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El Niño y Su Familia. Eric Laurent PDF

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EL NINO Y SU FAMILIA Laurent, Bric El nifio y su familia / Bric Laurent ; compilado por Silvia Elena Tendlarz. - 1a ed compendiada. - Ciudad Autonoma de Buenos Aires : Coloocién Diva, 2018. 128 pp. 3 20x 15 cm. ISBN 978-987-4469-01-4 1, Psicoandlisis. I. Tendlarz, Silvia Elena, comp. Il. Titulo. CDD 150.395 Biblioteca de la Colecci¢in Diva Direccidn: Silvia Elena Tendlarz ([email protected] ar} Diseio de tapa: Gustavo Macri ([email protected]) Imagen de la cubierta: “El arbol” aerilico sobre Hienzo, 1998. Autor: Gustavo Macti Realizaci6n armado interior: Ménica B. Kaminsky (monikaminsky@ yahoo.com.) Compitacién y edicién: Silvia Elena Tendlare Con Ja colaboracién editorial de: Mauricio Beltrén, Perla Drechsler, Carlos Gustavo Motta, Luis Guillermo Poregrina y Liv Marian Tendlarz, © Iedicién, mayo de 2018, Coleccién Diva Reservados todos tos derechos. Queda rigurosamente prohibida, sin la autorizacién escrita de fos titulares det copyright, bajo las sanciones establecidas en ins leyes a reproduceién parcial o total de eta obra por cualquier medio 0 procediment, incluigos Is reprograffay el tratamiento informatico. ‘Queda hecho e! depésito que previene ia Ley 11.723, Impreso en fa Argentina - Printed in Argentina Impreso en LINEA GRAFICA IMPRESIONES de Gabriel 0. Quiroga Direccién: F. Roosevelt 3386 (1430) Ciudad Auténoma Buenos Aires, Argentina ‘Tirada: 1000 ejemplares ISBN 978-987-4469.01-4 EL NINO Y SU FAMILIA ERIC LAURENT COLECCION DIVA, El Nifio R.S.L A mode de prélogo: Entrevista a Eric Laurent por Silvia Elena Tendlarz Eric Laurent: El interés del tema del libro es partir de las nuevas configuraciones de las familias en Ja civilizacién y examinar el lugar que ocupa él nifio en ellas. Esto cambié especialmente entre el siglo XIX y XX, pero atin més en el siglo XXI, porque las nuevas configuraciones familiares estén remodetadas por la eficacia de las nuevas formas de la procreacién —ya sea con la procreacién afectada por la introduccién de la pildora en la segunda mitad del siglo XX y después con 1a procreacién médicamente asistida de finales del siglo XX. Ahora se difunde de una manera mucho mas amplia gracias a nuevas técnicas que han modificado la manera con la que el nifio es concebido. La procreacién azarosa del nifio, y su multiplicacion, ha sido reemplazada por un nifio més raro y més calculado, previsto 0 mas producido, depende de dénde se ponga el acento. Esto concierne a todo el campo de la procreacién, y de la filia- ciGn que se deduce de ella, que es un efecto también de esta difraccién de la procreacién. Esta es una de Jas razones por las que este afio, con algunos colegas, con Nouria Griindler, Frangois Ansermet y Dominique Laurent, dictamos un curso titulado “Disrupciones en la filiacién, la pro- creacin y el género”. Los tres términos van juntos y determinan una red de configuraciones y determinaciones que renuevan el estatuto del nifio de una manera diferente a la familia patriarcal ideal del siglo XIX, especialmente en Freud, para quien la familia judia ideal estaba en el Eric Laurent horizonte, a pesar de la peculiaridad de su familia y el Jugar extraiio que ocupé -hijo preferido de la tercera esposa del padre que tenfa ya hijos de otros matrimonios, etc.—. Todo esto determiné una reflexién de Freud acerca del cardcter légico del Edipo, distinto de las formas diversas de familia, algo que mantuvo durante toda su obra, pero sosteniendo la idea de un ideal del niiio, Mientras que en la actualidad estamos confronta- dos, mds alld del ideal, a muchas formas de familias y de filiaciones, y también a la eleccién del género en los nifios, que plantean una cate goria de problemas completamente nuevos. En Argentina especialmente, que es el primer pais del mundo en el que 1a ley de identidad de géne- ro no tiene un limite sobre la edad en la que los nifios pueden pedir el cambio de sexo, se producen algunas demandas muy importantes de los padres que piden el cambio de sexo de los nifios, y esto genera una clini- ca nueva, mucho mas amplia en Argentina que en otros paises en los que el cambio de sexo o la eleccién de sexo es a una edad mucho més tardfa. Todo esto desplaza la clinica de las determinaciones de Jo que es el nifio y su lugar en la familia, por fuera del discurso analitico. Lacan reconfiguré ef discurso analitico precisamente para abordar estas dimensiones nuevas de la familia que vio desarrollarse desde os afios 60. Hay en Lacan una tensién fuerte entre Jo que es su elaboracién sobre la distincidn entre los padres de la realidad, que a veces se puede lamar padre real, y el padre simbélico, el padre Nombre del Padre, el padre dios. Esto introduce inmediatamente una hiancia entre los dos per- sonajes. Esta es Ja razon por la cual el padre en nuestra civilizacién es un ser cojo, desarticulado entre lo banal, lo comin del padre de la realidad con sus peculiaridades, y lo que es la funcién del padre de articular algo con lo simbélico como tal, una funcién mucho més allé de los pobres padres de la realidad. Estamos superados por una funcién mucho més alta y Lacan dice que el contraste entre los dos hace que precisamen- te todo ef mundo delire. Finalmente, la garantia del Nombre del Padre no funciona. Lacan hace una elaboracin sobre fo simbélico del padre y" una anotaciGn que se encuentra en el inicio de la “Nota sobre el nifio”, el primer texto que estd en el libro, cuando dice que la familia es algo real. Esto fue articulado por Jacques-Alain Miller de ana manera muy precisa, Hay una tensién muy grande en la enseffanza de Lacan entre la i i El nifto y su familia familia como un real y el padre como algo simbélico. Esto especialmente ha sido crucial al final del siglo XX y en el siglo XXI en todas las nue- vas formas de articulacién entre las familias y las tecnociencias sobre la filiacién. Esto determina una nueva configuracién que provoca que hoy se hable més de “parentalidad” que de paternidad. La parentalidad es un neologismo introducido al final del siglo XX a partir del discurso del amo, y de la burocracia para hacer referencia a todas clases de familias, para no hablar de padres. Porque no se sabia precisamente si son padres, madres, madres de adopcién, de gestacién o de substitucién, entonces han preferido hablar de parentalidad para designar algo que concierne el lado real de Ja familia. Y Ja familia ahora, en la que estamos inmersos en nuestra clinica, es mucho mas real que simbdlica, Vemos que en todas estas nuevas formas de reconfiguraciones fami- liares, o estas nuevas formas de nifios que son de abandono, no solo los de las calles sino los nifios inmigrantes que cruzaron las fronteras sin sus padres siendo menores de catorce y quince afios, y que se encuentran enfrentados a que no hay ningtin sistema simbolico que los acoja sino la ley como tal, las leyes de los distintos pafses que los reciben, que deter- minan un marco que sé puede apenas calificar de simbélico, es lo que apenas queda de lo simbédlico, Ia ley separada de una dimensién simbé- lica, y que es més bien una forma real de hacer formas de familias que puedan acoger todas estas nuevas producciones del nifio. En un cierto sentido los distintos articulos del libro tratan estos aspec- tos de la tensidn entre el nifio definido a partir de sus estatutos simbé- licos, como ideal del yo o ideal de la familia, ideal para los dos padres pero especialmente para la madre, el nifio ideal de la familia, y el niiio mucho més objeto de la familia, producido por esta familia real, obje- to calculado, producido, que es realizado de una manera muy especial Vemos, por ejemplo, cémo en los pafses en los cuales las leyes probi- ben tener mds de un hijo, como lo era hace poco en China, el nifio es producido en su unicidad y tiene que levar todas las esperanzas de la familia, especialmente en los estudios. A] mismo tiempo, estos estudian- tes dedicados, excelentes, son lo que se suicidan mas segiin las estadisti- cas norteamericanas y europeas. Los estudiantes asidticos se matan si no 9 Eric Laurent consiguen estar a la altura de las esperanzas que han sido depositadas por Ja familia sobre ellos. Ellos mismos encarnan una relacién particular con las exigencias de la civilizacién. Encarnan una tensién entre regimenes legales extremadamente estrictos de produccidn y una idealizacién que puede ser fatal para estos nifios. Es la definicién de un Ideal un poco al revés de lo que era en la época de Freud. En verdad creo que en distintos aspectos ¢l libro trata de explorar, por un lado, la reconfiguracién del mundo de Ia civilizacidn en el cual el nifio esté y, por otro lado, la recon- figuracién del discurso analitico. Silvia Elena Tendlarz: Su libro El reverso de la biopolitica marca un giro en sus reflexiones sobre el psicoandlisis, sobre todo 1a manera con. que usted explica cémo un sujeto puede ser sfntoma de otro cuerpo. Entonces, ,¢6mo pensar primero al nifio como sintoma de otro cuerpo, ya sea del padre 0 de la madre y, por otro lado, esto acaso modifica el lugar del niffio como sintoma de la pareja conyugal o el lugar del nifio en e] fantasma materno? ;Habria una modificacién a partir de las Ultimas reflexiones de Lacan en torno al sinthome? Eric Laurent: Si, sin duda hay una modificacién de Jo que es el abordaje clasico de la significacién félica. La configuracién freudiana de la signi- ficacién félica pasa por a amenaza de castracién del padre al nifio varon, que lo introduce después de un tiempo con este pasaje por el -p, lo que Lacan Ilamé menos fi para logificar esta amenaza de que “te Jo van a quitar si lo utilizas de mala manera”, define después una significaci6n falica positiva en la que el nifio varén se aloja. Del lado de la nifia mujer es més bien el amor. En la nifia mujer precisamente hay este cambio del objeto de amor que ocupé tanto a Freud, pasar del amor de'la madre al amor del padre, y este pasaje deja distintas huellas. Lo central no es la amenaza de la castracién, sino que la pérdida de amor funciona como el lugar central de lo que puede faltar. Lacan poco a poco formaliza primero el drama edipico, la amenaza y todo esto lo reconfigura extrayendo su légica. Después da un paso més, a partir del seminario La angustia, y plantea una angustia fundamental separada de toda amenaza, Se trata de una angustia vinculada no tanto 10 EI niffo y su familia al “falito” como el objeto amenazado, sino que mas bien reconfigura Ja angustia como angustia de separacién, a partir de la manera con que se separan los objetos del cuerpo, y articula el cuerpo a sus objetos de una forma que permite eludir todo el drama de la amenaza de castra- cidn. Permite en el horizonte establecer una significacién falica sin pasar por la metéfora paterna que era la logificacién del drama edipico cla- sico. Esta es una etapa decisiva en Lacan, la definicin de la angustia Lacaniana.! Intenté mostrar en los articulos del libro que hay un cambio enel horizonte clinico de lo que se hace con el nifio que tiene que elabo- rar la significacién falica cuando esta tambaleante, cuando es inexistente © poco existente. No pasa por la consideracién estricta del drama edipi- co, pasa més bien por establecer las versiones del objeto a que tiene el nifio, las separaciones que él ha podido hacer de sus objetos y el valor de objeto a que tiene para Ja madre. Y esto determina el valor filico. Entonces esto desplaza la prictica clinica con el nifio, lo que se quiere obtener de un andlisis con nifios: versiones de! valor falico, las coordena- das de las versiones del objeto a, permite definir, indagar y obtener este valor félico, que es también encarnado por el objeto transicional como decia Winnicott, este objeto que circula, que hace cépula entre el nifio y Ja madre, y que el nifio mismo puede tener valor de objeto para la madre. Pero utilizarlo como instrumento es una etapa en el horizonte de lo que usted interroga con “el ser el sintoma de otro cuerpo”. “Ser el sintoma de otro cuerpo” es esencialmente, de manera deter- minante en la enseffanza de Lacan, la posicién de la mujer, de una mujer, que puede ser sintoma de otro cuerpo, del cuerpo del hombre. Esto parte de la idea de que lo que hab{a en la ensefianza clésica era que una mujer tiene valor falico para un hombre. El hombre puede tener el falo y al mismo tiempo puede tratar de identificarse a él, narcisisticamente. La que es el falo es una mujer. Entonces una mujer, en esta etapa previa, es el falo de otro cuerpo. Y, en esta perspectiva, él hombre tiene el uso de su pene con valor falico si su disposicién subjetiva le permite 1. Miller, I-A., La angustia. Introducciéa al Seminario X de Jacques Lacan, ELP~ Gredos, Madrid, 2007, p. 56. Eric Laurent aceptar, reconocer, admitir, amar el hecho de que el falo de su cuerpo es la partenaire. A partir de esto, de ser el falo, Lacan lo modifica un poco y lo hace ser el sfntoma, ser el falo sintoma. Esta encarnacién de la mujer del valor félico, del valor de goce del otro cuerpo, del cuerpo del hombre, se vuelve efectivamente sintoma para descifrar, enigma para un hombre. Y en lugar de descifrar las dificultades que tiene un hom- bre con lo falico, esta dificil articulacién entre ser y tener que es toda la dialéctica félica del lado del hombre, esto se reconfigura con Ja idea de la mujer como sintoma a descifrar por el cuerpo del hombre que reem- plaza sus embrollos falicos de la época clisica con sus embrollos con el partenaire-sintoma. El goce falico entra en la categoria del partenaire- sintoma. La bascula fundamental en la obra de Lacan es de reinventar el psicoandlisis no del lado de los valores masculinos sino femeninos. A partir del goce femenino rearma todas las articulaciones y los usos den- tro del psicoandlisis de las categorias mas cldsicas. La mujer-sintoma de otro cuerpo permite despiazar toda una serie de preguntas. Por ejemplo, las observaciones clinicas que sitian al nifio en su valor falico para una mujer. Lacan dice que esto significa esencialmente que todos los objetos de amor de una mujer son objets separados, se separan de ella, Es la raz6n por la que ellas no estén tan aferradas como los hombres a tener el goce del propietario, para denotar la relacidn del hombre que tiene siem- pre el temor de perder su érgano, las mujeres son mucho més sueltas con esto porque tienen objetos separados, que van por el mundo, y entonces no tienen la misma angustia, la angustia es mds real en esta exigencia de amor de estos objetos separados, A partir de esta bascula vemos que la relacién del nifio con Ja madre, del nifio como objeto a de la madre, es algo muy prpfundo, no e8 sélo falo, es la carga de objeto de goce y es esto que Eacan trabaja en la “Nota sobre el nifio”. Es una direccién de trabajo que sigue hasta el Seminario R.S.I. hasta el momento en el que puede definir un padre, estrictamente, no a partir de un amor al padre como primera identi‘ ficacién freudiana. Lacan hace del amor al padre algo que pasa por la manera con Ia que se ocupa de los objetos @ de una madre. “Un padre slo tiene derecho al respeto, si no al amor, si el dicho respeto, el dicho amor... estd pére-versamente orientado, es decir hace de una mujer el 12 288 occnentcemmersinmneen El nifio y su familia objeto que causa su deseo, Pero Jo que una mujer a-coge asi no tiene nada que ver en la cuestidn. De lo que ella se ocupa, es de otros objetos a, que son los hijos” 2 El padre, en esta nueva configuracién lacaniana, tiene una dignidad porque es él el que puede hacer una operacién que da un lugar de mujer auna madre. La madre tiene sus objetos a, y se ocupa con esto, es decir quc lo que causa cl deseo de la madre son los objetos a precisamente, que ella produce, sus nifios, Pero un hombre, dice Lacan, solo es digno de amor y de respeto porque hace una metéfora particular con esta madre en tanto que como mujer ella causa su deseo. Entonces en lugar de par- tir del lugar de lo que Lacan considera “la chifladura de Freud”, pensar que habfa una identificacién al padre que determinaba el amor de manera esencial, é1 considera que el amor al padre es una deduccién que viene a partir de una operacién que se efecttia o no. No es en sf misma una iden- tificaci6n primordial dada de antemano. Si un hombre hace esta alquimia particular entonces se produce el fenémeno “amor al padre”. Todo esto en las familias contemporaneas, recompuestas, divididas, atravesadas por amores y odios nuevos, permite orientarse en el tema, més que, por ejem- plo, tener como énico horizonte hacer creer a todo el mundo que Ia tnica solucién es tener una familia unida y cldsica, 0 confundir una familia unida con lo real de la familia. Se podrfa decir que la terapia sistémica, que trata de considerar a Ja familia sistémica como un sistema, y todo el mundo tiene su lugar en el sistema, funciona si los terapeutas tienen et tacto de saber reconocer la diferencia entre el sistema como norma y lo real que esté en juego. y no slo como trastorno que habria que deducir, sino que hay que articular en este sistema. Para nosotros no hay siste- ma familiar, hay este real de la familia que articula de una manera nueva cémo el hombre que hace de una mujer la causa de su deseo esta articula- doa la familia. Da un horizonte clinico renovado y mas adaptado a Jo que son las nuevas demandas que tenemos de familias y de nifios inmersos en una familia muy distinta de lo que era el ideal inmévil. 