Macul Con Grecia
Macul Con Grecia
Diseño y Diagramación:
Ediciones Crimental
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Introducción..........................................................9
Capítulo I
Antecedentes de las
antiguas protestas juveniles................................11
Capítulo II
Juventud encapuchada..........................................24
Cambian los payasos
pero el circo sigue....................................25
Encapuchadxs de los
noventas, sus primeros años......................30
La segunda mitad de los noventas.
Las minorias activas
continúan la resistencia..........................46
El funeral de una hermana.......................49
La resistencia continúa…..........................58
Capítulo III
Encapuchadxs de Macul con Grecia.......................71
Capítulo IV
Día del joven combatiente....................................85
Capítulo V
Libertad, capucha y prisión................................98
Capítulo VI
Un día de acción directa.....................................114
Capítulo VII
¿Y todo esto para qué?........................................129
Capítulo VIII
Una ojeada a los últimos
años de la lucha callejera.................................148
La revolución pinguina y
la “resurrección” de lxs anarcxs.............150
De errores y afinidades...........................159
Anti capuchas,
los estudiantes-policias..........................166
Días de dolor,
Tiempos de definiciones...........................177
El fuego no se apaga................................214
La necesaria autocrítica.........................225
El poder no se paraliza...........................229
Los nuevos
“juguetes” de la policía..........................237
Encapuchadxs en el
banquillo de lxs acusadxs.......................239
Capítulo IX
Un acercamiento a lxs encapuchadxs de hoy.............253
Capi
Capítulo X
Conclusiones.......................................................284
“Ni sus cárceles, ni sus verdugos detendrán la lucha callejera”
Cristóbal -Mono- Franke, acusado de golpear a un policía
en el cementerio general.
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INTRODUCCION
Chile en las últimas décadas ha surgido como un ejemplo
regional Latinoamericano, sus altas tasas de crecimiento macro-
económico, sus avances en infraestructura y su aparente orden social
son vistos muchas veces con envidia por los gobiernos vecinos. De
hecho es tildado como una especie de “Israel de Sudamérica” por su
gasto en maquinaria bélica, de control social y súper vigilancia.
En su frenético y despiadado camino de competitividad
para convertirse en un país desarrollado ha dejado una estela
de miseria material y moral. Según un estudio de la OCDE,
Chile es el país con mayor desigualdad del planeta.
Las diferencias económicas son cada vez más marcadas,
pero al parecer eso se asume con naturalidad y así entonces la
pobreza se nos vuelve un paisaje. Pareciera que el capitalismo
ha sido desde siempre parte de las vidas de los obedientes
ciudadanos que habitan este lejano lugar del planeta.
El celular más moderno y la tecnología de última generación, las
carísimas zapatillas y ropa de marca son el sueño que nos imponen
en televisión y por supuesto los babosos consumidores se endeudan
por varios años con tal de satisfacer necesidades que en verdad nunca
han necesitado. Maquillan con mercancías multicolores la pobreza,
viviendo de apariencias y alegría etiquetada como última moda.
La mayoría de los universitarios no están ajenos a esta
realidad. Creen a ojos cerrados en la democracia y el ascenso
social a base de títulos y diplomas. El éxito para ellos no es ser
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feliz desarrollándose como individuos, sino ser una persona
triunfante en términos económicos, ósea “ser alguien” en la
vida, manteniendo el “status quo”.
Jamás cuestionan el sistema educacional en su conjunto, menos
aún el sistema de dominación que nos asfixia. Se convierten así,
gracias a la sumisión y la apatía en activos eslabones de un engranaje
que oprime, un número más que aporta a la perpetuación del poder.
Es justamente dentro de esta cadena de dominación
donde lxs encapuchadxs se rebelan, muestran los dientes y
desatan su ira contra los símbolos del capitalismo y el Estado
Se asumen en guerra contra toda autoridad. Esta guerra no solo
se libra en la calle, cuerpo a cuerpo contra los grupos de choque de
carabineros, también se combate dentro de las propias cabezas de
lxs encapuchadxs, quienes intentan afanosamente liberarse de ciertas
ataduras culturales impregnadas por la ideología capitalista.
¿Qué lleva a un grupo de jóvenes a enfrentarse a este
sistema tan exitoso para la gran mayoría de los chilenos?,
¿por qué arriesgar su integridad física y su libertad por
atacar a la policía y destruir infraestructura pública?
En las próximas páginas leerás desarrolladas ideas que
lxs protagonistas de innumerables “salidas” no pueden
comunicar al calor de unos neumáticos encendidos.
No siempre ha quedado claro el trasfondo de cada
acción de protesta, por ello este material escrito contribuye
a establecer cercanías con su discurso, aportando en la
difusión y colectivización de la experiencia.
Nos adentramos mucho más allá de las consignas revolucionarias
que se logran leer en sus lienzos. Más allá de las barricadas, molotovs
y capuchas, lo que estas letras reflejan es un poco de sus sueños,
evolución, alegrías y mucho desprecio por la realidad existente.
Llegó la hora del combate. Lxs encapuchadxs cubren sus rostros
y se acelera el corazón, se repasan los materiales y se escuchan los
primeros gritos de protesta. Se arman las barricadas que cortarán la
calle, el fuego va propagándose de esquina a esquina. Se irrumpe e
interrumpe el orden del capital. Ojos inflamados de memoria van
buscando compañerxs, reconociéndose entre ellxs. Ya suenan las
sirenas policiales y se inicia el enfrentamiento...
Hablamos largamente con sus protagonistas, buscando
que cada letra aquí vertida sea un abierto desafío al olvido.
Nuestra memoria es negra, nuestro corazón también.
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CAPITULO I
Antecedentes de las antiguas
protestas juveniles.
En los años 60´ y sin ánimo de idealizar, la sociedad
chilena en general tenía un alto grado de politización. Había
muy pocos sectores al margen del acontecer nacional, sin
tomar partido o posición, pues había un movimiento social
muy activo y fuerte.
Lxs jóvenes en este contexto jugaban un rol de gran
importancia. En la política, en el modo de llevarla a cabo durante
esos años, la conquista de federaciones universitarias era vital
para cada sector. De hecho, muchos de los dirigentes de cada
partido venían de haber representado a alguna federación o a
algún centro de alumnxs durante su periodo universitario.
En concordancia con ello, las universidades eran un
escenario habitual de movilizaciones y planteamientos de
conflictos. A principios de los años sesenta en el sector de
MACUL CON GRECIA, el ex Pedagógico (en esa época parte
de la Universidad de Chile) vive a diario la expresión del
descontento estudiantil.
Las principales movilizaciones de ese periodo están
ligadas a dos tipos de motivaciones, es decir, motivaciones
propiamente corporativas o reivindicativas de lxs
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estudiantes universitarixs y, por otra parte, la solidaridad o
la participación del movimiento estudiantil en las luchas de
otros sectores sociales, como obrerxs y campesinxs.
Lxs estudiantes fueron muy activxs en cuanto a la
solidaridad que requerían las tomas de terreno de esos años,
como son las de las poblaciones La Victoria, Primero de Mayo
y Violeta Parra. En esos años (al igual que hoy) el sistema de
tenencia de tierras seguía siendo poco equitativo, lo que se
sumaba a una inflación crónica.
Quizá lo más relevante de esa época fue el altísimo
nivel de migración campo-ciudad (Santiago creció en 800
mil personas). Lo que se traducía en una gran necesidad de
viviendas que no podían ser cumplidas y por otra parte la
desigualdad económica no permitía el acceso a casas para la
gran mayoría de la población.
Es en este punto donde las tomas de terrenos se alzan
como posibilidad real de obtener una casa (entre 1969 y
1970 se produjeron 400 tomas de terrenos agrícolas por
ejemplo). Esto a raíz de las posibilidades que otorgaba la
reforma agraria que se había iniciado de manera tímida en
el gobierno de Jorge Alessandri.
Lxs estudiantes llegaban a los terrenos poniendo en
práctica los conocimientos específicos que cada unx de ellxs
había adquirido en la universidad. Llegaban a la toma con
el fin de socializar sus conocimientos y ponerlos en función
de lxs más pobres. Así es como participaban en los diseños y
en las construcciones de las pequeñas viviendas. Motivadxs
por el mismo concepto de solidaridad es que llegaban a las
tomas cuando éstas corrían riesgo de ser desalojadas.
En lo que se refiere a la participación estudiantil a partir
del periodo del año 65, debe destacarse la lucha por la reforma
agraria, que se tradujo en el traslado de estudiantes a las
zonas rurales para ayudar a los movimientos de campesinos
que exigían que no fueran desalojadxs de los predios que
ellxs se habían tomado para vivir.
Durante el periodo que corresponde al 67, las
movilizaciones estudiantiles que más se recuerdan son
aquellas que tienen relación con el repudio a la invasión
yanqui a Vietnam. En 1968, se reúnen en plena Alameda en
rechazo a la guerra gritando: “Ho Chi Minh, Ho Chi Minh,
lucharemos hasta el fin”. En el 69 se realiza la manifestación
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con mayor convocatoria y por lo mismo la más recordada,
con un recorrido entre Santiago y Valparaíso.
Otra movilización importante y persistente fue la realizada
en apoyo al entonces icono cubano, que para muchxs era un
ejemplo de revolución social y político-cultural.
En lo que se refiere al tema exclusivamente estudiantil,
las movilizaciones giraban en torno a la reforma universitaria.
Esta reforma proponía la democratización de la estructura
universitaria, con la participación activa de todos los estamentos
que la conforman, llamada comunidad universitaria.
Esta participación debía quedar plasmada en la
intervención activa de lxs estudiantes, académicxs y
funcionarixs no académicos en las decisiones fundamentales
y estratégicas que la universidad se planteaba para su
desarrollo, naciendo de este modo el concepto de “Autonomía
Universitaria”, que se entendía como la capacidad soberana
de cada universidad para resolver sus propios problemas.
La lucha por la reforma devino en un sinfín de
movilizaciones, las cuales consistieron en diversas tomas
y re-tomas a federaciones y departamentos estudiantiles,
una de estas movilizaciones se tradujo en una toma que se
extendió por más de cincuenta días en el año 1967 en la
Universidad católica.
Cabe destacar que en todos estos conflictos de orden
interno o propiamente académicos, carabineros muy
pocas veces intervino. Los problemas eran resueltos por el
conjunto de la comunidad universitaria, mediante asambleas
y llamados a plebiscitos, a menos que lxs universitarixs
salieran a la calle, en donde la policía “restablecía el orden”
mediante gases lacrimógenos y carros lanza aguas. Aquí, es
importante destacar que la relación entre estudiantes que
protestaban no incluía una relación de odiosidad hacia las
fuerzas represivas.
Cuando la lucha era por asuntos estudiantiles (llámese
reforma universitaria o demandas por el pasaje escolar) en
gran medida las movilizaciones eran de carácter interno
con tomas de puntos estratégicos de cada universidad, otras
veces se traducía en marchas hacia sectores de su interés, ya
sea otra universidad, otra federación, etc.
Estas marchas a veces contaban con permiso y otras
veces era la espontaneidad estudiantil la que lxs conducía
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a tomarse una parte de la calle. En el escenario del permiso
inexistente, carabineros reaccionaba con el carro lanza guas
y algunos gases, lo que producía la estampida de estudiantes
en el sector de Irarrázaval.
En estos enfrentamientos al tenor de las piedras, bombas
lacrimógenas, algunxs detenidxs y en ocasiones algunxs
heridxs. Carabineros no hacía entrada a la universidad,
porque el concepto de autonomía era defendido tanto por
lxs estudiantes como por lxs académicxs. Las pocas veces que
carabineros intentó pasar por sobre la autonomía, el decano
de la universidad manifestó su molestia y disconformidad
ante lo que consideraba un agravio, haciendo desistir a las
fuerzas del orden.
En otras oportunidades las jornadas de protesta de lxs jóvenes
consistían en cerrar las puertas de la universidad y apedrear a
los carabineros que pasaban, éstos siempre se encontraban en
los alrededores porque el grupo Móvil de carabineros (ahora
fuerzas especiales) tenía una sede en la calle Grecia.
Entre manifestantes y las fuerzas del orden existía una
especie de ritualidad que se respetaba a toda costa. Lxs
jóvenes no se excedían ni en las piedras ni en la fiereza con
la que eran lanzadas y, por su parte, carabineros disparaba
bombas lacrimógenas al aire, pero pese a ese cuadro de
aparentes buenas intenciones, las estadísticas hablan de
jóvenes y carabineros heridos.
Aquí debemos detenernos para analizar un hecho
relevante y trascendente. Las protestas estudiantiles que
ocurrían durante la década del 60´ no ocultaban su rostro ni
disimulaban sus cuerpos.
Se llevaban a cabo a rostro descubierto, por dos razones:
primero el tema de la seguridad era un inexistente. ¿Protegerse?,
¿De qué?, en su lógica no había enemigos “allá afuera”, las
protestas eran una especie de puesta en escena para dar a
conocer un conflicto estudiantil y manifestar posiciones.
La segunda razón era la no-necesidad de parte de
lxs estudiantes de establecerse como un conjunto. No
necesitaban salir a buscar una identidad para ser escuchadxs
(esto básicamente porque no eran acalladxs ni ocultadxs del
acontecer nacional) ya que tenían un rol social: estudiantes.
No había una fragmentación más allá.
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Ya a principios de los setentas, Chile era un país dividido
entre tres sectores. Lxs partidarixs del gobierno de la UP,
el sector que se alineaba al alero del proyecto demócrata
cristiano y un sector poderoso económicamente, el sector de
la derecha que clamaba a gritos un golpe de militar.
Durante el gobierno de Salvador Allende la reforma
universitaria iniciada a mediados de los sesenta se
profundizó más en sus aspectos centrales: democratizar
el poder universitario, permitiendo que estudiantes y
docentes pudieran participar más activamente en la toma
de decisiones al interior de las universidades; mayor acceso
a la universidad, especialmente por parte del mundo obrero
y que la universidad estuviera más comprometida con el
desarrollo del país.
El escenario político que vivía el país acentúa la existencia
de tres sectores al interior de la universidad, por un lado estaba
el movimiento de derecha que buscaba frenar los avances de
la reforma universitaria, por otro lado se encuentra un sector
de centro que se mantenía de acuerdo con algunas posturas
de la reforma y un movimiento de izquierda que abarcaba los
sectores que componían la Unidad Popular.
Las manifestaciones llevadas a cabo por lxs universitarixs
que en su gran mayoría demostraban su apoyo al gobierno
de Salvador Allende, en busca de mayores transformaciones
al interior de las universidades.
Exigencias concretas que buscaban una solución
inmediata, por este motivo en algunas oportunidades la
tardanza en la puesta en marcha de los cambios al interior
de los planteles estudiantiles llevó a algunxs universitarixs
a manifestar que el gobierno estaba en un proceso burgués
que enfriaba las ideas universitarias.
Al interior de lxs estudiantes que apoyaban la Unidad
Popular hubo matices, entre ellos el MIR, que buscaba
acelerar aún más los cambios de forma revolucionaria,
mientras otros buscaban mecanismos más constitucionales.
En ese contexto de polaridad, lxs estudiantes tomaron
partido y posición. Durante el paro de lxs camioneros en
Octubre del 72´ la respuesta estudiantil estuvo orientada
hacia aliviar las consecuencias de la movilización, por esta
razón se dirigieron en masa hacia las zonas de cultivo, para
realizar ellxs mismxs la carga de verduras en los diferentes
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campos. Se organizaron de modo tal que un grupo cargaba,
otro transportaba y otro descargaba en los diferentes puntos
que se requería abastecer.
Acciones como éstas deben entenderse como un apoyo
al gobierno por considerarlo suyo, más allá de las críticas y
errores que se pudieran identificar dentro de la comandancia
de la UP. “Este gobierno es una mierda, pero es mi gobierno”, se
leía en los rayados hechos por un grupo de obrerxs, frase
muy representativa del sentir de la gente de izquierda.
El manifiesto apoyo de lxs estudiantes universitarixs y
secundarixs (a pesar de que la FECES era presidida por Andrés
Allamand, naciente líder de derecha y hoy pre-candidato
presidencial de Renovación Nacional) significaba una mayor
confrontación entre los diversos grupos, tanto teórica (en
asambleas y foros) como física (en marchas, tomas y re-tomas).
En ese contexto de efervescencia y participación es que
deberá recordar la historia el hecho de que el día del golpe,
cientos de estudiantes universitarixs se dirigieran hacia sus
casas de estudio. La mayor presencia estudiantil y docente
se registró en la Universidad Técnica del Estado, hoy USACH.
El Pedagógico y la Universidad de Chile bordeaban la cifra de
500 alumnxs respectivamente.
La intención de ese día era la de resistir el golpe de Estado,
es decir, evitar que la dictadura llegara a concretarse. Lo que
ocurrió con lxs jóvenes universitarixs de izquierda en aquel
momento es la misma triste historia de poblaciones y ciertos
sectores abanderados con el proyecto de la UP, contaban con
las ganas y decisión de enfrentar la presencia militar, pero los
medios, el gran cargamento de armas (al que tanto temía la
derecha) nunca llegó, si es que alguna vez existió.
Entonces, nos encontramos con planteles llenos de
estudiantes, algunxs académicxs y funcionarixs que solo
cuentan con mesas, sillas y piedras como armas de combate,
frente a un ejército que se armó hasta los dientes para
combatir “el cáncer marxista y su oleada de violencia”.
Lxs alumnxs esperaron atrincheradxs a las tropas del ejército,
quienes llegaron cerca de las 16 horas, apostando a francotiradores
en los edificios cercanos y desplegando sus tropas de ataque.
Tampoco esas tropas tenían una claridad total con respecto a lo que
enfrentaban. Lxs que permanecían encerradxs en las universidades
no pasaban de ser una resistencia en términos ideológicos.
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Luego de contar con cierta seguridad respecto a la nula
presencia de armas, y de ver el miedo en los rostros de lxs
alumnxs que se asomaban para ver, las tropas de ejército
decidieron dejarles salir.
Este cuadro si bien se repitió sin grandes diferencias en
muchos de los planteles santiaguinos, se diferenció mucho de lo
ocurrió en la antes mencionada Universidad Técnica del Estado.
Jaime Insunza, Presidente del centro de alumnxs del Pedagógico
en 1969, afirmó que “Cuando llegaron las fuerzas militares y se
pusieron con armas en disposición de disparar, llegamos a la
conclusión de que no había ninguna posibilidad de resistir. No
pasó eso en la Universidad Técnica, donde si hubo resistencia
y disparos, bombas de disuasión, etc. En la Universidad Técnica
hay muertxs el mismo 11 por la resistencia”.
Allí la universidad se entregó al día siguiente en otros
términos y la resolución final desfavoreció completamente a
lxs estudiantes, quienes fueron apresadxs y conducidxs hacia el
estadio Chile, improvisado centro de detención. Con ese grupo
de prisionerxs es que Víctor Jara hace su entrada al estadio, que
décadas más tarde llevaría su nombre como símbolo de lxs miles
de detenidxs, torturadxs y asesinadxs en ese recinto.
Luego de ese día 11 de Septiembre, después de las detenciones
y del desalojo de las diferentes casas de estudio, las universidades
cerraron sus puertas mientras la nueva jefatura del país se ponía
de acuerdo en lo que se refiere a materias educacionales.
En 1973 no se reanudó el año académico, en la Universidad
de Chile, hubo que reinscribirse en Enero del setenta y cuatro,
en Junio de ese mismo año se levantaron cargos por una fiscalía
universitaria existiendo veinticuatro horas para apelar. Antes de
que se cumpliera un mes se dio a conocer la resolución: hubo
para algunxs alumnxs suspensiones de estudios por un tiempo
limitado y en otros casos expulsiones.
En el Pedagógico al momento de reabrir los planteles, se
dieron a conocer listas de estudiantes que serían sometidxs
a la “fiscalía universitaria” en las cuales se decidiría su futuro
académico. En resumidas cuentas, hubo cientos de estudiantes
que fueron expulsadxs, académicxs que nunca más pudieron
ingresar a los planteles y carreras que desaparecieron de la malla
curricular por varios años.
El área de ciencias sociales fue la más afectada con la
reducción de carreras, en definitiva aquellas carreras que
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según la dictadura impartían el “pensamiento subversivo”
como es sociología, psicología, filosofía y un largo etcétera
desaparecieron durante los primeros meses de la dictadura.
Algunas carreras reanudaron sus clases al año siguiente,
pero ya habían pasado por una especie de filtro que redefinió
mallas curriculares y cuerpos docentes.
En la tensa y diaria enumeración de detenidxs,
desaparecidxs y asesinadxs, en un ambiente de carreras
cerradas y estudiantes expulsadxs, para un amplio sector de
lxs jóvenes, mantener vivo el antiguo y activo movimiento
universitario se transformó en un desafío.
En pleno año 74´ con los aparatos represivos “cazando”
personas y posturas políticas, agruparse gremial o
federativamente era una ilusión. Entonces hubo que inventar
nuevas formas para organizarse, tanto para los ojos de la
dictadura como para muchxs de lxs mismxs jóvenes, que
pese a querer hacer algo tenían demasiado miedo como para
involucrarse en una organización política.
Aparece entonces una nueva figura, que sin traer
inmerso un discurso subversivo se proponía romper con el
aislamiento al cual el temor (y toda la estructura militar)
quería condenarlxs. Las organizaciones culturales empezaron
a surgir dentro de los planteles, como forma de mantener
a lxs alumnxs conectadxs, impidiendo que la dictadura
individualizara las relaciones.
En ese mismo año, van surgiendo en el Pedagógico clubes,
tanto deportivos como folklóricos, que a los ojos de la autoridad
eran del todo inocentes y quizá lo eran, pues ya hemos dicho
que no implicaban ningún discurso político explícito.
Uno de estos grupos fue el club deportivo cuyo nombre
elegido por lxs estudiantes fue el de “Liverpool”, nombre que
trae una reminiscencia a Los Beatles, pero que en la práctica
era un homenaje a lxs trabajadorxs de ese puerto, pues ellxs
habían sido lxs primerxs en oponerse a descargar un barco
chileno como rechazo a la dictadura.
En el año 75´ una de las organizaciones culturales que
más se recuerdan es la Peña Dona Javiera, que pese a no
funcionar al interior del campus universitario, era llevada
adelante por un gran número de estudiantes y por jóvenes
que habían sido expulsadxs de los planteles, otrxs incluso eran
personas que permanecían viviendo en la clandestinidad.
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En el año 77´ se crea la primera FECH durante dictadura,
una federación que obviamente fue designada por el régimen.
Pese a no ser una federación representativa (puesto que lxs
alumnxs no la habían elegido) permitió una nueva forma de
participación, lxs estudiantes se empezaron a organizar para
atacar o desacreditar a una federación que no sentían de ellxs,
entonces el ataque a la dictadura se hacía desautorizando a
la federación, en una especie de ataque indirecto.
Ya en la década de los 80´, el miedo a movilizarse era un
manto del cual lxs estudiantes querían sacudirse. Pero todas
aquellas ganas por manifestar el rencor acumulado luego de
años de dictadura, debían disimularse puesto que en cada
sala de clases y durante éstas, un militar cuidaba celosamente
cada frase dicha por el profesor/a y cada intervención del
alumnado, esto según el relato del guardia más antiguo del
entonces Pedagógico y ahora Universidad Metropolitana de
las Ciencias de la Educación (UMCE). Entonces, organizarse
abierta y públicamente era un suicidio.
Las asambleas eran disimuladas por “inocentes”
reuniones, especies de meriendas al aire libre, todo dentro
de la misma universidad. Unos minutos de charla solo entre
estudiantes bastaba para sacar adelante una movilización.
En ese sentido había un alto grado de organización
y disciplina, puesto que una frase mal dicha en un lugar
inadecuado, significaba la expulsión y porque no decirlo
claramente, la muerte.
A partir del 1981 el aporte que el Estado entrega a
las universidades sufre una merma considerable, el cual
continuará disminuyendo con el correr de los años.
Es en 1982 que se formulan una serie de modificaciones
que terminan con el derecho gratuito a la educación. Además,
mediante decreto se permite la creación de universidades
privadas, las cuales también debían excluir la participación
de derecho a voto de lxs estudiantes y funcionarixs, siendo
lxs rectores elegidos exclusivamente por Pinochet.
A mediados del '82, el interés por manifestarse empezó
a ganarle al miedo y se originó una protesta que consistía en
dirigirse (siempre a rostro descubierto) a la rectoría del Pedagógico
y lanzar huevos y pintura en reclamo por la presencia militar en
las salas de clases. Suena inocente la manifestación, pero como
resultado hubo varixs detenidxs y lxs “cabecillas” expulsadxs
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de la universidad, todo esto gracias a que muchos profesores,
filtraron a los altos académicos y la presencia militar, el nombre
de quienes participaron en la acción.
El antecedente de la complicidad entre académicos,
rector y militares, no desalentó a lxs jóvenes, más bien hizo
que extremaran las medidas de seguridad e inventaran
nuevas e ingeniosas formas de protesta.
Aquí es donde aparece un hecho casi olvidado por la
historia de las reivindicaciones estudiantiles. La guerra de
los pinceles, así fue denominada la acción que emprendieron
jóvenes como forma de repudio al sistema universitario y
específicamente a la dictadura.
Luego de cada asamblea encubierta, lxs jóvenes decidían
la consigna a levantar y continuaban con su día en aparente
normalidad. Una vez llegada la noche y cerrada la universidad,
luego de la revisión de rutina hecha por los guardias, un
grupo de jóvenes salía de su escondite portando pinturas.
Comenzaban entonces a estampar la consigna y las demandas
decididas en acuerdo con lxs otrxs estudiantes. A la mañana
siguiente, no había muralla sin un mensaje contra el rector, la
forma de hacer universidad y la dictadura de Pinochet.
El ritual de pintura era seguido por el correspondiente
borrado, o mejor dicho, por una nueva capa de pulcra pintura,
que a pesar de los esfuerzos emprendidos por los académicos,
era nuevamente cubierta de consignas al llegar la noche.
La guerra de los pinceles se mantuvo durante años,
exacerbando los ánimos de militares y académicos, sin
conseguir nunca la captura de algún/a responsable. Milagro
si consideramos que muchas veces los guardias de la
universidad fueron llevados a extensos interrogatorios,
pues era incomprensible que no vieran ni escucharan
absolutamente nada. Hasta el día de hoy algunxs sospechan
de su complicidad, más que por acción, por omisión.
Cada manifestación estudiantil era decidida por el conjunto
de lxs universitarixs, nunca fue una decisión individual o de
unxs pocxs, reafirmando esa tesis está el antecedente de la
salida a la Avenida Grecia del denominado “Cordón Macul”.
Siempre la avenida Grecia fue elegida por lxs estudiantes
para comenzar a hacer los primeros “plantones” de esos años.
A rostro descubierto, con cánticos y muchas veces sentadxs
en el piso, aplaudiendo hasta que carabineros llegaba a
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“restablecer el orden”. Aquello consistía en disparos al cuerpo y se
traducía en heridxs que eran llevadxs por lxs propixs estudiantes a
los centros de salud.
A mediados del '84 es cuando la presencia externa se hace visible
en las diferentes jornadas de protesta. El Frente Patriótico Manuel
Rodríguez fue una de las primeras organizaciones político-militares
en hacer presencia en las universidades del sector de Macul.
Su presencia no era rechazada por la comunidad estudiantil,
básicamente porque el FPMR venía a sumarse y no organizaba
jornadas al margen del resto, como tampoco los excluía. Aquí es
donde aparecen las armas y los disparos al aire y es aquí donde el
enfrentamiento con la policía es donde comienza a darse en igualdad
de fuerza y éste es el momento en el cual el rostro se oculta y las
ropas holgadas tratan de disimular los cuerpos particulares.
Luego del FPMR, se incluyen en las universidades organizaciones
como el MAPU-Lautaro y también se observa la presencia activa de
hombres y mujeres que provenían de poblaciones insignes de la
resistencia anti-dictatorial chilena como son, La Victoria, La Bandera,
La Santiago, Lo Hermida, etc.
Con la presencia de estas organizaciones y grupos es que la
violencia policial se incrementa, de este modo se inicia una especie
de cacería, en donde la autoridad tanto universitaria y especialmente
policial, se esfuerza por dar con la identidad de cada unx de lxs
participantes en las protestas.
Entonces, ocultan su rostro no solo lxs miembrxs de
organizaciones armadas, sino también un alto porcentaje de lxs
universitarixs, era este el único modo de seguir participando en las
protestas. La capucha hace su aparición triunfal, una simple para
lxs universitarixs y con dibujos y rayados para lxs integrantes de los
grupos armados.
Mientras lxs encapuchadxs protestaban en Macul con Grecia
con los gritos de “Hoy barricadas, mañana lucha armada”, muchxs
de ellxs cumplieron su promesa forjada al fuego de neumáticos
encendidos.
El año 1988 marcó con un hecho de sangre la relación guardias
y porteros con lxs encapuchadxs, en la madrugada del 22 de Junio,
a las 7:15 un portero de 23 años llamado Marcos Inarejo Araya, fue
baleado en tres ocasiones justo en la entrada del Peda, el portón de
la calle José Pedro Alessandri 774 se llenaba de sangre mientras el
joven era socorrido por su colega, quien aún ejerce funciones en el
mismo lugar, José Morales.
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Según su relato “de repente vi por sobre su hombro que se
detenía un auto junto a la cuneta y que una persona que iba en su
interior apuntaba con un revolver… sólo atiné a tirar de la solapa
del colega y de inmediato se sintieron tres disparos”, “Como pude –
agregó- lo arrastré hacia adentro, a la caseta de portería, y los sujetos
del auto huyeron, me parece que en dirección a Irarrázaval, era un
auto negro, a lo mejor de marca Datsun con tres tipos adentro”.
En el traslado de urgencia a la posta central el herido entre
quejidos reclamaba “¡Dios mío, por qué a mí, si yo no he hecho
nada!”. Luego de ser trasladado al hospital militar y estar grave
durante dos meses, el día 24 de Agosto murió por el efecto del
proyectil que le perforó en la región lumbar izquierda.
Las “Fuerzas Rebeldes y populares LAUTARO” reivindicaron la
acción, enmarcándola en una venganza. Manejaban antecedentes
que indicaban que el portero (que solo había ingresado en Enero
de ese año), era estrecho colaborador de los organismos de
inteligencia del gobierno. La reivindicación del ataque fue hecha
con una serie de llamadas a distintos medios de comunicación,
lamentablemente nunca pudimos acceder al comunicado.
El rector de esos años, Héctor Herrera Cajas, luego de leer
una declaración en repudio del atentado, en un acto donde
fue acompañado por los académicos de la casa de estudios,
se descontroló al ser abucheado por un grupo de estudiantes,
mientras estos se retiraban del lugar les gritaba “¡Ustedes no
deberían ser alumnos de una universidad porque son criminales!”.
Antes ya había declarado que “El extremismo marxista se siente
desesperado y por eso recurre a estas acciones de terrorismo”, para
luego pedir “más apoyo a las fuerzas policiales y de “otros organismos”,
para que la comunidad este resguardada de grupúsculos violentistas”.
El presidente del centro de alumnos de Química José de
la Cruz, declaró que fue amenazado por el jefe de porteros
quien le habría dicho que cada vez que le pase algo a uno de
sus subalternos, tres estudiantes sufrirían las consecuencias.
Hoy aún se puede apreciar un monumento conmemorativo
al acribillado guardia en la entrada principal de la UMCE.
A mediados de la década de los '80 la lucha había
consistido principalmente en negar la autoridad ejercida
por Pinochet, exigir democracia y una sociedad más justa
para todo el país. Pero una vez conseguida la democracia
el panorama educacional es el mismo que se gestó con la
reforma implementada en la dictadura, la universidad deja
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de ser gratuita implementándose un sistema de crédito
estudiantil con escaso aporte del Estado.
En la década de los '90 se vive el periodo de regreso
a la democracia, lo que permite que muchxs exiliadxs,
exoneradxs y expulsadxs puedan regresar (tanto al país como
a las universidades). Pero los cambios introducidos durante
la dictadura no serán un proceso fácil de revertir.
El camino a la posible privatización de las universidades
estatales, marcado por la reforma del 82, que da término a la
educación gratuita en Chile, y la participación del mercado como
regulador de carreras se convierten en el nuevo foco de protesta y
de organización por parte de lxs estudiantes universitarixs.
Pese a las movilizaciones y sus pequeños o grandes logros,
un sentimiento de frustración embargaba a la mayoría de las
federaciones de estudiantes que habían visto en la democracia
la solución a los problemas, pero que una vez llegada ésta,
comprobaron que sus problemas continuaban existiendo e
incluso algunos se habían incrementado y agudizado, lo que
a la larga, lxs lleva a exigir un mayor compromiso del Estado.
En 1997 la Universidad de Chile entra en un periodo difícil que
concluye con la petición de renuncia del rector Jaime Lavados.
Lxs estudiantes toman y defienden recintos universitarios, pero
las fuerzas especiales de carabineros comienzan los desalojos
por orden de la rectoría de la universidad, dejando tras su paso
detenidxs y unx que otrx enemigx de por vida.
Un hecho negro en la lucha universitaria ya en democracia
ocurre en 1999, cuando en el marco de una toma de universitaria
en Arica, es asesinado el estudiante Daniel Menco, quien se
manifestaba por el aumento de los recursos destinados a los créditos
universitarios. El asesino de Daniel fue un oficial de carabineros
quien le disparó dos veces, hasta hacerlo caer en medio de la masa
de jóvenes que huía en todas las direcciones.
El caso se convirtió en icono de la lucha universitaria y
juvenil, lamentablemente para sus familiares y amigxs, sólo
pasó a engrosar la ya larga lista de casos, que se archivan sin
sanciones para los responsables.
Sin confiar jamás en las sentencias judiciales, ni pretender que
con ello se borre la sangre derramada, no deja de ser una burla para
la familia el hecho de que este asesinato ni siquiera haya tenido un
tratamiento judicial. En nuestras manos estará que no exista olvido.
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CAPITULO II
JUVENTUD ENCAPUCHADA
Capítulo dedicado a Claudia López (Chica Claudia), Soledad Harambur
(Flaca), Domingo Murua (Chuma), Guillermo Billeke (Byllye) y a
tantxs otrxs que no están con nosotrxs, a quienes transitaron estos
pastos y se cubrieron la cara, más allá de las diferencias
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guardianes del orden y sus instituciones.
Los diferentes grupos actuaban sin dejar de lado su lucha
contra la cultura de la dominación y sus expresiones (con
campañas como “La basura de los ricos”, “Sexo libre y nuestro”,
“Ni ahí con la cultura de los ricos”, etc.) Todos desarrollaron
la misma lógica de ver al pueblo como objeto y no como
individuxs protagónicxs de la verdadera trasformación social.
Asumieron que las poblaciones marginales o periféricas eran
un lugar donde se reclutaban militantes, “cantera de los
futuros combatientes” o “bolsones de combatientes”.
Cada organización tenía su concepción de la guerra y
en virtud de ello definían por lo tanto su práctica política,
la que varió desde ajusticiamientos reivindicados por “el
Frente” como “Dignidad Patriótica” o en el caso del Lautaro
en cambio había una combinación de factores que van
desde la recuperación de armamento hasta la expulsión de
la policía de sus territorios, a recuperación de camiones de
alimentos para ser repartidos en poblaciones (“Política de las
cosas útiles y concretas para el pueblo”).
La prensa entonces desplegó todo su arsenal para
frenar el avance de estos grupos, levantaron de este modo
conceptos para tratar a lxs combatientes de la forma más
despectiva posible, aparecen así los apelativos de delincuentes,
extremistas, terroristas, subversivxs, etc.
Como siempre se dejó de lado cualquier dimensión
política de las acciones, se fue instalando entonces la idea de
que no eran más que terroristas que causaban el pánico y el
miedo en la población.
Como consecuencia obvia de esta opción política vino
la cárcel, producto de los enfrentamientos, la muerte de
más de 30 compañerxs en ese periodo. En Febrero de 1994
se inaugura la Cárcel de Alta Seguridad, en su traslado los
prisioneros de San Miguel se resisten.
Un dirigente escogido como negociador conversa detrás
de las rejas con el comandante de seguridad de gendarmería,
mientras se escuchaba la llegada del grupo de Antimotines,
el alto funcionario le plantea su deseo de que el traslado
sea realizado de forma pacífica y sin oponer resistencia,
el “negociador” vuelve para comunicar la orden de los
carceleros. Pero los prisioneros se niegan y le piden que vuelva
a conversar con el funcionario para ganar tiempo y así poder
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armar granadas caseras y sacar armas de los escondites.
Al comunicar por segunda vez la negativa de ser
trasladados, se produce un altercado que va subiendo de
tono entre el Comandante y el vocero de los prisioneros. El
“negociador” llevaba un arma escondida entre sus ropas y no
duda en percutar dos veces en el pecho del comandante. Se
inicia de este modo el fuego cruzado entre presos y carceleros.
El aire se volvió irrespirable debido al gas lacrimógeno. Caen
heridos dos combatientes, uno del Lautaro y otro del Frente
El funcionario de gendarmería en tanto resulta ileso,
pues lo salvó el chaleco antibalas, en donde permanecían
incrustadas las dos balas calibre 38 que le habían disparado.
Pese a la refriega, son trasladados a la Cárcel de Alta
Seguridad, iniciando un nuevo período de prisión política.
En tanto a las prisioneras políticas se les traslada a una
sección especial construida al interior del Centro Penitenciario
Femenino (COF) en el año 1995, antes de ese traslado estuvieron
durante algunos años en una sección especialmente habilitada
en la cárcel de hombres de San Miguel.
Por esos años en las poblaciones, lugares en los que habitan
los sectores más desposeídos económicamente, irrumpe el
consumo de drogas (como la pasta base) que van a devastar
a lxs jóvenes, algunas de estas poblaciones comienzan a ser
tomadas literalmente por traficantes y micro traficantes,
mutan de ser bastiones de la resistencia anti dictadura a
convertirse en bastiones de droga y pasta base.
Cabe destacar este punto porque marcará un quiebre
y una transformación en la configuración social de estos
sectores. Bajo el pretexto del combate al tráfico de drogas,
las poblaciones son fuertemente intervenidas policialmente
y se asignan importantes recursos para mejorar la imagen
corporativa de las instituciones policiales con el objetivo de
“acercarlos a la gente”.
Por esos años ya desarticuladas las organizaciones
que desplegaban la lucha armada (1994), por el cambio de
estrategia o repliegue táctico de otras, ahora el foco policial
se centraba en la droga, pero a diferencia de lo que ocurre con
las organizaciones políticas, aquí el objetivo no está dado por
desarticular el tráfico sino más bien por usarlo como excusa
para incorporar en el sentido común discursos que puedan
validar las políticas de seguridad y de orden social que se
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comienzan a implementar, como el concepto de “seguridad
ciudadana” hoy plenamente incorporado en la población.
En el ámbito de las luchas reivindicativas llevadas a
cabo por algunos gremios comienzan tibiamente a aparecer
(1995) luchas por demandas económicas, básicamente las
que son cooptadas mediante las fuerzas políticas o bien por
la represión policial o ambas en algunos casos.
Pero ¿qué sucede en las Universidades?, allí por obviedad
también se ven reflejadas las mismas contradicciones y
tendencias que en otros ámbitos de la sociedad, persistiendo
si como un ícono simbólico de resistencia, como una
continuidad histórica de la lucha. No será tema de este
escrito contar la historia de las llamadas luchas estudiantiles
o del llamado Movimiento Estudiantil o de las organizaciones
estudiantiles de carácter reformista, es decir aquellas que
luchaban por mejorías para la educación, por modificaciones
legales, o consejos tripartitos y demases, esas de mesas
políticas y negociaciones.
Acá trasmitiremos, sin ninguna intención de afirmar
esto como una verdad incuestionable y absoluta, y quizás
suene como un relato anecdótico, pero intentamos mostrar
muy someramente lo que fue un germen de subversión, de
radicalidad, que rompió en su andar (con aciertos y errores)
con las lógicas de las jerarquías, de “las condiciones objetivas”
y todas esas excusas para posponer el enfrentamiento.
No queremos vomitar odiosidades, recordemos que
“esta historia” puede ser contada desde las distintas maneras
en las que lxs cientos que salieron a la calle y encapucharon
sus rostros lo vivieron, no existe nada parecido a una verdad
oficial. Muchxs fueron quedando en el camino, y quizás hoy
recuerden parte de este momento de su vida como una
rebeldía juvenil, o del tiempo de esparcimiento propio de
la pasada por la universidad, quizás sólo un pocxs (porque
nunca han sido muchxs) son lxs que aún mantienen ese
germen en las entrañas como esas primeras veces.
La idea es solo contar un atisbo de la práctica de la lucha
callejera desarrollada por colectivos autónomos (de distintas
tendencias, y con distintas siglas) e individualidades que
a través de esta práctica se enfrentaron contra el poder.
| 29
Encapuchadxs de los noventas,
sus primeros años
La caída del muro de Berlín, situación que afectó a
unxs cuantos que aún mantenían la idea de los llamados
socialismos reales en sus cabezas, la atomización de las
organizaciones sociales, la irrupción y continuidad de los
grupos armados y una juventud que tardíamente había
radicalizado sus posturas de enfrentamiento a la dictadura
-sin experiencia militar- son hechos, muy generalmente
descritos, que llevan a que sea la lucha callejera en los
centros universitarios un espacio concreto y simbólico en el
cual mantener conflictividad y continuar resistiendo.
“Una parte del sector estudiantil no estuvo conforme
con lo que el gobierno ofrecía para solucionar la crisis de la
enseñanza superior y mantuvo las prácticas de protesta como
mecanismo de negociación política” (texto Jóvenes Rebeldes y
Desarmados. Pedro Lagos)
“Desde inicios de 1990, algunos grupos e individualidades
venían desarrollando la lucha callejera y la acción directa
violenta y minoritaria en el complejo de MACUL CON GRECIA,
y la Universidad de Santiago (USACH) firmando con distintas
siglas, las más comunes la A anarquista, la R de resistencia, o
la reivindicación del Cordón Macul”. (Texto Memoria Activa
Homenaje a Claudia López)
La lucha directa en la universidad fue usada como
un instrumento de agitación política mediante la cual se
buscaba instalar un nuevo discurso, alejado del discurso
clásico de la izquierda trunca, de su cultura de la derrota,
del folclor llorón, de vivir de la nostalgia de lo que no fue.
Algunxs todavía en ese tránsito, y buscando como
seguir luchando comienzan a ir a las “salidas a la calle” para
las fechas emblemáticas, (construcción de una dinámica
aglutinadora a través de consignas como “Contra el Estado-
policial”, “Contra la educación de mercado” o “Contra la
democracia de los ricos”), había que salirle al paso al sistema
de dominación capitalista en su fase democrática.
Comienzan así a coexistir, jóvenes que habían
sido militantes de las organizaciones de izquierda con
participación en la Federación de Estudiantes Secundarios
(FESES) durante la dictadura (JJCC, Izquierda Cristiana, JRME,
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entre otras) lxs que eran o habían sido militantes de las
organizaciones armadas (MJL, FPMR y MIR) e individualidades
que se definían anarquistas y libertarias.
Así también en sus primeros años, el “Pedagógico” (hoy
UMCE) en específico fue el escenario de algunas acciones
de los grupos armados, como la repartición de productos
como cuadernos, condones, por parte de una célula del
Movimiento Juvenil Lautaro (MJL), con su Milicia Estudiantil
y Propagandas Armadas.
Aparecen nuevos nombres de colectivos como
“Vanguardia” (que en un comienzo se llamó Vanguardia
Autónoma Estudiantil, VAE) cuyxs miembros eran una
simbiosis de individuxs que habían llegado al final de la
luchas contra la dictadura y de individuxs de ideas libertarias.
“Hubo gente que no miraba con muy buenos ojos a algunxs
miembros de dicho colectivo, tanto por su postura de solo “salir
a la calle” y nada más, como por algunas actitudes más de
carácter matonezco, y su a veces excesivo consumo de alcohol
en los pastos de la universidad, muchas veces incluso posterior a
las salidas”. (Libro Anarquistas en Chile).
Las salidas a la calle en estos tres centros universitarios,
eran masivas en la fechas emblemáticas, como el 29 de
Marzo, conmemoración de la Matanza de Corpus Cristi y
11 de Septiembre. Cabe recordar a modo de ejemplo que el
10 de Septiembre de 1991 fueron detenidxs en las afueras
de estos centros universitarios y en su interior más de cien
jóvenes, casi cincuenta de ellxs pasaron a la fiscalía, la policía
estaba molesta porque uno de ellos había resultado con un
pie quemado, un par de días después se realizó otra salida
desde el Pedagógico exigiendo la “libertad” de lxs detenidxs.
Doce encapuchadxs quedaron detenidxs en la cárcel
pública requeridos por ley de seguridad interior del Estado
y procesadxs en la 4° fiscalía militar; 13 días estuvieron
detenidxs donde fueron duramente interrogadxs, tratando
de generar contradicciones y traiciones entre ellxs, estos
interrogatorios sucedieron en la comisaria de Los Guindos
como en Fiscalía Militar.
También en 1991 se incendia de manera accidental el auto
a Marco Enriquez-Ominami (hoy candidato a la presidencia)
que se encontraba en el estacionamiento de la universidad),
quien argumentó que fue un atentado premeditado.
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Ese mismo año (1991), existió otro colectivo de agitación
denominado “La Punta”, quienes estuvieron vinculados con
el Movimiento Juvenil Lautaro. “Esa agrupación pretendió
aglutinar a estudiantes de distintos centros universitarios
(Academia de Humanismo Cristiano, ARCIS, Blas Cañas) con el
fin de articular una organización de acción callejera urbana. La
forma de organización en sus inicios era de carácter informal,
sin tener una gran teoría ideológica para hacer cosas(...) Se
trataba más bien de una instancia de coordinación, con énfasis
libertarios y marxistas básicos, sin mucha elaboración teórica”.
(libro anarquistas en Chile)
La Punta, nació cuando 14 estudiantes de distintas
universidades se reunieron con la idea de “formar un grupo
que aglutinara a lxs estudiantes puntudxs que estaban apestadxs
de pajeos intelectuales y en la idea de enfrentar las problemáticas
estudiantiles desde una parada combativa”. Es decir, desde la
acción directa y al margen de todo muñequeo político.
Sus principios básicos son simples pero significativos:
“Nosotrxs no nos damos la representatividad de nadie. Nos
representamos a nosotrxs mismxs. Lo que se nos ocurra hacer, lo
hacemos, sin necesidad de responder a nadie. Si queremos dejar
la “cagá”, la dejamos. Lo que nosotrxs pensamos, lo traducimos a
acciones concretas. La teoría está en la acción,
es mejor que el
proyecto se vaya dando en el camino,
en “La punta” todxs opinamos
y decidimos lo que queremos hacer. Todxs aportamos con algo y nadie
censura a nadie. No tenemos ningún dirigente, ni nada por el estilo,
así que ningunx se otorga la representatividad del grupo, como no
cambia nada, lo único que queda es expresar nuestro descontento”.
(Tesis “Grupos políticos marginales universitarios”).
Dicho colectivo se vio duramente afectado cuando se
pudo saber que muchxs de sus miembros eran conocidxs
por los órganos represores, dado la cantidad de fotografías
que tenían de algunxs en actividades cotidianas por lo que
terminaron disolviéndose. Una vez disuelta “La Punta”,
“Chikotea los caracoles” se convirtió en la continuidad del
extinto colectivo.
“La punta” también salía a cortar calles fuera de la universidad,
una vez atentaron contra la piedra de Pedro de Valdivia, otro de
sus ataques fue a una concesionaria de Mercedes Benz en Av.
Cumming en el marco de una visita de Helmut kohl”.
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Otra acción en la que participó gente de “La punta” sucede
el día posterior al ajusticiamiento del senador e ideólogo de la
dictadura Jaime Guzmán, el 2 de Abril, muchxs encapuchadxs
salieron a la calle a celebrar como ellxs saben, con fuego, la
singularidad de esta salida es que se realizó de forma muy
festiva con risas y féretros que se encendieron en las barricadas
inaugurándose al año siguiente el día de “San Guzmán”.
En contadas ocasiones se utilizaron lanza cohetes
artesanales que consistían en fuegos artificiales lanzados
desde tubos de PVC, granadas caseras de explosivo plástico
industrial arrojadas al piquete de fuerzas especiales, en
una de esas salidas masivas uno de los “estudiantes por la
reforma”, Dago Pérez, intentó frenar a lxs encapuchadxs
con un discurso de no-violencia, terminando con un dedo
amputado al ser golpeado -sin intención- con un tronco por
quienes intentaban reabrir el hoyo de la muralla.
Pero no solo contra la opresión del Estado se comenzó
a luchar en Macul con Grecia, en esos años un grupo de
mujeres se organizó y decidieron realizar un corte de calle,
pero esta vez sin hombres, en una crítica abierta al machismo
de lxs encapuchadxs.
Este grupo se autodenominó “Las Cochinas”, quienes
molestas de ser relegadas a roles “secundarios”, de primeros
auxilios o de retaguardia, salieron un emblemático 8 de Marzo
a enfrentarse a la policía y al machismo. Lamentablemente
este gesto de rebelión contra los roles impuestos por la
sociedad no generó una reflexión anti patriarcal dentro de
lxs encapuchadxs de esa época.
Era el (…) “año 1992. Ese año había sido álgido en cuanto
a acciones armadas de las distintas formaciones político-
militares de izquierda que operaban en ese tiempo en el país,
y en consecuencia las detenciones y los golpes represivos
también estaban a la orden del día. En el ministerio del interior
había un duro, el militante del PDC, Enrique Krauss Rusque.
La llama de la rebelión que intentaba ser aplastada también
se notaba en el viejo y querido Pedagógico, tradicionalmente
combativo y baluarte para la izquierda más radical. La cosa
se había puesto peliaguda desde principio de año. Para el 29
de Marzo de ese año, el Peda me recibía con una marcha
de “La Punta” (grupo estudiantil cercano al Movimiento
Juvenil Lautaro) y una acción coordinada que incluyó un
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corte de calle y un grupo que, armado con una pistola,
controló el casino de los académicos en Rectoría y procedía a
intentar quemar el automóvil del rector Alejandro Ormeño,
cuestión que sólo sucedió en forma parcial ¡Esa onda! Vaya
recibimiento. Luego se sabría de la detención de un estudiante
de Historia, militante del M.J.L, en las cercanías de Villa
Francia. El año fue fértil en cortes de calle y movilizaciones
estudiantiles que incluyó barricadas que cortaron todo el
sector universitario de Macul con Grecia, y que conformaban
el mítico Cordón Macul, para el aniversario de la matanza
de Corpus Christi el 15 y 16 de Junio, llegada a cabo por la
CNI (Central Nacional de Inteligencia, policía política, órgano
represivo de la dictadura) en 1987. Había una sensación de
territorio liberado y una gran agitación, pese a que se trataba,
ciertamente de un microclima, ya que la situación general en
el país venía en un sentido justamente contrario.
Así llegó el 9 de Septiembre. Se sabía que ese día
habría una salida a la calle, ya se había corrido la voz y las
paredes del Peda rezaban: “Septiembre rebelde”, “Recuerda
la matanza”, “La escurría es gratis, las piedras también”
más
claro, echarle agua. Ese día me levanté muy temprano, tenía
ganas que amaneciera luego, ya que había dormido muy mal.
Llegué al Peda con mis útiles escolares: una honda y una
pañoleta. Cerca del mediodía la situación estaba madura para
las mentes afiebradas de siempre, y simplemente reventó:
varios cortes de calle se comenzaron a suceder de forma
simultánea por Avenida Macul y Grecia, desde el Instituto
Profesional de Santiago, IPS actual UTEM (Se me cayó el
carné), el Pedagógico (mal llamada UMCE) y la facultad de
Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile. Nunca
en mi vida había visto tantos rostros encapuchados (eran
cientos), se daba un ambiente de catarsis, de liberación,
de alegría. La policía arrancaba y se limitaba a controlar
el perímetro, los manifestantes con pañoletas en sus
rostros y algunxs con bidones llenos de gasolina cruzaban
Avenida Grecia desde la U. de Chile al Peda y viceversa,
tranquilamente, algunxs chuteaban una pelota
el territorio
era nuestro, una pequeña venganza tenía lugar después de
tanto abuso y golpes recibidos por los malditos pacos. De
pronto una voz corrió, un grupo de cabrxs comenzó a dar una
mala noticia: Los pacos se preparaban para entrar, al parecer,
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a las 3 universidades. Lo sabían porque unx de los cabrxs,
supuestamente, era bombero y tenía un scanner portátil con
el que interceptaba las comunicaciones de los policías. Al
mismo tiempo un grupo de gente comenzó a romper las
instalaciones de un casino del Peda que funcionaba como
una especie de gimnasio, con colchonetas e implementos
deportivos lo que permitía que también se le utilizara como
Motel. Rompían los vidrios como dementes, algo que no
me parecía para nada y nunca he comprendido qué sentido
tenía. Comúnmente en situaciones así hay episodios de
violencia irracional. La cancha de fútbol del Peda estaba
absolutamente repleta de gente con pañoletas, poleras en
sus cabezas, más de algunx tomaba una cerveza o se fumaba
un pito, para qué estamos con cuentos, pero casi la totalidad
tenía su foco en combatir con la policía.
Pero todo lo dulce se acaba. La profecía del scanner se
comenzó a cumplir cuando una potente andanada de bombas
lacrimógenas nos hizo retroceder detrás de la cancha de
fútbol hacia el Norte, en la línea de los edificios. El grito ya se
escuchaba repetido en decenas de voces: ¡Entraron los pacos!
Entonces corrí suavemente e hice algo que hasta el día de hoy
me arrepiento: esperé a mirar y verificar que efectivamente
estuvieran entrando. Cuando los vi, ya estaban a unos 50
metros, venían con los palos en la mano y me eché a correr a
todo lo que daba en dirección a las salas de Pedagogía Básica,
seguí por el pasillo que conectaba con Párvulos cuando me
encontré casi a boca de jarro con un grupo de pacos que
venía entrando desde la entrada principal de Macul.
La noche se me venía encima. En un último intento
por esquivar a los profesionales del terror y los palos, salté
unas ligustrinas tratando de ir a los pastos centrales. El caos
era total, la gente corría en todas direcciones mientras un
paco, que después supe era un Teniente psicópata de la 18°
Comisaria, frente a la biblioteca, disparaba con una escopeta
a todo lo que se moviera. Al tratar de saltar una segunda
hilera de matorrales ya tenía a los pacos encima. Un fuerte
palo en la cabeza me hizo dar una vuelta en el aire y caí al
suelo a merced de los profesionales de los lumazos
nunca
en mi vida me habían golpeado tanto, un apaleo brutal caía
sobre mí. Sólo trataba de cubrirme la cabeza con mis brazos
mientras me caían golpes en la espalda, las costillas y piernas.
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Luego, los pacos me levantaron extenuado y en calidad
de trapo, me hicieron una llave torciéndome el brazo por
detrás de la espalda y me condujeron a la entrada principal
del Peda. No sé en qué estaba porque pensé que me iban a
soltar, cómo tan ingenuo, en vez de eso abrieron la puerta
de un zorrillo (Vehículo blindado antidisturbios y lanza
gases de la policía chilena) y me lanzaron adentro. Un paco
guatón con una escopeta lanza-lacrimógenas en sus manos
me quedó mirando moviendo de lado a lado su cabeza y
tuvo, extrañamente, un gesto humano y me dijo: “Tenís rota
la cabeza, límpiate con la pañoleta”, pasándome un trapo
con el que me limpié la sangre que me corría por el cuello
y me comprimí la herida para detener el sangramiento.
El paco miraba casi con pena. No pasaron sino algunos
segundos cuando la puerta se abrió de nuevo y metieron a
3 estudiantes más al zorrillo y luego como a 5 más. Éramos
una masa humana, unxs sobre otrxs. EL zorrillo se movió
un poco y la puerta se abrió nuevamente para sacarnos a
todxs. La avenida Macul estaba absolutamente desierta y
los restos de barricadas humeantes se veían a lo lejos, en
Avenida Grecia. Una hilera de pacos a ambos lados formaba
una especie de pasillo hasta el bus de los pacos, en lo que se
conoce popularmente como un “Callejón oscuro”. Esta vez
no me hice ilusiones de lo que estaba por venir, traté de
correr lo más rápido posible cubriéndome con los brazos
la cabeza mientras recibíamos todo el repertorio de golpes
posible: patadas, combos, golpes con la UZI en las costillas,
bastonazos. La llegada a la micro de pacos continuó con esta
calurosa recepción, donde fuimos arrojadxs al piso mientras
los pacos caminaban y saltaban arriba de nosotrxs. Sacaron
a golpes a un ingenuo que se había sentado en los asientos
pensando que se trataba de un viaje a la playa, arrojándolo
entre amables palabras al suelo con nosotrxs. La micro
emprendió camino, mientras algunxs cabrxs comentaban
que íbamos a la 18°comisaría de calle Los Guindos, comuna
de Ñuñoa, que en la actualidad está en la calle rebautizada
con el nombre del torturador José Alejandro Bernales.
A la llegada a la comisaría había otro comité de
recepción, pero no fue tanto como pensaba. Nos formaron en
una multicancha techada entre amables frases y elogios. Mi
cuerpo se comenzaba a enfriar y los dolores de las golpizas
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los comenzaba a sentir con mayor intensidad. Mientras un
grupo de pacos nos insultaba, llegaron otros que venían
desde el lugar de los hechos, como dirían los periodistas; sus
caras de odio y euforia al vernos y a merced de su cobarde
actuar anticipaba lo que vendría. Un paco se me acercó con
los ojos muy abiertos y cara de drogado con anfetaminas
mientras gritaba “Aquí estái po´ conchetumadre”, al tiempo
que me daba un golpe en la cara con mano abierta. El paco
culiao abusaba de su poder, nuestra pequeña venganza había
terminado, nuevamente era el tiempo de recibir sus golpes
y abusos de esa raza miserable de policías de uniforme (en
ese tiempo no existían los fiscales para lamerle el culo a
los torturadores y reforzar su poder). Los golpes y burlas
se multiplicaban por todo el grupo de estudiantes; en total
éramos 21, 20 hombres y 1 mujer, estudiante de Filosofía
quien se fue en cana sola al Centro de Orientación Femenina
(COF), nombre eufemístico para la Cárcel de Mujeres, más
conocida como “La corre” (Por la correccional).
En eso estábamos cuando entra el comisario acompañado
del espécimen que más se parece al policía, una periodista
acompañada con un camarógrafo. El paco, un oficial que
se venía haciendo el lindo con la periodista que seguía su
objetivo método de investigación que guía a la mayoría
de estos especímenes: repetir la versión de la policía. El
camarógrafo hacía su trabajo grabándonos formados en
una fila, mientras unos compañeros, de manera inexplicable
para mí, agachaban la cabeza como si fuéramos cogoteros
de esquina o tuviéramos algo de qué avergonzarnos. Así fue
como el paco, don Comisario, decidió lucirse con la señorita
periodista con un golpe de autoridad, y considerando que
ambos comparten el código ético común de golpear a los
que no se pueden defender, nos grita: ¡A ver, nada de andar
agachando la cabeza! Por lo menos en eso tenía razón.
Pero, modestia parte, a mí por lo menos no me hablaba.
Sin intentar vanagloriarme, yo tenía la cabeza lo más alta
posible, pues no consideraba que hubiera hecho nada malo
ni de lo que tuviera que avergonzarme; al contrario: los
torturadores y los criminales eran ellos. Como aún quedaba
hilo en la carretilla, nuestro valiente oficial, instantes
después y cuando el camarógrafo había dejado de grabar
decidió seguir haciendo show y me llamó la atención por
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estar mirando hacia atrás, gritando de manera prepotente
que estaba reconociendo la Comisaría para que después la
vinieran a atacar
que los dioses lo escuchen, pensé yo.
Luego que se fue el oficial con su nueva conquista y,
seguramente, a cenar con su esposa e hijos a repartir besos en la
frente en su casa adornada al estilo de la oficialidad. Los abusos,
golpizas y malos tratos de todas clases, continuaron en la sede
del orden y la patria. Estudiantes a los que les quemaron su
carné escolar, obligados a hacer flexiones, a ponerse condones
sobre la cabeza, patadas, palos, golpes al ser encontrados
papelillos de “Esmoquin”. “Pa fumar tabaco”, contestaban
todos, “otro que fuma tabaco”, decían los pacos. A otros les
pegaban por tener aros o el pelo largo. Entre medio también
andaba el psicópata del teniente de la escopeta. A otros los
apuntaban con un revólver sin munición a la cabeza de cabros
que casi lloraban, arrodillados en el suelo. Es decir, todo el lindo
repertorio de la cobardía uniformada, lo que no evitaba -por
supuesto- que se dieran diálogos delirantes y que resultaban
graciosos, si es que cabe, sobre todo vistos a la distancia.
-¿Quién soy vo?- Pregunta un paco.
Un cabro bastante “especial” al que le decían
“Segismundo”, estudiante de Castellano, decide hacerse
el chistoso o el interesante, aún no me queda claro y le
responde: “yo soy yo y mi circunstancia”. Ah, qué mala idea,
pensé yo. Los pacos se miran entre ellos.
-¿Y qué es esa gueá? -Le pregunta el paco.
-Eso es filosofía- responde campante Segismundo.
¡Flor de charchazo! (cachetada)
Yo sé que alguno pensará que se debieron parar y
defender al compañero. En nuestra defensa debo decir que
la intimidación era grande, que estábamos completamente
reducidos y sólo aspirábamos a que pararan de golpearnos
y pudiésemos pasar a los duros y fríos calabozos, pero que
finalmente serían un descanso.
Antes de pasar a nuestros “aposentos”, me llaman
adelante donde estaba mi santa madre con los ojos llorosos
y un saco de dormir en los brazos, quien ya sabía que pasaría
a la Penitenciaría al día siguiente. La traté de tranquilizar
como pude, lo que no surtió mucho efecto, ya que notó los
restos de sangre seca en el cuello y en la ropa. Me emociono
al pensar en mi viejita y la cantidad de cosas por las que
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ha tenido que pasar. Quizás de niño intuyó algo, ya que la
primera paliza policial me la llevé en 1987 cuando tenía 14
años en una marcha de secundarios y enfrentábamos en
las calles a la policía del vejete Pinochet y que terminó con
mis pasos en la juventud de un partido que en ese tiempo
proclamaba la rebelión popular de masas
qué le vamos a
hacer, pero esa es otra historia. El asunto es que rechacé el
saco de dormir porque pensé que en la Peni me lo podían
robar, pero finalmente mi madre igual logró hacérmelo
llegar, porque así es mi viejita, lealtad a toda prueba.
Como era previsible, los calabozos, pese a la orina y el
frío, resultaron un descanso, cesaron los golpes y pudimos
dormir un poco. Al otro día pasamos los 21 a la Fiscalía Militar
y procesados por desórdenes en la vía pública y agresión a
carabineros. El calabozo de la Fiscalía Militar tenía una gruesa
capa de orina que nos dejaba sólo un pequeño espacio para
movernos. El primer día se fue la mitad del grupo. Cuando
pasé a declarar ante el secretario del fiscal (Así se llamaban
los actuarios en la Fiscalía Militar), me di cuenta que estaban
apiladas y ordenadas las “evidencias”: decenas de bombas
molotov, hondas, ropa, buzos, polerones con capucha, spray,
guantes, bidones con bencina, miguelitos. Mirándolas de
reojo veo una botella que me resulta familiar: Se trataba
de una botella de chicha (recuerdo que era Septiembre) que
habíamos comprado en la mañana y que habíamos dejado
escondida entre unas plantas para aliviar la garganta después
de la gresca y sus gases lacrimógenos. Ahí estaba, pues
nuestra humilde botella de chicha elevada a la categoría de
“bomba molotov” y prisionera en la Fiscalía Militar.
El “Secretario del fiscal” era nada menos que un milico
culiao, un Teniente del Ejército que me tomó declaración
con una foto gigante de Pinochet (que aún era comandante
en Jefe) en su oficina, así que podrán suponer que no
tenía precisamente una actitud amable hacia mi persona.
Básicamente me odiaba, pero el sentimiento era mutuo, así
que no había problema. Había partes de mi declaración que
simplemente no las creía y se negaba a escribirlas en su
máquina de escribir Olivetti.
Al atardecer llegó “el carnicero” (vehículo de
Gendarmería) que traía a los presos de los juzgados y los
últimos éramos nosotros. El ambiente no era precisamente
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lo que se llama elegante y algunos presos venían tomando
pisco, seguramente comprado por los propios gendarmes en
el Juzgado. Nos destinaron a una sección de la Penitenciaria
llamada Colectivo 1, que era una taza de leche, no había
cuchillas, en teoría no había peleas y no reinaba la jungla
de la Penitenciaria. Si alguien quería pelear había guantes
de box y casco. No estoy bromeando, los había dejado un
boxeador que había estado preso. El sitio tenía un galón
lleno de camarotes y otra sección de mesas donde estaban
las “carretas” (Espacio físico donde los presos y conviven
durante el día), también un patio-cancha de fútbol de forma
triangular. En las altas paredes laterales se asomaban los
presos que circulaban por los techos de las galerías de la
centenaria cárcel-matadero. Al llegar a mi “carreta” el preso
más antiguo supo con justa razón que llevábamos casi 2 días
sin comer y nos preparó una comida “liviana” consistente
en huevo con longaniza y marraqueta. Sentía, sin querer ser
malagradecido, que comía mejor que en mi casa. Sin duda
que esto estaba condicionado por el lugar al que habíamos
sido destinados en la cárcel, presos primerizos, choferes
componían principalmente la fauna del lugar. Aprendí de la
solidaridad de los presos, que en la cárcel está lo mejor y lo
peor de los seres humanos, y por supuesto que hay mucha
más gente solidaria adentro que en la calle.
El nuevo día trajo como sorpresa la emboscada del
Lautaro a la escolta del ex-golpista intendente de Santiago,
Luis Pareto (Demócrata Cristiano) en la que murieron 3
miembros de la Policía de Investigaciones y 1 militante del
Lautaro. Este hecho dio lugar a intensos operativos policiales
en busca del grupo atacante, por la TV se veían a policías
con fusiles en mano saltando casas, carreras en automóvil y
todo un nervioso despliegue que luego también se notó en
los gendarmes y en la Fiscalía Militar que nos juzgaría y en
cuyas manos nos encontrábamos.
Las siguientes idas a la Fiscalía Militar iban dejando
a más compañeros en libertad, pero yo me mantenía
“cuidando el queso” como se dice, pese a que en ese tiempo
era más fácil quedar en libertad que ahora, aunque el
periodismo y los ciudadanos-borregos, desde la ignorancia y
el desconocimiento, piensen lo contrario.
Había compañeros y compañeras del Pedagógico
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solidarizando fuera de la Fiscalía Militar, preocupadxs por
nosotros y mandándonos cosas para comer. Entre medio,
los casos los tomaron abogados del CODEPU y el apoyo del
“Negro Barrios” que en esos días era presidente de la FECH y
hoy un importante dirigente del Partido Socialista.
Una última anécdota ocurrió cuando “El Gioto”, estudiante
de Artes Plásticas peleó box y ganó, afortunadamente, en la
cárcel, sacando la cara por todos nosotros. Cuento aparte fue
cuando al “Chamorro” lo descubrieron con la identidad falsa
que se había inventado, lo que se conoce como “chapearse”.
Resulta que nuestro amigo “Chamorro” era cualquier cosa
menos cuico y el nombre que se le ocurrió dar fue nada
menos que el aristocrático Sergio Patricio García De la
Huerta Aravena. Aún lo recuerdo, cómo olvidar un nombre
así; más encima cuando “chamorro”, que no era estudiante,
nos decía que su coartada era que había ido al Peda no a la
protesta, sino a tomar porque era “arcólico”. Por supuesto
no le creyeron y su torpe chapa fue descubierta.
A los 6 días ya sólo quedábamos 4 personas “cuidando el
queso”, yo y Chamorro entre ellos. Cuento corto, quedamos
en libertad por falta de méritos y porque los pacos entraron
en contradicciones respecto de mi detención. Esa fue nuestra
experiencia el año 92 en la Penitenciaria, golpeados y vejados en
dependencias de la 18°Comisaria y nuestro paso por la Fiscalía
Militar. Las palabras que he escrito tienen como principal
motivación contar una vivencia y rescatar la experiencia de un
grupo de compañeros y una compañera del Pedagógico que
protestando contra el legado continuista de la dictadura que
ejecutó la democracia policial de la concertación que tantas vidas
de jóvenes rebeldes se llevó ante la indiferencia generalizada de los
ciudadanos-borregos. Nosotros, a partir de lo que nos tocó vivir,
enfrentamos con nuestras precarias herramientas la máquina
de muerte policial de la manera más digna que pudimos. Jamás
reconocimos nada, ni aceptamos ningún “delito” para salir antes
en libertad, nunca caímos -pese a nuestra inexperiencia- en esa
trampa, como a veces se puede ver a jóvenes rebeldes hablando
en un tribunal y aceptando la “culpa”, accediendo al chantaje
legal y asesorados por abogados preocupados de sacarlos en
libertad, pero descuidando las implicancias políticas y morales de
un actuar así y del terreno desfavorable en que quedarán futurxs
compañerxs que pasen por lo mismo.
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Seguramente lo que vivimos nosotros hace 20 años, no
es muy diferente de lo que lxs jóvenes y adolescentes de
hoy tienen que enfrentar, siendo golpeadxs y humilladxs por
luchar, por rebelarse ante este sistema injusto diseñado y
ajustado para que siempre gane la misma minoría privilegiada
dueña del poder y la riqueza. Ojalá estas líneas sean un soplo
que alegre e inflame sus corazones y su rebeldía, lejos de la
arrogancia, que otros rostros enarbolen las banderas y las
pañoletas al viento tratando de torcer la nariz a la historia.
Aunque cierto pesimismo se ha adentrado en mis huesos
ahora carcelarios y de ver actitudes decepcionantes, creo
que chocamos una y otra vez con una pared. ¿Vale la pena
el fuego, las lágrimas, la rebeldía, la represión, la cárcel,
las vidas destrozadas? Quiero creer que sí, que lo mejor
de nuestras vidas se fue en una labor digna y justa, que la
rebeldía organizada vale la pena en sí misma, que una nueva
generación de jóvenes puede barrer los fuertes anclajes de la
modorra y la pasividad. En ese deseo me quedo con ustedes,
caliento mis manos al fuego y les sonrío. Un saludo cariñoso.
Desde alguna cárcel $hilena
Edmundo Dantés. Noviembre 2012
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que le pusieron puntas, hasta que la aceitaron”. En más de una
ocasión se juntaron en la calle tanto lxs que salieron por el “hoyo
en el Peda” como por lxs que se saltaban la reja en la chile”.
En una ocasión -y como muestra de las distintas
tendencias que confluían en la calle- un grupo quemó la
bandera de Estados Unidos, siendo aplaudidxs por la acción,
ese mismo grupo un minuto después quemó la bandera
chilena para mostrársela a los pacos que estaban apostados
en Macul, pero entonces otro grupo se acercó y a gritos
lxs amenazó con golpes por quemar lo que dijeron era la
segunda bandera del Frente Patriótico Manuel Rodríguez.
“Las salidas a la calle, comenzaron a ser frecuentes, con
la idea también de romper con el “fechismo” (las llamadas
fechas emblemáticas). En algunas ocasiones eran grupos muy
pequeños, sin muchos niveles de seguridad, muchas veces
criticados por otros grupos e individuos de la universidad, les
“acusaban de no tener discurso”, que lo único que querían era
“dejar la cagá”. “La RAE (1993) salía a la calle todos los jueves,
durante algunos meses... como deporte, ¡Que clandestinidad
iban a tener haciendo este tipo de acciones! No hay análisis
de seguridad interna que lo resista.
