CSJN, 15/03/94, Tactician Int. Corp. y otros c. Dirección Gral.
de Fabricaciones
Militares.
Buenos Aires, marzo 15 de 1994.
Considerando: 1. Que la sentencia de la sala I de la Cámara Nacional en lo Civil y
Comercial Federal, al revocar por mayoría la decisión de la instancia anterior, rechazó la
demanda deducida contra la Dirección General de Fabricaciones Militares por cobro de
ciertas comisiones correspondientes a tareas de intermediación en una compraventa
internacional de material bélico celebrada entre la República Argentina y la República
Islámica de Irán. Contra ese pronunciamiento la parte actora, vencida, interpuso el
recurso ordinario de apelación, el que fue concedido a fs. 149 y fundado a fs. 178/185
vta. La parte demandada contestó el respectivo traslado a fs. 190/197 vuelta.
2. Que el recurso deducido es formalmente procedente toda vez que se trata de una
sentencia definitiva, recaída en una causa en que es parte el Estado nacional argentino
-Dirección General de Fabricaciones Militares- y el valor cuestionado en último término
-el monto que constituyó el objeto de la pretensión actora- supera el mínimo legal
establecido en el art. 24, inc. 6°, apart. a, del dec.-ley 1285/58 (y sus modificaciones) y
res. 1360/91.
3. Que los síndicos de las quiebras de José A. Felipe Mondino y Martha Estévez
Fernández de Mondino y los apoderados de las firmas Tactician International
Corporation y Proveedores Argentinos de Equipos S.A. (ver ampliación a fs. 46/47)
reclamaron el cobro de U$S 895.699,70 y la fijación de un plazo para el cobro de U$S
342.930,73 -más la condena a abonar ese monto en la oportunidad determinada
judicialmente- en concepto de comisiones por intermediación en operaciones de
compraventa que fueron parcialmente canceladas o de cumplimiento diferido a pedido
del Ministerio de Defensa de Irán. La actora sostuvo que de común acuerdo entre
vendedor y comprador se canceló la operación por valor de U$S 8.957.000. y se dejó
pendiente la exportación de material por valor de U$S 3.429.312. No obstante esta
frustración parcial del contrato, los intermediarios invocaron su derecho a la percepción
de la comisión estipulada, puesto que el contrato se había celebrado y su retribución no
dependía de las vicisitudes en el cumplimiento de la compraventa.
La parte demandada admitió la relación de intermediación y el efectivo pago de las
comisiones -un porcentaje del 9,09 % del precio FOB del material vendido en favor de
Tactician International Corporation, sociedad registrada en Panamá y con sede en ese
país, y el 0,91 % en favor de Proveedores Argentinos de Equipos S.A., sociedad local-
correspondientes a embarques que no dieron motivo a controversia alguna. Sostuvo que
la Dirección General de Fabricaciones Militares no pagaba comisiones por mercadería
no entregada, esto es, por contrato no cumplido; argumentó que la actitud contraria
generaría en favor del intermediario un enriquecimiento sin causa. Consecuentemente,
pidió el rechazo total de la demanda.
A petición de la actora, consentida por la demanda, la causa se declaró de puro derecho.
4. Que el juez de la primera instancia estimó que el marco jurídico que regía las
relaciones entre actores y demandada era un contrato de corretaje, según el cual la
remuneración de la tarea de mediación dependía del acercamiento eficaz de las partes,
con independencia de la suerte que el negocio corriera una vez concluido. Puesto que la
actividad de los actores había sido exitosa, juzgó que la comisión se debía aun cuando el
contrato no se hubiese cumplido íntegramente por culpa de alguno de los contratantes
(art. 111, Cód. de Comercio). Con estos fundamentos admitió la pretensión de los
actores tal como había sido deducida, con los intereses devengados y las costas del
juicio.
5. Que al conocer del caso por apelación de la demandada, la alzada -tras hacer uso de
las facultades ordenatorias previstas en el art. 34 inc. 5°, Cód. Procesal- revocó la
sentencia y rechazó la demanda.
