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3.2 Resumen Bleger

1) El documento presenta una perspectiva general de la psicología de la conducta, rechazando enfoques que consideran al ser humano de forma aislada o abstracta. 2) Critica las nociones de un "hombre natural" bueno corrompido por la sociedad, y explica que el ser humano es un producto histórico y social. 3) Argumenta que no hay distinción real entre lo innato y lo adquirido, y que el individuo solo puede entenderse en el contexto de su sociedad.
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3.2 Resumen Bleger

1) El documento presenta una perspectiva general de la psicología de la conducta, rechazando enfoques que consideran al ser humano de forma aislada o abstracta. 2) Critica las nociones de un "hombre natural" bueno corrompido por la sociedad, y explica que el ser humano es un producto histórico y social. 3) Argumenta que no hay distinción real entre lo innato y lo adquirido, y que el individuo solo puede entenderse en el contexto de su sociedad.
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Psicología de la conducta.

José Bleger.

Coexiste un numeroso conjunto de escuelas y subescuelas, de métodos y técnicas, de corrientes


e ideologías. Este libro presenta una especie de plano de una psicología general de la conducta. Cada
escuela o corriente refleja parte de la realidad, que es necesario reencontrar y reubicar en la totalidad y
unidad original.

1. La psicología y su objeto de estudio.


Podemos decir que la psicología estudia los seres humanos, pero lo hace desde un ángulo o
enfoque particular, que responde a la necesidad de atender determinado plano de su organización
como seres vivos. La psicología no es la única que estudia al hombre. Los intentos de hallar un objeto
específico y privativo para cada ciencia tienen mucha relación con los supuestos metafísicos de estudiar
entidades o sustancias, y estas falacias han conducido históricamente a la psicología a definir su objeto
de estudio como el alma, la conciencia, la mente o el psiquismo, olvidando que éstas son entidades
abstractas con las cuales se reemplazan los fenómenos concretos.
No hay tal cosa como el alma, psique, mente o conciencia; hay sí, fenómenos psicológicos o
mentales, pero el atributo no debe ser transformado en sujeto ni en sustancia.
La psicología estudia seres humanos reales y concretos. Si la psicología estudia al hombre,
siempre se halla implícita en ella una determinada concepción del mismo. Inclusive dentro de la
psicología que se define como el estudio de la mente o el alma, se halla incluida una concepción del
hombre que éste tiene de sí mismo en un determinado momento histórico; porque estos supuestos no
son meras especulaciones que surgen por sí mismas de una actitud totalmente contemplativa, sino que
se hallan siempre vinculados a las características culturales, sociales, de cada época. Cada organización
histórico-social tiene un tipo de imagen de sí misma.

2. El mito del hombre natural.


Se postula, en este tipo de concepción, la existencia de un estado o esencia originaria del ser
humano, que se ha corrompido o distorsionado por la influencia de la civilización; en pugna con lo
socialmente adquirido, que constituye lo artificial, el estado natural del hombre es sustentado como lo
genuino o ideal. De aquí se ha inferido en algunas oportunidades que el camino correcto es el de la
“vuelta a la naturaleza”, el retorno al estado originario, natural, desechando o apartando todo lo
culturalmente adquirido y condicionado en el ser humano.
Es evidente la tradición religiosa de esta hipótesis. En este tipo de postulación se implica que el
hombre natural es bueno, y tiene cualidades que se pierden o perturban por influencia de la
organización social. El desarrollo de la cultura da, así, un barniz superficial al ser humano, pero por
debajo de éste se halla su naturaleza originaria, que de esta manera es inamovible y fija, y puede ser
reencontrada o puesta nuevamente en primer término.
En la teoría del “hombre natural” hay que reconocer dos cosas diferentes: por un lado la
suposición de un estado natural prehistórico originario, del cual ha emergido el hombre actual, y –en
segundo lugar y por otra parte- un estado universal presente, por el cual el hombre en todos los lugares
y en todos los tiempos es el mismo.
Sabemos en la actualidad que no existe tal “hombre natural”, y que esta teoría es la
prolongación, en el campo científico, de una fantasía de carácter religioso, que supone al hombre
engendrado en forma “pura” por las manos de Dios, para luego sufrir una decadencia o “caída” en el
pecado y la culpa.
Sabemos que el hombre es un producto histórico; transforma la naturaleza y, en ese proceso,
crea la cultura y transforma su propia naturaleza. Con el hombre aparece una nueva manera de
adaptarse: la de crear nuevas condiciones ambientales transformando el medio natural, y este proceso
lo puede realizar, en parte, previendo los resultados y los objetivos. El hombre mismo es también
producto de un desarrollo histórico y deviene una nueva naturaleza: la humana.

3. El hombre aislado.
Se supone que el ser humano es originaria y primitivamente un ser aislado, no social, que asimila
con esfuerzo y gradualmente la necesidad de relacionarse con otros individuos; de esta manera, un
problema que se planteaba a la psicología era el de investigar cómo los seres humanos entran en

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relación los unos con los otros y, para ello, se emitió la hipótesis de un instituto gregario o de una
energía especial, la libido.
Esta abstracción está muy estrechamente relacionada con la del hombre natural, y ambas pasan
por alto el hecho de que el hombre sólo es tal en función de ser social y que, incluso, el alto grado de
individualidad del cual es un reflejo este postulado, es también un producto social.
El problema viene justamente, en la actualidad, a plantearse en términos totalmente invertidos;
se trata de saber cómo de integrantes de una cultura y de seres eminentemente sociales, llegan a
producirse o resultar hombres aislados.

