El Rol Del Estado y Debates Lineales
El Rol Del Estado y Debates Lineales
contribuciones al debate
contribuciones al debate
Neo-institucionalismo y transformación democrática del Estado
André Roth Deubel
Paradigmas en disputa: los aportes del neo-institucionalismo al análisis de políticas públicas
Guillaume Fontaine
Los contenidos del libro se pueden citar y reproducir, siempre que sea sin fines comerciales,
y con la condición de reconocer los créditos correspondientes refiriendo la fuente bibliográfica.
Neo-institucionalismo
y transformación
democrática del Estado
Introducción
La teoría institucionalista y la ciencia política tienen historias
fuertemente relacionadas. El Estado y sus instituciones se han
encontrado en el centro de sus reflexiones.
2 Situación caracterizada por Lowi (1964) como “triángulo de hierro”. Para América Latina,
se incluyó a un cuarto actor, las fuerzas militares.
El rol del Estado y su institucionalidad 19
3 El desarrollo de la teoría de las redes da cuenta de las numerosas estructuras más o menos
formales de interacción que se construyen en la intersección de los individuos, grupos
de interés e instituciones estatales para incidir en los comportamientos y decisiones.
La existencia de las redes deja ver el orden político y social fragmentado y competitivo
(Massardier, 2008:132). Existen numerosas tipologías de las redes, generalmente
basadas en función del grado de apertura o de cierre, de su estabilidad o inestabilidad,
por su carácter monotemático o pluritemático. De modo que los autores distinguen, por
ejemplo, a partir del modelo clásico de los años 1960 y 1970 del “triángulo de hierro”,
las redes temáticas (Rhodes y Marsh), las comunidades de políticas públicas (Sabatier),
las comunidades epistémicas (Haas) (ver Massardier, 2008:132-137). Para algunos, las
redes pueden ser consideradas también como instituciones (Thatcher en Boussaguet et
al., 2010: 569-575).
20 El rol del Estado: contribuciones al debate
Enfoques neo-institucionalistas
Introducción
El neo-institucionalismo es un movimiento de origen pluridisciplinar
que se conjuga en distintas vertientes o variantes; Peters (2003:
36-39) considera seis: institucionalismo normativo, de elección
racional, histórico, empírico, internacional, y social. Con relación
a la ciencia política, March y Olsen propusieron crear un nuevo
institucionalismo que pusiera ya no al individuo, sino a “la acción
colectiva al centro del análisis” convirtiendo a ésta en el “enfoque
fundamental para entender la vida política” (Peters, 2003: 35). Con
22 El rol del Estado: contribuciones al debate
7 Se retoma aquí con ciertas adaptaciones párrafos publicados en Roth (2014: 95-103)
26 El rol del Estado: contribuciones al debate
8 Los costos de transacción se definen como “los recursos necesarios para medir tanto
los atributos físicos como legales de los bienes que se están cambiando, los costos de
vigilar, patrullar y hacer cumplir los acuerdos y la incertidumbre que refleja el grado de
imperfección en la medición y cumplimiento de los términos de intercambio (North, 1990:
33, citado en Kalmanovitz, 2001: 37). Se incluyen también los “costos de búsqueda e
información, costos de arreglos y decisiones, costos de acción de vigilancia y policía”
(Coase, 1994: 13, citado en Kalmanovitz, 2001: 37).
El rol del Estado y su institucionalidad 27
Figura N.º 1
Marco Institutional Analysis and Development (IAD)
Variables exógenas
Condiciones
biofísicas/ Arena de acción
materiales
Situaciones Interacciones
Atributos de de acción
la comunidad
Criterios
de evaluación
Participantes
Reglas
(rules)
Resultados
(outcomes)
El neo-institucionalismo histórico
El enfoque histórico del neo-institucionalismo se centra
principalmente en la necesidad de aprehender al Estado en una
perspectiva de largo plazo y de manera comparativa situándolo en
el centro del análisis. Los investigadores que se inscriben en esta
corriente buscan conceptualizar la relación entre las instituciones y
el comportamiento individual en términos relativamente generales
14 Sus últimos trabajos se dedicaron a analizar la especificidad del saber como un bien
común (bienes no rivales) (Hess, Ostrom, 2007).
15 Para una ilustración de la metodología usada por Ostrom, basada en la economía
experimental o comportamental, ver Cárdenas (2009).
El rol del Estado y su institucionalidad 33
16 En este punto, el neo-institucionalismo de tipo histórico, así como sociológico, difiere del
neo-institucionalismo de elección racional que considera que “las instituciones se forman
partiendo de una tabula rasa” (Peters, 2003: 76).
34 El rol del Estado: contribuciones al debate
El neo-institucionalismo sociológico
La vertiente sociológica del neo-institucionalismo se inserta más
precisamente en una renovación de las orientaciones y conclusiones
de la sociología de las organizaciones. Contrariamente a esta última,
el neo-institucionalismo sociológico postula que la mayoría de las
formas y procedimientos pueden ser entendidos como prácticas
particulares de origen cultural parecidas a los mitos y ceremonias
inventadas en numerosas sociedades (Powell y DiMaggio, 1999:
34-75). De esta forma, el análisis de las organizaciones debe integrar
el estudio de las variables culturales en la aprehensión de las
condiciones de formación y de funcionamiento de las organizaciones.
Desde esta perspectiva ampliada, se desprende que las culturas
son instituciones, lo que incita al análisis de elementos cognitivos,
entendidos como instituciones culturales, que pesan sobre los
comportamientos individuales y que determinan la legitimidad
de las organizaciones (Muller, Surel, 1998: 46). Asímismo, estos
El rol del Estado y su institucionalidad 35
El neo-institucionalismo discursivo
Recientemente, autores como Schmidt (2008) y Schmidt y Crespy
(en Boussaguet et al., 2010) han considerado pertinente identificar
una cuarta vertiente del neo-institucionalismo acuñada como
“discursiva”. Con ella, se pretende poner en evidencia el papel
específico que tendrían las ideas y las interacciones discursivas
en la explicación de los procesos políticos, en particular, de las
políticas públicas. Si bien estos elementos ya se encuentran de un
cierto modo abordados en el neo-institucionalismo, en específico
en sus vertientes históricas y sociológicas17, con la autonomización
de estos elementos de tipo discursivo y su etiquetaje como
institución, se pretende enfatizar la “fuerza [de los discursos] por sí
mismos” (Roe, 1994) en la construcción de reglas institucionales.
La influencia creciente en las ciencias sociales contemporáneas del
Síntesis y conclusión
En su conjunto, el neo-institucionalismo ofrece una perspectiva
renovada del entendimiento del papel y de las consecuencias
de las normas formales e informales (las instituciones) sobre el
comportamiento humano individual y colectivo, así como sobre
el proceso de formación de estas mismas normas. La diversidad
de los enfoques neo-institucionales que se deriva de un abordaje
epistemológico y teórico diferente dependiendo de la disciplina de
origen, como indica el resumen sinóptico de la Tabla N.° 1, permite
intuir la complejidad de la tarea de explicar los procesos sociales y
políticos. De lo anterior, se infiere que la comprensión de la acción
humana pasa por la toma en consideración de una variedad de
factores institucionales. Estos se expresan, en parte a través de
determinantes culturales e históricos, en parte por la capacidad
limitada de los actores de actuar en base a un cálculo racional
o estratégico enmarcado por reglas institucionales, y también
parcialmente por ideas, creencias y narrativas que actúan como un
marco cognitivo y normativo, las cuales son a su vez condicionadas
por las mismas interacciones que estructuran la deliberación.
