosofia se denomina la diferencia ontolgica se reflea conceptualmente en el Ambito de n [BL PENSAMIENTO POLITICO POSFUNDACIONAL 1a teorfa politica actual bsjo la forma de la diferencia entre el con cepto de la politica y el concepto de lo politico, lo que no deja de ser un hecho peculiar. De ahi que lo diferente de los precicados conferidos a lo polt- ‘ico por tedzicos tan diversos como Schmitt, Ricceur, Wolin, Moutfe, Nancy, Badiou, Ranciére, entre otros, sea de naturaleza secunda~ ria si se lo compara con lo que comparten estos pensadores: la necesidad de diviir la nocin de ln polfica desde dentra (y, como ya 4ijimos, hacerlo de una manera por completo diferente de las dis- tinciones meramente “énticas” como las que se establecen, por «ejemplo, entre la politica, la determinacién de normas y objetivos generales y la forma de gobierno). Al escindir Ia politica desde dentro se libera algo esencial. Por una parte, la politica en el nivel Gatico continda siendo un régimen discursivo especffico, un sis- tema social particutar, una cierta forma de accién; mientras que, por otra parte, lo politico asumme en el nivel ontologico el rol de algo ‘que és de una naturaleza totalmente distinta: el principio de auto- ‘nomia politica, o€l momento de instituciGn de la sociedad. En cuanto diferenciada de la politica, Ia nocién de Io politico no puede inte- grarse en las diferencias sociales, la repeticion, la tradicién, la se- dimentacion o la burocracia. Lo politico, al igual que otras figuras dle la contingencia y la infundabilidad tales como el acontecimiento, el antagonismo, la verdad, lo real ola libertad, mora, por asf de- cirlo, en el no-fandamento de Ia sociedad, el cual se hace sentir en «juego diferencial de la diferencia politica. Pero el fundamento dle la sociedad no sts “meramente” ausente. (Re-Japarece y eat suplementaco por el momento que podemos llamar, haciendo re- ferencia al “momento maquiaveliano” de JG. A. Pocock (1975), et momento de o poten. En suma, lo que ocurre dentro cel momento de lo politico, y lo que puede considerarse Ia “Idgica subyacente” de la obra de muchos tedricos posfundacionales politicos, es el siguiente movi- iento de doble pliegue. Por un lado, lo politico, en tanto momento instituyente de la sociedad, opera como fundamento suplementa- rio para la dimensién infundable de la sociedad; pero, por el otro, t i | | INTRODUCCION 2 este fundamento suplementario se retira en el “momento” mismo ‘en que instituye lo social. Como resultado de ello, la sociedad siempre estaré en busca de un fundamento tltimo, aunque lo méximo que puede lograr es un fundar efftnero y contingente por medio de la politica (una pluralidad de fundamentos parciales) {sta es 1a manera en que debe comprendetse el cardcter di-feren- cial de la diferencia politica: lo politico (localizado, por decizlo ass, en el lado ontol6gico del Ser-como-fundamento) munca seré capaz de estar lolalmente a Ia altura de su funcién en cuanto Funda- mento, y, sin embargo, tiene que actualizarse bajo la forma de una politica siempre conereta que, necesariamente, no entrega lo que hha prometido. Pero la politica y lo politico, el momento de fundar y-el momento de la actualizacion de ese fundamento, no se encon- ‘raran nunca debido al abismo insalvable de la diferencia entre ambos términos, la cual no es, en sf misma, sino la signature de nuestra condiciGn posfundacional. Este libro esté dedicado a la interrogacién acerca de ese “mo- mento maquiaveliano” de lo politico y a la constelaci6n concep- tual dentro de la cual fo politico surge justo en el corazén de los conceptos tradicionales de la politica y lo social. No obstante, en tuna segunda etapa, el libro persigue un objetivo més ambiciose: determinar el estaius teérico 0 filosbfico de un pensamiento poli- ‘ico que no vacila en comprometerse plenamente con todas las consecuencias derivadas de la “invencién” de la diferencia pol tica, En esta etapa inicial del argumento sélo podemos indicar nuestra sospecha de que ninguno de los posfuundacionalistas pol ticos analizados en el presente volumen son conscientes de estas consecuencias radicales. Si bien algunos de