FUNDAMENTO CONSTITUCIONAL:
Constitución Política de la República de Guatemala
TITULO I La persona humana, fines y deberes del Estado
CAPITULO UNICO
Artículo 1o. Protección a la persona. El Estado de Guatemala se organiza para
proteger a la persona y a la familia; su fin supremo es la realización del bien
común.
Artículo 2o. Deberes del Estado. Es deber del Estado garantizarle a los habitantes
de la República la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo
integral de la persona.
Artículo 3o. Derecho a la vida. El Estado garantiza y protege la vida humana
desde su concepción, así como la integridad y la seguridad de la persona.
FECHA DE SUSCRIPCION.
El 22 de noviembre de 1969 se firma la Convención Americana sobre Derechos
Humanos más conocida como “Pacto de San José”.
FECHA DE RATIFICACION:
El instrumento de ratificación se recibió en la Secretaría General de la OEA el 25
de mayo de 1978, con una reserva. Se procedió al trámite de notificación de la
reserva de conformidad con la Convención de Viena sobre el Derecho de los
Tratados suscrita el 23 de mayo de 1969.
DURACION DEL TRATADO:
Entra en vigor el 22 de noviembre de 1978, aun se mantiene vigente con los
estados que los suscribieron
ANTECEDENTES:
Se inició formalmente con la aprobación de la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre en la Novena Conferencia Internacional
Americana celebrada en Bogotá en 1948, en el marco de la cual también se
adoptó la propia Carta de la OEA, que proclama los "derechos fundamentales
de la persona humana" como uno de los principios en que se funda la
Organización.
El pleno respeto a los derechos humanos aparece en diversas secciones de la
Carta. De conformidad con ese instrumento, "el sentido genuino de la
solidaridad americana y de la buena vecindad no puede ser otro que el de
consolidar en este Continente, dentro del marco de las instituciones
democráticas, un régimen de libertad individual y de justicia social, fundado en
el respeto de los derechos esenciales del hombre". La Carta establece la
Comisión como un órgano principal de la OEA, que tiene como función
promover la observancia y la defensa de los derechos humanos y servir como
órgano consultivo de la OEA en dicha materia.
La CIDH realiza su trabajo con base en tres pilares de trabajo:
el Sistema de Petición Individual;
el monitoreo de la situación de los derechos humanos en los Estados
Miembros, y
la atención a líneas temáticas prioritarias.
A través de este andamiaje, la Comisión considera que en el contexto de la
protección de los derechos de toda persona bajo la jurisdicción de los Estados
americanos, es fundamental dar atención a las poblaciones, comunidades y
grupos históricamente sometidos a discriminación. En forma complementaria,
otros conceptos informan su trabajo: el principio pro personae – según el cual la
interpretación de una norma debe hacerse de la manera más favorable al ser
humano - , la necesidad de acceso a la justicia, y la incorporación de la
perspectiva de género a todas sus actividades.
En abril de 1948, la OEA aprobó la Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre, en Bogotá, Colombia, el primer documento internacional
de derechos humanos de carácter general. La CIDH fue creada en 1959,
reuniéndose por primera vez en 1960.
Ya en 1961 la CIDH comenzó a realizar visitas in loco para observar la situación
general de los derechos humanos en un país, o para investigar una situación
particular. Desde entonces ha realizado 92 visitas a 23 países miembros. Con
respecto a sus observaciones de tipo general sobre la situación en un país, la
CIDH publica informes especiales, habiendo publicado hasta la fecha 60 de
ellos.
Desde 1965 la CIDH fue autorizada expresamente a recibir y procesar
denuncias o peticiones sobre casos individuales en los cuales se alegaban
violaciones a los derechos humanos. Hasta diciembre de 2011, ha recibido
varias decenas de miles de peticiones, que se han concretado en 19.423 casos
procesados o en procesamiento. Los informes finales publicados en relación
con estos casos pueden encontrarse en los informes anuales de la Comisión o
por país.