38 El rol del Estado: contribuciones al debate
Fuente: Para las vertientes económicas, históricas y sociológicas, Knoepfel (2006: 103) , traducción propia. Vertiente discursiva, realización propia a partir de Schmidt y
Crespy en Boussaguet et al. (2010:350-359).
40 El rol del Estado: contribuciones al debate
19 Un ejemplo trágico de esto podría ser el caso de los llamados “falsos positivos” en
Colombia. Los incentivos ofrecidos a los militares (vacaciones, primas) por sus “positivos”
(guerrilleros dados de baja) en la guerra contra los alzados en armas, provocó el asesinato
de centenares de campesinos que unos militares disfrazaban de guerrilleros para así
cumplir con los objetivos cuantitativos de la política.
El rol del Estado y su institucionalidad 41
El neo-institucionalismo
y las transformaciones sociales
El neo-institucionalismo ofrece una fuente importante de reflexión
tanto para la comprensión de las conductas individuales y
colectivas como para pensar las condiciones y procesos que
presiden a las transformaciones sociales. Por eso, resulta sugestivo
intentar trazar algunas pistas que, hipotéticamente, permitirían
democratizar la sociedad y las instituciones, en particular la
institución estatal, en América Latina. El neo-institucionalismo, en
su conjunto, postula que son diversos los factores determinantes
de la conducta humana y sus consecuencias. De allí que parece
razonable tener en cuenta una variedad de factores tanto racionales,
cognitivos y discursivos, entendidos como instituciones, para
explicar las conductas humanas y sus consecuencias sociales.
Por lo tanto, los formuladores de políticas, en su labor de diseño,
transformación y creación de diversos dispositivos institucionales
públicos (reglas, normas, políticas, etc.), deberían fundamentarse
no solamente sobre una presunta racionalidad instrumental de
20 Para ejemplificar esta información, ver Banco Interamericano de Desarrollo (BID), 2006.
42 El rol del Estado: contribuciones al debate
El neo-institucionalismo económico
y la transformación institucional
La influencia de la vertiente económica del neo-institucionalismo
ha sido muy importante en el proceso de transformación de los
Estados latinoamericanos a partir de la década de los noventa. La
casi simultaneidad de la crisis de la deuda en América Latina (años
80), la prolongada crisis de los estados de bienestar europeos
(desde mediados de 1970), la creciente transnacionalización de
las economías y empresas, la implosión de la Unión Soviética
(1989-1991) y el fin de las dictaduras militares y su sustitución
por regímenes representativos liberales en América Latina ha
dado un impulso importante, aún ampliado por los efectos de la
globalización de los medios de comunicación, a la difusión de las
ideas neo-institucionalistas que se confundieron ampliamente con
las tesis neo-liberales e, incluso, con la idea de democracia.
26 El BID (2006) incluye en su enfoque metodológico a los partidos políticos, las legislaturas,
los presidentes, el gabinete, la burocracia, los gobiernos subnacionales, el poder Judicial y
actores de la sociedad civil, y sus interacciones, como factores formales e informales que
inciden en el proceso de formación de las políticas públicas y sus resultados.
46 El rol del Estado: contribuciones al debate
Así, desde el final de los años 1980 una nueva generación de políticos,
expertos y tecnócratas formados al breviario neo-institucional
económico conquistaron las riendas del Estado convencidos de la
posibilidad de efectuar una nueva revolución por el Estado27. Las
divergencias en cuanto al lugar y a la importancia del mercado en
relación al Estado como instancia de regulación económica y social
no es suficiente para ocultar la tradicional fetichización o reificación
del Estado y de la norma positiva para transformar la sociedad.
Se tiende a intentar transformar a la sociedad sin que ésta sea
considerada como actora central de la transformación, sino como
un conglomerado de actores maleables. Esa tradición centrada
en el Estado tiende a hacer caso omiso de las consecuencias
históricas y sociológicas generadas por una tradición política e
institucional marcada por un Estado formalmente democrático pero
separado de la sociedad, resultante de una construcción histórica
elitista, sin participación social y política incluyente, y mediada por
las relaciones clientelistas y de patronazgo.
27 Se retoma aquí el título del libro de Mercier Vega (1978) con el cual este autor calificaba
la ambición de la nueva clase dirigente latinoamericana en relación al modelo del Estado
desarrollista de los años 60-70.
48 El rol del Estado: contribuciones al debate
El neo-institucionalismo discursivo
y la transformación institucional
El neo-institucionalismo discursivo resalta el papel transformador
de los discursos sobre el comportamiento de las instituciones, así
como éstas estructuran o enmarcan la producción de discursos.
En este sentido, se puede anotar la importancia que tomaron para
la ciudadanía latinoamericana los valores de la democracia, de los
derechos humanos y de la participación política (y las ideas que se
hacen de ellos) en la narrativa de las transformaciones institucionales
iniciadas en los años de 1990. El giro democrático de los regímenes
políticos latinoamericanos se incrustó en la narrativa política
para transformarse en un verdadero imperativo para cualquier
proceso político (Blondiaux y Sintomer, 2002). La ampliación de
las instituciones democráticas mediante la llamada democracia
participativa y/o deliberativa como complemento a la democracia
representativa fue vista como un camino alternativo y directo para
el acceso al sistema político por muchos actores sociales, y como
una fuente de legitimación por los políticos. Nuevas instituciones
participativas y de consulta, como el presupuesto participativo
y la consulta previa para pueblos indígenas, abrieron paso en
la mayoría de los países latinoamericanos a una participación
política de nuevos actores expresando nuevas reivindicaciones y
exigencias sociales. La constitución de estos y otros escenarios
nuevos de participación favorece una interacción social inédita
entre políticos, funcionarios públicos y ciudadanía. Grupos sociales
antes excluidos, marginados o invisibilizados tienen por allí
oportunidades de tomar la palabra y ser escuchados. Este acceso
a la vida pública significa ya un reconocimiento y un paso hacia la
inclusión. Por eso, pueden favorecer una producción de discursos
nuevos, potencialmente transformadora de las instituciones.
50 El rol del Estado: contribuciones al debate
28 Al respecto, se puede leer con provecho las experiencias de deliberación pública realizadas
en Uruguay (Lázaro et al., 2013) bajo el nombre de Juicio ciudadano, así como el sustento
teórico de la inclusión de la ciudadanía en las deliberaciones públicas en Fischer (2003;
2009).
54 El rol del Estado: contribuciones al debate
Bibliografía
Aguilar Villanueva, Luis F. (2013). El gobierno del gobierno, INAP,
México
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Hall Peter, Taylor, Rosemary (1996). “Political Science and the Three
New Institutionalism”, en Political Studies, XLIV, pp. 936-957
Guillaume Fontaine*
Resumen
Con la crisis del modelo secuencial, abierta en la década de 1980,
se han multiplicado los enfoques teóricos de análisis de políticas
públicas. En la actualidad, tres paradigmas dominan el campo de
estudio: el conductista, el cognitivista y el neo-institucionalista. Este
texto presenta los avances conceptuales y metodológicos del neo-
institucionalismo, que analizan las políticas públicas como variables
dependientes. Nos preocupamos por la manera en la cual estas tesis
analizan el rol del Estado en las políticas públicas. Nos preguntamos,
en qué medida y por qué el neo-institucionalismo es susceptible de
sustituir al paradigma conductista, dominante hasta mediados de los
años de 1980, para explicar la importancia de las instituciones en el
proceso político. Estudiamos, en particular, el aporte más reciente de
la teoría de la elección racional al análisis de políticas públicas y en
Introducción
Para empezar, quisiera llamar la atención sobre el problema que
tenemos algunos al utilizar la noción de neo-institucionalismo.