2. Lacan, J., Le Séminaire, livre eit, “RSY", legon du 21 janvier 1975, Ornicar?, n°3, Paris, Lyse, mai 1975, p. 107. Eric Laurent Silvia Elena Tendlarz: ,Cémo situar al nifio en la oposicién clésica entre sintoma y fantasma? Eric Laurent; Precisamente creo que tenemos que profundizar esta opo- sicién sintoma-fantasma. Lacan Jo hizo de una manera sensacional con esta distincién entre el nifio sintoma de la pareja y el nifio objeto del fantasma materno. Esto fue muy stil y es un instrumento clinico deter- minante porque decir sintoma de la pareja desplaza también el drama, ya no es el drama el que esta en juego, es cémo se articulan en tanto que la pareja tiene esta dimensi6n real. El nifio sintoma de una pareja es el valor de cémo se articula una configuracion RSI, una configuraci6n real, simbélica e imaginaria, de este nifio con 1a pareja en sus distintos aspec- tos, articulados mucho més alld de las formas legales del matrimonio. Cuando digo que hay que profundizarlo es porque también creo que hay que considerar al niiio no solamente como objeto del fantasma materno sino como sintoma de la madre, es decir, la oposicion sintoma- objeto del fantasma en su relacién con la madre. Esto permite también definir y articular de manera més sofisticada la oposicién real, simbélica, imaginaria del niffo en su relacién con la madre, Esto se trabajé al final det texto “Nota sobre ef nifio”, cuando Lacan nota que las mujeres tienen su objeto en una dimensién real. El objeto a tiene que ser ubicado en esta dimensién no s6lo imaginaria y simbélica sino real. Esto permite definir un valor de goce més alld del valor falico, un goce que es mds el goce femenino en las madres, esta dimensién del goce que esté més al del valor fallico. Para definir mas precisamente este valor real del objeto hay que articular sintoma y fantasma del lado materno que permite una precisién mas importante y creo que clinicamente es titil y hay, que tomar en cuenta esta doble dimensién. Esto forma parte de la renovacién del discurso que hemos elabora- do en relacién con algunos puntos candentes del nifio con la madre, en el cual hemos considerado que en Ja clinica hay que considerar la rela cin del nifio con su madre o del nifio con los padres en la dimensién de ia invencién —de la misma manera que consideramos otros campos clinicos del lado de la invencidn-, de lo que se produce con los padres, en la parentalidad. El apoyo de la invencién que hacen los padres con 14 El nifo y su familia los nifios es la puerta de entrada a través de la cual el terapeuta después puede tratar de ampliarla 0 alojarse. A partir de lo que fue Ja primera definicién de la relacién positiva de la invencién se puede ordenar el montaje real, simbélico, imaginario con los padres. Silvia Elena Tendlarz: Me gustaria preguntarle sobre Ja expansion del mundo virtual ,qué relacién tiene entre el nifio y su familia? Y en con- traposicién a esto, ,edmo acttia entre ellos los procesos segregativos que son cada vez mas acuciantes en la actualidad? Eric Laurent: Efectivamente son dos cosas que van juntas. La nueva arti- culacién del nifio con sus pantallas introducidas en la edad mas temprana para distraerlo, calmarlo, interesarlo, fijarlo, dibujos animados en dosis masivas desde el aiio y medio, etc., todo esto da una dimensién de una extension considerable de los nifios a un mundo completamente globali- zado, a un mundo generalizado y global, un sin limite de esta relacién del nifio con la pantalla, la pantalla es decir una ventana que hace que el nifio de entrada se encuentre globalizado. Y, del otro lado, va junto a procesos de segregaciones reales masivos. Este nifio globalizado se encuentra en muchos aspectos en una segregacién, se topa con los muros de la segre- gacién social mucho ms severos, mucho mis fuertes de los que existian antes. Primero, con la extensién de las desigualdades en todos los paises vemos que surgen segregaciones que no existian y que eran més pacifi- cadas y que ahora se ven como separaciones mucho més agudas y mil- tiples. No es sdlo como era antes, segregacién de clases, ahora la estra- tificacién de la burguesia como Ja estratificacidn del proletariado hace una multiplicacién de segregaciones que separan de manera més o menos brutal. Los nifios como ciudadanos que no tienen nada més en comtin, lo tinico que tienen en comin es Ia pantalla. Por lo demés, son separaciones cada vez més diversas y agudas. En este sentido, se refuerza el cardcter real del fazo con la pantalla que es el tinico acceso a este mundo globali- zado, y se ve cémo los nifios hacen distintos usos de la pantalla. Ahora los nifios del mundo no solo tienen a las producciones de Walt Disney como lengua comtin sino también los personajes de los Mangas japoneses, Se extiende cada vez més las identificaciones dispuestas para 13 Eric Laurent os niffos para hablar como los personajes de los dibujos animados. Eso puede ser utilizado en las terapias y en el abordaje del avtismo también, porque incluso los autistas estén inmersos en esta cuestion. Después pasan al uso del celular, al uso del celular como apéndice fundamen- tal del sujeto, y luego a la computadora, con estas patologias de nifios y j6venes adultos que se encierran en una habitacién con una pantalla y no quieren salir mas, y tienen una relacién con el mundo determina- da por esto. Esto sucede especialmente en las civilizaciones asidticas, especialmente Japén o Corea, en los cuales hay una presién social muy fuerte, una determinacién social de cortesia en estas civilizaciones donde la relacién det sujeto con el mundo es estrictamente definida por nor- mas muy exigentes, que puede producir una separacién con ef mundo. El nifio queda fuera de todas las normas sociales encerrado con su computa- dora, y no es una patologfa necesariamente psicética, no concierne sola~ mente a los nifios psicéticos en el sentido de la psiquiatrfa. Sin duda son nifios que estan separados, pero define una clinica extrafia. Hay nifios que se encierran por diez afios y no quieren salir, y un dia salen y se encuentran con el mundo de nuevo después de este paréntesis extrafio, Cuando estuve en Japén un profesor en 1a facultad tenfa un compafiero de estudios que un dfa se encerré, se quedé diez afios encerrado y ahora es el presidente de la asociacién japonesa de los hikikomoris. Existen ese tipo de cosas, se socializan entre posthikikomoris. Silvia Elena Tendlarz: ;Serfa lo contrario a la segregacién? Eric Laurent: Primero esté el proceso de segregacién de encerrarse en su habitacién, y después de la experiencia una resocializaci6n, una desegre- gaci6n a partir de esto. Hay movimientos que son, al mismo tiempo, de segregacién econémica y social, por un Jado, y segregaciones que pro- ducen invenciones de los sujetos que se segregan a si mismos, como los hikikomoris, y que alcanzan niveles altos en paises y civilizaciones donde® la presién social es agobiante, en donde tenemos este tipo de fenémenos. La presiGn social japonesa no es de segregacién, en cierto nivel, es una exigencia de inclusién a todos los niveles, es una exigencia de normalidad inclusiva que produce efectos de reaccién que pueden ser muy fuertes. 16 rein ae El nifto y su familia Entonces tenemos una articulacién entre lo virtual y las adicciones efectivas de los nifios, y ahora es una ejercicio de tacto parental esen- cial tratar de regular la relacin que tienen sus hijos con diversas pan- tallas, para que duerman el numero de horas suficientes, para lo que el desarrollo de la adolescencia que implica mucha energia y que impli- ca también dormir para recuperarse, o para tener un intercambio con los padres que implica levantar los ojos del celular y no enviar inmediata- mente mensajes a su red de amigos y amigas, etc. Y todo esto implica una nueva clase de negociaciones en la vida cotidiana de los padres, es la regulacién de un goce real a partir de lo que hay en el mundo virtual. Silvia Elena Tendlarz; Existe en las neurociencias un debate importante en tomo a Ja inteligencia artificial, ,qué Ingar ocupa el nifio en este debate? Eric Laurent: Bl nifio es ahora un campo de batalla entre las neurocien- cias y los pedagogos. Los pedagogos siempre quisieron ocuparse de los nifios y fue el genio de los jesuitas que, como lo noté Michelet —un autor que Lacan amaba mucho-, cémo en la nueva época del Renacimiento, para conquistar el corazén de las mujeres, los jesuitas propusieron ocu- parse de sus nifios. No es el padre que se ocupa de los objetos @, pero fue asi, los hombres de dios ocupiindose de Jos niffos de la época, y asf conquistando el corazén de las mujeres. No hacen de ellas la causa de su deseo sino la causa de un amor divino al ocuparse de los nifios. Ahora los pedagogos tienen la competencia del lado de las neurociencias, que considera que tienen la ciencia del aprendizaje, y que con la cartografia que hacen de la actividad cerebral, algunos neurocientificos, no todos, consideran que han alcanzado el momento en el que pueden dar indica- ciones cientificas seguras sobre lo que es el aprendizaje y la manera con la que hay que enseffarles algo sobre los nifios. En Francia, por ejemplo, nuestro presidente Macron ha nombrado para el Ministerio de Educacién al nuevo Ministro Jean-Michel Blanquer, que tiene un gran afin por apoyarse sobre las neurociencias para definir lo que es la ensefianza, en todos los aspectos, ritmos, sobre todo en Ja primera edad, cémo apren- der las mateméticas, a relacién con la lengua, etc. Esencialmente por el momento todo esto sigue la idea de que no hay que confiar estrictamente en 17 Eric Laurent la inventiva 0 en la creatividad del nifio, como se hacfa en cierta época, sino también hay que respetar lo que es la repeticin, puesto que permite imprimir en el cerebro las actividades, etc, Por el momento no va mucho: mas alld, es solamente cierta desconfianza de dejar a los nifios inventar cosas contando con la imaginacién. No solamente esta la imaginacién sino que hay que repetir durante algunas horas, tienen que dedicarse a fijar los aprendizajes. Esta clave del aprendizaje es fundamental porque, por ejemplo, en cierta época, al fijarse en las esperanzas de la imagi- nacién se habia reducido el interés por aprender realmente las materias, Con en el acento puesto por Lacan sobre lo simbélico de lo real, hizo que en las cuestiones de reformas de la universidad y de la escuela, entre aquellas personas inspiradas por Lacan, Jean-Claude Milner —que fue durante un tiempo consejero del Ministro de Educacién en la época de Jean-Pierre Chevénement-, insistié que habfa que aprender como tal, que habfa que pasar por la ldgica de un discurso para entrar en la estruc- tura compleja del Otro simbélico y no apoyarse sélo en tos poderes de lo imaginario. Habfa un real-simb6lico de las distintas materias. Esto se desplaza con las neurociencias y tendremos debates acerca de cémo ubi- car el estatuto del nifio neuronal, su lugar y su articulacién en competi- cién con el nifio objeto a. Sin duda tendremos cosas para discutir con nuestros colegas de las neurociencias. Sobre la inteligencia artificial lo importante es la renovacién del afan por este tema que cay6. Hace unos diez afios ya no habia interés por la inteligencia artificial, por lo menos lo que Minski lam6 asf en los aiios 60, cémo las maquinas pueden aprender con una imitacién con los modos del aprendizaje humano, automitico. En ta actualidad hay una sensacién de renovacién con el uso del Big Dara. El uso de series de datos enormes que se han construido permiten Ia articulacién de una computadora con estas bases de datos, con objetos identificados dentro de ella y cambié completamente el panorama. Ahora la inteligencia arti- ficial es algo fundamental de Google, de Amazon, de Facebook, y se lee” todos los dfas sobre las nuevas hazafias, cmo las técnicas de recono- cimiento facial permitiran ver y cémo difundirén lo que va a cambiar. Pero por lo menos existe esta renovacion. En las tiltimas Jornadas de la Escuela de la Causa freudiana, tuvimos una discusién sobre esto con un 18 & uncer eaieee El nifto y su familia responsable de Google de una parte de] Departamento de Inteligencia Attificial de Alfabet, Samy Bengio. Lo que nos interesa es que resulta claro que los humanos no aprendemos como las maquinas, por el hecho de que no tenemos acceso a base de datos inmensos. En su vida un suje- to humano tiene acceso a muy pocas cosas, a muy pocos datos, y con esto aprendemos cosas extraordinarias. Lo tinico que él decia, es intere- sante, es que el ser humano tiene acceso a muy pocas cosas, como ele- mentos, para reconocer a un perro un nifio ha visto a quince o treinta perros, y con esto sabe reconocer un perro. Una maquina tiene que tener millones de fotos de perros para identifica a un perro, pero finalmente lo identifica. Una maquina puede diferenciar un perro blanco y un labo blanco también de razas muy préximas, un humano no podria hacerlo. Una maquina bien construida puede hacer diferencias muy grandes. Pero 61 decia que Jos humanos tienen acceso a muy pocos elementos pero a muchas més cosas que una maquina. Un nifio no para de tener acceso a cosas nuevas de la majjana a la tarde, y también a Ja noche cuando esta frente a la pantalla en lugar de dormir, 0 si duerme, con sus sue- fos. Entonces dice que hay una relacion con el mucho. Esto nos intere- sa, especialmente en el psicoandlisis. Hay algo que el hombre no tiene acceso como mucho, que es lo que se relaciona con lo sexual. Inchuso los Don Juanes de un sexo 0 de otro, o los que tienen un afan para tener rela- ciones sexuales multiples, tipo Catherine Millet, sean cuales sean estos sujetos, no es lo mucho que abunda, sino mas bien lo méitiple, que es otra cosa. Es una selaci6n entre el Uno y lo miltiple, el Uno del goce y lo miltiple del partenaire. El saber que se puede extraer de esto del lado del partenaire jouissance, del partenaire de goce, probablemente lo dife- rencia de la maquina: el modo de aprendizaje del lado de 1a inteligen- cia artificial se diferencia del modo de aprendizaje de un sujeto huma- no que no aprende, encuentra en la contingencia, encuentra partenaires que dejan huelias inolvidables que después se repiten de manera tal que podemos decir que del lado de lo sexual no se aprende nada Barcelona, 2 de abril de 2018 1. Una lectura de “Nota sobre el nifie”* La “Nota sobre el nifio” esta a continuacién, en los Orros escritos, de la “Alocucién sobre las psicosis del nifio”.? Estos dos textos constituyen una bascula en la ensefianza de Lacan sobre el nifio, y que Ia aborda a través de la l6gica de! fantasma, especialmente del fantasma materno. En esta “Nota...”, escrita y dirigida a un destinatario particular, el estilo se encuentra en ruptura con los otros textos escrites por Lacan en el transcurso del afio 1969. Resulta de una claridad y de una simplici- dad sorprendente. Su estilo no supone que sean conocidos los desarrollos recientes de sv obra, aunque extraiga sus consecuencias. Comparémoslo, por ejemplo, con “Radiofonia”, escrito el mismo aiio para una emisin de radio, texto escrito que presenta una dificultad singular en la construc cidn de las frases y en su articulacién. Lacan eligié este estilo simple, préximo al Seminario, para dirigirse auna amiga, Jenny Aubry, quien no segufa su ensefianza desde hacfa un tiempo. Explica lo que elabora: el objeto a, el fantasma, en términos que pueda entenderlo un lector que tiene una idea del fantasma anclado ea la ensefianza final de los afios 50. 1 Lacan, J. 2. Lacan, J.,"Alecucién sobre las psicosis en a infane’ ‘Nota sobre el nifio”, Orros Escritos. Buenos Aires: Paidés, 2012, p. 393, *. Otros Escritos, op. cit..p. 381 aL Eric Laurent La ensefianza de Lacan se aceleré mucho a partir del momento en que fund su propia Escuela en 1964. Se separé del comentario del texto frendiano o de las referencias a la tradicién psicoanalitica, a la lengua comtin de los psicoanalistas. Tomé como objeto su ensefianza como tal, suponiéndola conocida. Los temas nuevos se multiplicaron. Se ocupa en esta “Nota...” de una especie de recuperacién, de corto- cireuito, entre dos momentos de su enseflanza. La sefiora Jenny Aubry era una amiga y una gran dama de la psiquiatria francesa. En Francia fue Ja primera mujer Jefa del Servicio de Psiquiatrfa Infantil. Quiso refor- mar las précticas y las instituciones que se ocuparon de nifios. Puso en funcionamiento un sistema de admisin de nifios psicdticos, especial- mente ubicados en sus domicilios, que tomaba el relevo de las institu- ciones anénimas 0 dejadas a su suerte. En el marco de estas reflexiones practicas para orientarse en los cuidados brindados al nifio, le pregunta a Lacan en qué podria servirle aquello que él hacfa. Lacan responde a esta demanda de modo pragmitico, tomando en cuenta los obstéculos para Girigirse al nifio e insertarlo en el dispositivo psicoanalitico. La familia y el residuo ‘Ms alld de esta orientacién, este texto se ocupa del nifio en su gene~ ralidad. La “Nota...” escrita en 1969 corresponde a un momento histé- rico particular, después de 1968. Hasta ese momento, Francia no habia seguido la americanizacién de las costumbres que toda Europa, el norte mas particularmente, habfa tomado mas profundamente. No tuvo lugar todavia el relevo de los hombres de Estado que hacfan de padre, como De Gaulle. Los americans habian adoptado el estilo juvenil de Kennedy, el estilo moderno de ejercicio de 1a autoridad. La recuperacién hacia la modernidad en el 1968 se hizo por el quiebre de las identifica~ ciones. Las leyes que aprobé el presidente Giscard d’Estaing cambiaron el sistema de filiacién en Francia y puso en sintonia las costumbres y las filiaciones. Fue también el tiempo de las comunidades diversas mas © menos estables en las que el lazo de la pareja parecia haberse sobre- pasado. Apatecieron pequefias sectas dedicadas a explorar esas cosas. 