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Guerra Fria Segundos Medio Guia N 4

La Guerra Fría fue un período de tensión entre Estados Unidos y la Unión Soviética tras la Segunda Guerra Mundial debido a sus modelos ideológicos opuestos. Se formaron dos bloques: el bloque capitalista liderado por EEUU y el bloque comunista liderado por la URSS. Aunque nunca hubo un enfrentamiento directo, la carrera armamentista y conflictos en otras naciones aumentaron la tensión. La Guerra Fría finalizó en 1991 con el colapso de la Unión Soviética.
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Guerra Fria Segundos Medio Guia N 4

La Guerra Fría fue un período de tensión entre Estados Unidos y la Unión Soviética tras la Segunda Guerra Mundial debido a sus modelos ideológicos opuestos. Se formaron dos bloques: el bloque capitalista liderado por EEUU y el bloque comunista liderado por la URSS. Aunque nunca hubo un enfrentamiento directo, la carrera armamentista y conflictos en otras naciones aumentaron la tensión. La Guerra Fría finalizó en 1991 con el colapso de la Unión Soviética.
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LA GUERRA FRÍA (1947-1991)

Se denomina Guerra Fría a un período de tensión internacional


surgido después de la Segunda Guerra Mundial, que enfrentó a dos
superpotencias mundiales con proyectos ideológicos contrapuestos:
Estados Unidos y su modelo capitalista, y la Unión Soviética con su modelo
comunista.

Entre sus principales características, se pueden destacar:

• Conformación de un orden mundial bipolar. Estados Unidos y la Unión Soviética lideraron dos grandes
bloques de países que se alinearon a cada superpotencia: el bloque occidental, liderado por EE.UU., y el oriental,
liderado por la URSS. Cada potencia intentó extender su influencia a otras naciones, valiéndose de la intervención
política y militar, la presión económica, el espionaje y la propaganda. De esta forma, la Guerra Fría influyó aun en
aquellas naciones que no se alinearon a ningún bloque.

• Tensión permanente entre las superpotencias. Si bien nunca se enfrentaron de manera directa, existió una
tensión constante entre ambas. Los momentos de máxima tensión se canalizaron en conflictos localizados como la
Guerra de Vietnam o la invasión soviética a Afganistán.

• Carrera armamentista. Tanto EE.UU. como la URSS tuvieron en la industria de armamentos, un soporte de sus
economías. Cada superpotencia realizó altísimas inversiones en la producción de armas, muchas de ellas con
tecnología nuclear. Las armas se convirtieron en una herramienta de disuasión política, pues cualquier
enfrentamiento directo entre las potencias habría desencadenado un conflicto con uso de armamento nuclear
altamente destructivo. El temor a una nueva guerra mundial con un apocalipsis nuclear marcó la psicología colectiva
de varias generaciones.

I LA FORMACIÓN DE LOS BLOQUES

1. El Bloque Occidental

• El “Plan Marshall”. EE.UU. asumió un rol preponderante en la


reconstrucción económica de Europa, a través del “Plan Marshall”(1947). Este
consistía en la entrega de préstamos a bajo interés, asegurando el liderazgo
estadounidense en la economía de la posguerra. Además, tenía como objetivo
restablecer el sistema democrático en Europa Occidental, apoyando la
reapertura y creación de partidos, la celebración de elecciones libres, etc. De
esta forma, pretendía evitar a toda costa la influencia comunista en esa zona.

• Creación de la OTAN (1949). La Organización del Tratado del Atlántico Norte tenía por objetivo garantizar la
defensa de los países firmantes del acuerdo ante una eventual amenaza militar. Entre sus países miembros se
destacan: Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Canadá, Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Italia, Noruega y Portugal.
Turquía y Grecia se unirán en 1952, mientras que Alemania Occidental lo hará en 1955, siendo el último miembro en
ingresar al pacto España, en 1982.

1
• Creación de un orden financiero internacional. Los Acuerdos de Bretton-Woods en 1944 sentaron las bases
del orden económico capitalista, a través de la creación del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional
(FMI).

Cabe destacar que Estados Unidos no sólo buscó formar lazos políticos y económicos con Europa. También
formó pactos con países de todos los continentes. Por ejemplo, el ANZUS (1951), el cual involucraba a Australia y
Nueva Zelanda, la Organización del Tratado del Sudeste Asiático (OTASE), firmada en 1954, y el Pacto de Bagdad, de
1955, que contaba con la participación de Pakistán, Irak, Irán, entre otros.

2. El Bloque Oriental

• La creación del COMECON (1949). El Consejo de Ayuda Mutua Económica se creó con
el objetivo de fomentar las relaciones comerciales entre los Estados socialistas y
contrarrestar la influencia económica norteamericana en Europa y el mercado mundial.

