EL NINO Y SU FAMILIALaurent, Bric
El nifio y su familia / Bric Laurent ; compilado por Silvia
Elena Tendlarz. - 1a ed compendiada. - Ciudad Autonoma de
Buenos Aires : Coloocién Diva, 2018.
128 pp. 3 20x 15 cm.
ISBN 978-987-4469-01-4
1, Psicoandlisis. I. Tendlarz, Silvia Elena, comp. Il. Titulo.
CDD 150.395
Biblioteca de la Colecci¢in Diva
Direccidn: Silvia Elena Tendlarz (
[email protected] ar}
Diseio de tapa: Gustavo Macri (
[email protected])
Imagen de la cubierta: “El arbol” aerilico sobre Hienzo, 1998.
Autor: Gustavo Macti
Realizaci6n armado interior: Ménica B. Kaminsky (monikaminsky@ yahoo.com.)
Compitacién y edicién: Silvia Elena Tendlare
Con Ja colaboracién editorial de: Mauricio Beltrén, Perla Drechsler, Carlos Gustavo Motta,
Luis Guillermo Poregrina y Liv Marian Tendlarz,
© Iedicién, mayo de 2018, Coleccién Diva
Reservados todos tos derechos. Queda rigurosamente prohibida, sin la autorizacién escrita de fos titulares det
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Impreso en LINEA GRAFICA IMPRESIONES de Gabriel 0. Quiroga
Direccién: F. Roosevelt 3386 (1430) Ciudad Auténoma Buenos Aires, Argentina
‘Tirada: 1000 ejemplares
ISBN 978-987-4469.01-4
EL NINO Y SU FAMILIA
ERIC LAURENT
COLECCION DIVA,El Nifio R.S.L
A mode de prélogo:
Entrevista a Eric Laurent
por Silvia Elena Tendlarz
Eric Laurent: El interés del tema del libro es partir de las nuevas
configuraciones de las familias en Ja civilizacién y examinar el lugar que
ocupa él nifio en ellas. Esto cambié especialmente entre el siglo XIX y
XX, pero atin més en el siglo XXI, porque las nuevas configuraciones
familiares estén remodetadas por la eficacia de las nuevas formas de la
procreacién —ya sea con la procreacién afectada por la introduccién de la
pildora en la segunda mitad del siglo XX y después con 1a procreacién
médicamente asistida de finales del siglo XX. Ahora se difunde de una
manera mucho mas amplia gracias a nuevas técnicas que han modificado
la manera con la que el nifio es concebido. La procreacién azarosa del
nifio, y su multiplicacion, ha sido reemplazada por un nifio més raro y
més calculado, previsto 0 mas producido, depende de dénde se ponga el
acento. Esto concierne a todo el campo de la procreacién, y de la filia-
ciGn que se deduce de ella, que es un efecto también de esta difraccién
de la procreacién. Esta es una de Jas razones por las que este afio, con
algunos colegas, con Nouria Griindler, Frangois Ansermet y Dominique
Laurent, dictamos un curso titulado “Disrupciones en la filiacién, la pro-
creacin y el género”. Los tres términos van juntos y determinan una
red de configuraciones y determinaciones que renuevan el estatuto del
nifio de una manera diferente a la familia patriarcal ideal del siglo XIX,
especialmente en Freud, para quien la familia judia ideal estaba en elEric Laurent
horizonte, a pesar de la peculiaridad de su familia y el Jugar extraiio que
ocupé -hijo preferido de la tercera esposa del padre que tenfa ya hijos
de otros matrimonios, etc.—. Todo esto determiné una reflexién de Freud
acerca del cardcter légico del Edipo, distinto de las formas diversas de
familia, algo que mantuvo durante toda su obra, pero sosteniendo la idea
de un ideal del niiio, Mientras que en la actualidad estamos confronta-
dos, mds alld del ideal, a muchas formas de familias y de filiaciones,
y también a la eleccién del género en los nifios, que plantean una cate
goria de problemas completamente nuevos. En Argentina especialmente,
que es el primer pais del mundo en el que 1a ley de identidad de géne-
ro no tiene un limite sobre la edad en la que los nifios pueden pedir el
cambio de sexo, se producen algunas demandas muy importantes de los
padres que piden el cambio de sexo de los nifios, y esto genera una clini-
ca nueva, mucho mas amplia en Argentina que en otros paises en los que
el cambio de sexo o la eleccién de sexo es a una edad mucho més tardfa.
Todo esto desplaza la clinica de las determinaciones de Jo que es el nifio
y su lugar en la familia, por fuera del discurso analitico.
Lacan reconfiguré ef discurso analitico precisamente para abordar
estas dimensiones nuevas de la familia que vio desarrollarse desde os
afios 60. Hay en Lacan una tensién fuerte entre Jo que es su elaboracién
sobre la distincidn entre los padres de la realidad, que a veces se puede
lamar padre real, y el padre simbélico, el padre Nombre del Padre, el
padre dios. Esto introduce inmediatamente una hiancia entre los dos per-
sonajes. Esta es Ja razon por la cual el padre en nuestra civilizacién es un
ser cojo, desarticulado entre lo banal, lo comin del padre de la realidad
con sus peculiaridades, y lo que es la funcién del padre de articular algo
con lo simbélico como tal, una funcién mucho més allé de los pobres
padres de la realidad. Estamos superados por una funcién mucho més
alta y Lacan dice que el contraste entre los dos hace que precisamen-
te todo ef mundo delire. Finalmente, la garantia del Nombre del Padre
no funciona. Lacan hace una elaboracin sobre fo simbélico del padre y"
una anotaciGn que se encuentra en el inicio de la “Nota sobre el nifio”,
el primer texto que estd en el libro, cuando dice que la familia es algo
real. Esto fue articulado por Jacques-Alain Miller de ana manera muy
precisa, Hay una tensién muy grande en la enseffanza de Lacan entre la
i
i
El nifto y su familia
familia como un real y el padre como algo simbélico. Esto especialmente
ha sido crucial al final del siglo XX y en el siglo XXI en todas las nue-
vas formas de articulacién entre las familias y las tecnociencias sobre la
filiacién.
Esto determina una nueva configuracién que provoca que hoy se
hable més de “parentalidad” que de paternidad. La parentalidad es un
neologismo introducido al final del siglo XX a partir del discurso del
amo, y de la burocracia para hacer referencia a todas clases de familias,
para no hablar de padres. Porque no se sabia precisamente si son padres,
madres, madres de adopcién, de gestacién o de substitucién, entonces
han preferido hablar de parentalidad para designar algo que concierne el
lado real de Ja familia. Y Ja familia ahora, en la que estamos inmersos en
nuestra clinica, es mucho mas real que simbdlica,
Vemos que en todas estas nuevas formas de reconfiguraciones fami-
liares, o estas nuevas formas de nifios que son de abandono, no solo los
de las calles sino los nifios inmigrantes que cruzaron las fronteras sin sus
padres siendo menores de catorce y quince afios, y que se encuentran
enfrentados a que no hay ningtin sistema simbolico que los acoja sino la
ley como tal, las leyes de los distintos pafses que los reciben, que deter-
minan un marco que sé puede apenas calificar de simbélico, es lo que
apenas queda de lo simbédlico, Ia ley separada de una dimensién simbé-
lica, y que es més bien una forma real de hacer formas de familias que
puedan acoger todas estas nuevas producciones del nifio.
En un cierto sentido los distintos articulos del libro tratan estos aspec-
tos de la tensidn entre el nifio definido a partir de sus estatutos simbé-
licos, como ideal del yo o ideal de la familia, ideal para los dos padres
pero especialmente para la madre, el nifio ideal de la familia, y el niiio
mucho més objeto de la familia, producido por esta familia real, obje-
to calculado, producido, que es realizado de una manera muy especial
Vemos, por ejemplo, cémo en los pafses en los cuales las leyes probi-
ben tener mds de un hijo, como lo era hace poco en China, el nifio es
producido en su unicidad y tiene que levar todas las esperanzas de la
familia, especialmente en los estudios. A] mismo tiempo, estos estudian-
tes dedicados, excelentes, son lo que se suicidan mas segiin las estadisti-
cas norteamericanas y europeas. Los estudiantes asidticos se matan si no
9Eric Laurent
consiguen estar a la altura de las esperanzas que han sido depositadas por
Ja familia sobre ellos. Ellos mismos encarnan una relacién particular con
las exigencias de la civilizacién. Encarnan una tensién entre regimenes
legales extremadamente estrictos de produccidn y una idealizacién que
puede ser fatal para estos nifios. Es la definicién de un Ideal un poco al
revés de lo que era en la época de Freud. En verdad creo que en distintos
aspectos ¢l libro trata de explorar, por un lado, la reconfiguracién del
mundo de Ia civilizacidn en el cual el nifio esté y, por otro lado, la recon-
figuracién del discurso analitico.
Silvia Elena Tendlarz: Su libro El reverso de la biopolitica marca un
giro en sus reflexiones sobre el psicoandlisis, sobre todo 1a manera con.
que usted explica cémo un sujeto puede ser sfntoma de otro cuerpo.
Entonces, ,¢6mo pensar primero al nifio como sintoma de otro cuerpo,
ya sea del padre 0 de la madre y, por otro lado, esto acaso modifica el
lugar del niffio como sintoma de la pareja conyugal o el lugar del nifio en
e] fantasma materno? ;Habria una modificacién a partir de las Ultimas
reflexiones de Lacan en torno al sinthome?
Eric Laurent: Si, sin duda hay una modificacién de Jo que es el abordaje
clasico de la significacién félica. La configuracién freudiana de la signi-
ficacién félica pasa por a amenaza de castracién del padre al nifio varon,
que lo introduce después de un tiempo con este pasaje por el -p, lo que
Lacan Ilamé menos fi para logificar esta amenaza de que “te Jo van a
quitar si lo utilizas de mala manera”, define después una significaci6n
falica positiva en la que el nifio varén se aloja. Del lado de la nifia mujer
es més bien el amor. En la nifia mujer precisamente hay este cambio del
objeto de amor que ocupé tanto a Freud, pasar del amor de'la madre al
amor del padre, y este pasaje deja distintas huellas. Lo central no es la
amenaza de la castracién, sino que la pérdida de amor funciona como el
lugar central de lo que puede faltar.
Lacan poco a poco formaliza primero el drama edipico, la amenaza y
todo esto lo reconfigura extrayendo su légica. Después da un paso més,
a partir del seminario La angustia, y plantea una angustia fundamental
separada de toda amenaza, Se trata de una angustia vinculada no tanto
10
EI niffo y su familia
al “falito” como el objeto amenazado, sino que mas bien reconfigura
Ja angustia como angustia de separacién, a partir de la manera con que
se separan los objetos del cuerpo, y articula el cuerpo a sus objetos de
una forma que permite eludir todo el drama de la amenaza de castra-
cidn. Permite en el horizonte establecer una significacién falica sin pasar
por la metéfora paterna que era la logificacién del drama edipico cla-
sico. Esta es una etapa decisiva en Lacan, la definicin de la angustia
Lacaniana.! Intenté mostrar en los articulos del libro que hay un cambio
enel horizonte clinico de lo que se hace con el nifio que tiene que elabo-
rar la significacién falica cuando esta tambaleante, cuando es inexistente
© poco existente. No pasa por la consideracién estricta del drama edipi-
co, pasa més bien por establecer las versiones del objeto a que tiene el
nifio, las separaciones que él ha podido hacer de sus objetos y el valor
de objeto a que tiene para Ja madre. Y esto determina el valor filico.
Entonces esto desplaza la prictica clinica con el nifio, lo que se quiere
obtener de un andlisis con nifios: versiones de! valor falico, las coordena-
das de las versiones del objeto a, permite definir, indagar y obtener este
valor félico, que es también encarnado por el objeto transicional como
decia Winnicott, este objeto que circula, que hace cépula entre el nifio y
Ja madre, y que el nifio mismo puede tener valor de objeto para la madre.
Pero utilizarlo como instrumento es una etapa en el horizonte de lo que
usted interroga con “el ser el sintoma de otro cuerpo”.
“Ser el sintoma de otro cuerpo” es esencialmente, de manera deter-
minante en la enseffanza de Lacan, la posicién de la mujer, de una mujer,
que puede ser sintoma de otro cuerpo, del cuerpo del hombre. Esto parte
de la idea de que lo que hab{a en la ensefianza clésica era que una mujer
tiene valor falico para un hombre. El hombre puede tener el falo y al
mismo tiempo puede tratar de identificarse a él, narcisisticamente. La
que es el falo es una mujer. Entonces una mujer, en esta etapa previa,
es el falo de otro cuerpo. Y, en esta perspectiva, él hombre tiene el
uso de su pene con valor falico si su disposicién subjetiva le permite
1. Miller, I-A., La angustia. Introducciéa al Seminario X de Jacques Lacan, ELP~
Gredos, Madrid, 2007, p. 56.Eric Laurent
aceptar, reconocer, admitir, amar el hecho de que el falo de su cuerpo
es la partenaire. A partir de esto, de ser el falo, Lacan lo modifica un
poco y lo hace ser el sfntoma, ser el falo sintoma. Esta encarnacién de
la mujer del valor félico, del valor de goce del otro cuerpo, del cuerpo
del hombre, se vuelve efectivamente sintoma para descifrar, enigma para
un hombre. Y en lugar de descifrar las dificultades que tiene un hom-
bre con lo falico, esta dificil articulacién entre ser y tener que es toda la
dialéctica félica del lado del hombre, esto se reconfigura con Ja idea de
la mujer como sintoma a descifrar por el cuerpo del hombre que reem-
plaza sus embrollos falicos de la época clisica con sus embrollos con el
partenaire-sintoma. El goce falico entra en la categoria del partenaire-
sintoma. La bascula fundamental en la obra de Lacan es de reinventar
el psicoandlisis no del lado de los valores masculinos sino femeninos. A
partir del goce femenino rearma todas las articulaciones y los usos den-
tro del psicoandlisis de las categorias mas cldsicas. La mujer-sintoma de
otro cuerpo permite despiazar toda una serie de preguntas. Por ejemplo,
las observaciones clinicas que sitian al nifio en su valor falico para una
mujer. Lacan dice que esto significa esencialmente que todos los objetos
de amor de una mujer son objets separados, se separan de ella, Es la
raz6n por la que ellas no estén tan aferradas como los hombres a tener el
goce del propietario, para denotar la relacidn del hombre que tiene siem-
pre el temor de perder su érgano, las mujeres son mucho més sueltas con
esto porque tienen objetos separados, que van por el mundo, y entonces
no tienen la misma angustia, la angustia es mds real en esta exigencia de
amor de estos objetos separados,
A partir de esta bascula vemos que la relacién del nifio con Ja
madre, del nifio como objeto a de la madre, es algo muy prpfundo, no
e8 sélo falo, es la carga de objeto de goce y es esto que Eacan trabaja
en la “Nota sobre el nifio”. Es una direccién de trabajo que sigue hasta
el Seminario R.S.I. hasta el momento en el que puede definir un padre,
estrictamente, no a partir de un amor al padre como primera identi‘
ficacién freudiana. Lacan hace del amor al padre algo que pasa por la
manera con Ia que se ocupa de los objetos @ de una madre. “Un padre
slo tiene derecho al respeto, si no al amor, si el dicho respeto, el dicho
amor... estd pére-versamente orientado, es decir hace de una mujer el
12
288 occnentcemmersinmneen
El nifio y su familia
objeto que causa su deseo, Pero Jo que una mujer a-coge asi no tiene
nada que ver en la cuestidn. De lo que ella se ocupa, es de otros objetos
a, que son los hijos” 2
El padre, en esta nueva configuracién lacaniana, tiene una dignidad
porque es él el que puede hacer una operacién que da un lugar de mujer
auna madre. La madre tiene sus objetos a, y se ocupa con esto, es decir
quc lo que causa cl deseo de la madre son los objetos a precisamente,
que ella produce, sus nifios, Pero un hombre, dice Lacan, solo es digno
de amor y de respeto porque hace una metéfora particular con esta madre
en tanto que como mujer ella causa su deseo. Entonces en lugar de par-
tir del lugar de lo que Lacan considera “la chifladura de Freud”, pensar
que habfa una identificacién al padre que determinaba el amor de manera
esencial, é1 considera que el amor al padre es una deduccién que viene a
partir de una operacién que se efecttia o no. No es en sf misma una iden-
tificaci6n primordial dada de antemano. Si un hombre hace esta alquimia
particular entonces se produce el fenémeno “amor al padre”. Todo esto
en las familias contemporaneas, recompuestas, divididas, atravesadas por
amores y odios nuevos, permite orientarse en el tema, més que, por ejem-
plo, tener como énico horizonte hacer creer a todo el mundo que Ia tnica
solucién es tener una familia unida y cldsica, 0 confundir una familia
unida con lo real de la familia. Se podrfa decir que la terapia sistémica,
que trata de considerar a Ja familia sistémica como un sistema, y todo el
mundo tiene su lugar en el sistema, funciona si los terapeutas tienen et
tacto de saber reconocer la diferencia entre el sistema como norma y lo
real que esté en juego. y no slo como trastorno que habria que deducir,
sino que hay que articular en este sistema. Para nosotros no hay siste-
ma familiar, hay este real de la familia que articula de una manera nueva
cémo el hombre que hace de una mujer la causa de su deseo esta articula-
doa la familia. Da un horizonte clinico renovado y mas adaptado a Jo que
son las nuevas demandas que tenemos de familias y de nifios inmersos en
una familia muy distinta de lo que era el ideal inmévil.
2. Lacan, J., Le Séminaire, livre eit, “RSY", legon du 21 janvier 1975, Ornicar?, n°3,
Paris, Lyse, mai 1975, p. 107.Eric Laurent
Silvia Elena Tendlarz: ,Cémo situar al nifio en la oposicién clésica entre
sintoma y fantasma?
Eric Laurent; Precisamente creo que tenemos que profundizar esta opo-
sicién sintoma-fantasma. Lacan Jo hizo de una manera sensacional con
esta distincién entre el nifio sintoma de la pareja y el nifio objeto del
fantasma materno. Esto fue muy stil y es un instrumento clinico deter-
minante porque decir sintoma de la pareja desplaza también el drama,
ya no es el drama el que esta en juego, es cémo se articulan en tanto que
la pareja tiene esta dimensi6n real. El nifio sintoma de una pareja es el
valor de cémo se articula una configuracion RSI, una configuraci6n real,
simbélica e imaginaria, de este nifio con 1a pareja en sus distintos aspec-
tos, articulados mucho més alld de las formas legales del matrimonio.
