Bosquejo exegético Bosquejo homilético: Apocalipsis, un quinto evangelio
1. Prologo (1:1-8) que vuelve a proclamar las buenas noticias ante las nuevas
2. Cristo vive y está presente (1:9-20) circunstancias del fin del siglo.1
3. Una iglesia activista sin amor (2:1-7) 1. Apocalipsis: la revelación de Jesucristo para su
4. Una iglesia pobre, pero rica (2:8-11) iglesia 1:1-8.2
5. Una iglesia fiel, pero infiltrada (2:12-17) “¿Hay 2. El verdadero Señor de la iglesia: El Cristo vivo
"cristianos" idólatras y politeístas hoy? Cuando (1:9-20).3
surge un Balaam, no está lejos un Balac Donde se 3. Sin amor nada sirve (2:1-7).4
juntan Balaam y Balac, por detrás está Satanás” 4. La verdadera riqueza (2:8-11).5
6. Una iglesia engañada por falsas profecías (2:18- 5. Una fidelidad que marca la diferencia (2:12-17). 6
29) Cuando "business is business" significa 6. Cuidado con las falsas profecías (2:18-29).7
idolatría ¡Cuidado con las falsas profecías! 7. Tienes que despertar (3:1-6).8
7. Una iglesia famosa pero muerta (3:1-6) La 8. La iglesia: Una comunidad alrededor de la Palabra
"imagen " también puede ser ídolo La idolatría de Dios (3:7-13).9
más sutil para la iglesia hoy: la "exitolatría " 9. La iglesia de Cristo sin Cristo (3:14-22).10
8. Una iglesia débil, pero fiel (3:7-13) "Lo 10. El único Dios verdadero y Señor de todo es el que
implacable que debe ser la verdad" La Iglesia: una merece ser adorado (4:1-11).11
1
Juan Stam, Comentario bíblico Iberoamericano: Apocalipsis tomo 1, 40.
2
El rol del predicador será despejar el misticismo que existe sobre la palabra “apocalipsis”. La traducción literal del término
“apocalipsis” es revelación, quitar el velo para dejar ver. El prólogo del libro nos presenta a Jesús por encima de todo gobierno
terrenal. Esto es fundamental para la teología del libro ya que este es un mensaje fuerte contra los poderes terrenales y diabólicos. El
Dios de gracia no dejará a su pueblo sin la Palabra, mucho menos en su hora de prueba.
3
La imagen de Cristo caminando en medio de los candelabros (las iglesias) y la posterior descripción de su imagen lo presentan como
inmensamente poderoso, pero también como inmensamente amoroso. No tiene nada que envidiarles a los reyes de la época. Es más, él
sí es divino. Todo en el refleja poder y majestad y está cuidando de su iglesia.
4
Éfeso podría ser la iglesia ideal: Trabaja duro, es excelente teológicamente y persevera en medio del sufrimiento. Pero esta iglesia no
está motivada por el amor. Este es un ejemplo claro de una iglesia que ha perdido el horizonte. Cuando la estructura y la “religiosidad”
se hacen más importantes que la visión de Dios se llega a trabajar de forma mecánica. El primer amor alude a la prioridad, la
devoción, la primera demanda o exigencia que tiene la iglesia. No se refiere a lo que hacían recién convertidos.
5
La iglesia de Esmirna no recibe ningún reproche de parte del Señor. Esta iglesia que carece de bienes materiales sobreabunda en
fidelidad a Dios. Esta es la real riqueza. Ellos han acumulado tesoros en el cielo donde ni la polilla, ni el orín, ni los ladrones pueden
dañar. El consuelo que Dios promete para esta iglesia no es librarla de la tribulación que se avecina, en galardonar a los fieles después
de dicha prueba.
