NORMAS PARA PARTICIPAR EN LA PASTORAL LITÚRGICA
(EQUIPOS DE LITURGIA)
La Pastoral litúrgica es la acción de la Iglesia que busca que el Pueblo de Dios participe activa y conscientemente en la
celebración del culto de modo que halle en la fuente misma el verdadero espíritu cristiano. La Pastoral Litúrgica está
orientada hacia los fieles, para incorporar más plenamente a Cristo a los que han creído y alimentar su vida con los sa-
cramentos. Además, busca también la formación integral del ser cristiano, por eso cuida de la formación e iniciación en
los misterios del culto cristiano. El objetivo inmediato de la Pastoral Litúrgica es la participación de los fieles. Por eso
procura instruir, educar y conducir progresivamente hacia una participación consciente, activa y fructuosa a la que éstos
tienen derecho en virtud del bautismo.
La Pastoral Litúrgica Parroquial abarca los siguientes aspectos:
El culto existencial o la vida en obediencia al Padre por Cristo en el Espíritu.
Los sacramentos.
Los sacramentales
El domingo, dia del Señor.
Liturgia del Tiempo, que incluye: Liturgia de las horas y el año litúrgico.
La música litúrgica.
El arte y los objetos sagrados.
Los ministerios y servicios en esta dimensión.
La piedad popular.
I.- CONDICIONES DE LAS PERSONAS QUE INTEGRAN EL EQUIPO PARROQUIAL DE LITURGIA.
Para lograr la participación propia y de todos los fieles, la Constitución sobre la Liturgia nos recuerda: “Ejerzan, por
tanto, su oficio con la sincera piedad y orden que conviene a tan gran ministerio y les exige con razón el Pueblo de Dios.
Con ese fin es preciso que cada uno, este profundamente penetrado del espíritu de la Liturgia y sea instruido para cum-
plir su función debida y ordenadamente (SC 29). Este numero nos da unas características precisas que deben tener los
que participan en la Pastoral Litúrgica.
Que sean personas piadosas para que su oficio lo ejerzan con piedad autentica y no simulando ser personas que
buscan un reconocimiento humano.
Sean personas ordenadas y obedientes a las disposiciones litúrgicas siguiendo el rito de la celebración.
Que estudie y se actualice constantemente en lo que se refiere a la Liturgia para estar impregnado del Espíritu
de ésta, recordando que saber liturgia no es saber rubricas.
Se instruya en las cuestiones técnicas, Litúrgicas, Bíblicas y Pastoral del ministerio que desempeña.
Tener en cuenta el tipo de celebración que se va a desarrollar, para que conociendo la celebración preparen
convenientemente el ambiente, lo lugares, objetos y lo que es propio de cada celebración.
Preparar la celebración teniendo en cuenta la espiritualidad de ésta.
Conocer la diferencia de cada celebración tiene un lenguaje que transmitir, tanto verbal como escrito.
Reflexionar con anticipación la palabra de Dios porque es la que orienta las oraciones de lo que se celebra y
ayuda a madurar misma Pastoral Litúrgica Parroquial, no son técnicos de la Fe, son creyentes que comparten la
fe con su servicio, disposición y preparación de la celebración, por eso preparan y animan las celebraciones ayu-
dando a la asamblea a tener una profunda experiencia de Fe.
II.- EXIGENCIAS PARA LA PASTORAL LITÚRGICA.
Estar disponibles (tiempo y días de servicio) y con actitud positiva y franca de servicio.
Capacitarse técnica y Litúrgicamente en su servicio para que sea de calidad.
Tener un equilibrio entre la expresión de la comunidad universal y las características propias de la comunidad a
la que pertenece y sirve.
Ser una persona de oración, meditación de la Palabra de Dios, comulgar contantemente.
No vivir en pacado mortal, dando un mal testimonio ante el pueblo de Dios.
Amar al prójimo sobreponiendo sus prejuicios y problemas personales.
