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El Loto Egoico Por Djwhal Khul

El documento describe la construcción y evolución del cuerpo causal o loto egoico del ser humano. Explica que está formado por nueve pétalos que protegen una joya central, y que a través de los pétalos fluyen tres tipos de fuego (eléctrico, solar y por fricción) que representan la evolución de la conciencia humana. Los pétalos están organizados en tres hileras asociadas con el conocimiento, el amor y el sacrificio.

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El Loto Egoico Por Djwhal Khul

El documento describe la construcción y evolución del cuerpo causal o loto egoico del ser humano. Explica que está formado por nueve pétalos que protegen una joya central, y que a través de los pétalos fluyen tres tipos de fuego (eléctrico, solar y por fricción) que representan la evolución de la conciencia humana. Los pétalos están organizados en tres hileras asociadas con el conocimiento, el amor y el sacrificio.

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El secreto de la Flor del Yo.

El loto egoico por Djwhal Khul

La construcción del cuerpo causal o cuerpo de manifestación del Ego, concierne al trabajo
de los ángeles solares o la verdadera Entidad autoconsciente, el hombre. El cuerpo de las
causas es una envoltura de sustancia mental producida en el momento de la
individualización cuando los dos fuegos hacen contacto. La construcción del cuerpo causal
es el resultado de la energía dual, la energía del yo inferior con su acción refleja sobre la
unidad superior y la natural energía del yo cuando impresiona directamente a la sustancia
del loto egoico. Debería recordarse aquí que, por sutil que sea el material, el loto egoico es
en realidad sustancia que posee una vibración particular como la del cuerpo físico, sólo que
(debido a su tenuidad el hombre físico lo considera prácticamente como insustancial. En
efecto, como ya se ha indicado, es el resultado de la vibración dual de los Dhyanes
quíntuples o Dioses en conjunción con el Cuaternario cuádruple o los Pitris de los vehículos
inferiores. Mediante el esfuerzo consciente de los Logos planetarios los Dhyanes y los
Pitris inferiores entran en estrecha relación. Esto produce (en el tercer subplano del plano
mental) una vibración nónuple o un verticilo en la materia gaseosa del plano -subplano
gaseoso cósmico- que, después de cierto período de persistencia, asume la forma de un loto
de nueve pétalos. Dicho loto está cerrado en forma de capullo sobre el punto central o
corazón del loto -esa chispa de fuego eléctrico que por su acción o vitalidad innata,
actuando sobre la sustancia del loto, atrae hacia sí la suficiente cantidad de sustancia para
formar tres pétalos internos y proteger a la chispa central, siendo sin embargo de la misma
sustancia o esencia que los otros nueve pétalos. El estudiante debe cuidar de no materializar
demasiado su concepto; por lo tanto sería conveniente que considere este tema desde otros
ángulos y emplee otros términos para expresar la misma idea. Por ejemplo, el cuerpo
egoico podría ser visto de las cuatro maneras siguientes: (1)

Como nueve vibraciones, emanando de un punto central, cuyas pulsaciones o radiaciones


producen tres vibraciones principales de gran fuerza que circulan alrededor del centro; las
nueve vibraciones recorren un sendero en diagonal hasta que llegan a la periferia de la
esfera egoica de influencia. Allí dan la vuelta, formando de esta manera la ya conocida
forma esferoidal del cuerpo causal.

Como nueve pétalos de un loto, irradiando desde un centro común y ocultando dentro de sí


tres pétalos centrales, que a su vez ocultan un punto de fuego central. Las irradiaciones que
surgen de la punta de cada pétalo producen la ilusión de una forma esferoidal.

Como nueve rayos de una rueda, que convergen hacia un eje central, que en sí es triple y
oculta la energía central o dinamo de fuerza -generadora de toda actividad.

Como nueve tipos de energía que producen emanaciones definidas provenientes de una
unidad triple, la cual a su vez sale de una unidad central de fuerza.

Para nuestro propósito, la segunda definición será la más útil en el intento de imaginarnos
la constitución, la naturaleza, el método de desarrollo y la verdadera evolución del Ego,
actuando en el cuerpo causal.

En términos de fuego, las mismas verdades pueden ser expresadas del modo siguiente, lo
cual debería ser reflexionado detenidamente por quienes estudian este tratado:

1.   Fuego eléctrico – Espíritu- Aspecto voluntad - La Joya en el loto.

2.   Fuego solar - Conciencia - Aspecto amor - Los nueve pétalos.

3.   Fuego por fricción – Sustancia - Aspecto actividad - Los tres átomos permanentes.

En el fuego eléctrico, la Mónada está representada en su triple naturaleza y significa ese


tipo de manifestación que será desarrollado en su más elevada etapa en el próximo sistema
solar.