6
La iglesia de Pérgamo es fiel a Dios. Sin embargo, esta fidelidad se está viendo amenazada porque falsos maestros están trayendo
trozos del paganismo a la iglesia. La iglesia parece ser tolerante con estos indicios de mundanalidad y el peligro está en el juicio
venidero del Señor. El Señor, mediante el símbolo de la piedra blanca con un nombre nuevo invita a marcar una diferencia radical con
las prácticas idolátricas del mundo secular. La mezcla de cristianismo y paganismo es prostitución espiritual y aceptar la mentira de la
idolatría es participar del banquete del mal. La recompensa para los fieles es el maná (verdadera comida) y una identidad diferente.
Los falsos maestros no quedarán sin el castigo del Señor.
7
La iglesia de Tiatira es alabada en principio por el Señor. Sin embargo, esta es una actitud pastoral que no se centra únicamente en
los aspectos desagradables, sino que sabe honrar el esfuerzo de sus siervos. Al parecer la mujer a la que Juan describe de forma
despectiva con el nombre “Jezabel” es una profetisa que goza de fama entre los miembros de la comunidad cristiana. Esta fama ha
nublado el discernimiento de los cristianos que están siendo seducidos por la falsedad de ella. El castigo esperado para ella, sus
amantes y sus hijos es severo. Los ojos de Jesús que son como llamas de fuego penetran toda mentira y la descubren.
8
Aparentemente la iglesia de Sardis no ha sido notable en la ciudad. Esta iglesia parece haber encajado tan bien en su entorno y en la
cultura de la ciudad que no representa ninguna amenaza para el Imperio. Esto, que podría interpretarse como una victoria del
cristianismo, el Señor lo cataloga como una derrota. La iglesia no está viva, solo tiene nombre de algo vivo, pero la realidad es la
muerte. Sin embargo, no toda la iglesia es así. Hay un pequeño remanente que se mantiene fiel al Señor. La iglesia debe ponerse en
vigilia, recordar sus dones y arrepentirse.
9
El mensaje a la iglesia de Filadelfia es bastante alentador. La comunidad está al límite de sus fuerzas a causa de la persecución de los
judíos. Aun así, la iglesia no ha flaqueado en su fe. El mensaje alienta a los cristianos que en medio de las adversidades deciden
continuar siendo fieles a su Dios. Dios abre una puerta que nadie puede cerrar, Dios reducirá a los enemigos y él cuida de su rebaño.
10
La iglesia de Laodicea es por más un grande anuncio de advertencia para el cristianismo de nuestra era. Están de moda las iglesias
lujosas, los espectáculos en lugar del culto al Señor, la publicidad a ciertos ministros en lugar de la gloria para Dios. Cuando se
confunden estas cosas con la presencia de Dios la iglesia está sin Dios. A pesar del duro mensaje la misericordia del Señor resuena
para la comunidad laodicense: el Señor está dispuesto a darles una riqueza verdadera y está dispuesto a sanar los ojos de aquellos que
no han podido distinguir entre la superficialidad y la verdadera presencia de Dios.
comunidad alrededor de la Palabra ¡Lo que Dios
puede hacer con una iglesia de "poco poder"! El 11. La misericordia del juicio (5:1-14).12
Dios de las puertas abiertas
9. Una iglesia orgullosa, ¡que daba asco! (3:14-22) 12. Los cuatro primeros sellos: Si el Cordero abre los
A Dios le gusta la gente que se define. Ser sellos la historia está en buenas manos (6:1-8). 13
cristiano es (entre otras cosas) una vocación
política. El Cristo Rey practica el poder 13. El quinto sello: Los creyentes frente al
compartido. Cristo sigue tocando a nuestra puerta sufrimiento (6:9-11).14
10. El trono de Dios: centro del universo (4:1-11)
11. La cruz: La potencia de la impotencia (5:1-14) 14. El sexto sello: El gran día del Señor (6:12-17).15
12. Los cuatro jinetes (6:1-8)
13. Una teología del martirio (6:9-11) 15. “La salvación viene de nuestro Dios” (7:1-17). 16
14. Se sacuden los cimientos (6:12-17) 16. Inicio del séptimo sello: La historia pertenece a
15. Dios protege a los fieles (7:1-17) los intercesores (8:1-5).17
11
El cap. 4 de Apocalipsis presenta la supremacía de la corte celestial en comparación con la corte del Imperio. Juan ve un trono y una
corte de aspecto singular. La corte celestial no está precedida por Domiciano, está precedida por el Dios del cielo; el trono que Juan ve
no es un trono humano, es un trono celestial; la corte que Juan ve no está compuesta por senadores ni gobernadores de provincias, está
compuesta por ancianos y seres simbólicos que rinden adoración al verdadero Dios. Esta corte celestial no se aferra a sus coronas
porque estas están para rendirlas a los pies del verdadero Dios, que es el único que merece la gloria por todos los siglos. No es
Domiciano el que merece ser adorado, ni siquiera porque haya un edicto que lo ordene, él no es Dios. El mensaje de Juan es
contundente: solo el que se sienta en el trono celestial es el que merece ser adorado por toda la creación. Este mensaje debe alentar a
los cristianos que son amenazados por el Imperio y obligados a adorar al emperador. Los cristianos deben adorar al que se sienta en el
trono celestial.
