Casina de Plauto La Comedia de Los Senti PDF
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I. Introducción (1). — El argumento del amor y del sexo son lugares comunes en
el género cómico. Sin embargo, en la comedia plautina Casina va estrechamen-
(1) Este artículo forma parte del Proyecto de Investigación “La comedia romana.
Estudio y tradición”, patrocinado por la D.G.I.C.Y.T. y por los fondos FEDER (Ref. HUM
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te ligado al elemento sexual, aspecto que los críticos consideran ajenos no sólo
a la palliata, sino también a la Comedia Nueva griega. Esto ha supuesto – ade-
más de la consideración de Casina como farsa burlesca – que se haya vinculado
esta temática “extraña” con el teatro autóctono latino.
En nuestra opinión, el elemento erótico en Casina es más que un motivo, pues
a partir de la idea de sexo certero la frustración del mismo constituye uno de los
factores de construcción teatral de la obra, que se entrelaza con la utilización del
sentido de la vista, del gusto, del tacto y del olfato, según se puede vislumbrar
tanto en los procedimientos técnicos, como en los literarios y dramatúrgicos.
Esos elementos se reflejan léxicamente a lo largo de la obra y tienen una estre-
cha correspondencia con el desplazamiento funcional de los personajes, datos
que suponen, creemos, una ruptura de la convención del género en el marco de
la comedia palliata. La conjunción de los aspectos léxicos (recurrencia y posi-
ción), literarios (convención) y funcionales (ruptura de la convención) nos per-
mite analizar una comedia que queda, a nuestro juicio, perfectamente estructu-
rada y que asume con asombrosa facilidad la tradición de la Comedia Antigua
(4) O’BRYHIM (1989 : 81-103). Este autor ha tratado de demostrar que las comedias
Casina y Mercator comparten asombrosos paralelismos, por lo que Plauto habría segui-
do un mismo original griego para ambas. La segunda comedia habría sido una atelana.
(5) Jachmann (1931 : 58 y 78), ARNOTT (1975 : 32-38 y 2003 : 23-44), ANDERSON
(1993 : 3-59), PARATORE (2003 : 45-56). Cf. La selección bibliográfica contenida al
comienzo de este trabajo.
(6) Pero que no serían extraños a la atelana, según ha estudiado y puesto en relación
con la comedia plautina CODY (1976 : 453-476). Cf. también BEARE (1930 : 165-168) y
LITTLE (1938 : 205-228).
(7) LADEWIG (1845, passim), LEO (1895 : 168, 207-208 y 466), DUCKWORTH (1952 :
293-295).
(8) LILJA : 1982, 57-64.
904 C. GONZÁLEZ VÁZQUEZ
Olimpión Calino
Desplazamiento de Cleóstrata
(9) El léxico sexual es habitual en la atelana, como se puede deducir por los frag-
mentos 236 R de Pomponio y el 266 R de Novio.
(10) En Casina aparece con frecuencia el léxico militar para establecer el antagonis-
mo entre los personajes, como, p.e. nunc conlatis signis depugnabimus (v. 352), quid si
propius attollamus signa eamusque obuiam ? (v. 357), satin lepide adita est uobis
manu’ ? (v. 935), etc.
CASINA DE PLAUTO, LA COMEDIA DE LOS SENTIDOS 905
i
i
Olimpión Calino
Desplazamiento de Eutinico
3) Agón entre personajes a partir del acto cuarto :
Lisidamo Cleóstrata
g Cásina g
i
i
Olimpión Pardalisca
Desplazamiento de Cásina
“Emplazamiento” de Calino pro Cásina (metateatro)
Victoria femenina sobre el grupo masculino por la actuación como mujer de un hom-
bre.