III.- EL CUIDADO DE LA VIDA LITÚRGICA PARROQUIAL
Esta es la tarea más importante del Equipo de Pastoral Litúrgica dentro de la parroquia: preparar, animar y revisar las
celebraciones en sintonía con el párroco. Esto abarca diversos aspectos.
a) Elementos materiales. Asegurar que la parroquia cuente con todo lo necesario para una celebración digna:
Un templo bien dispuesto, limpio, ordenado, con las debidas condiciones de luz y audición, con una distribución
adecuada de los bancos;
Un presbiterio adecuado, altar, ambón, sede;
Ornamentos renovados, dignos, limpios;
Libros para el presidente, lectores, coro, organistas, para la sede, etc.
b) La creación de la Asamblea litúrgica. El sujeto de la celebración es la Asamblea que se reúne para celebrar. Por tanto,
ésta debe recuperar toda su vitalidad. La constitución de una Asamblea litúrgica requiere toda una pedagogía para que
las personas reunidas tomen conciencia de pertenencia a una comunidad. Por eso, es importante el enfoque de la cele-
bración, el ambiente que se crea, la introducción preparatoria a la celebración, las moniciones, etc.
c) El desarrollo de la celebración. Para conseguir que la vida litúrgica de la parroquia se desarrolle de manera adecuada
se debe procurar:
Superar la rutina y la inercia. No cantar siempre los mismos cantos; que cada misa dominical tenga varios moni-
tores y lectores que se alternen; destacar algún aspecto de la Eucaristía, etc.;
Recoger y expresar la vida de la comunidad parroquial, arciprestal y diocesana con sus inquietudes, sus necesi-
dades, sus aspiraciones;
Responder a los problemas, necesidades, sufrimientos y gozos del hombre de hoy y del pueblo. En la oración
universal siempre debería estar presente algún problema, necesidad o gozo de dicha Asamblea.
Buscar un equilibrio entre la acción comunitaria y la participación individual, entre el silencio y la palabra, equili-
brio entre la observancia de las normas litúrgicas y la creatividad y adaptación a la comunidad concreta.
IV. LA EDUCACIÓN LITÚRGICA DE LA PARROQUIA
Además de educarse a sí mismo, el Equipo de Pastoral Litúrgica ha de buscar educar litúrgicamente a la comunidad pa-
rroquial:
que conozca el sentido de las diversas celebraciones, en especial de la Eucaristía;
que comprendan el lenguaje litúrgico, el contenido profundo de los gestos, los ritos, etc.
V.- PREPARACIÓN DE LAS CELEBRACIONES
Esta es una de las tareas más concretas a realizar en la parroquia. La preparación de una celebración exige:
Fijar bien el sentido de la celebración: que todos los que van a participar en la celebración sepan qué se va a ce-
lebrar y por qué. No todas las celebraciones son iguales. No es lo mismo un domingo de Adviento o uno de Pas-
cua.
Preparar todo lo necesario para la celebración: los elementos materiales (el pan, el vino…), los elementos de la
misa (oraciones, prefacios, plegaria eucarística, cantos, salmos, etc.), las moniciones, guiones para las celebra-
ciones más complejas destinados al presidente, monitor, lectores, coro…
distribuir con suficiente antelación —para no improvisar a última hora— las diversas tareas y servicios litúrgicos.
VI.- REALIZACIÓN DE LAS CELEBRACIONES
La celebración misma es el culmen y fuente, por tanto, lo más importante de la pastoral litúrgica. El Equipo de Pastoral
Litúrgica deberá estar atento a que las celebraciones no caigan en:
Un formulismo vacío, es decir, una liturgia donde se observen todas las normas y leyes litúrgicas pero donde
falta vida, calor, oración, participación interior;
Una rutina donde no se exprese la vida cambiante de las personas y de la comunidad;
Una acción donde sólo participen el presidente y algunos fieles mientras el pueblo asiste pasivamente como
mero espectador;
Será conveniente que el Equipo de Pastoral Litúrgica sepa revisar periódicamente las celebraciones de la parro-
quia para señalar las deficiencias que se observan, los defectos en que se vaya cayendo, etc. para tratar de co-
rregirlos y seguir mejorando la vida litúrgica parroquial.