Escuela De Psicología clínica
Terapia de grupo
Tema:
Factores éticos y profesionales en la práctica de grupos
Facilitadora:
Ilusión García
Sustentado por:
Rosa Julia Batista…17-3844
20 de mayo del 2020
Santiago De Los caballeros,
República Dominicana
Introducción
La psicología grupal implica que varias personas se encuentren en un clima de escucha,
respeto y ausencia de críticas, dispuestas a compartir la experiencia de relatar y pensar su
malestar en compañía.
En principio, participar de una terapia grupal genera temores y ansiedades en relación a la
situación desconocida con personas que nunca se vio, sin embargo, después de los primeros
encuentros se produce un incremento de la confianza, de las posibilidades de conocer
emociones o sentimientos que se producen en uno y que son difíciles de observar.
Los terapeutas participan facilitando el desenvolvimiento del fenómeno grupal, brindando
información si es necesario, señalando alguna emoción o pensamiento latente, con
intervenciones que faciliten la escucha de lo que está ocurriendo, interpretando cuando en un
tema se depositan más significados que los que tiene, relacionando experiencias y sensaciones
que se generan en los integrantes del grupo, o en la persona misma del psicólogo.
Antes de que el consultante participe en un grupo, se realizan entrevistas individuales con el fin
de orientar cual es el tipo de terapia recomendada, conocer la problemática del consultante y
que el consultante conozca y establezca un vínculo con el terapeuta.
Un punto a tratar en el tema son los factores éticos y profesionales en la terapia de grupo, lo
cual puedo definir la ética profesional como aquella que marca pautas de conducta para el
desempeño de las funciones propias de un cargo dentro de un marco ético. En muchos casos
tratan temas de competencia y capacidad profesional, además de temas específicos propios de
cada área.
Como futuros terapeutas debemos conocer cuáles son los derechos y deberes de los
participantes de un grupo y del profesional en cargado en sí.
Por último y diría que base importante de esta asignación tararemos:
Los Factor de los grupos involuntarios
Factor de riesgo psicológico en el grupo
Factores éticos en las terapias multiculturales
La ética en la acción del terapeuta, entre otros.
1. Elabora un cuadro comparativo en el que se enfoquen los derechos y deberes de
los miembros de la terapia grupal y el terapeuta que las dirige.
Derechos Deberes
Consentimiento informado. Los clientes de la consulta de
psicología tienen el deber de
Derecho a la intimidad de las responsabilizarse de su propia
personas en todo lo referente salud de forma activa, de
en a su asistencia a la acuerdo a las recomendaciones
consulta y la evaluación. del psicoterapeuta.
Derecho a la confidencialidad Tiene el deber de asumir las
de toda la información propias decisiones sobre su
recabada por el psicoterapeuta salud, dejar constancia por
en la consulta o fuera de ella.
escrito de la misma y firmar el
documento de alta voluntaria,
Derecho a que se facilite el
acompañamiento de los conforme a las previsiones
clientes por un familiar o desorden jurídico.
persona de su confianza.
Deber de respeto a las normas
Derecho a limitar la grabación de convivencia de la relación
y difusión de imágenes, en terapéutica.
los términos establecidos en la
normativa vigente. Deber de facilitar toda la
información que se le facilite
Toda persona que asista a la sobre su estado de salud,
consulta psicológica tendrá historial clínico, relaciones
derecho a la confidencialidad sociales y familiares, conductas,
de los datos referidos a sus etc. que le solicite el
creencias, su filiación, opción
sexual. psicoterapeuta con el fin de
disponer de toda la información
El cliente tiene derecho a necesaria para realizar una
conocer los resultados de la correcta evaluación, diagnóstico
evaluación o diagnóstico que y propuesta de tratamiento.
se realice sobre su persona
así como el Plan de actuación El cliente deberá cumplir
terapéutica propuesta por el fielmente las indicaciones
psicólogo, la duración individuales que reciba del
estimada. psicólogo o de los profesionales
* Cuidados del terapeuta para que forman el equipo
minimizar los posibles riesgos terapéutico.
del grupo. * Respeto hacia la
privacidad de los miembros en
relación con lo que la persona
puede revelar y con el grado
de apertura. * Libertad de la
indebida presión grupal para la
participación en los ejercicios
del grupo, toma de decisiones,
exposición de problemas
privados y aceptación de
sugerencias de otros
miembros.
El derecho a un tratamiento
equitativo.
