100% (1) 100% encontró este documento útil (1 voto) 219 vistas 6 páginas MIS EXPERIENCIAS PARANORMALES (Antonio Ribera, "Espacio y Tiempo" Nº 24, Feb'93)
ANTONIO RIBERA también se interesó vivamente por la parapsicología. Es mas, protagonizó una serie de fenómenos anómalos que describió en un artículo titulado "MIS EXPERIENCIAS PARANORMALES" y que vio la luz en el nº 24 de la revista 'Espacio y Tiempo' (febrero de 1993).
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Guardar MIS EXPERIENCIAS PARANORMALES (Antonio Ribera, "Es... para más tarde Antonio RIBERA
Evidentemente, Antonio Ribera es mas conocido en Espaiia - y fuera de ella -
como investigador del fendmeno ovni que como otra cosa. Pero Antonio Ribera
es un hombre polifacético, con miltiples intereses y vocaciones. Asi, las javenes
generaciones acaso ignoren que fue no solo un pionero de la Ufologia en
nuestro pais, sino también un adelantado del mundo del Silencio, traductor de
la obra de Cousteau y practicante él mismo de la inmersién submarina. Ha
escrito ademas teatro, poesia, narraciones, novela y cinco libros de ciencia-
ficcion. Y su vida esta salpicada por numerosas vivencias paranormales, que
han hecho de él un apasionado de la Parapsicologia, por haberla vivido en su
propia carne y en su propio espiritu. Y aqui es él mismo quien nos cuenta
algunas de ellas, empezando por una historia de amor.
©, sentado junto al piano,
escuchaba embelesado.
Ella, que ya cursaba sexto
de conservatorio, interpre-
taba aquel estudio de
Chopin - el n° 3 - que
algun cursi bautizo Tristeza de Amor.
Yo tenia diecisiete afos. Ella, Te-
resa, dos mas que yo. Ambos vivia-
mos en sendas torres - asi se llaman
las villas o los chalés en Cataluna -
en Sarrié, un antiguo pueblo de la
periferia de Barcelona, y absorbido
por ésta.
‘Aquella tarde me armé de valor y,
‘cuando ella levanté las manos del
teclado, le dijo que la queria. Era lo
que entonces se llamaba “una decla-
racién’. Su risa cristalina atin resue-
na en mis ofdos. Yo me quedé cons-
temado. Desde la altura de sus casi
veinte afios, ella me miré, benévola:
"Vamos, Tony, déjate de bromas
Vete a tomar el fresco..." Oigo clara-
mente sus palabras, después de
mas de cincuenta afios.
Sali de su casa abrumado por el
dolor (y por el peso de las flamantes
calabazas que Teresa me habia
dado). Sin saber lo que hacia, empe-
6 a subir por la calle de Escuelas
Pias. Al poco rato estaba al pie de!
Tibidabo. Empecé a ascender por el
34
monte, legué a la cresta, y bajé por
la otra vertiente. Al cabo de un tiem-
po - no sé cudnto; caminaba ensi-
mismado - llegué a las afueras de
Sant Cugat, una poblacién situada
en la comarca del Vallés Occidental.
Caminé como un automata por sus
calles, hasta la estacion de los
Ferrocarriles Catalanes, que enlazan
Sant Cugat con Barcelona. Me senté
en un banco, y me dispuse a pasar
la noche alli (ya habia oscurecido).
Por suerte, era verano. Pero a las
‘ocho de la mafiana siguiente me pre-
unté qué hacia all; tenia que volver
a casa. Cogi el primer tren a
Barcelona que paré en la estacién, y
alas nueve me apeaba en la termi-
nal de plaza Catalufia. Pero aun
seguia en mi ensimismamiento.
Comencé a bajar por la Rambla (en
vez de tomar el metro o “tren de
Sarid", que me hubiera llevado a
casa),
Dejé la Rambla y me meti por la
calle de la Portaferrissa, hasta salir
frente a la Catedral. Entré en el tem-
plo, completamente vacio a aquella
hora, y fui a sentarme en el primer
banco, frente al altar. Cuando lleva-
ba alli un rato, en el mismo estado
de depresién, of unos pasos a mi
espalda, una mano se pos6 en mi
hombro, y una voz conocida y queri-
da me dijo:
- Hijo mio, vamonos a casa.
Era mi madre.
