0% encontró este documento útil (0 votos)
222 vistas11 páginas

Las Capacidades, Fundamento de La Construcción de Lo Humano

En 3 oraciones: 1) El documento discute cómo las capacidades son el fundamento de la construcción de lo humano y cómo una visión limitada de las competencias en la educación ha reducido lo humano a un saber hacer productivista que amenaza la democracia. 2) Propone que las capacidades, entendidas como los atributos que nos hacen humanos y nos permiten desarrollarnos integralmente, deben ser el enfoque de los proyectos educativos para garantizar la dignidad humana. 3) Argumenta que las capacidades tienen un soporte biol

Cargado por

Kaern Alejandra
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
222 vistas11 páginas

Las Capacidades, Fundamento de La Construcción de Lo Humano

En 3 oraciones: 1) El documento discute cómo las capacidades son el fundamento de la construcción de lo humano y cómo una visión limitada de las competencias en la educación ha reducido lo humano a un saber hacer productivista que amenaza la democracia. 2) Propone que las capacidades, entendidas como los atributos que nos hacen humanos y nos permiten desarrollarnos integralmente, deben ser el enfoque de los proyectos educativos para garantizar la dignidad humana. 3) Argumenta que las capacidades tienen un soporte biol

Cargado por

Kaern Alejandra
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 11

LAS CAPACIDADES, FUNDAMENTO DE LA CONSTRUCCIÓN DE LO HUMANO

A propósito del Proyecto de Talentos e Innovación Ondas


Borrador de trabajo

Marco Raúl Mejía J.


Programa Ondas Colciencias
Planetapaz
Expedición Pedagógica Nacional

“Se están produciendo cambios drásticos en aquello que las sociedades democráticas enseñan a
sus jóvenes, pero se trata de cambios que aún no se sometieron a un análisis profundo. Sedientos
de dinero, los estados nacionales y sus sistemas de educación están descartando sin advertirlo
ciertas aptitudes que son necesarias para mantener viva a la democracia. Si esta tendencia se
prolonga, las naciones de todo el mundo en breve producirán generaciones enteras de máquinas
utilitarias, en lugar de ciudadanos cabales con la capacidad de pensar por sí mismos, poseer una
mirada crítica sobre las tradiciones y comprender la importancia de los logros y los sufrimientos
ajenos. El futuro de la democracia a escala mundial pende de un hilo.”
Martha Nussbaum1

La cita anterior, de una de las pensadoras de la democracia radical en el mundo norteamericano nos abre
las puertas para la reflexión que realizaremos a continuación, en donde intentaremos mostrar cómo el
hecho educativo conformado en la globalización capitalista y neoliberal ha soportado su fundamentación
en unas competencias limitadas a un saber hacer de corte productivista que reduce la mirada de lo
humano a los intereses específicos que desde el control y el poder intentan convertir su mirada particular
en la rectora de la sociedad.

Desde nuestra mirada no es que no existan las competencias, sino que en esta mirada del control es una
visión recortada y limitada, ya que desconoce que, en su base, están las capacidades y las habilidades y es
desde ellas desde donde es posible plantear una formación que construye lo humano con dignidad y sin
exclusiones. Por ello pudiéramos afirmar que, en el sentido de la cita de Nussbaum, la democracia está en
peligro porque la manera de entender las competencias en el sistema educativo transnacionalizado ha
reducido lo humano a un saber hacer limitado que subsume en una estandarización homogeneizante la
diversidad, la complejidad, y la integralidad con lo cual se ha constituido lo humano a lo largo de la historia
y a lo cual la educación debe dar curso en estos tiempos para hacer posible el aquí y el ahora de los por
qué y para qué de lo humano en el planeta.

Hablar de capacidades en la perspectiva de la educación popular significa dar cuenta de la manera como
nos hacemos humanos y de cómo la historia de la especie me coloca frente a un acumulado que dé forma
en su constitución y también explica y está a la base de las desigualdades. En esta perspectiva, existen una
serie de atributos que nos pertenecen por ser miembros de este grupo vivo, lo cual me da la posibilidad
en cada momento y contexto de desarrollar esas posibilidades (potencias) que pueden cultural y
socialmente ser dinamizadas socialmente. Desde esta mirada no son solo innatas, vienen conmigo, pero
deben ser trabajadas para que emerjan y de allí la importancia de la formación y la educación que van a
ser las encargadas de darle forma a ellas en la cultura.

1
Nussbaum, Martha C. Sin fines de lucro. Por qué la democracia necesita de las humanidades. Bogotá. Katz editores.
2013 (tercera reimpresión). P. 20.

