UNIVERSIDD PEDAGÓGICA NACIONAL “FRANCISCO MORAZAN”
(UPNFM – S. P. S.)
Espacio Pedagógico
Filosofía Educativa
Catedrático
Lic. Cristian Santos Natarén
La relación de la filosofía general con respecto a la filosofía de la educación
Elaborado Por
Nombre Registro
Andrea Michelle Galeas Niño 0501 1995 04022
María Edith Perdomo García 1620 1997 00095
Ruth Abigail Cordón Valdés 0511 1999 01392
Erik Onill Rodas Gutierrez 1809 1995 00171
Jeffry Yalil Paredes 1804 1990 04164
Mariel Castro 0107 1987 03420
Wilmer Lindolfo López Ochoa 1804 1986 04919
San Pedro Sula, Cortés; 07 de Junio de 2017
INDICE
1. La filosofía en general y la filosofía de la educación………………………….5
1.1 filosofía general……………………………………………………………….…5
1.2 filosofía de la educación…………………………………………………….….6
2. Filosofía de la educación y teorías educativas…………………………….….7
3. Las teorías educativas y prácticas educativas……………………………..…10
4. Papel de la filosofía de la educación…………………………………………..11
5. Etapas en el desarrollo histórico de la filosofía de la educación….……..…16
Conclusiones……………………………………………………………………..21
Anexos…………………………………………………………………………....22
Bibliografía………………………………………………………………………24
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LA RELACIÓN DE LA FILOSOFÍA GENERAL CON RESPECTO A LA
FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN
En las últimas décadas hay una creciente discusión acerca de la filosofía general en relación
a la filosofía de la educación, de sus propias conceptualizaciones, sus teorías educativas y
prácticas educativas, así como el papel de la filosofía de la educación y las etapas en el
desarrollo histórico de la misma.
Las razones son varias y su planteamiento exige una perspectiva histórica desde
bibliografías antiguas como recientes de la siguiente visión panorámica:
La conceptualización de la filosofía general y la filosofía de la educación
Relación entre las teorías educativas y la filosofía de la educación
Relación de las teorías educativas y las prácticas educativas en cuanto a la filosofía
de la educación
El papel que juega la filosofía de la educación
Las etapas que ha desarrollado en la historia la filosofía de la educación
A través de estos seis cuestionamientos puede verse aflorar de diversos modos la relación
que se da de la filosofía general hacia la filosofía de la educación o mejor conocida como la
filosofía educativa, siendo este punto de partida de cualquier reflexión educativa.
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Y por ello, se plantea como objetivo general lo siguiente: Conocer la relación de la filosofía
general con respecto a la filosofía de la educación. Por consiguiente, se desprenden tres
objetivos específicos los cuales se describen a continuación:
1. Comprender el aporte de la filosofía general como el estudio de las teorías educativas.
2. Hacer explicita la presencia y contribución de la filosofía general en relación a la
filosofía de la educación.
3. Apreciar el alcance y la relevancia de las teorías y prácticas educativas, situando
críticamente la relación de la filosofía general con respecto a la filosofía de la
educación.
Actualmente vivimos en un contexto social en donde la carencia de los valores morales esta
por los suelos dicho esto de una forma coloquial, ahora la importancia de un bienestar
económico, político y social; es lo importante del ser humano.
El hombre siendo el ocupante de un puesto central en la naturaleza, con un destino
denominador y transformador de esta, admitiendo al mismo tiempo, sus rasgos históricos
progresivos en el tiempo, en ella se impondrá el criterio de la razón.
Es por ello , que en el presente se necesita la filosofía en la educación , principalmente para
llevar al ser humano a pensar, razonar y a reflexionar y así llevar a lo que realmente necesita
el ser humano, y no lo que hicieron creer que es necesario para él. Siendo ello la relación de
la filosofía general con la filosofía de la educación.
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1. LA FILOSOFÍA EN GENERAL Y LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN
1.1 Filosofía general
La filosofía general, es una ciencia (conocimiento de las cosas por sus causas, de lo
universal y necesario), que se viene practicando, desde la época de los griegos o era clásica.