(11) Es llamativo que Plauto se aleje en sus últimas comedias de las convenciones de
la palliata. Así, la inclusión de dioses en Amphitruo ; o, como ocurre en Persa, el hecho
de que la acción teatral transcurra en manos de esclavos que asumen los roles de perso-
najes libres en las otras comedias ; o la ausencia de trama amorosa en Captivi. Casina es
considerada la última comedia plautina y se suele fechar en el 185 a. C., con voces en con-
tra : MATTINGLY & ROBINSON la sitúan en el 210 a. C. (1933 : 52-54) ; ROSTAGNI propone el
año 200 a. C. (1949 : 137 y 146). Un estado de la cuestión acerca de la datación y de las
agrupaciones a favor de una u otra fecha puede encontrarse en PARATORE (2003 : 33-40).
(12) Poetica 1450a1 ss.
(13) Ya ANDRIEU propuso que se aplicase el criterio de episodio y no el de acto en el
análisis de la estructura de las comedias – tal como intentamos hacer ahora – (1954 : 36-
65). Para abordar la diferencia entre ambas nociones y el valor de los distintas partes en
que se divide la acción dramática puede consultarse nuestro Diccionario del Teatro Latino
(2004 : s.v.).
(14) EVANTH., fab. 5, passim. Cf. también DON., de com., passim.
906 C. GONZÁLEZ VÁZQUEZ
mática el prólogo (v. 1-88) y el epílogo (v. 1012-1018), pues no los considera-
mos integrantes, respectivamente, de la prótasis ni de la catástrofe por la función
y el contenido específicos que tienen en esta comedia (15). En Casina el prólogo
es la parte que precede el comienzo del desarrollo del argumento teatral, repre-
sentado por un Prologus, personaje ajeno al resto del reparto que aparece en su
transcurso, con un cometido funcional y estructural claros : indicar los datos de
la comedia y del autor, ganarse la captatio beneuolentiae del público, informar
sobre los acontecimientos imprescindibles para la comprensión de la obra, soli-
citar la atención del espectador y, manteniendo la ruptura de la cuarta pared por
medio de llamadas continuas al espectador y de una elevada tensión humorísti-
ca, marcar el comienzo de la ilusión escénica con su despedida de escena. A esos
elementos convencionales Plauto añade en Casina otro en los versos finales del
prólogo : la colocación en un mismo plano de ficción a los personajes y al públi-
co (16), al que va introduciendo en la acción teatral antes del comienzo de la pri-
mera escena, pues le asigna el papel de “ciudadanos de Apulia” y transforma la
cávea en ese improvisado lugar (17) :
at ego aio id fieri in Graecia et Carthagini,
et h i c in nostra terra in <terra> Apulia (v. 71-72)
Por su parte, el epílogo supone el regreso a la existencia de la cávea, es decir,
a la conclusión de la obra y a la petición de aplauso. El plano de identificación
entre público y personajes de reparto donde terminó el prólogo no se retoma
aquí, sino que Plauto traslada a sus personajes a la realidad del espectador – reco-
rriendo el camino inverso –, transformando la ficción de la escena en verosimi-
litud del personaje-actor, que toma conciencia del final de su existencia como
personaje al término de la comedia. Así, unos versos antes Cleóstrata precipita el
final para no prolongar la comedia (v. 1006 hanc ex longa longiorem ne facia-
mus fabulam) y uno de los personajes, en nuestra opinión Calino (18), tiene como
pecto (Ars 153). Sin embargo, nos parece acertada la hipótesis de MONACO (1970 : 271-
272), quien demostró que no se produce cambio alguno en la métrica entre la cláusula
final de los epílogos y los versos precedentes de la última escena, con la excepción de
Amphitruo y Persa, por lo que es plausible que uno de los personajes que están en esce-
na pronuncie los versos finales al público, sin necesidad de que salga a escena un actor
disfrazado de cantor expresamente a cumplir esa función.
(19) Cf. nuestro DLT., s.v. titulus.
(20) El título de Casina parece posterior y motivado por las reposiciones de la obra,
conservado así en manuscritos y ediciones. Cf. GRISET (1965 : 178-179), LÓPEZ LÓPEZ
(1986 : 43-47), PUELMA (1989 : 467-476), QUESTA (2002 : 13-56) ; PARATORE (2003 : 42-
45).