2. Redacta un informe breve donde abordes el factor de riesgo psicológico en el
grupo y los factores éticos en la formación de terapeutas de grupo.
Los factores psicosociales son aquellas características de las condiciones de trabajo y, sobre
todo, de su organización que afectan a la salud de las personas a través de mecanismos
psicológicos y fisiológicos a los que también llamamos estrés.
Como los grupos pueden actuar como catalizadores del cambio personal, conllevan también
riesgos para los miembros del grupo. La naturaleza de estos riesgos que incluyen cambios
vitales que originan rupturas, socialización dolorosa entre los miembros, etc.
Y lo que el terapeuta puede hacer a este respecto es el objeto de esta sección. Es irreal
esperar que un grupo no conlleve riesgos porque cualquier aprendizaje vital implica
arriesgarse. Sin embargo, es responsabilidad ética del terapeuta asegura que los futuros
miembros del grupo conocen los riesgos potenciales y adoptan precauciones a este respecto.
La ética en la acción del terapeuta
La sensibilidad ala necesidades de los miembros del grupo y al impacto que los valores o
técnicas empleadas puedan producirse sobre los mismo es una cualidad imprescindible de los
terapeutas. Ser terapeuta requiere el conocimiento de los patrones comunitario, de las normas
del centro donde se trabaja y de las leyes que rigen el ejercicio terapéutico.
Cuando la participación es obligatoria, el consentimiento informado es particularmente
importante. Deberás realizarse un gran esfuerzo para informar a los miembros involuntarios
sobre la naturaleza y metas de grupo, los procedimientos que vayan a usarse, sus derechos y
responsabilidades, límites de la confiabilidad y la influencia que su nivel de participación tendrá
en las decisiones críticas que se adopten fuera del grupo .cuando los grupos son involuntarios
e debería fomentar la cooperación de los miembros y motivarlos para que sigan asistiendo
voluntariamente.
3. Efectuar un resumen de la unidad 2 tomando en cuenta los distintos temas y sub
temas que se desprenden de esta unidad acorde a temas contemplado en el programa.,
o Derechos de los participantes de un grupo
Consentimiento Informado
Los participantes tenderán a ser más cooperativos y activos si durante la
sesión inicial se proporciona la información básica sobre el grupo.
Un terapeuta que hace esto como norma demuestra honestidad y respeto por
los miembros y potencia la confianza necesaria para que los miembros sean
abiertos y activos. El terapeuta obtiene así el consentimiento informado de los
participantes.
Indicaciones sobre lo que se espera de ellos.
La libertad de abandonar el grupo si no parece ser lo que esperaban, lo que
deseaban o necesitaban.
Información sobre cualquier investigación o grabación que se vaya a realizar
durante las sesiones con los miembros del grupo.
Si se realiza alguna grabación, el derecho a pararla cuando restringe la
participación de los miembros.
Ayuda del terapeuta para adecuar los aprendizajes del grupo a cada cliente.
Oportunidades para comentar en el grupo los aprendizajes individuales y para
experimentar la cercanía del grupo, de tal forma que los participantes no
queden innecesariamente con asuntos pendientes.
Una consulta con el terapeuta si se produce una crisis por efecto directo de la
participación en el grupo o la derivación a otras fuentes de ayuda si el
terapeuta no puede proporcionarla.
Cuidados del terapeuta para minimizar los posibles riesgos del grupo.
Respeto hacia la privacidad de los miembros en relación con lo que la persona
puede revelar y con el grado de apertura.
Libertad de la indebida presión grupal para la participación en los ejercicios del
grupo, toma de decisiones, exposición de problemas privados y aceptación de
sugerencias de otros miembros.
Respeto a la confidencialidad por parte del terapeuta y de los miembros
restantes.
Libertad frente a los valores del terapeuta y del resto de los miembros.
Oportunidad para emplear los recursos del grupo en el crecimiento.