1
Decir que hacemos estas reflexiones desde la educación popular 2 significa plantear las preguntas por los
elementos que están a la base de la construcción de desigualdad e injusticia y la manera como se perpetúa
una condición humana que vivida en las realidades de nuestros países es denigrante de ella y exige
preguntas fundamentales sobre las democracias reales que tenemos y los regímenes políticos que las
sustentan. Ello va a exigir desde una opción de transformación y emancipación, la necesidad de leer cómo
esa política pública y especialmente en educación, aunque hablen de derechos, construyen cada vez más
sociedades segmentadas, fragmentadas y basadas en la inequidad.

Cuando cruzamos estas reflexiones intentando pensar las capacidades desde la educación popular
significa recoger para estos tiempos las enseñanzas del buen vivir/vivir bien (Aguirre, 2013) de nuestros
grupos originarios, que nos invitan desde esta perspectiva a refundar la democracia y replantear el
desarrollo que en su aparente discurso humanitario han sido los fundamentos de la desigualdad, ya que
asentadas sobre la idea de crecimiento y progreso entendida como posesión de bienes y riqueza
individual, han colocado un horizonte de intereses privados e individualistas a las políticas públicas. Por
ello, hablar de capacidades significa hacer la pregunta por la manera como se constituye y se mantiene
social e históricamente la integralidad de lo humano y su dignidad.

En coherencia con lo anterior es necesario recuperar el sentido que otorga a la formación Herder3 cuando
afirma: “El término formación designa de manera fundamental, como el modo específicamente humano
de dar forma a las disposiciones y capacidades del hombre, el proceso de formación de una persona lleva
implícito el desarrollo de sus potencialidades.” Acogiendo esta cita, nos encontramos que pasar de las
potencias a las capacidades es el asunto central y el fundamento de cualquier proceso formativo y de
socialización.

1. Las capacidades: configuración de lo humano

2
Hoy ese acumulado, que nos permite ser educadores populares en este tiempo, lo podríamos sintetizar en el
siguiente decálogo:
a. Su punto de partida es la realidad y la lectura crítica de ella, para reconocer los intereses presentes en el
actuar y en la producción de los diferentes actores
b. Implica una opción básica de transformación de las condiciones que producen la injusticia, la explotación,
dominación y exclusión de la sociedad
c. Exige una opción ético-política en, desde y para los intereses de los grupos excluidos y dominados, para la
pervivencia de la madre tierra
d. Construye el empoderamiento de excluidos y desiguales, y propicia su organización para transformar la actual
sociedad en una más igualitaria y que reconozca las diferencias
e. Construye mediaciones educativas con una propuesta pedagógica basada en procesos de negociación
cultural, confrontación y diálogo de saberes
f. Considera la cultura de los participantes como el escenario en el cual se dan las dinámicas de intraculturalidad,
interculturalidad y transculturalidad de los diferentes grupos humanos
g. Propicia procesos de autoafirmación y construcción de subjetividades críticas
h. Se comprende como un proceso, un saber práctico-teórico que se construye desde las resistencias y la
búsqueda de alternativas a las diferentes dinámicas de control en estas sociedades
i. Genera procesos de producción de conocimientos, saberes y de vida con sentido para la emancipación
humana y social
j. Reconoce dimensiones diferentes en la producción de conocimientos y saberes, en coherencia con las
particularidades de los actores y la luchas en las cuales se inscriben
3
HERDER,

2
La trama humana en sus múltiples caminos de constitución hace que en el momento preciso del aquí y el
ahora de cada una(o) debemos tener la posibilidad de desarrollar todas las capacidades con que contamos,
y que constituyen la integralidad humana, que en cada persona es un acumulado de la adaptación de la
especie y la exigencia del contexto y el momento histórico. De ahí que decimos que es necesario buscar
de qué manera garantizamos que ellas sean desarrolladas en todos los humanos como precondición de
democracia, justicia, libertad e igualdad. Si algo en algún lugar no permite, inhibe o limita el desarrollo de
las capacidades, es un atentado no contra esa persona, sino con la especie.

Esa integralidad dada por el desarrollo de la especie a todos y todas va a ser el fundamento de todos los
proyectos de formación, de los cuales se hablará en los diferentes entendimientos conceptuales y
prácticos que soportan lo que se desarrolla en los diferentes procesos y dinámicas educativas. Las
capacidades son el aspecto básico, de cuyo entendimiento y comprensión se va a derivar la existencia de
los diversos proyectos que intentan construir en la sociedad los procedimientos educativos en cada
momento histórico.

Por ello, cuando se habla de integralidad es la apuesta por la manera como se conforma lo humano de
este tiempo en un juego social en donde damos continuidad y ampliamos y actualizamos los sentidos de
ser miembros de esta especie. Por ello, podemos afirmar que las capacidades se desarrollan como parte
del crecimiento personal y articuladas a una sociedad que debe garantizar la posibilidad de un desarrollo
integral de ellas en cada uno de sus miembros.