12
La razón por la cual Dios mismo no abre los sellos del rollo es por misericordia. Dios ha delegado todo juicio al Hijo (Jn 5:22, 27),
porque él que ha de juzgar a la humanidad es el mismo que murió por ellos. Esta es la misericordia de Dios. Dios no quiere condenar
al mundo, quiere que el mundo sea salvo por medio del sacrificio del Hijo. Ahora el Hijo viene a juzgar a los que ha rechazado la
intermediación suya y la misericordia de Dios.
13
El centro de este pasaje se encuentra en el v.1. Juan ve que el Cordero abre cada sello. No se puede negar que tres de estos jinetes
traen caos al mundo, pero tampoco se puede negar que ha sido el Cordero quien lo ha permitido. Este mensaje alienta a las
comunidades cristianas que están sufriendo de la opresión del imperio diabólico que los rodea. A pesar del hambre, de la guerra y de
la muerte, el Cordero fue quien abrió el sello, él tiene el control. Si esto fuera poco, el jinete del primer caballo es el mismo Cordero.
El ha sido coronado con la victoria, por esto sale venciendo y para vencer. Los demás jinetes solo lo secundan, pero el victorioso es él.
El simbolismo más difícil de entender, probablemente, es el del caballo negro. Este caballo representa la injusticia social, la opresión
de los líderes y reyes sobre los pobres con tal de fortalecer sus riquezas. El pregón que anuncia la venta del trigo a un precio
extravagante alarma acerca del mal uso de los recursos. La orden de conservar el vino y el aceite, elementos propios de la alta
sociedad puede aludir a la insensibilidad de los terratenientes. Ellos, con tal de estar provistos de sus lujos, no han dedicado sus tierras
a la producción de los elementos esenciales para la vida de los pobres.
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La teología del sufrimiento es un tema transversal que atraviesa la Escritura. El ejemplo más prominente lo encontramos en el libro
de Job. Allí se desarrolla la idea del sufrimiento del justo y se responde a la pregunta de por qué sufren los “buenos”. Apocalipsis tiene
el tema del sufrimiento y del martirio como una de sus pautas teológicas importantes. Esta porción nos presenta a los mártires por la
causa del testimonio. El Señor ha querido que sus siervos fieles lleven su testimonio (son testigos) a todas las naciones (idea que se
desarrolla desde el A.T.), pero Apocalipsis deja ver que este testimonio va acompañado de la oposición de los mismos receptores del
mensaje. Esta oposición muchas veces termina en el martirio. Sin embargo, las muertes no quedarán impunes. Dios es fiel y él
vindicará la sangre derramada de los inocentes. El sufrimiento de los creyentes, por causa del testimonio es motivo de honra porque es
la participación en los sufrimientos de Cristo.