En particular en ciencia política, se observa mucho en los textos
y en las investigaciones que reclaman del neo-institucionalismo
una especie de formalismo, en particular en el método, que
se asimila mucho al formalismo de la econometría o de los
estudios de micro-economía. Entonces es muy común oír que los
neo-institucionalistas en ciencia política son positivistas, para
empezar, y calificar los estudios de “cuantitativistas”.
Para ser más explícito, en los años 1970, en los países de la OCDE
estamos todavía pensando en dos cosas: la una es que el crecimiento
económico es infinito y, desde luego, se trata de reanudar con él,
con eso salimos de la crisis; la segunda es que los Estados son
soberanos y todavía las políticas económicas se deciden dentro
de las fronteras nacionales, cuando esto en realidad ya estalló, en
particular con el doble choque petrolero, y va a ser cada vez menos
real con la desregulación de los mercados financieros, desde inicios
de los años 1980. Este último punto ilustra lo que decía hace un
rato sobre la relación entre el cambio institucional y la estabilidad
de las rutinas o de las relaciones sociales. Se vuelve a la vez una
consecuencia y un factor agravante de la desregulación, porque
el discurso monetarista plantea la necesidad de desregular los
mercados financieros, es decir, es en ese momento, entre 1979 y
1981, que se impone la idea según la cual la resolución de la crisis
económica pasa por el desmembramiento del Estado de bienestar
social.
Hay dos cosas más en este proceso. Hay la acción que consiste
en comparar los bienes de la oferta. Hoy con Internet, tenemos
acceso instantáneamente a muchos proveedores de este bien.Ya
no es como antes, cuando teníamos que esperar una cotización;
podemos comparar el precio de un bien en varios países pero esta
operación sigue teniendo un costo. Entre paréntesis podemos
preguntarnos cuál es el costo de este proceso para la sociedad,
cuando realizamos esta búsqueda por Internet en nuestra oficina,
en vez de trabajar, preparando un viaje de vacaciones, comparando
la ropa para nuestros hijos, etc. Por último, un costo adicional a la
transacción viene del cumplimiento de esta última. Este costo lo
encarna, por ejemplo, la garantía de calidad del producto. El costo
de cumplimiento atañe también a la realización de un contrato de
compra-venta, la entrega a tiempo o si la entrega es diferida. Estos
ejemplos algo triviales se entienden en una economía compleja,
donde el intercambio dejó de ser directo y es mediado por terceros.
Es ahí donde las cosas se vuelven interesantes para estudiar el
aporte de la nueva economía institucional a la comprensión de las
políticas públicas.
Al revés, vemos con Ostrom que los actores fijan o aceptan cumplir
con reglas, porque sino, no hay juego. Para cada participante
de un juego, las reglas son exógenas y son negociables, son
instituciones. Esto resume buena parte de la discusión económica
sobre el neo-institucionalismo. Las instituciones, desde el
neo-institucionalismo de la elección racional, son modelos de equilibrio
negociados para facilitar la acción. Excluimos en este sentido las
instituciones que resultan de contingencias históricas, que son las
que interesan al neo-institucionalismo histórico. Hay una trayectoria
institucional. Comentaba en otra parte que los sistemas electorales o
los regímenes políticos resultan de una adecuación paulatina -salvo en
momentos particulares donde se da una ruptura- de una adaptación
a contextos locales, culturales, históricos. Estas instituciones van a
orientar el curso de la vida social, económica y política de estos países.
Ahora, desde la perspectiva económica, sigue siendo dominante la
preocupación por las conductas, pero uno observa que ellas no son
libres, no son desreguladas y sobre todo no se rigen por los intereses;
en el sentido de la teoría de la elección racional, también heredan.
Desde un nivel macroteórico, podemos encontrar una explicación
conductista a la creación de instituciones. Es la idea de North: las
instituciones son producto de conductas racionales. Pero no es lo que
nos interesa aquí, lo que nos interesa es que estas instituciones se
heredan. Son renegociadas, por ejemplo, los términos del contrato,
110 El rol del Estado: contribuciones al debate
Conclusión
¿Qué nos dicen las tipologías del neo-institucionalismo? Nos
dicen que hay varias maneras de aplicar un mismo enfoque, que
consiste en identificar una relación causal entre las instituciones
y las conductas. Lo interesante de eso es ver cómo una teoría
a priori difusa, en los años 1980, va estructurándose en una
macro-teoría y asimilando las teorías de alcance medio. Las
teorías de redes, ciertas teorías feministas, ciertas teorías de
la elección racional, ciertas teorías históricas, son afines con el
neo-institucionalismo, ¿por qué? El dilema está en el objeto; en
realidad todo cambia según uno observa a las instituciones como
objeto por explicar, como variables dependientes, o si uno las
utiliza como explicaciones, como variables independientes. No
nos sirve mucho esencializar las instituciones como lo hacía el
institucionalismo clásico, al tratar de discutir al infinito sobre las
mejores instituciones. Ese no es el punto. Eso es un elemento y se
ha vuelto un tema de análisis; por ejemplo, la reforma del Estado
es un tema de análisis, como la reforma administrativa, pero no
es el fin de un enfoque teórico, no da lugar a un enfoque teórico
propio. Una pregunta relativa a las mejores instituciones posibles
va a movilizar distintos enfoques teóricos, no necesariamente
neo-institucionalistas. Lo mismo pasa con muchos problemas de
las ciencias sociales, como la gobernanza, las redes, el desarrollo
sostenible, etc. y es que el objeto no da necesariamente lugar a
una teoría. Más bien el objeto convoca a una discusión, a varias
teorías, y la mejor es la que encuentra una explicación más
robusta de lo que pretende explicar. De ahí el doble problema de
formulación de la explicación y de la problemática. Eso tiene un
límite: hay problemáticas más sensatas que otras.
En parte, es afín con la teoría crítica y con la lectura que hacen ciertos
autores de los instrumentos de políticas como representaciones
y construcciones sociales, donde discrepo con la idea de Yves
Surel (2000) de analizar el cambio de políticas y de instituciones
como el producto de un voluntarismo político; es que no encuentro
claro el método de análisis, en particular ¿cómo se miden las
representaciones que supuestamente estructuran las políticas
públicas? Ahí está, quizá, el límite entre el principio de explicación
causal y el principio de interpretación. Por ello creo que tenemos que
optar por uno u otro, no es tan fácil, como pretenden Bruno Palier e
Yves Surel (2005) asimilar los enfoques conductistas, cognitivistas
y neo-institucionalistas para explicar simultáneamente el rol de las
ideas, de los intereses y de las instituciones en las políticas públicas.
Bibliografía
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Hall Peter, Rosemary Taylor (1996). “Political Science and the Three
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Nociones conceptuales
de gobernanza, política
y administración pública
Joan Subirats*
Participación
La involucración de la ciudadanía en los procesos de policy-making
es el principal factor diferencial de la gobernanza participativa. En
este sentido, la gobernanza participativa se inspira en las teorías
de la democracia participativa, entendiendo que las tradicionales
formas representativas de gobierno deben ser complementadas con
instrumentos participativos. Así, la gobernanza no plantea suprimir
o sustituir las estructuras representativas sino complementarlas
con el uso de prácticas de gobierno participativas. Además, se
asume que las prácticas participativas de gobierno deben ser
promovidas por las administraciones públicas, que son las que
deciden cómo se participa, sobre qué se participa y quién participa.
En consecuencia, estamos hablando de fórmulas de participación
top-down, dirigidas desde el Estado y en las que la ciudadanía
participa por invitación de este último.
