Todo El Libro Lengua 2 Bachillerato
Todo El Libro Lengua 2 Bachillerato
TEMA 1. EL TEXTO
1.El texto y sus propiedades
El texto es la unidad máxima de comunicación con sentido completo. La extensión del texto es
variable: puede estar formado por una única palabra o enunciado o por un grupo de enunciados.
Para ser considerado como tal, el texto tiene que responder a las propiedades de adecuación,
coherencia y cohesión.
Adecuación
La adecuación es la propiedad textual por la cual el texto se adapta al proceso comunicativo.
En cada situación comunicativa, utilizamos la lengua teniendo en cuenta el tema que tratamos: no
es lo mismo hablar de sentimientos que de la subida del clima. También tenemos en cuanta quién
es el receptor, su edad, el nivel de conocimiento que tiene del tema tratado o la relación que
tenemos con él. De la misma manera, tenemos en cuenta la finalidad del texto: si pretendemos
contar, dar instrucciones, convencer… Además, dependiendo la situación (un congreso, una
cafetería, una reunión con compañeros…) elegimos el registro, que puede ser formal o informal.
Igualmente, el canal o medio utilizado también condiciona el registro utilizado: el lenguaje oral
más espontáneo que la lengua escrita.
Coherencia
La coherencia es la propiedad del texto que le da unidad, que garantiza que el texto tiene sentido,
ya que presenta una secuencia lógica de la información y se desarrolla en torno a un tema.
Un texto posee coherencia pragmática, si se adecua a la situación comunicativa, a la
finalidad, a las características del género en que se inscribe y a nuestro conocimiento del
mundo
Un texto posee coherencia interna si los distintos enunciados que lo componen están
interrelacionados en el ámbito del significados.
Si un texto es coherente, tenemos que poder establecer un tema, elaborar un resumen y
determinar cuál es su estructura.
Cohesión
La cohesión es la propiedad textual que logra que los elementos del texto tengan conexión.
Para establecer estas conexiones se utilizan distintos mecanismos lingüísticos.
Son mecanismos de cohesión la recurrencia, la sustitución, la elipsis y el uso de marcadores.
La recurrencia o repetición consiste en repetir determinados elementos a lo largo
del textos. La recurrencia puede darse distintos planos:
• plano fónico (se repiten sonidos, ritmo o entonación)
• léxico (palabras o lexemas)
• semánticas (palabras de la misma familia)
• sintáctica (repetición de estructuras).
La sustitución consiste en permutar una palabra del texto por otra. Los
procedimientos de sustitución más comunes son:
• sustitución por sinónimo conceptual
• sustitución por un hiperónimo
• sustitución por una palabra comodín o baúl
Sustitución por una anáfora o por una catáfora
Elipsís consiste en la omisión o supresión de palabras o palabras que ha aparecido
previamente
Marcadores textuales o conectores discursivos son elementos muy variados
lingüísticos que sirven para enlazar o relacionar enunciados o conjuntos de enunciados y
establecer relaciones lógicas y de significado,
2.Tipos de textos
Los textos se pueden clasificar entendiendo a los siguientes aspectos: modalidad discursiva,
ámbito de uso, finalidad o intención, canal, situación y formato
ÁMBITO DE USO Personal y Pertenecen a la vida privada, familiar y entorno más próximo del
familiar emisor del emisor (agenda, wasap, postal, notas, correos…).
Literario Son consideras obras de arte (una novela, una poesía, una obra de
teatro, canciones…)
Elementos de la narración
Los textos narrativos cuentan, de manera objetiva o subjetiva, una historia protagonizada por unos
personajes en un espacio y lugar determinado.
Los elementos fundamentales que configuran la narración son los siguientes: el narrador, los
personajes, la acción o trama, el espacio, el tiempo
El narrador es la voz que cuenta la historia. Existen varios tipos de narradores:
• En 1ª persona o narrador: participa en la historia
• En 3ª persona o narrador historiador:
• En el caso de que conozca todo lo que sucede en la historia, se trata de un narrador
omnisciente.
• Sin embrago, será observador o limitado si solo conoce lo que ve
• En 2ª persona: se identifica el narrador o personaje y narrativo
Los personajes son el conjunto de seres que viven o realizan los hechos. Los personajes pueden
ser:
• Principales:
• Protagonista o principal: sobre él recae el peso de la trama.
• Antagonista: personaje opuesto al protagonista. Suele encarnar valores negativos
• Secundarios: tienes menos importancia en el relato en el relato
• Planos: personajes menos complejos. Tienen rasgos genéricos, no evolucionan
• Redondos: Personajes de mayor complejidad. Poseen características individuales y
evolucionan a lo largo del relato
• Múltiples: reparto coral de personajes, no destaca un personaje sobre otro
• Tipo: encarnan determinadas virtudes o defectos (dama. galán…)
La trama es el conjunto de acciones que se narran y constituyen la historia. Hay distintas maneras
de estructurar los hechos en la narración:
• Lineal: los hechos se presentan en orden cronológicos
• Discontinua: se producen saltos temporales
• Analepsis o flashback: se altera el orden temporal mediante saltos hacia atrás en el
tiempo
• Prolepsis: se altera el orden temporal mediante saltos temporales hacia delante
• Circular: la historia comienza y termina igual
• Paralela: se presentan varias historias a la vez
• In media res: la historia comienza por el nudo
• In extrema res: la historia comienza por el desenlace
El espacio es el lugar donde se ubica la trama. Puede tratarse de un espacio real o ficticio,
cerrado o abierto
El tiempo se puede referir al la época en que sucede la historia (tiempo externo) o a la duración
de la propia historia (tiempo interno) es el momento en el que sucede la historia.
Son ejemplos de textos narrativos la novela, el cuento, el romances, la fábula, el mito, el cómic, la
noticia, las notas, las cartas, los correos…
Los texto narrativos no solo se producen en el ámbito literario, sino también en el personal, en el
académicos o en el social.
Clases de descripciones:
Rasgos lingüísticos:
Rasgos lingüísticos:
• Diálogos espontáneos: no siguen una planificación previa, se desarrolla libremente (un chat
de amigos, una charla, una conversación telefónica…)
• Diálogos planificados: el tema está previamente establecido y siguen unas normas de
funcionamiento, incluso pueden contar con un moderador (un debate es un ejemplo de diálogo
planificado)
Rasgos :
TEXTOS ACADÉMICOS
TEXTOS ACADÉMICOS
TEXTOS ACADÉMICOS
TEXTOS PERIODÍSTICOS
Características generales • Textos variados de contenido diverso (se agrupan en subgéneros y secciones)
• Utiliza el canal oral o escrito, y combina con frecuencia el código lingüístico y el icónico
• El receptor es múltiple
• Trata temas actuales y de interés general
• Tipos:
• Según la función
• Entretener: series
• Informar: dar a conocer
• Persuadir: pretende influir en la opinión
• Según el canal
• Escrito
• Oral
• Audiovisual
Subgéneros periodísticos:
• Informativos:
• Noticia: transmite información sobre hechos actuales. Posee una estructura fina
• Reportaje: desarrolla un tema de interés general utilizando fuentes variadas y aportando distintos puntos de vista
• Entrevista: diálogo establecido entre un periodista y la persona entrevistado
• Opinión:
• Artículo de opinión: da una visión subjetiva de un tema de interés o actualidad
• Carta al director: opinión sobre un tema de un lector del un medio
• Editorial: la empresa editora de un medio da su opinión subjetiva de un tema de interés o actualidad
• Crítica: un autor especializado da su opinión personal sobre un acontecimiento
Géneros mixtos (transmiten información objetiva, pero introducen valoraciones subjetivas):
• Crónica: el autor, testigo de unos hechos, los relata cronológicamente pero también los interpreta subjetivamente
• Reportaje interpretativo: a las informaciones subjetivas propias del reportaje, añade una interpretación subjetiva
TEXTOS PERIODÍSTICOS
TEXTOS PUBLICITARIOS
TEXTOS PUBLICITARIOS
SITUACIÓN SIGNIFICADO
Interfijos Situados entre la Son falsos morfemas, puesto que silo sirven de enlace y
raíz y sufijo carecen de significado: bicharraco, cafetito, bravucón,
pececito…
• Morfemas flexivos. Los afijos flexivos son aquellos que en las palabras variable aportan
información de tipo gramatical. Indican género y número (en los sustantivos, adjetivos,
determinantes o pronombres) o tiempo, número, persona, modo y aspecto (en los verbos).
