CÁMARA FEDERAL DE CASACIÓN PENAL, SALA II
D., A. M. s/recurso de casación • 28/11/2012
Cita Online: AR/JUR/80306/2012
TEXTO COMPLETO:
Buenos Aires, noviembre 28 de 2013.
La señora jueza, Dra. Ana María Figueroa, dijo:
I- Llegan las presentes actuaciones a esta Alzada a raíz del recurso de casación deducido a fs.
102/106 vta., por el señor Defensor Público Oficial de Andrés Maximiliano Díaz, contra la
resolución dictada por el Tribunal Oral en lo Criminal Nº15 de esta ciudad, en fecha 10 de
febrero de 2012, por la que dispuso "Revocar la suspensión del proceso a prueba otorgada con
fecha 07 de diciembre de 2009 -a fs. 71/72- en la presente causa Nº3576 (...) (art. 76 ter., 4º
párrafo del C.P.N.)".
La impugnación fue concedida a fs. 107 y vta., y mantenida ante esta instancia a fs. 112.
Puestos los autos en Secretaría por diez días (art. 466 del C.P.P.N.), y cumplidas con las
previsiones del artículo 468 del mismo cuerpo legal, la causa quedó en condiciones de ser
resuelta (cfr. nota de fs. 188).
II- 1º) El recurrente encauzó su impugnación en el inciso 1º del art. 456 del CPPN, por entender
que la decisión "es producto de una errónea aplicación de la ley sustantiva, puntualmente de
las previsiones del art. 76 ter del Código Penal". Ello así, toda vez que "se resolvió revocar la
suspensión del proceso a prueba en virtud de una sentencia condenatoria en orden a un hecho
cometido durante el plazo de la suspensión, pero dictada una vez que este plazo había
fenecido".
Sostuvo que "el art. 76 ter del CP establece para la revocación del beneficio, que durante el
plazo fijado el beneficiario cometa un hecho delictivo y que por sentencia firme dictada antes
de la culminación del plazo sea condenado en orden al mismo".
Afirmó la defensa de Díaz que "[r]esulta de fundamental importancia establecer en qué
momento se debe resolver si se cumplieron o no las obligaciones derivadas de la suspensión
del juicio a prueba..." y que para ello, el propio art. 76 ter del CP "remite al tiempo de duración
fijado al momento de conceder el beneficio...". Agregó que "[e]se plazo opera como límite. La
norma no prevé ninguna hipótesis que habilite al Tribunal a dilatar la resolución".
Luego, señaló que el juez del tribunal oral Adrián Martín, en su voto en disidencia, coincidió
con la interpretación que esa defensa oficial postula, en cuanto sostuvo que "...al momento de
finalización del plazo a contar desde la resolución respectiva -con independencia de la fecha de
comunicación al juzgado del control de la suspensión-, debe establecerse si medi[ó] alguna de
las causales que impide la extinción de la acción, la que acaecerá de pleno derecho aún sin una
sentencia firme que así lo declare...".
Concluyó que la línea de interpretación de la ley penal fijada por la Corte Suprema de Justicia
de la Nación en el fallo "Acosta", "refuerza la postura sostenida por [esa] parte, ya que la ley
habla de comisión de una delito, lo cual sólo puede establecerse a través de una sentencia
firme que así lo determine" y que "...ello debe acontecer durante el tiempo fijado para la
suspensión, pues transcurrido éste, opera la extinción de la acción penal de pleno derecho".
Esta interpretación, refirió la defensa, "es la más respetuosa del principio de culpabilidad (art.
18 de la CN) y el principio pro homine".
2º) En la etapa prevista por los arts. 465 y 466 del código de rito, la Defensa Pública Oficial
efectuó la presentación de fs. 114/117, oportunidad en la que señaló que, a criterio de esa
parte, "...de la errónea aplicación de la normativa que regula la probation se ha derivado la
transgresión del principio de legalidad, debido proceso, derecho de defensa en juicio, el
derecho a ser juzgado en un plazo razonable y el principio pro hómine...", y citó doctrina y
jurisprudencia en apoyo a su postura.
