0% encontró este documento útil (0 votos)
863 vistas12 páginas

Es Muy Importante Conocer Las Partes de La Misa para Vivirla Como Dios Quiere

El documento describe la importancia de la Eucaristía en la fe cristiana. Jesús instituyó la Eucaristía en la Última Cena para que sus seguidores comieran su cuerpo y bebieran su sangre como memorial de su sacrificio. La Eucaristía renueva el sacrificio de Cristo y une a los creyentes en comunión. Sin embargo, algunos cristianos participan en la misa por obligación en lugar de comprender su significado profundo de fraternidad y amor.

Cargado por

winalda2011
Derechos de autor
© Attribution Non-Commercial (BY-NC)
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
863 vistas12 páginas

Es Muy Importante Conocer Las Partes de La Misa para Vivirla Como Dios Quiere

El documento describe la importancia de la Eucaristía en la fe cristiana. Jesús instituyó la Eucaristía en la Última Cena para que sus seguidores comieran su cuerpo y bebieran su sangre como memorial de su sacrificio. La Eucaristía renueva el sacrificio de Cristo y une a los creyentes en comunión. Sin embargo, algunos cristianos participan en la misa por obligación en lugar de comprender su significado profundo de fraternidad y amor.

Cargado por

winalda2011
Derechos de autor
© Attribution Non-Commercial (BY-NC)
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 12

Jesús Dijo: "Yo soy el pan vivo, bajado del cielo, si uno come de este Pan, vivirá para

siempre...El que como


mi Carne y bebe mi Sangre, Tiene vida eterna...permanece en mí y yo en él" (Jn 6, 51. 54. 56)

La Eucaristía junto con el Bautismo, son los "Sacramentos mayores" de la Iglesia. En la Eucaristía tenemos
los cristianos la fuente y el culmen de nuestra vida personal y comunitaria. El comer la carne de Cristo y el
beber su sangre nos hace participar en su vida y nos constituye en la comunidad de hermanos que es la
Iglesia.
Pese a todo eso, son muchos los cristianos que acuden a la celebración eucarística para cumplir con una
"obligación, rutina o puro convencionalismo social", y que participan en ella ignorando la fraternidad y el
amor que en ella se significan.

 Eucaristía: de origen griego "Eukharistia", significa "acción de gracias". Esta palabra recuerda las
bendiciones judías que proclaman las obras de Dios: la creación, la redención, la santificación. (cfr.
Lc. 22,19; 1 Co 11,24; Mt 26,26; Mc 14,22).
 Banquete del Señor: porque se trata de la Cena que el Señor celebró con sus discípulos la víspera
de su pasión ( 1 Co 11,20).
Fracción del Pan: porque este rito fue utilizado por Jesús cuando bendecía y distribuía el pan como
cabeza de familia. Con esta expresión los primeros cristianos designaron sus asambleas
eucarísticas. Con él quiere significar que todos los que comen de este único pan partido, que es
Cristo, entran en comunión con Él y forman un solo cuerpo en Él ( cfr. Mt 14,19; 15,36; Mc 8, 6-19;
Hch 2,42.46; 20, 7.11; 1 Co 10, 16-17).
 Asamblea Eucarística: porque la Eucaristía es celebrada en la asamblea de los fieles, expresión
visible de la Iglesia. ( Cf 1 Co 11, 17-3)
à Santo Sacrificio: porque actualiza el único sacrificio de Cristo Salvador e incluye la ofrenda de la
Iglesia (Cfr. Hch 13,15; Sal 116, 13.17; 1 Pe 2,5)
 Comunión: porque por este sacramento nos unimos a Cristo que nos hace partícipes de su Cuerpo
y de su Sangre para formar un solo cuerpo (Cfr. 1 Co 16-17).
 Santa Misa: porque cuando la Eucaristía se celebraba n latín se despedía a la gente diciendo "Ite
Missa est", que habla del envío a cumplir con la voluntad de Dios en su vida.

