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03 - Las Personas Juridicas en El Derecho Civil - Alejandro Espino Mendez

Este documento trata sobre las personas jurídicas en el derecho civil. Explica conceptos clave como persona jurídica, moral o colectiva y analiza su naturaleza jurídica. Además, divide el tema en cinco capítulos que cubren cuestiones preliminares, asociaciones, fundaciones, comités y la responsabilidad de las personas jurídicas. El documento provee una introducción detallada a este importante tema del derecho civil.

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03 - Las Personas Juridicas en El Derecho Civil - Alejandro Espino Mendez

Este documento trata sobre las personas jurídicas en el derecho civil. Explica conceptos clave como persona jurídica, moral o colectiva y analiza su naturaleza jurídica. Además, divide el tema en cinco capítulos que cubren cuestiones preliminares, asociaciones, fundaciones, comités y la responsabilidad de las personas jurídicas. El documento provee una introducción detallada a este importante tema del derecho civil.

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LAS PERSONAS JURIDICAS EN EL DERECHO CIVIL

Dr. Alejandro Espino Mendez

INDICE

CAPITULO I: CUESTIONES PRELIMINARES SOBRE LAS PERSONAS JURIDICAS

1. NOCION DE PERSONA JURIDICA O MORAL O COLECTIVA


2. NATURALEZA JURIDICA
3. PERSONAS JURIDICAS DE DERECHO PRIVADO Y DE DERECHO PUBLICO
4. REGIMEN LEGAL DE LAS PERSONAS JURlDICAS
5. PRESUPUESTOS DE LAS PERSONAS JURIDICAS
6. CONSTITUCION DE LAS PERSONAS JURIDICAS
7. AUTONOMIA DE LA PERSONA JURIDICA RESPECTO DE SUS MIEMBROS.
8. PERSONALIDAD JURlDICA DE LAS PERSONAS MORALES O COLECTIVAS
9. CAPACIDAD JURlDICA DE LAS PERSONAS MORALES O COLECTIVAS
10. ORGANOS DE LA PERSONA JURIDICA
11. EXTINCION DE LA PERSONA JURlDICA

CAPITULO II: ASOCIACION

1. CONCEPTO
2. DISTINCION ENTRE ASOCIACION y OTRAS PERSONAS JURIDICAS
3. PRESUPUESTOS DE LA ASOCIACION
4. CONSTITUCION y ESTATUTO DE LA ASOCIACION
5. LIBROS EXIGIBLES A TODA ASOCIACION
6. ORGANOS DE LA ASOCIACION
7. LA ASAMBLEA GENERAL
8. EXTINCION DE LA ASOCIACION
9. ASOCIACIONES NO INSCRITAS

CAPITULO III: FUNDACION

1. CONCEPTO
2. CARACTERISTICAS
3. CONSTITUCION
4. EL CONSEJO DE SUPERVIGILANCIA DE FUNDACIONES
5. OBLIGACION DE PRESENTAR CUENTAS Y BALANCES DE LA FUNDACION
6. PERSONAS PROHIBIDAS PARA CONTRATAR CON LA FUNDACION
7. EXTINCION DE LA FUNDACION
8. FUNDACIONES NO INSCRITAS

CAPITULO IV: COMITE


1. DEFINICION
2. EL ESTATUTO DEL COMlTE
3. REGISTRO DE MIEMBROS DEL COMITE
4. ORGANOS DEL COMITE
5. SUPERVISION DE APORTES RECAUDADOS POR EL COMITE
6. DISOLUCION DEL COMITE
7. NORMATIVIDAD APLICABLE SUPLETORIAMENTE AL COMITE
8. COMITES NO INSCRITOS

CAPITULO V: RESPONSABILIDAD DE LAS PERSONAS JURIDICAS

CAPITULO I: CUESTIONES PRELIMINARES SOBRE LAS PERSONAS


JURIDICAS
1. NOCION DE PERSONA JURIDICA O MORAL O COLECTIVA

"... Comprobamos en el estudio de las relaciones jurídicas que existen derechos y


obligaciones que no tienen como sujetos a personas físicas. Figuran en un
patrimonio que no pertenece a una persona humana determinada. Esto llevó a
admitir que este patrimonio pertenecía a una persona creada por la voluntad del
hombre: se la llamó persona moral o persona jurídica y a veces persona ficticia
por la naturaleza de su origen" (RIPERT y BOULANGER, 1956, Tomo 1: 322).

Según Aramburo y Machado, la persona social (conocida también en la doctrina


como persona jurídica o moral o colectiva o ficticia o ideal) "... es la unión
constante y moral de seres racionales que cooperan a la consecución de un fin
honesto común" (ARAMBURO y MACHADO, s/a: 414). El mencionado jurista
concluye que la "persona social es, pues, la unión legítima de hombres que se
proponen la consecución de un fin lícito" (ARAMBURO y MACHADO, s/a: 418).

En opinión de Spota, "... la persona colectiva o persona jurídica es (...) una


organización, ya corporativa, ya institucional, que el derecho objetivo eleva a la
categoría de titular (o con la aptitud de alcanzar esa 'titularidad') de poderes y
deberes, y que atribuye a esa organización una voluntad jurídica (no entendida,
pues, en sentido psicológico) para alcanzar el fin de su creación..." (SPOTA,
1951. Tomo I, Volumen 3: 7). El citado tratadista agrega que "... la persona
jurídica es toda unión o institución que el ordenamiento legal reconoce como
sujeto jurídico, es decir, como titular de derechos y deberes y portador de una
voluntad para ejercer y cumplir aquéllos y éstos" (SPOTA, 1951, Tomo l.
Volumen 3: 7-8).

A decir de Barbero "la persona jurídica es una creación formal del derecho
(formal, porque no encuentra correspondencia en la sustancia del ser natural),
mediante atribución de la 'personalidad' (...) a un conjunto de factores diferentes
como tal del hombre individuo. En virtud de esta atribución, la 'capacidad
jurídica' y la 'titularidad efectiva' de relaciones se valoran en relación a la síntesis
unitaria de un conjunto de elementos, existentes par-a el derecho bajo una única
personalidad formal" (BARBERO, 1967, Tomo 1: 244). Barbero señala, además,
que:"... El hombre no puede, ni como legislador, desconocer la 'personalidad
jurídica' de su semejante, con el cual está igualmente sujeto al derecho, pero
nada impide que, para fines particulares, no condenados por el derecho, pueda
reconocer como 'persona' y 'sujeto único' de derechos a lo que por naturaleza no
es tal o es 'varios sujetos' .

Esta 'subjetividad meramente jurídica', 'formal', es, sin embargo, relevante sólo
dentro de los fines particulares para los cuales se la ha creado, fines mucho más
limitados que los del sujeto jurídico 'hombre'" (BARBERO, 1967, Tomo 1: 244-
245).

Sobre el particular, Coviello anota que "... el concepto de persona jurídica resulta
de un elemento real, la existencia de hombres unidos entre sí por fines o
intereses comunes; y de un elemento artificial, la reducción de la pluralidad de
las personas a la unidad. (...). Así es que, substancialmente, lo que se llama
persona jurídica no es más que la totalidad de varias personas consideradas
como unidad; formalmente, es un 'sujeto abstracto de derechos reconocido por
la ley'..." (COVIELLO, 1938: 218-219).
Abelenda, en relación al concepto de la persona ideal o jurídica, refiere que "... la
denominada persona de existencia ideal, persona moral o persona jurídica, no es
ni puede ser más que: 'Una colectividad o conjunto de individuos humanos
unidos y organizados para la consecución de un fin socialmente útil, o un interés
o un conjunto de intereses, también humanos, que, en el plano científico,
puramente conceptual, y por virtud de una abstracción, es considerada como un
solo ser o ente con individualidad o personalidad jurídica distinta a los individuos
o intereses humanos que se encuentran en su esencia'" (ABELENDA, 1980, Tomo
2: 5).

Ennecerus, en cuanto a la noción de persona jurídica, manifiesta lo siguiente:

"Estas organizaciones no son seres vivos, no tienen voluntad natural; pero en


ellas las voluntades humanas reunidas y las fuerzas humanas unificadas operan
en una cierta dirección determinada por el fin de la organización. Es una imagen,
pero vierte cabalmente la esencia de las cosas al calificar esta fuerza de las
voluntades reunidas como voluntad de la organización misma (..). Por tanto,
pensamos estas organizaciones (el Estado, la asociación o conjunto organizado
de miembros, 1a institución) como sujetos de voluntad; los personificamos
(teoría de la personificación del fin).

(...) El derecho se inspira también en semejante ideología en cuanto reconoce


poder jurídico. derechos, a ciertas organizaciones, reputándolas como sujetos de
derecho, como personas, las llamadas personas jurídicas, estableciendo una
separación tajante entre el patrimonio y las deudas de la organización y el
patrimonio y las deudas de los asociados..." (ENNECCERUS, 1953, Tomo I.
Volumen 1: 424).

Valencia Zea, al examinar el concepto formal de persona jurídica, expresa lo


siguiente:

"... La personalidad, tanto la atribuida al ser humano como la que se atribuye a


las asociaciones de hombres o a ciertos capitales afectados al cumplimiento de
un fin, es solo una creación de la técnica jurídica, una categoría sin la cual es
imposible la construcción de un ordenamiento jurídico.

(... )

(...) La persona en sentido jurídico' quiere decir ente que tiene función jurídica,
cualidades en el derecho, capacidad'" (VALENCIA ZEA, 1974, Tomo 1: 669-670).
Valencia Zea concluye que las personas jurídicas de derecho privado "... son
aquellas que se establecen mediante la iniciativa de los particulares (negocio
jurídico), que su funcionamiento se realiza mediante un patrimonio particular y
son administradas por órganos que no forman parte de la administración
pública",(VALENCIA ZEA, 1974, Tomo 1: 682).

En la Exposición de Motivos del Código Civil se precisa que "desde el punto de


vista formal toda persona jurídica es un centro unitario, ideal, de referencia de
situaciones jurídicas, la imputación de deberes y derechos.

Dato formal que se constituye mediante la abstracción o reducción de una


pluralidad de personas a una unidad ideal de referencia normativa. Es este el
proceso lógico que permite trascender la pluralidad de personas que conforman
la llamada persona jurídica..." (CODIGO CIVIL, EXPOSICION
DE MOTIVOS, 1988, Volumen IV: 169).

El Código Civil regula a las personas jurídicas de la siguiente manera:

- LIBRO 1 DERECHO DE LAS PERSONAS.

- SECCION SEGUNDA PERSONAS JURIDICAS.

- Título I : Disposiciones generales (arts. 76 al 79 del C.C.).


- Título II : Asociación (arts. 80 al 98 del C.C.).
- Título III : Fundación (arts. 99 al110 del C.C.).
- Título IV : Comité (arts. 111 al 123 del C.C.).

- SECCION TERCERA ASOCIACION, FUNDACION y COMITE NO INSCRITOS.

- Título I : Asociación (arts. 124, 125 y 126 del C.C.).


- Título II : Fundación (arts. 127, 128 y 129 del C.C.).
- Título III : Comité (arts. 130 al 133 del C.C.).

2. NATURALEZA JURIDICA

Valverde y Valverde, en lo concerniente a la naturaleza jurídica de las personas


sociales o morales, expresa que:

"La persona colectiva no es un producto del derecho, sino un ser real en la que la
ley ha de dar el cauce jurídico debido.

Las personas sociales privadas son sujetos de derecho y tienen derechos


subjetivos de la misma estructura que los del hombre, si bien por su propia
naturaleza no pueden gozar de algunos derechos, como son los de sucesión y
familia, pues en general son derechos subjetivos patrimoniales. y aun dentro de
estos derechos aunque en principio la capacidad civil de la persona colectiva
debe ser plena, sin embargo las legislaciones, por circunstancias de diversa
índole, restringen su capacidad unas veces para adquirir bienes, otras para
conservarles y algunas para disponer o enajenar todo o parte de su patrimonio"
(VALVERDE y VAL VERDE , 1935, Tomo 1: 264).

Aramburo y Machado, en relación al tema, refiere que "... hay quienes estiman la
persona social como una creación formal o arbitraria, realizada por la ley,
haciendo depender el nacimiento, la constitución y la extinción de la personalidad
social, de la voluntad del legislador, a quien se supone investido de absoluto
poder para conceder y negar la personalidad, dejando limitada la esfera de
acción jurídica de estas entidades a los bienes materiales..." (ARAMBURO y
MACHADO, s/a: 419). El citado autor, al examinar el sistema individualista que
busca explicar la naturaleza jurídica de las personas sociales señala que "el
sistema individualista sostiene (...) que el individuo es el único ser que tiene
verdadera realidad y propio derecho, y que la comunidad social sólo posee por
delegación aquellas facultades y atribuciones que los individuos le encomendaron
al constituirla, haciendo depender la existencia de toda persona social, aun la de
la sociedad política, del libre arbitrio de los individuos..." (ARAMBURO y
MACHADO, s/a: 419).

Riperty Boulanger, al estudiar la teoría de la personalidad ficticia que busca


desentrañar la naturaleza jurídica de la persona moral o social, apuntan que "...
las personas morales eran consideradas como seres ficticios creados por la
voluntad de11egislador. La consecuencia era que sólo podían recibir esta
personalidad por una concesión individual o colectiva del legislador..." (RIPERT Y
BOULANGER, 1956, Tomo 1: 326). Los mencionados autores, refiriéndose esta
vez a la' teoría de la personalidad colectiva, anotan que, según dicha teoría, "...
bajo el nombre de 'personas civiles' se debería comprender la existencia de
bienes colectivos en estado de masas distintas poseídas por grupos de hombres
más o menos numerosos y sustraídas al régimen de la propiedad individual. En
consecuencia, estas pretendidas personas no serían tales, ni aún en una forma
ficticia" (RIPERT y BOULANGER, 1956, Tomo 1: 327). Ripert y Boulanger,
respecto de la teoría de la personalidad real que busca explicar la naturaleza
jurídica de la persona moral o social, señalan que, conforme a la indicada teoría,
"... se admite en general, que la personalidad moral constituye una realidad
técnica, es decir, es una forma jurídica que corresponde a los intereses generales
de la agrupación, y que el legislador estaba obligado a conceder personalidad a
toda agrupación susceptible de tener una voluntad propia o de defender los
intereses propios ..." (RIPERT y BOULANGER, 1956, Tomo 1: 328). Riperty
Boulanger, prosiguiendo con el tema de la naturaleza jurídica de la persona
moral o social, llegan a esta conclusión: "... Después de haber afirmado la idea
de la personalidad moral real volvemos parcialmente a la idea de que esta
personalidad no es más que un concepto jurídico necesario para la organización
de las relaciones jurídicas. No es una simple ficción, porque en la realidad existen
relaciones jurídicas que no tienen como sujetos a hombres determinados. Pero
no se debe olvidar que las personas morales, son creaciones del derecho. Por lo
tanto no se las debe asimilar a las personas humanas. Son mecanismos jurídicos
ideados para permitir la atribución de la propiedad de los bienes y el
establecimiento de relaciones jurídicas..." (RIPERT y BOULANGER, 1956, Tomo
1: 330).

Valencia Zea, acerca de la naturaleza jurídica de la persona moral o social o


colectiva o ideal o simplemente jurídica, explica el postulado de la teoría de la
ficción de esta manera:

"... El derecho positivo puede .crear artificialmente una personalidad jurídica'.


Esos seres creados artificialmente son ficticios, pues no existen naturalmente de
la misma manera que las personas físicas, sino solo 'para fines jurídicos'"
(VALENCIA ZEA, 1974, Tomo 1: 662-663).

"... Al contrario, cuando el derecho le atribuye capacidad jurídica a un ser que en


realidad no tienen pensamiento ni voluntad, no es sino por ficción que se suple
una condición naturalmente indispensable, y esta ficción consiste en admitir que
este ser piensa y quiere, aunque en sí sea incapaz" (VALENCIA ZEA, 1974, Tomo
1: 663).

"... Lo que es fingido como persona es el fin al cual está destinado un conjunto
de bienes o patrimonio. Dicho fin cambia según se trate de una corporación o de
una fundación. En la corporación se personifica la unidad total de miembros
(universitas personarum); en la fundación, un patrimonio (universitas bonorum).
(...) Las personas jurídicas eran en sí incapaces de obrar, de la misma manera
que es incapaz un infante o un loco. La persona jurídica debe estar representada
en la misma forma que una incapaz (menores y dementes)>> (VALENCIA ZEA,
1974, Tomo 1: 663-664 ).

Valencia Zea nos informa que "rechazada (...) la doctrina de la ficción, fueron
elaboradas otras tesis en el afán de explicar la pertenencia de derecho a sujetos
diferentes del hombre, entre las cuales deben recordarse (...) la de los
patrimonios afectados a un fin y la de las personas colectivas reales (o doctrina
orgánica)>> (VALENCIA ZEA, 1974, Tomo 1: 666). En lo que respecta a tales
teorías, Valencia Zea enseña lo siguiente:

"... El verdadero sujeto de derechos es un conjunto de bienes o patrimonios


afectados a un fin colectivo. (...) Los patrimonios que tienen un destino o
afectación especial (...), se bastan jurídicamente y pueden desempeñar el papel
de sujeto de derechos. Ningún inconveniente existe para que un patrimonio
unificado en una totalidad sea titular de derechos, adquiera propiedades, sea
acreedor o deudor. En síntesis, los derechos subjetivos pueden pertenecer a las
personas físicas o, simplemente, unificarse en sí mismos y pertenecer a un
determinado fin.

Pero como el fin al cual se afecta el patrimonio (...) y que hace de sujeto carece
de voluntad en sentido psicológico, (...) existe una representación del fin, la cual
es ejercida por seres humanos; estos son titulares de los derechos pero no los
tienen para sí, sino para la realización del fin; son, pues, titulares fiduciarios.

(...) La personalidad jurídica es una concepción superficial que esconde el


concepto de la propiedad colectiva, al lado de la propiedad individual" (VALENCIA
ZEA, 1974, Tomo 1: 666-667).

"... La doctrina de la persona colectiva real (o doctrina organicista) tiene un


especial valor por cuanto señaló las bases para construir la que prevalece en el
derecho actual.

(...) Un conjunto de individuos unidos orgánicamente crean un ser nuevo,


distinto de cada uno de los individuos (....).

(... )

(...) En una corporación o unión de hombres varias voluntades se unen por un


objeto común y la persecución de un determinado fin, lo cual crea un sujeto de
derechos dotado de voluntad (voluntad incorporal o voluntad colectiva). En las
fundaciones, la voluntad incorporal de la persona jurídica es la voluntad
objetivada del fundador" (VALENCIA ZEA, 1974, Tomo 1: 667-668).

"... Las personas jurídicas son personas reales colectivas y son capaces de
querer y de obrar. El derecho les atribuye personalidad porque las considera
portadoras reales de una voluntad.
La persona jurídica (o persona colectiva) quiere y obra por medio de órganos. De
la misma manera que la persona física manifiesta su actividad por la cooperación
de sus órganos corporales, así la persona jurídica expresa su voluntad y la
realiza mediante sus órganos. La voluntad del órgano no es la del representante,
sino la propia voluntad de la persona colectiva.

Siendo la persona colectiva o jurídica capaz de obrar, puede también cometer


actos ilícitos por los cuales asume una responsabilidad directa. Son actos ilícito s
por los que realiza el órgano constitucional dentro de la esfera de su
competencia. Por ello es posible que se castigue a una corporación, castigo que
puede consistir en penas pecuniarias, disolución forzosa, etc.

La tesis (...) ha ejercido mucho influjo en la precisión del moderno concepto de


persona jurídica; principalmente, supo poner de relieve la existencia de una
voluntad propia de la persona jurídica e indicar cómo es posible que esa voluntad
pueda exteriorizarse mediante los órganos propios de actuación..." (VALENCIA
ZEA, 1974, Tomo 1: 668-669).

3. PERSONAS JURIDICAS DE DERECHO PRIVADO Y DE DERECHO


PUBLICO

Valencia Zea, acerca de las personas jurídicas de derecho privado y de derecho


público, manifiesta lo siguiente:
"Las personas jurídicas se clasifican en personas de derecho público y personas
de derecho privado.
(..) Persona jurídica de derecho público es la que emana directamente del Estado
y tiene por fin la prestación de los servicios públicos.
(..)
(..) Persona jurídica de derecho privado es la que nace de la iniciativa privada y
se establece con fondos privados" (VALENCIA ZEA, 1974, Tomo 1: 681-682).
Valencia Zea, en cuanto a las personas jurídicas de derecho privado, destaca
que "... son tres las notas que caracterizan en forma completa a una persona
jurídica de derecho privado frente a una persona de derecho público: el
establecimiento o creación, el patrimonio y los órganos"
(VALENCIA ZEA, 1974, Tomo 1: 683).

Sobre el particular, Spota precisa que "... las personas colectivas del derecho
privado tanto son aquellas que persiguen fines de utilidad pública o fines no
lucrativos como propósitos pecuniarios, lucrativos. Las de utilidad pública no son
personas jurídicas del derecho público porque no constituyen una
descentralización administrativa. Las personas jurídicas privadas pueden asumir
la forma corporativa (asociación o sociedad) o la fundacional" (SPOTA, 1951,
Tomo 1, Volumen 3: 132).

En lo que atañe a las personas jurídicas públicas, Barbero indica que "personas
jurídicas 'públicas' o 'de derecho público' (...) son las caracterizadas, según el
criterio más comúnmente aceptado, por estos elementos: a) una finalidad que
participa de las finalidades esenciales del Estado, aunque pueda ser
autónomamente perseguida; b) una participación, coherentemente, en poder de
imperio (¡us imperi) propio del mismo Estado; c) la sujeción al control del
Estado" (BARBERO, 1967, Tomo 1: 253).

Valencia Zea señala las siguientes diferencias entre las personas jurídicas de
derecho público y de derecho privado:
"a) La persona jurídica de derecho público es creada mediante un acto estatal; la
de derecho privado, mediante un negocio jurídico.
b) La persona pública es costeada por la nación u otra persona de derecho
público; la persona jurídica de derecho privado realiza sus fines mediante una
masa patrimonial de los particulares. Sin embargo, esta característica no es
absoluta, pues el Estado suele subvencionar con fondos públicos a ciertas
personas de derecho privado por ejemplo, las universidades.
c) La administración pública establece directamente los órganos públicos que
representen la persona jurídica de derecho público. En cambio, los mismos
particulares que crean una persona jurídica de derecho privado, establecen los
órganos de representación de tal persona; dichos órganos son independientes de
la administración pública" (VALENCIA ZEA, 1974, Tomo 1: 683).

Abelenda, respecto de las características diferenciales de las personas jurídicas


de carácter público y privado, anota que las personas jurídicas de carácter
público vienen a ser creaciones de la sociedad toda para organizarse
jurídicamente mediante un acto constituyente, como en el caso del Estado, es
decir la sociedad organizada, mediante una ley especial de creación; y que en
cambio las personas jurídicas de carácter privado son el resultado de un acto
voluntario de una persona o de un determinado grupo de personas dentro de la
sociedad, actuando ya como miembros de ella en las sociedades y asociaciones,
o como fundador o fundadores en las fundaciones" (ABELENDA, 1980, Tomo 2:
53). El citado tratadista señala, además, lo siguiente:

"Otra característica común de las personas jurídicas de carácter público (...) es el


fin de interés público' que persiguen de un modo inmediato o directo, ya que son
creaciones destinadas precisamente a satisfacer intereses generales de la
sociedad. Esta característica las diferencia de las personas jurídicas de carácter
privado, que por lo común se crean para satisfacer intereses particulares, que es
su fin inmediato, aunque como consecuencia mediata se siga un beneficio para la
sociedad en general, es decir público, cabe destacar sin embargo que la finalidad
pública no es exclusiva de las personas jurídicas de carácter público ni la
finalidad particular es exclusiva de las de carácter privado, pues, (...), hay
personas de carácter privado que también persiguen la satisfacción de intereses
generales o públicos, como ocurre con las fundaciones o las sociedades
comerciales concesionarias de servicios públicos; como, viceversa, hay personas
jurídicas que no obstante estar situadas entre las de carácter público, como las
sociedades de economía mixta, persiguen también un lucro privado" (ABELENDA,
1980, Tomo 2: 53).
Entre las personas jurídicas de derecho privado tenemos aquellas reguladas en la
Sección Segunda del Libro 1 del Código Civil, vale decir, las asociaciones,
fundaciones y comités, y en la Ley General de Sociedades (Ley Nro. 26887), esto
es, las sociedades comerciales como la sociedad anónima (ordinaria, abierta y
cerrada), sociedad en comandita (simple y por acciones), la sociedad comercial
de responsabilidad limitada y la sociedad civil. En la presente obra trataremos lo
relativo a las personas jurídicas reguladas en el Código Civil.

4. REGIMEN LEGAL DE LAS PERSONAS JURlDICAS

Conforme se desprende del artículo 76 del Código Civil, la persona jurídica de


derecho público interno se rige por la ley de su creación, en tanto que serán las
disposiciones del indicado Código sustantivo y las de las leyes respectivas las que
determinen:
La existencia de la persona jurídica.
La capacidad de la persona jurídica.
Los derechos de la persona jurídica.
Las obligaciones de la persona jurídica.
Los fines de la persona jurídica.