Gobernanza, políticas públicas y territorio 133
Horizontalidad
En contraposición al carácter jerárquico y autoritario de las
formas tradicionales de gobierno, la gobernanza apuesta por una
articulación horizontal y relativamente estable de las relaciones entre
los distintos actores que forman parte de la red. Dichos actores
interactúan entre sí a través de distintas formas (negociación,
deliberación, luchas de poder). Sin embargo, estas interacciones
se producen de forma autorregulada y dentro de un marco de
funcionamiento institucionalizado (Sorensen y Torfing, 2005).
Gobierno relacional
Frente a la burocracia propia de las formas tradicionales de gobierno,
el paradigma de la gobernanza plantea una organización relacional
en la que los distintos actores y los distintos niveles de gobierno
se articulen entre sí en forma de red. El modelo burocrático se ha
caracterizado por diseñar las políticas de arriba a abajo, buscando
soluciones técnicas a problemas políticos. Los problemas actuales
(más complejos y con un mayor número de actores en juego) no se
pueden resolver con estas formas de proceder, pues sin tener en
cuenta la realidad específica de cada problema y sin escuchar a los
distintos actores (afectados, beneficiados, etc.) lo más probable es
que la respuesta (la política impulsada) sea inadecuada. En este
sentido, la nueva forma de intervención política propone flexibilizar
los procedimientos de toma de decisiones y basarlos en el fomento
de las relaciones tanto internas (dentro de la propia administración)
como externas (entre la administración y el resto de actores y
ciudadanos).
Transversalidad
Dentro de esta lógica relacional, las administraciones públicas
deberían cambiar no sólo su organización y su estructura sino
también la forma de abordar los problemas. Así, desde las nuevas
134 El rol del Estado: contribuciones al debate
Gobernanza multinivel
El límite territorial y demográfico del Estado-nación empieza a
difundirse y ganan fuerza las lógicas de gobierno y de intervención
pública que se producen en niveles tanto infra-estatales (local y
regional) como supra-estatales (europeo e internacional). En este
contexto la producción de políticas públicas pasa necesariamente
por formas de gobernanza multinivel que contemplen una una mayor
articulación y coordinación entre los distintos niveles de gobierno.
La gobernanza participativa, en definitiva, es una nueva forma de
elaborar las políticas públicas. Sin embargo, eso no significa que
los resultados de los procesos de gobernanza sean necesariamente
distintos de los procesos tradicionales de gobierno (Stoker, 1998).
Aún así, sus defensores argumentan que, gracias a la involucración
de los distintos actores en la resolución de los problemas colectivos
y gracias también a una mayor proximidad tanto al origen como
a las consecuencias de dichos problemas mediante fórmulas de
gobernanza multinivel, las políticas públicas producidas bajo este
paradigma responden mejor (de forma más eficaz) frente a la
complejidad y, al mismo tiempo, son capaces de producir soluciones
específicas adaptadas a la heterogeneidad y la diversidad de la
nueva sociedad. En este sentido, pues, la gobernanza participativa
permitiría superar la rigidez de la burocracia, produciendo soluciones
adecuadas a una nueva realidad y, al mismo tiempo, mantener la
lógica redistributiva de las intervenciones públicas para garantizar
altos niveles de bienestar colectivo.
Radicalidad democrática
Como hemos visto, se inspiran en un modelo de democracia
basada en respeto a la diversidad y la gestión de “lo común” en
base a la agregación de intereses colectivos, sin que estos sean
oprimidos por las visiones dominantes del Estado y del mercado.
Colaboración
Estas nuevas formas de participación política huyen de la jerarquía
y tienen un carácter horizontal y compartido. Sin embargo, el
factor más característico es que se estructuran a partir de la
colaboración entre ciudadanos que comparten preocupaciones,
visiones, objetivos... Así, ya no hablamos de actores con intereses
particulares que establecen entre sí unas relaciones más jerárquicas
o más horizontales, sino de actores y ciudadanos que se relacionan
y colaboran entre sí porque tienen un objetivo común.
Conectividad
Una de las características más esenciales de estas nuevas formas
de participación desde abajo es la minimización (o eliminación) de
las estructuras de intermediación. Así, las formas tradicionales de
Gobernanza, políticas públicas y territorio 141
Presión e implementación
Las nuevas formas de participación política desde abajo se
fundamentan en una determinada visión del mundo, comparten
preocupaciones y objetivos y, en consecuencia, buscan tener una
incidencia sobre la esfera pública. Es por ello que muchas de estas
prácticas de participación política buscan presionar sobre el Estado
e incidir en la agenda política y en las políticas públicas. En este
sentido, movilizaciones como las de la Plataforma de Afectados por
la Hipoteca (España) o contra la llamada “Ley Sinde” (España) son
un claro ejemplo de ello. Al mismo tiempo, sin embargo, muchas de
estas experiencias tienen una lógica claramente implementativa,
buscando resolver los problemas colectivos que el Estado no
es capaz de solucionar. Iniciativas como los huertos urbanos, la
autogestión de espacios vacíos, las cooperativas de consumo
u otras experiencias colaborativas ejemplifican esta dimensión
implementativa.
Glocalización
Muchas de las experiencias de innovación social surgidas desde
abajo actúan desde una lógica que combina la escala local con
la global. Así, encontramos iniciativas locales para gestionar las
consecuencias de problemas globales, iniciativas que buscan
re-escalar y ubicarse en escalas superiores, e iniciativas de
142 El rol del Estado: contribuciones al debate
Por otro lado, a nadie se le escapa que la gran fluidez del escenario
de las políticas públicas hoy, pues, se debe en parte a las relaciones
cruzadas entre actores tradicionales y conglomerados de usuarios
conectados por Internet, creando ecosistemas informacionales en
red, lo que convierte a los procesos de conformación de las políticas
en mucho más complejos e impredecibles (Subirats, 2011).
Comentarios finales
En este recorrido por la evolución reciente del proceso de formación,
elaboración, y decisión de las políticas públicas, hemos tratado de
poner de manifiesto algunos de los impactos que sobre el proceso
de conformación de una política pública está teniendo y puede seguir
Gobernanza, políticas públicas y territorio 149
Gobernanza
Actores, recursos,
Análisis y democrática Internet
reglas
evaluación Evaluación de la Innovación social
Análisis cíclico
participación
Elaboración propia.
Gobernanza, políticas públicas y territorio 151
Bibliografía
AEVAL (2011). “La administración pública a juicio de los
ciudadanos. Satisfacción con los servicios, valoración del
gasto, confianza en los empleados públicos y actitudes
hacia la e-administración. Informes del Observatorio de los
Servicios Públicos”, AEVAL, Madrid.
Según Peters, cada actor del triángulo necesita a los otros para
tener éxito, así, los grupos de presión necesitan a las agencias
gubernamentales para que les presten sus servicios y les facili-
ten el acceso al gobierno, las agencias, a su vez, necesitan a los
grupos de presión para movilizar apoyos políticos a los progra-
mas que impulsan, y del mismo modo actúan los comités del Con-
greso. Todos los actores del triángulo “representan muchas veces
a los mismos individuos que juegan roles distintos como clientes,
votantes o miembros de organizaciones. Gran parte de la política
de Estados Unidos puede explicarse a través de la existencia de
la funcionalidad de subsistemas de política específicos y por la
ausencia de la coordinación central efectiva” (1986: 24). El triángulo
de hierro supone que pocos actores tienen la capacidad de con-
vertirse en entidades autónomas de manera estable dentro de un
circuito cerrado que controla la toma de decisiones sobre progra-
mas vinculados a los intereses directos de cada uno de los actores.