En el fuego solar, estos Pitris solares en su formación nónuple representan y posibilitan el


desarrollo de la conciencia de la Mónada, por intermedio del Ego en los tres mundos de la
evolución humana.

En el fuego por fricción, los Pitris lunares están representados por, y constituyen, el yo


inferior, la personalidad, o esos vehículos mediante los cuales el Ego a su vez adquiere
experiencia en los planos inferiores.

Sin embargo, dentro del huevo áurico egoico los tres son uno en manifestación,
continuando constantemente el intercambio de energía y vitalidad. El Espíritu emplea al
Alma o Ego como vehículo de iluminación, y el Ego emplea al Cuaternario
inferior (2) como medio de expresión. Por lo tanto, la evolución del Espíritu puede dividirse
en tres etapas:

En la primera actúan principalmente los Pitris lunares y preparan a los cuerpos inferiores
para que sean ocupados. Las vibraciones inferiores controlan y el “fuego por fricción”
calienta y nutre, excluyendo todo lo demás.

En la segunda los Pitris solares predominan gradualmente, desarrollándose la conciencia


egoica. Los cuerpos son ocupados por el Pensador, los controla y somete gradualmente a su
voluntad y propósito y los descarta oportunamente. Las vibraciones intermedias controlan y
el fuego solar irradia, iluminando en el curso de la evolución a los cuerpos inferiores;
gradualmente aumenta su calor, y con el tiempo ayuda a destruir las formas.

En la tercera es revelado el fuego eléctrico y por la intensidad de su llama apaga los otros
fuegos. Los Pitris lunares han cumplido su cometido, los Pitris solares han desarrollado al
ente autoconsciente, el hombre, y la Mónada (habiendo utilizado a ambos) los descarta y se
retrae en sí misma, pero esta vez con lo adquirido durante la existencia física, además del
amor-sabiduría desarrollado.

Como sabemos, el loto egoico está formado por tres hileras -cada hilera compuesta de tres
pétalos y todas protegen el capullo interno, donde se oculta la joya. Tratamos aquí la
evolución, formación, vitalización, nutrición y eventual desarrollo de los pétalos. Será útil
para el estudiante, en esta etapa, recordar que nos referimos principalmente al desarrollo del
segundo aspecto del hombre, el aspecto amor-sabiduría, considerando sólo en forma
secundaria el tercer aspecto o la actividad, que tiene sus centros de energía en los tres
átomos permanentes.

A estas tres hileras de pétalos se las denomina en terminología esotérica:

1. La tríada del “conocimiento externo” o los señores de la inteligencia activa.


2. La triada de la hilera media del “amor” o los señores del amor activo.
3. La tríada interna del “sacrificio” o los señores de la voluntad activa.

La primera constituye el resumen de la experiencia y del desarrollo de conciencia


alcanzado, la segunda la aplicación de ese conocimiento, en forma de amor y servicio, o la
expresión del Yo y el no-yo vibrando recíprocamente, y la tercera, la plena expresión del
conocimiento y del amor dedicados a sacrificar todo, conscientemente, para llevar a cabo
los planes del Logos planetario y realizar Sus propósitos grupalmente. Cada uno de estos
tres grupos de pétalos están guiados por los tres grupos de Agnishvattas y formados con su
propia sustancia que, en esencia, constituyen el triple Ego durante su manifestación. A
través de ellos fluye la fuerza y la energía coherente de esas misteriosas Entidades a
quienes (cuando se considera a la familia humana como un todo) denominamos:

1. Los Budas o Señores de Actividad.


2. Los Budas o Señores de Amor Compasivo.
3. Los Budas de Sacrificio, de los Cuales el Señor del Mundo es, para el hombre, el
exponente más conocido.

A través de estos tres grupos fluye esa triple energía que halla su expresión en el plano
mental y en relación con el reino humano en los tres grupos de Agnishvattas o Pitris solares
mencionados anteriormente. Estos grupos forman la sustancia de las tres hileras de pétalos,
y cada uno ejerce también una influencia especial sobre el pétalo particular que pertenece a
su especial grado de vibración. Para mayor claridad podemos clasificar los distintos pétalos
a fin de que el estudiante pueda obtener una mejor comprensión de la conformación de su
propio vehículo causal y una idea de las diferentes relaciones triangulares:

I. La triada externa de “conocimiento”:

a.  ler. Pétalo ………………Conocimiento en el plano físico.

Colores: anaranjado, verde y violeta.

b.  2do. Pétalo ……………..Amor en el plano físico.