22 El nifio y su familia Las consecuencias no fueron sin enloquecimientos subjetivos. Los psicoanalistas en Jos afios que siguieron recuperaron bastante los daiios producidos en esas grandes agitaciones que dejaron a muchos sujetos perdidos. Después de mayo del 68 fue necesario despertarse un poco de estas embriagueces identitarias. En el afio 1969 Lacan comenté en vivo jos eventos del 68 en su Seminario El reverso del psicoandlisis. Fue un forzamiento. Presenta las consecuencias de los acontecimientos y anun- cia Jas perspectivas que iban a esbozarse, especialmente el triunfo de la Universidad. Es exactamente lo que pas6. Muestra cémo el llamado al amo, como le dijo a los estudiantes, es un llamado histérico. Lacan no se oculté ni lo dejé en silencio. Fue una de las raras luminarias de la época en ira Vincennes para decir a los estudiantes “Usiedes, como revolucio- narios, aspiran a tener un amo, pues lo tendran”.? No los alent6 a darse directamente contra las paredes, a recibir los golpes represivos, tuvo el cuidado de advertirles “si ustedes hacen eso, he aqui lo que tendran”. Tomé asi el lugar de intérprete del fenémeno hist6rico que se desarrolla- ba. Este comentario tuvo las mismas resonancias cautivantes que el texto “Psicologia de las masas y andlisis del yo”, en el que Freud en 1920 anti- cipé el funcionamiento de fos partidos totalitarios. Resulta de una luci- dez psicoanaiftica destacable. ‘Tiempo antes, en septiembre de 1968, Lacan reescribe una interven- cién suya tealizada en 1967 en el “Congreso sobre fa infancia alienada” organizado por Maud Manoni, donde estaban presemtes Laing y Cooper y sin la presencia de Winnicott. En ese texto Lacan enuncia algunas ver- dades sobre el estado de la civilizacién para advertirles sobre la pendien- te ut6pica que los captaba. “Estamos en la época, dijo, de los imperialis- mos y la cuestién es la siguiente: ,Cémo hacer para que masas humanas, condenadas al mismo espacio, no solamente geogréfico, sino en esta oca- sion familiar, permanezcan separadas?”# Y eso anuncia Jos procesos de segregaciOn que se radicalizarén, La creencia en el padre es puesta en El seminario, Libro 17, El reverso del psicoandtisis (1969-70). Buenos Aires: Paidés, 2008. 4, Lacan, J,, “Alocucién * op. cit. p. 383 23 Eric Laurent serie, desplazada en esta puesta en comin, en un espacio dado de los “imperialismos del goce”. La “Nota sobre el nifio” es del mismo tenor y comienza con una reflexin del estado actual de la familia en 1a civilizacin. “Parece ver el fracaso de las utopias comunitarias” 5 esta observacion designa también Jas comunidades del 68 como los kibutz. Se comienza a ver una coloca- cién del conjunto de esas tentativas a las que hay que afiadir las comuni- dades antipsiquidtricas inglesas. Lacan inicié sus reflexiones sobre 1a familia en la teorfa psicoana- litica en el “Estadio del espejo” y “Los complejos familiares”, que es una reflexién psicounalitica sobre la clinica y el destino de la familia en Oecidente. Este estudio de 1938 le permite dar una mirada critica sobre el complejo de Edipo en tanto mito. Lacan no tenfa verdaderamente simpatfa hacia el uso del mito en psicoandlisis. Mas que captar el Edipo como algo siempre abi, que no cambiaré jamés —que es la vertiente jun- guiana, muestra cmo depende de las formas de evolucién de la civi- lizacién. En 1938 hace valer que se puede describir la evolucién de la familia hacia una forma de reduccién a la familia nuclear. Pero, més pre- cisamente, la familia nuclear no es fundamental. La familia rindié su ser- vicio, se trata ahora de otra cosa. La verdad de la familia se transformé en la variedad de las formas de matrimonio. Lacan sostiene entonces, desde hace tiempo, una tesis sobre la fami- lia conyugal y su lugar en la evolucién en las sociedades. Entre “Los complejos familiares...” y la “Nota...” fueron publicados los grandes textos sobre la familia de Lévi-Strauss. Indican cémo “Los complejos familiares...” encontraron el método estructural, No citaré mds que una presentacién hecha por Lévi-Strauss de su método: “,A qué,tendia mi articulo de 1945? Se trataba de mostrar que una estructura de parentesco, por mas simple que sea, nunca puede ser construida a partir de una fami- fia biolégica compuesta por el padre, la madre y sus hijos, sino que eso siempre implica, dada de entrada, una relaci6n de alianza” . 5. Lacan, J.,"*Nota sobre el nifio”, op. cit. p. 393. 6. Lévi-Strauss, Anrropologia estructural. Buenos Aires: Eudeba, 1973, 24 pea El nifto y su familia En la “Nota sobre el nifio” Lacan da cuenta tanto del aporte del psicoandlisis en sus consideraciones antropolgicas sobre la familia como de las experiencias ut6picas que interrogan los limites de la familia nuclear. Las conclusiones que extrae son indisociables de ese momento hist6rico y de la nueva situacién de la familia en los discursos contem- pordneos, momento en el que se inscribe el proyecto de la seffora Aubry, que elabora su sistema de familias de ayuda. Las funciones del padre y de ]a madre En la “Nota...” hay una ausencia que sorprende de entrada. En esta voluntad de inscribir el aporte del psicoanalista a una reflexién sobre la familia no figura el término de complejo de Edipo. Es una ausen- cia completamente central. Figura una aproximacién funcionalista, no un discurso mitico sino un discurso funcional. Lacan sitia las funcio- nes del padre y de la madre. Su cardcter irreductible es establecido a partir del fracaso de las utopfas comunitarias. Bl psicoanalista aborda todo desde el punto de vista del fracaso: los actos failidos, el sintoma, el acto sintomético, aquello que fracasa, que cae. De aquello que tiene éxito no tiene mucho para decir. De las utopias comunitarias como tales el psicoanalista puede explicar lo que piensa, eventualmente tener pun- tos de vista politicos, pero no en tanto que psicoanalista. Esta, por otra parte, autorizado a captar lo que fracasa en el bricolaje con los ideales de la familia, Lacan nos recuerda: “la funcién de residuo que sostiene la familia conyugal”.? En la familia nuclear permanece la forma resi- dual de existencia de la familia en todas las sociedades y Lévi-Strauss lo ve como una evolucién a nivel planetario. Hay residuo porque la familia permanece ahi y fracasé en todos los lugares que se creyé poder reemplazarla por sistemas comunitarios. Las personas se apuran por reformar las familias, tan disfuncionales, monoparentales 0 recompues- tas como sean. 7. Lacan, J.,"Nota sobre ef nifio”, op. cit. p. 393. Eric Laurent Asi se deduce otro orden de hechos que escapa a lo que seria “la transmision de 1a vida segiin Ja satisfaccién de las necesidades”. Lacan no define el orden simbélico a través de la civilizacién, el orden o la cara del Otro. Toma el orden simbélico por lo bajo, el fracaso, el residuo. He aqui lo que testimonia: “de un orden diferente de la de la vida segiin la satisfacciGn de las necesidades, pero que conlleva una constitucion sub- jetiva, lo que implica la relacién con un deseo que no sea andnime” El término deseo rompe con el punto de vista histérico y sociolégico. Se refleja y opone a las necesidades de la vida que debe reproducirse. Después de esa necesidad se juzgan las funciones de madre y de padre. Y distribuye a continuacién, de manera freudiana, el cuidado de la madre en tanto “que sus cuidados Heven la marca de un interés particu- larizado”. Bs 1a madre del cuidado prolongado con el interés particulari- zado. El padre es atrapado por un fragmento que no es el fragmento del mito. No es el padre de Ia horda primitiva, el padre de “Totem y taba”. Es un padre més prdximo al de “Moisés y ef monotefsmo” puesto que esté definido en tanto que “su nombre es el vector de una encamacién de la Ley en el deseo”? Detengémonos sobre la “madre del cuidado”. A la madre freudia- na, la que establece la relaci6n anaclitica, se afiade “el interés particu- larizado ya sea por la via de sus propias faltas”. Esto me parece que es verdaderamente la manera en que Lacan traduce la expresién inglesa de Winnicott “Ia madre suficientemente buena”, “Good enough mother”. Este concepto, inventado por Winnicott, permitia resistir el ideal mater- no Kleiniano de la buena madre, en la oposicién de buena madre-mala madre, dialéetica infernal. Lacan lo traduce diciendo que la madre fan- ciona a través de la falta. Lacan juega en este punto con el,sindnimo entre los términos de falta, mangue y faute: las faltas son de la madre en tanto que ella falta a ser la madre perfecta, y la falta en tanto que es el camino del deseo. Y precisa él pensamiento de Winnicott: el “good enough” ,“suficientemente buena”, no aleanza. La manera en que la falta” 8. dem. 9. Idem. 26 El nitto y su familia en el cuidado se articula al deseo de la madre propiamente dicho, en tanto que la enlaza al hombre con quien tuvo este hijo. Volvamos sobre el padre que Lacan describe: “En tanto su nombre es el vector de una encarnacién de la Ley en el deseo”. No es una referencia al mito sino a la teologfa. ; Qué es la encarnacién? Es “hacerse carne”, el verbo que se hace carne. “La encarnacién de la Ley en el deseo” es una expresién paradéjica puesto que aparentemente Ley y deseo se oponen. Las leyes estan hechas para limitar los deseos, para ponerlos en forma. «No podria decirse, por ejemplo, “la encarnacién del deseo en la Ley”? El padre, segiin Lacan, no es simplemente el padre de la prohibicidn, es el padre que retine todas las contradicciones del padre freudiano, no sola~ mente el de Ia prohibicién sino también ef padre gozador y el padre de la horda, En definitiva, es el padre que muestra el camino, Moisés quien busca las tablas de la Ley y que, con el precio de su vida, eterniza la Ley. Moisés muestra que es necesario hacer mucho mds que prohibir. Es necesario guiar y conducir al Pueblo elegido hasta la Tierra prometida. En ese sentido el padre no debe prometer cualquier cosa. Se apoya sobre la ley pero transgrediéndola. Prohibe la madre y se acuesta con ella. Si no se acuesta con ella y se contenta con prohibir, no es mas que el padre del pudor, el soporte de la prohibicién, el tirano doméstico, incluso el padre de! presidente Schreber. El padre enuncia la ley y muestra cmo ella se humaniza, cémo se puede vivir sirviéndose de ella. El padre mismo debe cumplir sus promesas mostrando cémo es posible vivir con Ja ley. En ese sentido, es al mismo tiempo vector y transgresor de la ley. Es un transgresor humanizado, el que llega a hacer de la ley algo vivien- te y no de la muerte, algo separado, algo del ideal. “La encarnacién de Ja ley en el deseo” es el deseo en tanto que lleva sus promesas. Por aqui Lacan llega a la dimensién del mas alld del Edipo. Mas alld de la creen- cia en el padre, el padre se encuentra reducido a su funcién de un util, de instrumento. Eso hace que su estatuto pueda ser puesto en causa, como Jo es tan profundamente en la evolucién de los sistemas de parentesco de Jas sociedades occidentales, sin que por ello todo mundo se vuelva loco. Dei texto de Lacan no se deduce ningtin conservacionismo en rela- cién a las formas existentes de la familia, ninguna nostalgia. Eric Laurent El nifio y lo real Viene una parte centrada sobre [a introduccién de nifio en tanto que real. Comparemos esta aproximacién @ la del texto freudiano cuando Freud aborda el nifio a partir del ideal del yo de los padres, His Majesty the Baby. Fi ideal llega al nifio a través del narcisismo parental que se transforma en ideal del yo. Si el nifio, en su realidad, no responde a las normas del ideal, hay un trastorno en ese momento en la familia. Lacan se refiere primero al abordaje freudiano clasico en la “Nota...” evocando “Ia distancia entre la identificaci6n con ideal del yo y la parte tomada del deseo de la madre”.' En el hilo de este texto introduce la cuestin a partir de los desarrollos del psicoandlisis desde Freud, es decir, del aporte de Melanie Klein al psicoandlisis de niffos. Bl nifio no es més abordado en tétminos ideales sino a partir de sus fantasmas. Lacan reformula la cuestin a partir de Ja relaci6n fantasmitica entre el niffo y Ia madre. Introduce aquf sus categorfas: “BI nifio realiza la presencia de Jo que Jacques Lacan designa como objeto a en et fantasma”.!! Lacan inventa el objeto a para nombrar algunos objetos aparecidos en el psi- coandlisis después del objeto pulsional freudiano: el objeto del fantasma Kleiniano, el objeto transicional de Winnicott, el objeto narcisista desa- rrollado por ciertas corrientes americanas. El concepto de objeto a surge asf de Ja critica de la “relacién de objeto”, una nocién que se habia vuelto central en psicoandlisis. El objeto a puede ser alternadamente diferentes virtualidades: objeto del fantasma, objeto pulsional, objeto transicional. Este objeto no es de la madre ni el del nifio. Articula el cit- cuito del fantasma y el circuito félico de los intercambios. Lacan aborda decididamente ef lugar del nifio a partir del objeto a. Lacan parte de la categoria del deseo de la madre y del hecho de que se dirija a una falta. Est4 articulado alrededor de una x. Si la madre da a ese x ef valor de falo “simboliza su deseo en el falo”, es decir que el nifio “satura al sus- tituirse a este objeto, el modo de carencia en que se especifica el deseo” 10. dem, p. 394. MIdem. 28 El nifto y su familia (de la madre)”, esto es reformular el Penisneid freudiano distinguiendo el nifio-falo y del nifio-objeto. La relacién fantasmatica madre-nifio es situada de entrada en térmi- nos de relacién y de “falta de objeto”. La verdad dltima sobre la cuestién del deseo de Ja madre no se reduce al pene. Lacan separa la categoria de falo del deseo de la madre, pero también distingue el registro falico del registro del objeto a. Distingue el falo en tanto lugar de Ja falta de lo que toma este lugar de objeto: “Decir que el nifio es el falo no distingue et falo en tanto que es el lugar de la falta y en tanto que en ese lugar algo viene a ocuparlo”. En este iiltimo caso no Io ocupa como falo sino como viniendo “en el lugar de“. La distincién entre el lugar y el término es una distincién estructural crucial. La encuentran también en esta obser- vacidn: “El sintoma nifio se encuentra en el lugar de lo que responde a Jo sintomatico”. Lacan diferencia igualmente lo que es un lugar y lo que aparece como falta y fo que viene a ocupar el termino del objeto a que lo “satura”. Este término es quimico. Esté tomado del registro de la saturacién de Jas valencias. “Satura, al sustituirse a este objeto, el modo de caren- cia en el que se especifica el deseo (de la madre), cualquiera que sea su estructura specifica: neurética, perversa o psicética”.!? La madre puede ser neurética, perversa o psicética, de todas formas se plantea la cues- tin de su falta. Es importante recordar que Ia perversién femenina existe pero con la forma de la perversién materna. Ella da cuenta de fenéme- nos de maltrato. Cada estructura se define en relaci6n al deseo, por los modos de respuesta a la pregunta: ,Cémo se simboliza ese deseo? ,Cudl es entonces este lugar que ocupa el niiio? “El aliena en sf todo acceso posible de la madre a su propia verdad”.!3 Para entender esta frase es necesario remitirse al sexto pardgrafo de la “Nota...”, en Ja que Lacan dice “el sintoma se define como representante de la verdad”. Es una refe- rencia al grafo de Lacan en el que e! sfntoma ocupa el lugar de la verdad de lo que se dice. Para saber lo gue quiere decir hablar, el sujeto pasa por 12, Idem 13, tdem Eric Laurent el Otro y se sabe Io que alguien dijo, la verdad de lo que se dijo a través del sintoma. Cuando alguien habla de perros es itil saber si tiene una fobia. La verdad de lo que diré sobre los perros es su fobia. Puede diser- tar sobre los perros y slo entendemos qué quiere decir eso cuando habla de su objeto de horror. Decir que el nifio “aliena en él todo acceso posible de la madre a su propia verdad”, es decir que el nifio se pone en el lugar no de su pene sino del sintoma de la madre, Esta concepcién del sintoma incluye el Penisneid, ¢1 valor félico pero lo generaliza. El nifio viene a ocupar el lugar del sintoma y la madre no tiene mds acceso a su propio sintoma. Cuando las madres hablan de sus hijos es como si fuera su verdad, su verdad de mujer. Hablan tanto de sus hijos como de sus amantes. El nifio da cuerpo a la verdad del deseo de la madre. Da una “existencia ¢ incluso exigencia”. No solamente este sintoma se desprende y toma cuerpo en fo real sino que se dirige a ella. El nifio representa para el suje- to un lugar de exigencia inmediata, testimonia de ello lo que se llama “la preocupacién materna primaria”. La particularidad del sujeto femenino, que va més allé del Penisneid, es encontrar algo que el hombre, el sujeto masculino, no encuentra como alienacién. Esta alienacién se produce cuando no hay més mediacién que per mita mantener “la distancia entre la identificaci6n al ideal del yo” y la identificacién como objeto del deseo, que Lacan Hama “la parte tomada del deseo de la madre”. Esta “parte tomada” es lo que anuda al nifio y la madre, Entre el niffo como objeto y el nifio ideal, el padre hace mediacién en cuanto al goce. Y articula la Ley y el ideal al falo. Si no hay esta mediacién el ideal va por su lado y la pulsidn va por el suyo, y esto “deja al nifio abierto a todas las capturas fantasmiéticas, se yuelve el objeto de a madre y no tiene otra funcién que revelar la verdad de este lugar”. La verdad del sfntoma deja su lugar a la verdad del objeto fan- tasmatico de la madre. Lacan mostr6 en el caso Gide cémo la mediacin no funcion6. Entre el sefior y Ia sefiora Gide habia muy poca relacién. Por un lado, estaba Gide educado segiin los ideales y, por otro lado, el goce que segufa su camino, Es una forma de describir el adagio clinico bien conocido “a santa mujer hijo perverso”. Cuanto mas la madre se dedica a una moral vacta, que no trata ningtin goce efectivo, més el nifio 30 El nifio y su familia se encuentra sin un lugar en donde alojar su goce. Las masturbaciones infantiles toman el camino de la clandestinidad sin articularse a ninguna Ley. Lacan contimia: “El sintoma soméatico le da el maximo de garantia a este desconocimiento; es la fuente inagotable que, segiin los casos, tes- timoniaré la culpabilidad, servird de fetiche o encarnaré un rechazo primordial”.'