Cuando digo que hay que profundizarlo es porque también creo
que hay que considerar al niiio no solamente como objeto del fantasma
materno sino como sintoma de la madre, es decir, la oposicion sintoma-
objeto del fantasma en su relacién con la madre. Esto permite también
definir y articular de manera més sofisticada la oposicién real, simbélica,
imaginaria del niffo en su relacién con la madre, Esto se trabajé al final
det texto “Nota sobre ef nifio”, cuando Lacan nota que las mujeres tienen
su objeto en una dimensién real. El objeto a tiene que ser ubicado en
esta dimensién no s6lo imaginaria y simbélica sino real. Esto permite
definir un valor de goce més alld del valor falico, un goce que es mds el
goce femenino en las madres, esta dimensién del goce que esté més al
del valor fallico. Para definir mas precisamente este valor real del objeto
hay que articular sintoma y fantasma del lado materno que permite una
precisién mas importante y creo que clinicamente es titil y hay, que tomar
en cuenta esta doble dimensién.
Esto forma parte de la renovacién del discurso que hemos elabora-
do en relacién con algunos puntos candentes del nifio con la madre, en
el cual hemos considerado que en Ja clinica hay que considerar la rela
cin del nifio con su madre o del nifio con los padres en la dimensién
de ia invencién —de la misma manera que consideramos otros campos
clinicos del lado de la invencidn-, de lo que se produce con los padres,
en la parentalidad. El apoyo de la invencién que hacen los padres con
14
El nifo y su familia
los nifios es la puerta de entrada a través de la cual el terapeuta después
puede tratar de ampliarla 0 alojarse. A partir de lo que fue Ja primera
definicién de la relacién positiva de la invencién se puede ordenar el
montaje real, simbélico, imaginario con los padres.
Silvia Elena Tendlarz: Me gustaria preguntarle sobre Ja expansion del
mundo virtual ,qué relacién tiene entre el nifio y su familia? Y en con-
traposicién a esto, ,edmo acttia entre ellos los procesos segregativos que
son cada vez mas acuciantes en la actualidad?
Eric Laurent: Efectivamente son dos cosas que van juntas. La nueva arti-
culacién del nifio con sus pantallas introducidas en la edad mas temprana
para distraerlo, calmarlo, interesarlo, fijarlo, dibujos animados en dosis
masivas desde el aiio y medio, etc., todo esto da una dimensién de una
extension considerable de los nifios a un mundo completamente globali-
zado, a un mundo generalizado y global, un sin limite de esta relacién del
nifio con la pantalla, la pantalla es decir una ventana que hace que el nifio
de entrada se encuentre globalizado. Y, del otro lado, va junto a procesos
de segregaciones reales masivos. Este nifio globalizado se encuentra en
muchos aspectos en una segregacién, se topa con los muros de la segre-
gacién social mucho ms severos, mucho mis fuertes de los que existian
antes. Primero, con la extensién de las desigualdades en todos los paises
vemos que surgen segregaciones que no existian y que eran més pacifi-
cadas y que ahora se ven como separaciones mucho més agudas y mil-
tiples. No es sdlo como era antes, segregacién de clases, ahora la estra-
tificacién de la burguesia como Ja estratificacidn del proletariado hace
una multiplicacién de segregaciones que separan de manera més o menos
brutal. Los nifios como ciudadanos que no tienen nada més en comtin, lo
tinico que tienen en comin es Ia pantalla. Por lo demés, son separaciones
cada vez més diversas y agudas. En este sentido, se refuerza el cardcter
real del fazo con la pantalla que es el tinico acceso a este mundo globali-
zado, y se ve cémo los nifios hacen distintos usos de la pantalla.
Ahora los nifios del mundo no solo tienen a las producciones de Walt
Disney como lengua comtin sino también los personajes de los Mangas
japoneses, Se extiende cada vez més las identificaciones dispuestas para
13Eric Laurent
os niffos para hablar como los personajes de los dibujos animados. Eso
puede ser utilizado en las terapias y en el abordaje del avtismo también,
porque incluso los autistas estén inmersos en esta cuestion. Después
pasan al uso del celular, al uso del celular como apéndice fundamen-
tal del sujeto, y luego a la computadora, con estas patologias de nifios
y j6venes adultos que se encierran en una habitacién con una pantalla
y no quieren salir mas, y tienen una relacién con el mundo determina-
da por esto. Esto sucede especialmente en las civilizaciones asidticas,
especialmente Japén o Corea, en los cuales hay una presién social muy
fuerte, una determinacién social de cortesia en estas civilizaciones donde
la relacién det sujeto con el mundo es estrictamente definida por nor-
mas muy exigentes, que puede producir una separacién con ef mundo. El
nifio queda fuera de todas las normas sociales encerrado con su computa-
dora, y no es una patologfa necesariamente psicética, no concierne sola~
mente a los nifios psicéticos en el sentido de la psiquiatrfa. Sin duda son
nifios que estan separados, pero define una clinica extrafia. Hay nifios
que se encierran por diez afios y no quieren salir, y un dia salen y se
encuentran con el mundo de nuevo después de este paréntesis extrafio,
Cuando estuve en Japén un profesor en 1a facultad tenfa un compafiero
de estudios que un dfa se encerré, se quedé diez afios encerrado y ahora
es el presidente de la asociacién japonesa de los hikikomoris. Existen ese
tipo de cosas, se socializan entre posthikikomoris.
Silvia Elena Tendlarz: ;Serfa lo contrario a la segregacién?
Eric Laurent: Primero esté el proceso de segregacién de encerrarse en su
habitacién, y después de la experiencia una resocializaci6n, una desegre-
gaci6n a partir de esto. Hay movimientos que son, al mismo tiempo, de
segregacién econémica y social, por un Jado, y segregaciones que pro-
ducen invenciones de los sujetos que se segregan a si mismos, como los
hikikomoris, y que alcanzan niveles altos en paises y civilizaciones donde®
la presién social es agobiante, en donde tenemos este tipo de fenémenos.
La presiGn social japonesa no es de segregacién, en cierto nivel, es una
exigencia de inclusién a todos los niveles, es una exigencia de normalidad
inclusiva que produce efectos de reaccién que pueden ser muy fuertes.
16
rein
ae
El nifto y su familia
Entonces tenemos una articulacién entre lo virtual y las adicciones
efectivas de los nifios, y ahora es una ejercicio de tacto parental esen-
cial tratar de regular la relacin que tienen sus hijos con diversas pan-
tallas, para que duerman el numero de horas suficientes, para lo que
el desarrollo de la adolescencia que implica mucha energia y que impli-
ca también dormir para recuperarse, o para tener un intercambio con los
padres que implica levantar los ojos del celular y no enviar inmediata-
mente mensajes a su red de amigos y amigas, etc. Y todo esto implica
una nueva clase de negociaciones en la vida cotidiana de los padres, es
la regulacién de un goce real a partir de lo que hay en el mundo virtual.
Silvia Elena Tendlarz; Existe en las neurociencias un debate importante en
tomo a Ja inteligencia artificial, ,qué Ingar ocupa el nifio en este debate?
Eric Laurent: Bl nifio es ahora un campo de batalla entre las neurocien-
cias y los pedagogos. Los pedagogos siempre quisieron ocuparse de los
nifios y fue el genio de los jesuitas que, como lo noté Michelet —un autor
que Lacan amaba mucho-, cémo en la nueva época del Renacimiento,
para conquistar el corazén de las mujeres, los jesuitas propusieron ocu-
parse de sus nifios. No es el padre que se ocupa de los objetos @, pero
fue asi, los hombres de dios ocupiindose de Jos niffos de la época, y asf
conquistando el corazén de las mujeres. No hacen de ellas la causa de su
deseo sino la causa de un amor divino al ocuparse de los nifios. Ahora
los pedagogos tienen la competencia del lado de las neurociencias, que
considera que tienen la ciencia del aprendizaje, y que con la cartografia
que hacen de la actividad cerebral, algunos neurocientificos, no todos,
consideran que han alcanzado el momento en el que pueden dar indica-
ciones cientificas seguras sobre lo que es el aprendizaje y la manera con
la que hay que enseffarles algo sobre los nifios. En Francia, por ejemplo,
nuestro presidente Macron ha nombrado para el Ministerio de Educacién
al nuevo Ministro Jean-Michel Blanquer, que tiene un gran afin por
apoyarse sobre las neurociencias para definir lo que es la ensefianza, en
todos los aspectos, ritmos, sobre todo en Ja primera edad, cémo apren-
der las mateméticas, a relacién con la lengua, etc. Esencialmente por el
momento todo esto sigue la idea de que no hay que confiar estrictamente en
17Eric Laurent
la inventiva 0 en la creatividad del nifio, como se hacfa en cierta época,
sino también hay que respetar lo que es la repeticin, puesto que permite
imprimir en el cerebro las actividades, etc, Por el momento no va mucho:
mas alld, es solamente cierta desconfianza de dejar a los nifios inventar
cosas contando con la imaginacién. No solamente esta la imaginacién
sino que hay que repetir durante algunas horas, tienen que dedicarse a
fijar los aprendizajes. Esta clave del aprendizaje es fundamental porque,
por ejemplo, en cierta época, al fijarse en las esperanzas de la imagi-
nacién se habia reducido el interés por aprender realmente las materias,
Con en el acento puesto por Lacan sobre lo simbélico de lo real, hizo
que en las cuestiones de reformas de la universidad y de la escuela, entre
aquellas personas inspiradas por Lacan, Jean-Claude Milner —que fue
durante un tiempo consejero del Ministro de Educacién en la época de
Jean-Pierre Chevénement-, insistié que habfa que aprender como tal,
que habfa que pasar por la ldgica de un discurso para entrar en la estruc-
tura compleja del Otro simbélico y no apoyarse sélo en tos poderes de
lo imaginario. Habfa un real-simb6lico de las distintas materias. Esto se
desplaza con las neurociencias y tendremos debates acerca de cémo ubi-
car el estatuto del nifio neuronal, su lugar y su articulacién en competi-
cién con el nifio objeto a. Sin duda tendremos cosas para discutir con
nuestros colegas de las neurociencias.
Sobre la inteligencia artificial lo importante es la renovacién del
afan por este tema que cay6. Hace unos diez afios ya no habia interés
por la inteligencia artificial, por lo menos lo que Minski lam6 asf en
los aiios 60, cémo las maquinas pueden aprender con una imitacién con
los modos del aprendizaje humano, automitico. En ta actualidad hay
una sensacién de renovacién con el uso del Big Dara. El uso de series
de datos enormes que se han construido permiten Ia articulacién de una
computadora con estas bases de datos, con objetos identificados dentro
de ella y cambié completamente el panorama. Ahora la inteligencia arti-
ficial es algo fundamental de Google, de Amazon, de Facebook, y se lee”
todos los dfas sobre las nuevas hazafias, cmo las técnicas de recono-
cimiento facial permitiran ver y cémo difundirén lo que va a cambiar.
Pero por lo menos existe esta renovacion. En las tiltimas Jornadas de la
Escuela de la Causa freudiana, tuvimos una discusién sobre esto con un
18
&
uncer eaieee
El nifto y su familia
responsable de Google de una parte de] Departamento de Inteligencia
Attificial de Alfabet, Samy Bengio. Lo que nos interesa es que resulta
claro que los humanos no aprendemos como las maquinas, por el hecho
de que no tenemos acceso a base de datos inmensos. En su vida un suje-
to humano tiene acceso a muy pocas cosas, a muy pocos datos, y con
esto aprendemos cosas extraordinarias. Lo tinico que él decia, es intere-
sante, es que el ser humano tiene acceso a muy pocas cosas, como ele-
mentos, para reconocer a un perro un nifio ha visto a quince o treinta
perros, y con esto sabe reconocer un perro. Una maquina tiene que tener
millones de fotos de perros para identifica a un perro, pero finalmente
lo identifica. Una maquina puede diferenciar un perro blanco y un labo
blanco también de razas muy préximas, un humano no podria hacerlo.
Una maquina bien construida puede hacer diferencias muy grandes. Pero
61 decia que Jos humanos tienen acceso a muy pocos elementos pero a
muchas més cosas que una maquina. Un nifio no para de tener acceso
a cosas nuevas de la majjana a la tarde, y también a Ja noche cuando
esta frente a la pantalla en lugar de dormir, 0 si duerme, con sus sue-
fos. Entonces dice que hay una relacion con el mucho. Esto nos intere-
sa, especialmente en el psicoandlisis. Hay algo que el hombre no tiene
acceso como mucho, que es lo que se relaciona con lo sexual. Inchuso los
Don Juanes de un sexo 0 de otro, o los que tienen un afan para tener rela-
ciones sexuales multiples, tipo Catherine Millet, sean cuales sean estos
sujetos, no es lo mucho que abunda, sino mas bien lo méitiple, que es
otra cosa. Es una selaci6n entre el Uno y lo miltiple, el Uno del goce y
lo miltiple del partenaire. El saber que se puede extraer de esto del lado
del partenaire jouissance, del partenaire de goce, probablemente lo dife-
rencia de la maquina: el modo de aprendizaje del lado de 1a inteligen-
cia artificial se diferencia del modo de aprendizaje de un sujeto huma-
no que no aprende, encuentra en la contingencia, encuentra partenaires
que dejan huelias inolvidables que después se repiten de manera tal que
podemos decir que del lado de lo sexual no se aprende nada
Barcelona, 2 de abril de 20181. Una lectura de
“Nota sobre el nifie”*
La “Nota sobre el nifio” esta a continuacién, en los Orros escritos, de
la “Alocucién sobre las psicosis del nifio”.? Estos dos textos constituyen
una bascula en la ensefianza de Lacan sobre el nifio, y que Ia aborda a
través de la l6gica de! fantasma, especialmente del fantasma materno.
En esta “Nota...”, escrita y dirigida a un destinatario particular, el
estilo se encuentra en ruptura con los otros textos escrites por Lacan en
el transcurso del afio 1969. Resulta de una claridad y de una simplici-
dad sorprendente. Su estilo no supone que sean conocidos los desarrollos
recientes de sv obra, aunque extraiga sus consecuencias. Comparémoslo,
por ejemplo, con “Radiofonia”, escrito el mismo aiio para una emisin
de radio, texto escrito que presenta una dificultad singular en la construc
cidn de las frases y en su articulacién.
Lacan eligié este estilo simple, préximo al Seminario, para dirigirse
auna amiga, Jenny Aubry, quien no segufa su ensefianza desde hacfa un
tiempo. Explica lo que elabora: el objeto a, el fantasma, en términos que
pueda entenderlo un lector que tiene una idea del fantasma anclado ea la
ensefianza final de los afios 50.
1 Lacan, J.
2. Lacan, J.,"Alecucién sobre las psicosis en a infane’
‘Nota sobre el nifio”, Orros Escritos. Buenos Aires: Paidés, 2012, p. 393,
*. Otros Escritos, op. cit..p. 381
aLEric Laurent
La ensefianza de Lacan se aceleré mucho a partir del momento en
que fund su propia Escuela en 1964. Se separé del comentario del texto
frendiano o de las referencias a la tradicién psicoanalitica, a la lengua
comtin de los psicoanalistas. Tomé como objeto su ensefianza como tal,
suponiéndola conocida. Los temas nuevos se multiplicaron.
Se ocupa en esta “Nota...” de una especie de recuperacién, de corto-
cireuito, entre dos momentos de su enseflanza. La sefiora Jenny Aubry
era una amiga y una gran dama de la psiquiatria francesa. En Francia fue
Ja primera mujer Jefa del Servicio de Psiquiatrfa Infantil. Quiso refor-
mar las précticas y las instituciones que se ocuparon de nifios. Puso en
funcionamiento un sistema de admisin de nifios psicdticos, especial-
mente ubicados en sus domicilios, que tomaba el relevo de las institu-
ciones anénimas 0 dejadas a su suerte. En el marco de estas reflexiones
practicas para orientarse en los cuidados brindados al nifio, le pregunta a
Lacan en qué podria servirle aquello que él hacfa. Lacan responde a esta
demanda de modo pragmitico, tomando en cuenta los obstéculos para
Girigirse al nifio e insertarlo en el dispositivo psicoanalitico.
La familia y el residuo
‘Ms alld de esta orientacién, este texto se ocupa del nifio en su gene~
ralidad. La “Nota...” escrita en 1969 corresponde a un momento histé-
rico particular, después de 1968. Hasta ese momento, Francia no habia
seguido la americanizacién de las costumbres que toda Europa, el
norte mas particularmente, habfa tomado mas profundamente. No tuvo
lugar todavia el relevo de los hombres de Estado que hacfan de padre,
como De Gaulle. Los americans habian adoptado el estilo juvenil de
Kennedy, el estilo moderno de ejercicio de 1a autoridad. La recuperacién
hacia la modernidad en el 1968 se hizo por el quiebre de las identifica~
ciones. Las leyes que aprobé el presidente Giscard d’Estaing cambiaron
el sistema de filiacién en Francia y puso en sintonia las costumbres y
las filiaciones. Fue también el tiempo de las comunidades diversas mas
© menos estables en las que el lazo de la pareja parecia haberse sobre-
pasado. Apatecieron pequefias sectas dedicadas a explorar esas cosas.
22
El nifio y su familia
Las consecuencias no fueron sin enloquecimientos subjetivos. Los
psicoanalistas en Jos afios que siguieron recuperaron bastante los daiios
producidos en esas grandes agitaciones que dejaron a muchos sujetos
perdidos. Después de mayo del 68 fue necesario despertarse un poco de
estas embriagueces identitarias. En el afio 1969 Lacan comenté en vivo
jos eventos del 68 en su Seminario El reverso del psicoandlisis. Fue un
forzamiento. Presenta las consecuencias de los acontecimientos y anun-
cia Jas perspectivas que iban a esbozarse, especialmente el triunfo de la
Universidad. Es exactamente lo que pas6. Muestra cémo el llamado al
amo, como le dijo a los estudiantes, es un llamado histérico. Lacan no se
oculté ni lo dejé en silencio. Fue una de las raras luminarias de la época
en ira Vincennes para decir a los estudiantes “Usiedes, como revolucio-
narios, aspiran a tener un amo, pues lo tendran”.? No los alent6 a darse
directamente contra las paredes, a recibir los golpes represivos, tuvo el
cuidado de advertirles “si ustedes hacen eso, he aqui lo que tendran”.
Tomé asi el lugar de intérprete del fenémeno hist6rico que se desarrolla-
ba. Este comentario tuvo las mismas resonancias cautivantes que el texto
“Psicologia de las masas y andlisis del yo”, en el que Freud en 1920 anti-
cipé el funcionamiento de fos partidos totalitarios. Resulta de una luci-
dez psicoanaiftica destacable.