5. PRESUPUESTOS DE LAS PERSONAS JURIDICAS

Sobre el particular, Abelenda manifiesta lo siguiente:

"Creemos que cuando en la realidad, social aparecen los elementos constitutivos


de una institución: una idea organizadora (comercial, artística, política, de
beneficencia, etc) que conexa voluntades y actividades de individuos humanos
que se consagran al servicio de la idea; un vínculo espiritual que nace de la
voluntad común de realizar el fin o la idea organizadora; entonces, por un
imperativo de justicia, por una exigencia ética, debe considerarse un nuevo ente
y conferírsele la calidad de persona jurídica, de acuerdo con el derecho objetivo
que debe así consignarlo en sus normas. Claro está que para que a una
institución pueda conferírsele la calidad de persona de un modo formal, la
autoridad del Estado tiene que exigir el cumplimiento de ciertos requisitos
tendientes a asegurar que la obra o empresa que se realiza o se pretende
realizar responda verdaderamente a una idea orientada a la satisfacción de
intereses humanos y trate de asegurar el bien común" (ABELENDA, 1980, Tomo
2: 49).
Barbero, en lo que toca a los presupuestos de la persona jurídica, apunta que "...
son normalmente tres: una pluralidad de personas, una finalidad y un
patrimonio. Pero no los tres presupuesto van siempre unidos en todo tipo de
'persona jurídica'; hay entes jurídicos (las llamadas 'fundaciones') para los cuales
no es necesaria (...) la pluralidad de las personas; mientras que, por el contrario,
para algunas personas jurídicas del derecho público (los llamados entes
autárquicos territoriales', a saber, Estado, (...), y municipios (..), es necesario un
elemento más, el 'territorio'..." (BARBERO, 1967, Tomo 1: 248).
Aramburo y Machado, en lo concerniente a los elementos constitutivos de la
persona social o jurídica, señala que "pluralidad de individuos, unidad y licitud
del fin. y organización y cooperación para el cumplimiento del mismo, he aquí
1m; elementos constitutivos de la persona social" (ARAMBURO y MACHADO, s/a:
418).

Por su parte, Coviello, al estudiar los elementos constitutivos de la persona


jurídica, predica que "... dichos elementos son: 1° Una pluralidad de personas
que por abstracción pueden considerarse como una sola persona (...). 2° Es
necesario un fin que los varios asociados se proponen alcanzar, o al que
pretende proveer el patrimonio destinado por una persona, y esto porque para la
existencia de cualquier derecho no basta el sujeto, siendo además necesario el
fin, que está constituido por el interés que se quiere satisfacer (...). 3° Además
de los sujetos y del interés o fin, se necesitan los medios, para que el fin sea
alcanzado (...). 4° Es necesario, en fin, que la intención de los socios o del
fundador, expresa o tácita, sea la de que el patrimonio se considere como
perteneciente a una sola persona, de modo que en todas las relaciones jurídicas
con los terceros todo se regule como si todos los asociados o interesados,
tomados en tal calidad, constituyesen una sola persona. Es necesario, en una
palabra, una tal organización de hecho que haga posible la reducción de la
pluralidad concreta de las personas a una unidad abstracta" (COVIELLO, 1938:
222-224).

Barbero, en cuanto al fin de la persona jurídica como presupuesto de ésta,


enseña lo siguiente:
"... Este elemento, implícito en la organización, es valorado para cada 'persona
jurídica (...). No todo fin es proseguible, si se quieren salvaguardar el orden, la
honestidad y la moralidad de la vida social; por eso el derecho no se contenta
con saber que, si hay una organización de seres conscientes, no les faltará una
finalidad, sino que quiere conocer también cuál es esa finalidad, y quiere verlo
expresamente indicado. Fin que l...) no debe confundirse ni con el motivo que
induce a los individuos a organizarse, ni con el propósito de negocio jurídico en
que se establece la organización (...) sino que es el objetivo de la organización
como tal, la meta a la cual se orienta la actividad del ente futuro l...) objetivo o
meta para cuya perseguibilidad no es necesaria otra cosa, sin embargo, sino que
sea lícito" (BARBERO, 1967, Tomo 1: 249).

Barbero, refiriéndose esta vez al patrimonio como presupuesto de la persona


jurídica, indica lo siguiente:
"... Conocido y admitido el fin, el derecho se preocupa además de que el ente
tenga los medios para conseguirlo, es decir, un patrimonio adecuado. La 'persona
jurídica', siendo una realidad puramente formal, se crea y sostiene con miras a
una función. Si esa función no puede ser desarrollada por imposibilidad
constitucional (falta de medios), lo mismo da no crear una nueva 'forma' inútil"
(BARBERO, 1967, Tomo 1: 249).

Valencia Zea, acerca del patrimonio de la persona jurídica, pone de manifiesto


que "... una persona jurídica solo puede destinar el patrimonio social a alcanzar
los fines colectivos para los cuales se constituyó. Así, un hospital no puede
dedicar sus bienes, ni parte de ellos, a crear un establecimiento de enseñanza o
un club deportivo, por cuanto no se fundó para tales fines" (VALENCIA ZEA,
1974, Tomo 1: 708).

Spota, en relación al patrimonio de la persona jurídica, expresa lo siguiente:


"... La separación conceptual entre la entidad corporativa como conjunto ideal y
sus miembros era ya una de las reiteradas enseñanzas de Savigny (...). El
sujeto, pues, del patrimonio corporativo es el ente corporativo. Las deudas de la
corporación o asociación son obligaciones a cargo de ellos y no de los miembros
(...).
(...) La obligación del asociado debe resultar expresamente, ya como codeudores
simples o solidarios, puede que el término 'mancomunado' puede referirse a la
obligación simple o solidaria (...).
(...) El principio es(...) el de la autonomía patrimonial (...). Pero también importa
el otro principio: aun todos los miembros reunidos no comprometen la
responsabilidad del ente corporativo si no se observa el debido procedimiento
-legal y estatutario- para expresar la voluntad de la persona colectiva" (SPOTA,
1951, Tomo I, Volumen 3: 763-764).
El último de los juristas nombrados, al referirse a las aplicaciones de la
autonomía patrimonial en las personas jurídicas, apunta que "... los socios de la
sociedad civil son terceros con relación a la sociedad o entre sí, y los deudores de
la sociedad no son deudores de los socios (...). Además los acreedores
particulares de los sacies no podrán ejecutar los bienes de la sociedad y sí sólo
ejercer su poder legítimo de agresión contra el patrimonio del socio, no pudiendo'
embarazar de modo alguno las operaciones de la sociedad'..." (SPOTA, 1951,
Tomo 1, Volumen 3: 764-765).

6. CONSTITUCION DE LAS PERSONAS JURIDICAS

"... Cuando se trata del nacimiento de una persona jurídica (...) es necesario
tener en cuenta tres condiciones esenciales: a) el negocio jurídico (acto colectivo
o acuerdo) de constitución de la personalidad; b) la autorización del Estado para
ciertos grupos de personas: y c) la organización en sí" (VALENCIA ZEA, 1974,
Tomo 1: 688).
. "... La creación de las personas morales privadas se produce por un acto
voluntario de las personas físicas realizado en las condiciones prescritas por la
ley..." (RIPERT y BOULANGER, 1956, Tomo 1: 335).
Spota, en lo que atañe al acto constitutivo de la persona jurídica, anota lo
siguiente:
"... El acto constitutivo es el resultado de un acto conjunto o colectivo
(...) .
El estatuto es un acto negocial de derecho privado aun cuando deba ceñirse a los
tipos que establezca la ley, sea que ésta prevea la posibilidad de ampliar las
enunciaciones sin alterar las normas imperativas, sea que lo prohíba. De ello
emana que las violaciones del estatuto no son violaciones de la ley, sino de los
derechos privados. Ese estatuto importa un conjunto de reglas abstractas,
generales y vinculatorias para los fundadores y adherentes futuros. Pero esto no
lo transforma en ley, por lo menos en sentido formal, sin perjuicio de
que, desde el punto de vista sociológico y meta jurídico, haya allí una notable y
viva fuente de transformación del derecho objetivo, a corto o largo plazo"
(SPOTA, 1951, Tomo I, Volumen 3: 300-301).
Valencia Zea, acerca del negocio jurídico de constitución de una persona moral o
social o colectiva, expresa lo siguiente:
"Todas las personas jurídicas de derecho privado requieren como supuesto
necesario un conjunto de declaraciones de voluntad, ya de los propios asociados,
.como sucede en las corporaciones, ya del fundador simplemente, como ocurre
en las fundaciones.
(...) En cuanto a las corporaciones, las declaraciones de voluntad de los
asociados se dirigen a crear una persona jurídica distinta de los miembros que la
componen.
Las declaraciones de voluntad son paralelas, es decir, que todas deben dirigirse a
unos mismos efectos y fines (...).
(..) En las fundaciones, en cambio, solo se requiere la declaración de
voluntad del fundador o fundadores acerca de la formación, el funcionamiento,
los estatutos y demás circunstancias necesarias para la vida de la fundación"
(VALENCIA ZEA, 1974, Tomo 1: 688689).
Valencia Zea puntualiza que "... el acuerdo de constitución es solemne (..). Una
persona jurídica está destinada a producir importantes efectos de derecho en
relación con la colectividad, pues se tratará siempre de la creación de un nuevo
sujeto de derechos; por ese motivo, el negocio colectivo de constitución tiende a
ser solemne" (VALENCIA ZEA, 1974, Tomo 1: 690). El mencionado autor,
respecto del concepto de organización o constitución de la persona jurídica,
señala lo siguiente:
"Entiéndase por organización (o constitución) de la persona jurídica, el conjunto
de normas o reglas que habrán de regir tanto la vida interna, como la externa
del nuevo sujeto de derecho. Solo una 'organización unitaria' de la persona
jurídica, que indique en forma clara el nombre (firma social), el domicilio o sede,
el objeto social (...) y demás circunstancias especiales de cada persona, hace
posible la actividad o capacidad.
El conjunto de tales normas o reglas forman los estatutos o reglamentos de la
persona jurídica..." (VALENCIA ZEA, 1974, Tomo 1: 694-695).

Barbero, en cuanto al reconocimiento jurídico de la persona jurídica como inicio


de la existencia de ésta, sostiene que "... el 'reconocimiento jurídico' es
precisamente el hecho constitutivo de la nueva persona. La 'persona jurídica' no
existe todavía por el solo hecho de que sean actuales sus presupuestos
materiales y de hecho, sino que viene a existir en cuanto firmes esos
presupuestos, sobreviene el 'reconocimiento del ordenamiento jurídico'. Este
reconocimiento (...) no es un reconocimiento con carácter declarativo, o según
otros, confirmativo, ni una mera declaración de certeza de los presupuestos de
hecho. Es el verdadero factor constitutivo generativo, diríamos casi
analógicamente- de la 'persona jurídica'"(BARBERO, 1967, Tomo 1: 250).
El artículo 77 del Código Civil versa sobre el principio de la persona jurídica,
estableciendo así que:
La existencia de la persona jurídica de derecho privado comienza el día de su
inscripción en el registro respectivo, salvo disposición distinta de la ley.
La eficacia de los actos celebrados en nombre de la persona jurídica antes de su
inscripción queda subordinada a este requisito y a su ratificación dentro de los
tres meses siguientes de haber sido inscrita.

Si la persona jurídica no se constituye o no se ratifican los actos realizados en


nombre de ella, quienes los hubieran celebrado son ilimitada y solidariamente
responsables frente a terceros.

Sobre el particular, Espinoza Espinoza explica lo siguiente:


"Las organizaciones de personas no inscritas y las personas. colectivas, son
similares en sus aspectos ontológicos y axiológicos, vale decir, ambas
constituyen un conjunto de personas que se organizan en la búsqueda de un fin
valioso. Sin embargo, difieren en su carácter normativo, más precisamente,
formal, por cuanto las organizaciones de personas no inscritas, como su nombre
lo indica, no han cumplido con el requisito de inscribirse en el registro
correspondiente, de tal manera, que carecen del dato formal, que sí posee la
persona colectiva. El hecho de no inscribirse en el registro impide que se realice
el proceso de individualización del conjunto de personas a una sola. Dicha
distinción ha de tenerse en cuenta debido a que los actos que realicen los
integrantes de una organización de personas no inscritas tendrán distintos
efectos que los actos que realicen los componentes de una persona colectiva. En
el primer caso, los autores son solidariamente responsables, en el segundo la
responsabilidad corresponde al sujeto de derecho persona colectiva" (ESPINOZA
ESPINOZA, 1996: 485-486).

6.1 Los estatutos de la persona jurídica


"... En general, el reglamento o estatuto de las personas jurídicas de derecho
privado lo forman las declaraciones de voluntad de los asociados o del fundador;
precisamente, el negocio colectivo (o acuerdo de establecimiento) debe tener un
contenido: el reglamento o reglas estatutarias" (VALENCIA ZEA, 1974, Tomo 1:
695).
"Los estatutos no sólo son obligatorios para los miembros constituyentes, sino
también para todos los que con posterioridad ingresen en la asociación. e..) En
cuanto a las fundaciones, los miembros están reemplazados por el personal
sirviente y deben cumplir los estatutos" (VALENCIA ZEA, 1974, Tomo 1: 695-
696).
"... Los estatutos tienen e..) un radio de acción más amplio, ya que se impone a
las demás personas, especialmente a todas las que entren en relaciones con la
persona jurídica..." (VALENCIA ZEA, 1974, Tomo 1: 696).

El efecto que pueden producir los estatutos, "... muy importante y consistente en
vincular no solo a las personas que los forman, sino de obligar en lo futuro a los
demás miembros aun a terceros, ha hecho que muchos asimilen esos
reglamentos a verdaderas normas jurídicas abstractas que las diferencian
netamente de las normas contractuales, que sólo pueden producir efecto entre
los contratantes..." (VALENCIA ZEA, 1974, Tomo 1: 696). "... No obstante, entre
la norma jurídica que emana del Estado y los estatutos de una persona jurídica,
existen diferencias muy notables. La norma jurídica tiene un alcance ilimitado; el
estatuto tiene un alcance limitado a los 'miembros de las personas jurídicas y a
las personas que entran en relaciones con ellas. pero es necesario reconocer que
entre la norma contractual-esencialmente relativa a los contratantes- y la norma
jurídica, cuyos efectos son absolutos, se interponen las normas estatutarias de la
persona jurídica, cuyos efectos se prolongan más allá de quienes las elaboran"
(VALENCIA ZEA, 1974, Tomo 1: 697).

6.2 El nombre o denominación de la persona jurídica

Según Spota, "la esencia jurídica de ese derecho al nombre de la persona


colectiva (...) se trata de derechos subjetivos que han de distinguirse según que
importen o no un nombre comercial. Podrá, pues, darse el supuesto del nombre
de la persona jurídica como objeto de un derecho subjetivo extrapatrimonial, así
como la hipótesis -en general más frecuente- del nombre como derecho
subjetivo patrimonial, es decir, con valor pecuniario" (SPOTA, 1951, Tomo 1,
Volumen 3: 194).

Al respecto, Valencia Zea apunta que:


"... Toda persona jurídica de derecho privado ha de tener una denominación
(nombre), la cual se llama comúnmente firma o razón social cuando se trata de
las corporaciones que persiguen fines de lucro -sociedades- (...).

En general, la denominación, nombre o firma social, está amparada con las


mismas garantías que protegen el nombre y apellido de las personas físicas"
(VALENCIA ZEA, 1974, Tomo 1: 697).

Ripert y Boulanger, por su parte, dicen del nombre de las personas morales o
jurídicas lo siguiente:
"... El nombre es indispensable para la identificación de la persona. Es atribuido a
la persona moral por el acto creador. Para las personas privadas puede ser
elegido libremente; para algunas se utilizan los nombres de los socios para
designar la persona moral; para otras la denominación es de pura fantasía.
Cuando el nombre ha sido elegido libremente, puede ser modificado también
libremente en el curso de la vida de la sociedad.

La creación de una persona moral exige casi siempre la publicidad. El nombre


entonces debe ser publicado para revelar a los terceros la existencia de la nueva
persona.

El nombre de la persona moral está protegido como el de las personas físicas..."


(RIPERT y BOULANGER, 1956, Tomo 1: 338).

6.3 El domicilio de la persona jurídica

"... Las personas de existencia ideal, como todo sujeto potencial de derechos
jurídicos, deben tener un nombre o vocativo personal, con cuya sola enunciación
se las individualice como centros de imputaciones normativas y se las diferencie
netamente de todos los demás. Del mismo modo, han de tener un domicilio
como asiento indispensable, sede legal o lugar de la generalidad de sus
relaciones jurídicas, que complete la necesaria individualización como sujetos
potenciales de derechos y deberes" (ABELENDA, 1980, Tomo 2: 82).

A decir de Barbero, "... la persona jurídica puede tener (...) un domicilio. Sólo
que, en vez del domicilio, a la persona jurídica se reconoce la 'sede'. La 'sede' no
es solamente un nombre diferente dado al domicilio de la persona jurídica, sino
que es U1 concepto realmente más amplio, que abarca la relevancia que, en
cuanto a la persona física, revisten a la vez el 'domicilio' y la 'residencia'. De
manera que, para todos los efectos para los cuales en orden a la persona física
son relevantes la 'residencia' y el 'domicilio', por lo que hace a la persona jurídica
se atiende a la 'sede'... (BARBERO, 1967, Tomo 1: 262).

Coviello puntualiza que "el domicilio de las personas jurídicas puede ser general
y especial o electivo. El domicilio general está allí donde el ente tiene el centro
principal de su propia actividad, (...). El domicilio especial es el que resulta de
una escritura, elegido voluntariamente o impuesto por la ley para la ejecución de
algunos actos" (COVIELLO, 1938: 248).

En relación al tema, Valencia Zea observa que "... las personas jurídicas deben
tener una sede (domicilio), que debe indicarse en los estatutos; pero si no se
hubiere indicado, se considerará como domicilio de la persona jurídica el lugar
donde se realiza la actividad principal del objeto social" (VALENCIA ZEA, 1974,
Tomo 1: 697-698).

Ripert y Boulanger, en lo concerniente al domicilio de las personas morales o


jurídicas, predican lo siguiente:

"... Dada la importancia de los efectos del domicilio es necesario dar un domicilio
a las personas morales. Para las personas morales de derecho público, el
domicilio está determinado por el acto de creación. Para las personas de derecho
privado, es fijado por los fundadores, y en consecuencia, puede ser cambiado
libremente (...).

(... )

Por otra parte, la actividad económica de las personas morales a menudo se


extiende sobre un territorio más extenso que el de las personas físicas. Es así
que organiza fuera de su sede social sucursales o agencias, y es para ellas que
fue ideada la regla que consiste en tener en cuenta la actividad de sus
explotaciones para admitir la competencia del tribunal del lugar en que fueron
tratados los negocios" (RIPERT y BOULANGER, 1956, Tomo 1: 338-339).

Spota, acerca del domicilio de las personas jurídicas, refiere que:

"... El domicilio formal puede importar un centro ficticio de la persona colectiva,


siendo, en ese caso, aplicables los principios que rigen, tanto la apariencia
jurídica, como el amparo a los terceros de buena fe. Aparte de ello, el centro
efectivo constituirá (...) por lo menos un domicilio especial de la persona
colectiva. Esto, por lo demás, es aplicable a las asociaciones no reconocidas o
simples asociaciones, así como a las sociedades civiles y a las sociedades
mercantiles irregulares. En todas ellas, la falta de publicidad del acto constitutivo
en registros especiales, conducirá, ya a considerar domicilio especial el del lugar
del cumplimiento de los contratos, ya a estimar que el domicilio radica en el
centro efectivo de las actividades lucrativas o no lucrativas de la entidad" (SPOT
A, 1951, Tomo 1, Volumen 3: 195-196).

7. AUTONOMIA DE LA PERSONA JURIDICA RESPECTO DE SUS


MIEMBROS.

En principio, debe tenerse presente que, tal como lo indica Spota, "... tanto las
personas individuales como las mismas personas colectivas pueden asumir la
condición de miembro de la entidad corporativa..."
(SPOTA, 1951, Tomo 1, Volumen 3: 770-771). El citado tratadista hace notar
que "... la adhesión al ente ya fundado o el hecho mismo de concurrir al acto
constitutivo de la asociación o corporación, no constituye un contrato, como
tampoco lo es el acto de fundación de la persona corporativa l...). Surge una
relación jurídica entre el ente y sus miembros, que se concreta en el nacimiento
de derecho y deberes a hacer valer frente a ese ente. Pero ni la solicitud de
ingreso ni la designación pueden concebirse como el consentimiento contractual
(...), puesto que no hay una declaración de voluntad común destinada a reglar el
derecho de las partes, como si una de ellas -el aceptado como miembro- se
comprometiera a ajustarse a las disposiciones estatutarias y el ente corporativo a
'respetar' sus derechos corporativos o singulares que le correspondieran como
asociado (...). Ni podría afirmarse que es un contrato de adhesión, puesto que el
fin del acto que solicita el ingreso no es el de adquirir derechos y contraer
deberes frente al ente, sino el de constituir, en reunión de los demás miembros,
el cuerpo mismo de la entidad: esos derechos y deberes son las consecuencias
jurídicas de la condición de miembro, derivando del estatuto, pero no de un
supuesto contrato" (SPOT A, 1951, Tomo 1, Volumen 3: 768-769).
El Código Civil, en su artículo 78, establece claramente que la persona jurídica
tiene existencia distinta de sus miembros y ninguno de éstos ni todos ellos tienen
derecho al patrimonio de ella ni están obligados a satisfacer sus deudas. Al
respecto, cabe indicar que en la Exposición de Motivos del referido cuerpo de
leyes se explica respecto del aludido numeral lo siguiente:

"... Expresar que la persona jurídica es distinta de sus miembros o personas


naturales que realmente la integran, no significa la creación de un ente específico
diferente a tales personas o miembros. Aludir al concepto 'persona jurídica' no
supone encontrar un 'algo' diverso a aquellas personas naturales. Decir 'persona
jurídica' no conduce a ningún ente o cosa u organismo alguno, a ningún ente real
o abstracto, sino sólo a una organización de personas que realiza fines valiosos"
(CODlGO CIVIL, EXPOSICION DE MOTIVOS, 1988, Volumen IV: 175).

Teniendo en cuenta que, conforme se indicara al empezar este punto, la persona


jurídica puede estar integrada no sólo por personas naturales sino también por
personas jurídicas, no podemos dejar de mencionar que, según lo dispone el
artículo 79 del Código Civil, la persona jurídica miembro de otra debe indicar
quién la representa ante ésta.

8. PERSONALIDAD JURlDICA DE LAS PERSONAS MORALES O


COLECTIVAS

En lo que concierne a la personalidad jurídica de las personas morales o


colectivas, Abelenda enseña lo siguiente:
"... Nosotros creemos que lo relativo a la personalidad jurídica es un
procedimiento técnico de unificación de derechos y deberes alrededor de un
centro (...); que (...) persona no tiene otro significado que el de 'titular de un
poder o deber jurídico', y que ser persona significa constituirse en el centro ideal
de un conjunto de relaciones jurídicas actuales o solamente posibles (...). Que,
por lo tanto, ya se trate de la persona de existencia visible, esto es del individuo
humano, aprehendido como persona, o de las denominadas personas
de existencia ideal, morales o jurídicas, se trata siempre de un quien, de un
alguien, de un centro al cual el derecho objetivo imputa la titularidad posible de
derechos subjetivos y de deberes, esto es, capacidad jurídica" (ABELENDA, 1980,
Tomo 2: 46-47).

Sobre el particular, Valencia Zea refiere que "... el concepto de personalidad es


unitario, vale decir, que no se necesita un concepto aplicable a los seres
humanos y otro aplicable a los entes colectivos que no son seres humanos;
tampoco existe un concepto para las personas jurídicas del derecho privado y
une diferente para las personas jurídicas del derecho público (...). Lo distinto es
el substrato material al cual se aplica tal concepto, ya que existe notoria
diferencia entre la realidad antropológica de un ser humano y la organización
estatal o la que forma un banco u otra sociedad anónima. Desde luego que la
personalidad atribuida a los seres humanos se llena con un mayor número de
funciones, y con un número inferior, la atribuida a los entes colectivos"
(VALENCIA ZEA, 1974, Tomo 1: 673). Valencia Zea, en cuanto 91 substrato
material de la personalidad en las personas jurídicas apunta que "... el substrato
de las personas jurídicas se integra por una determinada organización dotada de
órganos de actuación y que persigue ciertos fines colectivos distintos de los fines
buscados por los miembros que la integran" (VALENCIA ZEA, 1974, Tomo 1:
675). El citado autor -continuando con lo relativo al substrato material de la
personalidad de la persona jurídica- señala que "... el establecimiento u
organización del substrato material de la persona jurídica debe disponer de
órganos competentes de actuación. Los órganos de las personas jurídicas están
representados por una o varias personas físicas que tienen competencia para
hacer valer su voluntad como voluntad de la persona jurídica" (VALENCIA ZEA,
1974, Tomo 1: 675). Valencia Zea agrega que "... la voluntad del órgano es la
propia voluntad de la persona jurídica: 1)
porque de acuerdo con la constitución u organización (estatutos) que se ha dado
la persona jurídica, debe encontrarse previsto y ordenado que su actuación ha de
realizarse por conducto de determinados órganos (asamblea general, junta
directiva, gerente, etc.); y 2) porque la conducta del órgano, regularmente
instituido, es conducta de la persona jurídica cuando aquel realiza los fines
propios perseguidos por ésta; saliéndose de ese límite, nos encontramos con una
voluntad que es imputable individualmente a la persona que desempeña el papel
de órgano, no a la persona jurídica" (VALENCIA ZEA, 1974, Tomo 1: 677-678).
Valencia Zea termina diciendo que "... para que gocen de personalidad, los entes
colectivos deben realizar determine dos fines colectivos diferentes de los fines de
los miembros que los forman o los gobiernan. El fin persigue satisfacer
determinados intereses; y precisamente los intereses que el hombre no puede
realizar individualmente, pueden realizarse colectivamente mediante la
cooperación de varios. El fin más general e importante que corresponde realizan
a los hombres, es el de establecer un orden jurídico mediante cuya aplicación se
establezca la paz; esto da lugar a la persona jurídica de la nación. Pero existen
otros fines menos generales que son comunes a determinadas colectividades o
grupos de hombres: religiosos, de beneficencia, de cultura, de especulación y
lucro (sociedades), etc". (VALENCIA ZEA, 1974, Tomo 1: 679).