La Sagrada Eucaristía culmina la iniciación cristiana. Los que han sido elevados a la dignidad del sacerdocio
real por el Bautismo y configurados más profundamente con Cristo en la Confirmación, participan por medio
de la Eucaristía con toda la comunidad en el sacrificio mismo del Señor. Cristo instituyó en la Ultima Cena,
el sacrificio eucarístico de su cuerpo y su Sangre para perpetuar por los siglos el sacrificio de la cruz y
confiar el memorial de su muerte y resurrección a la Iglesia. Es signo de unidad, vínculo de amor, banquete
pascual en el que se recibe a Cristo.

El Significado de la Eucaristía

La Nueva Pascua
En los Evangelios se establece una estrecha conexión entre la cena eucarística y la fiesta de la Pascua (Mt
26, 2.17. 18-19; Jn 6,4; 11,56; 1 Cor 5,7). Esto nos indica que para los evangelios la Eucaristía es la nueva
Pascua de los cristianos.

Sabemos que, en la tradición del Antiguo Testamento, el acontecimiento de la Pascua se pone en estrecha
relación con la salida de Egipto (Ex 12, 21-23). La celebración de la Pascua estaba dedicada a conmemorar
lo que Dios hizo con su pueblo al liberarlo de la esclavitud. (Dt 16,1; Ex 12, 11-14).

Los milagros de la multiplicación de los panes, cuando el Señor dijo la bendición, partió y distribuyó los
panes por medio de sus discípulos para alimentar a la multitud, prefiguran la sobreabundancia de este único
pan de su Eucaristía. El signo del agua convertida en vino en Caná, anuncia ya la hora de la glorificación de
Jesús, manifiesta el cumplimiento del banquete de bodas en el Reino del Padre, donde los fieles beberán el
vino nuevo, convertido en Sangre de Cristo.
En la Pascua de Jesús se vence la esclavitud de la muerte y el pecado, abriéndose el camino a la salvación.
Si la Eucaristía viene a sustituir para los cristianos lo que era la antigua Pascua para los judíos, el sentido de
la Eucaristía es también el de celebrar la liberación integral que nos consigue Jesús.

Actualización del sacrificio de Jesús


La cena pascual consistía, además, en el sacrificio de un cordero (Ex 12, 1-14. 43-45). El Paralelismo que
existe entre Jesús y el cordero pascual (Mc 12, 22-24; Lc 22,19s; Jn 19,36; 1 Cor 5,7) nos hace ver que la
Eucaristía es la actualización del auténtico sacrificio, en el que Jesús se entrega por los demás.

El carácter de sacrificio de la Eucaristía se halla claramente indicado en las palabras que Jesús pronunció
sobre el cáliz, según el evangelio de Mateo: "Esta es mi sangre, la sangre de la alianza, que se derrama por
todos para el perdón de los pecados" (Mt 26,28).
Esta frase evoca el relato en el que Moisés rocía con sangre del sacrificio del Sinaí al pueblo, al tiempo que
dice: "Esta es la sangre de la Alianza que el Señor ha hecho con vosotros" (Ex 24,8)

La Institución de la Eucaristía

El Señor, habiendo amado a los suyos, los amó hasta el fin. Sabiendo que había llegado la hora de partir de
este mundo para retornar a su Padre, en el transcurso de una cena, les lavó los pies y les dio el
mandamiento del amor, para dejarles una prenda de este amor, para no alejarse nunca de los suyos y
hacerles partícipes de su Pascua, instituyó la Eucaristía como memorial de su muerte y de su resurrección y
ordenó a sus los apóstoles celebrarlo hasta su retorno, "constituyéndoles entonces sacerdotes del Nuevo
Testamento"

"Yo soy el pan e vida. Sus padres comieron el maná en el desierto, pero murieron, aquí está el pan que baja
del cielo para comerlo y no morir. Yo soy el pan vivo bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para
siempre. Pero además, el pan que voy a dar es mi carne, para que el mundo viva... el que come mi carne y
bebe mi sangre, vive de vida eterna y yo lo resucitaré en el último día." (Jn 6, 48-60).

