La importancia de las Normas Oficiales Mexicanas.
Las NOM están en todos lados
1.- No tienen súper poderes ni nombres llamativos, pero gracias a las Normas
Oficiales Mexicanas puedes, por ejemplo, cargar la pila de tu celular en cualquier
toma de corriente o consumir con confianza ese medicamento. La Dirección General
de Normas de la Secretaría de Economía nos aclara la importancia de tener normas
en la vida. Hoy despertaste y las normas, como siempre, estaban ahí. Ellas se
esmeraron en que tu sueño fuera confortable, en que tuvieras un baño recuperador
y con poco gasto de agua y, seguramente, ayudaron a prepararte un buen
desayuno. No las viste porque su labor es muy discreta, pero ellas cuidaron que
todo funcionara bien: las sábanas con que te cubriste, el boiler que calentó el agua,
la ropa que traes puesta y hasta el jugo que tomaste. En todo lo anterior, y buena
parte de lo que te rodea y los productos que has comprado, tienen que ver las
Normas Oficiales Mexicanas (NOM). Descubre en estas preguntas “secretas”
(porque seguro nunca te las has hecho) cómo se preparan estas heroínas para
cuidar de tu familia y, de paso, encargarse de que el mundo del consumo vaya sobre
ruedas.
2.- ¿Qué es una NOM... y a mí qué con eso?
El Estado tiene bajo su resguardo “bienes” que debe cuidar, entre otros: bosques,
playas, agua, vías de comunicación y, sobre todo, los ciudadanos. Para proteger a
estos últimos se crearon las NOM, definidas como regulaciones técnicas que
contienen la información, requisitos, especificaciones, procedimientos y
metodología que deben cumplir los bienes, servicios o instrumentos de medición
que se comercializan en el país. Es decir, las NOM son herramientas que permiten
a las distintas dependencias gubernamentales establecer parámetros evaluables
para evitar riesgos a la población, a los animales y al medioambiente; para que se
consuman menos energéticos y contaminemos menos; para que te vendan las
cantidad que pagaste de gasolina, gas, agua o refresco; para que se te cobren el
tiempo real de uso en telefonía... En fin. Un ejemplo claro: el agua embotellada, que
es un producto de alto consumo y debe ser inocuo. El trabajo de la NOM, en este
caso, es establecer especificaciones sanitarias que eviten riesgos a la salud de los
consumidores. Gracias a estos estándares establecidos por las NOM, puedes
confiar en que tu horno de microondas no generará radiaciones peligrosas; que los
contactos que acabas de instalar sirvan para conectar cualquier aparato eléctrico;
que si compras leche que se ostenta como “entera”, realmente lo sea; que las llantas
de tu auto no estallen si las usas con normalidad... y así con prácticamente todo lo
que tienes a tu alrededor. Pero no hablamos sólo de productos, las NOM también
establecen estándares de calidad que debe cumplir una lista gigantesca de
servicios, desde estudios de laboratorios clínicos hasta centros de verificación
vehicular
3.- ¿Los fabricantes e importadores
cumplen las NOM o sólo son una
buena idea? Ya que las NOM tienen como principal objetivo prevenir
riesgos a tu salud, vida, patrimonio, medioambiente y seguridad laboral, son de
observancia obligatoria. Cualquier producto o servicio que no cumpla con las
especificaciones establecidas en la o las NOM con las que esté relacionado, no
puede comercializarse en México.
También existen las Normas Mexicanas (NMX), que tienen una misión diferente:
establecer requisitos mínimos de calidad con el propósito de brindar mayor
orientación al consumidor. Las NMX indican a los fabricantes y prestadores de
servicios los parámetros que tienen que alcanzar si es que quieren destacarse, por
alguna razón comprobable, del resto de su competencia (¿arroz “extra”?) Muchas
NMX son métodos de prueba y guías para sistemas de gestión. De cualquier forma,
el cumplimiento con este tipo de normas no es obligatorio
4.- ¿Quiénes y cómo hacen las NOM? El
gobierno es el encargado de identificar los riesgos, evaluarlos y emitir las NOM para
prevenirlos. Sin embargo, en el proceso se suman las voces de expertos externos
provenientes, por ejemplo, de la academia, de las cámaras industriales o de
colegios de profesionistas, que tienen el mismo peso que el de la autoridad. Así, las
NOM son elaboradas por Comités Técnicos que están integrados por
representantes de todos los sectores interesados: la o las dependencias
gubernamentales correspondientes (esto depende del tema a tratar, puede ser la
Secretaría de Salud, la de Economía, la del Medio Ambiente, etcétera), productores,
comercializadores, fabricantes exportadores, académicos y consumidores. ¿Por
qué tantos? Es una buena idea que estén todos los que tengan algo que decir. La
dependencia de la administración pública presenta el anteproyecto de NOM ante el
Comité Consultivo Nacional de Normalización (el nombre completo del Comité
Técnico) para que éste aporte todas las modificaciones o agregue las regulaciones
técnicas que crea necesarias. El Comité Consultivo discute el anteproyecto, pero
para que una norma se apruebe todos los integrantes deben llegar a un consenso.
