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Actividad 5 Psicología Social

1) La teoría de la disonancia cognitiva explica que las personas se sienten incómodas cuando mantienen creencias contradictorias o cuando sus creencias no concuerdan con sus acciones. 2) Experimentos de Michael Gazzaniga mostraron que cuando se presentaban imágenes diferentes a cada hemisferio cerebral de pacientes con el cuerpo calloso seccionado, cada hemisferio elegía la respuesta correcta, pero al preguntarles su explicación se inventaban una justificación para parecer coherentes. 3) Estos estudios muestran que las personas
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Actividad 5 Psicología Social

1) La teoría de la disonancia cognitiva explica que las personas se sienten incómodas cuando mantienen creencias contradictorias o cuando sus creencias no concuerdan con sus acciones. 2) Experimentos de Michael Gazzaniga mostraron que cuando se presentaban imágenes diferentes a cada hemisferio cerebral de pacientes con el cuerpo calloso seccionado, cada hemisferio elegía la respuesta correcta, pero al preguntarles su explicación se inventaban una justificación para parecer coherentes. 3) Estos estudios muestran que las personas
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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS (UAPA)

Nombres:
Claudia María

Apellidos:
Alcántara Montes

Matrícula:
2019-08221

Asignatura:
Psicología Social y Comunitaria

Facilitador/a
Maury de león Gómez
Introducción
Prácticamente todos hemos vivido episodios de disonancia cognitiva, esto es,
experimentar dos ideas incompatibles y desafiar una de ellas (la que más nos
desagrada) con nuevas informaciones a nuestro gusto, o cambiando nuestra
conducta o intentando alterar nuestro entorno. Tenemos tendencia a auto
justificar nuestras decisiones, y ante la posibilidad de que hayan sido
equivocadas o incorrectas la ansiedad nos puede llevar a defender tercamente
esas decisiones o actos. No toleramos bien manejar dos pensamientos
contradictorios e intentamos neutralizarlos con nuevas ideas, aunque éstas
sean absurdas, pudiendo llegar al autoengaño. Y al reducir la incoherencia
interna también se reduce nuestra tensión psicológica, y al sentirnos mejor se
va fortaleciendo la motivación de seguir luchando contra nuestros conflictos
internos. Esta actividad tratamos este tema hacemos un ensayo sobre lo
aprendido en artículos científicos.
Después de leer reflexivamente el libro básico y los materiales colgados en la
plataforma sobre la Psicología Social y Comunitaria, por lo que se le sugiere las
siguientes actividades:
1. Realiza de un Mapa Mental considerándolos los siguientes elementos:
1.a. Intensidad de las Actitudes.
1.b. Influencias.
1.c. Ejemplos de tipos de Actitudes.

Actitudes

Es la cualidad que otorga capacidad para


La magnitud de una actitud de su valencia ejercer un determinado control sobre el poder
positiva o negativa y de su intensidad grado o por alguien o algo. La influencia de la sociedad
extremosidad de esa valencia la intensidad o puede contribuir al desarrollo de la
fuerza de una actitud. inteligencia la efectividad el asertividad el
comportamiento y, personalidad.

Actitud positiva: ´´ Si podremos subir las montañas, aunque llueva mucho´´.

Actitud negativa: ´´ No creo que logre hacer el test´´.

Actitud neutra: ´´ Creo que debería ir para resolver el asunto, pero me da miedo´´.

Actitud agresiva: ´´ No iras a esa fiesta sin permiso entiendes´´.

Actitud pasiva: ´´ Es mejor hacerlo a su manera así evitamos muchos problemas´´.


2. Investiga dos artículos científicos sobre las actitudes o la disonancia
cognoscitiva, y presenta un Ensayo Académico con dos estudios científicos y
sus perspectivas al respecto. No olvides añadir las referencias dentro del
contexto del ensayo y la bibliografía.

Es más que probable que usted esté familiarizado con la siguiente situación:
está charlando tranquilamente con sus amigos y de repente unos comentarios
sobre política hacen que el ambiente empiece a cargarse. Pronto comienza una
discusión en la que cada uno defiende a un determinado partido, exponiendo a
los demás sus razones. Todos conocemos más o menos cómo terminan estas
cosas: al final de la discusión nadie ha logrado su objetivo, convencer a los
demás. Lo más triste es que uno no puede evitar tener la sensación de que los
argumentos expuestos por cada bando sólo trataban de convencer a sus
propios partidarios. O al menos así lo parece.

