Desarrollo agrario, planes de ordenamiento territorial
Generalidades
La evolución de las estrategias de desarrollo rural agropecuario en Latinoamérica, desde
mediados del siglo pasado, ha transitado por varios momentos: el primero, centrado en
iniciativas económicas y de desarrollo comunitario; el segundo, de grandes proyectos de
reforma agraria; un tercer momento de desarrollo rural integral y, más recientemente, por el
desarrollo territorial, el combate de la pobreza y la sostenibilidad ambiental (García, 2002).
La planificación del ordenamiento territorial requiere fundamentarse más directamente en la
comprensión de los factores que condicionan el desarrollo, de donde se derivan las políticas
públicas y acciones nacionales y globales, las cuales toman lugar en los diversos territorios
y generan oportunidades o restricciones en el desarrollo local.
La Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA) (Ministerio de Agricultura y
Desarrollo Rural, 2013) tiene como propósito principal promover el desarrollo rural con
enfoque territorial, con base en el ordenamiento social y productivo de la propiedad rural.
Causas del Problema
En los continuos esfuerzos para mejorar la distribución de la tenencia de la tierra en Colombia
se encuentra que, con pocas excepciones, el papel de las autoridades locales ha sido modesto.
Lo que es preocupante puesto que desde mediados de la década de los 80 se inicia un proceso
de descentralización administrativa, tanto política como económica.
Con los planes de ordenamiento territorial (POT) la lógica de la gestión local se enfrenta un
nuevo marco para el diseño de programas de distribución de tierras en el país. Baste
mencionar que además de la lectura tradicional por sectores del gasto social se suma la
espacial, en la cual la asignación eficiente del recurso tierra se convierte en una prioridad
para las autoridades locales. Este tema es importante ya que la dimensión espacial incluye la
población con mayor atraso en sus condiciones de vida.
La reforma agraria es un tema que no debe perder vigencia, pues sus objetivos permanecen:
el desarrollo social, la profundización democrática la atención la pobreza de los campesinos
sin tierra partir de la redistribución de la propiedad rural. Se ha demostrado que con la
redistribución de la tierra el acceso por parte de los campesinos otros factores productivos
complementarios, se puede contribuir al progreso social (Deininger, 1999).
Antecedentes
Desde tiempo atrás se reconoce que el sector agropecuario es uno de los más atrasados en el
proceso de descentralización y, por esto, se manifiesta la necesidad de impulsar procesos más
descentralizados dentro del sector mediante instrumentos de planificación el ordenamiento
territorial para vincular el desarrollo agropecuario la realidad local regional, con la
generación estructuración de las demandas de reforma agraria en estos niveles. El Ministerio
de Agricultura y Desarrollo Rural (MADR) definió como prioritario trabajar en la
modernización de la gestión pública territorial, en el fomento al desarrollo económico en la
promoción fortalecimiento de las relaciones intergubernamentales en el marco del proceso
de descentralización.
Factores que impiden la solución
El territorio nacional es heterogéneo: cada región, departamento y municipio tiene
características particulares con relación a los tipos de actividades socioeconómicas que las
caracterizan, y las formas como se expresan en los usos y ocupación del territorio. Esos
rasgos, identificables y tipificarles, mostrarán sus realidades, potenciales y necesidades
diferenciales, según sus propias condiciones internas y los contextos que las rodean.
Comprender las lógicas de las ocupaciones del territorio desde la perspectiva de sus
actividades socioeconómicas es clave para identificar los factores explicativos y las reglas de
juego de sus estructuras espacial y socioeconómica.
El fundamento de la planificación territorial es la gestión de las relaciones sociedad-territorio,
en función de modelos de ordenación que generen cultura de sostenibilidad del desarrollo y
prácticas de usos y ocupación del espacio, cuyo principal objetivo sea el mejoramiento
continuo de la calidad de vida de la población.
Factores que facilitan la solución
La perspectiva de lo rural está cambiando hacia el entendimiento del territorio como espacio
de vida que revaloriza los potenciales endógenos rurales y los ámbitos de las personas que
viven permanentemente en el territorio rural. El campo toma un nuevo significado para el
conjunto de la sociedad; supera el sesgo exclusivamente productivista para abarcar nuevas
funciones como espacio de descanso, de estilo de vida más sano, en contacto con el
medioambiente, disfruta y aprovecha la revalorización del paisaje natural y cultural. El
campo no se restringe únicamente a las actividades agropecuarias: están surgiendo
oportunidades para el turismo rural, la producción de artesanías y el aprovechamiento de los
servicios ambientales y del paisaje natural y cultural.
La perspectiva multidimensional rural agropecuaria implica un ordenamiento territorial que
favorezca la articulación armónica de los diversos sectores de actividad propios del campo,
con ellos mismos y con su contexto rural regional, concibiendo sistemas territoriales
competitivos y sustentables, y generando vínculos, accesibilidad, redes y sinergias entre las
actividades económicas y socioculturales, en armonía con la estructura ecológica principal y
el paisaje natural y cultural. Con tal fin, entre otros aspectos, es necesario definir tipologías
de ruralidad para tratar apropiadamente la diversidad de las territorialidades rurales urbanas,
procurando unas relaciones equilibradas y de complementariedad, por medio de la provisión
y facilidad de acceso a tierras aptas y a los servicios e infraestructuras económicas y sociales
y de comunicación e integración entre asentamientos y zonas de producción entre el campo
y la ciudad, aspectos básicos que se deberán reflejar en el modelo futuro de ordenamiento
territorial.
Bibliografía
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analíticas. Coloquio Internacional de Geocrítica. Fortaleza: Universidad de Ceará.
Camargo, A. (2002). As dimensões e os desafios do desenvolvimento sustentável: concepções,
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Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). (2015). Informe sobre pobreza.
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García, A. (2002). Desarrollo rural: concepto, institucionalidad y políticas. Santiago, Chile: IICA.
Gobierno nacional. (2013). Comunicado conjunto Gobierno nacional, FARC-EP. La Habana (Cuba).
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