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El lector del Apocalipsis no debe alarmarse ante la cantidad de símbolos cósmicos que nos presenta el autor. Una interpretación
literal de lo narrado haría injusticia al lenguaje de simbólico y poético que caracteriza a la literatura apocalíptica. Toda la turbulencia
que se narra en esta pequeña sección no es otra cosa que la forma en la que Juan puede narrar la magnitud del poder de Dios que entra
en acción. A los mártires de la sección anterior se les prometió justicia. Ellos fueron asesinados por los crueles paganos, pero ahora, en
el día de la ira del Señor, los paganos pagarán por desobedecer al Santo y por masacrar a sus testigos. El día de la ira del Señor o el día
del Señor son temas prominentes en el A.T., y no podría faltar en el último libro del N.T. El día del Señor es un día de juicio, pero
también es un día de consuelo para quienes han sido fieles a él.
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El cap. 7 es la respuesta a la pregunta con la que termina el cap. 6: ¿Quién podrá mantenerse en pie? (NVI). Solo aquellos a quienes
Dios decide salvar, a quienes él sella. Estos son los que pueden estar de pie. Y no es algo que ellos hagan por sus méritos, porque la
salvación es de Dios. Sobre la complejidad de la identidad de los 144 mil, este número simbólico representa al nuevo Israel, o sea, la
totalidad de creyentes, que más adelante (vv.9ss) se presentan como una multitud incontable de todas las tribus, pueblos y lenguas.
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Es espectacular ver (mientras leemos) la gran misericordia del Señor para con sus hijos. Cuánto impacto tienen las oraciones de los
santos en el desarrollo de la historia. Pero estamos hablando de oraciones bien formuladas, no del modelo hedonista de oración que se
ha filtrado dentro de la iglesia, cargado de declaraciones, de órdenes y de un lenguaje soberbio. Las oraciones perfuman el cielo
16. Silencio en el cielo (8:1-5) 17. Continuidad del séptimo sello: Cuatro trompetas –
17. Las cuatro primeras trompetas (8:6-12) Dios se revela para que el hombre se arrepienta
18. Primer ¡Ay!: (quinta trompeta) langostas (8:6-12).18
demoniacas (8:13 - 9:12) 18. La quinta trompera - Sin puntos medios (8:13-
19. Segundo ¡Ay!: (sexta trompeta) caballos dragones 9:12).19
(9:13-21) 19. La sexta trompeta: ¿Qué pasa que no se
20. Doble intermedio: La misión profética (10:1- arrepienten? (9:13-21)20
11:14) 20. La misión profética de la iglesia. (10:1-11:14) 21
21. Séptima trompeta: el grito de victoria desde el 21. Séptima trompeta: el grito de victoria desde el
cielo (11:15-19) cielo (11:15-19)22
22. La mujer y su semilla (12:1-17)
entero, lo silencian. Dios disfruta de la fragancia del clamor de su pueblo que confía en su providencia y que sabe que su justicia no
tarda. En el cap. 6:9 se nos ha permitido ver a los mártires clamando por la justicia del Señor, ahora en esta sección vemos a la tierra
unida con el cielo (incienso en el incensario e incienso añadido en el cielo) en oración, así con en el cap. 7 se unieron en adoración.
Las trompetas no se ejecutan sino hasta cuando la oración intercesora llega hasta el cielo para luego ser derramada como respuesta en
la tierra.
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La dependencia literaria de esta sección con las plagas de Egipto narradas en Éxodo no puede desconocerse. En el Éxodo
encontramos a Dios luchando (y derrotando) contra los dioses de Egipto para demostrarle a los israelitas y al Faraón que él era el Dios
verdadero. Con cada plaga se destruyó un ídolo y de esta forma se demostró el poder de Dios. “Con mano fuerte los sacó Dios” (Sal
136:11-12). Sin duda alguna los lectores del Apocalipsis se sienten tal como los israelitas en su esclavitud en Egipto. Son oprimidos,
los asesinan y están asediados por la idolatría. Pero el mensaje contundente de Juan con estas primeras cuatro trompetas es un grito de
esperanza para ellos. Dios escuchó su clamor (tal como lo vimos en el pasaje anterior), Dios revela su poder para que su pueblo lo
conozca como el Todopoderoso. Sin embargo, en medio de su revelación también espera que los paganos lo reconozcan como el Dios
verdadero. De este modo el juicio de Dios continúa manifestando su misericordia. Dios espera que aquellos que ven la manifestación
de su poder se arrepientan y se unan al pueblo de Dios: tal como sucedió en Egipto (Éx 9:20; 10:7?; 12:38).