En estas situaciones siempre da la impresión de que, en realidad, no


defendemos cierta postura por una serie de razones (las que ofrecemos a los
demás), sino que damos esas razones porque defendemos cierta postura.
Dicho de otra forma, no nos molestamos en pensar lo que hacemos, pero sí
que nos molestamos en pensar cómo vamos a justificar (ante los demás y ante
nosotros mismos) lo que hemos hecho.

Y es que el ser humano tal vez no sea un animal muy racional, pero de lo que
no hay duda es de que es un animal un poco obsesionado por la coherencia. Y
también por la apariencia. Una vez tomada una decisión, nos cuesta reconocer
que tal vez nos hayamos equivocado. Nos resulta más fácil ponernos a
defender la alternativa elegida con uñas y dientes, porque así podemos
percibirnos a nosotros mismos como personas coherentes, y porque, además,
defendiendo nuestra elección, nos convencemos de que hemos elegido bien (si
no ¿por qué iba a haber tantas razones para actuar como hemos actuado?), de
que somos personas sabias, con convicciones sólidas... y un largo etcétera.
Siempre tratando de quedar bien con los demás y de ser capaces de dormir
con la conciencia tranquila.

Este tipo de fenómenos han sido bien estudiados por los psicólogos y cuentan
desde hace tiempo con explicaciones interesantes, como la teoría de la
disonancia cognitiva de León Restingar. Según este autor, las personas nos
sentimos incómodas cuando mantenemos simultáneamente creencias
contradictorias o cuando nuestras creencias no están en armonía con lo que
hacemos. Por ejemplo, si normalmente votamos al partido A pero resulta que
nos gusta más el programa electoral del partido B, es posible que sintamos que
algo no marcha bien en nosotros. Según la teoría de la disonancia cognitiva,
las personas que se ven en esta situación se ven obligadas a tomar algún tipo
de medida que ayude a resolver la discrepancia entre esas creencias o
conductas contradictorias. En el ejemplo del partido político, podemos optar por
cambiar nuestro voto en las próximas elecciones, o bien podemos dar menos
valor a los contenidos del programa del partido B (por ejemplo, recordando que
en realidad pocos partidos cumplen con todo lo que prometen en sus
programas).

De la misma forma, cuando en una discusión una persona deja clara su


postura, a continuación, se ve obligado a dar argumentos a favor de la misma.
Si no lo hiciera, se vería obligado a reconocer que la alternativa contraria
también es válida, lo que entraría en contradicción con sus creencias previas, o
tendría que admitir que en realidad no tiene ninguna razón para sostener tal
postura, lo que entraría en contradicción con una creencia aún más importante:
"soy una persona inteligente y con fundamento".

La teoría de la disonancia cognitiva es una hipótesis sugerente que nos permite


entender de forma sencilla muchas de las aparentes paradojas y sinrazones del
comportamiento humano, algunas de las cuales (como las anteriores) se
muestran en cada detalle de nuestra vida cotidiana. Y, frente a otras
explicaciones muy atractivas, pero poco rigurosas de la interacción social,
cuenta con la ventaja de estar respaldada por numerosos experimentos.

Al famoso científico cognitivo Michael Gazzaniga le debemos algunos de los


más interesantes. Este investigador se preocupó por estudiar los efectos que
una intervención quirúrgica, la comisurectomía, podía tener sobre los pacientes
en los que se realizaba. La operación se lleva a cabo en casos
excepcionalmente graves de epilepsia y consiste en seccionar el cuerpo
calloso, un haz de fibras que conecta los dos hemisferios cerebrales, de modo
que los ataques epilépticos no puedan pasar de un hemisferio a otro.
Contrariamente a lo que cabría esperar, los pacientes sometidos a esta
intervención llevan una vida completamente normal y en raras ocasiones es
posible percibir efecto negativo alguno de la operación. Michael Gazzaniga
trató de encontrar una situación en la que se pudieran observar los efectos
secundarios de esta intervención.