En la perspectiva de lo afirmado anteriormente, las capacidades tendrían un soporte biogenético referido


a las maneras como la interacción biológica con los procesos adaptativos al medio y en el marco de las
dinámicas histórico-sociales de conformación de lo humano dieron lugar a la organización de esta especie
en sus aspectos físicos y corporales en una relación en donde la interacción con el medio social y cultural
toma forma en los procesos de aprendizaje y comprensión del medio que fueron dando forma y generaron
la organización de lo que hoy enunciamos como humano. Ese sistema de mediaciones y mediadores van
constituyendo nuevos estadios de la realidad y del sujeto en ella, haciendo específicos que somos seres
en desarrollo y constitución permanente.

En este sentido, la organización de los diferentes sistemas de lo humano: cognitivo, afectivo, volitivo,
valorativo, imaginativo-creativo, deseante, trascendente, son una construcción en una profunda relación
entre los mundos extra e intra psíquico en donde se avanza en la constitución de estructuras humanas
cada vez más complejas. Esas capacidades se van constituyendo en un proceso de relacionamiento con el
medio y la interacción social de los sujetos, haciendo que se den en un proceso integral de las relaciones,
de las dinámicas sociales y culturales, con las particularidades de los contextos y de los actores allí
inmersos.

Lo anterior hace que el aspecto biogenético no sea predeterminado, sino una construcción de realidad y
en ella haciendo presente que las capacidades estén como fundamento de lo humano. En este sentido, no
hay mundo intrapersonal sin la existencia y relación con lo intrapersonal. Por ello pudiésemos afirmar que
las capacidades tienen un fundamento filogenético, en cuanto son el resultado del desarrollo de la especie
en este medio ambiente donde se desarrolla la vida en general y lo humano con especificidad, en ese
acumulado de millones de años4 desde las operaciones simples del proceso evolutivo hasta el día de hoy
con sus múltiples complejidades y relaciones, proceso en el cual se ha conformado lo humano, dando

4
Existen distintas versiones sobre el proceso de hominización. Las principales serían:

3
significado y sentido a unas dinámicas propias que la hacen diferente de otras especies. Allí, las
capacidades en su marcha evolutiva va a agregando nuevos elementos a su configuración y organización.

Esta mirada significa salir de esencialismos de lo humano, ya que hace visible que somos seres en
permanente desarrollo y constitución y que es de eso de lo que dan cuenta las capacidades, no solo de
cómo se han constituido en la especie sino de la manera como cada momento histórico exige nuevos
desarrollos generados y organizados por y desde sistemas de mediaciones diferentes que a la vez que
muestran nuevas identidades y dinámicas construyen el significado de un desarrollo que no se interrumpe.

En ese sentido, la filogénesis nos muestra que lo humano no es una esencia a desarrollar, sino que exige
mirar ese instante en ese largo camino evolutivo en el cual estamos y somos, y como actores constituimos
esos nuevos sistemas de mediaciones que van a permitir desarrollar de la forma más plena posible las
habilidades que marcarán a cada sujeto sus posibilidades por el contexto de socialización que le tocó vivir
y allí están la familia, las instituciones, los grupos de pares, los procesos comunicativos, las clases sociales,
es decir, las capacidades están conformadas por ese hecho histórico que permiten en cada momento su
posibilidad de realización y manifestación en el actuar social, es decir, en las habilidades.

Desde esta perspectiva, las habilidades son una especialización, no son internas y también son construidas
social y culturalmente por las condiciones de desarrollo que favorece el entorno. Las capacidades, en el
sentido aristotélico son potencia y son el fundamento de la constitución de lo humano, siendo el resultado
del proceso bio-filo-epi-ontogenético, que nos hace especie humana. Por eso, somos mamíferos pero no
cetáceos, por ejemplo. Este camino de las capacidades nos lleva también a que debamos hablar de
derechos de los animales. Esas capacidades de ellos, propias de todo ser vivo, nos permiten salir de una
mirada que organiza el mundo desde lo antropocéntrico, lo humano como centro y nos coloca en un
horizonte de lo biocéntrico, a organizar la vida que da sentido al mundo y lo humano como un eslabón en
esa cadena de la vida.

En la perspectiva de la educación popular y sus desarrollos desde el buen vivir, estos derechos de la
naturaleza nos estarían hablando de un mundo único e integral, donde no se puede separar lo humano de
todos los otros aspectos que lo componen y en donde todos los seres que en ella están son vivos. En esta
mirada, la vida en sus múltiples formas sería el soporte de las capacidades, fundamento de las habilidades
y expresión de las competencias entendidas como vida digna. Las capacidades diferenciadas son de todos
los seres en su especie y en relación a su lugar en la constitución de la unidad básica del mundo. De allí se
deriva el interés por el bienestar de los animales y las urgencias que han tomado los problemas
medioambientales como asuntos centrales a una vida del planeta entendida de manera integral.

