República Bolivariana de Venezuela
Ministerio del Poder Popular para la Educación
Unidad Educativa “Colegio Libertador”
Carora- Edo-Lara
La Silva Criolla
Francisco Lazo Martí
Estudiante: Kenia Sánchez
Profesor: José Mendoza
Año: 5 “B”
Carora, Marzo del 2020
Índice.
Introducción…………………………………………………………………. 1 pág.
Biografía de Francisco Lazo Martí……………………………………….... 2 pág.
Silva criolla…………………………………………………………………… 3 pág.
Características de la silva criolla………………………………………….. 3 pág.
Problemas en la silva criolla……………………………………………….. 4 pág.
Importancia de la silva criolla……………………………………………… 4 pág.
Aspectos fundamentales de la obra………………………………………. 4 pág.
Personajes de la silva criolla………………………………………………. 4 pág.
Ambiente en la silva criolla……………………………………………….... 5 pág.
Movimientos literarios de la silva criolla…………………………………… 5-8 pág.
Conclusión……………………………………………………………………. 9 pág.
Glosario de términos………………………………………………………… 10-12 pág.
Anexos………………………………………………………………………... 13-21 pág.
Introducción.
Es un poema considerado por los críticos del arte como el de mayor extensión,
con una elaboración muy cuidada. En donde el artista plasma sus sentimientos,
además de las dudas y valores éticos- políticos, dejando pruebas de su sabiduría
en cuanto al paisaje y los hábitos del llano; usando imágenes de la tierra, que
sensibilicen a su amigo bardo poeta que vive en la ciudad, insistiéndole para que
regrese a los llanos, tomando varios ejemplos a favor de la solicitud: la tristeza que
siente quien se encuentra lejos de su tierra de origen, el riesgo de avistarse
avergonzado ante los acaudalados , la ciudad pervertida, la dignidad personal
vendido al mejor postor.
En otras palabras esta “invitación”, pone de manifiesto el contraste entre el campo
con principios bien elaborados y una ciudad llena de corrupción y conflictos,
enmarcados en la época del gobierno de Cipriano Castro, régimen al cual El
combatía.
Su deseo era que su amigo fuera ese brazo amigo que ayudara con tareas
sociales a los desamparados, los humildes, los arruinados por el sistema político y
aun a los asesinados por Las guerras y las pestes que estas iban dejando, es
decir, buscaba que él no olvidara sus orígenes y enseñanzas.
Martí, en la Silva Criolla pone de manifiesto una estructura poética única, acoplada
armoniosamente en cuanto a juicios y argumentos.
1
Biografía de Francisco Lazo Martí.
Francisco Lazo Martí Médico y poeta, nació y se crió en el llano, por esta razón, no
es de sorprender que él poeta, prominente del nativismo criollo, haya alcanzado
una completa filiación con ese panorama, transformado gracias a su obra, en
el contorno representativo de Venezuela. Considerando la historia y
economía que para aquella época contenía la población de Calabozo aclara
además que Lazo Martí haya ejecutado en ella sus estudios, se haya avivado
como trovador en la mocedad y que su desarrollo estuviera asentada sobre el
conocimiento de los clásicos españoles y de los idiomas. Al terminar el
bachillerato, continuo en Calabozo, donde comenzó sus estudios de
medicina, arregló las materias para después rendir exámenes en Caracas.
Para el poeta, significó un encuentro doctrinal entre el catolicismo hogareño
y las enseñanzas en libros y aulas.
Sus biógrafos razonaron así mismo que la ciudad no le resultaba satisfactorio y,
en 1890, ya graduado, retorna a la provincia y recorre los llanos centrales: San
Fernando de Apure, Puerto Nutrias, Zaraza, El Sombrero, Valle de la Pascua, para
regresar a Calabozo otra vez. En su marcha estrecha lazos de amistad con el
también itinerante Lisandro Alvarado. Para 1897, empieza la composición de “La
Silva criolla”; igualmente en esa misma fecha, empieza a contribuir con la
revista El Cojo Ilustrado. El final del siglo XIX coincide con la crisis terminante del
romanticismo poético y aflora con impacto la novedosa estética modernista, las
evasiones parnasianas y las tendencias que buscan una salida «autóctona» para
el naciente género novelístico. Todas estas se interponen en Lazo Martí y se
dificultan a causa del predominio, en su lírica, de las formas neoclásicas.