Aunque cabe señalar que se hicieron salidas con
propaganda contra la construcción de la Cárcel de Alta
seguridad, y por la libertad de lxs presos políticxs. Una
característica de estos años es que “El lema era que no
necesitamos ninguna excusa para salir a la calle, no esperar
ninguna fecha determinada, sino que nosotrxs articular una
propuesta callejera para salir… salir de las típicas consignas
y mantener una distancia con respecto a la izquierda
tradicional”. (Libro Anarquistas en Chile)
El año 1994, luego de la RAE, y con algunxs miembros
comunes, surge otro pequeño colectivo la FAL (Federación
Anarquista Libertaria), con su pasquín “El Estopín”, con un
discurso confrontacional e incendiario, la que siguió centrando
su práctica en la lucha callejera, en las fechas emblemáticas, o
todos los jueves, siguiendo las prácticas de sus antecesorxs “La
Vanguardia” y la “RAE”, generando una especie de continuidad.
Una de las consignas que se gritaban en la calle era
“Bakunin, Ravachol, sembraremos el Terror”. A pesar de su
radicalidad discusiva y en la calle, algunxs de sus miembros
(para no hacer una generalización incorrecta) eran vistxs no
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con muy buenos ojos por otras individualidades y colectivos
que también participaban en la lucha callejera por algunas
actitudes matonezcas y por ser muy buenos para el carrete.
“La Cultura del Carrete fue una de las columnas vertebrales
de la Federación. De hecho coincidía con que algunxs de lxs
que eran más combativxs en las calles, eran lxs mismxs que
más chupaban (…) En cierta forma el reconocimiento de que
ya no estábamos haciendo una lucha importante dentro de los
márgenes de la sociedad; era más bien una lucha por estilos de
vida (...) la afinidad venía de ahí, el punto que fue una especie de
etiqueta anarquista de la época el ser muy bueno para “chupar”.
Pero no fue algo que decidiéramos conscientemente, se dio así
no más”. (Libro Anarquistas en Chile).
La lógica de protesta callejera, representa la continuidad de
una práctica desarrollada durante la dictadura que persiste en el
inconsciente colectivo estudiantil, así mismo en estos grupos se
produce una interesante composición de tendencias, que años
más tarde, en estas y otro tipo de orgánicas, se verá reflejada
en la unión de tendencias provenientes del anarquismo, del
marxismo libertario y del marxismo-leninismo.
Este tipo de lógicas persistieron –como veremos más
adelante- en otros grupos, que asumirán la protesta callejera
como principal acción de lucha, pero que a la vez irán
diversificando sus intereses y sus prácticas. Otro colectivo
que nacerá, después del RAE, tendrá su lugar de origen en
la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad
de Chile, es el colectivo Estigma, de carácter estudiantil,
desarrollado en esa facultad, en conjunto con algunas
personas de la vecina Facultad de Ciencias Sociales.
En este grupo, se interesan tanto por temas teóricos
del anarquismo como por la agitación y por las salidas a la
calle. Por otro lado, a través de diarios murales, llamados
“Marcando al hueso” hacían una crítica sarcástica de toda
la facultad. El colectivo “Estigma”, se va a vincular con
personas del Pedagógico y se va a formar en el año 1994, lo
que se llamó la FAL, Federación Anarquista Libertaria. Esta
organización, según uno de nuestrxs entrevistadxs:
“Era bastante confusa por decir y se mezclaban desde
visiones del Lautaro, visiones anarco-individualistas, algunos
tenían visiones bakuninistas pero asociadas al individualismo
y se reivindicaba mucho, figuras de lo que había sido la
44 |
propaganda por el hecho, la acción armada, en términos
verbales obviamente no tanto en términos de tomar los
fierros, la dinamita, cosas así”.
En la Federación Anarquista Libertaria (FAL), confluía
entonces, el colectivo Estigma, de origen de la Universidad
de Chile, y la llamada Columna Negra, del Pedagógico. El
accionar de esta federación “estaba centrado en las protestas
callejeras, ya sea durante las fechas conflictivas o todos
los jueves de cada semana. De esa manera, rescatan las
prácticas de sus antecesores de “La Vanguardia y de la RAE”,
estableciendo cierta continuidad en las formas de accionar.
Su medio de difusión, fue “El Estopín”, pasquín donde se
exponían ideas generales, bastante incendiarias, como
recuerda un entrevistado:
“Las manifestaciones que se dieron a raíz de esta
conformación fueron masivas, yo me acuerdo de una salida
a la calle, a comienzos del ´94 y habían como 500 personas,
500 tipos con capuchas en la calle, estos no eran solamente
de este cordón, de esta gente, de lo que conformaba la FAL,
pero era de alguna manera era lo que marcaba la pauta.
Esa salida fue recordada, casi se quema el supermercado
de ahí y eso digámoslo puso muy en alerta a los aparatos
de seguridad, particularmente salieron reportajes en “el
Mercurio”, desde ya se notaba que había infiltración; mucho
en los grupos de la gente del Peda, estaba infiltrada hasta
decir basta (...) de hecho por ahí detuvieron algunxs, lxs
interrogaron, les mostraron fotos, cuestiones cuáticas y el
ambiente interno estaba completamente enrarecido, era
turbia la cuestión, había mucha desconfianza”.
Luego de un tiempo de trabajar juntos y tras la
desconfianza que existía en el ambiente, los colectivos
integrantes de la Federación Anarquista Libertaria, entran
en conflicto y deciden separar aguas. Un tema no menor,
que generaba conflictos, era el tema del “carrete”, ya que
algunos consideraban que muchas personas limitaban su
compromiso con la lucha por tal motivo.
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La segunda mitad de los noventas.
Las minorias activas continúan
la resistencia.
Fueron años sin lugar a duda complejos, daba la
impresión de que no ocurrían muchas cosas a nivel país, y
aparecía una juventud despolitizada que había crecido en los
marcos de la democracia concertacionista.
Las organizaciones armadas habían sido desarticuladas, o
habían decidido un repliegue o cambio de táctica. Al año 1995
existían casi un centenar de prisionerxs políticxs, y la solidaridad
hacia ellxs era minoritaria, la cual estaba más bien articulada
por lxs familiares de lxs presxs y lxs representantes de lxs presxs
de las organizaciones políticas, fuera de esto sólo una minoría
proseguía en la calle haciendo algo de propaganda.
Uno de los espacios donde se continuó haciendo
propaganda por la libertad de lxs presxs politicxs fue en la
lucha callejera de la conocida esquina de Macul con Grecia,
aunque de manera esporádica.
“
Me acuerdo que allá por el año 1995, cuando recién
entrábamos a clases después de las vacaciones de invierno en el
Pedagógico, un grupo de compañerxs decidimos organizar una
salida a la calle, no recuerdo a cuenta de que fecha o coyuntura
específica. El asunto es que nos contactamos, y organizamos los
materiales necesarios en un casino abandonado que había en la
cancha sur del campus. Éramos apenas diez compañerxs, pero
eso no importaba, pues en algunas ocasiones anteriores habíamos
salido a la calle cinco o seis al principio, y luego se habían sumado
muchxs más estudiantes, encapuchándose y uniéndose a las
barricadas, como había ocurrido en junio de 1994, al cumplirse
otra conmemoración de la matanza de Corpus Cristi
“ (Texto
Memoria Combativa. Homenaje a Claudia López, Página 7)
Tras la disolución de la FAL, a fines de 1995 individuxs
que habían conformado distintas agrupaciones se reúnen
para organizar otro grupo, bautizado como Coordinadora
Revolucionaria del Pedagógico (CRP), grupo en que confluían
dos tendencias: la marxista-leninista y la anarquista, aunque
no necesariamente en forma muy definida. De hecho, más
que hablar de tendencias delimitadas, lo que existía en la
CRP era una coordinación para efectos prácticos.
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Como herederos de la FAL asumen su radicalidad y
violencia. Esta orgánica está conformada aproximadamente
por ocho personas, pero la convocatoria resultaba más
amplia, ya que para las protestas llegaban amigxs, personas
de otras universidades, del barrio o simplemente individuos
que se sumaban espontáneamente a las protestas.
De la CRP sale un boletín llamado “El Francotirador”. La CRP,
había tenido como antecedente, el intento por constituir una
estructura paralela a la federación de estudiantes que existía en
el Pedagógico, la idea era dar forma a una estructura similar a un
sindicato, como señala una participante de esta iniciativa.
“En general, lxs que participaban en esos grupos eran
partidarios de ir al choque frontal con los pacos, provocarlos,
y no esperar a que ellos cargaran contra las manifestaciones,
intervenir después y así justificar la autodefensa.
Por esas “tácticas” que eran una verdadera posición de
principios estos grupos eran ferozmente atacados por las
juventudes de la izquierda universitaria, los “Estudiantes por
la Reforma” (¡Cómo alguien que se piensa puntudo puede
reivindicar semejante nombre!) y luego por los de la ENU y el
Frente Estudiantil “Revolucionario” (FER); estos últimos en uno
de sus documentos internos criticaban a los grupos que optaban
por “la lucha callejera de alta movilidad”, y la práctica de
desarrollarla en distintos lugares de Santiago, o de traer apoyo
externo, es decir estudiantes o amigxs de fuera del Pedagógico.
En cambio ellxs proponían el crecimiento cuantitativo, el
crecimiento del frente específico dentro de cada universidad,
la lucha por las reivindicaciones específicamente estudiantiles.
Nada de “¡Libertad a los presxs políticxs!” o “¡Guerra al Estado!””.
(Texto Memoria activa, homenaje a Claudia López).
En el año 1995, aparece el colectivo Motor Rebelde
Estudiantil, el que en sus inicios estuvo vinculado a lxs
prisioneros políticxs del Lautaro. Con los años la sigla
quedo reducida sólo a Motor Rebelde (MR). En su andar
publicó el pasquín: “Incendiaria”. El colectivo persistió hasta
pasado el año 2000. También coexistieron un conjunto
de individualidades libertarias agrupadas en pequeños
colectivos de corta duración que se encapuchaban.
“Teníamos reuniones –igual las reuniones eran más
bien súper prácticas, nunca generamos discusión política
o intercambio de textos, ni nada. Era como ponerse de
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acuerdo; rayados, panfletos, sacar fanzines, salir a la calle, por
ejemplo, si había una marcha fuera de la Universidad cómo ir,
el contacto ponte tú con lxs de la Usach, con lxs de la Chile.
Igual en ese momento se armó un cosa como bien activa entre
la Usach, la Chile y el Peda, porque al menos en el Peda estaba
como súper organizado el cuento, en la Usach estaban los locos
del “Guachuneit” más o menos organizados –no me acuerdo
de otros- pero había un grupo de locos que si bien no tenían
nombre eran identificables como Piño y en la Chile también.
En la Chile en ese tiempo donde el Motor Rebelde tenía
su epicentro (…) pero muchos de ellxs no eran de la Chile en
realidad, y entonces venía gente también de la Academia, y
empezaron a llegar locxs de otras universidades, que si bien
no podían salir de sus escuelas, venían al Peda, venían a la
Chile, entonces había como una rotación”.
Cabe mencionar que durante estos años la policía con o sin
autorización de la rectoría entraron numerosas veces a la universidad,
el resultado en cada arremetida eran muchas detenciones. Algunos
años en el Ex pedagógico entraban casi en cada salida.
Pasada la segunda década de los 90, la prensa, comienza
a hablar con más fuerza de lxs encapuchadxs. Tal como se
señala en “La Tercera” el 14 de Septiembre de 1997 haciendo una
descripción de estos colectivos: “Hay consenso en que estxs jóvenes
-algunxs incluso menores de edad- forman parte de movimientos
anárquicos que no responden a las lógicas políticas tradicionales.
Se trata de jóvenes de distintas clases sociales, no necesariamente
universitarixs, que se colocan fuera del orden establecido. Están
contra el Estado, contra la Iglesia, contra los partidos y, por supuesto,
contra la policía. En general, no responden a ningún jefe, no tienen
liderazgos establecidos, ni crean organizaciones jerárquicas... Son
pocos en número, pero muy activxs y arriesgadxs, lo que atrae a
otrxs jóvenes durante las manifestaciones de protesta”.(Libro
Jóvenes Rebeldes y Desarmados. Pedro Lagos)
El año 1998, fue marcado para siempre en la memoria de lxs
encapuchadxs. En las jornadas de las protestas nocturnas del 11 de
septiembre, en la población La Pincoya de Huechuraba, es asesinada
por la policía, Claudia López Benaiges, estudiante de danza de la
Academia de Humanismo Cristiano, quien había estudiado en el
Pedagógico, y fuera miembro de la CRP. Su funeral, obviamente
estuvo cargado de emociones y tensiones, a continuación un relato
extraído de “La memoria como acción”:
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EL FUNERAL DE UNA HERMANA
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Otra familia tocada por la represión, asistiendo a un funeral
correspondiente a una nueva generación de jóvenes muertxs. Sólo
que esta vez a estxs jóvenes de la segunda mitad de los noventa
les tocaba hacerle frente a la máquina de muerte del capitalismo
y sus policías con el adormecimiento democrático generalizado
del “pueblo” que dejaba que la sangre de lxs rebeldes fuera vertida
mientras miraban la TV y compraban en las brillantes vitrinas
de la transición democrática
“son otros tiempos”, “nosotrxs no
pudimos, es mejor que nadie lo intente”
en fin, las recriminaciones
seniles motivadas por la comodidad y la pasividad.
El día estaba particularmente luminoso ese domingo en
Plaza Brasil. Entrar y salir unas cuantas veces y después me quedé
definitivamente afuera a esperar la salida del féretro. Ya estaba
dispuesto el microbús de la locomoción colectiva que anónimxs
habían ido a arrendar al azar subiendo a cualquier micro y
proponiendo el trato. La plata se había hecho en una colecta en
la que había ayudado el incombustible militante y artista visual,
el Pelao Kadima que desde su Taller Sol, ubicado en la vereda de
enfrente del lugar del velorio, había colaborado con todo lo que
podía y movilizado todos sus contactos y recursos construidos a
partir del Bloque Marginal. Hay mucha gente que le tiene mala al
pelao, pero por lo menos yo, no tengo nada que decir de él, salvo
que siempre ha estado cuando se lo requiere y se le necesita.
El ataúd salió de pronto con rumbo al microbús arrendado
que partiría dentro de unos instantes hacia el cementerio
sacramental de San Bernardo, lugar donde sería el entierro. El
conductor de ese microbús no sabía que este sería un funeral
atípico, por decirlo de alguna forma. Apenas el ataúd asomó a la
calle unas 200 personas que estaban apostadas estallaron en un
poderoso y emocionante aplauso con caras de dolor y rabia, puños
levantados y el clásico compañera Claudia López
¡Presente!
Abordamos rápidamente el bus que se llenó de lienzos,
banderas y gritos ante el estupor del conductor que no sabía
en lo que se había metido. Resultaba que lxs compañerxs
que fueron a arrendar el bus, para cerrar el trato más rápido
consideraron que era mejor no decirle al chofer de qué clase
de funeral se trataba. De manera que el conductor enfiló con
rumbo al sur por la panamericana con cara de terror, en una
caravana escoltada por carabineros que llevaba una lejana pero
más o menos discreta vigilancia.
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Así llegamos relativamente rápido a San Bernardo en el
viaje por la autopista salpicada por las bromas de algunxs de
lxs cabrxs. A veces creo que ni en la situación más terrible se
le quitarán a algunxs sus ganas de reír y echar tallas aunque
sea en las condiciones más inverosímiles. Supimos de inmediato
que las cosas se pondrían densas cuando al entrar por una gran
recta que conducía al cementerio se veía una nutrida presencia
policial que incluía un bus lleno de pacos sólo para nosotrxs.
Esto no hacía sino aumentar las sonrisas de lxs cabrxs, hay gente
que no escarmienta.
Nos bajamos rápidamente del bus y nos dirigimos detrás
del ataúd y los familiares que iban más adelante. Nunca me
ha gustado el protagonismo así que preferí quedarme hacia
el final de la columna que caminaba por el verde pasto de los
cementerios posmodernos, sin nichos, sino que con lápidas en
el suelo. Eso me permitió darme cuenta claramente que había
gente extraña en el cementerio que obviamente eran policías de
civil: jóvenes con gorros y pañuelos en la cabeza recostados en
el pasto del cementerio mirando hacia el horizonte como si se
tratara de un inexistente picnic, otros más allá haciendo como
que buscaban una tumba inexistente, pero en realidad más
preocupados de nosotrxs de lo que supuestamente buscaban.
Hubo discursos, gritos y despedidas antes que el ataúd
bajara lentamente a la tierra para quedarse para siempre con el
cuerpo de nuestra hermana. Vi hundirse el cuerpo de Claudia con
lágrimas en los ojos. Como se trata de un momento de catarsis,
no sé por qué luego del entierro mismo, todo el mundo caminaba
más relajadx y más tranquilx. A los padres de Claudia no los
divisé durante el entierro. Sólo vería en medio de la trifulca que
se desataría en unos instantes, la cara de sorpresa e incredulidad
de la madre de Claudia ante el espectáculo que dábamos en una
desigual batalla cuerpo a cuerpo con los pacos.
Sí, porque quedó la cagá apenas habíamos subido al bus
para partir de vuelta a Santiago. Me parece que fue un sujeto a
quien denominaré “Oriental” quien descubrió a un sapo en las
afueras del cementerio al sacarle una foto, y animó a otro a
pegarle una pata en la raja... en instantes se llenó de micros de
pacos, algunos se subieron al bus que trasladaría a lxs compxs a
Santiago para detener a quien había sacado la foto.
Aún comentábamos el suceso cuando desde atrás venía el
bus de carabineros con un paco en la pisadera empuñando una
52 |
subametralladora Uzi y con casco de guerra. Esto no augura
nada bueno, pensé. Dicho y hecho, los pacos tomaron por asalto
el bus, bajaban a la gente encañonada y nos ponían a todos y
todas con manos sobre la micro y las piernas abiertas gritando
de manera histérica, fuera de sí. El asunto es que a nadie le
importó que los pacos portaran armamento y la rabia se soltó
de golpe comenzando una pelea cuerpo a cuerpo, insultos,
escupitajos, cosas que volaban y palos repartidos por los pacos a
diestra y siniestra. Es en esos momentos que, como dije, observé
la cara incrédula de la madre de Claudia con una mano en la
boca viendo como nos trenzábamos a golpes con los criminales
de uniforme verde. Habrá pensado: ¡Así era mi hija en realidad
como estxs desquiciadxs que la vinieron a despedir!
La batalla campal se saldó con varios heridxs nuestrxs,
algunos heridos leves de los pacos y dos compañerxs detenidxs:
El oriental (buenísimo para irse preso hasta el día de hoy) y un
alumno del pedagógico que echaba todo a la broma, culpable
de fundar un colectivo que no se tomaban en serio ni a ellxs
mismxs. Así terminó aquel día. Quizás agarrarnos a combos
con los pacos fue la mejor despedida que le podríamos haber
hecho a la chica Claudia. Ya que no habría tiros, por lo menos
nos agarramos a combos. Como dato curioso, existe un registro
del Canal 4 (la red) de esta delirante situación donde incluso
recogieron el testimonio de un amigo de Claudia que relató en
exclusiva los hechos de La Pincoya.
Finalmente volvimos lxs que quedamos, golpeadxs y heridxs,
pero con una extraña sensación de satisfacción de por lo menos
haber peleado con nuestras propias manos con los asesinos de
nuestra hermana. Estamos de acuerdo que nuestra venganza
deseaba mucho más, por lo menos en ese tiempo, de hecho
declarábamos a los 4 vientos: nuestra justicia será la venganza.
Pero por el momento bastó para poner algo de dignidad al
funeral de la chica.
El conductor del bus aún se mantenía aterrorizado por su
vehículo tomado por asalto por los pacos, lo único que quería
era que nos bajáramos y nunca volver a vivir una experiencia así.
Ni siquiera quería que le pagáramos la segunda mitad del dinero
que habíamos acordado una vez finalizara el funeral. Finalmente
con una cara de que fuéramos marcianos nos recibió el dinero y
nos dejó en Santiago.
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Nuestra hermana yacía enterrada para siempre y la ciudad
continuaba con su normalidad de domingo por la noche.
“Claudia López Benaiges vino a inaugurar un nuevo
reguero de sangre de parte del Estado y la policía conforme se
comenzaban a gestar en $hile nuevas luchas y otrxs jóvenes
comenzaban a manifestar la disconformidad radical y tomaban
en sus manos el fuego de sus antecesorxs. El Estado y sus esbirros
afilaban las espadas contra esta nueva generación de rebeldes.
Casi un año después del asesinato por la espalda de Claudia
López mientras combatía en una barricada en la Población La
Pincoya, carabineros asesina en la norteña ciudad de Arica al
estudiante y trabajador Daniel Menco mientras participaba
en una masiva manifestación universitaria. Daniel no tenía
militancia pero tocaba en una banda musical Anarko Punk.”
(LA MEMORIA COMO ACCIÓN. Escritos en memoria de la
Compañera Claudia López. Página 8)
Rescatamos algunas de las palabras que se dijeron en la
despedida de la “Chica Claudia”;
“Tus compañerxs de la agitación y resistencia callejera, hoy
día te lloramos. Te lloramos porque eras nuestra amiga y nuestra
hermana. Pero nuestras lágrimas no son de resignación, sino
fuente de odio y rebeldía anticapitalista. Fuente de lucha, como
tu vida. Porque tú sigues viva con nosotrxs, entre las barricadas
libertarias y nuestros sueños.
¿Qué sueños? Los mismos tuyos de una sociedad socialista
libertaria y autogestionada, con el arte y la vida popular unidas en
cada gesto, con miles de fanzines y minorías activas dedicadas a las
revoluciones en otros territorios. Claudia, no te recordamos como
mártir o una santa, sino como la mujer que eras de carne y hueso,
de anhelos y certezas de soledad y combate cotidiano y colectivo.
Hasta siempre Claudia.
A ti te daremos un minuto de silencio y una vida de combate.
JUVENTUD COMBATIENTE:
INSURRECCION PERMANENTE.
54 |
Incluso desde la Cárcel de Alta Seguridad no faltaron las
palabras en el funeral de la entusiasta encapuchada:
Francotiradora Inolvidable
I
¿Kuántxs tendrán ke partir, mientras juntamos fuerzas
para dar un tiro certero?
¿Kuántas silenciosas lágrimas tendremos ke derramar
fertilizando tierras, rekonociendo frutos “lentos pero seguros”?
¿Kuántos movimientos de kaderas al aire esperando por tu
pelvis poskrita (cerkana, nunca konocida)?
II
Todas podrían danzar tus verdades o kizás dignificar sus
bailes kon tu persistencia.
Todas ellas, las sistémikas, las muy bien “estukadas”, las
vagina light, las “pensadoras progresistas” kosificadas podrían
desaparecer a raudales y dar paso a la fraterna desnudez, al
gesto permanente, al kanto libre, a un útero valiente.
III
Ya nadie nos para, vamos siempre adelante, por ahora no
necesitamos Partido, Movimiento o Frente.
¡Si nos vemos unidxs!
Unidxs por la voluntad de libredeterminarnos.
Nos nutrimos de historias ya pasadas, de presentes
inkonklusos, de futuros no escritos. Nos nutrimos de ti, kuando
miramos komo tu cuerpo, kual bandera, ondea en lo alto
señalando el destino para todxs esperado.
Alimentamos nuestras armas, kon tu rítmika rebeldía.
Y kada disparo realizado llevará algo de tus sueños y anarquía
¡Kaminamos juntxs hacia la viktoria!
¡Desciframos kon el mismo lenguaje la poesía de guerra!
A Claudia López B. kien supo extender sus manos a través
de las murallas y llegar kon sus “esperanzas de cigarra” para
kedarse en el korazón subversivo de muchxs.
- Kamina Libre.
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¡POR FIN! UN PACO EN LLAMAS
No sólo en Macul con Grecia, se habían producido
enfrentamientos con la policía, esta práctica también se había
extendió a otros centros universitarios, como la USACH y el ARCIS.
La primera salida en democracia de éste centro
universitario (ARCIS) se registró en septiembre de 1996, en la
esquina de Huérfanos con Riquelme, manifestación que fue
masiva, casi todxs lxs estudiantes terminaron encapuchadxs,
peleando desde el techo.
En esa misma esquina pero los primeros días de
Septiembre de 1999, para ser más precisxs el día jueves 2
un gran grupo de encapuchadxs salió desde la universidad a
las 13:00Hrs. para cortar la calle, fabricar bombas molotovs
y hacer rayados: EN SEPTIEMBRE NO SE LLORA, SE LUCHA;
CLAUDIA LÓPEZ PRESENTE, FLACA PRESENTE (homenaje a
Soledad Harambour, estudiante de la universidad, quién era
una joven encapuchada que murió de virus HANTA en Mayo
de ese mismo año).
Un amplio contingente de fuerzas especiales custodiaba
el Consejo de Defensa del Estado justo enfrente del
recinto estudiantil, luego que las primeras escaramuzas se
produjeron y lxs encapuchadxs se replegaron al interior de la
universidad, para seguir enfrentándose a la policía, se dio esa
exquisita conjunción de la suerte y la mala suerte.
56 |
Un policía que manejaba un carro lanza gases, más
conocido como “zorrillo”, bajó para mover un macetero
cuadrado de cemento atascado bajo su vehículo blindado,
que había sido dejado como barricada en medio de la calle.
En ese instante recibió una molotov en la cabeza, lanzada
anónimamente desde una ventana del segundo piso.
Es casi imposible olvidar la secuencia de fotos que
se publicaron en la primera plana del diario “La Tercera”
del policía ardiendo, mientras sus colegas desesperados
intentaban apagarlo, imposible olvidar los gritos de algarabía
que retumbaron entre los edificios de la calle Huérfanos al
momento del impacto.
Víctor Hugo Torres de la 28a comisaria de fuerzas
especiales resultó con profundas quemaduras de segundo
grado. Su rostro, cuello y manos heridas fue la consecuencia
del ataque que lo dejó con el 10% de su cuerpo quemado ya
que no portaba su traje antillamas, otro policía resultó con
heridas leves producto de la misma bomba incendiaria.
Una hora después, cerca de las 17 Hrs. el recinto
estudiantil era desalojado, dejando un saldo de 13 jóvenes
detenidxs, cuatro de ellxs fueron puestxs a disposición de la
justicia militar. Lxs otrxs nueve fueron citadxs al juzgado de
policía local.
El principal sospechoso, un estudiante de primer año
de diseño gráfico estuvo varios días en prisión, sin embargo
su acusación era absurda dado que al momento del ataque
él se encontraba en el edificio de en frente de donde salió
la molotov que impactó al policía, debido a lo hermético
de las células de encapuchadxs nunca se pudo dar con el
o la responsable del hecho, ¡Por fin un paco en llamas! una
pequeña venganza para muchxs de esxs encapuchadxs.
Esto por obviedad trajo los alaridos de los defensores
de la democracia, entre ellos un profesor de la universidad,
reconocido marxista, quien tratará a lxs encapuchadxs
que habían generado los disturbios y quemado al paco de
fascistas, habla de ultraizquierdistas y otras estupideces,
intenta igualar la violencia del Estado con la violencia
ejercida por un grupo de encapuchadxs:
“No esperamos que el enemigo tenga clemencia con nosotros,
y justamente por eso es que hemos proclamado que no todas
las formas de lucha son válidas. No esperamos que el enemigo
| 57
nos comprenda, nos ampare o nos tolere. Pero reclamamos
nuestro derecho a no ser torturados, encarcelados ilegalmente,
secuestrados o quemados. ¿Por qué razón las cosas que pedimos
que el enemigo no haga habrían de ser válidas aplicadas sobre
ellos?.... No creo que haya duda tampoco, entre los militantes
sensibles de la izquierda, de que es terrible y lamentable que un
ser humano sufra quemaduras importantes en medio de una
protesta, por mucho que venga en posición amenazante, por
mucho que su acción esté inscrita en el marco de la violencia
policial innecesaria. Es lamentable igual, es terrible igual. Se
trata de un ser humano tan valorable como todos nosotros, que
decimos defender los derechos de todos los seres humano”.
Ante este escrito, anónimamente fue publicado un texto
en respuesta, escrito por un compañero:
“Don Carlos Pérez, usted le escribió un poema emocionado
a Soledad Harambour, quien falleció de una trágica enfermedad.
¿Sabía usted que ella era una luchadora encapuchada? Hasta
antes de irse de Santiago, la flaca Sole era parte de un grupo que
defendía y practicaba la lucha callejera, y escribía en un fanzine
que se llama “La Incendiaria” ¡Incendiaria! ¿Lo sabía?
Las ironías de la vida don Pérez. Con una mano le canta
a una encapuchada, y con la otra le dice, junto con el Estado,
fascista y delincuente. ¿Eran Claudia López, Daniel Menco,
era la Soledad una fascista de izquierda? ¿Eran los proletarixs
que lucharon en la clandestinidad, en los años más duros de
la dictadura militar, que muchas veces taparon sus rostros,
fascistas de izquierda? ¿Son los presos y presas políticas de hoy,
en especial lxs que reivindican con orgullo su militancia en la
lucha armada contra el Estado, fascistas? Me enorgullece que
seamos calificadxs de ultraizquierdistas por los amarillos, los
revolucionarios de escritorio y el Estado. Así veo la distancia
que afortunadamente nos separa del Poder y toda su tropa de
lacayos, rastreros sin dignidad”.
LA RESISTENCIA CONTINÚA…
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Este tipo de acciones solo fueron realizadas un par de
veces (más de diez años más tarde en el “Peda”, esta forma
de propaganda se repetiría, pero dada la complejidad para el
repliegue fue desechada prontamente).
El año 2003, quedó tatuado en el inconsciente de lxs
encapuchadxs de MACUL CON GRECIA y no solo en el
inconsciente, también en formato VHS, en el material
audiovisual de carácter propagandístico llamado “El
contrainformador” que dejó grabado una secuencia
impactante, justo en la esquina mítica de Macul, en las
afueras de la botillería “El tiempo en la botella”.
Un policía atrapó a un/a encapuchadx, lxs demás veían
como el policía deseaba arrestar al manifestante, luego de
un pequeño repliegue -más intuitivo que racionalizado- el
grupo de encapuchadxs volvió para liberar a su compañerx,
con piedrazos, combos, patadas en el suelo al policía y mucha
actitud de protesta.
El policía en el suelo recibía la golpiza mientras unx que
otrx encapuchadx intentaba arrebatarle el arma de servicio,
todo esto mientras se acercaban refuerzos de carabineros
disparando. Lxs encapuchadxs se alejan burlándose a gritos
del agente. ¡Cooperaste gordito! Se escuchaba entre risas,
mientras el piquete policial seguía sorprendido por la osadía
de sus enemigxs, quejándose amargamente “está cuática
la gueá” murmuraban entre ellos mientras se parapetaban
detrás de un quiosco de diarios.
Videos como “el contrainformador” o “Hijxs del fuego”,
nos daban la impresión de que en Chile había un pequeño
polvorín, más allá de las críticas de falta de contenido esas
imágenes mostradas fueron un innegable aporte en cuanto
a llamar la atención en las nuevas generaciones.
Con la irrupción de internet, páginas de contra
información como Santiago.indymedia.org, Hommodolars.
org, ourwar.org, entre otras hicieron de la lucha callejera un
fenómeno recurrente en sus noticias.
Sin embargo como critica podemos señalar que a
veces “lxs camarógrafxs” superaban en número a lxs
manifestantes, mucho de ese material nunca se supo donde
llegó, quedó guardado para el fetiche de algunxs, hasta el día
de hoy donde la tecnología está al alcance de la mayoría, las
cámaras filman y sacan secuencias fotográficas para quedar
60 |
ahí, olvidadas en el archivo de un computador, vendidas a
un canal de televisión o en una carpeta de la ANI (Agencia
Nacional de Inteligencia).
Para los investigadores Felipe del Solar y Andrés Pérez,
en la segunda mitad de la década del noventa “ocurre un
paulatino proceso de desgaste de la lógica violentista de los
anarquistas. Los mismo individuos que antes integraron grupos
de acción callejera comienzan a renegar de esas prácticas
y a poner mayor atención en las formación de colectivos
políticamente mejor constituidos y con objetivos más claros.
De esta manera se produce la división dentro de las filas
del anarquismo de dos tendencias antagónicas: la violentista
subversiva y la colectivista u orgánica, las que se enfrentarán
constantemente renegando ambas de las posturas contrarias”.
Sin desconocer, la existencia de tendencias distintas al interior
del anarquismo chileno, parece necesario ser cautelosx a la
hora de clasificar a cada una, ya que aunque encontramos
rasgos distintivos en cada tendencia, también es posible
apreciar numerosos vínculos y puntos de encuentro.
Aun así, es claro para quienes se asumen y llevan a la
práctica algunos principios anarquistas, que existen diferencias,
las que transformadas en estereotipos se han asumido como
“anarquista de barricada” y “anarquista de escritorio”.
Una situación importante, en esta diferenciación y en la
forma en que se autodefinen algunos libertarios santiaguinos,
tras la creación de una organización, que se reivindicaba como
expresión del anarquismo plataformista.
Esta organización, empezó a edificarse después de
un foro en la Escuela de Periodismo de la Universidad de
Chile, donde algunos miembros anarquistas dispersos o
que participaban en ciertas organizaciones empiezan a
coordinarse, como señala un participante de este proceso:
“Aquellos que participaron del Congreso de Unificación Anarco-
Comunista, tienen diferentes percepciones de la organización de la
cual fueron parte, unas más críticas que otras, sin embargo, existieron
también cuestionamientos provenientes de otras vertientes del
anarquismo, que en su momento, fueron bastante más severas.
Los grupos que se identificaban mayormente con el
anarquismo “subversivo-violentista”, expresaron sus opiniones
principalmente a través de publicaciones “donde realzan los
aspectos violentistas del anarquismo -como más propios que
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los intelectuales-, marcando una diferencia entre aquéllos
dedicados al estudio (...)”.
En la publicación “Todos moriremos” encontramos sus
apreciaciones, al respecto en el número 12 de esta publicación
se manifiesta que:
“Quienes fundamentan y validan su posición desmereciendo
el accionar y minimizando el peso político de los segundos,
como cuando encapuchadxs enfrentan a la policía y además
de no sumarse sólo apuntan a los errores que habitualmente
se cometen en esas incursiones (
) desconociendo en absoluto
la conflictiva y apasionada dinámica interna de esas acciones,
los más repitiendo el discurso “políticamente correcto” y unos
pocos pseudo líderes amparándose en un pretendido y fallido
afán de arrogarse una seriedad académica reconocida por el
mundillo político local e internacional, entre otros podemos
citar al núcleo “anarquista del Arcis” (tan bien conectado con el
gobierno), “la organización j@” y el C.U.A.C”.
Asumiendo que el mundo de las salidas a la calle, es por
definición heterogéneo, algunas situaciones han generado
cierto desprestigio, ya que por su amplitud, llegarían sujetos
con escaso compromiso social y nula responsabilidad para con
sus actos. Además de este cuestionamiento, también existe el
cuestionamiento a la sobre valoración de la violencia callejera
y a la estimación excesiva de las acciones espectaculares.
Muchxs de lxs entrevistadxs, que participaron o
participan de las prácticas de violencia callejera, sin embargo
no hacen una defensa cerrada de este tipo de acciones sino
que también asumen que por la amplitud de este tipo de
prácticas, el compromiso que ahí se desenvuelve es bastante
variable, al respecto, comentan que:
“Ahora con el tiempo también tú te dai cuenta de qué tanta
validez tiene una salida a la calle, porque la gente que salía a la
calle que era súper comprometida, que era súper revolucionaria,
que hasta tenía buena puntería..., la mayoría de esos locos está
en otra gueá. Casados, viviendo sus vidas de profes, se olvidaron
absolutamente de todo, cachai, entonces el sujeto estudiantil
es como muy inestable, no sé, pasaba que muchos gueones
participaban de la política, participaban de las gueás porque
eran estudiantes, no porque tuvieran una conciencia, sino
porque estaban ahí, era el espacio y era como buena onda y ya
el colectivo era (...) y es como lo que pasa hoy día, pa’ los once tu
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vai y es masiva la salida pero ¿es masiva porque los cabros todos
tienen conciencia de lo que eso significa?, yo creo que no”.
Compartiendo la opinión que existe la necesidad de que
la protesta callejera se inserte en una lógica masiva, otrxs
entrevistadxs validan la acción violenta, argumentando que:
“La salida de lxs encapuchadxs es una forma de mantener
a grupos o núcleos de resistencia más radical vigentes,
lamentablemente siento que a veces tienen un carácter más
simbólico que otra cosa, pero también el antagonismo simbólico
es importante dentro de un proceso amplio de lucha, mantiene
como una consigna en alto, reivindicaciones específicas, por
la prisión política, por ejemplo, el cambio social, muestra que
formas de lucha más radicales siguen siendo válidas pero creo que
si eso va descontextualizado, sin un apoyo de masas, en este caso
del estudiantado -porque ahí es donde se mueven-, se desperfilan
un poco pero creo que son importantes que estas muestras de
combatividad se sigan manteniendo antes este retroceso tan
generalizado de las fuerzas populares; me parece que son como
un bastión de dignidad, de consecuencia, de intransigencia”.
A lo que agregan:
“Y finalmente la violencia si tú la querís usar como método
de lucha tiene que tener una justificación y esa justificación se
tiene que saber, por lo menos esa es mi opinión. Si a mí se me
ocurre quemar gueás porque ahí yo estoy viendo una acción
política, yo tengo que preocuparme de que eso se sepa, porque si
no es vandalismo, cachai. O sea, yo no creo que sea vandalismo
pero a juicio del resto lo es”.
Una de las escasas veces que la prensa formal tocaba
el tema de lxs encapuchadxs fue en el noticiario central
del canal 4 “La red” donde reprodujeron íntegramente una
declaración que encapuchadxs emitieron durante una salida
en MACUL CON GRECIA, estas fueron sus palabras:
“No nos interesa vivir como los poderosos quieren que
vivamos, sumidxs en el consumo, en el egoísmo, en la indiferencia,
en el puro carrete, en fin en la no ideología del capitalismo.
A este sistema se le combate, hoy lo hacemos nosotrxs
con nuestrxs capuchas, con las molos, con la hondas, con
las ganas y la actitud que es mejor luchar que sentarse a
esperar, que dejarse pisotear. Porque nosotrxs si estamos ahí
con destruir a este sistema y todo lo que a él huela.
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El capitalismo con un nuevo rostro a partir de los noventa
con sus nuevos administradores, ya no con traje de milico
sino con terno y corbata, ha seguido explotando y asesinando
hoy, con menos balas que antes, hoy lo hacen con la pasta
base, con tarjetas de crédito, con cheques en garantía.
Es ante esta realidad mediocre e inhumana que nos
declaramos anticapitalistas y subversivxs, porque este orden
capitalista que solo está al servicio de los ricos lo subvertimos
con las barricadas, con nuestro rostro encapuchado, como
también con nuestra vida cotidiana, somos revolucionarixs
porque queremos destruir todo lo que es y engendra este
sistema, porque queremos construir una sociedad libre, justa
y humana. Juventud Encapuchada”.
Este hecho trajo una discusión entre distintos núcleos de
encapuchadxs, discusiones que a veces rayaban en el absurdo,
todxs sabían que existían distintos “discursos” dentro de la
amplia gama de cabezas de polera, con argumentos como
que quienes emitieron el comunicado querían apropiarse
de cierta práctica o lucha, criticaban al grupo que emitió
esta declaración, sin embargo -y según conversaciones
con encapuchadxs de esa época- la propuesta de quienes
criticaban la acción de propaganda era nula, ya que ellxs no
llevaban propaganda alguna a la mayoría de las salidas.
Buscando contribuir al conocimiento sobre esos años
del accionar callejero, conversamos largamente con unx
anónimx miembrx de Motor Rebelde.
¿Cómo fue el traspaso generacional en la calle?
La mayor parte de la gente que salía a la calle en esos
momentos se mantuvo. Y esa fue la que hizo el relevo, ellxs
fueron el lazo por decirlo así.
También gente nueva que se involucró más con lxs
presxs, en visitas, y allí llegaba la información (de dentro de
la cárcel). De ahí cuando se “abrieron” los cabros, mmmm no
me acuerdo que año fue cuando los explusaron del Lautaro.
Entonces el 94 empezó a existir una relación más estrecha
con locxs más cercanxs al anarquismo, quienes se vinculaban
con los futuros “Kamina Libre” y eso. También se daba una
relación no de rivalidad porque políticamente no había un
discurso tan claro y la relación pasaba por otros ámbitos,
pasaba por accionar y por agitar por la libertad de lxs presxs.
No había un discurso del camino a seguir, la revolución
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o el partido, no había mayor cuestionamiento, lo que si había
era apoyo a distintas causas, por ejemplo gente que apoyaba
a Cuba o Colombia, que manejaba esa información y otrxs
que no, que se dedicaban a la contingencia, a lo local. Aun
así no había mayor diferencia, no había una mayor crítica,
no existía una mayor profundidad en eso. Tampoco lxs
anarquistas tenían una política que definiera sus posturas.
La gente que participaba de la lucha callejera en los noventa
eran de distintos lados y por lo general era gente ligada al
Lautaro y un grupo grande que empezó en la chile que era
ligado al frente, que se llamaba… PPU, creo.
Esxs locxs llevaban mucha gente y mucha gente de territorio,
que la U era la escuela porque te daba una libertad amplia (de
movimiento), en ese tiempo, comparado con los años que vinieron
después la represión no era tan drástica, después hubo más
represión y se achicaron los piños también, pero como te digo no
existían problemas entre piños, con el que hubo bronca fue con
un determinado grupo que se ligó a cierta gente o individuos que
utilizaban la calle para carretear y hacer moneas, no les interesaba
ninguna cosa más, y para algunxs de nosotrxs eso no era válido.
¿Por qué, cómo veían ustedes la calle?
Para nosotrxs la calle era parar despertar a la gente o
hacerla ver ciertas cosas que estaban pasando o que iban a
pasar, o fechas para entregar un panfleto, para entregar un
contenido, con ese sentido nos tomábamos las calles y con el
sentido de pelear con los pacos, por eso gente que iba ebria
o a puro hueviar pensábamos que no nos ayudaba y era más
un problema porque teníamos que andar cuidándonos de los
pacos y de ellos.
De que no anduvieran mandándose cagás, que no
agredieran a gente en las micros- que pasó un par de veces-
y ahí aparecieron un par de individuos funestos y otros
tipos que en algún momento eran cercanos se fueron con
ellos, el copete o no sé qué los llevo hacia allá, pero como
habían lazos anteriores seguían teniendo contacto con
encapuchadxs y también había gente que después de una
salida se iba a carretear con ellos.
¿Eso trajo divisiones?
Había una situación bien ambigua, esto produjo una
separación, una separación que fue en la calle, con amenazas
con palos con peleas. Ahí hubo gente que no dijo nada que se
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hizo la gueona y otra gente que apechugó, eso produjo otro
quiebre, porque las confianzas nunca fueron las mismas.
Nosotrxs teníamos contacto directo y fraterno con la
con la gente del “frente”, con la gente de la FRP ellos no se
definieron y no nos dieron la confianza suficiente. Porque
hacíamos contacto para fijar ciertas cosas y aparecían los
funestos y nosotrxs con ellos no queríamos hacer nada.
Además que en términos de números, en términos de
cantidad no los necesitábamos, en ese tiempo las salidas
eran de 100 encapuchadxs y en ese grupo había de todo,
entre ellxs varios anarquistas de población.
Con el FRP y MOTOR REBELDE se hacía ese número de
gente y esa gente iba a todos lados, en ese tiempo no había
muchos problemas para entrar a las distintas universidades,
entonces se llegaba no más. Como te decía fue un quiebre
importante, era por un tema valórico no ideológico porque
no había mucha discusión ideológica, se hizo un par de
coordinaciones -ya a finales de los noventa- y esas fueron
las primeras reuniones con discusión, porque era para hacer
cosas en conjunto entonces teníamos que ponernos de
acuerdo en la declaración y en los panfletos, por eso había
que discutir políticamente.
¿Cuáles eran las reivindicaciones?
Veíamos no lo del futuro sino lo concreto del momento,
lo concreto era el presidente de turno, el sistema que estaba
imperando, lxs presxs y sus condiciones carcelarias, eso
principalmente.
La mayoría de lxs encapuchadxs no estaba por
reivindicaciones estudiantiles ni laborales ese no era tema,
el cómo hacerla tampoco era tema porque estábamos todxs
en la misma. La discusión empieza después cuando la gente
comienza a hacer teoría ahí empezaron las diferencias, con
los temas que había más resguardo y rigurosidad era con el
tema de la seguridad, ahí había más discrepancias entre piños,
algunos se cuidaban más otros menos, algunos eran más al
lote otros menos, la puntualidad y que las responsabilidades
se cumplieran eran las mayores dificultades que habían.
Empiezan a verse las diferencias...
Es que algunxs encapuchadxs le llevaban “el amen” a los
presxs, lxs presxs decían hay que hacer esto y ellxs les hacían
caso, y otrxs que decíamos que no que nosotrxs éramos
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autónomxs y nosotrxs decidíamos nuestro accionar, porque
en su momento ya no era “oye vamos a hacer una huelga o
se va a hacer una actividad o en que pueden aportar”, sino
que ya decían tienen que hacer un corte tienen que hacer
esto, como dando órdenes, entonces con lxs encapuchadxs
que le llevaban el amén a lxs presxs habían algunos roces,
pero nunca para mandarnos a la chucha.
En ese tiempo se hicieron cosas buenas, había harta
coordinación, existía masividad y los piños estábamos bien
aplicaditos. Había harta coordinación entre la gente del Peda,
la chile y la Utem, bueno en la Utem nunca hubo mucha
gente eran capuchas que ocupaban el lugar y siempre eran lxs
mismxs, en la usach también había un piño grande y en el Arcis.
¿Antes o después de la molotov al paco?
En el Arcis hubo un tiempo que fue bueno, hasta la quema
del paco, ahí quedó la cagá, esa fue una salida masiva, en un
espacio en el centro, un lugar súper pequeño frente al consejo
de defensa del estado, cuando el paco arde se empieza a dar
mayor auge a la seguridad, tanto de la policía como de lxs
encapuchadxs, como hubo tanta prensa y tanta foto salieron
a la luz varixs cabrxs, algunxs salieron encapuchadxs pero con
las mangas de la polera arremangada y se le veían los tatuajes,
ahí varixs se asustaron porque varixs salieron en la tele algunxs
bien tapadxs otrxs mas o menos entre ellxs el chuma que salió
en una foto y después salió para el 11 de Septiembre.
Fue fuerte ese tiempo sobre todo para la gente del Arcis
porque era un espacio más chico y algunxs ya lxs funaban
de que salían a la calle, ahí hubo una persecución brígida de
parte de los profes, por ejemplo sacaron unos afiches gigantes
con el carnet de los profes diciendo yo me llamo periquito
de los palotes y doy la cara, como dándole a entender a
los estudiantes que tenían que delatar a lxs encapuchadxs,
algunxs se fueron para la casa, otrxs se cuidaron por un
tiempo pero quedaron descolgadxs después.
¿Recuerdas alguna salida mítica o un momento que
marque un precedente?
Siempre recuerdo una claramente, ya pasados los
noventas eso sí. Fue el 2002 por el asesinato de Alex Lemún
hubo una salida muy masiva, ¡pero muy masiva! estábamos
todos los piños y se sumaron los mapuche que también
llevaron harta gente.
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Me acuerdo que por ese tiempo había una casa okupa
dentro del Peda y ahí se hacían reuniones y se convocó a
mucha gente, yo no sé cuantxs encapuchadxs éramos pero
éramos muchxs, yo nunca había visto tanta gente en la calle.
Deben haber sido más de 300 encapuchadxs y fue larga la
salida, todos los piños sacan sus lienzos, se llenó de lienzos.
Fue tan grande que se empezó a avanzar no solo a la
esquina sino que para el lado de “la chile” por Grecia rayando
y pegando afiches. Llegaron los pacos y era tanta la gente
que la policía retrocedió hasta la calle Los presidentes, había
muchísimas barricadas, es la salida más grande que recuerdo
por masividad y por actitud.
La mayoría de lxs encapuchadxs estaba adelante, lxs
que estaban atrás estaban grabando o tomando fotos.
Bueno, cuando llegan los pacos comenzamos a corretearlos
y en eso habían pacos a pie, 4 o 5 pacos, partimos un piño
siguiéndolos y en esa esquina hay un quiosco de diarios, y
nosotrxs íbamos por la calle y no me doy cuenta en que
momento me empiezo a devolver, veo en la esquina y un
paco tenía a un encapuchadx, ahí atinamos.
Pero yo no sé en qué momento porque nosotrxs
pasamos por ahí y no vimos a los pacos, no sé si se quedaron
escondidos detrás del quiosco no sé, la cosa es que nos
devolvimos y empezamos a pegarle y en un momento yo me
salí del tumulto porque había mucha gente, mirando desde
afuera como le pegaban al paco en el suelo pensaba que
había mucha rabia y actitud para hacer eso.
En ese momento no sabíamos quién era él o la encapuchadx
que se estaban llevando, en ese momento nunca supimos
después supimos, después que le quitamos al/a encapuchadx
y quedó el paco en el suelo empezamos a retroceder ahí
apareció otro paco tirando balazos al aire y apuntándonos,
ahí empezamos a gritarles y a burlarnos, un clásico es el
¡Cooperaste gordito! Dentro del Peda nos enteramos de quien
era, ahí yo ya estaba destapado y me dijeron oye era tal y cual,
y fue más bacán, haber actuado de esa manera sin saber quién
era y después saber que era unx cercanx.
Ya que lo mencionas, por esos años hay una especie
de auge de lxs fotógrafxs en las manifestaciones (lxs
manifestantes con cámaras le dicen algunxs), ¿Cómo veían
ustedes ese fenómeno?
68 |
En ese tiempo la tecnología no era tanta como ahora,
pocxs tenían cámaras y un par de personas que andaban
grabando se sabían quiénes eran, no había mayor drama,
no había mayor cuestionamiento después si hubo algún
intercambio de palabras-por lo menos de mi parte-diciéndoles
que para que grababan tanto si después ese material no lo
utilizaban, porque no se hizo nada con eso.
Lo primero que se hizo fue -después de insistir un
montón- dos videoclip uno con una canción de “Sin dios”
y otro de “La Polla Records”, después de eso salió “El
contrainformador”.
Una vez se grabó el discurso de una salida, esa fue una
relación con un camarógrafo de afuera, de La Red para ser más
precisxs, ese camarógrafo para una salida, de la Claudia del 99
si mal no recuerdo, nos alertó que la policía estaba entrando
por detrás, entonces lxs pocxs que quedamos dándole nos
fuimos, le hicimos caso y cuando corríamos por los pasillos
escuchábamos como nos perseguían, logramos todxs arrancar.
Entonces después de eso lo contactamos para agradecerle
y él nos pide que le diéramos la mano para grabar algo,
entonces lo hablamos entre nosotrxs y con los demás piños
y estuvimos de acuerdo.
Unx de nosotrxs hablaba y nosotrxs estábamos atrás,
entonces salimos a la calle y paramos el corte, nos entramos
y bajamos, y le dimos una declaración, esa declaración salió
íntegra en el noticiario central de La Red.
¿Nos puedes contar de alguna acción que salga del
marco “normal” de la acción encapuchada?
“Había una autocrítica con respecto a la inmovilidad
de las tácticas de lxs encapuchadxs, por eso decidimos
atacar una vez sin el clásico corte de calle, enfrentamiento
y repliegue. Todo se hizo desde el casino abandonado del
Peda apodado “tierra de nadie”, ahí un par encapuchadxs
esperaron pacientemente por horas al lado de la pandereta
que daba a una bomba de bencina donde se estacionaba una
micro de fuerzas especiales, con varios bidones de bencina y
el corazón en la boca esperaban la señal que desde al frente,
cruzando la avenida Grecia un cómplice les daría para el
momento preciso del ataque. La señal fue un silbido que
al escucharse dio el vamos a que las siluetas se asomaran
por arriba de la muralla con los bidones de bencina que
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derramaron justo en los neumáticos traseros para luego
lanzarles fuego, las llamas se propagaron incendiando
parte de la micro policial que fue apagada por efectivos de
carabineros, ninguno de lxs encapuchadxs involucradxs en el
ataque fue descubiertx o apresadx, lo que más alegría me da
es que la policía luego de ese episodio nunca pudo estar tan
tranquila en ese lugar”.
Si bien existe un continuismo histórico en las demandas
y protestas estudiantiles y si bien se mantiene la necesidad
de “ganarse la calle” como forma de visualizar masivamente
un conflicto, a finales de los ´80 y principios de los ´90
aparecen en el escenario universitario nuevos grupos, con
un discurso y forma de expresarlo que distan mucho de las
antiguas protestas juveniles.
Los “noventas” fueron muy importantes en el renacer de
una concepción más anárquica en las protestas universitarias,
de hecho las reivindicaciones van desbordando lo meramente
estudiantil, para ir planteando nuevas formas de hacer y pensar.
Por esos años, la opción de la autonomía era
principalmente tomada como un rechazo a la clásica
manera de organizarse de la izquierda tradicional. Sin lugar
a dudas la influencia de la “kontracultura”, “el hazlo tú
mismo” -reivindicado por el punk- hizo que muchxs de lxs
encapuchadxs se inclinaran hacia las banderas negras.
Como no existía un fácil acceso al material escrito sobre
experiencias libertarias (más allá de los clásicos), el acercamiento
hacia esas corrientes se daba de manera más bien intuitiva.
Durante estos años lxs encapuchadxs que salen a la calle
se organizan en colectivos con nombres y especialmente
con siglas, todos con un precario órgano de difusión,
como son los fanzines. En la década siguiente este aspecto
cambiará de forma paulatina. Las siglas irán desapareciendo
y los colectivos ya no serán reconocibles bajo un nombre
permanente, los fanzines y pequeños intentos de revistas ya
no serán el canal de difusión de lxs encapuchadxs.
70 |
CAPITULO III
ENCAPUCHADXS DE
MACUL CON GRECIA
En el entorno universitario, existe un sector de estudiantes
que canaliza sus demandas mediante federaciones universitarias,
que cree en un sistema representativo como forma de
organizarse. Esta corriente, manifiesta y realiza demandas
puntuales al gobierno de turno, lleva a cabo reuniones con
representantes del gobierno siendo los propios voceros de las
federaciones miembros de algún partido político.
Pero también existen y se manifiestan quienes no creen
en los sistemas representativos, no se alinean ante ningún
partido político y no demandan nada del Estado. La pelea
entonces es frontal, las movilizaciones se dan en el marco
de la desestructuración, de la desaparición del Estado como
figura que valida el poder y la explotación.
“Demandar algo del Estado o de alguno de sus
engranajes no sería otra cosa más que validar la autoridad
o jurisprudencia por sobre cualquiera de nosotrxs”, afirma
Matías, quien ha decidido cambiar su nombre, para que, al
igual que cubriendo su rostro con una polera, nadie sepa
quién es y solo se atienda al discurso y la acción.
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Estos grupos han tomado (consciente o
inconscientemente) discursos y formas de accionar de
grupos que han desaparecido o que, por el contrario en
Europa están generando molestia y alarma en las cúpulas
de poder, producto de los dantescos disturbios que provocan
sus jornadas de protestas y ataques puntuales.
Durante cada jornada de protesta los bancos y locales de
multinacionales son atacados, saqueados y semi-destruidos
por estas marchas. Uno de los hechos más violentos que se
recuerda fue el producido en Génova el año 2001 en donde
las jornadas de enfrentamientos terminaron con un joven
anarquista asesinado por la policía, Carlo Giulianni.
Pero volvamos atrás, en los últimos años de la dictadura
chilena los grupos rebeldes armados irrumpían en el
escenario universitario, lo hacían actuando bajo condiciones
específicas. En aquellos años puede evidenciarse una
aparición masiva de la capucha, en aquel entonces se cubría
el rostro por un tema de clandestinidad, en donde nadie
podía saber quién formaba parte de un grupo subversivo,
pues ello significaría la muerte del grupo y sus miembros.
Tras la llegada de la democracia, con la globalización
temerosa de la formación y ataque de posibles grupos
terroristas, se ha instaurado casi mundialmente, la sociedad
del panoptismo. Haciendo de este modo que los conceptos
de intimidad se diluyan de forma imperceptible para la
masa. Gracias a las nuevas tecnologías y atribuciones del
Estado y sus departamentos de seguridad, el poder espía las
veinticuatro horas del día, en todos y en ningún lugar.
En este nuevo escenario, en donde todos lxs
desconocidxs (y en algunos casos, conocidxs) pueden ser
agentes encubiertos o colaboradores de la policía, los grupos
más intransigentes con el sistema político actual, utilizan la
capucha como reivindicación y como necesidad imperiosa
para poder seguir accionando.
Para Mario (como ha elegido llamarse para efectos
de esta entrevista) la capucha se utiliza “Por un tema de
seguridad ya que en cada marcha, en cada acción siempre la
policía va a estar filmando, tratando de sacar imágenes del
accionar, de su movilidad, de quienes son.
Poco a poco han ido identificando a lxs individuxs
mediante su rostro y de igual modo (lxs compañerxs)
72 |
empezaron a cubrirse primero con un pañuelo, después con
una polera como razón de cubrir su identidad, no porque te
avergüence lo que haces, sino por una cosa netamente de
seguridad para seguir operando”.
Para otros como Pato (también de nombre recién estrenado)
la capucha expresa una especie de simbolismo en donde “El
rostro particular desaparece, dando paso a una colectividad, lo
que realza y hace más fuerte el discurso, aunando los distintos
discursos y formando un individuo común”.
Lo que importa no es ya el rostro especifico ni las
condiciones de cada cual, lo que importa es el discurso
de fondo conformado claro está, por un sinnúmero de
subjetividades. Con la capucha son todxs unx y el/la mismx,
protegiéndose y expresando rabia.
Pero también hay otras miradas como la de Sergio que
le otorga a la capucha un aspecto terrorífico que jugaría a su
favor en el momento del enfrentamiento contra carabineros,
según sus propias palabras la capucha sirve por “El temor
que infunde un personaje sin rostro, no es humano, no se
ve como un igual. Cuando ves un paco “fuerza especial”, no
ves una persona igual a ti, ves un robocop, infunde mucho
más miedo porque se ve invencible aun cuando sabes que
bajo todo ese aparataje hay un huevón que respira, camina
y come igual que cualquiera. Bueno, lo mismo les ocurre
a ellos al ver muchxs cuerpos sin rostro corriendo en su
dirección con fuego en las manos”.
Uno de los epicentros más renombrados del actuar
encapuchado es el mítico sector de MACUL CON GRECIA,
como vemos hay continuismos, pero asimismo diferencias
innegables con grupos antiguos.
Lxs encapuchadxs de Macul, haciendo una definición simple,
están constituidos por jóvenes, no necesariamente estudiantes,
que se organizan periódicamente para protestar por temas
determinados, siempre luchando por un objetivo específico.
Según ellxs mismxs, las razones para cubrirse la cara y
salir a protestar son variadas, pero tienen como denominador
común la negación del sistema.
Para Cristián lo principal es pasar más allá de las palabras
“La necesidad de manifestarse ante un sistema que te oprime, la
necesidad de expresar lo que uno siente más allá de las palabras,
más allá de las ideas, sino que con las acciones, las motivaciones”.
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Otro factor importante que mueve a lxs encapuchadxs
tiene que ver con el desarraigo que sienten con la política
partidista, es por ello que prefieren desenvolverse en otra
dimensión y bajo otros códigos.
Según Andrés el por qué se expresan encapuchadamente
obedece a “Motivaciones políticas, pero no todxs tienen el
asunto bastante claro como para focalizar la acción directa a
una ideología en concreto, pero al menos es un descontento
con las condiciones de vida existentes, como una reacción que
se expresa en la violencia, como una radicalidad inmediata que
podemos ver. Es como el germen del descontento, yo creo que
todxs entramos a este mundo por una motivación política”.
Sin duda que luchar contra un objetivo como el sistema
capitalista imperante es una lucha demasiado grande y, para
muchxs observadorxs, un tanto utópica, pero para ellxs no.
Existe una base histórica que avala su teoría del cambio a
través de la revolución.
Tal como lo expresa Miguel para ellxs hay dos caminos,
el primero dejarse llevar y el segundo cuestionarse y luchar:
“Agachar la cabeza y resignarse a la pobreza, la explotación,
las torturas, las injusticias, pensar que jamás van a acabar, que
las cosas son simplemente una casualidad de la vida, nada que
cuestionar, o por otro lado decir basta, dejar de tragarte la rabia
y comenzar a escupir odio, no esperar que nadie solucione los
problemas por ti, tomar las riendas de tu propia vida”.
Definir a este grupo no es fácil, la mayoría se autodefinen
como un colectivo, entendiéndose como un colectivo una
“Forma de organizarse que no requiere de dirigente”.
En palabras de Andrés ellxs son “Un colectivo que se
funda en base a objetivos claros, como la exigencia X, pero
un movimiento así nacional o a nivel mundial, yo creo que
falta para eso, yo creo que todavía no están las bases, yo
creo que somos un colectivo solamente que se junta para
determinadas cosas”.
En el caso de Carlos lo autodefine como “Un movimiento
de acción, generalmente, espontáneo. Existen y se mueven
aquí varios colectivos que, al momento de realizar las acciones
violentas o enfrentarse con fuerzas especiales, se manejan
en cuanto a sus estrategias y coordinaciones previamente
establecidas por quienes conforman la colectividad.
74 |
Sin embargo, estos colectivos, si llegan a funcionar
como tales al momento de una protesta violenta, vendrían
a conformar pequeños núcleos organizados al interior de un
amplio movimiento”.
En el menor de los casos se definen como una “instancia”
que se agrupa en determinadas coyunturas, organizándose
para salir a la calle a protestar.
Dentro de estas colectividades no existe una jerarquía
o una definición en cuanto a rango o importancia, esto los
diferencia claramente de otros grupos revolucionarios que
utilizan la organización vertical.
Lxs encapuchadxs son jóvenes que se agrupan bajo prácticas
de tipo horizontal (utilizada desde hace siglos por algunas
agrupaciones y practicada por anárquicxs/anti-autoritarixs),
que se expresan a rostro cubierto para luchar contra el sistema
sin identidad. La forma de organizarse tiene que ver con la
necesidad de ser equivalentes, sin líderes o dirigentes.
En relación con lo anterior, entre lxs encapuchadxs está muy
clara y delimitada la idea que tienen sobre el concepto de poder,
es por ello que deciden organizarse de forma tal en que puedan
superar este tipo de relaciones y dinámicas que lo contengan.
Como nos explica Antonio: “El poder es la supremacía de
alguien sobre todxs lxs demás, la capacidad de someter a otrxs
y obligarles a cumplir una voluntad especifica. ¿Y quiénes
permiten que esto ocurra? Todxs, con la pasividad, con la
incapacidad de cuestionar las cosas, de pensar por sí mismxs,
sin que alguien esté diciendo que hacer y decir todo el tiempo.
El poder de algunos existe porque otrxs lo hemos permitido. Acá
lo que prima es la horizontalidad, sería inconsecuente tener un líder
que nos guíe hacia la luz divina. Acá el compañerismo, la confianza y
la consecuencia son puntos clave para lograr cualquier fin”.
Descubrir la mecánica interna de estos colectivos resulta
complejo, son grupos celosos de su identidad y sobre todo de
la forma en que llevan a cabo sus salidas a terreno. “En el plano
práctico se generan comisiones encargadas de llevar a cabo cada
recurso que tengamos que utilizar y que estén a nuestro alcance.
Ya sea propaganda, elementos de defensa, primeros auxilios, etc.”.
Cada nueva irrupción en la calle se hace en función de
objetivos claros y específicos, existe un trasfondo particular
al momento de cada “salida” (corte de calle con barricadas),
pero todas están hermanadas en la forma y lo que podríamos
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identificar como un objetivo mayor, más trascendental, que
supera al momento mismo y especifico de la acción.
Nicolás lo define concisamente: “Como encapuchado,
mi objetivo mayor es causar daño a las instancias del capital,
causar daño inspirado en un planteamiento político, pero
el objetivo final es causar daño, las otras instancias de
subversión se crean por otro frente, la educación popular, la
organización de base, etc. El objetivo de lxs encapuchadxs es
causar una pérdida económica, alterar y boicotear el orden
ficticio de la ordenada sociedad capitalista”.
Lxs encapuchadxs aparecen a romper, pero no solo
el rompimiento físico (negocio, paradero de micro, micro
de carabineros, etc.) aparecen para romper las relaciones
sumisas con el capitalismo.
Alejandra explica la irrupción callejera de un modo
tajante: “Cuando salgo a la calle y me enfrento con piedras
y molos (molotovs) a un piquete de fuerzas especiales que
cuentan con sofisticados gases (lacrimógenos y paralizantes),
que tienen pistolas, autos y un sinnúmero de etcéteras, en
definitiva que tienen todo y yo nada, cuando salgo a la calle
estoy desestructurándolo todo.
Cualquier planteamiento normal sería no exponerse, porque
vas a perdida… pero nos exponemos, es más buscamos ese
choque, salimos a provocar ese enfrentamiento, no resistimos
sumisamente a un sistema de mierda, no nos resignamos,
salimos a romper modelos de conducta”.
Ahora bien, cada acción se efectúa por un planteamiento
particular, a veces es una coyuntura específica y otras un tema
que trasciende al paso del tiempo (como es cada conmemoración
del 11 de septiembre, 12 de Octubre, día del Joven Combatiente o
matanza de Corpus Cristi).
Pablo explica: “Se sale a calle a manifestar de una manera
directa las distintas problemáticas que se van dando. Para
demostrar una vez más a la sociedad, a la opinión pública,
que las cosas no marchan bien en torno a determinados
conflictos, que pueden ir desde injusticia social, educación,
presxs politicxs o el tema mapuche, hasta un tema mayor
como el desprecio al capitalismo y a la sociedad de clases.
Se sale a la calle también conmemorando fechas e
historias particulares de compañerxs asesinadxs, se sale a la
calle para demostrar que no hay olvido”.
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Para Tamara es indispensable destacar también otro
punto y es el hecho de que: “La acción directa violenta es
solo una de las tantas formas de luchar contra el capitalismo
y todas sus implicancias, y es la única instancia que tenemos
para aterrizar la lucha a un plano material.
Todos los días estamos en una pugna constante contra
este sistema y sus injusticias, de distintas formas, con la
educación, escritos, exposiciones, talleres. Etc., pero es éste
momento donde las intransigencias y las odiosidades se
vuelven palpables”.
Cada corte o salida a la calle conlleva un sinnúmero
de problemas o inconvenientes a la hora de actuar, Eduardo
considera que son dos los más recurrentes: “La poca
organización de algunos núcleos y el infundado pánico a las
fuerzas policiales (suelen ser menos que nosotrxs).
Otro problema, que suele suscitarse entre grupos que
no poseen una organización interna sólida al momento de
las protestas, son los “sapos”, es decir, tipos infiltrados que,
o son policías o trabajan para ellos. También suele haber
problemas con los grupos políticos más reformistas, tildados
de amarillos o “pacos de rojo” (en el caso de integrantes del
PC), quienes no dudan nunca en hacernos callar y reprimir
nuestra expresión violenta.
El resto, generalmente son problemas de carácter
técnico en los que no ahondaré por asuntos de seguridad,
pero que tampoco resultan ser un asunto grave”.
Pero no siempre los escenarios de un corte son
los mismos y a veces un hecho azaroso descoloca a lxs
encapuchadxs y puede hacer tambalear la acción misma.
“Recuerdo un par de ocasiones en donde nos encontramos
de frente con autos de (la policía de) investigaciones, que
pasaban por casualidad y que han decidido asomarse por
las ventanas para dispararnos, pero no al aire como en las
películas sino al cuerpo, ojalá a matar.
Eso tiene que ver con la esencia de ser rati creo yo, los
pacos (generalmente los asesinos históricos), rara vez nos
reciben a balazos, pero los ratis, siempre tratando de ser
intrépidos y valientes se mandan miles de cagadas, porque en
la calle no estamos solo nosotrxs, sale todo el estudiantado
a ver, hay gente que va pasando… nosotrxs nunca vamos a
exponer a esa gente, pero ellos… ¡Para que decir! Los ratis
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son para nosotrxs lo peor de lo peor, son una máquina con
chaquetita y gel”, afirma Eduardo.
Lo que lxs encapuchadxs realizan, en el momento del
corte o incluso en otras instancias y lugares de acción directa
y esto alude al ataque, en el sentido físico o simbólico sobre
un determinado ente (puede ir desde bloquear un acceso a
un local hasta poner una bomba dentro del mismo).
La acción directa violenta es siempre un ataque frontal a
un objetivo particular, pero que lleva implícito un significante,
un discurso que se trata de expresar en la acción misma. La
acción directa violenta refiere a todo ataque físico que se realiza
contra determinados iconos o símbolos de un poder que se
vislumbra como opresor. El término se utiliza prioritariamente
para señalar acciones contra establecimientos y no contra
personas. (Definición basada en el cuadernillo “Del sabotaje
como una de las más bellas artes”).
La forma en la que aceptan a un/a nuevx miembrx
obedece a una especie de código no escrito y sobre el cual
no existen normas generales, es decir cada colectividad va
definiendo las condiciones de acceso a su manera y sin
plantearlas como una verdad absoluta e inamovible.
Son pocxs lxs que acceden a hablar con nosotrxs sobre aquello,
lo hacen con notoria molestia y explicando que no puede hablarse en
ningún caso de un código universal.
Rodrigo explica que “no hay condiciones o requisitos. Hay
mucha gente que quiere participar y no porque deba cumplir algún
artículo, porque no existe, no puede hacerlo porque hay cosas de
seguridad en juego, se supone que todas las personas que están ahí se
ubican, tienen una relación, se podría decir que todxs medianamente
se conocen, hay un cierto control que se rige por el hecho ubicar
(conocer) a las personas, está de por medio la confianza”.
También surgen otras voces como la de Mario que cree
que una especie de requisito sería “Tener un descontento
intuitivo frente a las condiciones que nos imponen desde
arriba, es el requisito básico. Las otras condiciones de no
sé; edad, experiencia o el manejo de armas o cosas así, las
pondrá cada núcleo.
Pero podría decir que LA condición es el rechazo al
capitalismo… pero no sé, porque siento que igual hay algunos
núcleos que asumen una posición reformista”.
Existen ciertas versiones (generalmente hechas por políticos
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del ala derecha de la sociedad) que sindican a lxs encapuchadxs
como una fracción violentista y exaltada que pertenece a un
partido político o que por el contrario son utilizadxs por un
determinado sector político para crear inestabilidad social, que
a juicio de muchos parlamentarios, en Chile no se vive.
Al respecto, consultamos a lxs encapuchadxs por su
adherencia o no a algún sector político en especial. Las
respuestas que obtuvimos fueron tajantes en cuanto a su
distancia y desprecio hacia cualquier partido político y forma
de organización vertical y representativa.
Señalaron la inexistencia de puentes o canales de
comunicación con partidos políticos, aún y cuando esos
partidos, digan representar al pueblo y a la izquierda, el
repudio hacia lo que ellxs señalan como “sucia política
partidista” es total.
Andrés lo resume y explica de modo tal que no quede
duda alguna: “Los políticos se han encargado de que la
sociedad asocie la política con lo que hacen los políticos, lo
que ha impulsado a la masa a decir la política es una mierda
y así condenando y alejándose de cualquier tipo de accionar
de esta índole, le dejan la política a senadores, diputados,
presidentes y demás mierda.
Así la gente se encierra en sus casas y deja que un grupo
de mafiosos tome las decisiones por ellxs. Lo político es algo
que nos concierne a todxs, algo de lo que todxs debemos
participar porque solo el pueblo puede lograr los cambios
que tanto anhela, un político jamás solucionará nada porque
eso implica un quiebre en sus propios intereses”.
Entonces preguntamos a lxs encapuchadxs si adherían
o siquiera sentían simpatía por algún movimiento político,
Manuel afirma: “No soy de ningún movimiento, pero
si tuviera que considerarme cercano o “ejecutante” de
alguna ideología, sería cercano a una ideología anarquista
y también recogería conceptos del marxismo, por supuesto
no en lo organizativo, no en lo jerárquico, sino más bien
en lo disciplinario, obviamente esto no quiere decir que me
vincule o siquiera respete al partido comunista, eso jamás”.