A los morfemas flexivos de los verbos se les denomina desinencias verbales.
perr-o-s cant-a-ba-n blanc-o
2.1 Derivación
La derivación es un procedimiento por el cual se crea una nueva palabras mediante la adición de un
morfema afijo derivativo. Por tanto, una palabra es derivada si está formada por un lexema o raíz y al menos
un morfema afijo derivativo.
Compuestos sintagmáticos
Independencia gráfica
portero automático, comida basura
Palabra+elemento constitutivo:
terminología
A la hora de analizar morfológicamente las palabras compuestas, tienes que tener en cuenta
los siguientes aspectos:
• En ocasiones, entre las dos raíces puede aparecer una vocal de enlace:
blanquiazul
maniatar
Algunos autores identifican esta vocal como un interfijo
• Las palabras compuestas pueden incluir morfemas afijos derivativos y flexivos
baloncestista: baloncestista
2.4 Abreviación
• Siglas.
Se unen las letras iniciales de las palabras que integran una secuencia sintáctica. Se escriben en
mayúscula
COI ESO DNI ISBN ONU
• Acrónimos.
Palabras nuevas creadas con fragmentos de dos unidades léxicas preexistentes (a veces, tres).
Marisa (María+Luisa) frontenis (frontón+tenis)
tergal (poliéster + galo) pyme (pequeña y mediana empresa)
• Acortamientos.
Se reduce el significante de una palabra conservando su significado y su categoría gramatical.
profesor (sustantivo) = profe (sustantivo).
El acortamiento puede producirse por:
· Aféresis: eliminación de la parte inicial de la palabra: chelo (violonchelo), Lupe (Guadalupe)
· Síncopa: supresión de la parte intermedia: Barna (Barcelona).
· Apócope: supresión de la parte final: profe (profesor), zoo (zoológico)
· Aféresis y apócope: Toni (Antonio).
· Síncopa y apócope: sudaca (sudamericano).
• Abreviaturas.
Se reduce el significante de una o más palabras eliminando letras, no sonidos.
doctor: Dr página: pág señora: sra
• Símbolos.
Son representaciones gráficas convencionales que se usan en el campo científico-técnico. Ejemplos: m
(metro), N (norte), Zn (zinc)…
terra > tierra lupum > lobo plorare > llorar ferrum >hierro
• Cultismos:
Términos que proceden del latín y del griego y que, debido a su incorporación tardía en la
lengua, apenas han evolucionado y siguen muy de cerca la forma primitiva de la que
proceden:
incredulum (del latín) > incrédulo postumum(del latín)> póstumo signum (del latín) >signo
• Semicultismos:
Son términos que sufrieron un frenazo en su evolución y conservan una forma muy parecida a
la original:
• Dobletes:
Son palabras latinas que han evolucionado dando lugar a dos términos: uno patrimonial y otro
culto. Son los llamados dobletes:
colocare > colocar / colgar delicatum > delicado / delgado auscultare >auscultar/escuchar
Con el paso del tiempo, se han ido incorporando a nuestra lengua vocablos procedentes de otras
lenguas que han estado, en algún momento, en contacto con la nuestra. Son los llamados préstamos
lingüísticos.
• Préstamos históricos
Palabras incorporadas en siglos anteriores y asimiladas hoy en día por nuestra lengua. Estos términos
adquieren distintos nombres según su origen:
arabismos: alcalde, acequia, alcohol, almohada, cifra…
germanismos: espía, guerra, guardar, níquel…
americanismos (indigenismo americanos): patata, chocolate, maíz, taco, bachata…
italianismos: soneto, batuta, novela, piloto, capricho, payaso…
anglicismos: cheque, champú, túnel, fútbol, líder, mitin…
galicismos: restaurante, pincel, garaje, gabinete, corcel…
lusismos: buzo, caramelo, bandeja, vigía…
catalanismos: paella, crisol, esquirol, forastero, vinagre…
galleguismos: chubasco, vigía, arisco, choza, sarpullido, grelo…
vasquismos: boina, pizarra, izquierda, chatarra, zurdo…
• Préstamos actuales
En la actualidad, siguen incorporándose préstamos lingüísticos que difunden, sobre todo, los medios
de comunicación; la mayoría de ellos provienen del inglés (club, dúplex, charter, jet), pero también los
hay del francés (boutique, croissant, toilette). Adoptan dos vías principales de incorporación a nuestra
lengua:
• Préstamo directo o xenismo (también conocidos como extranjerismos o barbarismos).
Son palabras que conservan su grafía original, sin adaptarse ni fónica ni ortográficamente a
nuestro idioma: chalet, hacker, parking, holding, pizza, hashtag, bluethooth…
• Palabras hispanizadas. Ciertos xenismos están adaptados fonéticamente al castellano y
son aceptados por la Real Academia Española: estándar, plató, bisté, coñac, carné, estrés,
gol, interviú, esnob, eslogan…Normativamente, se desaconseja el uso del xenismo si existe
en nuestra lengua una palabra que denomine a esa realidad (parking/aparcamiento)
• Neologismos
El progreso social y los avances técnicos y científicos propician la aparición de nuevas realidades que
hay que nombrar. Los neologismos son las palabras nuevas de una lengua que designan a esas
realidades. A veces, se utilizan préstamos de otras lenguas, como ya hemos visto, pero en ocasiones
se inventan nuevos vocablos.
Se diferencian dos tipos de neologismo:
• Neologismos formales: son palabras que se forman mediante los procedimientos ya
estudiados (composición, derivación…)
• Neologismos semánticos: son palabras que ya existían en el idioma que incorporan un
nuevo significado. Por ejemplo, canguro (persona que atiende o cuida a niños pequeños),
ladrón (enchufe), plural (variado)
Todas las palabras tienen un significado, es decir, remiten a un concepto; pero no están aisladas sino que
funcionan dentro de un contexto que determina su sentido específico. Este es uno de los graves problemas
con los que se encuentra el lingüista a la hora de definir el significado y la relación de este significado con el
significante, que no siempre es unívoca: a una misma forma le pueden corresponder distintos sentidos, y
viceversa.
El método de análisis del significado consiste en descomponer la palabra en unidades significativas
menores, al igual que hemos hecho con el significante.
Desde este punto de vista, el significado de una palabra está formado por la combinación de rasgos
significativos mínimos, los llamados semas que lo caracterizan, definen y distinguen de otros significados.
El conjunto de semas de una palabra recibe el nombre de semema. Las palabras que comparten un sema
común se agrupan en campos semánticos.
Ej.: silla, taburete, sofá, sillón, banco (este campo semántico está formado por palabras que comparten el
sema + objeto que sirve para sentarse; se diferencian entre sí en la forma, la comodidad o el tamaño).
En el análisis del significado hay que considerar, no sólo los rasgos semánticos objetivos –significado
denotativo–, sino también los subjetivos –significado connotativo–. Esto requiere tener en cuenta la
competencia léxica de los hablantes.
• Significado denotativo
Presenta el significado básico de una palabra, su realidad objetiva y estable compartida por todos los
miembros de una comunidad de hablantes. El significado denotativo está relacionado con la referencia,
alude a los significados de la palabra que conectan con la realidad extralingüística y que se asoncian de
manera permanente al término.
Ej.: ciprés: árbol, vegetal, gran altura, ramas erguidas y cortas, copa espesa y cónica
Ej.: la palabra perro donota una realidad, su referente es “mamífero domésticos de la familia de los
caninos…”
La denotación y la objetividad están unidas a la función referencial del lenguaje. Por eso aparece en los
textos expositivos, en los periodísticos de información, en los científicos, administrativos, instructivos
• Significado connotativo
Conjunto de valores subjetivos y secundarios que se vinculan al significado denotativo de una palabra,
según la experiencia personal, gustos, impresiones y vivencias del hablante.
Ej.: ciprés, en la mayor parte de los casos, tiene asociado el significado de cementerio, muerte; la rosa roja
se asocia al amor, la pasión; otras palabras como democracia, justicia o libertad presentan connotaciones
positivas frente a dictadura, abuso, libertinaje, que adquieren valores negativos.
