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Actividad de Aprendizaje 3 Responsabilidades Profesionales Docentes.

Descripción en donde se identifica y describe las responsabilidades de un docente respecto a los distintos actores con los que se relaciona.

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Descripción en donde se identifica y describe las responsabilidades de un docente respecto a los distintos actores con los que se relaciona.

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Módulo 2.

Actividad de aprendizaje 3. Responsabilidades profesionales del docente

En esta actividad deberás redactar un escrito, con una extensión de 2 a 3 cuartillas, en el que
identifiques y describas las responsabilidades de un docente respecto a los distintos actores con
los que se relaciona y justifiques la elección de cada una basándote en tu experiencia, valores y
ética profesional.

Responsabilidades profesionales del docente.

Hablar de la labor de ser maestro en tiempos actuales es un tema que ha venido causando
polémica, ya que su imagen se ha desgastado, parece que existe una campaña de desprestigio que
lo ha desvalorizado ante los ojos de la sociedad, es recriminado en medios tendenciosos como el
culpable de las crisis educativas que hoy vivimos. En antaño la labor docente era muy reconocida
y respetada, de tal manera que al principio y mediados del siglo pasado eran apreciados como
apóstoles de la educación, hombres y mujeres abnegados que iban a trabajar a donde la patria los
llamara, con muchas carencias y con humildes salarios, pero eso sí, con una gran vocación de
servicio para de educar a la niñez.

Hoy en día vivimos un mundo globalizado, competitivo, de crisis de valores, por ello
resulta un gran reto replantear la figura del maestro, con el objetivo que la sociedad revalorice
esta profesión vilipendiada y los maestros la ejerzan con más profesionalismo.

Para ello es necesario que todos los que se dedican a la educación replanteen la gran
responsabilidad que recae en sus manos para educar y transformar a las nuevas generaciones,
deben abrir los ojos y despertar de ese letargo que han caído o no se vuelvan tan reaccionarios
ante estos tiempos de convulsión magisterial, deben cambiar y retomar su plena vocación,
dedicación, preparación académica y la práctica de valores éticos, para que surja el maestro nuevo
del siglo XXI.

De aquí, que el presente escrito pretende replantear cuales son los elementos
primordiales en que descansa la responsabilidad profesional del docente, que no se agota en las
cuatro paredes del aula escolar, sino que trasciende los muros de su propia escuela proyectándose
a la comunidad que la rodea y quizás más allá.

Por todo lo dicho anteriormente, el docente debe partir primordialmente de la reflexión


sistemática de su propia practica educativa. Entendido esto como la toma de conciencia, de que es
necesario, adoptar una posición reflexiva y autocrítica sobre el propio trabajo, a fin de reconocer
aquellos puntos sobre los que es obligatorio proceder para lograr una mejora progresiva de la
enseñanza-aprendizaje.

Como indican Godino y Batanero (2009), el valor de la reflexión sobre la experiencia como
un medio para estimular el aprendizaje ha sido destacado desde hace varias décadas. Schön
(1983) describió la reflexión como “una continua interacción entre el pensamiento y la acción” (p.
281); y describió al “práctico reflexivo” como la persona que “reflexiona sobre las comprensiones
implícitas en la propia acción, que las hace explícitas, las critica, reestructura y aplica en la acción
futura” (p. 50).

Asimismo, es también tarea importante construir relaciones profesionales y de equipo con


sus colegas suscitando el dialogo en torno a las problemáticas educativas de la escuela, y sobre
todo participar en reuniones de consejo técnico consultivo en las que intercambie experiencias
para perfeccionar la práctica docente y/o proponer soluciones a situaciones que –sin ser
propiamente académicas – afecten el aprovechamiento y el buen desarrollo de los educandos.

En cuanto a los alumnos el docente debe asumir una responsabilidad orientada a


fortalecer logros y disminuir debilidades, revisar constantemente el aprendizaje, elaborar
estrategias didácticas acordes a las necesidades educativas, evaluar habitualmente [diagnóstica,
formativa y sumativa] los progresos de los alumnos y registrarlos en gráficos, darlos a conocer a la
comunidad escolar: alumnos, padres y/o tutores y utilizarlos para retroalimentar. Aunado a esto
ofrecer orientación en cuestiones de índole personal cuando el alumno muestre evidencia de
conflicto emocional.

Por lo que se refiere a sus relaciones con padres de familia estas siempre deben
conducirse con respeto, amabilidad, siempre dispuesto al dialogo, sin distinción de religión,
posición social, económica, predilección política, sexual, raza, etc. El mismo trato conviene
fomentar a toda la comunidad educativa: autoridades, maestros, personal de intendencia,
alumnos, mostrando cortesía en todo momento. Dadas estas buenas relaciones dentro y fuera de
la escuela tendrá un ambiente sano y productivo de trabajo, alejado de conflictos y si estos se
presentaran contará con el carácter para resolverlos.

Otras de las responsabilidades esenciales que el docente debe asumir es una permanente
actualización de sus saberes y atender a las necesidades de su formación, tener un sentido crítico
de lo que lo rodea, ser diestro en utilizar las tecnologías de la información para un mejor
aprovechamiento de sus clases y desempeño como profesional. Dominar los contenidos y materias
de su nivel educativo y que utilice estrategias de enseñanza adecuadas para facilitar en los
alumnos sus procesos de aprendizaje. Sumado a esto, tener lo conocimiento sobre la nueva
reforma educativa, de las políticas vigentes y las nuevas normatividades, leyes y reglamentos.

Para concluir este tema sobre las responsabilidades profesionales del docente debo decir
que estas no solo queda supeditada al trabajo del aula o de su propia escuela, sino que se extiende
aún fuera de su horario laboral y del espacio de la institución misma, ya que con anticipación debe
preparar sus clases, debe ser ejemplo en su comunidad con un adecuado comportamiento, llevar y
proyectar una vida sana, alejado de vicios y mala conductas, tener buenas relaciones con la
comunidad donde vive y trabaja. Esto también implica colaborar con las familias en un marco de
respeto y práctica profesional para dar orientación sobre situaciones problemáticas, educativas o
sociales, y a la vez participar en las actividades que la colectividad organice, en medida de sus
posibilidades, siempre y cuando tengan un fin cultural o fomente las buenas costumbres y
relaciones.  Y solo así, cumpliendo con entrega, responsabilidad profesional y amor por esta labor
tan noble que es educar a la juventud, surgirá el maestro nuevo del XXI, valorado y estimado por
toda la sociedad, transformador y formador del sueño de un México mejor.
------

Referencias

Godino, J. D. (2011). Indicadores de la idoneidad didáctica de procesos de enseñanza y aprendizaje


de las matemáticas. XIII CIAEM-IACME, Recife, Brasil.

Schön, D. (1983). El profesional reflexivo: ¿Cómo piensan los profesionales en la acción? New
York, NY: Basic Books.

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