Concepto de educación ambiental
La educación ambiental hace referencia al “proceso permanente de carácter
interdisciplinario, destinado a la formación, cuyas principales características son el
reconocimiento de los valores, desarrollo de conceptos, habilidades y actitudes
necesarias para una convivencia armónica entre seres humanos, su cultura y su medio
biofísico circundante” (Valera y Silva, 2012, p. 196). Esta educación puede ser formal
(se imparte dentro del sistema público y privado de educación), no formal (prácticas
estructuradas y con objetivos definidos, pero no tiene carácter escolar) e informal (se
promueve sin mediación pedagógica explicita).
En este sentido, a continuación se enumeran los objetivos que debe tener la educación
ambiental:
Responsabilizar y concienciar a las personas sobre los conocimientos del medio
ambiente y sus problemáticas.
Involucrar a las personas en las realidades, prácticas y experiencias de los
problemas del medio ambiente que se perciben en sus territorios.
Realizar actitudes que ayuden a las comunidades a fortalecer sus sentimientos de
conservación y respecto de la naturaleza y el medio ambiente, así como su
propia cultura.
Desarrollar habilidades que fomenten la búsqueda de soluciones a las
problemáticas ambientales actuales y prevengan los que puedan aparecer en el
futuro.
Fomentar acciones individuales o colectivas que corrijan o eviten problemas
medio ambientales.
Por otro lado, la educación ambiental tiene una serie de principios que debe cumplir
(Valera y Silva, 2012). Así, la educación ambiental:
Es considerada como un proceso continuado.
Está integrada por todas las materias del saber y corriente científica.
Debe fomentar la participación, prevención y el trabajo de búsqueda de
soluciones.
Tiene como base el pensamiento crítico e innovador en cualquier tiempo y lugar.
Es individual o colectiva.
Pretende formar ciudadanos con conciencia local y global acerca de las
problemáticas medio ambientales que nos rodean.
Es un derecho de todas las personas.
Debe ser ejercida por todos los ciudadanos.
Es holística.
Integra conocimientos, actitudes, aptitudes y valores para convertir cada
oportunidad de experiencia educativa en un eje transformador de la sociedad
hacia una competencia amigable con la naturaleza.
Requiere la participación de los medios de comunicación y sus compromisos en
la defensa de la naturaleza y el medio ambiente.
Debe capacitar a las personas para resolver conflictos de manera justa y humana.
Divide las situaciones ambientales en pasadas, presentes y potenciales.
Clasifica los problemas medio ambientales desde los puntos de vistas locales,
regionales, naciones e internacionales.
Debe ayudar a desarrollar una ética en la interacción con todas las forma de vida
existente en el planeta.
Por tanto, y siguiendo las consideraciones mostradas en las líneas anteriores, hablamos
de educación ambiental para referirnos a una forma de alcanzar los objetivos de la
protección del medio ambiente y la naturaleza, a través del desarrollo del entendimiento,
la equidad, el desarrollo de actitudes favorables y una ética conservacionista,
contribuyendo así a capacitar personas que fomenten el desarrollo sostenible.
3 Origen de la educación ambiental
La historia de la educación ambiental revela una estrecha relación entre los cambios en
las preocupaciones sobre el medio ambiente y sus problemas asociados y la forma en
que se define y promueve la educación ambiental. En este aspecto, la educación
ambiental surgió cuando las teorías pedagógicas desarrollaron la idea de incluir a los
niños en contacto con la naturaleza y el medio ambiente que les rodea. En concreto, su
origen se remonta al año 1930, con el movimiento de la “Educación Progresiva” que
tenía como finalidad el aprender haciendo.
Aunque se piensa que el término “educación ambiental” apareció por primera vez en
1958, el punto de partida que conmovió al mundo acerca de la fragilidad de nuestro
medio ambiente y la necesidad del desarrollo sostenible para consérvalo para las
generaciones venideras fue la visión del planeta desde el espacio por los astronautas
(Valera y Silva, 2012).
Posteriormente comenzaron a desarrollarse las primeras conferencias con temas
relacionados, como fue el caso de la Conferencia de Estocolmo en el año 1972. Esta
actividad marcó el inicio de la búsqueda de acciones sostenibles y de soluciones para
enfrentar los problemas relativos al medio ambiente. En este encuentro internacional
participaron 113 Estados miembros y más de 400 organizaciones gubernamentales y no
gubernamentales.
