Hernández Romero Miriam Lisset
Álvaro Matute La teoría de la historia en México (1940-1973)
En toda obra historiográfica hay, implícita o explícitamente, una teoría de la historia.
Nace ésta, cuando es explícita, del esfuerzo del historiador para puntualizar el porqué
de los fines que persigue al investigar y cómo proceder para alcanzarlos. p. 6
En todos los casos, la teoría de la historia es muy práctica. Sirve para conocer un
pensamiento y, con ello, entre otras cosas, se convierte en objeto de estudio. Conocer
la teoría de la historia
vigente en una época nos da una muy buena llave de acceso a la historiografía
correspondiente, la cual a su vez, nos ofrece ricos elementos para el conocimiento de
la realidad histórica existente cuando se dio ese pensamiento p. 7
El positivismo es la orientación preponderante de la intelectualidad mexicana,
excepción hecha de los supervivientes liberales, como José María Vigil, y de los
católicos. En el campo de la historiografía, algunos autores como Porfirio Parra.
Francisco Bulnes y Ricardo García Granados expusieron sus ideas acerca de la
historia y la investigación histórica. Parra y Bulnes se dedicaron al aspecto relativo al
método de investigación. García Granados, por su parte, elaboró una revisión critica
acerca de las diversas, teorías deterministas entonces en boga climática, racista,
biológica, providencialista, etcétera, para proponer la suya, que, si bien no trasciende al
positivismo, si le da una vertiente en la que se recupera la libertad humana dentro del
plan general de la historia. p.10
El pragmatismo político toma, además, un campo extensivo: el de la educación. Con
una fuerte dosis de nacionalismo, la "revolución hecha gobierno" dará su interpretación
de la historia de México con un fin muy claro: modelar las nuevas conciencias. Como
reactivo, los católicos, durante y después de la experiencia cristera, también harán su
historia pragmática nacionalista, pero con su propia interpretación de la historia, de
propaganda fides. Los grandes conflictos entre Iglesia y Estado tuvieron una
repercusión abundante en campo historiográfico."resultado fue el establecimiento de la
visión maniquea de la historia de México. El futuro de este tipo de historiografía estaba
hipotecado p.12
Otra corriente historiográfica derivada de la revolución es la que incorpora elementos
marxistas a la interpretación de la historia. Aparece con Rafael Ramos Pedrueza en la
década de los veintes y entre quienes escribieron historia apoyados en los lineamientos
más generales del marxismo, se suele contar a Alfonso Teja Zabre. Miguel Othon de
Mendizabal, Luis Chávez Orozco, Armando y Germán Liszt Arzubide, José Mancisidor
y Agustín Cué Cánovas, aunque la mayor parte de la obra de los dos últimos es más
reciente. No se les puede afiliar a todos ellos dentro de una ortodoxia marxista. Cuando
comenzaron a escribir, o cuando se formaron, apenas se conocían las obras más
divulgadas de Marx y Engels, como el Manifiesto del Partido Comunista, y es por ello
que en muchas de las obras de estos autores se nota una aplicación mecánica,
esquemática, de los criterios más obvios del análisis marxista. Por otra parte. Teja
Zabre sólo en una época se guió por esta doctrina Mendizábal conservó elementos
positivistas
debidos a uno de sus maestros. Andrés Molina Enríquez. Chávez Orozco desarrolló
una importante obra de erudición y todos ellos participaron del nacionalismo propio de
la época en que vivieron,así como de la desintegración del positivismo que los formó,
por lo cual, esta corriente no llegó a afirmarse definitivamente como la oposición tajante
del positivismo ni como un semillero del cual saliera una teoría marxista de la historia
debida al análisis riguroso de los autores que, en otros ámbitos, han ido enriqueciendo
esa doctrina. p.12-13
Entre 1940 y 1968, años que limitan los ensayos reunidos en este volumen, se dan en
México diversas corrientes historiográficas. Sobresale, por su novedad y sus
aportaciones, la conocida con los nombres de historicismo. relativismo histórico y