• El Pacto de Varsovia. Acuerdo de cooperación militar entre los países


pertenecientes al bloque socialista, que se estableció en 1955. El único país de Europa
del Este que no formó parte del pacto fue Yugoslavia, cuyo gobierno era contrario al
centralismo de URSS.

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II ETAPAS DE LA GUERRA FRÍA

1. Formación de los bloques (1947-1953). Este período se caracterizó por la conformación de los bloques en
conflicto y los primeros enfrentamientos localizados. Los mayores focos de tensión fueron: la división de Alemania
en dos Estados: la República Federal Alemana (RFA) bajo influencia de EE.UU. y la República Democrática Alemana
(RDA), bajo influencia soviética; y la Guerra de Corea (1950-1953). Este enfrentamiento se produjo entre Corea del
Norte (apoyada por China y la URSS) y Corea del Sur (apoyada por las tropas norteamericanas).

2. Coexistencia pacífica (1953-1975). Esta etapa se caracterizó por el inicio del diálogo diplomático entre ambos
bloques, favorecido por la muerte de Stalin (1953) y la postura del presidente estadounidense John Kennedy, y del
líder soviético Nikita Kruschev. Este período tuvo momentos de gran tensión, como la decisión del gobierno
comunista de la RDA de construir el Muro de Berlín (1961), que dividió a la ciudad y sus habitantes por casi treinta
años. También se produjo la Crisis de los Misiles en Cuba (1962), por la decisión de la URSS de instalar una base de
misiles en la isla, muy cerca de EE.UU.; este fue, quizás, el momento de mayor tensión de la Guerra Fría y se resolvió
por la vía diplomática.

Otro gran conflicto del período fue la Guerra de Vietnam (1964-1975), que enfrentó al régimen comunista de
Vietnam del Norte con Vietnam del Sur, cuyo gobierno autoritario intentaba impedir la unificación del país bajo el
comunismo. EE.UU. apoyó a Vietnam del Sur, enviando tropas a combatir contra la guerrilla comunista del Vietcong.

Por último, merece ser destacado la Primavera de Praga (1968), en la cual, el gobierno de Alexander Dubcek
fue derrocado por las fuerzas militares soviéticas, debido al intento de acercamiento hacia el bloque capitalista, por
parte del líder checoslovaco.

3. Rebrote de la Guerra Fría (1975-1991). Este período estuvo marcado por la crisis petrolera de 1973 y por el
arribo de gobiernos conservadores en EE.UU. e Inglaterra (Ronald Reagan y Margaret Thatcher, respectivamente). En
la URSS se evidenciaban signos del agotamiento del modelo y el gobierno de Mijail Gorbachov inició un plan de
reformas que permitió terminar con la Guerra Fría.

Uno de los conflictos del período fue la Revolución Sandinista en Nicaragua (1979), que derrocó a la dictadura
pro-norteamericana de Anastasio Somoza hijo. El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSNL) encabezó un
gobierno izquierdista, mientras EE.UU. apoyó al movimiento contrarrevolucionario. Otro conflicto fue la intervención
de la URSS en Afganistán (1979), con el fin de frenar la oposición de la guerrilla musulmana (apoyada por Estados
Unidos) al gobierno comunista de ese país.

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III LA DESCOLONIZACIÓN DE AFRICA Y ASIA

En forma paralela a la Guerra Fría, se desarrolló una ola independentista de las colonias que aún pertenecían a
las potencias europeas. Esto motivado por:

 Procesos mundiales: la Segunda Guerra Mundial


provocó la decadencia de los controles imperiales de
las grandes potencias sobre sus colonias. Durante la
Guerra Fría, ambas superpotencias se mostraron
proclives a la descolonización. Consecuentes con esto,
tanto los Estados Unidos como la Unión Soviética,
apoyaron en lo financiero y lo militar los
movimientos independentistas. La ONU también fue
partidaria de la descolonización.

 Los procesos internos, entre los cuales se cuentan: el


desarrollo de elites y burguesías nativas, deseosas de
acrecentar sus propios intereses; movimientos
culturales de renovación que enfatizaban las
tradiciones y los recursos nativos, en oposición a las
influencias europeas y a la herencia de los
movimientos nacionalistas de comienzo de siglo, que
habían prendido con fuerza en algunas colonias.

1. El mapa mundial de las liberaciones nacionales

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A) La emancipación asiática (1945 a 1955). Este
proceso culminó con la celebración de la
Conferencia de Bandung, en Indonesia, la que
dio origen al Movimiento de Países no
Alineados.