Los que escucharon este discurso de Jesús en la sinagoga de Cafarnaúm, no pudieron entender como era
posible comer su carne y beber su sangre. Incluso los escandalizó: "es duro este lenguaje, ¿quién puede
escucharlo?". La Eucaristía y la cruz son piedras de escándalo. Es el mismo misterio y no cesa de ser
ocasión de división. "También vosotros queréis marcharos?" (Jn 6,67). esta pregunta del Señor resuena a
través de las edades, como invitación de su amor a descubrir que sólo Él tiene "palabras de vida eterna" (Jn
6,68) y que acoger en la fe el don de su Eucaristía es acogerlo a El mismo.
Los apóstoles para entender la manera de cómo realizar esta comida celestial, tuvieron que esperar hasta la
Ultima Cena, más aún, la venida del Espíritu Santo.

Cuatro veces encontramos narrada la institución de la Eucaristía, tres en los evangelios: Mt 26, 26-29; Mc
14, 22-23; Lc 22, 19-20 y una vez en la primera carta a los Corintios 11, 23-25. Las cuatro narraciones
coinciden en lo esencial:

 Cristo ofreciendo el pan y el vino a sus apóstoles, les dice que coman de su cuerpo y beban de su
sangre. Los apóstoles y las primeras comunidades cristianas aceptaron este hecho.
 Cristo dice "hagan esto en memoria mía".
 Jesús habla de la Nueva Alianza
A.- Ritos de apertura 
a.- Introito  (principio)  
b.- Acto penitencial 
c.- Kyrie Eleison (señor ten piedad) 
d.- Gloria 
e.- Oración colecta 
 
B.- Liturgia de la Palabra 
a.- Lecturas bíblicas   
b.- Cantos interleccionales (salmo responsorial y aleluya)

c.- Homilía 
d.- Profesión de fe 
e.- Oración universal 
 
C.- Liturgia de la Eucaristía 
a.- Preparación de los Dones   
b.- Plegaria Eucarística 
1.-  Acción de Gracias
2.-  Santo
3.-  Epiclesis (invocación obre el pan y vino)
4.-  Narración de la Institución
5.-  Anamnesis
6.-  Oblación
7.-  Intercesiones
8.-  Doxología
9.-  Comunión
10.- Oración final
 
D.- Rito de despedida

LA MISA
 
La misa consta de dos partes necesariamente unidas y correlativas que se influyen
mutuamente, como estructuras de un todo. Así se complementan la liturgia de la palabra y
la liturgia eucarística, dentro de la unidad se entrada en la consagración.
 
Hay una sola presencia de Cristo en su iglesia, en una doble manifestación: Cristo está
moralmente presente en la asamblea orante, cuando se lee y se anuncia la Sagrada
Escritura. Cristo está personalmente presente cuando se realiza el sacramento del
Eucaristía.
 
Cristo está presente en toda la celebración sacramental como el único Sacerdote de la
Nueva Alianza.
 
Cristo está real y personalmente presente en la celebración del Eucaristía como víctima
que se ofrece por el ministerio de sus Sacerdotes, que obran o presiden como sus
instrumentos.
 
Por tanto, la estructura actual de la Misa tiene dos partes principales, correspondientes
e integrantes de un todo: LITURGIA DE LA PALABRA y LITURGIA EUCARÍSTICA.
 
En la ordenación general del Misal Romano se declara: " La Misa consta en cierto
sentido de dos partes: la liturgia de la Palabra y la liturgia Eucarística, tan estrechamente
unidas entre sí que constituyen un solo acto de culto, ya que en la Misa se dispone la mesa,
tanto de la Palabra de Dios como el Cuerpo de Cristo, en la que los fieles encuentran
formación y refección. Otros ritos pertenecen a la apertura y conclusión de la celebración ".
 
Los dice también el Vaticano II: "Las dos partes de que consta la Misa, a saber: la
liturgia de la Palabra y la Eucarística, están tan íntimamente unidas, que constituyen un
solo acto de culto ".
 
 
ESTRUCTURA DE LA MISA
 
A. RITOS DE APERTURA
Podemos considerar como una pequeña parte preparatoria, la que se constituye con los
ritos de apertura, cuya finalidad es "hacer que los fieles reunidos constituyan una
comunidad y se dispongan a oír como conviene la palabra de Dios y a celebrar dignamente
la Eucaristía ".
 