(21) Para PARATORE (2003 : 61) ésta es una razón que induce a pensar que la escena
del sorteo sería la escena central en la comedia griega ; así, el hecho de que aquí no lo sea
es un indicio de la originalidad plautina respecto a su modelo. Por otra parte, esta come-
dia tiene lagunas en el texto conservado que no tienen por qué afectar al número total de
versos cuantificados ; según las ediciones filológicas de la obra los versos están mutila-
dos, por lo que es posible hacer una reconstrucción consecutiva de su lugar en el texto. En
cualquier caso, al proponer una estructura episódica es irrelevante la posición de un verso
concreto, sino su pertenencia al núcleo temático que participa en el desarrollo de la acción
dramática.
908 C. GONZÁLEZ VÁZQUEZ
Eso cree nuestro protagonista… y eso cree el público, pero Plauto nos tiene
reservada una sorpresa inesperada, que ha de llegar a partir de la epítasis y que
se anticipa precisamente en boca de Lisidamo (v. 343-344) :
Ita rem natam intellego :
Necessumst u o r s i s g l a d i i s depugnarier
Con esa escena, cuyo contenido se repite versos después cuando Lisidamo
hace sabedor del peligro a Olimpión (v. 751-752 gladium Casinam intus habere
ait, / qui me ac te interimat), se precipita la acción hacia la catástrofe, es decir,
hacia la boda y su consumación, momento en el que lo que Olimpión encuentra
bajo el vestido de la novia no será, precisamente, una espada de hierro (v. 907-
910) :
Ol.- oh, erat maxumum !
<ferrum ne> haberet metui : id quaerere occepi.
Dum gladium quaero ne habeat, arripio capulum,
Sed quom cogito, non habuit gladium, nam esset frigidus.
(22) Para ampliar datos sobre esta escena de paratragedia y su relación con Ennio, cf.
el fragmento de Andrómaca en la tragedia de Ennio (v. 81 ss. JOCELYN). Sobre paratrage-
dia, cf. THIERFELDER (1939 : 155-166), BLÄNSDORF (1996 : 133-151).
910 C. GONZÁLEZ VÁZQUEZ
Podemos comprender, pues, por qué el episodio que compone la epítasis es,
precisamente, el de la escena homosexual entre Lisidamo y su esclavo Olimpión,
que se sitúa en el epicentro de la comedia, cual bisagra que divide en dos la
acción cómica (v. 437-514). Y lo importante no es el sorteo – ubicado en la pró-
tasis que prepara la epítasis – sino los ganadores del sorteo, Lisidamo y Olim-
pión, los “sortientes” sobre los que recae el engaño de los restantes personajes y
la comicidad de la obra, protagonismo compartido con los otros participantes en
el sorteo (los otros “sortientes”), que prepararán y consumarán el engaño (23).
En nuestra opinión, esa epítasis en la que ambos hombres se abrazan, acari-
cian y besan es la escena de preparación del gran desenlace en el que, de hecho,
cada uno de ellos se acostará con un hombre. Calino – la futura novia – hace con-
tinuos comentarios en el aparte sobre la supuesta homosexualidad de sus futuros
“amantes”. Esta escena, en la tragedia (24), suele ir en el nudo de la acción –como
aquí- y suscitar una gran tensión y suspense, originando la peripecia, es decir, el
cambio de rumbo en la acción dramática. Así ocurre en nuestra comedia, pues
Calino ha asistido a toda la escena, averiguando las verdaderas intenciones de los
dos hombres, y decide frustrarlas. A partir de este clímax argumental, comienza
la catástrofe.
Antes de esa escena se sugiere la necesidad de luchar con una espada, se sus-
pira por la práctica sexual con una mujer y se produce el sorteo ; tras esa escena,
la “espada” hace su aparición, el anhelado sexo con una mujer se convierte en
quasi sexo con un hombre (reducido hasta donde el tacto pueda llegar), y los sor-
teantes asumirán nuevos papeles, desarrollándose por fin el metateatro, gracias
al cual el sexo queda vedado absolutamente, salvo en lo que se practique con el
tacto. Y en este sentido hay que interpretar también los versos iniciales en los que
Calino y Olimpión se pegan (v. 89-143), pues al final de la comedia Calino – ya
como “Cásino” – golpeará a Olimpión (v. 875 ss., especialmente 929-932).
