ENSAYO DE MODERNIDAD LIQUIDA
ELABORADO POR:
EGLIS JOHELIS MORALES CASAS
PRESENTADO A:
MARTHA EHRHARDT
UNIVERSIDAD DE LA COSTA PROGRAMA (CONTADURIA PÚBLICA)
NORMAS INTERNACIONALES DE CONTABILIDADA
BARRANQUILLA
27 DE SEPTIEMBRE 2017
MODERNIDAD LIQUIDAD
“La vida liquida es una vida precaria y vivida
En condiciones de incertidumbre constante”
Zygmund Bauman, vida liquida.
Zygmund Bauman es un sociólogo contemporáneo se considera uno de los más importantes
de esta época. En su libro MODERNIDAD LIQUIDAD nos expone sus teorías sobre la
modernización en la discusión de cinco temas principales: emancipación, individualización,
espacio/tiempo, trabajo y comunidad. Su tesis central es que “la modernidad solidad”
representada por los sistemas capitalistas han tenido que ceder en la “la modernidad
liquida” representada por los nuevos sistemas de relaciones sociales donde sus relaciones
fluyen con mayor flexibilidad y liquidez.
Bauman expone sus propias convicciones e ideas en cuanto a este tema, como el mundo ha
dejado ser uno individual y se ha convertido en uno global, donde ya nosotros como seres
humanos no tenemos el control que anteriormente teníamos sobre los sistemas,
instituciones e individuos en general.
Las metáforas de las que hace uso Bauman para acercarnos a lo que denomina
“modernidad” comparándola con las cualidades propias de los elementos líquidos rompen
con muchos esquemas establecidos hasta entonces acerca de qué era lo que se entendía por
tal concepto. Atiende así a señalar posturas de diversa índole dispuestas a justificar la
necesidad de mantener posicionamientos que en teoría explican la necesidad de aplicar
cambios considerados necesarios en la sociedad, en la realidad social de la que todos somos
partícipes, a fin de acabar con elementos que se antojan anticuados o que no han permitido
ningún tipo de duda (por su consecuente riesgo de tropezar con la posibilidad de perder la
vida en el intento o de ser severamente castigado) y que han permanecido estáticos, inertes,
al paso del tiempo.
Algunos puntos de vista refuerzan más aunque no sea su intención última (muchos
pensaban entonces que lo más conveniente o “avanzado” se acercaba a sus
correspondientes propuestas) la cualidad estática hacia la que Bauman dirige sus palabras.
Resalto que, obviamente, porque los contextos sociales previos al actual requerían de
medidas y perspectivas diferentes. El racionalismo weberiano que gira en torno a las
funciones del Estado acogiéndose a principios comunitarios, las bases del marxismo que
exaltaban la libertad (libertad en cierta medida, se entiende; la idea de no depender de nadie
queda atrás si ya Marx señalaba la mutua dependencia de los propietarios y el proletariado
para producir bienes), etc.
No defiende el cambio por el cambio, lo que hace es resaltar que en la medida en que la
sociedad se tiene que adaptar a los nuevos tiempos se vuelve necesario crear artefactos,
funciones, que se acojan a dichas circunstancias.
El hombre como ese ente racional que no es más que un individuo, que solo piensa en vivir
el presente, que se ocupa solo de que las cosas sean de una manera fácil e inmediata, solo
desea vivir el día a día y estar comunicado con el mundo por aquello que le interese o
convenga no más, sino es práctico o no obtiene algún beneficio de la situación simplemente
prefiere o estar y vivir en su zona de confort teniendo así una tranquilidad que no lo
involucra a ningún compromiso, convirtiéndose esto en una cotidianidad.
Es así como la modernidad líquida es la realidad de hoy que se nos escapara de entre las
manos como agua entre los dedos y lo peor es que la tenemos y no la aprovechamos, nos
sentimos como si fuera un recurso que se tiene en la obligación de darnos tener y vivir, que
no la valoramos o no sabemos cómo utilizarla por nuestra cultura de la abundancia; perder
esos lazos de unión en las diferentes esferas para transformarnos de en una sociedad sólida
a una sociedad líquida, maleable, escurridiza, que fluye, en un capitalismo liviano tal cual
hoja que se la lleva el viento.
La modernidad líquida es un tiempo sin certezas, sin saber que va a pasar mañana, ya que
hoy no se ve el interés por salir adelante ya que el individualismo en el que nos adentramos
es tal que ya que no se piensa en una pensamiento colectivo, solo se actúa por uno y al final
uno, y considerarnos los únicos y que nuestra forma de ser es la que tiene la razón y es la
que tiene validez porque nuestra independencia es tan fuerte que nos hace creer eso y no
nos interesa lo demás, incluyendo si hasta con esto ocultamos nuestros miedos y los
convertimos en barreras o corazas reaccionando de manera agresiva si alguien nos hace ver
los errores o encuentra esas carencias que tenemos en nuestro comportamiento, es ahí
donde .El miedo se ha transformado el humos de las personas en humor en algo oscuro e
irracional, porque preferimos protegerlo antes que demostrarlo con la intención de que no
vean que somos vulnerables.
El ser independiente es algo que buscamos, deseamos, pelamos por conseguirlo, y cuando
lo obtenemos nos damos cuenta que la visión que se desea en su momento no es tan fácil de
manejar cuando se tiene en las manos, por no saber el poder o responsabilidad que se tiene
ya que puede traer consecuencias a las que no estamos acostumbrados y convertimos esa
libertad en libertinaje y los resultados son problemas que nos pueden rebasar y no sabemos
solucionar y es ahí donde entra el tema de la familia, si esa familia, que era nuclear se ha
transformado en una “relación pura” donde los integrantes se han convertido en “socios”
que puede abandonar al otro a la primera dificultad y no saber ya convivir, ceder,
solucionar o involucrarse, y el tema del amor se convierte en una utopía, ya que las
relaciones se han convertido en virtuales o dependientes de una red social, que ya es tan
fácil encontrar al amor de tu vida en una aplicación y que te hace de los más feliz y estar a
la moda teniendo este contacto tecnológico, anclándonos a este medio como libertad de ser
y estar ahí solamente en una sociedad virtual que te acepta cada más más mientras mayor
sea tu capacidad de consumir, datos, dinero electrónico o el monedero, sin importar lo que
realmente pase afuera en el mundo real, convirtiéndonos en que tengamos esa necesidad de
comprar lo más nuevo que haya en tecnología o la ropa de temporada que igual no
necesitamos pero que está en los aparadores o tienen ese descuento con la tarjeta dorada
que te va a dar puntos que no sabe que son o donde los puedes utilizar pero lo quieres
porque lo deseas y nos dejamos llevar por el mundo.