perspectivismo, alimentada por las aportaciones de la filosofía alemana (de las cuales
no son ajenos el italiano Croce y el inglés Collingwood), que a través de José Ortega y
Gasset pasaron a México con los transterrados. En el terreno de la teoría de la historia,
esta corriente ha sido la más significativa del periodo. Otra es el neo-positivismo de
aquellos que permanecieron fieles a un cierto tipo de empirismo
más sistemático que el tradicionalista y en cierta forma influido por algunas corrientes
sociológicas. Su objeto más frecuentado ha sido la historia de las instituciones, en la
cual han producido obras importantes. Esta corriente no produjo teoría en el lapso de
1940 a 1968. El marxismo, por su parte, contempló un enriquecimiento en el aspecto
teórico más que en el de las realizaciones historiográficas p. 17
Aun cuando no hay, específicamente, una obra que trate acerca de la historia de la
teoría de la historia en México, si se encuentran artículos, ensayos, comentarios
bibliográficos, capítulos
de obras sobre cuestiones afines, etcétera, en los cuales se encuentra suficiente
información. evaluación y crítica sobre el particular. En primer lugar, los materiales que
forman este libro
adorarán al lector, mejor que nada, cuál es el pensamiento historiología de cada uno de
los autores. En segundo lugar, muchas de las obras citadas al pie de página en la
introducción
precedente pueden aclarar muchas dudas y abundar en los temas. Llamó la atención
sobre el voluminoso libro, fruto del congreso de historiadores de Oaxtepec, noviembre
de 1969
citado en la nota 21. porque en él se estudian las tendencias especializadas de la
historiografía de terna mexicano que se han producido en los últimos años
historiografía prehispánica
novohispana, de la independencia, política, social, económica regional, diplomática de
síntesis, del arte de las ideas y alguna otra que se me escapa. Complementa esta
información lo que
podemos considerar como antecedente de aquello: los volúmenes 58-60 de la revista
Historia Mexicana. p.28
Las preferencias del historiador son las que comunican sentido pleno y significatividad
a ciertos hechos que, por eso mismo, son efectivamente los más importantes, los más
históricos, y en
definitiva los más verdaderos. Y no se diga que esta operación selectiva es arbitraria, a
no ser que se afirme a la vez que la vida. P. 37
El historiador no puede usar la hipótesis para nada. Lo que me ha preocupado a mi es
averiguar con una serie de pruebas o fuentes que me satisfagan por el momento, la
verdad que hoy puedo conocer. Pero yo me pregunto si no hay una cosa p.40
O lo que es lo mismo Ciencia e Historia son dos métodos diferentes de entender la
realidad. Aplicar uno u otro de estos métodos no depende del objeto mismo, sino de
nuestro interés
humano. Podemos si queremos hacer la historia de un guijarro, y podemos también
reducir la vida de los hombres, como decía Anatole France, a esta simple frase:
"nacieron sufrieron,
murieron" pero nuestras preferencias p. 50
El Doctor José Gaos. Resume su punto de vista, expresado en la sesión anterior,
leyendo la nota siguiente. Cada historiador, e induso un mismo historiador en distintos
momentos de su carrera, se encuentra enfrente de distintas realidades históricas,
porque la realidad histórica es dependiente del historiador mismo es lo que se expresa
con la afirmación de que el hecho es construido por la interpretación misma. Pero ni las
distintas realidades históricas, ni siquiera los distintos historiadores, son tan distintos
como para que entre ellos no haya unidad alguna. Entre los distintos historiadores,
como en general entre los distintos hombres, ha de haber siquiera un mínimo de
unidad, sin el cual sería imposible, el hecho de que se comunican y entienden, siquiera
parcialmente. La cuestión sería, pues, elaborar una teoría de la unidad y
pluralidad de la realidad, incluyendo, naturalmente, 1os sujetos capaz de explicar el
doble hecho de que estos sujetos en parte coinciden. p.52