Por ello, estamos hablando de unas relaciones sociales en las cuales las capacidades otorgan a cada uno
de quienes constituimos el planeta, un lugar y desde allí forjamos una corresponsabilidad y una nueva
exigencia de relacionamiento entre todos los seres que en él habitamos. Ese marco del buen vivir establece
un núcleo relacional por la manera como los diferentes actores: humanos, animales, vegetales, minerales,
son importantes en cuanto el mundo se constituye desde esas unidades en las cuales cada una cumple su
función para el equilibrio del planeta.

Esto va a significar el relacionamiento entre diversas capacidades en un planeta que está vivo y mantiene
su vitalidad en ese relacionamiento. Por ello, la dignidad es de la vida toda y su cadena de especies, no
solo de lo humano en su filogénesis. En este sentido, cuando se asume el buen vivir, dota a la educación

4
popular de una diferencia básica con otras miradas de las capacidades, por ejemplo, la de Nussbaum5, en
cuanto para ellas son solo de lo humano y no de las vidas todas en interrelación.

Pero biogénesis y filogénesis no se entienden sin esos procesos contextuales que están por encima, en
cuanto no son pero están estrechamente relacionados a lo genético, es decir, aquellos elementos que
constituyen lo no genético de la construcción de lo humano, en donde sus características se configuran en
el desarrollo específico de cada individuo, en el pedazo de historia que le tocó vivir. Es en ese momento
en el cual se abren las potencialidades y las múltiples posibilidades sociales, culturales, ambientales,
nutricionales, que le van a permitir desarrollar sus capacidades, es decir, la sociedad y las condiciones de
desigualdad e inequidad que existen en ella, y las situaciones particulares en que se desenvuelven las
personas, hacen presente el desarrollo posible diferenciado pero excluyente de las personas.

Es acá donde sociedades desiguales e inequitativas organizan y plasman su modelo social en los individuos
y en la institucionalidad que construye para ella, visible en el caso de la educación en donde la
incorporación a instituciones diferenciadas en el acceso y el entendimiento al saber, el conocimiento y la
cultura de cada época van a ser el fermento de unas desigualdades que se repetirán generación tras
generación. Es allí donde los discursos de la inteligencia y la superdotación terminan legitimando un
sistema que no otorga a todas y todos las posibilidades plenas para desarrollar sus capacidades en forma
integral.

En el sentido de lo anteriormente planteado, la epigénesis de las capacidades está dada por el presente
histórico de cada ser humano en el contexto y la historia que le tocó vivir. Allí él va a explayar el acumulado
de la especie como depositario de él en sus particularidades, haciendo real que lo humano es el desarrollo
de esas capacidades y su ampliación en una construcción de lo nuevo propio de esa época y condiciones
en las cuales vive.

A partir de lo anterior, podemos afirmar que lo propio de lo humano es decir, la ontogénesis, no es una
esencia a desarrollar sino en un momento histórico preciso, el desarrollo pleno de esas capacidades
fundamentales o básicas que constituyen el tejido de lo humano, las cuales son fruto del acumulado
histórico bio-filo y epigenético, que hacen su emergencia en cada persona en el marco de su vida, lo cual,
diferenciándolo de otras especies, le permite construir las capacidades y habilidades que culturalmente
se desarrollan como parte de su crecimiento personal y en coherencia con las apuestas que hace esa
sociedad para que se desarrollen en todos los seres humanos que la habitan.

Afirmamos entonces que el desarrollo de las capacidades va a constituir una vida humana plena,
afirmación a partir de la cual decimos que ellas son el núcleo en donde la dignidad humana se hace
específica, y al reconocer este fundamento de lo humano surge como compromiso primero el que sean
desarrolladas en todos los humanos. Es decir, pertenecen a las personas y la sociedad las reconoce como
básicas y se debe comprometer a desarrollarlas en todos sus miembros.

Las capacidades están dadas pero deben ser desarrolladas y ese es el sentido de los derechos: a la salud,
a la nutrición, a la vida digna, y a la educación. Por ello, a esta última debe garantizarse no solo acceso sino
el desarrollo pleno de las condiciones que hacen posibles las capacidades y en el caso de la gestación, que
la madre garantice condiciones previas en su embarazo y nutrición y en su crecimiento. Es así que podemos
afirmar que existen unas precondiciones que garantizan ese pleno desarrollo de la vida y de lo humano,
pero que no se agotan en ellas, sino que deben ampliarse para permitir su vigencia universal.