Hay que observar aqui que mi
dre, mujer muy devola, solia ir &
misa a la iglesia de San Vicente, en
la Plaza Mayor de Sarria. Pero nun-
ca se le hubiera ocurrido coger el
tren para ir a oir misa a la Catedral
(os del antiguo pueblo de Sarria atin
deciamos "ir a Barcelona’)
4Cémo supo mi madre que yo
estaba en la Catedral? :Qué miste-
rioso instinto, arraigado en lo mas
profundo del ser humano, le dijo
dénde se encontraba su hijo? Ella no
lo sabia de manera consciente;
seguramente tras una noche de
angustia y vigilia, al ver que las
horas pasaban y que yo no volvia, se
active el misterioso vinculo madre-
hijo, que hizo que encaminara sus
pasos a la Catedral de Barcelona.
Yo no me pregunté cémo habia
sabido que yo me encontraba al
Me pareci6 de lo mas natural que,
entre los centenares, los miles de
sitios donde mi madre hubiera podi-
do buscarme, se dirigiese, con instin-
to certero, al lugar donde yo me
‘encontraba verdaderamente.Pero existian muchos ejemplos de
quel vinculo. Durante la guerra civ
en plena ofensiva del Ebro, de pron-
to una madre vela caer a su hijo,
ensangrentado y empufiando un
{usil,a Sus mismos pies. *;Han mata-
0 a mi nijo!", gntaba la mujer. Luego
se sabia que, exactamente a la mis-
ma hora, su hijo habia caido, herido
de muerte, defendiendo una posicién
en el Ebro.
Por qué he dado cierto éntasis a
la palabra vefa? Porque sospecho
que la clarividencia, la sibita visién
de un ser querido en trance de muer-
te (que es més frecuente de lo que
0 eupone), o¢ una forma do vor; os
una visi6n paraéptica; una visi6n que
no se efectia a través de los ojos. Y
hallé confirmacién cientifica de esta
intuicién mia en un libro sobre la
Parapsicologia soviética: Psychic
Discoveries Behind the Iron
Curtain (Descubrimientos Psiquicos
tras el Telén de Acero), escrito por
dos investigadoras: Sheila Ostrander
y Lynn Schroeder. Aunque un poco
antiguo, este libro se ocupa de la
Edad de Oro de la Parapsicologia
soviética. En las paginas 21 a 23 del
mismo se nos habla de los estudios
sobre Telepatia realizados por la
Dra. Lutsia Paviova, electrofisisloga
en el labotarorio de Fisiologia de!
Trabajo de la Universidad de
Leningrado (hoy San Petersburgo), y
su famoso colega, el matemético Dr.
Gennady Sergeyev, de los Laborato-
rios Uktomskii, drigidos por los mili
fares.
‘Ambos trabajaban con dos excep-
cionales cobayas: Karl Nikolaiev y
Yuri Kamenski, dos telépatas excep-
cionalmente dotados, con los que
habian logrado transmisiones in
‘cuestionables estando ambos a cen-
tenares de kilémetros uno del otro
Nikolaiev se hallaba conectado a un
electroencefalégrafo durante las
sesiones de telepatia. Es muy signif
cativo que cuando Kamensky - el
telépata emisor - le enviaba image:
nies de algo (por ejemplo, un paque-
te de cigartillos), el EEG denotaba
actividad en la regién occipital del
cerebro de Nikolaiev... la regién del
cértex donde se localiza la visién. En
cambio, cuando Kamensky enviaba
telepaticamente sonido, la actividad
del cerebro de Nikolaiev se despla-
zaba a la zona temporal, donde
segin los neurofisiélogos se localiza
el sonido.
Nikolaiev veia sin ayuda de los
ojos, y veia instantaneamente, pues
En un sueho de cardcter
telepatico, el autor "vio"
escenas que claramente
aludian al atentado de la
estacion de Bolonia que en
‘ese mismo instante se
ba produciendo,
también sospecho que
los fenémenos PSI! 0
paranormales se pro-
ducen “fuera del
Espacio y del Tiempo,
en otra dimensién que
trasciende a nuestras
cuatro dimensiones
cincteinianas. Y aun-
que los cientificos
soviéticos de la escuela
de Vasiliev, por ejem-
plo, hablaban de ondas
emitidas por el cerebro
(a ello les obliga su
materialismo dialécti-
co), para mi es mas
bien un efecto de reso-
nancia en el inconsciente colectivo,
que se produce - repito - fuera del
espaciotiempo normal.