Una década más tarde Hugh Heclo analiza los cambios de la política
norteamericana y propone que la visión convencional que se ha
utilizado para explicar los cambios de política y de administración
basados en los actores poderosos deja por fuera otros factores que
están en juego. Existen otras configuraciones dentro de la política
que tienen que ver con los intereses de nuevos actores que poseen
la capacidad de colocar sus asuntos dentro de la esfera pública, de
hacer negocios y de elegir políticas. Ello se debe a que las actividades
del gobierno han aumentado y con ello las expectativas sociales, la
sociedad civil es capaz de organizarse alrededor de temas de interés
local y nacional, y la fuerza de trabajo en la burocracia del gobierno
se ha estratificado y especializado. Por tanto, es cada vez más difícil
vincular lo que los funcionarios políticos hacen en Washington con
lo que los ciudadanos esperan de ellos y están dispuestos a aceptar.
La metáfora de los triángulos cerrados de control deja de funcionar
para explicar las grandes redes abiertas de personas que inciden de
manera cada vez más determinante en el gobierno (1978, 258).
Comunidades de política
El concepto de comunidades de política fue utilizado por Heclo y
Wildavsky para mostrar cuán flexible podía ser la distinción entre
organizaciones públicas y privadas y para analizar el detalle de la
formación y la implementación exitosa de la política a través del
estudio de los patrones de vínculos dentro de un sector afectado
por la política y los niveles de subgobierno. Años más tarde la
literatura sobre comunidades de política coincidirá en que están
constituidas por una cultura y un entendimiento común sobre el
proceso de toma de decisiones dentro de un dominio de la política
(Dowding, 1995: 138).
Membresía
Número muy limitado,
Número de participantes algunos grupos Largo
conscientemente excluidos
Intereses dominantes
Engloba un mayor rango
Tipo de interés económicos y/o
de intereses afectados
profesionales
Integración
Membresía, valores
Acceso fluctuante
Continuidad y resultados persistentes
y significativo
en el tiempo
Recursos
Algunos participantes
Todos los participantes tienen
pueden tener recursos
Distribución de recursos relaciones basadas
pero estos son limitados
(dentro de la red) en recursos básicos, en una
a relaciones básicas
relación de intercambio
consultivas
Distribución variada y
Jerárquica: los líderes
Distribución interna capacidad para regular
pueden ofrecer membresías
los miembros
Gráfico N.º 1
Modelo genérico de Knoke
grupos de acciones
10% desinteresados
Grupos 10% actores colectivos
90%
de interés 30%
organizados
5%
Asociaciones
35% 35%
pico
Actores
75% 25%
institucionales
w Estructura y agencia
w Red y contexto
w Red y resultados de la política pública
Gobernanza, políticas públicas y territorio 175
Estructura y agencia
Red y contexto
Figura N.º 1
Aproximación dialéctica entre redes y resultados de la política
Contexto Estructura
estructural de la red
Recursos
de los Resultados
actores de la
Interacción política
Destrezas de la red
innatas
Destrezas
de los
actores
Aprendizaje
de los
actores
Figura N.º 2
Aproximación dialéctica entre redes y resultados de la política
Contexto Creencias
ideacional programáticas
Contexto
estructural Estructura
de la red
Recuerdos
de los Resultados
autores de la
Interacción política
de la red
Destrezas
innatas
Destrezas
de los
Aprendizaje
autores
de los
autores
Fuente: Traducción de Kisby, 2007: 84, adaptado del Marsh y Smith, 2000: 10.
Gobernanza, políticas públicas y territorio 181
Incluso Toke y Marsh (2003) van más allá que Marsh y Smith y
concluyen que los discursos dominantes pueden ser estudiados
como estructuras ideacionales utilizadas para excluir explícitamente
a aquellos que no tienen el mismo punto de vista.
Conclusiones
Las redes de política tienen que ver con la estructura de las
relaciones de un grupo limitado de actores durante el diseño de
la política pública. Esta estructura es significativa porque nos
permite conocer cómo los actores definen sus creencias políticas,
sus preferencias y discursos en relación con los otros. Del mismo
modo, las creencias políticas se inscriben en instrumentos que
ayudan a explicar el diseño de la política, los cambios de la política
o las fallas de implementación.
Bibliografía
Berman, S. (1998). The Social Democratic Moment: Ideas and
Politics in the Making of Interwar Europe. Cambridge, MA:
Harvard University Press.
Lowi, T. (1964). “How the farmers get what they want”. En Reporter,
mayo 21.
186 El rol del Estado: contribuciones al debate
La construcción
del Estado1 y los procesos
de planificación multiescalar2
Alicia Williner*
Introducción
Este documento tiene el propósito de poner en discusión, algunos
conceptos –que siendo frecuentemente utilizados– requieren
precisiones en un foro de discusión, para garantizar que el lenguaje
que se utilice tenga significados comunes.
1 El título pretende provocar al lector para insistir en los peligros que encierra la reificación
del Estado. Berger y Luckman (1966) explican: “la reificación es la aprehensión de los
productos de la actividad humana como si fueran algo más que eso (...) implica que el
hombre (...) es capaz de olvidar su propia autoría del mundo humano (...) Es experimentado
como un opus alienum sobre el que no tiene control (...) Los significados humanos ya no
son comprendidos como los que producen mundo sino como productos de la “naturaleza
de las cosas” (O’ Donnell, 2010: 198).
Marco conceptual
3 O‘Donnell enumera estas condiciones, como fines deseables, pero explicita que esas son
condiciones que no se han materializado por completo en ningún Estado, (en algunos
Estados con menor intensidad que en otros están presentes esas condiciones). En el caso
que la presencia de esas condiciones sean mínimas, se está frente a bajas capacidades de
los Estados (2010: cap.3)
192 El rol del Estado: contribuciones al debate
4 O‘Donnell (2010) define a una democracia como aquel sistema que se estructura en tres
componentes: cuenta con elecciones limpias (competitivas, libres, igualitarias, decisivas,
inclusivas e institucionalizadas); derechos de votar y ser elegido y un conjunto de libertades
necesarias para posibilitar tales elecciones y el ejercicio de los derechos del ciudadano a la
participación (35-37).
Gobernanza, políticas públicas y territorio 193
5 Si bien la democracia está presente en toda la región, algunos líderes políticos han tenido
y en algunos casos tienen, un sesgo anti-institucional que frecuentemente contiene
un profundo escepticismo sobre las instituciones del régimen democrático. El hecho
de haber sido elegidos por votación popular, les autoriza a gobernar como les parece
e ignoran muchas de las instituciones antiguas o recientes que han sido creadas en
nuestras democracias para ejercer el derecho a control de los recursos públicos y la
gestión de los mismos. Esto hace que esas democracias, con esas características no sean
representativas, sino delegativas. (O‘Donnell, 2010: 226)
Gobernanza, políticas públicas y territorio 195
6 Se sugiere la lectura del texto “La producción social como un juego“, p. 120 y siguientes
en Matus, 1998.
Gobernanza, políticas públicas y territorio 199
Agencia y Estado
Para enfrentar y revertir esas asimetrías se requiere de un Estado
profundamente democrático, que condene con severidad las
prácticas corruptas para ir avanzando en la práctica de más
gobernanza real.
8 O’Donnell define a los ciudadanos como “ individuos que cuentan con la asignación legal
de derechos y obligaciones correspondientes implicados por la apuesta democrática; es
decir, participar en elecciones limpias, votar y ser elegido, y tomar parte en actividades
afines, junto con algunas libertades (tales como la de expresión, asociación, acceso a libre
información y libre movimiento) necesarias para el ejercicio efectivo de esos derechos”.
(2010: 42).