Fueron ellos, quienes comenzaron por primera vez, a realizarse preguntas profundas por
todo aquello que los rodeaba. Por lo mismo, los primeros atisbos de filosofía, se vieron en el
campo de la naturaleza.
“La filosofía es la ciencia que estudia las causas supremas y principios primeros”.
(Aristóteles).
De lo anterior se dice que la Filosofía general surgió como una actividad intelectual, que
consiste en detenerse a “ver” por una segunda vez. Esa pausa es para ejercitar el “mirar”
intelectual, es decir examinar racionalmente, pensar con detenimiento, interrogando aquello
que nos circunda, que nos afecta, que nos asombra o que nos amenaza. Se dice que la
filosofía general apareció con el descubrimiento de la naturaleza, es decir, que hay algo que
rige todos los fenómenos naturales.
La actitud filosófica inicial consistió en interrogar aquello que se nos entrega como realidad,
es un dudar inicial con el cual se somete a un examen crítico para buscar el principio con el
cual se puede dar razón del cambio y del reposo, de la apariencia mudable y de la esencia o
leyes que rigen los fenómenos.
La gracia de la filosofía, es que esta se hace preguntas últimas. O sea, por aquellas que van
en la búsqueda del sentido final, de las cosas. Así, tiene una finalidad, para quienes desean
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ampliar sus conocimientos. No debemos olvidar, que el conocimiento, es poder. Asimismo,
no hay que olvidar, que existen ramas de la filosofía, como la ética, que se estudian con un
fin práctico. La ética que se estudia, para mejorar mi actuar frente a la vida.
1.2 Filosofía de la educación
Según Brenes, E. y Porras, M., (2007) afirman que la Filosofía de la educación es un saber
filosófico, es decir, "última”, abstracta y universalizarle en la educación. Igualmente, reafirma
que la variedad de sistemas filósofos trascienden en la investigación filosófica sobre
educación, siendo esta, un objeto determinado par la aplicación filosófica.
La filosofía de la educación es una disciplina relativamente moderna que estudia el fenómeno
educativo y las teorías sobre el mismo desde una perspectiva racional, con el deseo de
ofrecer una explicación ultimaría sobre la educación humana.
Ferrater Mora desde un enfoque del fin de la educación normativo, define el objeto de la
Filosofía de la Educación como “…el examen de los fines de la educación” (Ferrater.1941,
p.25).
Este autor señala que la filosofía de la educación tiene la misión de estudiar el
comportamiento de la educación a la luz de las leyes filosóficas que regulan el desarrollo de
la sociedad; le brinda a las Ciencias de la Educación y demás disciplinas particulares que la
conforman, concepciones generales y abstractas acerca del fenómeno pedagógico y de su
aparato categorial.
Se observa que la tendencia a considerar sobre la filosofía de la educación se puede
encargar de los fines y funciones de la educación, como forma de reflexión crítica y
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justificación de los propósitos de la educación. Es el conocimiento contemplativo, sistemático,
universal y último de la educación.
2. FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN Y TEORÍAS EDUCATIVAS
Algunos especialistas marcan una diferencia en lo que consiste una teoría educativa y una
filosofía de la educación, para ellos una teoría educativa es un cuerpo de doctrina científico que
orienta a los educadores y reserva para lo que consiste la filosofía de la educación, reflexiones
que fundamentan toda la práctica educativa y aun el mismo uso de doctrinas científicas. Entre
unos de los especialistas que hablan del tema tenemos a García Amilburu y García Gutiérrez,
quienes dicen, y los sito: “la teoría de la educación le corresponde estudiar la educación desde
un punto de vista predominantemente factico, mientas que la filosofía de la educación lo hace
desde uno más interpretativo “
Ahora bien, han surgido muchas interrogantes de lo que significa una filosofía de la educación,
de una manera más concreta podemos responder a esta interrogante: equivale a tener,
previamente, una concepción del mundo y de la vida, y obviamente, la traducción de dicha
concepción es una forma concreta de vivirla. Este implica entonces, más allá de una visión de
las cosas, actividades y valoraciones entre ellas. Partiendo de esto entendemos que el sentido
de que el intento de toda filosofía es comprender, y esto tiene que ver, por razones obvias, como
hacer algo familiar algo que en algún sentido y de alguna manera nos resulta lejano. La filosofía
es entonces una curiosidad dentro de una soberanía incuestionable, con la que queremos
afirmar que es el intento humano de entender, justificar, dar razones, explicar y pensar los
grandes enigmas de la existencia humana.