Como en este caso, que voy a
relatar a continuacién. (Y aqui se
plantea la cuestion de a credibilidad.
La mayoria de casos paranormales
son vivencias personales del sujeto
que las ha vivido. Y aqui el sujeto
soy yo. Se trata solo de mi palabra.
Pero este Antonio, como dijo el
‘Antonio romano del Julio César sha-
kespeareano, refiriéndose a Bruto, el
asesino del dictador, “Bruto ha dicho
taly tal cosa de César, pero Bruto es
un hombre honorable". Y va repitién-
dolo como un ritornello. Este Anto-
nio, podria decir yo, "es también un
hombre honorable". Por é! hablan
‘sus muchas obras, en las que siem-
pre ha buscado la verdad)
Lo relato asi en mi obra funda-
mental sobre abducciones Secues-
trados por Extraterrestres. Estaba
yo durmiendo tranquilamente la
mafiana del 2 de agosto de 1980, a
las nueve, cuando tuve un suefio an-
gustioso y vivido, con calidad de pe-
licula cinematografica proyectada en
una pequefia pantalla, como la de la
television. "Vela" a unas personas
correr alocadamente, mientras se
desplomaban unos muros de ladrillo,
en medio de una gran polvareda
Tuve la impresién de que habia
muchos muertos. Al mismo tiempo,
sobre la polvareda y en grandes
letras rojas temblorosas, vi escrita la
palabra BOMBA. A continuacion
desperté, angustiado.
- Ha ocurrido algo terrible en algu-
na parte - dije a Trini, mi mujer, que
en aquel instante entraba en la habi-
tacién con el desayuno -. Pongamos
la radio.
Tuvimos que esperar hasta el
noticiario de las once para saber que
habia ocurrido: a las nueve de aque-
lla mafiana (la hora de mi suefio) se
habia producido una espantosa
explosién en la estacién italiana de
La investigacién realizada sobre la
tolepatia parece demostrar que los
Sentimientos intensos se “transmiten"
‘con mucha mas facilidad que los
to8 abetractoe o las imagenes
neutras, y que tal comunicacion de
sentimientos es especialmente efectiva
entre personas vinculadas afectivamente.
35tiempo antes, a finales
de 1978, tuve un sue
lo premonitorio... que
desgraciadamente
luego se cumplié. Este
caso esta también
recogido en uno de
mis libros: El envés
de la trama. Este y ol
anterior son los dos
nicos casos ya publi-
cados que contiene
este articulo; todos los
demas son rigurosa-
mente inéditos.
Me habia acostado
como todos los dias,
la noche de un jueves
a un viernes, para
Realidad o leyenda, hay muchos suehos
Vinculados a acontecimientos histéricos, en
los que se anticipaba el resultado de una
batalla, como en el caso de Napoledn antes de
Waterloo, se avisaba de peligros, como en uno
de los suetios atribuidos a Ossisn, 0 se
tomaban decisiones trascendentales, como la
de Constantino sobre la conversion de Roma
Bolonia, que causé casi un centenar
de muertos.
Pero, en mi vivido "suefio", yo
habia visto algo mas. Habia visto a
la persona que portaba el explosivo,
probablemente féstoro, o T-4. Era
una mujer muy bien plantaga, alta y
pelirroja. Sin duda el fésforo, muy
inestable, hizo explosién bajo el
calor del Ferragosto italiano, pulveri-
zando a su portadora.
(Supe posteriormente que en una
poblacién costera catalana vivia un
vidente que aseguraba haber visto lo
mismo que yo, y a la misma hora del
mismo dia. Me lo hice presentar, y le
tendi una trampa: "zViste al hombre
que llevaba la bomba?*, le pregunté.
"No era un hombre - me contests -,
sino una mujer alta y rubia".)