Ej.: perro puede adquirir connotaciones negativas (“ser despreciable”) o positivas en perro viejo (2persona
sagaz, experimentada”)
Por otra parte, hay connotaciones individuales que varían de un hablante a otro:
Ej.: la palabra paro adquiere un sentido distinto para un trabajador que para un desempleado; el término isla
no tiene el mismo valor para un isleño que para un peninsular, etc.
Los significados connotativos se relacionan con las funciones expresiva, conativa y poética. Aparecen con
frecuencia en los textos argumentativos, publicitarios, periodísticos de opinión, ensayos…
Uno de los graves problemas que presenta el estudio del significado es que las lenguas no son códigos
unívocos y no es frecuente que a un solo significante le corresponda un solo significado. La
correspondencia significante/ significado determina los siguientes tipos de relaciones semánticas:
• hiperonimia/ hiponimia. Términos de significado más general, amplio y genéricos, los hiperónimos,
incluyen a otros cuyo significado es más restringido, los hipónimos. Los significado de color, mes,
mamífero incluyen a verde, junio, perro. Se denomina cohipónimos a los hipónimos de un mismo
términos. Verde, amarillo, naranja…son cohipónimos entre sí.
Las palabras pueden variar su significado con el paso del tiempo y la evolución de las lenguas. A este
fenómeno se le denomina cambio semántico.
Son variadas las causas que pueden producir estos cambios semánticos:
• Tabú y eufemismo
Determinadas expresiones que no suelen decirse por prejuicios morales, psicológicos,
sociales o políticos (tabúes) se sustituyen por otras que disimulan la verdad (eufemismos).
Ej.: conflicto laboral (eufemismo)= huelga (tabú).
En ocasiones, se emplean eufemismos jocosos, o disfemismos, con intención humorística:
estar mal de la azotea =estar loco; estirar la pata =morir; cantar los pies = oler mal los pies.
• Metáfora
Es una identificación entre dos realidades porque presentan cierta similitud. Ej.: ser un
manojo de nervios = estar muy nervioso (manojo: abundancia de cosas, conjunto); tener cara
de póquer, tener buena planta...
La literatura, sobre todo la poesía, está llena de este tipo de creaciones léxicas. Ej. Nuestras
vidas son los ríos que van a dar a la mar. (Jorge Manrique)
• Metonimia
Adopción del nombre de un objeto para designar a otro con el que tiene cierta relación de
proximidad o contigüidad. Ej.: Te invito a una copa (de licor). / El espada salió a hombros por
la puerta grande. / Los cascos azules cumplen funciones humanitarias. / Han subastado un
Velázquez)/ ¡Qué bueno es el primer violín!/ Ayer fue la petición de mano
Un caso especial de metonimia es la sinécdoque, que se produce cuando nombramos un
todo con el nombre de una parte. Ej.: El trabajo es condición de los mortales (hombres). / En
aquel estadio había 20.000 almas (personas).
Prefijos
Prefijos (propiamente dichos): forman palabras derivadas y parasintéticas
Prefijos no cultos (asimilados al español)
Prefijos cultos (morfemas gramaticales tomados directamente del latín y griego)
Raíces prefijas: forman palabras compuestas (en combinación con raíces sufijas)
Griegas
Latinas
Interfijos
Sufijos
Sufijos derivativos (modifican significado de la palabra y pueden variar su categoría gramatical)
Sufijos (propiamente dichos): forman palabras derivadas y parasintéticas
Sufijos no cultos (asimilados al español)
Sufijos cultos
Raíces sufijas: forman palabras compuestas (en combinación con raíces sufijas)
Griegas
Latinas
Sufijos apreciativos (no modifican esencialmente el significado de la palabra y no alteran su categoría
gramatical)
PREFIJOS
Prefijos (propiamente dichos): forman palabras derivadas y parasintéticas
Prefijos no cultos (asimilados al español)
Prefijos cultos (morfemas gramaticales tomados directamente del latín y griego)
Raíces prefijas: forman palabras compuestas (en combinación con raíces sufijas)
Griegas
Latinas
(1)
Prefijos propiamente dichos
Forman palabras derivadas
y parasintéticas
1.1. Prefijos no cultos (asimilados por la lengua)
AD- / A- no tiene sigdo preciso DES- POST- / POS-
(ej. asustar) EN- / EM- PRE-
ANTE- ENTRE- RE- / REQUETE-
CO- / COM- / CON- EX- SUB-
CONTRA- I- / IN- / IM- TRANS- / TRAS-
DE- INTER-
1.2. Prefijos cultos: formados por preposiciones, adverbios, numerales, pronombres o prefijos del latín y
griego.
A- [G ] con significado de EPI- [G ] PENTA- [G ]
privación, sin. EU- [G ] PERI- [G ]
ANA- [G ] EXO- [G ] PLURI- [L]
ANFI- [G ] EXTRA- [L] POLI- [G ]
ANTI- [G ] HECTO- [G ] PRETER- [L]
APO- [G ] HEMI- [G ] PRO- [G ]
ARCHI- / ARCI- / ARZ- [G ] HEPTA- [G ] PROTO- [G ]
AUTO- [G ] HEXA- [G ] KILO [G]
BI- / BIS- / BIZ- [L] HIPER- [G ] SEMI- [L]
CATA- [G ] HIPO- [G ] SIN- [G ]
CIRCUM- / CIRCUN- [L] INFRA- [L] SUPRA- [L]
CITRA- [L] INTRA- [L] TELE- [G ]
DECA- [G ] MACRO- [G ] TETRA- [G ]
DI- [G ] META- [G ] TRI- [L]
DIS- [G ] MICRO- [G ] ULTRA-[L]
DODECA- [G ] MON- / UNI- [L]
ENDECA- [G ] MONO- [G ] YUXTA- [L]
ENDO- [G ] OCTO- /
OCTA- [G ]
PARA- [G ]
Ejemplos
- Prefijos + palabras o lexemas (más o menos reconocibles) que en general funcionan independientemente en
español
ULTRATUMBA – MULTICOLOR – TRASPAPELAR – HIPOCENTRO – EXPORTAR – ANFITEATRO –
POSTROMÁNTICO – REQUETEBIÉN – DESMEMORIADO - BIMOTOR
- Prefijos + lexemas latinos o griegos (cultos) que no funcionan independientemente en español
ATEO – ANALOGÍA – DIÁLOGO – DISFAGIA – EXOGAMIA – PARÁFRASIS – POLISEMIA – MACROCÉFALO –
PRÓLOGO
(2)
Raíces prefijas
griegas y latinas
Forman palabras compuestas
(y a veces derivadas)
Raíces prefijas griegas
ACRO- elevado acrofobia
ADEN(O)- glándula adenoide
AERO- * aire aerofagia
AGON(O)- lucha agonía
ALO- * otro alópata
ANDRO-* hombre andrógeno
ANEMO-* viento anemómetro
ANTR(C)- carbón ántrax
ANTROPO-* hombre antropológico
ARISTO-* el mejor aristocracia
ARITM(O)- * número aritmética
ARQUEO-* antiguo arqueológico
ARTR(O)- articulación artritis
ATMO- vapor atmósfera
BAR(O)- pesado barómetro
BIBLI(O)- * libro biblioteca
BIO- * vida biología
BRONC(O)- tráquea bronquial
BUTIR(O)- manteca butirina
CACO- / CAQ-* malo cacofonía
CARDI(O)- * corazón cardiopatía
CARPO- fruto carpología
CATOPTRO- espejo catoptroscopia
CEFAL- / CEFALO-* cabeza cefalea
CIAN(O)- azul cianótica
CICL(O)- * círculo ciclón
CINE- /CINET- / movimiento cinética
CINEMATO-*
CITO-* célula citoplasma
CLEPTO- * robar cleptomanía
CLORO- verde clorofila
COPRO- excremento coprología
COSM(O)- * mundo cosmonauta
CRIPT(O)- * escondido críptico
CROMO- / CROMAT- / color cromotipia
CROMATO-*
CRON(O)- * tiempo cronología