Lazo Martí se une además a las luchas políticas y a las guerreras del tránsito
venezolano entre los dos siglos. En 1897 se involucra en el periódico El Voto
Directo, que apoya la candidatura del general Ignacio Andrade y en 1901, se alista
en las fuerzas de la Revolución Libertadora contra Cipriano Castro; en ese año
aparece su obra más famosa “La Silva criolla” que lo hace reconocer como poeta.
Su poesía es nativista y no regionalista o localista; por esta razón, a la crítica
literaria le tomó varios años aclarar el problema, ya que no se trata de una poesía
descriptiva, sino que convierte lo local en un valor simbólico y universal. Sus
restos reposan en el Panteón Nacional desde el 27 de octubre de 1983.
2
Silva Criolla.
La primera publicación de la Silva Criolla fue en 1.901 en la célebre revista El Cojo
Ilustrado y estaba compuesta por 290 versos. Posteriormente, en las nuevas
versiones impresas, el número de versos alcanza a 368. El poema constituye la
obra que representa al nativismo o criollismo en poesía. Está es dedicada a un
“bardo amigo”, personaje simbólico que representaba a los intelectuales de su
época quienes, según Lazo Martí, no iban en el sentido correcto en el plano
artístico ni en lo moral. El poema es un amplio paseo lírico por la holgada
geografía de nuestros llanos en donde el poeta mezcla lo objetivo con lo simbólico
y nos expresa además de sus preocupaciones políticas y sociales, sus inquietudes
filosóficas circundantes a la vida, la muerte y el destino humano.
La Silva Criolla está compuesta por once Estancias o Cantos; cada uno de ellos
tiene una estructura poética independiente, es decir tiene su propio contenido y
unidad temática. Está escrita en versos heptasílabos y endecasílabos; por sus
líneas, el poeta pide el retorno al hogar nativo y lo hace con profundo sentimiento
por la tierra. Entre líneas, pide volver al terruño y dedicarse al trabajo, retornar:
“ven de nuevos a tus pampas”, es decir al llano, porque para él es necesario huir
del mal que habita en la ciudad y regresar al bienestar del campo, en la sabana.
Pero ese venir, ese volver, ese retornar tiene diversas escalas espirituales; y
emergen estados de ánimo.
Esta reconocida por los críticos como un “majestuoso poema venezolano” el cual
fue escrito en un tiempo en que el país cruzaba por una transformación social,
donde el anhelo de las personas por adquirir mejoras en su estilo de vida para
subsistir, nublaban la belleza y sencillez del llano; el poeta Lazo Martín nos
traslada en su poema por un trayecto esplendido a observar todas las propiedades
y riquezas del llano haciendo hincapié en no dejarlo a un lado ni olvidarlo
mostrándonoslos con una resplandeciente belleza que enamora el alma, ese era
su propósito al escribir “La Silva Criolla”
Características de la “Silva Criolla”.
Es un canto simbólico a la naturaleza vista, en sus fases extremas de vida y
muerte.
El hombre no juega ningún papel en la modificación de las leyes
inexorables que rigen los ciclos de lo que nace y muere, eternamente.
El poeta mezcla lo objetivo con lo simbólico y expresa además sus
preocupaciones políticas y sociales.
3
Problemas en la “silva criolla”.
En esta ocasión el poeta expone diversos problemas en su mayoría sociales.
La soledad del llano, el verso II cuando dice “ya no turba el reposo de los hatos
madrugador lucero ni despiertan el eco adormecido el amante reclamo del
bramido” el poeta describe todo esto ya que en ese tiempo el campesino comenzó
a emigrar a la ciudad aspirando ver una mejor oportunidad de vida; lo cual
provocaba dicha soledad, las personas también se trasladaban a otros sitios con
la intención de esquivar esa terrible sequías la cual inducia a que se formaran
aquellos incendios que el poeta describe en el verso III.
El malvado genio de la guerra, así nos lo presenta el poeta ya que para la época
en que Lazo Martín escribe este majestuoso poema venezolano, el país vivía en
contestes rebeliones hacia el gobierno, es decir, si a una persona no le gusta el
que estaba como presidente reunía a campesinos como lo describe el poeta
“Noble Victima”, entregado a la ciega ambición de los caudillos para así quitarlo
del poder, pero en estos alzamientos se perdían muchas vidas de campesinos es
lo que el poeta canta en el verso VII “ por esta pobre tierra, que el maléfico genio
de la guerra convierte ya en enorme sepulturas” ya que los enfrentamientos se
realizaban la mayor parte del tiempo en los llanos.