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Particularmente, una filosofía de la educación es el esfuerzo por alcanzar un saber totalizador y
no parcial del fenómeno educativo y sobre este estudio lleva a cabo la creación reflexiva, por
ejemplo: al filósofo de la educación no le competen preocupaciones tales como la incidencia de
la capacidad auditiva o visual sobre el aprovechamiento escolar, puesto que esta tarea
pertenece a la psicología del aprendizaje.
Destacando el tema sobre las teorías educativas podemos mencionar que estas se clasifican en
dos clases: las descriptivas y las prácticas que intentan proporcionar concejos con respecto a
lo que deberían hacer los sujetos en la práctica educativa. Estas teorías educativas prácticas se
subdividen en teorías de la enseñanza de alcance limitado, como la que consiste en que el
maestro debe verificar que cualquier nuevo contenido implementado en clase debe ser tema que
el alumno ya conozca; y en teorías generales de la educación o de mayor alcance, como la que
proporciona que la educación debe incentivar al desarrollo de las potencialidades del alumno o
la que afirma que se debe preparar al estudiante para el trabajo.
Si bien sabemos que a la teoría de la educación le compete estudiar qué es la educación
fenomenológicamente, del mismo modo que la filosofía de la educación ha de decirnos qué es
esencialmente. Una y otra quieren explicar qué es la educación; pero mientras la Filosofía de la
educación opera con presupuestos metafísicos (la comunicabilidad del saber, la perfectibilidad
humana, las nociones de cualidad y hábito, etc.), la Teoría de la Educación abarca temas más
inmediatos e intuitivos: el concepto de educación, el acto educativo, la relación educador-
educando, Los condicionamientos de la educación, sus límites, etc.
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A modo de ilustración se ofrece el siguiente esquema, en el que constan los principales campos
propios de la Teoría de la Educación y de la Filosofía de la educación, y que muestra tanto los
ámbitos diferenciales como los comunes.
La Filosofía de la Educación se ocupa sólo de aspectos esenciales de la Educación, mientras
que la Teoría de la Educación recoge aspectos más existenciales o circunstanciales. La segunda
quiere explicar qué es la educación y el educar, mientras que la primera, además de esto
pretende fundamentar filosóficamente la actividad educativa.
En unos aspectos, la Filosofía de la educación forma parte plenamente de la Teoría de la
Educación; pero en otros, tiene un campo relativamente suyo, pues se ocupa más o menos
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remotamente de elaborar unos fundamentos para la educación y ejercer en la práctica dichos
fundamentos
3. LAS TEORÍAS EDUCATIVAS Y PRÁCTICAS EDUCATIVAS
Muchos libros de texto contemporáneos dan por supuesto que la cuestión de los objetivos y
los métodos de la investigación educativa puede solventarse por referencia a los objetivos y
los métodos de las ciencias ya consagradas.
Lovell y Lawson, por ejemplo, en su libro sobre el entendimiento de la investigación
educativa, mantienen que «los objetivos de la investigación en educación son los mismos de
las ciencias en general» mientras que el conocido texto de Travers postula que la
investigación educativa es «una actividad orientada a desarrollar un cuerpo organizado de
conocimientos científicos». «Cuando se aplica el método científico a los problemas de la
educación -dice Ary-, el resultado es la investigación educativa.»
De manera similar, son numerosas las interpretaciones filosóficas de la naturaleza de la
«teoría educativa» que empiezan por exponer las ventajas lógicas de las teorías científicas y
pasan a valorar en qué medida las teorías sobre la educación logran adaptarse a ellas.
