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SEGUNDO PARCIAL ICSE WORD-2 Buchbinder 2020

Este documento analiza las nuevas formas de protesta social que surgieron en Argentina durante la década de 1990 en respuesta a la crisis económica, así como la metodología apropiada para estudiar los movimientos de protesta. Señala que si bien los movimientos reflejan descontento genuino, también fueron influenciados por actores políticos a través de medios como la radio. El análisis debe considerar factores contextuales, fuentes múltiples e integrar diferentes niveles para comprender las causas y evolución de las protestas.
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SEGUNDO PARCIAL ICSE WORD-2 Buchbinder 2020

Este documento analiza las nuevas formas de protesta social que surgieron en Argentina durante la década de 1990 en respuesta a la crisis económica, así como la metodología apropiada para estudiar los movimientos de protesta. Señala que si bien los movimientos reflejan descontento genuino, también fueron influenciados por actores políticos a través de medios como la radio. El análisis debe considerar factores contextuales, fuentes múltiples e integrar diferentes niveles para comprender las causas y evolución de las protestas.
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Nombre: Carla Pierina Troncoso Paredes

D.N.I: 99056985
Materia: I. C. Sociedad y Estado
Comisión: 72416 – Cátedra Buchbinder
Profesora: Maria de la Paz Colonna

SEGUNDO PARCIAL: INTRODUCCION AL CONOCIMIENTO DE LA SOCIEDAD Y


EL ESTADO CATEDRA BUCHBINDER

1. Durante los años 90 cobraron fuerza nuevas formas de protesta social en la Argentina.
Analice el origen de estas y su relación con los cambios económicos, políticos y sociales
que se produjeron en el país durante aquellos años. Diferencie, siguiendo a M. Svampa y
S. Pereyra sus dos vertientes y señale los cuestionamientos que José Benclowicz
realiza a los estudiosos de este tema a partir del análisis del surgimiento del
movimiento piquetero en Salta.

Durante los años 90 cobraron fuerza nuevas formas de protesta social en la Argentina, en
donde analistas locales y extranjeros señalan a la pobreza y al desempleo como las causas
que desencadenan este ciclo de protestas, en respuesta frente a un estímulo económico.
Por lo que el estímulo es una subida en la tasa de desempleo, un crecimiento de los niveles
de pobreza, una falta de pago a empleados públicos, como en el caso de los cacerolazos,
que se generaron por una indebida retención de los depósitos bancarios.
Estas formas de protestas que consisten generalmente en cortes de calles, corte de rutas e
incluso tomas de edificios públicos, no son completamente nuevas, ya que estas
manifestaciones de descontento se vienen dando desde el siglo XX, sin embargo,
adquirieron una nueva intensidad a partir de los 90.
Existen tres procesos macro que Auyero considera como la base de la protesta de la
Argentina actual, éstos son: el hiper desempleo, la retirada del Estado su función de semi
bienestar y la descentralización de los servicios de salud y educación.

En Argentina, desde mediados de los 90 comenzaron a reproducirse múltiples cortes en


las rutas del interior del país, en los cuales tuvieron como protagonistas a los pobladores
de comunidades enteras, y surgió el nombre "piquetero" para referirse a aquél que
organiza los piquetes, los cortes en las rutas; nombre que, además de atraer la atención de
los medios de comunicación y del sistema político por su magnitud expresiva, da inicio a
la historia de pequeñas organizaciones locales de desocupados que más tarde pasaron a
integrarse en una escala nacional.
Los autores Svampa y Pereyra se refieren a un movimiento piquetero plural contrastando
organizaciones articuladas en dos diferentes afluentes, los primeros son los piquetes y
puebladas del interior y los segundos afluentes son los piquetes que se generaron dentro
del conurbano bonaerense.
Por un lado, se manifiesta una vertiente que se centra en una perspectiva disruptiva, ya
que refleja una brusca separación de los marcos sociales y laborales que configuraban la
vida cotidiana de generaciones y pueblos enteros, que fueron producidas por el colapso de
las encomias regionales y la privatización acelerada de las empresas estatales,
particularmente YPF; del norte y sur argentino de los años 90. Los ex trabajadores y otros
actores locales habrían confluido así en los cortes de rutas multisectoriales de Cutral-co y
Plaza Huincul de 1996 y de Mosconi y Tartagal del 1997 para reclamar fuentes de trabajo,
demandas que con el tiempo se articularían en torno a la cuestión piquetera.
Por otro lado, se manifiesta el afluente que se refiere a una acción de linealidad y
continuidad, en el marco de una tradición contestataria más ligada al trabajo en el espacio
barrial y a la gestión de las necesidades básicas, surgidos en la década de los 70,
mostrando una distancia mayor respecto al mundo del trabajo formal, y es en esta
vertiente en donde se realiza las ollas populares, las marchas contra el hambre, la
desocupación y la represión; y cortes de ruta para hacer visibles su lucha cotidiana por la
supervivencia.

