Las Instalaciones de Riego A Presión en Parcela
Las Instalaciones de Riego A Presión en Parcela
MOLINA
CURSO INTERNACIONAL DE
MODERNIZACIÓN DE REGADÍOS: AHORRO Y
EFICIENCIA ENERGÉTICA
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Curso Internacional de Modernización de Regadíos: Ahorro y Eficiencia Energética
Universidad Nacional Agraria La Molina. Lima. Perú
Universidad Miguel Hernández. Escuela Politécnica Superior de Orihuela. España
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1.2 EMISORES
Los emisores son uno de los elementos fundamentales de las instalaciones de riego
localizado. La dificultad de su diseño reside en que son los elementos que deben
proporcionar un caudal bajo y uniforme con las presiones normales de trabajo, no demasiado
altas. Desde el punto de vista hidráulico se trataría de unos orificios de reducido diámetro,
pero este hecho originaría un nivel inadmisible de obstrucciones en los emisores. Por tanto,
el emisor deberá de cumplir el requisito de caudal descargado pero minimizando el riesgo de
obstrucciones, de aquí la complejidad de su diseño y la importancia de este elemento para
poder garantizar, en las condiciones de trabajo, un riego uniforme, primer paso, aunque no
suficiente, para poder lograr un riego eficiente.
El riego localizado se puede clasificar atendiendo a varios criterios, uno de ellos
utiliza como factor de agrupación el caudal descargado por el emisor. Así, podríamos tener
la siguiente clasificación:
a.- Emisores de bajo caudal (hasta 16 l/h): riego por goteo.
b.- Emisores de alto caudal (16-200 ó 300 l/h): riego por difusión o
microaspersión. Para caudales superiores se pasaría a miniaspersión, contemplada
aparte de los sistemas de riego localizado.
Los sistemas de riego localizado comprenden el goteo, la exudación, la
difusión y la microaspersión. Aunque no existe un acuerdo completo respecto a la
terminología a emplear, suele agruparse el riego por goteo a todos los riegos
localizados, a excepción de la exudación, de bajo caudal independientemente de cual
sea el emisor utilizado (microtubos, goteros, mangueras perforadas, etc.). La mayoría
de los emisores trabajan a una presión próxima a los 10 m.c.a. con caudales
descargados entre 2 y 16 l/h, mientras que las cintas de exudación o rezume pueden
trabajar a 1-3 m.c.a. con caudales de 0,5 a 2 l h-1 m-1.
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q (l/h)
x=1 laminar
x=0,5 turbulento
x=0 autocompensante
h (m)
n
qm = 1/n q 1
i (caudal medio) [4]
n = número de emisores
qi = caudal de cada emisor
Se supone una distribución normal de caudales para la presión nominal, por lo que se
está asumiendo que:
- Prácticamente todos los qi medidos en un ensayo están comprendidos en el intervalo
(1 ± 3 CV) qm
- El 95 % de los qi están en el intervalo (2 ± CV) qm
- El 68 % de los qi están en el intervalo (1 ± CV) qm
- La media del 25 % con menor descarga está muy próxima a (1 - 1,27 CV) qm
El coeficiente de variación por planta (CVp), si el número de emisores que la riegan es e,
se define como:
CVp = CV/e [5]
Variación de caudal (Vq): es el error relativo del caudal medio (qm) respecto al nominal
(qn), en porcentaje
qm qn
Vq x100 [6]
qn
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Diámetro mínimo de paso. Sección de paso con las mínimas dimensiones siendo en esta
sección máximo el riesgo de obstrucciones; por tanto, es un parámetro interesante para evaluar
la sensibilidad del emisor a las obstrucciones. El filtrado no debe dejar pasar partículas cuyo
diámetro sea superior a 1/10 del diámetro de la sección mínima de paso. En microaspersores y
difusores esta norma puede rebajarse a 1/5.
Son considerados como emisores muy sensibles a las obstrucciones aquellos cuyo
diámetro de paso mínimo es menor o igual a 0,7 mm, mientras que los que tienen un
diámetro de paso mínimo superior a 1,5 mm se consideran poco sensibles a las
obstrucciones. Como se puede comprobar, la mayoría de los emisores comerciales son de
sensibilidad intermedia ante el riesgo de obstrucciones.
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Interlínea y de laberinto
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caudales en función de la longitud del microtubo. Realmente son poco utilizados y han ido
siendo sustituidos por otro tipo de emisores.
B. Goteros helicoidales.
Son modificaciones de los microtubos, basados en su enrollamiento alrededor de un
cilindro, consiguiendo que la trayectoria del agua sea helicoidal y el régimen hidráulico se
aleje del laminar. El exponente de descarga toma valores entre 0,65 y 0,75.
C. Goteros de laberinto.
El agua circula por ellos de forma más tortuosa (de aquí su nombre), funcionando
prácticamente en condiciones de régimen turbulento (x 0,5), por lo que son menos
sensibles a los efectos de cambios de temperatura, presión y a las obstrucciones (Fig.3).
D. Goteros de orificio.
Son goteros sobrelínea en los que el agua sale al exterior a través de un orificio de
pequeño diámetro donde se disipa la presión. El exponente de descarga de estos goteros
también es característico del régimen turbulento. Su principal problema son las
obstrucciones, pues el diámetro del orificio de salida, único elemento que introduce las
pérdidas de carga necesarias, es muy pequeño.