Por ejemplo, D. J. O'Connor, en su influyente estudio sobre la cuestión, dice que la noción
científica de «teoría» suministra las normas de lógica «que nos permiten juzgar [...] cualquier
pretensión al título de "teoría", así como «valorar las diversas teorías que nos proponen los
autores en materia de educación». Se podría citar otros muchos ejemplos, pero no es
necesario. Casi nadie negará que se halle muy generalizada la convicción de que la ciencia
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suministra los métodos de indagación que debería buscar la investigación educativa para
estimularla, y que las teorías científicas aportan los criterios lógicos a los cuales deben
aspirar a conformarse las teorías educativas.
Por supuesto, resulta atractivo edificar la teoría educativa y la investigación educativa sobre
fundamentos científicos. A lo largo de los últimos siglos la ciencia ha proporcionado un
cuerpo de conocimientos acerca del mundo natural, permitiendo controlar el medio con
perfección cada vez mayor y resolver con éxito una serie de problemas prácticos en otras
épocas enmarcados por intratables.
Si la investigación educativa se lleva a cabo con los métodos de la ciencia, entonces
también será posible vencer los problemas aparentemente irresolubles de la educación y
obtener avances en la práctica. Y así como la ciencia permite controlar el mundo natural,
igualmente permitirá controlar la educación y convertirla en algo más congruente con las
necesidades de la sociedad y de los miembros que la conforman.
4. PAPEL DE LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN
¿Qué es la educación? ¿Cuáles son sus fines? ¿Educar es adoctrinar? ¿La libertad es
esencial en el proceso educativo? ¿Se parte de un concepto de hombre al educar?
No se irá más lejos de este esbozo de reflexión. Educar, en resumidas cuentas, es
imponerse: El padre al hijo, el profesor al discípulo, el alcalde al vecino, el ministro al
ciudadano, el catedrático al alumno, el médico al enfermo... La alternativa sería eludir tales
amenazas.
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No existe esa alternativa. Hemos nacido para ser educados, educandos y educadores. Y así
vamos tirando... (Fermoso Paciano, 1987). Como seres humanos, a partir del nacimiento se
ha formado parte de algo, de un todo estructurado que se ha venido marcando algunas
pautas de conducta que, de momento, no se cuestiona, únicamente se sigue.
¿Qué pasaría con el hombre que no sigue estas pautas de conducta? Se podría decir, para
empezar, que la educación ha sido el medio por excelencia para contribuir al desarrollo del
individuo en cada una de sus potencialidades (o al menos, parece ser que es lo que se
espera), aclarando que la educación no se limita al marco institucional en donde hay una
relación formal maestro-alumno, sabemos que este proceso trasciende, va más allá de las
aulas.
Inevitablemente, el individuo desde que nace y empieza a interactuar con los demás
comienza un proceso de socialización, se integra o pertenece ya a un grupo social que, en
primera instancia, es la familia. Este proceso de socialización no es suficiente, el hombre va
a ir construyendo su propia esencia, es decir, ahora ha entrado en un proceso de formación
humana que podemos llamar personalización.
Posteriormente, se encuentra el papel que tiene que desempeñar el medio educativo para
hacer que el individuo descubra y, posteriormente, viva sobre la base de su naturaleza
espiritual. La espiritualidad es exclusiva del hombre, es aquella cualidad que lo hace único,
místico, inmortal, porque se fundamenta en un algo que no cambia, que es inmutable, válido
para cualquier persona, independientemente del ámbito en el que se desarrolla. Esta idea
responde a la posibilidad de establecer acciones universales que se dirigen a la formación
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humana en su esencia, es decir, el brindar al individuo la oportunidad y los medios para
recorrer el camino de la perfección a través de la inteligencia y la voluntad, características
básicas en un concepto de hombre. Para Aristóteles el fin de la educación no pudo ser otro
que la consecución de la felicidad mediante la perfección virtuosa (Fermoso, 1987)
Retomando esta postura, que pertenece a la teoría perennialista, como base, más que el
pensamiento rusoniano que parte de la bondad del individuo considerando que la sociedad
es la que corrompe o degenera. Si la educación es vista a través de la filosofía, no se puede
entender como un acontecer espontáneo, natural, sino que es un fenómeno cultural porque
encuentra expresión en la espiritualidad del hombre. Es una acción dirigida conscientemente
hacia una meta que es alcanzar la perfección humana. El espíritu en el desarrollo de la
cultura se da cuando el hombre ha creado los medios para dominar la naturaleza ya que esto
le permite satisfacer las necesidades que son propias de su condición natural para,
posteriormente, volver su preocupación sobre sí mismo.