* Los tres términos elegidos, culpabilidad, fetiche, rechazo primordial, responden a las formas de deseo de Ia madre: neurStica, pet versa 0 psicdtica. Para la madre neurética, el nifio en su sintoma testimo- nia de su culpabilidad. Para la madre cuyo deseo es estructurado de mane- ra perversa, el nifio le sirve de fetiche. Y para la madre psicética encarna un rechazo primordial. Se encuentra en el mismo término de “encarna- cin” que Lacan habia elegido para hablar del padre “la encarnaci6n de la Ley en el deseo”. Por el contrario, el nifio encarna un rechazo primordial, un “no” a fa Ley. Encarna entonces el rechazo de la madre de entrar en un orden simbélico que la sobrepasa. Se encierra en su problematica, en su fantasma, en lo que es su “no”, lo que Lacan Hama “la subordinacién en el fantasma”, Fue necesario encontrar un término para describir el encie- rro en el fantasma, la determinacién por el fantasma, Dice “capturas fan- tasmaticas” o también la “subordinacién en el fantasma”. La critica del nifio-falo continua: “el nifio en la relacién dual con la madre le da, inmediatamente accesible, lo que le falta al sujeto mascu- Jino”, Lacan no dice que el nifio da lo que le falta a la madre, sino que el nifio da a la madre lo que le falta al sujeto masculino. EI nifio ocupa asi un lugar que el sujeto maseulino no conoce. La madre obtiene “el ‘objeto mismo de su existencia que aparece en lo real”. Con el término “aparece” no tenemos ahi el significante en lo real como en Tas psico- sis, sino el objeto de existencia que aparece en lo real. Algo cautivante se juega en la relacién entre la madre y ef nifio que hace del partum un momento subjetivo extremadamente dificil de atravesar para las muje- res. Conocemos las psicosis postparto y las depresiones postpartum, pero existen otros fenémenos infraclinicos de los que el sujeto en anélisis 14. Iden. 3 Eric Laurent puede dar cuenta. Los dramas mds esenciales en la existencia del sujeto s¢ juegan discrétamente en los fantasmas del embarazo y del parto. Ese texto permite la investigacién clinica sobre el deseo de 1a madre y toma en cuenta los diferentes registros: neurosis, psicosis y perver- sin, Aporta también mucho a la clinica de la perversiGn. La perversin femenina se juega en la relacién con el nifio. Es la pareja perversa fun- damental del lado femenino, Para el hombre “el objeto de su existencia que aparece en Jo real”, es algo que intenta el perverso en su proyecto de pareja. Hay algo en esa relacidn pasional que es muy préxima de los fazos de la madre y del nifio que son dificiles de deshacer. De la misma manera, se ha puesto mucho el relieve en el masoquismo femenino y el amor femenino. Las mujeres, como dice Lacan, pueden dar todo. Una vez que una mujer ama ella puede dar sus bienes, su alma, hasta el punto que Hega al crimen pasional, calificado y abordado bajo el dngulo del masoquismo. Lacan prefiere Hamarlo la “locura femenina”. Distinguir lo que es en él amor el enloquecimiento, de lo que es muy a menudo toma- do del fado del masoquismo femenino, es clinicamente central. Se puede asi abordar el crimen pasional femenino y el infanticidio, que son dos registros de la psicopatologfa de la criminalidad femenina y no deben ser confundidos. Los malos tratos hacia el nifio deben ser separados clinica- mente. El “sadismo” imputado a ciertas madres da cuenta a menudo de la psicosis y no de la perversién. Para concluir estas reflexiones dirfa que Lacan ha dado a esta “Nota...” un acento especialmente pragmitico, dirigiéndola a su amiga Jenny Aubry para que le sea util como instrumento clinico. Mas alld de ella nosotros debemos volvernos los destinatarios de estos instramentos clinicos. y ‘Texto escrito a partit de una conferencia dictada en Corté en noviembre 1999, con la iniciativa de la ACF-Resténica. 32 2. Del “nifio padre del hombre” a la pére-version' “El nifio padre del hombre”. Cuando retomamos este dicho y lo interpretamos con fa formula “el niffo bajo transferencia es padre del hombre que sera”, introducimos un primer desplazamiento a través de la palabra transferencia que opera una mediacién entre el nifio y el padre del hombre que sera. Esta mediacidn interroga, por lo tanto, la consis- tencia de Ia funcién del padre que esté en esta frase: “el nifio padre del hombre”. Estamos en una época en la que hay que calificar toda autori- dad de alta autoridad para que ella tenga un poco de ella, en la que fue necesario que el Papa declare su infalibilidad. Antes eso iba de si, pero en un momento dado fue necesario decir: a partir de aqui todo el mundo sabe que puede equivocarse. “El nifio padre del hombre” es un enunciado de Wordsworth seria- mente relativizado por lo que Lacan nota: “La Gnica gasantia de fa fun- cién del padre la que es funcidn de sintoma, es la versién que le es pro- pia de su perversién” 2 |. Conferencia pronunciada el 14 de octubre de 2006 en el marco det IT Cologuio det Colegio Lacaniano de Recherches Psychanalvtiques Nice. 2, Lacan, J., Seminario 22, “RSI", clase dei 21 de enero de 1975, publicado en Ornicar? 3, Pacis. 33 Eric Laurent {Tenemos que confrontarnos entonces a un padre responsable o a un padre perverso? ;La perversin polimorfa es del nifio o del padre? {El niffo contamina al padre? {Qué enuncié entonces exactamente Wordsworth para que cuando se comienza por “el nifio es el padre del hombre” se vea a un padre magai- fico, para encontrarse al final con un padre perverso polimorfo, contami- nado si puedo decir, por un nifio que se volvi6 padre? ;Cémo es posible esta circulaci6n? El nifio padre del hombre Freud utiliza la expresidn de Wordsworth solamente dos veces en su obra, sin nombrar al autor. Lo emplea como un “adagio”. Se encuen- tra la primera referencia en un texto de 1913 escrito por pedido de una revista italiana y se dirige a un publico de “sabios que se interesaban en la sintesis de Jas ciencias”. El articulo tiene como titulo “El interés por el psicoandlisis”, y Freud plantea el interés del psicoandlisis para otras ciencias, las de su tiempo de la Universidad Magnifica. La ciencia de su 6poca era la psicologfa pero también Ja lingiiistica, la biologia, Ia historia del desarrollo psicoldgico, la historia en general, la estética, la sociolo- gia, la pedagogia. Freud demuestra que todas estas ciencias mantenfan un interés por el psicoanidlisis. En la parte que trata sobre la “historia del desarrollo” se encuentra una cita que nos interesa: “El psicoanilisis tuvo que derivar la vida ani- mica del adulto de Ia del nifio, tomar en serio el adagio: “EI nifio es el padre del hombre”. Ha rastreado la continuidad entre la psique, infantil y Ja del adulto, pero también noté las trasmudaciones y los reordenamien- tos que sobrevienen en ese camino. La mayoria de nosotros tenemos una laguna en la memoria de nuestros primeros afios infantiles, de Ios que conservamos s6lo unos jirones de recuerdo. Es licito afirmar que el psi- coandlisis ha lenado esa laguna, ha eliminado esa amnesia de 1a nifiez de Jos seres humanos. A medida que se profundizaba en a vida animica infantil se obte- nfan algunos notabilisimos hallazgos. Asi se corroboré lo que a menudo 34 El nifo y su familia se habia vislumbrado antes: la extraordinaria significatividad que para toda la posterior orientacién de un hombre poseen las impresiones de su nifez, en particular las de su primera infancia. Pero asi se tropezaba con una paradoja psicoldgica que sdlo para la concepeién psicoanalitica no es tal, a saber: que justamente esas impresiones, las més significati- vas entre todas, no se conservaran en la memoria de los aiios posterio- res. El psicoandlisis ba podido comprobar con la maxima nitidez para la vida sexual este cardcter paradigmatico e imborrable de las vivencias més tempranas. On revient toujours a ses premiers amours, he ahi una positiva verdad”? Lo que es imborrable, inefable, alcanzado por el agujero de la memo- ria, es Jo que marca mas. Es una memoria que se hace por ausencia ins- cripta como un lugar en reserva. Freud menciona el dicho de Wordsworth una segunda vez solamen- te en una de sus tiltimas obras, inacabada, “Esquema del psicoanilisis”. escrita en 1938 para el piiblico cultivado: “Si la experiencia analitica nos ha convencido sobre el pleno acierto de la tesis, a menudo formu- lada, segtin la cual el nifio es psicolégicamente el padre del adulto, y las vivencias de sus primeros afios poseen una significacién inigualada para toda su vida posterior, presentard para nosotros un interés particular que exista algo que sea Iicito designar la vivencia central de este perfodo de Ja infancia. Nuestra atencién es atraida en primer lugar por los efectos de ciertos influjos que no alcanzan a todos los nifios, aunque se presentan con bastante frecuencia, como el abuso sexual contra ellos cometido por adultos, su seduccién por otros nifios poco mayores (hermanos y her- manas) y, cosa bastante inesperada, su conmocién al ser participes de testimonios auditivos y visuales de procesos sexuales entre adultos (los padres), las mds de las veces en una época en que no se les atribuye inte- rés ni inteligencia para tales impresiones, ni la capacidad de recordarlas més tarde”. 3, Preud, S.,“B] interés por el psicoandlisis” (1913), Obras Compleras, t. XII. Buenos Aires: Amorrortu, pp. 185-186. 4. Freud, $.,“Esquema de! psicoandlisis” (1938), Obras Completas, t. XML, p. 187 35 Eric Laurent Una bisqueda de adecuacién No obstante, el adagio “el nifio es el padre del hombre” no es un proverbio. Es un dicho de Wordsworth que figura en Ode: Intimation of Inmmortality, publicada en 1802, en un poema en particular. ¥ no es por una falta de cultura que Freud omite citar el nombre de Wordsworth. Citemos pucs el dicho de Wordsworth en su poema: My heart leaps up when I behoid A rainbow in the sky: So was it when my life began; So is it now Lam a man; So be it when I shall grow old, Or let me die! The Child is father of the Man; And 1 could wish my days to be Bound each to each by natural piety. Mi corazén se eleva cuando contemplo Un arcotris en el cielo: Ast fue cuando mi vida comenz6; Ast es ahora que soy un hombre: Ast serd cuando envejezca 10 sino déjenme morir! El nito es padre del hombre; Podria desear que mis dias estuvieran Atados uno a uno con la piedad original [natural] $ . 5. Wordsworth, W., “My heart leaps up when I behold”, 1802. Véase otro poema tra- ducido por Miche! Leyris: Hest dans notre vie des parcelles de temps Qui gardient avec une nette prééminence Une vertu fructifiante grace a laquelle, Déprimé par des occupations banales et la routine Des fréquentations ordinaires, notre esprit 36 BI nifio y su familia Intentemos en captar el sentido del poema. Nos muestra la admiracién del nifio frente a la naturateza y sus objetos maravillosos, “el arco iris”. E] sujeto desea no perder esta admiracién frente al mundo exterior de Jo contrario Ja vida no vale la pena de ser vivida. Or ler me die! El suje- to apunta al azo maravillado con la naturaleza pero en tanto que esta garantizada por Dios. Es lo que Hama con una expresién que aproxima la piedad y Ia naturaleza, la piedad natural, natural piery. Eleva esta pie- dad natural al rango del hilo rojo que debe ligarse todos sus dias. I could wish my days to be Bound each to each by natural piety. Wordsworth en este poema apunta a lo que podria ser formulado en los términos de la filosoffa analftica contempordnea, la garantia de ade- cuaci6n entre el lenguaje privado de sus sensaciones y el mundo exterior. Lo que era adecuado en el nifio es en efecto a rose is a rose / a rainbow is a rainbow, el arco iris esta ahi y para mi este arco iris estd en acuerdo, como objeto exterior, con mi sensacién interna de coherencia, Pero mis dfas que estan “ligados los unos a los otros”, es la sensacién que siempre soy yo que estoy ahi como sujeto percipiente. Eso apunta a la adecuacién entre el sujeto y lo real. La nifieria de Wordsworth Lacan opone en la leccién del comienzo de La Etica... la relacién de los modernos y de los antiguos con la verdad y con el dominio de si Los antiguos corresponde a Aristételes, para quien la verdad del deseo de cada uno debe de ser idéntico a la virtud, virtud que vale para toda Ja ciudad. La virtud tiene el mismo estatuto de lo que mantiene el orden del cosmos. Mientras que para los modernos Ia verdad del deseo de cada $a puissance imaginative, notamment - Est nourri et, d'indivisible sorte, restauré Pareils moments semblent dater De notre prime enfance. Je me rappelle clairement (C'est d’une saison reculée que je parle, di demi jour De cene vie qui est du ressort de la mémoire). 37 Eric Laurent uno no es més una virtud general sino una virted particular, “incluso si es universal el que esta particularidad se encuentre en cada uno de Jos seres humanos.”* ,Qué es entonces este deseo, esta verdad particu- lar de los modemos que encarna el Wunsch freudiano? Este Wunsch se encuentra en todos los giros de la experiencia del psicoanilisis y espe- ciaimente “bajo una forma que hemos calificado de fase regresiva infan- til. irrealista, con Ja caracteristica de un pensamiento librado al desco, del deseo tomado de Ja realidad”. Luego Lacan interroga: “;Pero, es éste todo nuestro descubrimiento, es ésta toda nuestra moral: la atenuacién, el nacimienio, el descubrimiento de ese pensamiento de deseo, de la ver- dad de ese pensamiento? ,Esperamos que de su sola revelaciéa surja un lugar neto para un pensamiento diferente? En cierto modo, sf, es de ese modo, es asi de sencillo, Pero también, al formular asf las cosas, todo verdaderamente nos queda velado. Si el beneficio, si la novedad de la experiencia analitica deberfa limi- tarse a esto, ella no Hegaria més lejos que ese pensamiento fechado que nacié mucho antes que el psicoandlisis, segtin el cual el niffo es el padre del hombre. La férmula, citada con respeto por Freud mismo, es de Wordsworth, poeta roméntico inglés. No por nada la encontramos alli, con ese no sé qué de nuevo, de con- movedor, incluso de irrespirable, que se desencadena al inicio del siglo XIX con a revolucién industrial, en el pafs més avanzado en et orden de sus efectos, a saber, Inglaterra”? Es una frase en la que Lacan capta el espiritu de tiempo. Indica que “El romanticismo inglés se presenta, en efecto, con esos rasgos particulares que son el valor otorgado a los recuerdos de infancia, a los ideales y a los anhelos del nifio, de lo que los poetas de Ja época hacen la rafz, no s6lo de la inspiracién, sino de la explotacién de sus temas principales —distinguiéndose asi radicalmente de los poetas que les preceden, y especialmente de esa admirable poesia que se llama, no sé por qué, metafisica del siglo XVI y de inicios del 6, Lacan, J., &l Seminario, Libro 7, La ética del psicoandlisis. Buenos Aires: Paidés, 2009, p. 35. 7 Mdem. El nifio y su familia XVII" # Lacan toma entonces su distancia con el dicho de Wordsworth y el uso que hace Freud. Reenvia a una 6poca pre-analitica. Se adivi- na también que el gusto de Lacan se inclina més bien hacia la poesia Hamada metafisica que hacia estas nifierias. Dice explicitamente que no habria simplemente que reducir el psicoandtisis a rasgos en reaccién a la puesta en marcha del mundo industrial. De hecho, a nota reacciona- ria del romanticismo inglés restauraba un nombre perdido, y a través de esta infancia hacfa alusiGn al antiguo sistema, al antiguo régimen del padre que se alejaba. “EI nifio padre del hombre” es la manera en la que Wordsworth quiso salvar al padre, su tentativa es la manera con que se jug6 en Inglaterra. El nifio, punto de real Lacan toma el dicho de Wordsworth con prudencia en la medida en que si nos mantenemos en que la verdad de Ja vida del hombre adulto se deduce de los recuerdos del infans, dejamos de lado el hecho de que el niffo es el que nos introduce a la paradoja freudiana. ;Cudl? No es solamente que los nifios dicen mas verdad que los adultos, sino que nos guian hacia un real que esté més acd de nosotros y no hacia el arco iris. El real para el psicoandlisis es del orden de lo que hace la linea roja que anuda cada uno de nuestros dias entre si. No es simplemente la repe- ticién del recuerdo, sino es el punto de real hacia el cual nos guia el principio del placer. Para retomar la cita de Lacan en la misma leccidn: “Hay una tensién muy diferente entre el pensamiento con el que nos enfrentamos en el inconsciente y el que calificamos, Dios sabe por qué, de pensamiento adulto. Lo que palpamos sin cesar es que éste es més bien lerdo en comparaci6n con ese famoso pensamiento del niffo, del que nos servimos para juzgar a nuestro adulto. Lo utilizamos, no como un contraste, sino como un punto de referencia, punto de perspectiva, donde Jo no acabado, incluso las degradaciones, confluirian y culminarian. 8. Iden, p. 36. 39 Eric Laurent Sin duda, el andlisis desemboca en ordenar todo e] material de su experiencia en términos de desarrollo ideal. Pero, en su principio, encuentra sus términos en un sistema de referencia muy diferente... Bsa referencia fundamental es la tensién, la oposicién, para designarla final- mente por su nombre, entre proceso primario y proceso secundario, entre principio del placer y principio de realidad”? El nifio nos gufa mejor hacia el punto real, pero ,qué es ese punto real? Dicho de otro modo, {edmo comprender esta tensién entre el principio del placer y el princi- pio de realidad? Objeto, trazo de lo insostenible Para responder esta cuestién examinemos Ia manera en que los pri- meros auditores de Lacan de los aitos 60 entendicron lo que decia, y cémo dejaron escapar el problema con las mejores intenciones del mundo, En su Vocabulario del psicoandlisis Laplanche y Pontalis, sus auditores atentos, escribieron: “Muy pronto Freud se esforz6 por des- cubrir acontecimientos arcaicos reales, capaces de suministrar el ttiti- mo fundamento de los sintomas neuréticos. Denomina “escenas origi- narias” (Urszenen) estos acontecimientos reales, traumatizantes, cuyo recuerdo en ocasiones est elaborado y enmascarado por fantasias. Entre ellas, hay una que conservara en el lenguaje psicoanalitico el nombre de Urszene: la escena del coito parental, que habria presenciado el nifio. El andilisis del Hombre de los Lobos suministra el ejemplo més sorprendente, Freud busca establecer la realidad de la escena de obser- vacién del coito parental reconstruyéndola en sus pequefios detalles, y cuando parece tambalearse por la tesis junguiana segiin Ja cual esa escena no serja ms que un fantasma retroactivamente reconstruido por el sujeto adulto, no mantiene con menor insistencia que la percepcidn ha suministrado al nifio indices, pero sobre todo introduce la nocién de fantasma originario, En esta nocién confluye ta exigencia de encontrar 9. Idem, pp. 36-37. 