En la Conferencia de Estocolmo se resaltó que un mayor conocimiento sobre el medio
ambiente y una acción más prudente y sostenible sobre él mismo, nos llevaría a
conseguir un mayor aprovechamiento de las potencialidades y recursos del entorno para
las generaciones presentes y futuras. También se describieron los problemas
ambientales más importantes que existían a nivel mundial, y se señaló la importancia de
la educación como instrumento para solucionar estos problemas.
Posteriormente, hasta nuestros días se han venido desarrollando más acuerdos
internacionales (se verán con mayor profundidad en el capítulo IX de este libro) con la
finalidad de definir estrategias de acción para proporcionar a la población un ideas
orientadoras en cuanto a las relaciones entre los seres humanos y la naturaleza.
4 Importancia de la educación ambiental
La Agenda 21 enfatiza sobre el fomento de la educación y la capacitación que permita
crear conciencia del medio ambiente y el desarrollo en todos los sectores de la sociedad
a nivel internacional. De esta manera, habla de que exista una reorientación de la
educación hacia el desarrollo sostenible, aumente la conciencia del público a través de
las modalidades de educación ambiental, y se fomente la capacitación como fuente
indispensable para modificar las actitudes de la población.
Por otro lado, el Ministerio de Medio Ambiente de todos los países del mundo debe
fomentar la capacitación de las personas hacia una educación ambiental, que contribuya
a mejorar el desarrollo sostenible del país. Por tanto, la educación ambiental debe estar
insertada en las políticas gubernamentales de todos los países, con la finalidad de que se
fomente una cultura que cambie la problemática de la sociedad de consumo, orientando
y sensibilizando hacia buenas practicas sostenibles hacia el medio ambiente.
Si bien, la filosofía de la educación ambiental está enmarcada en la formación de un ser
humano nuevo con nuevas informaciones que le permitan estar de cara a los avances
científicos y tecnológicos, conservando el medio ambiente y respetando la naturaleza.
Por tanto, la educación ambiental no es algo que pertenece a la Administración Pública,
puesto que somos todos los seres humanos los responsables de que el mundo sea más
sostenible a través de nuestras acciones diarias.
Aunque, y según indica Valera y Silva (2012), es importante establecer estrategias para
lograr una verdadera educación ambiental:
Capacitar y orientar a la opinión pública en el conocimiento y las soluciones de
los problemas ambientales.
Fomentar los estudios y el desarrollo tecnológico compatible con el medio
ambiente y la naturaleza.
Formar a los recursos humanos sobre educación ambiental, con la finalidad de
que tomen decisiones sostenibles hacia el medio ambiente, la cultura y las
personas.
Controlar el desarrollo nocivo al medio ambiente a través de un sistema de
Administración Pública y Privada de calidad.
Impulsar políticas de participación de la población en la ejecución de las
acciones de desarrollo que conlleven un impacto ambiental.
Desarrollar un sistema jurídico que contribuya a eliminar las prácticas
inadecuadas hacia el medio ambiente.
Proporcionar un sistema financiero que garantice los recursos económicos para
desarrollar acciones que mejoren la educación ambiental.
Por otro lado, Valera y Silva (2012) han enumerado unas acciones que se deben
desarrollar para contribuir con el desarrollo de los seres humanos en relación al
medio ambiente:
Conocer sobre la biofísica y la cultura social ambiental de la cual los seres
humanos formamos parte.
Usar alternativas de manejo adecuado en las soluciones de los problemas medio
ambientales.
Motivar y actuar con responsabilidad para vivir en buenas condiciones medio
ambientales.
En este sentido, el facilitador tiene un papel importante en la educación ambiental,
puesto que debe transmitir en sus trabajos diarios los problemas y conceptos
ambientales de su entorno, además debe tener facilidad para dimensionar los contenidos
interdisciplinarios relacionados con el medio ambiente. Esta persona debe poseer
conocimientos sobre pedagogía, biología, historia natural, cambio climático, ecología,
conservación y desarrollo sostenible. También es importante que el facilitador combine
los contenidos teóricos con prácticas ambientales, debido a que el receptor obtiene la
enseñanza-aprendizaje mucho mejor, a través de la práctica.