Al respecto, Spota, sobre la personalidad de la entidad jurídica en formación,


anota que "... entre la persona jurídica en formación actuando por el órgano del
grupo de promotores de la persona jurídica a constituir y esta última media
identidad sustancial. Aquella persona en formación es -en un lenguaje figurado-
como el germen o embrión de ésta (nasciturus). Difiere, no obstante, en lo que
atañe a su capacidad jurídica. Desde luego, no se concibe que haya actos que
pertenezcan a esa persona jurídica en formación sino cuando sean conducentes
al fin de su constitución o, aun, que se tornen en beneficio del ente que se
constituirá en forma definitiva y perfecto en lo futuro" (SPOTA, 1951, Tomo 1,
Volumen 3: 269-270).

9. CAPACIDAD JURlDICA DE LAS PERSONAS MORALES O


COLECTIVAS

En opinión de Barbero, "... la 'capacidad jurídica' de las 'personas jurídicas' es: a)


general, dentro del ámbito de las relaciones patrimoniales, de manera que
resulta, en cambio, especial o excepcional la incapacidad respecto de ciertas y
determinadas relaciones; b) especial, dentro del ámbito de las relaciones
personales y de familia, de manera que en este ámbito, por el contrario, la
incapacidad es general". (BARBERO, 1967, Tomo 1: 255). Dicho autor añade que
"es (...) del todo legítima la afirmación de la 'capacidad de obrar' de la persona
jurídica. En virtud de la cual todos los actos de los 'órganos' de la sociedad, en
cuanto 'órganos', deben considerarse, es decir, asumen la calificación jurídica
formal y, por tanto, son, en realidad, 'actos de la sociedad'. Actos, por
consiguientes, de los que la sociedad, y la persona jurídica en general, tienen
que responder directamente, como de actos propios, y si son ilícito s (...), tendrá
que responder de ellos..." (BARBERO, 1967, Tomo 1: 257).

Según Coviello, "... si la persona jurídica tiene la capacidad de derecho, no tiene


la de obrar: tal es la opinión dominante que por lo demás nos parece conforme
con la realidad positiva de las cosas. La persona jurídica, según hemos dicho, es
una abstracción. Ahora bien, la abstracción no puede exceder los confines
trazados por la realidad en que se funda. Concedido el ente abstracto la
capacidad de derecho, se queda dentro de estos límites, porque tal capacidad se
encuentra en todos los individuos que componen la colectividad que es su base
real; pero no se le puede reconocer la capacidad de obrar, no sólo porque tal
capacidad presupone un organismo físico, sino también porque la multitud de
individuos, a menudo indeterminados, no tienen la capacidad de obrar, siendo
ésta una capacidad de adquirir los derechos por sí e independientemente de otra
persona..." (COVIELLO, 1938: 238).

Al respecto, Candián sostiene lo siguiente:


"... Hay que observar cómo la capacidad de las personas jurídicas es limitada, en
su concreta expresión, por su misma naturaleza de entidades ideales, carentes
de substrato físico. Por ello (...), las personas jurídicas no podrán nunca ser
titulares del derecho a la manutención, ya que no puede existir para ellas vínculo
de parentesco o matrimonio; igualmente no se podrá hablar de derecho a la
integridad física ni de responsabilidad penal. Todo esto no quiere decir que la
actividad y capacidad y en general las atribuciones de la persona jurídica, se
puedan constreñir a una esfera meramente 'patrimonial', como se afirma
frecuentemente. Cuando, por ejemplo, la persona nace para fines de carácter
prevalentemente ideal, es normal que ella, obrando contra quien desconoce con
ultraje la legitimidad de aquella finalidad o los procedimientos seguidos para
ponerla en obra, ejercite una acción, que no tiene un contenido patrimonial o no
puede tenerlo. Una persona jurídica puede, por lo tanto, aun sin fines inmediata
o mediatamente patrimoniales, actuar en la tutela del propio nombre, de su
reputación o decoro, etc.

En cuanto a la capacidad de obrar, observo que la imposibilidad de llevar (en


cuanto a las personas jurídicas) este concepto al substrato necesario
fisicopsíquico, hace impropio hablar respecto a ello. Las personas jurídicas obran
en concreto (en el campo del derecho) a través de sus 'órganos'" (CANDIAN,
1961: 71).

Para Spota "... la persona jurídica es una persona que goza de capacidad de
obrar y de capacidad jurídica (...). Los actos de las personas individuales con
competencia para declarar la voluntad jurídica del ente los imputamos a éste,
como si la propia persona colectiva actuara en el mundo jurídico, esté o no en
juego la responsabilidad contractual o la responsabilidad extracontractual"
(SPOTA, 1951, Tomo 1, Volumen 3: 287). Spota agrega que "... el derecho (...)
'piensa' a la persona jurídica actuando por sí misma, directamente, aunque para
ello recurra al 'misterio' de sus 'órganos'. Hay, pues, 'una determinada conducta
humana', que expresa la voluntad de la persona colectiva como conjunto ideal o
que conduce a que ésta asuma los efectos jurídicos de aquella conducta humana.
Se trata, por lo tanto, de un órgano creador de relaciones jurídicas de los cuales
forma parte la persona colectiva y de un órgano de ejecución de los negocios
jurídicos realizados. Acto de la persona jurídica, sea lícito, sea ilícito, resulta ser
todo acto que le es imputable en razón de haber sido realizado por un órgano
estatutario, en ejercicio de sus funciones, o por todos aquellos individuos que
dependen de ella y que son los ejecutores de las decisiones de esos órganos"
(SPOTA, 1951, Tomo 1, Volumen 3: 290).

Valverde y Valverde, en cuanto a la capacidad civil de las personas jurídicas,


señala lo siguiente:

"Con el reconocimiento que el Estado hace de las personas jurídicas, las eleva a
éstas a la condición de sujetos de derecho. Pero conviene advertir, que si bien
son sujetos de derecho, no pueden tener derechos que sólo pueden existir a
favor de las personas físicas, como sucede con los de patria potestad,
matrimonio y en general los de familia. Su capacidad, por lo tanto, no puede ser
tan extensa como la de las personas naturales; pero fuera de estas limitaciones
impuestas por la misma naturaleza de ambos sujetos de derecho, puede decirse
(...) que la persona jurídica tiene como regla la misma capacidad que la persona
física.

Esta capacidad civil que nace (...) cuando han sido válidamente constituidas las
personas jurídicas, a diferencia de las individuales, que la adquieren por el hecho
de nacer, está en relación con la propia naturaleza de la persona social de que se
trate, y sobre todo, con el fin que tienen que cumplir, pues faltando éste falta el
fundamento jurídico de la capacidad..." (VAL VERDE y VALVERDE, 1935, Tomo 1:
277).

En relación al tema tratado en este punto, Aramburo y Machado expresa que "...
si todo ser capaz de derechos y obligaciones es persona, jurídicamente hablando,
no puede negarse esta cualidad al ser colectivo, a la agrupación de seres
individuales que constituyen una sociedad, cuya naturaleza, al fin y al cabo, ha
de ser idéntica a la de los individuos que la forman, toda vez que cada uno de
estos elementos constitutivos aporta a la formación del todo sus propiedades y
caracteres esenciales" (ARAMBURO y MACHADO, s/a: 417). El mencionado
jurista señala, además, que "... la persona jurídica es un sujeto capaz de
propiedad. El derecho de propiedad, como elemento integrante de la capacidad
civil, es propio de toda persona jurídica (...); afirmada la personalidad, y, por
ende, la existencia para un fin, es absurdo negar al sujeto aptitud para emplear
los medios conducentes a la realización de aquel fin; y como la propiedad
constituye un medio de universal aplicación, pues aun las sociedades que se
consagran al cumplimiento de una misión espiritual no pueden prescindir de esta
factor importantísimo, el precitado derecho de propiedad corresponde a la
persona social (...). Reconocer la personalidad social y negarle el derecho de
propiedad, vale tanto como afirmar el principio y rechazar la consecuencia..."
(ARAMBURO y MACHADO, s/a: 438).

Valencia Zea, acerca de la capacidad para ser titular de derechos en la persona


jurídica apunta que "... la capacidad (o aptitud) para ser titular de derechos (y
estados o situaciones) y para responder por los hechos ilícitos, es lo que
denominamos persona. La capacidad para ser portador de derecho y de
responsabilidad, implica una unidad de la conducta jurídica del ser humano y de
otros entes colectivos; por consiguiente, puede definirse la persona (en sentido
formal) como la unificación de derechos y de responsabilidad y su imputación a
ciertos seres (humanos y organismos). Y más sintéticamente, diciendo que
persona es el sujeto de derechos y de responsabilidad" (VALENCIA ZEA, 1974,
Tomo 1: 672). Dicho autor hace notar que "desde el momento en que surge a la
vida del derecho una persona jurídica de derecho privado, tiene capacidad de
goce, es decir, que puede ser titular de derechos. Pero la esfera jurídica de una
persona física es mucho más amplia que la de una persona jurídica. Las físicas
son titulares de los derechos de la personalidad (derecho a la vida, al honor, a la
integridad corporal, etc.), de los derechos de la familia y de los patrimoniales.
Las jurídicas, en cambio, carecen de la mayor parte de los derechos de la
personalidad, hasta el extremo de que el único que cabe reconocerles es el
derecho a la firma social (o nombre) y el relativo al honor.

Carecen totalmente de los derechos familiares, pues éstos sólo son posibles en la
personalidad atribuida a los seres humanos" (VALENCIA ZEA, 1974, Tomo 1:
699). Valencia Zea, prosiguiendo con lo relativo a la capacidad jurídica de las
personas morales o colectivas, enseña que:

"... Pueden ser titulares de toda clase de derechos reales (propiedad, usufructo,
servidumbres, prenda e hipoteca) (...).
(...) La capacidad de goce se manifiesta especialmente en relación con los
créditos (derechos personales u obligaciones). Todos los créditos en favor de la
persona jurídica, reciben la denominación de 'acreencias sociales', y los que
debe, la de 'deudas sociales'.

(...) Los derechos inmateriales (derechos de autor, propiedad industrial)


adquieren especial significación con las personas jurídicas, pues, desde la misma
firma social, las marcas que se exploten, los inventos, etc., se dan con más
frecuencia en las personas jurídicas que en las físicas" (VALENCIA ZEA, 1974,
Tomo 1: 700701 ).

Valencia Zea destaca además que "la capacidad de obrar de una persona jurídica
se exterioriza mediante sus órganos. Pero, al paso que los órganos de las
personas físicas (o sea el cerebro, que en definitiva es fuente de declaraciones de
voluntad) son algo 'que pertenece a su propia corporeidad', en el organismo
social de la persona jurídica se necesita 'una constitución especial de los
órganos'..." (VALENCIA ZEA, 1974, Tomo 1: 701). El citado tratadista advierte
que:

"... Del hecho de que las personas jurídicas puedan adquirir toda clase de
derechos patrimoniales, no se puede concluir que puedan hacer de esos derechos
los mismos usos que las personas físicas.

La propiedad en sus manos toma un aspecto especial, es decir, su capacidad de


obrar debe moverse en la dirección que indica la misma explotación del objeto
social. Esta ES la denominada regla de la especialidad..." (VALENCIA ZEA, 1974,
Tomo 1: 707-708).

10. ORGANOS DE LA PERSONA JURIDICA

"... Los órganos son una o varias personas físicas autorizadas por los estatutos o
por la ley, para expresar una voluntad: la propia voluntad de la persona jurídica"
(VALENCIA ZEA, 1974, Tomo 1: 701).
"... En relación con las corporaciones o asociaciones de personas físicas
(sociedades y asociaciones de fines ideales), la 'asamblea generar de miembros
es el órgano principal que tiene capacidad para expresar la voluntad de tales
personas" (VALENCIA ZEA, 1974, Tomo 1: 701).

"... Toda persona jurídica debe tener una dirección u órgano ejecutivo que se
encargue de realizar las decisiones de los órganos principales; esa dirección
puede tener, además, facultades de representación y suele ejercerse por un
gerente (presidente, secretario, director, etc.). En general, el órgano es la
persona o conjunto de personas encargadas del cumplimiento de 'una función
colectiva' de la persona jurídica y cuyos actos, en tal virtud, son imputados
directamente a la misma persona jurídica" (VALENCIA ZEA, 1974, Tomo 1: 702).

"... Dos condiciones esenciales dan a una o varias personas la calidad de órgano:
a) ejercer una función colectiva, es decir, una actividad propia del giro ordinario
de los negocios a que se dedica la persona jurídica; b) que dichas personas
hayan sido designadas como órganos para la realización de tal función por el
ordenamiento jurídico de los estatutos, pues sólo esto hace que sus actos se
miren como actos de la persona jurídica en cuestión" (VALENCIA ZEA, 1974,
Tomo 1: 703).

"Los órganos son una parte de la persona jurídica, de los cuales se sirva para sus
propias actividades, de la misma manera que la persona física se sirve de su
cerebro, de su boca, de sus manos (...), para formar sus decisiones de voluntad
y exteriorizadas. Los órganos forman parte de la organización jurídica de la
persona, y constituye un error creer que la persona jurídica es un algo diferente
de esa organización; la organización es el propio 'cuerpo jurídico' de la
personalidad, y sin ella no es capaz de existir" (VALENCIA ZEA, 1974, Tomo 1:
705).

En opinión de Spota, "... el órgano de la persona jurídica, en sentido objetivo,


está dado por aquellos medios por los cuales se cumple 'una función colectiva'.
En sentido subjetivo se refiere a todos aquellos individuos que, desempeñando
funciones en el orden interno de una persona colectiva, la ley o el estatuto les
atribuye la competencia de ejecutar actos que el derecho objetivo imputa a la
persona colectiva, de modo que expresan la voluntad jurídica de esta última,
asumiendo ésta, en todo caso, los efectos jurídicos de esa voluntad..." (SPOTA,
1951, Tomo 1. Volumen 3: 289). El indicado jurista, acerca de la voluntad
jurídica de la persona jurídica expresada a través de sus órganos, señala lo
siguiente: "... No constituye la persona jurídica un sujeto incapaz de obrar,
asimilado al demente declarado en juicio (de iure) o al menor sin voluntad para
cometer actos ilícitos. Hay voluntad jurídica, ya que ha de imputarse a la persona
colectiva la voluntad de sus órganos (...). Sus administradores, la asamblea,
etc., no son 'representantes' de la persona jurídica: son órganos de ella. Los
contratos celebrados, los derechos adquiridos, las obligaciones contractuales
asumidas o las extracontractuales que surgen en el desarrollo de su actividad,
son contratos, derecho y obligaciones celebrados, adquiridos o contraídos por la
persona jurídica misma y no por intermedio de representantes ..." (SPOTA, 1951,
Tomo 1, Volumen 3: 107-108). Spota concluye diciendo que "... 'la persona
colectiva debe necesariamente tener órganos y puede tener representantes: la
persona individual sólo puede tener representantes. Sólo cabe añadir que, entre
otras consecuencias de la doctrina organicista, procede señalar aquella que recae
sobre los que desempeñan puestos directivos en la persona jurídica en cuanto a
que deben guardarle fidelidad en sus funciones" (SPOTA, 1951, Tomo 1,
Volumen 3: 111),

Valencia Zea, en lo que atañe a la doctrina de la voluntad de los órganos en la


persona jurídica, anota que "... la acción del órgano es la acción de la persona
jurídica, pues su órgano es parte integrante de la misma y del cual se sirva
'como la persona física se sirva de la boca o de la mano' para expresar su
voluntad. A lo que debe agregarse que la persona jurídica puede servirse de la
representación convencional para realizar un gran número de negocios jurídicos;
para ello se supone que el órgano principal constituya un mandatario para que
actúe en representación de aquel (como sucede cuando la asamblea general de
socios nombra un gerente o director con facultades de representación). Lo cual
significa que la persona jurídica se sirve de órgano s y estos, a su vez, pueden
valerse de representantes (los que pueden denominarse órganos mediatos de
representación)>> (VALENCIA ZEA, 1974, Tomo 1: 679). El mencionado autor
distingue entre la teoría de los órganos con la de la representación señalando lo
siguiente:

"... Los órganos de la persona jurídica están destinados a realizar toda la vida
jurídica de la respectiva asociación o fundación. Tanto la vida interna de la
persona jurídica (...) como las modificaciones que sufra, las relaciones entre la
persona jurídica y sus miembros, (...), sólo se pueden explicar mediante la
actividad de órganos, no de representantes.

La representación, en cambio, sólo puede realizarse en las relaciones jurídicas


con otros sujetos de derecho, pues en tal fenómeno jurídico contemplamos
siempre un representado y un representante (...). En consecuencia, la
representación no forma parte de la organización propiamente dicha de la
persona, sino que la supone y se realiza únicamente para negocios jurídicos con
terceros (vida externa de la persona)..." (VALENCIA ZEA, 1974, Tomo 1: 705-
706).
Ennecerus, por su parte, al examinar la responsabilidad de la persona jurídica
por los actos realizados por sus órganos, afirma que "... la voluntad de estos
órganos vale como voluntad de 1 a persona jurídica misma que en consecuencia
responde -exactamente como una persona natural- de su acto propio. Esta
disposición no sólo rige para las asociaciones (...), sino (...) también para las
fundaciones y para las personas jurídicas del derecho público y debe ser
concebida (...) como principio general derivado de la esencia de la persona
jurídica, habiéndose de extender, por tanto, a las personas jurídicas del derecho
mercantil y a las reservadas al derecho territorial." (ENNECCERUS, 1953, Tomo
1, Volumen 1: 469).

11. EXTINCION DE LA PERSONA JURlDICA

Según Coviello, "...la extinción natural (de la persona jurídica) tiene lugar sin
duda cuando todos los elementos de hecho constitutivos de la persona jurídica
llegan a faltar..." (COVIELLO, 1938: 249). Agrega dicho autor que "... puede
faltar el reconocimiento legal: esto es, el poder soberano que le ha reconocido a
un ente la personalidad jurídica puede retirársela, y entonces tiene lugar esa
causa especial de extinción, que puede parangonarse a la muerte violenta, y que
se llama supresión..." (COVIELLO, 1938: 250). Coviello añade que "... otra causa
de extinción de la personalidad jurídica puede ser la reforma, no la que se
refiere, como es claro, a algún punto del estatuto orgánico, sino la que tiene por
fin cambiar el objeto del ente (transformación), o de incorporar un ente en otro
de modo que forme uno solo (fusión), lo cual puede ocurrir por diversos
motivos..." (COVIELLO, 1938: 251).

Sobre el particular, Aramburo y Machado refieren que "... también las personas
sociales, como sujetas a las leyes del desenvolvimiento humano, se extinguen y
mueren, al igual que los individuos. La Biología social estudia las causas
productoras de este fenómeno, y entre ellas pueden citarse las siguientes: 1.°,
haber terminado el plazo durante el cual funcionaban legalmente; 2.°, haber
realizado el fin para el cual se constituyeron; 3.°, imposibilidad de aplicar a éste
la actividad y los medios de que disponían" (ARAMBURO y MACHADO, s/a: 461).

Ripert y Boulanger, en lo que toca a las causas de extinción de la persona moral


o jurídica, sostienen lo siguiente:

"... Las personas morales pueden desaparecer por dos causas principales
distintas del cumplimiento del plazo extintivo:

1 ° Disolución de la agrupación decidida en las condiciones previstas por los


estatutos, por la ley, por los mismos asociados (...).

2 ° Retiro de la autorización que habría sido concedida en el caso en que es


necesaria la autorización y posible la retractación.

Se debe agregar que una agrupación podría ser anulada por falta de condiciones
de fondo o de forma y que luego de su anulación. cabría la disolución, porque
habiendo existido la agrupación no se podría hacer abstracción completa de su
vida hasta el momento de la anulación" (RIPERT y BOULANGER. 1956. Tomo 1:
337).

Valencia Zea afirma que las principales causas de extinción de la personalidad de


las personas jurídicas son las siguientes:
1. El acuerdo colectivo de disolución (...).
2. El vencimiento del término señalado en los estatutos, si antes no hubiere sido
legalmente prorrogado mediante nuevo acuerdo colectivo (...).
3. La realización del objeto social o la imposibilidad de realizarlo o continuar
realizándolo (...).
4. Muerte, renuncia o retiro de uno o varios miembros..." (VALENCIA ZEA, 1974.
Tomo 1: 709-710).
Valencia Zea, en cuanto a la primera de las causales de extinción de la persona
jurídica enunciadas líneas arriba precisa que "... el término disolución se refiere
en forma especial a la extinción de la personalidad. y el vocablo liquidación. a la
extinción del patrimonio social" (VALENCIA ZEA, 1974. Tomo 1: 709). El
mencionado jurista hace notar que "... la sucesión de los derechos de la persona
jurídica disuelta no puede clasificarse exactamente como sucesión mortis causa,
ni como sucesión intervivos (...). Pero en todo caso. la sucesión de los derechos
de persona jurídica guarda más semejanza con la sucesión mortis causa que con
la intervivos" (VALENCIA ZEA. 1974. Tomo 1: 712). Valencia Zea señala.
Además, que "... la sucesión puede ser universal o singular. La universal supone
la trasmisión de un patrimonio. es decir. de un conjunto de derechos
patrimoniales miradas como una totalidad jurídica. Desde este punto de vista. es
evidente que la transmisión de los derechos patrimoniales de la persona jurídica
disuelta es transmisión o sucesión universal. por cuanto se trata siempre de la
transmisión de todos los derechos. y no de uno u otro derecho. Pero ello no
indica que algunos derechos no puedan transmitirse en forma similar..."
(VALENCIA ZEA. 1974. Tomo 1: 712).

CAPITULO II: ASOCIACION

1. CONCEPTO

A criterio de Ripert y Boulanger, "... las agrupaciones que no se proponen un fin


lucrativo, son las llamadas asociaciones" (RIPERT y BOULANGER, 1956. Tomo 1:
333).
Abelenda afirma que "... la palabra asociación designa en general 'toda postura
en común de fuerzas, es decir de inteligencia, trabajo o fortuna de dos o más
personas, en vistas a un objeto determinado'. pero en sentido más restringido es
la denominación de los grupos humanos formados para la consecución de un fin
no lucrativo " (ABELENDA.
1980. Tomo 2: 60).

Para Ennecerus la asociación "... es la unión estable de una pluralidades de


personas. independientes en su existencia del cambio de miembros. que tiene
una constitución corporativa y un nombre colectivo correspondiendo la
administración de los asuntos de la asociación a los miembros. La asociación
tiene. por tanto, miembros y administración propia" (ENNECCERUS. 1953, Tomo
I. Volumen 1: 429-430).

En opinión de Coviello. "... la palabra asociación (...) sirve para determinar el


conjunto de varias personas entre las cuales media un nexo jurídico que se llama
justamente relación jurídica de asociación. La índole de esta relación no puede
confundirse de todo en todo con la de la sociedad (...). porque ésta tiene
exclusivamente un fin de lucro, y está restringida a personas determinadas.
mientras que la asociación puede tener fines
morales, intelectuales, religiosos. de utilidad privada y de utilidad pública. puede
estar restringida a un determinado número de personas Y puede comprender un
número inmenso e indefinido..." (COVIELLO. 1938: 255).

Spota dice de las asociaciones que "... se caracterizan por su estructura


corporativa, es decir, que cuenta la persona jurídica con miembros, actúa por
intermedio de 'órganos' de voluntad y de control, se rige por sus estatutos y
tiene vigencia el principio de mayoría..." (SPOTA, 1951. Tomo 1, Volumen 3:
175). Spota agrega que "... son personas colectivas de derecho privado, tanto
las asociaciones y fundaciones que satisfagan fines de utilidad pública o
constituyan los llamados establecimientos de utilidad pública -reconocidos en uno
u otro carácter por el Estado-, como las asociaciones (sin propósito lucrativo) y
fundaciones que no hayan merecido la calificación de entes de utilidad pública,
pero que tengan 'un objeto conveniente al pueblo', o persigan, por principal
objeto, 'el bien común'..." (SPOTA, 1951. Tomo 1, Volumen 3:176).

El Código Civil regula a la asociación en el Título 11 (<<Asociación") de la


Sección Segunda (<<Personas jurídicas") del Libro I (<<Derecho de las
personas"), en los arts. 80 al 98. Precisamente, el artículo 80 del indicado Código
sustantivo define a la asociación de esta manera:

"La asociación es una organización estable de personas naturales o jurídicas, o


de ambas, que a través de una actividad común persigue un fin no lucrativo".
En la Exposición de Motivos del Código Civil se señala al respecto lo siguiente:
"Dentro de las pautas metodo1ógicas antes esbozadas y de los
condicionamientos propios de la actividad de definir, se describe operativamente
a la asociación en sus dimensiones existenciales y valorativas como una
organización estable de personas naturales o jurídicas, o de ambas, que a través
de una actividad común persigue un fin no lucrativo.
(... )
(...) Toda persona jurídica o colectiva, como es el caso de la asociación,
comporta una organización de personas. El vocablo 'organización' da cuenta de
que la colectividad que constituye la persona jurídica, en su dimensión
sociológico-existencial, no actúa desconcertadamente, al acaso, sin orden, fin o
propósito definido, sino que, más bien, representa un grupo humano que procede
a través de acciones concertadas, coherentes, planificadas..." (CODIGO CIVIL,
EXPOSICION DE MOTIVOS, 1988, Volumen IV: 181-182).

2. DISTINCION ENTRE ASOCIACION y OTRAS PERSONAS


JURIDICAS

Barbero distingue entre asociaciones :v fundaciones de este modo:


"... Las 'asociaciones (llamadas también, por ello, universitates personarum)
están caracterizadas por la presencia, en el elemento de hecho, de una
colectividad de 'personas físicas' (...).