"Por tanto, la Iglesia, con solicitó cuidado, procura que los cristianos no asistan a este
misterio de fe como extraños y mudos espectadores, sino que, comprendiéndolo bien a
través de los ritos y oraciones, participen consciente, piadosa y activamente en la acción
Sagrada, sean instruidos con la palabra de Dios, se fortalezcan en la mesa del Señor, den
gracias a Dios, aprendan a ofrecerse así mismos que al ofrecer la hostia Inmaculada no sólo
por manos del sacerdote, sino juntamente con él; se perfeccionen día a día por Cristo
Mediador en la unión con Dios y entre sí, para que, finalmente, Dios sea todo en todos ".
 
Sobre los ritos esenciales que son como las vértebras de la celebración, aparecen los
ritos complementarios. Los podemos separar así:
 
1. INTROITO
2. ACTO PENITENCIAL
3. KYRIE ELEISON-SEÑOR, TEN PIEDAD
4. GLORIA
5.ORACIÓN COLECTA
 
1. Introito
Iglesia quiere decir reunión. Por eso su manifestación vital es el momento en que se
encuentran sus fieles reunidos.
El INTROITO, antífona o canto de entrada acompaña la procesión del celebrante o
concelebrantes y los ministros, hacia el altar. Puede utilizarse para este canto el texto de la
antífona que trae el propio de la misa del día, o " en su lugar otro canto acomodado a la
acción Sagrada o a la índole del día o del tiempo ".
Si no se canta, los fieles, un lector o el mismo celebrante lo recitan.
El sacerdote besa el altar, que representa a Cristo.
Después de venerar el altar y hacer la señal de la Cruz, el celebrante dirige el saludo a
la asamblea de los fieles, y él u otro ministro puede hacer una brevísima admonición, para
centrar la devoción explicando la festividad del día, por la liturgia eucarística.
Puede un comentador, por medio de discretas intervenciones bien preparadas, centrar
la atención de los fieles.
 
2. Acto Penitencial
Después del Introito sigue el acto PENITENCIAL que realiza toda la comunidad con
la confesión general y se termina con la absolución del sacerdote.
El Misal tiene tres fórmulas para el acto PENITENCIAL, precedidas por una
admonición y un espacio de silencio para propiciar el arrepentimiento. La primera es una
recitación comunitaria de la redacción nueva del confiteor: " yo confieso, ante Dios
todopoderoso y ante vosotros, hermanos... ", la dicen el celebrante y los fieles.
La segunda fórmula está constituida por el silencio y la recitación de dos versículos en
que se invoca la misericordia del Señor.
La tercera tiene tres súplicas con las respuestas: Señor, ten piedad de nosotros; luego,
Cristo, ten piedad de nosotros; y Señor, ten piedad nosotros. Cuando se utiliza esta
fórmula, no se dicen los Kyries (Señor, ten piedad), que están incluidos en el contexto.
Ya hemos dicho que los tres ritos que penitencial una confesión general, terminan con
la absolución dada por el Sacerdote.
 
3. Kyrie Eleison-Señor, ten piedad.
Después del acto penitencial, dependiendo de la forma del acto penitencial, se dice o
se canta el Señor, ten piedad que antes estaba constituido por nueve aclamaciones a modo
de jaculatorias y ahora se reduce a seis.
La traducción aprobada para México dice: Señor, ten piedad de nosotros; después,
Cristo, ten piedad de nosotros; y luego, Señor, ten piedad de nosotros, dos veces cada
invocación.
Esta fórmula tradicional de aclamación, más bien cristológica que trinitaria, siempre se
dice o se canta, a no ser que se haya utilizado en el rito penitencial con la tercera forma del
acto penitencial.
 
4. Gloria.
El Gloria es un antiguo canto de alegría, ya utilizado en el siglo II, en el que se alaba a
Dios Padre y a su Hijo, el Cordero que quita los pecados del mundo.
Puede recitarse o cantarse, en un solo coro o alternado en dos grupos.
Se utiliza los domingos fuera del tiempo de Adviento y Cuaresma; en las solemnidades
y fiestas y en algunas celebraciones de especial importancia.
 