‘Tiempo antes, en septiembre de 1968, Lacan reescribe una interven-
cién suya tealizada en 1967 en el “Congreso sobre fa infancia alienada”
organizado por Maud Manoni, donde estaban presemtes Laing y Cooper
y sin la presencia de Winnicott. En ese texto Lacan enuncia algunas ver-
dades sobre el estado de la civilizacién para advertirles sobre la pendien-
te ut6pica que los captaba. “Estamos en la época, dijo, de los imperialis-
mos y la cuestién es la siguiente: ,Cémo hacer para que masas humanas,
condenadas al mismo espacio, no solamente geogréfico, sino en esta oca-
sion familiar, permanezcan separadas?”# Y eso anuncia Jos procesos de
segregaciOn que se radicalizarén, La creencia en el padre es puesta en
El seminario, Libro 17, El reverso del psicoandtisis (1969-70). Buenos
Aires: Paidés, 2008.
4, Lacan, J,, “Alocucién
* op. cit. p. 383
23Eric Laurent
serie, desplazada en esta puesta en comin, en un espacio dado de los
“imperialismos del goce”.
La “Nota sobre el nifio” es del mismo tenor y comienza con una
reflexin del estado actual de la familia en 1a civilizacin. “Parece ver el
fracaso de las utopias comunitarias” 5 esta observacion designa también
Jas comunidades del 68 como los kibutz. Se comienza a ver una coloca-
cién del conjunto de esas tentativas a las que hay que afiadir las comuni-
dades antipsiquidtricas inglesas.
Lacan inicié sus reflexiones sobre 1a familia en la teorfa psicoana-
litica en el “Estadio del espejo” y “Los complejos familiares”, que es
una reflexién psicounalitica sobre la clinica y el destino de la familia en
Oecidente. Este estudio de 1938 le permite dar una mirada critica sobre
el complejo de Edipo en tanto mito. Lacan no tenfa verdaderamente
simpatfa hacia el uso del mito en psicoandlisis. Mas que captar el Edipo
como algo siempre abi, que no cambiaré jamés —que es la vertiente jun-
guiana, muestra cmo depende de las formas de evolucién de la civi-
lizacién. En 1938 hace valer que se puede describir la evolucién de la
familia hacia una forma de reduccién a la familia nuclear. Pero, més pre-
cisamente, la familia nuclear no es fundamental. La familia rindié su ser-
vicio, se trata ahora de otra cosa. La verdad de la familia se transformé
en la variedad de las formas de matrimonio.
Lacan sostiene entonces, desde hace tiempo, una tesis sobre la fami-
lia conyugal y su lugar en la evolucién en las sociedades. Entre “Los
complejos familiares...” y la “Nota...” fueron publicados los grandes
textos sobre la familia de Lévi-Strauss. Indican cémo “Los complejos
familiares...” encontraron el método estructural, No citaré mds que una
presentacién hecha por Lévi-Strauss de su método: “,A qué,tendia mi
articulo de 1945? Se trataba de mostrar que una estructura de parentesco,
por mas simple que sea, nunca puede ser construida a partir de una fami-
fia biolégica compuesta por el padre, la madre y sus hijos, sino que eso
siempre implica, dada de entrada, una relaci6n de alianza” .
5. Lacan, J.,"*Nota sobre el nifio”, op. cit. p. 393.
6. Lévi-Strauss, Anrropologia estructural. Buenos Aires: Eudeba, 1973,
24
pea
El nifto y su familia
En la “Nota sobre el nifio” Lacan da cuenta tanto del aporte del
psicoandlisis en sus consideraciones antropolgicas sobre la familia
como de las experiencias ut6picas que interrogan los limites de la familia
nuclear. Las conclusiones que extrae son indisociables de ese momento
hist6rico y de la nueva situacién de la familia en los discursos contem-
pordneos, momento en el que se inscribe el proyecto de la seffora Aubry,
que elabora su sistema de familias de ayuda.
Las funciones del padre y de ]a madre
En la “Nota...” hay una ausencia que sorprende de entrada. En esta
voluntad de inscribir el aporte del psicoanalista a una reflexién sobre
la familia no figura el término de complejo de Edipo. Es una ausen-
cia completamente central. Figura una aproximacién funcionalista, no
un discurso mitico sino un discurso funcional. Lacan sitia las funcio-
nes del padre y de la madre. Su cardcter irreductible es establecido a
partir del fracaso de las utopfas comunitarias. Bl psicoanalista aborda
todo desde el punto de vista del fracaso: los actos failidos, el sintoma,
el acto sintomético, aquello que fracasa, que cae. De aquello que tiene
éxito no tiene mucho para decir. De las utopias comunitarias como tales
el psicoanalista puede explicar lo que piensa, eventualmente tener pun-
tos de vista politicos, pero no en tanto que psicoanalista. Esta, por otra
parte, autorizado a captar lo que fracasa en el bricolaje con los ideales
de la familia, Lacan nos recuerda: “la funcién de residuo que sostiene
la familia conyugal”.? En la familia nuclear permanece la forma resi-
dual de existencia de la familia en todas las sociedades y Lévi-Strauss
lo ve como una evolucién a nivel planetario. Hay residuo porque la
familia permanece ahi y fracasé en todos los lugares que se creyé poder
reemplazarla por sistemas comunitarios. Las personas se apuran por
reformar las familias, tan disfuncionales, monoparentales 0 recompues-
tas como sean.
7. Lacan, J.,"Nota sobre ef nifio”, op. cit. p. 393.Eric Laurent
Asi se deduce otro orden de hechos que escapa a lo que seria “la
transmision de 1a vida segiin Ja satisfaccién de las necesidades”. Lacan
no define el orden simbélico a través de la civilizacién, el orden o la cara
del Otro. Toma el orden simbélico por lo bajo, el fracaso, el residuo. He
aqui lo que testimonia: “de un orden diferente de la de la vida segiin la
satisfacciGn de las necesidades, pero que conlleva una constitucion sub-
jetiva, lo que implica la relacién con un deseo que no sea andnime”
El término deseo rompe con el punto de vista histérico y sociolégico.
Se refleja y opone a las necesidades de la vida que debe reproducirse.
Después de esa necesidad se juzgan las funciones de madre y de padre.
Y distribuye a continuacién, de manera freudiana, el cuidado de la
madre en tanto “que sus cuidados Heven la marca de un interés particu-
larizado”. Bs 1a madre del cuidado prolongado con el interés particulari-
zado. El padre es atrapado por un fragmento que no es el fragmento del
mito. No es el padre de Ia horda primitiva, el padre de “Totem y taba”.
Es un padre més prdximo al de “Moisés y ef monotefsmo” puesto que
esté definido en tanto que “su nombre es el vector de una encamacién de
la Ley en el deseo”?
Detengémonos sobre la “madre del cuidado”. A la madre freudia-
na, la que establece la relaci6n anaclitica, se afiade “el interés particu-
larizado ya sea por la via de sus propias faltas”. Esto me parece que es
verdaderamente la manera en que Lacan traduce la expresién inglesa de
Winnicott “Ia madre suficientemente buena”, “Good enough mother”.
Este concepto, inventado por Winnicott, permitia resistir el ideal mater-
no Kleiniano de la buena madre, en la oposicién de buena madre-mala
madre, dialéetica infernal. Lacan lo traduce diciendo que la madre fan-
ciona a través de la falta. Lacan juega en este punto con el,sindnimo
entre los términos de falta, mangue y faute: las faltas son de la madre
en tanto que ella falta a ser la madre perfecta, y la falta en tanto que es
el camino del deseo. Y precisa él pensamiento de Winnicott: el “good
enough” ,“suficientemente buena”, no aleanza. La manera en que la falta”
8. dem.
9. Idem.
26
El nitto y su familia
en el cuidado se articula al deseo de la madre propiamente dicho, en
tanto que la enlaza al hombre con quien tuvo este hijo.
Volvamos sobre el padre que Lacan describe: “En tanto su nombre es
el vector de una encarnacién de la Ley en el deseo”. No es una referencia
al mito sino a la teologfa. ; Qué es la encarnacién? Es “hacerse carne”, el
verbo que se hace carne. “La encarnacién de la Ley en el deseo” es una
expresién paradéjica puesto que aparentemente Ley y deseo se oponen.
Las leyes estan hechas para limitar los deseos, para ponerlos en forma.
«No podria decirse, por ejemplo, “la encarnacién del deseo en la Ley”?
El padre, segiin Lacan, no es simplemente el padre de la prohibicidn, es
el padre que retine todas las contradicciones del padre freudiano, no sola~
mente el de Ia prohibicién sino también ef padre gozador y el padre de
la horda, En definitiva, es el padre que muestra el camino, Moisés quien
busca las tablas de la Ley y que, con el precio de su vida, eterniza la
Ley. Moisés muestra que es necesario hacer mucho mds que prohibir. Es
necesario guiar y conducir al Pueblo elegido hasta la Tierra prometida.
En ese sentido el padre no debe prometer cualquier cosa. Se apoya sobre
la ley pero transgrediéndola. Prohibe la madre y se acuesta con ella. Si
no se acuesta con ella y se contenta con prohibir, no es mas que el padre
del pudor, el soporte de la prohibicién, el tirano doméstico, incluso el
padre de! presidente Schreber. El padre enuncia la ley y muestra cmo
ella se humaniza, cémo se puede vivir sirviéndose de ella. El padre
mismo debe cumplir sus promesas mostrando cémo es posible vivir con
Ja ley. En ese sentido, es al mismo tiempo vector y transgresor de la ley.
Es un transgresor humanizado, el que llega a hacer de la ley algo vivien-
te y no de la muerte, algo separado, algo del ideal. “La encarnacién de
Ja ley en el deseo” es el deseo en tanto que lleva sus promesas. Por aqui
Lacan llega a la dimensién del mas alld del Edipo. Mas alld de la creen-
cia en el padre, el padre se encuentra reducido a su funcién de un util, de
instrumento. Eso hace que su estatuto pueda ser puesto en causa, como
Jo es tan profundamente en la evolucién de los sistemas de parentesco de
Jas sociedades occidentales, sin que por ello todo mundo se vuelva loco.
Dei texto de Lacan no se deduce ningtin conservacionismo en rela-
cién a las formas existentes de la familia, ninguna nostalgia.Eric Laurent
El nifio y lo real
Viene una parte centrada sobre [a introduccién de nifio en tanto que
real. Comparemos esta aproximacién @ la del texto freudiano cuando
Freud aborda el nifio a partir del ideal del yo de los padres, His Majesty
the Baby. Fi ideal llega al nifio a través del narcisismo parental que se
transforma en ideal del yo. Si el nifio, en su realidad, no responde a las
normas del ideal, hay un trastorno en ese momento en la familia. Lacan
se refiere primero al abordaje freudiano clasico en la “Nota...” evocando
“Ia distancia entre la identificaci6n con ideal del yo y la parte tomada
del deseo de la madre”.' En el hilo de este texto introduce la cuestin
a partir de los desarrollos del psicoandlisis desde Freud, es decir, del
aporte de Melanie Klein al psicoandlisis de niffos. Bl nifio no es més
abordado en tétminos ideales sino a partir de sus fantasmas. Lacan
reformula la cuestin a partir de Ja relaci6n fantasmitica entre el niffo y
Ia madre. Introduce aquf sus categorfas: “BI nifio realiza la presencia de
Jo que Jacques Lacan designa como objeto a en et fantasma”.!! Lacan
inventa el objeto a para nombrar algunos objetos aparecidos en el psi-
coandlisis después del objeto pulsional freudiano: el objeto del fantasma
Kleiniano, el objeto transicional de Winnicott, el objeto narcisista desa-
rrollado por ciertas corrientes americanas. El concepto de objeto a surge
asf de Ja critica de la “relacién de objeto”, una nocién que se habia
vuelto central en psicoandlisis. El objeto a puede ser alternadamente
diferentes virtualidades: objeto del fantasma, objeto pulsional, objeto
transicional. Este objeto no es de la madre ni el del nifio. Articula el cit-
cuito del fantasma y el circuito félico de los intercambios. Lacan aborda
decididamente ef lugar del nifio a partir del objeto a. Lacan parte de la
categoria del deseo de la madre y del hecho de que se dirija a una falta.
Est4 articulado alrededor de una x. Si la madre da a ese x ef valor de
falo “simboliza su deseo en el falo”, es decir que el nifio “satura al sus-
tituirse a este objeto, el modo de carencia en que se especifica el deseo”
10. dem, p. 394.
MIdem.
28
El nifto y su familia
(de la madre)”, esto es reformular el Penisneid freudiano distinguiendo el
nifio-falo y del nifio-objeto.
La relacién fantasmatica madre-nifio es situada de entrada en térmi-
nos de relacién y de “falta de objeto”. La verdad dltima sobre la cuestién
del deseo de Ja madre no se reduce al pene. Lacan separa la categoria de
falo del deseo de la madre, pero también distingue el registro falico del
registro del objeto a. Distingue el falo en tanto lugar de Ja falta de lo que
toma este lugar de objeto: “Decir que el nifio es el falo no distingue et
falo en tanto que es el lugar de la falta y en tanto que en ese lugar algo
viene a ocuparlo”. En este iiltimo caso no Io ocupa como falo sino como
viniendo “en el lugar de“. La distincién entre el lugar y el término es
una distincién estructural crucial. La encuentran también en esta obser-
vacidn: “El sintoma nifio se encuentra en el lugar de lo que responde a
Jo sintomatico”. Lacan diferencia igualmente lo que es un lugar y lo que
aparece como falta y fo que viene a ocupar el termino del objeto a que lo
“satura”.
Este término es quimico. Esté tomado del registro de la saturacién
de Jas valencias. “Satura, al sustituirse a este objeto, el modo de caren-
cia en el que se especifica el deseo (de la madre), cualquiera que sea su
estructura specifica: neurética, perversa o psicética”.!? La madre puede
ser neurética, perversa o psicética, de todas formas se plantea la cues-
tin de su falta. Es importante recordar que Ia perversién femenina existe
pero con la forma de la perversién materna. Ella da cuenta de fenéme-
nos de maltrato. Cada estructura se define en relaci6n al deseo, por los
modos de respuesta a la pregunta: ,Cémo se simboliza ese deseo? ,Cudl
es entonces este lugar que ocupa el niiio? “El aliena en sf todo acceso
posible de la madre a su propia verdad”.!3 Para entender esta frase es
necesario remitirse al sexto pardgrafo de la “Nota...”, en Ja que Lacan
dice “el sintoma se define como representante de la verdad”. Es una refe-
rencia al grafo de Lacan en el que e! sfntoma ocupa el lugar de la verdad
de lo que se dice. Para saber lo gue quiere decir hablar, el sujeto pasa por
12, Idem
13, tdemEric Laurent
el Otro y se sabe Io que alguien dijo, la verdad de lo que se dijo a través
del sintoma. Cuando alguien habla de perros es itil saber si tiene una
fobia. La verdad de lo que diré sobre los perros es su fobia. Puede diser-
tar sobre los perros y slo entendemos qué quiere decir eso cuando habla
de su objeto de horror.
Decir que el nifio “aliena en él todo acceso posible de la madre a su
propia verdad”, es decir que el nifio se pone en el lugar no de su pene
sino del sintoma de la madre, Esta concepcién del sintoma incluye el
Penisneid, ¢1 valor félico pero lo generaliza. El nifio viene a ocupar el
lugar del sintoma y la madre no tiene mds acceso a su propio sintoma.
Cuando las madres hablan de sus hijos es como si fuera su verdad,
su verdad de mujer. Hablan tanto de sus hijos como de sus amantes. El
nifio da cuerpo a la verdad del deseo de la madre. Da una “existencia
¢ incluso exigencia”. No solamente este sintoma se desprende y toma
cuerpo en fo real sino que se dirige a ella. El nifio representa para el suje-
to un lugar de exigencia inmediata, testimonia de ello lo que se llama “la
preocupacién materna primaria”. La particularidad del sujeto femenino,
que va més allé del Penisneid, es encontrar algo que el hombre, el sujeto
masculino, no encuentra como alienacién.
Esta alienacién se produce cuando no hay més mediacién que per
mita mantener “la distancia entre la identificaci6n al ideal del yo” y la
identificacién como objeto del deseo, que Lacan Hama “la parte tomada
del deseo de la madre”. Esta “parte tomada” es lo que anuda al nifio
y la madre, Entre el niffo como objeto y el nifio ideal, el padre hace
mediacién en cuanto al goce. Y articula la Ley y el ideal al falo. Si no
hay esta mediacién el ideal va por su lado y la pulsidn va por el suyo, y
esto “deja al nifio abierto a todas las capturas fantasmiéticas, se yuelve el
objeto de a madre y no tiene otra funcién que revelar la verdad de este
lugar”. La verdad del sfntoma deja su lugar a la verdad del objeto fan-
tasmatico de la madre. Lacan mostr6 en el caso Gide cémo la mediacin
no funcion6. Entre el sefior y Ia sefiora Gide habia muy poca relacién.
Por un lado, estaba Gide educado segiin los ideales y, por otro lado, el
goce que segufa su camino, Es una forma de describir el adagio clinico
bien conocido “a santa mujer hijo perverso”. Cuanto mas la madre se
dedica a una moral vacta, que no trata ningtin goce efectivo, més el nifio
30
El nifio y su familia
se encuentra sin un lugar en donde alojar su goce. Las masturbaciones
infantiles toman el camino de la clandestinidad sin articularse a ninguna
Ley.
Lacan contimia: “El sintoma soméatico le da el maximo de garantia a
este desconocimiento; es la fuente inagotable que, segiin los casos, tes-
timoniaré la culpabilidad, servird de fetiche o encarnaré un rechazo
primordial”.'* Los tres términos elegidos, culpabilidad, fetiche, rechazo
primordial, responden a las formas de deseo de Ia madre: neurStica, pet
versa 0 psicdtica. Para la madre neurética, el nifio en su sintoma testimo-
nia de su culpabilidad. Para la madre cuyo deseo es estructurado de mane-
ra perversa, el nifio le sirve de fetiche. Y para la madre psicética encarna
un rechazo primordial. Se encuentra en el mismo término de “encarna-
cin” que Lacan habia elegido para hablar del padre “la encarnaci6n de la
Ley en el deseo”. Por el contrario, el nifio encarna un rechazo primordial,
un “no” a fa Ley. Encarna entonces el rechazo de la madre de entrar en un
orden simbélico que la sobrepasa. Se encierra en su problematica, en su
fantasma, en lo que es su “no”, lo que Lacan Hama “la subordinacién en
el fantasma”, Fue necesario encontrar un término para describir el encie-
rro en el fantasma, la determinacién por el fantasma, Dice “capturas fan-
tasmaticas” o también la “subordinacién en el fantasma”.