Las 'instituciones' o 'fundaciones' llamadas también, por ello, universitates


bonorum...), se caracterizan por la falta de la colectividad de las personas físicas,
cuyo relieve jurídico, preponderante en las 'asociaciones' es sustituido por el
destino de un conjunto de bienes (patrimonio)..." (BARBERO, 1967, Tomo 1:
252).
Barbero, respecto de las diferencias entre asociación y fundación, señala,
además, 10 siguiente:

"... 'Asociaciones' y 'fundaciones' tienen origen en un negocio, que se llama


genéricamente 'acto constitutivo'. Más específicamente, en doctrina se lo
denomina 'negocio de fundación', al acto constitutivo de una fundación (o
institución); y podremos análogamente denominar 'negocio de asociación' al acto
constitutivo de una asociación.
Pero entre los dos negocios hay una diferencia sustancial, ya que el 'negocio de
asociación' implica la voluntad concorde de varias personas y tiene estructura de
contrato, el 'negocio de fundación' es, en cambio, unilateral. Uno y otro tienen
que revestir, ad substantiam. la forma del acto público, pero el 'negocio de
fundación' puede también formar parte del contenido de un testamento (...).
Pero el testamento, en vez de contener directamente la 'fundación' y de ser, por
tanto, su acto constitutivo, puede limitarse también a disponer la fundación como
carga impuesta a una persona determinada; en tal caso (la llamada fundación
fiduciaria), se precisa un 'negocio de fundación por parte del que sufre la carga
para que la 'fundación' se haga efectiva" (BARBERO, 1967, Tomo 1: 264).

Spota distingue entre asociación y sociedad afirmando que "... es la inexistencia


de lucro, de utilidades a obtener por la entidad, lo que caracteriza a la asociación
y la distingue de la sociedad~ (SPOTA, 1951. Tomo I , Volumen 3: 187-189). El
citado tratadista agrega que "es necesario aceptar, pues, el distingo indicado: la
asociación no persigue un propósito de lucro ni el de dividir ese lucro entre los
miembros; la sociedad, en cambio, resulta de un acto jurídico que pone de
relieve el objeto-fin perseguido: alcanzar utilidades apreciables en dinero que
partirán entre sí los socios. Pero entiéndase bien: utilidades que obtiene la
sociedad, siendo un posterius la división del lucro" (SPOTA, 1951, Tomo 1,
Volumen 3: 191).

Sobre el particular, Valencia Zea expresa lo siguiente:

"... Toda corporación que persigue ganancias apreciables en dinero o ventajas


patrimoniales para repartir entre los miembros que la forman, se denomina
sociedad. En la sociedad, los miembros que la forman (socios) ponen en común
un capital u otros efectos (industria, servicios o trabajo apreciable en dinero),
para la explotación de un objeto social y repartirse entre sí las ganancias o
pérdidas que resulten de la especulación.

(...) En cambio, las demás corporaciones que no buscan lucro apreciable en


dinero para repartirse entre los asociados, no son sociedades; generalmente se
las denomina 'asociaciones' (...). Un sindicato, un club, ciertas cooperativas (...)
y en general, toda agrupación gremial cuyo fin sea sólo la defensa de los
derechos del respectivo gremio, o el perfeccionamiento moral o intelectual de los
respectivos miembros, o actos de simple sociabilidad, (...) son personas jurídicas
pertenecientes a este grupo" (VALENCIA ZEA,
1974, Tomo 1: 685).

3. PRESUPUESTOS DE LA ASOCIACION

A juicio de Abelenda "son elementos constitutivos del acto de asociación: 1 °) los


asociados; 2°) puesta en común de actividades o esfuerzos humanos; 3°) la
permanencia; 4°) ausencia de idea de lucro personal" (ABELENDA, 1980, Tomo
2: 61). Abelenda precisa que:

"... Para que las (...) asociaciones y fundaciones se tengan por existentes y
adquieran personalidad jurídica para actuar como sujetos potenciales de
derechos y deberes a título de personas jurídicas de carácter privado, se
requiere:

a) Un acto constitutivo o creador de la institución de que se trata.


b) Una finalidad de bien común.
c) Patrimonio propio.
d) Capacidad para adquirir bienes, prevista en sus estatutos.
e) Medios económicos propios de subsistencia que no provengan exclusivamente
de asignaciones del Estado.

Autorización del Estado para funcionar" (ABELENDA, 1980,


Tomo 2: 65).

4. CONSTITUCION y ESTATUTO DE LA ASOCIACION

Coviello, acerca del principio de la existencia de las asociaciones, predica lo


siguiente:

"Las personas jurídicas comienzan a existir en el momento en que el elemento de


hecho concurre con el reconocimiento legal, el cual puede preexistir, o bien
sobrevenir, siendo esto último lo que acontece de ordinario (...).

Para que exista la corporación, o asociación, es necesario ante todo el acuerdo


de dos o más personas que se obligan a poner en común su actividad para
obtener cierto fin, con la intención de dar vida a una persona jurídica. Esto se
llama acto :de constitución, que no debe
confundirse con el estatuto, aun cuando muchas veces los dos actos, idealmente
distintos, se encuentran materialmente unidos, dada su necesaria conexión. El
estatuto en efecto, supone el acto de constitución, en cuanto tiene por objeto
establecer las reglas de conducta a que deben someterse los miembros de la
corporación constituida, la atribución de los varios poderes sociales, el sistema
de administración del patrimonio; en suma, lo que se llama, con una sola
palabra, organización..." (COVIELLO, 1938: 232-233).

Spota, en lo que atañe al contenido del acto constitutivo de las corporaciones y


asociaciones, enseña que "... tratándose de corporaciones y asociaciones, el acto
constitutivo debe (...) contener: a) el nombre, el domicilio y el objeto de la
entidad; b) con qué medios patrimoniales se alcanzará el fin propuesto; c) cómo
st1 organiza el ente corporativo, cuál es su dirección o administración (...), cómo
se convoca y decide el órgano en el cual reside el poder supremo (...); d) los
derechos y deberes de los miembros, sus condiciones de admisión, el debido
proceso para su separación, las condiciones inherentes para admitirse las
renuncias; e) cuál es el procedimiento para la reforma estatutaria, por qué
causas se disuelve el ente y el destino de su patrimonio .. ..." (SPOT A, 1951,
Tomo 1, Volumen 3: 302-303).

Espinoza Espinoza, respecto del acta de constitución de las asociaciones, sostiene


lo siguiente:
"... Es el primer acuerdo que toman los asociados. Este es un acto jurídico que
requiere (...):
- Agentes capaces, conformados por las personas que integran la asociación.
- Objeto física y jurídicamente posible que (...) no debe ser contrario al orden
público ni a las buenas costumbres.
- Fin lícito, que es aquella orientación de la voluntad no lucrativa que persigue la
asociación.
- Observancia de la forma prescrita por ley, bajo sanción de nulidad" (ESPINOZA
ESPINOZA, 1996: 436-437).

En la Exposición de Motivos del Código Civil se señala que "... en toda asociación
existe un estatuto que regula lo atinente a su organización, precisa sus fines, su
sistema operativo, el rolo funciones de sus diversos órganos..." (CODIGO CIVIL,
EXPOSICION DE MOTIVOS, 1988, Volumen IV: l82). El artículo 81 del Código
preceptúa en su primer párrafo que el estatuto debe constar por escritura
pública, salvo disposición distinta de la ley. Al respecto, Espinoza Espinoza
manifiesta que "... al ser la norma interna que regula el desenvolvimiento de la
asociación, debe constar por escritura pública, para salvaguardar que ninguna
estipulación contravenga dispositivos legales imperativos. Al otorgarse éste por
escritura pública, el Estado reviste de legalidad el acuerdo de los asociados..."
(ESPINOZA ESPINOZA, 1996: 437).

En el último párrafo del artículo 81 del Código Civil se precisa que si la asociación
es religiosa, su régimen interno se regula de acuerdo con el estatuto aprobado
por la correspondiente autoridad eclesiástica.

En lo concerniente al contenido del estatuto de la asociación cabe indicar que ello


está contemplado en el artículo 82 del Código Civil, conforme al cual el estatuto
de la asociación debe expresar:

La denominación de la asociación.
La duración de la asociación.
El domicilio de la asociación.
Los fines de la asociación.'
Los bienes que integran el patrimonio social de la asociación.
La constitución y funcionamiento de la asamblea general de asociados, consejo
directivo y demás órganos de la asociación.
Las condiciones para la admisión de los miembros de la asociación.
Las condiciones para la renuncia de los miembros de la asociación.
Las condiciones para la exclusión de los miembros de la asociación.
Los derechos de los asociados.
Los deberes de los asociados.
Los requisitos para la modificación del estatuto de la asociación.
Las normas para la disolución de la asociación.
Las normas para la liquidación de la asociación.
Las normas relativas al destino final de los bienes de la asociación (en caso de
disolución y liquidación).
Los demás pactos y condiciones que se establezcan.

5. LIBROS EXIGIBLES A TODA ASOCIACION

De conformidad con lo dispuesto en el primer párrafo del artículo 83 del Código


Civil, toda asociación debe tener un libro de registro actualizado en que consten:
El nombre de los miembros de la asociación.
La actividad que desempeñan los miembros de la asociación:
El domicilio de los miembros de la asociación.
La fecha de admisión de los miembros de la asociación.
La indicación de aquellos miembros de la asociación que ejerzan cargos de
administración o representación.
Por otro lado, y según se desprende del segundo párrafo del artículo 83 del
Código Civil, toda asociación debe contar, además, con:
- Libros de actas de las sesiones de asamblea general, en los que debe constar
los acuerdos que se adopten.
- Libros de actas de las sesiones del consejo directivo en los que, igualmente,
deben constar los acuerdos que llegaran a adaptarse en tales sesiones.

Los libros enunciados precedentemente deben llevarse con las formalidades


legales pertinentes, bajo responsabilidad del presidente del consejo directivo de
la asociación, y de conformidad con los requisitos determinados en el respectivo
estatuto. Ello se colige del último párrafo del artículo 83 del Código Civil.

6. ORGANOS DE LA ASOCIACION

Según nuestro ordenamiento jurídico son órganos de la asociación los siguientes:


El consejo directivo.
La asamblea general.

Acerca del primero de los órganos enunciados anteriormente, Ennecerus señala


que "la asociación ha de tener una dirección, que puede comprenderse de una o
varias personas (...). Aunque temporalmente falte la dirección, la asociación no
pierde la capacidad jurídica, procediendo un nuevo nombramiento conforme a las
disposiciones de los estatutos o de la ley" (ENNECCERUS, 1953, Tomo 1,
Volumen 1: 463). En cuanto al consejo directivo, debe tenerse presente lo
dispuesto en el artículo 93 del Código Civil, según el cual los asociados que
desempeñen cargos directivos son responsables ante la asociación conforme a
las reglas de la representación, excepto aquellos que no hayan participado del
acto causante del daño o que dejen constancia de su oposición.

En lo que concierne a la asamblea general, cabe señalar que, de acuerdo a lo


normado en el artículo 84 del Código Civil, aquélla es el órgano supremo de la
asociación. Sobre el particular, Candián refiere que "el funcionamiento de las
asambleas está inspirado en el principio mayoritario
y las deliberaciones adoptadas legalmente no son censurables por su mérito;
esto es: en su contenido intrínseco de conveniencia y utilidad. Este precepto -de
carácter general en el derecho positivo, aunque no sin excepciones- responde a
la necesidad práctica de asegurar a las entidades colectivas e~ reglamento de la
propia vida, al resguardo de la acción perturbadora de la disensión de los
particulares..." (CANDIAN, 1961: 69).

De conformidad con lo dispuesto en el artículo 86 del Código Civil, la asamblea


general elige a las personas que integran el consejo directivo, aprueba las
cuentas y balances, resuelve sobre la modificación del estatuto, la disolución de
la asociación y los demás asuntos que no sean competencia de otros órganos.

7. LA ASAMBLEA GENERAL
7.1 Convocatoria

La asamblea general es convocada por el presidente del consejo directivo de la


asociación, en los casos previstos en el estatuto, cuando lo acuerde dicho
consejo directivo o cuando lo soliciten no menos de la décima parte de los
asociados (art. 85 -primer párrafo- del C.C.).

Según se infiere del artículo 85 -segundo y tercer párrafos- del Código Civil, si la
solicitud de convocatoria a asamblea general, formulada conforme a lo previsto
en el estatuto o efectuada por no menos de la décima parte de los asociados, no
es atendida dentro de los quince días de haber sido presentada, la convocatoria
es hecha por el juez de primera instancia del domicilio de la asociación, a
solicitud de los mismos asociados, la misma que se tramita siguiendo las reglas
del proceso sumarísimo. La convocatoria judicial a asamblea general también
opera cuando la solicitud de los asociados en ese sentido fuese desestimada por
el consejo directivo de la asociación.

Tal como lo indica la parte final del artículo 85 del Código Civil, el juez, si ampara
la ,solicitud (de convocatoria judicial a asamblea general):

Ordenará se haga la convocatoria a asamblea general de acuerdo al estatuto de


la asociación.

Señalará el lugar donde se realizará la asamblea general.


Señalará el día y hora en que se efectuará la asamblea general.
Señalará el objeto de la asamblea general.
Señalará la persona que presidirá la asamblea general.
Señalará el notario que dará fe de los acuerdos que se adopten en la asamblea
general.

Es de destacar que el proceso sumarísimo, como es el de solicitud (en puridad,


demanda) de convocatoria judicial a asamblea general de la asociación, se
tramita de este modo:
El Juez, al calificar la demanda, puede declarar su
inadmisibilidad o improcedencia, con arreglo a lo dispuesto en los artículos 426 y
427 del Código Procesal Civil (que versan sobre la inadmisibilidad e
improcedencia de la demanda, en ese orden), respectivamente. (Art. 551 -primer
párrafo- del e.p.e.).

Si (el Juez) declara inadmisible la demanda, concederá al demandante tres días


para que subsane la omisión o defecto. bajo apercibimiento de archivar el
expediente. Esta resolución es inimpugnable. (Art. 551 -segundo párrafo- del
e.p.e.).

Si declara improcedente la demanda, ordenará la devolución de los anexos


presentados. (Art. 551 -in fine- del C.P.C.).

- Al admitir la demanda, el Juez concederá al demandado cinco días para que la


conteste. (Art. 554 -primer párrafo- del C.P.C.J.

- Contestada la demanda o transcurrido el plazo para hacerla, el Juez fijará fecha


para la audiencia (única) de saneamiento, conciliación, pruebas y sentencia, la
que deberá realizarse dentro de los diez días siguientes de contestada la
demanda o de transcurrido el plazo para hacerla, bajo responsabilidad. (Art. 554
-segundo párrafo- del C.P.C.).

Al iniciar la audiencia, y de haberse deducido excepciones o defensas previas, el


Juez ordenará al demandante que las absuelva, luego de lo cual se actuarán los
medios probatorios pertinentes a ellas. (Parte inicial del primer párrafo del arto
555 del C.P.C.).

Concluida la actuación de los medios probatorios pertinentes a las excepciones o


defensas previas que se hubieren deducido, si encuentra infundadas aquéllas, el
Juez declarará saneado el proceso y propiciará la conciliación proponiendo su
fórmula. De producirse ésta, será de aplicación lo dispuesto en el artículo 470 del
Código Procesal Civil -numeral referido a la audiencia con conciliación-. (Parte
final del primer párrafo del arto 555 del C.P.C.).

- A falta de conciliación, el Juez, con la intervención de las partes, fijará los


puntos controvertidos y determinará los que van a ser materia de prueba. (Art.
555 -segundo párrafo- del C.P.C.).
- A continuación, rechazará los medios probatorios que considere inadmisibles o
improcedentes y dispondrá la actuación de los referidos a las cuestiones
probatorias que se susciten, resolviéndolas de inmediato. (Art. 555 -tercer
párrafo- del C.P.C.).
- Actuados los medios probatorios referentes a la cuestión de fondo (lo que
ocurre si no se ha producido la conciliación entre las partes, pues, de haber éstas
concluido y versar la conciliación sobre todas las pretensiones propuestas, el
proceso concluye: arto 327 del C.P.C.), el Juez concederá la palabra a los
Abogados que así lo soliciten. (Parte inicial del penúltimo párrafo del arto 555 del
C.P.C.).
- Luego de haber hecho uso de la palabra los Abogados de las partes, el Juez
expedirá sentencia (ordenando, de ser estimatoria, la convocatoria a asamblea
general de la asociación). Excepcionalmente, puede reservar su decisión por un
plazo que no excederá de diez días contados desde la conclusión de la audiencia.
(Ello conforme al penúltimo y último párrafos del arto 555 del C.P.C.).
- La sentencia es apelable con efecto suspensivo, dentro de tercer día de
notificada. (Art. 556 -parte inicial- del C.P.C.).

7.2 Atribuciones

De acuerdo a lo normado en el artículo 86 del Código Civil, son atribuciones de la


asamblea general las que a continuación se indican:
Elegir a las personas que integran el consejo directivo de la asociación.
Aprobar las cuentas y balances de la asociación.
Resolver sobre la modificación del estatuto de la asociación.
Resolver sobre la disolución de la asociación.
Resolver sobre los demás asuntos que no sean competencia de otros órganos de
la asociación.

7.3 Quórum y acuerdos

Tratándose de las asociaciones, para la validez de las reuniones de asamblea


general se requiere, en primera convocatoria, la concurrencia de más de la mitad
de los asociados. En segunda convocatoria, basta la presencia de cualquier
número de asociados. Los acuerdos se adoptan con el voto de más de la mitad
de los miembros concurrentes a la asamblea general (art. 87 -primer párrafo- del
C.C.).
Para modificar el estatuto o para disolver la asociación se requiere, en primera
convocatoria a asamblea general, la asistencia de más de la mitad de los
asociados. Los acuerdos se adoptan con el voto de más de la mitad de los
miembros concurrentes a la asamblea general. En segunda convocatoria, los
acuerdos se adoptan con los asociados que asistan y que representen no menos
de la décima parte (art. 87 -segundo párrafo- del C.C.).

Puntualizamos que, conforme lo ordena el artículo 88 del Código Civil, ningún


asociado tiene derecho por sí mismo a más de un voto. Al respecto, Arias-
Schreiber Pezet anota que "este es otro dispositivo novedoso en nuestra ley civil
y está inspirado por el principio de igualdad de los asociados. La experiencia
venía demostrando que existían asociaciones que no respetaban ese principio
-que es de cumplimiento forzoso y no admite pacto en contrario- y en las que se
contemplaba el voto valorado o acumulativo, creando una situación de privilegio
para determinados socios, quienes con esos votos manejaban a su capricho la
institución" (ARIAS-SCHREIBER PEZET, 1991, Tomo 1: 70).

7.4 Representación de los asociados

En principio, cabe indicar que, según se infiere del artículo 89 del Código Civil, la
calidad de asociado es inherente a la persona y no es transmisible, salvo que lo
permita el estatuto.

Ahora bien, tal como lo señala el penúltimo párrafo del artículo 87 del Código
Civil, los asociados pueden ser representados en asamblea general, por otra
persona. El estatuto puede disponer que el representante sea otro asociado.

Puntualizamos que la representación se otorga por escritura pública, aunque


también puede conferirse tal representación por otro medio escrito y sólo con
carácter especial para cada asamblea general. Ello se colige del último párrafo
del artículo 87 del Código Civil.

7.5 Renuncia y exclusión de los asociados

Los asociados pueden renunciar a la asociación que integran, en cuyo caso la


renuncia debe ser formulada por escrito (art. 90 del C.C.). También pueden ser
aquéllos excluidos de la asociación, si se cumplen las condiciones fijadas para
ello en el estatuto respectivo. Sobre el particular, Spota enseña lo siguiente:
"... La expulsión sólo procede frente al que es miembro de la asociación. Aquel
que se ha separado por su voluntad, ejerce un derecho: el de darse libremente
de baja de la entidad. Producida tal separación mediante una declaración de
voluntad unilateral, cesa el poder disciplinario de la asociación y no cabe la
expulsión, sin perjuicio de las pretensiones accionables de la asociación por
daños materiales o morales causados, si mediare un acto ilícito.

Si el procedimiento disciplinario se ha iniciado antes de la separación y los


estatutos imponen el deben de someterse a él, el asociado queda bajo el imperio
del poder disciplinario de la asociación..." (SPOTA, 1951, Tomo l, Volumen 3:
785-786).
Es de destacar que los asociados renunciantes, los excluidos y los sucesores de
los asociados muertos, quedan obligados al pago de las cuotas que hayan dejado
de abonar, no pudiendo exigir el reembolso de sus aportaciones (art. 91 del
C.C.).

7.6 Impugnación judicial de los acuerdos

El artículo 92 del Código Civil versa sobre la impugnación judicial de los acuerdos
que adopte la asamblea general. Así tenemos que, según el primer párrafo del
indicado precepto legal. todo asociado tiene derecho a impugnar judicialmente
los acuerdos que violen las disposiciones legales o estatutarias.

De acuerdo a lo normado en el segundo párrafo del artículo 92 del Código Civil,


las acciones impugnatorias de los acuerdos violatorios de disposiciones legales o
estatutarias deben ejercitarse en un plazo no mayor de sesenta días contados a
partir de la fecha del acuerdo, pudiendo ser interpuestas tales acciones
impugnatorias:
Por los asistentes a la asamblea general si hubieran dejado constancia en acta de
su oposición al acuerdo.

Por los asociados no concurrentes a la asamblea general.


Por los asociados que hayan sido privados ilegítimamente de emitir su voto.
Si el acuerdo de la asamblea general es inscribible en el registro, la impugnación
a dicho acuerdo puede formularse dentro de los treinta días siguientes a la fecha
en que la inscripción tuvo lugar (art. 92 -tercer párrafo del C.C.).

Según se infiere del penúltimo párrafo del artículo 92 del Código Civil, cualquier
asociado cuenta con legitimidad para intervenir en el proceso de impugnación de
acuerdo adoptado en asamblea general. a efecto de defender la validez del
acuerdo cuestionado. Tal intervención, dicho sea de paso, será a costa del propio
asociado interviniente.
La demanda de impugnación del acuerdo adoptado en asamblea general
(acuerdo contrario a disposiciones legales o estatutarias) se interpone ante el
Juez Civil del domicilio de la asociación y se tramita como proceso abreviado (art.
92 -in fine- del C.C.), el cual se tramita de esta manera:

Una vez presentada la demanda tienen los demandados: a) tres días para
interponer tachas u oposiciones a los medios probatorios, contados desde la
notificación de las resoluciones que los tienen por ofrecidos; b) cinco días para
interponer excepciones y defensas previas, contados desde la notificación de la
demanda; c) cinco días para absolver el traslado de las excepciones o defensas
previas planteadas contra la reconvención; y d) diez días para contestar la
demanda y reconvenir. (Art. 491 -incs. 1), 3), 4) Y 5)- del C.P.C.).

De darse el caso, el demandante tendrá: a) tres días para absolver las tachas u
oposiciones; b) cinco días para interponer excepciones o defensas previas contra
la reconvención; c) cinco días para absolver el traslado de las excepciones o
defensas previas; d) cinco días para ofrecer medios probatorios si en la
contestación se invocan hechos no expuestos en la demanda; y e) diez días para
absolver el traslado de la reconvención. (Art. 491 -incs. 2). 3). 4), 6) Y 7)- del
C.P.C.).

La audiencia de saneamiento procesa:. y conciliación tendrá lugar dentro de los


quince días de vencido el plazo para contestar la demanda o reconvenir. (Art.
491 -inc. 8)- del C.P.C.).
En la audiencia de saneamiento procesal y conciliación,
inicialmente el Juez actuará los medios probatorios ofrecidos que considere
necesarios para el saneamiento del proceso, si se hubieran formulado
excepciones o defensas previas; luego procederá a pronunciarse sobre la validez
de la relación procesal, declarando: a) la existencia de una relación jurídica
procesal válida; o b) la nulidad y consiguiente conclusión del proceso por
invalidez insubsanable de la relación, precisando sus defectos; o c) la concesión
de un plazo de cinco días (sin que ello altere el curso de la audiencia). si los
defectos de la relación fuesen subsanables. Subsanados los defectos, el Juez
declarará saneado el proceso por existir una relación procesal válida. En caso
contrario, lo declarará nulo y consiguientemente concluido. (Arts. 493 -inc. 1)Y
465 -incs. 1), 2) Y 3) Y penúltimo párrafo- del C.P.C.).

En la audiencia de saneamiento procesal y conciliación, declarada la existencia de


una relación procesal válida, el Juez procederá a propiciar la conciliación entre
las partes, salvo que hubiera concedido apelación con efecto suspensivo. (Art.
493 -inc. 2)- de C.P.C.).

De no haber conciliación (y siempre dentro de la audiencia de saneamiento


procesal y conciliación). el Juez, con lo expuesto por las partes, procederá a
enumerar los puntos controvertidos y, en especial, los que van a ser materia de
prueba. A continuación decidirá la admisión de los medios probatorios ofrecidos,
si los hubiera. Luego ordenará la actuación de los medios probatorios ofrecidos
referentes a las cuestiones probatorias, de haberlas. Al final de la audiencia (de
saneamiento procesal y conciliación), el Juez comunicará a las partes el día, la
hora y el lugar para la realización de la audiencia de pruebas. (Arts. 493 -inc. 3)-
Y 471 del C.P.C.).

La audiencia de pruebas se llevará a cabo dentro de los veinte días siguientes a


la realización de la audiencia de saneamiento y conciliación (siempre que
-reiteramos- se haya declarado la existencia de una relación jurídica procesal
válida y no se haya producido la conciliación entre los justiciables). Así lo
establece el arto 491 -inc. 9)- del C.P.C.

Las audiencias especial y complementaria, si fuera el caso, se realizarán dentro


de los cinco días de efectuada la audiencia de pruebas. (Art. 491 -inc. 10)- del
C.P.C.).
Se expedirá sentencia (que declarará, de ser estimatoria, la nulidad o ineficacia
del acuerdo de asamblea general impugnado y contrario a disposiciones legales o
estatutarias) dentro de los veinticinco días de culminada la audiencia de pruebas
o las audiencias especial y complementaria, si éstas se hubieren realizado. (Art.
491 -inc. 11)- del C.P.C.).

