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García Villegas. El Orden de La Libertad

Texto sobre las instituciones y cultura en Colombia
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Mauricio Garcia Villegas El orden dela ertad ra Econémica Los personajes incumplidores son isufentes para expcar la cuitura del incumpimiento de reas. Son como foto ‘rfl fueran pels, mostraan como la mentalidad de ls personajes cambiaSegin las creunstancis. El vivo cumple cuando ve que la pola est cerca y que fo puede sancona; el rebelde puede obedecer cuando cambia aa toridad o cambian las normas; el arcogante cat la norma, ‘cuando ve que es compatible con los valores que profes fete, Cuando un conductor que desconoce normas de tri sito en Caraas 0 en Baranqulla viaja a Mia algal un automévi, se convierte en un cumpidr etic. ¥ v- ‘ever: alguna ver hice una pequeta invesigacion sobre los extranjeor que conducen en Bogota y observ cémo terminan igual que los bogotanos. 0 no significa que ls rmentaldades sean ielevantes, La presencia dela poiéa puede disuad al vo, per no necesaramente al rebelde a arrogant La mayor legtinsdad de la autordad puede ser una rzin para que el rebel curpla, pero puede ser indferente para el vo, Hay inlso personas que no cam bian nunca, en ningin contexto, y que sempre son vives, rebeldes 0 desamparados, La complejidad de las prdctieas de Incumpliinto deriva Justamente de esa combinacién variable ene visones 0 ‘mentaldades y contexts sodiales. No es lo mismo pasarse un semdforo en ojo alas tres dea mafana en un suburbio de Buenos Aires, que als tes dela tarde enpleno centro de a Gude: tampoco es lo mismo saltarse ura fla en la sala de urgencias de un hospital, queen la entrada de un Concerto 0 en una cafeteria. ce cambios afectan sobre todo al vivo que es un acto eamalebnco, que mesic su cestrategia cuando cambian las ccunstancias, y también al tomévies, Obligar aun conductor a ponerse el cintur6n es, sin dda, una retina a Iibertad. Cuando se implanté la medida muchos reacinaron, entre ellos mi padre, que fra un cumplidorexrito de las normas pero tena, como la mayo dels latinoamericanos, un recelo grande fen- te a toda restricién de su Nbertad que viiera dl Estado, "Pero cb ex pose que el Estado se meta en mi caro y me diga qué debo hacer -me dj una vez Yo asumo mis propios esgos y si me mato pues es problema mio, no del Estado". Tue una dscusion muy larga con é."imponer el ‘ntur6n salva muchas vidas le dey la gente que no se lo pone no lo haee por una opcién de vda (ome pods ser, por ejemplo lade quien decide dedicare al parapente 0 alas carreras de caro, sno porque Bene una voluntad ‘bi negigente, perezos, As as cosas, Estado restinge esa libertad neglgente para evar que muchos se maten; or es, esa medida, que no fasta ninguna opcin de ‘ida, seustifea, “St-me djo-, pero no deja e ser una {tomsin en mi vida prvada yal paso que vamos estado aa terminar metiendose en mi aloba”. caso de la Laguns de Fiquene se parece al del cnturén de seguridad, con a eferencia de queen el primero no se trata de una voluntad débil sino de un egotsmo tore. En ambos casos jst la intrvencén del Estado para que |a gonte no se estrele conta las conzecuencias triglcas de su propio egoismo. Es posble qu en Fiquene Ia interven= clon yano se justfque, nolo sé Pero hace cincuenta aos es ntervencin habia sido minima y ea 1 desorden de os pueblos (las udades) Durante la Colonia y buena parte de siglo x0, la plaza ‘del pueblo era un lugar cas sagrado. Su dei y su cone trucién se hacian con tiempo, con buen sentido esto y con a laversin de muchos recursos Los espaoes,y lego las ites repubicanas sablan que ese ga, adems de ser ‘un espacio esencal para la adminitracié, el gobierno y e! alto reigioso, ea tambien un smbolo fundamental para! cotdeny la cohesén soda Casi todo eso se a perdido en la clonizaclén del dito Siglo, especialmente en el orente del pai, entre Arauca ¥ Putumayo, pasando por el Meta, Caquety Casanare. Esta ha sido una colonizacién atropelada y catia jlona- da por gente venda de muchos lugares cfeents, aida por la economia mina y cocaera,o por la bizqueda de tierra, 0 incluso po la necesidad de hui de la violencia o elas