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Este relato viene cargado de un simbolismo escalofriante y difícil de comprender. Sin embargo, no podemos cometer el error de
interpretar estos símbolos a la luz de la era actual, desconociendo que para los lectores originales estos elementos tenían absoluta
coherencia. No deberíamos optar por una interpretación literal de toda esta escena ya que el mismo Juan a la hora de describir a las
“langostas demoniacas” utiliza una amplia variedad de elementos. El abismo, en la teología judía, representa un lugar de caos y
alejado de la presencia de Dios. El mar y el océano estaban relacionados con el abismo y consideraban que Dios no habitaba allí (por
esto Jonás huye al mar). Por lo tanto, la referencia al “pozo del abismo” no debe alentarnos a pensar que hay un sitio literal así en
nuestro planeta (Sin embargo, muchos teólogos defienden la interpretación literal de este lugar). El asunto con este juicio de Dios,
descrito con estas figuras tan extrañas, está en que las trompetas dependen del inicio del cap. 8: la oración intercesora de los santos de
Dios. Por esta razón los sellados por Dios no sufren daño. Pero este caos es producido por agentes humanos opresores y crueles: las
langostas tienen rostros humanos (deshumanizados) y son descritos como jinetes en una guerra. El daño que pueden causar ha sido
limitado por el mismo Dios. Esto demuestra una vez más la misericordia de Dios y concuerda con lo expuesto en la sección anterior:
Dios continúa dándole “el chance” al hombre de que se arrepienta. Por esto no existen los puntos medios. Dios solo guardará a sus
sellados. El resto, los que lo rechazan, son juzgados.
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Desde el inicio de las trompetas en 8:6 vemos un incremento significativo en la representación del mal y en el daño que causa en la
tierra y los seres humanos. Las primeras cuatro trompetas presentan una forma libre de interpretar los eventos de Sodoma y Gomorra,
y las plagas de Egipto. Un elemento que debemos tener presente a la hora de interpretar estos pasajes viene desde el mismo Éxodo: el
Señor se revelaría a Faraón y a todo Egipto para demostrar que él es el Dios verdadero y afianzar la fe de su pueblo y llamar a los
incrédulos al arrepentimiento. Las plagas de Egipto, a parte de ser un juicio, son una confrontación entre Dios y los dioses. Esta
confrontación es tomada por Juan en el Apocalipsis para alentar a la iglesia que está en medio de todas estas manifestaciones. Así
como Dios guardó a Israel en Egipto durante las plagas, serán guardados los sellados durante las trompetas. Sin embargo, tal como en
Egipto, los seres humanos rechazan a Dios y no se arrepienten. ¿Por qué no se arrepienten? Porque aman su estilo de vida de
injusticia, de inmoralidad, de robos. Los caballos y jinetes que son descritos con rasgos antinaturales no deben ser entendidos como
jaurías de demonios. Son los hombres que por la maldad de sus corazones han sido deshumanizados. ¿No es esto lo que nos sorprende
de los hombres cuando cometen actos de barbarie? Esta representación, como la de la quinta trompeta, nos muestra al ser humano
siendo capaz de encarnar en sí mismo el mal. Por eso continúan siendo liderados por el Destructor descrito en la quinta trompeta. Esta
descripción de la sexta trompeta nos refleja el daño que causan los hombres cuando no son capaces de reconocer a Dios y viven sin
arrepentimiento. Pero ellos mismos se convierten en sus verdugos.
