En el cuerpo cargamos a nuestra familia
Nuestro cuerpo suele reflejar los problemas o enfermedades heredadas del árbol genealógico.
No debemos caer en la trampa de buscar recetas infalibles porque no las hay, este artículo sólo
pretende dar unas pocas orientaciones que sirvan como base. Cada caso es distinto.
Queremos decir que asignar un ancestro a cada órgano o área corporal, es parecido a la
tarea en la que se han enfrascado y se siguen enfrascando muchos neurólogos localistas: la
de asignar funciones cognitivas concretas a zonas cerebrales concretas. La conclusión a la
que llegan es que hay especialización hasta cierto punto, porque en el cerebro, igual que
en el Universo, primero todo interacciona con todo y segundo, descubren que se trata de un
holograma, de manera que todo está contenido en cada parte del todo.
Antes de seguir, tenemos que tener en cuenta que en cada zona corporal conviven tres
informaciones:
1. La memoria de nuestro árbol genealógico
2.-La memoria biográfica personal
3.-Los mensajes que el sabio interior nos envía a través del cuerpo
La memoria de nuestro árbol genealógico
La familia está viva en la piel, en el cuerpo, está hablando. Hasta tal punto que podemos
reconocer a nuestro árbol por la huella que éste ha dejado en nosotros…
Esa “cierta especialización” de la que hablábamos, en la que los estratos de nuestro árbol
genealógico vive en cada uno de nosotros se podría expresar así, muy a grandes rasgos:
*Parte derecha del cuerpo-rama paterna
*Parte izquierda-rama materna
*Hombros, cabeza -bisabuelos
*Tórax y brazos -abuelos
*Desde la cintura a las rodillas-padres
*Desde rodillas a plantas de los pies-hermanos
La memoria biográfica personal
Desde la manera en la que somos concebidos, hasta el efecto que nos ha causado la regaña
del jefe, pasando por el tipo de parto, como nos han acariciado de niños, todo queda
escrito en el cuerpo. Por ejemplo, consideramos que el peso de la culpa se asienta en la
parte alta de la espalda y los traumas infantiles en los pies. La piel es un gran lienzo en la
que queda escrita la historia de nuestras relaciones con el mundo.
Los mensajes que el sabio interior nos envía a través del cuerpo
Nuestro cuerpo es el mapa físico de nuestra conciencia, un fiel reflejo de cómo funcionamos
en las distintas áreas de la vida. Cualquier síntoma físico es una oportunidad para hacernos
conscientes de que hay un área en nuestra vida que necesita atención.
El cuerpo en su totalidad se inclina al andar: hacia atrás o hacia delante
Estaremos huyendo del pasado si caminamos inclinándonos ligeramente hacia delante
Si nos inclinamos hacia atrás al andar tenemos miedo a entrar en la vida, somos unos
cobardes.
La cabeza también puede simbolizar al padre y a todos los ancestros varones.
Caminar con la cabeza por delante es igual a no reconocer nuestros deseos, andamos
refugiados en el intelecto.
Los tumores cerebrales tienen que ver con los secretos escondidos del árbol.
Las migrañas con las retenciones sexuales.
Los ojos como conjunto son de carácter masculino.
El ojo derecho es el intelectual, el racional. El izquierdo es el del corazón, el ojo profundo,
el de la receptividad.
La boca y las orejas simbolizan el linaje materno (son receptivas).
La sordera en el oído izquierdo puede ser algo que no quiero escuchar del linaje femenino.
Los dientes picados son el resultado de la rabia no expresada.
La garganta es el canal de expresión y de creatividad.
Tras una amigdalitis se esconde el miedo, las emociones reprimidas y la creatividad
sofocada.
El pecho: aquí está la relación corazón-emociones.
Si no nos han amado desarrollaremos un pecho endurecido e insensible.
Las manos son el símbolo de la elección.
La mano derecha es el símbolo de la elección racional, sin fe. La izquierda es la intuitiva.
Las uñas son nuestras defensas simbólicas… ¿Heredamos uñas de mucho grosor?
La espalda: los problemas simbolizan que cargas a los padres.
Si no nos acariciaron de pequeños podemos sufrir una desviación de columna.
En la espalda se van archivando los conflictos no resueltos de nuestro pasado:
-En la parte lumbar está la conexión con nuestra sexualidad y creatividad (los padres).
-En la parte dorsal es la conexión con nuestra parte emocional (los abuelos en el árbol).