En un experimento famoso, Gazzaniga expuso a varios de estos pacientes a


una situación en la que a cada hemisferio cerebral se le presentaba una
imagen distinta. Por ejemplo, al hemisferio izquierdo se le presentaba la
imagen de una pata de pollo y al hemisferio derecho se le presente un paisaje
con nieve. Como en estos pacientes el cuerpo calloso estaba seccionado, la
información no podía pasar de un hemisferio al otro. Esto implicaba que el
hemisferio izquierdo sólo "veía" la pata de pollo y el hemisferio derecho sólo
"veía" el paisaje con nieve. Después de ver estás imágenes, los participantes
tenían que elegir entre otros dos dibujos aquél que tuviera alguna relación con
lo que acababan de ver. Por ejemplo, se les daba a elegir entre el dibujo de
una gallina y el dibujo de una pala para quitar nieve. En esta ocasión la
respuesta correcta dependía por supuesto del hemisferio del que se tratase. Si
era el hemisferio izquierdo el que hacía la elección, entonces la respuesta
correcta era la gallina; pero si elegía el hemisferio derecho, entonces la
respuesta correcta era la pala.

Una paciente que participaba en este experimento eligió la pala con la mano
izquierda y la gallina con la mano derecha. Obviamente, lo que había pasado
es que cada hemisferio había elegido y ejecutado la respuesta correcta. Lo
interesante sucedió cuando a la paciente se le preguntó por su elección. La
respuesta la tuvo que elaborar su hemisferio izquierdo, que es el que se
encarga del lenguaje. Pero, como este hemisferio no tenía acceso a toda la
información necesaria para dar una explicación (en concreto, este hemisferio
no tenía constancia de que se hubiera presentado la escena con nieve), se
inventó una explicación de lo más particular: "Muy fácil. La pata de pollo
corresponde a la gallina y necesito una pala para limpiar el gallinero".

Tal vez esta sea la muestra más clara de hasta qué punto las personas
necesitamos ser congruentes con nosotras mismas y justificar nuestras
acciones incluso cuando las hemos realizado sin razón alguna o cuando
desconocemos los motivos. Lo peor es que esta tendencia a dar explicaciones
de lo que hacemos acaba convirtiéndonos en esclavos de lo que ya hemos
hecho, de unas elecciones que, de haberlo pensado, tal vez no hubiésemos
realizado. Una vez elegida la pala, preferimos ponernos a limpiar el gallinero
antes que reconocer que no sabemos por qué la elegimos. Y dado que, ya sea
por ser impulsivos o por no pararnos a pensar lo suficiente, rara vez sabemos
por qué hacemos las cosas, gran parte de nuestra vida se convierte en una
actuación para nosotros mismos.

Referencias: Festinger, L. (1957). A theory of cognitive dissonance. Evanston,


IL: Row and Peterson.

Gazzaniga, M. S. (1985). The social brain. Nueva York: Basic Books.


[Traducción castellana: El cerebro social, Alianza, Madrid, 1993.]
4.-Exponga en dos párrafos su opinión personal sobre el tema tratado.

Esto no es más que esa tensión interna cuando a veces nuestras opiniones
son cuestionadas tan así que son compartidas por los demás o cuando
nuestras creencias entran en conflicto con nuestro comportamiento. Cuando
percibimos la incompatibilidad de dos ideas simultáneas sobre un mismo
aspecto tendemos a ignorar la nueva información para reducir el conflicto
mental.
A veces nos encasillamos en buscar algo que encaje para no cambiar esa idea
que ya tenemos porque no queremos captar la nueva idea y por eso se reserva
la idea de que solo su idea y nada más.
Conclusión

Se ha comprobado a menudo, y a veces se ha señalado, que el individuo


procura lograr la consistencia dentro de sí mismo. Sus opiniones y actitudes,
por ejemplo, suelen existir en grupos que son interiormente consistentes. Claro
está que hay sus excepciones probablemente. Una persona puede pensar que
los negros son iguales que los blancos y, sin embargo, no querer vivir en la
compañía de ellos; o puede opinar que los niños deben estar callados y sin
molestar, pero al mismo tiempo estar muy orgullosa de que sus hijos se porten
de manera agresiva y de que capten así la atención de sus huéspedes, que
son personas mayores. Que se den tales incoherencias puede parecernos
hasta algo teatral.

Referencias: https://psicocode.com/psicologia/que-son-las-actitudes-en-
psicologia/
https://psicologiaymente.com/psicologia/tipos-de-actitudes

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