9 La búsqueda del entendimiento es una acción fundamental en la construcción de la
democracia. “Construir una red dialógica de discurso implica que podemos co-constituir
una esfera pública al dirigirnos a otros y a los gobernantes sobre cuestiones que
consideramos relevantes y se refieren a valores, identidades y/o intereses de presunta
importancia pública”. En esa dinámica de interrelaciones “... debemos tener el derecho de
hacer esas interpelaciones y gozar de libertades que nos protejan y realmente permitan el
ejercicio de ese derecho” (O’Donnell,2010:190).
202 El rol del Estado: contribuciones al debate
Al poder denominado “duro” por Nye, (la fuerza militar, por ejemplo),
actualmente cada vez más se le otorga importancia al “poder
blando”, aquel poder que busca “formar preferencias”.
Uno de los recursos que más utiliza el poder blando son las redes
sociales. La habilidad para crear redes de confianza posibilita que
algunos grupos trabajen juntos en dirección a objetivos comunes.
Cada vez más, los estadistas utilizan en las estrategias que elaboran
el poder comunicacional10.
11 La violencia simbólica es esa coerción que se instituye por mediación de una adhesión que
el dominado no puede evitar otorgar al dominante (y por lo tanto a la dominación), cuando
sólo dispone para pensarlo y pensarse, o mejor aún, para pensar su relación con él, de
instrumentos de conocimiento que comparte con él. A través de la violencia simbólica se
instala el “debe ser“ en una sociedad.
210 El rol del Estado: contribuciones al debate
La importancia de la situación
La situación es, pues, una realidad explicada por un actor en relación con las accio-
nes que proyecta. Pero esa explicación no admite las parcelaciones artificiales que
exhibe el mundo de las ciencias; es una realidad integral y su explicación es necesa-
riamente integradora. El análisis crítico de la situación no puede ser puramente eco-
nómico, puramente político, o sólo sociológico, ecológico, demográfico, jurídico,etc.
Las ciencias están a disposición del actor como parcelas artificiales del conocimiento
que éste debe integrar en la definición de la situación que enfrenta. Por otra parte, el
actor que intenta explicar la realidad y definir y delimitar una situación debe entender
214 El rol del Estado: contribuciones al debate
la racionalidad de los otros actores, porque su lucha está inserta en la lucha de los
otros que persiguen distintos propósitos.
S= ( G,F)
El análisis situacional
En la propuesta de Matus, el análisis situacional debe abordar 3
niveles de la realidad, relevantes para el actor:
S1 S2 S2 S3 S4
Situación Situación
inicial objetivo
a. cambio fenosituacional
b. reforma genoestructural
c. transformación
Conclusiones
Para cerrar este documento y abrir el diálogo, se destacan algunas
afirmaciones que son interesantes para poner a consideración para
una mayor discusión:
Bibliografía
Cepal (2010). La hora de la igualdad. Brechas por cerrar y caminos
por abrir. Brasilia, 30 de mayo del 2010.
Cristina Bastidas*
Introducción
La organización de los colectivos de una sociedad es un elemento
fundamental para la ampliación de los márgenes de democracia.
El republicanismo cívico dejó sentada la idea de que los valores
y las virtudes cívicas de los ciudadanos mejoran la calidad de
las democracias y aumentan el bienestar colectivo. Una serie de
estudios sobre la confianza social, la participación social y las
organizaciones ha demostrado que aquellas sociedades en las
que hay más confianza social y mayor predisposición a actuar
colectivamente, tienen mayores conquistas democráticas y de
derechos que otras. Intentaremos explicar algunas de ellas.
1 Las explicaciones sobre participación que privilegian el análisis del individuo y su cálculo
para participar son fruto de la influencia que tuvo la teoría de la acción racional sobre las
ciencias sociales y permeó a todas las explicaciones de los fenómenos sociales.
226 El rol del Estado: contribuciones al debate
Teorías de la identidad
Gran parte de los teóricos sobre la identidad reaccionan frente a los
argumentos sugeridos por Olson sobre el cálculo que hacen los indivi-
duos para movilizarse. Moe (1980) señalaba que los incentivos colecti-
vos eran una parte fundamental para entender la participación política
de los individuos y que éstos estaban por encima de los incentivos
de tipo individual. Además, señalaba que los incentivos colectivos se
basaban en relaciones y solidaridades grupales previas que genera-
rían una identidad colectiva orientada hacia fines comunes.
2 Maneras en las que se expresa la demanda que se repiten o institucionalizan como formas
de expresión en los grupos sociales. Por ejemplo, el repertorio común del movimiento
indígena de los noventa fue la protesta en la calle.
230 El rol del Estado: contribuciones al debate
Confianza social
Los teóricos de redes y de capital social, presentados en la parte
precedente, plantean que las variables de confianza interpersonal,
redes de solidaridad horizontales y relaciones de reciprocidad
incidirán positivamente en la participación organizativa de las
personas y en su interés por los asuntos públicos. Desde estas
perspectivas, la confianza se convierte en un elemento central de
la participación de los individuos en organizaciones, así como de
su capacidad colectiva de actuar en conjunto.
Gráfico N.º 1
Confianza interpersonal
¿Diría Ud. que se puede confiar en la mayoría de las personas o que uno nunca es lo suficientemente cuidadoso en el trato
de los demás?, el porcentaje de personas que contestaron que “se puede confiar en la mayoría de personas”
40,00%
45,00%
30,00%
Porcentaje
25,00%
20,00%
15,00%
10,00%
5,00%
0,00%
2002 2004 2006 2008 2010 2011
Gráfico N.º 2
Confianza interpersonal Ecuador y Latinoamérica
Latinoamérica 22%
Brasil 9%
Nicaragua 15%
Chile 17%
Perú 18%
Costa Rica 18%
Colombia 19%
Bolivia 20%
Guatemala 20%
Panamá 21%
Uruguay 22%
México 23%
Ecuador 24%
Venezuela 25%
El Salvador 28%
Honduras 33%
Rep. Dominicana 35%
En todo caso, la base del capital social con en el que una sociedad
cuenta es la confianza interpersonal que las personas manifiestan.
Knack y Keefer (1997) realizan un estudio sobre el capital social y
demuestran estadísticamente que en un amplio grupo de países,
la confianza y las normas de cooperación generan crecimiento
económico y que este está más presente en sociedades con menos
polarización y desigualdades de género y étnicas.
Gráfico N.º 3
Porcentaje de la población que dedica al menos una hora a la participación
en diversos tipos de organización
12,9%
4,9%
4,5%
2,1%
0,9%
0,5%
3 La muestra representa a todos los hogares particulares dentro del territorio ecuatoriano,
incluido las zonas “no delimitadas”. Se excluyen: la Región Insular, la población en
viviendas colectivas, viviendas flotantes y sectores con población indigente. Tienen un
margen de error del 5%.
Democracia participación 235
Gráfico N.º 4
Total de horas dedicadas a participar por sexo
70,0%
59,6%
60,0%
50,0%
40,4%
40,0%
30,0%
20,0%
10,0%
0,0%
Hombre Mujer
Generalmente son las mujeres las que menos tiempo tienen para la
participación, lo que, como veremos después, no implica que sean
las que menos participen. Debido a la altísima polarización en la
distribución del tiempo de cuidado entre hombres y mujeres, y la
consecuente concentración del cuidado en manos de mujeres, los
grados de informalidad y precarización laboral, las mujeres tienen
menos tiempo para participar. El Gráfico N.º4 expresa el del total
del tiempo dedicado a la participación por sexo. Del 12,5% total
de personas que participan al menos una hora al día, expresado
en el Gráfico N.º 3, el 60% son hombres y el 40% son mujeres, lo
cual demuestra que los hombres tienen mayores probabilidades de
dedicar parte de su tiempo a la participación en Ecuador. Las dife-
rencias varían en 20 puntos porcentuales.