Los litigantes tendrán un plazo máximo de cinco días para apelar la sentencia,
apelación que tendrá efecto suspensivo (así como también lo tendrá la apelación
de: la resolución que declara improcedente la demanda, la resolución que declara
la invalidez de la relación procesal con carácter insubsanable, y la resolución que
declara fundada una excepción o defensa previa). Ello de conformidad con lo
dispuesto en los arts. 491 -inc. 12)- y 494 -parte inicial- del C.P.C.
8. EXTINCION DE LA ASOCIACION

Espinoza Espinoza sostiene que la asociación se extingue por las


siguientes causales:
"- Si no puede funcionar según su estatuto, la asociación se disuelve de pleno
derecho.
Si se declara a la asociación en quiebra.
- Si los fines de la asociación son contrarios al orden público o a las buenas
costumbres" (ESPINOZA ESPINOZA, 1996:.438).
Sobre el particular, Ennecerus afirma lo siguiente:
"... La capacidad jurídica de la asociación termina al desaparecer la asociación
misma. Esto puede ocurrir:
1. A consecuencia de un acuerdo de propia disolución L..).
2. Por llegar el término final si los estatus lo establecen (...).
3. También procede admitir la terminación de la asociación, como en el derecho
común L..)' cuando desaparecen todos los miembros por muerte o baja, pues no
cabe pensar en una asociación sin asociados (...).
4. Una asociación, cuyo fin choque con las leyes penales, puede ser disuelta..."
(ENNECCERUS, 1953, Tomo 1, Volumen 1: 487-488).
El Código Civil, en su artículo 94, regula lo concerniente a la disolución de pleno
derecho de la asociación, estableciendo así que la asociación se disuelve de pleno
derecho cuando no pueda funcionar según su estatuto.

Además de la disolución de pleno derecho de la asociación, ésta puede disolverse


por liquidación, conforme lo señala el artículo 95 del Código Civil, según el cual:
La Asociación se disuelve por liquidación, según lo acordado por su respectiva
Junta de Acreedores de conformidad con la ley de la materia (vale decir, la Ley
General del Sistema Concursal: Ley Nro. 27809).

En caso de pérdidas acumuladas, deducidas las reservas superiores al tercio del


capital social pagado, el Consejo Directivo debe solicitar el inicio del
Procedimiento Concursal Ordinario de la asociación, conforme a la ley de la
materia (esto es, la Ley General del Sistema Concursal: Ley Nro. 27809) y bajo
responsabilidad ante los acreedores por los daños y perjuicios que resultar en
por la omisión.

El artículo 96 del Código Civil trata acerca de la disolución de la asociación por


actos contrarios al orden público o a las buenas costumbres, desprendiéndose de
dicho numeral lo siguiente:
El Ministerio Público puede solicitar (demandar, en puridad) judicialmente la
disolución de la asociación cuyas actividades o fines sean o resulten contrarios al
orden público o a las buenas costumbres.

La demanda (de disolución de la asociación) se tramita como proceso abreviado,


considerando como parte demandada a la asociación.
Cualquier asociado está legitimado para intervenir en el proceso (de disolución
de la asociación).

La sentencia se elevará en consulta a la Corte Superior si no fuese apelada.


En cualquier estado del proceso (de disolución de la asociación) puede el Juez
dictar medidas cautelares suspendiendo total o parcialmente las actividades de la
asociación, o designando un interventor de las mismas.
Como lo precisa el segundo párrafo del artículo 96 del Código Civil, la demanda
(interpuesta por el Ministerio Público) de disolución de la asociación por actos
contrarios al orden público o a las buenas costumbres se tramita conforme a las
reglas del proceso abreviado, el cual, como se indicara anteriormente, se tramita
de este modo:
Presentada la demanda, tienen los demandados: a) tres días para interponer
tachas u oposiciones a los medios probatorios, contados desde la notificación de
las resoluciones que los tienen por ofrecidos; b) cinco días para interponer
excepciones y defensas previas, contados desde la notificación de la demanda; c)
cinco días para absolver el traslado de las excepciones o defensas previas
planteadas contra la reconvención; y d) diez días para contestar la demanda y
reconvenir. Ello según el artículo 491 -incs. 1), 3), 4) Y 5)- del Código Procesal
Civil.

- De darse el caso, el demandante tendrá: a) tres días para absolver las tachas u
oposiciones; b) cinco días para interponer excepciones o defensas previas contra
la reconvención; c) cinco días para absolver el traslado de las excepciones o
defensas previas; d) cinco días para ofrecer medios probatorios si en la
contestación se invocan hechos no expuestos en la demanda; y e) diez días para
absolver el traslado de la reconvención. Así lo establece el artículo 491 ~incs. 2),
:3), 4), 6) Y 7)- del Código Procesal Civil.

- La audiencia de saneamiento procesal y conciliación acontecerá dentro de los


quince días de vencido el plazo para contestar la demanda o reconvenir. (Art.
491 -inc. 8)- del C.P.C.).

En la audiencia de saneamiento procesal y conciliación, inicialmente el Juez


actuará los medios probatorios ofrecidos que considere necesarios para el
saneamiento del proceso, si se hubieran formulado excepciones o defensas
previas; luego procederá a pronunciarse sobre la validez de la relación procesal,
declarando: a) la existencia de una relación jurídica procesal válida; o b) la
nulidad y consiguiente conclusión del proceso por invalidez insubsanable de la
relación, precisando sus defectos; o c) la concesión de un plazo de cinco días (sin
que ello altere el curso de la audiencia), si los defectos de la relación fuesen
subsanables. Subsanados los defectos, el Juez declarará saneado el proceso por
existir una relación procesal válida. En caso contrario, lo declarará nulo y
consiguientemente concluido. Ello de acuerdo a lo normado en los artículos 493
-inc. 1)- y 465 -incs. 1), 2) Y 3) Y penúltimo párrafo- del Código Procesal Civil.

En la audiencia de saneamiento procesal y conciliación, declarada la existencia de


una relación procesal válida, el Juez procederá a propiciar la conciliación entre
las partes, salvo que hubiera concedido apelación con efecto suspensivo. (Art.
493 -inc. 2)- del C.P.C.).
De no haber conciliación (y siempre al interior de la audiencia de saneamiento
procesal y conciliación), el Juez, con lo expuesto por las partes, procederá a
enumerar los puntos controvertidos y, en especial, los que van a ser materia de
prueba. A continuación decidirá la admisión de los medios probatorios ofrecidos,
si los hubiera. Luego ordenará la actuación de los medios probatorios ofrecidos
referentes a las cuestiones probatorias, de haberlas. Al final de la audiencia (de
saneamiento procesal y conciliación), el Juez comunicará a las partes el día, la
hora y el lugar para la
realización de la audiencia de pruebas. (Arts. 493 -inc. 3)- y 471 del C.P. C.).
La audiencia de pruebas se llevará a cabo dentro de los veinte días siguientes a
la realización de la audiencia de saneamiento y conciliación. (Art. 491 -inc. 9)-
del C.P.C.).
Las audiencias especial y complementaria, si fuera el caso, se realizarán dentro
de los cinco días de efectuada la audiencia de pruebas. (Art. 491 -inc. 10)- del
C.P.C.).
Se expedirá sentencia (que declarará, de ser estimatoria, la disolución de la
asociación) dentro de los veinticinco días de culminada la audiencia de pruebas o
las audiencias especial y complementaria, si éstas se hubieren realizado. (Art.
491 -inc. 11)del C.P. C.).
Las partes tendrán un plazo máximo de cinco días para apelar la sentencia,
apelación que tendrá efecto suspensivo (así como también lo tendrá la apelación
de: la resolución que declara improcedente la demanda, la resolución que declara
la invalidez de la relación procesal con carácter insubsanable, y la resolución que
declara fundada una excepción o defensa previa). Ello de conformidad con lo
señalado en los numerales 491 -inc. 12)- Y 494 -parte inicial- del Código Procesal
Civil.

El artículo 97 del Código Civil regula lo concerniente a la disolución judicial de la


asociación a falta de norma estatutaria. Así, según el citado precepto legal, de no
haberse previsto en el estatuto de la asociación normas para el caso en que no
pueda seguir funcionando o para su disolución, se procede de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 599, inciso 2, del citado cuerpo de leyes, que dispone
que el juez de primera instancia, de oficio o a pedido del Ministerio Público o de
cualquier persona que tenga legítimo interés, deberá proveer a la administración
de los bienes cuyo cuidado no incumbe a nadie, e instituir una curatela,
especialmente cuando por cualquier causa, la asociación o el comité no puedan
seguir funcionando, sin haberse previsto solución alguna en el estatuto
respectivo.

Es de destacar que, tal como lo preceptúa el artículo 98 del Código Civil, disuelta
la asociación y concluida la liquidación, el haber neto resultante es entregado a
las personas designadas en el estatuto, con exclusión de los asociados. De no ser
posible, la Sala Civil de la Corte Superior respectiva ordena su aplicación (del
haber neto resultante de la liquidación) a fines análogos en interés de la
comunidad, dándose preferencia a la provincia donde tuvo su sede la asociación.
Al respecto, Ennecerus, al examinar lo relativo al destino del patrimonio de la
asociación en extinción, apunta lo siguiente:

"... La suerte del patrimonio despué:s de extinguida la capacidad jurídica la


deciden, en primer término, los estatutos (...).
e..) En defecto de disposición estatutaria, la asociación puede -antes de terminar
su capacidad jurídica- resolver lo procedente mediante acuerdo válido..."
(ENNECCERUS, 1953, Tomo 1, Volumen 1: 491).

9. ASOCIACIONES NO INSCRITAS

El Código Civil regula lo relativo a la asociación no inscrita en el Título I


(<<Asociación") de la Sección Tercera (<<Asociación, fundación y comité no
inscritos") del Libro I (<<Derecho de las Personas"), en los arts. 124, 125 Y
126.
En la Exposición de Motivos del Código Civil se señala claramente que "la
asociación no inscrita se presenta como una organización de personas que a
través de una actividad común persigue un fin no lucrativo. Desarrolla actividad
económica siempre que ella no esté dirigida a obtener utilidades, ya que de lo
contrario se convertiría en una sociedad no inscrita.

La asociación no inscrita está dotada de cierta capacidad jurídica. Los actos


realizados por quienes actúan en su representación se imputan a la asociación no
inscrita en tanto sujeto de derecho" (CODIGO CIVIL, EXPOSICION DE MOTIVOS,
1988, Volumen IV: 245).
Acerca de la diferencia entre la asociación como persona jurídica y la asociación
no inscrita, se indica en la Exposición de Motivos del Código Civil lo siguiente:
"... Si tratásemos de identificar una diferencia entre la asociación considerada
como persona jurídica y la asociación carente de personalidad por no haberse
inscrito, ella debe encontrarse en su diversa disciplina legislativa. De ella dimana
que la concesión de la categoría formal de persona jurídica, al convertirla en
centro unitario ideal de referencias jurídicas, permite que los miembros de la
persona jurídica no respondan de las obligaciones contraídas por ésta. En el caso
de la asociación no inscrita, en cambio, por dichas obligaciones responden
solidariamente los integrantes de la asociación que las hubiesen suscrito en su
nombre, aun cuando no fueren sus representantes. A la asociación no inscrita no
se le hace extensivo el privilegio (...) de la irresponsabilidad de los miembros de
la persona jurídica por las deudas de la misma. Tal vez podamos hallar en este
importante matiz la esencial diferencia entre ambos tipos de asociación, entre un
sujeto de derecho que es persona jurídica y otro que carece de esta connotación
formal" (CODIGO CIVIL, EXPOSICION DE MOTIVOS, 1988, Volumen IV: 247).

Spota, en cuanto a las asociaciones no inscritas, refiere lo siguiente:


"... Las simples asociaciones o asociaciones no reconocidas, son sujetos jurídicos.
No se trata de entes de hecho, ni de meras sociedades de personas, ni tampoco
un simple agregado de personas individuales. Son verdaderos entes
corporativos, aun cuando la falta de reconocimiento expreso las coloque en una
situación de entes con autonomía patrimonial imperfecta, en el sentido de que
sus miembros que actúen ante los terceros en calidad de órganos responden
ante éstos..." (SPOTA, 1951, Tomo 1, Volumen 3: 791).

9.1 Regulación de la asociación de hecho

De acuerdo a lo normado en el primer párrafo del artículo 124 del Código Civil, el
ordenamiento interno y la administración de la asociación que no se haya
constituido mediante escritura pública inscrita (entiéndase asociación de hecho),
se regula por los acuerdos de sus miembros, aplicándose las reglas establecidas
en los artículos 80 a 98 del Código Civil, en lo que sean pertinentes. Tales
numerales integran el Título II (<<Asociación") de la Sección Segunda
(<<Personas jurídicas") del Libro 1 (<<Derecho de las Personas") del Código
Civil, Título que regula la asociación debidamente constituida, y que fueran vistos
a lo largo del presente Capítulo de la obra; sin embargo, a efecto de apreciarlos
en su conjunto, procedemos a citarlos a continuación:
"La asociación es una organización estable de personas naturales o jurídicas, o
de ambas, que a través de una actividad común persigue un fin no lucrativo".
(Art. 80 del C.C.).
"El estatuto debe constar por escritura pública, salvo disposición distinta de la
ley.
Si la asociación es religiosa, su régimen interno se regula de acuerdo con el
estatuto aprobado por la correspondiente autoridad eclesiástica". (Art. 81 del
C.C.).
"El estatuto de la asociación debe expresar:

1.- La denominación, duración y domicilio.


2.- Los fines.
3.- Los bienes que integran el patrimonio social.
4.- La constitución y funcionamiento de la asamblea general de asociados,
consejo directivo y demás órganos de la asociación.
5.- Las condiciones para la admisión, renuncia y exclusión de sus miembros.
6.- Los derechos y deberes de los asociados.
7.- Los requisitos para su modificación.
8.- Las normas para la disolución y liquidación de la asociación y las relativas al
destino final de sus bienes.
9.- Los demás pactos y condiciones que se establezcan". (Art. 82 del C.C.).
"Toda asociación debe tener un libro de registro actualizado en que consten el
nombre, actividad, domicilio y fecha de admisión de cada uno de sus miembros,
con indicación de los que ejerzan cargos de administración o representación.

La asociación debe contar, asimismo, con libros de actas de las sesiones de


asamblea general y de consejo directivo en los que constarán los acuerdos
adoptados.
Los libros a que se refiere el presente artículo se llevai1 con las formalidades de
ley, bajo responsabilidad del presidente del consejo directivo de la asociación y
de conformidad con los requisitos que fije el estatuto". (Art. 83 del C.C.).

"La asamblea general es el órgano supremo de la asociación". (Art. 84 del C.C.).


"La asamblea general es convocada por el presidente del consejo directivo de la
asociación, en los casos previstos en el estatuto, cuando lo acuerde dicho
consejo directivo o cuando lo soliciten no menos de la décima parte de los
asociados.
Si la solicitud de éstos no es atendida dentro de los quince días de haber sido
presentada, o es denegada, la convocatoria es hecha por el juez de primera
instancia del domicilio de la asociación, a solicitud de los mismos asociados.
La solicitud se tramita como proceso sumarísimo.
El juez, si ampara la solicitud, ordena se haga la convocatoria de acuerdo al
estatuto, señalando el lugar, día, hora de la reunión, su objeto, quien la presidirá
y el notario que de fe de los acuerdos". (Art. 85 del C.C.).

"La asamblea general elige a las personas que integran el consejo directivo,
aprueba las cuentas y balances, resuelve sobre la modificación del estatuto, la
disolución de la asociación y los demás asuntos que no sean competencia de
otros órganos". (Art. 86 del C.C.).
"Para la validez de las reuniones de asamblea general se requiere, en primera
convocatoria, la concurrencia de más de la mitad de los asociados. En segunda
convocatoria, basta la presencia de cualquier número de asociados. Los acuerdos
se adoptan con el voto de más de la mitad de los miembros concurrentes.
Para modificar el estatuto o para disolver la asociación se requiere, en primera
convocatoria, la asistencia de más de la mitad de los asociados. Los acuerdos se
adoptan con el voto de más de la mitad de los miembros concurrentes. En
segunda convocatoria, los acuerdos se adoptan con los asociados que asistan y
que representen no menos de la décima parte.

Los asociados pueden ser representados en asamblea general, por otra persona.
El estatuto puede disponer que el representante sea otro asociado.
La representación se otorga por escritura pública. También puede conferirse por
otro medio escrito y sólo con carácter especial para cada asamblea". (Art. 87 del
C.C.).
"Ningún asociado tiene derecho por sí mismo a más de un voto". (Art. 88 del
C.C.).
- "La calidad de asociado es inherente a la persona y no es
trasmisible, salvo que lo permita el estatuto". (Art. 89 del C.C.).
"La renuncia de los asociados debe ser formulada por escrito".
(Art. 90 del C.C.).
"Los asociados renunciantes, los excluidos y los sucesores de los asociados
muertos quedan obligados al pago de las cuotas que hayan dejado de abonar, no
pudiendo exigir el reembolso de sus aportaciones". (Art. 91 del C.C.).
"Todo asociado tiene derecho a impugnar judicialmente los acuerdos que violen
las disposiciones legales o estatutarias.
Las acciones impugnatorias deben ejercitarse en un plazo no mayor de sesenta
días contados a partir de la fecha del acuerdo. Pueden ser interpuestas por los
asistentes si hubieran dejado constancia en acta de su oposición al acuerdo, por
los asociados no concurrentes y por los que hayan sido privados ilegítimamente
de emitir su voto.
Si el acuerdo es inscribible en el registro, la impugnación puede formularse
dentro de los treinta días siguientes a la fecha en que la inscripción tuvo lugar.

Cualquier asociado puede intervenir en el juicio, a su costa para defender la


validez del acuerdo.
La impugnación se demanda ante el Juez Civil del domicilio de la asociación y se
tramita como proceso abreviado". (Art. 92 del C.C.).
"Los asociados que desempeñen cargos directivos son responsables ante la
asociación conforme a las reglas de la representación, excepto aquellos que no
hayan participado del acto causante del daño o que dejen constancia de su
oposición". (Art. 93 del C.C.).
"La asociación se disuelve de pleno derecho cuando no pueda funcionar según su
estatuto". (Art. 94 del C.C.).
"La Asociación se disuelve por liquidación, según lo acordado por su respectiva
Junta de Acreedores de conformidad con la ley de la materia.
En caso de pérdidas acumuladas, deducidas las reservas superiores al tercio del
capital social pagado, el Consejo Directivo debe solicitar el inicio del
Procedimiento Concursal Ordinario de la asociación, conforme a la ley de la
materia y bajo responsabilidad ante los acreedores por los daños y perjuicios que
resultar en por la omisión". (Art. 95 del C.C.).
"El Ministerio Público puede solicitar judicialmente la disolución de la asociación
cuyas actividades o fines sean o resulten contrarios al orden público o a las
buenas costumbres.

La demanda se tramita como proceso abreviado, considerando como parte


demandada a la asociación. Cualquier asociado está legitimado para intervenir en
el proceso. La sentencia no apelada se eleva en consulta a la Corte Superior.
En cualquier estado del proceso puede el Juez dictar medidas cautelares
suspendiendo total o parcialmente las actividades de la asociación, o designando
un interventor de las mismas". (Art. 96 del C.C.).
"De no haberse previsto en el estatuto de la asociación normas para el caso en
que no pueda seguir funcionando o para su disolución, se procede de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 599, inciso 2 [del C.C., referido a la
institución de una curatela de bienes]". (Art. 97 del C.C.).
"Disuelta la asociación y concluida la liquidación, el haber neto resultante es
entregado a las personas designadas en el estatuto,
con exclusión de los asociados. De no ser posible, la Sala Civil de la Corte
Superior respectiva ordena su aplicación a fines análogos en interés de la
comunidad, dándose preferencia a la provincia donde tuvo su sede la
asociación". (Art. 98 del C.C.).
No podemos dejar de mencionar que la asociación que no se haya constituido
mediante escritura pública inscrita (léase asociación de hecho) se encuentra
facultada para comparecer en juicio siempre que esté representada por el
presidente del consejo directivo o por quien haga sus veces (art. 124 -in fine- del
C.C.).

9.2 Fondo común de la asociación de hecho

Según se infiere del artículo 125 del Código Civil, los aportes y las cuotas de los
asociados, así como los bienes que adquiera la asociación (asociación no
constituida mediante escritura pública inscrita, o, en otras palabras, asociación
de hecho), constituyen su fondo común. Mientras está vigente la asociación (de
hecho) no se puede pedir la división y partición del referido fondo común, así
como tampoco el reembolso de las aportaciones de los asociados.
El fondo común, dicho sea de paso, responde de las obligaciones contraídas por
los representantes de la asociación (art. 126 -parte inicial del C.C.).

9.3 Responsabilidad por las obligaciones contraídas en nombre de la


asociación de hecho

En lo que atañe al tema tratado en este punto, Spota anota que "... las
asociaciones civiles que no han solicitado y obtenido la autorización, no por ello
dejan de contar (...) con capacidad jurídica y de obrar, aun cuando para
ello hayan de actuar por medio de los llamados 'representantes'. En realidad,
siempre estamos ante órganos de voluntad de un sujeto jurídico. Pero en la
adquisición de bienes sujetos a registro, en la realización de actos negociables,
las exigencias del tráfico jurídico, de la seguridad jurídica, imponen esa
'representación' y la responsabilidad personal de los representantes, en cuanto
éstos hayan actuado por sí y por cuenta de la
asociación no reconocida" (SPOTA, 1951, Tomo I, Volumen 3: 790). El citado
jurista precisa que "... existe personalidad jurídica, restringida en cuanto el
derecho objetivo las hace regir por los principios generales (…). Todos s:.;.s
miembros no son responsables frente a los terceros: es el patrimonio 'afectado'
al fin común el que queda obligado, sin perjuicio de que deba presumirse la
obligación simple o solidaria -si se hubiera pactado (...)- de los que actuaron en
nombre y por cuenta de la asociación no reconocida" (SPOTA, 1951, Tomo 1,
Volumen 3: 765).
En cuanto a la responsabilidad por las obligaciones contraídas en nombre de la
asociación no constituida mediante escritura pública inscrita, vale decir, de la
asociación de hecho, conforme a nuestro ordenamiento jurídico:
Si la persona jurídica (entre las que se encuentra la asociación) no se constituye
o no se ratifican los actos realizados en nombre de ella, quienes los hubieran
celebrado son ilimitada y solidariamente responsables frente a terceros. (Art. 77
-in fine- del C.C.).
El fondo común (constituido por los aportes y cuotas de los asociados así como
por los bienes que adquiera la asociación de hecho: art. 125 del C.C.) responde
de las obligaciones contraídas por los representantes de la asociación. De dichas
obligaciones responden. solidariamente quienes actúen en nombre de la
asociación, aun cuando no sean sus representantes. (Art. 126 del C.C.).

CAPITULO III: FUNDACION

l. CONCEPTO

En opinión de Ripert y Boulanger, "... la fundación (...) es una masa de bienes


afectada a un fin determinado e investida de personalidad jurídica (...) La
fundación sólo es posible si el bien es donado o legado a una persona jurídica
con una condición de afectación impuesta por el disponente. En la fundación
directa, por el contrario, la misma masa de bienes constituye una persona moral"
(RlPERT y BOULANGER, 1956, Tomo l: 335).
Para Ennecerus "... la fundación es una organización dotada de personalidad
jurídica, que no consiste en una alianza de personas, para la realización de
determinados fines..." (ENNECCERUS, 195q, Tomo I, Volumen 1: 506). El citado
tratadista precisa que la fundación "... es una organización para la realización de
determinados fines, reconocida como sujeto de derecho, que no consiste en una
unión de personas. En la fundación no es menester que haya un determinado
círculo de personas a quienes favorezca la fundación (fundaciones para fines
científicos generales, hospitales sin determinación de quiénes tienen derecho a
ser acogidos). Pero aunque exista este círculo de personas, no les corresponde
administrar la fundación. La fundación no tiene miembros, sino sólo
destinatarios. La fundación se administra conforme a la voluntad del fundador
expresada en el negocio fundacional; está organizada heteronómicamente"
(ENNECCERUS, 1953, Tomo l, Volumen 1: 430).

A criterio de Spota "...la fundación es una masa de bienes destinados a alcanzar


el fin propuesto por el fundador: no hay estructura corporativa, no existen
miembros, y el negocio jurídico fundacional determina la forma de constituirse
los 'órganos' de dirección, administración y control, sus esferas de competencia y
demás previsiones necesarias o convenientes a la vida de esa universalidad
jurídica de bienes cuyo soporte es el sujeto jurídico denominado 'fundación' o
'instituto'" (SPOTA, 1951. Tomo 1, Volumen 3: 175). Spota señala, además, que
"... la fundación importa. en esencia un patrimonio destinado a alcanzar el fin de
la institución que el fundador se ha propuesto. Allí, pues, no existe la reunión de
personas pensada como unidad, que no depende del cambio de ellas, sino una
organización destinada a satisfacer ese fin, de consuno con lo que surge del
negocio fundacional, careciendo de miembros" (SPOT A, 1951, Tomo 1, Volumen
3: 795). El citado tratadista prosigue diciendo que "... por fundación hemos de
entender toda organización de medios para alcanzar un fin, conforme con la
voluntad del fundador y que el derecho objetivo eleva a sujeto jurídico, o sea, a
un en1e con aptitud de adquirir derechos y contraer obligaciones por intermedio
de sus órganos de dirección y administración" (SPOTA, 1951. Tomo 1, Volumen
3: 795-796). Spota puntualiza que "...la fundación constituye un sujeto jurídico.
El ente fundacional, como el ente corporativo, tiene autonomía patrimonial y
capacidad jurídica y de obrar, actuando con independencia de su fundador"
(SPOTA, 1951, Tomo I. Volumen 3: 797). Spota destaca también que:
"... La fundación carece de miembros, aunque sí tiene destinatarios, que no
deben confundirse con aquéllos, ya que no surgen las relaciones jurídicas -los
derechos y deberes- que asisten a los miembros del ente corporativo dentro de
éste y frente a él. La fundación, pues, no expresa su voluntad por el órgano de
asambleas, aunque sí cuenta con órganos de voluntad consistentes en consejos
de dirección, administración y fiscalización.
(...) En cambio el negocio fundacional lleva consigo (...) las disposiciones que
han de regir al ente fundado, dadas por el fundador, o sea, heteronómicamente"
(SPOTA, 1951, Tomo 1, Volumen 3: 796).
Sobre el particular, Abelenda afirma que "... la palabra fundación admite dos
acepciones diferentes, ya que tanto designa 'el acto fundacional', es decir el acto
jurídico por el cual una persona (excepcionalmente pueden ser varias) afecta a
perpetuidad todos sus bienes o partes de ellos a una finalidad altruista
determinada (por ejemplo, un hospital, un asilo, etc.), como la misma obra ya
creada, que al reunir los requisitos legales y obtener la correspondiente
autorización para actuar, es considerada sujeto potencial de derechos y deberes
a título de persona jurídica, que actúa en la vida de relación mediante seres
humanos, que sin ser miembros de ella, ponen a su servicio su voluntad y su
acción" (ABELENDA, 1980, Tomo 2: 62).