Importancia de la “silva criolla”.
Tiene gran connotación en la evolución lirica venezolana pues representa la
culminación de nuestra poesía nativista o criollista que comenzó a manifestarse.
La obra está dedicada a un “Bardo amigo” que parece un personaje simbólico que
representa a los intelectuales de su tiempo que, según Lazo Martí, no transitaba el
verdadero camino en el plano artístico ni en lo moral.
Aspectos fundamentales de la obra.
En consecuencia el autor de esta obra quiere y trata de hacer todo lo posible de
demostrarnos a nosotros los lectores de que entendamos y creemos conciencia en
el ámbito socio-político de manera de que cesen las guerras y que ya no haya más
conflictos y motivar al campesino a amar y valorar su tierra ya que los llanos es
una belleza que el autor nos hace reflejar.
Personajes de la “silva criolla”.
En la obra el autor le habla a un “bardo amigo” que parece ser un personaje
simbólico que representa a los intelectuales de su tiempo que, según Lazo Martí,
no transitaban el verdadero camino en el plano artístico ni en lo moral.
4
Ambiente en la “silva criolla”.
La obra está situada en los Llanos de Venezuela cuna y corazón de Lazo Martí.
Movimientos literarios presentes en la “silva criolla”.
El criollismo.
Lazo Martí, se le considera el verdadero creador de este género puesto que en su
obra “la Silva Criolla”, plasma la naturaleza del paisaje en todos sus sentidos, no
siendo un trasfondo poético, sino los verdaderos protagonistas del canto. De allí
su originalidad, dentro de la más pura tradición de la literatura indigenista, radica
en adaptar estos lugares al ámbito socio-cultural de la llanura, sabana o pradera
venezolana.
Este movimiento se puede observar en el siguiente fragmento sustraído de LA
SILVA CRIOLLA Invitación a un bardo amigo.
…Ven de nuevo a tus pampas. Abandonada
el brumoso horizonte
que de apiñadas cumbres se corona.
Lejos del ígneo monte
ven a colgar tu tienda. Ven felice,
ven a dormir en calma tus quebrantos,
y como el sol de la desierta zona
en viva inspiración ardan tus cantos.
El nativismo.
En lo referente a este movimiento tiene como inspiración el suelo nativo, el
paisaje, la naturaleza con sus flores y la fauna, donde el poeta mezcla lo objetivo
con lo simbólico y expresa además sus preocupaciones políticas y sociales,
inquietudes filosóficas de la vida, la muerte y el destino humano.
Ejemplo de ello, se puede apreciar en la porción siguiente:
…Torna a soplar del Este
el viento alegre y zumbador. Ondea
cual agitada veste
el sedoso follaje. El sol orea
la charca pantanosa,
y por el reino de la luz pasea
legión de garzas de plumaje rosa.
5
El romanticismo.
Como movimiento cultural aparece en la primera mitad de siglo XIX; ve la realidad
con sensibilidad y nos la entrega sentimental y comparte el estado anímico del
hombre. Se aprecia en el siguiente fragmento del poema “Una invitación a un
bardo amigo”:
Es tiempo de que vuelvas;
es tiempo de que tornes…
No más de insano amor en los festines
con mirto y rosas y pálidos jazmines
tu pecho varonil, tu pecho exornes.
Es tiempo de que vuelvas…
Tu alma –pobre alondra—se desvive
por el beso de amor de aquella lumbre
deleite de sus alas. Desde lejos
la nostalgia te acecha. Tu camino
se borrará de súbito en su sombra…
Y voz doliente de las horas tristes,
y del mal de vivir oculto dardo,
el recuerdo que arraiga y nunca muere,
el recuerdo que hiere,
hará sangrar tu corazón, ¡oh Bardo!
El realismo.
Movimiento literario que permite percibir lo que ocurre tal como sucede, es decir,
aunque involucra los sentimientos esto no evita que sean plasmados en la obra;
casi que de forma fotográfica. Por ejemplo en la porción extraída de silva criolla se
puede apreciar este:
Ya dos veces, monstruoso y despiadado
sobre la tierra pródiga, el incendio
su abanico flamante ha desplegado;
ya dos veces, por furias impelido,
las yerbas infecundas
su aliento abrasador ha consumido;
y de pie sin cejar, y frente a frente
con el río que impasible está delante,
humo y llamas lanzando su turbante
ha brillado en las noches del desierto
como si fuera un faro ignipotente
clavado en la ribera de un mar muerto.