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Este pasaje representa un gran desafío de interpretación. El ángel colosal con el que inicia el pasaje es presentado con muchos de los
elementos que describen al Señor (una nube, arco iris en su cabeza, rostro de sol, piernas como columnas). Sin embargo, Juan no nos
dice que sea Jesús. Sin duda es un ser divino y tan poderoso como para no escatimar su imponencia: se para en tierra y mar, como
gigante, y su voz tiene tanta autoridad que parece rugido de león. Es necesario dejar de lado la mención de los truenos ya que Juan no
da detalle sobre esto, pero el juramento del ángel nos indica que las palabras de los truenos están orientadas hacia el plan salvífico de
Dios: el secreto (misterio) de Dios. La figura del librito pequeño y la acción de Juan de devorarlo está citada de Ez 2:8-3:3 y
representa la esencia del profeta: interioriza la Palabra del Señor. Sin embargo, el fruto de la Palabra es doble. Por un lado, la dulzura
del mensaje redentor de Dios y, por otro lado, la experiencia amarga del rechazo y la persecución de los fieles. De todos modos, la
23. El falso mesías (13:1-10)
24. El falso sacerdote (13:11-18)
25. Los mártires victoriosos (14:1-5)
26. Triunfo de Dios sobre Babilonia (14:6-20)
27. Las copas de la ira de Dios (15:1-16:21)
28. Babilonia la gran ramera (17:1-18)
29. Lamento, resistencia y gozo: se lamentan los
aliados de la Babilonia, se invita a resistir a los
que no han caído y se goza el cielo y el pueblo de
Dios (18:1-19:4)
30. Cena de bodas para los justos (19:5-10)
31. El vengador de Dios (19:11-16)
32. Festín con los malvados (19:17-21)
33. Juicio para justos e impíos (20:1-15)
34. La nueva creación (21:1-8)
35. La gloria de la nueva Jerusalén (21:9-27)
36. El nuevo edén (22:1-5)
37. El tiempo está cerca (22:6-21)
comisión es dada: profetiza sobre pueblos, naciones, lenguas y reyes. Así entra en escena el relato de los dos testigos. Previo a este
relato Juan recibe una caña de medir, lo cual significa que habrá una comparación. Al parecer la iglesia es comparada con un templo y
la imagen del patio pisoteado por los gentiles representa la persecución que la iglesia sufriría. Pero esta persecución es temporal. Los
dos testigos podrían ser Josué y Zorobabel (Zac 4:2s = Apo 11:4); Elías (2 Re 1:5-12 = Apo 11:4; 1 Re 17:1 = Apo 11:6) y Jeremías
(Jr 5:14=Apo 11:5); Moises y Aaron (Éx 7:17, 19 = Apo 1:16). O bien Moisés y Elías, los dos testigos que aparecieron en la
transfiguración junto a Jesús (Mat 17:1-9). Sin embargo, debido a que podemos compararlos con tantos personajes, podemos concluir
que el autor sugiere ver en ellos el rol profético de toda la iglesia. La iglesia es la que ha recibido la comisión de evangelizar todo el
mundo y es claro que ella también debe sufrir la amenaza de la persecución y del martirio (los testigos mueren en el mismo lugar que
Jesús/Sufren lo mismo que su Maestro). Pero esto no significa que Dios no esté respaldando a su iglesia pues ella tiene poder para
resistir y Dios hace maravillas por medio de la predicación de esta. La iglesia no será destruida nunca. Aunque parezca que fue
derrotada, Dios la levantará, de la misma muerte si fuera necesario, y esto desatará juicios sobre los que no adoren a Dios.
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Tal como lo juró el ángel del pasaje anterior, al llegar la séptima trompeta se descubriría el misterio de Dios, o sea, la consumación
del plan de Dios que ha obrado a lo largo de toda la historia de la humanidad: todos los reinos son de Cristo. Esto provoca las
alabanzas de todos los seres que se encuentran en la presencia del gran trono. La conclusión de la historia es solemne: Las naciones se
levantaron y les llegó la ira del Señor. Pero también es el tiempo de recompensar la fidelidad de los siervos del Señor. Esto es
acompañado de la visión del templo de Dios abierto y el arca de su pacto. Probablemente representa la recompensa de los fieles del
Señor que es la posibilidad de morar perpetuamente en la presencia de Dios.