5. Oración colecta.
Termina el rito de entrada con una oración llamada colecta, que precedida de un
silencio recoge las oraciones de los fieles y luego propone la intención de la celebración
eucarística, concluyendo con la fórmula larga o plena, que invoca intercesión de Nuestro
Señor Jesucristo, por sobre toda otra mediación.
El pueblo congregado da su asentimiento con la palabra Amén, que significa Así sea.
La Ordenación General dispone que en la Misa se diga una sola oración colecta, y esto
vale también respecto a la oración sobre las ofrendas, y la postcomunión, que es la oración
final del propio de cada día.
 
B. LITURGIA DE LA PALABRA.
Jesucristo, además de cantar los salmos, habló a sus discípulos, recordándoles sus
enseñanzas.
Los primeros cristianos injertaron en esta parte la lectura de los profetas, de las cartas
de los Apóstoles y los evangelios. Según las prescripciones del Vaticano II en el nuevo
ritual se han distribuido las partes más significativas de la Biblia, para que se lean en las
Misas, en un ciclo rotativo de tres años.
En los domingos y días festivos se antepuso a la lectura de la Epístola y del Evangelio,
otra lectura bíblica que puede tomarse del Antiguo Testamento o de los Hechos de dos
Apóstoles. La primera parte de la Celebración Eucarística se compone de:
 
1. Lectura de la Sagrada Escritura
2. Cantos de meditación, Aleluya -Secuencia-, Evangelio.
3. Homilía
4. Profesión de la fe, y
5. Oración Universal, -Oración de los fieles-.
 
Ayuda perfecta unión en todos estos elementos: llega a los fieles la palabra de Dios por
las lecturas bíblicas; los cantos de meditación sirven para afianzar el mensaje, que luego se
desarrolla en la Homilía, se proclama la aceptación personal por el Credo, y se pide la
ayuda divina en la Oración Universal.
 
1. Lecturas bíblicas.
Nunca como ahora se había servido en la mesa eucarística el manjar de la palabra de
Dios que, anunciada a cada pueblo directamente en su propia lengua, propicia mayor
comprensión y más saludables frutos.
" Cuando se lee en la Iglesia la Sagrada Escritura es Dios mismo quien habla su
pueblo, y Cristo presente en su palabra, quien anuncia el evangelio ".
La primera lectura se toma del Antiguo Testamento o de los Hechos de los Apóstoles.
La segunda esta alguna carta del Nuevo Testamento, y tiene relación con la fiesta de o con
el Evangelio del día.
El lector comienza -sin decir " primera lectura ", ni " segunda lectura "- anunciando el
título del libro y del Autor del que se toma el texto: "Lectura del Profeta Ezequiel " o " De
la Carta de San Pablo a los Romanos "... Termina diciendo: " Esta es Palabra de Dios ".
Los fieles responden: " Te alabamos, Señor ".
 
2. Cantos interleccionales-aleluya- secuencia. Evangelio.
Acabada la primera lectura, sigue el Salmo Responsorial o gradual, que es parte
integrante de la liturgia de la palabra.
Después del salmo gradual, o de la segunda lectura si la hay, se canta un verso de
algún salmo que, fuera del Adviento o de la Cuaresma se alegra con el aleluya, como
preparación a la proclamación del evangelio.
El salmo después de la lectura, si no se canta, se recita. El aleluya y el verso que
preceden al evangelio, si no se cantan, pueden omitirse.
"El conjunto de lecturas dominicales -dice el Papa Pablo VI- ha sido distribuido en un
ciclo de tres años ", a fin de que se vean, a largo de esta época cíclica, los textos más
importantes de la palabra de Dios escrita en los libros sagrados.
Las secuencias son poesías religiosas que aparecen en la Misa de la Edad Media como
apéndice del aleluya.
Fuera de los días de pascua y pentecostés, no obliga recitarlas o cantarlas. Un laico
puede hacer él las dos primeras lecturas. El evangelio ha de ser leído por un Díacono o por
el Sacerdote.
Aquí se distribuyen los oficios del " Lector ", que puede ser distinto del " Salmista ",
que proclama o canta el salmo entre las lecturas.
El que proclama el evangelio dice al final: Palabra del Señor, y contestan los fieles con
esta aclamación: Gloria y honor a Ti, Señor Jesús.
 