40 El nifio y su familia Jo que podria Hamarse 1a roca del acontecimiento y la preocupacién por fundar Ja estructura del fantasma misma sobre algo diferente que el acontecimiento”.!° En el fantasma originario esta pues la estructura simbélica como mito y un evento real de percepcién. Lo real es entonces como el arco iris, est por fuera de nosotros y observamos ahf el coito parental. Pero Lacan parte desde ese punto en el Seminario 10 y cuenta cntonces otra cosa No habla sdlo de la btisqueda de “escenas” en un desarrollo ideal, en una contingencia de lo que acontecié, en el relato de vida, sino de la estructu- ray corte ligada al objeto parcial: corte del seno, del escibalo, de la voz y de la mirada. Considera real el objeto producido en el corte que impli- ca cada uno los momentos de separacién entre el sujeto y una “libra de carne”. Contrariamente a Freud que busca saber durante mucho tiempo si esta escena de observacién del coito se produjo a los seis meses 0 al afio y medio, Lacan no entra en estas consideraciones. Se interesa en este detalle: el sujeto, al ver la escena, cautivado, se extrae por la emision de una deposicién. Hay entonces una detencién sobre la imagen. Para Lacan es real, y segtin la lectura de Freud que realiza para nosotros, lo que no pudo ver, lo que fue insostenible. En este insostenible hay un trazo: es el objeto. Se inscribe -es la apuesta de Lacan-, por cierto, en esta version que nos da en estos aftos de] objeto a, la estructura de una escritura en reserva, porque allf se inscriben los desarrollos subjetivos del Hombre de los Lobos, no en un desarrollo ideal sino en el desarrollo que dara a la pregunta: ,cémo retomar este punto de su vida donde no estuvo? Desaparece subjetivamente en e] momento en el que emite esta deposi- cién, Es un orgasmo, su pequefia muerte, un modo de corte. La apues- ta de Lacan no es que estos fantasmas sean un mito del origen sino el punto de vista contempordneo de Lévi-Strauss. Lacan, por el contrario, deja atrds a aquellos que no podrian seguirlo cuando escribe: “Pues estos ‘objetos, parciales 0 no, pero sin duda alguna significantes, el seno, el excremento, el falo, ef sujeto los gana o los pierde sin duda, es destruido 10. Laplance, J., Pontalis, J., Diccionario de Psicoandlisis. Buenos Aires: Paidbs, 1996, pp. 143-144, a Eric Laurent por ellos @ los preserva, pero sobre es esos objetos, segtin el lugar donde funcionan en su fantasia fandamental”.!! Este es, es un ser de no ser. Es un ser que como el ser del Hombre de los Lobos, desaparecié. El es el objeto excremento en el momento en que el excremento se separa de é1. Es un momento en que es una palpitacién, un corte completo del sujeto, la materia de la cual esté hecha el corte del sujeto, es el objeto del que se separa y el punto real que llamamos goce. No es el arco iris cuya relacién debe ser garantizada por el padre, por Dios que vela por que todo esté puesto en su lugar, sino el momento en el que se separa, en el que su ser es reducido a ese punto en donde no esta, es un punto de anti-existencialismo. Més que un problema acerca del origen, de Io arcaico, es entonces un problema de légica. Estructura del objeto Lacan sorprenderd a los winnicottianos con su critica del obje- to transicional, que para él, no obstante, “prefigura el objeto a”. En su “Alocucién sobre la psicosis en el nifio” dice lo siguiente: “Lo impor tante no es sin embargo que el objeto transicional preserve la autonomia del nifio”,? lo que el discurso winnicottiano cuenta en su discurso libe- ral inglés, “sino que el nifio sirva 0 no como objeto transicional para la madre. Y este suspenso entrega su razén al mismo tiempo que el objeto entrega su estructura”.!? 4Cual es esta estructura? “A saber, la de un condensador para el goce, en tanto que por la regulacién det placer, aquel ie es sustrafdo al cuerpo”.'* Lacan intenta aqui hacernos sentir la oposicién freudiana entre principio de placer y el placer de realidad, que no es que el nifio conjuga realidad y placer, sino que el nifio puede también decirnos 1. Lacan, J., “La direecisn de ta cura y los prineipios de su poder” (1958), Eseritas 2, Buenos Aires: Siglo Veintiuno, p. 594. 12, Lacan, J., “Alocucién sobre la psicosis del nifio”, op. cit., p.389. 13. Idem. 14. Idem, a EI nino y su familia que a través de la homeostasis del placer hay un plus de goce que le es sustraido, un plus de goce que no tiene. Este plus de goce lo encuentra el dia que desaparecié, el dfa que como el Hombre de los Lobos, vio algo en lo que su goce fue captado y ahi: jfading! En estos momentos de sepa- raci6n algo de lo real se ha jugado, el momento en ef que no estaba. Ahi donde no estaba, ;qué es 1o que el nifio tiene en ese momento? Tiene, como dice Lacan, un condensador de goce. Ese reservorio de libido, lo tiene donde no estaba, y jes el que ha gozado ahi! Su peluche, sus objetos, son condensadores de goce. El goce para nosotros siempre nos es sustrai- do. Esté “fuera def cuerpo”, como Lacan lo enuncia més tarde, porque el cuerpo siempre esté regulado por el régimen del principio del placer. En 1967, fecha en la que Lacan pronuncia esta “Alocucién...”, se habla mucho de la psiquiatria social. En ese momento la antipsiquiatria inglesa estd en su apogeo con Laing, Cooper, que eran alumnos y anali- zantes de Winnicott que les habfa pedido que dejaran el sistema de salud inglés, y les decfa que no se podria esperar nada de la psiquiatria oficial. Era una perspectiva coniraria a la de Lacan y a la de sus alumnos. Y como en esos afios se interesaban por fas cuestiones sociales, Lacan hizo estos desarrollos: “Es licito aquf con un salto indicar que al huir por esas avenidas tedricas, nada puede aparecer sino como un impasse de los problemas planteados en aquel entonces? Problemas del derecho al nacimiento por una parte, pero también en el impulso del: tu cuerpo es tuyo, en que se vulgariza hacia principios del siglo un adagio del libera- lismo, la cuestién de saber si por ignorar cémo ese cuerpo es conside- rado por el sujeto de la ciencia, se tendré el derecho de dividirlo para el intercambio”.!5 Detengémonos sobre esta palabra, “intercambio”. Lacan dice esto en 1967 y mas de treinta y cinco afios después estamos en: la yenta de Grganos, las células madre, los debates interminables para saber si se tiene derecho a desarrollar los embriones, a matarios, a venderlos Todo el cuerpo se ha vuelto un objeto cortado por el derecho, en nombre del hecho de que el cuerpo es considerado como ignorado por el sujeto de la ciencia, Lacan lo indica muy bien. 15. Mem, p, 389. Eric Laurent Asi cuando Lacan nos cuestiona “jEsto conileva consecuencias Porque el sujeto es ese objeto parcial?”, esto quiere decir que el sujeto no puede ser identificado a su cuerpo, contrariamente a Jo que pensa- ba la fenomenologia de la época. En esta critica luminosa y cautivante Por su modernidad Lacan affade que si la escoléstica y la psicologia de Arist6teles nos habian fabricado el alma como Ia imagen del cuerpo, la fenomenologia nos da un alma corporeizada. No nos dice: ol su ijeto no es su cuerpo. De abf todo el peso de la frase citada presentemente se sitia en este es, “del hecho de la ignorancia que el cuerpo es tenido por el Sujeto de la ciencia®.'° No nos dice: la ciencia esta por un lado y noso- tros por otro, sino que enuncia que el sujeto de la ciencia no puede saber que tiene un cuerpo. Sélo tendré un cuerpo de derecho, Adheas corpus. Lo que es el sujeto, no puede ser su cuerpo, es el objeto parcial que Puede separarse de é1. Bs por eso que la identidad del sujeto, en el cora- 26n mismo del problema de la identidad, nos ocupa tanto en las cues- tiones actuales: comunitarismo, individualismo contempordneo, unidad © pluralidad del sujeto, etc. Plantea en 1967 a continuacién la pregunta a su auditorio que debja estar completamente at6nito: “No se discierne la convergencia de lo que he dicho hoy? ¢Extraeremos la consecuencia de un término como el del nifio generalizado? Algunas Antimemorias ocu- Pan la actualidad en estos dias (¢por qué asi son estas memorias si es Por no ser confesiones, nos advierten’, ,no es esa desde siempre la dife- rencia de las memorias?). Sea como fuere, el autor las abre por la confi- dencia de extrafia resonancia con que un religioso lo despidié: “Termino Por creer, vea usted, en la declinacién de mi vida, que no hay personas mayores’”,!7 La cuestin aquf no es ta de oponer el nifio a los adultos, sino, de per- cibir que el nifio generalizado es el objeto a por todas partes, los trozos de cuerpo que se pasean, la irresponsabilidad que hace que ellos sean los trazos de un goce que no se nombra més. El nifio generalizado nos dice Lacan, “He ahf lo que signa la entrada de todo un mundo en la via 16. Idem. 17. idein, El nifioy su familia de la segregaci6n”,"* entre esas diferentes comunidades de goce, esos diferentes registros en los que los regimenes de goce no estén més unifi- cados por el significante amo que permitiria mantenerlos juntos. El goce del que hemos salido Al romanticismo inglés y sus impases ilustrados por el dicho de Wordsworth se puede oponer el catolicismo inglés de la desesperacién de los afios 30, con el poema de T. S. Bliot, autor que Lacan utiliz6 con frecuencia. Hay un pasaje decisivo del poema “La tierra baldia", The waste land, que termina con una oracién: {Qué hemos dado? , ; Amigo mfo, la sangre que sacude mi corazon la espantosa audacia de un momento de debilidad que un siglo de prudencia no puede borrar por eso y es0 sélo es por lo que hemos existido y ello no se hallaré registrado en nuestros obituarios ni en los recuerdos que cubre la benéfica araiia ni bajo los sellos que rompe el flaco notario en nuestros vacfos aposentos.!? Este poema de T. S. Eliot se sitia en oposicién al de Wordsworth. ;De qué hemos nacido? De un momento en que nuestros padres se acostaron 18. tdem. 19. What are you going My friend, blood sleeking my hear The anful daring of a moments suminered Which an age of prudence can never retract By this, and this only, we have existed Which is not to found in our obimaries” Or in memories shaped by the beneficent spider Or under seals broken by the lean solicitor In our empty rooms. 45 Bric Laurent juntos. “Amigo mio, la sangre que sacude mi corazén, la espantosa audacia de un momento de debilidad”. Eso es el coito que “un siglo de prudencia no puede borrar”, porque todos los cuidados parentales no podrian borrar ese momento de goce. “Por eso y eso s6lo es por lo que hemos existido*, No es el recuerdo de infancia en el que vi el arco iris, y es por eso que no estamos “registrados en nuestros obituatios”. Nadie sabré de qué momen- to de goce hemos salido. $élo tendremos 1a oportunidad de saberlo en un psicoandlisis. “Ni en los recuerdos que cubre Ja benéfica arafia”. No son los recuerdos del tejido que Wordsworth pensaba entretejer, anudados por Ja piedad natural. Eso no seré consignado en los recuerdos ni en todo lo que podemos heredar de los padies, es decir “Ios sellos que rompe el flaco notario” en el testamento, “en nuestros vacios aposentos”. Debemos concluir ahora con lo que dice Eliot acercandolo a dos citas de Lacan: la primera extrafda de El reverso del psicoandlisis en la que articula la impotencia, y la segunda es la que Lacan retoma en su Seminario 10 sobre la mediaci6n paterna, “El discurso del amo nos muestra el goce que le llega al Otro —es él quien tiene los medios pata ello. Lo que es lenguaje sdlo lo obtiene insis- tiendo hasta producir la pérdida por la que toma cuerpo el plus de goce. En primer lugar, el Jenguaje, hasta el del amo, no puede ser més que demanda, demanda que fracasa. No es un éxito suyo, es por su repeticién como se engendra algo que es otra dimensién que he Hamado ta pérdi- da ~la pérdida por la que toma cuerpo el plus de goce. Esta creacién repetitiva, esta inauguracién de una dimension que ordena todo aque- Ho con lo que va a poderse juzgar la experiencia analitica, puede partir también de una impotencia original para decirlo todo, la del nifio, lejos de ser la omnipotencia. Si se ha podido advertir que el psicoanilisis nos demuestra que el nifio es el padre del hombre, es precisamente porque debe haber, en alguna parte, algo que haga mediaci6n, y es precisamente Ja instancia del amo en tanto viene a producir, con un significante, no importa cual después de todo, el significante amo” 20, Lacan, J. BY Seminario, Libro 17, El reverso det psicoandlisis, Buenos Aires: Paidés, p. 131-132. 46 El nifto y su familia Podemos aproximarlo a un pasaje del Seminario 10, “Que el falo no se encuentra all{ donde se lo espera, alli donde se lo exige, 0 sea, en el plano de la mediacién genital, esto es lo que explica que la angustia sea Ja verdad de la sexualidad, es decir, lo que aparece cada vez que su flujo se retira y deja al descubierto la arena. La castracién es el precio de esta estructura, viene a ocupar el lugar de esa verdad. Pero, de hecho, éste es un juego ilusorio. No hay castracién, porque en el lugar donde debe producirse no hay objeto que castrar, Para ello serfa precisos que el falo estuviera allf, ahora bien, s6lo lo est para que no haya angustia. El falo, alli donde es esperado como sexual, no aparece nunca sino como falta y éste es su vinculo con la angustia. Todo ello significa que el falo es llamado a funcionar como instru- mento de Ja potencia. Cuando hablamos de potencia en el anilisis, lo hacemos de una manera vacilante, porque siempre nos referimos a la omnipotencia, cuando no se trata de esto. La omnipotencia es ya un des- lizamiento, una evasién, respecto al punto donde toda potencia desfalle- ce. A 1a potencia no se le demanda que esté en todas parte, se le demanda que esté allf donde estd presente, precisamente porque, cuando desfallece alli donde es esperada, empezamos a urdir a omnipotencia. Dicho de otra manera, el falo estd presente, estd presente en todas partes en donde no se encuentra en situacion... He aqui la vertiente que nos permite traspasar la ilusién de la reivindi- cacién engendrada por la castracién, en la medida en que cubre fa angus- tia presentificada por toda actualizadi6n del goce. Esta ilusién tiende a ta confusién del goce con los instrumentos de la potencia. Con el progreso de las instituciones, la impotencia humana se convierte en algo mejor que su estado de miseria fundamental, se constituye en profesién. Entiendo pro- fesién en todos Jos sentidos de la palabra, desde la profesi6n de fe hasta el ideal profesional. Todo lo que se oculta tras la dignidad de cualquier profesién es siempre esa falta centra que es impotencia. La impotencia, en su férmula mas general. condena al hombre a no poder gozar mas que de su relacién con el soporte del (+9), es decir, de una potencia engaiiosa” 21. Lacan, J., Ef Seminario, Libro 10, La angustia. Bucnos Aires: Paidés, p.291 47 Eric Laurent EI nifio freudiano sabe que no puede separar Ia ideologia de la parentalidad de la cuestién sexual. Sabe que no puede contentarse con tener un padre definido en forma abstracta, incluso si esté compuesto “a Ja carta” a través de funciones multiples. No puede més que afrontar la cuestién de fa particularidad del deseo que Jo trajo al mundo. 48 3. El nifio reverso de la familia En dos siglos hemos pasado de una justificacidn de la elaboracién + religiosa de la familia a su completa jurisprudencia. En el cristianis- _- mo las relaciones “familiares” en el seno de la divinidad y de la Santa Familia permitieron poner a punto la funcién del Nombre del Padre. La familia se encontré justificada por Hegel como una institucién esen- cial, en tanto lugar institucional del amor. “En tanto que sustancialidad - inmediata del espiritu, la familia se determina por su unidad sentida oy por el amor”. La sustancialidad inmediata, dice Jacques-Alain Miller en “Hacia las proximas jornadas de la Escuela”? es que 1a familia en el apogeo de Ia instalacién del liberalismo aparece como el suefio del 1az0 social que serfa natural, Dos siglos més tarde ese derecho articula la familia, después de haber aislado sus funciones, haber externalizado algunas y separado otras. Los derechos especificos: derecho fiscal, derecho de trabajo, derecho social, derecho de la inmigracién, reenvian ahora la 1. Citado en Encyclopédie phitosophique wniversetle, les Notions philosophiques PUF, 1998, tomo 2, p. 952. 2. Milter, J-A., “Vers les prochaines Journges de Ecole”, La Lettre mensuelle 247, abril de 2006, Paris 49 Eric Laurent “sustancialidad inmediata del espiritu” y la “unidad sentida por el amor” al rango de una utopia, Se casa ahora mas a menudo después del segundo hijo. Ademés, una vez pronunciado el divorcio de um primer matrimonio, la unién libre es ampliamente preferida por aquellos que ya se casaron, Asf, en el aifo 2004 la mitad de los bebés nacieron en el seno de una pareja que vivian en unin libre contra menos del 6% en 1965. En cuanto a los mayores de los hermanos, alrededor del 60% de ellos nacen fuera del matrimonio. Estas cifras ubican a Francia en la cabeza de los paises europeos que han. dejado la institucién del matrimonio. La nueva norma social es la de un matrimonio tardio y cuando el divorcio se produce es la rareza de un nuevo matrimonio, ya sea que mantenga o no el lazo con un ni io. Esto, acaba de registrarse con la ley en 2005, con el fin de la distincin entre nifios “naturales” y “legitimos”. La visi6n “natural” de la familia en el seno del derecho natural ;fue cedida por Jo tanto? El nifio de los sociémanos La cuestién se plantea puesto que para la misién de la Asamblea Nacional sobre Ia familia la situacién permanece simple: “De ahora en adelante, sea cual fuere la situacién jurfdica de la pareja, el nacimiento del niffo crea socialmente a la familia”? Por cierto, no es més la familia que hace al nifio. La familia es un wtil social poco utilizado, pero se man- tiene el punto de unién natura-cultura, gléndula pineal del suefio social. Ahora esti localizada sobre el nifio mismo. Ya no se puede sofiar con un lazo familiar “natural”, pero no se despierta por ello: el punto del suefio solo esté desplazado. Lacan interrogaba este punto de suefio a partir de Jo que Hamaba la “ideologia edfpica” que denunciaba como una de las formas del “familiarismo delirante”, especialmente conocido en Francia en los afios 40, para evitar interrogar la funcién del semblante familiar. ‘ cTrforme de la mision de In Asamblea nacional sobre la familia, citado en Chemin -»“On ne se marie plus mais on fait des enfants”, Le Monde, 17 de octubre 2006 . 