Mario responde que “Lxs encapuchadxs son gente que
tiene ideas libertarias, que se proyecta hacia una sociedad
en comunismo, en solidaridad, con sueños súper bonitos,
pero que no se manifiestan en la acción misma de lxs
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encapuchadxs, sino que se mantienen como las ideas que
motivan la acción”.
Según Alejandra “Todas nuestras acciones se argumentan
en aspectos políticos. No podríamos definirnos como una
grupo de convicción política determinada, pues aquí fluctúan
ideas diversas, aunque todas ellas se caracterizan por ser
expresiones de la izquierda radical”.
Al tocar un concepto como radicalidad, preguntamos
si se sentían o consideraban como revolucionarixs,
Miguel se sorprende con la pregunta: “Difícil pregunta…
por un lado sí porque prácticamente todas las luchas y
coyunturas socio-políticas que están ocurriendo en el país,
al ser bien encaminadas pueden constituirse en acciones
revolucionarias, innovadoras.
Las constantes manifestaciones y salidas universitarias de a
poco comienzan a encender los ánimos, lo cual puede terminar,
eventualmente, en una revolución social o guerra civil.
Desde ese punto de vista todo lo que hacemos repercute
en algún tipo de revolución por muy mínima que ésta sea. Pero
por el contrario, podría decirse que somos pro-revolución ya
que lo que hacemos es sólo agitar las aguas, hacer tambalear
un poco el sistema que eventualmente por una coyuntura
histórica pueda terminar en una revolución, por esto quizás
podría ser muy agrandado el auto llamarnos revolucionarixs”.
Un tema que imaginamos sería complicado de tratar con
lxs encapuchadxs tenía relación con la violencia, era probable
que incomodara o molestara a algunx de ellxs. Sin embargo,
las respuestas sobre qué rol juega la violencia dentro de su
accionar, mostraron una completa calma en torno a la temática.
Martín es de la posición de que “La violencia es un
medio, nada en sí mismo, no tiene ninguna carga ni positiva
ni negativa, es tan solo una forma de accionar, como lo es
la actitud pacífica. Yo creo que al accionar de nosotrxs si es
violento, pero ante unas condiciones materiales que son de
una violencia constante y mayor”.
Para Tamara: “La violencia es una de las tantas armas que
tenemos para combatir al sistema. El encapucharse y salir a
la calle a luchar contra los pacos (policía) implica el uso
pleno de la violencia como medida de acción. Palos, piedras
molotovs, patadas, combos y lo que tengamos a nuestro
alcance son las armas que utilizamos para el combate.
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En la lucha contra el capitalismo existen distintas
armas, y es nuestro deber hacer uso de ellas, la violencia
política sirve para hacer tambalear el orden y producir una
inestabilidad que eventualmente termine en una crisis y con
ella una guerra social.”
Los senadores explican la modificación de la ley de
control de armas que existía desde 1972 como un intento
por erradicar y aminorar la violencia. En ese año, la
promulgación de la ley tuvo como fundamento evitar la
formación de grupos combatientes, hoy el tema es distinto,
esta vez pretende desincentivar el porte de armas por parte
de particulares, pero además pretende bajar el nivel de
violencia durante las protestas, imponiendo penas de cárcel
a quienes porten bombas molotov.
La idea de incluir las bombas molotov como armas
prohibidas tanto en su elaboración, en el aumento de la
violencia en las manifestaciones estudiantiles, casos como el
del policía de fuerzas especiales quien el 2 de Septiembre de
1999 fue alcanzado por uno de estos artefactos en las afueras
de la universidad ARCIS.
Ante este nuevo escenario de penas más duras preguntamos
a lxs encapuchadxs que opinión merecía esta nueva ley. Quien
nos respondió fue Patricio con la cara plagada de sonrisas:
“Bueno, son idioteces que hacen los políticos cuando ven que se
está legitimando y haciéndose cada vez más recurrente el uso
de ellas para conseguir fines políticos o expresar descontento.
Personalmente, aparte de tener aún más cuidado, no va a
significar un gran cambio o una disminución en su uso. Quizá
aumentará el uso de bombas de pintura y cosas de ese tipo,
pero el número de molos por salida, ya sea en universidades o
poblaciones, no va a disminuir.
Lo otro que podría ocurrir es que al ser considerada la
molotov como un arma, se van a empezar a hacer salidas
con AK´s (AK 47), hechizas y tunas (pistolas) de bajo calibre, si
total, al fin y al cabo la pena por el porte de armas es igual”.
Termina su frase con sonoras carcajadas.
Entrando de lleno en el tema de la violencia, se hace
pertinente tocar otro tema muy recurrente al hablar de lxs
encapuchadxs: el terrorismo. Es posible que sea un tema
sobre el cual tienen muchas opiniones que dar, pues a diarios
son tildadxs de terroristas.
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Quien comienza a responder es Eduardo y a poco andar
demuestra que es mucho lo que tienen que decir sobre su
supuesto actuar terrorista, “La opinión que tengo frente a ser un
terrorista, es totalmente en contra de quien me pueda llamar así.
La sociedad dice que unx es terrorista por cubrirse al
atacar, por hacer una acción ilícita, por tener molotovs o por
atacar, pero es un juicio de quien lo haga. Para mí el terrorista
es quien atenta contra personas indiscriminadamente, ya
sea hiriendo o matándolas, generando un daño directo sin
pensar ni medir las consecuencias, poner una bomba en un
edificio y que mueran 20 personas o dejar un coche bomba
donde pasen millones de personas, eso yo lo defino como
terrorismo, causar daño a la población que no tiene nada
que ver con lo que se persigue en el fondo”.
Yo aquí salgo a la calle y quizás si una persona va en
su auto y me ve con una molotov claro, se asusta, pero mi
intención no es ir contra ella, ella avanza, pasa, sigue su
camino y yo continuo con lo mío”.
Era necesario entonces, ahondar en lo que significaba
para ellxs, o en como entendían profundamente el terrorismo.
Eduardo continua explicándose: “Para mi terrorismo es lo
que hace el Estado, un terrorismo más encubierto, más de
inteligencia, más sistematizado. Un terrorismo que se confabula
con la realidad, con lo que es la cotidianeidad, o sea, que tu
vayas al trabajo, 9 o 10 horas y te paguen una cagá que solo te
alcanza para sobrevivir, si eso no es terrorismo ¿qué es?
Que tú no tengas plata para atenderte en un hospital y
que haya gente que se muere porque no la atendieron porque
no tenía plata… ¿Si eso no es terrorismo, qué es? Que un
paco mate y no le hagan juicio, lo cambien de puesto y siga
trabajando, si eso no es terrorismo ¿Qué mierda es?, si a la
larga cada una de esas acciones y abusos nos afectan y atacan a todxs,
indiscriminadamente de lo que pensemos o hagamos”.
Se detiene, como tratando de articular la frase final, sus
últimas palabras resuenan en el aire. “Obviamente quienes
están a la cabeza del Estado van a querer buscar, enlazar mis
acciones como un daño a la sociedad.
Como un daño al bien común, como un daño a tus hijxs
y forma de vida. A la estética del barrio, a lo que sea para
bajarle el perfil al fondo del accionar que se está llevando a
cabo y minimizarlo todo al hecho de que rompí un paradero
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o un semáforo, pero en el fondo no lo tocan y ahí está lo
peligroso para mí”.
Alejandra retoma el tema señalando que “Los sistemas
basados en la dominación, siempre se encargarán de eliminar
o mantener bajo estricto control todo aquello que atente
contra sus parámetros de función coherente.
Por eso no resulta extraño el afán de tildarnos de
terroristas, a la vez que se constituye como una eficaz
campaña de “limpieza”. Van y le dicen a la ciudadanía,
con todos sus formidables medios, que somos un peligro,
terroristas y desalmadxs. De esta manera, su accionar
represivo queda justificado al momento en que la persona se
ha fiado del sistema que le oprime y le miente. Algo así como
“matar dos pájaros de un tiro”, erradican los movimientos
subversivos y le vendan los ojos a la gente”.
Ella también tiene una opinión clara sobre los que es
el terrorismo, no dista mucho de lo expresado por Eduardo.
Se apresura eso sí en definir quiénes son, a su juicio, los
“verdaderos” terroristas. “Los terroristas no somos nosotrxs,
es el Estado, son ellos y los gorilas que lo protegen.
Nosotrxs no poseemos los medios para infiltrarnos en sus
conversaciones, no allanamos sus casas, no invadimos sus
vidas, ni los espiamos. Entregamos nuestras vidas, nuestros
cuerpos a una lucha contra los verdaderos terroristas, por el
bienestar de todxs, por una mejor vida, porque este mundo
nos parece muerto, porque no nos deja respirar, porque
necesitamos que acabe, porque no creemos en reformas,
porque sabemos que al Estado no le interesa mejorar
nada por la sencilla razón de que dicha acción afectaría
inevitablemente sus intereses de forma negativa y, porque
ya estamos cansadxs de promesas de mierda”.
En esa creciente denominación y acusación de terroristas
han influido notoriamente los medios de comunicación
masivos. Ante ese hecho algunas posturas cuestionan el
silencio y rechazo a la prensa. Algunxs no entienden por qué
no se tejen puentes hacia los periodistas y por qué no se
conceden entrevistas. Les preguntamos sobre su actitud ante
la prensa y como entienden su labor.
Matías es el primero en contestar: “Los medios de
comunicación son funcionales al Estado y al sistema imperante,
no nos darán jamás tribuna para expresar algún tipo de
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postulado, y en el caso de que lo hicieran, se haría una campaña
masiva en todos los programas y canales para ridiculizar o
mostrar el horror de los pensamientos de esxs jóvenes”.
Antonio se apura en hacer una pequeña clarificación:
“Ojo que aquí hay otro punto, que tiene directa relación con
lo que ya se dijo, pero vale la pena ser recalcado.
Como los medios de comunicación son una especie de funcionarios
del capitalismo, eso nos hace estar en “trincheras” distintas, opuestas,
sería contraproducente darles una entrevista o permitirles captar alguna
de nuestras acciones, por eso siempre se apedrea a la aprensa, porque
ellos vienen como buitres a captar alguna imagen, ojalá espectacular.
Te puedo asegurar que si un día se muere un encapuchadx
o se quema y despedaza un paco, los periodistas van a estar
felices, porque tuvieron la noticia, la exclusiva o porque
tienen imágenes más impactantes que el resto.
¿Por qué habría que permitirle a una persona que no tiene
nada que ver con el asunto el que venga a captar imágenes, a
robarse nuestras caras?… ¿Por qué?, ¿Por qué estudió en la
universidad y es un profesional del periodismo?, eso es una mierda.
Para mí los periodistas de los medios masivos no tienen nada
que hacer en un corte, porque no son parte de él, la realidad debe ser
retratada por quienes la viven, los periodistas de los grandes medios
no están en el mismo lado de la vida que nosotrxs, entonces, nada de
nuestra vida deben retratar” sostiene seriamente Alejandra.
Según palabras de Sergio: “Al enemigo ni agua, ¿Para qué voy
a hablar con un periodista?, si no entiende, no ve, está adiestrado
para eso. Sólo viene a hacer un show de mi esfuerzo, de mi acción.
Desde ese punto de vista es mi enemigo y yo no transo con eso”.
Hay aquí un punto evidente de acuerdo, “Con la prensa
masiva nada”. Esa es la consigna que aprendieron las generaciones
que lxs antecedieron. Son lecciones que no se olvidan nunca,
más aún cuando de por medio han existido sanciones dentro
de los planteles y -más recientemente- juicios y sentencias de
cárcel. Todo esto gracias a la colaboración de periodistas, ya
sea a través de fotografías y videos o más grave aún, prestando
declaración como flamantes testigos protegidos.
84 |
CAPITULO IV
DIA DEL JOVEN COMBATIENTE
Pese a que no todxs lxs encapuchadxs pertenecen
a la misma colectividad, ni tienen los mismos y exactos
ideales, para ser más precisxs, son un conjunto de múltiples
colectividades que se coordinan sobre la base de objetivos
claros, existen temáticas que se repiten y se encuentran de
forma transversal en los diferente colectivos, aun mediando
las diferencias de los discursos/prácticas particulares.
Cada grupo y cada individualidad que utiliza la capucha
como medio de expresión, reivindica y acciona en torno
a ciertas temáticas generales. Es decir, temáticas que
trascienden a un colectivo especifico, pues pertenecen a
todxs lxs encapuchadxs y entre todxs se van construyendo
y masificando. Una de estas temáticas y quizá la más
importante y constante, es el día del Joven Combatiente que
se conmemora cada 29 de Marzo.
No existe una completa claridad, ni una versión
irrefutable sobre el momento en que lxs encapuchadxs
comienzan a salir reivindicando esta fecha. Pero lo que sí
está claro y ajeno a toda duda es el hecho que lo origina.
El 29 de marzo de 1985 en el sector de la mítica Villa
Francia en la comuna de Estación central, ocurre un hecho
de sangre que a posterioridad, será recordado año tras año,
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originándose en torno suyo un sinnúmero de actividades,
tanto de carácter violento como kontracultural.
Ese día, cerca de las 19:15 de la tarde carabineros de la Tenencia
Alessandri recibió un llamado telefónico que daba cuenta de la
presencia de los hermanos Eduardo (20 años) y Rafael Vergara (18
años) en el sector de las avenidas 5 de Abril con las Rejas. Estos
jóvenes eran ampliamente conocidos en su población.
La llamada de alerta se habría originado en el contexto
de que los hermanos se disponían a perpetrar un asalto a
mano armada. Ante esto carabineros inicio una ronda de
búsqueda. Al dar con los jóvenes, se les ordenó detenerse
sin lograr su cometido. Los muchachos comienzan a huir, lo
que origino entonces una persecución por toda la población.
El furgón policial pidió refuerzos a la tenencia,
logrando acorralarlos. Un carabinero disparó, obligándolos
a escapar hacia donde los esperaba un mayor contingente
policial. Los hermanos fueron acribillados. Eduardo murió
instantáneamente y Rafael, el menor, fue subido al furgón y
rematado ahí mismo. Luego, su cuerpo fue arrojado junto al
de su hermano, conformando un cuadro horroroso de dos
cadáveres abrazados en medio de la sangre.
Sería ésta la imagen que marcaría e impactaría a la
familia y vecinxs. Y sería esa sensación de indefensión la
que se propagaría de boca en boca, originando una inmensa
rabia e impotencia.
Pero la muerte de estos dos jóvenes no debe analizarse
como un simple hecho delictual, o un procedimiento de
rutina que devino de un enfrentamiento. No es casual el
asesinato de los hermanos Vergara Toledo. No lo es cuando
comenzamos a conocer su “historial” de lucha y combate
contra la dictadura de Augusto Pinochet.
Una vez que la dictadura se instaló en Chile, los distintos
organismos entraron en funcionamiento y se asentaron las
bases de lo que sería un larguísimo régimen militar. Durante
la década de los 80 la familia Vergara Toledo, partidaria del
gobierno de la Unidad popular, comienza a sentir con mayor
fuerza la represión y sobre todo sus hijos, quienes de una u
otra forma estaban ligados a organizaciones de protesta.
El primer hecho de represión directa, se vive en 1982,
durante los funerales de Tucapel Jiménez, momento en el
cual es apresado Eduardo Vergara por carabineros. Durante el
86 |
mismo año es detenido junto a una compañera universitaria por
personal de civil quienes posteriormente lxs dejan en libertad. A
causa de esta detención Eduardo será expulsado de la Academia
Superior de Ciencias pedagógicas de Santiago (ex Pedagógico),
cuando cursaba segundo año de Historia y Geografía.
La primera detención de Rafael es a los 16 años y se produce
en Diciembre de 1982 durante la Marcha del hambre en el
centro de Santiago. En marzo de 1984 la casa de los hermanos
Vergara Toledo es allanada por primera vez por personal de
carabineros de la 21a Comisaría de Estación Central, acusándolos
de ser los causantes de un atentado contra una camioneta
municipal patente GAC-424 de Maipú el 12 de Marzo de ese año,
finalmente no se dictaron cargos en su contra.
Durante su estadía en la universidad, Eduardo se
incorpora a la Unión Nacional de Estudiantes Democráticos,
en ese momento comienza su militancia en el Movimiento de
Izquierda Revolucionaria (MIR). En 1985 será la última vez que
los hermanos Vergara Toledo compartirán con su familia, antes
de separarse definitivamente para “entrar” en la clandestinidad.
La familia no se explica el por qué justo ese día los
hermanos se encontraban juntos y por el sector, tema que
les provoca mucha suspicacia, más aún cuando existe el
antecedente de que el día anterior al asesinato, personal de
civil de la policía preguntaba por ellos a lxs vecinxs.
En lo que se refiere al tema netamente judicial, resolvió
el 24 de Julio de 2001 sobreseer definitivamente la causa que
involucra a los carabineros (r) Alex Hinojosa, Jorge Martín
Jiménez, Francisco Toledo Puente y Marcelo Muñoz Cifuentes,
el ministro de los tribunales de justicia Sergio Muñoz se
negó a la petición de terminar con este proceso dada la
prescripción de la acción penal del delito de homicidio (ya
que este caso excede los 10 años de antigüedad).
El juez Muñoz estableció que este crimen se enmarca
dentro de los delitos contra la humanidad, teniendo por
ende, el carácter de imprescriptible en los tratados firmados
por Chile sobre la protección de los derechos humanos.
En cuanto a la petición de los involucrados sobre
cerrar el caso, aplicando la figura legal de “cosa juzgada”
(ya que el caso ya ha sido visto por la justicia militar), el
ministro Muñoz la ha rechazado, basándose en que para
que esta norma pueda ser aplicada es imprescindible que el
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primer fallo (de la corte marcial) haya sido condenatorio o
absolutorio, pero es necesario que la sentencia se pronuncie
en cuanto a responsabilidad.
De quienes si hay un pronunciamiento claro y tajante es
de lxs encapuchadxs. Año a año las calles de Macul con Grecia
ven como se enfrentan a carabineros de fuerzas especiales.
Es casi un ritual que se respeta “sagradamente”, un ritual de
memoria combativa y acción directa.
En torno a los hermanos Vergara Toledo se levantan
diferentes actividades, tanto en universidades como en
algunas poblaciones (que a esta altura ya son míticas en
cuanto a enfrentamientos se refiere: Villa Francia, La Victoria,
La Pincoya, Lo Hermida, entre otras).
Si bien cada actividad se inicia con un carácter artístico-
cultural, la presencia de carabineros en las inmediaciones
del lugar, termina siempre exacerbando los ánimos, cuestión
que deviene inexorablemente en nuevos enfrentamientos
entre encapuchadxs y la policía.
Otras veces, por el contrario, no es necesaria ninguna
presencia externa para encender las hogueras de las barricadas.
El desafío parece ser que cada año la conmemoración sea
más masiva y más grande en términos de efectividad (más
enfrentamientos con carabineros).
Pablo resume las actividades kontraculturales de un
29 de Marzo: “Ese día se realiza prácticamente de todo. En
las universidades se hacen foros, se hacen actividades con
música en vivo, videos, a veces algún familiar de un/a joven
combatiente asesinadx dirige algunas palabras a lxs asistentes.
En las poblaciones políticamente activas ocurre lo
mismo, la idea principal es compartir con la gente que viene
de afuera y recordar a lxs compañerxs caídxs. Los discursos
de lxs familiares no reivindican específicamente a sus hijxs,
sino que llaman a prestar atención y a tener cuidado con lo
que se hace y específicamente con lo que se dice que se hace,
porque muchxs cabrxs cayeron por puros sapeos”.
Pero la otra cara de ese día es la violencia. Lxs encapuchadxs
no establecen un rango de cual actividad es más importante o
debe ser más notoria, si la kontracultural o la violenta. Parece
ser que ambas pesan lo mismo, puesto que confluyen en puntos
iguales: activar la memoria de un asesinato y demostrar que el
combate contra las estructuras del poder se mantiene intacto.
88 |
En palabras de Nicolás: “El 29 de marzo es nuestro día,
el día del joven combatiente, el día en que recordamos a lxs
compañerxs caídxs, el día en que el enfrentamiento directo
es una meta que se vuelve real”.
Personalmente no recuerdo rostros, no reivindico
las luchas de lxs combatientes caidxs de forma individual,
no reivindico quienes eran, sino que es un día que nos
apropiamos de la calle y hacemos que los pacos arriesguen
sus vidas para que vean que nuestra lucha es en serio y que
no nos importa arriesgar nuestra libertad para demostrarles
que a pesar de que nos arresten y maten, nuestra lucha no
se detiene, sino que se hace más fuerte”.
Le preguntamos a Manuel el por qué se recuerda
exclusivamente a los hermanos Vergara Toledo, aun cuando
en la dictadura hubo muchas otras personas detenidas,
asesinadas e incluso desaparecidas.
“La verdad es que no sé muy bien el por qué específicamente
los hermanos Vergara Toledo se han constituido en “jóvenes
símbolo” del día, ni tampoco por qué se decidió conmemorarlo
el día en que ellos murieron, supongo que fueron decisiones
tomadas en ese minuto, en esa época.
Fue una familia que perdió brutalmente a dos de sus
hijos en una misma noche, quizás fue la brutalidad con que
los asesinaron lo que impulsó años después a sus cercanxs y
conocidxs a recordar el día de su muerte con un singular nombre.
Nombre al cual se le iría sumando una lista de asesinadxs con el
pasar del tiempo, incluso ya finalizada la dictadura”.
Para lxs encapuchadxs es fundamental recordar y organizar
acciones en torno a otrxs jóvenes que fueron asesinadxs durante
la democracia. Ellxs interpretan el ejercicio de la memoria
como completamente subversivo, en un presente que pretende
olvidar y sepultar cualquier exceso y atisbo de abuso.
Lxs encapuchadxs creen que es necesario develar quienes
son los personajes que se han llevado la vida de muchxs otrxs
jóvenes, para así emprender un combate rotundo contra ellos.
Es aquí donde se observan diferencias absolutas con el
tiempo de la dictadura, Tamara nos lo explica así: “Durante
la dictadura era una lucha a muerte contra los militares,
era prácticamente una guerra civil, donde todo el mundo
estaba consciente de que se mataba gente, algunxs estaban
en contra, otros a favor, pero independientemente, había un
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estado de guerra interna donde era común que murieran
jóvenes luchadorxs todos los días.
Al llegar a la democracia se supone que esta lucha
interna terminaría y que los pacos estaban para defender la
seguridad de todos los ciudadanos. Se empezó una campaña
por cambiar su imagen y la gente comenzó a “quererlos” y
respetarlos, en vez de temerles. La institución de carabineros
es una de las más legitimadas, y hoy son alabadas tanto por
la izquierda como por la derecha, puesto que simulan tener
un rol apolítico dentro del sistema”.
Alejandra interrumpe y toma la palabra “Lo que la gente no
entiende es que con la dictadura no se acabaron las persecuciones,
ni las torturas, ni los seguimientos, ni los asesinatos.
Luego de la dictadura quienes siguieron luchando fueron
prácticamente purxs jóvenes, lxs adultxs y gente de edades más
avanzadas, dejaron las armas y se dedicaron a obtener puestos
importantes en el mundo político y/o rectorías en universidades.
Por lo mismo, como fueron en su mayoría jóvenes lxs
que se rehusaron a dejar de luchar, y no olvidaron que la
democracia no constituía una mayor diferencia con el sistema
anterior, fueron también jóvenes quienes murieron a manos
de los gendarmes de la democracia y así, sucesivamente,
fueron muriendo en balaceras con los pacos, la lista es muy
larga y con el fin de recordar a lxs compañerxs que han
muerto luchando, y dado que todxs eran todxs jóvenes, se
decidió utilizar esta fecha”.
Matías decide hacer una pequeña acotación: “Yo creo
que los hermanos Vergara Toledo son solo un símbolo, en
realidad lo que se recuerda esa fecha es que si no tenemos
cuidado nos puede pasar lo mismo que a ellos. Todxs
estamos en esto por una decisión personal y debemos asumir
responsablemente los riesgos que estamos corriendo”.
La conversación recibe una nueva interrupción, el tema
les gusta y apasiona, está vez es Mario quien toma la palabra:
“Cada 29 se hace más evidente al recordar a compañerxs como
Daniel Menco o Claudia López que han sido lxs más recientes
asesinadxs y que nos demuestran que los pacos no dejaron
de matar en el 89, sino que siguen matando e intentarán
matarnos en cuanto tengan oportunidad; aún peor, los
asesinos seguirán sueltos para seguir matando compañerxs”.
Preguntamos entonces cuanto saben exactamente de los
90 |
hermanos Vergara Toledo y las respuestas fueron bastante
sorpresivas y tajantes. Antonio responde: “Sé lo mismo
que todxs, supongo. Personalmente nunca los conocí y mi
relación con sus padres es solo para esa fecha, cuando lxs
escucho dar sus discursos en la Villa Francia, recordándonos
tener cuidado y dándonos su apoyo en todo lo que hacemos”.
Martín agrega: “Mira te voy a ser bien franco y honesto,
acá es poca la gente que se pone a revisar la historia completa
de los hermanos Vergara Toledo, no te vas a topar con gente
que sabe hasta cuándo ellos dieron su primer beso o si tenían
alguna cábala al momento de salir a enfrentarse con los pacos.
Porque eso sería equivalente a endiosarlos o tenerlos
como ídolos, acá lo importante es que los cabros se
organizaron contra un sistema injusto y por eso fueron
eliminados por ese mismo sistema. Lo importante es que
eran como cualquiera de nosotrxs”.
Para Cristian es relevante destacar que “Ponerme a
investigar cada detalle íntimo de sus vidas no es importante,
porque el tema del 29 de Marzo los supera a ellos mismos, es
mayor que sólo ellos. Hay que recordarlos, porque la memoria
es el primer paso para la acción, pero no hay que elevarlos a
una categoría de seres supremos y geniales, en donde debo
aprender y memorizar cada cosa que ellos dijeron, eso no”.
Se hace una pausa y el silencio es interrumpido por
Sergio, para agregar: “Alguna gente piensa que el 29 de
Marzo es de los hermanos Vergara Toledo y resulta que no
es así. Es cierto que ellos son los más conocidos y famosos
para el común de la gente, pero ese día la conmemoración
abarca a todxs lxs jóvenes combatientes”.
En ese momento alguien saca un panfleto de hace
algunos años y lo muestra. Es un pequeño trozo de papel en
donde se llama a participar de las actividades en torno al 29
de Marzo, lo singular es que el panfleto lleva un dibujo en
donde se aprecia a un niñx de escasos años, a un/a joven y a
un/a ancianx, todxs encapuchadxs y con el puño en alto. El/
la niñx levanta la cuchara con la que comía su papilla, el/la
joven levanta su brazo con una honda y el/la ancianx levanta
el bastón que le ayuda a caminar. El panfleto dice lo siguiente:
“Jóvenes combatientes de todas las edades… ¡a la calle!”
Pablo agrega entre risas: “Ese es el punto más destacable,
el 29 de Marzo es un día que apunta a todxs lxs jóvenes
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combatientes, no solo lxs de 20 años, a todxs lxs jóvenes de
espíritu. Lxs que posean la fuerza de la juventud para luchar
contra toda esta mierda.
En el día del Joven Combatiente se recuerda activamente
(o sea en la calle, en un enfrentamiento) a lxs jóvenes que
fueron asesinadxs, a lxs compañerxs que han sido arrestadxs y
a todxs lxs jóvenes que día a día se enfrentan a las estructuras
de dominación del capital. En esta fecha se reivindica tanto
a compañeros y compañeras caídxs como a lxs que siguen
en pie. Es como nuestro cumpleaños”. Dice Andrés, primero
muy serio y luego con sonoras carcajadas.
Consultamos si mantenían o no una relación, de algún
tipo, con la familia de los hermanos Vergara Toledo. Eduardo
responde: “Algunxs quizás la tienen porque son vecinxs
o quizás familiares, lo mismo ocurre con el caso de otrxs
compañerxs asesinadxs, son amigxs, parientes, vecinxs,
compañerxs de curso, anda a saber quién está bajo la capucha,
lo importante es que están todxs por la misma causa.
Personalmente no tengo ninguna relación, pero no
encuentro que sea algo relevante, el día no es para reivindicar
a los hermanos Vergara Toledo por quienes eran, sino que es
para reivindicar la lucha, la cual no tiene rostro”.
Lo que está claro hasta aquí y que es importante destacar
y dejar ajeno a toda duda es que el día del Joven Combatiente
trasciende a la mítica figura de los hermanos Vergara. Si bien
en un inicio, la fecha recordatoria se instaura producto de
la conmoción surgida a raíz del asesinato de los jóvenes,
conforme fueron pasando los años el sentido comenzó a
cambiar, ampliándose y haciéndose extensivo a muchxs otrxs
jóvenes asesinadxs en democracia.
Podemos aventurarnos y pensar que el cambio de sentido va
surgiendo producto del recambio generacional en “la calle” o “en la
barricada”. Pero, si bien fueron cambiando lxs protagonistas en el
escenario de la lucha violenta contra el capitalismo, se han mantenido
temáticas generales, que van extendiéndose más allá de sus propixs
creadorxs, como podríamos identificar en este caso específico a lxs
familiares y círculo más cercano de los hermanos Vergara Toledo.
Fuimos consultando entonces por otrxs jóvenes que
perdieron la vida en algún tipo de combate o manifestación.
Nos fueron dando nombres y dando algunas reseñas, pero
se mantuvieron fieles a su planteamiento de no mitificar a
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ningunx de ellxs, por muy tentador y propagandístico que
esto pudiese ser.
Nos contaron la historia del momento justo en que cada
unx de estxs “nuevxs” jóvenes pasó a integrar los listados de
la muerte, pero no se explayaron en detalles que para ellxs
carecen de sentido. “El averiguar cada suspiro que alguien
da, se lo dejo a la prensa rosa” dijo alguien que no quiso ser
identificadx para esta entrevista.
Lxs siguientes jóvenes también son conmemoradxs por
lxs encapuchadxs en cada nueva salida a la calle, por ellxs
también encienden la hoguera de la rabia.
El mismo día y mismo año del asesinato de los hermanos
Vergara otra joven fue brutalmente asesinada, se llamaba
Paulina Aguirre Tobar. Tenía sólo 20 años. En su caso, ella no
opuso resistencia al momento de su detención en el sector del
Arrayán, aun así fue asesinada de nueve balazos a corta distancia
por miembros de la CNI (Central Nacional de Inteligencia).
En la actualidad están procesados como autores Álvaro
Corbalán Castilla; Krantz Jonhas Bauer Donoso, teniente
coronel de ejército en retiro; Miguel Ángel Soto Duarte, mayor
de carabineros (r), alias “El paco Aravena”; Alejandro Astudillo
Adonis, oficial de la FACH; y Jorge Claudio Andrade Gómez,
teniente coronel de ejército (r). Una vez que el crimen fue
cometido los personajes involucrados realizaron uno de los ya
clásicos montajes, con la finalidad de simular un enfrentamiento.
El 26 de Marzo murió Norma Vergara Cáceres, de un
disparo en el pecho durante una operación efectuada por la
Dirección de Inteligencia Policial de Carabineros (DIPOLCAR)
durante la captura de una escuadra de las Fuerzas Rebeldes y
Populares Lautaro (FRPL), en las calles San Diego con Victoria.
Al momento de ser asesinada Norma tenía 27 años de edad
y desde los años ochenta había participado en distintos
grupos de la zona sur de Santiago, integrándose finalmente
al Movimiento Juvenil Lautaro (MJL).
Durante los noventa ingresa a las FRPL y hasta el día
de su muerte fue dirigente de las distintas actividades que
eran llevadas a cabo por esta organización urbana. Uno de
sus objetivos de lucha era conseguir la libertad de lxs presxs
politicxs en la penitenciaria de Santiago.
Desde 1993 se reúne cada cierto tiempo el colectivo
“Norma Vergara” para recordar la fecha de su muerte. En varias
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universidades y centros culturales se pueden apreciar afiches
que muestran a una joven de amplia sonrisa y aspecto bastante
indefenso, cuesta imaginarla empuñando un arma. Uno de esos
afiches termina así: “Pretendieron aniquilarla, pero no hicieron
más que sembrar semillas de subversión que hoy se esparcen
con autonomía, horizontalidad, rebeldía y dignidad”.
La noche del 11 de Septiembre de 1998, al cumplirse 25
años del golpe militar, la joven estudiante de danza, Claudia
López fue muerta en el sector de la población La Pincoya,
mientras protestaba en una de las barricadas.
A raíz de la muerte de Claudia distintos grupos opositores al
orden establecido reaccionaron con rayados y barricadas en distintos
lugares de Santiago, desde universitarixs hasta trabajadorxs.
Uno de sus escritos más difundidos es este poema:
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Una certera bala en la cabeza lo dejaría agonizante un par
de días hasta finalmente causarle la muerte. Su asesino ha sido
identificado como el mayor de carabineros Norman Vergara.
Hoy la universidad de Tarapacá entrega la beca Daniel
Menco para estudiantes de escasos recursos, como una
forma de recordar a este estudiante. De la misma forma se
creó el preuniversitario Daniel Menco. Para el día del Joven
Combatiente del año 2002, lxs encapuchadxs de Macul con
Grecia salieron a la calle con un lienzo que decía: TODXS
SOMOS DANIEL MENCO.
El 7 de Noviembre de 2002 Alex Lemún fue asesinado
de un disparo en la cabeza, mientras participaba en una
recuperación de tierras usurpadas por la Forestal Mininco
S.A. cerca de Ercilla. Cinco días después fallece producto de
las heridas causadas por el disparo.
La muerte de este joven provocó tal grado de indignación
que devino un alzamiento en las zonas indígenas, en
Santiago mientras tanto, se organizaron dos marchas por la
Alameda, las cuales terminaron con destrozos y saqueos a
locales comerciales. El más afectado fue el local de celulares
de la empresa Smartcom. Ubicado entre Amunátegui y San
Martín. Lxs participantes en las marchas no le perdonaron al
local ser parte de la compañía forestal Endesa España.
El asesino de Alex fue el mayor Marco Aurelio Treuer, quien
fue declarado inocente, quedando el crimen sin culpable.
Otra muerte en el marco del Día del Joven Combatiente
que involucra a Carabineros se conoció en la comuna Pudahuel
el año 2008. Según la denuncia, Jonny Cariqueo Yáñez (22)
sufrió un ataque cardíaco atribuible a una golpiza policial.
De acuerdo con el colectivo Puño en Alto, al que
pertenecía Cariqueo, el joven fue golpeado en la 26aª y 1aª
comisarías de Carabineros, tras ser detenido ese sábado,
cerca de la Plaza Víctor Jara, cuando había desórdenes.
Cariqueo sufrió un intenso dolor de pecho y pidió su
traslado a una posta de urgencia. En la 26ª Comisaría se le
habría negado la petición a pesar de informar que era enfermo
cardíaco. Sólo cuando se agravó, lo llevaron al SAPU de Pudahuel.
Allí los médicos le pusieron una inyección y expresaron
a los custodios la necesidad realizar exámenes de inmediato.
Sin embargo, Cariqueo fue llevado de regresó a la unidad
policial y al día siguiente lo enviaron a la 1ª Comisaría. Quedó
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libre a las 16 horas del domingo y al otro día sufrió un ataque
cardíaco fulminante.
La Fiscalía Occidente encargó a la Bricrim investigar
el deceso y remitió el cuerpo al Servicio Médico Legal para
su autopsia. El pre informe de autopsia indica como causa
de muerte un infarto grave provocado por una patología
cardiovascular crónica.
Cariqueo murió el 31 de marzo a causa de la brutal
golpiza propinada por carabineros dos días antes, según
reseña el mencionado informe de la CECT. La policía lo
detuvo al finalizar un acto político-cultural en el que se
inauguró la Plaza 29 de Marzo (esta fecha se considera Día
del Joven Combatiente), en cuyo centro hay un monumento
a lxs luchadores caídxs en dictadura y en democracia.
Según declaración post mortem emitida por familiares
y amigxs de Cariqueo, a las 21:20 horas de ese 29 de marzo, y
tras leer por última vez el comunicado de lxs convocantes a
la población “(…) lxs participantes iniciamos tranquilamente
la retirada del lugar. En ese momento, un gran contingente
de carabineros se lanzó sobre quienes se retiraban. Lxs
golpeó y detuvo a 30 de ellxs.
Un poco más tarde, la policía apresó a Cariqueo y a
otrxs dos jóvenes del colectivo Puño en Alto. Los condujo
a la Comisaría de Pudahuel. Allí, un grupo de carabineros
comenzó a golpearlos. A Cariqueo, que sufría problemas
cardiacos, le sobrevino un fuerte dolor de pecho y brazos.
Desde su celda solicitó ayuda al carabinero de guardia, quien
le respondió que se la brindaría sólo si lo veía “tirado en el
suelo, tiritando y vomitando”, según reseña el informe de
CECT con base en declaraciones de testigos”.
Otro joven que se recuerda intensamente es Matías
Catrileo, quien fuera asesinado por carabineros el 3 de Enero
del 2008 después de participar, junto con una veintena de
comuneros mapuches, en la toma del fundo Santa Margarita,
en la comuna de Vilcún, Región de la Araucanía. Estas
acciones realizadas por comunidades mapuche son para
recuperar tierras ancestrales.
A pesar de que los ocupantes no portaban armas de
fuego, los carabineros utilizaron metralletas Uzi. Catrileo
murió de un tiro en la espalda a manos del cabo segundo
Walter Ramírez. Una grabación radial de la Central de
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Comunicaciones de los carabineros reveló que los mapuche
sólo portaban piedras. A pesar de ello, Ramírez ordenó a sus
colegas disparar e hizo lo mismo.
El fiscal militar José Pinto Aparicio procesó a Ramírez por
el delito de “violencia innecesaria con resultado de muerte”;
15 días después, la Corte Marcial le concedió libertad bajo
fianza, y permitió su permanencia en las filas de carabineros.
Pero no solo con salidas, fuego y bombas molotov se
recuerdan a lxs muertxs en la guerra social, varios ataques
explosivos firmados con sus nombres han detonado para
destruir símbolos del capitalismo en su memoria, para
pulverizar el olvido.
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CAPITULO V
LIBERTAD, CAPUCHA Y
PRISION
Al analizar detenidamente los planteamientos de cada nuevo
corte y salida a la calle de lxs encapuchadxs, nos damos cuenta
que existe un tema que origina cuantitativamente más protestas
que otro. Ese tema es el que dice relación con lxs presxs politicxs.
La temática de lxs presxs siempre exacerba los ánimos
de lxs encapuchadxs de Macul con Grecia. Si bien es cierto
que las salidas y cortes se realizan por un sin número de
razones, cuando la irrupción a la calle se hace en nombre de
lxs presxs politicxs, la acción adquiere un cariz especial.
Se hace imprescindible aclarar de qué presxs, de qué
contexto y de qué mirada estamos hablando. Porque para
muchos de los sectores del acontecer político y social, en
Chile no existen presxs politicxs. Por lo tanto es indispensable
despejar esa nube de confusión y olvido, antes de explicar
el por qué lxs encapuchadxs salen a la calle en nombre de
personas con más de catorce años de prisión.
Una vez terminada la dictadura militar chilena, fueron
muchos los sectores que respiraron aliviados, entre ellos la
Democracia Cristiana, el Partido Socialista, el Partido Por la
Democracia (PPD), el Partido Radical y todos aquellos que no
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pertenecían a partidos políticos pero que de igual forma el
triunfo del NO los representaba plenamente.
Para ellos y su forma de ver el mundo, lo peor ya había
pasado, se iniciaba así el largo camino de reorganizar un país, que
tras diecisiete años de dictadura poco recordaba de ejercicios
democráticos. Así es como diferentes representantes de los
partidos políticos que habían combatido a la dictadura fueron
presentándose como candidatos a los más diversos cargos públicos.
La visión popular hablaba de un triunfo por sobre el
dictador y el ala de derecha del país. Miles de chilenos
se sentían orgullosos de haber vencido el miedo y la
desconfianza inicial en el plebiscito para, finalmente, haber
votado por el NO, que significaba la negativa a que Pinochet
siguiera a la cabeza del país y por ende, su salida.
Pero como siempre en la vida los hechos tienen diferentes
formas de ser analizados, éste no fue la excepción. Hubo grupos
(minoritarios en honor a la verdad) que consideraron la llegada
a la democracia como un show. Una puesta en escena que
escondía macabros entramados y pugnillas de poder.
Para estos sectores la llegada a la democracia no
representaba ninguna victoria para el pueblo en general,
para lxs pobladorxs. Si no, muy por el contrario, el plebiscito
como artífice del fin de la Dictadura, no fue más que una vía
negociada con Pinochet, una salida en los propios términos del
general de ejército. Una salida que en todo momento favorecía
a las cúpulas de poder y que por lo demás, no alteraba mucho
el escenario político ni socio-económico chileno.
De este modo, la democracia no era vista como una
victoria, si no al revés, como el peor escenario de la derrota, en
donde la gran mayoría de los chilenos estaba perdiendo, pero
se sentía ganador y por lo mismo se retiraba a sus casas para
ver como las "nuevas" cúpulas políticas administraban el país.
Es según esa mirada que algunos de los grupos político-
subversivos, como el FPMR, el LAUTARO y el MIR, que habían
nacido en los años más duros de la Dictadura, deciden
continuar operando, con las mismas formas y herramientas
de antaño. Es decir, pistola en mano y con un profundo
desprecio hacia la clase política dirigente.
Entonces, tenemos un cuadro de aparente calma y
normalidad en donde grupos de jóvenes-menores de edad
en algunas ocasiones- llevan a cabo ataques contra la
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reluciente democracia y lo que ellxs analizaban como el
continuismo de Pinochet.
Es así como se inician los asaltos a sucursales bancarias
(recuperaciones de dinero en su particular jerga), bombazos
a las torres de electricidad, cortes de rutas y calles, atentados
a iglesias mormonas, robos de material militar a conscriptos
y actos de propaganda armada en poblaciones, que muchas
veces consistían en reparticiones de mercadería robada
horas o minutos antes.
Otras veces llegaban hasta los sectores más pobres,
armadxs, encapuchadxs, repartiendo condones y panfletos,
como forma de protestar contra la iglesia y lo que ellxs
consideraban una educación basada en la ignorancia y en la
satanización del cuerpo humano.
Incluso el LAUTARO se dio el lujo de celebrar su
aniversario número veintidós, en mayo de 1991, ingresando
a la facultad de derecho de la Universidad de Chile (en calle
pio nono) en medio de la noche, para llenar la pileta central
de la universidad con globos con las siglas del grupo armado,
rayando toda la facultad y encapuchando a la estatua más
antigua del campus. Todo esto en silencio y sin que ninguno
de los guardias se diera por enterado.
Este tipo de acciones tenía por objeto demostrar que no
había ni una pizca de miedo ni respeto hacía el poder. Eran
acciones innecesarias si las miramos desde el punto de vista
de la planificación política, pero que dentro de una campaña
de agitación y propaganda causaban una gran simpatía.
Además de ser acciones de gran osadía.
Pero no todas las acciones de estos grupos son de
carácter anecdótico y lúdico. Hubo muchos hechos de sangre
reivindicados por estas organizaciones.
Uno de ellos fue el ocurrido en la comuna de las Condes
el 10 de Septiembre de 1992. Allí las Fuerzas Rebeldes y
Populares Lautaro mataron a tres policías que custodiaban
la casa del, entonces, intendente de Santiago Luis Pareto.
Aquella acción fue reivindicada como un hecho enmarcado en “la
justicia subversiva”. Y como un intento de “romper con la impunidad
en la que viven todos los agentes represivos del Estado. Quienes sirven
como instrumentos de opresión de los ricos y su podrida sociedad de
clases a la que llaman democracia”. Según el propio comunicado
que el grupo armado sacó días después del hecho.
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En esa acción fue asesinado uno de los miembros del
Lautaro, Andrés Soto Pantoja, conocido como “El Papi”, tenía
21 años de edad. Aquel era más o menos el promedio de edad
de todxs lxs subversivxs, entendiendo por subversivx a quien
intenta subvertir el orden social o moral establecido.
Aquí cabe detenerse un momento puesto que el término
subversivo genera divergencias hasta el día de hoy. Hubo grupos
como el FPMR que se autodenominaban como revolucionarios
y otros como el Lautaro que también se reivindicaban de esta
manera, pero que además, le agregaban el término subversivo.
Esto pese a que este mismo concepto era empleado por la
dictadura para referirse a ellxs de forma despectiva.
Según la prensa de esos años, el Lautaro era un grupo
“terrorista y subversivo”. Lo curioso es que posteriormente sería el
propio grupo quien se reivindicaría de esta manera. Subvirtiendo
entonces la propia terminología dada desde el poder, puesto que
la apropia y proclama en sus comunicados, la utiliza también
para marcar diferencia y ciertas distancias con otros grupos
armados, marca una ruptura en términos verbales.
Pero lo importante es que bajo ese contexto, en donde
las acciones de los grupos armados iban recrudeciéndose
conforme al paso del tiempo y conforme a la lista de
subversivxs muertxs crecía, el gobierno de la concertación
siente que debe tomar acciones aún más drásticas.
Curiosamente era lo mismo que pensaban lxs miembros
de los diferentes grupos armados. Acción tras acción, sus
compañerxs iban cayendo muertxs. De hecho el grupo
LAUTARO es uno de los que terminó con más combatientes
asesinadxs, en su mayoría muy jóvenes.
Otro grupo, El Destacamento Raúl Pellegrín resultó con todxs
sus miembrxs detenidxs, el único que se salvó de la cárcel perdió
finalmente la vida. Entonces debido a las numerosas muertes y
encarcelamientos era imperioso recrudecer las acciones y en lo
posible coordinarse para hacer una demostración de fuerza.
Es en ese creciente estado de tensión y odiosidades
declaradas, que el gobierno inaugura el año 1994 uno de los
recintos penales más polémicos de Chile. El nuevo edificio fue
construido a un costado de la ex Penitenciaría de Santiago,
en la calle Pedro Montt. Se le llamó Cárcel de Alta Seguridad
(CAS). Los años, finalmente, demostrarían y dejarían en claro
que el nombre era demasiado pomposo.
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El gobierno jamás quiso reconocer públicamente
que la nueva cárcel había sido construida para albergar
exclusivamente a lxs miembros de los grupos rebeldes
armados que, gracias a los operativos de infiltración y
seguimiento estaban siendo detenidxs.
En el diario Las Ultimas Noticias, el día 15 de febrero de
1994, el director general de gendarmería Claudio Martínez,
declaraba que la cárcel “no tenía como finalidad la reclusión
exclusiva de lxs presxs políticxs, sino más bien la de todxs lxs
presxs de alta seguridad”. Estas declaraciones las realizaba
para contrarrestar un recurso de protección presentado
por Esteban Romo, Patricio Ortiz y Víctor Ojeda quienes se
negaban a ser trasladados a la cárcel de alta seguridad.
Martínez defendía el criterio de los traslados
“Fundamentalmente en la peligrosidad que ellxs representan,
apuntándose especialmente a la tipología delincuencial,
por ejemplo: terroristas, narcotraficantes y delincuencia
organizada”. Lo cierto e innegable en esta historia es que en
casi más de 10 años, ese recinto no albergó a otro reo que no
estuviese vinculado a delitos subversivos.
Prácticamente todxs lxs miembros de los grupos
armados que fueron apresadxs estuvieron o pasaron en
algún momento por la Cárcel de Alta Seguridad (CAS). Fueron
enviados allí por la peligrosidad que representaban (según
los tribunales civiles y militares) para toda la sociedad.
La creación de este nuevo centro de reclusión trajo
innumerables críticas al gobierno de Patricio Aylwin, entre
ellas las provenientes de organismos internacionales de
derechos humanos. Esto a raíz de las duras condiciones de
vida que pretendían aplicárseles a lxs presxs.
El recinto cuenta con sofisticados sistemas de vigilancia,
cámaras de seguridad, micrófonos y un locutorio. Hasta ese
momento nunca en Chile una cárcel había contado con un
locutorio, al contrario, históricamente en la visita lxs rexs
podían conversar directamente con sus familiares y amigxs,
sin separaciones de gruesos vidrios y micrófonos.
El régimen diario del CAS era totalmente diferente de
otras cárceles, este recinto llegó a considerarse como “la cárcel
dentro de la cárcel”. Ello a raíz de las separaciones, paredes,
rejas, puertas y paredes que dividían a los diferentes módulos.
102 |
Algunos presxs, en sus rutinas de aseo de celda, se
encontraban con pequeños aparatos escondidos ya sea bajo
el piso, dentro de una ampolleta o en la pared, no tardando
en darse cuenta que eran micrófonos. Desde ese momento
comenzaron a pensar que aparte de estar enjauladxs, estaban
a la vista, expuestos a una especie de gran vitrina.
Durante el largo tiempo que estuvieron recluidxs, lxs
presxs sufrieron innumerables abusos. El primero fue ser
condenados por la Ley Anti-terrorista (18.314), la cual aumentaba
considerablemente su condena llegando a triplicarla.
Al ser condenadxs bajo esta ley se pasó a llevar la
convención de Costa Rica firmada por el Estado chileno
durante la Dictadura y ratificada en la Democracia. Esta
convención otorga ciertos beneficios a lxs prisionerxs
políticxs, cosa que en la práctica nunca se respetó en Chile,
ya que en muchos casos lxs detenidxs no pudieron contar
con los beneficios para quien ha cumplido ya las tres cuartas
partes de su condena.
Además, la mayoría de lxs presxs fueron condenadxs
tanto por la justicia civil como por la justicia militar,
generando el insólito hecho de que fueran juzgadxs y
condenadxs por el mismo delito en más de una oportunidad,
sumando más tiempo a su encarcelamiento. Tal es el caso
de Esteban Burgos, quien debió enfrentar dos procesos, uno
frente a la justicia civil que terminó en 2001 y otro frente a
la justicia militar que tardó más de 10 años en entregar su
veredicto. Al caso de Burgos se suma el de Manuel Martínez
quien recibió cuatro condenas por solo un delito.
Si bien es cierto que un mismo delito puede ser juzgado
(según sus agravantes y tipificaciones especificas) tanto por
la justicia civil como por la criminal, lxs presxs politicxs, sus
abogadxs, familiares y un sector de la población, se manifiesta
contrario a que un tribunal de la justicia militar juzgue
acciones cometidas por civiles, puesto que ellxs no deben
regirse a los códigos y castigos propios del mundo militar.
Por otra parte, si un delito es civil, será condenado por
ello, la parte querellante puede (si ha fracasado el juicio civil)
elevar una solicitud para que sea revisado en un juzgado
criminal, por tanto, si un caso es resuelto en un juzgado
civil no será criminal, es decir, una persona no puede ser
declarada culpable por el mismo delito en ambos juzgados.
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Un punto aparte merece el hecho de que en el Chile
democrático, las autoridades jamás han reconocido la
existencia de presxs políticxs. Esto queda de manifiesto
en las declaraciones de Subsecretario del Interior de la
época, Belisario Velasco. Quien en reiteradas oportunidades
afirmó que en Chile no había presxs políticxs, “sino simples
homicidas”. Porque, a sus ojos, los delitos que lxs presxs
cometieron no obedecían a razones políticas. Puesto que se
estaba bajo un régimen democrático, no había según él, razón
ni justificación política para llevar a cabo esas acciones.
Por otra parte, lxs presxs si se reivindicaban como
prisionerxs politicxs, argumentando que fueron sus
motivaciones políticas las que los llevaron a cometer cada
acción. Y van aún más lejos, ellxs se consideran así mismxs
como rehenes, como secuestradxs por un sistema social al
que evalúan como injusto.
En definitiva, la estadía en la cárcel de alta seguridad
fue aislando a lxs presxs politicxs, porque en un principio
podían solo visitarlos sus familiares directos. Pero todo ese
duro régimen hizo todo lo contrario a lo que se proponía, en
vez de reducir y apagar la voluntad y la moral de lxs presxs,
generó un estado de sublevación y tensión permanente
dentro de la cárcel.
Lxs presxs comenzaron a organizarse para combatir el
estado de represión diaria en que vivían, comenzando unas
especies de luchas domésticas (“Cárcel combativa” como
ellxs mismxs la denominan). Se iniciaron motines y huelgas
de hambre en demanda de beneficios puntuales, como más
horas de patio, poder subir a otros módulos, eliminar el
locutorio, ampliar la cantidad de visitas, etc.
En definitiva iniciaron una batalla hormiga por ampliar la
cárcel, para no sentirla tan pesada ni tan sobre ellxs y sobre cada
uno de sus pasos. Fue ese un proceso lento y casi callado, donde
sólo lxs presxs, gendarmes y familiares sabían con exactitud lo
que estaba pasando dentro de esos vigilados muros.
Fue un proceso duro, ya que luego de cada motín y huelga
de hambre sobrevenía una larga estadía en celdas de castigo,
junto a las correspondientes golpizas y humillaciones.
Pero pese a ello fueron ganando espacios, imperceptibles
y mínimos espacios para alguien en la calle, pero sin dudas
gigantes cuando se está encerradx.
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Cada pequeño logro fue subiendo la moral de lxs
presxs, iniciándose una especie de ofensiva contra la CAS.
Comenzaron a romper ventanas y cámaras de vigilancia, a
tomar como rehenes a gendarmes e incluso en una ocasión
amotinarse con el alcaide de la prisión dentro.
Para realizar aquello fue vital que estuviesen casi todxs
juntxs (sin contar con las mujeres y lxs presxs de otras
regiones). La idea de un recinto donde permanecieran
encerradxs casi todxs lxs rexs subversivxs no arrojó los
resultados esperados. Muchas personas encerradas y con casi
los mismos ideales no tardaron demasiado en coordinarse
para efectuar cualquier acción.
Fue así como podría resumirse lo que iba ocurriendo en
la CAS, era lógico incluso predecible. Pero no fue advertido a
tiempo por las autoridades carcelarias.
Debido a esto, lugares como el locutorio jamás fueron
utilizados y las visitas de lxs presxs llegaron incluso a compartir
con ellxs dentro de sus celdas. Hubo jornadas especiales (como
vísperas de navidades o años nuevos) en donde lxs familiares
pudieron quedarse dentro de la cárcel durante toda la noche.
En todos sus años de reclusión fueron visitadxs por numerosas
y reconocidxs escritorxs, artistas y músicxs.
En resumidas cuentas el proceso de encierro ha sido una
constante lucha entre rexs y carceleros, con los años esta
tensión ha ido modificando las jornadas dentro de la cárcel
de alta seguridad, todo a punta de batallas y revueltas.
La CAS ha sido después de todo una cárcel bastante
particular, ha generado muchas “revueltas” tanto de parte
de lxs presxs como de sus familiares y visitas, pero por otra
parte las autoridades no quisieron o no pudieron aplicarles
la Ley Antiterrorista con todo su rigor, como fue el caso de
“la dama de hierro” Margaret Teacher que dejó morir a lxs
presxs del IRA durante una huelga de hambre o como ocurrió
con lxs guerrillerxs del kurdistán, cuya huelga de hambre fue
ignorada por las autoridades del Estado de Turkía, muriendo
más de 300 de ellxs. Este conflicto de hecho contiene hechos
de violencia en las cárceles, donde lxs prisionerxs han sido
quemados vivos o partes de su cuerpo mutiladas, como
forma de escarmiento.
En ningún caso estamos diciendo -y vale la pena
aclararlo- que aquí en Chile se vive “buenas” condiciones
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carcelarias o que el Estado ha sido blando en la aplicación de
las leyes, simplemente planteamos que en otros territorios el
asunto se ha desarrollado de manera diferente.
Uno de los bochornos más grande que la CAS ha hecho
pasar a las autoridades fue el ocurrido en 1996. Ese día pasará
a la historia como una de las fugas más espectaculares de la
historia de Chile.
El 30 de Diciembre por la mañana, todo parecía normal
al interior de la cárcel. Normal, tanto para los ojos de
carceleros como para lxs demás rexs. Después se sabría que
ni siquiera lxs otrxs presxs estaban enteradxs de lo que iba a
acontecer dentro de poco.
Mientras realizaban sus rutinas de aseo diario, se
comenzó a escuchar un extraño ruido, como un murmullo
creciente. Al salir al pequeño patio, casi desnudxs, no dieron
cabida a lo que sus ojos veían. Un helicóptero sobrevolaba
las dependencias de la CAS. Un helicóptero sin identificación
que pudiese ser asociado a carabineros.
Los carceleros que custodiaban las torres de control
fueron sorprendidos, entregando a lxs ocupantes de la nave
valiosísimos segundos de acción. Pero luego de pasada la
sorpresa se inició un fuerte intercambio de disparos que
obligó a todxs a movilizarse.
El helicóptero se mantuvo sobre uno de los patios de la
cárcel y arrojó una cuerda de casi quince metros que llevaba
en su extremo un canasto blindado de forma artesanal. Ante
la mirada atónita de lxs presxs aún en pijamas, mojadxs o
envueltos en toallas, cuatro miembros del FPMR corrieron
hacia el canasto y subieron en él. Fueron solo fracciones de
segundos en las que nadie logró sacudirse la sorpresa y la
incredulidad como para subirse al canasto y huir también.
Una vez que lxs presxs ya estaban arriba del canasto
el helicóptero comenzó a perderse en el cielo, sin que los
disparos de los carceleros lograran derribarlo o herir a
algunx de sus ocupantes. Luego que el helicóptero se alejó
de las instalaciones del penal, descendió en el parque Brasil
en la comuna de La Granja, para permitir que sus ocupantes
se distribuyeran en distintos vehículos desapareciendo
rápidamente del lugar.
Los protagonistas de esta espectacular fuga fueron
Ricardo Palma Salamanca (autor de dos formidables libros,
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“Una larga cola de acero” y “El gran rescate”), Pablo Muñoz
Hoffman, Marcelo Ortiz Montenegro y Mauricio Hernández
Norambuena, el famoso “comandante Ramiro”, Ortiz y
Hernández, cumplían condena por el ajusticiamiento del
senador de la UDI Jaime Guzmán.
Pese a todos los operativos de inteligencia que se
movilizaron para su captura, la policía chilena nunca pudo
dar con sus paraderos, consiguiendo la totalidad del grupo
salir de Chile. En la actualidad Hernández Norambuena
cumple condena por el secuestro del empresario Washington
Olivetto en Brasil, y Patricio Ortiz Montenegro consiguió
asilo político en Suiza. Los otros prófugos aún no han sido
detectados por ningún organismo internacional.
La historia de lxs presxs politicxs (y el desarrollo de
está) se ha enmarcado dentro de reacciones y hechos poco
comunes. El encarcelamiento de estas personas ha creado
diversos escenarios de luchas, tanto las que lxs propixs presxs
han llevado a cabo, como las que efectúan otras personas en
apoyo a ellxs, pero evidentemente bajo contextos diferentes
y de acuerdo a otras lógicas de discurso, que pueden no ser
iguales a las que identifican a lxs presxs.
Año tras año las calles de Macul con Grecia se llenan de
rayados que exigen la libertad de lxs presxs politicxs, año tras
año (y pese a todos los esfuerzos policiales por detenerlxs)
lxs encapuchadxs salen a las calles en nombre de ellxs.
El 10 de Agosto del 2004 se promulgó la ley que otorgó
la libertad a un gran número de presxs politicxs, pero aún
quedaban algunos casos especiales que no pudieron acceder
a este beneficio. Por este motivo el 19 de Julio del 2005 en
el Senado se aprobó un artículo único que establece que lxs
condenadxs a presidio perpetuo por delitos contemplados en
la ley 18.314 referente a conductas terroristas se les concederá
el beneficio de la libertad condicional cumplidos los diez
años de pena, siempre que los hechos hayan ocurrido entre
el 1 de enero de 1989 y el 1 de enero de 1998.
Lxs últimxs presxs en ser puestos en “libertad” fueron
Hardy Peña del Lautaro, apresado en Noviembre de 1992
y condenado a cadena perpetua; Pablo Vargas, del Frente
Patriótico Manuel Rodríguez detenido en 1991 y condenado
a presidio perpetuo; Claudio Malgarejo, Lautarino arrestado
en 1993 y condenado a perpetuidad; Fedor Sánchez
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Piderit, perteneciente al FPMR detenido en 1991 y también
condenado a cadena perpetua.
Hoy en el año 2013, a casi 10 años de acceder a los
beneficios carcelarios aun siguen cumpliendo su condena de
reclusión nocturna,
Preguntamos a lxs encapuchadxs por qué salen a la calle
en “favor” de lxs presxs politicxs. Cuál es el discurso que en
definitiva motiva tal acción. Las respuestas eran atropelladas,
se sucedían unas a otras, era un tema en el cual todxs querían
plasmar sus visiones.
Martín inicia la serie de respuestas: “Salimos a la calle en
nombre de lxs presxs porque la presión es lo único que puede
lograr, en primera instancia, la libertad de lxs compañerxs
del CAS, y por supuesto la abolición de la Ley Antiterrorista,
legado de Pinochet. Salimos a la calle porque lxs compañerxs
cayeron en condiciones de lucha subversiva contra los pacos y
el sistema imperante, lo cual nos identifica bastante con ellxs,
y la presión es la principal arma que tenemos en este caso.
Se puede hacer presión llamando o escribiéndole a los
diputados, senadores y presidente de turno, se pueden hacer
marchas, se pueden realizar foros y charlas de información
sobre la prisión política, y por supuesto se pueden hacer
salidas, mientras más espectaculares y pirotécnicas mejor, así
más llaman la atención de lxs transeúntes. Se pueden hacer
muchas cosas, cada grupo verá cual le acomoda e identifica
más. Los cortes son sólo una de las tantas alternativas”.
A modo de acotación Manuel agrega: “Los cortes se realizan
porque uno se siente hermanado con la causa de lxs presxs,
si bien ellxs luchaban de otras formas y bajo lineamientos
políticos que no todxs compartimos (particularmente yo no).
Ellxs se enfrentaron a un sistema injusto y en un contexto
asqueroso como es el inicio de la “transición”.
Ellxs pelearon por lo que consideraban justo y contra lo
que creían debía destruirse. Y pese a que no es exactamente
el mismo contexto. Lo que con ellxs ocurrió es perfectamente
posible que nos ocurra a nosotrxs. Para ellxs en un momento
la vida se resumió así: Triunfo, cárcel o muerte, eran sólo
esas tres posibilidades.
Para nosotrxs es más o menos lo mismo, aunque yo creo
que ahora la muerte no sería en términos físicos (así como
final de la vida) sino más bien en términos ideológicos, porque
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el poder y todas sus estructuras buscarían aniquilarnos
como seres pensantes, degradarnos y ponernos en ridículo.
Destruir nuestra voluntad, sí, porque eso sería nuestro fin”.
A los ojos de cualquier curiosx que investigue
mínimamente el tema de lxs encapuchadxs, notará que son
más las salidas que realizan en nombre de lxs presxs que por
otro tema. Por ello preguntamos a lxs propixs encapuchadxs
si aquello era verdad y como era analizado por ellxs.
Para Miguel “Sí, puede que sea verdad, pero quizás tiene
que ver con la inmediatez del tema. Cuando no se ven muchas
opciones y especialmente cuando no se ven acciones en la
calle, llámense marchas o salidas, lo único que les queda a lxs
presxs es arriesgar sus vidas en huelgas de hambre.
Como apoyo y a modo de darles fuerza durante la huelga,
las salidas se vuelven algo muy importante. Y por otra parte
las salidas espectaculares, las que causan conmoción, ayudan
a evitar que ellxs tengan que llegar al extremo de la huelga
para lograr su libertad.
“Las otras fechas de las salidas son coyunturas específicas,
fechas claves, en cambio el tema de la prisión política está
vigente todo el año (al menos respecto a las fechas que se
me vienen a la mente en este momento)”.
Al descubrir que el tema es tan importante y que cada
salida adquiere tanto significado para lxs encapuchadxs, les
preguntamos si ellxs sabían desde cuando el tema originaba
cortes y salidas a la calle. Pato respondió, tratando de
hacer un poco de memoria: “A ver… ummmm, no recuerdo
exactamente desde cuándo, no se me viene a la cabeza algún
año o alguna anécdota como para cachar de que fecha
estaríamos hablando. Pero yo creo que a medida que se ha
ido informando sobre la situación, sobre la prisión política
en general, desde que se ha hecho difusión, se han ido
generando cortes.
La gente ha ido sintiéndose de alguna forma cercana
a lxs compañerxs recluidxs, incluso quienes no conocen a
ningunx, es una situación en la que a ningunx nos gustaría
estar y a la que todxs estamos expuestxs, por esto se ha
hecho una prioridad la lucha directa contra quienes nos
arrestan, quienes nos quitan la libertad y a la vez cada salida
genera un poco más de presión en su favor”.
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Nos surgió entonces la duda de si lxs encapuchadxs y lx
presxs politicxs se conocen directamente (porque de conocerse
se conocen, de los contrario lxs encapuchadxs nunca harían
mención a ellxs). Ante nuestras preguntas guardaron unos
breves instantes de silencio. Como tratando de analizar si
nuestra consulta traería aparejada alguna segunda intención.
Luego de un momento Pablo contestó: “Algunxs
lxs conocen, otrxs no. La verdad es que el tema tampoco
tiene relevancia, la lucha no es por amistad o por personas
específicas. La libertad de lxs cinco compañerxs que aún
quedan presxs en Chile, no es un fin en sí mismo. Aún quedan
decenas de compañerxs mapuche presxs, otrxs compañerxs
recluidos en Brasil y Perú y no olvidemos que cualquier día
puede ser el turno nuestro.
La prisión política no se va a acabar con la libertad de
Hardy Peña, Claudio Malgarejo, Pablo Vargas, Fedor Sánchez
y Rene Salfate, así con nombre y apellido, sino que continúa
y continuará mientras haya capitalismo, mientras exista este
sistema que encarcela a lxs pobres y a quienes luchan por
su clase. Aún peor, la prisión será cada vez más represiva y
brutal. Por esto da lo mismo si lxs conocemos o no”.
Les preguntamos si conocían el “historial” de cada unx
de lxs presxs políticos, en definitiva, si conocían las causas
y sucesos que originaron las detenciones y posteriores
condenas. Nicolás, se apresura en contestar, como temiendo
que alguien le arrebate y gane la palabra. “Algunxs conocemos
el historial de unx que otrx, pero como ya se dijo, la prisión
política no tiene rostro, por lo tanto lxs cinco compas que
están prisionerxs no la representan.
Luchamos por su libertad, no por rendirles honores
por lo que hicieron o por considerarles héroes, sino porque
no puede existir gente encarcelada por ser lxs hijxs que
engendra el capitalismo.
Lxs presxs politicxs subversivxs se encuentran
encarceladxs por rebelarse violenta y radicalmente contra el
orden impuesto. Lxs presxs encarceladxs por robar o matar,
son sólo consecuencia de la misma mierda que provoca el
capitalismo”. Termina su frase imitando a un político en
campaña, lo que provoca un vendaval de risas y rechiflas,
pero aclara que pese a la forma, lo que dijo es lo que
realmente piensa.
110 |
Quisimos saber entonces si lxs encapuchadxs conocen
la historia de aquellos movimientos a los que lxs presxs
politicxs pertenecían. Mario responde: “Algunxs la conocen
mejor que otrxs, algunxs la manejan a la perfección. La
mayoría solamente sabe a qué movimientos pertenecían,
otrxs sólo saben por qué cayeron, otrxs quizá no saben nada,
pero a nadie le importan mucho los detalles”.
Ya sabemos que se sienten hermanadxs con la causa de
lxs presxs politicxs, pero quisimos saber qué relación tenían
lxs encapuchadxs con los movimientos a los que esxs mismxs
presxs pertenecían, ¿Se sentían cercanxs o no a alguno de ellos?
Un poco horrorizado y con los ojos a punto de salírseles
Matías responde casi a gritos: “¿Cercano a alguno de esos
movimientos? ¡No!, y creo que quizás muchxs presxs se
arrepienten de haber pertenecido a ellos. La forma verticalista
de operar es uno de los principales puntos que me alejan de
ellos, no creo que deba existir una elite y un perraje o carne
de cañón, dentro de ningún grupo subversivo.
Puede que haya sido la época, que haya sido el único
tipo de organización que se conocía, casi todxs eran chicxs
y servían de carne de cañón. Hoy en día no podría sentirlos
cercanos, por el contrario los siento muy, pero muy lejanos”.
Quisimos saber, como recibían lxs encapuchadxs el
proyecto de ley que les otorga beneficios carcelarios a lxs
presxs, como las salidas dominicales, reclusión nocturna, etc.
“Claro que nos interesa, personalmente me alegra mucho
por ellxs y por sus familias. Creo que ha sido una larga jornada,
varios años de lucha que espero no se terminen aquí, ya que
mientras haya presxs debemos seguir luchando. Espero de
verdad que no crean que ganamos la guerra porque es sólo una
batalla ganada de miles que quedan”, nos respondió Andrés.
Ante las posibilidades reales que se están abriendo en
el senado y en la presidencia sobre otorgarles la libertad
a lxs presxs politicxs. Les preguntamos a lxs encapuchadxs
qué ocurriría si un día todxs lxs presxs obtenían la libertad
definitiva, les preguntamos que creían que pasaría con el
tema de la prisión. ¿Quedaría ahí, sería esa su muerte? Se
apresuran en responder y finalmente la voz de Eduardo se
hace escuchar más claramente:
“Creo que no, que el tema no termina allí. Pero también
creo que será una mini batalla interna que vamos a tener
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que librar, y lo más probable es que muchxs compañerxs den
por terminada su labor y se retiren a sus casas.
Cuando dedicas tu lucha sólo a un tema y la solución
del tema inmediato lo consideras un fin en sí mismo,
entonces no hay más motivos por los que luchar. Yo creo que
muchos colectivos que operan sólo en función de la libertad
de lxs compañerxs que quedan presxs, están destinados a
desaparecer ya que creen que lograrán la victoria.
Lo mismo creo que pasará con la mayoría de lxs
familiares y amigxs más cercanxs que sólo luchaban por un
tema de cariño y cercanía con algunx de lxs compañerxs. De
todas formas el tema no morirá ahí porque existen varixs
compañerxs que ven más allá del tema mismo”.
Entrando ya en el terreno de la posibilidad de la libertad
les preguntamos si valoran el proyecto de ley, aun cuando
éste viene de los poderes del Estado.
Antes de responder, Alejandra lanza una pequeña sonrisa
sarcástica: “No lo valoro, porque no lo considero un fin en
sí mismo, simplemente me alegro de que salgan pronto y
me alegro por sus seres queridxs. La lucha no termina acá, si
salen porque hubo una revolución social y se derrumbaron
las cárceles, o porque el presidente con el papa les dieron el
beneficio me da lo mismo.
Los poderes del Estado jamás abolirán la prisión, por
lo tanto el que lxs hayan dejado libres es solo una “buena
acción” que les permitirá salir de esa mierda y poder caminar
libremente, pero no podemos decir que el Estado es bueno
porque libera presxs politicxs. Está bien que estén libres,
pero no es gran cosa, ni el fin de ninguna de nuestras luchas,
muchxs de nosotrxs decimos que ellxs salen a la calle, no en
libertad, porque nadie puede ser libre bajo el capitalismo.
Está bien que salgan, porque nadie quisiera vivir lo que
ellxs han vivido, pero cuando el poder entrega algo, algo
espera, ahora usarán este tema para ganar algunos votos de
la izquierda extra-parlamentaria o vaya a saber de quién”.
Dentro de las acciones de apoyo a lxs presxs politicxs,
lxs encapuchadxs han desarrollado un sinnúmero de
actividades. Han sacado a la calle cientos de panfletos,
lienzos y comunicados. Han rayado las calles con diversas
formas y colores, pero siempre con una consigna común:
¡Presxs políticxs a la kalle! Y por supuesto, han salido a la
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calle ellxs, lxs encapuchadxs a enfrentarse con carabineros.
Al anterior de los campus universitarios, diversas
colectividades de estudiantes y encapuchadxs
“desencapuchadxs”, han realizado foros y proyectado videos
que aluden a la temática de lxs presxs. Inclusive se han
efectuado jornadas culturales y musicales en demanda de
su libertad. En definitiva se han efectuado casi de todo. Se
probó con casi todos los tipos de expresiones para llamar la
atención de la gente en torno a este tema.