E. Goteros tipo vórtex.
Tratan de minimizar el efecto de las obstrucciones presentes en el anterior tipo de
goteros, los de orificio. Para ello, al agua atraviesa la perforación y llega a una cámara donde
entra tangencialmente originando un flujo vorticial (Fig. 3). De esta forma se origina una
importante pérdida de carga, con lo cual, para conseguir un mismo caudal descargado el
orificio de salida puede ser mucho mayor que en el caso anterior, complementando sus
pérdidas de carga en la cámara vorticial. Así se consiguen reducir las obstrucciones respecto
a los goteros de orificio.
F. Gotero autocompensante.
Son goteros dotados de un elemento flexible en su interior, normalmente una
membrana que frecuentemente es de caucho o silicona. Esta membrana se deforma bajo la
acción de diferentes presiones de agua antes y después de la misma, manteniendo un caudal
descargado aproximadamente igual independientemente de la presión de entrada,
lógicamente, dentro de los límites de regulación (deformaciones admisibles por la
membrana). Normalmente este rango de autocompensación va desde 10 hasta 35-40 mca).
Su principal defecto es el envejecimiento de la membrana como consecuencia de los agentes
químicos, el paso del tiempo, etc., de forma que su capacidad de deformarse y mantener un
caudal constante de descarga varia, a esto debe unirse su elevado precio. Su uso se
recomienda en topografías adversas, donde el diseño hidráulico no pueda garantizar
suficiente uniformidad de presiones para un funcionamiento suficientemente uniforme de la
instalación.
Algunos de estos goteros también funcionan como antidrenantes, empleándose la
membrana para cerrar el emisor cuando la presión baja de un cierto límite (normalmente 1,5-
4 m.c.a., según el tipo), evitando así el vaciado de las tuberías en los puntos más bajos, con
los consiguientes problemas que ello puede originar para el cultivo, de cara al adecuado
funcionamiento de la instalación, etc.
G. Mangueras.
Son tuberías provistas de puntos de emisión de agua muy próximos (0,2-0,6 m), lo
que las hace muy adecuadas para el cultivo de especies es las que es necesario el
humedecimiento de un amplio porcentaje de suelo, como los cultivos hortícolas. Estas
mangueras se componen de dos conductos longitudinales situados en planos paralelos. El
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principal sirve de tubería de transporte, mientras el secundario, conectado con el anterior por
uno o varios orificios por los cuales el agua hace un recorrido más o menos tortuoso para
perder suficiente energía y salir luego al exterior por otro orificio, que puede estar protegido
por una especie de pequeña lengüeta del material de la tubería (labio) para disminuir el
riesgo de obstrucciones (fig. 4).
La presión de funcionamiento en los modelos comerciales más empleados varía entre
5 y 10 m.c.a. Normalmente se colocan recubiertas por una capa de tierra de espesor variable,
entre 2 y 10 o incluso 15 cm, para evitar la acción de los animales, evitar el efecto directo
del viento, la luz solar, etc., a la vez que se minimizan las pérdidas de agua por evaporación.
H. Cintas de exudación.
Consiste en una tubería fabricada a partir de una membrana de microfibras
entrecruzadas (de polietileno o de algún material textil), formando una malla en la que los
tamaños de poro son de 4-5 micras que ocupa el 50% de la superficie de la membrana. Al
aplicar agua a una presión comprendida entre 1 y 3,5 m.c.a. la tubería se hincha y una parte
del agua sale al exterior de forma continua y uniforme a lo largo de toda la tubería. El caudal
descargado por esta cinta de exudación para la presión normal de trabajo es de entre 0,5 y
1,75 l h-1 m-1, trabajando en régimen laminar.
Son muy sensibles a las obstrucciones como consecuencia del pequeño tamaño de
poro que dejan entre sí las microfibras que componen la tubería; siendo importantes las
obstrucciones de origen biológico, causadas por algas y bacterias que se desarrollan en la
microfibra a partir de inóculos que atraviesan los sistemas de filtrado. El desarrollo de las
algas se ve muy favorecido por la exposición de las cintas a la luz solar, por lo que, como en
el caso anterior, se recomiendas su recubrimiento con una capa de tierra de espesor variable.
I. Microaspersores y difusores.
Son emisores de alto caudal, existiendo modelos comerciales de hasta 300 l/h,
trabajando a presiones de 10 a 30 m.c.a. Son recomendables en los suelos más permeables,
donde los goteros producen un bulbo húmedo de mayor profundidad y escasa anchura
mojada, dificultando la consecución de un modelo de diseño razonable. Los microaspersores
y difusores pueden alcanzar radios mojados de 3,5 m e incluso algo más. Una ventaja de los
mismos es ofrecer un menor riesgo de obstrucciones, pues el diámetro de salida y la presión
de trabajo son mayores. El principal inconveniente de esta variante tecnológica del riego
localizado es que la instalación se encarece, tanto en lo referente a la inversión de su
ejecución como en los gastos de explotación, pues los caudales y presiones manejados son
mayores.
La diferencia entre ambos tipos de emisores radica en que los microaspersores llevan
un mecanismo móvil, normalmente rotatorio, que ayuda a distribuir el agua, mientras este
mecanismo está ausente en los emisores de alto caudal catalogados como difusores (Fig. 4).
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1.3 TUBERÍAS
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Polietileno (PE).
Poliéster reforzado con fibra de vidrio (PRFV)
Fundición dúctil.
Acero.
Hormigón armado o petensado con o sin camisa de chapa
(THAcCCH,THAsCCH, THPcCCH, THPsCCH).