Benclowickz, señala ciertos cuestionamientos que a diferencia de lo que la literatura que


concierne a los movimientos sociales afirma, sobre la idea de la existencia de un estado de
bienestar, específicamente en la zona de Salta, antes de las contrarreformas neoliberales
de la década de 1990, con trabajadores que obtenían salarios altos y su calidad de vida
consistía en el fácil acceso a ciertos servicios, beneficiándose de ciertos privilegios, y en
donde el quiebre de esta “utopía” genera la caracterización del movimiento piquetero, las
rebeliones populares (puebladas) y las asambleas populares de la zona como nuevas
formas de organización y protesta vinculadas al efecto de las contrarreformas; resultan
contradictorias, por lo que este autor las refuta, ya que con respecto a la primera idea,
jamás existió dicho estado de bienestar en la zona, argumentando que ciertamente existían
carencias de servicios; y referente a los nuevos métodos de manifestaciones, conlleva a un
mito, ya que esto se viene dando desde años anteriores.
2. ¿Desde el punto de vista metodológico, cómo debería analizarse un movimiento de
protesta? ¿Qué conceptos, fuentes de información y estrategias de análisis debería tomar
en consideración un investigador? ¿Se trataron de movimientos espontáneos o son
controlados desde la política provincial o municipal?, Responda estas preguntas siguiendo
las consideraciones vertidas en el texto de Javier Auyero, “La protesta”.

Metodológicamente, un movimiento de protesta debería ser analizado mediante la


observación y cualificación de los hechos, comenzando en primera instancia con
responder las interrogantes de cuáles son las causas subyacentes de la génesis que motiva
a las personas a manifestar sus demandas y desconecto con respecto al contexto social,
político y económico en el que se encuentran, Por lo que se requiere de un enfoque teórico
de analistas, historiadores, sociólogos, etc.
El sociólogo e historiador norteamericano Charles Tilly estudia la relación entre el cambio
social a gran escala y el carácter de la acción colectiva, en donde acuña la terminología de
“repertorio de acción colectiva”, la cual hace referencia a que los grupos que manifiestan
las protestas están insertos en redes que comparten cierto tipo de creencias, practican
ciertas formas de manifestaciones y lo han ido aprendiendo e implementando
colectivamente a lo largo del tiempo.
Según Tilly, para generar un análisis metodológico, es necesario observar la interacción
de factores que impactan en la acción colectiva, los cuales actúan como una especie de
mediación ante las presiones creadas por estos grandes cambios.
Estos son factores de análisis estructurales que consisten en los intereses, los cuales se
basan en nuevas demandas, se pasa de la defensa de las fuentes de trabajo a la obtención
de subsidios de desempleo; un segundo factor son las organizaciones, que colocan a los
gobiernos provinciales como objeto de demandas; y un último factor son las
oportunidades, en donde aparecen nuevos actores, convirtiendo a las múltiples
organizaciones de desempleados en actores principales de la protesta.

Sin embargo, estos intereses, organizaciones y oportunidades, confluyen en la formación


de una identidad beligerante que enfrenta a manifestantes con funcionarios públicos y/o
políticos, que a través de malas praxis se aprovechan del caos de la situación. Como lo
son, por ejemplo, las redes políticas y la aparición de practicas clientelares de dirigentes,
en donde estas prácticas consisten en la distribución personalizada de favores y bienes con
la intención de obtener adherentes y votos, siendo vistas tradicionalmente por académicos
y periodistas como antagónicas a la acción colectiva.
Las fuentes de información que se requieren para analizar estos movimientos de protestas,
son los medios de comunicación comunes de la época, como lo son los periódicos
nacionales o provinciales, los canales de televisión, y lo que más enfatiza Auyero es la
participación de la radio, como medio de convocación colectiva, además de las entrevistas
y los relatos empíricos de los ciudadanos, en donde comentan sus descontentos, sus
carencias materiales y sobre todo esa indignación social que lógicamente implican las
injusticas, las caídas económicas y el colapso psicosocial interno de las familias.

La perspectiva estratégica de análisis, que debería considerar una investigación de


movimientos de protestas, es que se debe articular diferentes niveles de análisis, a nivel de
macroestructuras y micro procesos, además de un análisis diacrónico y sincrónico al
mismo tiempo para así poner énfasis en las formas de la protesta y en sus
transformaciones.

Según lo que plantea el texto de Auyero, es posible entender que estos movimientos no
fueron totalmente espontáneos, ya que la radio, como medio de comunicación, en cierta
parte influyo en la organización que se venía dando entre los ciudadanos de antemano,
convocando a que las personas fueran a participar en la manifestación de los piquetes. La
radio aquí cumple una función comunicativa para que los ciudadanos a través de llamados
telefónicos participen colectivamente en el reclamo de sus demandas. Sin embargo, la
participación de la radio como principal medio reproductivo de comunicación e ideas; se
presenta con una incongruencia, ya que se puede mal interpretar que estos movimientos,
son controlados desde la política provincial o municipal debido a que la radio estaba en
manos del circulo político de la zona.

En síntesis, el pensamiento colectivo de insatisfacción de la gente se va generando de


forma espontánea, como las mismas ganas de querer manifestar su indignación y
descontento, pero la forma de transferir y generar ese proceso de comunicación del
movimiento de protesta deja en evidencia y da a entender tácitamente que se produjo en
un contexto de manipulación social por parte de referentes políticos.

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