ellos ~Badiou, por ejemplo- asignan a la diferencia politica sélo una parte espectfica de su arquitectura tesrica (en Badiow, la politica no es sino uno de cuateo “procedimientos de verdad’, incluidos el “amor”, el “arte” y la “ciencia”), otros tienden a subestimar las implicaciones radi- ‘ales que corlleva el empleo de la diferencia politica, Pues una vez ‘que se da por sentado que lo politico acti como el suplemento fundante de fodes las relaciones sociales, ya no serd posible limitar 4 [EL PENSAMIENTO POLITICO POSFUNDACIONAL sus efectos ~¢ incliso Tos efectos de su ausencia~ al campo tradi- cional de la politica. Todas las dimensiones de la sociedad (y tam- bien las esferas del “amor”, el “arte” y la “ciencia’) serén someti. das, en consecuencia, al juego constante del fundar/desfundar tal como 0s captado conceptualmente por Ia diferencia politica. Si coincidimos en este punto, entonces es preciso expandir considerablemente el ézea de intercambio del pensamniento polt- fico posfundacional, no sélo para incluir todo el campo de Io s0- cial y de las relaciones sociales como su “dominio objetal”, sino también para reclamar un estatus de primacéa frente a las demés disciplinas. Dado que la ontologia politica implicita en la diferen- cia ontoligica se interesa por las condiciones cnasi trascendenta- Jes del fundar/desfundar de toda entidad social (y toda entidad, en este sentido, es social), entonces ya no puede tener el estatus de una ontologie regional. Se convertiré, pues, en una ontologia general, que, dadas nuestras premisas posfundacionales, ser acosada, necesariamente, por el espectro de su propia imposibili- dad final, de la imposibilidad de lo que tradicionalmente se de- nomina una “filosofia primera”. No obstante, esa imposibilidad ‘dtima de una filosofta primera, en el sentido de un discurso fun- dacional, no nos exime de la tarea de reflexionar floséficamente sobre la dimensién misma del fundar, aun cuando ninguna filo- sofia encontré ni encontraré nunca un fardamento diltimo. ¥, sin embargo, algo del orden de una filosoffa primera sobrevive en la exigencia de muestra condicién posfundacional; una condiciOn en Ja cual no se abanciona la busqueda de fundamentos (como en el caso de un antifuncacionatismo poco sofisticado), sino que se la acepta como una empresa imposible y a la ver indispensable. Es dentro del contexto de esa reflexiOn sobre la dimensién fundante/ desfundante de toda entidad social donde el pensamiento pol tico posfundacional se despliega. 1. LOS CONTORNOS: DEL HEIDEGGERIANISMO DE IZQUIERDA: EL POSFUNDACIONALISMO YY LA CONTINGENCIA NECESARIA La digolucién del mito de fundacién no disuelve ‘el fantasma de su propia ausencia, Envesto LACLAU 1 ANTIFUNDACIONALISMO Y POSFUNDACIONALIEMO En este capitulo, mi propésito es tratar de dar solider a nuestra tesis principal ~segiin la cual Ia diferencia politica debe enten- deise como una diferencia que apunta sintométicamente 2 103 tambaleantes fundamentos del fundacionalisino-, analizando sus elementos paso por paso y comenzancio con una descripcién de la nocién misma de posfundacionalismo y del argumento cuasi trascendental del que procede el pensamiento posfundacional. Fxaminazemos entonces las raices heideggerianas del posfunda- ionalismo (en tomo a los cuatro conceptos de acontecimiento, momento, libertad y diferencia), Io que nos permitird percibir ‘mejor las similitudes existentes entre los heideggerianos de i2~ «quierda examinados en los capitulos 3a 6, Luego mostraré que la diferencia ontolégica, implicitaen la nocién radical de contingen ‘ia, ce halla en el “ndicleo” (negativo) del pensamiento postunda- ional vigente. * pois oof Mocerity”, en Andrew Ross (comp) Unive oe bi ce a ‘Sp oPolticny ioe mits de la moderidad” er Debates potas contrmpore tess, México Ediciones Py V 1956). 