La primera cosa que me preocup6,
una vez comprobado el origen de mi
‘suefio", era saber cémo habia llega-
36
do hasta mi. Durante el
suefo, el subconsciente
domina totalmente la men-
te; ésta esta abierta y re-
ceptiva a lo que pueda lle-
garle por los misteriosos
canales del inconsciente
colectivo. Asi es como lle-
96 a mila visién. Y quiero
subrayar visién porque,
como ya he apuntado
sospecho que la clarivi:
dencia tiene mucho que
ver con los centros dpticos
del cerebro. Es otra mane-
rade ver. Y sospecho tam-
bién - ya lo he dicho - que
estas comunicaciones son
instantaneas; no hay lapso
temporal entre ellas; se
producen en la misteriosa dimension
temporal del inconsciente colectivo,
por lo que yo llamaria un efecto de
‘resonancia’. Son un eco en el sub-
consciente individual de una subita
descarga de energia producida por
otros subconscientes individuales en
una situacién limite. Porque lo curio-
so es que estas “visiones" suelen
referirse siempre a sucesos aciagos,
que sin duda desencadenan grandes
descargas de energia psicobioldgica.
Las mismas “descargas” que infestan
© “impregnan” lugares donde luego
se producen fantasmogénesis, psico-
fonias 0 teleplastias... Los sucesos
alegres © gozosos no parecen produ:
cir tales efectos.
El suefio anterior era sincrénico;
era un suefo clarividente. Pero un
despertarme de pron:
to, con una gran sen-
sacién de angustia,
hacia la madrugada. Acababa de
tener un suefio terrible: iba en un
vagén del metro, que se detenia en
una estacién desierta. Yo me apea:
ba junto con otros muchos pasaje
ros, entre los que distingui - curiosa.
mente - a mi querido amigo Marius
Lieget (que habia de fallecer no
entonces, sino unos afios después;
este dotalle es significativo). Lleget
se iba hacia la derecha y desapare-
cia. Yo permanecia en el andén
pero el grupo de pasajeros bajaba a
la via (cosa a todas luces absurda) y
se metia en el tunel. Entonces, el
metro arrancaba y hacia una esca
bechina: morian todos, y después depasar los vagones yo veia un amasi-
jo de miembros sanguinolentos
‘esparcidos por el tendido.
Pero esto no fue todo. Mientras yo
observaba la matanza, mudo de es-
panto, of unos gritos y una voces pro-
cedentes del fondo de la estacién. Mo
volvi y vi a mucha gente, hombres,
mujeres y niios, algunos semidesnu-
dos y cubiertos de sangre, otros ten-
didos en camillas, que venian hacia
mi gritando y gimiendo: "iSomos los
muertos del fin de semana!”
La verdad es que, tras esta es-
pantosa pesadilla, ya no pude dormir
més. Pues bien, la Hoja Oficial de!
lunes siguiente (en Barcelona aun
aparecia la Hoja Oficial del Lunes)
publicaba estos grandes titulares: "El
peor domingo en las carreteras
espafiolas en muchos afios: mas de
60 muertos en accidentes de circula-
cién. Y lo que es significativo es que
dos de estos accidentes habian
sucedido en sendos pasos a nivel
un tren habia embestido a un auto-
car en uno de ellos, pero en ambos
casos los muertos habian sido
numerosos. jLas vias del metro! La
gente muerta sobre el tendido. El
montén que gritaba y gemia. {Los
muertos del fin de semana! Todo
esto se hallaba prefigurado en el
suefio-pesadilla
En los paises nérdicos (Suecia,
Noruega, Dinamarca, Finlandia) se
otras
tronteras durante et
suefo, nuestra mente
parece ser capaz de
trascender los limites
del espacio y del
tiempo, pero es
precisa reconoes
que en los suefios
premonitorios s6!o
recordamos aquéllos
‘que la realidad
confirma después,
pero otros muchos
quedan como avisos
inutiles, puesto que
nada sucede que los
Justitique.
produce un fenémeno paranormal
que, de tan comin, no impresiona a
nadie y es aceptado como una cosa
natural (en realidad, lo es). Se trata
del Verdogr. {En qué consiste? Es la
llegada previa de alguien a su hogar,
produciendo los ruidos caracteristi-
cos de tal llegada: pasos, puerta que
se abre y que se cierra, golpes, etc.
Para muchas amas de casa el
Verdogr es una especie de preaviso
de la llegada del cabeza de familia
“ingrid - dice la madre a su hija -, pon
la mesa, que padre est al llegar"
En una fecha que no podria preci-
sar de 1978 (este afio fue prédigo en
sucesos paranormales) yo regresa-
ba en mi coche de Barcelona a Sant
Feliu de Codines, e! pueblo donde
vivo y que se halla a unos 40 Km de
la Ciudad Condal. Eran ya casi las
once de la noche y yo sélo deseaba
llegar a casa, pues habia tenido un
dia agobiante.