DACTIL(O)- / DACTILI-* dedo dactilar
DEM- / DEMO- * pueblo democracia
DENDRO- / DENDRI- árbol dendroide
DERMO- / DERMAT(O)- * piel dermatología
DIDACT- * enseñar didáctico
DINAM(O)- * fuerza dinámico
ENO-* vino enólogo
ENTER(O)- intestino enteritis
ENTOMO- * insecto entomólogo
EROT- amor erótico
ESFERO- globo esférico
ESQUIZO- hendir esquizofrenia
ESTAT- estable estático
ESTETO- pecho estetoscopio
ESTOMAT(O)- boca estómago
ETIMO- * origen etimología
ETN(O)- * pueblo, raza étnico
FARMAC(O)- * medicamento farmacopea
FIL(O)- * amigo, amante bibliófilo
FISI(O)- * naturaleza fisiología
FITO-* vegetal fitoterapia
FLEB(O)- vena flebitis
FON(O)- * sonido, voz interfono
FOS- / FOTO- * luz fotofobia
FRENO- mente frenopatía
GALACT- leche galactosa
GASTR(O)- * estómago gastritis
GEO-* tierra geología
GERONT(O)- * viejo gerontología
GIN- / GINEC(O)- * mujer ginecología
GLOS(O)- / GLOT(O)- * lengua, idioma glosario
GLUC(O)- dulce glucosa
GONIO- ángulo goniómetro
GRAF(O)- * escribir grafología
HAGIO-* santo hagiografía
HELI(O)- * sol helioterapia
HEMO- / HEMAT(O)- * sangre hematoma
HEPAT(O)- * hígado hepático
HETERO- * distinto heterosexual
HIDR(O)- * agua hidrofobia
HIGRO- humedad higrómetro
HIP(O)- caballo hipopótamo
HIPNO- * sueño hipnótico
HOMO- / HOMEO-* igual, parecido homólogo
ICONO- * imagen iconografía
ICTER- amarillez ictericia
ICTIO- pez ictiología
IDE(O)- idea ideal
IDIO- propio idiosincrasia
ISO-* igual isómero
LIT(O)- * piedra litosfera
LOG(O)- * palabra, ciencia, tratado logopeda
MAST(O)- mama, pezón mastodonte
MEGA- / MEGALO-* enorme megalómano
MELAN(O)- negro melanoma
MELO-* música melómano
MESO-* medio mesozoico
MIO- músculo miocardio
MIS (O)- odiar misógino
MIT(O)- fábula, leyenda mitología
MNEMO- * memoria nemotecnia
MORFO- * forma morfología
NECRO-* muerto, cadáver necrópolis
NAU- nave náusea
NECRO- * muerto necropsia
NEFR(O)- * riñón nefrología
NEO- * nuevo neologismo
NEUMO- * pulmón neumonía
NEUR(O)- * nervio neurología
ODONT(O)- * diente odontología
OFTALM(O)- * ojo oftalmología
OLIG(O)- * poco oligarquía
ONIR(O)- * sueño onírico
ORNITO-* pájaro ornitología
ORO- montaña orogénesis
ORTO-* recto, corrección ortografía
OSTE(O)- * hueso osteología
OT(O)- * oído otorrino
PALEO-* antiguo paleografía
PAN- / PANTO-* todo panacea
PAQUI- espeso paquidermia
PATO- * enfermedad patológico
PED- * niño pediatría
PIR(O)- * fuego pirómano
PLAST- formar plástica
POD(O)- * pie podología
PSEUDO- / SEUDO-* falso Seudópodo, pseudónimo
PSIC(O)- * alma psicosocial
QUIRO- * mano quirúrgico
RINO-* nariz rinorrea
SACAR(O)- azúcar sacarosa
SARCO- carne sarcoma
SEMA-* signo, señal semántica
SIDER(O)- * hierro siderurgia
TAQUI- * rápido taquicardia
TEO-* dios teocracia
TERM(O)- * calor termómetro
TOP(O)- * lugar tópico
TOXICO- veneno toxicología
URO- orina urología
XENO- * extranjero xenofobia
XILO- madera xilófono
ZOO- * animal zoología
OTROS EJEMPLOS:
picardía charlatán – cafetero – gimnástico - cafetín – sorbetón
gaseoso andariego – escondrijo - polvorín – medroso
espionaje pegajoso
parlanchín mundial – guardián - biliar – financiero – parisiense – laborioso
rousseauniano – gaudinista sanguinario – sanguíneo - cartaginense - vertiginoso
cagalera – cafelito
SUFIJOS
Sufijos derivativos (modifican significado de la palabra y pueden variar su categoría gramatical)
Sufijos (propiamente dichos): forman palabras derivadas y parasintéticas
Sufijos no cultos (asimilados al español)
Sufijos cultos
Raíces sufijas: forman palabras compuestas (en combinación con raíces sufijas)
Griegas
Latinas
Sufijos apreciativos (no modifican esencialmente el significado de la palabra y no alteran su categoría gramatical)
SUFIJOS DERIVATIVOS
(1)
Sufijos propiamente dichos
Forman palabras derivadas
y parasintéticas
-mente ADVERBIOS
. atroz (adj) > atrozmente
(adv)
1.2. Sufijos cultos (asimilados a la lengua)
(2)
Raíces sufijas
griegas y latinas
Forman palabras compuestas
DIMINUTIVOS
(También expresan valoraciones positivas)
-ito, -ita -illo, -illa -ejo, -eja
-ico, -ica -ete, -eta -uelo, -huela
-ín, -ina
AUMENTATIVOS
(También expresan valoraciones positivas o negativas)
-ón, -ona -ote, -ota -al
-azo, -aza -udo, -uda
PEYORATIVOS O DESPECTIVOS
(También expresan tamaño)
-aco -astre -orro, -orra
-acho, -acha -astro, -astra -uco, -uca
-ajo, -aja -engue -ucho, -ucha
-ales -ingo -ujo, -uja
-alla -ingue -ute
-ángano, -ángana -orio -uza
-ango, -anga -orrio
Ejemplos
DIMINUTIVOS
-ejo/a: animalejo (zona centromeridional de España; La Mancha)
-ete/a: calvete, amigueta
-ico/a: puertica, ojicos (Aragón, Andalucía, Murcia)
-illo/a: fresquillo (Andalucía)
-ín/-ina: librín, pequeñina (zona noroccidental de España)
-ino/a: poquino, muchachina (zona suroccidental de España)
-ito/a: chiquito, mesita. Variante: -ecito/a: pobrecito, tosecita
-uco/a: mesuca, ventanuco (Cantabria)
-uelo/a: ladronzuelo
-iño/a: besiño
AUMENTATIVOS
-ón/-ona: comodona, facilón. No es apreciativo cuando designa golpe o movimiento brusco: empujón,
tropezón.
-azo/a: exitazo, artistaza. No es apreciativo cuando designa golpe: puñetazo
-ote/a: gordote, palabrota
-udo/a: bigotudo, confianzuda (para la RAE no es despectivo)
DESPECTIVOS
-ucho/a: debilucho, casucha
-aco/a: bicharraco, tiparraca
-acho/a: poblacho
-ajo/a: papelajo, pequeñaja
-astro/a: camastro, politicastra
-ato/a: cegato, novata. No es despectivo el sufijo ato/a que designa cría de animal: jabato. Tampoco el
sufijo coloquial -ata: bocata, sociata
-orrio: villorrio
-orro/a: viejorro, vidorra
-ango/a: fritanga
-ute: franchute
-ales: frescales
-uzo/a: gentuza
-engue: blandengue
-ejo/a: tipejo
1. Categorías y funciones
Pero esas mismas palabras, a su vez, pueden constituir unidades superiores (el sintagma o la
proposición), que realizan dentro de la oración determinadas funciones sintácticas.
El sintagma es, en consecuencia, una unidad de función sintáctica formada por una palabra o un
grupo de palabras que se aglutina en torno a una de ellas, denominada núcleo.
Los sintagmas están constituidos, al menos, por un núcleo y, de acuerdo con la categoría
gramatical de éste, se clasifican en los siguientes tipos:
Sintagma nominal (SN) Su núcleo es un nombre: Los árboles viejos del jardín dan una excelente
sombra.
Sintagma adjetival (SAdj) Su núcleo es un adjetivo: La mañana era muy luminosa.
Sintagma preposicional (SPrep) Consta de un enlace (E) –la preposición o locución prepositiva–
y un término: En aquel paraíso todo era posible.
Sintagma verbal (SV) Su núcleo es un verbo y desempeña la función de predicado de la oración
o de la proposición: En la calle llueve copiosamente.