Clasificando los tubos en: pequeños (por debajo de 500 mm), medianos (de 500 a
1.200 mm), grandes (de 1.200 a 2.500 mm) y especialmente grandes (más de 2.500 mm), el
campo de aplicación habitual de las distintas tuberías es el siguiente:
Tubos de PVC-O: diámetros pequeños
Tubos de PVC-U y de PE: diámetros pequeños y medianos
Tubos de fundición: diámetros pequeños, medianos y parcialmente los
grandes (hasta 1.600 mm)
Tubos de acero: diámetros, medianos y grandes
Tubos de PRFV: diámetros, pequeños, medianos y grandes
Tubos de hormigón: diámetros medianos, grandes y especialmente grandes
En regadío, se puede distinguir entre instalaciones de riego a presión en parcela
(goteo y aspersión) y redes de distribución de agua de riego a presión. En instalaciones de
riego en parcela, los materiales habituales son el PVC-U, el Polietileno de baja y alta
densidad (PE-32 y PE-100) respectivamente. El PE-32 se emplea para tuberías de pequeño
diámetro (10 a 20 mm) como las porgagoteros o porta-aspersones. Para mayores diámetros
(25 a 75 mm) se suele emplea el PE-100, ya que a igualdad de diámetro nominal, tiene
mayor diámetro interior que la de PE-32. Por el contrario, para diámetros mayores de 75 mm
y hasta 500mm se emplea el PVC-U.
En redes colectivas de distribución de agua de riego, para diámetros comprendidos
entre 75 y 500 mm es frecuente utilizar tubería de PVC-U, salvo que la instalación tenga
requerimientos especiales de presión, en cuyo caso se emplea el PVC-O, que es mucho más
resistente a la presión. Si la red es muy sinuosa y de difícil puesta en obra, es frecuente que
se utilice PE-100 a pesar de ser más caro que el PVC, ya que se puede adaptar a las
sinuosidades del trazado sin necesidad de enlaces o accesorios de unión especiales. Para
diámetros mayores de 500 mm, es habitual emplear PRFV, a pesar de que a partir de
diámetro 300 es más económico que el PVC, pero no se suele poner en estos diámetros por
ser un material que tiene problemas de ejecución, sobre todo para la unión con piezas
especiales adaptadas al trazado de la obra.
En colectores de bombeo o filtrado así como en tuberías sometidas a excesiva presión,
como las columnas de impulsión de los pozos, lo más frecuente es utilizar el acero como
material. Las salidas de agua de las balsas de riego también se suelen hacer de acero, aunque
también es habitual que sean de fundición dúctil.
En abastecimiento, el material más empleado hoy día es la tubería de fundición dúctil
para diámetros superiores a 75 mm, y el PE-100 para diámetros inferiores a 63 mm. Sin
embargo, uno de los materiales más empleado ha sido el fibrocemento, aunque actualmente
está prohibida su utilización, desde el 15 de junio de 2002, mediante la orden ministerial de
7 de diciembre de 2001 por la que se modifica el anexo I del Real Decreto 1406/1989, de 10
de noviembre. No obstante, las tuberías de fibrocemento instaladas antes de esa fecha, se
pueden mantener hasta el final de su vida útil.
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miembros del CEN a conferirle el estatuto de norma nacional y retirar todas aquellas otras
que estén en contradicción en un tiempo establecido. En España en particular, AENOR es la
encargada de traducir las normas EN y publicarlas como normas UNE-EN dando lugar a una
norma de trasposición.
Si la norma EN en cuestión hubiera sido tomada por consenso a partir de una norma
ISO existente, la norma EN reflejaría su procedencia denominándose EN ISO, y la
correspondiente norma UNE sería UNE-EN-ISO.
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válvula de tres vías instalada sobre la cámara de la válvula, tal y como se aprecia en
la Figura 5, en la que la posición 1 se conseguiría colocando el selector de la válvula
de tres vías en “C”, en la posición 2 la válvula estaría abierta y se conseguiría
colocando el selector de la válvula de tres vías en O (en inglés open=abierto), y en la
posición 3 la válvula estaría regulada según el control automático al que esté
sometida. Como se aprecia en dicha Figura, la válvula posee una cámara situada en
la parte superior, que está aislada de la zona de paso de agua por una membrana y a
su vez tiene una apertura hacia el exterior. Sobre la membrana actúa un muelle de
forma que la membrana cierra el paso de agua si no hay presión en la tubería, pero
cuando el agua presiona sobre la membrana el muelle cede y la válvula se abre
(posición 2). Para cerrar la válvula se debe conectar la presión de la red al interior de
la cámara de forma que al tener dicha membrana una superficie mucho mayor que la
sección de paso de la tubería, la fuerza de presión ejercida por arriba es mucho
mayor que la que ejerce el agua a través de la tubería, por lo que la válvula se cierra
(posición 1).
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hidrantes de consumo van equipados con una ventosa. También se instalan ventosas en los
colectores de agua a la entrada de los filtros.
Tanto el tipo de ventosas como su funcionamiento se abordan en el tema siguiente.
Las válvulas reguladoras, son aplicaciones derivadas de las válvulas hidráulicas, a las
que se les acopla diferentes pilotos según la función a desempeñar.
Como elemento de control frecuentemente utilizado, destacan los contadores
instalados en el interior del cabezal, que permiten conocer el volumen consumido
Uno de los elementos fundamentales del cabezal son los equipos de filtrado. Según se
instalen una o dos baterías de filtros, podemos tener diferentes diseños de cabezal, como se
muestra en las figuras 6 y 7.
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Electroagitador 1 CV.
Electroagitador 1 CV. Electroagitador 1 CV. Electroagitador 1 CV.
Electroagitador 1 CV.
Electroagitador 1 CV.