B) La liberación africana (1953 a 1975) El


movimiento independentista se masificó a
partir de la independencia de Marruecos en
1956, y de Túnez y Ghana en 1957. En 1960 se
independiza la mayor parte de los países de la
Región, completando este proceso el Sahara
español, hoy Sahara occidental, en 1976 y
Rodesia del Sur, hoy Zimbabwe, en 1980.

La descolonización permitió el nacimiento de nuevos Estados, los que inauguraron una categoría inédita en las
relaciones internacionales durante la Guerra Fría: no formaban parte ni del bloque capitalista ni del comunista. Junto
con los países latinoamericanos, pasaron a integrar el llamado Tercer Mundo.

IV LA CHINA COMUNISTA

Desde la década de 1920, China vivía una Guerra Civil que enfrentaba a las fuerzas
nacionalistas y a las guerrillas comunistas. Las fuerzas nacionalistas, apoyadas por EEUU,
fueron derrotadas por los comunistas liderados por Mao Zedong, lo que permitió la
creación de la República Popular China(1949).

A partir de 1953 se inició la construcción de un socialismo de estilo soviético,


extendiendo las colectivizaciones agrarias, desarrollando una política de industrialización y
una planificación económica rígida. El fracaso de estas medidas llevó a Mao a crear un
comunismo de base agraria, introduciendo en el año 1958 las comunas populares, unidades económicas que
combinaban tareas agrícolas e industriales y que debían ser autosuficientes. Esta política, conocida como el Gran Salto
Adelante, tuvo resultados desastrosos, pues entre otros efectos, provocó un desajuste productivo que derivó en
hambrunas que causaron la muerte de millones de personas.

En el ámbito político y cultural, el gobierno de Mao impulsó la Revolución Cultural. Este proceso, iniciado en
1956, fue una gigantesca campaña de represión contra los críticos del gobierno, llevada a cabo por los “ guardias
rojos”, que eran jóvenes comunistas ortodoxos. La Revolución Cultural implicó un proceso de mitificación de la imagen
de Mao y la realización de purgas que terminaron con miles de personas encarceladas o trasladadas a centros de
“reeducación” y trabajo.

A la muerte de Mao, en 1976, se abandonó la Revolución Cultural, se cuestionó la obra del líder y algunos de
sus colaboradores fueron condenados. Comenzó entonces un proceso de reformas económicas y de modernización
bajo la dirección de Deng Xiaoping, que permitieron la transformación económica de China, aunque sin modificar el
sistema político.

V AMÉRICA LATINA DURANTE LA GUERRA FRÍA

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EEUU, bajo la presidencia de Harry Truman, comenzó una ofensiva que
tenía como objetivo eliminar cualquier posible influencia soviética en
América Latina. Lo primero que hizo para lograrlo fue conseguir que los
gobiernos latinoamericanos rompieran relaciones con la URSS, lo que tuvo
gran éxito, ya que todos los países, a excepción de México, Argentina y
Uruguay, lo hicieron. La segunda tarea que se propuso fue presionar a los
gobiernos latinoamericanos para que proscribieran los partidos comunistas.
En Chile, bajo el gobierno de Gabriel González Videla, se prohibió el
funcionamiento del Partido Comunista con la Ley de Defensa Permanente de
la Democracia.

Truman se preocupó de formar una serie de alianzas con América Latina, con el objetivo de resguardar sus
intereses y evitar una posible intervención soviética. Un ejemplo de ello es lo que ocurrió en 1947 con el Pacto de Río,
en virtud del cual cualquier ataque a un Estado americano sería considerado una agresión, por lo que todos los Estados
se debían asistencia mutua. Se firmaron varios acuerdos como este, que permitían a Estados Unidos ejercer un control
cada vez más fuerte en la zona.

Sin embargo, la Revolución Cubana de 1959 desestabilizó los planes de Estados Unidos, que vio en este
gobierno comunista, apoyado económicamente por la URSS, una amenaza a su hegemonía. EEUU llevó a cabo una
serie de medidas para derrocar a Fidel Castro, entre ellas, el bloqueo económico. La presión estadounidense produjo
un giro en la política cubana, que se alineó a la URSS, hecho que derivó en el establecimiento de un gobierno
comunista.

La política estadounidense posterior a la Revolución cubana osciló entre la intervención y la contención. En


1961, Kennedy inició una nueva estrategia para tratar de frenar los movimientos revolucionarios, creando la Alianza
para el Progreso, que consistía en una colaboración económica y tecnológica para favorecer el desarrollo de reformas
sociales. La alianza implicó una inversión de 20 millones de dólares orientados a llevar a cabo reformas agrarias que
permitieran mejorar la productividad agrícola, el acceso a viviendas y a la educación. Con ello se buscaba mejorar las
condiciones de vida de la población, de manera de contener un posible estallido social que derivara en una nueva
revolución al estilo cubano.