Colores: anaranjado, rosado y azul.

c.  3er. Pétalo ………………Sacrificio en el plano físico.

Colores: anaranjado, amarillo e índigo.

Estos tres pétalos están organizados y vitalizados en el Aula de la Ignorancia, pero


permanecen cerrados y sólo comienzan a abrirse cuando está organizado el segundo
círculo.

II. La triada intermedia de “amor”:

a.  ler. Pétalo ……………. Conocimiento superior aplicado por medio del amor en  los
planos físico y astral.
Colores: rosado y los tres originales.

b. 2do.pétalo ………….. Amor inteligente superior en los planos físico y astral.


Colores: rosado y los tres originales.

c.  3er. Pétalo …………….  Sacrificio inteligente amoroso en los planos físico y astral.

Colores: rosado y los mismos originales.

Los tres pétalos conservan el color anaranjado fundamental, pero añaden el rosado en cada
pétalo, de manera que ya se ven cuatro colores. Dichos pétalos están organizados y
vitalizados en el Aula del Aprendizaje,  pero permanecen cerrados. La hilera externa de
pétalos se abre simultáneamente hasta quedar completamente abierta, revelando la segunda
hilera; la tercera permanece protegida.

III. La tríada interna de “sacrificio”:

a.  1er pétalo                  La Voluntad de sacrificarse por medio del conocimiento en el
plano mental y así dominar inteligentemente al triple hombre inferior.

Colores: amarillo más anaranjado, verde, violeta y rosado.

b.  2do. Pétalo              La voluntad de sacrificarse por medio del amor en el plano mental, a
fin de prestar servicio.

Colores: amarillo más anaranjado, violeta, rosado y azul.

c.  3er. Pétalo                El sumo y eterno sacrificio de todo lo que existe.

Colores: amarillo, anaranjado, rosado, azul e índigo. (3)

LOS ATOMOS PERMANENTES


Dentro de la envoltura del loto se hallan tres átomos que completan los doce componentes
del loto egoico, denominados unidad mental, átomo astral permanente y átomo físico
permanente. Los tres átomos permanentes constituyen en sí mismos centros de fuerza o
esos aspectos de la personalidad que mantienen ocultos los fuegos de la sustancia o de la
objetividad. En la capacidad inherente de responder a la vibración superior se hallan ocultas
potencialidades espirituales: desde el momento de la individualización, hasta ser desechada
durante la iniciación, la vida interna desarrolla constantemente dichas potencialidades y
logra ciertos resultados definidos utilizando los tres átomos permanentes. Los vivifica y
despierta gradualmente hasta que, en los tres planos, la vida central ha establecido un punto
adecuado de contacto, capaz de originar la vibración necesaria en la materia de ese plano.

Los átomos permanentes de cada plano tienen una cuádruple finalidad respecto a la vida
central o egoica:

Distribuir cierto tipo de fuerza.

Conservar la facultad o capacidad de responder a una vibración dada.

Asimilar experiencia y transmutarla en cualidad. Resultado directo del trabajo del Rayo del
Ego al actuar sobre el átomo.

Ocultar la memoria de la unidad de conciencia. Cuando vibran en toda su plenitud


constituyen la razón de ser de la continuidad de conciencia del hombre que actúa en el
cuerpo causal. Se ha de establecer cuidadosamente esta diferencia.

Cuando se recibe la tercera Iniciación, se abre la hilera interna de pétalos, y el loto puede
verse en pleno florecimiento y en toda su belleza. En la cuarta Iniciación el capullo interno
se abre por el efecto de la fuerza eléctrica del Cetro que atrae el poder del rayo sintético del
sistema solar mismo; así es revelada la joya interna. El trabajo ha sido realizado; la energía
que reside en los átomos permanentes ha vitalizado todas las espirillas, mientras que la
fuerza perfeccionada del loto y la voluntad dinámica de la chispa central entran en plena y
unida actividad, dando lugar a un triple despliegue de fuerza vital que provoca la
desintegración de la forma y los siguientes resultados:

a. Los átomos permanentes se hacen radiactivos y, por consiguiente, su “círculo limítrofe”


ya no es una barrera para las unidades menores que se hallan dentro; entonces los distintos
grupos de vidas electrónicas salen y vuelven al depósito eterno. Forman una sustancia de
orden muy elevado y producirán las formas de esas existencias que ocuparán vehículos en
otro ciclo.

b. Los pétalos son destruidos por la acción del fuego, y la multiplicidad de vidas dévicas
que los componen y les proporcionan coherencia y cualidad son recogidas nuevamente en
el Corazón del Sol por los Pitris solares de orden muy elevado; en otro sistema solar
volverán a exteriorizarse.