Válvula de esfera Ø50 mm Válvula de esfera Ø50 mm Válvula de esfera Ø50 mm Válvula de esfera Ø50 mm
Válvula de esfera Ø50 mm
Bomba 1,5 CV
Válvula de esfera Ø50 mm Válvula de esfera Ø50 mm Válvula de esfera Ø50 mm Válvula de esfera Ø50 mm Válvula de esfera Ø50 mm
Filtro de anillas 1 1/2" Filtro de anillas 1 1/2" Filtro de anillas 1 1/2" Filtro de anillas 1 1/2"
Filtro de anillas 1 1/2"
Bomba dosificadora
(150 l/h) Bomba dosificadora Bomba dosificadora Bomba dosificadora Bomba dosificadora
(200 l/h) (200 l/h) (200 l/h) (200 l/h)
Ø4"
1235 cm
AUTOMATISMO
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Figura 9. Hidrociclón.
Aguas abajo del punto de inyección de fertilizantes en la red se colocan los filtros de
malla (Figura 10) o de anillas (Figura 11) que retienen las impurezas por encima de un
tamaño crítico, principalmente de tipo mineral, que pueden haber atravesado los sistemas de
filtrado anteriores o que se hayan aportado con los abonos. Suelen consistir en una o varias
mallas concéntricas (de acero inoxidable o plástico (nylon principalmente) o bien en un
conjunto de discos o anillos colocados muy próximos entre sí de manera que dejan un paso
suficientemente estrecho para el agua, de forma que queden retenidas las partículas
superiores a un determinado tamaño, las cuales podrían suponer un peligro cierto para la
obstrucción de los emisores. En estos filtros el diámetro nominal hace referencia al diámetro
de la conexión del filtro a la tubería. En general la velocidad de entrada del agua al filtro
debe oscilar entre 0,4 – 0,9 m/s.
Tanto los filtros de arena como los de malla o anillas deben limpiarse cuando la
diferencia de presión entre la entrada y la salida sea de aproximadamente 3-5 m.ca más de la
producida en las condiciones de funcionamiento limpios, es decir, para la mayoría de los
filtros comerciales, cuando introduzcan una pérdida de carga de 5 – 6 m.c.a., aunque en
casos excepcionales se puede llegar hasta 10 m.c.a. Para controlar el proceso de limpieza se
coloca un manómetro a la entrada y otro a la salida del filtro, con un rango de medida
adecuado a las presiones que se quieren controlar. Sería más conveniente utilizar un mismo
manómetro que midiera la diferencia de presión entre la entrada y la salida del filtro, de
forma que se minimizasen los errores de lectura. Por otra parte, destacar que en la medida de
la presión diferencial entre la entrada y la salida del filtro, mediante un manómetro
diferencial, y en la regulación (basada en esa diferencia de presión) de la puesta en marcha
del sistema de limpieza se basa la automatización de la misma, perfectamente desarrollada
tanto en filtros de anillas como de malla. Estos filtros autolimpiantes pueden ser de
accionamiento hidráulico, presentando la ventaja de no requerir una fuente adicional de
energía, aunque requieren una presión mínima a la entrada de 2-3 bar, o eléctrico.
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desde el centro del hilo. Dado que la sección de paso del orificio dependerá de la sección del
hilo de la malla, se ha adoptado la denominación de micrones para definir el grado de
filtración, refiriendose al tamaño del orificio de la malla o anilla medido en micras. La
equivalencia entre Mesh y micrones y milímetros, se puede ver en la Tabla 7.
Tabla 7. Equivalencia de medidas del grado de filtración
Grado de filtración
Mesh 30 50 75 120 155 200 300 400
Micrones 500 300 200 130 100 80 50 25
Milímetros 0,5 0,3 0,2 0,13 0,1 0,08 0,05 0,025
Se acepta que el orificio de la malla o anilla, sea inferior a 1/8 del diámetro mínimo de
paso del emisor, pudiendo aumentarse a 1/5 del diámetro de paso, si la velocidad de salida
por el emisor es elevada. La medida más habitual es entre 130 y 80 micrones (120 – 200
mesh).
Habitualmente, en filtros de anillas, las presiones de filtrado suelen oscilar entre 15-
20 m, aunque pueden filtrar a presiones menores reduciéndose el caudal de filtrado. En
cuanto a las presiones de lavado, suelen oscilar entre 30 – 35 m. No obstante, en los últimos
años han aparecido en el mercado filtros de anillas con limpieza a baja presión que
garantizan un lavado eficiente a presiones de 15 m.
En cuanto a los filtros de mallas autolimpialbles, las presiones habituales de filtrado
están sobre los mismos valores, mientras que las de lavado oscilan entre 20 y 25 m.
Estos requerimientos de presión para el filtrado hacen que, en redes colectivas que se
alimentan desde balsas de riego, sea más aconsejable localizar las estaciones alejadas de la
balsa para conseguir una diferencia de cota suficiente para que puedan funcionar con presión
natural, que localizarlas junto a la balsa, en cuyo caso hay que suministrar presión a la red,
para que el filtrado sea adecuado, independientemente de que la red requiera esa presión
extra o no.
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funcionar adecuadamente, que para los modelos comerciales más frecuentes es de 1,5 a 2
bar. La regulación es relativamente precisa, descargando un caudal uniforme a lo largo del
tiempo, no obstante, al verse afectado por las variaciones de presión en la red, es menos
preciso que los inyectores eléctricos, pero por el contrario es más barato. El rango de
inyección es muy variable en función del modelo comercial y las condiciones de trabajo, los
más frecuentes trabajan con caudales de inyección entre 20 y 300 l/h, aunque en ocasiones
se puede llegar a 1200 l/h.