50 El nifio y su familia “Observemos el lugar que tiene Ja ideologia edipica para dispensar de alguna manera a la sociologfa desde hace un siglo de tomar partido, como lo hizo antes, o el vator de 1a familia, de la familia existente, de la familia pequefio burguesa en la civilizacién ~ya sea en la sociedad vehi- culizada por la ciencia. Beneficiémonos 0 no de lo que ah{ cubrimos a pesar nuestro”. Det lado del psicoanilisis, la ideologia edipica consistia en una ope- racién andloga a lo que habfa intentado la filosoffa del siglo XIX: la + naturalizacién de la familia pequeiio burguesa. Del lado de fa sociolo- gfa conceptuamos que dejé de no tomar partido. Ciertos sectores de la sociologia, inspirados por los comunitarismos de genders studies, ponen ef acento sobre el examen de familias todavia marginales que presentan como vanguardia de las formas del futuro. Para otros, inspirados por una perspectiva catélica, proponen la férmula ya citada: “El nacimiento del nifio crea la familia”. Esta tesis vuelve a decir que io que cuenta para el nifio es el estatuto juridico de los padres constituidos por ef nacimiento mismo. Sea cual fuere el modo del !azo amoroso de los padres, de su conyugo, solo contaré el estatuto de la parentalidad definida a partir del nacimiento. Para continuar sofiando que la relacién familiar es natural, alcanza con considerar que la ausencia del lazo familiar es una familia como otra, y empezar a percibir el azo “natural” bajo las variaciones det artefacto. Podemos retomar Ja medida de esta instauracion de la familia a través de las vias naturales en ocasién de la puesta en ficciones juridicas del nifio bajo x. Hasta entonces el poder del Estado era el nico que tenia las Ilaves de Ia filiacién. Con este resguardo, la madre, tomando la deci- sién de dar a luz anénimamente, rompia el lazo “natural” mds seguro mientras que el articulo del cédigo civil sobre el parto bajo x no men- ciona en ningdn momento la existencia del padre. La filiacién de estos nifios reposa sobre una ficcién jurfdica: su madre es 1a que nunca parié. El estado civil no guarda ningtin trazo del abandono: “Es juridicamen- te imposible realizar investigaciones en maternidad. Desde la reforma 4, Lacan, J., Orves Escritos, op. cit. St Eric Laurent lanzada en 2002 por Ségoléne Royal, por entonces ministro de la Familia del gobierno Jospin, los nifios nacidos bajo x pueden pedir al Consejo Nacional para el acceso de los orfgenes personales el levantamiento del secreto que cubre su nacimiento”.> La “Alta jurisdiccién” ha puesto fin a este sistema: si un hombre reconoce el nifio in utero su filiacién paternal serd por lo tanto establecida. Percibimos que gracias a un reciente juicio de fa corte de casacién, que por el gesto de una madre de parir bajo x puede ser un gesto de Medea, A través de esta decisidn la futura madre priva al padre de su paternidad. Ahora bien, el abogado de su cliente quiso probar la paternidad de su cliente. “Este decreto marca el fin de la omnipotencia materna, resume el abogado de Phifippe Peter, Didiel Mendelsohn. Una mujer que decide parir anénimamente no puede pri- var al padre de su paternidad”.§ Sobre Jo natural, entonces hay muchos demonios que dan vuelta. La hipotesis de “natural” no es la del psicoandlisis. Constatamos que la “ideologia edipica” no alcanza. El punto de vista del psicoandlisis no es de restaurar sino de constatar el hecho de que el nifio contempordneo revela lo que es la estructura para todos. El sujeto tiene la carga de cons- truir su familia, en el sentido de que instaura Ia distribucion de los nom- bres de padre y de madre. A partir de entonces esta carga no es aliviada ni por la ficcién juridica ni por el aporte de la sociologia. En efecto, la necesidad de ir més all de Ia ficcién sociémana esté confirmada por el testimonio de la novela contemporénea y por el de los Sujetos que encontramos en nuestra practica. La Carta al padre no deja de escribirse, ya sea con la novela americana de Paul Auster, La inven- cion de la soledad, Jonathan Franzen, Las correcciones, o mas recien- temente John Irving, Hasta que te encuentre. En este autor la invencién del padre sobre el fondo de carencia dio [ugar a pasajes desopilantes en las declinaciones de El mundo segrin Garp, en la que el héroe es el hijo de una feminista profesora de catch y de un padre desconocido. La 5. Cher abril 2006, 6. Idem. A.. “Le pbre d'un né sous X.., voir sa patemité reconnue”, Le Monde, 9 de 52 El nifio y su familia novela francesa comporta Ja misma preocupacién pero afiade escenas sexuales mds explicitas. Que sea homo o heterosexual, la evocacién del incesto es alli ms directa. De ese lado hemos asistido al nacimien- tw de un género literario, el relato de incesto (Christine Angot, Virginie Despentes), que acompafian una epidemia de denuncias, a menudo justi- ficadas y en muchos casos imaginarias. Esta epidemia hizo estragos de los dos lados del Atldntico con caracteristicas diferentes. La denuncia desafia los criterios “Verdadero-psicolégico” del peritaje, como lo mos- 6 el proceso de Outreau. Un testimonio no da una versién inquietante de ese modo inexplicable de direccién al padre, En un libro testimonial, Virginie Madeira, que tiene hoy veintidn afios, cuenta sin el menor rastro de célera e incluso de emocién cémo ella mintié, a los catorce afios, al acusar a su padre de haberla violado durante muchos afios. El tono es frfo y las frases lapidarias: “Resulta complicado entender cémo yo no Hlegué a darme cuenta que mi padre estaba en prisién, para mi no se pone a alguien en prisién si no hicie- ron nada”, Elia lo diré un dia de primavera de 1999, para que su amiga Melanie “se interese por ella” y “no la deje de lado”. Al dia siguien- te Virginie Madeira es convocada por la directora del colegio: “No logré decir que todo era falso”. Virginie Madeira atraviesa los juz- gados y las oficinas de peritos-psiquiatras como un fantasma. Habla poco, guarda los ojos bajos y se contenta con confirmar su mentira contestando las preguntas con un simple movimiento de cabeza. Los peritos ponen este borramiento sobre la cuenta de las violaciones que su padre le hizo padecer: la adolescente evoca “una forma de pasivi~ dad y de dependencia”, nota una de ellos. Constatando cortes vagina les, que de hecho son fisioldgicos, un experto ginecolégico confirma la existencia de “penetraciones peneanas”. El proceso no fue todavia revisado, pero Antonio Madeira fue puesto en libertad condicional en 2006 después de seis afios de prisidn. Su hija, que quiere volverse pro- fesora de escuela, lo ve regularmente. “Nunca me mostré que estaba enojado”? 7.Chemin, A., “Ut este imaginaire”, Le Monde, 21 de septiembre de 2006. 33 Eric Laurent ‘Tomo esta proliferacién de novelas y de denuncias como el sintoma de que la ideotogia de la parentalidad no puede calmar. Es una falsa ven- tana oponer la literatura del secreto individual (novela del incesto) a la que se afronta a la época y a la historia, segiin una relacién interior- exterior. Se llega a reemplazar el interior del sujeto por la historia como en Les Bienveillantes, asi como lo mostr6 muy bien Claude Lanzmann, La novela épica incluye ahora la invencién de la familia Contrariamente a los socidlogos, que examinan tranquilamente la dis- {ancia entre una parte de las mentalidades miltiples y “a la carta” y, por otto lado, las formas diversas de la pareja contempordnea y de sus précti- cas sexuales, el nifio sabe que tiene la carga de hacer mantener juntos los ‘deales familiares y la relaci6n sexual, parentalidad y sexualidad. EI nifflo freudiano sabe que debe hacer cohabitar Ios monstruos Gngendrados por los fantasmas que no dejan de volver en las novelas y la clinica, y las idealizaciones de la parentalidad. A lo mejor lo sabe mejor gue la filosofia tal como lo crea Derrida, que situaba lo irreductible de Ja fillaciOn articulando fo “natural” y lo “cultural” por el “teconocimien. to”. “Habr nacimiento y lazo social alrededot de! nifio, Esta invariante Permaneceré, pero la organizacién de los lugares respectivos se vuelven mds moviles. No fue jamés “natural” para ningtin “viviente” “humano” © “animal”), pero lo parecer cada vez menos... Hard falta aislar cierta relacién inteductible entre lo que se lama, por una parte, Jo genético, lo biol6gico y lo “natural” y, por otra parte, lo simbélico 0 lo “cultural”. Toda la oscuridad se concentra en esta “experiencia” que se lama rapi- damente el “reconocimiento”,”8 @Pero no se trata miis bien de reconocer que el nifio responde al deseo del Otro en general pagando su “libra de carne” y que al interrogar ef deseo del Otro no se trata de reconocimiento sino de angustia? Para enmascararla la preocupacién sociolégica intenta articular al nifio a una ficci6n juridica, jugando el rol de un ideal, incluso débil. en italiano eso se dice il pensiero debole. La posicién psicoanalitica consiste en mantener §. Derrida, J. y Roudinesco, E.. De qui demain... Dialogue. Paris: Fayard, 2001. pp. 77-18. S4 El nifio y su familia al sujeto a distancia del ideal e interrogar lo real en juego en el nacimiento del nifio, es decir, el deseo o el goce del que es producto. El nifio de Ja angustia En el Seminario, Libro 16, De un Otro al otro® Lacan interroga el ideal de la familia en nombre del hecho que en el Otro hay una falta absoluta de estructura, (A). Hay dos maneras de explicitar este concepto. La primera consiste en afladir el goce que falta en el Otro, es la via del perverso, eso tiene el efecto de producir un significante del Otro pleno, Jo que ya Lacan escribe S(A). A ello se opone la via del neurético que quiere completar el ideal de una familia como sintoma, s(A). El proble~ nna ge vuelve entonces que hace falta pedirle un niio a una mujer y pasar por el Otro sexo. Es el reverso del Nombre del Padre como. garantia El padre de familia no es mas que un suefio del neurético que para inscribir- se en el Otro quiere estar asf garantizado. ; BI drama familiar debe retomarse a partir del lugar de tapén que reve~ la el objeto a “liberado” por el significante del A la estructura simple- mente. BI nitio ocupa por excelencia este lugar de objeto: “Lo impor- tante no es sin embargo que el objeto transicional preserve la autonomfa del nifio, sino que el nifio sirva 0 no como objeto transicional para la madre.”10 ; En este caso “el nifio realiza la presencia del objeto a en el fantasma”.'! E] acento esta puesto sobre el nifio, no sobre el ideal sino sobre el goce suyo y el de los padres. A través de esta presencia el nifio satura Ja falta de la madre, es decir su deseo. Hay una realizacién no en el sentido de la angustia de castracién sino en el sentido en que se produce un objeto que responde a la angustia figada a la privacién, “Resumiendo, el nifio en la relacién dual con la madre le da, inmediatamente accesible, 9. Lacan. 5. Bi Seninario, Libro 16, De wn Otro al ovr. Buenos Aires: Puidés 10. Lacan, J., “Alocucién sobre fas psicosis en la intancia”, ap. clt., p. 389. 11. Lacan, J., “Note sobre el nifio”, op. cit., p. 394. 55 Eric Laurent Jo que le falta al sujeto masculino: el objeto mismo de su existencia apareciendo en lo real.!2 , Los infanticidios y los incestos recientes en Francia y en Europa nos han mostrado en varias facetas lo que puede querer decir el nifio como objeto a de la madre cuando el padre esté forcluido de los lugares det Proceso: Outreau, Angers. Los nombres de nadie se vuelven Indices del enigma: Courjault, Kévin, Dutroux. A partir de ahf “el objeto entrega su estructura. A saber, la de un con- densador para el goce, en tanto que por la regulacién del placer, aquél le es extraido al cuerpo”.'> Bl objeto designa el ser del sujeto en el punto on que estd la ausencia de representacidn. “Pues estos objetos parcie, les 0 no, pero sin duda alguna significantes, el seno, el excremento el falo, el sujeto los gana o los pierde sin duda, es destruido por ellos 0 los preserva, pero sobre es esos objetos, segiin el lugar donde funcio. nan en su fantasia fundamental y ese modo de identificacién no hace sino mostrar la patologia de la pendiente en la que se ve empujado el sujeto en un mundo donde sus necesidades estin reducidas a valores de intercambio”.'* {Por qué movilizar aqui el valor de intercambio? Sigamos con Lacan cuando hace una lista de los “Problemas del derecho al nacimiento”, por un lado, “pero también en el impulso del: wz cuerpo €s tuyo, en que se vulgariza hacia principios del siglo un adagio del libe- ralismo, la cuestién de saber si por ignorar cémo ese cuerpo es conside. rado Por el sujeto de la ciencia, se tendid ef derecho de dividirlo para el imtercambio... Extraeremos la consecuencia de un término come el del niflo generalizado? ...He ahi lo que signa la entrada de todo un mundo Ja via de la segregacién.”!5 “ Comentemos los dos hiatos entre el fantasma materno, el discurso liberal y el discurso de la ciencia. El liberalismo de “tu cuerpo es tuyo” tlene el estatuto de un discurso precursor del objeto condensador de 12. Idem 8 Lacan J. “Alocucion sobre las psicosis del nifto”, op. cit, p. 389. IS Lane ks ditecci6n de la cura y los principios de so poder”. op. cit. p. 594 Lacan, 1.“Alocucién sobre las psicosis det niffos”, op.cit,.p.389. 56 El nifio y su familia goce, extrafdo del cuerpo, Recordemos que antes de este discurso los cuerpos pertenecian a Dios, los cadaveres a la Iglesia, y cada uno tenia el deber de conservarse a si mismo y de no suicidarse, Una vez definida la propiedad privada del cuerpo se puede proceder al trético de érganos con consentimiento, a las madres portadoras, y a Ja extensidn de estas cues- tiones de la prostitucién como disposicién de si, pero siempre acosando el consentimiento que se calificard de “esclarecido” por hacer tanto més Aufklarung como en la retorica de la evaluacién. El segundo punto abor- dado por Lacan es que en tanto que sujeto de Ja civitizacin, sujeto de ta ciencia, el sujeto no puede gozar de su cuerpo como Uno, slo goza de la imagen de ese cuerpo transformado en objeto, en caja. Lacan también objeta la fenomenologia que hace brillar la esperanza de reconciliar el sujeto con su cuerpo, “Tras muchos siglos en que se hizo del alma un cuerpo espiritualizado, la fenomenologia contempordnea nos hace del cuerpo un alma corporeizada. Lo que nos interesa en la cuestién ~y a Jo que hay que reconducir la dialéctica de Ja causa no es en absoluto el cuerpo participando en su totalidad.”!® La consecuencia del peso que recae sobre el nifio de tener que inven- tar la familia en estos términos nuevos subraya la importancia de los estados depresivos de 1a infancia, la “fatiga de ser si mismo” es tanto mas fuerte. Retomo el término forjado por un socidlogo."” En efecto, la sociologia permitié situar en su justo lugar el cansancio narcisistico, pero lo que menos percibié es que el nifio es el tiltimo tapén para no percibir el agujero en el Otro. El texto de orientacién de las Jornadas de la Escuela de la Causa Freudiana 2006 de Jacques-Alain Miller!® nos permite entender fa dis- tancia que toman algunas Asociaciones de padres de nifios, con gran sufrimiento, en relacién al psicoandlisis. Ellas buscan que los trastornos del nifio sean definidos somaticamente. E] éxito de la clasificacién de los 16. Fem, 17. Ehrenberg, A. La fatigue d'étre soi. Dépression et société, Paris: Odile Jacob, 1998, 18. Miller, J.-A., “Vers les prochaines Journées de |"Eeole”, op. cir., p. 3. Eric Laurent sintomas del nifio como trastornos de atencién, hiperactividad, trastornos bipolares, es muy fuerte puesto que permite reducir la cuestidn subjetiva 4 un trastorno somético, Asi cuando los psicoanalistas dicen “Pero no, no 8 un trastorna somético, es subjetivo”, pensando que lleva un mensaje de esperanza, desesperan a algunos. Bl efecto de retomo es sin piedad: es el odio. El éxito de la nueva clinica de 1a funciones cognitivas, de la atenci6n y de sus trastornos, de la condensacién de la causa on la amig- dala que no puede, encuentra allf su razén. Estd en juego con esta bisqueda de la inscripcidn somiética la biisque- dla de un sentido en el momento en que las certidumbres se sustraen bajo nosotros en los discursos establecidos de nuestra civilizacién. La inscrip- ci6n en el cuerpo toma el lugar de la garantia “natural” de un orden, Esta es la cuestién a la que responde el nifio que “hace la familia”. Al punto “natural” que nos propone la sociologia respondemos por una falta radical en la cadena de las representaciones, El psicoanilisis es “tna teo- rfa que incluye una falta que debe volverse a encontrar en todos los nive- les —inseribirse aqui como indeterminacién, allf como certeza, y formar el nudo de Jo ininterpretable-”."° El psicoanilisis es en efecto un discur- So que se mantiene sin otra garantia que la de la interpretacién misma. EI psicoandlisis es el discurso que intenta pasar de los semblantes de las garantfas que propone la civilizacién a la inquietante cuestidn de qué quiere decir hablar. El discurso de la parentalidad, cortado de la parti- cularidad del deseo que produce el nifio, forma parte de esos semblantes que rechazamos. Preferimos mantener la cuestién de T. S. Eliot en The Waste Land, sin proteger su espiritu de una nueva religién sinorética que vendria a dar una respuesta a su cuestién. He aqui el texto:2¢ {Qué hemos dado? Amigo mio, la sangre que sacude mi corazén La espantosa audacia de un momento de debilidad Que un siglo de prudencia no puede borrat 19. Lacan. J. “La equivocacién del sujet supuesto saber”, Orrosescritas, op. cit... 387. 