-En la parte cervical nos conectamos con nuestro intelecto (los bisabuelos)
El vientre: la madre y todo lo que “digerimos de la vida”.
Los problemas de estómago están asociados al miedo, a la angustia y la ansiedad.
La pelvis se conecta con la sexualidad y con nuestros padres.
El miedo a la sexualidad puede traducirse en una pelvis movida hacia atrás.
Las rodillas nos muestran nuestra flexibilidad, nuestra adolescencia.
Si vivimos encerrados en nuestro castillo, inflexibles, sufriremos con las rodillas.
Los pies simbolizan el territorio, conectados con nuestra hermandad.
Cuando no estamos viviendo nuestra vida, caminamos como un ladrón sin hacer ruido.
Si somos hijos de padres divorciados, o separados…las puntas de los pies se separan.
Vivimos una época de regresión a la infancia…las puntas de los pies miran hacia dentro.
Cuando los pies se inclinan hacia fuera nos señalan que no tenemos un lugar en el mundo.
Somos un espíritu que utiliza un cuerpo de vehículo para pasearnos por esta vida, pero él no es
una carrocería inerte, cada célula contiene lo que fueron nuestros ancestros y lo que somos
nosotros. Y no olvidemos lo que dice el proverbio chino: “Nada sienta mejor al cuerpo que el
crecimiento del espíritu”.
Pequeño diccionario de simbolismo corporal
Los cabellos: Mi fuerza.
El cuero cabelludo: Mi fe y mi lado divino
La cabeza: Mi individualidad
Los ojos: Mi capacidad de ver
Las orejas (oídos): Mi capacidad de oír
La nariz: Mi capacidad de oler o sentir a las personas o situaciones.
Los labios: Mi labio superior está relacionado con el lado femenino y el labio inferior
con el lado masculino .
Los dientes: Mis decisiones, vinculadas al lado femenino arriba, vinculadas al lado
masculino, abajo.
El cuello: Mi flexibilidad, mi capacidad para ver varios lados de las situaciones de la
vida.
La garganta: La expresión de mi lenguaje verbal y no – verbal, mi creatividad.
Los hombros: Mi capacidad para llevar una carga, responsabilidades.
Los brazos: Mi capacidad para tomar a las personas o las situaciones de la vida. Son la
prolongación del corazón. Sirven para ejecutar las órdenes. Están vinculados a lo que
hago en mi vida, por ejemplo mi trabajo.
Los codos: Mi flexibilidad en los cambios de direcciones en mi vida.
Los dedos: Los pequeños detalles de lo cotidiano.
El pulgar: vinculado a las inquietudes o a mi intelecto o a mi audición.
El índice: Vinculado a miedos o a mi personalidad(ego) o a mi olfato.
El mayor: Vinculado a la ira o mi sexualidad o a mi visión.
El anular: Vinculado a pena o a mi unión o a mi tacto
El auricular o meñique: Vinculado a pretensión omi familia o al gusto.
El corazón: Mi amor.
La sangre: La alegría que circula en mi vida.
Los pechos: Mi lado materno
Los pulmones: Mi necesidad de espacio, autonomía, Vinculados a mi sentimiento de
vivir.
El estómago: Mi capacidad para digerir nuevas ideas.
La espalda: Mi soporte, mi apoyo.
Las articulaciones: Mi flexibilidad, mi capacidad para doblarme a las diferentes
situaciones de mi vida.
La piel: Mi vínculo entre mi interior y mi exterior(equilibrio).
Los huesos: La estructura de las leyes y principios del mundo en el cual vivo.
El útero: Mi hogar.
Los intestinos: (sobre todo el grueso, el colón): mi capacidad para soltar, dejar fluir lo
que me es inútil y dejar fluir los acontecimientos de mi vida.
Los riñones: La sede del miedo.
El páncreas: La alegría que está en mí.
El hígado: La sede de la crítica.
Las piernas: Mi capacidad para adelantar en la vida, ir hacía el cambio, hacía las nuevas
experiencias.
Las rodillas: Mi flexibilidad, mi amor propio, mi orgullo, mi testarudez.
Los tobillos: Mi flexibilidad en las nuevas direcciones del futuro.
Los pies: Mi dirección (quedarse en el mismo sitio). Mi comprensión de mí mismo y de
la vida (pasado, presente, futuro).
Los dedos de los pies: Los detalles de mi porvenir.
Fuente: planosinfin