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Estructura de División, Sistemas de Partidos y Alineam. Electorales - RESUMEN SMC

El presente trabajo resumen del texto Estructuras de división, sistemas de partidos y alineamientos electorales de los reconocidos sociólogos políticos Seymour Martin Lipset y Stein Rokkan, se basa en el compilado Diez textos básicos de la ciencia política, el cual fue editado por primera vez en 1992 por Albert Batlle. Se aborda las características de los sistemas políticos a partir de “estructuras de división” de los sistemas de partidos y las tendencias electorales en algunas sociedades.
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Estructura de División, Sistemas de Partidos y Alineam. Electorales - RESUMEN SMC

El presente trabajo resumen del texto Estructuras de división, sistemas de partidos y alineamientos electorales de los reconocidos sociólogos políticos Seymour Martin Lipset y Stein Rokkan, se basa en el compilado Diez textos básicos de la ciencia política, el cual fue editado por primera vez en 1992 por Albert Batlle. Se aborda las características de los sistemas políticos a partir de “estructuras de división” de los sistemas de partidos y las tendencias electorales en algunas sociedades.
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CIENCIA POLITICA

Alumna: Sandra Mansilla Cahui

ESTRUCTURAS DE DIVISIÓN, SISTEMAS DE PARTIDOS Y


ALINEAMIENTOS ELECTORALES, UN ANÁLISIS FUNCIONALISTA DE
LOS SISTEMAS POLÍTICOS

Resumen

El presente resumen acerca del texto Estructuras de división, sistemas de partidos y


alineamientos electorales de los reconocidos sociólogos políticos Seymour Martin
Lipset y Stein Rokkan, se basa en el compilado Diez textos básicos de la ciencia
política, el cual fue editado por primera vez en 1992 por Albert Batlle. Se aborda las
características de los sistemas políticos a partir de “estructuras de división” de los
sistemas de partidos y las tendencias electorales en algunas sociedades occidentales
durante la década de los cincuenta.

En primer lugar, los autores presentan una extensa lista de temas a trabajar durante el
texto de sociología política agrupados en tres ejes, uno es la génesis del sistema de
contrastes y divisiones en una comunidad nacional, las condiciones para el desarrollo
de un sistema estable de divisiones y oposiciones en la vida política nacional y el
comportamiento de la masa de ciudadanos corrientes en los sistemas de partidos
resultantes. Posteriormente indican que su propuesta comprende una dimensión
histórica de análisis, pero además comparativa, por lo tanto, se proponen realizar una
reconstrucción histórica de los partidos políticos, en relación con el sistema de partidos
como tal, es decir, desde el voto censitario hasta la institucionalización de la política
competitiva, teniendo en cuenta las ocurrencias del proceso, en doce países diferentes.

Así, Lipset y Rokkan diferencian los partidos políticos analizados de los PARTIDOS
TOTALITARIOS. Aunque estos últimos no operan a través de la libre competencia en
el mercado político (p. 234) y, por lo tanto, no son de su interés, aclaran que sí actúan
como “partidos” por cuanto movilizan al pueblo contra algo, bien sea un enemigo
interno, que atenta contra el sistema político nacional, o extranjero. Entre tanto, a los
primeros los definen como alianzas en conflicto sobre políticas y fidelidades a valores
dentro de un cuerpo político más amplio, que tienen una función expresiva, en la
medida en que elaboran una retórica para traducir las diferencias de la estructura social
y cultural en exigencias y presiones para la acción o la no acción (política); una
instrumental y una representativa, porque deben actuar con pragmatismo para alcanzar
acuerdos y además representar intereses contrapuestos y diversos puntos de vista sobre
un “paquete” de temas (p. 235-236). En ese sentido, Lipset y Rokkan dicen haber
encontrado un vacío teórico en este aspecto de los partidos políticos: ¿cómo comprender
los sistemas de partidos en función de cuestiones culturales, económico-sociales y
políticas, regionales? ¿cuándo y por qué es más importante un aspecto u otro en la
configuración de las tendencias electorales, los partidos y el mismo sistema político?
Para encontrar respuestas consideran pertinente retomar a Talcott Parsons para adaptar
su esquema cuádruple de las funciones de un sistema social a sus propósitos.
Los autores profundizan solamente en unos de los cuatro PUNTOS DEL
PARADIGMA PARSONIANO DE INTERCAMBIOS SOCIALES, a saber, el
CIENCIA POLITICA

subsistema integrador (El Público): de las comunidades y asociaciones, donde se forman


los partidos políticos en las democracias de masas (p. 240).

De esta manera, uno de los planteamientos principales de los autores con respecto al
origen de los partidos será, entonces, que estos han servido como actores esenciales de
movilización y han ayudado a integrar comunidades locales a la nación o en un
conglomerado político mayor en medio de cualquier forma de organización política (p.
234), no obstante matiza esta afirmación con el desarrollo de un nuevo esquema
funcionalista enfocado en los partidos políticos, basado en Parsons, para establecer las
divisiones y las alianzas en el sistema, una especie de plano cartesiano para caracterizar
el sistema político donde tenemos el eje vertical que comprende la dimensión territorial
con oposiciones dentro de la élite nacional establecida y oposiciones locales regionales
contra las élites nacionales dominantes (centro-periferia) y el eje horizontal que
comprende la dimensión funcional con oposiciones ideológicas y oposiciones de
intereses concretos (p. 241).
La dimensión territorial tiene que ver con las reacciones típicas de regiones
periféricas, minorías lingüísticas, culturales y étnicas amenazadas por el poder central
del Estado nacional, resistencias que se traducen en algunos casos en el nacimiento de
partidos locales autonomistas y separatistas.
La dimensión funcional, en cambio, refiere al conflicto característico sobre la
distribución de la riqueza, que puede solucionarse mediante negociación racional,
estableciendo normas de distribución universal en el caso de los intereses más
específicos, pero que puede volverse foco de polarización cuanto más se acerca a
posiciones ideológicas opuestas (visiones del mundo). Los autores advierten que pocas
veces se ve un sistema en los extremos de los dos ejes y que este esquema funciona más
bien como una red en el análisis comparativo de sistemas políticos (p. 242).