Igualmente, esos mismos versos de la prótasis tendrán su responsión en la catás-
trofe, pues cuando Olimpión alardea ante Calino y le dice que hará relucir la
antorcha nupcial y le cuenta cómo gozará de los besos y del cuerpo de Cásina,
Plauto nos ha contado ya el final, sin que lo podamos sospechar, pues Olimpión
relatará cómo intenta en vano besar y acariciar a Calino, su recién estrenada
esposa :
(23) Así, no nos parece imprescindible proponer Casina como verdadero título de la
comedia, pace PARATORE : “l’unico titolo, il vero titolo plautino della nostra commedia
non è Sortientes, ma Casina, anche questo mutamento debe sottintendere una decisiva
alterazione nella struttura del modello” (2003 : 63).
(24) El periculum o la praeparatio corresponden con el gr. kíndunov, cf. EVANTH.,
fab. 4, 2.
CASINA DE PLAUTO, LA COMEDIA DE LOS SENTIDOS 911
epítasis
Homosexualidad [ peripecia]
g
(v. 437-514)
g
Sorteo/victoria espada/castigo
(v. 353-423) (v. 621 ss.)
golpes golpes
Calino/Olimpión. g Calino/Olimpión
Supuestos besos supuestos besos
g
Cásina/Olimpión g “Casino”/Olimpión
(v. 89-143) (v. 875 ss.)
prótasis catástrofe
(32) Cf. también v. 219 ss. : coquos equidem nimi’ demiror, qui utuntur condimentis,
/ eos eo condimento uno <non> utier, omnibu’ quod praestat.
914 C. GONZÁLEZ VÁZQUEZ
(v. 795 qui amat, tamen hercle, si essurit, nullum essurit). La cena se retrasa y
aumenta el hambre de Olimpión, que no pierde su esencia de mortal y se distan-
cia así del viejo enamorado, situación simultánea a la espera por la novia (v. 801
y 803-804 essurio hercle... tibi amor pro cibost /, mihi iaiunitate iam dudum
intestina murmurant).
Los pinches contribuyen al ayuno de nuestros dos hombres apagando el fuego
del hogar y rompiendo las marmitas, “compinchados” con las mujeres, resueltas
a dejar sin cenar a sus rivales pero, por el contrario, a saciarse ellas en esa cena
no compartida (v. 771 ss.) :
sed nimium lepide dissimulant, quasi nil sciant
... digne autem coqui
nimi ‘ lepide ei rei dant operam, ne cenet senex,
aulas peruortunt, ignem restinguont aqua:
… illae autem senem cupiunt extrudere incenatum (…)
ut ipsae solae uentris distendant suos.
nuevo personaje entra en escena : iam oboluit Casinus (33) procul (v. 814). Y a
pesar de que Cleóstrata insinúa la naturaleza masculina de la novia por el olor
que despide Calino, los futuros “maridos” no se dan cuenta del engaño... Idéntica
situación que sufrirá el espectador que no aplauda la comedia, quien puede
encontrarse también subido a un macho cabrío perfumado con estiércol en lugar
de una mujer, pues con este aviso finaliza la comedia, igualando Plauto por últi-
ma vez a público y personajes (v. 1017-1018) :
uerum qui non manibus clare quantum poterit plauserit,
ei pro scorto supponetur hircus u n c t u s nautea
El manto es otro hilo funcional de la comedia que evidencia la evolución del
personaje de Lisidamo. Cuando entra en escena enamorado, perfumado, feliz
hasta el encuentro con su esposa – quien, como se ha señalado, sospecha de él
por su buen olor- dice en un aparte : teneor. Cesso caput pallio detergere (v. 237).