6
En línea de combate, a campo raso,
pronta la garra, la mirada alerta,
hambrientos gavilanes, paso a paso,
asediaron del fuego la reyerta.
Consume aún su aliento las entrañas
de los troncos vetustos;
fluye sutil fermento de las cañas
y blanda mirra lloran los arbustos.
El costumbrismo.
Esta tendencia artística refleja los usos y costumbres de la sociedad, referidos a
una región específica y su mezcla del folklore tradicional; en otras palabras cultiva
ciertos aspectos de la realidad. Tal como se observa en el siguiente fragmento de
la silva criolla:
No más a los afanes de la corte
humiles la altivez de tus instintos,
ni turbe de tus noche la armonía
falaz visión de pórticos y plintos
y fúlgida terraza como el día.
Deja que de los años la faena
los palacios derrumbe
donde el placer es vórtice que atrae
y deslumbrada la virtud sucumbe.
El tradicionalismo.
Etimológicamente la palabra “tradicionalismo” proviene de “tradición” termino que
proviene del latín traditio y tradilionis, vocablos derivados del verbo tradere
(transmitir, entregar). De allí que la tradición sea aquello que se recibe de las
generaciones anteriores y un tradicionalista es aquel que valora sobre todo lo que
le han legado sus antecesores o aquel que se empeña en continuar con dicha
tradición.
En lo que respecta al tradicionalismo en literatura es la posición de reverencia o
respeto por las formas consagradas en una tradición poética específica, esto
significa apegarse a lo tradicional, es decir, a cierto acerbo popular que es
considerado como “lo propio” en términos nacionales.
7
Como se puede reflejar en la silva criolla de Lazo Martí:
Ya no viene bramando cual solía
al declinar el día,
por uno y otro rumbo la vacada;
ni plantado en mitad del paradero
escarba y muge fiero
el toro padre de cerviz cuajada.
Ya no turba el reposo de los hatos
madrugador lucero;
ni despiertan el eco adormecido
el amante reclamo del bramido
a la par de la copla del vaquero.
8
Conclusión
Lazo Martí afianza en su poema el profundo amor de la tierra venezolana,
cantando sus grandezas, sus prodigios y sus maravillas, dando a entender que el
suelo patrio es un elemento que debería mantenerse siempre en alto, alabando
sus dignidades y exaltándolo siempre como se ha de exaltar el espíritu humano.
En el año 1901 publicó su obra maestra, Silva Criolla A Un Bardo Amigo. El crítico
Mario Torrealba Lossi afirma que «en la Silva Criolla se juntan, en mágica
simbiosis, la concepción de lo hispanoamericano -el paisaje, el hombre, el sentido
telúrico- así como la expresión más genuina del carácter venezolano».
Calabozo ha sido cuna de un sinnúmero de personajes que se han destacado en
los campos de las artes, la ciencia y la política: Francisco Lazo Martí fue hombre
de pluma y bala. Enamorado del campo y sus encantos, la Silva Criolla de Lazo
Martí, es una constante invitación a ese productivo volcar los ojos sobre este
suelo, no sólo desde el punto de vista de la generosidad con que la naturaleza ha
premiado a Venezuela, sino por lo que la naturaleza misma, el campo, las flores,
los ríos, las montañas, el límpido cielo, constituyen un continuo y verdadero solaz
para el espíritu. Pocos poetas venezolanos han captado y expresado el paisaje
con la hondura y complejidad de Lazo Martí.
Sabemos que nació en las llanuras venezolanas, y que las recorrió a pie y a
caballo en incontables ocasiones, y en todas las circunstancias estacionales. En
los meses de plena floración. Bajo los soles del verano que todo, lo propician para
el trágico incendio. En los tiempos lluviosos, cuando los ríos se desbordan y la
muerte emana del agua. Las contempló a la luz del amanecer, al mediodía, en el
ocaso, en la inmensa noche sabanera. Estuvo entre sus matorrales, entre sus
arbustos, bajo sus árboles. Miró sus garzas, sus gavilanes, sus tenues mariposas,
sus venados. Escuchó el canto veraniego de las chicharras, el oscuro rumor de las
colmenas, el bramido del padrote y el mugir de las vacadas. Es su poema de
mayor extensión, y el más cuidadosamente elaborado.