5
Nussbaum, Martha C. Crear capacidades. Propuesta para el desarrollo humano. Barcelona. Paidós. 2012.

5
En la esfera de las capacidades humanas, una madre embarazada es potencia plena en desarrollo, es la
historia de lo humano, su filogénesis sintetizada en ella, pero serán los derechos, la política, la socialización
y la educación las que permitirán su desarrollo. Por ello, podemos hablar de la naturaleza social de su
desarrollo: epigénesis, y a la vez plantear que no basta la enunciación del derecho, se hace urgente generar
las políticas públicas que garanticen esas precondiciones para que las capacidades plenas existan en la
conformación de cada ser humano.

Tomar conciencia de estas capacidades y la urgencia de sus desarrollos dota a los grupos sociales de una
plataforma para exigir que los sistemas culturales y políticos donde viven se comprometan a desarrollarlas
y vayan ampliando la comprensión de los derechos, ya que es desde ese núcleo de capacidades donde se
da y se construye la igualdad en la singularidad, garantizando las mismas posibilidades para todas las
personas, ya que su desarrollo va a fijar la base moral de la justicia basado en la diferencia y la igualdad
que se soportan en las capacidades.

1.1 Capacidades y habilidades, relación indisoluble

Esa plataforma humana común va a encontrar que el fundamento de la diversidad estar dado en las
habilidades que cada persona desarrolla según las particularidades del contexto y de procesos de
socialización en los que está inscrita. Es en ellas –las habilidades-- donde se manifiestan y despliegan las
capacidades, dando el sello de identidad a las personas en correspondencia con las posibilidades que les
dio el contexto social y político en el que vivieron para desarrollar sus capacidades básicas.

El partidor común para todas y todos de las capacidades va a permitir hacer de la igualdad el sentido de
la constitución de lo humano, en cuanto esas mismas posibilidades va a permitir que el desarrollo de las
habilidades como una resultante de los contextos y las culturas de socialización, entendidas éstas como
una opción en la cultura y no una determinación de procesos sociales de exclusión basados en la clase y
el lugar social de origen que desarrollo desde el nivel de inequidad y desigualdad de mi grupo familiar o
de crianza básico.

Las habilidades como despliegue de las capacidades construyen la heterogeneidad de lo humano, ya que
se constituyen mediadas por esas historias personales enmarcadas en la cultura del grupo social
inmediato, no solo familiar con el cual me desarrollo y en las opciones deseantes de la persona. Por ello,
la educación básica y media debe ser lo más integral posible, en cuanto debe permitir mostrar el abanico
de posibilidades que den paso al desarrollo de esas habilidades en coherencia con las capacidades.

En este sentido, los movimientos y organizaciones sociales deben plantear una educación que permita el
desarrollo pleno de las capacidades en cuanto dignidad humana y de las habilidades en cuanto opción en
la cultura, evitando que estas últimas sean construidas por la desigualdad. Esto significa que las
capacidades son el fundamento de una justicia basada en la diferencia y la igualdad de los seres humanos.

Hablar de capacidades y habilidades significa plantear estos asuntos que hacen posible el crecimiento y
continuidad del planeta y de la vida en él y de lo humano en particular como un actor situado. Esto significa
posibilidades plenas de desarrollo. Por ello se tiene la certeza de que el futuro de una persona está
determinado por la manera y la posibilidad que encuentre para tener las condiciones de un desarrollo de
sus capacidades en relación con el planeta y en corresponsabilidad con su especie.

6
El despliegue de las capacidades va a permitir ser capaz de transformarme a mí misma(o) en armonía con
el planeta y mis grupos sociales de referencia, generando el cambio de la vida propia y en mi actuación en
la sociedad transformándola. No somos solo homo habilis, saber hacer, como pretenden las visiones
productivistas y economicistas de lo humano, del desarrollo y de la educación, y por ello también somos
integralmente todas las capacidades desarrolladas. En ese sentido, en toda acción humana –así predomine
una capacidad—las otras concurren a la realización de esa integralidad en la acción humana.

En coherencia con lo anterior, esas capacidades y la manera como se relacionan en la vida de las personas.
Ellas estarían organizadas de la siguiente manera:

Cognitiva conocer
Afectiva emocional
Valorativa ética (valores)
Volitiva acción-elección
Imaginativa creativa
Deseo lúdica
Trascendencia sentido y futuro

