Universidad Teológica
Pentecostal
De Cuba
FUNDAMENTO DE LA TEOLOGIA
PENTECOSTAL
Osmany Pérez Moreno
No.7
La diferencia entre los dones del Espíritu y el fruto del Espíritu.
Los dones del Espíritu tienen que ver con la capacidad espiritual, lo
que uno puede hacer en el servicio del Señor. El fruto del Espíritu
tiene que ver con el carácter Espiritual, lo que uno es en el Señor.
Hay muchos dones y talentos naturales con los que nacen las
personas. Sin estas tendencias innatas ninguno podría realmente
sobresalir en ningún campo (por ejemplo arte y música). El Espíritu
Santo en su divina elección confiere ciertas capacidades
espirituales para ser usadas en el servicio espiritual
Los dones son recibidos como resultado del bautismo con el
Espíritu Santo. El fruto es el resultado del nuevo nacimiento y de
permanecer en Cristo.
La manifestación de los dones del Espíritu tiene que ver con el
derramamiento del Espíritu en el día de Pentecostés. Jesús indico
claramente que el fruto, del que Él había hablado en el capitulo 15
de Juan, era el resultado de permanecer en Él.
Los dones son recibidos instantáneamente, mientras que los frutos
se desarrollan gradualmente.
Los dones del Espiritu son otorgados por el Espiritu Santo
"repartiendo a cada uno en particular como el quiere" (1 Cor. 12:11).
Estas habilidades divinas son aparentemente otorgadas
virtualmente al instante, Hechos 2:4, en un instante no podían
hablar en lenguas y al siguiente lo estaban haciendo. El fruto por
otra parte es el resultado de un desarrollo lento y gradual.
Los dones, en si mismo, no son el medio para juzgar la profundidad
de la vida espiritual de una persona. Sin embargo el fruto es el
criterio básico del desarrollo de la vida y el carácter espiritual. Hay
variedad de dones, pero hay solo un fruto del Espíritu.
Debido a que el fruto sugiere rasgos de carácter, necesariamente
involucra un periodo de desarrollo. Existe entre muchos la tendencia
de mirar con asombro a uno que tiene muchos dones del Espíritu
como si esto indicara que este es un individuo súper espiritual. Es
bueno darse cuenta de que los dones no son, en si mismos, la
indicación de una vida espiritual profunda. Ejemplo de este caso
tenemos al rey Saúl que fue conocido por el don de profecía, luego
de su unción como rey, pero en su desobediencia fue desechado y
el Espíritu del Señor se aparto de él. Aun luego de todo esto el
Espíritu del Señor vino sobre él y profetizo. Vemos que Saúl no fue
un hombre espiritual.
Hay variedad de dones pero un fruto del Espíritu, que es el amor. La
lista de Gálatas 5:22-23 son ocho características del fruto del
Espíritu que es el amor, todas estas virtudes son facetas del amor.
Cuando el Espíritu de Dios entra a la vida de uno, derrama su amor
invariable en el corazón del creyente.