9
Glosario de Términos
Abruptos: Dicho de un terreno escarpado, quebrado o de difícil acceso.
Alba: Primera luz del día antes de salir el sol.
Apiñadas: juntas.
Aura: Viento suave y apacible.
Áurea: Perteneciente o relativo al siglo o edad de oro.
Baluarte: Obra fortificada que sobresale de entre dos cortinas o lienzo.
Bardo: Poeta heroico o lirico de cualquier época o país.
Bellota: Fruto de la encina del Roble y de otros árboles del mismo género.
Brumoso: Nublado.
Cairel: Adorno de pasamanería de modo de fleco.
Cardo: Persona arisca.
Carnación: Color natural y no heráldico, que se da en el escudo a varias partes
del cuerpo humano
Charca: Depósito algo considerable de agua, detenida en el terreno, natural o
artificial.
Cimera: Parte superior del morrión que se solía adornar con plumas y otras cosas.
Cuaja: Dicho del fruto: granar, nacer y formarse en árboles y plantas.
Cumbres: Cima o parte superior de un monte.
Curujujul: Es una planta silvestre venezolana, de las familia de las bromelias,
crece en lugares áridos, poco fértiles.
Despojo: Aquello que se ha perdido por el tiempo, por la muerte u otros
accidentes.
Emulando: Imitar el comportamiento de otra persona procurando igualarla o
superarla.
Enhiestas: Levantado derecho.
Entumecer: Impedir o entorpecer el movimiento o acción de un miembro o de un
nervio.
Estera: Tejido grueso de esparto, palma, juncos u otros tallos entrelazados,
usualmente para cubrir el suelo.
Exornes: Amenizar o embellecer el lenguaje escrito o hablado con galas retoricas.
Falaz: Embustero, falso que alaga y atrae con falsas apariencias.
Falsía: Falsedad o doblez.
Fastuosa: Amigo del fasto y del lujo.
Febril: Vehemente o muy intenso.
Felice: Feliz.
Follage: Adorno de cogollos y hojas con que se guarnece y engalana algo
10
Fulgida: Resplandecer.
Gajo: Porción en que está dividida una fruta.
Granates: silicato doble de ciertos metales que se encuentran en las rocas
metamórficas y de que algunas variedades son piedras finas.
Ígneo: De fuego o que tiene la naturaleza del fuego.
Insano: Perjudicial para la salud loco, demente.
Lance: En el poema dramático, o en cualquier otro análogo, y en la novela,
suceso, acontecimiento, situación interesante o notable.
Leda: Alegre o placido.
Lisonja: Alabanza afectada para ganar la voluntad de alguien.
Lozanía: Verdor, vigor y frondosidad de una planta.
Mancillan: Deshonra y desdoro.
Mazadaza: Hacerle o causarle daño o perjuicio grave.
Mirto: Mata de la familia de las mártaceas de 60 a 80 cm. de altura.
Míseros: Dicho de una persona desdichada, infeliz, de poco valor.
Mogote: Montículo aislado y romo.
Mullido: Se dice del terreno cavado y ahuecado para facilitar la germinación de la
semilla y desarrollo de la planta.
Nacarados: Que tiene el color o brillo del nácar.
Ocaso: Puesta del sol.
Orozul: Planta de uso medicinal.
Pampas: Cada una de las llanuras extensas de América del Sur que no tienen
vegetación arbórea.
Parda: Dicho especialmente de las nubes o del día nublado: oscuro sin luz o
claridad.
Parcha: Planta pasiflorácea que crece en América.
Parásita: Dicho de un ser vivo: utilizar como alimento a otro ser vivo sin llegar a
matarlo.
Plintos: Aparato gimnástico de madera con la superficie almohadillada utilizada
para realizar pruebas de salto.
Procaz: Desvergonzado y atrevido.
Punzador: Instrumento de acero templado que puede servir, cuando es
puntiagudo para abrir orificios.
Ramaje: Conjunto de ramas de los árboles y otras plantas.
Raso: Liso, libre de estorbo.
Septentrión: Norte.
Tornes: Regresar al lugar de donde se partió.
Toscas: Dicho de una cosa: poco trabajada, sin pulimentar o hecha con
materiales de escasa calidad.