La critica del nifio-falo continua: “el nifio en la relacién dual con la
madre le da, inmediatamente accesible, lo que le falta al sujeto mascu-
Jino”, Lacan no dice que el nifio da lo que le falta a la madre, sino que
el nifio da a la madre lo que le falta al sujeto masculino. EI nifio ocupa
asi un lugar que el sujeto maseulino no conoce. La madre obtiene “el
‘objeto mismo de su existencia que aparece en lo real”. Con el término
“aparece” no tenemos ahi el significante en lo real como en Tas psico-
sis, sino el objeto de existencia que aparece en lo real. Algo cautivante
se juega en la relacién entre la madre y ef nifio que hace del partum un
momento subjetivo extremadamente dificil de atravesar para las muje-
res. Conocemos las psicosis postparto y las depresiones postpartum, pero
existen otros fenémenos infraclinicos de los que el sujeto en anélisis
14. Iden.
3Eric Laurent
puede dar cuenta. Los dramas mds esenciales en la existencia del sujeto
s¢ juegan discrétamente en los fantasmas del embarazo y del parto.
Ese texto permite la investigacién clinica sobre el deseo de 1a madre
y toma en cuenta los diferentes registros: neurosis, psicosis y perver-
sin, Aporta también mucho a la clinica de la perversiGn. La perversin
femenina se juega en la relacién con el nifio. Es la pareja perversa fun-
damental del lado femenino, Para el hombre “el objeto de su existencia
que aparece en Jo real”, es algo que intenta el perverso en su proyecto
de pareja. Hay algo en esa relacidn pasional que es muy préxima de los
fazos de la madre y del nifio que son dificiles de deshacer. De la misma
manera, se ha puesto mucho el relieve en el masoquismo femenino y el
amor femenino. Las mujeres, como dice Lacan, pueden dar todo. Una
vez que una mujer ama ella puede dar sus bienes, su alma, hasta el punto
que Hega al crimen pasional, calificado y abordado bajo el dngulo del
masoquismo. Lacan prefiere Hamarlo la “locura femenina”. Distinguir lo
que es en él amor el enloquecimiento, de lo que es muy a menudo toma-
do del fado del masoquismo femenino, es clinicamente central. Se puede
asi abordar el crimen pasional femenino y el infanticidio, que son dos
registros de la psicopatologfa de la criminalidad femenina y no deben ser
confundidos. Los malos tratos hacia el nifio deben ser separados clinica-
mente. El “sadismo” imputado a ciertas madres da cuenta a menudo de
la psicosis y no de la perversién.
Para concluir estas reflexiones dirfa que Lacan ha dado a esta
“Nota...” un acento especialmente pragmitico, dirigiéndola a su amiga
Jenny Aubry para que le sea util como instrumento clinico. Mas alld de
ella nosotros debemos volvernos los destinatarios de estos instramentos
clinicos. y
‘Texto escrito a partit de una conferencia dictada en Corté en noviembre
1999, con la iniciativa de la ACF-Resténica.
32
2. Del “nifio padre del hombre”
a la pére-version'
“El nifio padre del hombre”. Cuando retomamos este dicho y lo
interpretamos con fa formula “el niffo bajo transferencia es padre del
hombre que sera”, introducimos un primer desplazamiento a través de
la palabra transferencia que opera una mediacién entre el nifio y el padre
del hombre que sera. Esta mediacidn interroga, por lo tanto, la consis-
tencia de Ia funcién del padre que esté en esta frase: “el nifio padre del
hombre”. Estamos en una época en la que hay que calificar toda autori-
dad de alta autoridad para que ella tenga un poco de ella, en la que fue
necesario que el Papa declare su infalibilidad. Antes eso iba de si, pero
en un momento dado fue necesario decir: a partir de aqui todo el mundo
sabe que puede equivocarse.
“El nifio padre del hombre” es un enunciado de Wordsworth seria-
mente relativizado por lo que Lacan nota: “La Gnica gasantia de fa fun-
cién del padre la que es funcidn de sintoma, es la versién que le es pro-
pia de su perversién” 2
|. Conferencia pronunciada el 14 de octubre de 2006 en el marco det IT Cologuio det
Colegio Lacaniano de Recherches Psychanalvtiques Nice.
2, Lacan, J., Seminario 22, “RSI", clase dei 21 de enero de 1975, publicado en
Ornicar? 3, Pacis.
33Eric Laurent
{Tenemos que confrontarnos entonces a un padre responsable o a un
padre perverso? ;La perversin polimorfa es del nifio o del padre? {El
niffo contamina al padre?
{Qué enuncié entonces exactamente Wordsworth para que cuando se
comienza por “el nifio es el padre del hombre” se vea a un padre magai-
fico, para encontrarse al final con un padre perverso polimorfo, contami-
nado si puedo decir, por un nifio que se volvi6 padre? ;Cémo es posible
esta circulaci6n?
El nifio padre del hombre
Freud utiliza la expresidn de Wordsworth solamente dos veces en
su obra, sin nombrar al autor. Lo emplea como un “adagio”. Se encuen-
tra la primera referencia en un texto de 1913 escrito por pedido de una
revista italiana y se dirige a un publico de “sabios que se interesaban en
la sintesis de Jas ciencias”. El articulo tiene como titulo “El interés por
el psicoandlisis”, y Freud plantea el interés del psicoandlisis para otras
ciencias, las de su tiempo de la Universidad Magnifica. La ciencia de su
6poca era la psicologfa pero también Ja lingiiistica, la biologia, Ia historia
del desarrollo psicoldgico, la historia en general, la estética, la sociolo-
gia, la pedagogia. Freud demuestra que todas estas ciencias mantenfan
un interés por el psicoanidlisis.
En la parte que trata sobre la “historia del desarrollo” se encuentra
una cita que nos interesa: “El psicoanilisis tuvo que derivar la vida ani-
mica del adulto de Ia del nifio, tomar en serio el adagio: “EI nifio es el
padre del hombre”. Ha rastreado la continuidad entre la psique, infantil y
Ja del adulto, pero también noté las trasmudaciones y los reordenamien-
tos que sobrevienen en ese camino. La mayoria de nosotros tenemos una
laguna en la memoria de nuestros primeros afios infantiles, de Ios que
conservamos s6lo unos jirones de recuerdo. Es licito afirmar que el psi-
coandlisis ha lenado esa laguna, ha eliminado esa amnesia de 1a nifiez de
Jos seres humanos.
A medida que se profundizaba en a vida animica infantil se obte-
nfan algunos notabilisimos hallazgos. Asi se corroboré lo que a menudo
34
El nifo y su familia
se habia vislumbrado antes: la extraordinaria significatividad que para
toda la posterior orientacién de un hombre poseen las impresiones de
su nifez, en particular las de su primera infancia. Pero asi se tropezaba
con una paradoja psicoldgica que sdlo para la concepeién psicoanalitica
no es tal, a saber: que justamente esas impresiones, las més significati-
vas entre todas, no se conservaran en la memoria de los aiios posterio-
res. El psicoandlisis ba podido comprobar con la maxima nitidez para
la vida sexual este cardcter paradigmatico e imborrable de las vivencias
més tempranas. On revient toujours a ses premiers amours, he ahi una
positiva verdad”?
Lo que es imborrable, inefable, alcanzado por el agujero de la memo-
ria, es Jo que marca mas. Es una memoria que se hace por ausencia ins-
cripta como un lugar en reserva.
Freud menciona el dicho de Wordsworth una segunda vez solamen-
te en una de sus tiltimas obras, inacabada, “Esquema del psicoanilisis”.
escrita en 1938 para el piiblico cultivado: “Si la experiencia analitica
nos ha convencido sobre el pleno acierto de la tesis, a menudo formu-
lada, segtin la cual el nifio es psicolégicamente el padre del adulto, y las
vivencias de sus primeros afios poseen una significacién inigualada para
toda su vida posterior, presentard para nosotros un interés particular que
exista algo que sea Iicito designar la vivencia central de este perfodo de
Ja infancia. Nuestra atencién es atraida en primer lugar por los efectos de
ciertos influjos que no alcanzan a todos los nifios, aunque se presentan
con bastante frecuencia, como el abuso sexual contra ellos cometido por
adultos, su seduccién por otros nifios poco mayores (hermanos y her-
manas) y, cosa bastante inesperada, su conmocién al ser participes de
testimonios auditivos y visuales de procesos sexuales entre adultos (los
padres), las mds de las veces en una época en que no se les atribuye inte-
rés ni inteligencia para tales impresiones, ni la capacidad de recordarlas
més tarde”.
3, Preud, S.,“B] interés por el psicoandlisis” (1913), Obras Compleras, t. XII. Buenos
Aires: Amorrortu, pp. 185-186.
4. Freud, $.,“Esquema de! psicoandlisis” (1938), Obras Completas, t. XML, p. 187
35Eric Laurent
Una bisqueda de adecuacién
No obstante, el adagio “el nifio es el padre del hombre” no es un
proverbio. Es un dicho de Wordsworth que figura en Ode: Intimation
of Inmmortality, publicada en 1802, en un poema en particular. ¥ no es
por una falta de cultura que Freud omite citar el nombre de Wordsworth.
Citemos pucs el dicho de Wordsworth en su poema:
My heart leaps up when I behoid
A rainbow in the sky:
So was it when my life began;
So is it now Lam a man;
So be it when I shall grow old,
Or let me die!
The Child is father of the Man;
And 1 could wish my days to be
Bound each to each by natural piety.
Mi corazén se eleva cuando contemplo
Un arcotris en el cielo:
Ast fue cuando mi vida comenz6;
Ast es ahora que soy un hombre:
Ast serd cuando envejezca
10 sino déjenme morir!
El nito es padre del hombre;
Podria desear que mis dias estuvieran
Atados uno a uno con la piedad original [natural] $ .
5. Wordsworth, W., “My heart leaps up when I behold”, 1802. Véase otro poema tra-
ducido por Miche! Leyris:
Hest dans notre vie des parcelles de temps
Qui gardient avec une nette prééminence
Une vertu fructifiante grace a laquelle,
Déprimé par des occupations banales et la routine
Des fréquentations ordinaires, notre esprit
36
BI nifio y su familia
Intentemos en captar el sentido del poema. Nos muestra la admiracién
del nifio frente a la naturateza y sus objetos maravillosos, “el arco iris”.
E] sujeto desea no perder esta admiracién frente al mundo exterior de
Jo contrario Ja vida no vale la pena de ser vivida. Or ler me die! El suje-
to apunta al azo maravillado con la naturaleza pero en tanto que esta
garantizada por Dios. Es lo que Hama con una expresién que aproxima
la piedad y Ia naturaleza, la piedad natural, natural piery. Eleva esta pie-
dad natural al rango del hilo rojo que debe ligarse todos sus dias. I could
wish my days to be Bound each to each by natural piety.
Wordsworth en este poema apunta a lo que podria ser formulado en
los términos de la filosoffa analftica contempordnea, la garantia de ade-
cuaci6n entre el lenguaje privado de sus sensaciones y el mundo exterior.
Lo que era adecuado en el nifio es en efecto a rose is a rose / a rainbow
is a rainbow, el arco iris esta ahi y para mi este arco iris estd en acuerdo,
como objeto exterior, con mi sensacién interna de coherencia, Pero mis
dfas que estan “ligados los unos a los otros”, es la sensacién que siempre
soy yo que estoy ahi como sujeto percipiente. Eso apunta a la adecuacién
entre el sujeto y lo real.
La nifieria de Wordsworth
Lacan opone en la leccién del comienzo de La Etica... la relacién de
los modernos y de los antiguos con la verdad y con el dominio de si
Los antiguos corresponde a Aristételes, para quien la verdad del deseo
de cada uno debe de ser idéntico a la virtud, virtud que vale para toda
Ja ciudad. La virtud tiene el mismo estatuto de lo que mantiene el orden
del cosmos. Mientras que para los modernos Ia verdad del deseo de cada
$a puissance imaginative, notamment -
Est nourri et, d'indivisible sorte, restauré
Pareils moments semblent dater
De notre prime enfance. Je me rappelle clairement
(C'est d’une saison reculée que je parle, di demi jour
De cene vie qui est du ressort de la mémoire).
37Eric Laurent
uno no es més una virtud general sino una virted particular, “incluso
si es universal el que esta particularidad se encuentre en cada uno de
Jos seres humanos.”* ,Qué es entonces este deseo, esta verdad particu-
lar de los modemos que encarna el Wunsch freudiano? Este Wunsch se
encuentra en todos los giros de la experiencia del psicoanilisis y espe-
ciaimente “bajo una forma que hemos calificado de fase regresiva infan-
til. irrealista, con Ja caracteristica de un pensamiento librado al desco,
del deseo tomado de Ja realidad”. Luego Lacan interroga: “;Pero, es éste
todo nuestro descubrimiento, es ésta toda nuestra moral: la atenuacién,
el nacimienio, el descubrimiento de ese pensamiento de deseo, de la ver-
dad de ese pensamiento? ,Esperamos que de su sola revelaciéa surja un
lugar neto para un pensamiento diferente? En cierto modo, sf, es de ese
modo, es asi de sencillo, Pero también, al formular asf las cosas, todo
verdaderamente nos queda velado.
Si el beneficio, si la novedad de la experiencia analitica deberfa limi-
tarse a esto, ella no Hegaria més lejos que ese pensamiento fechado que
nacié mucho antes que el psicoandlisis, segtin el cual el niffo es el padre
del hombre. La férmula, citada con respeto por Freud mismo, es de
Wordsworth, poeta roméntico inglés.
No por nada la encontramos alli, con ese no sé qué de nuevo, de con-
movedor, incluso de irrespirable, que se desencadena al inicio del siglo
XIX con a revolucién industrial, en el pafs més avanzado en et orden
de sus efectos, a saber, Inglaterra”? Es una frase en la que Lacan capta
el espiritu de tiempo. Indica que “El romanticismo inglés se presenta,
en efecto, con esos rasgos particulares que son el valor otorgado a los
recuerdos de infancia, a los ideales y a los anhelos del nifio, de lo que
los poetas de Ja época hacen la rafz, no s6lo de la inspiracién, sino de la
explotacién de sus temas principales —distinguiéndose asi radicalmente
de los poetas que les preceden, y especialmente de esa admirable poesia
que se llama, no sé por qué, metafisica del siglo XVI y de inicios del
6, Lacan, J., &l Seminario, Libro 7, La ética del psicoandlisis. Buenos Aires: Paidés,
2009, p. 35.
7 Mdem.
El nifio y su familia
XVII" # Lacan toma entonces su distancia con el dicho de Wordsworth
y el uso que hace Freud. Reenvia a una 6poca pre-analitica. Se adivi-
na también que el gusto de Lacan se inclina més bien hacia la poesia
Hamada metafisica que hacia estas nifierias. Dice explicitamente que no
habria simplemente que reducir el psicoandtisis a rasgos en reaccién a
la puesta en marcha del mundo industrial. De hecho, a nota reacciona-
ria del romanticismo inglés restauraba un nombre perdido, y a través de
esta infancia hacfa alusiGn al antiguo sistema, al antiguo régimen del
padre que se alejaba. “EI nifio padre del hombre” es la manera en la que
Wordsworth quiso salvar al padre, su tentativa es la manera con que se
jug6 en Inglaterra.
El nifio, punto de real
Lacan toma el dicho de Wordsworth con prudencia en la medida en
que si nos mantenemos en que la verdad de Ja vida del hombre adulto
se deduce de los recuerdos del infans, dejamos de lado el hecho de que
el niffo es el que nos introduce a la paradoja freudiana. ;Cudl? No es
solamente que los nifios dicen mas verdad que los adultos, sino que nos
guian hacia un real que esté més acd de nosotros y no hacia el arco iris.
El real para el psicoandlisis es del orden de lo que hace la linea roja que
anuda cada uno de nuestros dias entre si. No es simplemente la repe-
ticién del recuerdo, sino es el punto de real hacia el cual nos guia el
principio del placer. Para retomar la cita de Lacan en la misma leccidn:
“Hay una tensién muy diferente entre el pensamiento con el que nos
enfrentamos en el inconsciente y el que calificamos, Dios sabe por qué,
de pensamiento adulto. Lo que palpamos sin cesar es que éste es més
bien lerdo en comparaci6n con ese famoso pensamiento del niffo, del que
nos servimos para juzgar a nuestro adulto. Lo utilizamos, no como un
contraste, sino como un punto de referencia, punto de perspectiva, donde
Jo no acabado, incluso las degradaciones, confluirian y culminarian.
8. Iden, p. 36.
39Eric Laurent
Sin duda, el andlisis desemboca en ordenar todo e] material de
su experiencia en términos de desarrollo ideal. Pero, en su principio,
encuentra sus términos en un sistema de referencia muy diferente... Bsa
referencia fundamental es la tensién, la oposicién, para designarla final-
mente por su nombre, entre proceso primario y proceso secundario, entre
principio del placer y principio de realidad”? El nifio nos gufa mejor
hacia el punto real, pero ,qué es ese punto real? Dicho de otro modo,
{edmo comprender esta tensién entre el principio del placer y el princi-
pio de realidad?
Objeto, trazo de lo insostenible
Para responder esta cuestién examinemos Ia manera en que los pri-
meros auditores de Lacan de los aitos 60 entendicron lo que decia, y
cémo dejaron escapar el problema con las mejores intenciones del
mundo, En su Vocabulario del psicoandlisis Laplanche y Pontalis, sus
auditores atentos, escribieron: “Muy pronto Freud se esforz6 por des-
cubrir acontecimientos arcaicos reales, capaces de suministrar el ttiti-
mo fundamento de los sintomas neuréticos. Denomina “escenas origi-
narias” (Urszenen) estos acontecimientos reales, traumatizantes, cuyo
recuerdo en ocasiones est elaborado y enmascarado por fantasias.