Derecho a ser tratado como individualidad con la dignidad y respeto
merecidos.
o Factores de los grupos involuntarios
Cuando la participación es obligatoria, el consentimiento informado es particularmente
importante. Deberá realizarse un gran esfuerzo para informar a los miembros involuntarios
sobre la naturaleza y metas del grupo, los procedimientos que vayan a usarse, sus derechos y
responsabilidades, límites de la confidencialidad y la influencia que su nivel de participación
tendrá en las decisiones críticas que se adopten fuera del grupo sobre él. Cuando los grupos
son involuntarios se debería fomentar la cooperación de los miembros y motivarlos para que
sigan asistiendo voluntariamente. Otra alternativa podría consistir en aceptar a los miembros
involuntarios sólo durante un período inicial limitado. Los miembros reacios deberían tener la
posibilidad de comprobar qué y cómo se trabaja en el grupo y después de, digamos, tres
sesiones, decidir si desean o no volver al mismo. Evidentemente pueden producirse
consecuencias para los clientes que decidan no continuar con el tratamiento. La práctica ética
requiere que los terapeutas analicen estos aspectos con los clientes que le son enviados.
o Factor de riesgo psicológico en el grupo
Como los grupos pueden actuar como catalizadores del cambio personal, conllevan también
riesgos para los miembros del grupo. La naturaleza de estos riesgos - que incluye cambios
vitales que originan rupturas, confrontaciones hostiles y destructivas, socialización dolorosa
entre los miembros, etc. - y lo que el terapeuta puede hacer a este respecto es el objeto de esta
sección. Es irreal esperar que un grupo no conlleve riesgos porque cualquier aprendizaje vital
implica arriesgarse. Sin embargo, es responsabilidad ética del terapeuta asegurar que los
futuros miembros del grupo conocen los riesgos potenciales y adoptan precauciones a este
respecto.
La ASGW recomienda que el terapeuta subraye los riesgos personales implicados en cualquier
grupo, especialmente los referentes a los posibles cambios vitales y que ayude a los miembros
del grupo a examinar su disposición a encarar dichos cambios. Como mínimo se espera que el
terapeuta comente con los miembros las ventajas y desventajas de un grupo determinado, que
prepare a los miembros para manejar cualquier problema que puede surgir en la experiencia
grupal y que permanezca alertas a los temores y reservas que los miembros puedan tener.
También corresponde al terapeuta disponer de un conocimiento amplio y profundo sobre las
fuerzas que operan en el grupo y sobre el modo de movilizar dichas fuerzas para lograr fines
éticos. Si los terapeutas no proceden con precaución, los miembros pueden perder los
beneficios del grupo e incluso pueden resultar psicológicamente dañados por el mismo. Las
vías para reducir estos riesgos incluyen el conocimiento de los límites de los miembros, e
respeto a sus peticiones, el empleo de un estilo invitador frente a uno dictador, evitar
enfrentamientos insultantes, describir la conducta en vez de juzgarla y presentar las sospechas
de forma sugerente en vez de forzar interpretaciones a los miembros.
Los miembros deberían ser conscientes de la posibilidad de desbarata sus vidas por efecto de
la participación en el grupo (o en cualquier otra tare terapéutica). En la medida que los
miembros son más conscientes de sí mismos, pueden provocar cambios en sus vidas, que, a
pesar de ser constructivos a largo plazo, crean crisis y problemas en el camino. Por ejemplo, lo
cambios que introduzca una mujer por efecto de lo conseguido en el grupo pueden provocar la
resistencia o la hostilidad de su marido con las consecuentes dificultades maritales. Además, el
resto de su familia puede desaprobar sus cambios y preferir a la persona que era antes de
implicarse en la terapia grupal.
o La ética en la acción del terapeuta
La sensibilidad a las necesidades de los miembros del grupo y al impacto que los valores o
técnicas empleadas puedan producir sobre los mismos es una cualidad imprescindible de los
terapeutas. Ser terapeuta requiere el conocimiento de los patrones comunitarios, de las normas
del centro donde se trabaja y de las leyes que rigen el ejercicio terapéutico. En las profesiones
vinculadas a la salud mental existe una tendencia general hacia la práctica responsable. Los
programas de postgrado relacionados con el ejercicio terapéutico y la asistencia social solicitan
cada vez más contenidos éticos y legislativos. En parte estas tendencias pueden estar
relacionadas con la creciente vulnerabilidad de los profesionales de la salud mental hacia los
abusos.
La mayoría de las organizaciones profesionales recomiendan a sus miembros que sean
conscientes de los patrones comunitarios y del impacto que la conformidad o la desviación de
estos patrones ejercen sobre su práctica. Estas organizaciones manifiestan explícitamente que
los profesionales evitarán la explotación de la relación terapéutica, no perjudicarán la confianza
necesaria para que una relación sea terapéutica y evitarán las relaciones duales si interfieren
con los objetivos terapéuticos. Normalmente los códigos éticos recomiendan prudencia contra
los intentos de aunar las relaciones sociales o personales con las profesionales.
o Relaciones personales entre terapeuta y miembros.
