Apalancamiento Operativo y Financiero
Apalancamiento Operativo y Financiero
No obstante, se debe tomar en cuenta que el riesgo de registrar mayores pérdidas está
presente en caso que no se llegue al nivel de ingresos esperados. Asimismo, podemos dividir
el apalancamiento de dos maneras: apalancamiento operativo y apalancamiento financiero.
Apalancamiento operativo
Supongamos que una empresa produce pantalones y para su fabricación emplea mucha mano
de obra, que constituye un costo variable. Para una mayor producción de pantalones serían
necesarios más trabajadores. Pero la empresa puede comprar maquinaria y automatizar el
proceso de producción, con lo cual reducirá la mano de obra. Cambiaría el costo variable por
costo fijo, reduciendo el primero y elevando el segundo. El incremento del costo fijo se dará por
la inversión de automatizar el proceso vía depreciación o desgaste de la maquinaria comprada.
Y el costo unitario de producir cada par de pantalones será menor, con lo cual habrá ganado
eficiencia.
Apalancamiento financiero
El hecho de incorporar fondos ajenos en una operación puede hacer variar la rentabilidad
financiera de la empresa, debido a que la deuda genera intereses que se incorporan a los
resultados de la empresa. En consecuencia, el apalancamiento financiero viene a ser el efecto
que produce el endeudamiento en la rentabilidad financiera. Este efecto puede ser positivo
(cuando la rentabilidad financiera aumenta), negativo (cuando disminuye) o neutro (cuando
queda inalterada).
Análisis de sensibilidad
El análisis de sensibilidad es una técnica que estudia el impacto que tienen sobre
una variable dependiente de un modelo financiero las variaciones en una de las
variables independientes que lo conforman.
Explicado de forma sencilla, lo que hacemos es observar como afecta un aumento o una
disminución en el valor de un factor sobre el resultado final en un análisis financiero. Por
ejemplo, si estamos utilizando el valor actual neto (VAN) podríamos estar interesados en qué
pasaría en dicho valor si aumentara la inversión inicial necesaria de un proyecto.
En primer lugar, se plantean opciones en función de los posibles escenarios futuros. Estas se
analizan con los datos que conocemos y los que van a ir variando. Una vez tenemos clara cada
una de ellas las podemos comparar y tomar decisiones sobre si nos interesa modificar dichos
factores. Normalmente estos están relacionados con la producción, los costes o las ventas.
Ventajas e inconvenientes
Las principales ventajas son que es fácil de aplicar y de entender. Estamos ante
variaciones porcentuales que permiten una comprensión sencilla de las diferentes situaciones
que se produzcan.
Los inconvenientes son, sobre todo, que estudia los cambios de una sola variable cada
vez. Por otro lado, no utiliza distribuciones de probabilidad en el análisis del VAN o del TIR,
algo que sí hace el análisis de escenarios. Esto limita en gran medida la capacidad predictiva
de esta técnica.
Veamos un ejemplo
El análisis se puede realizar con una hoja de cálculo. La inversión del ejemplo es una
maquinaría nueva. Los flujos de caja representan las dos opciones, el VNAa y el VANn. Las
diferencias entre los flujos de caja se dan por variaciones en las ventas debidas a dos posibles
escenarios, por ejemplo, en función de una campaña publicitaria.
Podemos observar que en el primer caso el VAN es de 564.29 unidades monetarias (u.m.) en
el segundo de 648.61 u.m. Por tanto, la sensibilidad de VAN es del 14,94% y positivo. Ante
esos cambios en las ventas, se produciría un incremento del VAN de casi el 15%.. Por tanto,
parece que esa campaña puede ser eficaz.
Si tienes problemas para hacer frente a tus pagos rutinarios quizá deberías empezar a llevar
un control exhaustivo de tu tesorería. Para ello nada mejor que un indicador relativo como
el ratio de liquidez, que mide la capacidad de tu negocio para afrontar sin dificultades las
obligaciones más inmediatas.
El cálculo es muy sencillo: tan solo hay que dividir el activo corriente (derechos de cobro a
corto plazo, tesorería, y existencias) entre el pasivo corriente (obligaciones de pago y
compromisos a cumplir en el corto plazo).
1. Si es mayor que uno: supone que el activo circulante es mayor que el pasivo corriente,
lo cual en su justa medida es una señal de salud. Sin embargo, hay que tener en
cuenta que si el dato es muy superior a uno puede significar que existe un exceso de
recursos activos que no están siendo explotados y por tanto, no se está obteniendo toda
la rentabilidad que se podrá conseguir de ellos.
No obstante, esto tampoco debe hacer activar las alarmas, ya que puede rectificarse con
facilidad. Tan solo habría que buscar una buena inversión para sacar utilidad al exceso de
activo. Es más con coste de oportunidad que un coste económico en sí.
Como veis no hay un criterio objetivo para definir qué valor del índice es el perfectamente
adecuado; tan solo contamos con una mera aproximación a los datos más óptimos.