Entre ellas, hay una que conservara en el lenguaje psicoanalitico el
nombre de Urszene: la escena del coito parental, que habria presenciado
el nifio. El andilisis del Hombre de los Lobos suministra el ejemplo més
sorprendente, Freud busca establecer la realidad de la escena de obser-
vacién del coito parental reconstruyéndola en sus pequefios detalles,
y cuando parece tambalearse por la tesis junguiana segiin Ja cual esa
escena no serja ms que un fantasma retroactivamente reconstruido por
el sujeto adulto, no mantiene con menor insistencia que la percepcidn
ha suministrado al nifio indices, pero sobre todo introduce la nocién de
fantasma originario, En esta nocién confluye ta exigencia de encontrar
9. Idem, pp. 36-37.
40
El nifio y su familia
Jo que podria Hamarse 1a roca del acontecimiento y la preocupacién
por fundar Ja estructura del fantasma misma sobre algo diferente que el
acontecimiento”.!°
En el fantasma originario esta pues la estructura simbélica como mito
y un evento real de percepcién. Lo real es entonces como el arco iris,
est por fuera de nosotros y observamos ahf el coito parental. Pero Lacan
parte desde ese punto en el Seminario 10 y cuenta cntonces otra cosa
No habla sdlo de la btisqueda de “escenas” en un desarrollo ideal, en una
contingencia de lo que acontecié, en el relato de vida, sino de la estructu-
ray corte ligada al objeto parcial: corte del seno, del escibalo, de la voz
y de la mirada. Considera real el objeto producido en el corte que impli-
ca cada uno los momentos de separacién entre el sujeto y una “libra de
carne”. Contrariamente a Freud que busca saber durante mucho tiempo
si esta escena de observacién del coito se produjo a los seis meses 0 al
afio y medio, Lacan no entra en estas consideraciones. Se interesa en este
detalle: el sujeto, al ver la escena, cautivado, se extrae por la emision de
una deposicién. Hay entonces una detencién sobre la imagen. Para Lacan
es real, y segtin la lectura de Freud que realiza para nosotros, lo que no
pudo ver, lo que fue insostenible. En este insostenible hay un trazo: es el
objeto. Se inscribe -es la apuesta de Lacan-, por cierto, en esta version
que nos da en estos aftos de] objeto a, la estructura de una escritura en
reserva, porque allf se inscriben los desarrollos subjetivos del Hombre
de los Lobos, no en un desarrollo ideal sino en el desarrollo que dara
a la pregunta: ,cémo retomar este punto de su vida donde no estuvo?
Desaparece subjetivamente en e] momento en el que emite esta deposi-
cién, Es un orgasmo, su pequefia muerte, un modo de corte. La apues-
ta de Lacan no es que estos fantasmas sean un mito del origen sino el
punto de vista contempordneo de Lévi-Strauss. Lacan, por el contrario,
deja atrds a aquellos que no podrian seguirlo cuando escribe: “Pues estos
‘objetos, parciales 0 no, pero sin duda alguna significantes, el seno, el
excremento, el falo, ef sujeto los gana o los pierde sin duda, es destruido
10. Laplance, J., Pontalis, J., Diccionario de Psicoandlisis. Buenos Aires: Paidbs,
1996, pp. 143-144,
aEric Laurent
por ellos @ los preserva, pero sobre es esos objetos, segtin el lugar donde
funcionan en su fantasia fandamental”.!!
Este es, es un ser de no ser. Es un ser que como el ser del Hombre de
los Lobos, desaparecié. El es el objeto excremento en el momento en que
el excremento se separa de é1. Es un momento en que es una palpitacién,
un corte completo del sujeto, la materia de la cual esté hecha el corte
del sujeto, es el objeto del que se separa y el punto real que llamamos
goce. No es el arco iris cuya relacién debe ser garantizada por el padre,
por Dios que vela por que todo esté puesto en su lugar, sino el momento
en el que se separa, en el que su ser es reducido a ese punto en donde no
esta, es un punto de anti-existencialismo. Més que un problema acerca
del origen, de Io arcaico, es entonces un problema de légica.
Estructura del objeto
Lacan sorprenderd a los winnicottianos con su critica del obje-
to transicional, que para él, no obstante, “prefigura el objeto a”. En su
“Alocucién sobre la psicosis en el nifio” dice lo siguiente: “Lo impor
tante no es sin embargo que el objeto transicional preserve la autonomia
del nifio”,? lo que el discurso winnicottiano cuenta en su discurso libe-
ral inglés, “sino que el nifio sirva 0 no como objeto transicional para la
madre. Y este suspenso entrega su razén al mismo tiempo que el objeto
entrega su estructura”.!?
4Cual es esta estructura? “A saber, la de un condensador para el
goce, en tanto que por la regulacién det placer, aquel ie es sustrafdo al
cuerpo”.'* Lacan intenta aqui hacernos sentir la oposicién freudiana
entre principio de placer y el placer de realidad, que no es que el nifio
conjuga realidad y placer, sino que el nifio puede también decirnos
1. Lacan, J., “La direecisn de ta cura y los prineipios de su poder” (1958), Eseritas
2, Buenos Aires: Siglo Veintiuno, p. 594.
12, Lacan, J., “Alocucién sobre la psicosis del nifio”, op. cit., p.389.
13. Idem.
14. Idem,
a
EI nino y su familia
que a través de la homeostasis del placer hay un plus de goce que le es
sustraido, un plus de goce que no tiene. Este plus de goce lo encuentra el
dia que desaparecié, el dfa que como el Hombre de los Lobos, vio algo
en lo que su goce fue captado y ahi: jfading! En estos momentos de sepa-
raci6n algo de lo real se ha jugado, el momento en ef que no estaba. Ahi
donde no estaba, ;qué es 1o que el nifio tiene en ese momento? Tiene,
como dice Lacan, un condensador de goce. Ese reservorio de libido, lo
tiene donde no estaba, y jes el que ha gozado ahi! Su peluche, sus objetos,
son condensadores de goce. El goce para nosotros siempre nos es sustrai-
do. Esté “fuera def cuerpo”, como Lacan lo enuncia més tarde, porque el
cuerpo siempre esté regulado por el régimen del principio del placer.
En 1967, fecha en la que Lacan pronuncia esta “Alocucién...”, se
habla mucho de la psiquiatria social. En ese momento la antipsiquiatria
inglesa estd en su apogeo con Laing, Cooper, que eran alumnos y anali-
zantes de Winnicott que les habfa pedido que dejaran el sistema de salud
inglés, y les decfa que no se podria esperar nada de la psiquiatria oficial.
Era una perspectiva coniraria a la de Lacan y a la de sus alumnos. Y
como en esos afios se interesaban por fas cuestiones sociales, Lacan hizo
estos desarrollos: “Es licito aquf con un salto indicar que al huir por
esas avenidas tedricas, nada puede aparecer sino como un impasse de
los problemas planteados en aquel entonces? Problemas del derecho al
nacimiento por una parte, pero también en el impulso del: tu cuerpo es
tuyo, en que se vulgariza hacia principios del siglo un adagio del libera-
lismo, la cuestién de saber si por ignorar cémo ese cuerpo es conside-
rado por el sujeto de la ciencia, se tendré el derecho de dividirlo para el
intercambio”.!5 Detengémonos sobre esta palabra, “intercambio”. Lacan
dice esto en 1967 y mas de treinta y cinco afios después estamos en: la
yenta de Grganos, las células madre, los debates interminables para saber
si se tiene derecho a desarrollar los embriones, a matarios, a venderlos
Todo el cuerpo se ha vuelto un objeto cortado por el derecho, en nombre
del hecho de que el cuerpo es considerado como ignorado por el sujeto
de la ciencia, Lacan lo indica muy bien.
15. Mem, p, 389.Eric Laurent
Asi cuando Lacan nos cuestiona “jEsto conileva consecuencias
Porque el sujeto es ese objeto parcial?”, esto quiere decir que el sujeto
no puede ser identificado a su cuerpo, contrariamente a Jo que pensa-
ba la fenomenologia de la época. En esta critica luminosa y cautivante
Por su modernidad Lacan affade que si la escoléstica y la psicologia de
Arist6teles nos habian fabricado el alma como Ia imagen del cuerpo, la
fenomenologia nos da un alma corporeizada. No nos dice: ol su ijeto no es
su cuerpo. De abf todo el peso de la frase citada presentemente se sitia
en este es, “del hecho de la ignorancia que el cuerpo es tenido por el
Sujeto de la ciencia®.'° No nos dice: la ciencia esta por un lado y noso-
tros por otro, sino que enuncia que el sujeto de la ciencia no puede saber
que tiene un cuerpo. Sélo tendré un cuerpo de derecho, Adheas corpus.
Lo que es el sujeto, no puede ser su cuerpo, es el objeto parcial que
Puede separarse de é1. Bs por eso que la identidad del sujeto, en el cora-
26n mismo del problema de la identidad, nos ocupa tanto en las cues-
tiones actuales: comunitarismo, individualismo contempordneo, unidad
© pluralidad del sujeto, etc. Plantea en 1967 a continuacién la pregunta a
su auditorio que debja estar completamente at6nito: “No se discierne la
convergencia de lo que he dicho hoy? ¢Extraeremos la consecuencia de
un término como el del nifio generalizado? Algunas Antimemorias ocu-
Pan la actualidad en estos dias (¢por qué asi son estas memorias si es
Por no ser confesiones, nos advierten’, ,no es esa desde siempre la dife-
rencia de las memorias?). Sea como fuere, el autor las abre por la confi-
dencia de extrafia resonancia con que un religioso lo despidié: “Termino
Por creer, vea usted, en la declinacién de mi vida, que no hay personas
mayores’”,!7
La cuestin aquf no es ta de oponer el nifio a los adultos, sino, de per-
cibir que el nifio generalizado es el objeto a por todas partes, los trozos
de cuerpo que se pasean, la irresponsabilidad que hace que ellos sean los
trazos de un goce que no se nombra més. El nifio generalizado nos dice
Lacan, “He ahf lo que signa la entrada de todo un mundo en la via
16. Idem.
17. idein,
El nifioy su familia
de la segregaci6n”,"* entre esas diferentes comunidades de goce, esos
diferentes registros en los que los regimenes de goce no estén més unifi-
cados por el significante amo que permitiria mantenerlos juntos.
El goce del que hemos salido
Al romanticismo inglés y sus impases ilustrados por el dicho de
Wordsworth se puede oponer el catolicismo inglés de la desesperacién
de los afios 30, con el poema de T. S. Bliot, autor que Lacan utiliz6 con
frecuencia. Hay un pasaje decisivo del poema “La tierra baldia", The
waste land, que termina con una oracién:
{Qué hemos dado? , ;
Amigo mfo, la sangre que sacude mi corazon
la espantosa audacia de un momento de debilidad
que un siglo de prudencia no puede borrar
por eso y es0 sélo es por lo que hemos existido
y ello no se hallaré registrado en nuestros obituarios
ni en los recuerdos que cubre la benéfica araiia
ni bajo los sellos que rompe el flaco notario
en nuestros vacfos aposentos.!?
Este poema de T. S. Eliot se sitia en oposicién al de Wordsworth. ;De
qué hemos nacido? De un momento en que nuestros padres se acostaron
18. tdem.
19. What are you going
My friend, blood sleeking my hear
The anful daring of a moments suminered
Which an age of prudence can never retract
By this, and this only, we have existed
Which is not to found in our obimaries”
Or in memories shaped by the beneficent spider
Or under seals broken by the lean solicitor
In our empty rooms.
45Bric Laurent
juntos. “Amigo mio, la sangre que sacude mi corazén, la espantosa audacia
de un momento de debilidad”. Eso es el coito que “un siglo de prudencia
no puede borrar”, porque todos los cuidados parentales no podrian borrar
ese momento de goce. “Por eso y eso s6lo es por lo que hemos existido*,
No es el recuerdo de infancia en el que vi el arco iris, y es por eso que no
estamos “registrados en nuestros obituatios”. Nadie sabré de qué momen-
to de goce hemos salido. $élo tendremos 1a oportunidad de saberlo en un
psicoandlisis. “Ni en los recuerdos que cubre Ja benéfica arafia”. No son
los recuerdos del tejido que Wordsworth pensaba entretejer, anudados por
Ja piedad natural. Eso no seré consignado en los recuerdos ni en todo lo
que podemos heredar de los padies, es decir “Ios sellos que rompe el flaco
notario” en el testamento, “en nuestros vacios aposentos”.
Debemos concluir ahora con lo que dice Eliot acercandolo a dos
citas de Lacan: la primera extrafda de El reverso del psicoandlisis en la
que articula la impotencia, y la segunda es la que Lacan retoma en su
Seminario 10 sobre la mediaci6n paterna,
“El discurso del amo nos muestra el goce que le llega al Otro —es él
quien tiene los medios pata ello. Lo que es lenguaje sdlo lo obtiene insis-
tiendo hasta producir la pérdida por la que toma cuerpo el plus de goce.
En primer lugar, el Jenguaje, hasta el del amo, no puede ser més que
demanda, demanda que fracasa. No es un éxito suyo, es por su repeticién
como se engendra algo que es otra dimensién que he Hamado ta pérdi-
da ~la pérdida por la que toma cuerpo el plus de goce. Esta creacién
repetitiva, esta inauguracién de una dimension que ordena todo aque-
Ho con lo que va a poderse juzgar la experiencia analitica, puede partir
también de una impotencia original para decirlo todo, la del nifio, lejos
de ser la omnipotencia. Si se ha podido advertir que el psicoanilisis nos
demuestra que el nifio es el padre del hombre, es precisamente porque
debe haber, en alguna parte, algo que haga mediaci6n, y es precisamente
Ja instancia del amo en tanto viene a producir, con un significante, no
importa cual después de todo, el significante amo”
20, Lacan, J. BY Seminario, Libro 17, El reverso det psicoandlisis, Buenos Aires:
Paidés, p. 131-132.
46
El nifto y su familia
Podemos aproximarlo a un pasaje del Seminario 10, “Que el falo no
se encuentra all{ donde se lo espera, alli donde se lo exige, 0 sea, en el
plano de la mediacién genital, esto es lo que explica que la angustia sea
Ja verdad de la sexualidad, es decir, lo que aparece cada vez que su flujo
se retira y deja al descubierto la arena. La castracién es el precio de esta
estructura, viene a ocupar el lugar de esa verdad. Pero, de hecho, éste
es un juego ilusorio. No hay castracién, porque en el lugar donde debe
producirse no hay objeto que castrar, Para ello serfa precisos que el falo
estuviera allf, ahora bien, s6lo lo est para que no haya angustia. El falo,
alli donde es esperado como sexual, no aparece nunca sino como falta y
éste es su vinculo con la angustia.
Todo ello significa que el falo es llamado a funcionar como instru-
mento de Ja potencia. Cuando hablamos de potencia en el anilisis, lo
hacemos de una manera vacilante, porque siempre nos referimos a la
omnipotencia, cuando no se trata de esto. La omnipotencia es ya un des-
lizamiento, una evasién, respecto al punto donde toda potencia desfalle-
ce. A 1a potencia no se le demanda que esté en todas parte, se le demanda
que esté allf donde estd presente, precisamente porque, cuando desfallece
alli donde es esperada, empezamos a urdir a omnipotencia. Dicho de
otra manera, el falo estd presente, estd presente en todas partes en donde
no se encuentra en situacion...
He aqui la vertiente que nos permite traspasar la ilusién de la reivindi-
cacién engendrada por la castracién, en la medida en que cubre fa angus-
tia presentificada por toda actualizadi6n del goce. Esta ilusién tiende a ta
confusién del goce con los instrumentos de la potencia. Con el progreso de
las instituciones, la impotencia humana se convierte en algo mejor que su
estado de miseria fundamental, se constituye en profesién. Entiendo pro-
fesién en todos Jos sentidos de la palabra, desde la profesi6n de fe hasta
el ideal profesional. Todo lo que se oculta tras la dignidad de cualquier
profesién es siempre esa falta centra que es impotencia. La impotencia, en
su férmula mas general. condena al hombre a no poder gozar mas que de
su relacién con el soporte del (+9), es decir, de una potencia engaiiosa”
21. Lacan, J., Ef Seminario, Libro 10, La angustia. Bucnos Aires: Paidés, p.291
47Eric Laurent
EI nifio freudiano sabe que no puede separar Ia ideologia de la
parentalidad de la cuestién sexual. Sabe que no puede contentarse con
tener un padre definido en forma abstracta, incluso si esté compuesto “a
Ja carta” a través de funciones multiples. No puede més que afrontar la
cuestién de fa particularidad del deseo que Jo trajo al mundo.
48
3. El nifio reverso de la familia
En dos siglos hemos pasado de una justificacidn de la elaboracién
+ religiosa de la familia a su completa jurisprudencia. En el cristianis-
_- mo las relaciones “familiares” en el seno de la divinidad y de la Santa
Familia permitieron poner a punto la funcién del Nombre del Padre. La
familia se encontré justificada por Hegel como una institucién esen-
cial, en tanto lugar institucional del amor. “En tanto que sustancialidad
- inmediata del espiritu, la familia se determina por su unidad sentida
oy
por el amor”.
La sustancialidad inmediata, dice Jacques-Alain Miller en “Hacia
las proximas jornadas de la Escuela”? es que 1a familia en el apogeo
de Ia instalacién del liberalismo aparece como el suefio del 1az0 social
que serfa natural, Dos siglos més tarde ese derecho articula la familia,
después de haber aislado sus funciones, haber externalizado algunas y
separado otras. Los derechos especificos: derecho fiscal, derecho de
trabajo, derecho social, derecho de la inmigracién, reenvian ahora la
1. Citado en Encyclopédie phitosophique wniversetle, les Notions philosophiques
PUF, 1998, tomo 2, p. 952.
2. Milter, J-A., “Vers les prochaines Journges de Ecole”, La Lettre mensuelle 247,
abril de 2006,
Paris
49Eric Laurent
“sustancialidad inmediata del espiritu” y la “unidad sentida por el amor”
al rango de una utopia,
Se casa ahora mas a menudo después del segundo hijo. Ademés, una
vez pronunciado el divorcio de um primer matrimonio, la unién libre es
ampliamente preferida por aquellos que ya se casaron, Asf, en el aifo
2004 la mitad de los bebés nacieron en el seno de una pareja que vivian
en unin libre contra menos del 6% en 1965. En cuanto a los mayores de
los hermanos, alrededor del 60% de ellos nacen fuera del matrimonio.
Estas cifras ubican a Francia en la cabeza de los paises europeos que
han. dejado la institucién del matrimonio. La nueva norma social es la de
un matrimonio tardio y cuando el divorcio se produce es la rareza de un
nuevo matrimonio, ya sea que mantenga o no el lazo con un ni io. Esto,
acaba de registrarse con la ley en 2005, con el fin de la distincin entre
nifios “naturales” y “legitimos”. La visi6n “natural” de la familia en el
seno del derecho natural ;fue cedida por Jo tanto?
El nifio de los sociémanos
La cuestién se plantea puesto que para la misién de la Asamblea
Nacional sobre Ia familia la situacién permanece simple: “De ahora en
adelante, sea cual fuere la situacién jurfdica de la pareja, el nacimiento
del niffo crea socialmente a la familia”? Por cierto, no es més la familia
que hace al nifio. La familia es un wtil social poco utilizado, pero se man-
tiene el punto de unién natura-cultura, gléndula pineal del suefio social.
Ahora esti localizada sobre el nifio mismo. Ya no se puede sofiar con un
lazo familiar “natural”, pero no se despierta por ello: el punto del suefio
solo esté desplazado. Lacan interrogaba este punto de suefio a partir de
Jo que Hamaba la “ideologia edfpica” que denunciaba como una de las
formas del “familiarismo delirante”, especialmente conocido en Francia
en los afios 40, para evitar interrogar la funcién del semblante familiar.