Sintagma adverbial (SAdv) Su núcleo es un adverbio: Llegaremos pronto.
El sintagma nominal y el sintagma verbal son las dos categorías esenciales en la oración
bimembre, porque desempeñan las dos funciones básicas: el sujeto y el predicado.
2. El sustantivo
El sustantivo, desde un punto de vista semántico, es la palabra que designa personas, animales,
objetos o conceptos.
2.1.1 El género
El género es un rasgo gramatical que señala la oposición entre masculino y femenino. Permite
establecer la concordancia entre el sustantivo y otras categorías que también tienen flexión de
Además de los sustantivos masculinos y femeninos, existen otros dos tipos de sustantivos:
a. Sustantivos comunes en cuanto al género: carecen de género propio, pues pueden ser
masculinos y femeninos. Diferencian el sexo mediante artículos o determinantes: el/la
coleccionista, el/la artista.
b. Sustantivos epicenos: designan personas o animales pero, a pesar de ser sexuados, no
diferencian el sexo: la pantera, la perdiz.
2.1.2 El número
El número es un rasgo gramatical que manifiesta la oposición singular / plural de los seres o de
las cosas, es decir, informa si el referente del sustantivo es un solo ser u objeto (singular) o más de
uno (plural).
Según el tipo de realidad que designan, los sustantivos se agrupan en las siguientes
subcategorías:
comunes: agrupan seres y objetos con idénticos caracteres: mesa, alumnos, gato
o concretos: se refieren a objetos que tienen existencia real y pueden ser percibidos
por los sentidos: libro, chocolate, piedra
individuales: designan seres u objetos en singular o en plural, a los que
pueden individualizar: la silla, los coches, los árboles
colectivos: designan en singular un plural que se percibe como unidad: la
muchedumbre, el ejército, la escuela
o abstractos: no hacen referencia a objetos concretos; son sólo perceptibles por la
inteligencia y representables mediante conceptos: soledad, paz, amor
Los sustantivos abstractos de cualidad se relacionan con los adjetivos:
delgado > delgadez
Los de fenómeno guardan relación con verbos: saltar > salto
Los de cantidad indican número preciso o impreciso de objetos: par,
docena, millón
propios: designan seres únicos y los individualizan entre los de especie: Carlos,
Andalucía, Ebro
o antropónimos: nombres de persona, como Carlos, Raquel, Clara… Dentro de este
grupo están los apodos o motes: El Mochuelo, el Orejones…
o patronímicos: derivados de un nombre paterno, como Rodríguez, hijo de Rodrigo.
o topónimos: nombres de pueblos y accidentes geográficos, como Jaén, Picos de
Europa, Lanzarote, Monte Perdido…
Lengua Castellana y Literatura
2.4.1 El núcleo
El núcleo de un sintagma nominal puede ir modificado por otras palabras o categorías que desempeñan la
función de complementos del nombre.
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3. Los determinantes
4. El adjetivo
El adjetivo es una categoría gramatical que acompaña al sustantivo y expresa alguna de sus
cualidades.
Lengua Castellana y Literatura
Los morfemas de género y número los recibe del sustantivo al que complementa. El grado es un
morfema especial del adjetivo, aunque no exclusivo de él.
4.1.1 El género
El adjetivo no tiene género propio, sino que adopta el género del sustantivo con el que concuerda.
En relación con el género, existen dos clases de adjetivos:
1. Adjetivos de una sola terminación: no marcan la distinción de género mediante un
morfema, sino que su género se descubre por medio de la concordancia con el sustantivo.
sol agradable (masculino); tierra fértil (femenino)
2. Adjetivos de dos terminaciones: presentan una oposición formal de género por medio
del morfema -o para el masculino (o también Ø sin marca), y del morfema -a para el
femenino. tranquil-o, esbelt-a, barcelonés / barcelones-a
4.1.2 El número
El adjetivo refleja el número con los mismos morfemas que el sustantivo al que modifica: Ø
(término sin marcar) para el singular; -s o -es para el plural: leve / leve-s; ágil / ágil-es.
Cuando el adjetivo califica a varios nombres (masculino-femenino, singular- plural), suele ir en
masculino plural: Disfrutamos de una comida y un paseo maravillosos.
4.1.3 El grado
El adjetivo es una de las categorías gramaticales que admite gradación. El grado del adjetivo indica
que la cualidad que atribuye al sustantivo puede poseerse con mayor o menor intensidad, o
puede compararse con la que admite otro ser o cosa. Este morfema de grado es cuantificador, y
el adjetivo lo comparte con algunos adverbios.
La cuantificación puede expresarse mediante dos procedimientos:
1. Un procedimiento sintético o morfológico, consistente en la adición de prefijos
(supercaro, requeteguapo, archipobre) o de sufijos (carísimo, guapísimo, paupérrimo).
2. Un procedimiento analítico o sintáctico, mediante el empleo de adverbios que modifican
al adjetivo y forman con él un sintagma: muy caro, más caro que..., menos caro que...,
tan caro como.
Por la forma de modificación al sustantivo, el adjetivo puede tener dos valores distintos:
a. Adjetivo especificativo: limita y restringe la significación del sustantivo, al señalar una
cualidad que distingue al ser u objeto de entre otros posibles. Generalmente, va detrás del
sustantivo. Algunas leyendas mitológicas asombran por su belleza.
b. Adjetivo explicativo (también denominado en el lenguaje literario epíteto): señala una
cualidad del ser u objeto que no es necesaria para su localización. Suele ir antepuesto al
nombre. La clara noche temblaba entre miles de estrellas.
Un rasgo esencial del epíteto es que, sin ser necesario para el conocimiento del objeto,
destaca cualidades que resultan de interés por sus connotaciones expresivas o estéticas.
La función propia del adjetivo es la de complementar al nombre desde las siguientes funciones
gramaticales:
Adyacente, modificador o complemento de nombre: Se construye dentro del sintagma
nominal. Modifica directamente al sustantivo. Un día tranquilo invita al reposo.
Atributo: Se construye dentro del predicado nominal. Modifica al sustantivo sujeto a través
del verbo copulativo. El día estaba tranquilo.
Complemento predicativo: Se construye en el predicado verbal. Es elemento de doble
relación: modifica al sustantivo, indicando cualidad, y al verbo, indicando modo. El
muchacho llegó tranquilo.
5. Los pronombres
Los pronombres forman un grupo de palabras con significados y formas muy diversos. Sustituyen
al nombre o al SN en una oración. Se pueden caracterizar desde tres puntos de vista:
a. Semánticamente, el pronombre tiene un significado ocasional: depende del contexto
lingüístico o de la situación comunicativa en la que se encuentra el nombre al que
sustituye: María, ésta es la ropa que te he lavado (ésta = ropa / que = ropa / te = María).
b. Sintácticamente puede desempeñar las mismas funciones que un sustantivo: Leemos un
libro (CD) / Lo (CD) leemos.
c. Morfológicamente presenta muchas formas; admite los morfemas de género y número,
y a veces, también el artículo.
Los pronombres constituyen un sistema cerrado, formado por un número definido y limitado de
elementos que admiten, salvo excepciones, morfemas flexivos de género y número y pueden ser
de varios tipos:
Lengua Castellana y Literatura
Personales: yo, mí, me, conmigo, tú, ti, te, contigo, él, ella, ello, le, lo, la, se, sí, consigo,
nosotros, nosotras, nos, vosotros, vosotras, os, ellos, ellas, les, los, las, se, sí, consigo.
Demostrativos: éste, ése, aquél… esto, eso, aquello
Posesivos: mío, mía, míos, mías; tuyo, tuya, tuyos, tuyas; suyo, suya, suyos, suyas;
nuestro, nuestra, nuestros, nuestras, vuestro, vuestra, vuestros, vuestras
Numerales: uno, dos... (dos) cuartos, (tres) quintos...
Indefinidos:uno, quienquiera…
Relativos: que, el cual, la cual, los cuales, las cuales, quienes, cuyo...
Interrogativos/exclamativos: qué, cuánto, cuántos, cuál, cuáles…
Reflexivos: me, te, se, nos, os, se
Recíprocos: nos, os, se
Los pronombres desempeñan funciones similares a las de los sustantivos. De estas funciones, las
más complejas se dan en los pronombres personales, que responden al siguiente esquema:
Como pronombre
Personal: Es un falso se, variante de le (CI). Aparece si hay otro pronombre personal CD.