Señaló que "si la suspensión no había sido revocada en su oportunidad, ello no puede
realizarse cuando el plazo de la probation concluyó y, menos aún, sin siquiera verificar si se dio
cumplimiento a las reglas de conducta impuestas, y de no darse tal supuesto, haber procedido
conforme al ordenamiento legal en los términos del art. 515 del C.P.P.N., para no vulnerar el
derecho de defensa que constitucionalmente asiste a Díaz".
3º) En idéntica etapa procesal, se presentó el representante del Ministerio Público Fiscal Javier
De Luca propició el rechazo del recurso de casación y señaló que "...el imputado al momento
de cometer el nuevo delito [(23/08/2010)] conocía la obligación que tenía de no cometer
nuevos delitos hasta tanto transcurrieran el término de un año y seis meses fijados por el
tribunal a quo que le concedió el beneficio de la probation, sin embargo incumplió dicha
obligación" (fs. 118/119).
Argumentó que "corresponde estar a lo prescripto en el art. 76 ter del CP, que prevé como
causal de revocación del beneficio la comisión de un nuevo delito por parte del beneficiado,
dentro del plazo de suspensión establecido, pero en modo alguno que la sentencia que así lo
declare sea dictada en el transcurso de ese lapso, pues la oportunidad en la que judicialmente
se resuelva la existencia de un hecho calificado como delito, en nada modifica la fecha de su
comisión".
III- Previo a ingresar al análisis del agravio planteado por el recurrente, cabe recordar que se
imputa a Andrés Maximiliano Díaz "haber sustraído ilegítimamente a Mariel Jacqueline Burgos
su teléfono celular marca "Sony Ericsson" modelo X200 (...), el pasado 15 de abril del año 2009,
siendo aproximadamente la hora 7:00", hecho que se calificó como robo simple (cfr.
requerimiento de elevación a juicio de fs. 47/48 vta.).
La titular de la acción penal, al describir el hecho, refirió que "...la damnificada Burgos se
encontraba aguardando un colectivo escolar en la esquina de su domicilio (...) junto con la
niñera de sus hermanos menores de nombre Lorenza; fue entonces que se les aproximó un
sujeto portando una botella en su mano quien le preguntó la hora" y que "[c]cuando Burgos
extrajo de su bolsillo su celular para tal fin el hombre le referenció ‘dame el celular o te pego
un tiro’, tras lo cual le arrebató de su mano el aparato en cuestión y se dio a la fuga por la calle
Laguna en dirección a la calle Ana María Janer".
En fecha 7 de diciembre de 2009, el Tribunal Oral en lo Criminal Nº26 de esta ciudad resolvió
suspender el juicio a prueba por el término de un año y seis meses respecto de Andrés Díaz e
impuso como reglas de conducta fijar residencia, someterse al cuidado de un patronato,
someterse a un tratamiento de rehabilitación con relación a la adicción de estupefacientes y
declaró razonable la reparación económica ofrecida por aquél a la víctima (cfr. fs. 71/72). En
virtud de ello, dio intervención al Juzgado Nacional de Ejecución Nº1 (fs. 82).
Luego, el Tribunal Oral en lo Criminal Nº15, que resultó competente en la causa por conexidad
subjetiva con el expediente nº 3542, dispuso correr vista al fiscal general respecto de la
eventual revocatoria de la suspensión del juicio a prueba, habida cuenta la firmeza adquirida
por la sentencia dictada en dicha causa conexa por la cual se condenó a Andrés Maximiliano
Díaz a la pena de tres años de prisión en suspenso, por considerarlo autor material y
penalmente responsable del delito de robo agravado por su comisión con arma de utilería.
Así, corrida la vista al titular de la acción penal, y de conformidad con el criterio sustentado por
aquél, en fecha 10 de febrero de 2012, dictó el pronunciamiento aquí impugnado, por el que
resolvió -por mayoría- revocar la suspensión del juicio a prueba.
IV- Sentado cuanto precede, he de adelantar que considero que corresponde rechazar el
recurso de casación deducido por la defensa.