autoridades judas. stad, or su pate, 2e ha \desentendido de lo que ocue en estas zonas de coloniza- on, Todo esto ha dado lugar a pueblos desordenados y sin encanto (hay excepciones, por supuess) que ceceron or el simple efecto dela acumulaiin, en donde la gente constye y usa su propiedad como le dala gana, con ed: «cadones de todos os mato, ests y colores; en donde la oficina de planeacén municipal es una fachada engaiosa Los edfios de la plaza central carecan de decor. No es rare encontraracaldas,juzgadosoconejos muniples que operaneneicios casas alqulados, esparcios por elcasco urbano. Lascalsson un tertorio salvaje en donde cada cal ‘se labra su destino, Emototaxismo, con esos ies de aparatos ‘que cculanfenéticamente sn contro pols cals, como Lnormiguero en desbandada es una buena metfora de a sociedad dsarticuada que flora en estos pueblos. Aestose suma la contaminacén visual y autva creada por cantinas censordecedorasen donde el ago se vende alos gitos por Iglesias de Eternit con pastores desgartados que prometen «Cielo porcampafas polticas que buscan votes itmo de vallnatos; po bros que tienen el remedio para todos ls ‘males del cuerpo; y por cents de cuhitles que ofrecen Is mismas barat chinas que se comeciaizan en el resto del, planetay que agu acabaron con lsartesanc, los capntros, lossastres, los hereto, los talabarters yen general cane! ingerio de agent, Alguien me dics que en e! Medioevo europe y, po ee: lo, en ls calles de Pars, habla un hervidero desordenado de gente y de cosa serejante; es posible, pero ellos tenfan Notre Dame. Desde hace miles de aos se sabe que la fe ‘depende mucho de a capacidad dels tos de cuto para ‘evocarlavnidad. Entrar ale Catedral de Note Dame, por ‘emplo, es una experiencia que sbrecoge, incluso alos no ‘royentes. Con el poder ocure lo misma. La admiaciin el respeto ques sienten por el Estado dependen, al menos cen parte, del orden, la beleza ylamajestad de los edificios y ems espacis pubicos. Nuestros antepasados sabian eto 1 pores azn se empefaban tanto en a constuccén de ‘una plaza central bel, slerne ydigna. Siempre que voy una dudad oa un pueblo, me jo en sus aceras:cémo estén hechas, qué tan ampllas son, seen rampas 0 no, etctera. Lo hago porque me gusta caminar por elas, pero también porque estoy convencido de que un stant atento puede encontrar all algunas claves impor tantes del tipo de cudadanos que habtan en ese pueblo 0 dludad, de la manera como sus habitants se relaconan ene sy de la visén que tienen de Ia autordad pablea € incluso del Estado. Las aceras son esa parte de a cudad «que une el espacio privada dela casas los eins con espacio pico delas calles y los parques; son esa unin entre el extreme publica de lo privad ye extremo privado del pbc, Por se a parte pablica mas cercana al mundo prvado, 2 ‘ects los indvius se adueran de las aceras. Eso sucede ‘en muchos pueblos y barios populares de Colombia: par: tiularmente en aquellos que se han lvantado de manera ‘spontinea, sin orden y sin planeacén. Como el municipio no constrye fos andenes (a veces ni ls cals, los due os de as casas lo hacen y los andenes terminan sendo una especie de prolongacién dels casas. Cada popietario Cmienta ls suya con a ides de estar prolongando 39 pro: pleded privada: los comercantes ponen all su estantera, los duetos de restaurantes sus mesasy algunas familias comodan los muebles de su casa, Un ex funcionaio de Planeacién municipal me comentS que algunas personas se molstan cuando la gente asa por sus aceras. Caminar poral es como pasar por una prueba de obsticuos, cada pedazo ests hecho con dsefos, materiales y aturas die rentes; a veces hay que subi asta cuatro escalones para transtar de una propiedad a ota y en el tayecto uno se puede encontrar un comedy un std una moto en plena Hace algunos afos le of decir un colega bainico que en ‘su pueblo, al oct de Londres, la gente selevantatempra no a barer a acer. Lo cuioso, me djo, es que no barren de adentro hacia afuea, es dec, hacia la ele, sino de fuera hacia adento, y lo hacen como un sgno de respeto por el espacio pdblcoy por sus veinos. En muchos pueblos de Colombia ocurre justamente lo

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