CONGRESO DE REFORMAS CONSTITUCIONALES
“RETORNO A LA BICAMERALIDAD EN EL PERÚ”
EXPOSITOR: DR. ALBERTO BOREA ODRÍA
El Dr. Alberto Borea Odría nos habla sobre la necesidad de la bicameralidad en el
Perú, sostuvo que el control político es parte de la democracia y del equilibrio en
las relaciones que debe existir entre los poderes del Ejecutivo y Legislativo,
además, añadió que dicho control “es muy necesario” y debe ejercerse con mucho
sentido de responsabilidad.
La restitución de la Bicameralidad en el país fortalecerá el control político y el rol
fiscalizador del congreso, y, además, pondría freno a la gran cantidad de decretos
de urgencia que emite el Ejecutivo, opinó el constitucionalista. “Entre los decretos
de urgencia y la delegación de facultades legislativas, el gobierno se convierte en
el principal legislador del país, en cualquier periodo, y como no hay control del
Congreso, la situación empeora”.
El Parlamento tiene la posibilidad de estar integrado por una o dos cámaras. Si se
habla del primer caso, se afirma que se trata de un Sistema Unicameral,
lógicamente, se refiere a aquel constituido por una sola cámara, a la cual le
competen todas las funciones; y si se habla del bicameralismo, se le define como
aquel país en donde la organización política de un país otorga competencia a dos
cámaras y, por tanto, potestad de dictar las leyes; de forma contraria a lo sucedido
en el Sistema Unicameral, donde la facultad le corresponde a una sola cámara.
Las dos Asambleas del Poder Legislativo generalmente están integradas por un
número específico de representantes populares, y la forma adoptada varía de
acuerdo con el régimen constitucional y la organización política y democrática del
país.
En el Perú, específicamente en el Congreso de la República, se habla de un
Sistema Unicameral desde el momento en que se dio el autogolpe de Estado el 05
de abril de 1992, mediante el cual el expresidente Alberto Fujimori, disolvió el
congreso; dicho parlamento se encontraba constituido por 120 congresistas
inicialmente y a partir del 28 de julio del 2011, por 130 congresistas, elegidos por
múltiples distritos para un periodo de cinco años, coincidiendo con el periodo
presidencial; este sistema ha generado numerosas controversias, muchos estiman
que es un sistema ineficaz; sin embargo, la realidad no siempre fue esta, ya que
anterior a esta Constitución, el Perú poseía un parlamento bicameral, constituido
por 60 senadores y 180 diputados, y al cual, según muchos autores, deberíamos
regresar, es por ello que en la actualidad, a través de un Proyecto Ley de Reforma
Electoral y Constitucional presentado por el Poder Ejecutivo, se propone el retorno
a la Bicameralidad y la eliminación del voto preferencial, entre otras, pero en el
presente trabajo, nos enfocaremos en la primera propuesta, comentada y
desarrollada por Alberto Borea, uno de los simpatizantes hacia esta misma, quien
nos explica el hecho histórico a través de la experiencia nacional y la necesidad de
un Parlamento Bicameral sustentándolo bajo diversas razones, siendo importante
resaltar, lo que propone el Poder Ejecutivo es contar con 100 diputados (Cámara
Baja), elegidos en listas cerradas y bloqueadas, representantes de las regiones; y
30 senadores (Cámara Alta), elegidos por distrito único, que sean mayores de 45
años; quienes, se espera, trabajarían conjuntamente para asegurar una mejor
representación de los intereses de la población.
La Bicameralidad, según Alberto Borea, constituye en esencia el respeto por la
representación nacional y el correspondiente equilibrio. Asimismo, debemos
considerar que la función de representación tiene importancia para expresar
públicamente, y dentro del aparato del Estado, todas las opciones políticas más
significativas, de esta forma el bicameralismo como organización legislativa es una
alternativa positiva y democrática que permite un régimen presidencial atenuado
ante el desmesurado presidencialismo que ha caracterizado a regímenes políticos
anteriores muy dados a centralizar intensos poderes con limitados controles.
Sostiene que una Cámara de Senadores congregaría a los grandes gestores del
sistema político de largo alcance, para evitar que ese poder del Estado actúe solo
bajo los “reflejos o circunstancias del momento” y que siga una verdadera
dirección política con visión de futuro.
Como conclusión, podemos afirmar que la bicameralidad o unicameralidad se
encuentran entendidas como posiciones que básicamente otorgan una forma o un
modelo de estructuración del parlamento, y que lógicamente, han estado o están,
a menudo confrontadas.
Por lo que, ambas posiciones son irreconciliables, no es posible contar de forma
simultánea con un parlamento bicameral y unicameral, son estructuras
mutuamente excluyentes; por lo que el poder constituyente, genéricamente el
Gobierno, tiene que optar, al momento de diseñar el orden constitucional
parlamentario de un determinado país.
En nuestro país la comunidad académica no ha estado exenta de densos y agrios
debates en torno a la bicameralidad o unicameralidad, como sistema
parlamentario que pueda engarzar mejor con nuestros intereses comunes
nacionales, los diversos enfoques que posee cada sistema le otorgan virtudes y
defectos, que junto con las experiencias como país han ido formando diversas
ideas acerca de los beneficios y perjuicios de cada uno de ellos.
La posición final del Dr. Alberto Borea Odría reafirma la necesidad de un
parlamento bicameral, más allá de los costos que pueda generar, le otorga un
estado de fundamental para la democracia porque permitirá tener un Senado que
garantice una discusión política seria, cuyo fin se puede definir como el de
congregar a los grandes gestores del sistema político de largo alcance, para evitar
que ese poder del Estado actué solo bajo las circunstancias del momento y que
siga una verdadera dirección política con visión hacia el futuro, para que de esta
manera, nuestros intereses o necesidades como población, puedan estar debida y
correctamente reflejados en nuestros representantes; sin embargo, el hecho de
que exista una política o un parlamento bicameral no otorga una garantía total de
una mejora en el desempeño de este poder del Estado, ya que además de ello,
debe de estar acompañada con diversas reformas en los diversos sistemas
políticos; nos obliga a impulsar otras reformas políticas vinculadas básicamente a
la consolidación del Sistema de Partidos, y para ello es necesario asegurar
diversos aspectos, insiste en la idea de la necesidad de una segunda mirada, una
segunda cámara que permita la contraposición de una decisión y adopte una
postura diferente a la propuesta por la primera, aunque pueda tratarse incluso, que
ambos sean parte de un mismo partido político; se remite al hecho de que
estamos en un mundo en donde al ya tomar una decisión, es bastante difícil decir
lo contrario, aunque se quiera.