Establece el art. 76 ter, quinto párrafo, del Código Penal que "Si durante el tiempo fijado por el
tribunal el imputado no comete un delito, repara los daños en la medida ofrecida y cumple con
las reglas de conducta establecidas, se extinguirá la acción penal. En caso contrario, se llevará a
cabo el juicio...".
Resulta pertinente señalar que tanto la Constitución como los tratados internacionales con
jerarquía constitucional (art. 75, inc 22 CN) reconocen expresamente a toda persona la
garantía de presunción de inocencia, que opera "mientras no se establezca legalmente su
culpabilidad" (art. 18 de la C.N, art. 8.2 de la C.A.D.H. y art. 14.2 del P.I.D.C.y P.).
Por lo tanto, en lo que aquí interesa destacar, sólo puede determinarse la comisión de un
delito como causal de revocación de la suspensión del juicio a prueba, por medio de una
sentencia condenatoria firme en contra del imputado.
Corresponde entonces analizar si asiste razón al recurrente en cuanto afirma que, para que esa
causal resulte operativa a los fines de la revocación del instituto, dicha sentencia condenatoria
debe ser dictada dentro del período dispuesto por el tribunal para la suspensión del juicio a
prueba.
Es clara la ley al afirmar que si el imputado "no comete otro delito", se extinguirá la acción
penal. En efecto, otra habría sido la letra de la ley si el legislador hubiera pretendido establecer
el dictado de sentencia condenatoria firme por otro delito (y no la comisión de otro hecho
ilícito) como causal de revocación de la suspensión del juicio.
Se advierte así que lo determinante a los fines de un pronunciamiento en los términos del art.
76 ter del Código Penal, es la fecha de comisión de un nuevo delito por parte del imputado y
no la fecha de dictado de la sentencia firme por la que se determine que ello ha sucedido.
De tal modo, una vez que se ha verificado el cumplimiento de las pautas de conducta,
corresponde al tribunal analizar si el imputado ha cometido un nuevo delito durante el plazo
de la suspensión, sin que resulte relevante a tal efecto la fecha del dictado de la sentencia que
así lo determine. Ello, claro está, siempre que se realice con absoluto respeto a las garantías de
debido proceso y de plazo razonable.
En el caso, dado que se trata del mismo tribunal oral que tanto entendía en la presente como
en la causa conexa nro. 3542, resulta razonable que no debiera estar a la decisión del juez de
ejecución sobre el cumplimiento de las pautas de conducta y, en consecuencia, a la remisión
de las actuaciones.
En efecto, al tratarse del mismo tribunal, que resuelve sobre la comisión de un delito cometido
durante el plazo de suspensión del juicio a prueba en una causa conexa, resulta razonable que
la resolución por la que se revoca el instituto prescinda del previo pronunciamiento relativo a
la verificación de las otras pautas de conducta.
En consecuencia, la omisión de celebración de la audiencia prevista por el art. 515, segundo
párrafo del CPPN, no afecta la validez del decisorio impugnado como acto procesal válido,
como pretende la defensa. Dicha norma se refiere a la órbita de control propia del juez de
ejecución pues establece que "[e]n caso de incumplimiento o inobservancia de las condiciones,
imposiciones o instrucciones, el tribunal de ejecución, otorgará posibilidad de audiencia al
imputado, y resolverá, acerca de la revocatoria o subsistencia del beneficio...", circunstancia
que difiere del caso traído al análisis jurisdiccional de esta Cámara.
En tal sentido, la comprobación de la comisión de un delito durante el plazo de la suspensión
del juicio a prueba, que equivale al quebrantamiento de la prohibición genérica de no cometer
delitos durante el plazo acordado a la suspensión como condición de la extinción de la acción
penal, tornó inoficioso todo pronunciamiento del juez de ejecución respecto de la verificación
del cumplimiento de las demás pautas de conducta -ante cuyo inobservancia, cabe reiterar, la
ley prevé en favor del imputado una instancia específica de defensa-.