Valencia, acerca del concepto de fundación, sostiene que "... se trata de la


destinación de un capital hecha por el fundador a un fin de interés general. La
fundación existe independientemente de todo grupo de personas físicas, en el
sentido de que las personas encargadas de dirigir una fundación no son las que
la crearon, ni los beneficios que se obtengan van a ser repartidos entre ellas. Los
beneficios que produzcan la fundación o institución de utilidad común,
pertenecen a personas indeterminadas -los beneficiarios-, que en todo caso son
distintas de los administradores" (VALENCIA ZEA, 1974, Tomo 1: 684).

Ajuicio de Espinoza Espinoza "...la fundación es una persona colectiva de derecho


privado que nace cuando el fundador o los fundadores (persona individual o
colectiva) afectan y destinan su patrimonio, o parte de éste, a un fin lícito y
altruista, el cual estará a cargo de un conjunto de personas, quienes serán los
que dirijan y administren los bienes y que estarán sujetos a estatutos que
regularán la realización del fin al cual ha sido destinado y con arreglo a la ley
respectiva" (ESPINOZA ESPINOZA, 1996: 445).
Al respecto, Candián distingue entre asociaciones y fundaciones señalando que
"... las primeras (asociaciones), constituidas por un conjunto de personas que
persiguen una finalidad común; las segundas (fundaciones), formadas
esencialmente por una cierta masa de bienes, que el fundador (o más de uno) ha
(o han) donado de su patrimonio para formar un núcleo patrimonial autónomo, o
sea, en titularidad de un nuevo sujeto de derecho que es la fundación. Como se
ve, el elemento personal es esencial o constitutivo de las asociaciones, mientras
no lo es de las fundaciones, si bien no hay fundación que no tenga por
destinatario o beneficiario de las ventajas que reporta, una serie más o menos
grande personas" (CANDIAN, 1961: 69).

El Código Civil regula a la fundación en el Título III (<<Fundación") de la Sección


Segunda (<<Personas jurídicas") del Libro 1 (<<Derecho de las Personas"), en
los arts. 99 al 110. Justamente, el artículo 99 del indicado cuerpo de leyes define
a la fundación de esta manera:

"La fundación es una organización no lucrativa instituida mediante la afectación


de uno o más bienes para la realización de objetivos de carácter religioso,
asistencial, cultural u otros de interés social".

Al respecto, en la Exposición de Motivos del Código Civil se señala que "... la


fundación es una persona jurídica que, teóricamente, debería desaparecer
cuando la comunidad nacional concluyese el proceso de organizarse
jurídicamente en términos de justicia y solidaridad, o sea, cuando se cuente con
un sistema de seguridad social pleno y eficiente, se alcance un alto grado de
desarrollo socio-económico y se superen las profundas desigualdades y
desequilibrios económicos que generan la presencia, de un lado, de grupos
humanos desvalidos y, de otro, de sectores afortunados en demasía..." (CODIGO
CIVIL, EXPOSICION DE MOTIVOS,

1988, Volumen IV: 203-204). En la referida Exposición de Motivos del Código


Civil se precisa que la "'fundación' (...) es un centro ideal unitario de imputación
normativa de situaciones jurídicas que alude, a nivel de la vida humana social, a
una organización de personas que administra sin propósito de lucro bienes
afectados por una o más personas, conocidas como fundadores, y cuyos frutos
se destinan a un fin de interés social..." (CODIGO CIVIL, EXPOSICION DE
MOTIVOS, 1988, Volumen IV: 205). Finalmente, en la Exposición de Motivos del
Código Civil se deja establecido que "el objetivo de la fundación, destinado a
suplir una finalidad de interés social, es eminentemente solidario, filantrópico, de
servicio a la comunidad y, por tanto, carente en absoluto de propósito lucrativo"
(CODIGO CIVIL, EXPOSICION DE MOTIVOS, 1988, Volumen IV: 207).

2. CARACTERISTICAS

Las fundaciones presentan los siguientes caracteres:


"a) Persiguen un fin altruista de bien común, no lucrativo.
b) Carecen de miembros; no están constituidas como las asociaciones por
reuniones de personas que constituyan los cuerpos sociales como substracción
de los entes a los cuales se atribuye la titularidad posible de derechos y deberes
jurídicos, sino por seres humanos sólo circunstancialmente determinados que son
los beneficiarios que no son miembros de la entidad aunque en un momento
dado reciban sus beneficios y los que integran los órganos administrativos que
tampoco lo son, ya que están exclusivamente al servicio de la voluntad del
fundador, que de igual modo, al crearse el ente, queda fuera de él.
c) Las fundaciones no tienen órganos soberanos de gobierno que pudieran
extinguir la entidad, cambiar el objeto, fin de su creación o . destino de los
bienes, ya que solamente tienen órganos administrativos, integrados por seres
humanos, que sin ser miembros de tales entidades, ponen su voluntad y acción
al servicio de tales obras.

Los órganos administrativos, en las fundaciones, tienen que limitarse a cumplir


los estatutos y ejecutar fielmente la voluntad del fundador (...).
d) Todas las fundaciones se sustentan en la voluntad de sus fundadores
expresadas, ya por actos jurídicos que han de producir efectos inmediatamente o
pasado cierto tiempo, pero en vida de ellos o por disposiciones de última
voluntad que han de producir sus efectos desde la muerte de cada disponente.
(... )
e) Las fundaciones, una vez que obtenga:"'1 la autorización del Estado para
funcionar, adquieren el carácter de personas jurídicas, con personería totalmente
independiente de la del fundador, que queda fuera de ella y que no tendrá más
derechos que los que expresamente se le hubiesen reservado en los estatutos"
(ABELENDA, 1980, Tomo 2: 62-64).

3. CONSTITUCION

En lo que respecta a la constitución de la fundación, Ennecerus refiere lo


siguiente: "... Mientras la asociación debe considerarse como una reunión de
personas dotada de capacidad jurídica, en la fundación falta esa pluralidad de
personas que pueda pensarse como soporte de la personalidad jurídica. Pues
incluso cuando la fundación, cosa que por lo demás no ocurre con frecuencia, es
administrada por una pluralidad de personas, esta pluralidad no es la persona
jurídica, sino únicamente un administrador de asuntos ajenos (de la fundación).
Tampoco es portador de la personalidad jurídica el patrimonio de la fundación,
que es objeto y no sujeto de derecho, sino sólo la organización misma en virtud
de la cual se realiza un determinado fin permanente con la mediación de fuerzas
humanas..." (ENNECCERUS, 1953, Tomo 1, Volumen 1: 505-506). El citado
tratadista agrega que "... el negocio fundacional es una declaración de voluntad
que indica el fin de la fundación y que, por lo regular, asigna un patrimonio,
permitiendo reconocer la voluntad del fundador de dar vida a la fundación como
sujeto jurídico autónomo. Regularmente contiene a la vez una ordenación de la
administración, sobre todo la institución de una dirección, o disposiciones de
cómo ha de formarse la dirección" (ENNECCERUS, 1953, Tomo 1, Volumen 1:
507-508). Ennecerus termina diciendo que "... el negocio de fundación entre
vivos es una declaración de voluntad unilateral no recepticia, incluso cuando
exteriormente se presente como parte de un contrato. A pesar de no producir
efecto sino cuando el Estado aprueba la fundación, el negocio fundacional es en
sí un negocio jurídico perfecto, y por tanto sigue siendo válido aunque el
fundador pierda su capacidad o fallezca antes de la aprobación por el Estado"
(ENNECCERUS, 1953, Tomo I. Volumen 1: 508).

Sobre el particular, Coviello apunta que "... el acto de fundación no puede


llevarse a cabo sino por quien tiene la capacidad de disponer a título gratuito y
en las formas establecidas por la ley para las liberalidades. Puede ser un acto
entre vivos, o una disposición testamentaria; pero debe contener en todo caso la
indicación del objeto, que debe ser duradero y lícito, de los bienes que deben ser
aptos para conseguir el objeto a que se destinan, y, por último, la intención de
hacer que surja una persona jurídica..." (COVIELLO, 1938: 234-235).
Por su parte, Spota manifiesta lo siguiente:

" ...El acto fundacional puede surgir de un acto jurídico por causa de muerte
(mortis causa) o de un acto jurídico entre vivos (inter vivos) (...) .
Pero en uno y otro supuesto se trata de actos jurídicos unilaterales en cuenta a
que el negocio fundacional es vinculatorio por la voluntad del fundador (SPOTA,
1951, TomoJ, Volumen 3: 798).

Spota señala, además, que:

"... La constitución de la fundación implica, por regla general, un acto de


dotación, o sea, aquel que tiene por efecto, como consecuencia del acto de
fundación, la trasmisión de bienes al ente fundado, una vez obtenida la
autorización estatal, y retrotrayendo los efectos a la época del referido acto de
fundación (...).

Ese acto de fundación es ya un negocio fundacional perfecto, aun sin existir


dotación (puesto que se concibe una fundación para recaudar fondos y
destinarlos al fin previsto por el fundador), aun cuando sólo produce su efecto
con la autorización estatal. Pero para su validez jurídica basta la capacidad del
fundador en el momento del acto fundacional, aunque caiga en incapacidad
después.

Los destinatarios o beneficiarios carecen de derecho a la administración o


dirección, salvo que otra cosa se desprenda de los estatutos..." (SPOTA, 1951.
Tomo I. Volumen 3: 802-803).

En relación al tema estudiado en este punto, Valencia Zea, al examinar la


naturaleza del conjunto de declaraciones de voluntad para crear la corporación o
la fundación, apunta lo siguiente:
"l. La declaración o declaraciones de voluntad las consideran algunos como un
contrato (...).

Si por contrato entendemos únicamente los negocios jurídicos bilaterales, es


decir, el conjunto de dos declaraciones de voluntad que emanan de dos partes
que en relación con sus intereses se encuentran en oposición, como sucede con
la venta, podemos
concluir firmemente que ninguna persona jurídica de derecho privado se
constituye mediante contrato. La constitución de la persona jurídica representa
una clase especial de los negocios unilaterales (declaración de voluntad en las
fundaciones) o plurilaterales (declaraciones de voluntad en las corporaciones).

2. Para algunos, el conjunto de declaraciones de voluntad es más '1 bien un acto


colectivo, en atención a que el ámbito de las declaraciones de voluntad produce
consecuencias jurídicas más allá del círculo patrimonial de los asociados o del
fundador, pues se crea un nuevo sujeto de derecho. La tesis de que las
declaraciones de voluntad en la constitución de las personas jurídicas integran un
negocio jurídico especial, es sin duda la más acertada. Es negocio jurídico
especial, pues las declaraciones se mueven paralelamente y en una misma
dirección. A tal negocio jurídico podría llamársele acuerdo o pacto" (VALENCIA
ZEA, 1974, Tomo 1: 689-690).
De acuerdo a nuestro ordenamiento jurídico (art. 100 del C.C.), la fundación se
constituye:

Mediante escritura pública, por una o varias personas naturales o jurídicas,


indistintamente.
Por testamento.
Sobre el particular, Arias-Schreiber Pezet apunta lo siguiente:
"El artículo 100 establece que la fundación se constituye mediante escritura
pública por una o varias personas naturales o jurídicas, indistintamente, o por
testamento.
Entendemos que el objetivo de la escritura pública es darle formalidad a la
fundación. Siendo esto así, consideramos que cuando se refiere al testamento se
está limitando a aquél que se otorga por escritura pública (artículo 696 del
Código Civil) y no se extiende al testamento cerrado (artículo 699) o al ológrafo
(artículo 707) (ARIAS-SCHREIBER PEZET, 1991, Tomo 1: 71).

Lo relativo al acto constitutivo de la fundación se encuentra regulado en el


artículo 101 del Código Civil, que dispone lo siguiente:

El acto constitutivo de la fundación debe expresar necesariamente su finalidad y


el bien o bienes que se afectan.

El fundador puede también indicar el nombre y domicilio de la fundación, así


como designar al administrador o a los administradores y señalar normas para su
régimen económico, funcionamiento y extinción, así como el destino final del
patrimonio.

Puede nombrarse como administradores de la fundación a personas jurídicas o a


quien o quienes desempeñen funciones específicas en ellas. En el primer caso,
debe designarse a la persona natural que la represente.

El registrador de personas jurídicas debe enviar al Consejo de Supervigilancia de


Fundaciones el título de constitución que careciere de alguno de los requisitos
señalados en los dos primeros acápites anteriores. El referido Consejo procederá
en un plazo no mayor de diez días, con arreglo al artículo 104, incisos 1 a 3 del
Código Civil, según el caso. El artículo 104 dispone en sus incisos 1, 2 Y 3 que el
Consejo de Supervigilancia de Fundaciones ejerce las siguientes funciones
básicas: l. indicar la denominación y domicilio de la fundación, cuando no
consten del acto constitutivo; 2. designar a los administradores cuando se
hubiese omitido su nombramiento por el fundador o sustituirlos al cesar por
cualquier causa en sus actividades, siempre que no se hubiese previsto, para
ambos casos, en el acto constitutivo la forma o modo de reemplazar los (debe
tenerse presente que, en el caso previsto precedentemente, están impedidos de
ser nombrados como administradores de las fundaciones, los beneficiarios o los
representantes de las instituciones beneficiarias, y que, en dicho supuesto, el
cargo de administrador es indelegable); 3. determinar, de oficio y con audiencia
de los administradores o a propuesta de éstos, el régimen económico y
administrativo, si hubiera sido omitido por el fundador o modificarlo cuando
impidiese el normal funcionamiento o conviniere a los fines de la fundación.

Resulta importante tener en cuenta, además, lo norma do en el artículo 102 del


Código Civil, numeral referido a la revocabilidad e irrevocabilidad del acto
constitutivo de la fundación. Así, conforme al indicado precepto legal: a) la
facultad de revocar no es trasmisible; y b) el acto de constitución de la
fundación, una vez inscrito, es irrevocable.

4. EL CONSEJO DE SUPERVIGILANCIA DE FUNDACIONES

4.1 Noción

Ennecerus, acerca del controlo fiscalización de las fundaciones, enseña lo


siguiente:

"... Las fundaciones están sujetas a la inspección del Estado. Este derecho de
inspección no sólo autoriza al control en el interés público y, en caso necesario, a
la intromisión en la administración, sino que las autoridades competentes están
también facultadas para transformar el fin de la fundación y para hacer las
modificaciones de la constitución necesarias al efecto, estando autorizadas
incluso para extinguir la fundación. Pero esto último es únicamente un remedio
extremo para el caso de que no basten los demás. (...) La transformación del fin
y la extinción sólo son procedentes cuando el cumplimiento del fin de la
fundación se ha hecho imposible (...). En caso de transformación del fin tiene
que acatarse en lo posible la intención del fundador (que se pueda reconocer en
el negocio de fundación) y el interés de los destinatarios, de modo que la
transformación parezca un ajuste a las nuevas circunstancias hecho por el propio
fundador..." (ENNECCERUS, 1953, Tomo 1, Volumen 1:516).

Spota, respecto de la vigilancia y control de las fundaciones, indica por su parte


que "... atañe al Poder administrador una atribución de vigilancia y control del
funcionamiento de las fundaciones, para mantener el fin de su creación, que
debe ser 'conveniente al pueblo' y satisfacer el 'bien común' (...). Por ello puede
provocar su disolución cuando se torne ilícito el fin perseguido, o resulte su
extinción 'necesaria o conveniente a los intereses públicos', o en el caso de que
se haga imposible alcanzar el fin propuesto por el fundador..." (SPOTA, 1951,
Tomo 1, Volumen 3: 803).

De acuerdo a lo normado en el artículo 103 del Código Civil, el Consejo de


Supervigilancia de Fundaciones es la organización administrativa encargada del
control y vigilancia de las fundaciones. La parte final del citado numeral precisa
que la integración y estructura del Consejo de Supervigilancia de Fundaciones se
determinan en la ley de la materia.

4.2 Funciones

De conformidad con lo dispuesto en el artículo 104 del Código Civil, el Consejo de


Supervigilancia de Fundaciones ejerce las siguientes funciones básicas:
l. Indicar la denominación y domicilio de la fundación, cuando no consten del
acto constitutivo.
2. Designar a los administradores cuando se hubiese omitido su nombramiento
por el fundador o sustituirlos al cesar por cualquier causa en sus actividades,
siempre que no se hubiese previsto, para ambos casos, en el acto constitutivo la
forma o modo de reemplazarlos.
En el caso previsto en el párrafo anterior, están impedidos de ser nombrados
como administradores de las fundaciones, los beneficiarios o los representantes
de las instituciones beneficiarias. Asimismo, en dicho supuesto, el cargo de
administrador es indelegable.
3. Determinar, de oficio y con audiencia: de los administradores o a propuesta de
éstos, el régimen económico y administrativo, si hubiera sido omitido por el
fundador o modificarlo cuando impidiese el normal funcionamiento o conviniere a
los fines de la fundación.
4. Tomar conocimiento de los planes y del correspondiente presupuesto anual de
las fundaciones, para lo cual éstas elevan copia de los mismos al Consejo al
menos treinta días antes de la fecha de iniciación del año económico.
5. Autorizar los actos de disposición y gravamen de los bienes que no sean
objeto de las operaciones ordinarias de la fundación y establecer el
procedimiento a seguir, en cada caso.
6. Promover la coordinación de las fundaciones de fines análogos
cuando los bienes de' éstas resulten insuficientes para el cumplimiento del fin
fundacional, o cuando tal coordinación determinase una acción más eficiente.
7. Vigilar que los bienes y rentas se empleen conforme a la finalidad propuesta.
8. Disponer las auditorías necesarias.
9. Impugnar judicialmente los acuerdos de los administradores que sean de los
actos o contratos que celebren, en los casos previstos por la ley. La impugnación
se tramita como proceso abreviado; la demanda de nulidad o de anulación como
proceso de conocimiento.
10. Intervenir como parte en los juicios en que se impugne la validez del acto
constitutivo de la fundación.
11. Designar al liquidador o a los liquidadores de la fundación a falta de
disposición en el acto constitutivo.
12. Llevar un registro administrativo de fundaciones.
Además de las funciones asignadas al Consejo de Supervigilancia de Fundaciones
en el artículo 104 del Código Civil, debe tenerse presente lo dispuesto en el
artículo 108 del citado cuerpo de leyes, según el cual el Consejo de
Supervigilancia de Fundaciones, respetando en lo posible la voluntad del
fundador, puede solicitar al Juez Civil: 1. la ampliación de los fines de la
fundación a otros análogos, cuando el patrimonio resulta notoriamente excesivo
para la finalidad instituida por el fundador; o 2. la modificación de los fines,
cuando haya cesado el interés social a que se refiere el artículo 99 del Código
Civil; que define a la fundación señalando que es una organización no lucrativa
instituida mediante la afectación de uno o más bienes para la realización de
objetivos de carácter religioso, asistencial, cultural u otros de interés social). En
ambos casos la pretensión se tramita como proceso abreviado, con citación del
Ministerio Público, considerando como emplazados a los administradores de la
fundación.

Por otro lado, del artículo 109 del Código Civil se infiere otra función del Consejo
de Supervigilancia de Fundaciones, al indicar dicho precepto legal que dicho
Consejo puede solicitar la disolución de la fundación cuya finalidad resulte de
imposible cumplimiento. En este caso la respectiva demanda se tramita como
proceso abreviado ante el Juez Civil de la sede de la fundación, emplazando a los
administradores, debiendo ser tal demanda
publicada por tres veces en el diario encargado de los avisos judiciales y en otro
de circulación nacional, mediando cinco días entre cada publicación. La sentencia
que se expida en el proceso de disolución de fundación por imposibilidad del fin
fundacional será elevada en consulta a la Corte Superior si es que no ha sido
objeto de apelación.
Como se ha podido apreciar precedentemente, se tramitan en vía de proceso
abreviado: A. la impugnación judicial (promovida por el Consejo de
Supervigilancia de Fundaciones) de los acuerdo~ de los administradores que
sean contrarios a la ley o al acto constitutivo (art. 104 -inc. 9- del C.C.); B. la
demanda (interpuesta por el Consejo de Supervigilancia de Fundaciones) de
ampliación de los fines de la fundación a otros análogos (art. 108 -inc. 1 y último
párrafo- del C.C.); e. la demanda (interpuesta por el Consejo de Supervigilancia
de Fundaciones) de modificación de los fines de la fundación (art. 108 -inc. 2 y
último párrafo- del C.C.); y de la demanda (interpuesta por el Consejo de
Supervigilancia de Fundaciones) de disolución de la fundación cuya finalidad
resulte de imposible cumplimiento (art. 109 del C.C.). Es por ello que, a
manera de ilustración, procedemos a sintetizar a continuación el trámite del
proceso abreviado:
Una vez presentada la demanda tienen los demandados: a) tres días para
interponer tachas u oposiciones a los medios probatorios, contados desde la
notificación de las resoluciones que los tienen por ofrecidos; b) cinco días para
interponer excepciones y defensas previas, contados desde la notificación de la
demanda; c) cinco días para absolver el traslado de las excepciones o defensas
previas planteadas contra la reconvención;
y d) diez días para contestar la demanda y reconvenir. (Art. 491 -incs. 1), 3), 4)
Y 5)- del C.P.C.).
De darse el caso, el demandante tendrá: a) tres días para absolver las tachas u
oposiciones; b) cinco días para interponer excepciones o defensas previas contra
la reconvención; c) cinco días para absolver el traslado de las excepciones o
defensas previas; d) cinco días para ofrecer medios probatorios si en la
contestación se invocan hechos no expuestos en la demanda; y e) diez días para
absolver el traslado de la reconvención. (Art. 491 -incs. 2), 3), 4), 6) Y 7)- del
C.P.C.).
La audiencia de saneamiento procesa:. y conciliación tendrá lugar dentro de los
quince días de vencido el plazo para contestar la demanda o reconvenir. (Art.
491 -inc. 8)- del C.P.C.).
En la audiencia de saneamiento procesal y conciliación, inicialmente el Juez
actuará los medios probatorios ofrecidos que considere necesarios para el
saneamiento del proceso, si se hubieran formulado excepciones o defensas
previas; luego procederá a pronunciarse sobre la validez de la relación procesal,
declarando: a) la existencia de una relación jurídica procesal válida; o b) la
nulidad y consiguiente conclusión del proceso por invalidez insubsanable de la
relación, precisando sus defectos; o c) la concesión de un plazo de cinco días (sin
que ello altere el curso de la audiencia), si los defectos de la relación fuesen
subsanables.

Subsanados los defectos, el Juez declarará saneado el proceso por existir una
relación procesal válida. En caso contrario, lo declarará nulo y consiguientemente
concluido. (Arts. 493 -inc. 1)
.y 465 -incs. 1), 2) Y 3) Y penúltimo párrafo- del C.P.C.).
En la audiencia de saneamiento procesal y conciliación, declarada la existencia de
una relación procesal válida, el Juez procederá a propiciar la conciliación entre
las partes, salvo que hubiera concedido apelación con efecto suspensivo. (Art.
493 -inc. 2)- del C.P.C.).

De no haber conciliación (y siempre dentro de la audiencia de saneamiento


procesal y conciliación), el Juez, con lo expuesto por las partes, procederá a
enumerar los puntos controvertidos y, en especial, los que van a ser materia de
prueba. A continuación decidirá la admisión de los medios probatorios ofrecidos,
si los hubiera. Luego ordenará la actuación de los medios probatorios ofrecidos
referentes a las cuestiones probatorias, de haberlas. Al final de la audiencia (de
saneamiento procesal y conciliación), el Juez comunicará a las partes el día, la
hora y el lugar para la realización de la audiencia de pruebas. (Arts. 493 -inc. 3)-
y 471 del C.P.C.).

La audiencia de pruebas se llevará a cabo dentro de los veinte días siguientes a


la realización de la audiencia de saneamiento y conciliación (siempre que
-reiteramos- se haya declarado la existencia de una relación jurídica procesal
válida y no se haya producido la conciliación entre los justiciables). Así lo
establece el arto 491 -inc. 9)- del C.P.C.

Las audiencias especial y complementaria, si fuera el caso, se realizarán dentro


de los cinco días de efectuada la audiencia de pruebas. (Art. 491 -inc. 10)- del
C.P.C.).
Se expedirá sentencia dentro de los veinticinco días de culminada la audiencia de
pruebas o las audiencias especial y complementaria, si éstas se hubieren
realizado. (Art. 491 -inc. 11)del C.P.C.).