2 % EL PENSAMIENTO POLITICO POSEUNDACIONAL Fl término “fundacionalismo” puede utilizarse para definir ~lescie el punto de vista de la teorfa social y politica~ aquellas teo- fas que suponen que la sociedad y/o la politica “se basan on principios que 1) son innegables e inmnunes a revisiGn, y 2) estén locatizados fuera de la sociedad y de la politica” (Herzog, 1985: 20). En Ja mayoria de los casos de fundacionalismo politico y so- cial, lo que se busca es un principio que funde la politica desde fuera. A partir de este fundamento trascendente se deriva, segdin se afirma, el funcionamiento de la politica. Si pensamos en el de- terminismo econémico, por ejemplo, éste proporciona un conjunto de principios (las “leyes” econémicas) que se presenta como la esencia de le politica (de lo que la politica “realmente” es) y, ade- ins, localiza dicho fundamento (la “base” econémica) fuera o mas all del Smbito inmediato de la politica, la cual se convierte enton- es en tn asunto “meramente superestructural”. Esta breve reflexién sobre el fundacionalismo modemo puede suministramos el punto de partida para desarrollar algunos de los «aiterios de fo que cabria denominar legitimamente una constela- cin posfundacional, Para hacerlo, sin embargo, se precisa un argu- mento mucho més complicado que simplemente invertir el funda- cionalismo en un antifundacionalismo. Con frecuencia se dice que el problema en el debate fundacionalista reside en la manera dua- liste de formularlo, pues “se lo ha planteado en los térmiinos fun- dacionales fuertes de tna elecciGn entre un fundamento iltimo y ningtin fundamento en absoluto (la tesis del nico o ninguno)” eirlamb, 1994: 12 y 13). ¥, de hecho, en la medida en que la visién antifundacianalista se basa en la negacién o en la oposicién res- pecto de la visidn fundacionalista, obviamente comparten ef mismo horizonte. La conclusién que debe inferirse de ello, sin embargo, 10 66] Unica wtilizada por los fundacionalistas para lanzar sa pro- verbial ataque contra el antifundacionalismo, De acuerdo con los, primeros, los antifundacionalistas necesariamente tienen que va- lerse del fundacionalismo para desarrollar el antifundacionalismo; ademés, al invalidar todos los fundamentos, estén erigiendo, en rigor, un nuevo fundainento final, una suerte de “antifundamento”. LOS CONTORNOS DEL HEIDEGGERIANISMO. a Porlo tanto, deberian aceptar que es finalmente imposible superar el fundacionalismo. ‘Una erica semejante podirfa ser valida en cuanto a las formas ‘muy toscas de antifundacionalismo, aunque sospecho que repre senta, en cierte medida, una caricatura incluso de los antifunda- ionalismos “realmente existentes” (como el de Feyerabend), para no hablar de los posfundacionalismos. Las variantes “todo vale” del antifundacionalismo y del posmodernismo desempefian, de ‘un modo bastante conveniente, el papel del ogro, aunque cada vvez son menos los tedricos que adhieren a esas opiniones. Por consiguiente, uno no puede sino sospechar que el encuadre de la discusién en términos dualistas ~donde los antifundacionalistas meramente niegan o invierten las premisas fundacionalistas- es parte de la estrategia de los fundacionalistas mas que de los pos- fundacionalistis. Se ha subrayado que en ef debate tedrico el r6- tulo negativo “anti” se asigna desde el punto de vista del funda- Gionalismo, lo cual implica que “el terreno del debate privilegia, mediante un acto politico, el sentido atribuido al fundamento que se invoca en el término primario de la dicotomta” (Doucet, 1999: 293 y 294). Encuadrar el debate en curso en funcidn de la divisién entre fundacionalismo y antifundacionalismo favorece al funda- ionalismo y, por tanto, es sustentada ¢ implementade por los fundacionalistas, Si bien esta evaluacién del debate fundacionalismo/antifun- dacionalismo es ciertamente correcta, esté lejos de ser exhaustiva Pues es preciso preguntar de dénde proviene el poder del funda- ionalismo para enmarcar el debate segtin sus propios términos, colocdndose en una posicién privilegiada y denunciando tode lo demés como derivado de él 6 como un pardsito suyo. La estrate- gia fundacionalista parece funcionar por una sola azén: su para digma es, de hecho y en gran medida, hegeménico. Su predomi- nio le permite formular la discusién en sus propios términos. Inversamente, para polemizar con el fundacionalismo, el antifun- dacionalismo debe necesariamente ingresar en territorio funda

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