Lo cognitivo: se refiere a las capacidades mentales y del pensamiento que forman las múltiples
posibilidades de tener un conocimiento en donde se despliegue la condición humana.
Lo afectivo: se refiere a lo emocional y la capacidad de construir vínculos con los demás y conmigo
misma(o), constituyendo una esfera de emociones diversa que traza caminos de cercanía y lejanía
con los otros.
Lo valorativo: está referido a los principios y valores que adscribo, integrados con las otras
capacidades, que me permiten tomar decisiones para actuar en el día a día, diferenciando lo que
está bien de lo que no lo está para la vida del planeta.
Lo volitivo: se refiere a la capacidad de emprender acciones y proponer caminos, en coherencia
con las opciones que se tomen, siendo el fundamento de la realización de las decisiones, de la
acción.
Lo imaginativo: se refiere a la capacidad de proyectar y proponer, crear otras realidades diferentes
a las inmediatas, y de reconocer y optar en esas alternativas diferentes que se me proponen.
El deseo: es la capacidad de reconocer lo que me gusta y me produce agrado, placer y sentido en
el actuar cotidiano y me permite reconocer lo que me hace feliz.
La trascendencia: referida al poder reconocer el sentido más amplio de mi vida en coherencia con
las opciones que orientan mi quehacer

Recapitulando, pudiésemos afirmar que las capacidades básicas son el desarrollo pleno de lo humano en
la vida del planeta, en todas sus particularidades y en un sistema de armonía y de relacionamientos
integrales entre los diferentes seres que lo habitan, dando origen a una corresponsabilidad en la
construcción de sí mismo con el planeta y las diferentes manifestaciones de la vida en él, y a garantizar el
desarrollo de las capacidades y de las habilidades correspondientes a las opciones que en su contexto y
cultura hacen las personas. Allí podemos afirmar que la habilidad va a estar determinada por la libertad
de una persona de escoger entre diferentes maneras de vivir y ser.

La formación en sus múltiples versiones va a darle contenido y forma al desarrollo de las habilidades
propias de cada capacidad humana, pero en integralidad con las otras. Cuando se hacen específicas a la
especie, ellas le dan la historicidad a lo humano de cada época y construyen la trazabilidad y continuidad

7
en la vida del planeta, a la vez que enmarcan los procesos de socialización en los cuales viviremos, lo cual
significa que para construir esas múltiples dimensiones de lo humano desde las capacidades y las
habilidades se requiere de un proyecto formativo que dé forma al gobierno de sí como un ser humano que
en libertad ha construido una individuación autónoma que le permite gestar un proyecto de vida y unas
rutas para garantizar que ella sea digna y plena.

Pudiésemos afirmar que las capacidades no existen en forma real y práctica en la vida de las personas si
no se manifiestan en el desempeño de los sujetos y que las hacen visibles en su actoría social. Por ello, se
convierte en un vínculo y núcleo indisoluble entre capacidades y habilidades, las cuales se hacen visibles
en las opciones que realizan los individuos en sus contextos de acción, en su historicidad. Allí se hace plena
la expresión de las capacidades desarrolladas desde las inclinaciones particulares y en el hacer
(competencias).

Las capacidades existen y se hacen visibles en la actuación humana. Al desplegarse como acción se logra
un ordenamiento de ellas que hace posible reconocer en la práctica cómo ellas no son biológicas, sino
constituidas en ese largo camino de la especie y en las particularidades del propio mundo, que hace que
se manifieste en mayores habilidades en un campo que en otro, y en el hacer de las competencias.

En el sentido señalado anteriormente, el desempeño constituye la manifestación de las capacidades en


las habilidades, a través de las cuales el sujeto, haciéndose en su historia persona social, las logra
desarrollar haciendo emerger en los territorios un ciudadano en el cual las capacidades están presentes y
se nos hacen visibles en la manera integral como vive una vida con sentido, en las actividades que
implementa y desarrolla en su desempeño social. Ellas se dan como configuración subjetiva desde su
historia intra y extra psíquica. En esta perspectiva podemos afirmar que ese relacionamiento entre
capacidades como potencialidades, las manifestaciones sociales de ella y la manera como las habilidades
se despliegan van a ser fundamentales para esa integralidad básica, como lo podemos ver en el siguiente
cuadro:

Cognitiva conocer discernir (pensamiento crítico)


Afectiva emocional afectividad, empatía
Valorativa ética (valores) vinculación a aplicación integrada con otras capacidades
Volitiva acción-elección decisiones
Imaginativa creativa proyección (personal, colectiva)
Deseo lúdica diversión, ocio, juego
Trascendencia sentido/futuro proyectar

Ellas son el resultado de la larga marcha de la especie en el planeta, se han constituido en esa interacción
de dinámicas biio-filo-epi y ontogenéticas, haciéndonos a cada ser humano depositarios de ellas y
responsables de que el entorno político, social y cultural garantice y propicie las condiciones para que ellas
se desarrollen a plenitud, y en profundo respeto con el planeta y el lugar de cada uno de los seres y formas
de vida en él.

A continuación, mostramos cómo existe una unidad entre capacidades, habilidades y competencias.
Renunciar a alguna de ellas marca un sesgo y una orientación política e ideológica en el uso que se realice
de los conceptos que le subyacen.