Los litigantes s tendrán un plazo máximo de cinco días para apelar la sentencia,
apelación que tendrá efecto suspensivo (así como también lo tendrá la apelación
de: la resolución que declara improcedente la demanda, la resolución que declara
la invalidez de la relación procesal con carácter insubsanable, y la resolución que
declara fundada una excepción o defensa previa). Ello de conformidad con lo
dispuesto en los arts. 491 -inc. 12)- y 494 -parte inicial- del C.P.C.

Por otro lado, como se ha podido apreciar de la lectura del inciso 9 del artículo
104 del Código Civil (numeral citado anteriormente), la demanda (interpuesta
por el Consejo de Supervigilancia de Fundaciones) de nulidad o anulación de los
actos o contratos que celebren los administradores de las fundaciones se tramita
en vía de proceso de conocimiento. La referida vía procedimental se sustancia de
la manera que se describe a continuación:

Presentada la demanda, el demandado tiene treinta días para contestarla. (Art.


478 -inc. 5)- del C.P.C.).
Dentro de los diez días siguientes a la contestación de la demanda o en rebeldía
del demandado debe producirse el auto de saneamiento procesal (siempre que
exista una relación procesal válida). Ello se infiere de los artículos 478 -inc. 8)-y
465 del C.P.C.
Saneado el proceso, la audiencia conciliatoria se realiza dentro de los veinte días
posteriores al auto de saneamiento. (Art. 478 -inc. 9)- del C.P.C.).
La audiencia de pruebas tiene lugar antes de los 50 días de llevada a cabo la
audiencia conciliatoria. (Art. 478 -inc. 10)- del C.P.C.).
- La sentencia se expide dentro de los 50 días posteriores a la audiencia de
pruebas. (Art. 478 -inc. 12)- del C.P.C.).
- Finalmente, es posible apelar la sentencia dentro del plazo de 10 días de su
notificación. (Art. 478 -inc. 13)- del C.P.C.).
Naturalmente, cabe la posibilidad de que en el aludido proceso de conocimiento
se planteen cuestiones probatorias (tachas y oposiciones); se formulen
excepciones y defensas previas; haya reconvención; y se ofrezcan otros medios
probatorios al invocarse hechos nuevos en la demanda o reconvención. Los
plazos, tanto de las actuaciones procesales indicadas y de las respectivas
absoluciones de traslado, así como de las audiencias especial y complementaria
de la audiencia de pruebas, están previstos expresamente en el artículo 478 del
Código Procesal Civil.

5. OBLIGACION DE PRESENTAR CUENTAS Y BALANCES DE LA


FUNDACION

Los administradores están obligadas a presentar al Consejo de Supervigilancia de


Fundaciones, para su aprobación, las cuentas y el balance de la fundación,
dentro de las cuatro primeros meses del año. Así lo establece el artículo 105 del
Código Civil.
El artículo 106 del Código Civil regula lo concerniente a las acciones judiciales a
ejercerse en caso de incumplimiento por parte de los administradores de la
fundación de su obligación de presentar las cuentas y balances de la fundación.
El citado precepto legal prescribe así lo siguiente:

"El Consejo de Supervigilancia de Fundaciones puede iniciar acción judicial contra


los administradores que no cumplan con presentar las cuentas y el balance
anuales de la fundación o si éstos fueron desaprobados y en otros casos de
incumplimiento de sus deberes.
A pedido de parte, el juez de primera instancia puede, por causa justificada,
suspender a los administradores.
Declarada la responsabilidad, los administradores cesan automáticamente en el
ejercicio de sus funciones, sin perjuicio de la acción penal a que hubiere lugar.
Los administradores suspendidos son reemplazados de acuerdo a lo dispuesto en
el acto constitutivo o, en su defecto, por el Consejo de Supervigilancia de
Fundaciones.
La demanda de presentación de cuentas y balances y la de suspensión de los
administradores en su cargo, se tramitan como proceso abreviado. La demanda
de desaprobación de cuentas o balances y la de responsabilidad por
incumplimiento de deberes, como proceso de conocimiento".

Acerca del trámite que sigue el proceso abreviado (vía procedimental a


emplearse en caso de interponerse demanda de presentación de cuentas y
balances o demanda de suspensión de los administradores de la fundación) y el
proceso de conocimiento (vía procedimental a emplearse en caso de demanda de
desaprobación de cuentas o balances o demanda de responsabilidad de los
administradores de la fundación por incumplimiento de deberes), cabe señalar
que nos remitimos a lo señalado respecto de tales clases de procesos en el punto
4.2 del presente Capítulo de la obra.

6. PERSONAS PROHIBIDAS PARA CONTRATAR CON LA FUNDACION

El artículo 107 del Código Civil trata lo relativo a las personas prohibidas para
contratar con la fundación. Así tenemos que, conforme ha dicho precepto legal,
el administrador o los administradores de la fundación, así como sus parientes
hasta el cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad, no pueden
celebrar contratos con la fundación, a no ser que medie autorización expresa del
Consejo de Supervigilancia de Fundaciones.
La referida prohibición se hace extensiva a las personas jurídicas de las cuales
sean socios tanto el administrador o los administradores de la fundación como
sus parientes en los grados señalados precedentemente (vale decir, hasta el
cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad).
Ello se colige del último párrafo del artículo 107 del Código Civil.

7. EXTINCION DE LA FUNDACION

Valencia Zea sostiene que "... la imposibilidad de realizar el objeto social o de


continuarlo en forma adecuada, genera la extinción de esta clase de personas
jurídicas (fundaciones)>> (VALENCIA ZEA, 1974, Tomo 1: 711).
Espinoza Espinoza, acerca de la extinción de la fundación, apunta lo siguiente:
"La fundación se extingue una vez cumplido el fin fundacional, establecido en el
acto de constitución, que dio origen a este tipo de personas colectivas.
En doctrina, se han previsto dos circunstancias que pueden ser las causas de
extinción de una fundación, las cuales se fundamentan en la imposibilidad de
cumplir con sus fines. Este tipo de impedimento puede ser de hecho o legal. Se
presenta imposibilidad legal cuando se distorsiona el fin de la fundación hacia un
hecho o situación ilícita" (ESPINOZA ESPINOZA, 1996,452).

Al respecto, Ennecerus afirma que "...la fundación se extingue por la supresión


decretada por las autoridades de inspección, (...); además, en virtud de
producirse una circunstancia que según la constitución, deba determinar la
extinción de la fundación (...). Al extinguirse la fundación, el patrimonio pasa a
las personas determinadas en la constitución..." (ENNECCERUS, 1953, Tomo 1,
Volumen 1: 517).
Spota, en cuanto al tema que nos ocupa, manifiesta lo siguiente:
"... En los supuestos de que el fin se ha tornado de imposible consecución, o se
ha agotado, o el patrimonio es insuficiente, el Poder administrador puede decidir
la transformación del ente si lo considera de utilidad general (...).
En todo caso, atañe a los órganos de voluntad de la fundación los remedios
judiciales (...). La iniciativa para la transformación de los estatutos y del fin de la
fundación puede pertenecer a esos órganos,
quienes podrán solicitar la autorización judicial a esos fines. Los órganos de
voluntad no son titulares de los bienes; pero dentro de su misión estatutaria y
legal estriba la de pedir aquellas urgentes medidas que sean de manifiesta
utilidad para la entidad fundada o para cumplir, aunque parcialmente, el fin
propuesto por el fundador, según las circunstancias 10 requiriesen" (SPOTA,
1951, Tomo I, Volumen 3: 803-804).
En relación al tema que se examina en este punto, el artículo 109 del Código
Civil prevé la disolución judicial de la fundación por imposibilidad del
cumplimiento de sus fines. Así tenemos que, según el indicado numeral:

El Consejo de Supervigilancia de Fundaciones puede solicitar la disolución de la


fundación cuya finalidad resulte de imposible cumplimiento.

La demanda (de disolución de la fundación por imposibilidad del fin fundacional)


se tramita como proceso abreviado ante el Juez Civil de la. sede de la fundación,
emplazando a los administradores.
La demanda (de disolución de la fundación por imposibilidad del fin fundacional)
será publicada por tres veces en el diario encargado de los avisos judiciales y en
otro de circulación nacional, mediando cinco días entre cada publicación.

La sentencia (expedida en el proceso abreviado de disolución de la fundación por


imposibilidad del fin fundacional) se eleva en consulta a la Corte Superior si no
es apelada por ninguna de las partes.

Finalmente, debe tenerse presente lo normado en el artículo 110 del Código Civil,
numeral referido al destino del haber neto post-liquidación de la fundación y
conforme al cual, el haber neto resultante de la liquidación de la fundación se
aplica a la finalidad prevista en el acto constitutivo. Si ello no fuera posible, se
destina, a propuesta del Consejo de Supervigilancia de Fundaciones, a
incrementar el patrimonio de otra u otras fundaciones de finalidad análoga o, en
su defecto, a la Beneficencia Pública para obras de similares propósitos a los que
tenía la fundación en la localidad donde tuvo su sede.

8. FUNDACIONES NO INSCRITAS

Espinoza Espinoza define a la fundación no inscrita como "... un sujeto de


derecho autónomo, destinado a la realización de un fin social, pero que no ha
cumplido con la formalidad legal respectiva, que consiste en su inscripción en los
registros correspondientes..." (ESPINOZA ESPINOZA, 1996: 493).
En la Exposición de Motivos del Código Civil se señala que "... la fundación no
inscrita es conceptualmente un sujeto de derecho autónomo distinto de los
fundadores que afectan bienes destinados a una finalidad de interés social como
de los beneficiarios de los frutos de ese patrimonio"
(CODIGO CIVIL, EXPOSICION DE MOTIVOS, 1988, Volumen IV: 250).
El Código Civil regula a las fundaciones no inscritas en el Título II
(<<Fundación") de la Sección Tercera (<<Asociación; fundación y comité no
inscritos") del Libro I (<<Derecho de las Personas"), en los arts. 127, 128 Y 129.

8.1 Inscripción de la fundación de hecho

El artículo 127 del Código Civil regula lo concerniente a la inscripción de la


fundación de hecho (aquella no constituida debidamente mediante la respectiva
inscripción), desprendiéndose de dicho precepto legal que si por cualquier causa
el acto constitutivo de la fundación no llega a inscribirse, corresponde realizar las
acciones para lograr dicha inscripción:

Al Consejo de Supervigilancia de Fundaciones.


Al Ministerio Público.
A todo aquel que tenga legítimo interés.

8.2 Responsabilidad de los administradores de la fundación de hecho

De acuerdo a lo normado en el artículo 128 del Código Civil, los administradores


de la fundación de hecho, y en tanto tal fundación no se inscriba en Registros
Públicos, son solidariamente responsables:
De la conservación de los bienes de la fundación de hecho afectados a la
finalidad propuesta.
De las obligaciones que hubieren contraído los referidos administradores de la
fundación de hecho.
Respecto del citado artículo 128 del Código Civil, en la Exposición de Motivos del
Código Civil se señala lo siguiente:
"Es conveniente asegurar la conservación de los bienes de la fundación durante
el período que media entre el acto constitutivo de la fundación y el instante de la
inscripción en el registro, evento que determina la existencia legal de la persona
jurídica. La norma del artículo 128 prescribe en este sentido que los
administradores son solidariamente responsables de la conservación de los
bienes afectados por el fundador. Igual responsabilidad corresponde a los
administradores por las obligaciones contraídas por la fundación que opera como
sujeto de derecho.

La norma se fundamenta en el hecho que desde la muerte del fundador los


bienes afectados pasan al patrimonio de la fundación. De otra parte, si su
constitución se efectúa por escritura pública e inicia sus actividades por
indicación del fundador, las obligaciones contraídas se imputan a la fundación.
Por el acto jurídico de constitución se desplazan los bienes del patrimonio del
fundador al de la fundación, aunque ésta no adquiera aún la categoría formal de
persona jurídica. Los bienes, en tanto, ingresan al patrimonio del sujeto de
derecho en que consiste la fundación no inscrita..." (CODIGO CIVIL, EXPOSICION
DE MOTIVOS, 1988, Volumen IV: 254).

8.3 Mectación de bienes de la fundación de hecho

De no ser posible la inscripción a que se refiere el artículo 127 del Código Civil
(esto es, la inscripción en el registro público correspondiente del acto constitutivo
de la fundación), la Sala Civil de la Corte Superior de la sede de la fundación, a
solicitud del Consejo de Supervigilancia de Fundaciones, del Ministerio Público o
de quien tenga legítimo interés,
afectará los bienes a otras fundaciones de fines análogos o, si ello no es posible,
a otra fundación preferentemente establecida en el mismo distrito judicial. Así lo
establece el artículo 129 del citado cuerpo de leyes.

CAPITULO IV: COMITE

1. DEFINICION

"Paralelamente a la asociación y la fundación existe otra persona colectiva sin


fines de lucro, que se parece a la primera, en cuanto es el resultado de la
intención espontánea de un grupo de personas que desean realizar una acción
conjunta en la búsqueda de un fin valioso, y que se asemeja a la fundación
debido a que se organiza para administrar bienes aportados por terceros. Nos
estamos refiriendo al comité..." (ESPINOZA ESPINOZA, 1996: 453).

"... La persona colectiva denominada comité es aquella que se hace caracterizar


por su temporalidad, por cuanto ésta concluye, de ordinario, al cumplir su fin.
Sin embargo, también puede extinguirse cuando no haya podido concretar sus
fines, o cuando sus actividades resulten contrarias al orden público o a las
buenas costumbres" (ESPINOZA ESPINOZA, 1996: 455).

Barbero, en lo concerniente a la definición del comité, apunta lo siguiente:


"Tales 'comités' se definieron como 'sociedades de finalidad altruística. En efecto,
tienen de la 'sociedad' la conspiración en común al logro de un fin; falta el fin de
lucro, ya que el fin es altruista.

(...) Pueden ser reconocidas como 'personas jurídicas' y en tal caso tienen que
tener un patrimonio propio, con el cual harán frente a las obligaciones asumidas,
mientras continúa (…) su compromiso en orden a la erogación de los fondos
recogidos para el fin" (BARBERO, 1967, Tomo 1: 276).

El Código Civil regula al comité en el Título IV (<<Comité") de la Sección


Segunda (<<Personas jurídicas") del Libro 1 (<<Derecho de las Personas"), en
los arts. 111 al 123. Justamente, en el primer párrafo del artículo 111 del citado
cuerpo de leyes se define al comité de esta manera:
"El comité es la organización de personas naturales o jurídicas, o de ambas,
dedicada a la recaudación de aportes destinados a una finalidad altruista".
En la Exposición de Motivos del Código Civil se señala que "el comité, en tanto
fenómeno social, se presenta (...) como un grupo de personas que, a título de
promotores de una determinada iniciativa altruista, se dirigen al público
solicitando donaciones, óbolos, aportes, de bienes o dinero, realizando tómbolas,
fiestas u otras actividades de igual índole, con el declarado y anunciado propósito
de dedicar los aportes recaudados a la consecución de los fines anteriormente
expresados. El comité se constituye de este modo como una organización de
personas que asume la responsabilidad de recaudar, administrar e invertir un
conjunto de bienes que han sido aportados por el público en general" (CODIGO
CIVIL, EXPOSICION DE MOTIVOS, 1988, Volumen IV: 227).

En la Exposición de Motivos del Código Civil se señala, además, que:


"El comité supone la reunión de un grupo de personas que decide promover una
acción altruista, en beneficio de terceros o de una obra al servicio de la
colectividad. (…).
Los comités pueden estar integrados, indistintamente, por personas naturales o
jurídicas o por ambas y, normalmente, son temporales pues se extinguen una
vez cumplida la finalidad para la cual se constituyeron o, en su defecto, cuando
por cualquier causa dicha finalidad resultase imposible" (CODIGO CIVIL,
EXPOSICION DE MOTIVOS, 1988, Volumen IV: 230).
.:..
Se precisa en la Exposición de Motivos del Código Civil que "... al comité se le
atribuye la categoría formal de 'persona jurídica', expresión lingüística con la que
se alude a la~, organizaciones de personas en tanto centros unitarios ideales de
imputación de situaciones jurídicas, en las cuales corresponde siempre a las
personas naturales, designadas por un determinado ordenamiento jurídico
normativo parcial, el efectivo cumplimiento de todas las conductas posibles"
(CODIGO Civil, EXPOSICION DE MOTIVOS, 1988, Volumen IV: 172).

En lo que atañe a la finalidad del comité, se indica en la Exposición de Motivos


del Código Civil que "por definición, la finalidad del comité es altruista. Los
promotores son personas que con absoluto desinterés y con vocación de servicio,
con sentido humanitario, constituyen el comité para realizar una obra o una
actividad en beneficio de terceros o de un sector de la colectividad. El altruista
(...), es aquel que experimenta complacencia en el bien ajeno, aun a costa del
propio. El estatuto exige que se designe cuál ha de ser esta finalidad, de modo
preciso y claro. Este requisito es de capital importancia no sólo por constituir una
de las notas esenciales del comité sino porque ha de ser anunciado
públicamente. Los aportes que se obtengan deben ser deben ser
escrupulosamente invertidos en la finalidad altruista indicada como objetivo del
comité" (CODIGO CIVIL, EXPOSICION DE MOTIVOS, 1988, Volumen IV: 232).

2. EL ESTATUTO DEL COMlTE

Tal como lo preceptúa el artículo 111 -in fine- del Código Civil, el acto
constitutivo y el estatuto del comité pueden constar, para su inscripción en el
registro, en documento privado con legalización notarial de las firmas de los
fundadores.
En lo que concierne al contenido del estatuto del comité, cabe indicar que ello
está contemplado en el artículo 113 del Código Civil, el cual prescribe que el
estatuto del comité debe expresar:
A. La denominación del comité.
B. Los demás pactos y condiciones que se establezcan.

3. REGISTRO DE MIEMBROS DEL COMITE

Conforme lo ordena el artículo 112 -primer párrafo del Código Civil. todo comité
debe contar con un registro actualizado en el que se consigne:
- El nombre de los miembros del comité.
- El domicilio de los miembros del comité.
- La actividad que desempeñan los miembros del comité.

La fecha de admisión de los miembros del comité.

- El nombre de los que integran el consejo directivo del comité o de las personas
que ejerzan cualquier otra actividad administrativa.
El referido registro debe constar de un libro llevado con las formalidades de ley,
bajo la responsabilidad de quien preside el consejo directivo. Así lo determina el
último) párrafo del artículo 112 del Código Civil.

4. ORGANOS DEL COMITE


Los órganos del comité son los siguientes:
- El consejo directivo.
- La asamblea general.

4.1 El consejo directivo

"El consejo directivo, como órgano de gestión del comité, concentra


prácticamente toda la responsabilidad del manejo de la institución. Tiene a su
cargo su íntegra gestión y es, ) por tanto, de su competencia realizar todas las
funciones de recaudación, conservación, administración e inversión de los
aportes colectados por el comité. El consejo. en consecuencia, asume plena
responsabilidad por la totalidad de las actividades que le son propias..."
(CODIGO CIVIL, EXPOSICION DE MOTIVOS, 1988. Volumen IV: 234).

B. La duración del comité.


C. El domicilio del comité.
D. La finalidad altruista propuesta para el comité.
E. El régimen administrativo del comité.
F. La constitución y funcionamiento de la asamblea general del
comité.
G. La constitución y funcionamiento del consejo directivo del comité.
H. La constitución y funcionamiento de cualquier otro órgano
administrativo del comité.
l. La designación del funcionario que ha de tener la representación
legal del comité.

De acuerdo a lo normado en el artículo 114 del Código Civil. el consejo directivo


es el órgano de gestión del comité y es convocado por quien preside el consejo
directivo:
En los casos previstos en el estatuto.

Cuando lo solicite cualquiera de los miembros integrantes del consejo directivo.


Cuando lo solicite la décima parte de los miembros del comité.
Es de destacar que, según la parte final del artículo 114 del Código Civil, si la
solicitud de convocatoria a sesión del consejo directivo fuese denegada o
transcurren siete días de presentada sin efectuarse la convocatoria, se procede
de conformidad con lo establecido en el artículo 85 del Código Civil, numeral que
regula la convocatoria a la asamblea general en la asociación y que prescribe
textualmente lo siguiente:
"La asamblea general es convocada por el presidente del consejo directivo de la
asociación, en los casos previstos en el estatuto, cuando lo acuerde dicho
consejo directivo o cuando lo soliciten no menos de la décima parte de los
asociados.

Si la solicitud de éstos no es atendida dentro de los quince días de haber sido


presentada, o es denegada, la convocatoria es hecha por el juez de primera
instancia del domicilio de la asociación, a solicitud de los mismos asociados.
La solicitud se tramita como proceso sumarísimo.
El juez, si ampara la solicitud, ordena se haga la convocatoria de acuerdo al
estatuto, señalando el lugar , día, hora de la reunión. su objeto, quien la
presidirá y el notario que de fe de los acuerdos".
No podemos dejar de mencionar que los miembros del consejo directivo del
comité son responsables solidariamente de la conservación y debida aplicación
de los aportes recaudados a la finalidad anunciada (art. 118 del C.C.).

4.2 La asamblea general

4.2.1 Atribuciones
Según se infiere del artículo 115 del Código Civil, son atribuciones de la
asamblea general del comité:
Elegir a las personas que integran el consejo directivo del comité.
Modificar el estatuto del comité.
Acordar la disolución del comité.
Adoptar cualquier otra decisión que no sea de competencia de otros órganos del
comité.
En la Exposición de Motivos del Código Civil, respecto del artículo 115 del citado
cuerpo de leyes, se señala lo siguiente:
"La asamblea general elige a las personas que integran el consejo directivo, de
haberse establecido en el estatuto la existencia de este órgano de gestión. Dicha
designación puede también constar del propio acto constitutivo, tratándose de
los integrantes del primer
consejo directivo y por el tiempo fijado estatutariamente para su duración.
La asamblea general está también facultada para modificar el estatuto, acordar
la disolución del comité y adoptar, en general, cualquier decisión que no sea de
específica competencia de otros órganos. Tarea fundamental de la asamblea
general es la de prestar asistencia y consejo al órgano de gestión. Se ha previsto
el que pueda darse el caso de comités que constituyan su asamblea general con
personas de reputaci9n moral y profesional públicamente reconocidas, cuyas
ocupaciones u otras razones personales no les permiten integrar el consejo
directivo, pero quienes están dispuestas a prestar apoyo y. consejo al comité y
cuya presencia representa garantía de acierto y solvencia frente al público
erogante. Todo ello, obviamente, en relación con la magnitud y trascendencia de
la finalidad propuesta por el comité.
(...) La asamblea general no tiene entre sus atribuciones específicas el aprobar
las cuentas y el balance del comité. La gestión económica de la persona jurídica
es tarea exclusiva del consejo directivo, dada la característica propia del comité
que exige fluidez y agilidad en la toma de decisiones. Correlativamente, el
consejo directivo asume plena responsabilidad por la gestión del comité. Empero,
la asamblea
general, que presta asistencia al consejo, está capacitada para controlar su
actividad y, en su caso, tiene el deber de denunciar ante el Ministerio Público los
acuerdos o los actos que violen las disposiciones legales o estatutarias.
(... )
No existe impedimento legal alguno para que la asamblea general asuma,
temporal o permanentemente, las funciones del consejo directivo cuando el
número de miembros, la operatividad misma del comité o su propia finalidad así
lo aconsejaran. Esta hipótesis debe ser prevista en el estatuto del comité"
(CODIGO CIVIL, EXPOSICION DE MOTIVOS, 1988, Volumen IV: 234-235).

4.2.2 Quórum y acuerdos


De conformidad con lo prescrito en el artículo 116 del Código Civil, para la
validez de las reuniones de la asamblea general en el comité, para el cómputo
del quórum y para las votaciones, se aplica lo dispuesto en los artículos 87,
párrafo primero, y 88 del Código Civil.
El primer párrafo del artículo 87 del Código Civil (que trata acerca del quórum y
adopción de acuerdos en la asamblea general de la asociación) establece: a} que
para la validez de las reuniones de asamblea general se requiere, en primera
convocatoria, la concurrencia de más de la mitad de los asociados; b} que en
segunda convocatoria, basta la presencia de cualquier número de asociados; y c}
que los acuerdos se adoptan con el voto de más de la mitad de los miembros
concurrentes.
En lo que concierne al artículo 88 del Código Civil, aplicable al comité por
disposición del artículo 116 del citado cuerpo de leyes, cabe señalar que tal
numeral señala claramente que ningún asociado tiene derecho por sí mismo a
más de un voto.

4.2.3 Denuncia de acuerdos o actos violatorios de la ley o estatuto

Cualquier miembro del comité o del consejo directivo tiene el derecho y el deber
de denunciar ante el Ministerio Público los acuerdos o los actos que violen las
disposiciones legales o estatutarias. Así lo determina el artículo 117 del Código
Civil.

5. SUPERVISION DE APORTES RECAUDADOS POR EL COMITE

En principio, conviene tener en cuenta que los miembros del consejo directivo del
comité son responsables solidariamente de la conservación y debida aplicación
de los aportes recaudados a la finalidad anunciada (art. 118 del C.C.).

Ahora bien, en lo que respecta a la supervisión de aportes recaudados por el


comité, cabe señalar que ello está regulado expresamente en el artículo 119 del
Código Civil, numeral que dispone que corresponde al Ministerio Público vigilar,
de oficio o a instancia de parte, que los aportes recaudados por el comité se
conserven y se destinen a la finalidad propuesta y, llegado el caso, puede.;
solicitar dicha entidad la respectiva rendición de cuentas, sin perjuicio de la
acción civil o penal a que haya lugar.

6. DISOLUCION DEL COMITE

"La disolución del comité y su consiguiente liquidación y rendición de cuentas es


una medida que permite conocer los resultados de su gestión y determinar tanto
el monto de lo recaudado como las cantidades invertidas en el cumplimiento de
la finalidad altruista públicamente anunciada. Constituye un deber ineludible del
órgano gestor del comité" (CODIGO CIVIL, EXPOSICION DE MOTIVOS, 1988,
Volumen IV: 239).