Se da en 3.ª persona.( El cartero le trajo la carta.*El cartero le la trajo. El cartero se la
trajo).
Reflexivo: Alterna con las restantes formas: me, te, nos, os, reproduciendo al sujeto.
Funciona como CD, CI, y adquiere, a veces, valor causativo. (El niño se lava (CD). El niño
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se lava las manos (CI). Él se afeita en la barbería (CD-causativo). Él se hace una casa (CI-
causativo)).
Recíproco: Alterna con las formas nos, os, reproduciendo las personas del sujeto.
Funciona como CD y como CI. (Los novios se besaron (CD). Juan y su amigo se escriben
cartas (CI)).
5. Sintaxis del SN
El sintagma nominal (SN) es, como hemos visto, una unidad lingüística compleja,
constituida por varias unidades gramaticales (la palabra, el sintagma, la proposición) que
realizan determinadas funciones:
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7. La sustantivación
Algunas palabras que no son sustantivos cambian de categoría y desempeñan las funciones propias del
sustantivo. Este cambio de categoría recibe el nombre de sustantivación, y puede afectar a las siguientes
clases de palabras:
a. Adjetivos precedidos de artículo u otro determinante, e incluso sin artículo: Mis pequeños ya han
crecido mucho; lo pequeño es agradable; jóvenes y viejos disfrutan de la fiesta.
b. Infinitivos, con o sin determinantes: Pasear es beneficioso; ese pasear tuyo es muy lento.
c. Adverbios: El mañana es nuestro.
Ejercicios
1. Señala el adjetivo que corresponde a las definiciones siguientes. Para ello, utiliza
cualquiera de las formas que permite el castellano [im- (imposible), in- (in-tacto) o i- (i-
rresponsable)].
a que no se puede percibir e que no se puede borrar
b que no experimenta pavor f que carece de cautela
c que no está concluido g que carece de coherencia
d que no tiene par o igual h que no reflexiona
3. Forma, con morfemas de género femenino, los superlativos sintéticos que corresponden a
los siguientes adjetivos.
a valiente d mísero g blanca j ardiente
b cierta e amable h benévola k fiel
c buena f alta i libre l pulcra
4. Señala el valor de los distintos se que aparecen en las siguientes oraciones, e indica la
función sintáctica de los que consideres que son pronombres.
5. Corrige los casos de leísmo, laísmo y loísmo que aparecen en las siguientes oraciones.
6. Localiza los pronombres de las siguientes oraciones y señala su clase y función sintáctica.
2. Yuxtaposición y coordinación
Dos o más proposiciones son yuxtapuestas cuando van separadas por una pausa y sin ningún
nexo que las relacione. Ejemplo: Llegué a mi casa, descolgué el teléfono.
Expresan una relación de alternancia entre dos opciones que se consideran excluyentes. Los
nexos son:
O te decides pronto o nos vamos sin ti.
Expresan una relación de alternancia entre dos o más opciones, pero que no se consideran
excluyentes. Los nexos habituales son unidades correlativas, ya sean conjunciones o palabras.
Cuando se emplean palabras correlativas, además de nexo, éstas desempeñan otra función
sintáctica en su proposición:
[En la fiesta unos (Nx / sujeto) bailaban], [otros (Nx / sujeto) cantaban.]
• Me presentaré a las oposiciones, aunque es difícil que apruebe: adversativa (Me presentaré a
las oposiciones, pero es difícil que apruebe).
• Nos iremos a la sierra este fin de semana aunque haga muy mal tiempo: concesiva (* Nos
iremos a la sierra pero haga muy mal tiempo: incorrecto).
En el segundo caso (adversativas exclusivas), las secuencias son incompatibles, se excluyen
entre sí. Los nexos son:
Expresan una relación de equivalencia: las dos proposiciones tienen idéntico significado. Los
nexos son:
Ejercicios
1. Analiza y clasifica las siguientes proposiciones yuxtapuestas y/o coordinadas.
2. Localiza en el texto siguiente las oraciones coordinadas e indica de qué tipo son.
1. ¿Cómo se identifican?
• Van introducidas por las conjunciones que o si, una forma interrogativa (qué,
quién, dónde, cómo, cuándo…) o un infinitivo:
Es necesario [que sientes la cabeza].
No sé [cuándo llegará ese pedido].
Te inquieta [hablar en público].
A veces las conjunciones (que o si), las formas interrogativas (qué, quién…) o
el infinitivo que introducen la proposición sustantiva llevan delante una
preposición. En estos casos la preposición forma parte de la subordinada sólo si
entra dentro de la secuencia conmutada por el pronombre demostrativo neutro:
Estoy cansado [de esperar por ti].→ *Estoy cansado esto. (incorrecto)
Estoy cansado de [esperar por ti].→ Estoy cansado de esto. (correcto)
La preposición no pertenece a la subordinada.
Dime a [quién llamaste ayer].→ *Dime a esto. (incorrecto)
Dime [a quién llamaste ayer].→ Dime esto. (correcto)
En este caso la preposición sí forma parte de la subordinada sustantiva.
Las formas interrogativas (quién, qué ,cómo, cuándo, cuánto, dónde, cuál…)
actúan como nexo y, además, como sujeto, atributo, complemento directo, o
cualquier otra función sintáctica.
No sé [ qué (nx y CD) deseas].
(Para averiguar la función de la partícula interrogativa escribimos la proposición
subordinada en forma enunciativa, sustituyendo, a la vez, el pronombre o adverbio
interrogativo por un sintagma nominal o un adjetivo:
Qué deseas. (interrogativa) _ Deseas unos días de vacaciones. (enunciativa)
Como el SN unos días de vacaciones desempeña la función de CD, el pronombre
interrogativo qué también será CD.)
EJERCICIOS
a Habló conmigo durante varias horas, pero no me desveló que tenía la decisión
tomada.
b Nadie nos ha explicado por qué ese partido político no aclara cuáles son sus
fuentes de financiación.
c Con frecuencia la Administración olvida que su principal función es servir al
ciudadano.
d Este verano me gustaría recorrer el sur de Francia o pasar todas las vacaciones
en mi apartamento de la playa.
e Hay en mis venas gotas de sangre jacobina, pero mi verso brota de manantial
sereno. (Antonio Machado)
1 ¿Cómo se identifican?
• Van introducidas por un pronombre relativo (que, el que, la que, lo que, los
que, las que; el cual, la cual, los cuales, las cuales; quien, quienes; o un
determinante relativo cuyo, cuya, cuyos, cuyas), un adverbio relativo
(donde, como, cuando) o un participio.
Los libros [que me encargaste] están ahí.
No recuerdo el lugar [donde se cometió el crimen].
La mujer [agredida por su marido] ha presentado una denuncia.
Los pronombres relativos son bifuncionales: por un lado actúan como nexos;
pero, además, desempeñan una función dentro de la proposición:
• Sujeto: El muchacho [que nos saludó] es compañero de clase.
Nx / sujeto
• Atributo: Hay que ver lo creída [que es esa chica].
Nx / atributo
• Complemento directo: El libro [que me recomendaste] me gustó.
Nx / CD
• Término de un SPrep: La ciudad [en que nació] está al norte.
Nx / T
En este último caso, no debemos confundir la función del relativo (término) con
la función de todo el sintagma preposicional (en que), que aquí es
complemento circunstancial, pero que puede desempeñar otras funciones
(CD, CI, suplemento, CN...).
El pronombre cuyo/a/os/as, de significado posesivo (equivale a la forma su o
sus), actúa siempre como determinante dentro del sintagma nominal al que
pertenece.
Los alumnos [cuyos padres asistieron a la reunión] son de 3.º de ESO.
Nx / Det
En este ejemplo debemos diferenciar la función del relativo, que es la de
determinante (cuyos padres asistieron a la reunión → sus padres asistieron a
la reunión), de la función del sintagma nominal del que forma parte (cuyos
padres), que en este caso es el sujeto de la proposición.
2.3 El participio
• Como sucede con las adjetivas, el relativo, a la vez que nexo, desempeña
otra función sintáctica dentro de la proposición.
[Quien canta] su mal espanta.
Nx / sujeto
Ejercicios:
2. Indica la función del relativo cuyo y la del SN o S Prep del que forma
parte.