‘ cTrforme de la mision de In Asamblea nacional sobre la familia, citado en Chemin
-»“On ne se marie plus mais on fait des enfants”, Le Monde, 17 de octubre 2006 .
50
El nifio y su familia
“Observemos el lugar que tiene Ja ideologia edipica para dispensar de
alguna manera a la sociologfa desde hace un siglo de tomar partido,
como lo hizo antes, o el vator de 1a familia, de la familia existente, de la
familia pequefio burguesa en la civilizacién ~ya sea en la sociedad vehi-
culizada por la ciencia. Beneficiémonos 0 no de lo que ah{ cubrimos a
pesar nuestro”.
Det lado del psicoanilisis, la ideologia edipica consistia en una ope-
racién andloga a lo que habfa intentado la filosoffa del siglo XIX: la
+ naturalizacién de la familia pequeiio burguesa. Del lado de fa sociolo-
gfa conceptuamos que dejé de no tomar partido. Ciertos sectores de la
sociologia, inspirados por los comunitarismos de genders studies, ponen
ef acento sobre el examen de familias todavia marginales que presentan
como vanguardia de las formas del futuro. Para otros, inspirados por una
perspectiva catélica, proponen la férmula ya citada: “El nacimiento del
nifio crea la familia”. Esta tesis vuelve a decir que io que cuenta para el
nifio es el estatuto juridico de los padres constituidos por ef nacimiento
mismo. Sea cual fuere el modo del !azo amoroso de los padres, de su
conyugo, solo contaré el estatuto de la parentalidad definida a partir del
nacimiento. Para continuar sofiando que la relacién familiar es natural,
alcanza con considerar que la ausencia del lazo familiar es una familia
como otra, y empezar a percibir el azo “natural” bajo las variaciones det
artefacto.
Podemos retomar Ja medida de esta instauracion de la familia a través
de las vias naturales en ocasién de la puesta en ficciones juridicas del
nifio bajo x. Hasta entonces el poder del Estado era el nico que tenia
las Ilaves de Ia filiacién. Con este resguardo, la madre, tomando la deci-
sién de dar a luz anénimamente, rompia el lazo “natural” mds seguro
mientras que el articulo del cédigo civil sobre el parto bajo x no men-
ciona en ningdn momento la existencia del padre. La filiacién de estos
nifios reposa sobre una ficcién jurfdica: su madre es 1a que nunca parié.
El estado civil no guarda ningtin trazo del abandono: “Es juridicamen-
te imposible realizar investigaciones en maternidad. Desde la reforma
4, Lacan, J., Orves Escritos, op. cit.
StEric Laurent
lanzada en 2002 por Ségoléne Royal, por entonces ministro de la Familia
del gobierno Jospin, los nifios nacidos bajo x pueden pedir al Consejo
Nacional para el acceso de los orfgenes personales el levantamiento del
secreto que cubre su nacimiento”.> La “Alta jurisdiccién” ha puesto fin a
este sistema: si un hombre reconoce el nifio in utero su filiacién paternal
serd por lo tanto establecida. Percibimos que gracias a un reciente juicio
de fa corte de casacién, que por el gesto de una madre de parir bajo x
puede ser un gesto de Medea, A través de esta decisidn la futura madre
priva al padre de su paternidad. Ahora bien, el abogado de su cliente
quiso probar la paternidad de su cliente. “Este decreto marca el fin de
la omnipotencia materna, resume el abogado de Phifippe Peter, Didiel
Mendelsohn. Una mujer que decide parir anénimamente no puede pri-
var al padre de su paternidad”.§ Sobre Jo natural, entonces hay muchos
demonios que dan vuelta.
La hipotesis de “natural” no es la del psicoandlisis. Constatamos que
la “ideologia edipica” no alcanza. El punto de vista del psicoandlisis no
es de restaurar sino de constatar el hecho de que el nifio contempordneo
revela lo que es la estructura para todos. El sujeto tiene la carga de cons-
truir su familia, en el sentido de que instaura Ia distribucion de los nom-
bres de padre y de madre. A partir de entonces esta carga no es aliviada
ni por la ficcién juridica ni por el aporte de la sociologia.
En efecto, la necesidad de ir més all de Ia ficcién sociémana esté
confirmada por el testimonio de la novela contemporénea y por el de los
Sujetos que encontramos en nuestra practica. La Carta al padre no deja
de escribirse, ya sea con la novela americana de Paul Auster, La inven-
cion de la soledad, Jonathan Franzen, Las correcciones, o mas recien-
temente John Irving, Hasta que te encuentre. En este autor la invencién
del padre sobre el fondo de carencia dio [ugar a pasajes desopilantes
en las declinaciones de El mundo segrin Garp, en la que el héroe es el
hijo de una feminista profesora de catch y de un padre desconocido. La
5. Cher
abril 2006,
6. Idem.
A.. “Le pbre d'un né sous X.., voir sa patemité reconnue”, Le Monde, 9 de
52
El nifio y su familia
novela francesa comporta Ja misma preocupacién pero afiade escenas
sexuales mds explicitas. Que sea homo o heterosexual, la evocacién
del incesto es alli ms directa. De ese lado hemos asistido al nacimien-
tw de un género literario, el relato de incesto (Christine Angot, Virginie
Despentes), que acompafian una epidemia de denuncias, a menudo justi-
ficadas y en muchos casos imaginarias. Esta epidemia hizo estragos de
los dos lados del Atldntico con caracteristicas diferentes. La denuncia
desafia los criterios “Verdadero-psicolégico” del peritaje, como lo mos-
6 el proceso de Outreau. Un testimonio no da una versién inquietante
de ese modo inexplicable de direccién al padre,
En un libro testimonial, Virginie Madeira, que tiene hoy veintidn
afios, cuenta sin el menor rastro de célera e incluso de emocién cémo
ella mintié, a los catorce afios, al acusar a su padre de haberla violado
durante muchos afios. El tono es frfo y las frases lapidarias: “Resulta
complicado entender cémo yo no Hlegué a darme cuenta que mi padre
estaba en prisién, para mi no se pone a alguien en prisién si no hicie-
ron nada”, Elia lo diré un dia de primavera de 1999, para que su amiga
Melanie “se interese por ella” y “no la deje de lado”. Al dia siguien-
te Virginie Madeira es convocada por la directora del colegio: “No
logré decir que todo era falso”. Virginie Madeira atraviesa los juz-
gados y las oficinas de peritos-psiquiatras como un fantasma. Habla
poco, guarda los ojos bajos y se contenta con confirmar su mentira
contestando las preguntas con un simple movimiento de cabeza. Los
peritos ponen este borramiento sobre la cuenta de las violaciones que
su padre le hizo padecer: la adolescente evoca “una forma de pasivi~
dad y de dependencia”, nota una de ellos. Constatando cortes vagina
les, que de hecho son fisioldgicos, un experto ginecolégico confirma
la existencia de “penetraciones peneanas”. El proceso no fue todavia
revisado, pero Antonio Madeira fue puesto en libertad condicional en
2006 después de seis afios de prisidn. Su hija, que quiere volverse pro-
fesora de escuela, lo ve regularmente. “Nunca me mostré que estaba
enojado”?
7.Chemin, A., “Ut
este imaginaire”, Le Monde, 21 de septiembre de 2006.
33Eric Laurent
‘Tomo esta proliferacién de novelas y de denuncias como el sintoma
de que la ideotogia de la parentalidad no puede calmar. Es una falsa ven-
tana oponer la literatura del secreto individual (novela del incesto) a la
que se afronta a la época y a la historia, segiin una relacién interior-
exterior. Se llega a reemplazar el interior del sujeto por la historia como
en Les Bienveillantes, asi como lo mostr6 muy bien Claude Lanzmann,
La novela épica incluye ahora la invencién de la familia
Contrariamente a los socidlogos, que examinan tranquilamente la dis-
{ancia entre una parte de las mentalidades miltiples y “a la carta” y, por
otto lado, las formas diversas de la pareja contempordnea y de sus précti-
cas sexuales, el nifio sabe que tiene la carga de hacer mantener juntos los
‘deales familiares y la relaci6n sexual, parentalidad y sexualidad.
EI nifflo freudiano sabe que debe hacer cohabitar Ios monstruos
Gngendrados por los fantasmas que no dejan de volver en las novelas y la
clinica, y las idealizaciones de la parentalidad. A lo mejor lo sabe mejor
gue la filosofia tal como lo crea Derrida, que situaba lo irreductible de
Ja fillaciOn articulando fo “natural” y lo “cultural” por el “teconocimien.
to”. “Habr nacimiento y lazo social alrededot de! nifio, Esta invariante
Permaneceré, pero la organizacién de los lugares respectivos se vuelven
mds moviles. No fue jamés “natural” para ningtin “viviente” “humano”
© “animal”), pero lo parecer cada vez menos... Hard falta aislar cierta
relacién inteductible entre lo que se lama, por una parte, Jo genético, lo
biol6gico y lo “natural” y, por otra parte, lo simbélico 0 lo “cultural”.
Toda la oscuridad se concentra en esta “experiencia” que se lama rapi-
damente el “reconocimiento”,”8
@Pero no se trata miis bien de reconocer que el nifio responde al deseo
del Otro en general pagando su “libra de carne” y que al interrogar ef
deseo del Otro no se trata de reconocimiento sino de angustia? Para
enmascararla la preocupacién sociolégica intenta articular al nifio a una
ficci6n juridica, jugando el rol de un ideal, incluso débil. en italiano eso
se dice il pensiero debole. La posicién psicoanalitica consiste en mantener
§. Derrida, J. y Roudinesco, E.. De qui demain... Dialogue. Paris: Fayard, 2001. pp.
77-18.
S4
El nifio y su familia
al sujeto a distancia del ideal e interrogar lo real en juego en el nacimiento
del nifio, es decir, el deseo o el goce del que es producto.
El nifio de Ja angustia
En el Seminario, Libro 16, De un Otro al otro® Lacan interroga el
ideal de la familia en nombre del hecho que en el Otro hay una falta
absoluta de estructura, (A). Hay dos maneras de explicitar este concepto.
La primera consiste en afladir el goce que falta en el Otro, es la via del
perverso, eso tiene el efecto de producir un significante del Otro pleno,
Jo que ya Lacan escribe S(A). A ello se opone la via del neurético que
quiere completar el ideal de una familia como sintoma, s(A). El proble~
nna ge vuelve entonces que hace falta pedirle un niio a una mujer y pasar
por el Otro sexo. Es el reverso del Nombre del Padre como. garantia El
padre de familia no es mas que un suefio del neurético que para inscribir-
se en el Otro quiere estar asf garantizado. ;
BI drama familiar debe retomarse a partir del lugar de tapén que reve~
la el objeto a “liberado” por el significante del A la estructura simple-
mente. BI nitio ocupa por excelencia este lugar de objeto: “Lo impor-
tante no es sin embargo que el objeto transicional preserve la autonomfa
del nifio, sino que el nifio sirva 0 no como objeto transicional para la
madre.”10 ;
En este caso “el nifio realiza la presencia del objeto a en el
fantasma”.'! E] acento esta puesto sobre el nifio, no sobre el ideal sino
sobre el goce suyo y el de los padres. A través de esta presencia el nifio
satura Ja falta de la madre, es decir su deseo. Hay una realizacién no en el
sentido de la angustia de castracién sino en el sentido en que se produce
un objeto que responde a la angustia figada a la privacién, “Resumiendo,
el nifio en la relacién dual con la madre le da, inmediatamente accesible,
9. Lacan. 5. Bi Seninario, Libro 16, De wn Otro al ovr. Buenos Aires: Puidés
10. Lacan, J., “Alocucién sobre fas psicosis en la intancia”, ap. clt., p. 389.
11. Lacan, J., “Note sobre el nifio”, op. cit., p. 394.
55Eric Laurent
Jo que le falta al sujeto masculino: el objeto mismo de su existencia
apareciendo en lo real.!2 ,
Los infanticidios y los incestos recientes en Francia y en Europa nos
han mostrado en varias facetas lo que puede querer decir el nifio como
objeto a de la madre cuando el padre esté forcluido de los lugares det
Proceso: Outreau, Angers. Los nombres de nadie se vuelven Indices del
enigma: Courjault, Kévin, Dutroux.
A partir de ahf “el objeto entrega su estructura. A saber, la de un con-
densador para el goce, en tanto que por la regulacién del placer, aquél le
es extraido al cuerpo”.'> Bl objeto designa el ser del sujeto en el punto
on que estd la ausencia de representacidn. “Pues estos objetos parcie,
les 0 no, pero sin duda alguna significantes, el seno, el excremento el
falo, el sujeto los gana o los pierde sin duda, es destruido por ellos 0
los preserva, pero sobre es esos objetos, segiin el lugar donde funcio.
nan en su fantasia fundamental y ese modo de identificacién no hace
sino mostrar la patologia de la pendiente en la que se ve empujado el
sujeto en un mundo donde sus necesidades estin reducidas a valores
de intercambio”.'* {Por qué movilizar aqui el valor de intercambio?
Sigamos con Lacan cuando hace una lista de los “Problemas del derecho
al nacimiento”, por un lado, “pero también en el impulso del: wz cuerpo
€s tuyo, en que se vulgariza hacia principios del siglo un adagio del libe-
ralismo, la cuestién de saber si por ignorar cémo ese cuerpo es conside.
rado Por el sujeto de la ciencia, se tendid ef derecho de dividirlo para el
imtercambio... Extraeremos la consecuencia de un término come el del
niflo generalizado? ...He ahi lo que signa la entrada de todo un mundo
Ja via de la segregacién.”!5 “
Comentemos los dos hiatos entre el fantasma materno, el discurso
liberal y el discurso de la ciencia. El liberalismo de “tu cuerpo es tuyo”
tlene el estatuto de un discurso precursor del objeto condensador de
12. Idem
8 Lacan J. “Alocucion sobre las psicosis del nifto”, op. cit, p. 389.
IS Lane ks ditecci6n de la cura y los principios de so poder”. op. cit. p. 594
Lacan, 1.“Alocucién sobre las psicosis det niffos”, op.cit,.p.389.
56
El nifio y su familia
goce, extrafdo del cuerpo, Recordemos que antes de este discurso los
cuerpos pertenecian a Dios, los cadaveres a la Iglesia, y cada uno tenia el
deber de conservarse a si mismo y de no suicidarse, Una vez definida la
propiedad privada del cuerpo se puede proceder al trético de érganos con
consentimiento, a las madres portadoras, y a Ja extensidn de estas cues-
tiones de la prostitucién como disposicién de si, pero siempre acosando
el consentimiento que se calificard de “esclarecido” por hacer tanto més
Aufklarung como en la retorica de la evaluacién. El segundo punto abor-
dado por Lacan es que en tanto que sujeto de Ja civitizacin, sujeto de ta
ciencia, el sujeto no puede gozar de su cuerpo como Uno, slo goza de
la imagen de ese cuerpo transformado en objeto, en caja. Lacan también
objeta la fenomenologia que hace brillar la esperanza de reconciliar el
sujeto con su cuerpo, “Tras muchos siglos en que se hizo del alma un
cuerpo espiritualizado, la fenomenologia contempordnea nos hace del
cuerpo un alma corporeizada. Lo que nos interesa en la cuestién ~y a
Jo que hay que reconducir la dialéctica de Ja causa no es en absoluto el
cuerpo participando en su totalidad.”!®
La consecuencia del peso que recae sobre el nifio de tener que inven-
tar la familia en estos términos nuevos subraya la importancia de los
estados depresivos de 1a infancia, la “fatiga de ser si mismo” es tanto
mas fuerte. Retomo el término forjado por un socidlogo."” En efecto, la
sociologia permitié situar en su justo lugar el cansancio narcisistico, pero
lo que menos percibié es que el nifio es el tiltimo tapén para no percibir
el agujero en el Otro.
El texto de orientacién de las Jornadas de la Escuela de la Causa
Freudiana 2006 de Jacques-Alain Miller!® nos permite entender fa dis-
tancia que toman algunas Asociaciones de padres de nifios, con gran
sufrimiento, en relacién al psicoandlisis. Ellas buscan que los trastornos
del nifio sean definidos somaticamente. E] éxito de la clasificacién de los
16. Fem,
17. Ehrenberg, A. La fatigue d'étre soi. Dépression et société, Paris: Odile Jacob,
1998,
18. Miller, J.-A., “Vers les prochaines Journées de |"Eeole”, op. cir., p. 3.Eric Laurent
sintomas del nifio como trastornos de atencién, hiperactividad, trastornos
bipolares, es muy fuerte puesto que permite reducir la cuestidn subjetiva
4 un trastorno somético, Asi cuando los psicoanalistas dicen “Pero no, no
8 un trastorna somético, es subjetivo”, pensando que lleva un mensaje
de esperanza, desesperan a algunos. Bl efecto de retomo es sin piedad:
es el odio. El éxito de la nueva clinica de 1a funciones cognitivas, de la
atenci6n y de sus trastornos, de la condensacién de la causa on la amig-
dala que no puede, encuentra allf su razén.
Estd en juego con esta bisqueda de la inscripcidn somiética la biisque-
dla de un sentido en el momento en que las certidumbres se sustraen bajo
nosotros en los discursos establecidos de nuestra civilizacién. La inscrip-
ci6n en el cuerpo toma el lugar de la garantia “natural” de un orden,
Esta es la cuestién a la que responde el nifio que “hace la familia”. Al
punto “natural” que nos propone la sociologia respondemos por una falta
radical en la cadena de las representaciones, El psicoanilisis es “tna teo-
rfa que incluye una falta que debe volverse a encontrar en todos los nive-
les —inseribirse aqui como indeterminacién, allf como certeza, y formar
el nudo de Jo ininterpretable-”."° El psicoanilisis es en efecto un discur-
So que se mantiene sin otra garantia que la de la interpretacién misma.
EI psicoandlisis es el discurso que intenta pasar de los semblantes de las
garantfas que propone la civilizacién a la inquietante cuestidn de qué
quiere decir hablar. El discurso de la parentalidad, cortado de la parti-
cularidad del deseo que produce el nifio, forma parte de esos semblantes
que rechazamos. Preferimos mantener la cuestién de T. S. Eliot en The
Waste Land, sin proteger su espiritu de una nueva religién sinorética que
vendria a dar una respuesta a su cuestién. He aqui el texto:2¢
{Qué hemos dado?