En casa, Trini hacia labor de gan
chillo en el living-comedor, acompa-
ffada de Federico, nuestro perro. De
pronto oye abrirse la puerta, al otro
extremo del piso, y unos pasos
peeadoe en ol vestibulo. Luego
nada, silencio... Ella esperé unos
minutos, esperando oir mi voz o mis
pasos. Nada. Empufié entonces
fuertemente las tijeras y, acompafia-
da de Federico - que se habia limita-
do tan s6lo a alzar las orejas cuando
‘oyé la puerta y los pasos -, se dirigié
hacia la entrada. Nada. Registro
entonces las habitaciones temiendo
que fuese un ladrén. Hasta mird
Es frecuente que en catéstrofes aéreas 0
mas, mas de un pasajero anule a
Ultima hora su billete advertido por un
suefio premonitorio, més o menos
detinido, en el que su inconsciente le
avisaba aparentemente del riesgo.
debajo de la cama. Nada. Eran las
once menos cinco.
Yo entonces debia de encontrar
me a la altura de Palau de Plega-
mans, pueblo que esta a 15 km del
mio, Cuando a las once y diez efec:
tué mi llegada real, encontré a Trini
sentada en su sillén, muy tensa, y
empufiando atin las tijeras. Entiendo
que fue mi ansia por llegar a casa la
que en cierta manera me "proyecto".
Comenté luego este caso con el
Profesor Hans Bender, ya fallecido,
que tenia una cétedra de Parapsi-
cologia en la Universidad de Fri-
burgo en Brisgovia, y me comenté
que lo hallaba muy interesante, pues
era uno de los poquisimos casos de
Verdogr acaecidos en el Sur de
Europa. ¢Seria por la sangre nérdi-
ca, inglesa por mas sefias, que corre
por mis venas? ¢Tendrian algo que
ver con ello los genes de Benjamin
Booth, de Londres, mi tatarabuelo
materno? Misterio,
ELPERRO
“FEDELE OLTRE LA MORTS"
En nuestros viajes on coche, Trini
y yo siempre llevabamos a nuestros
perros con nosotros. (Yo he tenido
perros toda la vida; no la concibo sin
su calida compafiia). Pero este dia
del verano de 1981 viajébamos
solos: nuestro perro, Federico (el
Fede), habia muerto tragicamente,
envenenado como un Papa del
Renacimiento, poco tiempo antes.
Estébamos. pues. “desperrados” y
tristes... Nos dirigiamos a Andorra, y
tomamos la ruta que pasa por la villa
de Calaf. Poco después de ésta, se
alza el majestuoso castillo de
Ribelles, muy bien conservado.
Decidimos parar a visitarlo,
Empezamos a recorrer la parteextramuros del castillo. Yo tenia la
sensacién clarisima de que nuestro
entrafiable "Fede" nos acompafiaba.
Asi se lo dije a Trini, pero ella - mujer
escéptica y positivista - repuso que
no sentia nada de nada. En un
momento del recorrido, nos detuvi-
mos ante una pareja de “pedauques*
O pies de ova, el simbolo inicidtico de
los canteros medievales, tallados en
el muro. "Ponte ahi, Trini, para dar la
medida - dije -. Voy a fotografiarlos"
Cuando, un tiempo después, reve-
lamos la fotografia, aparecié la som-
bra de un perro en la parte inferior de
la misma, bajo los “pedauques”... La
‘cabecita del Fede volvié a verse en
otra foto: se trata de un torreon
cubierto de hiedra. La cabeza del
‘can parece asomar entre el follaje, al
pie de la torre,
Federico, en efecto, estaba con
nosotros.
Mandé estas fotos a mi amigo Leo
Talamonti, el eminente parapsicdlo-
go italiano, autor, entre otras obras,
de Universo Prohibido. Traduzco a
continuaci6n lo que me contests:
‘Queridisimo amigo: Las cosas que
me cuentas y las fotos que me man
das son de un interés extremo.