El razonamiento del a quo consistió en interpretar la voluntad de las partes a partir del
comportamiento prenegocial así como de la práctica seguida durante la ejecución del
contrato, para concluir que, en el "sub examine", las partes se habían apartado de
común acuerdo de los principios legales en materia de corretaje y habían subordinado el
derecho del intermediario al cobro de la comisión, al efectivo embarque del material
vendido y a la disponibilidad por vía bancaria del precio de la venta.
6. Que en su memorial de fs. 178/185 vta., la parte actora presenta los siguientes
agravios: a) la sentencia vulnera la declaración de puro derecho de fs. 64 vta. pues hace
mérito de hechos que no fueron propuestos ni por la actora en su escrito inicial ni por la
demandada en su responde; b) al ponderar la conducta pre-contractual y contractual de
las partes, la cámara incurre en el error jurídico de considerar la noción de operación
"concretada" como sinónimo de operación cumplida; c) la Cámara confunde el derecho al
cobro de la comisión con la oportunidad para su liquidación y forma de pago; d) el
tribunal se equivoca al apreciar el informe del art. 40 de la ley concursal presentado por
el síndico en la quiebra de Mondino, pues ese documento tuvo por finalidad indicar los
activos disponibles y no puede ser interpretado como una renuncia implícita del derecho
del intermediario; e) el caso versa sobre la intermediación en un contrato internacional y
la relación entre las partes también presenta elementos extranjeros, lo cual torna
implicables las exigencias del Código de Comercio nacional sobre inscripción y domicilio
de los corredores locales.
7. Que en primer lugar cabe señalar que el tribunal a quo no ha violado el principio de
congruencia -al ponderar circunstancias fácticas ajenas al "thema decidendum"- habida
cuenta de que la declaración de puro derecho no impide la dilucidación de los hechos
controvertidos a partir de las constancias agregadas en los autos y la subsunción de
tales hechos en el marco jurídico que el juzgador estime que corresponde al caso. Por lo
demás las partes consintieron la medida dispuesta por el tribunal a fs. 117 y no
formularon oposición en sus presentaciones de fs. 129/130 (actora) y de fs. 131/132
(demandada).
8. Que aun cuando en esta instancia la recurrente argumenta por primera vez sobre las
consecuencias que pudieran derivarse del carácter internacional del contrato que la unió
con la Dirección General de Fabricaciones Militares -y ello para responder a
manifestaciones del tribunal que no sustentaron el fallo- cabe señalar que los elementos
extranjeros resultan de las constancias del expediente y que su ponderación por el juez a
los efectos de subsumir la controversia en el marco jurídico que legalmente le
corresponde se halla implícita en el principio "iura novit curia". En el "sub examine" la
solución del conflicto de leyes no comporta modificación en cuanto al tratamiento
jurídico efectuado por el a quo. En efecto, el ejercicio de la autonomía material de la
voluntad en contratos de intermediación internacional es admitido por el derecho
internacional privado argentino que sólo subsidiariamente -y sobre la base de los
principios generales en materia contractual- designa la ley del estado en donde se
cumple la actividad del intermediario, es decir, en el caso, al derecho interno argentino
dado que las gestiones para colocar las órdenes de compra de la República Islámica del
Irán se llevaron a cabo por los actores en la República Argentina, ante la Dirección
General de Fabricaciones Militares (confr. Fallos: 270:151 -LL 130-422-; aplicación
analógica del art. 38, b, Tratado de Montevideo de Derecho Civil Internacional de 1940).
Una vez definido el marco jurídico, corresponde dilucidar los agravios de la actora.
9. Que antes de ser iniciado el presente litigio la demandada afirmó que Proveedores
Argentinos de Equipos S.A. (representante de Tactician Internacional Corporation) era
su representante de ventas en el exterior (copia, fs. 9). Por lo demás, las partes están
contestes en que a raíz de la intervención de la actora en el contrato de compraventa de
material bélico de que dan cuenta las cuatro órdenes de compra emitidas por la
República Islámica de Irán (detalle a fs. 9 y 12, estos autos; fs. 10, 14 y 75, expediente
administrativo 1084/89 D.G.F.M.), el Poder Ejecutivo Nacional aprobó la comisión
establecida en el art. 3° del dec. "S" 852/87 (fs. 72/74, expediente 1084), cuyo monto se
hallaba comprendido en el precio cotizado FOB puerto de Argentina por la totalidad del
material -tope máximo- que se autorizó exportar con destino a la República de Irán.