La educación ambiental no puede resolver por sí sola los problemas medio ambientales
que nos rodean, y son las decisiones políticas, aportes económicos, condiciones sociales
de la población y las condiciones naturales del medio las que influyen en que los
recursos humanos impulsen acciones favorables hacia el medio ambiente. Así, la
educación ambiental sí es importante como herramienta para promover la toma de
conciencia y el compromiso de las personas frente a la naturaleza, expresado a través de
buenas conductas de protección y conservación del medio ambiente y la naturaleza.
Además, las actividades en favor del medio ambiente se sustentan en dos grandes bases
(Cisneros et al., 2012): la primera en el plano ético, y la segunda, en el plano científico.
Y, la educación ambiental estará dentro de estos dos planos, y sus objetivos y
contenidos deben ser integradores y deben referirse a la relación armónica hombre-
sociedad-naturaleza.
Por tanto, la educación ambiental es importante como herramienta para garantizar el
desarrollo sostenible del planeta, a través de buenas prácticas desarrolladas por los seres
humanos, que garanticen el respeto hacia el medio ambiente y la conservación de la
naturaleza.
Impacto ambiental de la actividad humana
Sexto básico - Actividad Nº 464
1- El Impacto Ambiental
Por impacto ambiental se entiende el efecto que produce una determinada acción
humana sobre el medio ambiente en sus distintos aspectos. El concepto puede
extenderse, con poca utilidad, a los efectos de un fenómeno natural.
Las acciones humanas, motivadas por la consecución de diversos fines, provocan
efectos colaterales sobre el medio natural o social. Mientras los efectos perseguidos
suelen ser positivos, al menos para quienes promueven la actuación, los efectos
secundarios pueden ser positivos y, más a menudo, negativos. La evaluación de impacto
ambiental (EIA) es el análisis de las consecuencias predecibles de la acción; y la
declaración de impacto ambiental (DIA) es la comunicación previa, que las leyes
ambientales exigen bajo ciertos supuestos, de las consecuencias ambientales predichas
por la evaluación.
2- Clases de impactos
La preocupación por los efectos de las acciones humanas surgió en el marco de un
movimiento, el conservacionista, en cuyo origen está la preocupación por la naturaleza
salvaje, lo que ahora distinguimos como medio natural. Progresivamente está
preocupación se refundió con la igualmente antigua por la salud y el bienestar humanos,
afectados a menudo negativamente por el desarrollo económico y urbano; ahora nos
referimos a esta dimensión como medio social.
2.1- Impactos sobre el medio natural
Los impactos sobre el medio natural de las actividades económicas, las guerras y otras
acciones humanas, potenciadas por el crecimiento demográfico y económico, efecto
negativo. Suelen consistir en pérdida de biodiversidad, en forma de empobrecimiento de
los ecosistemas, contracción de las áreas de distribución de las especies e incluso
extinción de razas locales o especies enteras. La devastación de los ecosistemas produce
la degradación o pérdida de lo que se llama sus servicios naturales.
También pueden producirse, aunque más raramente, efectos positivos para el medio
natural. Por ejemplo las explotaciones de áridos y las canteras pueden dejar, al cesar su
explotación, cubetas en las que se forman balsas, muy valiosas ecológicamente, que
sirven de refugio provisional a las aves migratorias. La introducción en el medio rural
de muchos países, como Italia, ESPAÑA, Francia, de Europa y Argentina, Chile o
Bolivariana de Venezuela en Latinoamérica en los años 60, como combustible
doméstico, del gas embotellado supuso el abandono del carboneo (la producción de
carbón vegetal a partir de leña) y un crecimiento inusitado de las masas forestales
naturales, allí donde antes se dejaba crecer más que matorral.
2.2- Impacto ambiental a nivel mundial
La mayor parte de la energía utilizada en los diferentes países proviene del petróleo y
del gas natural. La contaminación de los mares con petróleo es un problema que
preocupa desde hace muchos años a los países marítimos, sean o no productores de
petróleo, así como a las empresas industriales vinculadas a la explotación y comercio de
éste producto. Desde entonces, se han tomado enormes previsiones técnicas y legales
internacionales para evitar o disminuir la ocurrencia de estos problemas.