Un factor determinante es el grado en que tal relación social esté interfiriendo sobre la relación
terapéutica. La norma de la ASGW (1989) a este respecto apunta: Los terapeutas de grupo
evitan las relaciones duales con los miembros del grupo que pudieran dificultar su juicio
objetivo y profesional, así como aquellas que probablemente comprometerán la capacidad de
un miembro del grupo para participar plenamente en el mismo. Uno de los principios derivados
de este concepto general recomienda a los terapeutas no hacer uso indebido de su rol y poder
para satisfacer sus necesidades personales. El factor central de esta norma se refiere al uso
apropiado de la autoridad. Cuando los terapeutas satisfacen sus necesidades personales de
poder y prestigio a expensas de lo mejor para los miembros, entonces se produce una
violación.
Su rol consiste en ayudar a los miembros a lograr las metas de estos y no en establecer
relaciones sociales con los clientes. Otros principios derivados de la misma norma alertan a los
terapeutas sobre los posibles riesgos del establecimiento de relaciones duales profesionales y
personales con los miembros:
Los terapeutas no usarán su relación profesional con los miembros del grupo en
beneficio propio ni durante el curso del grupo ni después de la finalización del mismo.
Las intimidades sexuales entre el terapeuta y los miembros no son éticas.
Con respecto a las relaciones íntimas entre el terapeuta y los cliente, el código ético del
APA (1992) señala:
Los psicólogos no mantienen relaciones sexuales con los clientes o pacientes actuales.
Los psicólogos no aceptan como clientes o pacientes terapéuticos a las personas con
quienes han mantenido relaciones íntimas.
Los psicólogos no establecen relaciones íntimas con un cliente o paciente antiguo
hasta bien transcurridos dos años después del cese o finalización de los servicios
profesionales.
o Socialización entre los miembros del grupo
Un factor paralelo hace referencia al efecto facilitador o limitador de la socialización entre los
miembros del grupo en el proceso grupal. Este aspecto puede convertirse en un problema ético
si los miembros desarrollan clichés y cotilleos sobre los otros miembros o si se reúnen por
propia cuenta y comentan problemas que deberían ser tratados en las sesiones grupales. Si se
desarrollan agendas ocultas a través de varios subgrupos, es probable que el progreso del
grupo llegue a una interrupción abrupta. Salvo que la agenda oculta se clarifique y maneje,
parece poco probable que muchos miembros hagan un uso terapéutico del grupo o que logren
sus objetivos personales.
Yalom (1985) señala que una terapia grupal enseña a las personas el modo Je establecer
relaciones íntimas pero no proporciona dichas relaciones. Apunta también que los miembros
que se encuentran fuera del grupo tienen la responsabilidad de mostrar en el grupo la
información de dicho encuentro. El tipo de socialización fuera del grupo que interfiere con el
funcionamiento del mismo es contraproducente y debería de ser evitado. Esto es así en las
situaciones donde los participantes comentan aspectos relevantes del grupo y evitan comentar
los mismos aspectos dentro del mismo.
Una de las mejores formas del terapeuta para evitar la socialización inapropiada y
contraproducente entre los miembros del grupo consiste en plantear este tema como motivo de
discusión en el grupo. El momento más adecuado puede ser aquel en que los miembros del
grupo se hallan estancados o cuando parece que los miembros no hablan sobre las reacciones
que se producen entre sí. Se puede comentar a los miembros que aquellos aspectos no
comentados en el seno del grupo pueden impedir la formación del nivel necesario de cohesión
grupal.
o Factores éticos en las terapias multiculturales.
El reconocimiento por parte de los terapeutas de la realidad de la diversidad humana está
relacionado con la cuestión de reorganizar el modo de influencia de los valores del terapeuta en
el proceso grupal. Si los terapeutas ignoran algunas diferencias básicas entre las personas,
difícilmente se cumplirán los mejores intereses de dichos clientes. La regla de la ASGW (1989)
señala que los terapeutas son conscientes de sus propios valores y presunciones y el modo de
aplicarlos a los contextos multiculturales. Si los terapeutas no entienden cómo influye su
entorno cultural sobre su propio pensamiento y conducta, existen escasas posibilidades de
trabajar ética y efectivamente con grupos integrados por miembros culturalmente diversos.