20. Eliot, T. 8. La Terre vaine et auires podmes. Patis: Seuil, 2006, 38 El nifio y su familia existido Por eso y eso sélo es por lo que hem: ¥ ello no se hallard registrado en nuestros obituarios Nien los recuerdos que cubre fa benéfica araiia Ni bajo Jos sellos que rompe el flaco notario En nuestros vacios aposentos BI sentido del poema se decide sobre Ja interrogacién que se le da al vacto de empty rooms. Lo leeré, para concluir, como una figura de S(A). 59 4. Las nuevas inscripciones del sufrimiento del nifio No estamos tan alejados del momento en que se Ilevé a cabo en Angers un proceso histérico, verdadero fenémeno social. En efecto, en abril de 2005 se inicié una suerte de megajuicio referido a actos de pedo- filia y de prostitucidn de nifios por sus propios padres.* La realizacion incestuosa, sorprendia por su cardcter serial y por la edad de las victi- mas; sesenta y cinco acusados y cuarenta nifios fueron confrontados. A la Pparticularidad de este acontecimiento social se sumaba que los servicios sociales y Ja justicia sabfan y no sabfan a qué habian sido sometidos los nifios, y se encontraban impotentes en su accionar.' Se entraba en una zona en la que a la vez se sabfa y no se sabfa, Un juez responsable decla- 16: “Voy quizds a herir, pero esto no era un asunto prioritario. El tema mas urgente es cuando Ja victima esta atin en contacto con el agresor. Y las descripciones, tenfa una media docena por semana sobre mi escrito- rio. En materia de pedofilia tenemos un fusil de un solo tiro: si durante el tiempo de la detencién e interrogatorio no dice nada, no tenemos * Leer los articulos de Franck Johannés en Le Monde sobre este proceso. En particu- larel del 6 de abril y el det 29 de julio de 2005. 1. Commaille, J., “Le procts d'Angers et a faillite de la solidarité sociale”, Le Monde, 23 de abril de 2005. él Eric Laurent salida. Y J. siempre neg6” ** Habja alli algo horrible que pasaba y que no entraba en el discurso corriente. Frente a este lugar extraiio que ocupaban los nifios victimas, lugar poco identificable, en el que el aparato Hamado de asistencia revelaba su falla, la justicia, retroactivamente, con mds razén intent6 cubrirla. Como lo decfa un articulo publicado por un socidlogo que estaba allf en ese momento: “Este proceso esté alli, en principio, para recordar gue frente a transgresiones que representan absolutamente lo contrario de las reglas y de los valores fundamentales del vivir juntos, la sociedad solo puede asegurar su supervivencia movilizéndose exclusivamen- te y solemnemente en el acto de castigar”, El autor sefialaba, enton- ces, de qué manera el tiltimo parapeto del 1azo social es la punicion. Cuando no se sabe mas qué hacer, se castiga. Debemos al psicoandlisis haber reconocido este punto. El lazo social no esta finalmente funda- do en la justicia distributiva, la sotidaridad 0 la asistencia, sino sobre una dltima instancia que consiste en castigar. La tesis freudiana sefia- la que toda formacién humana comporta en su horizonte un asesinato que queda reprimido. En el lugar de la represién, surge el masoquismo. Ja voluntad de ser castigado. En su texto “Pegan a un nifio”? Freud introduce un masoquismo original, fundamental, del que se encuentran desarrolios en sus escritos ulteriores. Lacan, luego de Freud, reconside- ra Ja muerte del padre y el masoquismo primario. Para dar cuenta del masoquismo primario conceptualizado por Freud hablaré més bien de la pére-version. Entre el lazo padre/hijo y el masoquismo primario, hay una via de Pasaje entre el texto freudiano y la relectura que hace Lacan sobre este tema. Me in Palabras del ex-responsable del tribunal de menores recogidas el 6 de abril en Le fondle. 2. Freud, $.,“Pegan a un nif 1988, pp. 17. ", Obras Comptetas, t. XVI. Buenos Aires: Amorrortu, 62 EI nifioy su familia El fuera de sentido y su tratamiento Las personas encargadas de velar por las familias a Ja deriva se consideran impotentes, confrontadas a “comportamientos irracionales por parte de sujetos que pertenecen a universos sociales totalmente des- estructurados”, donde la miseria social y la violencia desaffan toda opo- sicién que se sirva de las categorfas que la moral aprucba o no aprucba. Sin embargo, esta verdadera epidemia de goce mortifero en Ja que cinco pedéfilos comprobados, reincidentes, han arrastrado a unas sesenta per- sonas no tiene nada de irracional, si admitimos que la raz6n después de Freud nos permite aproximarnos a esos fenémenos. Valdrfa mejor hablar de fuera de sentido. Podemos calificar estos fendmenos como expresién de Ia pulsién de muerte, o de un punto real, de un goce que se afirma fuera de todo sentido posible. Desde esta perspectiva, es imposible redu- cir el acontecimiento a causalidades sociolégicas como la miseria, por ejemplo. Bernard Henri Lévy escribié, hace algunos afios, un fantastico Libro titulado Reflexiones sobre la guerra, el Mal y el fin de la historia. Daba cuenta del hecho de que después de la caida del muro de Berlin las gue- tras contempordneas no pueden mis ser clasificadas en la categoria del sentido. De 1945 a 1989, todas las guerras que se desplegaron en el pla- neta tenfan un sentido. Las mismas se inscribfan en el sentido del campo capitalista o bien en el campo socialista. La guerra que tuvo e] maximo sentido fue la de Vietnam, en Ja que los campos estaban bien distribui- dos. Lo que Inego pasé en Angola, después en Liberia y en Ruanda, son masacres enteras de poblaciones por sefiores de la guerra que controlan las materias primas. Es una nueva versi6n de la esclavitud y del control de los recursos que se hace fuera de sentido. Hay una manifestacién de algo que es del orden de la violencia irracional. El pasaje de un tipo de guerra a otro puede encontrar su ilustraci6n en el encuentro en los aifos sesenta del Che Guevara y de Laurent Désiré Kabila, padre del actual aris: ed 3. Lévy, B-H., Réflexions sur la guerre, le Mal et la fin de Uhistoire, Grasset, 2001 63 Eric Laurent Presidente de 1a reptiblica del Congo, en el monte. Hoy el hijo Kabila, Hamado Joseph en honor a Stalin, dirige un pais que hace todos sus esfuerzos para no importar al genocida de Ruanda, _ El proceso de Angers revelé que estos pobres desgraciados no tenfan ninguna relacién con alguna perversién, salvo en las précticas y los com- Portamientos observables. La patologia daba mis cuenta de ia psicosis a cielo abierto, donde la deshumanizacién del cuerpo de las victimas tlene poca relacién con la pedofilia perversa. El horror de los hechos no permitfa plantear la pregunta que se impuso en ocasién del proceso de Outrean Cuando pas este otro Proceso, la pregunta punzante que se impuso era la de saber el limite entre verdad Y mentira en el decir de los nifios. De alguna manera, en Outreatt se queria saber hasta donde el goce puede ser tomado a cargo por el Otro. Angers nos confronta con el surgi- miento de un goce que domina el registro del Otro y del sentido. En los dos casos, el verdadero punto que se revela es que la institucién familiar esconde, pone un velo, disimula este traumatismo que esté en el centro de toda formacién humana: el goce. E] nifio, dos veces victima Francia no se apasioné por el proceso de Angers, sino por el de Outreau. No hubo comisién parlamentaria para Angers. El proceso de Outrean era fascinante porque frente al traumatismo y al surgimiento del B08 fuera de sentido se intent6 hacer de os nifios el vector de la verdad Toda la cuestion era saber si los nifos decian la verdad. Frente al trauma era necesario hacer participar la verdad en la accién, llevar este horror hacia nosotros tratando de encuadrarlo, de dominarlo por la verdad 2Es posible que una palabra diga la verdad sobre el horror? En la Edad Media, no bastaba con quemar en la hoguera a una bruja, sino que era necesario hacerla confesar, que ella dijera la verdad sobre lo que eran sus encuentros con el diablo, con el mal absoluto, La extraccién del discurso se hacia bajo tortura. Ahora no estamos con Ia tortura, afortunadamen- fe, sino en un dispositivo mas democritico: un dispositivo en el cual los Peritos estaban encargados de recoger todas tas declaraciones necesarias 64 El nitio y su familia para saber la verdad. Todo giré en torno de la nocién de credibilidad. La apuesta de la reforma judicial que se inicié después del examen eritico del proceso de Outreau se refiere a esta noci6n que no es jurfdica pero que toca sus fronteras. Los jueces pedfan a los peritos evaluar Ja credi- bilidad de la palabra del nifio, una credibilidad médica o psicoldgica, y se confundian estos dos niveles. Tenemos psicdlogos no médicos como médicos no psicélogos. Después de la catdstrofe, el asunto permitié cap- tar los limites de los peritos en credibilidad, los nifios victimas apare- cian a la audiencia como fragiles acusadores. Es el motivo por el cual el Ministerio de Justicia propuso una nueva trama del peritaje en las juris- dicciones, que rechaza la nocién de credibilidad. Salimos entonces de fa credibilidad para entrar en el trabajo de Ja policfa, saber lo que tuvo lugar en los hechos. Retorno a la policfa cientifica. Se declaré como incompe- tentes a los peritos que se habjan movilizado porque no se dieron cuenta que los nifios producfan un discurso siempre renovado y contradictorio. Un psiquiatra, formado en la clinica clésica, sabe que cuando se entra en la clinica de la mitomania, cuanto més se le hace hablar al sujeto, més produciré. No hay limite. La interpretacién paranoica es el mode- Jo de esto. No se llega jams a interpretar suficientemente bien como un sujeto paranoico que tendré siempre una interpretacién por anticipa- do. Es el limite que encontré Jung cuando comenz6 a querer tratar aun sujeto que le habia enviado Freud. En la correspondencia Freud-Jung+ la primera carta de Jung es entusiasta: “Este joven es excepcionalmente inteligente, y Iticido, hacemos un trabajo extraordinario”. En la segunda carta Jung es un poco més escéptico: “Hacemos un trabajo extraordina- rio, pero lo que es molesto es que él me agota porque tenemos sesiones de varias horas”. La tercera carta indica la desesperacién de Jung cuando comprende que no legaré jams a interpretar mejor que su paciente: “Es él quien me interpreta”. Es el primer encuentro con un limite del método psicoanalitico con los sujetos psicéticos. Del lado del sujeto mitmano, es lo mismo. Los peritos han tenido que vérselas con una proliferacién de la transferencia y no entendieron nada. 4. Correspondence 1906-1914, 8, Freud-C, G. Jung. Paris : Gallimard, 1992, 65 Eric Laurent El suefio de explorar la verdad de la palabra del nifio era poder probar que habia en el discurso una traduccién, una reincorporacién del goce Producido por el traumatismo que habian sufrido estos desdichados nifios. Se tataba de producir lo verdadero para reintroducirlo en el di curso comtin, en el malestar en la civilizacién. ~ Ahora bien, este intento de reintroducir el goce en el Otro es Jo que Lacan considera como una de las formulaciones de lo que es la penn sion, Frente a la falta en el Otro, el sujeto perverso la colma con una certeza de goce. De este modo, esta extraccién del objeto de estas vic- limas del trauma es una especie de perversién del Estado que se pro- duce en nombre de la razon. El nifio, en este sentido, es a la vez vie tima de aquellos que lo han tomado como objeto sexual, pero también de la perversin del Estado que lo confronté con la misién imposible de deber decir lo verdadero sobre lo real. Fuesen quienes fuesen | expertos, el resultado hubiera sido el mismo: hay cosas que se tieden Saber, pero la verdad, es otra cosa. Del mismo modo, en una eaicion de Le Monde’ un articulo evocaba los nifios victimas del aparato del Estado por que habian sido privados durante afios de sus padres injus- tamente condenados. Vemos cémo el nifio en estos casos extremnos de desgarradura revela que la familia es un velo arrojado sobre la falta Ge seioutcion del gove del cuerpo que se satisface del objeto de la Las experiencias comunitarias ; A partir de esto podemos descifrar la manera en la que Lacan situé a cuestion de la inscripcién de goce del nifio, a la vez sintoma y fan- tasma de la familia, De entrada, Lacan interrogé las relaciones del mito del complejo de Edipo y del complej ivi n plejo de castracién sirviénd gran mito freudiano: el de la pulsién. mesons 5. Van Renterghem M., “Le calvai ri ° cere + “Le calvaire des enfants dinnocents”, Le Monde, 3 de junio 66 El niffo y su familia Lacan aborda, en principio, la dimensi6n histérica y cultural del lugar del padre en la civilizaci6n. En su articulo de 1938 sobre los “Complejos familiares” $ insiste en el hecho de que Freud quiso salvar al padre en el momento donde Viena, gran megapolis del siglo XIX, con el éxodo rural en el seno del imperio, mezclaba multiples nacionalidades, culturas, tra~ diciones, sistemas de parentesco. Confrontado a un relativismo cultural, Freud buscé situar una invariante en esta dispersiéa, el padre. En este mismo texto, Lacan describe un doble movimiento Asistimos, por una parte, al fin del patriarcado, con su correlato: la decli- nacién de la dimensi6n trégica del padre y, por otra parte, a Ia multiplica- cin de las formas de la familia conyugal. La familia no reposa més en la lea patriarcal, sino sobre las formas del Conyugo. Es el fin del patriar- cado, pero el comienzo de la multiplicidad de las formas de alianza. La otra etapa del examen de Lacan de la inscripcidn del nifio en la familia es un conjunto de textos escritos alrededor de 1968-1969, Et 68 es un momento en que la familia es interrogada y despreciada, donde las utopias comunitarias venidas del otro lado del atlintico corren como un reguero de pélvora. Sin embargo, el 68 nos es més que la redicidn de los movimientos de los afios treinta. E] grito que saludé el] nacimiento de! siglo XX, es el de André Gide: “Familia, yo las odio” en 1896, momento. en el que Freud comenzaba a escribir. Los afios treinta son también el momento de experiencias comunitarias que apuntan a prescindir de las familias. Entre las dos guerras, Europa estaba en la cima de este movimiento con las utopias inglesas. Francia estaba menos tocada. Rusia no era deu- dora, con el gran pedagogo Anton Makarenko que se ocupaba de nifios extremadamente violentos y abandonados, a consecuencia de la primera guerra mundial. Hubo también, después de la segunda guerra mundial, la experiencia del kibbourz en Israel. Para Lacan que habia conocido los aiios treinta, el 68 era, de este modo, una repeticién del mismo fendme~ no. En “Nota sobre el nifio”? comienza justamente por: “Segiin parece, 6. Lacan, J.,“Los complejos familiares”, op. c 7. Lacan, J.,“Nota sobre el nifio”, op. ci., p. 393. 67 Eric Laurent viendo el fracaso de las utopias comunitarias...". Hablar de “fracaso de las utopfas comunitarias” en 1969, desentonaba, porque en esa época, la gente pensaba que innovaban verdaderamente y que iban a triunfat, Lacan socava un poco el entusiasmo recordandoles que ya se habia pasa. do por esa experiencia y que eso ya se habia hecho. Subraya asi que estas utopias no impidieron la existencia de un imreductible de la posicién del padre y de la madre. La funcién de residuo Esta nota se inscribe en una serie de textos. En septiembre de 1969 Lacan interviene en el “Congreso sobre la infancia alienada”, presidido por Maud Mannoni. Después est su Seminario De un Otro al otro? y més particular- mente la sesién del 30 de abril de 1969. En octubre de 1969, tenemos la “Nota...” en un estilo claro, que es una carta interna escrita a una amiga, la sefiora Jemy Aubry, pionera de la asistencia a la infancia, que en esa €poca busca inventar formas nuevas del lugar pata los nifios, He aqui fo que Lacan escribe, “La funcién de residuo que sostiene (y al mismo tiempo mantiene) la familia conyugal en la evolucién de las sociedades Pone de relieve Jo irreductible de una transmisién que es de un orden diferente de la de la vida segiin la satisfaccién de las necesidades, pero que conlleva una constitucién subjetiva, lo que implica 1a relacién con un deseo que no sea anénimo”.! Esta pequefia nota esta absolutamente abarrotada de una condensacién de las teflexiones de Lacan, porque este término de “residuo” que parece comprensible, es de hecho muy enig- matico. Unamos este término de “residuo” a lo que Lacan desarrolla en su Seminario De un Otro al otro: “Si para el perverso es preciso que haya una mujer no castrada, 0, més exactamente, si la homme-elle, no es 8. Lacan, J.,“Alocucién sobre ins psicosis del nifio”, op. cir. 9. Lacan, J., El Seminario, Libro 16, De un Otro al otra. Buenos Aires: Paidés. 10. Lacan, J., “Nota sobre el niflo”, op. cit., p. 393. 68 El nifto y su familia notable el famil en el horizonte del campo de la neurosis -eso que en alguna parte es un él (il) pero donde el yo (je) es verdaderamente lo que esté en juego en el drama familiar”. Lacan, en el horizonte de la per- versién, pone a la madre, es decir la mujer filica, y en el horizonte de la * neurosis, el drama familiar. No hay algo de comin a fas dos posiciones? {No es “el objeto a”?!? De este modo, el perverso tendré la mujer félica y el neurdtico la familia, con el objeto a desprendido, residue En la “Nota...” Lacan parte del fracaso de las utopias comunitarias, no habla de éxito de a familia nuclear, sino del fracaso de toda tentati- va de hacer desplazar eso. Después destaca un residuo. Este residuo es la madre de los cuidados que “llevan la marca de un interés particula- “ rizado, aunque Io sea por la via de sus propias carencias”.!? Lacan esté ~ aqui prestando atencién a Winnicott quien invent6 la “madre suficiente- mente buena”. Indica que ella debe tener faltas y hace la légica de ello: es una particularidad, no una madre universal. Después, define al padre “en tanto que su nombre es el vector de una encarnacion de la Ley en el deseo” 4 “El vector” es un término matemético, “la encarnacién” un término religioso. La Ley es la Ley mosaica en tanto que ella define al padre, Ia ley de Lévi-Strauss, que es una variante de la ley mosaica. El padre como portador de un deseo hacia esta mujer, conjuga la Ley y la prohibicién, al mismo tiempo que el deseo, porque desea a esta mujer. En este pasaje, uno se da cuenta que la autoridad, en principio, se funda sobre fo autori- zado ante lo prohibido, El fundamento de la autoridad es poder decir si. Es el sf y el no sobre el fondo de un si. La madre es entonces el vector de Ia encarnacién del fracaso del cuidado, y el padre, vector de la Ley en el deseo del Otro. II. Lacan, J., De un Otro al otro, op. cit., p- 268 12. dein. 13, Lacan, J.,“Nota sobre el nifio”, op. cit., p. 393 14. Ides, oo Eric Laurent EI nifio, “objeto a liberado” Para comprender “el objeto a liberado”, tal como Lacan lo presenta en el Seminario 16, ¢s necesario que avancemos en la manera en fa que é1 sitia al nifio en la “Nota sobre el nifio”, El abordaje freudiano clésico Sittia al nifio como Ideal del Yo, el ideal de ta pareja. Es lo que Freud Hamaba: “His Majesty the Baby".'8A partir del niffo se distribuye la familia, Lacan parte en esta “Nota...”, de otro punto: “El nifio realiza la presencia de eso que Jacques Lacan designa como el objeto a en el fantasma.”