3. Homilía.
La homilía viene a ser una parte casi exigida de la liturgia de la palabra; " es una
proclamación de las maravillas obradas por Dios en la historia de la salvación o misterio de
Cristo, que está siempre presente y obra en nosotros particularmente en las celebraciones
litúrgicas ".
Debe basarse en la misma palabra de Dios para que resulte una explanación del
mensaje. Puede también fijarse en algún aspecto especial de la Sagrada Escritura o de bien
otros textos de la Misa, o en las particulares necesidades de los oyentes.
"La Homilía corresponde al Sacerdote o al Díacono ". En la celebración de la Misa, no
debe normalmente ser pronunciada por laicos. Ellos pueden oportunamente intervenir pero
no " hacerlo como si fueran presidentes ".
 
4. Profesión de fe.
Después de oír la palabra de Dios en las lecturas y su explicación en la predicación, el
pueblo da su asentimiento al mensaje y proclama su fe con el Credo, símbolo o profesión
de fe, que se debe decir o cantar los domingos y en las solemnidades.
Deben decirlo juntos el Sacerdote y el pueblo.
Si se canta puede ser en un solo coro o alternativamente.
 
5. Oración universal.
No es la llamada Oración de los Fieles una oración de los laicos, sino la oración del
pueblo Santo y se le llama por eso Oración Universal; la inicia el Sacerdote desde la sede o
el ambón. Se debe hacer siempre que hay asistencia del pueblo.
La Oración universal contiene tres elementos: la introducción del celebrante; las
súplicas que puede hacer un ministro, o algunos fieles, y la conclusión, que toca al
celebrante.
 
 
C. LITURGIA DE LA EUCARISTIA
Esta tercera parte es la principal de la Misa.
Los elementos principales de esta segunda parte de la Misa son:
1. La preparación de los dones.
2. La plegaria eucarística.
3. El rito de la comunión, y
4. El rito de despedida.
 
1. La preparación de los Dones.
La Celebración Eucarística, como ya hemos dicho, está ordenada con las mismas
acciones de Jesucristo en la Ultima Cena.
Se prepara el altar, centro de la liturgia; se colocan el corporal, el purificador, el cáliz,
el Misal.
A continuación se presentan las ofrendas; el pan y el vino.
Es la hora de aportar también dinero para los gastos de la Iglesia.
Mientras se presentan los dones se tiene el canto de la Antífona del Ofertorio, que se
omite si no se canta.
Si hay canto, el Sacerdote dice en secreto las oraciones de presentación de las
ofrendas. Si no hay canto, las recita en voz alta y los fieles las concluyen con la
aclamación: Bendito seas por siempre, Señor.
Después de hacer el Sacerdote la oración de presentación de las ofrendas, puede
incensar los dones y el altar. Se lava enseguida las manos en señal del deseo de
purificación interior; y concluye la preparación con una invitación: Orad, hermanos, para
que este sacrificio mío y de ustedes, sea agradable a Dios, Padre Todopoderoso, que tiene
una respuesta de la asamblea: El Señor reciba de tus manos este sacrificio para alabanza y
gloria de su Nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.
El Sacerdote dice o canta la oración sobre las ofrendas, final de esta liturgia
preparatoria. El pueblo responde Amén.
 
2. Plegaria Eucarística.
La plegaria eucarística costa de estas partes.
a. Acción de gracias -Prefacio-,
b. Aclamación -Santo-,
c. Invocación -Epiclesis-,
d. Narración de la Institución -Consagración-Anáforas-,
e. Recordación -Anámnesis-,
f. Oblación,
g. Intercesiones -Conmemoraciones-,
h. Doxología,
i. Comunión,
j. Oración final.
 
a. Acción de gracias -Prefacio-,
Esta parte está integrada por el Prefacio, en que el Sacerdote " en nombre de todo el
pueblo santo, glorifica a Dios Padre y le da las gracias por toda la obra de la salvación o
por alguno de sus aspectos particulares, según las variantes del día o del tiempo ".
 
