ANALISIS DE LA LEY 30490
El 21 de Julio del 2016 se promulgó la Ley 30490, LEY DE LA PERSONA
ADULTA MAYOR. Esta Ley se fundamenta sobre 4 principios generales:
a) Promoción y protección de los derechos de las personas adultas
mayores.
Toda acción pública o privada está avocada a promover y proteger la dignidad,
la independencia, protagonismo, autonomía y autorrealización de la persona
adulta mayor, así como su valorización, papel en la sociedad y contribución al
desarrollo.
b) Seguridad física, económica y social.
Toda medida dirigida a la persona adulta mayor debe considerar el cuidado de
su integridad su seguridad económica y social.
c) Protección familiar y comunitaria.
El Estado promueve el fortalecimiento de la protección de la persona adulta
mayor por parte de la familia y la comunidad.
d) Atención de la salud centrada en la persona adulta mayor.
Todas las acciones dirigidas a la persona adulta mayor tienen una perspectiva
biopsicosocial, promoviendo las decisiones compartidas entre los profesionales
de la salud y la persona adulta mayor; integrando en la atención los aspectos
biológicos, emocionales y contextuales junto a las expectativas de los
pacientes y valorando además la interacción humana en el proceso clínico.
Continuando el análisis veremos los artículos 3, 4,6, 7 y 8 de la ley 30490:
En su Título I, capítulo I, artículo 3, señala que la rectoría en temática del
Adulto Mayor recae en el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.
En el artículo 4, se señala que la presente Ley, se aplica teniendo en cuenta los
siguientes enfoques: de derechos humanos, género, intergeneracional e
intercultural, que son desarrollados y establecidos en el reglamento de la
presente ley, de acuerdo a la normatividad vigente.
En su artículo 6 se señala, así mismo que el Estado, las organizaciones de la
sociedad civil, las familias y la persona adulta mayor son los ejes
fundamentales para el desarrollo de las acciones de promoción y
protección de los derechos de la persona adulta mayor, especialmente de
las acciones de prevención del maltrato y promoción del buen trato.
En el artículo 7, se señala que “el cónyuge o conviviente, los hijos, los
nietos, los hermanos y los padres de la persona adulta mayor, que cuenten
con plena capacidad de ejercicio, en el referido orden de prelación, tienen el
deber de:
a) Velar por su integridad física, mental y emocional.
b) Satisfacer sus necesidades básicas de salud, vivienda, alimentación,
recreación y seguridad.
c) Visitarlo periódicamente.
d) Brindarle los cuidados que requiera de acuerdo a sus necesidades.
Las personas integrantes de la familia deben procurar que la persona adulta
mayor permanezca dentro de su entorno familiar y en comunidad”.
En el artículo 8, sobre deberes del Estado, se indica que “El Estado
establece, promueve y ejecuta las medidas administrativas, legislativas,
jurisdiccionales y de cualquier otra índole, necesarias para promover y proteger
el pleno ejercicio de los derechos de la persona adulta mayor, con especial
atención de aquella que se encuentra en situación de riesgo.
Es evidente que la presente Ley tiene un amplio alcance, tal como lo
observamos hasta ahora, sin embargo, esta última Ley ya promulgada en julio
del 2016, tardó más de dos años para tener el reglamento respectivo: Decreto
Supremo que aprueba el Reglamento de la Ley N° 30490, Ley de la Persona
Adulta Mayor Decreto Supremo nº 007-2018-MIMP
El Estado viene desarrollando un conjunto de programas sociales para el
adulto mayor, de mayor vulnerabilidad como es “Pensión 65”, “Vida Digna”,
entre otros, los mismos, que tienen la finalidad de coadyuvar con la mejora de
las condiciones de vida del adulto mayor.
El primero apoya económicamente a los adultos mayores en extrema pobreza
con un bono económico; mientras que el segundo pretende que los adultos
mayores en estado de abandono sean protegidos por instituciones del Estado
como Asilos, casas para Adultos Mayores, etc.
Los Gobiernos Locales, de acuerdo a la Ley, deben crear los Centros
Integrales de Atención del Adulto Mayor (CIAM), que son espacios creados
por los gobiernos locales, en el marco de sus competencias, para la
participación e integración social, económica y cultural de la persona adulta
mayor, a través de la prestación de servicios, en coordinación o articulación
con instituciones públicas o privadas; programas y proyectos que se brindan en
su jurisdicción a favor de la promoción y protección de sus derechos.
Los CIAM, tienen las siguientes funciones:
a)”Promover estilos de vida saludables y práctica del autocuidado.
b) Coordinar actividades de prevención de enfermedades con las instancias
pertinentes.
c) Coordinar el desarrollo de actividades educacionales con las instancias
pertinentes, con especial énfasis en la labor de alfabetización.
d) Prestar servicios de orientación socio legal para personas adultas mayores.
e) Promover y desarrollar actividades de generación de ingresos y
emprendimientos.
f) Desarrollar actividades de carácter recreativo, cultural, deportivo,
intergeneracional y de cualquier otra índole.
g) Promover la asociatividad de las personas adultas mayores y la participación
ciudadana informada.
h) Promover la participación de las personas adultas mayores en los espacios
de toma de decisión.
i) Promover los saberes y conocimientos de las personas adultas mayores.
j) Otros que señale el reglamento de la presente ley.
Los gobiernos locales, además, informan anualmente, bajo responsabilidad, al
Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables sobre el funcionamiento de los
centros integrales de atención al adulto mayor (CIAM). Esta información se
remite cada 30 de enero, con respecto al año inmediato anterior”.
Como se aprecia, los CIAM, tienen un rol muy importante para la protección y
el desarrollo integral del Adulto Mayor, sin embargo, pese a que la Ley lo
establece no en todos los Municipios existe un CIAM y muchos de los que sí lo
tienen no cumplen cabalmente su rol.
Cabe resaltar, así mismo que la Ley señala que los Municipios pueden
establecer alianzas estratégicas para implementar los CIAM, tanto con otras
instituciones del Estado, como con instituciones de la sociedad civil, por lo que
mucho de sus avances pueden cristalizarse a través de convenios o alianzas
estratégicas, las cuales depende en gran medida de la voluntad y capacidad de
gestión de sus autoridades.
Como se aprecia, esta nueva Ley, promueve ampliamente los derechos del
Adulto Mayor.