El Código Civil, acerca de la disolución del comité, establece lo siguiente:


Es de aplicación al comité (según el arto 120 del C.C.) lo dispuesto en el artículo
96 del Código Civil, numeral que trata sobre la disolución de la asociación por
actos contrarios al orden púbico o a las buenas costumbres y según el cual: A. el
Ministerio Público puede solicitar judicialmente la disolución de la asociación
cuyas actividades o fines sean o resulten contrarios al orden público o a las
buenas costumbres; B. la demanda (de disolución) se tramita como proceso
abreviado, considerando como parte demandada a la asociación; C. cualquier
asociado está legitimado para intervenir en el proceso; D. la sentencia no
apelada se eleva en consulta a la Corte Superior; y E. en cualquier estado del
proceso puede el Juez dictar medidas cautelares suspendiendo total o
parcialmente las actividades de la asociación, o designando un interventor de las
mismas.
Cumplida la finalidad propuesta, o si ella no se ha podido alcanzar, el consejo
directivo procede a la disolución y liquidación del comité, presentando al
Ministerio Público, copia de los estados finales de cuentas. (Art. 121 del C.C.).

El consejo directivo (del comité) adjudica a los erogantes el haber neto


resultante de la liquidación, si las cuentas no hubieran sido objetadas por el
Ministerio Público dentro de los treinta días de haberle sido presentadas. La
desaprobación de las cuentas se tramita como proceso de conocimiento, estando
legitimados para intervenir cualquiera de los miembros del comité. Si la
adjudicación a los erogantes no fuera posible, el consejo entregará el haber neto
a la entidad de Beneficencia Pública del lugar , con conocimiento del Ministerio
Público. (Art. 122 del C.C.).

Como se ha podido observar, la demanda de disolución del comité por actos


contrarios al orden público o a las buenas costumbres se tramita en vía de
proceso abreviado (arts. l20.y 96 -segundo párrafo- del C.C.) cuyo trámite es
como sigue:

. Una vez presentada la demanda tienen los demandados: a) tres días para
interponer tachas u oposiciones a los medios probatorios, contados desde la
notificación de las resoluciones que los tienen por ofrecidos; b) cinco días para
interponer excepciones y defensas previas, contados desde la notificación de la
demanda; c) cinco días para absolver el traslado de las excepciones o defensas
previas planteadas contra la reconvención; y d) diez días para contestar la
demanda y reconvenir. (Art. 491 -incs. 1), 3), 4) Y 5)- del C.P.C.).

De darse el caso, el demandante tendrá: a) tres días para absolver las tachas u
oposiciones; b) cinco días para interponer excepciones o defensas previas contra
la reconvención; c) cinco días para absolver el traslado de las excepciones o
defensas previas; d) cinco días para ofrecer medios probatorios si en la
contestación se invocan hechos no expuestos en la demanda; y e) diez días para
absolver el traslado de la reconvención. (Art. 491 -incs. 2), 3), 4), 6) Y 7)- del
C.P.C.).
.La audiencia de saneamiento procesa~ y conciliación tendrá lugar dentro de los
quince días de vencido el plazo para contestar la demanda o reconvenir. (Art.
491 -me. 8)- del C.P.C.).

En la audiencia de saneamiento procesal y conciliación, inicialmente el Juez


actuará los medios probatorios ofrecidos que considere necesarios para el
saneamiento del proceso, si se hubieran formulado excepciones o defensas
previas; -luego procederá a pronunciarse sobre la validez de la relación procesal,
declarando: a) la existencia de una relación jurídica procesal válida; o b) la
nulidad y consiguiente conclusión del proceso por invalidez insubsanable de la
relación, precisando sus defectos; o c) la concesión de un plazo de cinco días (sin
que ello altere el curso de la audiencia), si los defectos de la relación fuesen
subsanables. Subsanados los defectos, el Juez declarará saneado el proceso por
existir una relación procesal válida. En caso contrario, lo declarará nulo y
consiguientemente concluido. (Ar18. 493 -inc. 1)Y 465 -incs. 1), 2) Y 3) Y
penúltimo párrafo- del C.P.C.).

En la audiencia de saneamiento procesal y conciliación, declarada la existencia de


una relación procesal válida, el Juez procederá a propiciar la conciliación entre
las partes, salvo que hubiera concedido apelación con efecto suspensivo. (Art.
493 -inc. 2)- del C.P.C.).
De no haber conciliación (y siempre dentro de la audiencia de saneamiento
procesal y conciliación), el Juez, con lo expuesto por las partes, procederá a
enumerar los puntos controvertidos y, en especial, los que van a ser materia de
prueba. A continuación decidirá la admisión de los medios probatorios ofrecidos,
si los hubieran. Luego ordenará la actuación de los medios probatorios ofrecidos
referentes a las cuestiones probatorias, de haberlas. Al final de la audiencia (de
saneamiento procesal y conciliación), el Juez comunicará a las partes el día, la
hora y el lugar para la realización de la audiencia de pruebas. (Ar18. 493 -inc.
3)- Y 471 del C.P.C.).

La audiencia de pruebas se llevará a cabo dentro de los veinte días siguientes a


la realización de la audiencia de saneamiento y conciliación (siempre que
-reiteramos- se haya declarado la existencia de una relación jurídica procesal
válida y no se haya producido la conciliación entre los justiciables). Así lo
establece el art. 491 -inc. 9)- del C.P.C.

Las audiencias especial y complementaria, si fuera el caso, se realizarán dentro


de los cinco días de efectuada la audiencia de pruebas. (Art. 491 -inc. 10)- del
C.P.C.).

Se expedirá sentencia (que declarará, de ser estimatoria, la disolución del


comité) dentro de los veinticinco días de culminada la audiencia de pruebas o las
audiencias especial y complementaria, si éstas se hubieren realizado. (Art. 491
-inc. 11)del C.P. C.).

Los litigantes tendrán un plazo máximo de cinco días para apelar la sentencia,
apelación que tendrá efecto suspensivo (así como también lo tendrá la apelación
de: la resolución que declara improcedente la demanda, la resolución que declara
la invalidez de la relación procesal con carácter insubsanable, y la resolución que
declara fundada una excepción o defensa previa). Ello de conformidad con lo
dispuesto en los ar18. 491 -inc. 12)- y 494 -parte inicial- del C.P.C.

Como también se ha podido apreciar precedentemente, la desaprobación de las


cuentas del comité es un asunto que se tramita en vía de proceso de
conocimiento (art. 122 del C.C.) cuya tramitación es descrita seguidamente:

Presentada la demanda, el demandado tiene treinta días para contestarla. (Art.


478 -inc. 5)- del C.P.C.).
Dentro de los diez días siguientes a la contestación de la demanda o en rebeldía
del demandado debe producirse el auto de saneamiento procesal (siempre que
exista una relación procesal válida). Ello se infiere de los artículos 478 -inc. 8)- Y
465 del C.P. e.
Saneado el proceso, la audiencia conciliatoria se realiza dentro de los veinte días
posteriores al auto de saneamiento. (Art. 478 -inc. 9)- del C.P.C.).

La audiencia de pruebas tiene lugar antes de los 50 días de llevada a cabo la


audiencia conciliatoria. (Art. 478 -inc. 10)- del C.P.C.).
La sentencia se expide dentro de los 50 días posteriores a la audiencia de
pruebas. (Art. 478 -inc. 12)- del C.P.C.).
Finalmente, es posible apelar la sentencia dentro del plazo de 10 días de su
notificación. (Art. 478 -inc. 13)- del C.P.C.).

Como es obvio, cabe la posibilidad de que en el aludido proceso de Conocimiento


se planteen cuestiones probatorias (tachas y oposiciones); se formulen
excepciones y defensas previas; haya reconvención; y se ofrezcan otros medios
probatorios al invocarse hechos nuevos en la demanda o reconvención. Los
plazos, tanto de las actuaciones procesales indicadas y de -las respectivas
absoluciones de traslado, así como de las audiencias especial y complementaria
de la audiencia de pruebas, están señalados de manera expresa en el artículo
478 del Código Procesal Civil.

7. NORMATIVIDAD APLICABLE SUPLETORIAMENTE AL COMITE

Tal como se infiere del artículo 123 del Código Civil, además de los arts. 111 al
123 de dicho cuerpo de leyes, que regulan al comité, esta persona jurídica se
rige en forma supletoria por los artículos 81 a 98 del Código Civil, en cuanto le
fueren aplicables. Los indicados preceptos legales conforman el Título II
(<<Asociación") de la Sección Segunda (<<Personas jurídicas") del Libro 1
(<<Derecho de las Personas") del Código Civil, Título que norma la asociación
debidamente constituida, y fueron vistos a lo largo del Capítulo II de la presente
obra; sin embargo, con el objeto de apreciarlos en su conjunto, procedemos a
citarlos a continuación:

"El estatuto debe constar por escritura pública, salvo disposición distinta de la
ley.

Si la asociación es religiosa, su régimen interno se regula de acuerdo con el


estatuto aprobado por la correspondiente autoridad eclesiástica". (Art. 81 del
C.C.).

"El estatuto de la asociación debe expresar:

1.- La denominación, duración y domicilio.


2.- Los fines.
3.- Los bienes que integran el patrimonio social.
4.- La constitución y funcionamiento de la asamblea general de asociados,
consejo directivo y demás órganos de la asociación.
5.- Las condiciones para la admisión, renuncia y exclusión de sus miembros.
6.- Los derechos y deberes de los asociados.
7.- Los requisitos para su modificación.
8.- Las normas para la disolución y liquidación de la asociación y las relativas al
destino final de sus bienes.
9.- Los demás pactos y condiciones que se establezcan". (Art. 82
del C.C.).

"Toda asociación debe tener un libro de registro actualizado en que consten el


nombre, actividad, domicilio y fecha de admisión de cada uno de sus miembros,
con indicación de los que ejerzan cargos de administración o representación.
La asociación debe contar, asimismo, con libros de actas de las sesiones de
asamblea general y de consejo directivo en los que constarán los acuerdos
adoptados.
Los libros a que se refiere el presente artículo se llevan con las formalidades de
ley, bajo responsabilidad del presidente del consejo directivo de la asociación y
de conformidad con los requisitos que fije el estatuto". (Art. 83 del C.C.).
"La asamblea general es el órgano supremo de la asociación". (Art. 84 del C.C.).
"La asamblea general es convocada por el presidente del consejo directivo de la
asociación, en los casos previstos en el estatuto, cuando lo acuerde dicho
consejo directivo o cuando lo soliciten no menos de la décima parte de los
asociados.
Si la solicitud de éstos no es atendida dentro de los quince días de haber sido
presentada, o es denegada, la convocatoria es hecha por el juez de primera
instancia del domicilio de la asociación, a solicitud de los mismos asociados.
La solicitud se tramita como proceso sumarísimo.

El juez, si ampara la solicitud, ordena se haga la convocatoria de acuerdo al


estatuto, señalando el lugar, día, hora de la reunión, su objeto, quien la presidirá
y el notario que de fe de los acuerdos". (Art. 85 del C.C.).
"La asamblea general elige a las personas que integran el consejo directivo,
aprueba las cuentas y balances, resuelve sobre la modificación del estatuto, la
disolución de la asociación y los demás asuntos que no sean competencia de
otros órganos". (Art 86 del C.C.).

"Para la validez de las reuniones de asamblea general se requiere, en primera


convocatoria, la concurrencia de más de la mitad de los asociados. En segunda
convocatoria, basta la presencia de cualquier número de asociados. Los acuerdos
se adoptan con el voto de más de la mitad de los miembros concurrentes.

Para modificar el estatuto o para disolver la asociación se requiere, en primera


convocatoria, la asistencia de más de la mitad de los asociados. Los acuerdos se
adoptan con el voto de más de la mitad de los miembros concurrentes. En
segunda convocatoria, los acuerdos se adoptan con los asociados que asistan y
que representen no menos de la décima parte.

Los asociados pueden ser representados en asamblea general, por otra persona.
El estatuto puede disponer que el representante sea otro asociado.

La representación se otorga por escritura pública. También puede conferirse por


otro medio escrito y sólo con carácter especial para cada asamblea". (Art. 87 del
C.C.).

"Ningún asociado tiene derecho por sí mismo a más de un voto". (Art. 88 del
C.C.).

"La calidad de asociado es inherente a la persona y no es trasmisible, salvo que


lo permita el estatuto". (Art. 89 del C.C.).
"La renuncia de los asociados debe ser formulada por escrito". (Art. 90 del C.C.).

"Los asociados renunciantes, los excluidos y los sucesores de los asociados


muertos quedan obligados al pago de las cuotas que hayan dejado de abonar, no
pudiendo exigir el reembolso de sus aportaciones". (Art. 91 del C.C.).

"Todo asociado tiene derecho a impugnar judicialmente los acuerdos que violen
las disposiciones legales o estatutarias.

Las acciones impugnatorias deben ejercitarse en un plazo no mayor de sesenta


días contados a partir de la fecha del acuerdo. Pueden ser interpuestas por los
asistentes si hubieran dejado constancia en acta de su oposición al acuerdo, por
los asociados concurrentes y por los que hayan sido privados ilegítimamente de
emitir su voto.

Si el acuerdo es inscribible en el registro, la impugnación puede formularse


dentro de los treinta días siguientes a la fecha en que la inscripción tuvo lugar.

Cualquier asociado puede intervenir en el juicio, a su costa para defender la


validez del acuerdo.

La impugnación se demanda ante el Juez Civil del domicilio de la asociación y se


tramita como proceso abreviado". (Art. 92 del C.C.).

"Los asociados que desempeñen cargos directivos son


responsables ante la asociación conforme a las reglas de la representación,
excepto aquellos que no hayan participado del acto causante del daño o que
dejen constancia de su oposición". (Art. 93 del C.C.).

"La asociación se disuelve de pleno derecho cuando no. pueda funcionar según
su estatuto". (Art. 94 del C.C.).

"La Asociación se disuelve por liquidación, según lo acordado por su respectiva


Junta de Acreedores de conformidad con la ley de la materia.

En caso de pérdidas acumuladas, deducidas las reservas superiores al tercio del


capital social pagado, el Consejo Directivo debe solicitar el inicio del
Procedimiento Concursal Ordinario de la asociación, conforme a la ley de la
materia y bajo responsabilidad ante los acreedores por los daños y perjuicios que
resultaren por la omisión". (Art. 95 del C.C.),

"El Ministerio Público puede solicitar judicialmente la disolución de la asociación


cuyas actividades o fines sean o resulten contrarios al orden público o a las
buenas costumbres,

La demanda se tramita como proceso abreviado, considerando como parte


demandada a la asociación. Cualquier asociado está legitimado para intervenir en
el proceso. La sentencia no apelada se eleva en consulta a la Corte Superior.

En cualquier estado del proceso puede el Juez dictar medidas cautelares


suspendiendo total o parcialmente las actividades de la asociación, 6 designando
un interventor de las mismas". (Art. 96 .del C.C.).- .
"De no haberse previsto en el estatuto de la asociación normas para el caso en
que no pueda seguir funcionando o para su disolución, se procede de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 599, inciso 2 [del C.C., referido a la
institución de una curatela de bienes!". (Art. 97 del C.C.).

"Disuelta la asociación y concluida la liquidación, el haber neto resultante es


entregado a las personas designadas en el estatuto, con exclusión de los
asociados. De no ser posible, la Sala Civil de la Corte Superior respectiva ordena
su aplicación a fines análogos en interés de la comunidad, dándose preferencia a
la provincia donde tuvo su sede la asociación". (Art. 98 del C.C.).

8. COMITES NO INSCRITOS

El Código Civil regula al comité no inscrito en el Título III (<<Comité") de la


Sección Tercera (<<Asociación, fundación y comité no inscritos") del Libro I
(<<Derecho de las Personas"), en los arts. 130 al 133.

En la Exposición de Motivos del mencionado Código sustantivo se señala que "el


comité no inscrito, en cuanto sujeto de derecho, desde una perspectiva
sociológica y valorativa es similar a aquél que por haber cumplido con el requisito
formal de su inscripción adquiere la categoría de persona jurídica. Participa de
las mismas notas que caracterizan a éste último. Se constituye por la libre
iniciativa de una pluralidad de personas que se organizan para recaudar aportes
del público destinados a la realización de una finalidad altruista" (CODIGO CIVIL,
EXPOSICION DE MOTIVOS, 1988, Volumen IV; 255-256).

8.1 Regulación y representación del comité de hecho

De conformidad con lo dispuesto en el artículo 130 -primer párrafo del Código


Civil, el comité que no se haya constituido mediante instrumento inscrito
(entiéndase comité de hecho) se rige por los acuerdos de sus miembros,
aplicándose las reglas establecidas en los artículos 111 a 123 del citado cuerpo
de leyes, en lo que sean pertinentes. Los referidos numerales versan sobre el
comité debidamente inscrito (integrando el Título IV de la Sección Segunda del
Libro I del C.C.) y fueron vistos a lo largo del presente Capítulo de la obra, por
10 que nos remitimos a lo señalado en los diferentes puntos que conforman este
Capítulo.
En la final del artículo 130 del Código Civil se precisa que el comité puede
comparecer en juicio representado por el presidente del consejo directivo o por
quien haga sus veces.

8.2 Responsabilidad de los organizadores y gestores de los aportes en el


comité de hecho

Quienes aparezcan como organizadores del comité de hecho (comité no inscrito)


y quienes asuman la gestión de los aportes recaudados, son responsables
solidariamente de su conservación, de su aplicación a la finalidad anunciada y de
las obligaciones contraídas. Así lo establece claramente el artículo 131 del Código
Civil.
8.3 Supervisión del comité de hecho

Corresponde al Ministerio Público supervisar o vigilar, de oficio o a instancia de


parte, que los aportes recaudados se conserven debidamente y se apliquen a la
finalidad anunciada del comité de hecho (comité no inscrito). Ello se desprende
del artículo 133 del Código Civil.

8.4 Disolución del comité de hecho

Conforme lo prescribe el artículo 132 del Código Civil, cumplida la finalidad


propuesta, o si ella no se hubiera podido alcanzar, el Ministerio Público se
encuentra facultado para solicitar, de oficio o a instancia de parte, la disolución
del comité de hecho (comité no inscrito) y la rendición judicial de cuentas,
proponiendo la afectación del haber neto resultante a fines análogos.

En la Exposición de Motivos, respecto del citado artículo 132 de dicho cuerpo de


leyes, se señala lo siguiente:

"El comité, por administrar e invertir aportes del público en general, está sujeto
al control y vigilancia del órgano que representa el interés de la sociedad. Es por
ello que compete al Ministerio Público, en ejercicio de tal representación, la
supervigilancia de las actividades del comité, tanto en el caso que adquiera
personalidad jurídica como en el presente en el cual actúa dotado de subjetividad
pero sin el privilegio de la responsabilidad patrimonial limitada que el
ordenamiento jurídico concede a la persona jurídica en tanto centro unitario de
referencia normativa. El presente artículo, en aplicación de esta medida, confiere
al Ministerio Público la facultad de solicitar judicialmente, de oficio o a instancia
de parte, la disolución del comité ya sea que se alcance la finalidad anunciada o
en aquel otro en que, por cualquier causa, ello no haya sido posible. En cuanto a
esta última hipótesis puede ocurrir, en efecto, que los aportes recaudados
resulten insuficientes para culminar el propósito altruista del comité o que
acciones violatorias de la ley o del estatuto impidan su normal actividad. En
cualquier circunstancia los integrantes del consejo directivo del comité están
obligados a rendir cuentas a fin de demostrar públicamente el correcto manejo e
inversión de los aportes recaudados (...).

El artículo bajo comentario no sólo garantiza la correcta conservación y


aplicación de los aportes del público a la finalidad anunciada por los promotores
del comité, sino que determina también el destino final del haber neto resultante
luego de practicada su liquidación, tanto en el caso de haber sido disuelto al
alcanzar la finalidad altruista propuesta como en aquél en que dicho objetivo no
se hubiera podido lograr. En esta eventualidad el Código prescribe que el
Ministerio Público debe proponer al juez de primera instancia de la sede del
comité la aplicación del haber neto resultante a fines análogos a los del comité
disuelto" (CODIGO CIVIL, EXPOSICION DE MOTIVOS, 1988, Volumen IV: 259-
260).

CAPITULO V: RESPONSABILIDAD DE LAS PERSONAS JURIDICAS


La responsabilidad jurídica, en principio, presupone un comportamiento
antijurídico, que contravenga algún deber impuesto en una determinada norma.

Ahora bien, tratándose de las personas jurídicas o ideales, éstas responden por
los actos que realicen las personas físicas que integran sus órganos directivos,
que son reputados como representantes legales de las referidas personas
jurídicas, siempre y cuando tales actos se enmarquen dentro de las facultades
conferidas en las respectivas normas estatutarias que regulan a la persona
jurídica y su funcionamiento o en los correspondientes poderes que se otorguen.
De lo expuesto se colige que las personas jurídicas no son responsables de los
actos que efectúen sus representantes y que resulten ajenos a los términos
expresados en el poder otorgado.

Es de resaltar que si bien las personas jurídicas son responsables tan sólo de los
actos que realizan sus representantes legales en cumplimiento de las facultades
otorgadas, dicha regla admite como excepción que, si como resultado del
referido actuar que excede el marco del poder conferido la persona jurídica
obtiene algún beneficio patrimonial, entonces sí es responsable la persona
jurídica, porque lo contrario sería convalidar indebidamente el enriquecimiento
sin causa.

Como se ha podido apreciar, las personas jurídicas incurren en responsabilidad


por los actos jurídicos que realicen las personas que las conforman y
representan, siempre que tales actos no extralimiten las facultades conferidas en
el poder correspondiente, vale decir, las personas jurídicas responden por los
daños y perjuicios que ocasionen las personas físicas que las integran, que hayan
sido realizados en ejercicio de sus funciones. Igualmente serán responsables las
personas jurídicas por los daños que ocasionen sus dependientes o empleados
(responsabilidad vicaria) o las cosas de propiedad de la persona jurídica.

En cuanto a la responsabilidad contractual o por inejecución de obligaciones de la


persona jurídica (y de las personas en general), habrá que estar a lo dispuesto
en el Título IX (<<Inejecución del Código Civil") de la Sección Segunda
(<<Efectos de las .Obligaciones") del Libro VI (<<Las Obligaciones") del Código
Civil, debiéndose tener presente, especialmente, lo dispuesto en el artículo 1321
del indicado cuerpo de leyes, conforme al cual:

"Queda sujeto a la indemnización de daños y perjuicios quien no ejecuta sus


obligaciones por dolo, culpa inexcusable o culpa leve.

El resarcimiento por la inejecución de la obligación o por su cumplimiento parcial,


tardío o defectuoso, comprende tanto el daño emergente como el lucro cesante,
en cuanto sean consecuencia inmediata y directa de tal inejecución.

Si la inejecución o el cumplimiento parcial, tardío o defectuoso de la obligación,


obedecieran a culpa leve, el resarcimiento se limita al daño que podía preverse al
tiempo en que ella fue contraída".

En lo que concierne a la responsabilidad extracontractual de la persona jurídica,


cabe señalar que la regla general es que aquélla no es responsable directamente
sino, al contrario, de manera indirecta. El fundamento de la referida
responsabilidad indirecta no radica en una presunta culpa in eligiendo o in
vigilando de la persona jurídica o ideal en relación a las personas físicas que la
J:epresentan, pues el obrar negligente de la persona jurídica en la elección d,~
sus órganos representativos o en su vigilancia no significa sino la negligencia de
determinadas personas físicas (que integran la persona jurídica) en el desarrollo
de sus actividades debidamente autorizadas en los poderes correspondientes.
Atendiendo a lo expuesto es que se dice que la responsabilidad de la persona
jurídica tiene una connotación objetiva, en vista que dicha responsabilidad deriva
del riesgo originado por la persona jurídica debido a sus actividades, por lo que
se explica que todo aquel que genera algún riesgo con motivo de su desempeño
institucional tiene que asumir las consecuencias correspondientes. No obstante lo
expresado, cabe indicar que si la persona física que representa a la persona
jurídica se ha desempeñado en el marco del poder conferido o de la función
encomendada, la persona jurídica incurre en responsabilidad directa; por el
contrario, si la persona física que representa a la persona jurídica ha desarrollado
su actividad extralimitándose del poder conferido, vale decir, ha efectuado actos
ajenos a sus funciones, entonces, se da una responsabilidad indirecta de la
persona jurídica y una responsabilidad directa del representante, de tipo
solidaria. Al respecto, debe tenerse presente lo dispuesto en el artículo 1981 del
Código Civil, conforme al cual:

"Aquel que tenga a otro bajo sus órdenes responde por el daño causado por este
último, si ese daño se realizó en el ejercicio del cargo o en cumplimiento del
servicio respectivo. El autor directo y el autor indirecto están sujetos a
responsabilidad solidaria".

No podemos dejar de mencionar que, de conformidad con lo señalado en el


último párrafo del artículo 77 del Código Civil, si la persona jurídica no se
constituye o no se ratifican los actos realizados en nombre de ella (requisito
indispensable para la eficacia de los actos celebrados en nombre de la persona
jurídica: art. 77 -segundo párrafo- del C.C.), quienes los hubieran celebrado son
ilimitada y solidariamente responsables frente a terceros.

Finalmente, debe tenerse presente que, según se desprende del artículo 78 del
Código Civil (según el cual la persona jurídica tiene existencia distinta de sus
miembros y ninguno de éstos ni todos ellos tienen derecho al patrimonio de ella
ni están obligados a satisfacer sus deudas), existirá, tratándose de la persona
jurídica, una responsabilidad limitada, en la medida que para cualquier clase de
obligación, incluyendo la de indemnizar daños y perjuicios contractual o
extracontractualmente, la persona jurídica no responde sino hasta el límite de su
patrimonio, siendo irrelevante si el valor de los daños y perjuicios es mayor al
patrimonio de la persona jurídica.

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