Entiendo mucho en fotografia para-
normal, pues he encontrado y reco-
gido bastantes; he estudiado su his-
toria y su problematica. Creo poder
decir que las tuyas son de una rara
elocuencia demostrativa. Creo que
hay que hacer ciertas ilaciones, y la
primera es la de que tu mujer es una
médium de rara potencia (son pocos
los sujetos para los que se verifican
fenémenos de Verdogr). Su medium-
nidad ha evocado y materializado,
dentro de ciertos limites, el cliché
chivado de Federico, vuestro perro
fedele oltre la morte" (fiel mas alla
de la muerte). No creo - aunque tam-
poco puedo excluirlo - que el fené-
mene hublese podido verificarse si tt
hubieses estado solo; es siempre de
un “polipsiquismo", o "psiquismo
asociado” (en el sentido de Macken:
zie y Talamonti) que emergen los
fenémenos de alta mediumnidad”
(Comunicacién personal, 15/3/1982),
El hecho de que Trini fuese una
escéptica parece que no es dbice
para que fuese una médium sin
saberlo.
Tras la pena tan grande que nos
produjo la muerte de Federico, Trini
y yo nos prometimos no tener mas
38
El parapsicéiogo italiano
Leo Talamonti
perros. Pero un dia,
un sabado Iluvioso
Por mas sefias, yo me
Entrade al
hallaba maniobrando ——_Gastnonde
parameter mi coche ——‘ibelles y
hacia atrds enelgara- ‘fotografia
je, cuando de pronto. presuntamente
Paranormal en
di un frenazo: por el
retrovisor habia visto
tuna forma acurrucada
en el suelo, al parecer
Un perro, que habia estado a punto
de atropeliar.
Si, era un perro. Estaba hecho un
ovillo en el suelo, empapado por la
lluvia, y parecia tener sélo la piel y
los huesos. Traté de levantarlo, pero
se cay6, una y otra vez. Observé que
presentaba numerosas heridas en
cabeza y orejas. Senti compasién
Por él, y, de acuerdo con Trini, decid
adoptarlo, pese a nuestra promesa
de no tener mas perros.
Debo observar aqui que yo
entonces (principios de los ochenta)
pesaba cerca de cien kilos. Estaba
muy obeso, y me fatigaba enorme-
mente al subir una cuesta o las
escaleras. Hacia una vida demasia-
do sedentaria. Pero la llegada de
Tommy (éste fue el nombre que le
pusimos; un prodigio de originali-
dad), un perro mestizo, de pelaje
corto y rubio, sin ningun pedigri (ni
falta que le hacia) me obligo a
sacarlo a pasear tres veces al dia
Esto, a la larga, resulté una bendi
cidn para mis piernas flebiticas; per-
i peso, gané agilidad y terminé por
subir las cuestas y las escaleras sin
‘cansarme ni resoplar. Asi las cosas,
un dia Trini me pregunté: "~Re-
cuerdas el dia que Tommy llegé a
casa?" "Si - repuse -, creo que era
un sdbado, y que llovia..." *No, e60
no - siguié Trini -. :Cual era el santo
del dia?" "Qué sé yo... ¢San
Paneracio?", dije, por decir algo.
"No - dijo Trini, solemne -. Era san
Lazaro. pero no el Lazaro que resu-
citd, sino el Lazaro que en las
laque se ve
‘sombra de
Federico"
estampitas piadosas se representa-
ba como un pobre, al que un perro
lamia las llagas de la piernas.
Increible. Pero la verdad era que
mis piernas habian mejorado, lo
mismo que mi estado general. Y
que se lo debia a Tommy, el perro
“enviado’... :por quién? La verdad
es que durante toda mi vida he teni-
do la sensacién constante de estar
muy protegido, de que alguien vela-
ba siempre por mi. Pero, zquién?
2EI Angel de la Guarda? 2Mi difunta
Y querida madre? ¢"Ellos"? (Sean
quienes sean elllos*). Durante la
Guerra Civil (<0 incivil?) estuve ante
tun piquete de ejecucién. Luego, en
1954, me perdi en una caverna sub-
marina bajo las islas Medas. En
1986 sufri una embolia pulmonar, y
en enero de 1992, otra. Los médi-
0s dijeron a Trini que probable-
mente no llegaria al dia siguiente
No se explican cémo logro sobrevi-
vir a tanto percance. Quiz Tommy
lo sabia. Pero el pobre can mestizo
- éste si - ya ha muerto... Prefiero
pensar que es la Providencia la que
vela por mi..