!6 Mientras que Freud abord6 al nifio a partir del Ideal, los desarrollos sucesivos de Melanie Klein, Winnicott y Ferenczi abordan el nifio en tanto objeto. El acento esté puesto sobre el nifio tomado, no en un Ideal sino en el goce, el suyo y el de sus padres. Lacan lo resume con el objeto a. En la metéfora edipica clisica el padre es lo que responde al Deseo de Ja Madre. El padre interviene sobre el Deseo de la Madre para produ- cir la significaci6n félica. Pero en la “Nota...”, al contrario, el nifio satura a falta de la madre, es decir su deseo. Tapona lo que es del orden de la falta de Ja madre, no como Ideal sino como objeto. Es el falo en el mejor de los casos. Tiene entonces un valor. Pero ms alli del Penisneid de la mujer, hay la realizacién no para la madre de tener su falo, sino de tener este objeto que responde por su exis- tencia, que puede responder a todas las cuestiones. Se puede tomar el ejemplo del sintoma somatico como la maxima garantia de obtener este objeto. “Es la fuente inagotable que, segtin los casos, testimoniard la culpabilidad, servird de fetiche 0 encarnaré un rechazo primordial” .!7 Jacques-Alain Miller, en la Presentacién de las Jornadas de la Escuela de la Causa freudiana de octubre de 2006,"* nos permite comprender 15. Freud, S.. “Introduccidn dei narcisismo”, Obras Completas a Arson p88 ras Completas, t. XIV, Buenos Aires: 16, Lacan, J., “Nota sobre l niiio”, op. cit. 394, 17. ddem. a 18. Milter, abril 2006, p. 6. "Vers les prochaines Journées de I'Ecole”, Lettre Mensuelle n° 247, 70 El nivio y su familia fendmenos tales como el de las asociaciones de nifios con trastornos, _ comprender el tropismo que hace que a estas asociaciones les sea impor- tante que los trastornos del nifio sean definidos somdticamente. El éxito © de los trastornos de atencién, de la hiperactividad, de los trastornos bipo- ares, es tan poderoso porque permiten reducir Ja cuestién subjetiva a un trastorno somatico. Asi, cuando los psicoanalistas dicen: “Pero no, no es un trastorno somético, es subjetivo”, pensando que Hevan un mensaje de esperanza, por el contrario, desesperan. El efecto que les retorna es des- piadado: es el odio. Es necesario, por el contrario, respetar este punto. EI gran éxito del cambio actual de la clinica, y de la condensacién de la causa en la amigdala que no funciona, encuentran su explicacién en este breve desarrollo de Lacan. El deslizamiento actual de la clinica permite asegurar el lazo de la madre y del nifio. El nifio es entonces el objeto a, va al lugar de un objeto a, y a partir de allf se estructura Ja familia. La misma no se constituye mas a partir de Ja metéfora paterna, que era la cara cldsica del complejo de Edipo, sino enteramente en la manera en que el nifio es el objeto de goce de la fami- lia, no solamente de la madre, sino de la familia y mas alla, de la civili- zaci6n. El nifio es “el objeto a liberado, producido”. Este objeto a que el nifio realiza, lo encontramos en el Seminario 16'° donde Lacan articula el problema de la familia al hecho de que en el Otro hay una falta. Hay dos maneras de desembarazarse de esta falta. La primera consis- te en agregar, no la palabra que falta, sino el goce que falta en el Otro. Es la via del perverso que produce una certeza de goce. Esto tiene como efecto producir un significante del Otro pleno, lo que Lacan escribe S(A), y que él califica el hombre-ella. A esto, opone le Famil, que escri- be s(A). Es la via del neurético que quiere completarse con una fami- lia, pero el problema es que hace falta pedirle a una mujer. En suma, es inscribirse como el Uno en el Otro, proposicién inversa a to que Lacan indicaba en su “De una cuestion preliminar a todo tratamiento posible de Ia psicosis”, donde el Nombre-del-Padre es la inscripcién en el Otro, del significante de Ia garantia del sujeto. Por esta razén, e] Nombre- 19. Lacan. J., De un Otro al otro, op. cit. u Eric Laurent del-Padre es un operador formidable que se afiade en la civilizacion y que permite al sujeto inscribirse allf. En este afio 1969, Lacan presen- ta el reverso del Nombre-del-Padre como garantia. El padre no es mds que un sueiio del neurético que, para inscribirse en el Otro quiere ser el padre de familia. En este punto Lacan interroga la distincidn entre el Padre de familia, suefio del neurético, y la funcién del Nombre-del-Padre que puede ser sostenida por otros personajes que cl padre de familia. Es una funcién del tipo “poner un freno al goce”. Pero no es una funcién que surge simplemente de la interdiccién, “Poner un freno al goce”, es también poder abrir al sujeto una via que no sea la de un empuje a gozar mortal, autorizar una relacién fiable al goce, diferente que un empuje al hedonismo contemporéneo, que puede tener una cara mortal como se lo constata en las adicciones. En suma, el padre residuo es una funcién que se distingue del padre de familia. Es el instramento que permite hacer mantener juntos lo simbélico, lo real y el padre imaginario. Simbélico, real ¢ imaginario se mantienen entonces juntos por una funcién que puede separarse del padre de familia. Ser padre, un acto A partir de aqui, ,c6mo concebir las nuevas formas de la parentali- dad? Este deseo de ser padre, esta “pére-version” cautiva, en efecto, a nuevas identidades. Las familias homoparentales aiioran poder casarse, tener el titulo de padre, interrogan la distribucién clisica padre/madre. Cuando se dice que no hay que tocar esta distribucién a riesgo de un derrumbamiento de la civilizaci6n, es sin duda un error, porque se va a tocar eso siempre més. Los entusiastas, como Judith Butler, consideran que se puede y que hay que tocar lo que se llama el género (the gender). Es una subversidn de las formas reconocidas que puede ir muy lejos, con el anhelo de rehacer todo deshaciendo todas las identificaciones posibles hombre/mujer, donde los nombres de “padre” y de “madre” pueden ser dados a todo sujeto, preferentemente a un sujeto transexual. __ Pero entre los partidarios del inmovilismo, partidarios del fin de la historia que dicen que las buenas ficciones han sido encontradas y que nR El nifio y su familia no hace falta tocar més, y los partidarios de un constructivismo radical, serfa necesario un principio de precaucién para tomar en consideracién, en cambio, los efectos de estas dos posiciones. Se trata de saber, en la investigacién clinica, cémo vamos a verificar los efectos de estas trans- formaciones. Se decfa, por ejemplo, en los afios cincuenta que no podia psicoanalizar a los hijos de padres divorciados. Si los psicoanali tas hubieran continuado diciendo esto, no tendrian més a nadie. En los mismos afios, Lacan gracias a su teorfa del Nombre-de-Padre, permitia ya desplazar el problema. Las mujeres solas, divorciadas, viudas o las que no habfan jamds contraido matrimonio, pueden también transmitir el Nombre-del-Padre. Se puede también analizar a los hijos de formas multiples de uniones conyugales, incluso cuando no se sabe muy bien donde esté e} padre. En el presente, se debe analizar hijos surgidos de la post-parentalidad, de la era post-paternal, es decir, que no dependen més del padre de la tradicién. Los socistogos sostienen la idea de que hemos salido de la parentali- dad antigua, aquella del imperio del padre de la autoridad, de la tradicion y de la ley. Hoy es la paternidad responsable y negociada por contrato. La ventaja, nos dicen, es que en estas précticas, tan diversas, tiene una paternidad pacificada: se acabaron los dramas de los antiguos tiempos, terminaron las dramatizaciones que los psicoanalistas habfan conservado con la referencia al complejo de Edipo. Hay, ciertamente, una paterni- dad pacificada, pero el problema de Ja autoridad se traslad6 al exterior. Fl Otro social ordena, en efecto, a los padres de mantener a sus hijos, de poner su familia en regla, 0 amenaza de poner a todo el mundo en internados militares. De este modo, los padres se han transformado en agentes del orden piiblico. {Podemos creer en esta buena novedad socioldgica, que reduce la paternidad a normas? La politica desaparecid, ya no quedan sino nor- mas a negociar. Un mismo método es empleado para construir Europa, el Orden Internacional, y también las familias. Pero esto supone resuelto el problema de] residuo, de Ja concentra cidn de goce sobre el nifio y los padres. Hemos salido del patriareado, de] machismo de la tradicién y de la promesa de antafio: “Si te condu- ces como un hombre debe conducirse, entonces podrés gozar de una 1B Eric Laurent mujer”. Bl tinico problema es que es imposible definir una relacién entre los sexos, homo o hétero, que fuera la buena. Con el goce, eso jamés es posible. Ninguna norma llega a estabilizar el empuje a gozar, y a cada uno le queda la contingencia del encuentro del partenaire, y el sintoma/ fantasma que lo define. Este encuentro no puede reducirse a normas, El Jugar del padre es el de un residuo que viene como nombre a reeubrir este imposible. Ser padre no es una norma, sino un acto que tiene con- secuencias, fastas y nefastas. La filiacién contemporanea remite, mas alld de las normas, al deseo particularizado cuyo producto es el niiio. E] padre contemporineo es un fesiduo y un nombre, que resia de un modo inconmensurable como una apuesta pasional. Toda esperanza de pacifi- cacion de la paternidad es, entonces, una ilusién. Bs la fuerza de la ilu- sién de la teorfa sociolégica de ta felicidad de las normas. ; La apuesta de Ia investigacién psicoanalitica consiste en demostrar, sin conservadorismo, sin entusiasmo progresisia, pero con ef modo de pesimismo hicido lacaniano-freudiano, las redistribuciones clinicas a las cuales asistimos. He aqui el desaffo de sus préximos afios. 14 5. Proteger al nifio del delirio familiar La hipermodernidad se juega desde la definicién de la familia segin Aristételes y Santo Tomés de Aquino, modificando cada uno de sus tér- minos. La familia definida a partir del matrimonio pertenece al siglo pasado. De derecho 0 de hecho, la familia contemporénea incluye distin- tas formas de uniGn. Estas familias, ya sean monoparentales u homopa- rentales, hacen aparecer ahora el matrimonio como un lujo institucional, Hoy en dia en Francia, por ejemplo, el 40% de la poblacién solamente se inctina hacia el matrimonio. La puesta al desnudo de la ficcion ‘Anteriormente {a familia se apoyaba en e] matrimonio entre un hom- bre y una mujer. Actualmente, con el cambio generalizade del género, aquién sabe exactamente qué es un hombre o una mujer? En las parejas unisex, ,c6mo estar seguro que el otro es del mismo sexo? La posicisn queer consiste en considerar que la distribucién de los sexos es una cons- truceién social, dejando asf caduco este universal, a partir de lo cual no hay més certeza. Ocurre lo mismo con la educacién de Jos niffos, ,quién sabe hey en dis qué es la educaci6n? ,Quign sabe qué quiere decir “educar a un nifio”? Los expertos no se ponen de acuerdo, al punto que nos encontramos frente 18 Eric Laurent auna burbuja educativa —como se tiene la burbuja financiera-, inflada di soluciones diversas y que amenazan con estallar a cada instante ‘devel " do la inquietud ¢ incluso la profunda angustia de la institucién escolar. th lugar de responder a lo que quiere decir educar, en lugar de transmitir on saber, no son més que quejas sobre la imposibilidad de educar a los niios Los nifios no son més, practicamente, concebidos en el matrimonio. Y muchos lo son con la ayuda de la ciencia, que produce una especie de objetos tales como los embriones obtenidos en exceso durante las fecundaciones asistidas— en los que no se sabe més qué hacer. . fami la hipermodernidad actiia sobre los significantes de lo que fue la lia, como en todos los dominios de 1a cultura, y revela el caracter de ficcion de los lazos familiares y sociales. Como el capitalismo, tien funcidn de destruccién creativa: destruye la tradicién y hace | roliferar una nube de formas nuevas y de lazos frdgiles por no estar solidiicadon : craves fel temo, Las normas, como las leyes, a falta de tiempo pate ir cuenta de ello se rev i come came ae ale revelan mal hechas y obsoletas, incluso antes de Cuanto mis sofisticadas se vuelven las ficciones, més se expre: con insistencia una nostalgia del derecho natural. En esta proliferacion de fieciones, ,e6mo no Hegaremos a dejar de lado esta creencia en una dimensién “natural” de la institucién familiar? Tal es fa paradoja fun- damental que aparece en el momento mismo en que se multi ican ta ficciones, y sus incertidumbres ofrecen tin campo nuevo a las once clos nes mais © menos detirantes de los padres en cuanto a lo que ellos mm ran de un nifio. Asi vemos eémo los padres tratan su culpabilidad den estar a la altura de los ideales iransmitidos por la tradicién, Ja television y la circulacién de storytelling general. El cardcter convencional de | ‘ ficciones revela cada vez més el cardcter de objeto real del nifio, obj to apasionadamente deseado y, al mismo tiempo, rechazado vere Dos escuelas nin disfrazado u oculto por 1a hipstesis institucional que este en tanto que objeto de pasisn, obstaculiza y objeta la creencia 76 El nitio y su familia en lo ficcional. Observamos este doble movimiento en las dos grandes - escuelas sociolégicas que conciernen a la evolucién actual de las fami- lias, que inspiraron los Ultimos lazos al amo moderno. Para una, la familia es una institucién, y lo que importa es el uso que hace Ja gente de Jas ficciones: jcudl es la ficcién més popular? La cuestién gana hasta el dominio del derecho fiscal para decir lo que conviene subven- cionar o no. Asi, pensar que la familia no es una institucién conduce a considerar que ella pertenece al registro privado y ocupa el mismo lugar que Ia religion en la era de la laicidad postrevolucionaria, Para la otra escuela, préxima a la de Ja Iglesia, la familia permanece como una institucion, y frente a la diversidad existente, incluso frente a la insis- tencia del lazo familiar, decreta que incluso cuando no hay familia, existe una. Existe una a partir de una operacién magica que mantiene ja ficcién segtin la cual es el nifio el que hace la familia, al nacer funda la familia. Esta ficcidn juridica permite obtener la adaptacién de la fic cién religiosa a los descubrimientos de la ciencia: el cédigo genético brinda al nifio con certeza un ntimero calculable, e incluso en el caso en que los padres sean desconocidos, de tests que permiten establecer a paternidad, En suma, esta operacidn reduce la filiacion a una catego- rfa burocratica. No obstante, esta esperanza de encontrar un Iimite, un escollo, bajo el modo de ficciones, comporta sus propios impases. Puesto que una vez celebradas las nupcias sofiadas entre la institucién familiar y la ciencia surge la cuestién de la causa. Lejos de ser un limite, la genética abre un universo de nuevas ficciones, el del imperio de los storytellings. Abre ademis las puertas del mundo encantado de la medicina predicti- va: con él c6digo genético cada uno puede sofiar muchas vidas posibles, cada uno puede imaginar su vida con el 70% de riesgo de desencade- nar cAncer de linfoma entre 56 y 62 afios. Para que cada uno continue sofiando su vida, una industria se prepara ya para explicar cémo vivir tal vida, Tendremos manuales de saber vivir para aprender a vivir esta vida, cuyas ficciones provocarén una nueva desorientacién de ficciones juridicas. 7 Erie Laurent Autoengendramiento, fracaso El problema es entonces que la familia, en este mundo encantado, se vuelve el lugar transitorio en el que se calculan los tiesgos a Jos que ya cada uno esta expuesto. La historia, la herencia ~incluso la herencia genética~, no serén mas que un momento transitorio igualmente. Con la exploracion global del cédigo genético cada uno podré calcular los Tiesgos a los cuales seré expuesto. La ciencia le ensefiard mucho mas sobre su herencia de lo que podré hacerlo la familia. Entramos por aht en el mundo de la pasin del autoengendramiento de los sujetos, podrén explorar online los riesgos que comporta su propio cddigo genético, Podran ser descifrados por aquellos que se dedican a definir los riesgos que cada uno corre, asi como las ficciones de la vida que puede llevar segtin los riesgos a los que estén expuestos. Muy probablemente en el futuro se encontraré en Facebook los cédigos genéticos de cada uno. James Watson y Craig Venter ya pusieron en Iinea sus propios cédigos Benéticos y estén en vias de constituir una secta para todos aquellos a los que eso los apasiona. Tanto de! lado de las ficciones Juridicas como del lado de las ficcio- nes cientificas, jamds se podré dar cuenta del punto real que constituye el Origen subjetivo de cada uno: la malformacién del deseo del que se pro- viene. No la malformacién genética sino la malformacién del encuentro fracasado entre los deseos que lo han enipujado al mundo. Bl fracaso, en su particularidad, del encuentro entre los sexos ~¥ poco importa que se trate de dos partenaires del mismo sexo- y del deseo del niffo, permaneceré como el encuentro de! paraguas y de la maquina de coser sobre la mesa de diseccidn...

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