4. El hombre abstracto.
Cosiste en estudiar al ser humano como determinado, aislado de las situaciones reales, históricas
y presentes, en las que transcurre su vida, se forma su personalidad y se establecen sus relaciones de
todo tipo.
De esto resulta que cuanto más abstracto es el hombre que se estudia, más idénticas resultan
todas sus características y más fijas, eternas e inmutables las categorías que se elaboran.
Esto ha conducido a generalizaciones y conclusiones erróneas, a conceptos y nociones estériles, y
a una mitología de entidades psicológicas.
Por lo contrario, la psicología moderna tiende a considerar todos los fenómenos psicológicos
como derivados de determinadas relaciones e interacciones concretas del ser humano, como ser social,
con las situaciones reales de su vida.

5. Individuo-sociedad.
Es una falsa antinomia de la cual aún está profundamente impregnada la psicología. Supone que
el individuo está limitado, distorsionado o coaccionado por la organización social. Se relaciona muy
estrechamente con la concepción del hombre aislado, en cuanto supone que para lograr los beneficios
de la vida social, los seres humanos hemos tenido y tenemos que sacrificar la satisfacción de tendencias
individuales, que son incompatibles con las normas sociales y la organización cultural en general.
Se trata de “salvar” la sociedad en su organización presente, considerando malo y animal al
hombre, atribuyendo a este último todos los desajustes de nuestra organización. Es lo contrario del mito
del hombre natural, en el cual el hombre es bueno y la sociedad es mala.
Si tomamos el caso de la delincuencia, la guerra o la prostitución, el esquema planteado por esta
antinomia individuo-sociedad las postula como resultantes de impulsos instintivos, primitivos o
animales, que aún subsisten en todos los individuos y que, en un momento dado, sobrepasan las
barreras del control y la represión cultural. El problema reside, realmente, en que la misma sociedad
que reprime y prohíbe la delincuencia y la prostitución y rechaza las guerras tiene contradictoriamente
en su seno los elementos causales de las mismas, en forma de componentes sociales irracionales, no
dominados.
Hay una permanente y estrecha relación entre individuo y sociedad y sólo se puede comprender
el uno por el otro; como seres humanos, dependemos en alto grado de la naturaleza, de nuestros
semejantes y de la organización social para satisfacer necesidades.

6. Innato-adquirido.
Se sustenta en la lucha entre el “fijismo” y las corrientes sociales progresistas; todas las
posiciones y fuerzas en lucha por mantener el concepto de una naturaleza y una sociedad fija e
inmutable, se adhirieron a las teorías que postulaban lo innato, mientras que todas aquellas fuerzas que
propugnaban el mejoramiento y el progreso de la organización social pusieron el énfasis sobre el
aprendizaje, lo adquirido, el cambio y el desarrollo.

7. El ser humano.
La concepción dialéctica tiende a considerar en un primer plano la unidad e interdependencia de
todos los fenómenos, y a ver todas las antítesis como fases o momentos de un proceso. De esta manera
pierden vigencia las discusiones e investigaciones que aíslan al ser humano, o tratan en forma abstracta
una parte de sus manifestaciones, sin conexión con la naturaleza y su medio social. El ser humano puede
ser entonces caracterizado por lo siguiente:
a) su condición de pertenecer a una naturaleza muy peculiar: la humana. A partir del
Renacimiento es cuando el hombre comprende que forma parte de la naturaleza, pero mucho más

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tardíamente acepta que forma parte, además, de una naturaleza distinta y muy partículas; su condición
de ser social hace que paulatinamente se estructure una síntesis integrada de naturaleza y sociedad, en
la que esta última no es un factor superficial que modifica características transitorias o no esenciales del
ser humano, sino que cambia profunda y sustancialmente la primitiva condición de ser natural, en el
sentido de depender en gran parte, o totalmente, de la naturaleza.
b) su condición de ser concreto, que pertenece a determinada cultura, a determinada clase
social, grupo étnico, religioso, y que esta pertenencia no es casual o aleatoria, sino que integra su ser y
su personalidad. Que la conducta concreta de tal individuo en tales condiciones concretas y en un
momento dado.
c) su condición de ser social, sólo por lo cual es un ser humano; el conjunto de las relaciones
sociales es lo que define al ser humano en su personalidad.
d) su condición de ser histórico, tanto en el sentido individual como social.
e) el medio ambiente del ser humano es un ambiente social, del que provienen los estímulos
fundamentales para la organización de sus cualidades psicológicas.
f) no puede conocerse la condición del ser humano por pura reflexión; el conocimiento que se
alcanza está, a su vez, socialmente condicionado.
g) el hombre es el único de los seres vivos que puede pensarse a sí mismo como objeto, utilizar el
pensamiento, concebir símbolos universales, crear un lenguaje, prever y planificar su acción, utilizar
instrumentos y técnicas que modifican su propia naturaleza. Aun formando parte de la naturaleza,
puede en cierta medida ser independiente de ella. Todo esto está en estrecha relación con su
posibilidad –distinta a la de todos los animales- de producir sus medios de subsistencia.
h) la producción de esos medios de subsistencia crea la matriz fundamental de todas las
relaciones humanas.

Apuntes de video:
Mitos y prejuicios en psicología.
La psicología se encarga de estudiar al ser humano, pero hay muchas otras disciplinas que
estudian al humano.
Hay algunos mitos y falacias en relacion al estudio psicológico del hombre:
Mito del hombre natural: el estado de civilización corrompe la naturaleza humana. Pero es
imposible pensar al ser humano sin pensarlo en la sociedad.
Mito del hombre aislado: Imposible, el hombre por naturaleza es un ser social.
Mito del hombre abstracto: Cuando se dice que la psicología estudia la consiencia o el psiquismo,
abstraído del entramado social y del sujeto, también es un mito. El ser humano es concreto,
históricamente determinado.

De estos mitos surgen las antinomias:


Individuo-sociedad
Innato adquirido.

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