Aunque los patrones del APA y del ACÁ necesitan aún prestar una atención más específica a
las implicaciones éticas del trabajo con grupos culturalmente diversos, el Departamento de
Asuntos relacionados con la Minorías Étnicas del APA ha elaborado una muestra útil de reglas
que pretenden modificar los patrones en este sentido (APA, 1993). Incluso aunque estas reglas
no estén específicamente diseñadas para los terapeutas de grupos, estos pueden usarlas.
La siguiente lista representa una adaptación de dichas reglas:
Los terapeutas de grupos adquieren el conocimiento y las destrezas que
necesitan para trabajar con efectividad con los diversos tipos de miembros que
se encuentren en sus grupos. Si no cuentan con esta base fundamental,
cubren sus limitaciones solicitando supervisión o recibiendo más formación.
Los terapeutas son conscientes del modo en que su propio entorno cultural,
actitudes, valores, creencias y sesgos influyen sobre su trabajo y se esfuerzan
por corregir los prejuicios que puedan tener.
Los terapeutas reconocen que la etnia y la cultura influyen sobre la conducta
Los terapeutas respetan los roles de las jerarquías familiares y comunitarias
correspondientes a la cultura del cliente
Los terapeutas respetan los valores y creencias religiosas y espirituales de los
miembros.
Los terapeutas ayudan a los miembros a determinar los momentos en que las
dificultades tienen su origen en el racismo o en similares, para no personalizar
inadecuadamente los problemas.
Los terapeutas consideran el impacto de los factores sociales, ambientales y
políticos adversos al evaluar los problemas y diseñar las intervenciones.
Los terapeutas se esfuerzan por eliminar sesgos, prejuicios y prácticas
discriminatorias. En su práctica desarrollan la sensibilidad a factores como la
opresión, el sexismo y el racismo.
o El factor de la competencia del terapeuta del grupo
Determinar el Nivel Propio de Competencia
La norma de la ASGW (1989) señala que los terapeutas de grupo no aplican ninguna técnica
salvo que estén formados en su uso o lo hagan bajo la supervisión de otro terapeuta
familiarizado con la misma. ¿Cómo pueden saber los terapeutas si disponen o no de la
suficiente competencia para aplicar una técnica determinada? Aunque algunos terapeutas
formados en el uso de una técnica pueden dudar sobre su aplicación (por temor a
equivocarse), otros terapeutas muy seguros de sí mismos pero sin formación adecuada pueden
sentirse dispuestos a probar nuevos métodos sin ninguna reserva. Es conveniente que los
terapeutas conozcan las razones por las que aplican cada una de las técnicas y haberlas
experimentado como miembro de un grupo puede ser muy útil. El factor de la competencia o
capacidad para liderar un grupo específico o tipo de grupo es una de las cuestiones continuas
que deben plantearse los terapeutas.
Patrones de Formación Profesional para los Terapeutas
Los programas efectivos de liderazgo de grupos no se desarrollan por imperativo legal o
sólo por respetar los códigos profesionales. Para que los terapeutas resultantes sean hábiles,
el ejercicio grupal debe ser el objetivo prioritario de los cursos de formación.
Desafortunadamente, en algunos programas de master no se exige ningún curso específico de
terapia grupal y en otros sigue siendo sólo optativo. En aquellos programas que no requieren
ningún curso de terapia grupal, existe normalmente un curso que cubre tanto los aspectos
didácticos como experimentales del proceso grupal. Es un compromiso muy grande formar a
terapeutas de grupo en un sólo curso.
Las Áreas de Conocimiento que son consideradas básicas incluyen la identificación de los
propios puntos fuertes y limitaciones y de los valores, ser capaz de describir las características
asociadas a los estadios típicos del desarrollo de un grupo, ser capaz de describir los roles
facilitadores e inhibidores y las conductas de los miembros del grupo, conocer los factores
terapéuticos de un grupo, comprender la importancia de la evaluación del grupo y de los
miembros y ser consciente de los factores éticos específicos del trabajo grupal.
