INFLUENCIA DE LA TECNOLOGÍA EN LA ESCRITURA.
Recuerdo cuando tuve mi primer teléfono, era una moda escribir con abreviaturas, con el
argumento de “ahorrarse tiempo y caracteres”, hasta que un día intente redactar un e-mail y me di
cuenta que escribía igual que en los mensajes de texto que intercambiaba con mis amigos. Con la
aparición de las nuevas tecnologías, gran parte de la comunicación entre jóvenes depende de una
plataforma digital, ya sea “Twitter”, “Instagram”, “Whatsapp” o “Facebook”, solo por nombrar las más
frecuentes. Por lo que se puede considerar que la escritura en las redes sociales y mensajería de texto
afecta el aprendizaje de los adolescentes. Con el tiempo la tecnología se ha sumergido en la
cotidianidad de los jóvenes, les ofrece facilidad en la comunicación y un aporte a la escritura, ya que
todos indirectamente somos escritores digitales. Sin embargo, el problema se encuentra en el uso
inadecuado de las abreviaturas y los errores gramaticales en las redes sociales y mensajería de texto,
cuando esos errores son utilizados frecuentemente el nivel de aprendizaje de los jóvenes disminuye, el
mensaje se distorsiona y el receptor se confunde, además, se termina adaptándose a un patrón erróneo
del vocabulario.
En el mismo orden de ideas, nuestro lenguaje se ha descuidado sistemáticamente en las redes de
mensajería instantánea, ya que, con la escritura rápida en las redes sociales y mensajería de texto, los
jóvenes con alta interacción digital, pueden confundir la abreviatura con errores ortográficos. Dejando
en evidencia que la ley de la economía de caracteres es peligrosa para las nuevas generaciones. Tal
como lo dice Fernández Fátima en su artículo sobre “¿Cómo influye el internet en la ortografía?”: “En
general, los estudiantes obvian las tildes, pero también se ve un aumento preocupante de confusiones
entre «b» y «v», y «j» y «g», lo que, unido al cambio de «k» por «q» y de «y» por «ll», y a la omisión
de la «h» o su colocación en lugares inadecuados”. Es de gran preocupación que esos errores ocurran.
No hay que ser experto en lingüística o tener múltiples títulos académicos para saber que palabra se
escribe con “b” y “v”. Actualmente, los jóvenes intentan trasmitir un mensaje rápidamente y obvian el
hecho de que no lo están escribiendo correctamente o si se entiende. Y ese inconveniente puede ocurrir
a nivel académico, cuando al momento de redactan cualquier escrito sea vea más importante el hecho
de culminar rápidamente que escribir sin ninguna falta ortográfica o trasmitir las ideas de manera clara
y completa.
José Antonio Millán, lingüista experto en comunicación digital, opina que: “Es absurdo pensar
que los alumnos que usan abreviaturas o juegos hagan lo mismo con otro tipo de textos. Los hablantes
saben diferenciar los distintos registros”. Por el contario, pienso que los mensajes que se escriben los
adolescentes sí intervienen en su aprendizaje. Por lo que, estoy de acuerdo con las palabra de Leonardo
Gómez Torrego, investigador del CSIC y miembro del consejo asesor de Fundéu, cuando menciona que
“La memoria visual es muy fuerte en el aprendizaje de la ortografía, si todo el rato están leyendo textos
mal escritos están interiorizando fórmulas que les va a costar no asumir.” Por lo tanto, cuando se utiliza
una escritura errónea en las redes sociales o mensajería de texto, existe una gran posibilidad que el
subconsciente también la utilice en cualquier texto que se desee redactar. El uso sería tan común que,
aunque se verifique lo escrito, pasarían por alto los errores.
Además, es un problema que nos involucra a todos, tanto al emisor como el receptor. Dado que,
con la economía de caracteres en los mensajes gana tiempo el que escribe, pero lo pierde el que trata de
descifrar lo allí escrito. No me puedo imaginar a un periódico importante de la ciudad publicando en
uno de sus artículos “ke sucd cn el agua en el stado”. Las personas tardarían más de lo normal para
tratar de entender el mensaje que el periódico trata de emitir. Con este tipo de escritura se desprestigia
la lengua castellana, comprensión lectora, redacción e incluso el mensaje se distorsionaría, ya que la
oración de sujeto, verbo y predicado se pierde porque los usuarios eliminan palabras para ahorrar
espacio, así como las mayúsculas, y los signos de puntuación. Al mismo tiempo, suceden otras cosas a
las que no prestamos atención.
¿Qué se puede hacer ante tal situación? Creo que es necesario enseñar en la escuela a escribir en
los dispositivos móviles, a través de plataformas interactivas, los jóvenes se esmeren en los acentos, en
los signos gramaticales en la redacción de textos online. No es necesario apartar la tecnología de la vida
cotidiana, pues en el siglo XXI es algo imposible, sino convertirla en una herramienta que ayude al
correcto uso del lenguaje hispano. Soy participe de que la comunicación es mucho más rica cuando está
bien escrita. No se trata solo de recibir la idea fundamental, sino de captar la estructura. Y para ello los
jóvenes necesitan de profesionales expertos en el área, que los corrijan y enseñen a darle buen uso lo
que escriben en las redes sociales y las mensajerías de texto.
REFERENCIAS
https://www.lne.es/opinion/2008/07/29/influencia-internet-ortografia/660901.html
https://www.lanacion.com.ar/1795183-como-influyen-las-nuevas-tecnologias-en-la-escritura
https://elpais.com/sociedad/2014/03/19/actualidad/1395260730_025818.html