En 1969 se aprobó la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que
entró en vigor en 1978 y que ha sido ratificada, a enero de 2012, por 24 países:
Argentina, Barbados, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Dominica,
República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Grenada, Guatemala, Haití,
Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Suriname,
Uruguay y Venezuela. La Convención define los derechos humanos que los
Estados ratificantes se comprometen internacionalmente a respetar y dar
garantías para que sean respetados. Ella crea además la Corte Interamericana
de Derechos Humanos, y define atribuciones y procedimientos tanto de la Corte
como de la CIDH. La CIDH mantiene además facultades adicionales que
antedatan a la Convención y no derivan directamente de ella, entre ellos, el de
procesar peticiones individuales relativas a Estados que aún no son parte de la
Convención.
ANALISIS JURIDICO:
La rápida evolución de las tecnologías de comunicación digital ha brindado a
personas de todo el mundo una habilidad sin precedentes para compartir
pensamientos e ideas, organizar actividades —ya sean políticas o de otra índole—
y de comunicarse con seres queridos con mayor frecuencia que nunca. Sin
embargo, estos beneficios traen aparejados grandes desafíos. Así como se
incrementan las capacidades de vigilancia del gobierno, también aumentan las
amenazas y los desafíos en relación con los derechos humanos.
Cada vez que utilizamos un teléfono, una computadora, u otro tipo de aparato
tecnológico, dejamos atrás grandes cantidades de información personal que
puede revelar nuestras afiliaciones políticas y religiosas, estados de salud,
intereses sexuales, y patrones de comportamiento. Aquellos avances tecnológicos
que celebramos le brindan a los Estados herramientas nuevas y más eficientes
para la recolección y el análisis de rastros de datos abundantes. Hoy en día, los
Estados pueden monitorear, recopilar, almacenar y analizar nuestras
comunicaciones e interacciones con nuestros familiares, colegas y amigos a
través del tiempo, a veces, sin límites legales precisos, ni garantías adecuadas
que eviten cualquier abuso de poder. Las recientes revelaciones que confirman la
vigilancia de comunicaciones digitales por parte del Estado, incluyendo la
vigilancia masiva, hacen notar hasta qué punto los derechos humanos se ven
amenazados en estas situaciones.
Por lo tanto, es urgente que los Estados aprueben leyes de vigilancia nacionales
actualizadas y que revisen sus prácticas de vigilancia digital para poder garantizar
el cumplimiento de los estándares internacionales en derechos humanos y la
protección de la privacidad y de libertades fundamentales en general.
Estas preocupaciones sirvieron de inspiración para la elaboración de los Principios
Internacionales sobre la Aplicación de los Derechos Humanos a la Vigilancia de
Comunicación (en adelante también “los 13 Principios” o “los Principios”), que
establecen un marco para la aplicación del derecho internacional de los derechos
humanos en el contexto de la vigilancia de las comunicaciones en la era digital.
Los 13 Principios se encuentran, por tanto, firmemente arraigados en el derecho
internacional de los derechos humanos y la jurisprudencia comparada. Esto
incluye la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en sus
interpretaciones de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. En
algunos casos, los Principios buscan llenar el vacío que existe en el derecho
internacional.
Los 13 Principios, entonces, representan quizás el paso más importante dado
desde la sociedad civil encaminado a exigirles a los Estados el cumplimiento de
estándares internacionales de derechos humanos en la realización de actividades
de vigilancia en la era digital.
En ese sentido, el propósito final del presente trabajo es poner en consideración
de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, una guía útil que
sistematiza el derecho internacional aplicable, y una explicación de los estándares
relevantes y las bases jurídicas para tales estándares.
RECOMENDACIONES:
1.- Que esta investigación sirva de apoyo al docente, pero sobre todo al
estudiante del área del Derecho para su aprendizaje, profundizando mas sobre la
importancia que tiene los derechos humanos y sobre todo la historia de los
mismos.
2.- Redoblar esfuerzos para dar con el paradero de las personas desaparecidas
durante el conflicto armado interno, y garantizar investigaciones prontas, serias e
imparciales en dichos casos.
3.- Reforzar las acciones en la lucha contra la impunidad de las violaciones a los
derechos de humanos cometidas durante el conflicto armado interno, a través de
investigaciones prontas, exhaustivas e imparciales, sancionar a los autores
materiales e intelectuales y reparar a las víctimas.