c. La Vida central eléctrica retorna a su fuente, escapando de la prisión y funcionando


como un centro de energía en los planos cósmicos de energía etérica.
Con lo antedicho hemos tratado de dar una idea general del proceso evolutivo relación con
el Ego y su progreso, regido por las leyes kármica y cíclica. Si el estudiante medita sobre
estas dos leyes, le será evidente que ambas podrían ser resumidas en el término genérico
de Ley del Ritmo. Toda manifestación es el resultado del efecto producido por cierta
energía en actividad; el empleo de energía en determinada dirección necesitará un consumo
similar en la dirección contraria. Esto, en términos del Ego y su experiencia vital, da lugar a
tres etapas:

En la primera la energía manifestada actúa externamente. El Yo se identifica con sus


cuerpos. Esta etapa es estrictamente personal.

En la segunda  se procura hacer un reajuste de acuerdo a la ley, y el Yo no se identifica


totalmente con sus cuerpos ni Consigo Mismo. Está aprendiendo a elegir entre los pares de
opuestos. En este período la lucha es terrible y predomina el desorden, siendo el campo de
batalla donde se ha de lograr el reajuste y el laboratorio donde el discípulo genera suficiente
fuerza transmutadora que lo conduce al otro extremo de la etapa anterior -esa etapa donde
la energía se manifestará dentro y no fuera.

En la tercera  la energía del Ego está centrada en el corazón del círculo y no en la periferia,
dedicándose allí al servicio grupal por medio del esfuerzo consciente del Ego. La naturaleza
inferior es reemplazada por la atracción que ejerce aquello que es más superior que el Ego.
Entonces debe repetirse el proceso anterior en una vuelta más alta de la espiral y la energía
monádica comienza a actuar sobre el Ego, así como la egoica actuó sobre la personalidad.
La Mónada, que se ha identificado con el Ego (su manifestación externa), también
comienza a buscar su propio y verdadero centro “dentro del Corazón”; puede observarse
nuevamente en los niveles superiores los resultados que afectan a la distribución y conser-
vación de la energía.

Se debe poner de relieve este procedimiento porque es importante que todos los ocultistas
aprendan pensar en términos de energía y fuerza, interpretándolos como algo diferente de
los cuerpos o instrumentos empleados. El místico ha reconocido este factor “fuerza”, pero
ha trabajado únicamente con el aspecto positivo de la misma. El ocultista (4) debe
reconocer y trabajar con tres tipos de fuerza o energía; aquí reside la diferencia entre su
trabajo y el del místico. El ocultista reconoce:

1. La fuerza positiva                       Aquello que energetiza.

2. La fuerza negativa                     Aquello que es receptor de energía; lo que actúa o  toma


forma bajo el impacto de la fuerza positiva.

3. La luz o fuerza armónica          Aquello que se produce por la  unión de ambos, dando
por resultado energía irradiante, siendo el resultado del equilibrio de ambos.
Estos tres aspectos de la energía han sido denominados, como frecuentemente se ha dicho:

a.  Fuego eléctrico …………….. energía positiva …….. Padre.

b.  Fuego por fricción ………… energía negativa ……..Madre.

c.  Fuego solar ………………….. energía radiante …….. Sol o Hijo.

Cada uno de estos dos últimos aspectos son en sí mismos duales, pero el efecto constituye
un todo unificado en lo que respecta a la gran Unidad en la cual se manifiestan.

LA MEDITACION
Por la meditación un hombre puede liberarse de la ilusión de los sentidos y de su atracción
vibratoria; encuentra su propio centro de energía positiva y es conscientemente capaz de
utilizarlo; por lo tanto se da cuenta que su verdadero Yo actúa libre y conscientemente más
allá de los planos sensorios; penetra en los planes de esa Entidad mayor dentro de cuya
capacidad irradiatoria tiene su lugar; entonces puede llevar a cabo conscientemente esos
planes, a medida que llega a captarlos en las diversas etapas de realización y a ser
consciente de la unidad esencial.

NOTAS DEL EDITOR

1. Tomado del libro Tratado sobre fuego cósmico de Djwhal Khul.

2. Carl Jung escribió El secreto de la Flor de Oro, en el que plantea las cuatro etapas de la
meditación.

3. Para la Fe Baha´i el número nueve representa que abarca todas las religiones, uno de sus
templos tiene forma de loto.

4. El científico Fritjof Capra escribió El Tao de la Física, libro en el que se plantea el


Misticismo cuántico.

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