Todo sistema de educación está basado en una filosofía de la vida, es decir, todas aquellas
características dominantes de una civilización en todos sus aspectos, son parte de la
herencia social para las próximas generaciones, por tanto, no puede hacerse una separación
tajante entre filosofía y educación, aunque existen algunas corrientes que así lo señalan
como una necesidad. Entre estas posturas que niegan esta relación se encuentra la
interpretación científica, psicológica y pragmática (Fermoso, 1987), a las que se responde
que todo sistema educativo que quiera comprender e interpretar la verdadera naturaleza del
hombre ha de apoyarse en la filosofía y no sólo en la ciencia ya que hay una realidad que no
puede ser apreciada con los métodos de las ciencias naturales; de igual forma, la psicología
no constituye la fuente de conocimiento global respecto al hombre ya que éste no es sólo
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conducta y, la filosofía, otorga a la educación la noción de una conducta recta que no puede
brindar la psicología.
El ser está integrado de esencia y existencia donde la esencia es aquello por lo que se
distingue un ser de otro y la existencia es lo que da realidad a la esencia en el orden de los
seres realizados. El hombre es, por tanto, el soporte de la educación ya que podemos
concebir al hombre sin educación, pero no la educación sin el hombre. Ésta por ser forma
accidental no tiene materia propia, sino que tiene que darse en un sujeto ya constituido (De
la Mora, 1976)
La esencia de la educación le viene de la esencia del hombre. La educación es un ser del ser
del hombre. Y al tener como meta la formación del hombre no puede ser concebida sin un
concepto del mismo que indique a dónde se van a dirigir las diversas acciones.
El modelo insiste en la intramundanidad y trascendencia, en la intemporalidad y la
esperanza, en la dinámica auto realizadora, en la concepción realista de la vida y en la
integración de los saberes científico-filosóficos (Fermoso Paciano, 1987)
Planteado de esta manera el concepto de hombre, no se puede separar definitivamente la
educación de la filosofía, es el reconocimiento de la riqueza espiritual del ser humano que no
deja de desvincularse de una realidad, de su propia realidad que se halla constituida por un
cuerpo, no es sólo espíritu. Se ha desarrollado también dentro de un contexto histórico con
una herencia social. A su vez, no se puede partir de un hombre estático sino en constante
cambio, evolutivo.
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Por otro lado, su misma naturaleza humana lo hace ser defectivo, que tiende a aniquilarse
porque tiene la sensación de insuficiencia. Sin embargo, no se queda ahí, es un ser abierto
que se comunica con los demás seres que lo rodean y esta misma condición le es dada por
ser libre y esta misma capacidad de libertad es la que posibilita su desarrollo, el iniciar un
camino hacia la trascendencia.
Emilia Elías de Ballesteros (1976) habla del hombre como sujeto de la educación y muestra
un panorama amplio respecto a lo que se ha descuidado en la realidad de nuestro medio
educativo ya que aborda el problema del hombre que se refiere a la búsqueda continua e
incansable de la esencia peculiar del ser humano.
Este aspecto es importante porque no se está atribuyendo los conflictos de la educación a la
existencia de estructuras que no pueden ser modificadas, ni a una realidad sin futuro sino
todo lo contrario, la posibilidad de renovar y mejorar la práctica educativa partiendo del
desarrollo del propio docente que, al ser visto como sujeto poseedor de una historia, realidad
específica y, por supuesto, su espiritualidad, lo hace cambiar el rumbo que hasta ahora ha
significado temores, fracasos y muy limitadas posibilidades de acompañar al educando en su
proceso formativo. El hombre es un ser que puede llegar a conocerse mediante la
introducción en su propio misterio, encontrar comunicación con ese ser interno que el mismo
hombre teme, que no sabe si encontrará a sí mismo o no.