Esto es así porque todo depende del tipo de negocio en cuestión ya que hay algunos que
funcionan con un exceso de liquidez considerable debido a que los cobros y pagos se efectúan
en periodos de tiempo muy cortos; y otros, por el contrario, que usan instrumentos financieros
potentes con pagos a muy largo plazo.
Ratios de Gestión
Estos ratios miden la rapidez con que ciertos activos se convierten en efectivo. Es decir, es
decir miden el grado de liquidez y eficiencia de los activos que la empresa utiliza para apoyar
sus ventas, tales como las cuentas por cobrar, las cuentas por pagar, los inventarios. Además
se utilizan frecuentemente para evaluar el desempeño de áreas específicas y verificar el
cumplimiento de las políticas empresariales.
A. Rotación de existencias: Este ratio muestra el número de veces en que las existencias son
convertidas en activos líquidos. Es decir indica la frecuencia con que el inventario sale del
almacén para ser vendido.
Si dividimos el resultado de este ratio entre el número de días promedio del año 360 días
podemos conocer el número de veces promedio en que rotan las existencias durante el año.
Si dividimos este ratio entre 360 días obtenemos el periodo promedio de cobro que significa la
cantidad de días que la empresa en ejecutar o efectuar una cobranza.
C. Rotación de cuentas por pagar: Este ratio muestra el número de veces que rotan las
deudas u obligaciones con los proveedores. En tal sentido, nos ayuda para medir el grado de
cumplimiento de los créditos concedidos por los proveedores.
Si dividimos el resultado de este ratio entre el número de días del año determinamos el
promedio de días de pago, es decir cuánto demora la empresa para pagar a sus proveedores.
D. Rotación de activos fijos: Este ratio indica el número de veces que en determinado nivel
de ventas, se utilizan los activos fijos, En este sentido, este ratio nos permite observar la
eficiencia en la utilización de los activos y el número de veces que estos han rotado a un
determinado nivel de ventas.
Rotación de existencias:
Costo de ventas / promedio de inventarios = 3 000 000.00 / (1 500 000.00 + 1 300 000.00)/2
= 2.14 veces.
Si lo dividimos el resultado entre los 360 días = 360/2.14 será 168 días.
Interpretación: esto quiere decir que las existencias van al mercado cada 168 días, lo que
demuestra una baja rotación de esta inversión, en nuestro caso 2.14 veces al año.
Ventas al crédito / cuentas por cobrar promedio = 4 000 000.00 / (700 000.00 + 800 000.00)/2
= 5.33 veces
Si lo dividimos el resultado entre los 360 días = 360 / 5.33 será de 67.5 días.
Compras al crédito / cuentas por pagar promedio = 2 600 000.00 / (180 000.00 + 150 000.00)/2
= 15.75 veces
Si lo dividimos el resultado entre los 360 días = 360 / 15.75 será de 22.85 días
Interpretación: Los resultados de este ratio lo debemos interpretar de forma opuesta a los de
cuentas por cobrar e inventarios. Lo ideal es obtener una razón lenta (es decir 1, 2 ó 4 veces al
año) ya que significa que estamos aprovechando al máximo el crédito que le ofrecen sus
proveedores. Nuestro ratio está muy elevado.
El ciclo de caja o también llamado de conversión o flujo de efectivo es la diferencia que existe
entre el ciclo operativo y el ciclo de pagos, donde el primero es el promedio de tiempo
transcurrido en días en que el inventario es vendido a crédito más el promedio en días en que
las cuentas por cobrar se convierte en efectivo, mientras que el segundo es el promedio de
tiempo transcurrido en días en que se presentan salidas de efectivo para el pago de las
cuentas por pagar a proveedores.
Para el cálculo del ciclo operativo es necesario sumar los indicadores de días de inventario
((inventario promedio X 360)/Costos de ventas) y días de cuentas por cobrar ((cuentas por
cobrar promedio X 360)/Ventas a crédito), mientras que para el ciclo de pagos únicamente se
determina el indicador de días de cuentas por pagar ((cuentas por pagar promedio X
360)/Compras).
Mediante el siguiente ejemplo ilustraré los cálculos al suponer que el inventario, las cuentas por
cobrar y por pagar promedio del último año fueron $200, $1.500 y $500 respectivamente,
además que los costos de ventas, las ventas a crédito y las compras de inventario del último
año fueron $1.000, $3.000 y $1.300 respectivamente:
Los anteriores indicadores financieros reflejan que en promedio el inventario se vende a crédito
en 72 días, el recaudo de esas cuentas por cobrar (cartera) se realiza en 180 días y el pago
efectivo de las cuentas por pagar a proveedores se efectúa en 138 días, para finalmente tener
un ciclo de caja de 114 días; por lo tanto, será necesario mejorar las rotaciones de inventario y
cuentas por cobrar.
Igualmente se deberá evaluar las políticas de compras y ventas a crédito, de lo contrario se
requiere de capital de trabajo para financiar los 114 días de operación, ya que las cuentas por
pagar financian 138 días del ciclo operacional.