En Inglaterra los primeros conflictos son sobre el eje vertical, como oposiciones
territoriales que se resisten a una pérdida de autonomía local por la acción
centralizadora del estado. Sobre este tipo de procesos nuestros autores dicen que son
comunes en las primeras fases de la formación de una nación, pero que no sobreviven a
la ampliación súbita del sufragio debido a la incorporación institucional de los
componentes locales (p. 243). En Estados Unidos, al contrario, la estructura de
divisiones que primó fue de tipo cultural y religioso, según los autores, los conflictos
políticos, en un principio, eran producto de concepciones disímiles sobre la moral
pública, luego se fueron acumulando divergencias centro periferia.
En la Noruega de comienzos de siglo XIX, se sobrepusieron las disputas territoriales y
culturales, aún por encima de las diferencias de clase. A partir de estas observaciones
nuestros autores afirman que la acentuación de oposiciones territoriales es un obstáculo
para el proceso de formación nacional y puede poner en peligro la integridad del sistema
político, y las oposiciones funcionales solo maduran una vez se ha alcanzado cierto
nivel de consolidación inicial del territorio nacional (p. 244). Esta tendencia puede
explicarse a partir del crecimiento de la burocracia, en un primer estadio, pero esta a su
vez tiene un antecedente directo en dos procesos, para Lipset y Rokkan,
revolucionarios, la revolución nacional y la revolución industrial, que permiten las
condiciones históricas para que se desarrollen los diversos tipos de tensiones
funcionales. Los dos ejemplos básicos son la revolución francesa y la revolución
industrial de Gran Bretaña. Mientras la primera puso de presente la separación entre el
Estado-nación y la religión, la segunda las diferencias entre las clases sociales. No
CIENCIA POLITICA

obstante, ellos señalan múltiples casos que evidencian el proceso de formación de los
sistemas de partidos de acuerdo al desarrollo histórico de los países estudiados.

Los aspectos que tienen en cuenta para comparar los distintos sistemas políticos se
resumen en una reconstrucción de la cultura política a lo largo del desarrollo
histórico del país, la evaluación de los canales para la expresión y movilización de la
protesta, de las oportunidades, los resultados y los costes de las alianzas en el sistema y
de las posibilidades, las consecuencias y las limitaciones del gobierno de la mayoría en
el sistema. De todas formas, para que un movimiento influya en el sistema político
tendrá que superar una secuencia de umbrales, según Lipset y Rokkan, el umbral de
legitimación, de incorporación, de representación y el umbral de poder ejercer la
mayoría (p. 259). Este último manifiesta limitaciones en la medida en que el concepto
de la mayoría, lo definen los que ejercen el poder inclinando la balanza a su favor, por
lo que los autores son escépticos frente a los efectos democratizadores que se puedan
lograr mediante ingeniería electoral (p. 262), al igual que observan que cuando hay
sociedades muy fragmentadas culturalmente un sistema electoral mayoritario puede
poner en riesgo el sistema político (p. 265). Otra tesis bastante interesante sobre el
sistema político es que existe una relación directa entre la separación de poderes y
el desarrollo de un bipartidismo fuerte, bajo el esquema gobierno-oposición, como
en Estados Unidos.

En conclusión, la proposición de Seymour Martin Lipset y Stein Rokkan es un aporte


útil para catalogar algunos sistemas políticos, no obstante, a pesar de su pretensión
omnicomprensiva, este análisis resulta limitado. En primer lugar, su enfoque partido-
centrista desconoce otros agentes políticos del cambio social como, por ejemplo, los
MOVIMIENTOS SOCIALES, es evidente que antes de que existieran partidos obreros,
los sindicatos fueron fundamentales para resolver las contradicciones en medio de un
sistema político cerrado, y para presionar y conseguir su apertura; este enfoque revela
además una segunda limitación y es la óptica occidental con la que se evalúa los
sistemas políticos, cuyo modelo según este estudio es el SISTEMA DE PARTIDOS; la
tercera es que al diferenciar analíticamente CONFLICTOS TERRITORIALES E
IDEOLÓGICOS y, a su vez, equiparar estos últimos a los económicos y sociales, no es
posible, por ejemplo, evidenciar aquellas expresiones locales que se resisten al poder
central por razones económicas. Esta última limitación es consustancial a la
subordinación de lo económico en el análisis político. Los aportes se encuentran
básicamente en la consideración del tiempo como una variable imprescindible para el
análisis de los sistemas políticos, ya que el análisis histórico es muy importante en
cualquier disertación politológica.

BIBLIOGRAFÍA:

Lipset, Seymour & Rokkan, Stein (1992). “Capítulo 10. Estructuras de división,
sistemas de partidos y alineamientos electorales”. Diez textos básicos de Ciencia
Política. Barcelona: Editorial Arial, S.A., pp. 231-273.
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