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3. DISEÑO AGRONÒMICO
que además de haber menor superficie de suelo mojada, ésta se encuentra permanentemente
sombreada, de ahí el descenso de la evaporación. Por el contrario la transpiración de la
planta es mayor, ya que el suelo seco se calienta más que el húmedo y emite más radiaciones
de onda larga. Parte de esa radiación es captada por la parte aérea de la planta, que equivale
a un aumento de su temperatura y en consecuencia de su respiración. Por otro lado, al
calentarse más el aire junto al suelo seco, provoca fenómenos de microadvección y aporta
más energía al follaje, por lo que aumenta igualmente la transpiración. Además la alta
frecuencia también aumenta la transpiración. En la Figura 16 puede se representa el efecto
de la aplicación localizada del agua sobre la evapotranspiración.
Figura 17. Evapotranspiración del cultivo en función del porcentaje de área sombreada
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Figura 18. Variación de la humedad del suelo de un riego de alta frecuencia con un intervalo de
riego diario y un riego de baja frecuencia con intervalo de riego de siete días
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Figura 19. Proceso de cálculo de las necesidades totales en riego localizado (Doorenbos y
Pruitt,1977).
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1.3
1.2
1.1
Coeficiente de localización (Kl)
1
0.9 Fereres
0.8
Aljibury
0.7
Decroix
0.6
0.5 Hoare
0.4 Keller
0.3
0.2
0.1
0
0 0.2 0.4 0.6 0.8 1
P orcentaje de área sombreada (A)
Figura 20. Valor del coeficiente de localización en función del porcentaje de área sombreada
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Figura 21. Determinación del coeficiente de advección en función del tamaño de la zona de cultivo
Sin embargo con fines de diseño, es más apropiado utilizar la fórmula desarrollada por
el Servicio de Aguas de la FAO (ecuación FAO/AGLW) para estimar la precipitación
confiable, como el efecto combinado de la precipitación confiable (80% de probabilidad de
excedencia) y las pérdidas estimadas debido a la Escorrentía Superficial y a la Percolación
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A partir de las necesidades netas (Nn) se obtienen las necesidades totales (Nt). Dado
que el riego está sometido a una uniformidad inferior al 100%, y en caso de que el agua
tenga un contenido elevado de sales se debe aportar un exceso de agua para su lavado, las
necesidades totales son ligeramente superiores a las necesidades netas. Para el cálculo de las
necesidades totales se aplica el mayor de los valores obtenidos a partir de las ecuaciones (14)
o (15):
Nn
Nt (14)
Ea UE
Nn
Nt (15)
(1 LR) UE
Siendo:
Ea = Eficiencia de aplicación
UE = Uniformidad de emisión
LR = Fracción de lavado
A efectos de cálculo, para riego por aspersión, los valores de Ea estarán comprendidos
entre el 75-85% y de UD entre 80-90%, mientras que en riego por goteo la Ea estará
comprendida entre 85-95% y la UD entre 90-95%. La fracción de lavado se puede obtener a
partir de la expresión dada por la FAO en la publicación nº 24 (Doorenbos y Pruitt,1977):
CE a
LR (16)
2 max CE e
Esta expresión da valores de la fracción de lavado excesivamente bajos. Otra forma
más ajustada de obtenerla es utilizando el nomograma de Rohades (Figura 22), teniendo en
cuenta el objetivo de producción a conseguir con el lavado, directamente del nomograma a
partir de la conductividad eléctrica del agua de riego empleada (CEa), y de la conductividad
eléctrica del extracto de saturación del suelo para el objetivo de producción seleccionado
(CEe). Los valores de conductividad eléctrica del extracto se obtienen de la tabla de
tolerancias (Tabla 8).
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el momento en que el caudal del emisor dividido por la superficie humedecida iguala
a la velocidad de infiltración del suelo. De ahí que en suelos pesados que tienen
menor velocidad de infiltración, la superficie mojada por un emisor sea mayor que
en suelos ligeros.
La forma del bulbo húmedo también está condicionada por los potenciales
mátrico y gravimétrico. En suelos pesados el potencial mátrico predomina sobre el
gravimétrico y por ello el bulbo húmedo se extiende más horizontalmente que en
suelos ligeros, en los que el potencial gravimétrico tiene más importancia y por ende
el bulbo tiene una forma más alargada.
La estratificación del suelo también afecta a la forma del bulbo: un estrato
arenoso hace que el bulbo se estreche, mientras que un estrato arcilloso favorece el
ensanchamiento del bulbo, al igual que un obstáculo impermeable (Figura 23).
El caudal del emisor es otro factor que afecta a la forma del bulbo; para un
mismo volumen de agua aplicado, el bulbo húmedo tiene mayor diámetro cuanto
mayor es el caudal del emisor, o sea cuanto menos tiempo se tarde en arrojar dicho
volumen, tal y como se aprecia en la Figura 24.
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Figura 24. Forma del bulbo húmedo en función del tipo de suelo y caudal de emisión
Por tanto en la determinación del tamaño del bulbo, se deben tener en cuenta
todos estos factores que afectan a su forma. En el caso de microaspersión, el área
mojada va a estar determinada por el tipo de microaspersor y se podrá determinar a
partir de los datos de catálogo.
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En el caso de goteros hay básicamente tres formas para determinar el tamaño del
bulbo:
1.- Empleo de tablas
Las tablas nos dan el diámetro del bulbo para distintos tipos de textura del
suelo, tres grados de estratificación y dos profundidades de raíces. Pretenden abarcar
una situación general, que en cada caso concreto va a ser difícil que se corresponda
con la realidad; luego se pueden cometer ciertos errores en el empleo de las tablas,
ya que algunos factores como la presencia de piedras, la estructura del suelo, etc. que
van a influir en el área y profundidad del bulbo húmedo, no se tienen en cuenta.