b. Aclamación -Santo-,
El Santo es una aclamación triunfal que hace todo el pueblo con el Sacerdote. Puede
cantarse.
 
c. Invocación -Epiclesis-,
El nombre viene del griego: epicaleo, apicalumai; significa invocar, llamar.
Es una invocación del poder divino sobre los dones del pan y vino que han ofrecido los
hombres, para que se conviertan en Cuerpo y Sangre de Cristo.
 
d. Narración de la Institución -Consagración-Anáforas-,
La Anáfora constituye la parte esencial de la Misa, que se titula en la estructura
general oración eucarística; corresponde al Canon del Misal Romano.
Anáfora es una palabra griega que indica la acción de elevar, la actitud de levantar la
ofrenda con las manos.
 
e. Recordación -Anámnesis-,
Inmediatamente después de la elevación de la hostia y del cáliz consagrados, el
Sacerdote suscita la Anámnesis, -aclamación- de los fieles, con las palabras: hermanos,
éste es el Sacramento de nuestra fe.
La respuesta es una verdadera aclamación de la asamblea que se sabe unida con el
celebrante y acepta a nivel comunitario la nueva alianza, que se está celebrando.
Hay cuatro textos diferentes:
1. Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!
2. Cada vez que comemos de este pan y debemos de este cáliz anunciamos tu muerte,
Señor, hasta que vueltas.
3. Por tu Cruz y resurrección, nos has salvado, Señor.
4. Cristo ha muerto, Cristo ha resucitado, Cristo vendrá de nuevo.
 
f. Oblación,
En este momento se realiza de presentación " por la que la Iglesia, en este memorial,
sobre todo la Iglesia aquí y ahora reunida, ofrece al Padre, en el Espíritu Santo, la hostia
Inmaculada. La Iglesia pretende que los fieles no sólo ofrezcan la hostia Inmaculada, sino
que aprendan a ofrecerse a sí mismos, y que de día en día perfeccionen por la mediación de
Cristo, la unidad con Dios y entre sí, de modo que se realice aquello de DIOS TODO EN
TODOS ".
 
g. Intercesiones -Conmemoraciones-,
La Eucaristía se ofrece por toda la humanidad. Aquí se repiten las intenciones
generales y particulares de la oblación.
La celebración es de toda la Iglesia celeste y terrena en Cristo. Por eso hay aquí una
petición por todos los vivos y difuntos, y se pide la intercesión de la Virgen Santísima, de
los apóstoles, de los santos, para formar coro de alabanza y una gran petición universalista
que desemboca en la doxología.
 
h. Doxología,
Terminan las Anáforas cuando el sacerdote eleva la hostia y el cáliz y hace una
Doxología -alabanza-, diciendo:
Por Cristo de, con El y en El, a Ti, Dios Padre Omnipotente en la unidad del Espíritu
Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
 
i. Comunión,
La Misa queda incompleta si no hay Comunión. La participación de los fieles en ella
llega a la plenitud y perfeccionamiento cuando comulga el Cuerpo y Sangre de Cristo en su
Misa.
Y es la Comunión dentro y no dentro de la Misa, la que da esa expresión de
participación en función del sacrificio-banquete. Oblación a Dios y comida para enriquecer
la vida espiritual en el banquete Pascual.
Insistimos en que la más verdadera y efectiva participación de los fieles en la Misa, no
es el canto, o el escuchar la palabra de Dios, o el hecho de formar la asamblea orante, sino
el recibir a Jesucristo en su realidad de alimento eucarístico.
 
j. Oración final.
Reza el Sacerdote una última oración que cierra la celebración y recuerda la idea
particular de la Misa que se acaba de celebrar.
 
D. RITO DE DESPEDIDA
Con un ritual sencillo y breve termina la Misa. Un último saludo, la bendición al
pueblo y la despedida: Vayamos en paz, la Misa ha terminado, o bien Vayamos en paz a
servir a Dios y a nuestros hermanos.
Los fieles responden: Demos gracias a Dios.  
 
 

También podría gustarte