Cabe señalar que el imputado conocía su obligación de no cometer delitos durante el plazo de
aquella suspensión y que al momento del dictado de la sentencia condenatoria, de fecha 17 de
octubre de 2011, Díaz se habría encontrado sometido a control del Juzgado de Ejecución, pues
conforme surge de las actuaciones éste aún no se habría expedido sobre el cumplimiento de
las pautas de conducta impuestas por el tribunal oral.
Debe tenerse en consideración que, si bien al momento del dictado de la sentencia
condenatoria del tribunal oral en la causa Nº3542, se encontraba ya vencido el término de la
suspensión del juicio (que comprendió del 7/12/2009 al 7/6/2011), lo cierto es que en el caso
no se observan en los pronunciamientos judiciales demoras excesivas ni irrazonables que
afecten la vigencia de la acción penal, ni la garantía del imputado de ser juzgado en plazo
razonable.
En virtud de todo lo expuesto, considero ajustada a derecho la resolución del Tribunal Oral en
lo Criminal Nº15 impugnada por la defensa de Díaz, que revocó la suspensión del juicio a
prueba acordada al imputado en fecha 7 de diciembre de 2009, en virtud de la comisión de un
nuevo delito -por un hecho acontecido el 23 de agosto de 2010- acreditado en el
pronunciamiento de fecha 17 de octubre de 2011.
Por ello, propongo al acuerdo rechazar el recurso de casación deducido por la defensa de
Andrés Maximiliano Díaz; con costas (arts. 456, inc. 1º, 470, 471 a contrario sensu, 530, 531 y
cdtes. del C.P.P.N.).
Tal es mi voto.
El señor juez doctor Alejandro W. Slokar dijo:
Debo disentir con la propuesta formulada por la jueza que inaugura el acuerdo en cuanto en el
recurso de casación de la defensa oficial se descalifica la sentencia por errónea aplicación de la
ley sustantiva (art. 76 ter, párrafo 5º del CP).
La cuestión planteada es sustancialmente análoga a la considerada en mi voto al dictar
sentencia in re "Lorenzo, Brian Ezequiel s/recurso de casación" (causa 14499, reg. nº 19439,
rta. 3/11/11), donde evoqué que: "[l]a revocación del beneficio puede ocurrir por la comisión
de un nuevo delito durante el término fijado para la prueba, pero al igual que para la libertad
condicional o la condenación condicional, se requiere una sentencia condenatoria firme, por lo
que ni siquiera puede revocarla la situación fáctica de prisión preventiva, aunque de hecho la
prueba se haya interrumpido" "Es decir, que si el segundo delito lo comete dentro del término
de prueba del juicio suspendido, para su reanudación se requiere sentencia condenatoria
firme antes de la culminación del plazo fijado por la probation, pues, si fuese posterior a ese
plazo, la acción por el primer delito estaría extinguida. Nunca puede reanudarse el juicio
suspendido por la mera sospecha de comisión de un segundo delito, pues de ser sobreseído o
absuelto por el nuevo delito se presentaría la posibilidad aberrante de que resulte condenado
por el primero, porque se reanudó el juicio con una sospecha que resultó infundada. Es decir
que el párrafo 6º del art. 76 debe ser interpretado de la siguiente manera: si la condena por el
nuevo delito recayera con posterioridad al plazo de prueba fijado en la suspensión del primer
hecho y aunque, por este motivo se extinguiera la acción penal, ya que en ese término no se
cometió un delito en sentido técnico (si durante el tiempo fijado por el tribunal el imputado no
comete un delito, -párr. 5º-), la condena por el segundo delito nunca podría ser condicional en
los términos del art. 26, lo que implica la única excepción a la facultad judicial que consagra
esta norma." (cfr. Zaffaroni, Eugenio Raúl, et al., "Derecho Penal Parte General", Ediar, Bs. As.,
2003, p. 973/974).
En este marco siendo que, tal como resulta de las constancias de marras y del auto
interlocutorio en crisis, la sentencia condenatoria por el segundo delito se dictó cuando ya
había transcurrido el plazo de la suspensión de juicio a prueba, postulo hacer lugar al recurso
de casación, sin costas, casar la resolución en crisis y devolver la causa al tribunal a quo para
que dicte un nuevo pronunciamiento conforme la doctrina aquí impuesta.