Se probó casi todo, casi, hasta el día martes 8 de junio
del 2004. Ese día finalmente lxs encapuchadxs dieron un
paso más allá de su conocido modus operandi (barricada,
enfrentamiento, repliegue). Ese día las cosas cambiaron. Ese
momento lo podríamos fácilmente identificar como el día
en que lo intentaron todo. Todo, en demanda de la libertad
inmediata de lxs presxs politicxs. Ese día, el McDonald´s ubicado
en la avenida Macul fue incendiado y destruido por completo.
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CAPITULO VII
UN DIA DE ACCION DIRECTA
El violento ataque al McDonald’s no habría sucedido
si el 22 de abril del 2004 no hubiera comenzado la que se
conocería en ese momento como la huelga de hambre más
larga de la historia de Chile. Esa huelga fue protagonizada
por un grupo de presxs políticxs subversivxs, enjauladxs
mayoritariamente en la cárcel de alta seguridad.
La medida de presión se originó básicamente por
el deseo de estxs presxs a acceder a sus beneficios intra-
penitenciaros (salidas dominicales, reclusión nocturna,
etc.), los que ya podían legalmente aplicárseles por haber
cumplido tres cuartas partes de sus respectivas condenas.
Otro grupo de presxs se mantenía en huelga como forma
de reclamar contra las irregularidades, tanto en sus juicios
como en sus condenas.
Esta huelga se tradujo en una serie de manifestaciones
callejeras que convocaron, cada vez, cerca de mil personas
bloqueando la principal arteria capitalina, la Alameda. En torno
a la huelga se produjo, por parte de los medios de comunicación
masivos, una especie de cerco comunicacional, que lograba
romperse tímidamente con cada nueva manifestación que
se llevaba a cabo, incluso dentro del mismísimo palacio
presidencial y de la sede del congreso nacional.
114 |
Diversas organizaciones tomaron el tema de la huelga
de hambre como suyo y crearon nuevas formas e instancias
de manifestación. En casi dos meses y medio de huelga,
Macul con Grecia fue epicentro de una seguidilla de salidas
y cortes de calle.
El encapucharse fue la forma de manifestar apoyo. Pero
conforme los días iban pasando se hacía evidente que cada
acción era por decirlo menos, insuficiente, así al menos era
analizado por sus protagonistas.
Es en ese contexto en donde se ataca al McDonald’s de
Macul, incendiándolo y destruyéndolo por completo. Si bien
no se registraron heridxs entre lxs asistentes al restaurante de
comida chatarra y sus trabajadorxs, un bombero que efectuaba
labores de contención del incendio resultó con heridas leves.
Los canales de televisión interrumpieron sus
transmisiones habituales para llevar hasta cada hogar las
imágenes del local de comida rápida más famoso del mundo,
envuelto en llamas y cayéndose a pedazos.
De inmediato se relacionó al atentado con la huelga
de hambre, que en ese momento se encontraba ya en su
día número 58. La relación se daba a raíz de los panfletos y
rayados encontrados entre los escombros del restaurante.
Si bien existía claridad absoluta en las motivaciones
que habían originado el ataque, no ocurría lo mismo con la
valiosa información de quienes lo habían efectuado y cómo
lo habían llevado a cabo.
En los diferentes medios de prensa se entregaban
versiones disímiles con respecto a cómo habían sucedido los
hechos. Mientras unos hablaban que el incendio había sido
originado por una cincuentena de personas armadas, otros
decían que el número de atacantes no superaba los diez.
Otras versiones aludían a un fuerte e incesante intercambio
de disparos, que bien pudo ocasionar más de un/a muertx.
Pero a medida que fueron pasando las horas, se logró
claridad y uniformidad en las versiones que apuntaban a
las personas responsables (aún en número indeterminado)
estaban todas encapuchadas y que muchas de ellas (sino
su totalidad) salieron a atacar el McDonald’s desde la
Universidad Técnica Metropolitana (UTEM), ubicada justo
enfrente del destruido local.
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Muchos de los datos que se dieron a conocer públicamente
fueron proporcionados por tres detectives que justo a esa
hora iban pasando en su vehículo oficial por la Avenida Macul,
cuando se encontraron de frente con lxs encapuchadxs.
Fueron los detectives quienes en definitiva detuvieron
la acción, eso sí, sin conseguir evitarla o aminorarla, pues las
llamas ya salían del interior del local.
Sus versiones daban cuenta de una turba de encapuchadxs
que los atacaron con armas de fuego, generando pánico y
caos en toda la calle, que a esa hora se encontraba atiborrada
de gente que se dirigía a su lugar de estudio o hacía el
supermercado ubicado en la intersección de las avenidas
MACUL CON GRECIA, a pocos metros de la UTEM.
Ante un hecho que provocó tanta conmoción y debate
público nos arriesgaremos a consultar a lxs encapuchadxs por
los entretelones y los detalles que se esconden tras el atentado.
A más de un año y medio del ataque incendiario, aún
permanecen difusos y en el aire algunos hechos sobre los
que no ha habido versión oficial alguna. En particular, llama
la atención las versiones relacionadas al uso de armas de
fuego por parte de lxs encapuchadxs y supuestas acciones
indiscriminadas contra gente que por ahí pasaba.
Cuidadosamente fuimos tanteando terreno para ver si
era posible que conversáramos del tema. Si bien en algunos
casos solo perseguíamos alguna declaración sobre las
impresiones de lo ocurrido, el solo mencionar el nombre del
local de comida rápida exacerbaba los ánimos de muchxs.
Finalmente un reducido número abrió las puertas a
conversar. Pero lo hizo bajo exigencias intransables de reserva
de identidad como respecto a cuando ya la conversación, a
su juicio, no debiera seguir.
Unx de lxs encapuchadxs, bajo el nombre de “A”, nos irá
guiando en el relato, siendo interrumpidx a veces por otrxs
miembros que se irán identificando según corresponda.
“Por razones de seguridad, por ser esta una investigación
que aún está en curso, no puedo ahondar en detalles, puesto
que sería muy riesgoso y una soberana estupidez. Puedo
hablar de lo que cualquier persona sabe, quizá con más
propiedad y cercanía, pero no voy a rebelarte detalles técnicos
de la operación, porque no soy el/la vocerx de nadie y porque
no me corresponde hacerlo”. Fueron sus primeras palabras.
116 |
Quisimos saber, desde la argumentación de lxs
encapuchadxs, porqué se origina el ataque al McDonald’s.
“Para responder esta pregunta debo remitirme un poco
al contexto, porque fue el contexto lo que provocó la acción,
la quema del restaurante se da en el marco de una huelga de
hambre de lxs presxs políticxs de la cárcel de alta seguridad (CAS),
en ningún caso se origina espontáneamente o a raíz de nada”.
“Esta huelga de hambre fue la más larga que recuerde la
historia de Chile, fueron más de dos meses de angustia, cada
día que pasaba el cerco comunicacional era más fuerte y unx
pensaba en lxs presxs, en su soledad y desesperación, y te
desesperabas, por la pasividad del resto, por lo lapidario de
sus condenas, por lo viciado de sus procesos y por la forma
que esta condena se llevaba a cabo, con una cárcel de alta
seguridad, con cámaras y micrófonos en sus celdas, con todo
un aparato represivo pendiente de cada mínima respiración
de lxs prisionerxs”.
Se detiene un momento y mira directo a los ojos, como
asegurándose que no será objeto de ningún engaño de nuestra
parte. Continúa: “Entonces, en demanda por su libertad lxs
prisionerxs emprenden una huelga de hambre y también
en demanda de la libertad, hubo grupos que se organizaron
para poner el tema en el tapete. Esto se hizo de diferentes
maneras, cada grupo con su forma particular, se sacó material
de propaganda, todo lo que incluye afiches, panfletos,
papelográfos, etc. Se organizaron foros en poblaciones
y universidades, se “pararon” actividades culturales, se
convocó a marchas (que resultaron multitudinarias), en
definitiva hubo un sinnúmero de pasos que se dieron para
dar a conocer las demandas de lxs prisionerxs. Y uno de esos
pasos fue salir a la calle con lxs encapuchadxs, a enfrentarse
directamente con el aparato represivo (el mismo que todos
estos años a torturado a lxs prisionerxs y a sus familias)”.
“Pero los días pasaban y la conmoción social por la
huelga se estaba dando solo en los sectores más pobres, en el
ambiente universitario y secundario. Estos sectores estaban
ampliamente comprometidos con el tema de la huelga, pero
con eso no alcanzaba, había un sector más pudiente que ni
se inmutaba por la cantidad de días que lxs presxs llevaban
sin comer. Por ello hubo que radicalizar las acciones. Solo si
lográbamos romper el cerco comunicacional y generar un
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estado de sensibilidad con respecto a la huelga, el proyecto
de ley se votaría a favor de lxs presxs y no a su pesar”.
A la conversación se une Pato, que no es el mismo que
siempre ha hablado con nosotrxs, desconocemos su nombre
completo pero sabemos que no se llama como dice. Se mantiene
solo observando, de forma distante, muy tranquila y serena.
“A” prosigue su relato: “Esto originó un par de marchas
muy violentas, en donde el enfrentamiento con carabineros
(que trataban de impedir la marcha) se llevaba a cabo en
pleno centro (de Santiago), con los medios que hubiera;
fuego, piedras, palos, basura, escupos, en fin”
“Cerca de mil personas bloquearon la Alameda y
rompieron más de cuatro sedes bancarias, para llamar la
atención de la prensa y de la gente en general y para manifestar
explícitamente la desesperación y la rabia que sentíamos. Pero
sobre todo, para romper el falso ambiente de tranquilidad
y calma que los políticos y la prensa trataban de retratar,
manifestarse era una forma de decir ¡Hey!, no estamos en
calma, lxs presxs existen pese a sus intenciones de olvido”.
Pato decide unirse de forma activa, agregando: “Muchos
grupos se movilizaron incluso al interior de La Moneda
(palacio de gobierno chileno), o en pleno congreso. En La
Moneda rociaron con pintura roja las paredes y las fuentes
de agua, en alegoría a la sangre de lxs presxs, en el congreso
desplegaron lienzos, lanzaron panfletos y monedas, pero
como ya se dijo; no bastaba con eso, entonces hubo grupos
que comenzaron a idear alguna acción mayor”. Sus palabras
son medidas, como para evitar pronunciar algo equivocado
o de mala manera.
Luego de un momento “A” retoma: “Ya estábamos cerca
del día número 55 de la huelga y temíamos que en cualquier
momento algunx de lxs compañerxs de la CAS pudiese morir,
el estado de su salud era pésimo y por lo menos yo, cada vez
que me levantaba chequeaba informaciones con respecto a
ellxs, era un ambiente de tensión y expectación permanente”.
“Ahí las miradas apuntan al McDonald’s de Macul, por
varias razones, por la cercanía, por el icono, por la carga
cultural que conlleva McDonald’s, como te dije, la acción y el
blanco no fueron azarosos”.
Les preguntamos entonces como evaluaban el desarrollo
y los resultados que arrojaba la acción, con tantos meses
118 |
en el cuerpo, bien podían ya haber identificado fortalezas y
errores del ataque. Pato contesta con una amplia sonrisa: “La
operación fue un éxito, un verdadero éxito, un golpe asestado
con magistralidad, una magistralidad humilde, pero bonita”.
En su turno “A” responde: “La quema hay que analizarla
según los objetivos que se plantearon para la acción, ellos
no incluían, ni la destrucción del sistema capitalista, ni la
abolición de la sociedad de clases, ni la desaparición de
McDonald’s del país ni del mundo, como tampoco el término
de la explotación animal y humana”.
“Los objetivos eran simples y claros: ocasionar un
hecho noticioso que obligara a la prensa y a la comunidad
a pronunciarse sobre la huelga, a que hablara de ella, suena
simplón, pero así de dramático era ese tiempo, en donde si
la prensa y la gente no habla de un tema este no existe. Con
la acción se buscaba de paso, pero no menos importante,
boicotear a una transnacional, hacer que perdiera, tanto
económicamente y en términos de credibilidad”.
“Como hay todo un trasfondo político, el blanco está
elegido en concordancia con nuestro discurso, porque no es
lo mismo quemar la verdulería “Dona Juanita” que un local de
la cadena de comida rápida más famosa del mundo”, agrega
Pato quien respira, se toma su tiempo y agrega “La operación
fue un éxito, porque se logró con creces lo que se buscaba,
toda la prensa lo comentó y lo enlazó con la huelga, no hubo
ningún heridx, ni encapuchadx, ni trabajador/a, ni asistente al
local, y hasta la fecha el proceso no da con lxs participantes
(por lo mismo no los voy a ayudar con detalles ocultos)”.
Nuevamente “A” entrega su versión: “Cada persona
que pasó por el lugar durante las tres semanas posteriores
y vieron el local cerrado y semi demolido, cada una de
esas personas sabía que eso se había originado por lxs
encapuchadxs a raíz de la huelga de hambre, fantástico, ya
nadie quedó indiferente, ya no había estado de tranquilidad.”
Pato hace amago de hablar y finalmente se detiene,
sonríe brevemente y nos cuenta: “Supe de buena fuente
que esa misma tarde, cuando la televisión interrumpió las
transmisiones para dar a conocer la quema, el ambiente en
la CAS cambió por completo. La sonrisa se pintó en la cara de
cada unx de lxs huelguistas, se sintieron felices de que hubiera
personas dispuestas a jugársela por ellxs, aún sin conocerlxs
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directamente. Cuando me enteré de eso sentí que incluso
habíamos logrado algo que ni siquiera habíamos pensado,
llevar alegría y quizás un poco de esperanza a personas
con más de doce años de prisión, con múltiples huelgas de
hambre encima y con una desesperación constante”.
“A” lo escucha y también sonríe, luego agrega: “Junto
con obtener una amplia cobertura noticiosa, independiente
de si nos juzgaban y proponían las penas del infierno, quizá
y también sin proponérnoslo, prendimos una mecha mucho
más trascendente que la de una molotov. Luego de nuestra
acción vinieron otras igualmente noticiosas. No quiero
parecer diciendo: ¡Ah! Gracias a nosotrxs, lxs iluminadxs,
se despertaron otrxs. Celebro cada una de las acciones que
se originaron en esos días, no las pongo en una escala de
validez o importancia”.
“Los bombazos en unos bancos santiaguinos también
reivindicando la huelga, fueron igualmente potentes y
hasta donde yo sé, exitosos. Ojalá los aparatos represivos
e investigativos no hayan logrado individualizar a lxs
participantes. En estas acciones, el blanco también me
parece perfecto, ¡Que más perfecto que un banco!... Ah sí…
bueno, quizá un restaurante, jajajaja”. Las sonoras carcajadas
coronaron su frase, contagiando a Pato, quien primero
observaba y escuchaba atentamente, pero con cierta actitud
distante, la risa parece acercarlo todo.
Las acciones a las que se refieren las palabras de “A”
se registraron casi en la misma semana del incendio
del McDonald’s. Específicamente el 10 de junio de 2004,
una sucursal del banco Estado de La Cisterna resultó
completamente destruida, producto de un ataque con un
artefacto explosivo.
El atentado ocurrió alrededor de las 4:15 de la mañana, en
el cruce de las calles El Parrón y Gran Avenida. La detonación
afectó principalmente al sector de los cajeros automáticos,
provocando daños estructurales y llegó incluso a romper los
ventanales de los locales aledaños.
Según versiones de prensa, facilitadas por la policía de
investigaciones, el artefacto estaba compuesto de un detonador
y explosivo C-4, de uso militar y alto poder destructivo.
Mediante una llamada telefónica, el ataque fue
reivindicado por un miembro del hasta entonces desconocido
120 |
Movimiento “Julio Guerra Operativo Sur”, de inmediato
se activaron los mecanismos de seguridad para descubrir
quienes conformaban el grupo y que tendencias tenían.
Lo primero que se logró determinar fue que originaba el
nombre de dicho movimiento.
El Movimiento "Julio Guerra Operativo Sur”, toma su
nombre de uno de lxs rebeldes asesinadxs en la operación
Albania. Julio Guerra fue hasta el día de su muerte un miembro
activo del FPMR. En la llamada reivindicativa el grupo exigió
la libertad de lxs presxs políticxs y reclamó por el sistema
económico de libre mercado imperante en el país. El atentado
vino a sumarse al bombazo que voló la cámara de ventilación
del oleoducto de Talcahuano y el ataque incendiario que
afectó a un cajero automático en la calle Irarrázaval.
Sin duda es importante saber cómo evalúan lxs
encapuchadxs todo lo que ocurrió con posterioridad al
incendio. Es decir, como creen que el asunto fue tratado por
los medios de comunicación.
"A" comienza su análisis: "Lo que vino con posterioridad
al ataque fue simplemente un carnaval de mentiras y shows
televisivos. Las estructuras del poder, en su desesperación
por no dar con quienes había llevado a cabo la quema, las
emprendió contra cualquier estudiante. Iniciando una especie
de cacería de brujas, hubo muchxs jóvenes que sufrieron el
hostigamiento tanto de carabineros como de investigaciones.
"Recuerdo ahora que cuatro estudiantes del Pedagógico
iban saliendo del supermercado de MACUL CON GRECIA
y fueron detenidxs por carabineros con la intención de
interrogarlxs, pero como no tenían órdenes o autorización,
inventaron que estaban robando el supermercado, con esa
excusa se lxs llevaron presxs e iniciaron un interrogatorio
que duró todo el día. Al final y por influencia de unx de lxs
familiares, debieron soltar a lxs jóvenes. Montajes como ese
trataron de ejecutar todo el tiempo" explica "A", luego de
terminar la frase se detiene como rememorando, entonces
decide compartir con nosotrxs aspectos hasta ahora
desconocidos de cómo se desarrollaron las cosas del día
del ataque. Las revela por lo que considera un continuo de
mentiras, es necesario, según su análisis que la otra versión
del atentado incendiario salga a la luz.
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"Investigaciones no se quedó atrás con las mentiras.
El día de la acción, mientras ésta se ejecutaba, un auto de
investigaciones, con tres detectives dentro quisieron pasar
a la historia como héroes. El vehículo venía por Macul y ya
cerca de Grecia prendió las sirenas y aceleró, interceptando
justo a lxs encapuchadxs en el hall del McDonald's. El
copiloto del auto se bajó y comenzó a disparar. McDonald´s
ardía en ese mismo momento con una llamarada que tenía
a todo el mundo reunido mirando, unxs por expectación y
otros claramente desaprobando la acción, pero el punto es
que estaban ahí, frente a McDonald's, en el mismo ángulo
que muchxs de lxs encapuchadxs”.
“Fue ahí cuando uno de los detectives comenzó a
disparar, debe haber hecho dos tiros seguidos y luego de
una pausa otros dos más, provocando pánico en la gente, la
que miraba y la que tenía negocios ahí. Fue una estupidez lo
que hizo y creo que se debe solo al pánico que tenía. Jamás
hubo el tan comentado intercambio de disparos, nunca. No
se puede hablar de fuego cruzado cuando solo es una parte
quien dispara. Lxs encapuchadxs jamás salieron a incendiar
el McDonald's portando armas." Sus palabras tienen un dejo
de rabia de ese día.
Según “A” y Pato, las versiones de prensa y sobre todo
las versiones oficiales están plagadas de mentiras y errores
mal intencionados. Por ello, consideran necesario narrar lo
sucedido durante la quema del local. No hablarán de todo,
aclaran, pero ahondarán un poco más.
Retoma “A” su relato: “Cuando el rati está como loco
disparando, aún hay encapuchadxs rompiendo vidrios
y rayando consignas, cabrxs que estaban en la parte de
los estacionamientos y que yo imagino que al escuchar
los disparos ni siquiera los relacionaron con la repre,
simplemente pensaron que eran ruidos que salían desde
dentro del local, algo que estaría haciendo una mínima
explosión. Por lo mismo cuando se acercaron a Macul y
vieron a un espantapájaros disparando al aire, deben haber
quedado de una pieza. Lo beneficioso fue que la sorpresa se
la llevaron ambos bandos, la inseguridad con respecto a que
hacer debe haber durado unos cinco segundos, en que ambas
partes trataron de idear un plan. La diferencia está en que
lxs encapuchadxs reaccionaron antes, gritando y lanzando
122 |
panfletos, como forma de reivindicar la acción y los ratis que
estaban demasiado nerviosos se sintieron amenazados aun
cuando nadie los amenazaba… no todavía.”
Lanza una sonrisa cómplice hacia Pato, quien sigue
atento a cada frase que pronuncia. Se nota eso sí a ratos
cierta incomodidad de parte de “A”, al parecer piensa más
de una vez cada frase que dice y articula, teme (quizás) decir
más de la cuenta, o dejar entrever algún detalle.
Luego del breve intercambio de sonrisas, “A” continúa:
“Los ratis, ya dije eran tres, dos hombres y una mujer atrás, la
mujer permaneció todo el tiempo hundida en el asiento, apenas
le veíamos los ojos y el pelo, jamás salió del auto, ni siquiera
abrió su puerta. El primero que se bajó era grande, incluso
medio gordo, ese fue el que se bajó disparando y apuntando
al cuerpo, lo que provocó que mucha gente se tirara al suelo.
El segundo rati era el conductor, un enano al que de seguro
no debe respetar nadie, se bajó luego de los disparos, también
apuntándonos a todxs, pero con un pánico que daba pena”.
Ya es cada vez más común que haya una pausa entre
frase y frase de “A”, en una de esas pausas, Pato aprovecha
de agregar. “Como ya la misión de la quema estaba lista,
empezaron lxs encapuchadxs a reunirse para desaparecer
y la presencia de los ratis vino a desordenar la huida. Es
ahí cuando los ratis agarran a dos compañerxs, el enano a
un/a encapuchadx grandotx y el gordo tirador a unx más
flacx. Ahí lxs encapuchadxs dudaron como actuar, de si
abalanzarse sobre los ratis, si lanzarles una molotov o que.
En eso tú puedes ver que llegar y quemar a un ser humano,
sin mediación alguna, no está dentro del cerebro de todxs”.
Suena un tanto curioso como “A” y Pato hablan de lxs
encapuchadxs, con un tono tan distante. Esto vendría a ser
una especie de estrategia que lxs protegería en el caso de
que alguien tratara de implicarles en el atentado.
“A” toma la palabra para continuar narrando el
momento de la detención de dos encapuchadxs: “Al enano
le fue pésimo con su detenidx, porque el/la cabrx no se
dejó llevar por el miedo y le mandó un puñetazo que dejó
fuera de partido al rati. El gordo tuvo más suerte, porque
como la/el compañerx que tenía apresadx era más flacx, le
costó un mundo defenderse, siendo reducidx por el rati,
que lo dejó en el suelo apuntándole a la cabeza. Pero lxs
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encapuchadxs volvieron y se fueron acercando, amenazando
al rati, mostrándole las molotovs a muy corta distancia, fue
un grupo muy pequeño el que se acercó, el resto estaba más
atrás actuando como contención y vigía”.
Pato interviene para agregar: “Esa fue otra de las mentiras
de los ratis, dijeron en todos los medios de comunicación
que les pusieron algún micrófono, que una turba se les había
tirado encima, poco más que unxs caníbales maniaticxs y
hambrientxs, ¿Esos hueones no?, ¿Nunca pararán de mentir?,
si la verdad es que sintieron miedo ante una pequeña fracción
de encapuchadxs, nada más”.
“A” mira a Pato y cuando verifica que él ha terminado
prosigue: “Ambos bandos se dijeron de todo, se amenazaron
mutuamente, pero él rati fue incapaz de calmarse y actuar, en
el fondo, era él quién pudo haber salido victorioso, disparaba
al aire, o a las piernas de alguien y se llevaba unx o incluso
hasta dos detenidxs, pero no supo hacer nada”.
“Pienso que el grupo de encapuchadxs logró respeto por
parte de la repre o quizás lxs tomaron por locxs dispuestxs
a hacer cualquier cosa, “cualquier cosa” fue lo que hicieron
ellos (los detectives), pues, yo no llegaría disparando a un
lugar donde hay mucha gente inocente, de verdad que no”.
“Si somos buenxs niñxs… ¿O no?” dice Pato con expresión
angelical y ladeando la cabeza, resuenan en el aire las
carcajadas de ambxs, ya no son sonrisas, lo que escuchamos
son sonoras y estrepitosas carcajadas, que distienden un
poco el ambiente.
Mientras “A” disfruta la forma de la frase recién dicha, Pato
vuelve a la carga y nos cuenta: “La cosa es que en esta guerra
sicológica, de amenazas y posturas de ataque. El rati soltó al/a
cabrx y se replegó hasta el auto, lxs encapuchadxs le tiraron
una bomba de pintura blanca en los pies y lo amenazaron de
por vida, pero jamás le prendieron fuego. Días después la tele
mostraba una ceremonia de (la policía de) investigaciones en
donde se premiaba con una medalla de honor al grupete de
ratis que había “heroicamente” intentado detener la acción,
creo que hace tiempo no me reía tanto”.
“Lo más gracioso vino cuando el gordo declaraba que lxs
encapuchadxs le habían disparado tantas veces que se había
visto obligado a sacar su arma, que una turba de cincuenta
encapuchadxs se había abalanzado sobre ellos y lanzado una
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lluvia de molotovs y que lxs propixs encapuchadxs le habían
arrebatado al/a detenidx. La mujer rati aseguraba que habían
estado en peligro, pero que por el deber de servir ellos debían
arriesgarse… ¡Y lo decía justamente ella!”. Se toma la cabeza
y la sacude mientras dice: “No hay derecho, aquí cualquiera
se las da de héroe inventando lo que sea…”
“A” mueve la cabeza afirmativamente y cuenta:
“Al otro día de las noticias se mostraban unos objetos
supuestamente encontrados por los ratis y que involucraban
directamente a lxs encapuchadxs. Era una botella de vino
donde supuestamente se fabricó una molo y una honda. Una
“wea” y perdona la expresión, pero era una honda de mierda,
era de palo casi tallada a mano, como las de las películas
que retratan el 1820, era un chiste. ¿Alguien de verdad creerá
que esas cosas eran de lxs encapuchadxs? Es tan estúpido…
es como decir que yo fui a asaltar un banco con los bolsillos
llenos de piedras para amenazar al guardia. Es ridículo, esas
son las clásicas salidas de los ratis, siempre inventan algo
para simular que están avanzando en la investigación…
cuando en realidad no tienen nada”.
Si bien el ataque a McDonald’s se realiza en función
de una coyuntura especial de apoyo a lxs presxs políticxs,
se consideraron también otros aspectos, como el hecho
del simbolismo que trae aparejado el local. El hecho de
pertenecer a la cadena de comida rápida más famosa y más
grande del mundo le costó caro. Pero esto no es nuevo, lo
mismo ocurre en Europa cuando una cumbre económica se
junta en un determinado país y da pie a que toda la gente
que rechaza el modelo o combate al capitalismo se reúna, se
congregue toda en un espacio físico.
Usualmente estas congregaciones de gentes acaban o
empiezan con la destrucción total o parcial de algún icono
capitalista, como puede ser una entidad bancaria, un centro
comercial que alberge a grandes tiendas o un local de comida
chatarra, que se auto promociona como parte de la cultura
norteamericana, un McDonald’s es casi como una embajada,
en donde esté, donde se levante es visto por algunos sectores
como una especie de colonización. Se vuelve por ello un
blanco que nadie discute a la hora de atacar.
Una muestra de la antiglobalización, del anticapitalismo
se dio en Chile durante Noviembre del 2004. ¿El motivo? La
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realización de la cumbre APEC. Lo anecdótico es que las
reuniones que conforma esa cumbre comenzaron a efectuarse
en Enero de ese mismo año, en diferentes ciudades y lugares,
tratando en cada caso un tema específico, incluso hubo un
apartado para el terrorismo y la forma en que se unificaría su
combate. Entonces, el encuentro de Noviembre no era otra cosa
que el cierre, una especie de firma de acuerdo sobre todo lo que
ya había sido pactado desde el inicio de un año de trabajo.
Fue en ese cierre donde las calles fueron escenarios
de marchas, jornadas musicales, movilizaciones, cortes
de calle, y un enfrentamiento masivo contra la policía.
Concretamente el 19, 20, y 21 de noviembre del 2004 las
manifestaciones contra la APEC y especialmente contra la
presencia de George Bush se dejaron sentir.
Todo comenzó con marchas estudiantiles en el centro
de Santiago. Se iniciaban en Cumming con Alameda y no
se sabía dónde terminarían, la consigna era avanzar, si
carabineros dispersaba volvían a reunirse una y otra vez.
Así se hizo y arrojó detenidxs al por mayor. Secundarixs
y universitarixs generaron un molesto desorden para la
autoridad y se presentaba aquello como el anticipo de lo que
vendría. Se esperaba para los últimos días una parafernalia
mayor. Las salidas en universidades preparaban el terreno a
lo que vendría, todxs querían participar al repudio a la APEC,
cada unx desde la forma que le acomodara.
En lo que se refiere a las marchas, estas se llevaron
a cabo de dos formas distintas, una que fue tanteando
terreno con anticipación, como fueron las convocadas por la
coordinadora anti-APEC y a otra que llamó a una marcha sin
muchas pruebas anteriores, sin saber a ciencia cierta cuanta
gente era capaz de aglutinar, como fue la convocada por la
organización ATTAC. Como la coordinadora había convocado
ya a varias marchas que terminaban en destrozos, desordenes y
enfrentamientos con carabineros, la intendencia de Santiago
decidió prohibir la última de sus marchas contra la cumbre
económica. Se difundió masivamente que no se permitiría la
congregación de gente en Cumming con Alameda para el día
viernes 19 de noviembre. La única manifestación autorizada
era la convocada por ATTAC en la Plaza Almagro, a varias
cuadras del centro de Santiago.
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Pese a las amenazas infundidas hubo gente que de todas
formas llegó a Cumming, más de 3 personas reunidas bastó
para que carabineros se comportara como en estado de guerra,
golpeando incluso a niñxs secundarixs de aspecto inofensivo.
Entonces el cuadro era patético, gente que se estaba bajando
de la locomoción colectiva era subida a la micro policial por
el simple hecho de portar una bandera, un lienzo, un trapo
o por vestirse de una forma determinada. En menos de una
hora esa esquina de la Alameda solo albergaba panfletos
mojados, olor a gases lacrimógenos y efectivos de fuerzas
especiales. Ante ello el lugar para manifestarse era obvio,
la marcha de ATTAC (que previamente había pactado con
la intendencia el resguardo del orden y la seguridad), hacia
allá se dirigieron todxs aquellxs que querían manifestarse,
otro lugar era reprimido enseguida. La marcha convocada
por ATTAC asistieron cerca de 10 mil personas, superando
cualquier expectativa y recordando por sus números a las
marchas anti-dictadura.
Si bien la movilización tenía un carácter de pacífico y
cultural, no todxs estaban de acuerdo con ello, por lo que se
apedrearon bancos e incluso se le prendió fuego a un cajero
automático en Diagonal Paraguay con Portugal. Esto generó
tanto insultos como manotazos entre quienes efectuaban
estos actos (encapuchadxs y desencapuchadxs) y el personal
de “seguridad” de la marcha, jóvenes y adultos con pecheras
rojas. Todo se desarrolló sin que carabineros interviniera
hasta que se llegó al Parque Bustamante, donde se efectuaría
un discurso y el cierre de la marcha para posteriormente
presentar a grupos musicales. Lamentablemente para ATTAC
el acto no pudo terminar como lo habían planeado.
El enfrentamiento con la policía, comenzó a darse
antes del discurso oficial y la desbandada ya no se pudo
controlar, mientras unxs escuchaban al grupo de música
“La Floripondio”, otrxs se enfrentaban a carabineros con
piedras, palos, y molotovs, incluso algunxs coreaban al grupo
mientras se enfrentaban a la policía, podríamos decir que la
marcha tuvo de todo.
El enfrentamiento con las fuerzas del orden, si bien se
sabía que iba a pasar, fue espontáneo, muchxs querían que se
provocara, pero no se observó una especie de organización
para llevarlo a cabo, por esto mismo el enfrentamiento se
| 127
dio con piedras, palos, y lo que tuviesen a mano, no hubo
mayor presencia de bombas incendiarias. La mayoría de
las personas abandonaron el Parque, ya que carabineros
arrojó gases lacrimógenos y el lugar ya era un caos, lxs
encapuchadxs atacaban una y otra vez, se replegaban entre
los árboles y volvían a la carga, hicieron retroceder en
muchas oportunidades a las fuerzas especiales, desde afuera
era visto como un ritual, en donde agruparse una y otra
vez era la tónica. Producto del calor y la improvisación es
que algunos de los hombres participantes andaban con el
torso al descubierto, utilizando sus poleras como capuchas,
mujeres y hombres parecían celebrar cada nueva embestida
del carro lanza-aguas, pese a lo toxico de lo que arrojaba.
Los destrozos provocados tanto en el parque como en las
inmediaciones fueron cuantiosos, al igual que lxs detenidxs
y heridxs. Para muchxs es un día que no pueden olvidar. La
masividad de los desórdenes, la cantidad de encapuchadxs
en las calles y la fiesta de barricadas aún permanece en el
agradable recuerdo de muchxs.
Como sea para una generación de jóvenes ciertamente
la APEC marca un hito, un antes y un después y aún ríen
recordando los sucesos de esa jornada.
128 |
CAPITULO VII
¿Y TODO ESTO PARA QUE?
Al analizar detenidamente las acciones de lxs
encapuchadxs cabe preguntarse si no son más que mero
“activismo” o si se han planteado un proyecto a futuro. Si
bien ya sabemos que se manifiestan contra el capitalismo
y su ideología, que cada salida y corte se realiza con un
trasfondo puntual y uno implícito y mayor, nos intriga el
si lxs encapuchadxs (¿algunxs, todxs, ningunx?) poseen una
respuesta organizacional para el supuesto caso de un triunfo
de sus ideas. Llamémosle a ese momento (a riesgo de sonar
grandilocuentes) un hipotético triunfo de su revolución.
También, producto del análisis de las historias aquí
narradas, surgió la inquietud de saber cómo se veían lxs
encapuchadxs a sí mismxs y a lxs diferentes núcleos que salen
a la calle. ¿Existe alguna autocritica?, ¿Están o no conformes
en cómo han ido llevando el ritmo de esta historia de salidas?
En definitiva quisimos plasmar en este capítulo una
suerte de análisis de ellxs sobre si mismxs y develar cómo
se proyectan en el imaginario de vencer a su enemigo más
feroz, el capitalismo.
Le preguntamos cómo equiparaban el ejercicio de las
salidas con una actividad más amplia contra el capitalismo,
porque han afirmado constantemente que los cortes de calle
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y que la acción directa es sólo una de las tantas formas que
son capaces de emprender.
Matías fue quien inicio la ronda de respuestas: “Lo
equiparo construyendo conciencia, dando herramientas
para una visión crítica de la realidad impuesta, generando
espacios de discusión para elaborar un nivel de visión mucho
más amplio que el que puede dar una universidad, el colegio
o la educación tradicional, la salida (corte de calle) es la
parte mediática del asunto, el resto es un trabajo de hormiga
que se demora en dar a luz pero que a la larga depende
enteramente de nuestra capacidad”.
Para Nicolás, eso está bien, pero falta detallarlo y
profundizarlo un poco más: “Cuando uno habla de construir
conciencia, debe sonar muy abstracto para el resto, pero a
lo que nos referimos es que generamos espacios donde la
mirada hacia la realidad se dé desde un enfoque diferente al
que se escucha generalmente. Por ejemplo, está socialmente
aceptada la Teletón, y a todos los vientos se profesan
sus beneficios porque ayuda a lxs niñxs y satisface sus
necesidades. Pero nadie cuestiona masivamente la forma en
que esos recursos se obtienen, generando morbo, escarbando
en la intimidad de lxs niñxs con discapacidades y en el
conocido hecho de que las empresas privadas (que aparecen
como tan bondadosas) han pactado previamente el monto
que entregarán y que esos dineros finalmente los generan
lxs consumidorxs, o sea que en realidad la empresa no pone
nada, porque lo que dona es el dinero que gana de la gente
que compra determinada marca, porque ella supuestamente
ayudará a la Teletón”.
“Es todo una gran mierda, pero nadie lo dice, no se
cuestiona. Ahora si tú generas la instancia de conversar con
la gente y le vas entregando esos datos, serán ellxs mismxs lxs
que luego se cuestionarán la forma y el fondo de esa caridad.
Eso es crear conciencia, no el hacer que la gente repita tú
mismo discurso porque se lo aprendió de memoria, si no
que llegue a él o ella, por el propio camino que su mente
realice al analizar la realidad desde una perspectiva crítica,
por eso es tan importante levantar foros y una forma de
relacionarse con el/la otrx fuera de las conductas impuestas
por el capitalismo, en donde yo llego a relacionarme con lxs
demás tratando de avasallarles”.
130 |
Antonio aprueba lo que se ha dicho y agrega: “Si, es
en definitiva en la relación con el/la otrx, que puede ser
directa como un trabajo constante y diario (como es un
preuniversitario, un taller con niñxs, con estudiantes, etc.) o
más indirecto como un panfleto entregado o mediante una
publicación constante que se reparte sin que te conozcan,
es esa la instancia en donde se dan a conocer otras miradas
y se va masificando una forma de posicionarse frente a los
conflictos actuales”.
“Pero esto también se hace, asumiendo que unx no
está separadx de los conflictos y abusos, o sea, no hay unxs
oprimidxs, ellxs, y un nosotrxs que lxs vemos desde lejos y
queremos instar a que se levanten, no, eso es errado. Somos
unx y el/la mismx y eso hay que dejarlo en claro, porque si
no siempre aparecerá desde afuera como intentando agitar
a una masa extraña y no es así, porque nosotrxs somos
parte de la misma masa, simplemente nosotrxs ya contamos
con una visión crítica y si nosotrxs pudimos llegar a eso
cualquiera puede, porque yo no soy ningún/a ser superior ni
más lúcidx que el resto”.
A modo de conclusión, Alejandra agrega: “Al final la
conciencia y la crítica para evidenciar las contradicciones
del capitalismo es lo que lo irá desarmando tanto a él como
a las sociedades que en él se basan. Porque una cosa lleva
a la otra, si tú eres criticx del sistema, tarde o temprano te
opondrás activamente a su dominio. Irás gestando pequeñas
pero nuevas formas de organizarte y al masificar aquello
estallará el conflicto mayor”.
Ante las respuestas que ellxs nos dieron, les preguntamos
si creían que la totalidad de lxs encapuchadxs contaba con
herramientas teóricas como para defender su actividad y
ejercicio especifico, como asimismo, argumentar qué otras
acciones y por qué se realizaban contra el capitalismo.
Por las caras y expresiones, nos damos cuenta de que la
pregunta causa un poco de pesar o incomodidad. Miguel
nos cuenta: “A ver, esa es una pregunta complicada y quizá
mi respuesta será polémica. Yo no estoy aquí más que para
representarme a mi mismx, no como vocerx ni delegadx, así
que mi respuesta será a tono personal. Yo creo que la mayor
parte de la gente si tiene fundamentos y argumentos para
defender lo que hace y piensa, el punto es que como no
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somos un movimiento de encapuchadxs yo no lxs conozco a
todxs, ni todxs me conocen a mí, entonces no puedo hablar
de un “todo” al que no puedo identificar plenamente.”
“Pero al momento de salir a la calle puedo ver diferencias
en el accionar de pequeños núcleos y esas diferencias se
traducen en formas medias difusas de enfrentar el conflicto.
Por ejemplo, quien pone en peligro la seguridad de estudiantes
y personas que van pasando, quien habla de más y se llena la
boca con supuestas batallitas pasadas o presentes, esas son
personas con las que yo no cuento, porque deduzco por sus
conductas que no tienen una real claridad del por qué salir o
por lo menos tiene una visión que no concuerda con la mía”.
Andrés analiza el tema así: “La verdad es que al
momento de salir a la calle hay de todo, desde personas que
sólo enfocan la lucha contra los pacos, hasta personas que
ven la globalidad del problema y enfocan su lucha contra
el capitalismo y la sociedad de clases producto de él. De
cualquier forma, quienes no poseen herramientas teóricas
que defiendan lo que hacemos suelen estar en la calle por
modas pasajeras, y así como llegan se irán, al menos eso
espero, porque mientras más tiempo permanezcan cerca
nuestro, más daño pueden hacer”.
Pablo, que hace rato hacía gestos para hablar, agrega: “Eso
que tú planteas yo lo veo como un gran problema, porque,
por ejemplo esos grupos que se definen por oposición a los
pacos, no son mis compañerxs. Porque el hecho de que estén
contra los pacos y de que sea eso lo que rayan y levantan como
consigna, a mí no me dice nada. Muchas personas están contra
los pacos porque ellos no les dejan vender coca o pasta base
o porque no les dejan tomar copete en la calle, ¿Cuál es la
lucha entonces ahí?, ¿La pelea es porque las personas puedan
consumir libremente cocaína y copete?, eso sí que es estúpido”.
“Si yo estoy contra los pacos es porque ellos han sido
adiestrados para proteger los intereses económicos de
determinada clase social, que se mantiene cagando al resto
en la medida que ese resto no se levante, los pacos son la
expresión represiva de un sistema que reprime de diferentes
formas. Entonces no puedo basar mi lucha en estar contra los
pacos, tengo que ser verdaderamente radical e ir a la base del
problema, que es el sistema social que genera no solamente
pacos, sino que desigualdad y miseria”.
132 |
Martín cree importante señalar que: “Aunque aquí todxs
estemos en carácter personal e individual, de una u otra
forma igual representamos las posiciones de determinados
núcleos, es lógico, dentro de un grupo, los pensamientos son
medianamente parecidos. Pero el punto es que existen y se
mueven y son visibles grupos que nada tienen que ver con
las cosas que aquí se han planteado”.
“Son grupos que sienten rabia pero que no saben
exactamente contra qué, ni como canalizarla. Existen y sería
deshonesto hacer creer que todo el espectro de encapuchadxs
piensa igual que nosotrxs o que nuestros planteamientos
representan a todxs, eso no, todo lo aquí dicho es expresión
de una forma de ver, pero es innegable que existen otras. Es
triste quizá, porque, a veces, esas otras miradas no saben
exactamente cómo actuar ni cómo defender lo que hacen…
pero… así es. De todas formas creo, sin caer en porcentajes
que son muchxs más quienes si pueden argumentar el
porqué de la opción de las salidas”.
Nos interesa saber por qué creen ellxs ha permanecido
tan activa la esquina de MACUL CON GRECIA, pese al paso
del tiempo y al cambio de condiciones sociales, incluso
dictadura de por medio.
Luego de escuchar respuestas notamos que aquí si había
claridad y concordancia en lo expresado, según ellxs, era
compartida por la totalidad de lxs encapuchadxs. Cristián
dice: “Primero que nada porque es un sector conformado por
un enorme cordón de universidades con un amplio historial
político. Están estratégicamente ubicadas, lo cual limita al
contingente policial y permite una mayor seguridad para
nosotrxs. La represión debe dispersarse en los distintos puntos
lo cual nos sitúa en una posición favorable frente a ellos”.
“Lxs encapuchadxs de las universidades que conforman
este cordón se han encargado de dejar sucesorxs, un legado
histórico que permite que Macul siga tan activo como siempre”.
Ante la pregunta si creían que lxs encapuchadxs
desaparecerían algún día, Tamara nos respondió: “Mientras
haya descontento seguirán existiendo encapuchadxs, sin
importar las leyes y represiones que el Estado imponga.
Nosotrxs somos individuxs pasajerxs, no seremos
encapuchadxs para siempre, por lo mismo debemos
asegurarnos de dejar un legado, de integrar gente nueva,
| 133
más joven, para cuando nosotrxs salgamos, ellxs continúen
con el trabajo”. La última palabra genera sonrisas en los
demás, el término trabajo aplicado aquí les genera simpatía.
“Yo creo que con el tiempo las acciones se irán
incrementando, no en número, la APEC me dejó esa sensación.
El ver como cientos de personas de todas las edades les daban
batalla a los pacos fue genial. Fue un combate que duró horas,
en donde las personas se reagrupaban constantemente y se
acercaban sin temor hacia los piquetes de pacos, yo creo que
es expresión de un descontento que se está incubando y que
explota porque no le queda otra salida”.
“Lo malo aquí es que si una acción no es constante
pierde fuerza y el propósito se diluye. Creo que la gente
masivamente tiene rabia, pero producto de la educación no
saca esa rabia hacia afuera. La educación le hace ver que las
cosas son así como por naturaleza y que si se opone a ellas
sólo le irá peor en la vida, por eso es tan importante ayudarle
a la gente a cambiar la mentalidad, la mirada que tienen
sobre la realidad, no hay que dotarlas de rabia, porque ya la
tienen y de sobra”, afirma Sergio.
Nos aventuramos entonces a preguntarles si ellxs
creían que valía la pena hacer todo esto de salir a la calle
y arriesgar la libertad y la integridad, tanto propia como
ajena. Manuel nos responde presuroso: “Claro que sí, va
en la consecuencia, sin embargo todo debe darse de forma
organizada y responsable. La libertad e integridad física son
cosas que se arriesgan para obtener los cambios que tanto
deseamos, se está consciente de los peligros, pero son cosas
que se asumen al formar parte de esto”.
Para Pato: “Claro que vale la pena, si no valiera la pena
no lo haría. Hay que demostrarle al sistema y a quienes lo
llevan a cabo que no tienen todo bajo control, que no está
todo en calma y en silencio, hay que ponerlos en peligro, hay
que amenazar sus centros de lucro, hay que hacerlo porque
unx está por otra forma de organizar el mundo y entonces o
claudicas y te unes a lo que postula el capitalismo, y te unes
sin chistar, o peleas y generas espacios en donde la oposición
se masifique y se levante más fieramente”.
“Lo hago porque no me queda otra, yo no voy a integrarme
a las filas del sistema, no lo haré y ¡Que me caiga un rayo si
algún día lo hago!”, su frase genera aplausos y rechiflas.
134 |
Según Mario: “Mira, vale tanto la pena porque no hay
otra opción, el capitalismo no se reforma, se destruye, nada
de humanizarlo (como plantean los comunistas) ni coexistir
pacíficamente con él, el día que me den permiso para salir
encapuchadx, el día que me den permiso para sabotear al
sistema, ese día cambio mi modus operandi o me pegó un
tiro. Seguir igual sería la derrota máxima, significaría que no
soy ninguna amenaza, ni yo ni mi discurso político”.
Pero entonces y si es tan fiera e inclaudicable la oposición
al sistema, nos intriga, el hecho de si cuentan con una
propuesta organizacional de fondo o no. Les preguntamos
que proponen en un hipotético triunfo de la revolución.
Según Antonio: “Bueno existen varias propuestas de
fondo dependiendo de las aspiraciones políticas de cada
individuo. Sin embargo, al momento en que la revolución
triunfe, todxs proponemos cosas similares: abolición del
trabajo asalariado, abolición del Estado y sus organismos,
abolición del dinero, abolición del sueldo como mercancía,
abolición de la propiedad privada, una sociedad sin clases,
organizada horizontalmente. Se acabará la división social y
técnica del trabajo”.
“Vivimos en una época en que los recursos, el alimento
alcanza para todxs, es la primera vez en la historia de la
humidad en que hay más alimentos que personas, por lo tanto,
la repartición será equitativa dependiendo del número de
personas que conformen una familia, independientemente de
que el aporte social concreto de esa familia la realice sólo un/a
individux. Cada quien producirá y consumirá según su necesidad.
Eso es a grandes rasgos, pero es un tema que da para mucho”.
Para Eduardo el problema radica en que: “Si bien habrá
personas que se plantean la caída y destrucción del capital,
falta discusión sobre qué hacer cuando el Estado caiga. Yo me
planteo la destrucción del capitalismo con dos posibilidades,
una a largo y otra a corto plazo. Una posibilidad es que el
capitalismo se destruya producto del levantamiento masivo
de la gente, originado por el cambio de mentalidad que tanto
se ha hablado, que para mí sería ideal, porque estaríamos
hablando de una decisión de todxs por organizarnos de
forma distinta a la que se nos somete ahora, pero que implica
tiempo y años de por medio”.
| 135
“Lo otro es el estallido social y puntual, como en el caso
de Argentina y Bolivia, en donde se da la opción de que el
proletariado asuma al poder (aquí hay diferencias porque
algunos sectores plantean la toma del poder y otros la
destrucción de él), yo lo veo como que el proletariado toma
el poder para repartirlo entre todxs, porque en definitiva
lo que hace es asumir la dirección, en términos reales, sin
dirigencia central, sino delegadxs elegidxs sectorialmente
por el pueblo y removibles cuando el pueblo quiera”.
“Todo esto tiene como objetivo el final del capitalismo,
el final de la mercancía, el término de las relaciones de
dinero, en donde los medios de producción se le entregan
al pueblo, los recursos que nacen de ellxs se ponen a
disposición de la asamblea, se organizan redes para agrupar
a los diferentes sectores económicos para que todxs sepan
que está escaseando o abundando en la zona específica de
cada unx. Esto para apuntar al internacionalismo proletario,
porque ningún país puede estar solo en el mundo, al estar
solo va a carecer de cosas, de productos, hermanando países,
bajando las fronteras, originas un cambio mundial, más allá
del de cada país especifico”.
Nicolás agrega: “El punto es cómo plantear una revolución
en años, con tiempo, formando un bloque frente al capitalismo,
porque el capitalismo no se va a destruir porque un solo país ya
no quiera regirse por él, debe ser un tema global”.
“Si unx no se plantea esto, cada vez que se origine un
estallido social, se sacará a un presidente, se quemarán
tribunales, en fin, quedará la cagá, pero luego de eso
tendremos que ir improvisando y como puede que no
haya una base social convencida, sentirán temor ante
esta improvisación y el pueblo terminará eligiendo a otro
monigote más de presidente, porque está acostumbrado a
ese sistema y eso llevará a que las cosas sigan igual hasta
el próximo estallido, como fue el caso de Argentina y como
lamentablemente está sucediendo en Bolivia en donde el
pueblo ha demostrado fuerza, pero ha caído en el error de
seguir votando por uno y otro representante de lo mismo”.
Siguiendo en el mismo ámbito, les preguntamos qué
tipo de organización debería existir si el capitalismo de
destruyera, o cómo ellxs imaginaban que sería.
136 |
Martín cree que sería “Una organización horizontal,
dividida por comunidades y éstas a la vez se coordinan de
forma mundial, en dónde todxs puedan y deban participar
de la organización”.
“Sin confundir con el libertinaje donde todxs hacen lo
que quieren aunque pasen a llevar a otrxs, aquí el respeto
mutuo es uno de los principios fundamentales, pero esto
no quiere decir que unx deba tolerar conductas o actitudes
estúpidas y perjudiciales para la comunidad, se puede hacer
prácticamente lo que se quiera, siempre y cuando se cumplan
los deberes que cada unx tiene en la sociedad y no se atente
contra la comunidad”.
“Aquí no existiría ni policía ni cárceles, sino que todo se
rige por la comunidad, la cual resolverá la forma de evitar
las conductas perjudiciales. Pero demostrado está que las
cárceles no resuelven los problemas sociales, ni ponen a
la sociedad a resguardo de alguna persona que representa
peligro, las cárceles han aumentado los problemas sociales,
ha sido la cuna para le deformación de las personas,
para que sus mentes caguen completamente, yo no me
imagino un mundo nuevo ni con cárceles ni con campos
de concentración, aquello significaría continuar con la
deformación capitalista”.
Pero tomando en cuenta el gran nivel de desinterés
que existe actualmente en la política y en lo arraigado y
normalizado que parece estar el capitalismo en nuestras
vidas, les preguntamos si realmente creen posible llevar a
cabo esta nueva sociedad. Para Andrés: “Yo creo que sí, la
experiencia que tiene el mundo sobre revoluciones sociales
nos ha dicho que las cosas que son a corto plazo, que
vienen con estallidos sociales puntuales, terminan en un
fracaso porque no tienen apoyo internacional ni se expande
la revolución, entonces tienen todo el poderío capitalista
encima, tratando de aplastarles”.
“Pero el que no haya encontrado el éxito hasta ahora,
no significa que no pueda suceder, es importante ir creando
las bases, para que cuando ese conflicto social estalle, no
estemos desnudxs y temblorosxs dando palos de ciegx para
ver qué vamos haciendo y cómo lo vamos haciendo posible”.
Manuel cree importante agregar que: “Es posible llevarla
a cabo, claro que sí, pero para eso es importante no vivir
| 137
de los fracasos de otrxs, aprender de esos fracasos pero no
derrumbarse y decir “Como ellxs no lo lograron menos lo
voy a lograr yo”. Unx para creer que se puede formar una
sociedad nueva primero tiene que creer en la humanidad. Si
unx no cree en la humanidad está acabadx por qué no puede
pensar en el comunismo ni en el anarquismo ni nada, en
ninguna ideología que se plantee un nuevo mundo”.
“Ese pensamiento de “¡Ay! Que vamos a hacer, si tantxs
procesos han fracasado, estamos perdidxs, ahora tenemos
solamente que humanizar el capitalismo, disminuir lo
más posible la brecha entre ricos y pobres”, quizá eso sea
mucho más alcanzable que plantear la destrucción total
del capitalismo, pero yo creo firmemente en que se puede
construir una sociedad nueva, y en los procesos a más largo
plazo es en lo que más creo, en las nuevas generaciones, en
la educación, en las nuevas ideas. Si no creyera no pelearía
por ninguna hueá, me quedaría en el conformismo y la
seguridad de mi casa”. Afirma Martín.
Les preguntamos entonces si estaban conscientes o no de
que los ideales que persiguen son muy difíciles de instaurar
en este momento, tanto a nivel local como mundial.
Pablo nos respondió que “Si, estoy totalmente consciente,
pero ni yo ni todxs mis compañerxs nacimos en una cuna
revolucionaria. Nacimos en dictadura, con conflictos sociales
que pesan y marcan, pero eso no significó que unx tuviera el
fusil de mamadera. Y si yo y otrxs compañerxs alcanzamos
cierto tipo de pensamiento y luchamos por llevarlo a cabo
¿Por qué los demás no lo alcanzarían?, si se expande este
pensamiento serán muchxs más lxs que lucharán por
instaurarlo y el movimiento tendría más fuerza y más
posibilidades de triunfar”.
Según Tamara “Cada vez se va a hacer más difícil lograr
constituir una sociedad nueva en la medida en que lxs
revolucionarixs o el pueblo insurgente centren sus esfuerzos
en destruir sólo los símbolos capitalistas. Es cierto que la
liberación parte por destruir lo que te oprime directamente,
pero tiene que existir un discurso articulando cada una
de las acciones, porque si eso no ocurre las acciones se
desmoronan en el tiempo”.
“Hay que desarrollar un mensaje claro para que vaya
pasando de mano en mano y llegue hasta lxs que ahora son
138 |
niñxs, pero dentro de algún tiempo serán lxs jóvenes con
más ímpetu y si no nos preocupamos de ellxs estaremos
jodidxs, porque si no después vamos a ser purxs viejxs. Por
eso es tan importante que las nuevas generaciones estén
dotadas de las armas que necesitarán… armas ideológicas,
que se entienda…, porque tenemos que ser capaces de una
vez instaurada una nueva sociedad, llenar todos los espacios
que se requieran, una nueva televisión, una nueva prensa,
educación, cultura, todo.”
“Veo muy difícil crear una nueva sociedad con las
bases de la antigua, por eso es importante llenar todos los
espacios, para evitar que los vicios capitalistas se metan en
la mente de la gente joven y de lxs niñxs de ese mundo que
nos estamos imaginando”.
Les preguntamos entonces si no consideraban que aquel
argumento estaba cargado de autoritarismo y verticalismo,
considerando que el “Llenar todos los espacios” fue un
argumento esgrimido por la dictadura militar chilena
para modificar la televisión de esos años. Martín responde
para aclarar las dudas: “¿Autoritarixs?... ¿Por qué?... creo
que las cosas se están confundiendo o malinterpretando,
a lo que nosotrxs aspiramos no es el imponerle nuestros
planteamientos a todo el mundo sino que ese todo, o por
lo menos el “todo” explotadx, tome real conciencia de que
sus problemas no son naturales, no son porqué sí, son
producidos por otra clase, que necesita imperiosamente que
él/ella tome el control de su vida”.
“Si la clase baja, si lxs explotadxs se rebelan, si se
involucra en un proceso revolucionario que tienda a destruir
la sociedad de clases y el capitalismo, ufff, ¿Tu sabes cómo
temblarían los dueños de este país?, ¿Los dueños de todos
los países? Eso es a lo que yo aspiro, lo que más deseo, no a
que yo y mi grupito dominemos este país y lo conduzcamos
hacia una revolución de mentira, porque las revoluciones
no se hacen entre cinco o seis personas, en realidad son
más bien un proceso que implica la participación de todxs,
incluso los ricos que se oponen a ella, que se arman contra
la revolución. Ellos también participan porque su férrea
oposición va convenciendo a lxs indecisxs de que el enemigo
existe aunque se disfrace de progresista y anti-dictatorial”.
| 139
Pablo agrega: “Hay una manipulación grosera de los
conceptos, porque ahora resulta que soy yo el autoritarix y el
fascista porque quiero y deseo un mundo sin clases sociales,
sin capitalismo, sin opresores ni oprimidxs. Yo soy el fascista
ahora, porque como asumo que esta es una guerra que en
algún momento se agudizará y el enfrentamiento entre las
partes devendrá en muertxs y en un derramamiento de sangre,
es lamentable, pero así es, no creo en una revolución de guante
blanco. No creo en el pluralismo hippie de dejar expresarse a
quienes históricamente han matado, explotado y sometido a
otrxs seres humanos (animales y también a la tierra)”.
“Un proceso revolucionario no debe dar cabida a quienes
han vivido a costa de la miseria de otrxs, a quienes le han
impuesto a la mayoría a vivir precariamente, mientras ellos,
la minoría, veranea en el Lago Caburga, mientras unxs viven
hacinadxs en una pieza, otros tienen helipuerto privado. Oh
si, seré autoritarix, ¡A los cerdos burgueses no les permitiré
explotar nunca más!”.
Cristián cree que es importante aclarar que: “Lo de llenar
todos los espacios apunta a que en la revolución hay que
preocuparse también por la cultura y el incentivo intelectual
de las personas. Por ello deben potenciarse las expresiones
como el teatro y la literatura, pero no como mierdas vacías
de contenidos como las que se ganan los Fondart, sino que
el teatro con contenido social como el que en este país
había antes del golpe militar. En resumen a lo que se quiere
llegar es a producir arte y comunicación, pero sin valores
capitalistas, no se puede conservar la asquerosa televisión de
ahora, que lo único que transmite es la ideología del capital,
la TV de ahora se dice objetiva, pero en realidad transmite
la política del capitalismo, la del dinero y el individualismo.
Pero hay que aclarar que ese “llenar todos los espacios” se
dicta desde la propia gente, de forma asamblearia, al igual
que todos los aspectos de la revolución, será la gente en su
conjunto organizada y conscientemente la que determinará
que quiere ver (hablando específicamente de la televisión).”
“Estamos imaginando el momento en donde la conciencia
social motive las acciones de las personas, en donde no se
elegirá ver programas con minas en minifalda bailando todo
el día, que es lo que tiene la televisión actual, elegir entre
un canal con minas bailando y otro con la misma basura…
140 |
¡Eso no es libertad, eso es mierda! Y no me vengan a decir
otra cosa, si alguien se molesta porque una nueva sociedad
consciente decide libremente que no quiere ver basura en la
televisión, si alguien dice que eso es fascismo, pues que lo
diga, le concedo la libertad para decirlo, jajajajajaja”.
Retomando el supuesto caso de instaurar la revolución,
Manuel destaca que “El gran problema es que a veces las
sociedades no quieren ser nuevas, quieren seguir igual…
entonces ¿Que hacer ahí?, porque ahora podemos tener las
cosas más o menos claras, pero vamos a ver que quiere el
pueblo en un momento revolucionario y cuál va a ser el
camino que él va a querer tomar”.
“Una de las opciones es la de ser la vanguardia, en donde
nosotrxs decidimos, pensamos por el pueblo y que el resto
nos siga… lo otro es que haya tal nivel de conciencia que
sea el pueblo quien toma el camino y quien va decidiendo
en conjunto y organizadamente sobre los temas que se
requiera. Eso para mí sería lo correcto”.
Frente a lo último dicho y tomando en cuenta miradas
ajenas a lxs encapuchadxs, que lxs observan como un grupo
que se considera a la vanguardia, les planteamos el tema sin
rodeos. ¿Creen o quieren ser vanguardia?
A Manuel la pregunta le causa cierto grado de sorpresa
y simpatía: “¿Considerarnos vanguardia?... No para nada,
me llama la atención que me pregunten eso, es algo que
jamás queremos ser, por lo menos ni yo ni mis más cercanxs
queremos serlo, al contrario es una figura que se detesta en
muchos círculos, que curioso que algunas personas piensan
que queremos serlo, o que sentimos que lo somos. Para nada,
nunca. Quizá me equivoque en la correcta definición, pero
para mí la vanguardia es un concepto asqueroso, en donde
un pequeño grupo piensa por el pueblo, decide por él cree
saber exactamente lo que el pueblo tiene que hacer como y
cuando hacerlo… nosotrxs no creemos eso, yo no pretendo
que la gente para liberarse deba salir a cortar calles y hacer
barricadas, esa no es la única forma ni la perfecta, esa es
UNA de las formas que yo tomo, realizo otras cosas, un foco
de resistencia es necesario. Pero esa es MI forma de expresar
mi descontento y mi rabia, no ando por ahí diciendo que es
la única forma y que quien no salga a la calle es un contra-
revolucionarix, eso no”.
| 141
Según Pablo: “Nosotrxs no queremos imponerle una
forma específica de lucha a la gente, a cualquier persona, no
pretendo imponerles una ideología específica, creo que es
importante que la gente se cuestione la realidad, que tenga
poder sobre su propia vida, por su bien, por su dignidad no
por un beneficio personal y oscuro mío… vanguardia es lo
que hizo el Ché, cuando agarró como a veinte personas y se
fue a la Sierra en Bolivia, él y su pequeño ejército, ellos iban
a ser los libertadores del pueblo boliviano oprimido, ellos
con su forma particular, la armada… nosotrxs no estamos en
eso, yo por lo menos como encapuchadx no quiero liberar
al mundo, quiero que el mundo se libere, pero eso no es un
proceso solo mío o de mis compañerxs, es un proceso en el
que están incluidxs todxs, cada unx con su aporte, yo no voy
a decirles a toooodxs que tomen una molotov porque ella los
va a liberar, inválidxs y mujeres embarazadas no serían aporte
a la revolución porque no tomaron una molotov, ¡Por favor!
Yo jamás plantearía algo así. Si la revolución será armada o
pacifica es algo que se irá viendo en el camino, la forma de
la revolución la decide cada revolución, no la decido yo, ni yo
tengo la clave, las vanguardias la tienen, yo no”.
Nos preguntamos si alguna vez lxs encapuchadxs sienten
que su lucha y las acciones que llevan a cabo carecen de sentido.
Pato le da un giro a la pregunta y afirma que “El tema es
si las cosas tienen sentido con lo que unx quiere. Porque para
unx puede tener sentido tirar piedras, pero no tiene sentido si
yo quiero matar a un paco. Las cosas tienen sentido o no, según
lo que cada unx se plantee, la acción directa violenta tiene
sentido en la medida en que unx consigue lo que se plantea,
en la medida que unx genera constancia pero sin una crítica y
una evaluación, eso no sirve de nada, bien por la acción directa
violenta, pero de qué sirve si no me detengo a analizarla”.
Matías responde que “A veces si… pero no porque lo
que debes estar pensando, de que me desaliento porque la
gente no apoya masivamente la acción directa (violenta) y
a lxs encapuchadxs. Cuando me desaliento es porque veo
dentro de lxs mismxs encapuchadxs un gran número de
contradicciones y desorganizaciones”.
“A ver…, yo veo que para lxs encapuchadxs ha sido
muy beneficioso el no ser un movimiento articulado. Un
movimiento es fácil de infiltrar, entras como el/la más rudx e
142 |
intrépidx y ¡Zas!, lxs conoces a todxs, puedes estar allí meses,
esperando el mejor momento para detenerlxs y desarticular
toda resistencia. Pero como aquí se coordinan diferentes
núcleos (algunos casi ni se conocen) que se agrupan al
momento de salir a la calle, una vez terminada la acción cada
unx desaparece. Entonces es más difícil infiltrarlo y, por ende,
detenerlxs. Pero eso que es beneficioso aquí, en otros casos
es lo que a la larga no ha hecho que lxs encapuchadxs se
masifiquen y que su discurso se propague. Ahí me desanimo,
porque, ¿Cómo se modifica eso?”. Su pregunta queda
resonando en el aire, sin que nadie logre dar con la respuesta.
Les preguntamos entonces si ellxs creían haber logrado
algún cambio en la mentalidad de las personas, la pregunta
parece causarles cierto grado de sorpresa.
“¿Un cambio?, yo creo que no, porque no se busca eso
tampoco, yo por lo menos no salgo a la calle para que la
mentalidad de la gente que me ve salir cambie… plantearse
eso significaría una derrota, porque no se ha logrado, unx
sale como medida desesperada de unx, de sus visiones y sale
para demostrarles a los que tienen el poder que unx sigue
ahí. Pero no salgo para que el cajero de supermercado me
tenga buena”, responde Alejandra.
Ante esto nos preguntamos si esa actitud no es un
tanto individualista y egocéntrica, ella nos responde de
inmediato “No, por lo menos yo no creo que sea eso. Unx sale
a la calle porque las condiciones de vida, la forma cotidiana
que este mundo está tomando nos ahoga, la desigualdad a
al que llaman democracia me enferma, el capitalismo, tan
bueno y beneficioso para algunos a mí me desespera, y el
hecho que año tras año anuncien que tratarán de eliminar la
pobreza me da risa, si cualquier persona que tenga mínimos
conocimientos sabe que el capitalismo necesita a lxs pobres,
son razón imperiosa para este sistema, todxs ricxs y todxs
iguales es un sueño que no puede realizarse dentro del
capitalismo. Salgo a la calle porque si bien manifiesto mi rabia
y descontento de otras formas, creo que es necesario hacer
temblar un poco a los representantes del poder (en este caso
puntual, los pacos), creo firmemente que hay que ponerlos
en peligro, amenazarlos, que sepan que algunas personas
estamos dispuestas a muchas cosas dentro de esta guerra”.
| 143
“Quizá a mucha gente no le gusta mi forma de
manifestación, pero yo no lxs obligo a expresarse así, que
ellxs no me obliguen a pensar de otra forma ni a cambiar mi
manifestación… si siguiera esa lógica de cómo a la mayoría
no le gusta lo que hago debo cambiarlo, también debería
cambiar mi oposición al capitalismo, porque las encuestas
dicen que a la gente le gusta y le acomoda, pero en la
calle, en la vida diaria se ve otra cosa, se ve descontento
no expresado, no encauzado, se ve miseria, desigualdad y
desesperanza, eso es lo más terrible, han infundido que la
organización para cualquier cosa, no sirve, que con ella no
se consigue nada, es una pena que la gente lo crea, porque la
historia demuestra lo contrario”.
Mario retoma el tema del cambio logrado en la
mentalidad de las personas y reflexiona comentándonos:
“También es bueno detenerse en la forma en que nosotrxs
mismxs hemos hecho que el/la encapuchadx sea visto
por lxs demás, esa conexión que tiene que existir entre
encapuchadxs y sociedad no existe ahora, algunxs tratan de
hacerlo, pero la gran mayoría no. A lo que voy es que no se
ha humanizado ni aterrizado a la figura del encapuchadx ,
no se lo ha hecho alcanzable para todxs. En los panfletos o
dibujos el/la encapuchadx siempre ha tenido características
casi demoniacas, nunca sale un/a encapuchadx comiendo o
riéndose o llorando, ¿Por qué no?, si esta sociedad es para
ponerse a llorar también. Siempre aparece con una molotov
o un fierro (pistola), ha habido en torno a nosotrxs mismxs y
de parte de nosotrxs mismxs, una política del terror. Eso ha
hecho quizá que el discurso no entre con fuerza en la mente
de quienes nos rodean de forma más cercana, como son lxs
estudiantes o lxs trabajadorxs del sector”.
“Puta… quizá me van a tildar de amarillx, pero de
verdad para mí que el trabajo de marketing se ha hecho
mal”, sus risas se escuchan con entusiasmo imaginando las
reacciones de sus compañerxs. Prosigue: “En ese sentido es
muy diferente el cómo se encara el tema en Argentina, en
donde lxs piqueterxs también son encapuchadxs, también
son jóvenes, pero han desarrollado una campaña distinta.
Recuerdo haber visto un panfleto que ellxs sacaron en donde
se veía un piquete donde estaba quedando la cagá y lxs que
salían en primer plano de la foto eran una mujer no tan joven
144 |
pero no vieja y un hombre en silla de ruedas. ¿Se entiende lo
que quiero decir? Yo vi esa foto y dije ¡Ah, mierda!, debe estar
quedando la escoba en Argentina y si puede salir un/a lisiadx
a la calle como no voy a salir yo… pero eso se dio porque
ellxs han sido capaces de hacer que su conflicto atraviese y
llegue a distintos grupos y sectores sociales. Nosotrxs no…
porque en nuestras fotos y dibujos siempre es lo mismo,
salvo muy pequeñas excepciones”.
Haciendo una evaluación de los años que han salido a la
calle, los diferentes núcleos, les preguntamos cual era, según
ellxs, el mayor logro o triunfo obtenido, en definitiva, que
era lo que ellxs más rescataban.
Para Antonio “El mayor logro que se puede sacar de
todos los años de salidas, es que aún haya gente saliendo a la
calle y que la represión no haya podido eliminar el accionar”.
“Más allá de lo que unx pueda hacer, como quemas de
edificios, autos, tanques si esa acción queda ahí y no prosigue
no sirve de nada, porque el pasado quedó ahí, entonces, una
acción por muy buena que sea si no tienen una suficiente
proyección, los logros y objetivos pueden haber sido buenos…
pero se pierden. Por eso el mayor logro que se puede sacar
de lxs encapuchadxs es el hecho de que se mantengan, de
que aún persistan como foco de resistencia”.
Nicolás está completamente de acuerdo y agrega: “Si, es
verdad eso. Más allá de acciones puntuales y espectaculares
que pueden permanecer en la memoria de muchxs, lo más
beneficioso y rescatable es que aún existan”.
Ahora bien, ninguna proyección a futuro puede
prosperar si antes no existe una reflexión sobre lo ya hecho
y recorrido, tal y como lxs mismxs encapuchadxs lo afirman,
por ello les consultamos si ellxs consideraban tener algunos
aspectos negativos, de la índole que fueran.
Las caras y miradas de reojo, de forma un tanto cómplice
nos dice que tienen más o menos la misma impresión. Eduardo
será quien nos responda: “La capacidad de análisis de cada
salida, la capacidad de preparación individual es baja y en gran
parte el discurso ha sido poco trabajado, poco claro o confuso”.
Para Andrés: “Lo paradójico aquí es que todxs deben
profesar lo importante de analizar y detenerse a replantear las
cosas hechas, porque nadie es perfectx y se cometen errores,
pero te aseguro que son pocxs quienes realmente lo hacen”.
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Marín agrega: “Yo creo que lo negativo es la forma
en como nosotrxs mismxs hemos ido llevando a adelante
nuestra historia, en lo que se refiere a la propaganda y a las
acciones, a la preparación. Porque si una persona tiene una
mala preparación se asustará desmedidamente cuando vea
a los pacos. Yo me he topado con eso, con salidas en donde
ves a encapuchadxs que se dejan intimidar por un paco en
moto que está casi a una cuadra. Por otro lado yo creo que
debe existir seriedad al momento de encarar un ataque,
porque así como se ven personas asustadas, ves a otros y
otras que se tiran como si fuesen inmortales. Creo que hay
que saber matizar esas respuestas, porque hay que tener
fiereza, es indispensable, hay que ir a buscar, a enfrentarse,
pero también hay que tener miedo y cautela”.