Torrente: Corriente de agua violenta e irregular que se produce por abundantes
precipitaciones o el deshielo.
11
Turgente: Dicho de un líquido que hincha alguna parte del cuerpo.
Ubre: Glándula mamaria de un mamífero hembra.
Uvero: Árbol bajo y frondoso cuyo fruto es la uva de playa.
Venal: Perteneciente o relativo a las venas.
Vellón: Vendija o guedeja de lana.
Zumbador: Que Zumba.
12
ANEXOS
13
LA SILVA CRIOLLA
Invitación a un bardo amigo
Es tiempo de que vuelvas;
es tiempo de que tornes…
No más de insano amor en los festines
con mirto y rosas y pálidos jazmines
tu pecho varonil, tu pecho exornes.
Es tiempo de que vuelvas…
Tu alma –pobre alondra—se desvive
por el beso de amor de aquella lumbre
deleite de sus alas. Desde lejos
la nostalgia te acecha. Tu camino
se borrará de súbito en su sombra…
Y voz doliente de las horas tristes,
y del mal de vivir oculto dardo,
el recuerdo que arraiga y nunca muere,
el recuerdo que hiere,
hará sangrar tu corazón, ¡oh Bardo!
No más a los afanes de la corte
humiles la altivez de tus instintos,
ni turbe de tus noche la armonía
falaz visión de pórticos y plintos
y fúlgida terraza como el día.
Deja que de los años la faena
los palacios derrumbe
donde el placer es vórtice que atrae
y deslumbrada la virtud sucumbe.
Ven de nuevo a tus pampas. Abandonada
el brumoso horizonte
que de apiñadas cumbres se corona.
Lejos del ígneo monte
ven a colgar tu tienda. Ven felice,
ven a dormir en calma tus quebrantos,
y como el sol de la desierta zona
en viva inspiración ardan tus cantos.
Guárdate de las cumbres…
Colosales, enhiestas y sombrías
14
las montañas serán eternamente
la hermosa pantalla de tus días.
Deja para otra gente
el gozo de mirar picos abruptos,
y queden para ti las alegrías
de ver, al despertar, alba naciente,
y de abrazar con sólo una mirada,
de Sur al Septentrión. Y del Ocaso
hasta el fúlgido Oriente
la línea, el ancho lote, siempre al raso
de la tierra natal.
(2)
¡Ah! De las cumbres
baja la nieve a entumecer las almas:
las almas que han soñado en el desierto
a la rebelde sombra de las palmas
y bajo el cielo azul, claro y abierto
¡Libra tu juventud! El rumbo tuerce
de la fastuosa vía
en la que el vicio su atracción ejerce
y se tiñe de rosa la falsía
donde el amor procaz vive a su antojo
y cubierta de pámpanos la frente
celebra en la locura del despojo
parda penumbra y carnación turgente.
Si es oro la lisonja al bravo y fiero
Señor –de cuantos míseros se humillan—
desprecia el arte vil, por lisonjero,
en que nombres y almas se mancillan;
y si quieres al fin que no te alcance
de la vergüenza el dardo,
de igual manera que al hirviente cardo,
a la pasión venal esquiva el lance.
Es tiempo de que vuelvas,
es tiempo de que tornes.
No más de insano amor en los festines
con mirto y rosa y pálidos jazmines
tu pecho varonil, tu pecho exornes.
15
I
Torna a soplar del Este
el viento alegre y zumbador. Ondea
cual agitada veste
el sedoso follaje. El sol orea
la charca pantanosa,
y por el reino de la luz pasea
legión de garzas de plumaje rosa.
Florecer es amar… Sobre la falda
de las toscas malezas entreteje
la parásita en flor, áurea guirnalda;
cuelga blanco vellón, de su costado
el nido comenzado;
regio collar de abiertas campanillas
la trepadora mazadaza enreda,
y en dos porciones de oraza rota,
despide al aura leda,
del nevado cairel de su bellota
trenza brillante el orozul de seda.
Tras la menuda flor cuaja el uvero
su gajo tempranero;
sus nacarados frutos en el limo
el punzador curujujul engendra;
la maya erige colosal racimo
y desprende el merey sabrosa almendra;
señuelo de su copa en lozanía,
escondidos granates el orore
en mil estuches cría;
emulando la escarcha
el espinito su jazmín estera,
y del verde mogote en la cimera
abre su flor simbólica la parcha.