Las competencias relativas a las destrezas que deberían tener los terapeutas incluyen la
capacidad de iniciar y concluir las sesiones, modelar conductas adecuadas para los miembros
del grupo, dar y recibir feedback, ayudar a los miembros a atribuir significado a la experiencia
grupal, ayudarles a integrar y aplicar su aprendizaje y demostrar la capacidad para cumplir los
patrones éticos de la ASGW en la práctica grupal.
o Factores éticos en la formación de terapeutas de grupo
Los programas de formación difieren cuando la participación es opcional y cuando es
obligatoria. Exigir la participación en un grupo terapéutico como parte de un programa de
formación puede plantear algunos problemas prácticos y éticos. Una de las normas éticas del
ACÁ (1988) señala que el aprendizaje centrado en el auto comprensión o el crecimiento
personal debe ser voluntaria o si es imprescindible como parte del programa educativo, los
estudiantes deberían saberlo antes de matricularse. Otra norma ética del ACÁ hace referencia
a acomodar a los estudiantes que no desean participar en las experiencias de crecimiento
personal: El miembro [terapeuta educador] proporcionará en todo momento a los estudiantes
alternativas claras e igualmente aceptables para las experiencias de crecimiento y auto-
comprensión. El miembro informará a los estudiantes que disponen del derecho a aceptar estas
alternativas sin prejuicio o castigo.
Al evaluar a los estudiantes de los cursos grupales, la profesionalidad del instructor es
fundamental. El ejercicio ético exige que el instructor especifique con antelación sus criterios de
evaluación. Dichos criterios pueden incluir los resultados de informes escritos, las
presentaciones orales, los exámenes escritos y las pruebas objetivas. La ejecución de los
estudiantes en el grupo experiencial no debería puntuarse pero se espera que los alumnos
asistan y participen regularmente en las mismas. La norma ética de la ASGW (1989) manifiesta
a este respecto.
Los estudiantes que participan en un grupo como requisito parcial de un curso de formación no
son evaluados ni puntuados con respecto a su grado de participación como miembro de un
grupo. Los instructores de los cursos de terapia grupal adoptarán las medidas para minimizar el
posible impacto negativo sobre los estudiantes cuando participan en el curso diferenciando la
participación en el grupo de las notas y permitiendo a los - estudiantes determinar qué aspectos
desean explorar y cuándo desean finalizar.
Un grupo de este tipo puede centrarse en las interacciones del aquí y ahora. Incluso si los
miembros deciden no abordar aspectos como la niñez, existe multitud de material objeto de
exploración si seleccionan el análisis de sus reacciones a otras personas en el grupo. Si los
estudiantes aprenden a participar abierta y honestamente en el grupo, han logrado ya un gran
pasó en la facilitación de un grupo.
Pierce y Baldwin (1990) se centran en los aspectos éticos implicados en la protección de la
privacidad de los estudiantes que están obligados a participar en experiencias de crecimiento
personal como parte de la formación de terapeutas de grupo. Manifiestan que es necesaria la
participación en una experiencia de crecimiento personal. Al mismo tiempo sugieren formas
para sobrellevar el dilema ético que deben encarar los formadores y supervisores al evaluar las
destrezas de los estudiantes para el liderazgo de grupos. Sus puntos claves se resumen a
continuación:
Los estudiantes deben disponer de la información suficiente antes de matricularse en el
programa. La justificación escrita en favor de la participación en las actividades de
crecimiento personal mejoraría probablemente la participación de los estudiantes.
Los estudiantes podrían disponer de consejos o normas referentes a la utilidad y
conveniencia de la auto-apertura. Es útil formar a los estudiantes sobre los riesgos y
beneficios específicos del auto apertura, usando la combinación de métodos didácticos
y del modelado del educador.
Los formadores deberán mostrarse sensibles a las necesidades de privacidad de los
estudiantes de sus grupos. Algunas preguntas de prueba pueden generar material
altamente personal que puede ser irrelevante en el grupo.
Los formadores pueden proporcionar ejercicios y tareas para que los miembros
establezcan objetivos individuales. Se puede implicar a los miembros en la selección
de temas que desearían examinar en el contexto grupal.
Conclusión
Desde el un punto de vista ético los seres humanos serían considerados como
semejantes y merecedores de respeto mientras buscan cambiar sus vidas escuchando
y aprendiendo de las vidas de los demás. La participación en la psicoterapia de grupo
sería un acto de liberación personal basado en el desarrollo de la confianza y la
cooperación entre sus miembros.
Las pautas de las cuales se abordan en el tema, tienen la intención de guiar a los
psicoterapeutas de grupo hacia un alto nivel ético y de apoyar la conducta profesional.
Un psicoterapeuta de grupo se define aquí como un profesional que, basándose en una
educación especial en la teoría relevante y las habilidades clínicas, practica
psicoterapia en grupos, expresan los valores que dan fundamento a la buena práctica
de psicoterapia.