El docente se ve comprometido a iniciar y continuar una reflexión constante con el fin de que
no empiece a verse ajeno a la realidad educativa y, por consecuencia, que deje de luchar. Se
plantea una realidad actual muy desafortunada al afirmar que sólo una pequeña parte de los
maestros logra establecer un contacto directo con sus alumnos a través de una actitud
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interrogadora respecto a los anhelos, sueños, dificultades y circunstancias particulares que
están viviendo y que no deben ser algo que queda en segundo término.
Es muy cierto que para poder lograr la meta que nos proponemos al educar, para que
alumno alcance su máxima plenitud, sea primero descubrir al hombre que hay en él y no sólo
eso sino que empiece por descubrirse a sí mismo a partir de un proceso de auto-
conocimiento en donde el maestro deberá reconocer e identificar muchos aspectos que están
presentes en él y que no se ha percatado de ello y podrían estarle generando obstáculos
para él y sus alumnos.
5. ETAPAS EN EL DESARROLLO HISTÓRICO DE LA FILOSOFÍA DE LA
EDUCACIÓN
La filosofía de la educación se caracteriza por ser la rama de la filosofía que trata de la
reflexión sobre los procesos educativos vividos por el hombre, los sistemas educativos, la
sistematización sobre los métodos de enseñanza aplicados en clase y otros temas
relacionados con la pedagogía. Su ámbito principal es de entender la relación entre el
fenómeno educativo y cómo influye en el funcionamiento de la sociedad. Para definir la
Educación como objeto de conocimiento es necesario analizar los diferentes modelos de
evolución del conocimiento de la educación, porque mantenemos que este tipo de análisis
deben dar lugar a esquemas de interpretación que nos permitan comprender la diferente
consideración que el conocimiento de la educación tiene o ha tenido. Es decir, descubrir las
propiedades que nos permitan caracterizar los diferentes momentos de la consideración de la
educación como objeto de conocimiento.
La pedagogía general es para unos un saber científico, para otros saberes filosóficos.
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La Filosofía de la Educación no debemos confundirla con la disciplina de Teorías Filosóficas
de la Educación de la corriente marginal. El estudio filosófico no es un estudio normativo de
los fines (cosmovisión), sino que ahora, manteniendo la concepción de esta corriente, la
educación es un marco de referencia que se resuelve en términos de la disciplina
generadora, en este caso, la Filosofía como disciplina lógica, analítica, crítica o metafísica,
que interpreta la educación, respectivamente, como un problema lógico, lingüístico, crítico o
metafísico (Nordembo, 1979, Suchodolski, 1979; Ibáñez Martín, 1982; Quintana, 1982). Por
tanto, la Teoría de la Educación sería un tratado especial de filosofía, No se especializa la
tarea, 10 que se especializa es la disciplina. Su estructura disciplinar es la siguiente
(Touriñán, 1989, p. 12):
Al identificarla como Filosofía de la Educación, entendemos que o bien la Teoría de la
Educación desaparece o, de no desaparecer, tendría que ser entendida como «Pedagogía
Fundamental».
Según Moore la filosofía de la educación consiste básicamente en formular un comentario
crítico sobre la teoría educativa, y que ésta, a su vez, consiste en varias teorías con
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diferentes alcances y niveles de complejidad, que van desde teorías simples sobre
enseñanza hasta teorías a gran escala aliadas o asociadas con alguna posición social,
política o religiosa. En lo que sigue, intentaremos mostrar cómo las teorías generales de la
educación hacen surgir temas de interés filosófico, y cómo el filósofo de la educación puede
reaccionar ante dichas teorías. Es necesario precisar que es un tema de interés filosófico y
qué forma puede tomarla reacción del filósofo. Un “tema de interés filosófico” es aquel que da
lugar a preguntas de naturaleza conceptual, acerca de la relación entre dos o más variables.