Amigo mio, la sangre que sacude mi corazén
La espantosa audacia de un momento de debilidad
Que un siglo de prudencia no puede borrat
19. Lacan. J. “La equivocacién del sujet supuesto saber”, Orrosescritas, op. cit... 387.
20. Eliot, T. 8. La Terre vaine et auires podmes. Patis: Seuil, 2006,
38
El nifio y su familia
existido
Por eso y eso sélo es por lo que hem:
¥ ello no se hallard registrado en nuestros obituarios
Nien los recuerdos que cubre fa benéfica araiia
Ni bajo Jos sellos que rompe el flaco notario
En nuestros vacios aposentos
BI sentido del poema se decide sobre Ja interrogacién que se le da al
vacto de empty rooms. Lo leeré, para concluir, como una figura de S(A).
594. Las nuevas inscripciones
del sufrimiento del nifio
No estamos tan alejados del momento en que se Ilevé a cabo en
Angers un proceso histérico, verdadero fenémeno social. En efecto, en
abril de 2005 se inicié una suerte de megajuicio referido a actos de pedo-
filia y de prostitucidn de nifios por sus propios padres.* La realizacion
incestuosa, sorprendia por su cardcter serial y por la edad de las victi-
mas; sesenta y cinco acusados y cuarenta nifios fueron confrontados. A la
Pparticularidad de este acontecimiento social se sumaba que los servicios
sociales y Ja justicia sabfan y no sabfan a qué habian sido sometidos los
nifios, y se encontraban impotentes en su accionar.' Se entraba en una
zona en la que a la vez se sabfa y no se sabfa, Un juez responsable decla-
16: “Voy quizds a herir, pero esto no era un asunto prioritario. El tema
mas urgente es cuando Ja victima esta atin en contacto con el agresor. Y
las descripciones, tenfa una media docena por semana sobre mi escrito-
rio. En materia de pedofilia tenemos un fusil de un solo tiro: si durante
el tiempo de la detencién e interrogatorio no dice nada, no tenemos
* Leer los articulos de Franck Johannés en Le Monde sobre este proceso. En particu-
larel del 6 de abril y el det 29 de julio de 2005.
1. Commaille, J., “Le procts d'Angers et a faillite de la solidarité sociale”, Le
Monde, 23 de abril de 2005.
élEric Laurent
salida. Y J. siempre neg6” ** Habja alli algo horrible que pasaba y que no
entraba en el discurso corriente.
Frente a este lugar extraiio que ocupaban los nifios victimas, lugar
poco identificable, en el que el aparato Hamado de asistencia revelaba
su falla, la justicia, retroactivamente, con mds razén intent6 cubrirla.
Como lo decfa un articulo publicado por un socidlogo que estaba allf
en ese momento: “Este proceso esté alli, en principio, para recordar gue
frente a transgresiones que representan absolutamente lo contrario de
las reglas y de los valores fundamentales del vivir juntos, la sociedad
solo puede asegurar su supervivencia movilizéndose exclusivamen-
te y solemnemente en el acto de castigar”, El autor sefialaba, enton-
ces, de qué manera el tiltimo parapeto del 1azo social es la punicion.
Cuando no se sabe mas qué hacer, se castiga. Debemos al psicoandlisis
haber reconocido este punto. El lazo social no esta finalmente funda-
do en la justicia distributiva, la sotidaridad 0 la asistencia, sino sobre
una dltima instancia que consiste en castigar. La tesis freudiana sefia-
la que toda formacién humana comporta en su horizonte un asesinato
que queda reprimido. En el lugar de la represién, surge el masoquismo.
Ja voluntad de ser castigado. En su texto “Pegan a un nifio”? Freud
introduce un masoquismo original, fundamental, del que se encuentran
desarrolios en sus escritos ulteriores. Lacan, luego de Freud, reconside-
ra Ja muerte del padre y el masoquismo primario. Para dar cuenta del
masoquismo primario conceptualizado por Freud hablaré més bien de
la pére-version.
Entre el lazo padre/hijo y el masoquismo primario, hay una via de
Pasaje entre el texto freudiano y la relectura que hace Lacan sobre este
tema.
Me in Palabras del ex-responsable del tribunal de menores recogidas el 6 de abril en Le
fondle.
2. Freud, $.,“Pegan a un nif
1988, pp. 17.
", Obras Comptetas, t. XVI. Buenos Aires: Amorrortu,
62
EI nifioy su familia
El fuera de sentido y su tratamiento
Las personas encargadas de velar por las familias a Ja deriva se
consideran impotentes, confrontadas a “comportamientos irracionales
por parte de sujetos que pertenecen a universos sociales totalmente des-
estructurados”, donde la miseria social y la violencia desaffan toda opo-
sicién que se sirva de las categorfas que la moral aprucba o no aprucba.
Sin embargo, esta verdadera epidemia de goce mortifero en Ja que cinco
pedéfilos comprobados, reincidentes, han arrastrado a unas sesenta per-
sonas no tiene nada de irracional, si admitimos que la raz6n después de
Freud nos permite aproximarnos a esos fenémenos. Valdrfa mejor hablar
de fuera de sentido. Podemos calificar estos fendmenos como expresién
de Ia pulsién de muerte, o de un punto real, de un goce que se afirma
fuera de todo sentido posible. Desde esta perspectiva, es imposible redu-
cir el acontecimiento a causalidades sociolégicas como la miseria, por
ejemplo.
Bernard Henri Lévy escribié, hace algunos afios, un fantastico Libro
titulado Reflexiones sobre la guerra, el Mal y el fin de la historia. Daba
cuenta del hecho de que después de la caida del muro de Berlin las gue-
tras contempordneas no pueden mis ser clasificadas en la categoria del
sentido. De 1945 a 1989, todas las guerras que se desplegaron en el pla-
neta tenfan un sentido. Las mismas se inscribfan en el sentido del campo
capitalista o bien en el campo socialista. La guerra que tuvo e] maximo
sentido fue la de Vietnam, en Ja que los campos estaban bien distribui-
dos. Lo que Inego pasé en Angola, después en Liberia y en Ruanda, son
masacres enteras de poblaciones por sefiores de la guerra que controlan
las materias primas. Es una nueva versi6n de la esclavitud y del control
de los recursos que se hace fuera de sentido. Hay una manifestacién de
algo que es del orden de la violencia irracional. El pasaje de un tipo de
guerra a otro puede encontrar su ilustraci6n en el encuentro en los aifos
sesenta del Che Guevara y de Laurent Désiré Kabila, padre del actual
aris: ed
3. Lévy, B-H., Réflexions sur la guerre, le Mal et la fin de Uhistoire,
Grasset, 2001
63Eric Laurent
Presidente de 1a reptiblica del Congo, en el monte. Hoy el hijo Kabila,
Hamado Joseph en honor a Stalin, dirige un pais que hace todos sus
esfuerzos para no importar al genocida de Ruanda,
_ El proceso de Angers revelé que estos pobres desgraciados no tenfan
ninguna relacién con alguna perversién, salvo en las précticas y los com-
Portamientos observables. La patologia daba mis cuenta de ia psicosis
a cielo abierto, donde la deshumanizacién del cuerpo de las victimas
tlene poca relacién con la pedofilia perversa. El horror de los hechos no
permitfa plantear la pregunta que se impuso en ocasién del proceso de
Outrean Cuando pas este otro Proceso, la pregunta punzante que se
impuso era la de saber el limite entre verdad Y mentira en el decir de los
nifios. De alguna manera, en Outreatt se queria saber hasta donde el goce
puede ser tomado a cargo por el Otro. Angers nos confronta con el surgi-
miento de un goce que domina el registro del Otro y del sentido. En los
dos casos, el verdadero punto que se revela es que la institucién familiar
esconde, pone un velo, disimula este traumatismo que esté en el centro
de toda formacién humana: el goce.
E] nifio, dos veces victima
Francia no se apasioné por el proceso de Angers, sino por el de
Outreau. No hubo comisién parlamentaria para Angers. El proceso de
Outrean era fascinante porque frente al traumatismo y al surgimiento del
B08 fuera de sentido se intent6 hacer de os nifios el vector de la verdad
Toda la cuestion era saber si los nifos decian la verdad. Frente al trauma
era necesario hacer participar la verdad en la accién, llevar este horror
hacia nosotros tratando de encuadrarlo, de dominarlo por la verdad
2Es posible que una palabra diga la verdad sobre el horror? En la Edad
Media, no bastaba con quemar en la hoguera a una bruja, sino que era
necesario hacerla confesar, que ella dijera la verdad sobre lo que eran sus
encuentros con el diablo, con el mal absoluto, La extraccién del discurso
se hacia bajo tortura. Ahora no estamos con Ia tortura, afortunadamen-
fe, sino en un dispositivo mas democritico: un dispositivo en el cual los
Peritos estaban encargados de recoger todas tas declaraciones necesarias
64
El nitio y su familia
para saber la verdad. Todo giré en torno de la nocién de credibilidad. La
apuesta de la reforma judicial que se inicié después del examen eritico
del proceso de Outreau se refiere a esta noci6n que no es jurfdica pero
que toca sus fronteras. Los jueces pedfan a los peritos evaluar Ja credi-
bilidad de la palabra del nifio, una credibilidad médica o psicoldgica, y
se confundian estos dos niveles. Tenemos psicdlogos no médicos como
médicos no psicélogos. Después de la catdstrofe, el asunto permitié cap-
tar los limites de los peritos en credibilidad, los nifios victimas apare-
cian a la audiencia como fragiles acusadores. Es el motivo por el cual el
Ministerio de Justicia propuso una nueva trama del peritaje en las juris-
dicciones, que rechaza la nocién de credibilidad. Salimos entonces de fa
credibilidad para entrar en el trabajo de Ja policfa, saber lo que tuvo lugar
en los hechos. Retorno a la policfa cientifica. Se declaré como incompe-
tentes a los peritos que se habjan movilizado porque no se dieron cuenta
que los nifios producfan un discurso siempre renovado y contradictorio.
Un psiquiatra, formado en la clinica clésica, sabe que cuando se entra
en la clinica de la mitomania, cuanto més se le hace hablar al sujeto,
més produciré. No hay limite. La interpretacién paranoica es el mode-
Jo de esto. No se llega jams a interpretar suficientemente bien como
un sujeto paranoico que tendré siempre una interpretacién por anticipa-
do. Es el limite que encontré Jung cuando comenz6 a querer tratar aun
sujeto que le habia enviado Freud. En la correspondencia Freud-Jung+
la primera carta de Jung es entusiasta: “Este joven es excepcionalmente
inteligente, y Iticido, hacemos un trabajo extraordinario”. En la segunda
carta Jung es un poco més escéptico: “Hacemos un trabajo extraordina-
rio, pero lo que es molesto es que él me agota porque tenemos sesiones
de varias horas”. La tercera carta indica la desesperacién de Jung cuando
comprende que no legaré jams a interpretar mejor que su paciente: “Es
él quien me interpreta”. Es el primer encuentro con un limite del método
psicoanalitico con los sujetos psicéticos. Del lado del sujeto mitmano,
es lo mismo. Los peritos han tenido que vérselas con una proliferacién
de la transferencia y no entendieron nada.
4. Correspondence 1906-1914, 8, Freud-C, G. Jung. Paris : Gallimard, 1992,
65Eric Laurent
El suefio de explorar la verdad de la palabra del nifio era poder probar
que habia en el discurso una traduccién, una reincorporacién del goce
Producido por el traumatismo que habian sufrido estos desdichados
nifios. Se tataba de producir lo verdadero para reintroducirlo en el di
curso comtin, en el malestar en la civilizacién. ~
Ahora bien, este intento de reintroducir el goce en el Otro es Jo que
Lacan considera como una de las formulaciones de lo que es la penn
sion, Frente a la falta en el Otro, el sujeto perverso la colma con una
certeza de goce. De este modo, esta extraccién del objeto de estas vic-
limas del trauma es una especie de perversién del Estado que se pro-
duce en nombre de la razon. El nifio, en este sentido, es a la vez vie
tima de aquellos que lo han tomado como objeto sexual, pero también
de la perversin del Estado que lo confronté con la misién imposible
de deber decir lo verdadero sobre lo real. Fuesen quienes fuesen |
expertos, el resultado hubiera sido el mismo: hay cosas que se tieden
Saber, pero la verdad, es otra cosa. Del mismo modo, en una eaicion
de Le Monde’ un articulo evocaba los nifios victimas del aparato del
Estado por que habian sido privados durante afios de sus padres injus-
tamente condenados. Vemos cémo el nifio en estos casos extremnos de
desgarradura revela que la familia es un velo arrojado sobre la falta
Ge seioutcion del gove del cuerpo que se satisface del objeto de la
Las experiencias comunitarias
; A partir de esto podemos descifrar la manera en la que Lacan situé
a cuestion de la inscripcién de goce del nifio, a la vez sintoma y fan-
tasma de la familia, De entrada, Lacan interrogé las relaciones del mito
del complejo de Edipo y del complej ivi
n plejo de castracién sirviénd
gran mito freudiano: el de la pulsién. mesons
5. Van Renterghem M., “Le calvai ri °
cere + “Le calvaire des enfants dinnocents”, Le Monde, 3 de junio
66
El niffo y su familia
Lacan aborda, en principio, la dimensi6n histérica y cultural del lugar
del padre en la civilizaci6n. En su articulo de 1938 sobre los “Complejos
familiares” $ insiste en el hecho de que Freud quiso salvar al padre en el
momento donde Viena, gran megapolis del siglo XIX, con el éxodo rural
en el seno del imperio, mezclaba multiples nacionalidades, culturas, tra~
diciones, sistemas de parentesco. Confrontado a un relativismo cultural,
Freud buscé situar una invariante en esta dispersiéa, el padre.
En este mismo texto, Lacan describe un doble movimiento
Asistimos, por una parte, al fin del patriarcado, con su correlato: la decli-
nacién de la dimensi6n trégica del padre y, por otra parte, a Ia multiplica-
cin de las formas de la familia conyugal. La familia no reposa més en la
lea patriarcal, sino sobre las formas del Conyugo. Es el fin del patriar-
cado, pero el comienzo de la multiplicidad de las formas de alianza.
La otra etapa del examen de Lacan de la inscripcidn del nifio en la
familia es un conjunto de textos escritos alrededor de 1968-1969, Et 68
es un momento en que la familia es interrogada y despreciada, donde las
utopias comunitarias venidas del otro lado del atlintico corren como un
reguero de pélvora. Sin embargo, el 68 nos es més que la redicidn de los
movimientos de los afios treinta. E] grito que saludé el] nacimiento de!
siglo XX, es el de André Gide: “Familia, yo las odio” en 1896, momento.
en el que Freud comenzaba a escribir. Los afios treinta son también el
momento de experiencias comunitarias que apuntan a prescindir de las
familias.
Entre las dos guerras, Europa estaba en la cima de este movimiento
con las utopias inglesas. Francia estaba menos tocada. Rusia no era deu-
dora, con el gran pedagogo Anton Makarenko que se ocupaba de nifios
extremadamente violentos y abandonados, a consecuencia de la primera
guerra mundial. Hubo también, después de la segunda guerra mundial,
la experiencia del kibbourz en Israel. Para Lacan que habia conocido los
aiios treinta, el 68 era, de este modo, una repeticién del mismo fendme~
no. En “Nota sobre el nifio”? comienza justamente por: “Segiin parece,
6. Lacan, J.,“Los complejos familiares”, op. c
7. Lacan, J.,“Nota sobre el nifio”, op. ci., p. 393.
67Eric Laurent
viendo el fracaso de las utopias comunitarias...". Hablar de “fracaso de
las utopfas comunitarias” en 1969, desentonaba, porque en esa época,
la gente pensaba que innovaban verdaderamente y que iban a triunfat,
Lacan socava un poco el entusiasmo recordandoles que ya se habia pasa.
do por esa experiencia y que eso ya se habia hecho. Subraya asi que
estas utopias no impidieron la existencia de un imreductible de la posicién
del padre y de la madre.
La funcién de residuo
Esta nota se inscribe en una serie de textos. En septiembre de 1969
Lacan interviene en el “Congreso sobre la infancia alienada”, presidido
por Maud Mannoni.
Después est su Seminario De un Otro al otro? y més particular-
mente la sesién del 30 de abril de 1969. En octubre de 1969, tenemos la
“Nota...” en un estilo claro, que es una carta interna escrita a una amiga,
la sefiora Jemy Aubry, pionera de la asistencia a la infancia, que en esa
€poca busca inventar formas nuevas del lugar pata los nifios, He aqui
fo que Lacan escribe, “La funcién de residuo que sostiene (y al mismo
tiempo mantiene) la familia conyugal en la evolucién de las sociedades
Pone de relieve Jo irreductible de una transmisién que es de un orden
diferente de la de la vida segiin la satisfaccién de las necesidades, pero
que conlleva una constitucién subjetiva, lo que implica 1a relacién con
un deseo que no sea anénimo”.! Esta pequefia nota esta absolutamente
abarrotada de una condensacién de las teflexiones de Lacan, porque este
término de “residuo” que parece comprensible, es de hecho muy enig-
matico. Unamos este término de “residuo” a lo que Lacan desarrolla en
su Seminario De un Otro al otro: “Si para el perverso es preciso que
haya una mujer no castrada, 0, més exactamente, si la homme-elle, no es
8. Lacan, J.,“Alocucién sobre ins psicosis del nifio”, op. cir.
9. Lacan, J., El Seminario, Libro 16, De un Otro al otra. Buenos Aires: Paidés.
10. Lacan, J., “Nota sobre el niflo”, op. cit., p. 393.
68
El nifto y su familia
notable el famil en el horizonte del campo de la neurosis -eso que en
alguna parte es un él (il) pero donde el yo (je) es verdaderamente lo que
esté en juego en el drama familiar”. Lacan, en el horizonte de la per-
versién, pone a la madre, es decir la mujer filica, y en el horizonte de la
* neurosis, el drama familiar. No hay algo de comin a fas dos posiciones?
{No es “el objeto a”?!? De este modo, el perverso tendré la mujer félica
y el neurdtico la familia, con el objeto a desprendido, residue
En la “Nota...” Lacan parte del fracaso de las utopias comunitarias,
no habla de éxito de a familia nuclear, sino del fracaso de toda tentati-
va de hacer desplazar eso. Después destaca un residuo. Este residuo es
la madre de los cuidados que “llevan la marca de un interés particula-
“ rizado, aunque Io sea por la via de sus propias carencias”.!? Lacan esté
~ aqui prestando atencién a Winnicott quien invent6 la “madre suficiente-
mente buena”. Indica que ella debe tener faltas y hace la légica de ello:
es una particularidad, no una madre universal. Después, define al padre
“en tanto que su nombre es el vector de una encarnacion de la Ley en
el deseo” 4 “El vector” es un término matemético, “la encarnacién” un
término religioso.