En el aire, en la luz, en cuanto vive,
amor su aliento exhala;
y su aliento febril –tras el espeso
ramaje que es baluarte y es escala—
estremece del pájaro travieso
el mullido pulmón bajo del ala.
Torrente luminoso
de cumbre cenital se precipita;
del árbol generoso
la regalada sombra al sueño invita;
por el margen del caño
espárcese el rebaño;
tiemblan reverberando los confines,
y borracha de sol y miel llanera,
celeste mariposa mensajera
15
batiendo va sus cuatro banderines.
II
Ya no viene bramando cual solía
al declinar el día,
por uno y otro rumbo la vacada;
ni plantado en mitad del paradero
escarba y muge fiero
el toro padre de cerviz cuajada.
Ya no turba el reposo de los hatos
madrugador lucero;
ni despiertan el eco adormecido
el amante reclamo del bramido
a la par de la copla del vaquero.
A más benigno suelo,
a más fértil región de aguas profundas
y de lucientes pastos regalados,
a las islas distantes y fecundas,
fuéronse al fin pastores y ganados.
¡Cantando una tonada clamorosa
y bajo el fiero sol de la sabana,
al paso lento de la res morosa
con rumbo al Sur cruzó la caravana!
III
Ya dos veces, monstruoso y despiadado
sobre la tierra pródiga, el incendio
su abanico flamante ha desplegado;
ya dos veces, por furias impelido,
las yerbas infecundas
su aliento abrasador ha consumido;
y de pie sin cejar, y frente a frente
con el río que impasible está delante,
humo y llamas lanzando su turbante
ha brillado en las noches del desierto
como si fuera un faro ignipotente
clavado en la ribera de un mar muerto.
16
En línea de combate, a campo raso,
pronta la garra, la mirada alerta,
hambrientos gavilanes, paso a paso,
asediaron del fuego la reyerta.
Consume aún su aliento las entrañas
de los troncos vetustos;
fluye sutil fermento de las cañas
y blanda mirra lloran los arbustos.
Coronando el pavés de la macolla
sangriento cardenal bate sus alas;
las consumidas galas
vertiginoso remolino arrolla;
y sobre el lienzo oscuro del quemado,
de perfiles grotescos,
la ceniza y el aura han dibujado
flores grises y rotos arabescos.
Cuando mengüe la Luna habrá verdores
en el fresco bajío;
y cerriles hatajos corredores
y venado bisoño,
en las tempranas horas del rocío
alegres pacerán tiernos retoños.
IV
La riente primavera,
Primavera fugaz, del sol amiga;
La que lluvia de flores le prodiga
Al monte y la pradera,
También como la hierba al pobre arbusto
la primorosa dádiva recibe,
y de su escasa floración primera
el botón más hermoso
prende sobre el cabello revoltoso
la inocente muchacha sabanera.
(…)
¡Oh florida estación! Haced que nunca
turbe dolor violento
la paz de mis nacientes alegrías…
Y cuando vuele al fin mi pensamiento,
cuando vuele hacia allá, cuando yo muera,
que sea su compañera
la más brillante aurora de tus días!.
17
V
En estas dulces tardes veraniegas,
cuando el sol, que se va, desde lejano
purpurino confín, luz moribunda
esparce por el llano,
y del boscaje todo rumoroso,
y de un amor desconocido en alas,
por el aire sutil suben serenas
la canción funeral de las chicharras
y la ronca canción de las colmenas;
cuando apaga el purpúreo sangriento
y brota el color gris al horizonte
baña de nuevo en rojo
la columna de fuego que calcina
la tostada maleza del rastrojo.
(…)
VI
Al tornar frescos hálitos del Norte,
del país de la nieve,
en junco silbador y hora leve
tendrá el estero florida corte.
Al pie de sus ganados,
y cuando caiga la primera bruma,
volverán los pastores emigrados;
volverán las vacadas
a repletar las cercas, y de espuma
a coronar los botes,
la linfa de las ubres ordeñadas.
Concertará de nuevo la alegría
el coro de las voces;
tras la recia labor –ya muerto el día—
caballeros veloces
partirán la amorosa romería;
18
y al calor del brasero,
cuando la noche pavorosa avance,
cantando irán de trovador llanero
la copla, el tono triste y el romance.
VII
Sin amor, sin deber ¿qué existencia?