Todo el día estuvo lloviendo. En las breves escampadas, una luz triste y
cenicienta amanecía sobre los montes que rodean la ciudad santa del
carlismo, donde el rumor de la lluvia en los cristales es un rumor familiar.
De tiempo en tiempo, en medio de la tarde llena de tedio invernal, se
alzaba el ardiente son de las cornetas, o el campaneo de unas monjas
llamando a la novena. Tenía que presentarme al Rey, y salí cuando aún
no había vuelto Fray Ambrosio. Un velo de niebla ondulaba en las
ráfagas del aire. Dos soldados cruzaban por el centro de la plaza, con el
andar abatido y los ponchos chorreando agua. Se oía la canturia
monótona de los niños de una escuela. La tarde lívida daba mayor
tristeza al vano de la plaza encharcada, desierta, sepulcral. Me perdí
varias veces en las calles, donde sólo hallé una beata a quien preguntar
el camino: Cuando ya había anochecido, llegué a la Casa del Rey.
Ramón María del Valle-
Inclán, Sonata de invierno
Andalucía
Asturias
Castilla-La Mancha
• Iturrioz contestó que la vida es una cacería cruel en que unos y otros nos
vamos devorando. (junio 2007,opción B)
• Vuelva el que tenga cansancio del camino y codicia de amor fiel que al
regreso le espere. (septiembre 2007, opción A)
Cataluña
Extremadura
• En esta época era todavía Madrid una de las pocas ciudades que
conservaba espíritu romántico. (septiembre 2006, opción B)
• Nunca se había visto tan serios a aquellos rapaces que pasaban
inquietos y temerosos por los claustros de la Universidad. (septiembre
2007, opción B)
Madrid
Castilla y León
• En Abiyán se dice que son malienses los que se encargan de pasar las
piedras preciosas de contrabando por los países vecinos. (junio 2007,
opción A)
• Las víctimas de secuestro, los niños que sufren abusos sexuales, y
quienes han experimentado el abuso de poder pueden desarrollar esa
defensa. (junio 2007, opción B)
• Dedico esta historia deliciosa a todos aquellos españoles que recelan de
los inmigrantes y los consideran individuos inferiores. (septiembre 2007,
opción A)
• Esta idea, que inspira la práctica de los cuidados paliativos, todavía no
está asentada en la población ni en todos los profesionales sanitarios.
(septiembre 2007, opción B)
Unidad 15. Subordinación adverbial y circunstancial
Son subordinadas adverbiales aquellas proposiciones que equivalen a un adverbio y que, por
lo tanto, desempeñan la función de complemento circunstancial (adverbiales propias); o bien
las que, sin ser conmutables por un adverbio, desempeñan la función característica de éstos,
es decir, la de complemento circunstancial (adverbiales impropias).
Las consecutivas y comparativas constituyen un caso especial.
Equivalen a un adverbio de modo (así). Los nexos son el adverbio conjuntivo como, los
adverbios según y conforme, y las locuciones conjuntivas como si, como para, según que.
Cuando no hay nexo, en su lugar aparece un gerundio. Estas proposiciones desempeñan la
función de CCM de la oración.
ASÍ .
Hice la paella [como me habían indicado].
Nx .
CCM
1.3 Adverbiales de tiempo
Equivalen a un adverbio de tiempo (entonces, luego, mañana). Los nexos son el adverbio
conjuntivo cuando, los adverbios mientras y apenas, y las locuciones conjuntivas desde
que, hasta que, siempre que, en tanto que, tan pronto como… Cuando no hay nexo van
introducidas por un infinitivo, un gerundio o un participio. Desempeñan la función de CCT.
LUEGO .
Saldré con mis amigos [cuando termine este problema].
Nx .
CCT
• Van introducidas por las conjunciones o locuciones conjuntivas porque, puesto que, ya
que, dado que, pues, como, visto que…, o una forma no personal del verbo (infinitivo,
gerundio o participio).
Van en mangas de camisa [porque hace calor].
Le suspendieron [por cometer varias faltas de ortografía].
[Teniendo un trabajo fijo], se siente uno muy seguro.
[Abrumado por las críticas], presentó la dimisión.
• Van introducidas por las conjunciones o locuciones conjuntivas para que, a que, que, a fin
de que, con el objeto de que…, o un infinitivo precedido de preposición o de una locución
preposicional.
Esta noche te llamo [para que me des el teléfono de tu prima].
Salí a dar una vuelta [por estirar las piernas].
• Van introducidas por las conjunciones o locuciones conjuntivas aunque, cuando, a pesar
de que, pese a que, aun cuando…, el adverbio así o una forma no personal (infinitivo,
gerundio o participio).
[Aunque llueva], saldré al campo.
[Con llorar tanto] no vas a conseguir nada.
[Sintiéndolo mucho], debo irme.
[Aun vistas de cerca], parecen perlas auténticas.
• Van introducidas por las conjunciones y locuciones conjuntivas si, como, cuando, a no ser
que, con tal de que, a menos que…, o una forma no personal del verbo (infinitivo, gerundio o
participio).
[Si el domingo hace buen tiempo] iremos a la sierra todos los amigos.
[Como no estéis en silencio] no os lo explico.
[Con decirlo tú] me basta.
[Estudiando un poco], estoy seguro de que aprobarás.
[Abonada la multa], podré retirar el vehículo.
- Consecutivas intensivas
- Consecutivas no intensivas
• Van introducidas por las conjunciones y locuciones conjuntivas siguientes: luego, conque,
por consiguiente, por lo tanto, así pues, pues, así, en consecuencia, de modo que, de manera
que…
He de entregar este trabajo mañana, [conque no me distraigas].
• Van introducidas por los nexos conjuntivos que o como, apoyados en un elemento
cuantificador: los adverbios más, menos, tan, tanto, la locución adverbial igual de o el adjetivo
tanto/a/os/as.
Este chico es más inteligente [que su amigo].
Este chico es tan inteligente [como estudioso].
Antonio lee ahora menos [que antes].
Ejercicios:
1. Señala el tipo de proposición que introducen las formas que, cuando y como.
a. El examen habrá sido difícil cuando sólo ha aprobado uno.
b. Como le falta experiencia, carece de tacto.
c. Le negaron el permiso cuando tenía derecho a él.
d. Acudiré cuando lo crea conveniente.
e. Cállate, que estoy trabajando.
f. Estás tan alto como tu hermano.
g. Es curioso cómo camina ese hombre.
h. Ve a que te tomen la tensión.
i. Como llovió intensamente, el río se ha desbordado.
j. Dinos cuándo debemos ir a verlo.
k. A veces la conciencia del niño es más estricta que la del adulto.
l. Como comas tanto, vas a engordar.
a. Usados con prudencia y mesura, estos juegos al aire libre robustecen el sistema
muscular.
b. Aun diciéndoselo tú, no creo que acceda.
c. Me duele la vista de tanto leer.
d. Se quedó en casa el sábado a fin de preparar el examen.
e. Arruinado el negocio por su padre, supo levantarlo con mucho trabajo.
f. De ser verdad lo que dices, yo ya me habría enterado.
Aragón
• Mientras él hojeaba la prensa, me dejaba en la sala infantil, donde pude alimentar
vorazmente una pasión que todavía era caótica. (junio 2007, repertorio2)
• No quiero que Pepe Monerri cierre la última edición sin que sepa cómo lo recuerdo.
(septiembre 2007, repertorio 1)
Valencia
• Conviene recordarlo cuando conozcamos a alguien que tiene una empleada a la que
no le paga la Seguridad Social. (septiembre 2008)
• Si los turistas abandonan la costa mediterránea por culpa de su degradación ecológica,
los efectos serán dramáticos para uno de los sectores más pujantes de la economía
española. (septiembre 2007)
Castilla-León
• Aunque su resolución depende fundamentalmente de acuerdos internos de cada
pareja, hay muchas cosas que las empresas no hacen. (septiembre 2006, opción A)
• No estamos haciendo nada para remediar las insospechadas consecuencias que va a
tener el alargamiento de la vida. (septiembre 2006, opción B)
Lengua Castellana y Literatura
A finales del siglo XIX, se produce un profundo cambio en las más diversas manifestaciones de la vida y del arte.