Filósofos y pedágogos
Francis Bacon(1561-1626)
Filosofo inglés, con sus ensayos, en especial de la dignidad y
el adelanto del conocimiento, (1605); de la sabiduría de los
ancianos, (1609), y la obra de aumentis Scientarum
Juan Amos Comenio (1592-1670)
Fue un teólogo, filósofo y pedagogo nacido en la actual
República Checa.
SUS OBRAS
En total, sus obras ascienden a trescientas, de las cuales más
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de la mitad no han sido descubiertas. Los descubrimientos de
las obras de Comenio renacen a partir del siglo XIX por Juan
Kvacala, en 1931 le sigue el profesor Soucek de la
universidad de Brno, quién encuentra manuscritos en
Leningrado.
En Londres son descubiertas en 1933 las cartas que Comenio
escribió a su amigo Samuel Hartlib, este descubrimiento lo
hizo el profesor Turnbull de la universidad de sheffield; En
varías de esta cartas Comenio menciona su Didáctica Magna.
Es considerado el fundador de la pedagogía.
Johann Heinrich Pestalozzi (1746-1827), conocido en los
países de lengua española como Enrique Pestalozzi, fue un
influyente pedagogo, educador y reformador suizo, que aplicó
los ideales de la última Ilustración a la pedagogía
Marie-Jean-Antoine Nicolas de Caritat, marqués de
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Condorcet(1743-1794), fue un filósofo, científico, matemático,
político y politólogo francés.
En 1786, trabajó sobre el cálculo integral y las ecuaciones
diferenciales, mostrando un nuevo modo de tratar los cálculos
infinitesimales. Estos trabajos quedaron inéditos. En 1789,
publicó la Vida de Voltaire, en la que muestra la misma
oposición a la Iglesia que Voltaire.
Johann Friedrich Herbart (1776-1841), fue un filósofo,
psicólogo y pedagogo alemán. Herbart figuró como uno de los
personajes constituyentes de la agitación intelectual de
Alemania, esencialmente en lo que respecta a las primeras
décadas del siglo XIX. Con su obra un bosquejo para un
curso de pedagogía
CONCLUSIONES
De tal manera, si se corrigen los procedimientos de las investigaciones, tal
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vez se pueda encontrar objetos, teorías nuevas e incluso sistemas
educativos mejores.
En conclusión, más que importante es prioritario y necesario que se
involucre la filosofía (filosofía de la educación) en el sistema educativo para
los modos educativos y problemas en los centros.
Es fundamental que la educación extraiga y retome las tácticas de la
filosofía (filosofía de la educación) para resolver los rompecabezas de la
educación y ello se vea reflejado en las acciones de los estudiantes desde
nivel básico hasta nivel superior.
Los docentes, los pedagogos, los filósofos de la educación y todo aquel que
este dentro de las cuestiones educativas tiene que estar comprometido con
la educación para generar una transformación en la sociedad del ser
humano.
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ANEXOS
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BIBLIOGRAFÍA
Claudio R. Perdomo. (2002). Filosofía de la educación. Tegucigalpa
Friere, P. y De Quiroga, A. P. (1995). Interrogantes y propuestas en educación. Ideales, mitos y
utopías a finales del siglo XX. Buenos Aires: Siglo XXI
En defensa de la Filosofía de la educación>, en KILPATRICKW, H. y otros Filosofía de la
educación, Buenos Aires, 1946, Losada, p. 246).
Moore, T. W. (1987). Introducción a la filosofía de la educación. Traducción Francisco Cabrera
Ramos. México. Editorial Trillas
Moore, T. W. (1980). Introducción a la filosofía de la educación. Traducción Miguel A. Quintanilla.
Madrid. Alianza Editorial
https://www.scribd.com/doc/74018435/filosofia-de-la-educacion-moore
https://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=85089
http://www.monografias.com/trabajos16/juan-comenio/juan-comenio.shtml#ixzz4j4Kin4t6
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