8
2. Capacidades, derechos y política pública

Hemos afirmado que las capacidades y su desarrollo son el fundamento de la constitución de lo humano,
que ellas son el presupuesto básico para que los humanos despleguemos en nuestra vida las habilidades
que ellas y nuestras sociedades y cultura nos propician, pero también allí, desde la mirada de la educación
popular nos hemos interesado por preguntarnos si todos los humanos que poseemos una dotación básica
que nos permite desarrollarnos en igualdad y diferencia, porque las condiciones que atentan contra esa
condición humana son todavía una constante.

Ello exige reconocer que capacidades y habilidades siendo de las personas han sido trabajadas y
construidas socialmente. Podemos afirmar que la sociedad las debe reconocer como básicas y constituye
los derechos que van a permitir su desarrollo. En esa medida, los modelos de desarrollo basados en la
acumulación, la ganancia y el crecimiento, así cuenten con la legislación que da forma a los derechos de
las personas que vivimos en esas sociedades, nos volvemos insensibles al dolor de los seres vivos y a
considerarlos como víctimas de injusticia, insensibles también a los demás componentes del planeta y que
construyen su armonía. En este sentido, la dignidad es de la vida, su cadena de especies y aquello que la
hace posible, no solo de lo humano y su filogénesis.

Desde esta perspectiva, la pobreza es la falta de capacidades –de su desarrollo pleno—y no de escasez de
bienes, renta o riqueza. En el sentido de Sen6, es la pérdida de oportunidades, lo cual hace visibles las
desigualdades distribuidas, aún en el interior de las familias. Para este autor, las hambrunas son causadas
no solo por la escasez de alimentos, de ausencia de oportunidades para los pobres, sino por la falta de
capacidades de las poblaciones vulnerables.

Para reiterar que trabajar desde las capacidades es un asunto ético, solo basta mirar el último informe
sobre pobreza de las Naciones Unidas (UNFPA, 2014) publicado en estos últimos días que nos habla de
dos mil millones de habitantes del planeta en pobreza absoluta, situación que no permite que estas
personas puedan desarrollar sus capacidades y mucho menos garantizar que quien nace en esa realidad
las pueda desarrollar. En ese sentido, son penalizados por el lugar de nacimiento y arrastrarán en sus vidas
ese déficit básico negado en sus historias y tradiciones por factores externos a ellas.

El asunto central en una perspectiva de derechos es el de la posibilidad de desarrollo de las capacidades.


Éste es el tronco central del cual se derivan todos los otros derechos y al cual ellos concurren para su
desarrollo, en cuanto si no se garantizan las plenas condiciones para que las capacidades tomen forma en
la vida de estas personas y en cada uno de los miembros desde la gestación hasta la tumba, los derechos
que garantizan el desarrollo de las capacidades a la mediana edad serán insuficientes. De allí la importancia

6
Sen, Amartya. Op. cit.

9
del trabajo de derechos que garanticen en la primera infancia como soporte básico del desarrollo todas
las condiciones de nutrición, salubridad, afecto, cuidado de una persona adulta, influencias prenatales,
que hagan posible el inicio del desarrollo de las capacidades a través de procesos específicos que trabajen
el conocer el imaginar, el actuar, el valorar (Gopnik, 2011).

Cuando este derecho básico a las condiciones para el desarrollo de las capacidades desde la más tierna
edad son negadas, ellas se convierten en el soporte de la construcción social de la desigualdad, ya que
estos déficit en el punto de partida difícilmente serán subsanados en procesos de formación futuros. Por
ello, la idea de meritocracia liberal en sociedades profundamente desiguales como fundamento del acceso
a la educación tiene el peligro de ocultar y no remediar el partidor desigual, el cual hace que esto se
prolongue a lo largo de la vida, ya que penaliza de entrada a quienes no contaron en el inicio de su vida
con un núcleo humano o familiar que por sus posibilidades económicas, sociales, afectivas, culturales, les
garantice el desarrollo de sus capacidades.

Introducir el planteamiento del derecho al desarrollo pleno de las capacidades obliga a que los derechos
específicos sociales, económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA) coloquen en su hoja de ruta
con claridad la manera como a través de ellos se constituyen las capacidades, más allá del entendimiento
liberal a proveernos de solo bienestar, es necesario un giro en el sentido de garantizar que tomen una
perspectiva de capacidades como aspecto fundamental para evitar que esa desigualdad de base repita la
sociedad injusta.

Desde esta visión, las organizaciones y movimientos sociales más progresistas deben luchar porque en su
horizonte reivindicativo los derechos que son incluidos en sus plataformas y agendas básicas estén
dinamizados en una perspectiva de capacidades, lo cual a su vez exige la construcción de un marco
diferente de acción con sus consecuencias en la manera como el campo popular se hace propositivo en la
esfera de las políticas públicas, constituyéndolas en uno de los escenarios centrales a la construcción de
poder en estos tiempos en una perspectiva transformadora y emancipadora.