Las tablas más empleadas son las del Keller (1978), y las de Keller y Bliesner
(1990), que son las que se muestran a continuación (tablas 9 y 10). En ambas se dan
las medidas del bulbo para goteros de 4 l/h, contemplando dos profundidades a
pretender humedecer, tres texturas de suelo y tres grados de estratificación. En la de
1978, aparecen los diámetros mojados de los bulbos, mientras que la de 1990 el área
mojada está dada como un rectángulo. La dimensión mayor corresponde al máximo
diámetro mojado esperado del bulbo húmedo, y la dimensión menor corresponde al
80% del diámetro máximo esperado. Esta medida representa la separación de
emisores que daría una uniformidad razonable y una franja mojada continua.
Multiplicando los dos valores se obtiene un valor similar de área mojada que si se
considera el área circular.
Tabla 9. Tabla de Keller (1978)
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e S e
Se
El solape disminuye el área total mojada por un emisor, pero para solapes de
hasta un 40% puede despreciarse la disminución de área mojada.
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expresado en horas, siendo Qp el caudal total horario recibido por planta, que es
igual al numero de emisores por planta e por el caudal de cada emisor qe.
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1) Que el intervalo calculado sea menor que el mínimo. Ante esto podemos
aumentar e, con lo que aumentará el porcentaje de suelo mojado. Otra opción es
elevar el volumen arrojado por cada emisor (Ve), lo que se traduce en un aumento
del porcentaje de suelo mojado, pero también en la posibilidad de incrementar la
percolación (profundidad mojada p) y el radio del bulbo. Una tercera solución sería
situar automatismos para regar más de una vez al día, en caso de que I<1.
2) Que el intervalo calculado sea mayor que el máximo. Tres serían las
soluciones que se podrían adoptar: aumentar Nt, reducir qe o Ve.
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4. DISEÑO HIDRÁULICO
Una vez realizado el diseño agronómico se procede al diseño y cálculo de todas las
tuberías de la instalación y del cabezal de riego. Del diseño agronómico se obtiene el tipo de
emisor elegido así como su caudal, presión nominal y coeficiente x de descarga, el número
de emisores por planta así como el número de laterales por fila de plantas, así como la
separación de emisores. Los pasos a seguir en el diseño hidráulico son los siguientes:
1. Determinación de las tolerancias de caudal y presión: a partir de ellas se obtiene la
pérdida de carga admisible para poder dimensionar las tuberías
2. Diseño y cálculo de la subunidad: se define la longitud de laterales y terciarias, se
calculan sus diámetros y se calcula la presión necesaria en cabecera de subunidad.
3. Diseño y cálculo de la red de transporte: re realiza el trazado de secundarias y
primaria, desde el cabezal de riego hasta la cabeza de cada subunidad, teniendo en
cuenta los sectores de riego.
4. Diseño hidráulico del cabezal de riego a partir de la presión necesaria al inicio de
la red de transporte, es decir a las salida del cabezal, y teniendo en cuenta de
donde proviene el agua al cabezal, así como la disposición y número de equipos
de filtrado, se calcula el equipo de bombeo necesario.
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frecuencia
qe caudal
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CF = L/T
Así, para un lateral alimentado por un extremo, R se calcula mediante la
expresión:
R = (0,84234*CF0,157657)/S0,060255
de tal modo que cuanto más corto es el lateral y mayor es el espaciamiento
entre laterales, Hl será menor.
Si tanto el lateral como la terciaria son horizontales, la pérdida de carga
máxima admisible en cada uno de ellos coincidirá con su tolerancia de presión, pero
en el caso de que tanto la terciaria como el lateral no sean horizontales, a la hora de
determinar la pérdida de carga máxima admisible habrá que tener en cuenta el
desnivel:
hl = Hl - Zl (19)
ht = (Hs - Hl) - Zt =(Hs –(hl+Zl)) - Zt = Ht - Zt (20)
siendo hl y ht la pérdida de carga máxima admisible en lateral y terciaria y Zl y
Zt los desniveles del lateral y de la terciaria respectivamente; si es ascendente, se
adopta el signo positivo, por tanto la tolerancia de pérdida de carga es menor que la
tolerancia de presión, y si es descendente el signo negativo (se opone a las pérdidas
de carga) por lo que la tolerancia de pérdida de carga es mayor que la tolerancia de
presión.
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(21) y (22). Para ello se partirá de una longitud posible y se cálculará la pérdida de
carga que produce, comprobando que sea menor a la máxima permisible. En el
cáclulo de la pérdida de carga hay que tener en cuenta las pérdidas de carga
continuas y localizadas.
Pérdidas de carga continuas
Tanto los laterales como las terciarias distribuyen de forma discreta o
continua todo el caudal que conducen o parte de él, luego hemos de distinguir entre
los siguientes tipos de distribuciones y servicios:
Distribución continua: reparto de caudal hecho mediante un número infinito
de derivaciones, de forma que en una longitud elemental las derivaciones son
equidistantes.
Distribución discreta: Cuando el reparto de caudales se hace mediante un
número finito de derivaciones, equidistantes o no.
Tubería con servicio en ruta: tubería que continua o discretamente distribuye
todo el caudal disponible en cabeza (Qo) a lo largo de su recorrido, siendo
nulo el caudal residual al final de la misma (Qf=0).