La Ley es la Ley mosaica en tanto que ella define al padre, Ia ley
de Lévi-Strauss, que es una variante de la ley mosaica. El padre como
portador de un deseo hacia esta mujer, conjuga la Ley y la prohibicién,
al mismo tiempo que el deseo, porque desea a esta mujer. En este pasaje,
uno se da cuenta que la autoridad, en principio, se funda sobre fo autori-
zado ante lo prohibido, El fundamento de la autoridad es poder decir si.
Es el sf y el no sobre el fondo de un si. La madre es entonces el vector de
Ia encarnacién del fracaso del cuidado, y el padre, vector de la Ley en el
deseo del Otro.
II. Lacan, J., De un Otro al otro, op. cit., p- 268
12. dein.
13, Lacan, J.,“Nota sobre el nifio”, op. cit., p. 393
14. Ides,
ooEric Laurent
EI nifio, “objeto a liberado”
Para comprender “el objeto a liberado”, tal como Lacan lo presenta en
el Seminario 16, ¢s necesario que avancemos en la manera en fa que é1
sitia al nifio en la “Nota sobre el nifio”, El abordaje freudiano clésico
Sittia al nifio como Ideal del Yo, el ideal de ta pareja. Es lo que Freud
Hamaba: “His Majesty the Baby".'8A partir del niffo se distribuye la
familia, Lacan parte en esta “Nota...”, de otro punto: “El nifio realiza
la presencia de eso que Jacques Lacan designa como el objeto a en el
fantasma.”!6 Mientras que Freud abord6 al nifio a partir del Ideal, los
desarrollos sucesivos de Melanie Klein, Winnicott y Ferenczi abordan
el nifio en tanto objeto. El acento esté puesto sobre el nifio tomado, no
en un Ideal sino en el goce, el suyo y el de sus padres. Lacan lo resume
con el objeto a.
En la metéfora edipica clisica el padre es lo que responde al Deseo
de Ja Madre. El padre interviene sobre el Deseo de la Madre para produ-
cir la significaci6n félica. Pero en la “Nota...”, al contrario, el nifio satura
a falta de la madre, es decir su deseo. Tapona lo que es del orden de la
falta de Ja madre, no como Ideal sino como objeto.
Es el falo en el mejor de los casos. Tiene entonces un valor. Pero
ms alli del Penisneid de la mujer, hay la realizacién no para la madre
de tener su falo, sino de tener este objeto que responde por su exis-
tencia, que puede responder a todas las cuestiones. Se puede tomar el
ejemplo del sintoma somatico como la maxima garantia de obtener este
objeto. “Es la fuente inagotable que, segtin los casos, testimoniard la
culpabilidad, servird de fetiche 0 encarnaré un rechazo primordial” .!7
Jacques-Alain Miller, en la Presentacién de las Jornadas de la Escuela
de la Causa freudiana de octubre de 2006,"* nos permite comprender
15. Freud, S.. “Introduccidn dei narcisismo”, Obras Completas a
Arson p88 ras Completas, t. XIV, Buenos Aires:
16, Lacan, J., “Nota sobre l niiio”, op. cit. 394,
17. ddem. a
18. Milter,
abril 2006, p. 6.
"Vers les prochaines Journées de I'Ecole”, Lettre Mensuelle n° 247,
70
El nivio y su familia
fendmenos tales como el de las asociaciones de nifios con trastornos,
_ comprender el tropismo que hace que a estas asociaciones les sea impor-
tante que los trastornos del nifio sean definidos somdticamente. El éxito
© de los trastornos de atencién, de la hiperactividad, de los trastornos bipo-
ares, es tan poderoso porque permiten reducir Ja cuestién subjetiva a un
trastorno somatico. Asi, cuando los psicoanalistas dicen: “Pero no, no es
un trastorno somético, es subjetivo”, pensando que Hevan un mensaje de
esperanza, por el contrario, desesperan. El efecto que les retorna es des-
piadado: es el odio. Es necesario, por el contrario, respetar este punto.
EI gran éxito del cambio actual de la clinica, y de la condensacién de la
causa en la amigdala que no funciona, encuentran su explicacién en este
breve desarrollo de Lacan. El deslizamiento actual de la clinica permite
asegurar el lazo de la madre y del nifio.
El nifio es entonces el objeto a, va al lugar de un objeto a, y a partir
de allf se estructura Ja familia. La misma no se constituye mas a partir de
Ja metéfora paterna, que era la cara cldsica del complejo de Edipo, sino
enteramente en la manera en que el nifio es el objeto de goce de la fami-
lia, no solamente de la madre, sino de la familia y mas alla, de la civili-
zaci6n. El nifio es “el objeto a liberado, producido”. Este objeto a que el
nifio realiza, lo encontramos en el Seminario 16'° donde Lacan articula
el problema de la familia al hecho de que en el Otro hay una falta.
Hay dos maneras de desembarazarse de esta falta. La primera consis-
te en agregar, no la palabra que falta, sino el goce que falta en el Otro.
Es la via del perverso que produce una certeza de goce. Esto tiene como
efecto producir un significante del Otro pleno, lo que Lacan escribe
S(A), y que él califica el hombre-ella. A esto, opone le Famil, que escri-
be s(A). Es la via del neurético que quiere completarse con una fami-
lia, pero el problema es que hace falta pedirle a una mujer. En suma, es
inscribirse como el Uno en el Otro, proposicién inversa a to que Lacan
indicaba en su “De una cuestion preliminar a todo tratamiento posible
de Ia psicosis”, donde el Nombre-del-Padre es la inscripcién en el Otro,
del significante de Ia garantia del sujeto. Por esta razén, e] Nombre-
19. Lacan. J., De un Otro al otro, op. cit.
uEric Laurent
del-Padre es un operador formidable que se afiade en la civilizacion y
que permite al sujeto inscribirse allf. En este afio 1969, Lacan presen-
ta el reverso del Nombre-del-Padre como garantia. El padre no es mds
que un sueiio del neurético que, para inscribirse en el Otro quiere ser
el padre de familia. En este punto Lacan interroga la distincidn entre el
Padre de familia, suefio del neurético, y la funcién del Nombre-del-Padre
que puede ser sostenida por otros personajes que cl padre de familia. Es
una funcién del tipo “poner un freno al goce”. Pero no es una funcién
que surge simplemente de la interdiccién, “Poner un freno al goce”, es
también poder abrir al sujeto una via que no sea la de un empuje a gozar
mortal, autorizar una relacién fiable al goce, diferente que un empuje al
hedonismo contemporéneo, que puede tener una cara mortal como se lo
constata en las adicciones. En suma, el padre residuo es una funcién que
se distingue del padre de familia. Es el instramento que permite hacer
mantener juntos lo simbélico, lo real y el padre imaginario. Simbélico,
real ¢ imaginario se mantienen entonces juntos por una funcién que
puede separarse del padre de familia.
Ser padre, un acto
A partir de aqui, ,c6mo concebir las nuevas formas de la parentali-
dad? Este deseo de ser padre, esta “pére-version” cautiva, en efecto, a
nuevas identidades. Las familias homoparentales aiioran poder casarse,
tener el titulo de padre, interrogan la distribucién clisica padre/madre.
Cuando se dice que no hay que tocar esta distribucién a riesgo de un
derrumbamiento de la civilizaci6n, es sin duda un error, porque se va a
tocar eso siempre més. Los entusiastas, como Judith Butler, consideran
que se puede y que hay que tocar lo que se llama el género (the gender).
Es una subversidn de las formas reconocidas que puede ir muy lejos, con
el anhelo de rehacer todo deshaciendo todas las identificaciones posibles
hombre/mujer, donde los nombres de “padre” y de “madre” pueden ser
dados a todo sujeto, preferentemente a un sujeto transexual.
__ Pero entre los partidarios del inmovilismo, partidarios del fin de la
historia que dicen que las buenas ficciones han sido encontradas y que
nR
El nifio y su familia
no hace falta tocar més, y los partidarios de un constructivismo radical,
serfa necesario un principio de precaucién para tomar en consideracién,
en cambio, los efectos de estas dos posiciones. Se trata de saber, en la
investigacién clinica, cémo vamos a verificar los efectos de estas trans-
formaciones. Se decfa, por ejemplo, en los afios cincuenta que no
podia psicoanalizar a los hijos de padres divorciados. Si los psicoanali
tas hubieran continuado diciendo esto, no tendrian més a nadie. En los
mismos afios, Lacan gracias a su teorfa del Nombre-de-Padre, permitia
ya desplazar el problema. Las mujeres solas, divorciadas, viudas o las
que no habfan jamds contraido matrimonio, pueden también transmitir
el Nombre-del-Padre. Se puede también analizar a los hijos de formas
multiples de uniones conyugales, incluso cuando no se sabe muy bien
donde esté e} padre. En el presente, se debe analizar hijos surgidos de la
post-parentalidad, de la era post-paternal, es decir, que no dependen més
del padre de la tradicién.
Los socistogos sostienen la idea de que hemos salido de la parentali-
dad antigua, aquella del imperio del padre de la autoridad, de la tradicion
y de la ley. Hoy es la paternidad responsable y negociada por contrato.
La ventaja, nos dicen, es que en estas précticas, tan diversas, tiene una
paternidad pacificada: se acabaron los dramas de los antiguos tiempos,
terminaron las dramatizaciones que los psicoanalistas habfan conservado
con la referencia al complejo de Edipo. Hay, ciertamente, una paterni-
dad pacificada, pero el problema de Ja autoridad se traslad6 al exterior.
Fl Otro social ordena, en efecto, a los padres de mantener a sus hijos,
de poner su familia en regla, 0 amenaza de poner a todo el mundo en
internados militares. De este modo, los padres se han transformado en
agentes del orden piiblico.
{Podemos creer en esta buena novedad socioldgica, que reduce la
paternidad a normas? La politica desaparecid, ya no quedan sino nor-
mas a negociar. Un mismo método es empleado para construir Europa, el
Orden Internacional, y también las familias.
Pero esto supone resuelto el problema de] residuo, de Ja concentra
cidn de goce sobre el nifio y los padres. Hemos salido del patriareado,
de] machismo de la tradicién y de la promesa de antafio: “Si te condu-
ces como un hombre debe conducirse, entonces podrés gozar de una
1BEric Laurent
mujer”. Bl tinico problema es que es imposible definir una relacién entre
los sexos, homo o hétero, que fuera la buena. Con el goce, eso jamés es
posible. Ninguna norma llega a estabilizar el empuje a gozar, y a cada
uno le queda la contingencia del encuentro del partenaire, y el sintoma/
fantasma que lo define. Este encuentro no puede reducirse a normas, El
Jugar del padre es el de un residuo que viene como nombre a reeubrir
este imposible. Ser padre no es una norma, sino un acto que tiene con-
secuencias, fastas y nefastas. La filiacién contemporanea remite, mas
alld de las normas, al deseo particularizado cuyo producto es el niiio. E]
padre contemporineo es un fesiduo y un nombre, que resia de un modo
inconmensurable como una apuesta pasional. Toda esperanza de pacifi-
cacion de la paternidad es, entonces, una ilusién. Bs la fuerza de la ilu-
sién de la teorfa sociolégica de ta felicidad de las normas.
; La apuesta de Ia investigacién psicoanalitica consiste en demostrar,
sin conservadorismo, sin entusiasmo progresisia, pero con ef modo de
pesimismo hicido lacaniano-freudiano, las redistribuciones clinicas a las
cuales asistimos. He aqui el desaffo de sus préximos afios.
14
5. Proteger al nifio del delirio
familiar
La hipermodernidad se juega desde la definicién de la familia segin
Aristételes y Santo Tomés de Aquino, modificando cada uno de sus tér-
minos. La familia definida a partir del matrimonio pertenece al siglo
pasado. De derecho 0 de hecho, la familia contemporénea incluye distin-
tas formas de uniGn. Estas familias, ya sean monoparentales u homopa-
rentales, hacen aparecer ahora el matrimonio como un lujo institucional,
Hoy en dia en Francia, por ejemplo, el 40% de la poblacién solamente se
inctina hacia el matrimonio.
La puesta al desnudo de la ficcion
‘Anteriormente {a familia se apoyaba en e] matrimonio entre un hom-
bre y una mujer. Actualmente, con el cambio generalizade del género,
aquién sabe exactamente qué es un hombre o una mujer? En las parejas
unisex, ,c6mo estar seguro que el otro es del mismo sexo? La posicisn
queer consiste en considerar que la distribucién de los sexos es una cons-
truceién social, dejando asf caduco este universal, a partir de lo cual no
hay més certeza.
Ocurre lo mismo con la educacién de Jos niffos, ,quién sabe hey en dis
qué es la educaci6n? ,Quign sabe qué quiere decir “educar a un nifio”?
Los expertos no se ponen de acuerdo, al punto que nos encontramos frente
18Eric Laurent
auna burbuja educativa —como se tiene la burbuja financiera-, inflada di
soluciones diversas y que amenazan con estallar a cada instante ‘devel "
do la inquietud ¢ incluso la profunda angustia de la institucién escolar. th
lugar de responder a lo que quiere decir educar, en lugar de transmitir on
saber, no son més que quejas sobre la imposibilidad de educar a los niios
Los nifios no son més, practicamente, concebidos en el matrimonio.
Y muchos lo son con la ayuda de la ciencia, que produce una especie
de objetos tales como los embriones obtenidos en exceso durante las
fecundaciones asistidas— en los que no se sabe més qué hacer. .
fami la hipermodernidad actiia sobre los significantes de lo que fue la
lia, como en todos los dominios de 1a cultura, y revela el caracter de
ficcion de los lazos familiares y sociales. Como el capitalismo, tien
funcidn de destruccién creativa: destruye la tradicién y hace | roliferar
una nube de formas nuevas y de lazos frdgiles por no estar solidiicadon
: craves fel temo, Las normas, como las leyes, a falta de tiempo pate
ir cuenta de ello se rev i
come came ae ale revelan mal hechas y obsoletas, incluso antes de
Cuanto mis sofisticadas se vuelven las ficciones, més se expre:
con insistencia una nostalgia del derecho natural. En esta proliferacion
de fieciones, ,e6mo no Hegaremos a dejar de lado esta creencia en una
dimensién “natural” de la institucién familiar? Tal es fa paradoja fun-
damental que aparece en el momento mismo en que se multi ican ta
ficciones, y sus incertidumbres ofrecen tin campo nuevo a las once clos
nes mais © menos detirantes de los padres en cuanto a lo que ellos mm
ran de un nifio. Asi vemos eémo los padres tratan su culpabilidad den
estar a la altura de los ideales iransmitidos por la tradicién, Ja television
y la circulacién de storytelling general. El cardcter convencional de | ‘
ficciones revela cada vez més el cardcter de objeto real del nifio, obj to
apasionadamente deseado y, al mismo tiempo, rechazado vere
Dos escuelas
nin disfrazado u oculto por 1a hipstesis institucional que este
en tanto que objeto de pasisn, obstaculiza y objeta la creencia
76
El nitio y su familia
en lo ficcional. Observamos este doble movimiento en las dos grandes
- escuelas sociolégicas que conciernen a la evolucién actual de las fami-
lias, que inspiraron los Ultimos lazos al amo moderno. Para una, la
familia es una institucién, y lo que importa es el uso que hace Ja gente
de Jas ficciones: jcudl es la ficcién més popular? La cuestién gana
hasta el dominio del derecho fiscal para decir lo que conviene subven-
cionar o no. Asi, pensar que la familia no es una institucién conduce
a considerar que ella pertenece al registro privado y ocupa el mismo
lugar que Ia religion en la era de la laicidad postrevolucionaria, Para la
otra escuela, préxima a la de Ja Iglesia, la familia permanece como una
institucion, y frente a la diversidad existente, incluso frente a la insis-
tencia del lazo familiar, decreta que incluso cuando no hay familia,
existe una. Existe una a partir de una operacién magica que mantiene
ja ficcién segtin la cual es el nifio el que hace la familia, al nacer funda
la familia. Esta ficcidn juridica permite obtener la adaptacién de la fic
cién religiosa a los descubrimientos de la ciencia: el cédigo genético
brinda al nifio con certeza un ntimero calculable, e incluso en el caso
en que los padres sean desconocidos, de tests que permiten establecer
a paternidad, En suma, esta operacidn reduce la filiacion a una catego-
rfa burocratica.
No obstante, esta esperanza de encontrar un Iimite, un escollo, bajo
el modo de ficciones, comporta sus propios impases. Puesto que una
vez celebradas las nupcias sofiadas entre la institucién familiar y la
ciencia surge la cuestién de la causa. Lejos de ser un limite, la genética
abre un universo de nuevas ficciones, el del imperio de los storytellings.
Abre ademis las puertas del mundo encantado de la medicina predicti-
va: con él c6digo genético cada uno puede sofiar muchas vidas posibles,
cada uno puede imaginar su vida con el 70% de riesgo de desencade-
nar cAncer de linfoma entre 56 y 62 afios. Para que cada uno continue
sofiando su vida, una industria se prepara ya para explicar cémo vivir
tal vida, Tendremos manuales de saber vivir para aprender a vivir esta
vida, cuyas ficciones provocarén una nueva desorientacién de ficciones
juridicas.
7Erie Laurent
Autoengendramiento, fracaso
El problema es entonces que la familia, en este mundo encantado,
se vuelve el lugar transitorio en el que se calculan los tiesgos a Jos que
ya cada uno esta expuesto. La historia, la herencia ~incluso la herencia
genética~, no serén mas que un momento transitorio igualmente. Con
la exploracion global del cédigo genético cada uno podré calcular los
Tiesgos a los cuales seré expuesto. La ciencia le ensefiard mucho mas
sobre su herencia de lo que podré hacerlo la familia. Entramos por aht
en el mundo de la pasin del autoengendramiento de los sujetos, podrén
explorar online los riesgos que comporta su propio cddigo genético,
Podran ser descifrados por aquellos que se dedican a definir los riesgos
que cada uno corre, asi como las ficciones de la vida que puede llevar
segtin los riesgos a los que estén expuestos. Muy probablemente en el
futuro se encontraré en Facebook los cédigos genéticos de cada uno.
James Watson y Craig Venter ya pusieron en Iinea sus propios cédigos
Benéticos y estén en vias de constituir una secta para todos aquellos a los
que eso los apasiona.
Tanto de! lado de las ficciones Juridicas como del lado de las ficcio-
nes cientificas, jamds se podré dar cuenta del punto real que constituye el
Origen subjetivo de cada uno: la malformacién del deseo del que se pro-
viene. No la malformacién genética sino la malformacién del encuentro
fracasado entre los deseos que lo han enipujado al mundo.
Bl fracaso, en su particularidad, del encuentro entre los sexos ~¥ poco
importa que se trate de dos partenaires del mismo sexo- y del deseo del
niffo, permaneceré como el encuentro de! paraguas y de la maquina de
coser sobre la mesa de diseccidn...
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