“El miedo es importante porque te habla de un
aterrizamiento de tus acciones, yo no me puedo lanzar hacia
un paco a dos centímetros míos y pretender que nada me va
a pasar. La gente que ha pretendido eso ahora está muerta
o presa, si te vas a arriesgar tanto que por lo menos valga la
pena, o sea que no salgas solamente tú perdiendo…”.
Eduardo retoma la palabra y con cierto pesar nos cuenta
que es lo que a sus ojos es más negativo: “Hay muchas
contradicciones, y esas contradicciones no se van a solucionar
nunca mientras no exista una real capacidad de análisis y
autocritica tanto individual como grupal. Hasta el momento
eso no se ha hecho por un tema de confianza o de capacidad,
aunque existen grupos y personas que si quieren que se haga”.
A casi 9 años de realizadas estas entrevistas, pueden
verse como ingenuas o lejanas las ideas, proyecciones y
dudas políticas de la generación de encapuchadxs del 2004.
En definitiva este hecho, esta lejanía política, es la muestra
clara de cómo ha cambiado las ideas en la calle, observándose
una mutación y radicalización tras las capuchas.
Claramente podemos identificar que hubo un salto en lxs
encapuchadxs, pasaron de ser Anticapitalistas, para definirse
como Antiautoritarixs. Si bien materiales de ataque y modus
operandi permanecen a grandes rasgos similares a los de
antaño, las ideas y el trasfondo de las nuevas generaciones
encapuchadas evidencian el cambio y la variación hacia un
sentir anárquico.
146 |
La calle -sin duda- tiene una marcada presencia negra,
en lo que al ambiente de salidas universitarias se refiere;
en cuanto a las movilizaciones masivas, podríamos decir
que la presencia de encapuchadxs es más heterogénea, con
una marcada participación de jóvenes sin ningún apego a
definiciones políticas.
Queda claro que las acciones de lxs encapuchadxs se
han modificado tanto cualitativa, como cuantitativamente
hablando. La barricada se reconfiguró en encapuchadxs e ideas,
radicalizando sus discursos y alcanzando notoria masividad.
La barricada hoy es negra y apunta al combate de toda autoridad.
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CAPITULO VIII
UNA OJEADA A LOS
ULTIMOS ANOS DE LA LUCHA
CALLEJERA
Desde el año 2004, año en que sucedieron los hechos
narrados en la primera edición de este libro y el 2005, año
en se realizaron estas entrevistas, muchas protestas y hechos
significativos han quedado en la retina de lxs encapuchadxs.
En las siguientes páginas abordaremos algunos de ellos.
La lucha callejera el 2011 y el 2012 se extendió a lo largo
de todo Chile en el contexto de las demandas educativas.
En ese contexto de convulsionado ambiente estudiantil,
paulatinamente fue aumentando la inicial minoría que
avalaba la violencia como una herramienta más de lucha.
Si bien este libro no habla específicamente de lxs
“encapuchadxs espontánexs” (esxs que sin mucha preparación
se enfrentan a la policía), quisimos dar una pincelada a esta
expresión, para comprender el contexto en donde actúan
tanto “lxs espontánexs”, como lxs encapuchadxs organizadxs.
Endefinitivaestecapítuloabordarálacontinuidaddelenfrentamiento
entre lxs encapuchadxs y las fuerzas de orden, como desarrollan en la
actualidad sus prácticas y como conciben la guerra social.
148 |
La evolución que han experimentado lxs encapuchadxs
se ha dado en todos los ámbitos de su práctica.
Muestra de ello es el cambio en las vestimentas, que
variaron radicalmente desde un inicio con pañoletas y gorros
de lana, para llegar a ropas anchas y principalmente oscuras.
También variaron sus zapatillas, que en el presente son
cubiertas con bolsas de plástico, cambiaron de igual forma
los antiguos morrales por mochilas que esconden debajo de
la ropa, tanto para camuflarlas, como para protegerse del
golpe de las lacrimógenas.
Así mismo el cambio en el aspecto netamente práctico
se evidencia en el paso del panfleto hecho a mano o con
letras recortadas de periódicos, para llegar a un texto y
fotografías que se suben en portales de internet.
Quisimos mostrar algunos de los hechos que nos parecen,
según nuestro criterio, más significativos. Obviamente no
podemos detallar cada una de las salidas de lxs encapuchadxs,
salidas que a veces se sucedían semana a semana, he incluso
solo con horas de diferencia.
Nuestra mirada y la recopilación en este libro son solo
un paso, un aporte más al rescate de la memoria y el análisis.
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LA REVOLUCION PINGUINA Y LA
“RESURRECCION” DE LXS ANARCXS.
El año 2006 fue un año movido en las calles. La
“Revolución pinguina” y sus masivas marchas que terminaban
en disturbios o las fechas siempre emblemáticas, 29 de
Marzo, 1° de Mayo y 11 de Septiembre, mostraron el avance
de grupos que desafiaban la norma establecida. Ya fuera
sobrepasando perímetros delimitados por donde marchar,
atacando instituciones del poder o derechamente buscando
el enfrentamiento con las fuerzas de orden, lxs encapuchadxs
siempre han estado presentes.
Ese año particularmente, se inicia con un cambio en
la irrupción callejera. El 1º de mayo de 2006, al ataque con
pinturas y piedras a bancos y locales transnacionales de
comida chatarra, se le suma el saqueo a librerías, bancos y
tiendas de telefonía.
La prensa burguesa en su afán morboso de siempre,
centra su atención en lo que a su juicio es la irrupción de “las
mujeres” en el ambiente encapuchadx, destilando machismo
y a la vez ignorancia, pues mujeres y hombres se han volcado
a las calles desde el origen de la lucha.
La marcha del 1° de Mayo que recorrería la Alameda
comenzó inmediatamente con incidentes, disturbios y
ataques al edificio de la torre Entel, Burger King, McDonald´s
150 |
y bancos, logrando su punto culmine con el saqueo a la
librería Lápiz López y el banco Santander, cuyos muebles
fueron destruidos y lanzados a las barricadas.
Era tanta y tan diversa la gente que participaba en el
corte de calle, que incluso se dio pie para que una señora de
edad avanzada, entrara al banco Santander y se llevara una
mesa de centro para su casa, hecho que recibiría por supuesto
la condena mediática y las burlas de todos los sectores.
Su rostro inundaría los noticieros y se iniciaría una
campaña para dar con su identidad y detenerla. Cuando fue
encontrada manifestó: “yo solo tomé la mesa, los niños ya
habían destrozado todo”.
Durante ese 1° de Mayo, los desmanes ocurrían
mientras los dirigentes de la CUT balbuceaban discursos,
que ciertamente no eran escuchados por la mayoría de los
asistentes, que estaban más preocupadxs de participar “de la
fiesta de las piedras” o de huir de ella.
Así los ánimos se encendían cada vez más, algunxs
asistentes se enfrentaban con las fuerzas represivas, mientras
otrxs dirigían su rabia contra los furgones de la televisión.
Los incidentes de esa manifestación tuvieron amplia
cobertura mediática y abarcaron extensos minutos en la
televisión. Incluso esa misma semana diferentes diarios
publicaban reportajes sobre el “mundo anárquico”, hablando
del resurgimiento “de las capuchas”.
La prensa intentó dar una explicación más o menos
profunda sobre lo sucedido durante la marcha, los reportajes
en profundidad esbozaban un poco inteligente repaso
histórico a las expresiones rebeldes.
Básicamente ligaban a lxs encapuchadxs con todas
aquellas expresiones que tuvieran algún tinte anárquico,
por leve que fuera. Así entonces organizaciones como el FEL
eran consultadas sobre su participación en los actos del 1° de
Mayo, simplemente por definirse “libertarios”.
De igual modo, serían estos reportajes los primeros en
ligar directamente a las okupaciones con las expresiones de
violencia, la okupación “Sacco y Vanzetti” sería mencionada
como lugar donde se agruparían lxs encapuchadxs.
Claramente estos reportajes buscaban generar estereotipos,
confundir y apuntar a entornos de lucha, protegiendo de esta
forma el orden impuesto y perpetuar el puesto de trabajo
| 151
del periodista de turno. En la ignorancia y la prepotencia de
siempre, inclusive señalaban a extintos colectivos universitarios
como los responsables de la violencia callejera.
En definitiva, le pesara a quien le pesara, una mecha estaba
encendida y sería muy difícil apagarla con amenazas por la prensa.
“La revolución pinguina” se insinuaba tenue al reclamar
por la gratuidad del pase escolar y la PSU, oponiéndose con
el tiempo a la LOCE, para llegar a paralizar todo el sistema
educativo con sus demandas por cambios estructurales.
Lograron incluso a poner en jaque al gobierno y empujar a
la renuncia a varios ministros de Estado.
La LOCE (Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza)
fue dictada por la junta de gobierno de la dictadura militar,
promulgada el 7 de Marzo de 1990 y publicada el último día
de gobierno de Augusto Pinochet el 10 de marzo del mismo
año. Producto de este amarre no existe la posibilidad real de
exigir a las municipalidades (de quien dependen la mayoría
de los colegios) una educación de calidad y una efectividad
completa de la JEC (Jornada Escolar Completa), tanto en los
contenidos como en la infraestructura en la cual se realiza.
Esta Ley solo fijó criterios mínimos que deben cumplir los
establecimientos. Esto permitió a las alcaldías, producto de
la Ley de Municipalización, ser los sostenedores de los liceos
públicos, lo que en la mayoría de las comunas se traduce
en la entrega de una educación deficiente y sin asegurar
los mínimos estándares de calidad. Radicalizando la brecha
entre quienes pueden pagar por su educación y quienes
asisten a colegios públicos.
Las tomas de colegios se multiplicaban, algunas
universidades se movilizaban y las combativas protestas
fueron un pequeño polvorín, constituyéndose en el
“despertar” para muchxs de lxs nuevxs encapuchadxs.
Estudiantes con uniformes escolares y poleras tapando
sus rostros aparecieron masivamente en los emblemáticos
sitios de confrontación con la policía. Estas multitudinarias
protestas que se produjeron 16 años después de la llegada de
la democracia, sorprendiendo por igual a partidos políticos
y analistas del acontecer nacional. Lxs pinguinxs no solo
se tomaban las calles y los colegios, también se tomaban
radicalmente los temas de conversación de la sociedad.
152 |
En una de esas jornadas de protesta, específicamente la
del “Paro nacional” del 10 de Mayo de 2006, terminó con 930
detenidxs en Santiago, además de 357 en el resto de Chile. En
total, casi 1300 aprehendidxs en solo una jornada de protesta,
esto nos da una señal de la masividad de las convocatorias y
la represión policial.
Lxs “pinguinxs” salían semana a semana a la calle, agrupadxs
entorno a la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios
(ACES), creada en Octubre del 2000 y declarada como autónoma,
ajena a partidos políticos y con una organización basada en el
asambleísmo de inspiración anarquista, se alejaban así de las
clásicas organizaciones verticalistas.
Para el emblemático Juan Carlos Herrera, más conocido
como el “Comandante Conejo” “Las formas de organización
representan una ideología, entonces al no haber jerarquía dentro
de la ACES, no hay tampoco una ideología que sea jerárquica,
y por lo tanto, rompe con la estructura que sostienen desde el
Partido Comunista hasta la DC”.
Pero la esquina que da nombre a este libro no estuvo apacible
ese año, una serie de salidas por las demandas educacionales y la
preocupación por una extensa huelga de hambre de comuneros
mapuche en Abril, encendieron la mecha de lxs encapuchadxs.
Al mediodía del 20 de Abril del 2006 volvieron a cortar
la mítica esquina. En la acción participaron una treintena de
encapuchadxs, quienes se enfrentaron a fuerzas especiales. Se
lanzaron consignas y leyeron declaraciones.
Esta acción pretendía ser un llamado de alerta sobre
la huelga de hambre iniciada por comuneros mapuche
el 13 de marzo y que cumplía ya 38 días sin solución.
Quince días después y por el mismo conflicto se realizó una
nueva jornada de protestas en solidaridad con la situación
de Juan Marileo, Juan Carlo Huenulao y Patricia Troncoso
(Chepa). Lxs comunerxs cumplían entones 53 días de la Huelga
de Hambre, habiendo entrado días antes a una huelga seca.
El método para hacer visible el conflicto que afecta a los mapuche
fue el corte de la Avenida Macul entre Juan Gómez Millas y Av.
Grecia, lugar en que encapuchadxs se enfrentaron con las fuerzas
especiales de carabineros.
Mediante rayados y panfletos alusivos al conflicto entre
el pueblo mapuche y el Estado chileno, el enfrentamiento
entre encapuchadxs y la policía se extendió unos 45 minutos.
| 153
Sólo un par de horas después de la primera salida, a las 15hrs,
encapuchadxs salieron nuevamente a la calle, esta vez a las
afueras de la Universidad Tecnológica Metropolitana, donde
se realizaron ataques contra el local de McDonald’s y se
cortó el tránsito de vehículos.
Vale la pena recordar que tras la quema de este restaurant
el año 2004, el local cuenta con permanente vigilancia
y resguardo policial, de hecho una micro con efectivos
policiales, permanece apostada durante todo el día, toda la
semana en las dependencias del estacionamiento del local.
Tras una tardanza de unos 20 minutos y la previa llegada de
Bomberos al lugar, la policía realizó una nueva táctica. Desde
Macul con Grecia se instalaron unos tres furgones desde
donde dispararon Bombas Lacrimógenas hacia el grupo de
encapuchadxs y las centenares de personas que miraban el
desarrollo del conflicto desde la entrada de la UTEM.
El ambiente se hizo así irrespirable y se perdió la
visibilidad, dificultando el reagrupe de lxs encapuchadxs.
Aparece entonces el blindado carro lanza-agua (el “guanaco”)
siguiéndolo el bus policial con sus respectivos piquetes
de fuerzas especiales quienes iban avanzando y lanzando
Bombas Lacrimógenas.
De este modo, la represión no solo atacaba, como
es de esperar, a quienes se manifestaban, sino que
además a quienes alrededor miraban. Las lacrimógenas
eran apuntadas al cuerpo de lxs encapuchadxs, lo
que no mitigó el accionar de lxs jóvenes, quienes
siguieron respondiendo con piedras y bombas molotovs.
En la cuarta jornada de protestas contra la LOCE, lxs
manifestantes se enfrentaron a Carabineros en la sede de la
Universidad Academia de Humanismo Cristiano, para luego
salir y levantar barricadas en la intersección de las calles
Condell con Providencia.
Cabe destacar que prácticamente toda esa semana
se registraron enfrentamientos en distintos planteles
universitarios, en todos estuvieron presentes lxs
encapuchadxs, en diferente número y fuerza.
El día martes el escenario fue la Universidad de Playa
Ancha en Valparaíso, en donde cerca de 400 alumnxs se
enfrentaron con las fuerzas policiales, un gran número de
ellxs cubría sus rostros para no ser identificadx.
154 |
El día miércoles los incidentes se produjeron en la zona
de Macul con Grecia, en las afueras de la Universidad Técnica
Metropolitana (UTEM). El jueves, en tanto, lxs encapuchadxs
se trasladaron hacia la Alameda, en la entrada principal de la
Universidad de Santiago de Chile (Usach).
La marcha del 11 de Septiembre, que se realizó el día
10 es recordada de manera especial por muchxs de sus
asistentes, esto por las diferentes peleas a lo largo de toda la
marcha con los comunistas de partido, principalmente con
las juventudes comunistas (J.J.C.C. apodados “pacos de rojo”),
encargadas de la seguridad de la marcha.
Los equipos de seguridad del partido comunista
arremetieron contra lxs encapuchadxs, en un acto de
histeria que solo beneficia a perpetuar el Estado-Capital. Se
abalanzan sobre algunxs encapuchadxs, intentando sacar
capuchas y entregar a los jóvenes a carabineros, de igual
manera arremeten contra toda persona que cumpla “el
perfil” que carabineros y la prensa han elaborado, es decir,
atacan a toda persona que vistiera de negro o tuviera una
estética diferente.
Este servilismo con las fuerzas de orden, originó golpes
y diversas peleas, en donde no solo no pudieron detener
a lxs encapuchadxs, sino que además, solo consiguieron
incrementar la rabia. En ese contexto se agrede a la prensa y
se persigue a los periodistas que pretendían reportear desde
dentro de la manifestación.
Sin lugar a dudas, el hecho que marcará un hito en
la jornada de ese año será el lanzamiento de una bomba
molotov hacia el palacio de gobierno. Así una de las ventanas
sobre la entrada de Morandé 80, ardió por breves minutos,
nunca llegó a poner en peligro de incendio al palacio, pero
claramente era un abierto desafío a todas las corrientes
defensoras del orden existente, era un desmarque hacia
“derechas o izquierdas” y un claro grito de autonomía. Y eso
claramente es (y era en ese minuto) a lo que más temen los
poderosos del mundo.
Este hecho trajo un sinnúmero de respuestas represivas
y polémicas en todos los sectores, independiente del color
político. Esto porque el palacio de gobierno es un bien
patrimonial para los demócratas y además por ser un
sitio emblemático para la izquierda chilena, pues ese es el
| 155
lugar exacto por donde salió el cadáver de Salvador Allende
después del golpe militar en 1973 y que permaneció con sus
puertas clausuradas por muchos años.
La Concertación en su conjunto criticó los incidentes
ocurridos ese fin de semana a causa de la conmemoración
del "11 de septiembre" y el presidente del Partido Socialista,
en su ignorancia extrema equiparó el lanzamiento de una
bomba "molotov" con el bombardeo al Palacio de Gobierno,
durante el golpe militar de 1973.
Sus palabras de congoja y rabia no se hicieron esperar
"El que lanzó la molotov, se puso al mismo nivel que los que
incendiaron La Moneda el 11 de septiembre del 73. Es una
situación tan dura y cruda como eso", enfatizó molesto, el
timonel socialista.
"La Moneda -recalcó- es un símbolo que pertenece a todos
los chilenos y es, al mismo tiempo, el punto de encuentro de
los demócratas, el símbolo de la República y atentar contra su
imagen y volverla a colocar en llamas es retroceder a la época de
la sinrazón y de la irracionalidad".
Por su parte, Isabel Allende, diputada e hija de Salvador
Allende, expresó que el ataque de encapuchadxs fue "una
sorpresa y un dolor. Jamás pensé en volver a ver una llama en
La Moneda y (por ello manifiesto mi) repudio absoluto. No nos
representa. No sé lo que quieren, no sé lo que buscan, pero sé que
no nos representan y menos en la memoria de nuestro pueblo,
que yo sé que (ahí) está presente Salvador Allende".
Mientras desde el palacio de gobierno, el subsecretario
del interior Felipe Harboe, reiteraba las críticas al ataque; “La
bomba incendiaria en la Moneda, no es un atentado contra el
gobierno, es un atentado contra la democracia. Esto no se hace,
es no entender cómo funciona este país, que quiere funcionar en
paz, como los miles de chilenos”.
El ministro de Justicia, Isidro Solís, advertía por la
prensa que pediría mano dura en estos casos: “Nosotros
esperamos que los tribunales cumplan con su obligación legal,
(que) apliquen la Ley ojalá con todo el rigor, porque va a servir
de manera aleccionadora en las próximas manifestaciones
públicas”, amenazaba sin tapujos.
Para la mandataria Michelle Bachelet, “La Moneda en
llamas, como hace 33 años, aunque producto de una bomba
molotov, nos habla de algo muy complejo, porque los símbolos
156 |
patrios como La Moneda, la bandera, son símbolos de la
democracia, pertenecen a todos los ciudadanos”.
Obviamente en sus mentes autoritarias no conciben una
vida sin la supervisión del Estado, sin jefes ni mandamases y
no entienden que el ataque es un gesto de desprecio hacia la
autoridad, venga de donde venga.
Mientras el “experto en anarquía” y amigo de la policía
Edgar Marín, en una entrevista a un matutino declaró; “(lxs
anarquistas), Llegan a sentir placer en la destrucción de
los bienes ajenos. La historia de esta ideología ha sido así.
Buscan la destrucción para que nazca algo nuevo. Son, desde
ese punto de vista, una fuerza caótica”.
La mañana siguiente en la comuna de Estación Central
la policía volvía a enfrentarse a encapuchadxs deteniendo a
varixs, entre ellxs a Luciano Pitronello, “Tortuga” quien años
más tarde se convertiría en un reconocido insurrecto.
El parte policial grafica como vivieron los hechos
ocurridos el 11 de septiembre, “Lxs estudiantes causaron
desordenes en la vía pública, consistentes en lanzar piedras,
palos y elementos contundentes a vehículos, poniendo en peligro
la integridad física de los transeúntes. (…) al ver al personal,
lxs estudiantes ingresaron a la universidad de Santiago, donde
continuaron las manifestaciones. (…) el personal logró ingresar
al lugar consiguiendo la detención de lxs imputadxs”.
En esa jornada resultaron detenidas 100 personas en
la capital y los disturbios en esa casa de estudios fueron
considerados como uno de los focos más violentos durante
el día, en la noche... en la noche es otra historia.
La venganza por el ataque a la Moneda vendría de la mano
de Belisario Velasco, conocido politiquero que aniquiló a los
grupos político-militares en la llamada transición democrática.
En su particular sello, la madrugada del 26 de Septiembre
el GOPE de carabineros allanó “La Mansión Siniestra”, una
casa okupada ubicada en San Ignacio 165, al lado de la sede
Vidaurre de la UTEM.
Se apresan allí a seis personas y se las acusa de tener una
“fábrica de molotovs”, cabe destacar, una fábrica de molotovs
sin ni una sola molotov, sino que con mucha propaganda
anárquica, libros, lienzos y fotografías.
Este golpe fue el preludio a una multitudinaria
manifestación estudiantil que ese mismo día se realizó en
| 157
el centro de Santiago, como era de esperarse los corazones
negros estuvieron más preocupados de la suerte de sus
compañerxs que de la protesta.
El ministro del interior, Belisario Velasco sonreía
ente las cámaras de televisión, “Se están realizando labores
de inteligencia policial, tanto de carabineros como de
Investigaciones y ya se han descubierto algunos (domicilios)
más, ya están identificadxs y serán prontamente allanados”.
Pero tanta parafernalia televisada se fue olvidando poco
a poco, esta no sería la última vez que la dupla Harboe-
Velasco sería participe de shows mediáticos como este.
Este no sería el primer allanamiento contra una casa
okupa, pero si marcaría el inicio del hostigamiento policial
y jurídico hacia ellas, en complicidad con los medios de
comunicación masivos.
Casi a fin de año, el día Miércoles 29 de Noviembre,
encapuchadxs sacaron y quemaron algunos libros de la
biblioteca de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la
Universidad de Chile.
El grupo ingresó al recinto durante el transcurso de una
manifestación que pedía la liberación de los Presos políticos
mapuche. Lxs encapuchadxs rompieron las puertas y sacaron
algunos libros hasta la calle, para proceder a quemarlos en la
esquina de Avenida Grecia con Ignacio Carrera Pinto.
La nueva biblioteca había sido inaugurada hace 20 días
y los libros formaban parte de una valiosa colección para el
apoyo académico a los alumnos y profesores.
El rector Víctor Pérez y autoridades de la facultad se
hicieron presentes para constatar los hechos que causaron
un grave daño académico y económico. Las autoridades
interpusieron una querella criminal contra quienes que
resultaran responsables. No hubo detenidxs, pero la policía
investigó pistas para dar con lxs autorxs de esta acción que
trajo polémica, polémica que se recrudecería el 2007.
158 |
DE ERRORES Y AFINIDADES
El contexto era propicio, el 2007 el enojo por la modificación
del sistema de transportes se vivía en cada paradero, varias protestas
espontáneas se producían por su ineficacia, cortes de vías, evasión
al por mayor y mucha rabia se respiraba en las calles santiaguinas.
Un tanto desesperado por el clima de efervescencia el
Estado, ante la proximidad del “Día de él y la joven combatiente”,
en una nueva arremetida represiva, allana la Universidad de
Santiago (USACH). Tras la medida, autoridades varias posaban
ante la prensa mostrando con orgullo un “arsenal” encontrado.
Se componía de bidones, machetes y botellas, todo rotulado
como evidencia. Todo dispuesto escenográficamente para
impactar, indudablemente los machetes hacían presumir
intenciones cuasi asesinas de lxs estudiantes.
La televisión, el medio de propaganda por excelencia del
capital, daba la noticia con una aterradora música de fondo,
“Durante un allanamiento en la Usach se encontró material para
la fabricación de bombas molotov”, era la consigna difundida
en todos los medios.
En la imagen trasmitida en el noticiario de la mañana,
se observaba a un carabinero con guantes de látex, tocando
uno de los 18 machetes encontrados, luego el subsecretario
del Interior, Felipe Harboe también examinaría las armas
blancas puestas en una mesa gigantesca.
| 159
El periodista continuaba el relato: “Este gran arsenal para
la fabricación de bombas molotov con 300 litros de elementos
químicos en 55 bidones, que contenían nada menos que Tetracloruro
de carbono y también ácido sulfúrico… y por supuesto, material
explosivo para la fabricación de bombas molotov”.
En los otros canales de T.V. la escena se repetiría.
Harboe aplaudía “El profesionalismo de carabineros al detectar
y desbaratar este tipo de elementos que podrían haber sido
utilizados como mecanismos o implementos para causar
mayores hechos de violencia”.
A su lado, el Director de Orden y Seguridad, general
Jorge Acuña, daba cuenta de los años de experiencia en el
cargo diciendo: “Estos elementos fueron encontrados en los
patios de la universidad escondidos entre medio de unos tubos,
entre matorrales y jardines, lugares que en forma clara queda
demostrado que no son donde se guarda este tipo de elementos”.
Ante la consulta de periodistas sobre la extrañeza del
hallazgo diría: “Todos sabemos el peligro del ácido cuando se
utiliza contra las personas”.
El rector de la Usach, Juan Manuel Zolezzi, había pedido
durante la semana anterior una revisión concertada con la
fuerza pública los días antes del 29 de Marzo. Carabineros
eligió realizar el operativo esa madrugada, pese a que ese día
el plantel no tendría clases. Poco después de la medianoche
cerca de 50 uniformados ingresaron junto al administrador
del campus, Víctor Avendaño.
Eran 37 hectáreas a revisar, aunque carabineros tenía un
destino preciso: Un contenedor de la Facultad de Química y
Biología y la sala 511 del Centro de Alumnos, ubicada en la
Escuela de Artes y Oficios.
Durante la tarde de ese día tuvo que salir a desmentir la
versión oficial la profesora de la clase de danza afro, Claudia
Munzenmeyer, quien aseguró que “los machetes encontrados
no tienen filo y estaban en un lugar donde NO se podía pensar que
iban a utilizarse para manifestaciones, al lado de colchonetas e
instrumentos musicales”. Tanto Harboe como Acuña tuvieron
en sus manos los machetes, pero estos eran de utilería.
El vicedecano de Química, Claudio Vásquez, sorprendido por lo
que aparecía en televisión se apresuró en aclarar que “Los bidones
contenían ácido acético, que es vinagre; cloruro de sodio, que es sal;
tetracloruro de carbono, productos que son reactivos químicos, pero
160 |
que en nada sirven para fabricar una bomba incendiaria”.
El docente mostró sus dudas respecto a cómo la policía
llegó a los materiales, dado que, según dijo, estas sustancias “Se
guardan generalmente fuera de la facultad, en unos estantes de fierro
donde están con llave. Entonces, nosotros no sabemos cómo, porque
eso ocurrió a las 2 de la mañana, cómo ocurrió que Carabineros llegó
y sacó eso o tuvo acceso a eso. Y de hecho, como medida de seguridad,
ese mueble se encuentra bajo llave y fuera de la facultad”.
El candado del mueble en cuestión, fue cortado por la
policía y todas las versiones dan cuenta de que el Director
de Orden y Seguridad, general Jorge Acuña, mintió al decir
que estaba todo escondido entre los pastos y en diferentes
lugares del campus universitario.
La dupla Harboe-Velasco golpeaba otra vez, como en el
2006 con la “Mansión siniestra”, con una de sus mejores armas,
el show mediático para mantener a la sociedad en estado
de paranoia “terrorista”, posicionando a lxs encapuchadxs
anárquicxs como lxs enemigxs internxs N°1. La guerra hace
necesario que el poder tenga que visualizar e individualizar a
sus enemigxs, en eso el capital y lxs encapuchadxs están por
fin de acuerdo, sin lugar a dudas son declaradxs enemigxs.
El año 2007 no fue grato para lxs encapuchadxs Dentro de
las universidades siempre han existido muchos estudiantes
que aborrecen su accionar, no les agrada ver su casa de
estudios en la televisión como epicentro de disturbios y
caos, preferirían que de ninguna manera sus clases fueran
interrumpidas por gases lacrimógenos y sirenas.
Ante esta realidad algunos estudiantes amantes del lema
“a la universidad se va a estudiar” comienzan a hartarse de
la molesta presencia de lxs perturbadores del orden, sus
odiadxs encapuchadxs y deciden iniciar una campaña por
internet, denominada Anti-capuchas, todo esto, con la obvia
colaboración de profesores y funcionarios.
Así comienza, una vez más, una especie de acoso a lxs
encapuchadxs, que se materializa en el constante intento
por obtener la identidad de lxs rebeldes, bajar capuchas o
entregarlxs a carabinerxs. Varios episodios y errores de un grupo
de lxs mismxs encapuchadxs le dan fuerza a esta resistencia
ciudadana en contra los enfrentamientos con la policía.
Desde la UTEM salió casi al mediodía del 26 de marzo
un amplio grupo de encapuchadxs, quienes con neumáticos
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y varias bombas incendiarias cortaron el tránsito, dando
inicio a la jornada de conmemoración del “Día de él y la
Joven combatiente”. Lxs encapuchadxs fueron directo al
piquete policial que resguarda el McDonald’s, quienes fueron
atacados con una lluvia de molotovs.
Al verse sobrepasadas las fuerzas policiales, desde el
“zorrillo” (carro blindado que lanza gases) comenzaron a
lanzar lacrimógenas, las que salían disparadas directamente a
los cuerpos de lxs encapuchadxs, pasando muchas de estas de
largo, cayendo directamente al primer piso de las salas que dan
a la calle Macul, en la Universidad Tecnológica Metropolitana.
En una de las tantas embestidas de la policía, las
lacrimógenas rompieron los vidrios del laboratorio,
alcanzando las cortinas y alfombras del lugar. Como es
sabido, las lacrimógenas generan fuego a su alrededor
mientras el gas inicia su salida. Así se generó un incendio,
pese a los infructuosos intentos por apagar las llamas con
una manguera de la misma universidad.
A diferencia de cuando el McDonald’s fue incendiado,
los bomberos llegaron después de una hora y media de
ocurrida la situación. Dentro de la universidad, miserables
estudiantes-policías golpearon y entregaron a carabineros a
dos activistas que se encontraban en labores de cobertura
periodística a la jornada de protesta.
La ilusión y mediocridad de algunos estudiantes de una de las
universidades más pobres de este país, gatilló que se posicionaran
del lado de los poderosos y decidieran “dar con lxs responsables”.
Luego de hacer el trabajo policial-ciudadano, muchos
se dedicaron a “culpar” a lxs encapuchadxs del principio de
incendio, no hubo por cierto un intento real por esclarecer
lo ocurrido y aun cuando hubo cientos de testigos que
apuntaban a que el origen del fuego se encontraba en la
torpeza policial, de igual manera grupos de estudiantes
encolerizados, se dieron a la cacería de lxs encapuchadxs.
Hay que mencionar también que varios estudiantes
sacaron fotos desde sus celulares, con el objetivo denunciar a
lxs manifestantes, una cosa es desaprobar acciones de un grupo
de personas y otra es la directa colaboración con la policía.
La versión que entregó la prensa horas más tarde,
apuntaba directamente a lxs encapuchadxs como lxs autorxs
del incendio, quienes habrían atacado el laboratorio y dos
162 |
salas de clases con bombas molotov.
Al día siguiente el Rector, académicos y funcionarios de
la Universidad agradecieron públicamente la labor policíaca
de algunos de sus estudiantes, destacando "La actitud de
compromiso y la acción decidida de la comunidad universitaria,
en rechazar estos deplorables actos, estamos ciertos que éste es
el espíritu que debe primar ante acciones de violentistas".
Según nos cuenta un/a encapuchadx: “Esa era una salida de
las grandes, se iba a salir del Peda, la chile y la UTEM. Al final de
la chile no salieron, todo con la dinámica de siempre pero con
más gente porque era un 29 de Marzo. Todo iba bien la policía
se demoró en llegar, ese año se inauguró el Transantiago y se
atacó un “centro BIP!” que nunca prendió, y donde nosotrxs
estábamos (el Peda y esa vez se salió por dos puertas) la policía
no llegaba, no llegaba, no llegaba nunca y empezamos a ver
a lo lejos una humareda gigante… ¡Bah, que raro! decíamos,
quizá la gente de UTEM fue por el McDonald´s o por algo más
grande y no nos avisaron, ¡Que cagada! decíamos (para estar
más preparadxs para algo más grande).
Al final llego la policía nos replegamos en el Peda, era
todo normal se podría decir. Y después no enteramos lo de
lxs cabrxs y el incendio. Luego de eso hubieron reuniones
entre la gente que salió, entre lxs cercanxs con el tema,
entre cada piño y la “coordinación”, y ahí todxs se hicieron
lxs gueonxs y eso me impresionó, todxs se hicieron lxs
gueonxs completamente con el tema. Puta es gente de la
UTEM, son de allá, su piño se tiene que hacer cargo y cosas así,
entre discusiones que hubo que a mí me parecieron serias,
preguntándonos que responsabilidad hay si armamos algo,
si convocamos algo (una salida coordinada) y cae alguien,
entonces después nadie está ahí, nadie está preocupadx ni de
los aspectos prácticos hasta los aspectos políticos.
O sea, lxs compañerxs cayeron en una acción que se
estaba desarrollando entre harta gente y nadie quería asumir,
varias veces se propuso hacer salidas por lxs locxs y algunxs
decían que no, que está sensible el tema, que no es que los
estudiantes se nos van a ir en contra, no es que los profesores...
Obviamente después de eso la represión subió. Hubo
más controles de los guardias, pacos afuera, pero a pesar de
eso igual se puede... por último tirar una propaganda, al final
nadie quiso, miles de excusas y a mí eso me generó harto
| 163
cuestionamiento en el sentido de, bueno con quien estoy
saliendo y con quien estoy arriesgando la libre movilidad o la
vida, y ahí hay una evaluación en el sentido de saber quién es
él o la encapuchadx que está al lado tuyo, cuál es el sentido
de unidad que creemos que nos damos cuando cae alguien y
nadie se hace cargo de esa situación, es una reflexión cruda,
para mí es un tema importante”.
Otro grave episodios ocurrió en la misma UTEM el 27
de Junio, las versiones de prensa lo relataron así “Un grupo
de encapuchadxs entró a la universidad en Macul con Grecia,
para iniciar desórdenes. Hubo estudiantes que trataron de
detenerlxs, lxs reprimieron y se produjo una trifulca de cerca
de 300 estudiantes contra 15 encapuchadxs. En la pelea los
encapuchados, al verse en minoría, comenzaron a tirar las
molotov, pintura, parafina y amoniaco a los estudiantes, y en
eso, a un estudiante le cayó amoníaco en un ojo”.
Según declaró al portal TERRA el presidente del centro
de alumnos Claudio Muñoz, “Esto ocurrió de un momento a
otro y hasta los estudiantes que estaban en prueba comenzaron a
bajar para sacar a los encapuchados, por el hecho de que ya están
cansados que en la universidad se que aparezcan estos tipos”.
El estudiante-policía que fue rociado con un químico
en el ojo, debió ser trasladado a un centro asistencial, y fue
identificado como Álvaro Morales, de 22 años, estudiante de
ingeniería en mecánica, quien tuvo una momentánea pérdida
de visión. El dirigente agregó que ya tienen identificadxs
a varixs de lxs encapuchadxs, y que al menos manejan
cuatro nombres de supuestxs encapuchadxs, para “Tomar las
acciones que corresponden y vamos a pedir sumarios internos
en la universidad. Se van a tomar las acciones legales del caso”.
Pero, si la relación entre encapuchadxs y estudiantes ya era muy
tensa, hubo un hecho que generó problemas entre lxs mismxs
encapuchadxs. Sin lugar a dudas una situación gravísima sucedió
el viernes 6 de octubre del 2007, donde resultó herida una menor
por el ataque de encapuchadxs a un bus del Transantiago.
Una joven de 14 años resultó con quemaduras luego
de que encapuchadxs, lanzaran bombas molotov contra
el microbús del Transantiago en el que ella se desplazaba.
Todo esto en las afueras de la Universidad Metropolitana de
Ciencias de la Educación (UMCE).
164 |
La menor, identificada como Daniela Fuentes, fue
trasladada en primera instancia a la Posta 4 de Ñuñoa, y
luego derivada al Hospital Calvo Mackenna. Se informó que
su estado era grave pero sin riesgo vital.
Los hechos se registraron cerca de las 19:30 horas en la
intersección de las calles José Pedro Alessandri (Macul) con
Juan Gómez Milla, frente al ex Pedagógico en la comuna de
Ñuñoa y afectaron a un bus del recorrido 104.
El teniente coronel de la Prefectura Oriente, Rolando
Casanueva, afirmó que "Un grupo de 20 a 30 encapuchados,
premunidos de elementos incendiarios, salieron desde la universidad
en dirección a la calzada de Macul, comenzando a lanzar tales
elementos contra los vehículos que circulaban por el lugar".
Agregó que en la ocasión resultaron afectados dos
vehículos, uno particular y otro de la locomoción colectiva
atiborrado de pasajeros, entre los cuales estaba la menor
afectada, quien terminó con "una lesión en su cuero cabelludo
y parte de la cabeza", además una mujer embarazada
que resultó con principio de asfixia, y también debió ser
trasladada a la Posta 4, sin mayores consecuencias.
Se informó que Carabineros incautó 30 bombas molotov,
y que cerca de las 21:00 horas personal policial se mantenía en
las afueras del recinto a la espera de recibir una autorización
para poder ingresar, con el fin de detener a lxs responsables.
Sin lugar a dudas fueron tiempos difíciles para lxs
encapuchadxs, su lucha que no se extingue, tiene momentos
memorables, pero los años 2007-2008 definitivamente no
fueron de esos…
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ANTI CAPUCHAS,
LOS ESTUDIANTES-POLICIAS
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Claramente el objetivo de las “salidas” que practican lxs
encapuchadxs no es enfrentarse a estudiantes-policías, pero
con la finalidad de resguardar su seguridad, se ha vuelto una
constante que ambas partes se enfrenten.
Precisamente, esa jornada de choque contra los
rugbistas, terminó con varios de ellos lesionados y con
algunas quemaduras menores.
La prensa, en su clara labor propagandística del orden
ciudadano, difundía que muchos estudiantes felicitaron a los
integrantes del grupo de rugbi por su actitud policial.
Ante las cámaras la gran mayoría se mostraba orgulloso
de la actitud que habían tenido durante la jornada de protesta,
pero por lo bajo deslizaban preocupaciones ante las posibles
consecuencias que de tales actitudes se pudieran desprender.
En definitiva, asumieron públicamente ser enemigos
de lxs encapuchadxs y estuvieron dispuestos a pasar a la
ofensiva en la encarnación de ese rol (evidentemente servil),
aquello innegablemente habría de generar reacciones en
el propio campus universitario, donde la policía no estaría
resguardando y protegiéndolos siempre. Uno de los mismos
estudiantes reconoció amenazas e incertidumbre, “Yo no lxs
vi, pero ellxs nos tienen identificados a todos”.
Ahora bien, las acciones policiales o estrictamente
judiciales no son el único problema para lxs encapuchadxs,
esto porque las sanciones administrativas en las universidades
se sucedían una tras otra.
Drásticas serán desde ese momento las medidas para
estudiantes que sean vinculadxs con la lucha callejera.
Así entonces, los tribunales de disciplina universitarios
comienzan una serie de expulsiones o suspensiones para un
universo cada vez mayor de encapuchadxs a lo largo del país.
A mediados de Junio se produce una acción sin precedentes
en Macul con Grecia, un grupo de desconocidxs rompen los
candados y entran a un laboratorio de la UMCE. El propósito
es liberar a lxs animales que se encuentran enjauladxs allí y
quemar el lugar, para que se destruya por completo.
Esta acción, tipo ALF (Animal Liberation Front), se la
adjudican las “Individualidades Confluidas por la Liberación
Animal”, mediante un correo electrónico enviado a las
páginas de contra-información horas más tarde del ataque.
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“LIBERAMOS A LOS ANIMALES SECUESTRADOS EN LA UMCE
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nada, como esperando que saliéramos a la calle, hasta que
por fin llegó el otro piño.
Unxs compas habían tenido un problema con las bombas
molotovs, en la salida a unx encapuchadx se le derramó el líquido
de las bombas incendiarias de contacto que portaba en su mochila
quedando su espalda completamente mojada con bencina.
Se cortó La calle en la parte más cercana a Grecia y el
otro grupo se posicionó en la entrada principal. No resultó
bien, producto de que no se bloqueó bien la calle y siguieron
pasando autos, entre ellos pasó un camión de valores. Ese
blindado llegó a la entrada principal y lxs encapuchadxs que
ahí estaban “le dieron cara”, el camión avanzó y atropello a
un/a encapuchadx arrastrándolx varios metros, como diez
diría yo, mientras lxs demás le tiraban de todo intentando
hacer frenar al camión para salvar al/a compañerx.
El encapuchadx quedó tirado en el suelo sangrando, lo
llevaron a la posta con varias fracturas en las costillas. Todo
esto sucedió por una falta de coordinación de tiempo desde
el principio, estos problemas no pueden repetirse, cuando
un piño dice que va a hacer algo debe hacerlo bien, porque
está en tu acción que lxs demás compañerxs estén a salvo”.
En las cercanías ya de un nuevo aniversario del golpe
militar de 1973, un nuevo hecho policial instala a lxs
encapuchadxs en el ojo de la prensa.
La madrugada del 9 septiembre, tres jóvenes pegaban
afiches en las calles aledañas a Gran Avenida (sector Sur
de Santiago). La propaganda hacía un abierto llamado a la
utilización de bombas molotov en las jornadas de protesta,
era en términos tajantes, una invitación a la revuelta.
Este hecho fue tomado como una afrenta por los
políticos de turno y desde sus tribunas de poder clamaron
por las más altas sanciones, se equiparaba a los afiches como
“manuales para la fabricación de bombas molotov” e incluso
llegó a pedirse la aplicación de la Ley de Seguridad del Estado.
Los 74 carteles incautados llamaban a “multiplicar las
acciones de ataque, a sabotear y boicotear el sistema, robando en
el súper y pasándose en las micros" y a "atacar a ricos y a poderosos".
La prensa daba cuenta del hecho como si se hubiera
desbaratado a la cúpula de un grupo terrorista. “Efectivos
de Carabineros de la comuna de La Cisterna detuvieron a las 3
personas cuando estaban pegando los papeles con mensajes que
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incitaban a atacar a la policía y a generar disturbios para el 11
de septiembre, y que además tenían un instructivo para fabricar
bombas Molotov.
La operación policial comenzó cuando durante un patrullaje
rutinario, cerca de las 2:00 de la mañana, los oficiales de
Carabineros encontraron 58 afiches pegados en Gran Avenida, entre
los paraderos 21 y 24. Entonces iniciaron una intensa búsqueda
hasta dar con los sujetos que colocaban esta propaganda.
Los efectivos además, incautaron 4 botellas con pegamento,
guantes y 2 mochilas en que lxs imputadxs llevaban las especies. Se
investigan vínculos con grupos subversivos. La Fiscalía Metropolitana
Sur decidió que serán formalizados por la Ley de seguridad interior
del Estado bajo el delito de Apología a la Violencia”.
El caso acaparó portadas y el afiche se reprodujo
íntegramente en algunos diarios (quizá nunca una propaganda
rebelde logró tanto tiraje en la historia). Se dieron a conocer
las identidades de lxs detenidxs y el hecho de que fuesen todxs
alumnos de la UMCE solo encendió más los ánimos en su contra.
Tras su detención fueron “presentadxs” a los medios de
comunicación esposadxs y con la cabeza gacha, ocultando sus rostros.
Avanzaron desde la comisaria hasta el carro policial, su
actitud corporal daba la impresión de que estaban avergonzadxs
de lo que habían hecho, avergonzadxs de ser rebeldes. Este
hecho generó una seria crítica, situación que sería conversada
cara a cara con ellxs tras su salida de la prisión.
Conversación que trajo un innegable crecimiento para
todxs quienes reflexionaron entorno a esa actitud (que no era
la primera vez que sucedía, ya había pasado varias veces, por
ejemplo el 2006 con la “Mansión siniestra”), hoy lxs rebeldes
pasan con la cabeza en alto, orgullosxs y desafiantes, incluso
algunxs reivindican su pensamiento-acción con una “frase
para el bronce”.
Como anécdota podemos contar que unx de lxs detenidxs
por los afiches era molestado burlonamente por el “Punky
Maury”, quien en su ácido humor le decía “¿Que te pasó
bastardx? Justo se te desabrocharon las zapatillas que mirabai
tanto pa’ abajo”, una broma con claros tintes de reproche.
Luego de un año lxs involucradxs enviaron un comunicado,
en donde reflexionan sobre varios puntos, aquí lo reproducimos:
170 |
“La madrugada del 9 de septiembre de 2008, tres individuxs
fuimos 5 días encarceladxs por pegar en las calles afiches que
llamaban a atacar a ricos y poderosos e incluía un instructivo
para hacer bombas molotov.
Fuimos delatadxs por el dueño de un pub que al ver los
afiches llamó alertando a carabineros. Solo al ver las noticias
desde los calabozos de la comisaría esa mañana, pudimos
vislumbrar la magnitud mediática que nuestro acto cobraba.
Hoy, luego de un año de lo sucedido, queremos compartir algunas
reflexiones nacidas a partir de la experiencia vivida.
Primero. Nos dimos cuenta que cometimos un grave
error al no tomar el peso del contenido de la propaganda que
pegábamos y, por ende, la subestimamos y no tomamos ninguna
precaución. Hoy sabemos que esos simples papeles no eran algo
inofensivo al ver la reacción del aparataje mediático, policial y
judicial con que el Estado nos acusaba ser peligrosxs, subversivxs,
delincuentes, amenazándonos y condenándonos públicamente.
No es nuestra intención victimizarnos, solo mencionar que nuestra
experiencia nos hizo aprender en carne propia cómo los poderosos
pueden golpear a una persona y sus cercanxs por propagar ideas
que atenten contra el orden establecido llamando a la acción, pues
hubiera sido peligroso para ellos si el mensaje de esa propaganda se
hubiera expandido y materializado en los hechos.
Por eso se desplegó contra nosotrxs toda una maquinaria
que a nivel mediático sirvió para atemorizar a la población en
vísperas de un nuevo once de septiembre, llevando al extremo la
creatividad teórico-conceptual de los periodistas que aseguraban
que pertenecíamos a algún grupo “anarko-delictivo”” (¡¡qué es
eso?!!) , entrevistando a políticos para generar un sensacionalismo
que se reflejaba en la gran cantidad de medios de prensa que
estuvieron en nuestras audiencias, excepto, obviamente, en la
que se nos permitió volver a pisar la calle.
A nivel policial, nuestras casas fueron allanadas con una
violencia y espectacularidad inusitada hasta el momento para
un caso de propaganda. Nuestros familiares recibieron con
terror la llegada de las micros y furgones policiales desde donde
se bajaron policías armados con uniforme y otros de organismos
de inteligencia que esperaban encontrar armas y enfrentarse –
como supimos después– con alguna célula subversiva. Desde luego,
abandonaron las casas en silencio llevándose solo unos textos y
nuestros computadores, entre otras cosas.
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A nivel judicial, el Estado por medio de la fiscalía y la
Intendencia pedía años de cárcel para nosotrxs recurriendo a
teoría del derecho conocida como Derecho Penal del Enemigo,
basada en la supresión de todo derecho para quien el Estado
considere que atente conscientemente contra el orden social.
Finalmente, se nos decretó una prisión preventiva de tres
días con 3 meses de investigación que se han extendido por
un año por petición del gobierno que quiere que nuestro acto
no salga impune y sirva de ejemplo, imputándonos la Ley de
Seguridad del Estado en la justicia civil y la Ley de control de
armas en la justicia militar.
Queremos dejar esto bien claro para que sirva de precedente y
aprendizaje -no dudamos que así haya sido- para que se considere
que cualquier acto, por mínimo que parezca, si se entiende como
un ataque al dominio del poder, puede tener sus consecuencias. Que
nuestra experiencia sirva de lección.
Segundo. La experiencia de la cárcel, nueva para nosotrxs, no
hubiera podido sobrellevarse sin los diversos actos de solidaridad
que pudimos recibir desde afuera y dentro de la prisión. Si
bien la familia suele apoyar incondicionalmente, mucha gente
que nunca habíamos visto estuvo presente en las audiencias,
elevando nuestro ánimo y nuestra moral, luego de esperar horas
con nerviosismo la resolución de nuestro caso.
La solidaridad, como práctica, escapa al amiguismo y lo pone
en segundo plano. De esto nos dimos cuenta al momento de ver
cómo luego ciertos “conocidos” nos negaron el saludo y rehuían
nuestra presencia, tal vez creyendo que les contagiaríamos la
cana. Para esxs cobardes, nuestro más humano y real desprecio.
Así separamos aguas al ver en las audiencias rostros conocidxs y
otrxs que nunca habíamos visto que estaban ahí para apoyarnos,
queriendo demostrar que nunca va estar solx quien sea condenadx
por propagar la idea de rebelarse. A todxs ellxs, sepan que su presencia
nos subió enormemente la moral en esos difíciles momentos.
También fuimos testigos de la solidaridad al interior de la cárcel,
donde violadores, homicidas y grandes narcos son minoría ya que
la gran mayoría de presxs son personas que osaron robar para
vivir o ponerse al servicio de algún narco guatón (esos que rara
vez pisan la cárcel). Fueron ellxs quienes tanto en el COF como
en Santiago Uno nos dieron un lugar entre ellxs, ofreciéndonos su
comida y un espacio en la mesa, útiles de aseo, aconsejándonos y
dándonos ánimo.
172 |
No idealizamos a nadie, pero entre inadaptadxs sociales
experimentamos inolvidables experiencias de solidaridad
entre presxs, conscientes de no haber vivido la cana dura
que se vive en la Ex penitenciaría o la Cárcel de Colina.
La solidaridad, por tanto, es un elemento fundamental para que
el/la prisionerx no decaiga. Es necesario apoyar a lxs que caen.
Hoy vemos una situación similar a la de nosostrxs en P. Carvajal
y M. Castro, acusados de participar en un ataque a un cuartel de
la PDI. Ellos también necesitan sentir la solidaridad.
Por último, nos cuestionamos duramente la actitud de
derrota, vergüenza y humillación con que asumimos el encierro
durante esos días. Creemos que quienes deben agachar realmente
sus cabezas y arrepentirse de sus actos son todas aquellas
personas que se otorgan a sí mismo el derecho de juzgar, encerrar
y castigar a otrxs. Quien hace de esto su profesión y oficio no
es una víctima del sistema, pues ha tomado conscientemente la
decisión de ganarse la vida humillando cobardemente a lxs presxs
y sus cercanxs en los centros penitenciarios, que no son más que
jaulas cuya existencia debería ser eliminada de la faz de la Tierra.
…La cárcel no es solo cemento, está también en quienes la
justifican y reproducen.
Sin más que decir, un abrazo a quien lo merezca.
Tres imputadxs un 9 de septiembre (2009).”
| 173
Una vez producido el repliegue de lxs encapuchadxs
y transcurridas algunas horas desde el cese de los
enfrentamientos, hubo un nuevo corte en las afueras del ex-
Pedagógico (práctica conocida como “segundo tiempo”).
Mientras lxs encapuchadxs atacaban a carabineros con
bombas molotov, piedras y bombas de pinturas, aparecieron
los periodistas de MEGA, medio reconocido como colaborador
de la policía, sedientos por grabar cualquier indicio que diera
con la identidad de lxs encapuchadxs.
Además se apreciaron 2 cámaras desconocidas y un
reportero de la Agencia UPI, quien aparentemente estaba
dándole indicaciones a un policía para que detuvieran a un
estudiante que simplemente miraba.
Estos periodistas recibieron de parte de lxs encapuchadxs
el trato de enemigos y se hicieron blanco de su puntería, así
tuvieron que aprender a esquivar bombas molotov.
Tras cerca de una hora de enfrentamientos, lxs
encapuchadxs se replegaron definitivamente.
Estos hechos ocurrieron para exigir la liberación de
lxs prisionerxs políticxs. Se puso especial énfasis en el caso
de lxs detenidxs en la comuna de Pudahuel durante las
manifestaciones del 29 de marzo, que fueron condenadxs a 3
años y un día por porte de bombas molotov.
Levaban a la fecha 6 meses de prisión preventiva y
ya habían vivido varios episodios de acoso por parte de
Gendarmería, incluyendo una golpiza a uno de los detenidos,
un ex miembro del Movimiento Juvenil Lautaro (MJL).
El año no se terminaba y un nuevo golpe represivo
se deja caer para amedrentar a quienes osaban rebelarse.
Se encarcela así a un ex prisionero político del MJL, Pablo
Morales, quien desempeñaba un papel de vocería en el caso
de los detenidos en la supuesta participación en el asalto al
banco Security, donde resulta muerto un efectivo policial.
La prensa apunta desde el principio a un difuso entorno
de ex subversivos, para luego publicar fotos de los supuestos
autores e iniciar la cacería, tras varios meses, dos de ellos son
descubiertos viviendo de forma clandestina en Argentina.
Pablo Morales asume la voz de pública de Freddy
Fuentevilla y Marcelo Villarroel, y se ocupa de la
difícil tarea para que les otorgaran asilo político.
Su detención entonces, supuestamente relacionada
174 |
con la re-apertura de causas pasadas, obedece más
bien a la venganza por su decisión de solidarizar.
Además, ese fin de año estuvo marcado por las constantes
detenciones, allanamientos y torturas a los mapuche en el sur,
principalmente de la comunidad de Temucuicui y Lleo Lleo.
Así quedaba manifestado en uno de los panfletos dejados
en el sector por lxs encapuchadxs:
“La explotación es una constante de todas las sociedades
jerárquicas, incluso desde antes de la llegada de los conquistadores
españoles ya existían en américa los explotadores, es por eso que
este 12 de octubre no hacemos distinción de razas o culturas, ya
que solo la unión de lxs explotadxs de todos los territorios y países
del mundo, podrá acabar con siglos de explotación capitalista.
Estemos en dictadura o en democracia, vivimos en guerra
social. Es por esto que los ricos no dudan un segundo en
asesinarnos, torturarnos y encarcelarnos. Esto es válido, nosotrxs
no somos víctimas, somos explotadxs en guerra contra los
ricos, ellos nuestros enemigos de clase, por eso accionamos, los
atacamos de manera directa, tomando posición en las barricadas
y desatando la alegría destructora. Somos una amenaza para su
orden, por eso nos quieren ver muertxs o presxs.
Hoy se hace urgente la solidaridad, cada vez más son lxs
compañerxs que se encuentran prisionerxs en diferentes cárceles
del país y debemos apoyarlxs a través de acciones concretas. Solo
la lucha cotidiana y el ataque constante contra los explotadores
nos harán libres.
Rompe la normalidad de los ricos, tu pasividad también te
hace cómplice de nuestra explotación.
Vivimos en guerra.
¿De qué lado de la barricada estás tú?
Libertad a todxs lxs presxs políticxs
Fuego a las Cárceles, al Estado y al Capital“
| 175
la mutua confianza somos capaces de llevar a cabo nuestros
sueños y aspiraciones sin tener que seguir perdiendo nuestros
espacios o a nuestrxs hermanxs.
Es que la repre está fuerte y es por eso que si tapamos
nuestros rostros no es para escondernos en el anonimato sino
para ser capaces de pararnos firmemente frente a este sistema
y atacarlo de manera directa.
En este último tiempo han aumentado de manera exponencial
los canazos, los montajes, las persecuciones, los allanamientos y
los golpes realizados por la fuerza pública bajo las órdenes de esta
democracia de lxs ricxs. Es hora de pararles la mano.
En todas partes, con inteligencia, radicalidad y subversión y
desde abajo con horizontalidad y autogestión: Levantemos nuestras
voces y puños. ¡A acabar con el capitalismo, a cambiarlo todo!”.
176 |
DÍAS DE DOLOR,
TIEMPOS DE DEFINICIONES
El año 2009 fue una bofetada para “el movimiento
anárquico” y comenzó nada más ni nada menos que
la víspera del año nuevo. El 31 de Diciembre era buscado
Gustavo Fuentes Aliaga (“Grillo”) por agredir a su pareja
Este sujeto, vinculado en algún momento a entornos
de “universitarios rebeldes” y conocido micro traficante en
el sector de Macul con Grecia, apuñala a su pareja en una
noche de borrachera y cocaína.
Al creerla muerta se entrega a la policía y comienza así
una historia de delirio y alucinación, que traería funestas
consecuencias para diversos entornos de lucha. En un claro
intento por figurar, acaparar el protagonismo que la calle
jamás le dio y por sobre todo, hacer ingreso a la cárcel con
“una ficha política” y no femicida, “Grillo” va articulando,
frente a los funcionarios policiales, un relato en donde él
es el supuesto protagonista de las acciones directas con
artefactos explosivos.
Así se atribuye tres atentados con artefactos explosivos
y entrega nombres de otrxs supuestxs miembrxs de su
inexistente grupo. Del mismo modo fantasea y especula sobre
otras personas que pudiesen estar tras los ataques con bombas.
| 177
Recordemos que a esa fecha (principios de 2009) ya
habían explosado más de 100 artefactos, cuya reivindicación
política era difundida en la prensa, pero cuyas identidades
responsables permanecían en el más completo misterio. Esto
para el orgullo estatal era y sigue siendo una afrenta, por
mucho que lo maquillen ante la opinión pública.
Así entonces, en esa víspera de año nuevo, mientras los
fuegos artificiales dejaban una estela de trazas de pólvora
sobre los felices ciudadanos, el “Grillo” cantaba la más
inverosímil de sus canciones, dando pie para que la policía
articulara una línea a seguir, con sus correspondientes
pesquisas y detenciones.
Y para hacer la situación aún más compleja, hay que
recordar que el “Grillo” visitaba algunas casas okupas de Santiago
y que incluso había vivido en dos de ellas. Gente confiaba en él,
amparándose en el errado código de traspaso de confianzas de
manera superflua, “confío en ti porque te he visto algunas veces en
cosas más o menos comprometedoras”, al final la buena onda, el
amiguismo y el relajo, solo beneficia a quienes intentan meterse
en nuestros espacios con el afán de destruirlos.
Entonces el cuadro quedó conformado así: un sujeto se
auto-inculpa e involucra a otrxs en ataques con artefactos
explosivos y al mismo tiempo, como esta persona residía en
una casa okupa, posibilita una serie de allanamientos a otras
casas okupadas por donde transitó.
Las casas okupadas y centros sociales hace tiempo ya que
se encontraban en el ojo del huracán mediático-policial. Ello
porque a juicio de los célebres organismos de inteligencia,
las posiciones que de los espacios okupados surgían, siempre
antagónicas al Estado y los poderosos, tenían que significar
(no podía ser de otra manera) que sus miembrxs estaban
tras los ataques. En resumen, se apuntaba a las okupaciones
porque eran lo único visible para ser apuntado.
De este modo y gracias a la complicidad del “Grillo”, esa
misma noche se allana la okupa “El Hogar” y la okupa “La idea”,
incautando numerosas bicicletas, computadores, ropas y escritos.
Nadie más resultó detenidx, pero el curso que irían tomando las
investigaciones estaba ya trazado de forma inequívoca.
Pero aún las cosas habrían de ponerse peor, la gravedad
de los hechos irá forjando compromisos o separando los
caminos de manera inexorable.
178 |
La madrugada de un frío 22 de Mayo, muere el
reconocido anarquista Mauricio Morales Duarte, al detonar
inesperadamente un artefacto explosivo que portaba en las
inmediaciones de la escuela de Gendarmería de Chile.
Las macabras imágenes del cuerpo del Punky Maury
como lo llamaban sus hermanxs y compañerxs, se repetían
una y otra vez en las cadenas televisivas. La degradación
humana alcanzó niveles grotescos al llenar la pantalla de
morbosos detalles que solo buscaban pisotear a quienes en
ese instante sufrían el dolor de perder a uno de los suyos.
Si la prensa hubiese podido arrojar sangre a través de
la pantalla, lo habría hecho. Pero aun así, esa sangre habría
continuado siendo guerrera, nunca sometida y ese orgullo
en alto es lo que más les molesta.
Y a horas de su muerte, se da curso a diferentes
allanamientos por parte de las policías, nuevamente las casas
okupadas y centros sociales serán el blanco, pues Maury era
cercano a varias de ellas.
El centro cultural “Cueto con Andes” y nuevamente la
okupa “La idea” fueron allanadas esa tarde. En esta última
casa la policía de Investigaciones supuestamente encuentra
medio kilo de pólvora negra debajo de un colchón. En
los días posteriores, detienen por ello a Cristían Cancino
(“Margarito”) pues las pesquisas policiales determinaron que
era suya la cama donde estaba la pólvora.
Volviendo al 22 de Mayo y a sólo a cuadras de “La idea” en
el Barrio Yungay, desde adentro del “Centro Social Okupado y
Biblioteca Sacco & Vanzetti” emergían siluetas encapuchadas
en las ventanas y el techo de la casona de tres pisos.
Dispuestxs a defender la memoria del Punky Maury y
a no enfrentar con la cabeza abajo una posible incursión
policial, sus okupantes desafiaron el silencio que imponía el
poder, el silencio tras la muerte.
Afuera del espacio, un centenar de personas se reunía
para demostrar su solidaridad, quienes alejaban a la prensa
que desde temprano emitían extras informativos.
Como detalle anecdótico se puede recordar que esa tarde
se persiguió, golpeó y ahuyentó a quien un año después sería
un flamante testigo protegido por la fiscalía en el mediático
“Caso Bombas”. Esa jornada, el periodista Max Frick no pudo
insultar gratuitamente con sus notas periodísticas y tuvo
| 179
que ponerse a correr, claro que pudo cobrarse la revancha
luego en términos judiciales.
Así y todo, esa tarde lxs solidarixs se enfrentaban a la
policía que hacia amagos de entrar por la fuerza, a esa altura
a la ya emblemática “Sacco”.
Bloqueos de calles con autos atravesados, espontáneas
barricadas, arrestos y golpizas, desde las alturas de los techos
de las casonas del barrio se observaban varios focos de
humaredas esparcidos por todo el sector.
Inolvidable es la declaración de guerra gritada por
una encapuchada desde una de las ventanas de la casa y
reproducida numerosas veces por televisión.
Encapuchadxs también y con banderas negras,
centenares de rebeldes caminaron junto al cuerpo del
fallecido anarquista desde la casa de su madre hasta el
cementerio de San Bernardo, cruzando gran parte de esa
comuna bajo un potente resguardo policiaco.
La prensa no cabía en su asombro de que centenares
de personas fuesen a despedir a quien había muerto por un
artefacto explosivo, el solo hecho de acercarse al cementerio
era interpretado casi como un suicidio.
Quienes viven la solidaridad no se dejaron amedrentar
y llenaron las calles de propaganda antiautoritaria para
despedir al “aprendiz de anarquista” como burlonamente
Maury se definía.
El golpe de la muerte del “Punky Maury” no solo trajo un
profundo dolor, también llevó a definirse a quienes caminan
bajo el negro sol de la anarquía. Un remesón de estas
características necesariamente obliga a posicionarse como
activxs o no dentro de la guerra social. Así las ambigüedades
ya no tenían cabida entre lxs anárquicxs.
Aun cuando el dolor y los confusos sentimientos tras
una pérdida de tal magnitud, se clavaron como un puñal
en los corazones, muchxs decidieron no bajar la cabeza y
luchar contra el olvido. Defender a Maury se convirtió en
un acto de lucha, en momentos donde el Poder propagaba
la amnesia.
180 |
La tormenta estaba lejos de
amainar para lxs antiautoritarixs
Solo un mes después de estos hechos, la tarde del 24 de
Junio fue allanado por efectivos del GOPE el “Centro social
autónomo y biblioteca libertaria Jonny Cariqueo” en la
comuna de Pudahuel.
Buscaban a Diego Rios, “Hiena” quien fuera delatado por
su madre al encontrar un bolso con material para la confección
de explosivos en un departamento de su propiedad.
Diego no se encontraba en el lugar y su pista se pierde
sin dejar rastro. Meses más tarde, a través de portales de
internet da cuenta de su decisión de fuga:
“Así decido huir, pues no soy culpable de nada, ni tampoco
inocente… soy simplemente su enemigo. No recuerdo un día, ni
un lugar, pero hace tiempo ya que me di cuenta que no puedo (ni
quiero) vivir tranquilo ni en paz, había decidido complicar mi vida
hasta el punto en el que no hay vuelta… Desde entonces soy enemigo
declarado del orden existente, enemigo de la sociedad, de toda
forma de autoridad y explotación, ya sea burguesa o proletaria”.
Comunica así su decisión de no entregarse y pasar a la
clandestinidad, situación en la que se mantiene hasta el día de hoy.
Mientras el olor a prisión merodeaba las okupaciones más
emblemáticas, el cordón Macul hacía eco de la frase “la solidaridad
entre anarquistas es más que palabra escrita”, diversas salidas y
enfrentamientos se producían en la mítica esquina de Ñuñoa.
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De esto dan cuenta algunos comunicados subidos a internet:
“24 de Octubre
Hoy, lxs guerrerxs y subversivxs auto convocadxs hemos
decidido quebrantar su maldita cotidianeidad basada en la
esclavitud y el conformismo, hemos reunido nuestras fuerzas y
materiales para hacer de este día un nuevo ataque.
Con el ánimo de prenderle fuego a esta realidad decidimos
recuperar la calle con barricadas de humo negro y armarnos
con artefactos incendiarios para enfrentar cara a cara a
los defensores de lo establecido, todo esto para solidarizar
concretamente con nuestro hermano de guerra Diego Rios, quien
hace 60 días, consecuentemente con sus posiciones, se fuga y no
se deja atrapar por las garras de los cuervos que protegen al
estado y el capital.
Hermano aun continúas vivo y en las calles, burlándote de
la autoridad y su policía, demostrándonos que la decisión de
quienes viven en guerra contra esta sociedad no se detiene y que
continúa alzándose en cada paso insurrecto que das.
Por tu arrojo, orgullo y enseñanza Diego Rios estás aquí en
cada incendio, en cada estallido, en cada ataque cotidiano.
Guerra al capital!”
Se sucedían una tras otras las acciones solidarias con
quienes eran golpeadxs por la represión. Esto queda de
manifiesto en el comunicado de la acción del 25 de noviembre:
“Podríamos haber sido 10, o quizás 30, pero hoy decidimos
ser más de 80 individualidades dispuestas a arriesgar nuestros
cuerpos y nuestra libertad para dar inicio al combate callejero.
¿Importó acaso el tiempo de planificación invertido? ¿El
dinero y el robo para recolectar medios y materiales? ¿O el
nerviosismo en el estómago del enfrentamiento cara a cara con
el enemigo? Todas estas problemáticas existen, pero las ganas
de atacar lo que odiamos, de incendiar el asfalto, el carro de
gendarmería y el cuartel policial nos llevan a obviar los miedos y
limitaciones para pasar a la ofensiva.
Nuestra acción no pretende defender una universidad
ni menos a sus habitantes. Sabemos muy bien que entre ellos
está también el enemigo. No por su condición de estudiante o
trabajador se transforman en compañeros. A ellos ni siquiera les
importó que el Diego (Rios) fuera su compañero de filosofía, por
qué sencillamente no les interesa. O a sus amigos por condición
más cercanos (estudiantes pseudo-compañeros) que sienten
182 |
“funado” reivindicar a alguien que escapa por la tenencia
de explosivos. Pero eso no quita que sí estamos con lxs que
espontáneamente toman lo que esté a mano para lograr dañar
al enemigo y se hacen participes de la guerra que vivimos.
Según Meganoticias fue la jornada más violenta en años y los
cócteles molotov eran infinitos… lo lamentamos! Pero el material
se acaba en algún momento, no así nuestros ánimos de verlos
envueltos en llamas. Nos encanta ver a los periodistas aterrorizados,
cubriéndose tras un árbol, siendo blanco de nuestros ataques. Así
como la semana anterior otrxs apedreaban (y lanzaban molotovs)
a la cárcel Santiago 1 o los tribunales de justicia, hoy nos tocó a
nosotrxs atemorizar a los pacos, pinchar sus neumáticos y hacerlos
retroceder, además de que el nombre de lxs presxs se escuche tan
fuerte sepultando así la indiferencia y el olvido.
Se lo haremos entender… aparecemos cuándo y dónde
queremos, somos hermanxs de las sombras. Nos basamos en las
prácticas antiautoritarias y solidarias, sin mandar ni obedecer.
Ustedes cabos, sargentos, tenientes son colegas designados,
mandados a sueldo. Jamás sentirán el compañerismo que nos
hermana en la lucha… Uds. Lo hacen por órdenes, nosotrxs por
amor. Sus lacrimógenas ardiendo ya no nos queman las manos,
porque el fuego está de nuestro lado.
Pablo, Matías, Cristián, Axel, Diego y tantxs otrxs, cuando
lean estas líneas no duden ni un momento en que esto es por
ustedes, por su libertad y la nuestra, no duden ni un momento
en que las circunstancias que nos separan son nada frente a la
praxis y los sentimientos que nos unen.
¡QUE SE ENCIENDAN LAS MECHAS DE TODO TIPO!
Largas, lentas, de algodón, de pólvora, activadas mecánica o
eléctricamente.
¡POR LA MULTIPLICACIÓN DEL ROBO, EL SAQUEO Y LA
DESTRUCCIÓN!
INGÉNIATE UN ARMA, SAL A LA KALLE, SÉ PARTE DE LA
GUERRA AL PODER
LOS LÍMITES LOS PONES TÚ.
| 183
Otro comunicado de la misma jornada de enfrentamientos señala:
“Con fuego y barricadas saludamos a Diego Ríos
El miércoles 25 de noviembre, cerca de un centenar de
individuxs nos reunimos en el pedagógico (ahora UMCE) para
romper con el asqueroso orden social, el motivo que encendía
nuestra acción era saludar y animar al compañero Diego Ríos,
quien hace cinco meses decidió pasar a la clandestinidad,
negándose a llenar ese espacio entre murallas y barrotes,
haciendo de su fuga un golpe cotidiano contra la autoridad,
haciendo de su vida una propaganda por el hecho, y una amenaza
para quienes intentan perpetuar las bases de la sociedad.
Inherente a la acción emprendida por Diego, no podemos dejar
de reivindicar al Punky Mauri, cuando ya han pasado seis meses
desde aquella fría noche en que murió atacando a los esbirros.
Compañero, seguimos aquí en guerra contra el poder.
Ya era la hora acordada y cada unx salió a hacer lo suyo,
lo de todxs. Se prendieron barricadas en dos sectores de la calle
Macul, la primera se realizó en la esquina más cercana a Grecia y
la segunda en las afueras de la entrada principal de la universidad.
Las barricadas ya estaban encendidas, lxs guerrerxs
en la calle y tanto bombas incendiarias como de pintura
estaban listas para la llegada de los guardianes del orden.
Los gritos y las palabras para Diego y para Mauri acompañaban
el fuego y ante la arremetida del carro lanza aguas se lanzaron
las primeras molotov, entorpeciendo el avance de los agentes,
quienes intentaban esquivar las piedras y el fuego.
En la barricada de la parte central, los carros de la policía
se encontraron con maderas y clavos que perforaron sus
neumáticos. El constante hostigamiento de los cocteles molotov
los obligó a pedir todo tipo de refuerzos, terrestre y aéreo.