Gráfico N.º 5
Total de horas dedicadas a participar por área
78,1% 78,1%
67,2% 68,8%
53,9%
46,1%
32,8% 31,2%
21,9% 21,9%
Urbana Rural
Gráfico N.º 6
Tendencia en la asistencia a reuniones en Ecuador
En los últimos meses ha participado en una manifestación o protesta pública
“una vez a la semana” y “una o dos veces al mes”
58,10%
47,50%
39,30% 39,70%
37,30%
32,30% 31%
27,80%
25,60%
27,50%
19,40%
16,20% 17%
13,30% 12,90%
10,70% 7,40%
9,20% 7,50% 7%
2001 2004 2006 2008 2010
Organización religiosa Comité o junta de mejoras Asociación de padres de familia Asociación profesional
Otros datos nos reflejan una situación más optimista que la asistencia
a reuniones de organizaciones. Según la Superintendencia de Econo-
mía Popular y Solidaria, Ecuador resulta tener liderazgo en la región
por el grado de cooperativismo de tipo económico. Aproximada-
mente un 5% de la población se encuentra afiliada a asociaciones y
la participación comunitaria es una de las más altas de Latinoamérica.
Gráfico N.º 7
Participación comunitaria América Latina
Uruguay 12,40%
Canadá 12,70%
Argentina 14,20%
Chile 17,90%
Surinam 18%
Paraguay 19,50%
Costa Rica 20,80%
Estados Unidos 21%
Venezuela 22,60%
Trinidad y Tobago 24,10%
Brasil 24,30%
México 24,80%
Colombia 26,50%
Ecuador 27,70%
Perú 27,90%
Jamaica 28,60%
El Salvador 31,50%
Paraguay 32,90%
Rep. Dominicana 32,90%
Honduras 33,40%
Nicaragua 33,70%
Bolivia 35,90%
Guatemala 40,50%
Honduras 41,60%
Gráfico N.º 8
Número de organizaciones por cada 10.000 habitantes
Pastaza 89
Galápagos 88
Zamora Chinchipe 84
Sucumbíos 73
Napo 69
Morona Santiago 64
Bolívar 59
Chimborazo 52
Carchi 49
Tungurahua 48
Orellana 48
Esmeraldas 47
Imbabura 46
Loja 45
Cotopaxi 41
Pichincha 41
Cañar 40
El Oro 36
Azuay 34
Manabí 34
Los Ríos 33
Santa Elena 28
Guayas 24
Santo Domingo 3
0 20 40 60 80 100
Gráfico N.º 9
Participación en reuniones del gobierno municipal en Ecuador 2001-2010
10,80%
7,90%
7%
5,70%
4,90%
Fuente: Barómetro de las Américas por el Proyecto de Opinión Pública de América Latina (LAPOP).
244 El rol del Estado: contribuciones al debate
Gráfico N.º 10
Procesos de rendición de cuentas
120%
100%
86,60% 78,90% 60,87% 57,47% 26% 8%
92% 95%
80%
74%
60%
40% 42,50%
39,13%
20%
21,10%
13,40%
0%
Universidades Juntas Gobernaciones Cantones Ministerios Gobiernos Asambleistas
parroquiales provinciales
Cumple No cumple
Fuente: Barómetro de las Américas por el Proyecto de Opinión Pública de América Latina (LAPOP).
Bibliografía
Brysk, Alison (2007). De la tribu a la aldea global, derechos de
los pueblos indígenas, redes transnacionales y relaciones
internacionales en América Latina. Barcelona: edicions
ballaterra.
Democracia participativa:
¿a dónde queremos llegar?
El porqué de la participación
Hombres y mujeres siempre lucharon por participar en la esfera
pública. De esta manera, además de la igualdad y de la libertad, la
demanda de participación siempre estuvo presente en las luchas
sociales en los diferentes períodos de la historia y de diversas
maneras. Participar significa incidir políticamente en las cuestiones
que conciernen la vida concreta de las personas, pero también en
los procesos de toma de decisión del Estado y de los gobiernos,
lo que a su vez, afecta de una u otra forma la vida concreta de las
personas y el interés de los diversos grupos y clases sociales.
* José Antonio Moroni es miembro del colegiado de gestión del INESC (Instituto de
Estudios Socioeconómicos) en Brasilia y es miembro de la Plataforma Brasileña de los
Movimientos Sociales por la Reforma del Sistema Político.
252 El rol del Estado: contribuciones al debate
Dimensión política
La participación, antes de todo, es parte del poder y el
reconocimiento del derecho a interferir de manera permanente en
las decisiones políticas (dimensión política). Es también la manera
en la que pueden expresarse de forma democrática las aspiraciones
y las necesidades de los diferentes segmentos de la población en
el espacio público, estando asociada al modo como esos “grupos”
se perciben como ciudadanos y ciudadanas.
Dimensión pedagógica
La participación es un proceso educativo-pedagógico. Expresar
deseos y necesidades, construir argumentos, formular propuestas,
oír otros puntos de vista, reaccionar, debatir y llegar al consenso
son actitudes que transforman a todos aquellos que integran
procesos participativos. Es una verdadera educación republicana
para el ejercicio de la ciudadanía, que amplía un espacio público
real en donde la construcción dialogada del interés público pasa a
ser el objetivo de todos los hombres y mujeres. Por eso, participar
también es disputar sentidos y significados.
254 El rol del Estado: contribuciones al debate
Principios democráticos
y democracia participativa
Hay que pensar en los principios democráticos, fundadores y
constitutivos de la democracia participativa que deben apuntar
a la construcción de una nueva institucionalidad. Los principios
deben ser la igualdad, diversidad, justicia, libertad, participación,
transparencia y control social.
Igualdad
Equilibrio de derechos y responsabilidades entre los ciudadanos
y las ciudadanas en respeto a la diversidad. Se opone a las
disparidades de renta, de posesión de tierras, de acceso a la salud,
a la educación, a los espacios de decisión, de representación
política, de acceso al comercio internacional entre los países, de
apropiación de la riqueza producida en las relaciones de trabajo,
entre otras.
Diversidad
Distinciones por aspectos de género, generación, raza/color,
etnia, orientación sexual, persona con deficiencia, entre otros.
Habla también de los diferentes espacios geográficos en donde
se organizan las poblaciones (áreas urbana y rural, comunidades
tradicionales, quilombolas, ribereñas, indígenas) y las distintas
260 El rol del Estado: contribuciones al debate
Justicia
Defensa de los Derechos Humanos, Económicos, Sociales,
Culturales y Ambientales (DHESCA), que busca restaurar los
derechos amenazados y garantizar la implementación de los
derechos no reconocidos o la creación de nuevos derechos. Tiene
como orientación posicionarse contra prácticas que benefician
el interés privado en detrimento del interés público (entre ellas,
el clientelismo, patrimonialismo, nepotismo, la corrupción, el
preconcepto, las discriminaciones).
Libertad
Principio que prevé la libre expresión, movilización, actividad
política y de organización de los ciudadanos y las ciudadanas.
Orienta a la ciudadanía a expresarse y a actuar políticamente en
defensa de valores democráticos, como la igualdad y los Derechos
Humanos; contestar y actuar políticamente contra situaciones de
desigualdades sociales, políticas, jurídicas y económicas. Este
principio presupone la libre organización de la sociedad.
Participación
Derecho a la participación de la sociedad civil en los espacios
públicos de decisión. Debe darse, de preferencia, por medio de la
institucionalización de mecanismos de democracia participativa y
directa, inclusive en la elaboración, deliberación, implementación,
monitoreo y evaluación de las políticas públicas. Es también un
proceso de aprendizaje en la medida en que califica la intervención
de la ciudadanía en los espacios públicos de decisión.