Existe un vinculo telepético entre
mis perros y yo. Durante nuostro
paseo diario por el bosque, en la
proximidad de una bifurcacién de!
camino, donde hay que elegir uno u
otro ramal, mis perros toman inva-
riablemente por el de la derecha
caso de que yo haya pensads ir porla derecha,
© por el de
la izquier-
da, en caso
contrario, Y
ESTO ANTES DE
QUE YO DIGA NADA.
La Fiesta Mayor de Sant Feliu de
Codines se celebra a mediados de
septiembre. Durante la de 1982, los
organizadores tuvieron la amabili-
dad de enviarme dos invitaciones
de primera fila para asistir al show
de Andrés Pajares, que se celebra-
ba por la tarde en el entoldado. Trini
no podia ir y yo, para no desairar a
los organizadores, monté en el
coche y me dirigi al entoldado.
Cuando llegué, comprobé que era
el primero: atin no habia nadie.
Tomé asiento en primera fila y de
pronto, sin saber por qué, me levan-
t6, sali del entoldado y subi a mi
coche, que habia dejado aparcado
cerca de la entrada. Siempre con la
mente en blanco, fui hacia la carre-
tera y, alos pocos metros, via
Tommy, que retozaba peligrosa-
mente on medio de la calzada, en
compafia de otro perro, con el ries-
go inminente de ser atropellados
ambos por un vehiculo. Sin apear-
me ni parar, abri la puerta trasera
del coche y lo llamé: "jTommy,
subel" El subié de un salto al auto-
mévil.
LQué sefial de peligro se encen-
did como una alarma en mi sub-
consciente, cuando me hallaba en
el entoldado? Una sefial que me
indicaba que Tommy corria grave
riesgo.
El resultado de ello es que perdi
el show de Andrés Pajares... pero
tal vez salvé a Tommy de una muer-
te mas que probable.
‘Al pie de una torre del Castillo de Ribelles,
luces y sombras parecen dibujar la
‘cabeza de un perro entre la hiedr
Por el hecho de haber tenido
estas vivencias paranormales no me
considero un ser excepcional, ni
mucho menos. En todos nosotros
existen, latentes 0 manifiestas, |o
que llamamos facultades PSI. Es
més: forman parte de la naturaleza
humana desde tiempos remotos; el
hombre siempre ha trascendido su
ser visible y tridimensional, como ya
apuntaba Alexis Carrel en los afios
treinta... Asi, en buena ley no habria
que llamar a estas facultades "para-
normales", sino “normales". Lo que
ocurre es que la Ciencia es conser-
vadora y se muestra reacia a admitir
hechos nuevos, si no pueden venir
refrendados por la experimentacion
de laboratorio. (Esto es lo que empe-
zaron a hacer ya los soviéticos). Los
hechos paranormales (telepatia, cla-
rividencia, precognicién, etc.) se pro-
ducen impensadamente; no son
repetibles a voluntad, por lo general,
y de ahi que la ciencia mal llamada
“oficial” se desentienda de ellos y
acuda a la sobada “explicacién” de
fraude cuando trata de enjuiciarlos.
‘A poco que rebusquemos en
nuestra memoria, todos encontrare-
mos algun episodio inexplicable,
desde un déja vu hasta un contacto
telepatico o una clarividencia. Se
trata de algo intrinseco al hombre;
no estoy hablando de cosas ajenas
ala naturaleza humana. Es algo
que ensancha extraordinariamente
nuestros horizontes; que amplia las
fronteras de nuestro ser. Algo que
os une con todos nuestros seme-
jantes, mas alld - o mas abajo - de
Auestra mente consciente. Algo que
Nos permite entrar en contacto con
la Gran Alma de la Humanidad, y
que hunde sus raices en el pasado
més remoto de nuestra estirpe
hominida. ¢Conseguiremos algin
dia controlar estas facultades huidi-
zas? Espero que si.
Tendido a mi lado, Bruno, mi
perro actual, hijo de Tommy y Linda,
una perra callejera también recogi-
da, me mira con sus ojos color de
miel. En ellos leo fidelidad, amor
puro y la seguridad de que aun man-
tenemos el Pacto que hicieron, en
los remotos tiempos de la Pre-
historia, el Hombre y el Perro... m
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