¡Es tiempo aún de combatir! Procra,
Oh Bardo sin ventura,
Que cese al fin tu dilatada ausencia!
¡Es tiempo aún de combatir! Acude,
ven a luchar con juveniles bríos
por el bien de la raza cuyos lares
consagra el almo sol junto a los ríos
y cerca de los próvidos palmares.
Por el bien de la raza que abandona
El rincón sin azares…
(…)
Por amor a tu raza en desventura;
por esta pobre tierra,
que el maléfico genio de la guerra
convierte ya en enorme sepultura;
por estos seres buenos y sencillos;
por este pueblo amado,
que vive –noble víctima—entregado
a la ciega ambición de los caudillos.
VIII
Tus pasos vuelve hacia el hogar, ¡oh Bardo!
Yace por tierra el matizado velo
con el cual primavera engalanaba
los montes de tu suelo.
Cantando sin reposo la guacaba
pide lluvias al cielo,
conquistan con la fuerza y la osadía
nidos para el invierno los turpiales;
en los ralos matales
mueve el amor trinada algarabía;
y con tesón rayano en el enojo,
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en la verde oquedad de la montaña
el carpintero de bonete rojo
cincela el tronco hasta la dura entraña.
Nueva decoración y nuevo encanto
lucen las atrayentes lejanías
que tu espíritu amó con amor santo.
Grises tapicerías
cubren el horizonte. La llanura
tiene otra vez reverdecido manto.
Como en aquellos días
del venturoso tiempo ya lejano,
en pos de mis pasadas alegrías,
vuelvo a tender la vista sobre el llano.
Caído en la remota lontananza
sin su manto de gloria,
el moribundo sol parece un cirio
que alumbrase honda cámara mortuoria.
El viento, sin rumor, apenas risa
la silente laguna en cuyo espejo
invisible dolor vertió ceniza;
y con vuelo despacio,
de la tarde a los pálidos reflejos,
las garzas que se irán, que se irán lejos,
pueblan de cruces blancas el espacio.
Hoy como ayer, andando a la ventura,
absorta la mirada, lento el paso,
trayendo margaritas del Ocaso,
miro bajar la noche a la llanura.
Mas de pronto pensando que fue triste,
pensando con dolor, pensando en ella,
me arrodillo en el polvo del camino
que en hora igual de gozo vespertino
recibió las caricias de su huella.
¡Oh destino de todos los que amaron!
¡Oh destino cruel! ¡Tú me condenas
a buscar en las móviles arenas
unas huellas que ha tiempo se borraron!
Llanura o cielo, cúspide o abismo;
¡santa Naturaleza!
para el dolor que vivo en tu grandeza
¿cuál palabra mejor que tu mutismo?
¡Oh Madre! El áureo broche de tus días,
y tus campos que amó la primavera,
retienen prisionera
el alma de mis muertas alegrías!
Hoy como ayer, y de la noche oscura
bajo la inmensa nave,
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en tono triste, quejumbroso y grave
brota doliente canto en la llanura;
y trae breve silencio, cual sonoro
trueno de burlas el cantar vecino,
en son de fiesta, alcaravanes pardos,
abierta el ala de purpúreos dardos,
rompen a carcajadas en su trino.
De pavura o dolor, el grave canto
y la seguida estrepitosa burla,
de crueldad casi humana,
hieren mi corazón, lo hieren tanto
que anheloso y de prisa me levando
a mirar si está sola la sabana.
(…)
IX
¡A meditar no acude cual solía
dulce melancolía
en la tumba del sol! Es la tristeza
la que doliente se arrodilla y reza
cuando, para dormir, desmaya el día.
Ya las noches no son como eran ellas
propicias al amor. El cielo oscuro
a las almas no atrae. ¡Grietado muro,
por él se asoman pávidas estrellas!
Ya no brilla inclinada hacia el Oriente
la hermosa Cruz del Sur. Barre las hojas
la ráfaga bravía,
y siguiendo la negra lejanía,
serpean ligeras llamaradas rojas.
X
¡Es tiempo de que vuelvas!... ¡Sin mancilla
te aguarda el viejo amor! Viva te espera
del culto del hogar la fe sencilla.
¡Se fue la primavera!
Ruge amenazador trueno lejano
y de soles nublados, agorero,
la cenicienta garza del verano
tañe, al pasar su canto plañidero.
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