Democracia participación 261
Transparencia
Acceso universal a la información pública por medio de la
disponibilidad inteligible para el conjunto de la población.
Incluye también la divulgación amplia, permanente e imparcial
de las decisiones públicas, provengan de la burocracia o de los
representantes elegidos/nombrados. Es una postura ética que
se espera del poder público. La transparencia y el acceso a la
información pública hacen parte de la defensa del derecho humano
a la comunicación.
Control social
Monitoreo del Estado por parte de la sociedad civil con miras al
control de las acciones gubernamentales. La calidad del control
social presupone la transparencia y el acceso a las informaciones
públicas. El control social tiene por objetivo la defensa y la
implementación de políticas públicas que respeten el concepto de
igualdad, universalidad, diversidad, justicia y libertad.
Lo que la democracia
participativa debe enfrentar
La democracia participativa, además de ser un espacio de
participación de la sociedad civil, debe enfrentar los asuntos que
la democracia representativa no encaró o que en muchos casos la
sustenta, tales como:
Bibliografía
Bobbio, N. (1986). O futuro da democracia. Rio y Janeiro: Paz y
Terra.
Pabel Muñoz L.
Nila Chávez*
• Nila Chávez Sabando: Socióloga de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, con maestría
en antropología de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Sede Ecuador (FLACSO); y,
con estudios en la Universidad de la República de Uruguay (UDELAR). Actualmente se encuentra
realizando su doctorado en la Universidad de Girona. Trabajó en la Secretaría Nacional de Planificación
y Desarrollo, entre los años 2011 - 2015, donde desempeñó varias funciones, entre ellas, asesora del
Secretario Nacional.
270 El rol del Estado: contribuciones al debate
1 Tomado del artículo de Theda Sckocpol (2011): “El Estado regresa al primer plano:
Estrategias de análisis en la investigación actual”.
Reflexiones sobre el Estado ecuatoriano al 2015 275
2 Como parece sumamente improbable que los estados modernos puedan desintegrarse
como organizaciones administrativo – coactivas sin destruir al mismo tiempo a las
sociedades, probablemente una revolución moderna tendría que fluir gradualmente,
no cataclísmicamente, de una larga serie de reformas no reformistas, realizadas por
movimientos políticos con base en las masas que se esforzaban por democratizar toda
institución principal; desde la economía hasta los partidos políticos, el ejército y la
burocracia civil” (Skocpol 1979:451).
278 El rol del Estado: contribuciones al debate
Del desmantelamiento
a la recuperación del Estado
Sobre el primer eje, poder popular y Estado, la recuperación del
Estado ha dado sus claros resultados. Se ha superado la crisis
política, y consolidado como una de las más sólidas democracias de
América Latina desde el retorno a la democracia en 1979. Somos el
país de la región que más rápidamente redujo desigualdades desde
20075, la polarización económica6, el desempleo7 así como la pobreza
extrema, una de las más grandes deudas sociales del mundo en la
actualidad.
5 Ecuador logró una disminución en la concentración del ingreso medida por el coeficiente
de Gini.
6 El crecimiento de los ingresos de los más pobres ha sido mucho más rápido que el
aumento de los ingresos de los más ricos. Todavía una brecha éticamente injustificable.
7 Ecuador invierte el 2% de su PIB en educación superior.
284 El rol del Estado: contribuciones al debate
Diferencia
Tipo de pobreza 2006 2014 Fuente
(puntos porcentuales)
El trabajo remunerado
es reconocido y valorado
En relación al tercer eje, transformación económica productiva, un
ejemplo fundamental es el histórico reconocimiento del trabajo no
remunerado, mediante la presentación de cuentas satélite del trabajo
no remunerado 2007 – 2010.
A manera de conclusión
¿Por qué debía regresar el Estado a primer plano en el caso
ecuatoriano? Como lo plantea Skocpol, quienes estén desvinculados
de los intereses socioeconómicos dominantes pueden generar
nuevas estrategias estatales. En Ecuador se reconoció la importancia
del Estado como actor para las transformaciones, fue el elemento
que guió durante los años 2007, 2008 en la Constituyente y está
presente hoy, en la Constitución.
Bibliografía
Altamira, César (2006). Los marxismos del nuevo siglo. Editorial
Biblos. Buenos Aires.
_____ (1990). Bringing the state back in. En Macrids, Roy y Bernard
Brown (editores). Comparative politics. Notes and readings.
Gobernanza multinivel:
hacia la construcción de un
Estado equitativo y democrático
Introducción
Históricamente el Estado ecuatoriano se ha configurado sobre
una estructura fragmentada y desorganizada, cuyos contenidos
y dinámicas han beneficiado únicamente a aquellas clases que
detentaban el poder. Esta situación se materializó, por ejemplo, en la
dispersión del tejido institucional, en el aislamiento y descoordinación
de leyes, normas y reglamentos, y en la ausencia de cohesión del
tejido social y comunitario en los diferentes territorios que conforman
el país. En este escenario, las capacidades para coordinar y gestionar
el accionar público entre niveles de gobierno, sectores, y otros actores
públicos y privados, es decir, la denominada gobernanza multinivel
(Morata, 2004), era prácticamente inconcebible y se constituía en
función de los intereses de los grupos dominantes del momento.
1 Este libro fue publicado el 25 de julio de 2001. El término de gobernanza que éste maneja
ha sido profundamente criticado por autores como Velásquez (2007), quien ha identificado
cierta confusión entre las nociones de gobernanza, gobernabilidad y buen gobierno.
Reflexiones sobre el Estado ecuatoriano al 2015 297
2 En el caso ecuatoriano, esta definición tendría que matizarse, puesto que el énfasis del
tipo de gobernanza planteado desde el actual Gobierno Nacional reside en el ámbito
estructural, es decir, en los mecanismos de articulación entre las instituciones públicas y
los actores corporativos, no para la extracción de beneficios particulares o con fines de
lucro, sino para la producción y mejoramiento de políticas públicas de interés colectivo.
Esto significa que se resalta el rol del Estado y de sus instituciones en los procesos de
reforma tanto económico como política, destacando la denominada recuperación o
transformación democrática del Estado mucho más que el protagonismo del actor privado
o corporativo (perspectiva neo-institucionalista).
298 El rol del Estado: contribuciones al debate
3 Este nuevo esquema contrasta con lo que ocurría durante el período neoliberal. En efecto,
durante esta época, se implantaron un conjunto de agencias, consejos, comisiones y
unidades de gestión adscritas a la Presidencia, cuya incidencia era sumamente fuerte en
la agenda pública. Una gran parte de esta institucionalidad parelala favoreció al avance
de las medidas de ajuste estructural y duplicó el ejercicio de las funciones de algunos
ministerios (Ramírez, 2014).
300 El rol del Estado: contribuciones al debate
políticas y acciones del Ejecutivo con los GAD (en el marco de sus
respectivas competencias). La gobernanza multinivel, a través de
la micro-planificación, aportaría, de esta manera, al equilibrio de las
fuerzas políticas y al acercamiento del aparataje estatal al territorio
y a los/las ciudadanos/as.
Bibliografía
Barrera, Augusto (2004). Estado Actual y perspectivas del proceso
de descentralización a nivel intermedio. Informe de consultoría
realizada para CONGOPE-UNDP.
contribuciones al debate
Neo-institucionalismo y transformación democrática del Estado
André Roth Deubel
Paradigmas en disputa: los aportes del neo-institucionalismo al análisis de políticas públicas
Guillaume Fontaine