En coherencia con lo anterior, emerge con fuerza la certeza de que el desarrollo de capacidades es un
asunto central en la definición de políticas públicas y no se les puede dejar al mercado ni a las
organizaciones con fines de lucro que solo están interesadas en la ganancia o en desarrollar competencias
productivistas que terminan ocultando la importancia social de la constitución de las capacidades para
reducirlas a una esfera de un saber hacer en el campo de lo individual. En ese sentido, no existen
competencias que no estén soportadas en las capacidades y las habilidades. Pudiésemos afirmar que sin
ellas son limitadas, y en algunos casos oculta su verdadero sentido para convertirse en un sesgo ideológico
de opciones políticas. Por ello siempre debe exigirse un núcleo de relaciones a las capacidades y
habilidades, en cuanto son su fundamento.

La opción de convertir las competencias como los ejes rectores de la educación de estos tiempos revela el
ser humano que el capital está interesado en formar. Al colocar éste el énfasis en ellas, hace real este
carácter pragmático del saber hacer y la renuncia al carácter integral de la educación y el lugar más visible
de esto es el STEM acrónimo del inglés para hablar de los estudios en ciencia, tecnología, ingeniería y
matemáticas (Science, Technology, Engineering, Mathematics) como lo básico a enseñar en la escuela
definido a partir del planteamiento realizado por la comisión de calidad de los Estados Unidos en 1983,
pensamiento que recogido por la banca multilateral ha influenciado a políticos y economistas cuando
hablan de educación convirtiéndolo en su bandera para constituir la reconfiguración de la educación de
estos tiempos, lo cual ha dado origen a infinidad de leyes de educación en el mundo, y que es exactamente
lo que denuncia Nussbaum en la cita con la cual doy inicio a este texto.

10
En esta perspectiva, desde las capacidades y habilidades, los derechos se han de ocupar
fundamentalmente de cómo garantizar el desarrollo pleno de esa potencia humana y no solo del saber
hacer. Por ello, el núcleo básico para desarrollarlo en esa integralidad van a ser las capacidades en todas y
todos los seres humanos y su desarrollo debe ser garantizado a todas las personas en condiciones de
igualdad de oportunidades, ya que su ausencia va a marcar un camino de exclusión y desigualdad muy
difícil de remontar por parte de quienes vieron negadas socialmente sus posibilidades, y se quedaron solo
en la potencia. La potencia la porta la persona, pero su constitución es social, y es allí donde se requiere
de las acciones políticas y sociales que hagan real su dinamización como precondición de constitución de
lo humano.

En el sentido de lo afirmado, los DESCA se convierten en el fundamento social y cultural del desarrollo de
las capacidades. Si faltan, no se desarrollarán éstas, se inhibe su dinamización, en el sentido de Sen7, la
libertad positiva es necesaria para el desarrollo humano, pero diríamos acá, para el desarrollo de las
capacidades en cualquiera de sus múltiples concepciones. Por ello necesitamos constituir y exigir políticas
públicas que garanticen ese desarrollo.

Recapitulando, pudiésemos afirmar que es central a la reinvención y reconfiguración de la democracia en


los tiempos que corren, como una de las tareas centrales, garantizar que todos los seres humanos tengan
las condiciones contextuales para desarrollar sus capacidades. Por ello, los modelos de desarrollo basados
únicamente en la acumulación, la ganancia y el crecimiento desde la perspectiva de la educación popular
y el buen vivir hoy son impugnados desde un planteamiento que recupera la unidad naturaleza-
humanidad, enfrenta las dicotomías, las reelabora como complementariedad y desde allí busca ese núcleo
integral constitutivo de lo humano para desarrollarlo plenamente como la condición básica de la dignidad
de él en su constitución armónica con el planeta.

3. La educación en una perspectiva de capacidades

La educación, en sus múltiples entendimientos socializadores, se va a convertir en fundamental para que


las capacidades y la posibilidad de su ampliación –en el sentido de Nussbaum8-- sean desarrolladas, ya
que va a tomar esa potencia gestada en lo filo, onto, epi y biogenético y lo convierte en capacidades y
habilidades. Su realización transcurre a lo largo de la vida, desde la gestación hasta la tumba, y en ese
sentido, se vuelve fundamental para hacer la distinción entre diferencia y desigualdad en los procesos.

4. La escuela se modifica; mirada desde las capacidades

5. Hacia otras pedagogías que desarrollen capacidades

7
Sen, Amartya K. Development as Freedom. Oxford: Oxford University Press. New York. Alfred Knopf. 1999.
8
Nussbaum, Martha C. Crear capacidades. Op. Cit.

11

También podría gustarte