La manera en que viste el manto corrobora las sospechas de su mujer (uide
palliolum ut rugat !, v. 245) y su ausencia cuando entra en escena sin él será
determinante para exponerlo al escarnio y a la vergüenza tras el engaño. Con la
progresión de la comedia se invierte la capacidad potestativa del viejo y el hallaz-
go de su superioridad por parte del esclavo, quien precisamente alardea de ves-
tir el manto cuando es consciente de su nueva situación : attat ! Cesso magnufi-
ce patriceque amicirier (v. 723). A partir de aquí Plauto convierte al amo en
esclavo de su esclavo, en un mundus peruersus en el que Olimpión desprecia a
su nuevo esclavo viejo (v. 733-741) :
Ol.- quid hic est homo ?
Ly.- eru’ sum. Ol.- quis erus ? Ly.- quoius tu seruo’s. Ol.- seruos ego ? (...)
Ly.- seruos sum tuos. Ol.- optumest ! Ly.- opsecro te,
Olympisce mi, mi pater, mi patrone (...) tuo’ sum equidem.
Ol.- quid mi opust seruo tam nequam ?
La falta del manto significa la pérdida de su posición como pater familias,
humorísticamente reflejada por Plauto con un hápax muy elocuente al respecto,
expalliatus sum miser ! (v. 945), y que aprovecha Cleóstrata : quod habuisti
pallium ?... responde, tuo quid factum est pallio ? (v. 975 y 978). La transfor-
mación del personaje de amo en esclavo que se había iniciado en el verso 737
tiene su expresión léxica en el vocabulario que emplea cuando sale a escena el
viejo, pues le preocupa el castigo físico que puede sufrir, característica propia del
esclavo de la palliata, además del anhelo por la salvación y la libertad (v. 950-
957) :
sufferamque ei meum tergum ob iniuriam (…),
ut inprobos famulos imiter ac domo fugiam,
(33) Cf. Questa para los problemas textuales de este verso (2003 : 51-53).
916 C. GONZÁLEZ VÁZQUEZ
Gusto, olfato, tacto y vista, hilos conductores que hacen de esta pieza una
comedia de los sentidos. Estos elementos funcionales tienen una ubicación tri-
partita en la comedia, adscritos a posiciones concretas, en la prótasis y en la
catástrofe :
mitad final
(v. 437-514) (v. 937-1011)
a) v. 114-164 sexo/comida v. 720 ss. sexo/comida
v. 217-278 sexo/comida v. 773 ss. sexo/comida
v. 795 ss. ayuno/abstinencia
v. 855 comida/abstinencia
b) v. 226, 227, 236 olent v. 555 subolet v. 814 obolet
v. 266, 277 subolent
c) v. 237, 245 pallium v. 934, 945, 978, 1009 pallium
En el último verso se proclama la frustración del sexo utópico, que colea por
toda la comedia. Es el lamento cómico de un hombre que pretendía casarse con
una mujer ; pero que, como mujer, se “casó” con dos hombres, y, aún así, “duo-
bus nupsi, neuter fecit quod nouae nuptae solet !”(v. 1011)... ¿Podemos pensar,
acaso, que no es un destino trágico el que han soportado nuestros personajes
masculinos ?
III. Conclusiones. — Se puede proponer para esta comedia una cohesión interna
en la que cada elemento está engarzado con su pertinente responsión cómica, que
conforma la estructura dramática y vincula entre sí el argumento, los personajes
y los elementos dramatúrgicos de construcción teatral. En el diagrama siguiente
acaso pueda vislumbrarse mejor esa cohesión.
Ésta es una comedia de los sentidos, en los que el gusto, el olfato y el tacto
son utilizados por todos sus personajes, pero no la vista : y precisamente la falta
de visión de esos dos enamorados los aboca al desconocimiento, al error y, en
una comedia, al engaño por parte de los otros, y de ahí, al metateatro :
Epítasis (437-514) (“sortientes”)
Homosexualidad
Preparación de la comida
de boda
peripecia (510 ss.) : comida (cambio de rumbo en la acción)
sorteo preparación de la noche de bodas
(353-423) (531-620)