Los derrames de petróleo en los mares, ríos y lagos producen contaminación
ambiental: daños a la fauna marina y aves, vegetación y aguas. Además, perjudican la
pesca y las actividades recreativas de las playas. Se ha descubierto que pese a la
volatilidad de los hidrocarburos, sus características de persistencia y toxicidad
continúan teniendo efectos fatales debajo del agua. Pero, no son los derrames por
accidentes en los tanqueros o barcos que transportan el petróleo, en alta mar o cercanía
de las costas, los únicos causantes de la contaminación oceánica con hidrocarburos. La
mayor proporción de la contaminación proviene del petróleo industrial y motriz, el
aceite quemado que llega hasta los océanos a través de los ríos y quebradas. Se estima
que en escala mundial, 957 millones de galones de petróleo usado entran en ríos y
océanos y 1500 millones de galones de petróleo crudo o de sus derivados son
derramados. Los productos de desechos gaseosos expulsados en las refinerías ocasionan
la alteración, no sólo de la atmósfera, sino también de las aguas, tierra, vegetación, aves
y otros animales. Uno de los contaminantes gaseosos más nocivo es el dióxido de
azufre, daña los pulmones y otras partes del sistema respiratorio. Es un irritante de los
ojos y de la piel, e incluso llega a destruir el esmalte de los dientes.
3- La intervención humana
3.1- contaminación de los océanos
El océano ha sido utilizado tradicionalmente como sostén de los barcos, como fuente de
alimento y como vertedero; y crece su reconocimiento como componente vital en la
regulación del clima. Componentes químicos valiosos pueden ser extraídos del agua
marina, y la recuperación de minerales del mar, como hidrocarburos, es una industria
principal que extiende gradualmente sus operaciones a las aguas más profundas.
Los océanos reciben la gran mayoría de los desperdicios humanos, ya sea por vertido
deliberado (desagües de aguas servidas domiciliarias e industriales) o por su arrastre
natural desde la superficie terrestre (ríos o corrientes subterráneas), lo que repercute
directamente en las especies marinas.
Las principales fuentes de contaminación marina que afectan, dañan e incluso destruyen
el ecosistema marino son:
Cada vez se reconoce más que el océano actúa como un regulador del clima, pero, a
pesar de la expansión y de los progresos de la ciencia marina en este siglo, los
científicos tienen pocos conocimientos sobre las propiedades, las poblaciones y los
procesos del océano. La contaminación es más alta en las desembocaduras de los ríos,
bahías y puertos, ya que es en esas zonas donde llegan los alcantarillados y los ríos con
los distintos tipos de residuos. Por lo tanto, las aguas costeras están más sucias que el
mar abierto, debido a que sobre la superficie de la plataforma continental es más fácil la
acumulación de las sustancias contaminantes, debido a que la profundidad es mucho
menor.
Es importante mencionar que los dos factores que más han condicionado el
impacto sobre el medio ambiente son la explosión demográfica y el consumo
creciente e imparable de energía.
3.2- La explosión demográfica
Desde hace unos 150 años la población humana ha experimentado un crecimiento
acelerado como consecuencia de los progresos científicos y tecnológicos y, sobre todo,
por los avances en el campo de la medicina, como los antibióticos, las vacunas, la
cirugía..., que han permitido el alargamiento de la vida media del ser humano.
3.3- Consumo creciente de energía y materias primas
Debido al crecimiento de la población se produce un aumento creciente del consumo de
energía. En un principio, la vida del ser humano dependía fundamentalmente de la
cantidad de energía que necesitaba para realizar sus funciones vitales, nacer, crecer y
reproducirse; es decir, energía de consumo interno, proveniente de los alimentos y del
Sol, la llamada energía endosomática. En este caso, las acciones realizadas por el ser
humano para conseguir ese tipo de energía apenas causaban impacto sobre los
ecosistemas y era semejante al producido por cualquier otro ser vivo de la biocenosis.
Pero el ser humano consume, además, elevadas cantidades de energía externa o
exosomática para realizar otras actividades como la industria, la agricultura y la
iluminación. El consumo de este tipo de energía ha sufrido un crecimiento espectacular,
y en la actualidad representa el 88 % del total del consumo energético.