Se trata de buscar el mejor balance entre los intereses comerciales, legales y
científicos para que la NOM contenga las especificaciones necesarias para
satisfacer las necesidades del consumidor... Meta que, por supuesto, a cualquier
consumidor puede parecerle muy complicada. Sin embargo, existe un lineamiento
que puede brindarte tranquilidad: cualquier oposición u observación tiene que
sustentarse en argumentos científicos sólidos; si no es así, no se toma en cuenta.
Cuando el Comité Consultivo llega a un consenso, somete el anteproyecto de norma
a una consulta pública durante 60 días naturales para que cualquier interesado
pueda emitir sus observaciones. El comité está obligado a darles respuesta. En caso
de ser necesario, se modifica el proyecto y se emite la NOM que se publica en
el Diario Oficial de la Federación.
5.- ¿Y yo puedo opinar sobre la elaboración de una
NOM?
No hay ningún impedimento para que cualquier ciudadano pueda participar en la
consulta pública mencionada o a través de sus representantes en los Comités
Técnicos. La única previsión, no restricción, es tomar en cuenta que la discusión es
de carácter técnicocientífico. Es por ello que normalmente en los Comités
Consultivos se cuenta con la presencia de Profeco y Laboratorio Nacional de
Protección al Consumidor como representantes de los consumidores. Sin
embargo, cada vez son más las asociaciones de consumidores interesadas en
participar.
¿Y quién vigila que se cumplan las
NOM?
Una NOM establece de manera general tres cosas: definición del producto, servicio
o proceso; especificaciones que éste debe cumplir; métodos de prueba con los que
se puede verificar que cumplan y la mención de las autoridades que vigilarán el
cumplimiento. Esto último tiene la mayor relevancia porque las NOM no servirían de
mucho si no se vigilara su aplicación. En el caso de normas de carácter
comercial, PROFECO es el verificador de servicios y productos: a través de su
Subprocuraduría de Verificación realiza visitas para verificar el cumplimiento de
las NOM y aplica sanciones o clausuras a quienes no cumplan con lo establecido
en ellas. También gracias a las normas, nuestro Laboratorio Nacional de
Protección al Consumidor tiene un marco de referencia para determinar si un
producto es seguro o no... Ya sabes, los estudios de calidad que puedes consultar
cada mes en las páginas de la revista del consumidor.
¿Las NOMs también caducan?
¿Te imaginas si los nuevos televisores de plasma tuvieran que cumplir con los
requisitos y parámetros establecidos por la NOM de televisores... pero
con cinescopio? Sería imposible. La realidad tecnológica y científica suele rebasar
a las NOM: el método de prueba que se especifica hoy puede no ser válido
para mañana. Para que no se conviertan en letra muerta, las NOM deben ser
revisadas, al menos, una vez cada cinco años para que puedan ratificarse (si
todavía son vigentes), ser actualizadas o cancelarse.
6.-¿Cuáles son las tipos de NOM más
cercanas a nosotros como
consumidores?
Normas de Seguridad y métodos de prueba. Su objetivo: que los productos funcionen con
materiales, procesos, sistemas y métodos que eviten ponerte en riesgo. Gracias a ellas tu estufa no
se incendiará mientras cocinas.
Normas de eficacia energética. Garantizan que uses (y disfrutes) satisfactoriamente los productos
y servicios. Además este tipo de normas propician la conservación del medio ambiente. Es genial
bañarse con una regadera que no se tapa, pero resulta aún mejor si ésta es ahorradora de agua.
Normas de prácticas comerciales. Verifican que los prestadores de servicios te brinden la
información necesaria, a fin de que disfrutes de servicios solventes y evites ser objeto de prácticas
abusivas, desleales o coercitivas. Además de que tengan a la vista sus precios y que sus contratos
sean justos.
Normas de información comercial. Se aseguran de que los productos te den a conocer sus
características, naturaleza, cantidades, advertencias y, en general todos los elementos que te
permitan tomar mejores decisiones. Para algunos puede ser obvio, para otros es difícil distinguir si
una prenda es de poliéster o algodón.
Normas metrológicas. Su objetivo es que los instrumentos de medición, a través de los cuales se
determina el pago que tienes que hacer, funcionen correctamente. Como las bombas de la gasolinera
o las básculas del mercado.