0% encontró este documento útil (0 votos)
508 vistas7 páginas

Cuentos Profe Lidia

El documento presenta la historia de un pinito enano que creció en un bosque de pinos gigantes. A pesar de su pequeño tamaño, el pinito logró ganarse el cariño de los pichones al entretenerlos y cuidarlos. Mientras que los pinos grandes no alcanzaron su objetivo de llegar a las nubes, el pinito enano alcanzó el corazón de los pichones a través de su amabilidad.
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
508 vistas7 páginas

Cuentos Profe Lidia

El documento presenta la historia de un pinito enano que creció en un bosque de pinos gigantes. A pesar de su pequeño tamaño, el pinito logró ganarse el cariño de los pichones al entretenerlos y cuidarlos. Mientras que los pinos grandes no alcanzaron su objetivo de llegar a las nubes, el pinito enano alcanzó el corazón de los pichones a través de su amabilidad.
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 7

El pinito enano

Érase que se era un bosque de pinos gigantes. Eran altos, tan


altos, que querían alcanzar las nubes. Entre ellos, creció una vez,
un pinito enano.

—Cuando sea grande como mis hermanos, me llenaré de nidos


—pensaba.

Pero se quedó chiquito, muy chiquito.

Los pichones tenían miedo de anidar en él.

¿Estarían seguros sus pichoncitos en un pino tan bajo?

Al principio, el pinito sufría. Los pinos gigantes se burlaban de él.


Después empezó a hablar con los pichones.
- No tengan miedo les decía Pronto vendrán papá y mamá.
Les contaba cuentos, les cantaba canciones.
Cuando les crecieron plumas en las alitas, volaron hacia el
pino enano.
- i Hola! - le decían - i Que lindas ramitas tienes!
i Cuanto se querían el pino y los pichones! Cuando llego el
otoño, tuvieron que viajar con sus papas.
Se despidieron del pinito enano.
- En la primavera te veremos - le dijeron.

Al volver, ya no eran más pichones. Hicieron sus nidos muy


cerca del pinito. Los pinos gigantes no alcanzaron las nubes.
Pero el pinito enano alcanzó el corazón de los pichones.
La gallina y el granito de trigo

Escarbando la tierra una gallina que se paseaba con todos sus


pollitos, encontró un granito de trigo:

— i Un granito de trigo! —dijo la gallina muy contenta. —¿Quién


lo quiere sembrar? —preguntó.

—Yo no —dijo un pollito— yo no lo haré.

—Ni yo —dijo un segundo— porque me cansaré.

—Está bien —dijo la gallina— lo haré yo. Cuando el trigo estuvo


crecido y maduro:

—¿Quién lo quiere cocechar? —preguntó.

—Yo no dijo un pollito— yo no lo haré. —Ni yo —dijo un


segundo— porque me cansaré.

—Está bien —dijo la gallina— lo haré yo.


Cuando el trigo estuvo cosechado:
—¿Quién lo quiere llevar al molino?, —preguntó.
—Yo no —dijo un pollito— yo no lo haré.
—Ni yo —dijo un segundo— porque me cansaré. —Está bien —
dijo la gallina— lo haré yo. Cuando el trigo estuvo molido y
hecho harina:
—¿Quién me quiere ayudar a amasarlo pan? —preguntó. —Yo
no —dijo un pollito— yo no lo haré.
—Ni yo —dijo un segundo— porque me cansaré. —Está bien —
dijo la gallina— lo haré yo. Cuando el pan estuvo bien cocido y
doradito:
—¿Quién lo quiere comer?, —preguntó.
— iYo, yo —gritaron los dos pollitos al momento.
— i No, no —dijo la gallina— lo haré yo
La cigarra y la hormiga

Durante todo el verano, las trabajadoras hormigas se ocuparon


en recoger granos y llevarlos a su almacén.
Mientras, la alegre cigarra se divertía y no trabajaba.
—¿ Para qué trabajan tanto —les decía a sus amigas—, si para
alimentarse sólo hace falta estirar la mano y tomar un grano de
trigo? i Dios nos da todo lo que necesitamos!
Pero llegó el invierno, nevó y el campo se cubrió de nieve; la
cigarra no veía ni una semilla que llevarse a la boca para
alimentarse, y llamó a la casa de las hormigas.
—Amigas mías, ¿me podrían dar de comer?
—¿Es que no guardaste nada para el invierno? —le preguntaron.
—No; sólo bailé y toqué mi guitarra —dijo ella.
— i Pues si quieres ganarte la comida, ahora cantarás para
nosotras!
La cigarra se ganó así la comida durante el invierno; en el
hormiguero hubo alegría con sus canciones.

NOMBRE: ___________________________________________________________________
El geranio agradecido

La señora coneja ha venido a vivir al bosque. Su nueva casa de


madera está al pie de una montaña. En cuanto llegó tomó una
escoba y dejó su cabaña bien limpiecita.

Al día siguiente se levantó temprano para regar el jardín. De


pronto, abandonada en un rincón, vio una maceta con un
geranio rojo muy triste y marchito. Cuando se acercó a él, se dio
cuenta de que la tierra de la maceta estaba completamente seca.
Entonces se apuró a echarle agua con una regadera. En ese
mismo instante
¿Sabes cuál es la sonrisa de las flores?

La sonrisa de las flores es su perfume, con su perfume te dan las


gracias. Te dicen: “Gracias por cuidarme, gracias por darme agua,
gracias por quererme. Yo también te quiero”. Ese día, siempre
riega con mucho cariño su geranio rojo para que no tenga sed.

En la primavera la plantita volvió a florecer y dio muchas otras


florecitas rojas que alegran la entrada de la cabaña. Al verlas, la
buena conejita se siente muy acompañada, y además está feliz
porque le gusta mucho regar y cuidar a su nuevo amigo, el
geranio agradecido.

NOMBRE: ___________________________________________________________________

También podría gustarte