Tubería con servicio mixto: tubería que continua o discretamente, distribuye
un determinado caudal (Qr) a lo largo de su longitud, entregando en su
extremo final aguas abajo, un caudal residual (Qf), de forma que si Qo es el
caudal inicial en cabeza, se cumple que:
Qo = Qr + Qf
En una tubería sin derivaciones, el caudal que circula por ella es constante a lo
largo de la misma, y dado que en riego localizado el material de las tuberías es de
PVC o PE y que en el caso de terciarias y laterales el régimen suele ser turbulento
liso, para el cálculo de las pérdidas de carga continuas se emplea la fórmula de
Blasius:
f =0,3164/Re0,25
que sustituyendo en la ecuación de Darcy queda:
Q 1,75 Q 1,75
hro = 0,0246∙ 0,25
∙L∙ 4,75 C • L • 4,75 (23)
D D
C depende de la temperatura:
Tª 5ºC 10ºC 15ºC 20ºC 25ºC
C 0,516 0,496 0,479 0,464 0,450
En un lateral o terciaria el tipo de distribución es discreta con servicio en ruta.
En el caso de que el número de derivaciones sea superior a 150, cuando los emisores
están equidistantes y muy juntos, la distribución se puede tomar como continua (en
hortícolas).
En una tubería con distribución discreta o continua de caudales y servicio en
ruta (lateral y terciaria), el caudal que circula por ella no es constante a lo largo del
todo el recorrido, ya que el caudal inicial lo va distribuyendo uniformemente durante
el recorrido de forma que al llegar al final el caudal final es nulo (servicio en ruta).El
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cálculo de la perdida de carga en una tubería con servicio en ruta, (Qf = 0) se calcula
mediante la expresión:
Q 1, 75
h r F • h ro F • C • L •
D 4, 75
Siendo:
-hr: perdida de carga en la tubería con derivaciones
-hro: perdida de carga en la tubería sin derivaciones
-F: coeficiente o factor de Christiansen
La pérdida de carga en una tubería sin derivaciones es mayor que la pérdida de
carga en esa misma tubería pero con derivaciones, ya que el caudal que circula en el
segundo caso va disminuyendo paulatinamente y por tanto la perdida de carga
también va siendo menor.
El coeficiente de Christiansen relaciona la perdida de carga en una tuberia con
servicio en ruta (Qf = 0) y con "n" derivaciones, con la perdida de carga que se
produciría en esa misma tubería si no tuviera derivaciones, es decir como si
transportase de forma constante todo el caudal que entra en origen. Por tanto F será
siempre menor que 1 ya que:
hr < hro ; F = hr/hro ; luego F < 1
En función de la disposición de las derivaciones el valor de F se cacula de
forma diferente, pudiendose dar cuatro casos:
a.- Tubería con “n” derivaciones, separadas una distancia constante “Se” , que
distribuye un caudal uniforme q, cumpliendose que la separación unicial hasta la
primera derivación “So” es igual a la separción entre derivaciones:
So Se
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n
i m
i 1
F m1
n
El valor de F también se puede hallar mediante la expresión aproximada:
1 1 m 1
F (25)
m 1 2n 6n 2
VALORES DEL FACTOR DE CHRISTIANSEN EN FUNCION DE “n”
n m=1,75 m=1,80 m=1,85 m=1,90 m=2,00
1 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000
2 0,650 0,644 0,639 0,634 0,625
3 0,546 0,540 0,535 0,528 0,518
4 0,497 0,491 0,486 0,480 0,469
5 0,469 0,463 0,457 0,451 0,440
6 0,451 0,445 0,435 0,433 0,421
7 0,438 0,432 0,425 0,419 0,408
8 0,428 0,422 0,415 0,410 0,398
9 0,421 0,414 0,409 0,402 0,391
10 0,415 0,409 0,402 0,396 0,385
11 0,410 0,404 0,397 0,392 0,380
12 0,406 0,400 0,394 0,388 0,376
13 0,403 0,396 0,391 0,384 0,373
14 0,400 0,394 0,387 0,381 0,370
15 0,397 0,391 0,384 0,379 0,367
16 0,395 0,389 0,382 0,377 0,365
17 0,393 0,387 0,380 0,375 0,363
18 0,392 0,385 0,379 0,373 0,361
19 0,390 0,384 0,377 0,372 0,360
20 0,389 0,382 0,376 0,370 0,359
22 0,387 0,380 0,374 0,368 0,357
b.- Tubería con “n” derivaciones, separadas una distancia constante “Se” , que
distribuye un caudal uniforme q, con r 1:
So Se
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r nF 1
Fr
r n 1 (27)
c.- Tubería con “n” derivaciones, separadas una distancia constante “Se” , que
distribuye un caudal uniforme q en “g” grupos de derivaciones con separación
uniforme “Sg”:
So Se Sg
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12
11
10
9 3/4h
8
Po/ 7
6
1/4h
5
4
3 Pe/
2
1 Pn/
0
-1
-2 2/3L
1/3L
-3
-4
-5
-6
0 6 15 24 33 42 51 60 69 78 87 96 105 114
queremos regular la presión en cabeza para que el emisor más desfavorable tenga la
presión nominal (el último) el resto de emisores estarían trabajando por encima de
esa presión y por tanto estarían arrojando, todos excepto el último, un exceso de
caudal. Pero si situamos la presión nominal en el emisor que esté situado a un tercio
de la longitud total de la tubería desde el origen, solamente los emisores situados en
este tramo arrojarán más caudal que el nominal, y los emisores situados en los dos
tercios de la longitud finales arrojan un caudal inferior al nominal, pero éste será
muy poco inferior ya que en estos dos tercios sólo se consume un 25 % de la pérdida
de carga. Por tanto de esta forma ajustamos el caudal arrojado por todos los emisores
en torno al caudal nominal. De ahí que el valor de oscile en torno a 0,7.