Después de un rato, lxs guerrerxs nos reunimos en la entrada de
la universidad para seguir dando la pelea, atacando a quien se
nos pusiera en frente.
Al lugar, intentando captar alguna imagen, también asistió la
prensa, quienes igualmente fueron recibidxs con piedras y fuego.
Los enfrentamientos se mantuvieron por casi una hora en
donde cada uno de los ataques no dejo de apuntar hacia sus
uniformes. Como era de esperarse, solo después de que nos
retiramos del lugar es que se le hizo posible a la policía y a la
prensa entrar al pedagógico, quienes se esforzaron absurdamente
por encontrar a algún responsable.
184 |
En su intento por encontrar a alguien los estudiantes de la
universidad intentaron colaborar con nuestra captura señalando
la dirección en que habíamos escapado, los lugares donde había
ropa, etc… Con cuidado que las delaciones se pagan y caro…
Al final la policía no logro detener a nadie.
Que no se extinga la llama de las barricadas!
Que las acciones se multipliquen!
Diego Ríos clandestino y en la calle burlando al poder!
Punky Maury presente!”
| 185
político libertario, Aliste Vega como prisionero político
subversivo y Fuentevilla como prisionero político mirista.
Axel es sindicado por las indagaciones policiales como
un ayudista de lxs expropiadorxs, según los organismos de
inteligencia, él habría guardado las armas utilizadas en el
atraco. Fue condenado a 3 años y 1 día por este cargo.
¿Y Pablo y Matías? El día 2 de Septiembre en las
inmediaciones de la Academia de humanismo cristiano un
grupo de encapuchadxs salió a la calle para dar inicio a un
nuevo “Septiembre Negro”, haciendo alusión a lxs muertxs
en acción, a lxs presxs y al pueblo mapuche.
Lxs manifestantes encendieron barricadas cortando el tránsito
de la calle Condell, todo se realizaba dentro de los “parámetros”
de una salida universitaria, donde se espera la llegada de fuerzas
especiales para atacar con el material incendiario.
En este contexto unx compañerx quiso rayar con
consignas los muros de la cercana brigada de homicidios de
la PDI (Policía de Investigaciones), el agente Israel Andrade
quien custodiaba el cuartel intento apresar al/a encapuchadx.
Se produce así una pelea entre lxs rebeldes y el policía,
este fue golpeado con palos, piedras, patadas y puñetazos
que le volaron 3 dientes. Se arrojaron bombas molotov con
el afán de que el policía soltara a quien intentaba detener.
Los demás policías, al percatarse de la disputa, comienzan
a disparar hacia lxs encapuchadxs y las demás personas que
miraban, generando un repliegue inmediato hacia el interior
de la universidad.
La prensa informaba mediante extras noticiosos y las
imágenes daban cuenta de cómo la policía desplegaba un
arsenal completamente desproporcionado para que lo que
en verdad había ocurrido.
Sus juguetes de muerte estaban bajo el foco de la noticia,
pistolas, escudos, escopetas recortadas, sub-ametralladoras,
al otro lado de la barricada lxs encapuchadxs hacían uso de
sus ya clásicos artefactos incendiarios.
Las molotovs explotaban cerca de los policías quienes
se escondían detrás de los autos que a esa hora seguían
estacionados en el lugar, luego el grupo de elite ERTA
(Equipo de Reacción Táctico) hizo su aparición ante la
sorpresa de todxs, pues este piquete encapuchado, destinado
a allanamientos, jamás hace incursiones callejeras.
186 |
Ese jornada en la universidad nadie resultó detenidx,
pero en la horas de la noche fueron apresados dos estudiantes
de la universidad y presentados a la prensa.
Pablo Carvajal y Matías Castro (Júbilo) son finalmente
acusados de homicidio frustrado y porte de bombas
incendiarias tipo molotov. En el caso de “Júbilo” se le acusaba
además de porte y uso de arma de fuego no inscrita, todo por
declaraciones de guardias de seguridad quienes vincularon a
ambos jóvenes con los disturbios.
En La Moneda, Patricio Rosende, sub-secretario del
interior amenazó que "El uso de bombas molotov es un delito
especialmente grave por el daño indiscriminado que puede
ocasionar, vamos a perseguir a estos desquiciados con todas las
herramientas que tenemos, no vamos a permitir que hechos de
esta naturaleza se produzcan en este mes".
Pero lxs encapuchadxs llevan años escuchando todo
tipo de amenazas, aun así siguen saliendo para provocar la
ruptura con la rutinaria conformidad.
Pablo y Matías logran enviar una carta desde la Cárcel
Santiago 1:
“Primero que todo, queremos agradecerles a todxs lxs que
han hecho de la palabra solidaridad una acción, comprendiendo
las capacidades y posibilidades de cada individualidad, porque
los cariños, lo esencial, lo entregaremos cuando nos veamos por
ahí en la calle.
A todas las individualidades:
Ante la desesperada y ridícula respuesta del estado $hileno y
todo su aparataje mediático, montado luego del enfrentamiento
con los ratis el 2 de septiembre por parte de luchadorxs sociales y
nuestro posterior encarcelamiento como represalia por este acto.
Nos asumimos como enemigos de la dominación, con toda
consciencia de lo que contiene esta afirmación, contrarios a
todas las manifestaciones de esta, en esta sociedad carcelaria,
capitalista y dominadora de todx aquel que no quiera seguir su
línea tirana y asesina de plantearnos “una vida civilizada”.
En este contexto es preciso ser estratégicos y meticulosos
debido a esta irremediable realidad. La guerra social desde hace
mucho fue declarada por la clase dominante hacia todx aquel
que pretenda liberarse.
Nos reivindicamos como “inocentes jurídicos”. Debido
al montaje efectuado por la PDI, en sus burdos intentos de
| 187
demostrar nuestra participación e involucrarnos con el ataque
en contra de estos fieles sirvientes del estado actual de las cosas.
La inoperancia de estos sujetos que al apuntarnos como
autores de la reivindicación, la única prueba que nos mantiene
aquí es un reconocimiento supuestamente con “capuchas y
forma de caminar”, “balazos y un arma” de nuestra parte,
completamente inexistentes y así una suma de muestras de la
innegable naturaleza pobre de espíritu, casi nula existencia de
inteligencia, patética y penosa realidad policiaca.
Entender en la situación que se encuentra el poder resulta
muy sencillo. Al no tener “culpables” ante la incrementación de
la protesta, bombazos y la lucha social* desde aproximadamente
el 2006 y particularmente en nuestro caso, el ataque a la PDI,
no existiendo ningún detenido en el acto, pasan a inventarlos,
apareciendo nosotros como causantes de su derrota. De igual forma
fue en el caso de Margarito (el compa Cristian Cancino) cargándole
pólvora negra, producto de su montaje en un allanamiento al CSO
La Idea, en la habitación que le sindicaron como “propia”.
Esto en un contexto de una seguidilla de allanamientos,
similar a una caza de brujas que se dio a los centros sociales,
okupas o no, como en el caso de los compas del Centro social
Autónomo y Biblioteca Jhonny Cariqueo, después de la muerte
del Punky Mauri (Mauricio Morales) y a todo esto sumado la
tensión gubernamental por la lucha del pueblo nación mapuche,
con su legítima reivindicación por la tierra, cultura, autonomía y
libertad. Siendo este el escenario que se ve envuelto el estado de
$hile, no nos sorprende su accionar, actuando con concordancia
con los intereses de la minoría privilegiada, clase política y
empresarial de este país y el mundo.
En este marco de criminalización de la lucha social* y
evidente aplicación de un paradigma dominante y carcelario,
repudiamos el actuar fascista del poder judicial y sus policías,
estos realizadores de sus decisiones, llevadas a cabo desde lo más
alejado de cualquier concepción de justicia social, actualmente
camuflada e interpretada por sus leyes de exterminio y sumisión.
Asumidos en casi su totalidad por el rebaño no-pensante que
forman el conjunto de esta sociedad egoísta, que hoy sataniza
a aquellos que buscan vivir una vida real, alejada de cualquier
resquicio de poder reinante. ¡Por la abolición de las cárceles. Por
la libertad individual;
188 |
LIBERTAD a lxs prisionerxs políticxs y mapuche!
¡Viva la Anarquía!
Pablo y Matías. Detenidos en la cárcel de Santiago 1.
*Cuando hablamos de “Social” no hacemos mención a
perpetuarla o destruirla, solo nos remitimos a lo relativo a ella”.
| 189
CON OLOR A CARCEL
El año 2010 fue un año gris para lxs encapuchadxs, La
cárcel se volvió recurrente en su propaganda, ya que el 14
de Agosto en mediáticos allanamientos a casas okupas y
domicilios particulares se detiene a 14 individuos vinculadxs
a la anarquía y al anti-capitalismo. Se lxs acusaba de ser lxs
autorxs de una treintena de ataques explosivos en la capital.
Así en el marco de la investigación por el caso Bombas, fue
allanado y desalojado el “Centro Social Okupado y Biblioteca
Sacco & Vanzetti”, de igual modo fue allanada la okupación
“La Crota” (cuyxs okupantes luego deciden cerrar) y el “CSA
Jonny Cariqueo” (también cerrado por decisión propia). Cerca
de 10 domicilios más fueron allanados en la misma jornada.
Tanto de “La Sacco”, como de “La Crota”, se llevan
compañerxs detenidxs, que pasarán a integrar el abultado
listado de prisionerxs, todos formalizadxs por asociación ilícita
terrorista. Algunxs sumaron a esta acusación el financiamiento
terrorista o la colocación de artefactos explosivos.
Este fuerte golpe represivo se venía gestando hace meses
por el poder, el denominado “Caso bombas” se “filtraba”
cotidianamente en la prensa escrita.
Luego de la formalización, diez de lxs 15 imputadxs (el
15 era el delator Gustavo Fuentes Aliaga, “Grillo”), quedaron
en prisión preventiva en la sección de máxima seguridad del
COF y en la sección de máxima seguridad en el CAS.
190 |
Mientras en la calle Gabriela Curilem, conocida como
Gaby se daba a la fuga, en un comunicado escribía:
“La reivindicación a mi juicio no pasa por la clandestinidad
(que puede acabar en cualquier momento), sino por la decisión
de lucha, permanente, hasta el final. Suceda lo que suceda,
aunque se vaya la vida en ello. Ese compromiso lo firmé hace
años y no habrá nada en el mundo capaz de borrarlo.
No hay posibilidad de derrota aquí, porque no me sentiré
así aunque me encierren en una jaula, la única derrota sería
renegar de quien soy, de mis compañerxs y de todo lo que
construimos en estos años, ni de lxs compañerxs que elegí para
la vida (y la muerte)”.
Tras algunos meses de encierro lxs presxs por este caso
se coordinan con los otros presos de la sección de máxima
seguridad, para iniciar una serie de protestas con el objetivo
de obtener mejoras en su reclusión.
Esta coordinación fue descubierta por gendarmería y se
decide trasladar a algunos compañeros a otra cárcel, con
el fin de cortar las comunicaciones y dividir las fuerzas, en
definitiva, aislarlos dentro del aislamiento.
Así cuatro compañeros son trasladados a la cárcel
Santiago 1, quedando todos dispersos dentro de ese
gigantesco penal.
Esta situación tuvo una respuesta inmediata por parte de
los trasladados, quienes iniciaron una huelga de hambre para
volver al CAS, ya que todos ellos eran veganxs o vegetarianxs
y la comida dentro de esa cárcel concesionada no podía ser
ni cocinada, ni entrada en visitas, ni encomiendas.
Otra de las preocupaciones eran las visitas, por el trato
vejatorio a su dignidad y el tiempo que perdían al hacer la
fila desde muy temprano. La reagrupación para concentrarse
en una defensa conjunta era para lxs presxs primordial.
En esa semana uno de los presos fue re-formalizado por
otro caso en su contra y en el trayecto tuvo una fuerte
disputa con los carceleros por no querer bajar la cabeza.
En solidaridad con el prisionero y en respuesta a la
actitud de gendarmería, lxs encapuchadxs de Macul con
Grecia atacaron con fuego una oficina de gendarmería.
La prensa destacaba el incidente:
“Una decena de encapuchados aproximadamente a las 20.00hrs.
Atacó con bombas molotov y de pintura el frontis del Centro de
| 191
Reinserción Social Metropolitano de Gendarmería en Ñuñoa.
Según el jefe de seguridad de la institución, Osvaldo Muñoz,
personal de servicio sofocó el fuego con un extintor para apagar
el incendio. En la sede de Macul del “Peda” se hallaron panfletos
alusivos al Caso Bombas”.
Reproducimos el comunicado de la acción:
“Recibimos en la semana la noticia del arbitrario traslado
de lxs compañerxs encarceladxs por el “Caso Bombas” al penal
Santiago 1, de su huelga de hambre y posterior castigo por un
mes, esto sumado a la golpiza propinada a nuestro hermano
“Viejo Loco”, por lo que decidimos armarnos con materiales de
uso casero para emprender la venganza.
“En esta cana mandan los pacos” afirmó el gendarme
agresor… hoy nosotrxs le respondemos: “En cana y en la calle
manda cualquiera, solo es cuestión de voluntad y convicción”.
Señores Gendarmes, malditos carceleros: A LXS PRESXS
POLÍTICXS ANARQUISTAS NO SE LES TOCA. Sepan muy bien
que no aceptaremos ni un agravio más, ni a lxs compañerxs
secuestradxs, ni a las visitas y encomiendas. Y Ud. señor fiscal
Alejandro Peña, déjese de hueviar, sabe muy bien que lxs
anarquistas NO TENEMOS LÍDERES, por ende, NO ES POSIBLE
UNA ASOCIACIÓN ILÍCITA.
Entonces Gendarmería de Chile… YA ESTAN AVISADOS.
FIN A LA LEY ANTITERRORISTA
LIBERTAD A LXS INCULPADXS DEL CASO BOMBAS”.
192 |
tarde/noche del viernes 9 de Abril en la facultad de Filosofía de
la U. de Chile -sin la intención de querer repetir la misma mierda
charlatana cuasi-espectacular de todos los comunicados- tenía
como medio y como fin la irrupción del tránsito vehicular y
de imágenes propias del capitalismo súper-mercantilizado,
para dar a conocer la situación de lxs compañerxs presxs del
montaje “Caso bombas”, a la vez que buscamos (y por supuesto
encontramos) el enfrentamiento con las fuerzas policiales.
Obviamente la prensa burguesa llego a hacer su trabajo, mal
informando, tergiversando, y mintiendo sobre los hechos que
ahora, en respuesta a estos últimos, nos interesa aclarar.
Desmentimos el hecho de un asalto como lo pretendieron
desvirtuar las cámaras de la prensa burguesa, donde a través de
una imagen y un comentario pueden crear cualquier realidad y
tener el poder de declararla como verdadera.
Las imágenes mostradas por las cámaras corresponden a una
gresca con un ciudadano, quien intentó desencapuchar y agredir
a unx de lxs compañerxs presentes en la acción, además de retirar
parte de las barricadas de la calle, pero jamás de un asalto.
El grupo que se ve arremetiendo contra el sujeto en las
imágenes, solamente acudió en defensa del compañerx atacado
a golpes por el sujeto que ocasionó la pelea, si alguna prenda se
ve arrebatada en las imágenes fue debido al forcejeo mismo de
la gresca y no a un hurto, pues ningún compañerx se quedó con
prenda alguna del sujeto en cuestión.
Desmentimos también el ataque a vehículos auxiliares como
es el caso de bomberos, que transitó en medio de la barricada
y se les permitió el paso sin ser atacados, pues tampoco se
corresponden con el objetivo de nuestro ataque, ni de manera
concreta, ni de manera simbólica, coherente para nosotrxs.
Por último en su claro intento de deslegitimizar nuestra
acción se mencionó que no se encontró tipo de propaganda
alguna como panfletos en los alrededores del lugar de la acción,
con la intención de hacer ver lo hechos vandálicos sin ningún
carácter político, sin embargo se volvían a contradecir al
mencionar que se portaron lienzos alusivos al caso bombas y a
la huelga de hambre de nuestrxs compañerxs procesadxs en este
montaje que se ha seguido extendiendo junto a su juicio.
Ninguna acción es aislada o carece de apoyo. Por lo mismo
nos hermanamos y solidarizamos con compañerxs que hoy en
la mañana retomaron, en el mismo lugar, el enfrentamiento
| 193
contra la policía y la difusión de la situación de lxs compañerxs
encarceladxs.
¡51 DIAS DE HUELGA DE HAMBRE Y NINGUN DIA MAS DE
CARCEL!
¡PRESXS POLITICXS A LA CALLE AHORA!
¡MUERTE AL ESTADO, AL CAPITAL Y SUS CARCELES!
¡VIVA LA ANARQUIA!”.
194 |
Le preguntamos si en el grupo existía alguien que
supiera de primeros auxilios: “En el momento no estuvo una
persona que supiera de primeros auxilios, por lo que estuve
acostado boca abajo toda una tarde, evaluando si iba o no a
algún hospital. Fue una decisión bastante compleja por las
consecuencias que podría acarrear”.
¿Cómo viviste el tema de la recuperación y la
solidaridad?
“El tema anímico es bien importante, pero por seguridad mía y
de mis compañerxs decidimos que no me visitaran. Aun así existieron
muchos gestos de cariño, cartas, saludos, etc. Además se hicieron
algunas actividades para juntar dinero para mi tratamiento”.
Le preguntamos si tenía alguna autocritica como
encapuchadx y nos respondió que “Para mí un tema importantísimo
es crear y mantener una cultura conspirativa, como guardamos el
secreto para resguardar la seguridad de nosotrxs mismxs.
Algunas personas se andan vanagloriando de manejar
información y la divulgan “haciéndose la ficha” para dárselas
de ultra radicales, lo que ellxs hacen es una estupidez, de una u
otra forma es una especie de delación solapada porque le están
quitando el anonimato a quien sufrió un accidente o a quien
realizó una acción”. Después de una pausa continúa “Creo que
debe existir un objetivo claro, cosa que muchas veces no pasa al
momento de salir. Pienso que a veces se sale solo por estar ahí”.
Termina con un tajante critica “Me parece que falta
madurez en la lucha callejera, tener pensado de antemano una
excusa en caso de cualquier imprevisto. Pensar que hacer si en
algún momento la lucha callejera pasa a otro nivel de gravedad”.
Accidentes como el relatado a veces ocurren, como
también ser golpeadxs por bombas lacrimógenas en la cabeza
o ser atropelladxs. Esta situación no ha sido completamente
resuelta por lxs encapuchadxs quienes en una necesaria
autocrítica plantean la necesidad de formar un grupo para
este tipo de emergencias.
La noche del 21 de Abril del 2011, seis irreductibles
encapuchadxs cortaron el tránsito en Rodolfo Phillipi con
Alameda e incendiaron los cajeros automáticos del Banco BBVA.
Vestidxs de negro, un grupo de encapuchadxs decidió
cortar el tránsito, según indicaron testigxs, el hecho se produjo
aproximadamente a las 21.15 horas cuando lxs insumisxs
arrojaron bolsas en la vía pública, las que posteriormente
| 195
incendiaron, provocando la paralización de los vehículos que
circulaban por la calle.
Acto seguido y gritando consignas por la libertad a lxs
presxs de la guerra social, lxs encapuchadxs rompieron los
ventanales de la sucursal bancaria, donde ingresaron hasta el
área de los cajeros automáticos y tras rociarlos con bencina
les prendieron fuego.
Hasta la sucursal afectada llegó personal de Bomberos
(Compañías 6°, 11° y 17° de la Región Metropolitana), quienes
lograron controlar el siniestro, mientras carabineros realizaba
un operativo para dar con el paradero de lxs involucrados en
la protesta, sin lograr dar con ningún/a responsable.
Según información extraoficial, unx de lxs manifestantes
resultó con lesiones, luego que su ropa comenzará a
incendiarse tras rociar con bencina la sucursal bancaria.
Por la noche, personal policía trabajaba en el lugar,
mientras aún permanecían en la calle los panfletos que
habían arrojado lxs sujetxs y que protestaban por el “Caso
bombas”, exigiendo la libertad de lxs detenidxs.
Quisimos conocer cómo ven estas muestras de
solidaridad desde dentro de la cárcel, por ello conversamos
con unx de lxs imputadxs del “Caso bombas”.
¿Cómo te enteraste de las muestras de solidaridad y
apoyo que se daban en el cordón Macul?
“El “Caso bombas” es un caso basado en lo mediático, por
lo tanto cada situación con toques de pirotecnia era difundida
profusamente por la prensa, la radio y la televisión.
En la celda era a veces llamadx a gritos por otros presos
diciéndome: ¡Estái sonando, estái sonando en la tele!, eso
significaba que hablaban de nosotrxs y eso afortunadamente
pasó bien seguido, en todos los aspectos, artefactos explosivos
acá o en otros lugares del planeta, encapuchadxs enfrentándose
a la policía o quemado algún símbolo del capital, marchas,
compañerxs colgadxs a estructuras o protestando dentro de la
catedral, en fin muchísimas acciones de solidaridad.
Para mi este tipo de gestos de hermandad significan
mucho, que la tan cacareada solidaridad traspase las barreras
de las palabras hacia las acciones concretas es una muestra de
posicionamiento efectivo en la guerra social”.
Quisimos hacer eco de algunxs que creen que este tipo de
acciones perjudica a lxs propixs presxs, por eso le preguntamos
196 |
directamente a unx de ellxs que opina al respecto:
“Mira yo no estoy de acuerdo para nada con esa opinión,
no veo cómo puede perjudicar a un/a presx que compañerxs
lx reivindiquen en la calle, no veo el nexo “de culpabilidad” de
una persona que está en una cárcel de máxima seguridad con
rebeldes en la calle. Creo que eso tiene que ver más con el miedo,
ese miedo que el poder quiere que sientas”.
Prosigue diciendo; “Es más, en el “Caso bombas” y el caso
del tortuga quedó demostrado que la justicia no puede atribuirle
a unx presx un comunicado, porque según su lógica, un presx
no tiene acceso a internet, y mientras ese comunicado no sea
interceptado por la policía o gendarmería para hacerle peritajes
caligráficos no puede ser atribuido a nadie”.
“Te cuento a modo de anécdota, cuando nos trasladaron
a Santiago 1 un gendarme me decía “Ojalá que no vengan tus
amigxs como la otra vez”, refiriéndose al ataque a esa cárcel el
2009, este tipo de acciones causan dos efectos en los carceleros.
El primero, en los más fascistas genera más odio y el segundo,
temor y respeto por parte de gendarmes y otrxs presxs.
Esto para mí se hizo indudable después del ataque en
venganza a la oficina de seguridad de gendarmería en Ñuñoa”.
La hermandad entre encapuchadxs y presxs de la guerra
social se hizo evidente, ambas partes se dieron el tiempo y
las energías para mantenerla.
Esa complicidad entre presxs y encapuchadxs se
transformaba continuamente en una retroalimentación de
gestos. Reproducimos un extracto de un comunicado desde
la cárcel de máxima seguridad que así lo evidencia:
“Siento sus rugidos desde la calle, donde sus siluetas felinas
y encapuchadas se funden con el fuego de las barricadas, donde
sus salvajes impulsos insurrectos propinan zarpazos a la coraza
del poder, para plasmar la hermandad entre ingobernables,
nunca mendigando migajas, nunca arrodillándose para besar los
pies de la autoridad”.
Mientras un párrafo de otro comunicado manifestaba:
“En Esta semana de solidaridad con lxs presxs “Caso bombas”,
cada unx sabrá cómo seguir aportando decididamente desde su
realidad local, vomitando fuego o agitando una lata de pintura.
Siempre apuntando a la propagación de la guerra social,
para continuar construyendo con autogestión y autonomía
nuestra historia de sedicioso antagonismo anti-estatal, sin
| 197
olvidar a nuestrxs compañerxs muertxs, profugxs y enjauladxs,
con todxs y cada unx de ellxs en nuestras acciones y actitudes
revolucionarias”.
Y terminaba con un envío de fuerza: “En el fuego cruzado
entre insumisxs encapuchadxs y la policía, en las afueras de
la USACH resultó heridx un/a compañerx, para ti un cálido y
cómplice abrazo, fuerza hermanx”.
En abril de 2011, el fiscal Alejandro Peña presentó la acusación
del “caso bombas” contra el grupo por delitos terroristas,
pidiendo cadena perpetua por 29 bombazos en total. Dos días
después presentó su renuncia e ingresó como flamante asesor al
Ministerio del Interior, querellante en la causa.
En octubre de 2011, durante la preparación del juicio, el
juez Luis Avilés excluyó más de cuatro mil evidencias que
la fiscalía pretendía llevar a juicio contra lxs acusadxs. El
fiscal regional que reemplazó a Peña, Raúl Guzmán, decidió
solicitar el sobreseimiento definitivo de lxs 14 acusadxs por
asociación ilícita. De ellxs, sólo seis siguieron en juicio por
los otros dos delitos.
Tras seis meses de juicio oral, las juezas Blanca Rojas,
Marcela Sandoval y el juez Carlos Carrillo decidieron absolver
a todxs de las acusaciones.
Luego de más de un año y medio el “Caso bombas” caía
como un castillo de naipes, las consecuencias políticas y
personales aún no son completamente resueltas dentro del
“movimiento anarquista”.
198 |
EL FIN AL LUCRO Y LA NUEVA
GENERACION DE ENCAPUCHADXS
El año 2011 fue sin lugar a dudas el más encendido en los
planteles estudiantiles desde que tenemos memoria.
Hubo muchas convocatorias a marchar que terminaron
en concentraciones multitudinarias, como las marchas
contra la construcción de una central hidroeléctrica en la
Patagonia, pero sin riesgo de equivocarnos, las protestas por
la Educación Gratuita y el “Fin al Lucro” en la educación,
fueron las más numerosas, persistentes y violentas.
Semana a semana, las convocatorias a manifestarse
rompían con la rutina citadina, al mismo tiempo que las
tomas de colegios y universidades llegaron a ser vistas como
algo normal, de hecho lo extraño era no ver un colegio
tomado por sus propixs alumnxs.
En las convocatorias a marchar, la mayoría de lxs
manifestantes lo hacía de forma pacífica, diríamos hasta
carnavalesca, bailando, tocando tambores, disfrazados, con
los cuerpos pintados o celebrando alguna “performance”
artística. Claramente ese era el tinte que querían darle las
dirigencias, siempre pendientes de que no se saliera del
“cauce normal o permitido”.
Afortunadamente a una minoría activa no le interesan
las protestas tipo procesión religiosa y siempre tuvo claro
| 199
que las protestas deben abrir surco a la rabia frente a la
opresión y deben ser una expresión clara de quienes se
rebelan contra la dominación.
Así las poleras cubriendo los rostros se empezaron a
expandir como práctica de protesta. El germen del descontento
estaba desatado. Una nueva generación de encapuchadxs
secundarixs se desparrama por las calles, extendiendo el
conflicto estudiantil más allá de los confines de cada colegio.
Así el colegio Cervantes, Amunátegui, Liceo de
Aplicación, Instituto Nacional, Confederación Suiza, Insuco
2, Lastarria, Manuel Barros Borgoño y el Darío Salas entre
muchos otros, mostraron un alto nivel de enfrentamientos,
no solo cuando las fuerzas de orden intentaban desalojarlos,
sino también como una constante durante la prolongada
movilización estudiantil.
Las “salidas” en los colegios secundarios se cuentan por
centenares y su accionar no tiene nada que envidiarle a lxs
curtidxs encapuchadxs de las clásicas esquinas universitarias,
el arrojo y valentía mostrada por lxs nuevxs encapuchadxs
sorprende gratamente a lxs más antiguxs.
Después de cada marcha en el centro santiaguino lxs
nuevxs encapuchadxs se reagrupaban instintivamente en
el parque Almagro. La Universidad Central ubicada frente a
este parque se transformó en el epicentro de los disturbios.
Reiteradas veces cuando lxs encapuchadxs llegaban al
lugar se encontraban con las puertas cerradas de la universidad
y entonces “lxs tapadxs” simplemente reventaban los candados
y sacaban las rejas para ingresar por la fuerza al recinto.
Ya parapetadxs en el recinto la consigna era combatir
durante varias horas a las fuerzas especiales de carabineros, en
lo que podríamos denominar una pequeña guerra de desgaste,
que prácticamente siempre ganaban las nuevas generaciones
encapuchadas, pues los piquetes de carabineros no estaban
acostumbrados a resistir y atacar durante más de 6 horas.
Definitivamente el 2011 dejó a la Universidad Central
en el mapa de los enfrentamientos entre encapuchadxs y la
policía, sin embargo este centro de estudios privado no tiene
una “historia de lucha”, lxs nuevxs encapuchadxs ocupan la
infraestructura del recinto para sus propósitos incendiarios. Es
lo que podríamos denominar como una nueva forma de okupar.
Pero cada acción callejera traerá consecuencias en la
200 |
estrategia represiva, aquello es una constante histórica. Así
entonces y frente a la fuerza violenta que estaban alcanzo los
enfrentamientos, la masividad de los combates y la frecuencia
de los mismos, el poder saca de su manga de mago una de sus
más conocidas cartas: la división de lxs manifestantes.
Apegadxs a los hechos, no podemos negar que no le
costó mucho a los poderosos generar las fisuras por donde
intentar desestabilizar las movilizaciones.
Mediáticamente se empieza a instalar la molestia hacia
quienes accionan con violencia frente a las lógicas de los
poderosos. La prensa entones juega un papel vital en exacerbar
la cultura ciudadana que nos han inculcado desde pequeñxs,
aplacando el instintivo rechazo a las normas impuestas.
Todo tipo de autoridades de gobierno desfiló frente a los
medios de comunicación lanzando insultos contra quienes
utilizaban las capuchas. “Delincuentes, infiltradxs, antisociales”
y un largo etcétera de apelativos cacareados en horario estelar.
Como era previsible cada insulto encontró eco en
más de algún dirigente-títere estudiantil, argumentando
que “la violencia no le hace bien al movimiento estudiantil”
y guardando el correspondiente silencio servil frente a los
atropellos cotidianos.
Pero en definitiva, las amenazas, los insultos y la ya
repetida estrategia de dividir a lxs manifestantes entre
“buenos estudiantes versus malxs encapuchadxs”, dieron
frutos que beneficiaron a las dirigencias.
Así en la calle la disputa entre obedientes ciudadanos-
estudiantes y encapuchadxs fue alcanzando niveles de
antagonismo cada vez mayores. Irónicamente, quienes se
ofuscan por defender las “normas pacíficas de manifestarse”,
son los mismos que desatan la violencia frente a quienes
ocultan sus rostros para el combate.
Entonces en lugar de expresar la rabia contra los defensores
de los privilegios y la opulencia, “los pacíficos” vuelcan la ira
contra quienes no se someten ni agachan la cabeza.
Pero no solo existe la disputa entre encapuchadxs versus
ciudadanos, sino que además comienzan a verse diferencias
entre lxs mismxs encapuchadxs, esto al no tener nociones
similares entre grupos, ni planteamientos afines.
Así entonces, en un ataque a una concesionaria de
vehículos de lujo, un centenar de manifestantes rompía
| 201
sus vidrieras e intentaba ingresar al lugar para destrozar e
incendiar sus automóviles. Esta situación generó que saliera
el gerente del lugar escoltado por sus esclavos asalariados,
quienes increparon a lxs cabezas de polera produciéndose un
altercado con insultos, escupitajos al jefe y golpes incluidos.
Durante la gresca los trabajadores argumentaban que
defendían “su lugar de trabajo”, siendo insultados por un
grupo, quienes les enrostraban que la empresa no era suya,
diciéndoles que se comportaban como “lame botas del
patrón”, produciéndose una situación cada vez más tensa.
Es en ese momento que un grupo de “capuchas” defiende
la posición de los matones de la concesionaria, ocasionando
un evidente “quiebre” con lxs demás encapuchadxs.
“¡Ustedes no son nuestrxs compañerxs! ¡Están de parte
de quienes defienden su condición de explotados!”, fue lo
más suave que se escuchó, mientras por el otro lado gritaban
“Nosotros defendemos a los pobres”, “No hay que pelear
contra los trabajadores”.
La situación se encendía y todo indicaba que se llegaría a
los golpes, sin embargo la llegada de la policía lo dejó para otra
ocasión, todxs se empeñaron en repeler a los uniformados.
El ambiente quedó impregnado por el profundo abismo
que separa a quienes tienen una visión anárquica de la
realidad y quienes siguen creyendo que los pobres por ser
pobres son sus compañerxs.
Pero no nos desviemos, lxs encapuchadxs de MACUL
CON GRECIA y la USACH también dejaron estampado su
sello durante el 2011, más aún, iniciaron nuevas tácticas de
ataque y repliegue.
Reproducimos a continuación un artículo de prensa del
1 de Junio:
“Un grupo de 7 sujetos quemaron los dispensadores de una
sucursal del Banco Estado situada frente a la Universidad de Santiago.
Además, lxs jóvenes atacaron con una bomba molotov a Carabineros”.
De acuerdo al coronel de la Prefectura Occidente,
Pedro Cancino, “Los sujetos rociaron combustible sobre
los dispensadores. Posteriormente, al ser sorprendidos por
Carabineros, lanzaron una bomba molotov a los efectivos. Sin
embargo, ésta no se activó”.
Ese mismo día pero en la madrugada, el joven de 22 años
Luciano Pitronello (Tortuga), resultó con graves quemaduras
202 |
al detonarle la bomba que instalaba en una sede bancaria de
Vicuña Mackenna.
El artefacto explosivo se accionó antes de tiempo, dejándolo
con graves heridas y sus manos mutiladas, permaneció en coma
una semana y estuvo meses internado en el hospital, a la par
que una celda lo esperaba con sed de aniquilarlo.
Siete meses después escribía en un comunicado:
“Mientras esté vivo yo planeo seguir luchando, no me
importa se me faltan algunos dedos, una mano, el oído o la vista,
seguiré adelante a como dé lugar, eso lo tienen que saber tanto
mis enemigos como mis compañerxs”.
Y terminaba, “¡Nunca arrepentidxs, nunca derrotadxs!”
Luciano se sumaría, de este modo a la larga lista de
compañerxs encerradxs durante estos años, generando de
inmediato la solidaridad de lxs encapuchadxs.
Se produjo una sensación de hermandad con él, no solo
por sus planteamientos y acciones, sino además por la energía y
actitud con la que enfrentó la adversa situación. Todx anárquicx
con sangre en las venas sintió por él un inmenso orgullo.
Mientras en las calles, el conflicto estudiantil seguía
generando enfrentamientos. El día jueves 23 de junio se
realizó en Santiago una gran manifestación por la educación,
al término de la marcha se producen enfrentamientos entre
encapuchadxs y carabineros, así como también cortes de calles
con barricadas y sabotajes a locales comerciales, bancos, etc…
En el contexto de estas escaramuzas, un grupo de
encapuchadxs arremete contra buses del Transantiago en
calle Dieciocho (pleno centro de Santiago), cuando un guardia
municipal a bordo de un vehículo de Seguridad Ciudadana
intenta frenar el ataque, siendo increpado por un/a joven
que patea el parachoques trasero del auto.
Después de esto el guardia municipal retrocede rápidamente
y atropella al/a joven que se encontraba de espalda, así es
lanzadx al suelo y el vehículo policial huye del lugar.
No hubo información de quien fue el o la joven
atropelladx, ni su estado de salud después del hecho.
La labor de los Guardias Municipales es claramente
complementar las funciones de Carabineros y la PDI, pero
sin tener las mismas facultades como portar armas de fuego
o realizar detenciones.
| 203
A pesar que son muchas las municipalidades que cuentan
con estos guardias entrenados por empresas de seguridad
privada, es en la comuna de Santiago donde en varias
oportunidades guardias municipales han golpeado y detenido
a manifestantes, ladrones, comerciantes ambulantes, etc.
Por ello en cada protesta o en acciones de pequeños
grupos se han atacado casetas y vehículos de Seguridad
Ciudadana incluso en algunos casos dando palizas a estos
“policías” municipales, en venganza por el rol que han tomado.
Así la noche del jueves 28 de Junio dos casetas de Seguridad
Ciudadana de la Municipalidad de Santiago fueron atacadas.
El primer ataque ocurrió cerca de las 22:00 horas, en la caseta
de vigilancia ubicada en la intersección de las calles Erasmo Escala
con Maipú, donde encapuchadxs le lanzaron bombas molotov.
El fuego causo daños parciales por fuera de la caseta. Además
el guardia municipal que se encontraba en el lugar resultó con
heridas leves al cortarse con los vidrios de una ventana.
El segundo ataque ocurrió 20 minutos después, a pocos
metros del primero, otra caseta de Seguridad Ciudadana en
la intersección de las calles Martínez de Rosas con Maturana.
Allí, lxs encapuchadxs expulsaron al guardia municipal
de la caseta. Luego rociaron con bencina el lugar para lanzar
varias bombas molotov al interior del puesto de vigilancia.
Producto del fuego el lugar quedó completamente destruido.
Al lugar de los hechos llegaron agentes de “inteligencia
policial” de Carabineros y PDI que realizaron pericias para
intentar dar con lxs responsables de ambos ataques. A
cargo de la investigación quedó el fiscal Humberto Vásquez
quien realizó un llamado a través de la prensa para que la
ciudadanía colaborara entregando información, en especial
grabaciones de videos para dar con lxs responsables.
También se hizo presente el alcalde de la Municipalidad
de Santiago, Pablo Zalaquett, quien catalogó el hecho como
“un acto anarquista”, agregando que “a los responsables había
que pudrirlos en la cárcel” como medida ejemplificadora
contra quienes se atreven a atacar la autoridad.
En el lugar de los ataques se encontraron panfletos
reivindicativos que decían:
“ATAQUE POR VENGANZA
Repudiamos y vengamos el atropello de un/x compañerx anónimx
por parte de Seguridad Ciudadana en la marcha del 23 de junio.
204 |
Hemos presenciado como Seguridad Ciudadana, en complicidad
con Carabineros, hostiga y persigue a vendedores ambulantes. Estos
funcionarios municipales se han transformado en la policía de
Zalaquett, y si son policías los atacaremos como tales.
Ninguna agresión sin respuesta”.
La escalada contra los guardias municipales no se frena,
de hecho se intensifica. Durante las protestas del 14 de
julio un grupo de encapuchadxs atacó el cuartel general de
Seguridad Ciudadana en calle Arturo Prat #134. Nadie resultó
detenidx por la acción.
En la mítica esquina de MACUL CON GRECIA, el 29 de
Junio Alrededor de 20 encapuchadxs prendieron barricadas
en la agitada intersección, cerca de las 7:00 de la mañana en
la comuna de Ñuñoa en Santiago.
Posterior a prender las barricadas de neumáticos, algunxs
encapuchadxs comenzaron a atacar el local de McDonald´s
con bombas molotov por la parte trasera y el frontis. El local
estaba siendo remodelado por lo que se encontraba con
material de construcción alrededor y tapado con maderas.
El fuego fue controlado en una primera ocasión por
trabajadores de la estación de bencina Shell, que está a un costado
del McDonald´s, quienes apagaron las llamas con extintores.
También hasta el sitio llegó Bomberos para extinguir
las barricadas y los amagos de incendio, mientras que
efectivos de Fuerzas Especiales de Carabineros desplegaron
un operativo para poner fin a los desmanes en el sector.
Lxs encapuchadxs también habrían atacado con bombas
molotov el supermercado Jumbo y el centro de pagos
Servipag que se encuentran en el lugar.
El ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, reprochó
el uso de bombas incendiarias para protestar diciendo que
“Las bombas molotov tienen por objeto quemar vivo a un ser
humano” señalando además que “Quienes lo hacen son unos
delincuentes, que tienen que estar, por duro que suene, en la
cárcel, no en las marchas de los estudiantes”.
Ninguna persona resultó lesionada y los agentes
represivos no lograron dar con lxs responsables del ataque.
El 2 de Julio en pleno barrio Providencia una veintena de
encapuchadxs, cortaron el transito con barricadas incendiarias en las
avenidas Salvador con Providencia, mientras una farmacia ubicada en
la intersección resultó incendiada en medio de las manifestaciones.
| 205
Según explicó el comandante de la Prefectura Oriente
Héctor González del Campo, alrededor de las 18:40 horas,
un grupo de unxs 20 "individuos desconocidos y encapuchados
procedieron a colocar barricadas y a quemarlas con la intención
de interrumpir el tránsito. Las mismas personas quemaron la
Farmacia Ahumada y posteriormente dañaron una farmacia
Salcobrand y metros más al sur, por Salvador, también dañaron los
vidrios de una sucursal del BancoEstado, sin ingresar al interior".
La sucursal de Farmacias Ahumada habría recibido ataques
con bombas molotov que originaron las llamas, luego de que
lxs manifestantes procedieran a saquearla. Las farmacias se
transformaron en un blanco luego de que fueran acusadas de
colusión para subir los precios de los medicamentos.
La situación atrajo la presencia de Carabineros que
actuó para dispersar a lxs manifestantes, lxs encapuchadxs
atacaron al personal de las cuatro compañías de Bomberos
que acudieron a controlar la emergencia, explicó el oficial.
Los voluntarios "Llegaron en forma oportuna, apenas
se requirió, pero no pudieron proceder ya que las personas
encapuchadas apedrearon a Bomberos" y a consecuencia de esto
"No pudieron apagar en forma oportuna el incendio".
Aprovechando una convocatoria a una movilización por el
fin al lucro en la educación, la noche del 4 de Agosto encapuchadxs
quemaron la tienda “La Polar” de San Diego, sucursal de la
multitienda ubicada a metros de la intersección con Tarapacá, a
una cuadra del barrio cívico de Santiago, este local fue atacado
por individuxs que en primera instancia lo saquearon.
Según testigxs lxs manifestantes que se reunieron en las
inmediaciones haciendo barricadas incendiando neumáticos y habrían
lanzado bombas molotov con las cuales se iniciaron las llamas.
Los Bomberos, denunciaron que hubo un bloqueo
a los carros que acudieron al lugar, razón por la cual los
funcionarios se habrían demorado en contener las llamas y
por ello el fuego terminó extendido hacia una tienda vecina.
Los daños fueron millonarios y las imágenes dantescas.
Esta es una de las pocas acciones de encapuchadxs que
generaron cierto grado de “aprobación” en la ciudadanía, ya
que “La Polar” en esos días era acusada de un fraude masivo a
más de 400 mil clientes, quienes resultaron víctimas de oscuras
operaciones bancarias donde se reajustaron unilateralmente
las deudas y créditos comerciales, aplicando altísimos intereses.
206 |
En la jornada de paro convocada por la CUT la noche
del 25 de Agosto varios puntos de la ciudad de Santiago se
vieron iluminados por el fuego de las barricadas, en uno de
estos puntos fue asesinado por la policía el adolescente de
16 años Manuel Gutiérrez, los hechos se sucedieron en la
comuna de Macul, específicamente en la avenida Américo
Vespucio frente a calle Amanda Labarca cuando un piquete
de carabineros reprimía a un grupo de manifestantes. El
sargento Miguel Millacura disparó su subametralladora
hiriendo de muerte al menor quien se encontraba junto a su
hermano y unxs amigxs.
Este hecho generó el repudió general contra el accionar
policial, se hicieron algunas manifestaciones. Sin embargo,
como ya lamentablemente es costumbre, cada vez que
alguien es asesinado por la policía en protestas no hubo
una respuesta tajante, la rabia no se apoderó de las calles,
ni mucho menos se desató una revuelta como en Los
Ángeles, París o Atenas, ante el asesinato del joven Alexis
Grigoropoulos un sábado 12 de Diciembre. Allí durante 6 días
Grecia ardió ante la rabia.
Ya el domingo en la tarde-noche. Desde Internet
y teléfonos celulares se coordina un invisible tejido de
comunicación entre miles y miles de estudiantes de
secundaria. El lunes en la madrugada los colegios amanecen
cerrados, sin asambleas, sin centros de alumnxs, sin la
intervención de organización política alguna, lxs jóvenes se
auto organizan en las calles. Bloquean avenidas y carreteras,
enfocando toda la rabia que les provoca el asesinato de Alexis
contra las sedes policiacas.
No quedó casi ni una comisaría que no estuviera
bloqueada por lxs estudiantes, lo mismo sucede en ciudades
pequeñas en barrios de Atenas y Salónica. El martes en la
noche. Los noticiarios de televisión ya no saben qué decir.
Todos los centros de las ciudades de Grecia son devorados
por las llamas. Una información sobresale: en un barrio de
Atenas, donde viven gitanxs, 600 de ellxs ocuparon el cuartel
policial, le prendieron fuego e hirieron con escopetas a dos
policías. El martes en la noche. En 23 cárceles todxs lxs presxs se
niegan a cenar, en apoyo y solidaridad a la revuelta.
Después de las palabras provocadoras del abogado que
defiende al policía asesino, afirmando que Alexis murió a
| 207
causa de una bala perdida, lxs estudiantes de secundaria
vuelven a cerrar las escuelas. Cercan 25 comisarías de Atenas y
20 más del interior. Cortan el tránsito de 20 avenidas. Ocupan
190 colegios en Grecia. En la mayoría de las universidades no
hubo clases. En unas 20 ciudades los bancos y las tiendas
de lujo son devorados por el fuego. En definitiva 6 días de
ira provocados por un asesinato policial, el estallido de una
revuelta como respuesta contundente ante una agresión que
sienten hacia ellxs mismxs, hacia unx de ellxs.
En el caso de Manuel Gutiérrez, las promesas de justicia
y la ingenua creencia de que todo se resolverá dentro del
marco democrático, la nula capacidad de empatía o de
hermanarse con un desconocido manifestante asesinado
hicieron que otra vez el silencio y la inactividad tapará
con capas de hielo una muerte a manos de un policía, sin
duda hay una deuda que ronda entre nosotrxs, sin duda hay
cuentas pendientes con nuestrxs muertxs…
Un año después, el 6 de julio del 2012, la Fiscalía Militar de
Santiago cerró el sumario contra Millacura, quien fue dado de
baja y está formalizado por violencia innecesaria con resultado
de muerte. 20 días después, el abogado querellante, Cristián Cruz,
pidió la reapertura de la investigación. Así lamentablemente se
desarrolla la respuesta en Chile, sólo en términos jurídicos.
Ya en el mes de Octubre, con incidentes y enfrentamientos
culminó la marcha convocada por organizaciones mapuche en
el marco del “Día de la Raza”. Así por primera vez desde que se
convoca a esta movilización, el acto culminó con incidentes y
Carabineros se enfrentó a un centenar encapuchadxs.
Pasadas las 14 horas miles de personas participaban
en la manifestación autorizada por la Intendencia, para
desarrollarse entre las 11 y las 16 horas, por la calzada norte
de la Alameda desde Plaza Italia.
Pero la situación rompió el protocolo cuando sujetxs
encapuchadxs destruyeron señaléticas y semáforos para
utilizarlos como barricadas. Ese sería en definitiva el punto de
partida a una jornada de enfrentamientos.
La Intendenta de la Región Metropolitana, Cecilia Pérez,
cifró en 10 mil lxs asistentes a la marcha, además destacó la
responsabilidad de los convocantes a esta iniciativa, quienes
hicieron todo lo posible para evitar que encapuchadxs
realizaran disturbios en el sector de La Alameda.
208 |
La autoridad lamentó los hechos de violencia ocurridos
en esta manifestación, pero valoró el actuar de los dirigentes,
quienes incluso hicieron una cadena humana para evitar que
encapuchadxs “empañaran” esta conmemoración en la que
participaron familias con niñxs de comunidades indígenas.
Seamos clarxs, los convocantes hicieron mucho más que
solo tratar de impedir el enfrentamiento con carabineros, lo
cierto es que hubo golpes con palos hacía lxs encapuchadxs,
hubo intentos por bajar capuchas y hubo amenazas de todo tipo.
Los equipos de seguridad de la marcha, bien pudieron
quedarse al margen de los enfrentamientos, nadie les pedía que
participaran codo a codo con las acciones en la calle, nadie les
reclama aquello. Pero claramente, nadie esperaba que los palos
fueran a llegar desde quienes históricamente han recibido la
brutalidad policial, tanto en las comunidades indígenas en el
sur, como en los juicios contra comuneros mapuche.
Paradojalmente quienes más han sufrido la represión,
durante esa jornada de 2011 encarnaron roles policiales y
las emprendieron contra lxs encapuchadxs. Olvidaron la
rabia y el dolor hacia las fuerzas represivas y al igual que
carabineros, se dispusieron a cazar a lxs manifestantes.
Los poderosos se frotaban las manos ante tal disputa y
la prensa no ahorró epítetos para dejar graficada la refriega.
En tanto, el 18 de octubre, los medios daban cuenta de
otra noticia:
“Cerca de las 08:00 horas de la mañana se registró un serio
incidente, cuando encapuchados quemaron un bus del Transantiago
en la capital, en la intersección de MACUL CON GRECIA.
Al respecto, y de acuerdo a las primeras informaciones entregadas, se
señaló que el chofer de esta máquina y los pasajeros fueron amenazados
por estas personas quienes luego lanzaron bombas incendiarias al vehículo.
Producto de esta situación, el tránsito se vio totalmente
interrumpido en Avenida Grecia en ambas direcciones. Asimismo,
se indicó que lxs desconocidxs destruyeron parte de la luminaria
del lugar. En este contexto, Carabineros de un radio patrullas de
la Comisaría de Ñuñoa realizó los desvíos en la zona”.
Un día después, el 19 de Octubre aprovechando la coyuntura
del llamado a “Paro Nacional” encapuchadxs cometen 13 ataques
coordinados y se burlan del operativo policial.
Eran cerca de las 7.30 de la mañana y una veintena de
encapuchadxs, provocaban incidentes y barricadas en MACUL
| 209
CON GRECIA, interceptando a la máquina del recorrido 104
del Transantiago, conducida por Luis Valladares.
El pánico se apoderó de lxs más de 60 pasajerxs que iban en
el bus oruga y el propio conductor, quien fue obligado a doblar
por Grecia hacia el sur y cruzarse de lado a lado en la avenida.
El chofer fue amenazado y obligado a bajarse de la
máquina, junto al resto de lxs ocupantes.
Evidenciando una acabada preparación, lxs encapuchadxs
lanzaron una primera bomba molotov al interior del vehículo,
según relató Valladares a la policía.
En cuestión de minutos, la máquina, que se dirigía desde
Puente Alto hacia Providencia, terminó envuelta en llamas.
"Vi al chofer tratando de buscar algo, supongo que un extintor, pero al
final tuvo que alejarse rápido", dijo Pamela Valdivia, vecina del sector.
Este fue el más grave de las 13 acciones coordinadas
ocurridas simultáneamente en lugares estratégicos de
Santiago y que mostraron que habría algún tipo de conexión
entre lxs autorxs de los hechos.
El prefecto de la zona Oriente de Carabineros, coronel
Fernando Vera, dijo que en ese momento había personal
policial en el sector, que resguarda una farmacia y un local de
comida rápida, pero fueron sorprendidos por lxs encapuchadxs.
La gravedad del atentado indignó al gobierno que invocó de
inmediato la Ley de Seguridad del Estado contra lxs responsables.
Por otra parte frente a la Usach, en Estación Central,
medio centenar de encapuchadxs levantó cuatro barricadas
y atacó a los uniformados, que se vieron obligados a desviar
el tránsito en la Alameda. Más tarde, un grupo similar
saqueó la tienda deportiva Kato Sport ubicada en el lugar, y
expropiaron especies avaluadas en 3 millones de pesos.
En la calle Condell en Providencia, cerca de la Academia
de Humanismo Cristiano, manifestantes levantaron
barricadas y atacaron con elementos contundentes a la
policía, que intervino con carros lanza-aguas y lanza gases.
Las barricadas, además, se replicaron en las afueras del
colegio República de Argentina, en Vicuña Mackenna con
Porvenir; en calle Francisco de Villagra, frente al colegio
República de Siria, en el Instituto Nacional a un costado de
la casa central de la U. de Chile, en la Alameda con Arturo
Prat, y en Américo Vespucio con Los Orientales.
210 |
En la madrugada, otros dos ataques incendiarios
afectaron a dos casas piloto en Maipú y al Juzgado de Policía
Local de Pedro Aguirre Cerda.
En la marcha convocada en el centro de Santiago,
encapuchadxs atacaron un McDonald’s y tres sucursales
bancarias cercanas al barrio República.
Las acciones afectaron, incluso, a una iglesia, cuando
encapuchados prendieron fuego a las puertas del templo de la
Gratitud Nacional, construido en agradecimiento por el triunfo de
Chile sobre la confederación Perú-Boliviana en la Guerra del Pacífico.
Los disturbios comenzaron después de las 14:30 horas, luego
que los estudiantes lograran contener por un rato a encapuchadxs
que lanzaban piedras a la altura de San Martín. El posterior
enfrentamiento con Carabineros se prolongó por dos horas.
En la calzada oriente de calle Ricardo Cumming un grupo
de encapuchadxs quemó una caseta de seguridad ciudadana.
Luego, con unas tablas, se dirigieron a la iglesia de la Gratitud
Nacional, en cuyas puertas iniciaron una fogata.
El amago de incendio fue apagado con mangueras por
los obreros que trabajaban en la restauración del templo.
Lxs atacantes lanzaron piedras y rompieron ocho vitrales
reparados tras el terremoto del 27 de febrero. Luego, un carro
lanza agua dispersó a lxs cerca de 100 furiosxs encapuchadxs.
En calle República, un grupo de cuarenta encapuchadxs
saqueó un local de McDonald’s. Extrajeron el mobiliario,
armaron una barricada con las sillas y las mesas y les
prendieron fuego. Dentro del establecimiento rompieron las
máquinas y robaron la comida.
A unos metros, otrxs encapuchadxs forzaron los accesos
de un banco Itaú. Al llegar a la calle Virginia Opazo, lxs
encapuchadxs las emprendieron contra un cajero automático
del Banco Estado y una sucursal del Santander. Allí, la turba
arrasó con las dependencias. Lanzaron pintura a las paredes
y quebraron los vidrios para sacar los muebles y sillas que
fueron quemados en la Alameda.
La jornada de protestas terminó con 863 detenidxs y los
policías lesionados sumaron 102.
Al día siguiente Rubén Valencia, jefe de administración de
la Congregación Salesiana, aseguró que los daños producidos
en la jornada eran millonarios y que iniciarían acciones legales.
| 211
“Los sujetos se ensañaron y arrasaron con este templo, que
además de emblemático tiene 120 años de antigüedad”, se lamentaba.
Pero este ataque, sin precedentes a una iglesia
católica, no fue el único incidente anticlerical del 2011,
pues sería atacada con bombas molotovs la catedral de
Santiago, aprovechando una manifestación en contra de la
construcción de hidroeléctricas en la Patagonia.
El Monseñor Ricardo Ezzati manifestó su repudio ante
estos actos de violencia, acentuando sobre el “Daño espiritual
y moral que gestos como éste le producen al país”. Mientras que
el presidente de la Fech, Gabriel Boric, manifestó que el daño
a la catedral, como a personas inocentes representa un hecho
“Injustificable, realizado por una minoría dentro del movimiento
estudiantil”, realizando un llamado para que estas acciones
declinen. Pese al llamado, las acciones de violencia callejera
se siguieron sucediendo.
A fines de Noviembre personal de la Policía de
Investigaciones detuvo a Hans Niemeyer, como el sospechoso
de instalar un artefacto explosivo en las inmediaciones de la
sucursal bancaria en avenida Macul. La detonación ocurrió
a eso de las 22:00 horas y causó daños en los vidrios de la
oficina financiera. Hans se agrega así al listado de presxs que
lxs encapuchadxs reivindican en cada barricada.
El 2 de Diciembre a las 22.00 horas, un grupo de
encapuchadxs salió de la facultad de filosofía de la Universidad
de Chile, en el campus Juan Gómez Millas y detuvo una
micro oruga del recorrido 506.
El vehículo viajaba al centro de la ciudad con treinta
pasajerxs quienes junto al chofer, fueron obligadxs a
descender en la intersección de avenida Grecia con Doctor
Johow. Luego de esto lxs encapuchadxs rociaron el vehículo
con bencina y le prendieron fuego.
Un grupo de vecinos de la vereda norte de Grecia apagó
el fuego con sus propios medios, provistos de mangueras y
extintores, pero lxs encapuchadxs que se habían retirado del
lugar, volvieron y terminaron de incendiar el bus.
Al llegar fuerzas especiales de carabineros el bus ardía
y lxs encapuchadxs habían desaparecido. A la policía solo le
quedó comenzar las labores de limpieza.
"Hemos sido testigos de otros hechos sumamente graves
que afectan a la seguridad de nuestro país, por tal razón el
212 |
Gobierno ha resuelto presentar una querella criminal por la
Ley de Seguridad del Estado en contra de quienes el día de hoy
interceptaron un bus de la locomoción colectiva, aterrorizaron
e hicieron bajar a sus pasajeros y chofer y luego lo incendiaron",
dijo el secretario de Estado en La Moneda.
La quema de microbuses era una práctica esporádica
que solo se daba en las protestas nocturnas y principalmente
en las poblaciones periféricas de Santiago, al parecer
esta práctica llegó a las esquinas emblemáticas y a las
multitudinarias marchas por el centro de la capital, eso se
confirmaría al año siguiente…
| 213
EL FUEGO NO SE APAGA.
| 215
“Un grupo de encapuchados prendió fuego a barricadas y
atacó una gasolinera y una oficina estatal durante la noche en
el centro de Santiago, informaron a EFE fuentes policiales, que
señalaron que no hay detenidxs por estos hechos.
En los disturbios participaron unas 30 personas, que
lanzaron bombas molotov a vehículos particulares y policiales
en los alrededores de una sede de la Universidad de Santiago en
la comuna de Estación Central, en el centro de la capital.
Además, lxs encapuchadxs robaron productos de la tienda
de una gasolinera cercana y lanzaron bombas molotov contra
una sede del Servicio de Impuestos Internos (SII), lo que causó
daños en dos oficinas del local, precisaron las fuentes.
Incidentes similares se han repetido con cierta frecuencia a
lo largo del último año, algunos de ellos al hilo de las protestas
estudiantiles y otras movilizaciones sociales que marcaron el 2011”.
Otro medio de prensa escrita daba cuenta de las
motivaciones de la protesta:
“Fuera de la Usach se encontraron rayados y lienzos por la
conmemoración del cuarto año tras el asesinato por parte de
carabineros del comunero Mapuche, Matías Catrileo”.
La misma salida es relatada ampliamente por páginas
de contrainformación, en este caso recordamos como se
difundió a través de Liberacióntotal.lahaine.org un anónimo
reporte enviado a la web:
“El carro (de gendarmería) es visualizado y algunxs
inmediatamente afinan la puntería. El carro es alcanzado por las
molotov y dentro un carcelero siente en su piel el calor directamente.
Los gendarmes responden a balazos, ante lo cual son objeto
de más y más fuego. Quedando uno de ellos tirado en el asfalto,
teniendo que ser rescatado por carabineros, ciudadanos y sus
“valientes” camaradas.
El carcelero herido fue un funcionario de la USEP (Unidad de
Servicios Especiales Penitenciarios), que son también conocidos
como “antimotines”. Los eternos encargados de atacar cualquier
intento de revuelta que realicen lxs presxs.
Este hecho fue advertido por la prensa de forma somera,
incluso llegando a decir que las lesiones fueron causadas por
las maniobras disuasivas del conductor del carro. Dando toda
la cobertura al ataque contra el SII (Servicio de Impuestos
Internos). Solo mencionando que el despreciable carcelero fue
enviado al Hospital de Carabineros.
216 |
La intención no es desmentir la versión de la prensa ni
menos hacer una reivindicación de estos hechos, puesto que las
fotos son claras por si solas.
La intención de enviar estas fotos para que más compañerxs
las puedan ver, es el llamado a que más actos como este se realicen.
Que los ataques contra la autoridad (detectives, carabineros,
militares, gendarmes) se den en cualquier contexto, ya sea en
protestas masivas, pequeñas o en acciones de grupos afines.
El ataque contra Gendarmería y sus funcionarios está
plenamente justificado. Eso nos recuerda a lxs presxs asesinadxs
por intentar fugarse tras el terremoto del 27 de febrero de 2010,
los 81 presxs muertxs en la cárcel de San Miguel el 8 de diciembre
de 2011 (en un horrible incendio), lxs dos heridxs y un muerto por
intentar fugarse en la cárcel de Talagante el 29 de enero de 2012,
lxs 361 presos muertos en la cárcel de Comayagua en Honduras
el 14 de febrero recién pasado y esto son solo algunas de las
masacres producidas por la sociedad carcelaria. Así como nos
lo recuerdan todxs lxs compañerxs que están en las jaulas del
enemigo, porque ellxs no están solxs.
Estas imágenes son la evidencia del ataque directo contra
los carceleros y que cada unx, en cualquier parte, puede
reproducir en su retina sus propias imágenes de ataque contra
los defensores de esta sociedad”.
El 8 de Marzo en la “Marcha por el día internacional de
la mujer” se realizó un acto en el monumento a las mujeres
del Paseo Bulnes. El evento debió concluir abruptamente a
las 20:30 horas porque inéditamente, encapuchadxs armaron
barricadas y se enfrentaron en un sector aledaño al show.
En la oportunidad también se destrozaron y saquearon
los bancos Scotiabank e Itaú, cuyos muebles fueron utilizados
como material para las barricadas callejeras.
Esta fue una acción sin precedentes en una movilización
por “El día internacional de la Mujer”. Nunca antes habían
irrumpido en ella lxs encapuchadxs con tanta rabia
enmarcada en sus motivaciones anti patriarcales.
Una vez reiniciadas las actividades normales en las
universidades, los deseos de mantener el conflicto ardían en
Macul con Grecia.
El lunes 26 de Marzo la semana comenzó con
enfrentamientos fuera del campus de la Universidad
Metropolitana de Ciencias de la Educación.
| 217
Lxs encapuchadxs salieron a cortar la calle pasadas las 13:00
horas, instalando barricadas levantadas con neumáticos. Se colgó
además un gran lienzo alusivo al Día de él y la Joven Combatiente.
Luego de prender barricadas, algunxs encapuchadxs
pararon un bus del Transantiago del recorrido 104 e hicieron
descender a todos los pasajeros. El bus fue cruzado en las
cuatro vías de avenida Macul y la maquina fue encendida a
punta de bombas molotov.
Para evitar que el bus fuera apagado, lxs encapuchadxs
lanzaban molotov contra los piquetes de carabineros que
intentaban acercarse hacia la máquina envuelta en llamas.
A causa del incendio, el tránsito de vehículos se mantuvo
cortado por el resto de la tarde en una de las avenidas más
concurridas de la ciudad.
Tras los enfrentamientos la policía ingreso a la
Universidad donde no se detuvo a nadie, en las inmediaciones
se detiene a 3 hombres, 2 de ellos menores de edad.
El martes 27 de marzo, los tres detenidos pasaron a
control de detención en el Centro de Justicia. En la audiencia
se decretó la prisión preventiva para uno de ellos en la cárcel
de Santiago 1, mientras que los otros dos, estudiantes del
Liceo de Aplicación quedaron con internación provisoria en
el Servicio Nacional de Menores, la cárcel del SENAME. Se
decreta que los 3 permanecerán recluidos por el plazo que
dure la investigación, fijado en 50 días.
Se difundió entonces un texto enviado a páginas de
contrainformación:
“Comunicado de lxs encapuchadxs:
Por medio de este comunicado buscamos única y
exclusivamente aclarar los hechos acontecidos el día 26 de
marzo en las afueras del ex-pedagógico, y así anticiparnos (no
sin cierta demora) a las mentiras descaradas y especulaciones
del poder y la prensa:
- Negamos categóricamente el uso de armas de fuego y armas
blancas al momento del ataque incendiario al microbús, y el uso
de violencia verbal (al menos de aquella forma) hacia el conductor.
- En segundo lugar negamos cualquier tipo de participación
de los tres jóvenes detenidos en estos acontecimientos, y junto
con ello, solidarizamos y les damos fuerza para que, una vez
más, se demuestre la calaña jurídico-policial del Estado y se
obtenga su más pronta liberación.
218 |
Y al margen de lo que ellos pudieron haber dicho o
declarado, su presunta participación fue nula y posiblemente
en mismo grado que muchos de los espectadores que allí se
encontraban (en semanas como esta hay muchísima gente que
solidariza con manifestaciones, motivo bajo el cual pudieran
haber portado algún elemento que le sirviera a la policía para su
burda incriminación, y aquello la misma policía lo sabe).
- Y finalmente aclaramos que esta acción está enmarcada
en la semana del día del joven combatiente, y que, como recitaba
el lienzo puesto allí, es hoy y siempre, el capital no descansa,
nosotrxs tampoco. Si bien el hecho de quemar un microbús no
representa un ataque concreto al poder, si demuestra que, en
cuanto símbolo de la máxima circulación de mercancías (¿qué
más inhumano que, junto con cobrarte por educarte y por
vivir, te cobren por moverte?), esta acción es una demostración
tangible de las contradicciones de la sociedad burguesa y la
conflictividad que así intentamos rescatar para su destrucción,
no se puede derrotar al estado-capital bajo sus parámetros de
paz y amor ciudadano.
¡Por qué la lucha contra el Estado y el Capital es cotidiana!
¡Por todxs lxs caídxs y prisionerxs a manos de la burguesía!
¡Marzo combativo, joven combatiente hoy y siempre!”
| 219
A las 11.00hrs. Lxs estudiantes intentaron avanzar por
la Alameda, tras lo cual Carabineros hizo tres llamados a
lxs asistentes a no iniciar el recorrido. Ante la negativa de
lxs manifestantes de retirarse y para frenar el paso, Fuerzas
Especiales comenzaron a dispersar a lxs jóvenes con carros
lanza aguas y lanza gases.
Un grupo importante de manifestantes se dirigió hasta el
sector de Parque Bustamante y allí encapuchadxs quemaron
en menos de 20 minutos tres buses oruga del Transantiago
entre Marín y Santa Isabel en pleno centro de Santiago.
Otrxs encapuchadxs se dirigieron a un “servi-centro”
saqueándolo por completo en cosa de minutos.
La prensa inmediatamente cubrió la noticia, al momento
en que se masificaban especulaciones en torno a cómo se
habían generado verdaderamente los hechos:
“...Uno de los conductores de los buses del Transantiago
quemados en la fallida marcha de los secundarios, relató los
dramáticos momentos en que la máquina fue atacada por
una turba de encapuchadxs y reveló que “A mí, Carabineros
me usó de escudo”.
El chofer Cristián Romo aseguró que los uniformados lo
dejaron pasar por Plaza Italia en vez de desviarlo mientras
ocurrían los disturbios en el sector. "Me usaron como escudo,
porque iban 3 patrullas al lado mío. Yo pasé con el bus y ellos
iban al lado mío para poder arrancar en vez de desviarme",
explicó el operario.
Según el conductor de Transantiago, durante la manifestación
convocada por lxs estudiantes secundarios, lxs atacantes eran
menores de edad. "Eran todxs encapuchadxs, no tenían ropa de
escolar, andaban todxs de civil y muchxs de mochila", aclaró.
En el lugar fue detenido el menor J.C.C. de 14 años a
quien acusan de uno de los siniestros, la Ministra Evelyn
Matthei declaró al visitar una de las empresas afectadas:
"Espero que no caigan en la misma sala de Pitronello". Esto en
alusión a la condena remitida de 6 años de libertad vigilada
para el joven insurrecto que resultó herido al colocar un
artefacto explosivo.
La ministra junto al ministro de Transportes visitó a los
choferes de los buses que fueron quemados tras la frustrada
marcha estudiantil. "Capaz que los jueces terminen felicitando
a lxs niñxs por quemar buses", agregó Matthei en una clara
220 |
intención de presionar a los jueces para condenar con más
dureza a quienes fuesen detenidxs en manifestaciones.
Por otro parte, pero con la misma intención, el
presidente Sebastián Piñera califica como "delincuentes" a
quienes participaron en quema de buses del Transantiago.
Agregando además que "Nunca faltan los que están disponibles
para defenderlos y justificarlos..... Ayer, en una presunta marcha
estudiantil, vimos nuevamente una jornada de violencia, vimos a
delincuentes que quemaron tres buses del Transantiago", dijo al
lanzar el Sistema Táctico de Análisis Delictual y referirse a los
hechos de violencia durante la frustrada marcha estudiantil.
Piñera además indicó que "Tenemos que tener mucha
conciencia que hay enemigos poderosos enfrente, los delincuentes,
los que ponen bombas, los que incendian las casas, los encapuchados,
los que incendian los buses, los que atentan contra nuestros niños”.
En tanto, el ex presidente de los estudiantes de la U.
Católica, Giorgio Jackson, condenó la quema de los tres
buses. En su cuenta de Twitter, publicó que “No estuve cerca
de la quema del bus, estuve siempre cerca de la convocatoria. (La
quema fue) un acto delictual sin justificación posible”.
Noam Titelman, presidente de la Federación de Estudiantes
de la Pontificia Universidad Católica declaró: "El llamado que
hacemos a todos los que participarán, y lo hacemos de forma muy
enfática, es que se haga sin violencia. A quienes quieran hacer
desmanes les pedimos que, por favor, no vayan a esta movilización”.
Agregó que la marcha es "un espacio donde creemos que las
familias, la ciudadanía participe de forma pacífica".
Una posición que se reitera en los dirigentes estudiantiles
universitarios más ligados al reformismo y que intentan
proyectarse en una carrera política, es más algunos ya son
pre candidatos a diputados. Todo lo contrario a lo que
sucede con lxs secundarixs, quienes agudizan sus posiciones.
La ACES, por ejemplo, llamó a funar las próximas
elecciones municipales, tras una infructuosa reunión con el
ministro de educación.
En dicha reunión se conversó sobre la situación de
Ángel Muñoz, secundario en huelga de hambre para ser
reintegrado al colegio Insuco 1, desde donde lo expulsaron
por su participación en el movimiento estudiantil de 2011. De
nada sirvieron los esfuerzos pues el ministro manifestó no
poder resolver las demandas del joven.
| 221
Así entonces la campaña “Yo no presto mi voto” comenzó
con la okupación y tomas de las sedes de partidos políticos. En
ese contexto se intenta tomar la sede del partido comunista pero
la férrea defensa de sus militantes juveniles impidió la acción.
La refriega terminó con los vidrios destrozados de la sede
comunista y sus militantes codo a codo junto a carabineros, se
volcaron a la tarea de detener a lxs manifestantes.
Semanas después otra okupación se produjo en la
una oficina de la junta electoral, que fue violentamente
desalojada horas después.
Si bien se realizaron varias acciones por esta campaña
de presión, nunca se sabrá a ciencia cierta si funcionó
porque esa elección fue la primera donde el sufragio era de
forma voluntaria, en definitiva un altísimo porcentaje de los
votantes no acudió a las urnas.
El jueves 4 de Octubre en una salida en el campus Juan
Gómez Millas encapuchadxs golpean al profesor Kamal Cumsille,
este fue agredido con una botella con pintura en su rostro tras
increpar a encapuchadxs que se enfrentaban con la policía.
Tras el ataque ocurrido a eso de las 19.30 horas, Cumsille
fue trasladado hasta la Clínica Las Lilas. Donde debió ser
operado de urgencia para intervenir una fractura de nariz
producto del impacto en su rostro. "También le suturaron un
corte en el mentón que le llegaba hasta el hueso".
"Ayer estábamos consternados, pero hoy estamos furiosos".
Así resume el director de Extensión de la Facultad de Filosofía
de la Universidad de Chile, Eugenio Chahuán, el ambiente
que se vive en la casa de estudios tras el ataque que ayer
afectó al docente. "Estábamos en una actividad cultural y de
pronto comenzaron enfrentamientos (entre los encapuchados y
la policía, por lo que los manifestantes ingresaron al campus). El
profesor los increpó y ellos reaccionaron agrediéndolo".
En el mismo mes de Octubre la marcha en repudio al “Día
de la raza” terminó con 16 detenidxs, así lo informó el jefe de
la Zona Metropolitana Oeste de Carabineros, general Rodolfo
Pacheco, al entregar un balance de los desmanes registrados.