A pesar de que la denominación de "representante legalmente autorizado" hace pensar
en la existencia de un mandato comercial, pues la actora parecería autorizada a
representar a la demandada y a celebrar negocios por ella, el caso es que en el "sub
examine" la actora ha invocado la existencia de un contrato de corretaje (ver cita
jurídica, párr. VII de la demanda) y esta relación ha sido consentida por la Dirección
General de Fabricaciones Militares, la cual sostuvo que las partes en la operación de
compraventa habían sido la República Argentina y la República Islámica de Irán y que la
intervención del intermediario fue exigida por la simple necesidad del desenvolvimiento
de "toda operatoria comercial internacional" (fs. 78, expediente 1084). Agregó: "… la
comisión solicitada por el intermediario se acepta o se negocia, en base a las
características de la operación".
10. Que si bien se ha dicho que este corretaje internacional se halla regido por el
derecho interno argentino (consid. 8°), ello lo es en todo aquello en que las partes no
hayan negociado y pactado una configuración normativa especial, propia de su
particular relación. Tal es lo que precisamente ha sucedido en el "sub lite", en donde las
constancias del expediente forman convicción sobre la común intención de desplazar el
régimen previsto por el legislador en el párr. 2° del art. 111 del Cód. de Comercio,
norma que no reviste carácter internacionalmente imperativo.
11. Que de la propuesta de Tactician International Corporation del 3 de marzo de 1987,
transmitida a la demandada por Pradesa en nota del 16 de ese mes, y del conocimiento y
aprobación de las comisiones por el directorio de la demandada (ver resolución de junio
de 1987, en copia a fs. 11, resulta que las partes hicieron depender el derecho al cobro
de la comisión de lo que llamaron "operación concretada" (fs. 4/6, expediente
administrativo). Este concepto estuvo ligado no a la conclusión o celebración del
contrato -al acuerdo de voluntades- sino al cumplimiento de las prestaciones, y ello no
deriva de una confusión conceptual entre "devengamiento de la comisión" y "forma de
pago" sino de la común voluntad de los litigantes.
12. Que, en efecto, se pactó que la comisión debía ser efectivizada por los bancos
pagadores en cada oportunidad en que se liberasen los fondos de las respectivas cartas
de crédito (fs. 6, expediente 1084). Al ponderar esta forma de pago juntamente con la
autorización dada por el decreto nacional para la exportación de hasta un máximo de
material -a un precio cotizado FOB que incluía las comisiones-, se comprende que la
suma autorizada por decreto a pagar como comisión también revestía un carácter de
tope máximo y no de suma fija e irreversible. Las comisiones se devengarían según se
fueran cumpliendo los embarques parciales, precedidos de la disponibilidad del dinero
conocida por vía bancaria.
Esta intención de subordinar el derecho a la comisión al cumplimiento recíproco de las
prestaciones, se infiere de la práctica seguida a satisfacción de ambas partes respecto
de las comisiones pagadas sobre el valor FOB del material embarcado en siete
oportunidades (demandada, fs. 76/77, expediente administrativo; manifestaciones de la
actora en su escrito inicial), lo que constituye un dato relevante para desentrañar cuál
fue la inteligencia que comitente y corredor atribuyeron a la expresión "operación
concretada".
13. Que no hubo, pues, una renuncia implícita al cobro de la comisión sino un acuerdo
de voluntades que hizo depender el derecho a la retribución del intermediario del
efectivo cumplimiento de las prestaciones de la compraventa. Dicho en otros términos:
era la efectiva entrega del material según las disponibilidades de la Dirección General de
Fabricaciones Militares lo que determinaba el valor FOB a percibir por la vendedora
mediante la vía bancaria elegida, y generaba simultáneamente el derecho del
intermediario a cobrar la comisión consistente en un porcentaje del precio efectivamente
abonado.
Por ello, se confirma el fallo de fs. 134/143 vta. en cuanto fue materia de agravio. Las
costas de la tercera instancia se imponen a la recurrente, vencida (art. 68, Código
Procesal). C. S. Fayt. A. C. Belluscio. E. S. Petracchi. R. Levene (h.). A. Boggiano.