En cuanto al valor de , que es el coeficiente que multiplica al desnivel, ocurre
algo similar, solo que en este caso debería de valer alrededor de 0.33 en vez de 0,5;
al tomar 0,5 lo que hacemos es aumentar un poco más la presión en el origen y por
tanto hacemos que hallan menos emisores de los dos tercios totales trabajando por
debajo de su presión nominal.
12
11
10
9 3/4h
8
Po/ 7
6
1/4h
5
4
3 Pe/
2
1 Pn/
0
Z 0,33Z
-1
-2 2/3L
1/3L
-3
-4
-5
-6
0 6 15 24 33 42 51 60 69 78 87 96 105 114
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- hl > Zl ; en este caso el punto de menor presión estará situado entre L/2 y L,
y el de mayor presión estará situado al principio del lateral.
- hl < Zl ; en este caso el punto de menor presión estará situado entre el inicio
del lateral y L/2, y el de mayor presión estará situado al final del lateral.
La determinación del punto de menor presión en terciarias y laterales de riego
por goteo, se puede hacer calculando las pérdidas de carga como si se tratase de una
distribución continua de caudales (qu en litros por metro lineal), deduciendose la
siguiente expresión:
1
1 Z D
4 , 75 1, 75
xmin L L L
qu Km C L
n qe
Siendo qu=
L
-Si xmin < 0 el punto de menor presión estará en el origen del lateral.
-Si 0 xmin L el punto de menor presión estará entre el inicio y el final del
lateral
Calculo de subunidades irregulares:
El caso de subunidades de geometría irregular es muy frecuente en intalaciones
de riego, debiendo disponer de algún medio informático para facilitar su cálculo,
como una sencilla hoja de cálculo.
Para el cálculo se debe determinar el lateral más desfavorable; aquel que para
una combinación dada de diámetros de lateral y terciaria la pérdida de carga desde el
inicio de la terciaria hasta el lateral en cuestión más la pérdida de carga de dicho
lateral es la máxima posible en toda la subunidad, debiéndose cumplir que esa suma
sea menor a la tolerancia de presión total de las subunidad.
En la Figura 31 se representa el diagrama del proceso de cálculo de una
subunidad.
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Calcular Calcular
Fijar Tolerancia Calcular
Tolreancia de Tolreancia de
de Caudal Diámetro teórico
Presión en perdida de carga
(Máxima 10%) de laterales (Dt)
laterales en laterales
D(h,L,Q)
Desnivel y
Elección del
longitud de
Diámetro
laterales
comercial
(Dc>Dt)
hreal (Dc,L,Q)
Calcular Calcular
Calcular tolerancia de Calcular pérdida
tolerancia de
Diámetro teórico pédida de carga de carga real del
presión en
de terciaria (Dt) en terciaria lateral (hreal)
terciaria
Desnivel y
longitud de
terciarias
Elección del
Calcular pérdida Calcular presión Calcular presión
Diámetro
de carga real de en cabeza de en cabeza de
comercial
terciaria (hreal) lateral terciaria
terciaria (Dc>Dt)
Figura 31. Diagrama del proceso de cálculo de una subunidad de riego localizado
Z=i·L
La
Aquí el punto de alimentación de la tubería debe ser tal que la presión exigida
por los dos tramos en que ha quedado dividida la tubería sea la misma y además la
máxima diferencia de presión en ambos tramos también debe ser la misma. Es decir:
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Z
C
( m 1) D 3 m
( L La ) q ( L La ) La q La
m m
i L
C qm
( m 1) D 3 m L L a
m 1
La
m1
i
C q m Lm
( m 1) D 3 m 1 r L
m1
rL
m1
1 r L
m 1
rL
m 1
i (m 1) D 3 m
C q m Lm
Luego en función del diámetro, la longitud total y el caudal por metro lineal
podremos determinar 1 rL rLm 1 , y a partir de la tabla siguiente se obtiene rL
m1
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Ps Pe
Hm = -
cultivo, debe ser aprovechar al máximo la insolación, por lo que se deben orientar
en dirección norte-sur, independientemente de la pendiente del terreno.
5. Se deben colocar válvulas de apertura y cierre automáticas en las tuberías
secundarias, formando unidades de riego que abastezcan a varias subunidades.
6. A la hora agrupar las unidades de riego en un mismo sector operacional de riego,
se debe tener en cuenta, además de no sobrepasar el punto de funcionamiento de
la bomba, que las unidades de riego tengan una demanda de presión similar, con
el fin de incrementar la eficiencia energética de la instalación, intentando evitar el
uso de reductores de presión en cabeza de subunidades.
7. La elección de los filtros se deber realizar de forma que a filtro limpio, produzcan
una pérdida de carga igual o menor de 1 m, por lo que se deben poner tantos
filtros en paralelo como sea necesario. A efectos de diseño, los filtros se deben
limpiar cuando su pérdida de carga sea de alrededor de 5 m, que es la pérdida de
carga a considerar de cara al cálculo de la altura manométrica necesaria que ha de
suministrar el equipo de bombeo.
8. Si una instalación tiene más de un sector de riego que demandan caudales y
alturas diferentes, es conveniente que el equipo de bombeo se accione mediante
variadores de frecuencia, para adaptar el consumo energético al mínimo posible,
evitando el uso de válvulas reductoras de presión en los sectores de menor altura y
caudal demandado.
6. BIBILIOGRAFÍA
Allen, R.G., Pereira, L.S., Raes, D., Smith, M. (1998) Crop evapotranspiration —
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56. Food and Agriculture Organization, Rome.
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Burt, C.M.; Clemmens, A.J.; Strelkoff, T.S.; Solomon, K.H.; Bliesner, R.D.; Ardí, L.A.;
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microaspersión, exudación". Madrid [etc.] Mundi-Prensa 1996.
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