Sobre los desórdenes, Pacheco dijo que todo comenzó en el
sector de Portugal con Alameda donde se hizo presente el mismo
grupo que provocó incidentes el año pasado en el mismo evento.
Unxs 50 manifestantes, la mayoría de ellxs encapuchadxs,
continuaron su caótico andar hasta Miraflores donde se
222 |
produjeron los mayores desmanes contra los bancos ITAU,
Santander y BBVA, para luego atacar una oficina de Fonasa y
de la AFP Capital.
Según destacó el oficial, lxs encapuchadxs quebraron
ventanales y lo más grave ocurrió en el Banco Itaú en
Miraflores 156, donde lanzaron bombas incendiarias, dañaron
el cajero automático y saquearon el local. Añadió que habría
fotos de un sujeto que lanzando los elementos incendiarios.
Seguidamente, destacó y felicitó –al igual que el 2011- los
esfuerzos de los convocantes por aislar a lxs encapuchadxs
y repelerlos. Incluso hubo riñas con ellxs para evitar que
cometieran incidentes, una vez más los mapuche de la
capital se posicionan al lado del poder.
Estudiantes, principalmente secundarixs, convocaron
para el 21 de Diciembre, la última marcha del 2012. La marcha
denomina “del fin del mundo” fue una convocatoria sin
siglas ni dirigentes y por cierto sin autorización, lxs jóvenes
realizaron el llamado a una manifestación desde la plaza Los
Héroes por la Alameda hasta la Usach.
Como la marcha no estaba autorizada por la intendencia,
porque nadie pidió permiso, la manifestación fue declarada
“ilegal” por lo que la represión comenzó cuando lxs estudiantes
aún se reunían. Tras algunas escaramuzas la marcha
avanzó por la calzada norte de la Alameda interrumpiendo
completamente el tránsito. La policía intento en varias
oportunidades, con carros lanza agua y gases, terminar con
la manifestación pero lxs jóvenes, a esa altura encapuchadxs,
volvían a la avenida una y otra vez para seguir avanzando.
En los intentos por parte de la policía de disolver la
marcha, muchxs jóvenes comenzaron a cortar las calles
de los alrededores y así buscar enfrentarse con pequeños
piquetes de fuerzas especiales o con otros agentes de la
policía, mientras en la Alameda encapuchadxs atacaban
bancos y símbolos del capital destrozando sus ventanales.
Parte de la manifestación llegó hasta las cercanías de la Usach,
en el barrio comercial Meiggs, que estaba atestado de gente que
intentaba hacer sus compras navideñas, por lo que se provocó un
gran atochamiento de vehículos y un gran desorden de transeúntes
intentando huir de los gases y el agua toxica. En los desórdenes varios
de esos transeúntes y comerciantes increparon y golpearon a algunxs
manifestantes haciendo evidente de qué lado de la barricada están.
| 223
Desde la Usach jóvenes encapuchadxs se enfrentaron
con piedras y molotov a las fuerzas especiales. Hasta que
finalmente la policía hizo ingreso al campus universitario
deteniendo a varias personas.
A la misma hora, en la Universidad Central del parque
Almagro encapuchadxs se enfrentaron a la policía con bombas
molotov. Y lo mismo ocurrió en el campus Juan Gómez Millas
de la Universidad de Chile, en Macul con Grecia, donde más
de una decena de encapuchadxs prendieron barricadas y se
enfrentaron con artefactos incendiarios a carabineros.
Los últimos años, lxs encapuchadxs siguieron siendo
una molestia para la autoridad, con su fuego y rabia, con
su amor y complicidad, con el insistente aroma a barricadas
van escribiendo cada capítulo de la lucha callejera.
En los años que vienen, queda en sus manos escribir su
propia historia, una historia cargada con bencina y que con
cada molotov van contagiando a quien sienta la necesidad
visceral de rebelarse contra la dominación.
224 |
LA NECESARIA AUTOCRITICA
226 |
crimen por ser parte del grupo de los traficantes que vendían
droga al interior del campus Juan Gómez Milla y que, según
la policía, participaban activamente en los desórdenes que se
registraban en dicho lugar.
El otrora heredero del lema “100% anti-yuta”, esgrimido
como el “ejemplo vivo del lumpen proletariado”, ya que era
muy osado al momento de combatir a las fuerzas del orden
y se sabía de memoria algunos fanzines del “Kamina Libre”.
Se codeaba en una amalgama compleja de activismo político
y carrete con reconocidxs anticapitalistas, quienes avaladxs
por su innegable historial subversivo le dieron, consciente
o inconscientemente, un respaldo en sus toxicas actitudes.
Fue tratado por algunxs como una divertida mascota para
luego ser catalogado como un parásito del mundillo ácrata.
Los últimos meses antes de su entrada triunfal al
escenario mediático, algunxs ingenuxs afirmaban que “había
cambiado”, “que hacía talleres de serigrafía en la okupa “La
escalera”, que participaba activamente en la “coordinadora”
y era cercano a una especie de vocero de lxs presxs
expropiadores, esa ingenuidad (que algunxs les reprocharon)
cambió radicalmente cuando debido a su soplonaje algunas
personas volvieron a la cárcel de alta seguridad.
Viviendo en la okupación “La escalera”, no cambiaba
sus conductas, robando costosos equipos a quienes vivieron
y confiaron en él. En la calle, sus costumbres tampoco se
modificaban, pues aprovechaba cualquier situación para
“cogotear” a gente igual o más pobre que él.
A fines de 2008 fue detenido por agredir a su pareja.
Varias puñaladas la dejaron en la UTI a punto de morir, fue la
excusa perfecta para allanar un par de okupas el año nuevo.
Tras ser condenado intentó limpiar su imagen dentro
de la “ex penitenciaria”, ocultando la verdadera razón por la
cual estaba apresado, mintiéndole a los otros reos dejando
entrever que su detención tenía que ver con los ataques
explosivos ocurridos en la capital.
Intentó armar una biblioteca dentro de la cárcel,
algunxs afuera le siguieron creyendo, mientras era un
secreto a voces que al ser apresado entregó información a la
policía, involucrando a varias personas en la colocación de
artefactos explosivos. Esta información fue uno de los pilares
fundamentales de la acusación del “Caso bombas”.
| 227
Gustavo Fuentes Aliaga se adjudicó frente a la policía
una serie de atentados explosivos, tras ser detenido en la Villa
Portales. Pero el supuesto “anarquista” no solo “confesó” su
autoría, sino que además acusó a su propia pareja y a Francisco
del Solar de haber instalado junto a él algunas de las bombas.
Su colaboración en el “Caso bombas” no llegó hasta ahí, el “Grillo”
también acusó a varias personas como vinculadxs con los ataques
con pólvora negra, entre ellxs a “Roro”, “Bárbara”, “Pelao”, “Flaca”, “Cliff
Burton” y a unxs punks de Talinay, de la comuna de la Reina.
Pero el delator aprovechando los confusos datos en la formulación
de cargos del “Caso bombas” intento limpiar su imagen; “No entregué
nombres de nadie. De gente que existía con nombres y apellidos, no. Dí
nombres que no existían, los mandé para el sur, para otro lado”. Mentía
en una entrevista al diario La tercera, sin embargo queda claro que
si colaboró con la fiscalía, todo acreditado en una de las carpetas del
caso. “Sé que me están echando la culpa, pero no es así. Andan diciendo
que producto de la delación me habrían bajado la condena. Cosa que la
gente sabe que es falso”. Sostuvo el informante de la policía.
Si bien se le cerraron las puertas en algunos espacios dentro del
ambiente de las okupaciones, ningunx de nosotrxs tuvo la capacidad
de aislarlo para que no continuara con sus prácticas nocivas.
Su conducta nunca tuvo la respuesta adecuada dentro del mundillo
anárquico, fue golpeado varias veces en riñas por asuntos personales, pero
hizo falta que la razón principal fuera un asunto político/valórico.
Pero dentro de la cárcel al parecer no lo ha pasado muy
bien, el día de la extensa formalización del “Caso bombas” se le
pudo ver con moretones en su rostro, por lo que su defensor
pidió que lo trasladaran a la cárcel de máxima seguridad, en
una celda individual, aislado con pedófilos y violadores.
Después de la absolución, fue trasladado al CAS, donde
fue hostigado por los demás reos, le ofrecieron pelear con
cuchillos y hasta ahí le llegó la valentía.
Desde el tercer piso del módulo H lo bajaron al 2° piso donde lo
hicieron “Perkin”, otra vez su defensa pidió que volviera a la cárcel de
máxima seguridad, esta vez al 3° piso, otra vez aislado de la población penal.
Hoy, se reivindica como “nihilista” (un nihilista que le da
entrevistas a diarios del enemigo), flaco favor le hace a lxs
compañerxs que de verdad piensan así.
Personajes como este, lamentablemente hay varixs y hacen
muchísimo daño a cualquier entorno que busque vivir en libertad,
a quienes día a día intentan agudizar cada aspecto de sus vidas.
228 |
EL PODER NO SE PARALIZA
En un rápido vistazo por Santiago en un día de una
manifestación, se puede apreciar como son cubiertos y
resguardados los símbolos del capital.
Así por ejemplo, grandes paneles de madera cubren las
vidrieras de bancos, farmacias, multitiendas, AFPs, notarias
y un larguísimo etcétera. La imagen nos recuerda los
preparativos para enfrentar un huracán. Así son vistos lxs
encapuchadxs por el poder: como un verdadero huracán.
El temor a los saqueos a grandes tiendas y a cualquier
otro ataque por parte de lxs encapuchadxs se afirma en una
base real, pues fueron claras las muestras de rabia durante
el 2011 y 2012, pero también es cierto que la prensa y las
vociferaciones del gobierno, han ido instaurando la idea de
que una turba desalmada hará ingreso a la ciudad.
Esto se ha internalizado a tal nivel que antes de una
manifestación, ya cada local comercial “camufla” sus propagandas.
Decenas de piquetes de carabineros, con todo tipo
de indumentaria represiva, se parapetan en las esquinas
de Santiago. Comienza el desfile de carros blindados y
centenares de motociclistas con máscaras antigases circulan
por los alrededores del lugar elegido para la manifestación.
Los primeros en llegar son los piquetes de fuerzas
especiales y “el ciudadano común” ya ni se asombra, parece
haberse habituado rápidamente a toda la coreografía represiva.
| 229
Quizá lxs únicxs que se sorprenden aún son lxs turistas,
que sacan cientos de fotografías a la maquinaria represiva de
una policía cada vez más militarizada.
Y así como lxs encapuchadxs van cambiando sus tácticas,
pues inevitablemente el poder también lo hace.
Las modificaciones a la ley de control de armas y
explosivos del 2005, que agrega a las bombas molotov como
un arma y la posible aprobación de la “Ley Hinzpeter”, que
condena, entre otras cosas, a quienes cubran su rostro para
protestar, se suman los nuevos armamentos y vehículos
otorgados a carabineros.
Equipos multidisciplinarios dedicados exclusivamente a
combatir a lxs encapuchadxs y, por supuesto, estudios de
perfiles y cruces de datos de lxs detenidxs para comprender
como y donde accionan.
El 2006 se crearon los Dispositivos de Intervención
Rápida (DIR), donde no más de cinco policías antidisturbios
se desplazan en las pisaderas de vehículos livianos (lanza
gases) y efectúan detenciones selectivas relámpago contra
encapuchadxs. Según explicó el general director (de ésa
época), Alejandro Bernales, “Los funcionarios viajan en carros
que se desplazan mucho más rápido que un bus, por ejemplo,
y van en sus costados para que desciendan y procedan en el
tiempo más corto posible”.
“El objetivo es neutralizar en el acto a los vándalos más
radicalizados dentro de una protesta. De esta manera se corta
ahí cualquier retroalimentación para que otros potenciales
violentistas actúen”.
Este método de control tuvo una “puesta en práctica” el
29 de Marzo, para el Día del Joven Combatiente. El dispositivo,
entre otras cosas, permitió en esa jornada apresar a personas
armadas en Villa Francia.
La dotación del DIR, alcanza a 60 funcionarios de Fuerzas Especiales.
Ellos recibieron un entrenamiento especial y fueron seleccionados por
contar con características de agilidad sobre el promedio.
“Se trata de personal que sorteó un entrenamiento muy
severo y con alta resistencia a los obstáculos”, detalló el jefe de
Fuerzas Especiales, coronel Gustavo Navarrete.
El oficial especificó que el DIR surgió luego de estudiar
y analizar las falencias de decenas de procedimientos en los
que se percibieron objetivos no logrados.
230 |
El año 2008 carabineros utilizó un nuevo equipamiento
basado en el ultrasonido, una especie de radar sobre una
camioneta. El equipo es capaz de emitir ondas sonoras de
alta frecuencia, mayor al límite audible por el ser humano.
Su uso en definitiva, ahuyentaría y dispersaría a las
masas de agitadorxs, con el fin de terminar con disturbios
ocasionados en su mayoría por grupos de encapuchadxs.
Este tipo de arma fue utilizada sólo una vez por los
cuestionamientos de los estudios en los efectos que
provocaba sobre las personas.
Y si bien no es ni una nueva tecnología, ni una nueva
táctica represiva, lo cierto es que estos últimos años, se han
intensificado los episodios de infiltración policial en los
entornos encapuchadxs.
Se han vuelto cada vez más frecuentes, tanto las
dudas sobre algún personaje puntual, como las certezas
indesmentibles de que policías han salido a la calle con el
rostro cubierto, codo a codo con lxs demás manifestantes.
Eso nos habla de la necesidad de la policía por obtener
datos sobre lxs autores de las acciones callejeras ante el
creciente aumento del fenómeno. Nos habla de una actitud
más intrépida y osada de las policías, pero indudablemente
también da cuenta de un mediocre nivel de seguridad de lxs
encapuchadxs, un exceso de confianza-ingenuidad y de una
evidente falla en la capacidad de respuesta.
Por ejemplo el día martes 12 de abril de 2011, un grupo de
encapuchadxs se reunió en las inmediaciones del Campus Juan
Gómez Millas de la Universidad de Chile, en la comuna de Ñuñoa.
El objetivo era protestar contra la investigación del llamado
“Caso bombas” que mantenía a varixs anárquicxs detenidxs y
acusadxs de atentados explosivos de carácter terrorista.
En el lugar había cerca de 15 manifestantes, quienes
instalaron barricadas, lanzaron piedras y bombas molotov
contra carabineros que resguardaban el lugar, motivo por el
que intervino contingente de Fuerzas Especiales.
Tras la arremetida, lxs encapuchadxs se refugiaron en
la casa de estudios, donde continuaron lanzando objetos
contra la policía.
Fue en medio de estos desmanes -aseguraron altas
fuentes de Carabineros- que lxs manifestantes comenzaron
a sospechar de un hombre que, pese a estar con su rostro
| 231
cubierto, portaba una cámara y registraba las acciones.
El hombre era un detective de la Brigada de Inteligencia
Metropolitana de la PDI y fue increpado con violencia por
varixs encapuchadxs, pese a que negó ser policía.
Según las fuentes de Carabineros, en medio de la tensa
escena, el detective empleó una peligrosa estrategia: delató
a otro agente encubierto que monitoreaba la protesta, quien
resultó ser un funcionario de la Dirección de Inteligencia
de Carabineros (Dipolcar), que se había mezclado con lxs
encapuchadxs para fotografiar a lxs “líderes” del grupo.
Con esta acción, el funcionario de la PDI logró desviar la
atención de lxs manifestantes, pero poniendo en serio riesgo
la seguridad del carabinero.
La maniobra funcionó y lxs agitadorxs atacaron al policía
infiltrado, quien resultó con lesiones menores.
Pero el tema no terminó ahí. Una vez controlados los
incidentes, efectivos de la 33° Comisaría de Ñuñoa detuvieron,
en Avenida Grecia con Doctor Johow, al encapuchado que
había puesto en evidencia al agente de Dipolcar. Hasta ese
momento se ignoraba que era un policía y sólo tras controlar
su identidad, a eso de las 12.30, el sujeto reconoció ser detective.
El jefe nacional de Asuntos Públicos de la PDI, Alfredo
Espinoza, confirmó que "Es un detective que estaba realizando
diligencias ordenadas por un fiscal, en ese contexto fue
controlado por personal de Carabineros". Según Espinoza, no
se abrirá un sumario. "No hay antecedentes que ameriten eso".
Carabineros remitió los antecedentes a la Fiscalía Local
de Ñuñoa. En ese organismo confirmaron que el 15 de abril
se recibió una denuncia. "Esta persona actualmente no se
encuentra detenida, ya que ocurre que, en muchos de estos
casos, las personas no pasan a control de detención" por las
bajas penas que tiene el delito de desórdenes públicos, según
la fiscalía la investigación se encuentra abierta.
El Martes 9 de Agosto de 2011 en la ciudad de Valparaíso,
fue alejado del cargo de jefe de guardia del congreso, el teniente
coronel Hernán Silva. Se le acusó de haber refugiado en la
garita de la sede parlamentaria, a un carabinero “infiltrado”
en las manifestaciones y de haber permitido su retiro del lugar
sin acceder a identificarse ante un grupo de parlamentarios.
El presidente de la Cámara de Diputados, Patricio
Melero (UDI), dijo que tras una conversación con el alto
232 |
mando de la Quinta Zona, la institución accedió a realizar
una investigación del procedimiento policial, para saber si se
ajusta o no a las atribuciones legales de Carabineros.
“Mientras tanto el teniente coronel Hernán Silva va a ser
agregado a la jefatura de la Quinta Región mientras dura la
investigación. Él no va a estar en el edificio mientras dure la
investigación”, sostuvo.
Melero apuntó que “Efectivamente no se trata de
cualquier civil, sino de un carabinero que está actuando dentro
de lo que la ley permite, de civil, para prevenir que se generen
hechos delictuales en manifestaciones que tienen otro objetivo.
Esta investigación va a ver si esos procedimientos estuvieron
ajustados a la ley”.
El presidente de la corporación pidió la investigación, en
tanto diputados de las bancadas opositoras presentaron las
quejas en reunión de comités parlamentarios.
Marco Antonio Núñez (PPD) dijo tras el comité que “la
mayoría de las bancadas de la oposición presentes le planteamos
el presidente Melero que removiera de su cargo al comandante a
cargo de la guardia del congreso y que Carabineros nos informe
acerca de la investigación interna”.
Gabriel Silber (DC) sostuvo que quedó claro que “Los
encapuchados sí tienen nombre y apellido y sí dependen de una
institución concreta: son funcionarios de Carabineros pagados con
platas de todos los chilenos”, recalcando que “Un carabinero no
puede huir como un verdadero delincuente, ocultando su identidad”.
También el titular del Senado, Guido Girardi (PPD), dijo
que es “Muy importante saber si ese carabinero de civil estaba
desarrollando acciones de desmanes, tirando piedras, o si sólo estaba
haciendo una labor investigativa. Si tiene instrucciones, cuáles son”.
Apuntó que “Parece muy extraño que alguien que está
haciendo labores de inteligencia que anda de civil, más encima
ande a rostro cubierto, porque quienes andan a rostro cubierto
en las manifestaciones son quienes andan dando vuelta autos,
destruyendo la propiedad y lanzando piedras”.
Toda esta discusión se da en un contexto de creciente
movilización nacional, de aumento de la conflictividad social
y de ciertos cuestionamientos por parte de la “ciudadanía”
sobre las prácticas policiales hacia lxs manifestantes.
Esto porque las imágenes de golpizas a estudiantes,
desnudos a las mujeres en las comisarías y el terrible
| 233
asesinato de Manuel Gutiérrez causaron gran impacto y
repercusión en la población.
Pero así como se propagan cuestionamientos a las
prácticas policiales, también va difundiéndose la idea del
policía infiltrado como el causante de los desmanes.
Se asume entonces que el gobierno “fabrica casos”
para lograr tendenciar la discusión política a su favor, por
ello necesitaba mostrar detenciones y en ese sentido está
dispuesto a hacer “lo que sea”.
Estas ideas, vale recordarlo, se difunden y cobran fuerza,
tras el bullado Caso Bombas y todo el proceso plagado
mentiras que rayaban en lo ridículo.
De este modo el Caso Bombas, que tanta cobertura mediática
generó y que fue mostrado como la cúspide de la eficiencia
policial, a la larga sería el eterno paradigma de la suciedad
represiva. De aquí en más, cada nueva arremetida represiva sería
comparada con el juicio a lxs 14 imputadxs en el caso.
Entonces, en un clima de rechazo a la “brutalidad”
policial y de necesidad de aumentar las pruebas contra
lxs detenidxs, la policía elabora un documento sobre el
perfil de lxs encapuchadxs. En dicho informe se tilda a lxs
manifestantes de enemigx interno N° 1.
Carabineros investiga, según la labor de inteligencia, a 15
individuxs que han protagonizado serios hechos de violencia en
el marco de las protestas estudiantiles de los dos últimos años.
Varixs de los cuales vienen accionando desde el año 2008.
Según fuentes de la policía, desde esa fecha y en
particular los años 2011-2012, las personas identificadas han
sido parte de saqueos, ataques incendiarios y destrozos en
las calles. Por ello, es el grupo de "mayor interés investigativo"
para carabineros, en el marco de la estrategia diseñada en
coordinación con el gobierno para neutralizar el fenómeno
de lxs encapuchadxs.
La policía elabora un perfil de lxs sospechosxs, lxs sigue de
cerca y se encuentra a la espera de lograr la evidencia suficiente
para que cuando sean detenidxs, los juzgados de garantía
decidan dejarlos en prisión preventiva y luego sean condenadxs.
Producto de la investigación, Carabineros detuvo a
dos manifestantes que causaron desmanes, destrozos y
se enfrentaron con la policía en el centro de la capital. Sus
arrestos fueron resultado de la indagatoria del equipo especial
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"Cazadores". En todo caso, se aseguró que no integran la lista de
lxs anarquistas sospechosxs. Sus detenciones permitieron poner
a prueba los nuevos sistemas de recolección de evidencias.
Según el jefe de Operaciones del OS-9, quien pidió no
ser identificado, lxs investigadxs tienen como característica
común "El nivel de violencia que han demostrado en las calles,
la que tiene relación con daños graves, saqueos, ataques
incendiarios y atentados a carabineros en las protestas".
Son personas de entre 16 y 24 años. Han reincidido varias
veces por desórdenes graves y otros delitos comunes. En esa
línea, el general José Luis Ortega, jefe de la zona metropolitana,
dijo que "Entre lxs encapuchadxs, que actualmente suman
más de 2.000 operando en las calles, también hay bandas de
delincuentes que en el día destrozan y en la noche vuelven a sus
delitos, como robar e intimidar en las casas".
Dentro del grupo identificado hay jóvenes que participan
en tomas universitarias, pero no son alumnxs. También hay
escolares "que han contribuido a radicalizar la violencia",
menciona el reporte policial.
El informe precisa que lxs encapuchadxs que
actualmente operan son "Una tercera generación de anarco-
libertarios... estudiantes de educación media, técnica y superior
y trabajadorxs jóvenes. Esta generación tiene elementos que se
han acercado al anarquismo por moda".
Tanto el gobierno como la policía se han abocado a mejorar
las estrategias para detener a lxs radicalizadxs. El general Ortega
señala que "la detención de ellxs es una prioridad".
La identificación del/a sospechosx, seguimientos
discretos y fotografías del momento exacto en que efectúan
desmanes o atacan a la policía, son parte de las estrategias
empleadas por los policías del equipo "Cazadores" para
detener a lxs primeros encapuchadxs, el equipo especial
creado para neutralizar a lxs encapuchadxs.
El equipo está compuesto por unos 30 efectivos y se
enmarca en el diseño de una estrategia mayor de la policía
para mejorar la efectividad en tres aspectos relevantes:
Detener a encapuchadxs; identificarlxs en caso de que hayan
escapado, y recoger pruebas contundentes en su contra para
que los jueces no los dejen en libertad.
Lo anterior debido a que sin evidencias directas los
fiscales no logran convencer a los jueces de garantía de dejar
| 235
a lxs encapuchadxs presxs. Lo otro que se intenta evitar es que las
detenciones sean declaradas ilegales, algo habitual este año.
La medida se adoptó en medio de las críticas de autoridades
de gobierno a los jueces y de la revelación de las estadísticas que
demuestran que sólo seis personas de las 1.781 arrestadas en siete
meses de protestas han quedado en prisión preventiva.
“Cazadores” está compuesto por efectivos de Fuerzas
Especiales (Antidisturbios), agentes OS-9, de la Dirección de
Inteligencia de Carabineros (Dipolcar) y peritos del Labocar. Para
conformar el grupo se eligieron efectivos de condiciones físicas
aptas para perseguir a lxs encapuchadxs durante trechos largos.
La estrategia también dice relación con alivianar el
trabajo de los funcionarios de fuerzas Especiales, que se
preocupan del control general de los disturbios.
El diseño del grupo y de la estrategia es responsabilidad
del general José Luis Ortega, jefe de la Zona Metropolitana de
Carabineros, responsable último de los dispositivos de orden
público en todo Santiago y quien ha “Se ha detectado que los
encapuchadxs han ido mejorando su efectividad en la violencia
que quieren cometer, y es lo que ha ido evolucionando, porque
con tantas marchas van teniendo experiencia”.
Así en la siguiente manifestación un grupo reducido
de encapuchadxs interrumpe el tránsito en la Alameda con
Almirante Barroso, en el centro de la capital y protagoniza
una serie de destrozos.
Hasta ese minuto lxs manifestantes no se habían
percatado que eran observadxs de cerca por la policía. Como
resultado de los seguimientos, el estudiante J.M.M.R., de 21
años, fue detenidx y trasladadx hasta una comisaría.
En ese lugar, Carabineros lo fotografió y comparó su vestimenta
con las imágenes captadas durante los enfrentamientos callejeros.
Del mismo modo, el menor D.S.M. fue detenidx en el sector
de avenida Bustamante, luego de ser fotografiado destruyendo
señalética que posteriormente, lanzó a la calle para interrumpir el
tránsito. Pese a contar con imágenes del/a sospechosx efectuando
los desmanes, fue dejadx en libertad por ser menor de edad.
El 11 de septiembre, un efectivo de Fuerzas Especiales
de Carabineros persiguió por un largo trayecto a un/x
encapuchadx que destruía letreros, hasta que lx detuvx.
Según la institución, se trata de una de las primeras muestras
de la implementación del grupo "Cazadores".
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Los nuevos “juguetes” de la policía
La tecnología antidisturbios llegó hace años a Chile,
millones de dólares gasta el Gobierno en maquinaria bélica “de
bajo impacto”, una continua renovación de carros blindados
lanza aguas (guanacos) y blindados lanza gases (zorrillos)
comprados a la compañía israelí “Beit Dalfa Technologies”,
con nuevas fórmulas químicas más potentes y concentradas.
A las nuevas adquisiciones del Estado se suma la
estrategia de golpear a lxs encapuchadxs con balas de
pintura y balines de goma. El jefe de la Zona Metropolitana
de Carabineros, general Luis Valdés, explicó que el uso de
ese elemento disuasivo corresponde a las nuevas técnicas
que se están implementando en manifestaciones.
"Hemos incorporado y evaluado positivamente el uso del
"paintball" porque nos permite marcar a los manifestantes y
también obviamente disuadir, porque más allá de la pintura,
tiene el efecto de que la persona se siente marcada y también
inhibe cualquier acción más violenta que quiera hacer en ese
momento", dijo Valdés. Sin embargo nunca mencionó que la
policía dispara toda la carga (10 balas) de pintura sobre la
misma persona, también ocultó el uso de balines de goma
para disuadir a lxs manifestantes.
El general explicó que el personal que dispara los balines de
pintura está capacitado para hacerlo y que pertenecen al grupo de
Fuerzas Especiales que trabaja en el despeje de las zonas afectadas.
"Se marca a las personas que están directamente
involucrados en actos violentos, por eso se usa muy
focalizadamente, no es disparar al voleo o a la masa, sino
que se utiliza con tiradores escogidos, que están debidamente
capacitados para poder marcar a gente que está involucrada
directamente con desórdenes", agregó Valdés.
Como un elemento adicional a los blindados lanza gases
varios efectivos de fuerzas especiales portan una mochila
con dos tubos en su espalda, una especie de lanzallamas, pero
que no lanza fuego sino un concentrado de gas lacrimógeno,
tan potente que ha dejado a manifestantes blancxs por el
polvo, semi inconscientes y ahogadxs ya que son roseados
directamente y a poca distancia por la policía.
Sin embargo las tácticas policiales han sido ambiguas, el
2011 por presión ciudadana y esgrimiendo la nocividad de los
| 237
componentes del gas lacrimógeno se “prohibió” su uso, esta
prohibición duró solo por unos días hasta que en la marcha
contra la construcción de la central Hidroeléctrica en
Aysén, se produjeron graves incidentes entre manifestantes
y carabineros. Producto de los desmanes, se decide
implementar nuevamente los químicos.
Una situación similar de “prohibición momentánea”
se produjo cuando carabineros anunciaba por medios de
comunicación masivos que no utilizarían sus indumentarias
antidisturbios. Esto a raíz de las críticas recibidas desde
algunos sectores de la sociedad, que señalaban como
“muy agresiva y provocadora” la indumentaria policial. Sin
embargo, esto jamás llegó a aplicarse.
Otra nueva táctica policial fueron los grupos de
motoristas todo terreno, quienes en gran número (20 a 30)
intentan dispersar a lxs encapuchadxs.
Este grupo no ha tenido éxito ante un grupo de igual o
mayor cantidad de manifestantes, ya que al tener sus manos
ocupadas para manejar sus vehículos y por la fragilidad de
los mismos, son fácil blanco de pedradas o bombas molotov
y pierden el equilibrio.
Claro que la historia es diferente si el grupo de
motoristas se enfrenta a un conjunto menor de personas, allí
la situación les favorece y han sabido sacar provecho de ello,
valiéndose incluso de atropellar a cualquier manifestante.
Lxs encapuchadxs entonces tendrán que analizar cómo
enfrentar estas nuevas tácticas policiales, procurando que su
accionar no se vea minimizado por la represión.
El poder siempre ha tenido todo un arsenal para
mantener la paz social, lxs encapuchadxs por su parte tienen
la sorpresa, la movilidad, a veces la masividad, pero siempre
la inteligencia, voluntad y arrojo.
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ENCAPUCHADXS EN EL
BANQUILLO DE LXS ACUSADXS
240 |
Antes de la modificación de la ley, si una bomba molotov
era lanzada contra carabineros, inmediatamente el caso
pasaba a manos de la justicia militar
Otro punto a destacar de la modificación de Ley dice relación
con el hecho de que las bombas y artefactos incendiarios pasan
a ser considerados como ilícitos en sí mismos.
Esto significa que el porte o tenencia de un artefacto de
dichas características hace susceptible a la persona de ser objeto de
persecución penal, aunque dicho artefacto no haya sido utilizado.
Las modificaciones a la ley endurecen las sanciones
y aumentan las penas contra quienes ejercen la violencia
callejera contra carabineros y propiedad privada en general.
El primer arresto bajo esta nueva Ley ocurrió en
Concepción, J. Alarcón fue detenidx el 17 de Mayo de 2005
por posesión de artefactos incendiarios en las afueras de la
Universidad del BíoBío.
La policía señala al joven como el responsable de haber
portado y lanzado una bomba molotov, acusación que finalmente
no se puede probar, pues no existe evidencia que la respalde.
Carabineros ordena periciar las botellas encontradas en la
calle durante esa jornada de protesta, pero ninguna de las huellas
dactilares encontradas coincide con las del imputado, tampoco
existían fotografías o videos que demostraran su participación.
Pese ello, de igual forma permaneció en prisión
preventiva los 6 meses que duró la investigación. En una
primera instancia fue procesado por la justicia militar
quien se declaró incompetente y la justicia civil lo dejó en
libertad. No pudimos llegar a la información si fue absuelto
o condenado a algún tipo de sanción remitida.
El joven J. Lizama, fue detenido el 9 de Octubre del 2006,
en un principio acusado de lanzar la molotov a La Moneda en
la marcha del 11 de Septiembre, cargo que luego fue descartado,
acusándolo finalmente solo por desorden público y participar
en la destrucción del local de comida rápida Burger King.
Meses más tarde volvería a ser detenido, el 29 de marzo
del 2007 por el ataque al auto de la jueza Gloria Ana Chevesich.
En esta oportunidad se le acusa de atentar contra un vehículo
en movimiento, desorden público y ataque a la autoridad,
quedando en prisión preventiva en la cárcel Santiago 1.
El gobierno y la prensa lo sindican como “el niño símbolo”
de las protestas, buscando un castigo ejemplificador, su
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rostro acapara portadas de prensa y minutos en la televisión,
difundiendo el mensaje de que con Lizama en prisión se ha
dado un golpe certero a la delincuencia juvenil.
Finalmente el 24 de Abril del 2007, J. Lizama asume
su responsabilidad en un juicio abreviado y queda con un
régimen de libertad vigilada, teniendo que firmar una vez
al mes en gendarmería. Se le aplican 184 días de presidio
remitido, condenado por desorden público y daño a vehículo
en circulación, pero absuelto por el ataque a la autoridad.
R. Camargo, fue apresadx por posesión de artefactos
incendiarios, detenidx en Septiembre 2006 en las cercanías
del cementerio general, en la marcha del “11”. En un juicio
abreviado fue condenadx a 2 años y 1 día con firma mensual.
El 26 de Septiembre del 2006 en un espectacular y
mediático operativo en la okupa “Mansión siniestra”, donde
supuestamente tenían una "fábrica" de bombas molotov, seis
jóvenes fueron formalizadxs por tenencia ilegal de armas y
receptación de especies robadas, pese a que el mismo día del
allanamiento, la fiscal regional, Sonia Rojas, anunció que los
cargos serían por asociación ilícita.
Este último delito no logró ser acreditado ante el Séptimo
Juzgado de Garantía, pero de igual forma se accedió a otorgar
la prisión preventiva en la cárcel de Alta Seguridad, CAS.
El juzgado resolvió la suspensión condicional del proceso,
de este modo, D. Alvarez, C. Monsalve y V. Núñez debieron
cumplir veinte horas de trabajo comunitario, mientras M.
Balaguer tendrá que desarrollar 30 horas. En el caso de J.
Fernández y A. Pinto, Éstxs fueron sancionadxs con 50 horas
de trabajo comunitario.
L. Nazar y J. Méndez fueron detenidxs por posesión
de artefactos incendiarios en Marzo del 2007, luego de que
estudiantes-policías lxs encerraran en una sala y lxs entregaran
a carabineros, tras un par de meses de prisión preventiva y
después de un juicio abreviado salieron a la calle.
Tras los disturbios del día 11 de Septiembre del 2007
frente a la Universidad de la Frontera (UFRO), L. Machacán
e I. Sepúlveda son acusadxs de porte de arma tipo molotov.
Tras 120 días de investigación, fueron condenadxs a firma
mensual por no tener antecedentes anteriores.
J. Cortes, A. Vila y M. Dotte, este último ex militante
del Lautaro, fueron detenidxs el 29 de marzo del 2008 en
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Pudahuel por posesión de bombas molotov, en la misma
jornada la policía golpea al anarquista Jonny Cariqueo quien
muere al día siguiente producto de un infarto.
A Cortés, Vila y Dotte se les aplica la prisión preventiva
por el período investigativo, finalmente son condenadxs a
3 años por la tenencia de bombas molotov, desestimándose
los cargos de asociación ilícita y formación de grupo de
combate que quisieron aplicarles en una primera instancia.
Vila y Cortés cumplen la condena con una firma mensual,
mientras que M. Dotte tuvo que cumplir íntegramente la
condena por sus antecedentes subversivos anteriores
El 9 de Septiembre del 2008, detienen a tres jóvenes que
pegaban propaganda con un instructivo para armar bombas
molotov e incentivando a atacar al capitalismo, D. E, F. A. y N.
P. fueron procesadxs por Ley de seguridad interior del Estado
bajo el delito de apología a la violencia.
Tras un burocrático proceso, finalmente se decreta la
“suspensión condicional”. Sin asumir responsabilidades, el
proceso se paralizó durante 2 años, tiempo en el cual, deben
cumplir una serie de restricciones como asistir a la comisaria
a la misma hora en que se iniciaban algunas marchas y el
cumplimiento de 30 horas comunitarias, al cumplir con las
condiciones el proceso no persistió.
En Septiembre del 2009, P. Carvajal y M. Castro (Jubilo),
fueron arrestadxs después de un enfrentamiento entre
encapuchadxs y la PDI. Bajo la acusación de homicidio
frustrado, porte de bombas molotov y de arma de fuego para
unx de ellxs. Tras más de 6 meses en Santiago 1 en prisión
preventiva, aceptaron un juicio abreviado que los sentenció
a 3 años de firma mensual.
El 14 de julio del 2011 es detenido F. Moreno en una
multitudinaria marcha estudiantil, acusado de lanzar
una bomba molotov contra la embajada de Brasil donde
resultaron heridos dos policías antidisturbios con
quemaduras, un cabo con heridas leves y un sargento con
graves heridas desde el rostro hasta las piernas. Moreno es
detectado por policías de civil quienes lo identifican por
sus ropas y una fotografía donde se le ve encapuchado.
Finalmente es formalizado por lesiones graves, intento de
homicidio y porte de armas (bombas molotov).
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El poder político despliega en este caso una serie de pataletas
histéricas para intentar frenar la lucha callejera. Se escucharon
así las quejas, amenazas y bravuconadas tras el primer fallo
judicial que dejó a Moreno en libertad con medidas cautelares.
A tanto llegó la histeria que algunos Parlamentarios solicitaron
a la justicia que sancionara al juez que dejó en libertad al joven.
Incluso el diputado Gustavo Hasbún junto a María
Angélica Cristi visitaron a los carabineros heridos en
la manifestación, calificando al juez Diego Muñoz de
"descriteriado", ya que en su opinión "La intención del
imputado era matar al carabinero, quemarlo".
Hasbún, quien era miembro de la Comisión de Derechos
Humanos de la Cámara baja, dijo en declaraciones a Radio
BíoBío que el actuar del magistrado era "Una negligencia
inexcusable que ha cometido un juez descriteriado, generando
una verdadera impunidad y atropellando en los derechos más
esenciales en este caso el de los carabineros".
El parlamentario afirmó que con la decisión del juez, "Se
está violentando el derecho a la vida del sargento que fue víctima
de esta bomba molotov" y acusó al magistrado "De actuar de
mala manera" y que por ello pediría que se le aplicaran las
sanciones más duras y drásticas en este tema.
El presidente Sebastián Piñera también criticó lo
resuelto por el juez Muñoz y manifestó sus deseos de que
la Corte de Apelaciones revocara la decisión del magistrado.
Piñera dijo que la acción del imputado en contra del
sargento Gastón Pastén, quien se encontraba de punto fijo
en la embajada de Brasil, "Es propio de un delincuente asesino,
que no trepida ante nada".
"El sargento Pastén pudo haber resultado muerto por
esa agresión", enfatizó Piñera, quien recordó que hubo 54
carabineros lesionados a raíz de las movilizaciones.
Así entonces “dicho y hecho”, en la apelación por parte
de la fiscalía, los tribunales concedieron la prisión preventiva.
Tras permanecer 6 meses detenidx en la cárcel Santiago
1 en el módulo 35, Moreno accede a un juicio abreviado,
asumiendo responsabilidad en parte de los hechos.
Finalmente fue condenado por porte y lanzamiento de bomba
incendiaria y maltrato a carabineros, desestimándose el homicidio
frustrado. Se le impone una condena de 3 años y 1 día, optando
inmediatamente a la libertad vigilada firmando una vez al mes.
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Luego de la marcha del “11”, dentro del cementerio general
una turba de encapuchadxs y desencapuchadxs atacaron a un
policía quien termina cayendo del caballo que montaba.
Varias personas se abalanzaron sobre él, golpeándolo
hasta hacerlo sangrar, la paliza terminó cuando manifestantes
comunistas rescatan al uniformado.
A los días siguientes es identificado y detenido por la
DIPOLCAR Cristóbal –Mono- Franke, quien ingresa a prisión
preventiva el 22 de septiembre del 2011.
“Ni sus cárceles, ni sus verdugos detendrán la lucha callejera”,
grita orgulloso al pasar frente a las cámaras de televisión.
El día 27 de septiembre es detenido G. Zapata (Rusio),
también es acusado de participar en la golpiza al carabinero,
ambos son encarcelados mientras dure la investigación.
Z. Elias es detenido por tres policías de civil durante la
manifestación realizada el día 22 de septiembre del 2011, cerca de
las 14:30 es aprehendido en el Parque Almagro, acusado de lanzar
una bomba molotov a un carro lanza gases de Carabineros.
El jefe de la División de Estudios del Ministerio del
Interior y Seguridad Pública, Alejandro Peña (el ex fiscal del
“Caso Bombas”), presentó una querella en contra del detenido.
Zerman fue interrogado por agentes de “inteligencia”
quienes le preguntaron por varixs sospechosxs, presionándolo
todo el tiempo a colaborar para salvar su pellejo, pero
despreció el dialogo con la policía y guardó silencio sin
siquiera dar su nombre.
El Poder hizo mucha alusión al origen del encapuchado,
por haber nacido en el territorio dominado por el Estado
Boliviano. En una clara jugada xenofóbica y racista,
difundiendo el mensaje que los inmigrantes deben estar
tranquilxs y ordenadxs, de lo contrario serán expulsadxs.
El día martes 27 de febrero de 2012 se realiza el juicio
abreviado contra el compañero, acusado de los cargos de
“desordenes públicos”, “porte de artefacto incendiario” y
“daños” contra un carro policial.
“La basura gubernamental nos tiene aborrecidxs, basura que
nos reprime, tortura y esclaviza. Basura que vamos a combatir
ahora y siempre!”. Escribía desde la prisión, asumiéndose
como preso libertario.
En una marcha llena de rabia y memoria el 5 de enero
del 2012, fueron detenidxs y acusadxs de incendiar una
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motocicleta de carabineros y participar en la quema de un
bus oruga del Transantiago S. Fajardo y E. Garay, quienes
fueron formalizadxs por los delitos de incendio, porte y uso
de artefacto explosivo.
El Ministerio Público determinó la prisión preventiva
para Fajardo, mientras que Garay quedó con arresto
domiciliario total.
El presidente Sebastián Piñera anunció la aplicación de la
ley de Seguridad del Estado en este nuevo caso de atentados
incendiarios, mientras que el Ministerio Público determinó
un plazo de investigación de 60 días.
En MACUL CON GRECIA el 27 de marzo, luego de un
ataque incendiario a un bus oruga del Transantiago, fueron
detenidos y acusados R. Ponce y dos adolescentes de 17
años individualizados con las iniciales T.A.S.M. y F.I.S.P.,
quienes fueron apresados a cuadras del lugar. Mediante un
comunicado difundido en internet, encapuchadxs que fueron
parte de esa acción negaron que los detenidos hubieran
participado en los hechos.
“Hay vinculación directa mediante testimonios, no
solamente de la víctima, sino que también de funcionarios
de Carabineros que observaron a los imputados lanzando las
bombas molotov hasta el interior del bus”, adelantaba el fiscal.
El jurista agregó que “Posteriormente, los funcionarios
siguen a los imputados, los ven ingresar hasta la universidad y
observan cómo se cambian de vestimenta, lo que es cotejado a
través de la declaración de ellos, y una vez que se retiran de la
casa de estudio son detenidos por Carabineros”.
En otro caso, en prisión preventiva fue dejado A. Díaz,
luego que la Fiscalía lo formalizara por porte de bomba
molotov y el incendio de un camión de Gendarmería, hecho
ocurrido en Junio del 2012 mientras se desarrollaba una
marcha estudiantil en el centro de Santiago.
El Tribunal acogió la solicitud del Ministerio Público,
que consideró al joven un peligro para la seguridad de la
sociedad, por lo que debió permanecer recluido durante los
80 días decretados para la investigación del caso.
El Gobierno calificó los incidentes como los más violentos
que se han registrado en este tipo de movilizaciones.
El Ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, realizó un
llamado al Congreso para que se apruebe la ley para el
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respaldo del orden público (Ley Hinzpeter), presentada por
el Ejecutivo para incrementar las sanciones para quienes
protagonicen hechos de violencia en las manifestaciones.
"Creo que es el momento que el Parlamento de la República
se pronuncie respecto a un proyecto de ley que presentamos
el año pasado que habla del orden público, donde se sanciona
con mayor fuerza a aquellos que van a esas manifestaciones a
generar caos y desorden público", puntualizó el ministro del
interior y seguridad pública.
Tras 4 meses en prisión A. Díaz declara “Unx siempre es
libre en el corazón y si unx mantiene su libertad en el corazón y
la mente en ningún lugar te van a poder privar de tu libertad”.
El compañero reconoce ante el tribunal su participación
en los delitos, aceptando un juicio abreviado. En la práctica
eso le significó volver a la calle, a cambio de asumir su
culpabilidad y recibir una condena menor.
El 3 de Noviembre se dicta su sentencia, por el delito de
Incendio se le aplican 61 días y una multa de 1 UTM, por el
delito de porte de bomba incendiaria 541 días, todo con pena
remitida, quedando en libertad vigilada.
El 2012 J. Catrilaf de 14 años es formalizado por incendio
de un bus del Transantiago y queda en libertad, ante el
acoso de la prensa afirma, “No estoy arrepentido” para luego
concluir diciendo, a petición de su madre, “Si le hice daño al
chofer, le pido disculpas”.
Su madre se declaraba sorprendida por los hechos que
se le imputaban a su hijo. “Ojalá no lo culpen sólo por ser
mapuche” declaró angustiada.
Luego de unos días, la Séptima Sala de la Corte de
Apelaciones revocó su libertad en un fallo dividido. El joven
fue formalizado por incendio y amenazas, en la marcha no
autorizada de estudiantes el 8 de agosto, que terminó con
tres buses oruga del Transantiago quemados.
La fiscalía argumentó que la Libertad de Catrilaf
constituía la seguridad de la sociedad, por lo que el Tribunal
de Alzada ordenó la internación provisoria del menor en un
recinto del Sename.
El fiscal de Ñuñoa Francisco Soto anunció ante la Corte
de Apelaciones, que este menor de edad sería formalizado
además por la quema de los otros dos buses que resultaron
siniestrados en el día de la marcha. Esto debido a que el
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Ministerio Público cuenta contaba con una supuesta serie de
fotografías que los situarían en el lugar de los hechos.
Más allá de la masividad que alcanzaron lxs encapuchadxs,
un hecho que se convirtió en un salto cualitativo fue la
reivindicación que lxs presxs de la lucha callejera hicieron,
de forma individual y colectiva con sus comunicados.
En algún momento del 2011 llegaron a estar en prisión
cinco “encapuchadxs”, lo que en la práctica se transformó
en una coordinación que firmaba como “presxs de la lucha
callejera”. Incluso en el mes de Octubre se realizó una
convocatoria a una “semana de solidaridad” por su libertad,
con marchas y otras actividades.
En un comunicado escriben esta declaración “Estamos
orgullosxs de lo que somos y nunca nos verán besar la bota del
arrepentimiento. Podrán dictar condenas para intentar domesticar
nuestra voluntad, más solo perderán el tiempo. Al igual que los
ríos en temporadas de lluvia, por más que intenten controlarnos,
el cause desborda todo límite y sigue su curso porqué es salvaje”
Hablamos con uno de los presos de la lucha callejera,
para poder ahondar más en la visión que ellxs tenían tanto
de su prisión como del proceso que se vivía afuera en la calle.
¿Como ves las reivindicaciones que lxs presxs de la
lucha callejera han realizado estos últimos años?
“En mi caso personal, sentía la necesidad de no cumplir
con la función que te quieren dar como detenido o imputado
los pacos, que al final es pasearte como un trofeo delante de
las cámaras, la finalidad es que te veas lo peor posible, con la
moral más baja y así transmitir el mensaje de ellos, que es el
miedo, yo no quise ser parte de ese juego.
En ese momento, de manera espontánea, decidí enfrentar
principalmente a la prensa a quienes identifico como mis
delatores quienes llevaron a mi detención, y escupir un par
de palabras de acuerdo al contexto que estábamos viviendo,
que tienen que ver con las protestas y los enfrentamientos.
Los comunicados que escribí desde la cárcel fueron para
demostrarle a lxs compañerxs en la calle que no por estar
detenido y comunicar lo que pensamos, necesariamente vamos
a salir perjudicadxs, yo creo que al final el Estado ya te identifica
como un individuo que realizó una acción y quedarse callado es
como querer tapar el sol con un dedo, el querer bajarle un poco
el perfil para recibir una condena un poco menor.
248 |
También el ver como anteriormente habían personas que
caían detenidas y no decián nada, ni de su situación procesal,
ni como estaban ni que pensaban, eso igual genera una
incertidumbre afuera al momento de querer solidarizar, fue
así como quería que la demás gente notara que es necesario
comunicarse para que otrxs compañerxs que no te conocen
sepan un poco, más allá de la prensa, como piensa uno.
¿Cómo se origina la coordinación entre presxs de la
lucha callejera?
El 2011 fue un año que empezó fuerte, con las protestas
de hidroAysen en Mayo y luego las protestas estudiantiles,
recuerdo que el primer presx de ese año fue F. Moreno a
quien lo acusaban de quemar a dos pacos fuera de la
embajada de Brasil, y yo estando afuera en ese tiempo tenía
la necesidad de saber cómo estaba el compañero allá adentro.
Esa incertidumbre principalmente dada por el silencio y la
gravísima acusación en su contra (intento de homicidio).
Se dio la mala suerte que ese año en Septiembre fui
detenido y me ingresan a la cárcel de alta seguridad, en esa
cárcel no había otro compañero porque F. Moreno estaba en
Santiago 1,es a raíz de un traslado repentino que gendarmería
realiza conmigo soy llevado al módulo 4 de Santiago 1,un
módulo de alta seguridad y de tránsito, esa misma noche
en los calabozos me encontré con un compañero, que por
su estética no encajaba dentro del común de los presos, él
estaba todo vestido de negro y le pregunto porque estaba
preso y me responde que el día anterior lo habían detenido
por lanzar una molotov a un carro policial.
Era Z. Elias y por suerte fuimos trasladados al mismo módulo
donde fuimos afiatando lazos de compañerismo e intentamos
posicionarnos frente a la cárcel y ver de qué manera íbamos a
enfrentarla, si lo podíamos hacer juntxs creíamos que podía ser
mejor para nosotrxs, cuidarnos tanto de los carceleros como de
los presos que son serviles al sistema carcelario. En las visitas de
lxs abogadxs conocimos a a F. Moreno que estaba hace un mes
en Santiago 1, ahí intercambiamos palabras, también estaba F.
Vittori quien estaba acusado de lanzar bombas molotovs fuera
de la UTEM de Vidaurre.
Así se gesta el primer comunicado de nosotrxs cuatro,
contando un poco como nos encontrábamos y haciendo
referencia al contexto en el cual habíamos caído detenidos
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y que a pesar de los intentos de venganza del ministerio
del interior dejándonos encarcelados, cosa que en otros
años menos álgidos no ocurría, sacando la conclusión de
que estábamos ahí por la efervescencia y el aumento de lxs
jóvenes que salían a la calle.
Semanas después entra a la cárcel G. Zapata implicado
en el mismo proceso judicial que yo, a los días siguientes
Z. Elias y yo fuimos trasladados al módulo 35 donde se
encontraba F. Moreno, ahí pudimos compartir patio, comida
y un tiempo celdas. Así comenzamos a coordinarnos dándole
forma a un colectivo dentro de la cárcel.
Poco a poco nos fueron trasladando al módulo de máxima
seguridad, solo quedando F. Moreno en Santiago 1, ahí escribimos
varias cartas por ejemplo en la conmemoración del asesinato
de Matías Catrileo, algunas reflexiones sobre la lucha callejera y
un comunicado en solidaridad con S. Fajardo y E. Garay quienes
son detenidxs por el incendio de una micro, estos hechos nos
incentivaban a pronunciarnos y queríamos que la gente en la
calle supiera que estábamos firmes. Si bien en un momento nos
planteamos ponerle algún nombre en relación a nuestras ideas
anárquicas o antiautoritarias al final decidimos mantenerlo así
como “presxs de la lucha callejera” porque éramos los únicos
detenidos por los enfrentamientos con la policía.
¿Y cuál crees que es su importancia?
Lo que intentamos hacer a pesar de nuestras diferencias
fue buscar afinidades, unirnos, juntarnos para hacernos más
fuertes, y así poder resistir. Por ejemplo cuando estábamos
en Santiago 1 nos propusimos si golpeaban a unx de nosotrxs
nos íbamos a ver “obligadas” moralmente a salir en defensa de
cualquiera de nosotrxs que le pasara algo, lo mismo con otros
presos, si teníamos que ser castigadas o ser parte de algún tipo
de venganza de gendarmería lo teníamos que hacer todxs juntxs.
Esa coordinación, afiatar ideas, tensionar otras eran
aprovechar el tiempo que teníamos dentro de la prisión nos
llevaría a un crecimiento cualitativo, no por el hecho de ser
un grupo o un determinado número de personas, sino por
sacar autocriticas y reflexiones de nuestras experiencias.
En el ámbito de los análisis que queríamos sacar eran
principalmente para demostrar que la lucha sigue dentro
o fuera de la cárcel, que no por estar presxs teníamos que
someternos a la rutina carcelaria, al solo hecho de sobrevivir
250 |
dentro de la cárcel sino que también resistir y mantener
una postura combativa dentro, a pesar de que la cárcel en sí
misma es un mundo súper hostil, donde todas las actitudes
que sean refractarias al orden de las cárceles son totalmente
intentadas de aplastar por los carceleros.
Creo que hubo la necesidad de rescatar esa postura que
veíamos en otrxs compañerxs que también estaban presxs y que es
importante que cada unx mantenga para que no nos pasen a llevar.
¿Cómo vivieron la semana de solidaridad?
Respecto a la semana y a los gestos hacia nosostrxs
y otrxs compañerxs presxs lo veo esencial en esta lucha
conjunta, tanto en la calle como en la cárcel, la solidaridad
tiene que ser recíproca, va desde uno y otro lado, donde
los comunicados que escribimos tienen esa función, un
hilo conductor con lxs compas en la calle, de cómo nos
posicionamos con respecto a la solidaridad, de cómo la
entendemos, no como una simple forma de ayuda económica
o ayuda en las visitas, sino en un apoyo moral, que junto con
lo anterior, las cartas, la encomienda, es parte de un conjunto
de gestos que ayudan que lxs presxs se mantengan con la
moral firme, con la cabeza en alto, con sus ideas potentes, y
con las ganas de seguir adelante.
Estando dentro todas la muestras de apoyo te sacan
sonrisas, te enorgulleces de que afuera haya gente sin miedo
que sigue agitando y que envía mensajes hacia lxs compañerxs
que estábamos adentro, por eso se valora y se entiende que
así debe ser la lucha, debe ser recíproca entre compañerxs,
no puede haber un vacío o un silencio por compañerxs que
se pronuncian en guerra contra la sociedad, no puede haber
silencio de ninguno de los dos lados del muro.
¡Ninguna agresión sin respuesta! Es una frase
recurrente en círculos anárquicos. Tú recibiste una golpiza
por parte de carceleros, pero la respuesta no fue la misma
que en la golpiza del “Caso Bombas”, ¿Crees que existe una
jerarquización en lxs presxs de la guerra social?
Nosotrxs éramos constantemente amenazadxs y
hostigadxs por los carceleros, ahí se veía la actitud de
compromiso y defensa del orden establecido, de defensa
del capitalismo, la autoridad y la democracia. Nosotrxs al
representar una amenaza a la ideología del poder éramos
el blanco preferido por los carceleros. Si bien no hubo una
| 251
respuesta en el marco de la acción directa violenta a mi
golpiza, creo que si la respuesta publica que realizó mi
familia y compañerxs cercanos en cuanto a denunciar el
hecho, de reclamar en la dirección nacional de gendarmería,
de exigir que no se dieran ese tipo de actitudes matonezcas.”
¿Que consejo le podrias dar a lxs nuevxs encapuchadxs?
“Yo creo que hay que tratar de mantener la
“irreprochable” (irreprochable conducta anterior) por todos
los medios, no regalarse en cosas menores por si en algún
momento te capturan y enjuician.
Esa irreprochable conducta te puede salvar de pasar varios
meses en prisión o salir a la calle con beneficios carcelarios, la
idea no es congelarse, pero tampoco hay que regalarse, hay que
subir los niveles de seguridad para escapar de la represión”.
252 |
CAPITULO IX
UN ACERCAMIENTO A
LXS ENCAPUCHADXS DE HOY
Quisimos conocer cuáles eran las diferencias discursivas
y prácticas de lxs encapuchadxs de hoy de Macul con Grecia,
con lxs de la generación entrevistada al comienzo de este libro.
Deseábamos saber si existía una continuidad o un
quiebre con las dinámicas y maneras de pensar de hace casi
una década atrás.
Por eso establecimos contacto con algunxs encapuchadxs
para formularles algunas preguntas. A la cita llegaron 3,
usaron “chapas” por un asunto de seguridad; el/la primerx
es “Jota” que nos aclara, “Soy Jota nunca jotosx” (nombre
con el que se conoce a los miembros de las juventudes
comunistas), mientras su compañerx estalla en risas, el/la
otrx encapuchadx haciéndose el/la muy serix se hace llamar
“Severino”, argumentando “él/la que sabe sabe”, y un poco
atrasadx llega “V” ¿Por qué “V”? le preguntan lxs otrxs
encapuchadxs, “de Vendetta, si ustedes le dan color… ya más
po’, jajajaja”. Responde entre carcajadas.
Asumidas las “chapas” comenzamos a conversar:
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-Como ustedes saben hace un tiempo se editó de forma
autogestionada un libro sobre lxs encapuchadxs de Macul
con Grecia, que era a grandes rasgos una serie de entrevistas
a encapuchadxs del 2004-2005. ¿Qué relación tienen lxs
encapuchadxs de hoy con lxs del 2004?
Se miran y “Jota” comienza, Si… a ver; “Ellxs nos
“heredaron” un espacio concreto de lucha y a ellxs se
lo dejaron la generación anterior, en ese sentido hay una
continuidad, sin embargo creo que a diferencia de principios
del 2000 hoy se rompe con las políticas de “alianza” (donde
coexistían grupos que se organizan en jerarquías con
grupos anti jerárquicos), afortunadamente porque existe un
desarrollo ideológico concreto, también existieron rupturas
por egos, quiebres por situaciones valóricas y de cómo
entender los temas de seguridad”.
Después de un pequeño silencio prosigue; “Para mí lo más
valorable de estas razones es el desarrollo ideológico, que va
de la mano del posicionamiento de ideas antiautoritarias como
algo más concreto y serio, como una política de la destrucción
que se ha ido validando con un sustento teórico, no solo como
pendejadas sin conciencia, sino como una legitimación de ideas
ácratas, creo que se pasó a otro nivel, existe unx individux
en discurso y práctica con ideas libertarias, se construyó un
referente anárquico dentro de lxs encapuchadxs”.
“En términos de seguridad del 2000 hasta hoy existe
una mayor precaución, hoy las cámaras de video vigilancia se
multiplicaron, la tecnología está al alcance de la mayoría, te
pueden filmar con un teléfono portátil. En fin, hoy es necesario
cubrirse de la punta del pelo hasta la punta de los pies. Nos
empapamos de antiguas experiencias donde se detuvo a
compañerxs por reconocer la suela de sus zapatillas, cero
comunicación por celular o internet (ni siquiera en clave), creo
que se ha ido formando lentamente una cultura de la seguridad”.
“Severino” asiente para lanzar su pensar; “Para mí, en
relación con lxs encapuchadxs de antes, lo importante es
mantener una práctica, una continuidad histórica, y para mi
esa continuidad histórica se da a través de gestos concretos,
más allá de una continuidad solo de ideas, por eso para mí
lo más importante es la postura de no esperar, de vivir la
revuelta ahora, que es el piso mínimo que me vincula con lxs
compas del pasado, el romper con la normalidad impuesta”.
254 |
Para concluir “Severino” compara el contexto de lxs
antiguxs encapuchadxs y lxs de hoy; “A lxs antiguxs les tocó
la realidad de la transición, sus presxs y su discurso tenía
mucho que ver con que en la democracia se sigue matando,
torturando, encerrando; a nosotrxs nos tocó otra realidad,
la democracia pura y dura que es la de la enajenación, el
consumo, la video vigilancia”.
“V” decide sumarse a la conversación: “Yo creo que lxs de
antes estaban demasiado influenciadxs por la pobla, tiraban
el rollo de que tenían escuelitas para enseñar a leer, todo
demasiado “rojelio” (o sea rojo) y por eso se encapuchaban
porque querían que la sociedad fuera mejor”.
“Yo creo que hay distintas generaciones, si lo podemos
decir así, yo creo que en lxs encapuchadxs del 2004
generalmente las temáticas eran la liberación de lxs presxs
de los 90, que el 2002, 2003, 2004 comenzaron a salir.
Esa muestra de la capucha, por decirlo así, pasa a ser la
muestra de la agudización de todo el proceso de lucha por
la liberación de esxs presxs. Y ahí lo podemos ver por años,
evidentemente el 2004 el discurso anárquico era minoritario,
generalmente se llegaba a lugares comunes discursivos, que
era la subversión, que pueden ser históricos si se quiere pero,
no era quizás un discurso más afilado, más propio.
Me acuerdo también de conceptos como autonomía o
subversión que eran como un poco la herencia de grupos
comunistas o grupos marxistas-leninistas. Pero ya empezando
a tornarse un discurso “más negro”, por decirlo de alguna
manera, más anarquista o más anti-autoritario.
Lxs encapuchadxs de hoy es una realidad totalmente
distinta en los últimos dos años, porque también tenemos
encapuchadxs del 2006, 2007, 2008, 2009 que esa ya es una
generación donde ya hay términos más marcadamente
anárquicos, más marcadamente anti-autoritarios, donde
las salidas o el enfrentamiento con la policía ya empezaban
a converger en un bloque negro. El 2004 fue la APEC y ya
se van marcando hitos, el 2006 la molotov a La Moneda, el
saqueo a Lápiz López y la revolución pinguina.
Yo diría que antes del 2004 son con expresiones
revolucionarias amplias, yo me acuerdo que me contaban
que los onces del 2003-2004 todavía estaban los GAP o BLP
que eran discursos marxistas-leninistas que ocupaban la
| 255
calle, pero de ahí a ocupar discursos libertarios o anarquistas
creo que ahí comenzaron a surgir con mayor fuerza y con
más presencia en la calle, evidentemente siempre han estado
y siempre han sido pocos, pero esa época yo la marcaría
como un punto donde empiezan a surgir más”.
Antes de realizar la siguiente pregunta lanza la última frase;
“Indudablemente el entorno de esa esquina ha ido cambiando, y
eso tiene que ver con lo que nos va ofreciendo la infraestructura,
y nosotrxs tenemos que adecuarnos a esa realidad”.
¿Y hoy? ¿Cuáles son las fortalezas del fenómeno de lxs encapuchadxs?
Me gustaría salir un poco de Macul con Grecia, aclara
“Jota”, y hablar de las masivas marchas de los últimos dos
años; yo creo que “Las fortalezas son la alta movilidad de los
“grupos de ataque”, eso se ve reflejado cuando las fuerzas
especiales intentan reprimir las marchas, lxs encapuchadxs se
repliegan y dispersan iniciando pequeños focos de conflicto,
llegando a incendiar un bus “oruga” del Transantiago o
saquear una bencinera para desaparecer en pocos minutos”.
Por otro lado, continua en su análisis; “Hay un
crecimiento numérico innegable, podría compararlo con
el 2006 con la “Revolución pinguina” que fue una escuela
para muchxs de nosotrxs, siempre desde lo estudiantil más
marginalizado, tal vez un ejemplo vivo podría ser J.C.C
(detenidx por quemar buses del Transantiago), vemos que
se reduce radicalmente la edad de lxs encapuchadxs, y niñxs
de 12 o 14 años comienzan a tener sus primeras experiencias
plagadas de fuego, yo fui al “Peda” a encapucharme antes de
salir del colegio, como en tercero medio”.
“Severino” agrega, “Una de las fortalezas, si podemos
llamarle así, es que lxs compañerxs que hemos vivido el
accionar callejero podemos movernos con mayor facilidad y
destreza en las manifestaciones masivas, difundiendo en la
calle las ideas que nos movieron y nos mueven a nosotrxs
para salir a pelear por nuestra libertad y atacar al sistema
por medio de la violencia revolucionaria.
Para mí no es cosa de “disputar militantes”, pero sí creo
que necesitamos que otrxs compas se acerquen a nuestras
ideas y no se vayan a proyectos leninistas, o que sea sólo un
enfrentamiento por diversión, o que sea sólo contra los pacos
y no contra los bancos por ejemplo. Porque el ataque tiene
que estar dotado de contenido, porque cuando aparecen las
256 |
manifestaciones masivas, aparece la lógica de masas y toda
su estructura detrás que intenta guiarla”.
Eso es en las marchas... ¿Y las fortalezas y debilidades en
Macul con Grecia?
“Jota” se apresura a responder: “Empecemos con las
debilidades… Como cuando te dicen “tengo dos noticias
una buena y una mala, empecemos con la mala”, jajajaja;
“Sinceramente creo que los espacios combativos (no solo
Macul con Grecia) están controlados por el actuar policial,
ellos permiten que estos espacios funcionen”.
“A lo mejor podríamos decir que hay un desgaste de “lxs
de siempre”, por eso es importante lo que ha sucedido estos
dos últimos años, donde se ha replicando la experiencia de
lxs encapuchadxs en otros puntos”.
“Jota” se da un respiro y continua su respuesta;
“Por otro lado si bien creo que este foco incendiario está
atomizado por el poder, las experiencias de la lucha callejera
son valiosas, el compartir momentos de tensión, el combatir
hombro a hombro con compañerxs y el tener la confianza
necesaria para que otrxs cuiden tu espalda difícilmente las
puedes tener en otros espacios”.
A la espera de que su compañerx responda “Severino”
mira a “Jota” con atención; “Para mi es una escuela, es una
escuela entendida en el plano de la acción directa violenta,
son lugares donde la gente puede perder el miedo, claro
algunxs dirán “pelean detrás de una reja”, pero quizá esa
reja hace que algunxs se sientan un poco protegidxs para
manipular ciertas cosas, para mi es una experiencia que
tiene que ver con la práctica de la conspiración tanto antes,
durante y después, es un lugar valioso donde se forjan
compañerismos en base a la complicidad”.
“Principalmente es escuela, mira esto no se habla, mira
esto no se dice, mira esto se maneja de tal o cual modo,
para no dejar huellas de tu cuerpo, pero tenemos que tener
claro que el espacio universitario es un espacio del enemigo,
infraestructura del enemigo y ahí unx está de paso, no se
puede perpetuar ese espacio como EL espacio donde yo
desarrollo mis prácticas de conspiración”.
En otra entrevista realizada a un/a encapuchadx en un
parque nos dijo. “Una de las fortalezas del fenómeno de lxs
encapuchadxs es su capacidad de respuesta inmediata, ya
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que los materiales son caseros y de fácil adquisición.
Me acuerdo cuando asesinaron a Mendoza Collío, el
criterio era cosa que pasaba, tenía que haber una respuesta
en el acto, de cualquier coyuntura, días de juicio, muertes,
la idea era convertir a Macul con Grecia en un lugar de
propaganda de ideas y situaciones específicas, para informar,
más allá del rollo explícito, hay cosas que no se pueden dejar
pasar aunque sean cosas muy mínimas”.
“La fortaleza de lxs encapuchadxs siempre es la misma,
que es el anonimato que da la capucha, que es la facilidad
porque son medios sencillos, porque son medios reproducibles.
Las fortalezas de lxs encapuchadxs del último tiempo, lo
que veo yo, es que hay un discurso claramente anticapitalista,
claramente anti-autoritario y claramente intentando
superarse a sí mismo, este último punto me interesa tocarlo
un poco más ya es entre fortaleza y debilidad, que es el tema
de la superación a sí mismo.
El tema de esta entrevista es Macul con Grecia y en esa
esquina se dan situaciones bastante particulares y sumamente
repetitivas, eso que quizás puede ser una fortaleza, viéndolo
como ganar esa calle ganar ese espacio y mantener esas
dinámicas de enfrentamiento con la policía, por otro lado
también es una debilidad, habla de que no hay una superación
y que no hay una expectativa de superar esas dinámicas.
Durante mucho tiempo pasó eso, porque cuando llevas
varias salidas con la misma dinámica y ya sabes cómo
se maneja “el campo de batalla” por ponerle un nombre,
entonces deberías poder jugar con más variables, lo que
podríamos denominar una debilidad cuando las salidas
pasan a ser un ritual y no hacerlo un gesto de combate.
Una fortaleza que tiene esta práctica es que al ganarse
esa calle también se pueden poner en el tapete discursos o
determinadas realidades de forma cotidiana”.
¿Cuáles creen que es la evolución de lxs encapuchadxs
en términos ideológicos y tácticos?
“No puedo hablar de todxs lxs encapuchadxs, si de un
grupo con el cual siento afinidad, en ese grupo hay diferentes
ideas de libertad, discursos que se van tejiendo en discusiones,
prácticas y con el material escrito en internet, que va corriendo
de mano en mano o se obtiene en bibliotecas anarquistas”.
Aclara “Jota” para ser interrumpido por “Severino”.
258 |
“Te voy a contestar con mi experiencia personal. Me fui
dando cuenta que no me sentía cómodo con lo que hacía
en las poblaciones (naciendo y viviendo toda mi vida en
una población), por ejemplo “parar” un taller de niñxs en
la población, de ayuda escolar, y te dai cuenta que lxs niñxs
no están ni ahí y lo que haces solo ayuda a potenciar el
sistema en el cual vivimos, solucionando los baches de la
democracia, el niñx va, se saca un siete, sube su promedio y
deja de ir al taller.
Con el tiempo comenzamos con otrxs compañerxs a
conocer otros paradigmas más insurreccionales, leímos el
“Placer armado” de Bonanno, “Ai ferri corti”, el mismo “No
somos estudiantes, somos maleantes” y se nos abrió otro mundo,
porque es otra forma de ver y hacer las cosas. Otro texto que
se me quedaba era “Contra las organizaciones de síntesis”, son
textos bien pequeñitos, pero que te hacen caleta de sentido.
Las clases sociales son una lógica que ya no existe, el
explotado está enajenado y eso lo vas viendo en tu entorno.
Las derechas e izquierdas son una farsa más”. “Jota” esboza
una sonrisa cómplice, agregando “Te faltaron los textos de
Willful desobedience, ¿O no?”.
Después de algunas risas “Jota” aclara: “No estoy muy
de acuerdo con eso de las clases sociales son una lógica
obsoleta, me parece que la sociedades de clases han estado
a lo largo de la historia y en este momento no es distinto.
Eso sí, difiero con la obsesión de marxistas de ver solo en
el obrero o en el trabajador al sujeto revolucionario puesto que
hoy la explotación no es solo económica. Yo creo en el conflicto
entre dominadxs y dominadores, explotadxs y explotadores,
pero jamás idealizando a esx explotadx solo por su condición,
sino que me hermano con el/la cuando pasa a la acción para la
propia destrucción de su condición de oprimidx.
Severino retoma la palabra “Yo viví esa problemática de
coordinarse con otros colectivos “más Lenin” y la problemática
de sacar propaganda era compleja, panfleto en conjunto o
panfleto por separado, en conjunto era complejo, ellos tienen
el rollo del Gobierno popular y nosotrxs deseamos vivir sin
gobiernos, entonces no podíamos ir más allá en la propuesta,
porque ellos validan al Estado, su Estado. Es por eso que en
un momento se tomó la decisión que restó cuantitativamente
pero en términos cualitativos fue muy importante”.
| 259
“Mira de la evolución táctica yo soy sumamente autocriticx,
si retrocedes de la dictadura hasta hoy hay un vaivén en ese
sentido, lxs que salían en los 80 eran de grupos político-militares
donde efectivamente había una infraestructura, donde las
armas utilizadas eran distintas, molotov también pero también
otro tipo de artefactos… ahí tácticamente era superior si se
quiere decir, después se vuelve a lo más rudimentario, la molo,
la piedra o ir bajando la intensidad.