Así voto.
La señora juez Ángela Ester Ledesma dijo:
En primer lugar interesa señalar que asiste razón a la defensa en cuanto a que no se cumplió
con el trámite previsto en el artículo 515 del C.P.P.N, al no haberse celebrado audiencia previo
al dictado de la resolución, lo que implicó una afectación al derecho a ser oído que le asiste a
Díaz (artículo 18 de la CN, 8.1 CADH y 14.1 PIDCyP).
Por otra parte, en función de las previsiones del mismo artículo, entiendo que el tribunal no se
encontraba legitimado para adoptar la decisión de revocar la suspensión del juicio a prueba
toda vez que aquella resolución es facultad exclusiva del juez de ejecución, criterio que he
sostenido al votar en la causa nro 5045 "Pérez Segovia, Leonardo Gastón s/ recurso de
casación". rta el 25 de agosto de 2004, reg nro 446/2004 de la Sala III de esta Cámara.
Sin perjuicio de ello, para dar una adecuada solución al planteo formulado por la defensa
corresponde ingresar al fondo de la cuestión.
En este sentido, habré de compartir los argumentos expuestos por el doctor Slokar en su voto
por ser coincidentes con los que sostuve al votar en la causa nro 14.944 "González Casco
Emanuel s/ recurso de casación", rta. el 23/10/12, reg. Nro. 20712 de esta Sala, en la que
señalé que para determinar si el nombrado ha cometido un delito que dé lugar a la revocación
del instituto, se requiere que exista una sentencia condenatoria firme antes de la culminación
del plazo fijado para la suspensión del juicio a prueba. Ello así porque si aquella "fuera
posterior a ese plazo, la acción por el primer delito estaría extinguida". (Zaffaroni, Eugenio
Raúl, Alagia, Alejandro y Slokar, Alejandro, "Derecho Penal. Parte General", Ediar, Buenos
Aires, p. 973).
En el presente caso con fecha 7 de diciembre de 2009, el Tribunal Oral en lo Criminal nro 26
suspendió el juicio a prueba por un año y seis meses respecto de Díaz, dando intervención al
juzgado Nacional de Ejecución penal nro 1.
Durante el transcurso de ese plazo, el nombrado cometió un hecho ilícito, por el cual el
Tribunal Oral en lo Criminal nro 15 dictó sentencia condenatoria firme el día 17 de octubre de
2011. Dicha circunstancia, motivó que se corriera vista al fiscal para que se expida sobre la
eventual revocatoria de la suspensión del juicio a prueba oportunamente concedida.
Finalmente con fecha 10 de febrero de 2012 ese Tribunal -por mayoría- decido revocar el
instituto en atención a que Díaz cometió un delito durante el lapso en que el proceso estaba
suspendido a prueba.
Ahora bien, tal como lo afirma el voto en minoría del juez Adrián Martín, no obstante el hecho
imputado fue cometido durante el periodo de suspensión del juicio a prueba, lo cierto es que
la sentencia condenatoria se dictó luego del vencimiento de dicho plazo, de modo tal que la
acción del primer delito se encontraba extinguida.
Por ello, en virtud de la doctrina sentada, que resulta concordante con cuanto alegara el
recurrente, he de adherir a la solución propuesta por el doctor Slokar.
Tal es mi voto.
Por ello, en mérito al resultado habido en la votación que antecede el Tribunal, resuelve: Por
mayoría, Hacer lugar al recurso de casación interpuesto por la defensa de Andrés Maximiliano
Díaz y, en consecuencia, casar la resolución impugnada, debiéndose devolver la causa al
tribunal a quo para que se dicte un nuevo pronunciamiento conforme la doctrina aquí
impuesta; Sin costas (arts. 456, 470, 530, 531 y cdtes. del C.P.P.N.).
Nota: Se deja constancia que la señora Jueza, Dra. Ángela Ester Ledesma, participó de la
deliberación, emitió su voto y no firma la presente por encontrarse en uso de licencia (art. 399
in fine del C.P.P.N.). — Alejandro W. Slokar. — Ana M. Figueroa.