A pesar de las ayudas norteamericanas, en la década de 1970, en América se instalaron gobiernos que
acercaron sus posiciones a la URSS. Por otro lado, Estados Unidos impulsó una serie de acuerdos militares con los
Estados latinoamericanos, para la formación de cuadros especializados en políticas de seguridad interior. Con este
propósito, comenzó a operar la Doctrina de Seguridad Nacional (DSN), basada en la supuesta existencia de “enemigos
internos”, lo que significó la persecución de grupos vinculados a ideas comunistas o revolucionarias. En diversos países
latinoamericanos, la DSN sirvió de base para la intervención de las fuerzas armadas en la vida política nacional.

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VI EL FIN DE LA UNIÓN SOVIÉTICA

La crisis económica de los años 70 va a poner de manifiesto la debilidad


económica de la Unión Soviética. Los enormes gastos militares, reflejo de la
superioridad e importancia que había alcanzado la industria armamentista, el
aislamiento económico y la crisis del modelo de producción basado en la industria
pesada, hacían imposible mejorar o al menos mantener las condiciones de vida de su
población y su rol como gran potencia mundial.

Así, la década de 1980 fue para la URSS y sus socios europeos un período de desmoronamiento de los
socialismos reales o burocráticos. En la medida que la URSS se debilitaba, iba perdiendo su capacidad de alinear a los
países que controlaba especialmente en la zona eurocomunista, los que paulatinamente fueron adquiriendo mayores
grados de autonomía y hacían ver su descontento y deseos de independencia con mayor fuerza.

Cuando Mijail Gorbachov asumió en 1985 la jefatura del PCUS, emprendió de inmediato un ambicioso
programa de descentralización económica y política, que incluía los siguientes aspectos:

a) Plan de reforma económica (Perestroika), que consistió en un plan de incentivos a la producción, fortalecimiento
de la industria liviana e incorporación de las nociones de mercado e iniciativa personal, con lo cual se pretendía
ampliar los niveles de consumo y promover una lenta apertura a la inversión extranjera.

b) Apertura política, orientada a lograr una paulatina democratización, acompañada de la Glasnost, un plan de
apertura o transparencia comunicacional y de mayor pluralismo que permitió el retorno de una serie de intelectuales
disidentes.

Abandonando la competencia militar, los recursos disponibles fueron destinados a reactivar la economía rusa.
Estas políticas fueron saludadas con beneplácito desde el exterior, y la figura de Gorbachov se transformó en un icono
del cambio y la renovación. Lamentablemente, este plan de reformas económicas generó una serie de desajustes al
interior del país, lo que ahondó aún más su crisis. El paso acelerado de una economía socialista a una de mercado
tuvo efectos catastróficos para la mayor parte de la población soviética; mientras que unos pocos se convertían
rápidamente en multimillonarios gracias al nacimiento de mafias que controlaban el mercado negro y la privatización
de empresas estatales, gran cantidad de familias debían vivir hacinadas en los komulka, habitaciones en las que los
inquilinos deben compartir la cocina y los servicios.

Con la apertura económica y política, se reactivan viejos conflictos étnicos, los nacionalismos se renuevan y las
repúblicas periféricas comienzan a luchar por su independencia. Lituania se transforma en la primera de las repúblicas
soviéticas que proclamaría su independencia. El movimiento de desintegración prosiguió con la independencia de las
repúblicas de Ucrania, Moldavia, Letonia, Azerbaiyán y otras.

Una oleada de revoluciones produjo, en 1989, el derrumbamiento en cadena de los regímenes comunistas en
los países de Europa del Este. El gobierno soviético permitió que se manifestaran libremente las fuerzas sociales en
lugar de movilizar las unidades militares de ocupación, como en Praga (Checoslovaquia) en 1968.

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Los sectores conservadores del partido, ante el desmoronamiento de la URSS, realizaron en 1991, un golpe de estado
fallido. El pueblo se movilizó para impedir el retorno al pasado. Tras el golpe, se suprimió el Partido Comunista y se
firmó el nacimiento de la CEI (Comunidad de Estados Independientes), conformado por Rusia y la mayoría de las
repúblicas que habían pertenecido a la Unión Soviética, todas ellas, ahora independientes, constituidas en estados
autónomos. A fines de 1991, Gorbachov dimitía de un Estado que ya no existía.

El sucesor de Gorbachov, Boris Yeltsin, implantó en Rusia un severo programa de reformas neoliberales, que
lentamente fueron imponiéndose en el país.

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