Pero paralelamente a eso, para no hacer un fetiche de
las armas, existe una evolución en la forma de taparse para
la seguridad, es cosa de ver las imágenes de los 70tas, 80tas
y 90tas inclusive como eran las capuchas de las personas y
como son las capuchas actuales, antes solo era una pañoleta
y ahora es el/la encapuchadx completx, con otras zapatillas,
con guantes completos, con lentes, con las capuchas que
le cubren todo el rostro y en eso hay una evolución. Pero
insisto en el combate se es todo muy cómodx, y los saltos
cualitativos son contados, por ejemplo cuando se decide
quemar el McDonald´s el 2004 o cuando se decide quemar
una micro, esos son saltos cualitativos”.
“Un tema táctico es cortar por los tres frentes, salir en
las tres universidades, en algún tiempo era una aspiración
táctica, de copar el espacio, de saturar y superar a la represión,
pero también hay que ser claros, los blindados de la policía
están ahí siempre, si hubiéramos puesto la misma energía
con la misma cantidad de encapuchadxs y la misma cantidad
de molotovs ocupado en el mismo lugar pero en otro nivel,
atacando directamente a la policía a lo mejor sería otra cosa,
que siguiendo el ritual del corte de calle”.
“Hay algunas experiencias, a veces cuando se armaban
las molotovs había mucha gente que la llenaba con nada,
¿que será?... un conchito de bencina y unx se decía ¿Cuál
era el sentido?, ¿Cuál era el efecto real de eso? Porque iban
encapuchadxs con la molo prendida, se veía bonito si se
quiere, la lanzaban y no se prendía casi nada, si la botella no
llevaba ni un cuarto de bencina.
¿Cuál era el objetivo de eso? ¿El objetivo era prender
al policía? ¿El objetivo era prender el carro? ¿El objetivo era
hacer un acto simbólico? Claro, un acto simbólico, ¡Sí!, ¡pero
se le está tirando una molotov a un policía!, un acto simbólico
peligroso que conlleva la cárcel. Yo creo que hay que entender
260 |
la violencia revolucionaria en lo que significa, en cuanto a
nivel ideológico creo que van de la mano.
Pero el defecto claro que hay en ese espacio es que no
hay debate entre quienes cortan la calle, debates sobre la
propaganda que se ocupa, debates de cómo utilizarla, de
que términos decir. Las nuevas generaciones tienen mucho
más de nihilismo, más de niñxs salvajes si se quiere decir y
está bien, pero creo que es necesario poder darse el tiempo
para discutir temas ideológicos, darse el tiempo para discutir
temas teóricos porque la acción sin la teoría no es nada y al
revés es lo mismo”.
A propósito del pueblo y el icono del obrero, cuando
veníamos hacía acá, vimos en uno de los paraderos un auto
adhesivo que decía: “La polera en la cabeza no representa
al pueblo, no significa que un grupo de iluminadxs nos
salvará. Jamás se escribirá sobre “ellxs” en los libros de
historia, “ellxs” no son “ellxs”, ellxs son nosotrxs sacando el
instinto iracundo en contra de la razón del capital…” ¿Que
creen ustedes de estas frases?
“Severino” se apropia del tema de conversación, mientras
“Jota” le hace un gesto con la mano para que continúe; “Yo lo
reivindicaba (al pueblo), yo creía en el poder popular, haciendo
trabajo en poblaciones y es porque estaba esa idealización que
generan esos espacios burgueses (la universidad), como que
tienes que estar con la gente, que la acción política es mucho más
que dentro de esta jaula universitaria (eso lo sigo pensando)…
y ahí me fui pegando los porrazos, como algo bien mecánico
pensaba que “porque este es pobre es revolucionario”, “si es
pobre su destino es la revolución y si es rico es explotador”,
bien marxista, bien dialectico, cosas de las que hoy reniego.
Las reniego porque he conocido pobres que reproducen
las mismas lógicas de opresión que cualquier explotador y
compañerxs que no siendo “pobres” me han demostrado que
son mil veces más libertarixs y jugadxs”. Claro que en todo
hay excepciones y no se puede generalizar o determinar a
priori que tal o cual es tu aliado o tu enemigo.
Para mí el rollo de lo popular, es el rollo del reformismo,
incluso el reformismo armado. La UDI es popular, Kike
Morandé es popular. Unx no puede hacer de su lucha, que es
minoritaria, que es radical, que es contra todo lo existente,
con los discursos de otros que no tienen esa misma postura,
| 261
es ahí donde unx que tener un lenguaje propio, es ahí donde
la guerra social la ves en la práctica, donde la propaganda
debería apuntar a explicar que el capitalismo opera sobre
nuestras vidas, no sobre la maquinaria económica laboral
y en ese sentido es una ofensiva total del capital, entonces
nuestra respuesta debería ser también total.
Yo creo que no hay que reproducir desde una óptica
libertaria lo que se denomina “entrismo”, ósea la conducción
y control de las luchas, pero si es necesario establecer puentes
de contacto con las luchas que se están desarrollando, no
desde el aspecto de la reforma, del movimiento o de las
demandas, pero sí desde el aspecto de la revuelta, como
te decía hace un rato que esas capuchas se vayan hacia la
anarquía no hacia los grupos jerárquicos con jefes y mandos
ni a los sectores reformistas que se disfrazan de libertarios”.
Para graficar más las respuestas “V” nos cuenta una
anécdota personal; “A mí me chocó ver a un loco dirigiendo
a los demás encapuchados porque tenía una banda roja
en el brazo, una especie de sargento rojo, le preguntaban
qué hacer y los dirigía estratégicamente, los movía como
si fueran piezas de ajedrez, afortunadamente con el tiempo
dejaron de ir, ahora que lo pienso no recuerdo haber visto a
ese tipo de encapuchados en los últimos años, por lo menos
no en el cordón Macul”.
¿El discurso más individualista, nihilista o insurreccional
ha penetrado en las nuevas generaciones de encapuchadxs?
Se miran y “Severino” le da el pase a “Jota”; “Yo creo que
se ha radicalizado el discurso, creo que existe esa tendencia,
pero también a veces un afán simplista de verse como el más
radical, creo que hay que volver a tierra, el individualismo
anárquico, el nihilismo y el insurreccionalismo son algunas
de las tantas ideologías de quienes queremos construir ideas
con lo mejor que podemos sacar de aquí y allá”.
“Yo comparto del nihilismo esa frase “el ciudadano es una
mierda”, y “hay que quemarlo todo” termina entre risotadas.
“Pero hablando en serio, yo creo que el nihilismo de
verdad, no él absorbido por el poder, es demasiado nuevo para
algunxs, y estamos recién conociendo algunas de sus premisas
con lxs compañerxs de Grecia, con la conocida Organización
Revolucionaria “Conspiración de las Células del Fuego”, por eso
en el futuro se verá si son referentes o no para lxs encapuchadxs”.
262 |
Para “Severino”, “la insurrección obviamente precede al
insurreccionalismo, como la anarquía desborda el anarquismo,
comparto con el insurreccionalismo esa visión de la no espera,
por ejemplo hay gente que le pregunta a unx, ¿Oye tú crees
que se produzca un estallido de revuelta próximo acá en
Chile? Y ahí la respuesta es clara, que esas son situaciones que
se van gestando en el presente, en ese sentido la práctica del
ataque, del ataque encapuchado, del ataque violento, de la
utilización de materiales de fácil uso, de fácil adquisición, son
cosas que pueden ir aumentando de cualidad en esta lucha. El
hecho que una persona decida enfrentarse violentamente a la
opresión es una acto liberador en sí mismo”.
“Nuestros valores, nuestros códigos de triunfo o de derrota,
de batallas ganadas, de avances o retrocesos no son los mismos
del enemigo, para mí el insurreccionalismo plantea el tema
de la conflictividad permanente, la autonomía, los grupos de
afinidad, y el accionar de lxs encapuchadxs es mucho de eso”.
“Hay conceptos que se van tomando la calle, que pueden
ser históricos como la “guerra social” que puede haber nacido
hace cientos de años, pero que acá en Chile se empezó a
ocupar recién en el 2007, hasta podría recordar cuando fue
la primera vez que se comenzó a gritar el “¡Guerra, guerra,
guerra social contra el Estado y el capital!” en el “Peda”.
Las tendencias insurreccionales, nihilistas o
individualistas han penetrado, como dice pomposamente la
pregunta, si yo creo que han penetrado, pero no estoy tan
clarx de si se asume, si se entiende lo que significa y si es
posible defenderlo en una discusión, creo que lo que falta acá
son discusiones teóricas y prácticas, vale decir, desde creemos
en la revolución social o no, creemos en la insurrección o no,
creemos en la guerra social o antisocial o todo eso.
Eso a veces puede sonar muy elevado, el individuo, el ser,
el alma, el abismo, la nada, pero cuando lo aterrizamos a lo
concreto, oye compañerx cortamos la calle, ya. ¿Y qué hacemos?
¿Emboscamos a la policía o esperamos? ¿Atacamos la seguridad
ciudadana, atacamos la iglesia, atacamos a los guardias del local
o la universidad? ¿Qué hacemos si los profesores se meten?
¿Qué hacemos si la gente de la calle se cruza?
Yo creo que desde lo teórico abstracto si no se aterriza
no va hacia ningún lado y todas esas posiciones discursivas
evidentemente tienen que ir en ese sentido y eso quizá marca
| 263
la diferencia de lxs encapuchadxs 80’s donde el/la encapuchadx
era el/la representante del pueblo y era el/la héroe, y de alguna
otra manera era el imaginario del “Zorro”, el/la encapuchadx
que defiende al pueblo de la opresión. Ahora es distinto,
obviamente es distinto, no tiene sentido definirse como sea
si en la calle se actúa autoritariamente o con actitudes de
mierda o negando la proyectualidad de la lucha.
Cuando pasa una señora en auto y le pegan al auto porque
quiere pasar la barricada eso te dice algo, incidentes que está
lleno en la lucha callejera. Cuando se quema una micro, es
muy distinto subirse y bajar a los pasajeros o explicar el tema,
o empezar a quemar la micro con los pasajeros adentro, ahí
hay una discusión que no solo es práctica sino también teórica
y ahí puedes tener las posiciones nihilistas, individualistas
o insurreccionales respecto al tema, yo me defino más por
la tendencia insurreccional pero esas situaciones ameritan
ser discutidas y llevadas a la calle para definir como nos
enfrentamos con la realidad”.
“V” nos da su visión; “Se dio en paralelo con la evolución
de toda la “comunidad anarquista”, con distintas influencias,
había gente que era súper nihilista, en otro tiempo muchxs
se hicieron anarquistas verdes, con el rollo del veganismo,
me acuerdo que caleta de veces se funó el bioterio del Peda,
de hecho el 2007 lo reventaron (en realidad esto sucedió el
2008), ya el último tiempo, a pesar de no notarse tendencias
tan claras, son más al choque, y es raro porque cuando
la tendencia más marcada era el nihilismo no eran tan al
choque, a pesar del discurso nihilista no quemaban todos los
cartuchos al mismo tiempo, hoy se tiran de cabeza contra
los pacos, me acuerdo de salidas que duraban 5 minutos
porque tiraban las 30 molos de una”.
¿Cuéntanos un poco más de esa acción de liberación?
“Fue en la noche, ósea en la noche se vio, la gente de
castellano se alertó porque salía humo y se dieron cuenta
que estaba reventado el bioterio, que ya no habían animales
adentro y que había un amago de incendio… Y después
volvieron las ratas, al parecer las soltaron demasiado cerca
y volvieron a sus jaulas… ¡Malditas ratas!”. Jajajajaja. “Fue
una acción súper aislada, no recuerdo de otra vez que haya
sucedido algo así”.
264 |
Volviendo a tu pregunta anterior, creo que “Lo primordial
es entender que NO es necesario esperar a la gente, es
mantener viva esa actitud minoritaria de ataque”. Frase que
comparten absolutamente entre lxs tres.
¿Cómo ven a lxs encapuchadxs “espontánexs” de las
masivas protestas estudiantiles, y cuál es su visión de los
ciudadanos en este conflicto?
“Creo que lxs primerxs lo ven como una oportunidad de
disturbios y eso lo aplaudo porque es el principio de todo, un
germen… ellxs están validados por su condición de estudiantes/
oprimidxs y aprovechan de descargar su odio contra la policía
y a quienes identifican como sus enemigos, a esa minoría
creciente no les interesan estas luchas reformistas, gozan con
la destrucción por qué sienten que este mundo es una mierda,
¡Gozamos en realidad!”, termina entre risas “Jota”.
Continúa para aclararnos; “Los ciudadanos nunca han
sido nuestros compañeros al contrario, su comportamiento
siempre está del lado del poder, no espero nada de ellos, ellos
dicen ser pacifistas pero pasan a la fuerza para proteger la
democracia y su modo de vida”.
Y nos cuenta una experiencia que vivió hace poco; “Yo
vi como encapuchadxs se tomaban la Alameda en la entrada
de la USACH, mientras armaban barricadas eran increpadxs
por otros estudiantes, vendedores ambulantes, etcétera. Al no
hacerles caso, los ciudadanos comenzaron a empujar a algunxs
encapuchadxs, estxs se defendieron con golpes para alejar a los
borregos, hasta que aparecieron las barricadas y las molos, a
lo lejos los ciudadanos “pacifistas” (porque su discurso era no
a la violencia) apedreaban a lxs encapuchadxs, los ciudadanos
actúan como guardias del orden, son verdaderos policías sin
sueldo, son bomberos de la revuelta”.
Para “Severino” no hay mucha diferencia con la respuesta
anterior; “Con los ciudadanos no hay dialogo posible, ya ni
siquiera el “oye tú estás defendiendo la explotación”. No, ahora
es un ya, ya, ya “saquen a la vieja” nada más… en el terreno del
enfrentamiento no podemos desviar nuestra atención, quizá
ese “dialogo” se tiene que dar en el terreno de otras formas de
propaganda, porque concibo la acción directa violenta como
una forma más de propaganda, ni más ni menos importante
que otras como los panfletos, los boletines, etc.”.
| 265
“Con respecto a lxs “espontánexs”, lo que te decía hace
un rato “Jota”, detrás de la capucha puede estar cualquiera,
hasta un paco, y en ese sentido al “washiturro”, o como
quieras llamarle, que se encapucha yo lo entiendo, lo
entiendo porque crecen con frustración y odio tal como
yo crecí, y su única manera de “surgir” dentro del capital
es endeudándose o haciéndose soldado del narcotráfico, y
cuando esxs cabrxs marginales vienen a protestar al centro
vienen a un mundo que no les pertenece y ven todos sus
símbolos, toda su estructura y quieren descargar esa rabia.
Más encima ven al paco como enemigo, porque la yuta
en los barrios periféricos es el enemigo siempre, sea pal
narco, sea pal ladrón, sea pa´ lo que sea. Pero yo he visto a
“encapuchadxs lumpen” o “encapuchadxs espontánexs” que
atacan a otrxs encapuchadxs, atacándolxs porque para ellxs
el enemigo son los pacos (y solo los pacos), produciéndose un
enfrentamiento entre encapuchadxs, y a esos locxs por eso
yo no lxs idealizo, porque para mí el lumpen no es un sujeto
revolucionario en sí mismo, quizá en otro contexto, en el
contexto en que las VOP (guerrilla marxista) a principios del
70 veían al lumpen, pero hoy día no, para mí el lumpen tiene
mucho de la ideología del capital: machismo, consumismo,
vicios… algunxs son la ideología del capital con patas”.
Concluye con cara de desprecio.
Con un análisis más macro “V” agrega; “Yo creo que
esas peleas entre encapuchadxs se dan por la contingencia
política del país, porque Piñera y la derecha están en el
gobierno, por eso salen a la calle algunos que antes no lo
hacían, porque antes estaba la concertación y ahora como
es la derecha todos se creen revolucionarios, entonces hay
una mescolanza súper grande de pensamientos y corrientes
políticas dentro de lxs encapuchadxs, y se juntan en las
marchas produciéndose choques”.
¿Cómo creen que se puede superar la barrera de las
peticiones específicas y aprovecharlas para atacar al
capitalismo?
“Extendiendo las prácticas y siendo más frecuentes,
nuestra intención en estas marchas estudiantiles debería ser
agudizar lo más posible la crítica, llevándola al meollo del
asunto, donde todos los problemas: la salud, la educación,
el trabajo, la miseria son problemas relacionados con la
266 |
dominación y el capitalismo”. Nos responde “Jota”.
“Severino” se toma su tiempo, se acaricia la mandíbula y
responde; “Ahí hay algo que es complejo por como yo veo la
lucha, nosotrxs no vamos a lograr que lxs estudiantes que salen
a la calle se hagan revolucionarixs, y eso hay que tenerlo claro
para no generar frustración, también me niego a creer que si
tiraste un panfleto que decía “anarquía contra todo” te puedes
ir pa´ la casa tranquilx porque piensas que la hiciste toda.
Yo creo que es necesario copar espacios, “tapizar” en
propaganda, irrumpir, molestar, no desde la creencia de la
militancia ni la hegemonía, pero sí de ir ganando espacios,
y aquí tenemos que ser autocríticxs, eso no se ha hecho y
después del “Caso bombas” (donde se cierran varias okupas y
centros sociales ácratas) no tenemos muchxs espacios donde
discutir y lugares donde entablar relaciones con esta nueva
generación de compas en revuelta.
El desafío es crear esos canales de diálogo. Yo creo
sinceramente que lo que nos estamos jugando hoy es la
continuidad de la lucha, la continuidad de la revuelta, y
en nuestro entorno ácrata, está en juego la continuidad
de nuestras ideas y prácticas, porque si nosotrxs no nos
esforzamos en esto lxs compañerxs que hoy salen a la calle,
que están interesadxs en esto, van a volver a empezar de
cero como nosotrxs nos sentimos alguna vez y como tal vez
otrxs más viejos se sintieron en su momento.”. Nos responde
con seriedad.
“Es difícil porque las peticiones especificas unx tiene que
entender dónde están situadas, los temas estudiantiles a mí
nunca me prendieron, nunca me metí en esas discusiones
porque nunca me llenaron, que el cambio del arancel, que el
cambio de rector… esas cosas no.
Pero a mi parecer todo pasa a ser una lucha específica,
por ejemplo “No a Pascua lama” o “libertad a lxs presxs” son
luchas específicas, el tema es como esas peticiones o rechazos
puntuales abarcan una realidad más global, y es mediante
la propaganda como debemos ejemplificar con realidades
concretas el tema del dominio y el rechazo al dominio, esa
creo ya que es la forma de superarlo, evidenciando como
todo está enlazado. Las peticiones especificas surgen de las
contradicciones del capitalismo y esas contradicciones lo
único que queda es agudizarlas”.
| 267
¿Ustedes fueron muy activxs en cuanto a protestar por lxs
presxs del “Caso bombas”, se hermanan con este tipo de acciones?
“Jota” se rasca la cabeza, como pensando en responder
muy cuidadosamente; “Más allá de la acción misma de
poner bombas es un todo, es parte del discurso completo,
cualquier ataque a símbolos del capitalismo es valioso, sea
materialmente violento o por medio de la propaganda en
cualquiera de sus formas”.
“Sin lugar a dudas la mayoría de lxs compañerxs del “Caso
Bombas” son anárquicxs reconocidxs, quizá en este caso en
particular se conjugan dos cosas; nos hermanarnos con sus
prácticas y hay una conexión afectiva y eso influye sin lugar
a dudas, pero también existe la necesidad de solidarizar de
manera concreta, hicieron una larguísima huelga de hambre
de 65 días para salir en libertad, comunicar la “farsa mediática”
y terminar con la ley antiterrorista, y en ese contexto había la
urgencia de hacerla pública, por eso tantas salidas.
No podemos olvidar a nuestrxs hermanxs presxs, son
parte importantísima en la guerra social, como olvidar a
Luciano Pitronello (el tortuga), Carla e Iván, Víctor Hugo
Montoya, lxs presxs del “Caso Segurity” y por supuesto lxs
presxs de la lucha callejera, ellxs no pueden ser sepultadxs
por el frío concreto de la cárcel, nuestro fuego debe calentar
sus corazones”.
Dentro de los meses de encierro del “Caso bombas”
hay hitos que consideramos importantes ¿Cómo evalúas el
ataque a gendarmería?
Con sus gestos lxs entrevistadxs parecen estar de
acuerdo con el análisis de la pregunta; “Si, mira es una
práctica que se quiso llevar a la U, otra forma, un cambio de
dinámica, aquí no se buscó el enfrentamiento con la policía,
sino simplemente sorprender con el ataque y replegarse
utilizando la infraestructura universitaria, en ese sentido hay
un quiebre con las dinámicas anteriores”.
Continua diciendo; “El respeto de lxs presxs no solo
tienen que asumirlo ellxs mismxs, con una actitud refractaria,
sino también se gana demostrando que lxs compas no están
solxs, que en la calle las propiedades de los carceleros, sus
familias o ellos mismos pueden ser blancos de la venganza.
El gendarme pensará dos veces antes de golpear a unxs de los
nuestrxs, El ataque a la oficina de gendarmería lo comparo
268 |
con el ataque a la cárcel Santiago 1 años atrás, donde se
atacó la entrada, cosa que causo gran repercusión entre
los carceleros, es más me dijeron que hoy en día todavía
recuerdan ese ataque.
Además acciones como esas ayudan a hacer saber
muy bien a los carceleros que aunque tengan bajo llave a
nuestrxs hermanxs eso no da pie para que puedan hacer
lo que quieran con ellxs, yo lo defino como un coscacho
a los gendarmes diciéndoles muy claramente: “Ojo con lxs
presxs politicxs, ellxs no están solxs y si algo les llega a pasar
esperen las consecuencias”.
Es sabido por comentarios de los mismos compañerxs presxs
que los gendarmes sí se preocupan cuando hay algún ataque a su
institución y a sus funcionarios, o inclusive solo algún mitin afuera
de la cana, eso, aunque caigamos en la lógica carcelaria es súper
importante para que el día a día de lxs compas presxs sea un poco
más tranquilo puesto que se sabe que “tienen gente afuera”.
El día del ataque a Santiago 1, llamaron a P. Carvajal y M.
Castro (Jubilo) y les dijeron que sus amigxs habían venido a
verlos, ellos sin tener muy claro lo que pasaba se miraban con
cara de pregunta, “porque tengo dos funcionarios heridos”
continuó el carcelero diciendo, para terminar preguntando
si estaban en huelga o no”.
A propósito del “Caso bombas”… ¿Cómo ven la delación
del grillo?, ¿Hay autocritica con respecto a este tema?
Se miran, como si hubieran estado esperando esta
pregunta; “Hay un quiebre que viene de mucho antes del
soplonaje del “Grillo”, en términos políticos, prácticos e
ideológicos, en cómo hacer las cosas, muchos se pueden
esconder tras el discurso, lamentablemente hemos visto que
el concepto de anarquista para algunos es una máscara y
detrás hay muchas caras, desde un delator hasta alguien que
quiere un sillón en una federación”.
Por esto, continua el/la entrevistadx; “Las prácticas de
chivateo, hablar de más, con un trago en el cuerpo contar
sus “hazañas”, en fin… situaciones de poca seguridad para ti y
quienes salen contigo nos hacen dudar de la seriedad de cierta
gente, nos hacen alejarnos lo más posible de ese entorno,
sintiendo que algunos hacen las cosas casi por pasatiempo.
En contraposición están quienes se dedican, buscan las
formas para que todo resulte bien, nos posesionamos con lxs
| 269
que se plantean como parte de la guerra social, asumiendo
que el porte de artefactos incendiarios es un pasaje pagado
y de varios meses a la cárcel, asumiéndolo con esa seriedad.
Nosotrxs apuntamos a transformarnos en una persona
completa, a un/a revolucionarix integral”.
Continua con su reflexión; “Entre estas dos visiones…
es fácil distinguir quienes tienen prácticas despreciables,
constatar en terreno las diferentes posturas. Los
acuchillamientos y la delación es la confirmación de un
sin número de hechos que nos daban indicios, todos estos
hechos estaban en el aire, eran claros antecedentes, sus
rápidas salidas (del “Grillo”) de la cárcel por causas de
narcotráfico o después de recibir un balazo en el cachete,
todo a su alrededor era muy sospechoso y rancio.
Lo ideal sería no volver a caer en ese accionar a modo de
distracción o pasatiempo, porque las salidas son entretenidas
pero no son un juego. Son necesarias para un desarrollo
práctico de tus ideas.
Como Autocritica podemos decir que nos equivocamos en
no haber roto antes, haberles “achicado la cancha”, no haber
hecho público estas diferencias políticas, prácticas e ideológicas
entre quienes ven la acción directa violenta como un juego anti-
yuta, porque sentir odio por la policía lo puede sentir cualquiera
y no por eso te conviertes inmediatamente en compañerx”.
Y nos confidencia; “Yo tuve la fortuna de recibir consejos
de encapuchadxs anteriores a mí, de la generación anterior a
la mía, cuando yo llegue a la universidad lo primero que me
dijeron fue “con estos no”, apuntando al grupo del “Grillo”,
no necesite que me explicaran el porqué, lo vi en su accionar
y cotidianidad con mis propios ojos”.
“Severino” agrega; “Yo creo que además esta situación
tiene que ver con temas valóricos dentro de los entornos
de lucha, con ese loco se dieron situaciones de validación
de conductas deplorables: arrogancia, violencia entre
compañerxs, querer anular (asesinar) a un compañerx al
punto de intentar apuñalarlo por la espalda, y ahí está el
error, en la autocomplacencia, en creer que si eres bacán en
la calle contra los pacos eres bacán en todo.
Y lo otro, en el caso del “Grillo” y sus prototipos cercanos
está también detrás esa idea errónea de que la lucha es
solamente contra un enemigo que está fuera de nosotrxs
270 |
mismxs y no dentro de nosotrxs mismxs, por lo que podemos
ser una mierda de persona y reventarnos la ñata jalando,
total la droga es ilegal y nosotros reivindicamos la ilegalidad,
y esas ideas estúpidas que reproducen los vicios del sistema”.
Y concluye con un lapidario párrafo; “Y con el tema de
la delación, yo creo que como el “Grillo” hay varios en la
universidad, el tipo que te vende el pito y se encapucha y
que cae varias veces preso y sale sin mayores dificultades,
los sapos dentro de la universidad, etc., son temas que lxs
compañerxs tienen que asumir, ya no solo es el paco que
te observa desde afuera de la universidad, sino el paco que
estudia dentro de la misma como infiltrado o los guardias. Y
pa´ que hablar del estudiante que está dispuesto a colaborar
con la policía, son temas que hay que tratar con suma
precaución, pero no con mucha energía, sin dejarlos pasar
como si nada”.
Mientras “V” nos cuenta; “A mí me parece extraño que el
loco haya pasado tan piola durante tanto tiempo, porque le
ofreció tajos a personas que mucha gente le tiene harta estima,
al loco lo recibieron en caleta de otras partes, lo siguieron
apañando después de que se mandó caleta de cagás”.
¿Alguna otra autocritica?
“A veces en estos espacios predomina la lógica informal,
tomada desde el aspecto de la imprudencia, una especie
de relajación de las normas de seguridad que tenemos que
tener en un sentido rígido en todas las cosas que unx haga”.
Dice Severino.
Agrega que: “Yo llegué a esta esquina con el imaginario
de la tele, de que aquí siempre quedaba la cagá y esas cosas,
me acuerdo que una vez habían mostrado o dicho que
había un encapuchado con un arma, en fin, sabíamos que
llegábamos a aportar con mis compañerxs.
De partida llegó alguien que tenía una relación de
cercanía con un compa a invitarnos a la salida del 29 de
Marzo y ahí le preguntamos como la hacían, nos dijo que
nos juntáramos en una casa de unx amigx un rato antes y
armáramos todo ahí… Mmmmm, pensamos nosotrxs y no
nos gustó hacerlo así tan relajado, y le dijimos que muchas
gracias pero que nosotrxs llegaríamos por las nuestras y con
nuestras cosas. Así fuimos aprendiendo y forjando autonomía
y contacto con otros piños.”.
| 271
Severino continúa. “Uno de los problemas en estos espacios
es que, a veces, prima la lógica de la cantidad, de tener harta gente
en la calle, por eso los criterios de seguridad y compartimentación
no son compartidxs a veces por todxs, y alguien te puede estar
diciendo que actúa de tal y tal manera, pero no es alguien con que
tu compartas una cotidianidad de lucha, y a veces te encuentras
con que no está actuando como te dice y esas actitudes (poca
disciplina, fanfarronería), el asumir esa situación hizo que algunxs
optáramos por actuar con lxs que estás segurx dan todo por el
todo, dentro o fuera del Cordón Macul”.
Severino realiza otra autocrítica: “En la propaganda a
veces caemos en extremos, decimos que hay que romper con
la fechas, y yo creo que siempre hay que salir a recordar a
lxs compañerxs muertxs en esta guerra, pero no necesitamos
de esas “excusas” para salir, podemos salir cuando queramos,
pero a veces se cayó en salir tan seguido que para esas salidas
no había propaganda, ni un mísero panfleto”.
Te cuento a modo de anécdota; “Una vez unxs
encapuchadxs no querían gritar el nombre de lxs compañerxs
presxs, muertxs o profugxs porque podían funar sus voces”,
creo que a veces hay un exceso de paranoia también.
Claro, la autocrítica nos hace avanzar, “A veces en las
salidas, la consigna era distinta pero los métodos eran los
mismos, esa es una autocrítica, no haber radicalizado la
lucha, hacerla más de guerrilla, al/a encapuchadx yo no lo
encuentro tan de guerrilla, sólo lo veo como un ejercicio
de contención, la forma en que se sale en las universidades
por lo menos, y con las nuevas tácticas de ataque-
repliegue lxs encapuchadxs molestan mucho más el normal
funcionamiento de la ciudad”.
“Yo creo que a veces nadie se enteraba de las razones
de un salida, muchas veces el objetivo y las razones nunca
quedaron claros, ni siquiera para el enemigo.
No quiero decir que hay que buscar una justificación,
porque está plenamente justificada la acción, pero esa
justificación hay que decirla. Creo que a veces se pensaba
que una barricada de por si estaba politizada, que una
molotov estaba politizada o un paco prendido también, pero
estos hechos no son políticos por sí mismos, se tienen que
llenar de contenido porque nos podemos alegrar de que un
marxista-leninista prenda un paco, un anarquista también
272 |
puede prender un paco pero la crítica y la proyección que
tiene una acción o la otra es completamente distinta”.
¿Aún persisten los roces con profesores anti-
encapuchadxs y con estudiantes que no les interesa nada
más que sacar su título profesional para su ascenso social?
“No quiero que mis palabras suenen a sociología barata,
pero; Hay que entender que los recintos universitarios son
una réplica a pequeña escala de la sociedad, en la sociedad la
mayoría de los ciudadanos comparte la visión de organización
en la cual vivimos, con jefes, leyes y todo el aparataje para
convivir en armonía con la explotación, el consumismo y
todos los sinónimos que te puedas imaginar, si en la sociedad
hay personas que creen que es muy violento que alguien se
encapuche y pelee con los pacos, en la universidad también.
Si en la sociedad no consideran violento trabajar
todo el día para llegar solo a dormir a tu casa, en la
universidad también, no hay que fetichizar al estudiante
universitario porque no necesariamente por estudiar
pondrá en cuestionamiento la realidad existente, sino que
probablemente lo único que le interesa es no pasar aprietes
económicos o que le llamen profesional, se auto engañan
creyendo que son “alguien en la vida” por tener un diploma
o un auto del año.
Hace algunos años atrás se comenzó una especie de
“persecución” hacía lxs encapuchadxs, principalmente por
internet con campañas como “pitéate un encapuchado”, donde
se amenazaba o simplemente se delataba a compañerxs.
Estas campañas provenían de estudiantes y profesores
que no querían que hubiera más salidas, algunas veces
trataron de sacarles las capuchas, golpearlxs o encerrarlxs
para que fueran detenidxs por la policía, ahí se produjeron
peleas y golpes. Ahí se desnudaron posiciones dentro de
las universidades, ahí muchxs nos dimos cuenta que los
estudiantes no necesariamente son nuestros compañerxs”.
“V” añade; “Fíjate que profesores no eran tantos,
la mayoría no se metía, eran más los estudiantes que
se crían el rollo de que a la universidad se va a estudiar,
y cualquier actividad que les interrumpiera el desarrollo
normal académico les molestaba. Yo vi un par de peleas de
estudiantes contra capuchas, por lo menos dos. Buscando
sapear a lxs encapuchadxs”.
| 273
¿Y qué hay de cierto de una pelea con un profesor que
intentó detener a unx encapuchadx?
“V” responde; “Es un viejo de historia, el típico rumor de
esos viejos que entregaban gente en dictadura, la cosa es que
en una salida dos encapuchadxs se quedaron atrás y le tenían
bronca porque era facho, y lo fueron a encarar y cuando se
iban yendo unx camino más rápido y el/la que quedó atrás se
agarró a combos con el profe, el profe iba con la nariz rota
llena de sangre, después de eso la polémica salió hasta en la
tele, según ellos por amenazas de muerte y todo el cuento”.
A modo de conclusión recalca; “Ahora, creo yo, todxs
saben que en el cordón Macul hay una larga historia de
lucha, si a esos estudiantes no les gusta la historia combativa
de Macul con Grecia, mejor que estudien en otro lado”.
¿Cuál es su relación con las federaciones de estudiantes
y los partidos políticos dentro de la universidad?
“¡Es de desprecio total!”… responden a coro, haciendo
gestos de cortarles la cabeza y riéndose a carcajadas.
¿Cuál es su visión de los programas especiales y
entrevistas en los medios de comunicación masivos que
muestran a lxs encapuchadxs?
Para “Jota”; “Al igual que el poder, la prensa que es parte
de él necesita tener su versión de este fenómeno, hoy el
combate callejero está tan presente en las ciudades de Chile,
que no han podido esconderlo, y tienen que mostrarlos
desde su óptica, unx está consciente de que todos estos
reportajes crean una mentalidad colectiva, una forma de
pensar, obviamente con la complicidad de los idiotas que
reproducen el discurso del poder.
Lxs antiautoritarixs necesitamos expresarnos, no es
que queramos convencer a todos, pero si necesitamos
comunicarnos, llegar más allá del simpatizante que lee en
el blog lo que pasó, eso es un desafío que no hemos podido
superar, no comunicar para convencer a las masa, comunicar
para que el individuo que se siente identificado con lo que
decimos genere sus propias reflexiones y tácticas de ataque,
más que sumarse. Si él o ella siente la necesidad de rebelarse
forme su propio núcleo de agitación”.
Severino agrega: “Yo valoro a la gente que defiende el
uso de la violencia y de la lucha, pero hay que entender
que la prensa es el monopolio de las comunicaciones del
274 |
enemigo. Te van a mostrar como ellos quieren que te veas,
no son los canales que tenemos. Para mí un/a encapuchadx
que habla con la prensa es, por decirlo menos, un/a ingenux.
Quizás son cabrxs que aún no tienen esa conciencia para
ver qué hay detrás de todo esto, quizás puedan defender sus
ideas del porqué atacan a la policía, pero no son capaces de
pegarle a un periodista y eso tiene que ver con cuan afiladas
están tus ideas y tu critica al sistema, el periodista y el policía
son parte del mismo enemigo”.
¿Cómo ven la posibilidad de que se apruebe la ley
Hinzpeter que persigue el uso de capuchas?
Sacando pecho “Jota” manifiesta: “Me pone orgulloso que
el poder esté preocupado de lxs encapuchadxs, habla de que
hemos ido avanzando, generamos un malestar en los poderosos,
más no un temor, podemos verlo como un germen”…
Para retomar aclarando: “cada cierto tiempo el malestar
se detona en las calles, el Estado está para proteger la
democracia y su “paz social”, ellos se perfeccionan en sus
métodos para perseguir a quien traspase sus leyes, pero
irreductibles siempre van a existir y cualquier ley no va a
amedrentar a quien se decidió a combatirla.
Cuando avanza la lucha, avanza la represión. El problema
es cuando avanza la represión y no avanza la lucha, la “Ley
Hinzpeter” es parte de la ofensiva histórica de los poderosos
por ir cortando “manos”, en algún momento se cambió la ley
y las molotovs fueron clasificadas como un arma (2005), pero
esta ley va más allá de lxs encapuchadxs, esta ley afecta la
protesta social y viéndolo fríamente, si se llega a concretar,
es más cana, son más años, son más meses, son más días que
él o la que caiga va a tener que pasar adentro”.
“Severino” acota; “Igual es cúatico decir, yo estoy contra la
“Ley Hinzpeter” porque nosotrxs estamos en contra de todas las
leyes. Pero en el tema legal que te corran una coma puede generar
estar toda una vida en la cárcel o quedar afuera con beneficios.
Pasando a otro tema ¿Comparten la idea que su
práctica violenta es parte de lo que algunxs denominan
“guerra social”?
“Jota” responde tajante: “Si, siempre hemos pensado
que la guerra social no es solo violencia, sino un cumulo
de cosas, entre todas las personas que practican la ruptura
con el sistema, alguien tiene que enfrentarse con el poder,
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la violencia es terrible porque trae un sinnúmero de
consecuencias; fuga, cárcel, heridxs, muertxs.
Más que gustarnos la violencia, creo que tenemos
que seguir molestando, con molotovs no vamos a destruir
al capital, pero alguien tiene que atacar, no puede quedar
solo en un disgusto, ese enojo tiene que ir más allá, ojalá
estas prácticas no fueran solo violencia callejera porque nos
trasformaríamos en un ejército con fuego en las manos”.
“¿Por qué guerra? Porque te asumes como enemigx
de lo establecido y ¿por qué social?, porque a pesar en que
unx busca romper con la sociedad, unx está inmerso en la
sociedad y busca propagar esa ruptura”.
Alejando lo social de lo plataformista, quienes ven lo
social como una masa moldeable y dirigible, nosotrxs vemos
lo social como un conjunto de individuxs que hoy deciden
romper con su condición de explotadxs y la sociedad, con sus
costumbres y valores que te oprimen.”
Somos antisociales porque no queremos una sociedad
que nos juzgue y somos sociales porque esta destrucción
nunca será llevada por un pequeño número de individuos,
por eso lo cualitativo es necesario multiplicarlo”.
“Severino” interrumpe aclarando que no está de
acuerdo totalmente con la definición de su compañerx:
“Para mí la guerra social no tiene que ver con insertarse con
lxs explotadxs, la guerra social tiene que ver primero con
asumir lo que está, aquí hay una guerra desde el poder, con
una ofensiva autoritaria y capitalista que afecta todos los
aspectos de la sociedad, y más que lo social, como esta es
una guerra total nosotrxs también debemos posesionarnos
desde una perspectiva de enfrentamiento total, en todos los
aspectos de nuestra vida.
Y como en toda guerra hay enemigos, también hay aliadxs,
hay cómplices, hay simpatizantes, pero no lo veo desde la lógica
de la militancia, pre-militancia y esas prácticas vanguardistas.”.
Mira hacia arriba, como esperando inspiración y
continua; “Para mí, reivindicar la palabra social es entrar en
un terreno pantanoso que colinda con la sociedad y sus roles,
porque yo no quiero otra sociedad y asumir eso también
trajo tensiones en algunxs individuxs.
Pongámonos en el caso utópico de que exista una sociedad
libertaria, y una minoría nos negamos a lo que esa sociedad nos
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pide por encontrarla autoritaria, tendríamos que revelarnos
contra esa “sociedad administrada por libertarixs”, contra sus
roles e imposiciones, entonces ahí nos damos cuenta que lxs
verdaderxs anárquicxs son refractarixs por esencia.
Cuando nosotrxs decimos que no queremos transformar
esta sociedad, que queremos destruir esta y cualquier
sociedad, te estás negando a la lógica de insertarse con
lxs trabajadores, insertarse con lxs estudiantes, hablar
de catalogaciones de individuos como lxs obrerxs, lxs
estudiantes, etc., porque cuando hablas en esos términos
estás perpetuando los roles que la sociedad te asigna con sus
luchas parciales y alejas la lucha de la noción de individuxs
libremente asociados, que no se basa en roles o identidades
entregadas por la sociedad”.
Severino agrega también: “Una idea importante a partir
del concepto “guerra social”, es el alejamiento de la lógica de
“lo popular” y una agudización hacia lo cualitativo, hacia los
grupos de afinidad, por ejemplo. El/la antigux encapuchadx
era una confluencia de discursos anti sistémicos diversos, “la
juventud encapuchada”, y entre ellxs lxs anarquistas, pero
nosotrxs pudimos construir algo con una marcada tendencia
negra, con el concepto de la guerra social, de la no espera,
de la asimilación de los roles, con la lógica del panfleto “No
somos estudiantes, somos maleantes”.
¿Sin lugar a dudas para salir a enfrentarse a la policía
hay que tener arrojo, como sobrellevan el tema de que
algunxs se quedan atrás en los enfrentamientos?
Esperan un minuto, como si esta pregunta fuera
inesperada y un poco incomoda; “Jota” se explaya; “Ese
siempre ha sido un tema polémico, en un principio se
crea ese falso deber de que todxs tienen que hacer todo,
intentando siempre la horizontalidad, sin jefes, rangos
ni géneros. ¿Cómo intentamos resolverlo?, capacidades y
necesidades, algunxs somos buenxs para algo y otrxs para
otra cosa, muchas veces todxs queremos estar al frente, pero
es necesario lxs que están atrás, cuidado la retaguardia, para
salir sin ser apresadx, una “estructura” para que lxs que están
adelante puedan librar, incluso gente preparada por si ocurre
un accidente y unx compañerx resulta heridx o quemadx.
Todxs somos necesarios, es cosa de auto-organizarse y ser
sincerxs con nosotrxs mismxs”.
| 277
Para “Severino” la respuesta tiene que ver con la experiencia;
“Eso se supera con humildad y ganas, no necesariamente alguien
que se queda atrás es un/a retobón/a o quizá es un compa con
mucho miedo. Quizá esx compañerx está en un proceso de la
superación del miedo o disminución del miedo, igual mantener
un poquito de temor es bueno porque te mantiene alerta y
así no te confías, quizá para esx compañerx el encapucharse y
tirarle una piedra a un paco quedándose atrás es potente, quizá
en la próxima marcha o salida esx compañerx va a ir a buscar
al paco, quizá en la otra va a ir a quemar a un paco”. Como en
el Arcis, agrega “Jota” entre risas.
¿Y el tema del machismo dentro de lxs encapuchadxs?
“Yo creo que nunca fue tema, en la práctica no era el
tema, las compañeras estaban a la par, nunca pasó que alguien
repartiera molos o panfletos o se quede en la puerta por ser
mujer. Quizás había gueones que pensaban así, pero para sí,
creo que son más del lado pseudo marxista-leninista, de los
que se creían Frente o cosas así, creo que por ahí podría haber
habido esa dinámica porque unx la veía pero no la entendía.
Pero del lado “más negro” siempre estuvo a la par y lo que
pasaba mucho eso sí, y eso puede ser más discutible, más que
el rol hombre-mujer, es el rol de quien se creía protagonista,
yo en su momento fui bien críticx, efectivamente el tema es
atacar a la policía y se está haciendo un corte, pero es tan
importante y tan necesario quien lanza la molotov o quien
la hace o la cuida atrás, y la defiende cuando tiran el agua
protegiendo el material, yo creo que ahí se daban prácticas
de lucha por protagonismo, de no pensar en eso, de todxs
querer ir al choque, de que todxs querían salir en la foto, de
que todxs quieren estar en primera línea, ahí hay un tema que
tiene que ver en parte con el ego. Nadie quiere armar las molos,
nadie quiere llevar el material, pero todxs quieren tirarlo”.
Durante los últimos años (principalmente el 2007) han
sido acusadxs de destrucción de una biblioteca histórica, de
atacar a un bus de pasajeros y herir a una adolescente, de
quemar una sala de clases y un sinnúmero de otros actos.
¿Son simples errores?
Sus rostros se endurecen con esta consulta; “En la lucha
revolucionaria no hay casualidades, es necesario analizarlo
desde una perspectiva política, a veces siento que algunxs que
se autodefinen anarquistas están descontextualizados, con
278 |
más corazón y romanticismo que análisis político táctico”.
Eso sí, nos dice “Jota” para despejar dudas; “Nosotrxs no
nos podemos hacer responsables de hechos en los que no
participamos, se explica en no hacer bien las cosas, en que no
hay demasiada preparación, de creer que porque has salido
cien veces nunca va a pasar nada fuera de tus márgenes… En
el afán de ver fuego se cae en el cliché, falta de preparación, de
controlar las variables y posibilidades, siempre te encontrarás
con una sorpresa, entre más claras tengas las cosas más fácil
se te hace accionar en una situación inesperada”.
Para “Severino” la situación es así; “No sé si errores,
porque lxs encapuchadxs no son un “movimiento”
homogéneo, sino que a veces son voluntades, quizá el/la locx
que tiro la molo a la micro ese día estaba curá/o, si fue un
viernes en la noche, a lo mejor se estuvo tomando sus Pilsen
y eso es pa’ la cagá pero suele darse.
Lo que yo sí creo, viendo la construcción de una ofensiva
más allá de Macul con Grecia, es que los espacios de lucha hay que
“cuidarlos”, porque son los espacios donde muchxs compañerxs
comienzan el camino de la conspiración. Quizá hoy para un/a
“nuevx encapuchadx” es más bien aburrido ir a las salidas en
las universidades, porque en una marcha tiene a toda la ciudad
para destruirla, pero esos espacios históricamente combativos
hay que cuidarlos, en el sentido de no regalárselos a la reacción
para que se sigan desarrollando dinámicas insurrectas en ellos,
porque son escuela de revoltosxs”.
Continúa extendiéndose en su análisis; “El 2007 (año en
que sucedieron la mayoría de estos hechos) sin duda hubo
un declive en el accionar encapuchado, por varios factores.
Me acuerdo que en una salida se quemó el laboratorio,
le tiraron amoniaco en un ojo a un estudiante, ese año
también se liberaron a unos animales que serían utilizados
para vivisección. Pero sin dudas que algo piante fue cuando
tiraron una molo a una micro y le cayó a una niña y se
quemó, eso trajo coletazos.
En ese tiempo, para mí no era muy común ver salir cabrxs
un viernes como a las siete y media, donde estaban todxs
carreteando, yo nunca salí a esa hora, y unx de esxs cabrxs atacó
una micro y producto de esto alguna gente comenzó a apuntar
como autores a compañerxs que eran un poco más visibles, y
ahí nosotrxs comenzamos a tener otra visión de lo que es estar
| 279
en la calle, un poco más madura y menos infantil”.
Pero todo tiene su cara y sello, por eso “Severino”
sigue su relato; “Afortunadamente hubo compañerxs que
persistieron a pesar de la represión, que siguieron haciendo
trabajo de hormiga y pudieron sacar adelante las salidas,
para que no se perdiera este valioso espacio de lucha, eso
hay que reconocérselos.”
Para “V” el asunto es así; “Igual yo creo que hay una
exageración al respecto, yo me acuerdo de haber visto todo,
fue una de las primeras salidas de día viernes y lxs locxs que
salieron estaban cocidxs, a alguien se le salió la molo hacia
el Transantiago, pero fue sin querer, fue una maniobra de
amedrentamiento, se supone, por lo menos eso fue lo que
me dijeron a mí después quienes participaron de esa salida.
La cosa es que la molo entró y la cabra chica no se quemó
tanto, no fue que se prendiera y muriera a lo bonzo, sino que
sufrió unas quemaduras leves, pero a mí lo que me dio lata
es que a lxs locxs después no les dio la perso para quemar el
Transantiago, cuando ya estaba sin gente, prefirieron tirarle
las molos cuando había gente que cuando estaba vacía”.
“Jota” no está de acuerdo con el matiz de que “V” le
da a la acción: “¿Que exageración? después de ese episodio
que fue una salida de lxs encapuchadxs “al lote” (esto lo
afirma por la fecha y hora, día viernes y de noche donde
la acción de propaganda iba a ser vista por universitarios
mayoritariamente ebrios). Hubo un retroceso enorme en el
trabajo público y privado que lxs compas antiautoritarixs
estaban haciendo en el espacio, donde inclusive se intentaba
validar la práctica política más radical.
Allí hubo una real razzia que cayó encima de lxs compas
más visibles, con esto no pretendo pedir que haya menos
repre, pero si dejar en claro que actitudes poco planificadas
y derechamente charchas solo restan y dan argumentos
reales a quienes hablan de que lxs tapadxs (encapuchadxs)
son sujetos sin un fin político.
Yo creo que se fueron cometiendo errores estratégicos
con respecto a la lucha, me acuerdo que ese año hubo muchos
problemas, la gente empezó a sapear y sin duda bajo el nivel
del enfrentamiento, ese mismo año hubo un conflicto con
los guardias, encapuchadxs y guardias se agarraron a combos
porque le tiraron una molo a su oficina y los guardias fueron
280 |
a darles cara cuando estaban sin capuchas. Afortunadamente
solo llegaron a los combos y no al sapeo.
Pero no solo eso, atacar al estudiantado o a la ciudadanía
en general que “no tiene nada que ver en el conflicto” no nos
aporta. Los ataques que se dieron con querer o sin querer,
contra otro Transantiago que apedrearon y que iba lleno de
gente por ejemplo, o a un conductor que le tiraron una molo
adentro del auto no pueden volver a repetirse.
El error es perder el foco de la lucha, a toda persona que
no se sume a la lucha no la puedes ver como un enemigo, no
digo que hay que poner a la ciudadanía como si estuviera de
parte de la lucha callejera, pero creo que tampoco hay que
atacarlos, a no ser que ellos te ataquen, para la ciudadanía
es súper fuerte verse violentada y cuando pasan esas cosas,
ven a lxs encapuchadx como un enemigx peor que los pacos,
entre que la ciudadanía sea “neutral” a ser enemiga, prefiero
que sea “neutral”, estratégicamente hablando por supuesto”.
La sociedad siempre ha tildado su lucha minoritaria
como simple vandalismo. ¿Cómo toman las calificaciones
que tildan a lxs encapuchadxs de cobardes, antisociales,
delincuentes o infiltradxs?
“Yo me rio de esas calificaciones, porque el poder nos
llama así para descalificarnos, se refieren a nosotrxs así
de manera peyorativa, ¿Cobardes? Cobardes son los que
odian esta realidad y no hacen nada, cobardes son los que
muerden día a día su rabia sin estallar, cobardes son los
que humillación tras humillación se reprimen, cobardes
son los que se esconden tras una pantalla de internet para
desafiarnos, cobardes son los no se rebelan ante nada, no
solo son cobardes, son también sumisos. Aunque suene
paradójico nosotrxs lxs encapuchadxs damos cara.
¿Antisociales? Si, somos antisociales porque su sociedad
está basada en la autoridad y el poder, en la sumisión y los
roles pre dispuestos, odiamos su sociedad porque es una
mierda. Entonces estamos luchando contra ella.
¿Delincuentes? Si, somos delincuentes, delincuentes
son lxs que no respetan sus leyes y nosotrxs las odiamos
moviéndonos hacia la ilegalidad, sus leyes son dictadas para
mantener con miedo a quien intente transgredirlas.
¿Infiltradxs? Si somos infiltradxs, vivimos dentro de su
sociedad intentando atacar sus pilares morales y materiales,
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creando nuestros propios códigos basados en la libertad.
¿Infiltradxs en las marchas? Si somos infiltradxs en las
marchas porque nosotrxs no creemos en sus peticiones de
reformas cosméticas al capitalismo, queremos la propagación
de nuestra acción para la destrucción de la sociedad”.
Por último, ¿tienen algunas recomendaciones para lxs
nuevxs encapuchadxs?
“Yo creo que hay que aprender de los errores, no solo de
los errores de acciones como tal, sino que pude comprobar
que había gente que no se cambiaba de ropa, ni de zapatillas
y tuvieron seguimientos por eso, muchxs nos salvamos por
suerte o inoperancia de la policía. Ahora en las marchas
hay gente que cae por las zapatillas, porque no botan las
zapatillas o andan con sus zapatillas de siempre, son errores
que hay que superar”. Dice “V”.
“No queremos ver más a compañerxs en prisión por
errores nuestros, la ropa, ojalá desechable, comprada en la
feria y botarla cuando todo termine, que se pueda sacar fácil,
pantalones de buzo tipo “full monti”. Ósea, con velcro a los
costados para deshacerte rápido de ellos, siempre, siempre
capucha tapando la cara, ¡Pero bien tapada, no a medias!, las
zapatillas cubiertas por bolsas.
Los materiales siempre manejarlos con guantes, no solo
para no quemarse con las molos o lacrimógenas, sino desde
el principio para no dejar huellas dactilares en las botellas,
imagínate si tienes una caja con botellas listas y las pillan los
pacos, quedó todo intacto y de seguro las van a llevar a analizar
para saber quién está detrás de la confección de molotovs.
Después de una salida no irse de inmediato a la casa, ni
quedarse tomando en los pastos, no ir a comprar la bencina en la
esquina de tu casa para volver a armar las molos donde mismo.
Cuidar siempre lo que hablas, no hacerse el/la galán
encapuchadx vanagloriándose para ligar chicxs, si te atrapa
la policía nunca colaborar en nada, los sapos siempre son
despreciables y los fanfarrones también.
Nunca comunicarse por teléfono o celular, ni por
internet, si vas a juntarte con otrxs sal sin celular, es igual de
sospechoso que llegues a juntarte con un grupo y todxs le
saquen la batería al celular al mismo tiempo.
Va a resultar obvio lo que te voy a decir, pero aunque
no lo creas hay encapuchadxs que suben imágenes de ellxs
282 |
mismxs en una barricada, antes era en sus fotolog, ahora
en su Facebook, esa si es una estupidez de marca mayor
(ya tener un Facebook y facilitarle al poder información
de ti mismx es una estupidez), si haces eso, mejor anda a
entregarte directamente a una comisaria”.
“Jota” agrega, “Si creo que falta una constante maduración
del discurso de lxs encapuchadxs, hay veces que sus
argumentos son muy vagos, creo que en los enfrentamientos,
cuando se producen diálogos con estudiantes o personas
que van pasando se debe argumentar de forma firme y
clara puesto que eso también es propaganda, no digo que
andemos convenciéndolos a todos, no buscamos eso, pero
quien sabe que si una de esas personas que escuchaban tenía
el bichito y gracias a argumentos sumado a una acción seria
pueda ponerse de este lado de la barricada.
Para finalizar con que he visto últimamente una
falta de preocupación por el anonimato en estxs “nuevxs
encapuchadxs” de las revueltas del 2011, el anonimato es y
tiene que ser uno de nuestros mejores cobijos, y perderlo
por un alardeo es un error.
Tengan muy en claro que elegir el camino de la lucha
radical y violenta contra el sistema de dominación trae
consecuencias, muchas veces bien desagradables, quizás
también las mejores satisfacciones de ver en llamas a
tu enemigo, pero hay que cuidar tu espalda y la de tus
hermanxs, eso permitirá que ese fuego sea posible sin tener
que lamentarnos después.
Hay que volver a utilizar viejos amigxs, como los
miguelitos (clavos torcidos y soldados entre tres, que se
lanzan a la calle para pinchar neumáticos), los cepillos (tablas
con clavos para pinchar neumáticos) o cadenas cruzando de
lado a lado la calle, yo creo que en los ochenta tenemos un
arsenal de ideas y prácticas que tenemos que desempolvar,
ir probando nuevos materiales y que la información fluya
entre distintas generaciones”.
Podría decirte que lxs encapuchadxs deberían dotarse de
elementos discursivos para defender su práctica violenta, pero
si un/a encapuchadx está leyendo este libro ya lo está haciendo”.
| 283
CAPITULO X
CONCLUSIONES
Al momento de iniciar esta investigación nos
preguntamos cuál era la práctica social que originaba el
surgimiento de lxs encapuchadxs, como se daba y a que se
debía su aparición.
Para responder a esa pregunta no nos sirvió hacer
un análisis historicista, remontándonos hasta la génesis
del movimiento obrero chileno, cuyos primeros efectos
comienzan a darse luego de la guerra del pacifico,
fundamentalmente por el movimiento Anarquista, pasando
luego a la fundación del partido comunista, el declive del
anarquismo y la hegemonía marxista, culminando con el
gobierno de Salvador Allende en su ascenso y caída.
La explicación por esa vía terminó por no explicar
nada. Esto porque las diferencias entre una y otra posición,
es decir, entre lo que es el fenómeno de lxs encapuchadxs
con el anarquismo tradicional, o con el movimiento obrero
y su historia no calzan entre sí. Porque lxs encapuchadxs
tienen diferencias no solo cuantitativas sino esencialmente
cualitativas con el movimiento obrero visto a través de
la historia. Diferencias que tienen que ver con las formas
orgánicas de uno y otro, con la visión que tienen del Poder y
con las aspiraciones y proyectualidad de cada uno.
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Hemos visto que lxs encapuchadxs carecen de una
orgánica concreta y que sus objetivos apuntan a categorías
anti-sociales, que renuncian a todo objetivo estratégico de
toma de poder, en su sentido representativo, renuncian de
igual modo a toda instancia negociadora y a toda sumisión
al aparato social en cualquiera de sus formas. Tienen pues
una posición tan extrema y radical que hay quienes la
deslegitiman como absurda, desde el punto de vista de la
organización obrera tradicional.
Pero, ¿Cómo podemos probar que el fenómeno de lxs
encapuchadxs no está engendrado ni directa, ni indirectamente,
ni es el fruto de las prácticas políticas de lo que podríamos
denominar como “el movimiento obrero”?. ¿Cómo podemos
afirmar tajantemente que el fenómeno que nos ocupa, si bien
aparece como una nueva forma de lucha, debe ser visto al
mismo tiempo como una ruptura con lo anterior apareciendo
como una forma totalmente nueva y casi espontánea?
Pudimos probar esto a partir de tres diferencias básicas:
Todo la labor política desde el anarquismo del siglo XIX,
hasta las protestas masivas organizadas dentro de condiciones
extremas en la dictadura de Pinochet, tenían un dogma
común sobre el cual giraba toda estrategia y toda sumatoria
de esfuerzos y participaciones individuales, por poca o mucha
gente que esta fuera. Y este dogma en el que creyeron lxs
viejxs militantes y sus dirigentes siempre fue la organización,
la agrupación o el partido, como eje imprescindible que daba
sentido táctico y estratégico a sus pretensiones.
Este dogma fue llevado a límites extremos en el P.C
tradicional, en donde en la época estalinista un militante
podía ser llamado a Moscú y juzgado allí, incluso fusilado.
Y todo era aceptado en función de la “organización”. Cada
tarea por individual y solitaria que fuera encomendada,
dejaba al sujeto ligado sicológicamente a una organización
que le daba sentido, aún en las tareas más absurdas. Bajo
ese dogma la izquierda tradicional se hizo fuerte llegando a
consolidar el triunfo electoral de Salvador Allende.
Lo mismo se utilizó en todas las organizaciones de tipo
político-militar en donde la organización clandestina fue una
vez más el eje histórico de todos los esfuerzos por derrocar
la dictadura y en donde todas las acciones masivas dieron
sus frutos gracias a la organización.
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Pues, este hilo conductor que se observa en todas las
organizaciones populares, revolucionarias y socialdemócratas
a lo largo de la historia, aquí, en el fenómeno de lxs
encapuchadxs no existe. El dogma central se ha roto, dando
a este fenómeno una categoría totalmente nueva.
Existe en las organizaciones tradicionales un cierto
tipo de mística que se basa en la tradicional parábola de
Mussolini con respecto a las varas (facios): una se quiebra
fácilmente, pero un en montón, en conjunto, resisten (de
ahí el nombre de fascismo a su movimiento). Y este sentido
de pertenencia a un grupo mayoritario genera tal grado de
conciencia llegándose a la idea de la Internacional (“Y se
alcen los pueblos con valor, por la Internacional”, himno
del comunismo internacional), los militantes le atribuían
características como las de un creyente a Dios: la organización
era omnisciente, omnipresente, omnipotente (que todo lo
sabe, que está siempre presente, que todo lo puede).
Esto le daba la mística al “cuadro político” para desarrollar
su tarea en solitario y en las condiciones más adversas,
porque siempre se sentía parte de una cadena, un eslabón
más de una cadena que un día concluiría con la toma de
poder y entonces ese sería el gran premio que los resarciría
de todas sus soledades, esfuerzos e incomprensiones.
Compárese esto con un/a encapuchadx que sale a la
calle a poner su vida, su libertad, convertido en un “cuadro
político” solitarix, que se encuentra con otrxs como él/
ella (siempre una minoría) pero en donde saldrá airosx del
enfrentamiento solo gracias a la experiencia y habilidad
conseguida por sí mismx.
Finalmente los objetivos de las organizaciones fueron
claros, particularmente los objetivos estratégicos que definían
los objetivos tácticos. En la mayoría de los casos el objetivo
estratégico era, ni más ni menos que la toma del poder.
En las organizaciones social-demócratas, el objetivo
también fue la toma del poder, pero no para cambiar un
sistema por otro, sino más bien para conseguir las mayores
ventajas para los miembros de sus organizaciones, con las
cuales crecía el prestigio y aumentaba el poder. Tales objetivos
estratégicos fijaban los objetivos tácticos de inmediato.
En el caso de lxs encapuchadxs, el objetivo estratégico
existe pero como algo demasiado lejano, difuso y negativo,
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no ya de signo positivo como en las etapas anteriores: ¿Se
busca derribar el sistema? O es solo la lucha contra el sistema,
contra la globalización, contra el autoritarismo, contra el
poder, etc. Pero no se plantea acabada “¿Qué haremos si
triunfamos?”, porque da la impresión que tampoco esperan
un triunfo, al menos no a corto y cercano plazo.
Su la lucha es pues épica, grandiosa y monumental si la
comparamos con las organizaciones anteriores. Lucha solo
-y quizás- por dar un testimonio, por utilizar las instancias
mediáticas para decirles a otros sujetos como ellxs, de la
edad de ellxs, de las inquietudes de ellxs, “La lucha continúa”,
“Estamos presentes”, “Hay todavía algunxs que no nos hemos
rendido”… y tras este objetivo tan extremadamente idealista,
tan exento de promesas de éxito, salen a arriesgar su propia
integridad física porque, pende sobre ellxs no solo la ley,
sino la furia y el ensañamiento policial, es decir sanciones al
margen de lo legal, por el solo hecho de encapucharse.
Establecido este punto y asumido que se ha probado que
entre el movimiento obrero en general en Chile y el fenómeno
de lxs encapuchadxs no existe una relación de continuidad,
queda en el aire la pregunta: ¿Si lxs encapuchadxs no son
engendradxs por esta práctica social directa, la propia de
su entorno, la que generó las condiciones históricas en las
que crecieron y se desarrollaron, entonces de qué tipo de
práctica social vienen?
Para responder esta pregunta tuvimos que analizar un
cambio fundamental que se dio en el siglo XIX, el cambio
de una sociedad estrictamente penal a una sociedad
disciplinaria, constituyéndose entonces, una nueva forma de
poder, la del control social.
Es así, como en las nuevas proposiciones al sistema
penal no bastaba con el solo poder legislativo, si no que se
hizo necesario una intrincada maraña de poderes laterales,
al margen de la justicia como son la policía, las instituciones
psiquiátricas, criminológicas, médicas y pedagógicas. Todo
ello alrededor de la institución judicial y con el manifiesto
objetivo de la vigilancia y corrección social.
Esta red, que es un poder en sí misma, se arroga las funciones
de la justicia, cuya función no es ya castigar las infracciones sino
corregir las virtualidades. Esto en el siglo XX se llevará al límite con
instituciones como los departamentos y agencias de seguridad.
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Como clara expresión de esta época aparece una figura
arquitectónica que lo resume todo: el panóptico, un sitio en
forma de anillo en medio del cual hay una torre. El espacio
del anillo está dividido en pequeñas celdas que daban al
exterior y al interior y en cada una de las celdas había, según
los objetivos de cada institución, un/a niñx escribiendo, un/a
obrerx trabajando, un/a prisionerx expiando sus culpas, un/a
locx actualizando su locura, etcétera.
En la torre central había un vigilante y como cada celda
daba tanto al interior como al exterior, la mirada del vigilante
podía abarcar en forma precisamente panóptica (del griego
pan= todo, óptica=ver) la totalidad de la vida de los sujetos,
sin que hubiera en esta dimensión territorial, un sitio donde
no estuviera expuesto a la mirada del vigilante. Y para agregar
un dato aún más dramático, el vigilante estaba oculto tras las
persianas, resultando invisible a los ojos de lxs observadxs.
Esta imagen de pesadilla es llevada a excesos en la película
“The Truman show” interpretada por el actor Jim Carrey, es
la metáfora exacta del modelo social el cual hemos retratado.
El panoptismo es la utopía de una sociedad (la del control
total) y del tipo de poder de la sociedad que conocemos, pero
en tanto utopía resulta una aspiración de la clase dominante
y si bien resultará imposible alcanzar la realización total de
este sueño, es obvio que cada vez se invierten más recursos,
mayor tecnología y una dimensión cada vez más globalizada
de ese control. Tras este esfuerzo se unen los gobiernos
democráticos, las empresas multinacionales y los organismos
de seguridad de todas las tendencias.
El panoptismo es una forma de poder que se basa en
el saber y que se apoya no ya en la indagación sino en algo
totalmente diferente. En la indagación se procuraba saber lo
que había ocurrido.
Con el panóptico ya no hay indagación, sino vigilancia.
Vigilancia permanente sobre los individuos por alguien que
ejerce un poder: maestra de escuela, jefa de oficina, médico,
psiquiatra, etc. Y por el hecho de ejercer ese poder tiene la
posibilidad no solo de vigilar, si no de constituir un saber
sobre lxs vigiladxs.
Este escenario se organiza alrededor de la norma, se
establece que es normal y que no lo es, que es correcto y
que no. Lo peor de todo es que este juicio de valor sobre la
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conducta de otrxs queda en manos de un vigilante, librado a
sus propios prejuicios, a sus propias deficiencias, a su propio
miedo como censor que cuestiona “por las dudas” de que
algo que no entiende pueda ser visto como impropio por sus
jefes y por ello expulsado de la posición de poder que hasta
allí ha alcanzado.
Parece también una idea muy importante, para la línea
de nuestro razonamiento, la aparición de una penalidad que
no tiene por función corregir una infracción, sino más bien
corregir el comportamiento de los individuos, sus actitudes,
sus disposiciones, el peligro que significa su conducta virtual.
Opera también la necesidad de control para defender la
riqueza, específicamente de la depredación de los sectores
más desposeídos, porque se fue generando, en conjunto
con el desarrollo capitalista, una horda de vagabundxs y
desocupadxs que no encontraban un lugar ni en las fábricas
ni en los campos.
Se producía entonces la paradoja de un sistema que
fomenta la desigualdad a límites tales que hará que a
principios del siglo XX, miles de familias europeas deben
emigrar hacia otros continentes, pues sobraban en sus
respectivos países.
Pero este control se tenderá a ejercer también sobre
conocidxs activistas de las nacientes organizaciones obreras,
principalmente anarquistas, lo que se agravará aún más con
el nacimiento del marxismo y le generación de la primera
Internacional comunista en 1864.
Reuniendo todos estos antecedentes, podemos contestar
categóricamente a la pregunta sobre la práctica social de la
cual provienen lxs encapuchadxs. Vimos que no aparecían como
continuadorxs en ningún sentido de las prácticas político-sociales
del movimiento obrero. El/la encapuchadx no existe como una
respuesta refleja a las condiciones sociales existentes, ni existe
nada previo a su propia experiencia y a su particular manera de
apreciar su experiencia en tanto sujeto de conocimiento. Es decir,
no estaba en ningún sentido predestinadx a ser un/a guerrillerx
urbanx, un/a terrorista o un/a encapuchadx, sean cuales fueren
sus antecedentes previos y que asume esta posición como fruto
de una reflexión exclusiva frente al entorno en que vive, y frente
a una práctica social que le genera esta respuesta especifica que
denominamos “encapuchamiento”.
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A partir de lo expuesto queda meridianamente claro de
qué práctica social emerge este fenómeno. Sin duda que más
que de la matanza de la escuela de Santa María en 1907 o
más que los sucesos del 11 de Septiembre de 1973, lo único
que calza como hipótesis es definir que el fenómeno del
encapuchamiento está engendrado por un proceso dialectico
como antagónico al panoptismo.
Son pues una respuesta a la sociedad disciplinaria, a la
sociedad que parte del examen y no de la indagación, al menos
en ciertas instancias de sus propias vidas están dispuestxs
a demostrar su rebeldía, pero se niegan a mostrarse a las
cámaras que lxs graban con la intención de desatar luego
una meticulosa persecución que lxs lleve a la cárcel bajo
cargos reales o ficticios.
Tienen la osadía de asumir que viven en una sociedad que
les quiere reinventar una conducta, que se ajusten a la norma,
a aquellas fijadas por las propias elites. ¿Y entonces que hacen?,
cometen el acto más bárbaro y despreciable, la bofetada más
seria, el escupitajo más violento a la cara de las avanzadas
negociadoras tras las cuales viene el garrote… ¿Qué hacen pues
frente al panoptismo social?: se encapuchan y con ello aniquilan
de un solo golpe todo el andamiaje, si no real, al menos teórico
de la monstruosa inversión paranoica del panoptismo.
El sistema siente que estxs encapuchadxs más allá de
lo cuantitativo les ofrece una resistencia cualitativa que
inutiliza su recurso fundamental. Entonces entra en pánico,
¿Qué ocurriría si todxs se encapucharán? El sistema depende
de la posibilidad de ver quiénes son lxs que no se comportan
dentro de los parámetros diseñados por ellos mismos,
necesitan identificarlxs, tenerlxs en un dossier, saber dónde
viven, infiltrarlxs, perseguirlxs cuando la ocasión lo amerite, se
necesitan chivos expiatorios que presentar a la prensa cuando
ocurren sucesos de determinada gravedad, entonces la imagen
del/a encapuchadx, aun cuando sea unx solo, resulta intolerable.
Es obvio que los detentadores del poder, en cualquier
nivel sienten una reacción instintiva de odio y rechazo al/a
encapuchadx más que al traficante de drogas, más que
al pedófilo, más que al violador… ¿Por qué? Simplemente
porque inutiliza la panóptica, y ella es el mecanismo esencial
y constitutivo del poder y de toda forma de poder en
cualquier nivel institucional.
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Nadie que detente el poder puede aceptar ni soportar
interrelacionarse con subordinadxs que se han puesto una
careta y no resultan identificables. Porque lo que allí ocurre
es que se viene abajo una fase, una parte de la estructura de
poder, que es aquella que nos pretende gobernar sin mostrar
la boca de los fusiles. Con capuchas no se puede dialogar,
ni convencer, ni apelar a argucias legales. Entonces se lxs
llama cobardes, en un torpe desafío a que muestren su cara
y caigan bajo las garras del panoptismo.
Saben pues, que son sujetos sometidxs a vigilancia y
por tanto reaccionan a ella con un disfraz que la inutiliza y
desespera. Se saben vigiladxs y se cuidan aún más. Cuidan
sus comunicaciones y se preocupan de que sus ropas no den
pistas sobre su identidad, como así mismo que sus huellas
no queden impregnadas en los elementos utilizados.
Lxs encapuchadxs tomaron especial conciencia de la
vigilancia y del rol jugado por las nuevas tecnologías, tanto para
detenerlxs como para constituirse en pruebas durante los juicios.
Pese a las incontables amenazas vertidas por la prensa,
aumento de las condenas y penalización de la capucha,
no se ha logrado detener o siquiera bajar las prácticas de
acción directa callejera. Las salidas y cortes han desbordado
los planteles universitarios, tomándose colegios y calles en
general, entonces no solo han permanecido, si no que han
aumentado tanto en intensidad como en masividad.
Así entonces, no hay quien lxs pare, porque el fuego de
lxs encapuchadxs ya ha desbordado sus propios límites.
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Dibujo en Homenaje a Claudia López