El progreso, la industrialización, la ciencia son mirados con desconfianza debido a la deshumanización
progresiva y al desarrollo del materialismo. La misma actitud se observa ante los más sólidos y asentados
principios literarios, sociales y políticos. Estamos, por consiguiente, ante la crisis de fin de siglo; según los
críticos "crisis universal de las letras y del espíritu, que se inicia hacia 1885, se manifiesta en todos los campos
del saber humano y representa la expresión del hondo cambio histórico que se produce, coincidiendo con el paso
del siglo XIX al siglo XX.
La crisis lleva a una desconfianza en la razón y en el positivismo y como consecuencia se produce una
valoración de lo irracional y una revitalización de lo sentimental, íntimo y emotivo.
Este pesimismo intelectual contó con el respaldo de conocidos filósofos, entre los que destacan Kierkegaard,
filósofo danés, precursor del existencialismo, en cuya obra explica cómo el hombre, atrapado en los límites que
le marca la muerte, y proyectado al mismo tiempo hacia la infinitud que ansía, se ve obligado a vivir en angustia;
Schopenhauer, filósofo alemán para quien el mundo se mueve impulsado por fuerzas ciegas e irracionales,
definía la vida como "una cosa oscura y ciega, potente y vigorosa, sin justicia, sin fin, una fuerza movida por una
corriente x -la voluntad-" y Nietzsche, filósofo alemán que desarrolla la filosofía del vitalismo, exalta la vida y
rechaza el pensamiento racional, su ideal es la subversión de todos los valores realizada por el superhombre,
personaje que encarna una voluntad de poder irracional, fuerte y creadora.
• Los nuevos escritores llevan a cabo una cerrada defensa de los más altos ideales artísticos. De ahí́ el frecuente
desprecio de la realidad circundante y la evasión hacia mundos o épocas de perfección, armonía y belleza.
Alguna que otra vez se recurre a todo aquello que pueda transportar a unos "paraísos artificiales".
• La reiterada tendencia a la evasión deja paso en algunos de estos autores a actitudes críticas y comprometidas.
Proponen soluciones diversas y, algunas veces, abogan por una vuelta a la naturaleza y a formas de vida
precapitalista.
• El desprecio de una moral convencional e hipócrita los lleva a adoptar con frecuencia comportamientos
antisociales o provocadores y a exaltar placeres prohibidos.
En España, el siglo XIX había significado una continua lucha para modernizar el país y dotarlo de unas
estructuras sociales y políticas adecuadas. El esfuerzo, sin embargo, no había dado los frutos deseados. A
finales de siglo el panorama de desaliento recogido en la literatura por autores de la talla de Clarín, Galdós,
Baroja o A. Machado, hizo que se extendiera la impresión de crisis social y política. Intelectuales como Joaquín
Costa o Ángel Ganivet proclamaron entonces la necesidad de regenerar el país, y la palabra regeneración se
convirtió́ en una palabra clave en la época. Un hecho transcendental se añadió́ a esta situación: el desastre del
1
98 y la consiguiente pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas. De lo que había sido un vasto imperio, solo
quedaban algunos enclaves situados en África.
A comienzos del siglo XX siguen sin resolverse los problemas heredados del siglo pasado (desigualdades
sociales, alternancia de partidos, caciquismo, atraso cultural y económico, etc.), la sociedad española cada vez
se crispa más.
La rapidez con la que suceden los acontecimientos decisivos a nivel nacional y mundial (dictadura de Primo de
Rivera, Primera Guerra Mundial, crisis económica de 1929, Segunda República y Guerra Civil) y la necesidad de
tomar partido ante las circunstancias, influyen de manera determinante en la literatura de estos años. En la
primera década los autores modernistas, descontentos con la realidad, se enfrentan a la estética dominante y
realizan una profunda renovación literaria que afecta tanto a la forma como al contenido. A la época de
entreguerras y a su ansia de experimentación le corresponden la actitud aristocrática y escapista de Juan
Ramón Jiménez y el juego intrascendente de las vanguardias; por el contrario, la década de los años treinta
está marcada por el compromiso de los poetas de la generación del 27 y un autor veterano como Antonio
Machado.
1.1 El Modernismo
El modernismo es, ante todo, una renovación estética, y más en concreto del lenguaje poético, que surge de
una síntesis del parnasianismo y el simbolismo, dos corrientes poéticas francesas. De la primera toma la
noción del arte por el arte, el gusto por lo refinado y la perfección formal; del simbolismo recibe el gusto por la
música y la tendencia a incorporar imágenes sensoriales.
Se gesta en Hispanoamérica a partir de 1870 y es introducido en España entre 1892 y 1899 por Rubén Darío.
En 1900 había triunfado de la mano de Juan Ramón Jiménez.
La renovación temática:
La poesía modernista insiste en una serie de temas relacionados directamente con su concepción del mundo:
a. El exotismo: búsqueda de un mundo exótico como forma de evasión. Los poemas se llenan
de alusiones a Oriente o a la antigüedad clásica
b. El cosmopolitismo: París, ciudad cosmopolita por excelencia se convierte para los
modernistas en el centro del mundo.
c. Utilización del símbolo y el mito: para crear sensaciones y evocar lo inefable.
d. Lo indígena: se valoran las culturas precolombinas de los pueblos hispanoamericanos, se
expresa un sentimiento de nostalgia por el pasado legendario y se utilizan mitos guerreros
como el de Caupolicán.
e. Lo oculto o religioso: se recogen elementos del Budismo, el Cristianismo y la filosofía o
religión griegas.
f. El amor y el erotismo: se sublima el sentimiento amoroso y se resaltan los aspectos más
sensuales.
g. La angustia romántica: se manifiesta en un sentimiento de soledad y hastío y en el tono de
tristeza melancólica que impregna algunos poemas modernistas.
La innovación métrica
No se persigue solo una nueva sonoridad, sino también la correspondencia entre sentimiento y musicalidad, se
busca captar y expresar el ritmo de las ideas. La renovación métrica afectará a:
a. Los versos. Se utilizan versos antiguos como el hexámetro grecolatino y otros de procedencia
francesa. Los preferidos son el alejandrino, eneasílabo, dodecasílabo y los tradicionales
endecasílabo y octosílabo.
b. Las estrofas. La preferida sigue siendo el soneto, aunque también se usan la de pie quebrado y
la silva asonantada.
c. La acentuación. Además del abundante uso de esdrújulas, se traslada al castellano la métrica
clásica, basada en la alternancia de sílabas largas y breves, que se sustituyen por tónicas y
átonas.
d. La rima. Se alterna la consonante y asonante.
Tradicionalmente se incluyen en la nómina de autores del Grupo del 98 a Pío Baroja, Azorín, Ramiro Maeztu,
Miguel de Unamuno, Antonio Machado y Valle-Inclán. Sin embargo la crítica moderna tiende a excluir a los dos
últimos autores
Los autores del 98 muestran una serie de coincidencias ideológicas y estéticas entre las que podemos destacar
las siguientes:
§ Adoptan una postura idealista ante la regeneración social. Frente al pragmatismo de los
regeneracionistas, los del 98 muestran su incapacidad para pasar a la acción y aplicar las reformas
que proponen. A los problemas concretos solo ofrecen respuestas filosóficas.
§ Su preocupación por la situación nacional convierte el tema de España en eje central de sus obras.
Los autores del Grupo del 98 parten de un conocimiento profundo de la realidad española que
consiguen a través de sus viajes y de la lectura de los autores clásicos. Exaltan el paisaje y los
pueblos, y se interesan por su historia en la que esperan descubrir la esencia de lo español. En sus
escritos realizan una revisión del pasado y muestran una sensibilidad especial ante los aspectos más
desoladores de la realidad nacional. Critican sobre todo, a los gobernantes corruptos, el atraso del
campo y los vicios nacionales. Creen que los problemas de España hallarán solución en la medida
en que se produzca en el pueblo un cambio de mentalidad.
§ El deseo de modernizar el país les hace volver sus ojos a Europa y expresar la necesidad de
«europeizar a España». En una segunda etapa, reivindican los valores nacionales, los valores «más
castizos», y hablan de «españolizar a Europa».
§ Los autores del Grupo del 98 buscan la esencia de lo español y de los valores eternos en las
tierras de Castilla, en su historia y en su literatura. Aman los viejos pueblos y el paisaje castellano, y
reivindican a escritores españoles medievales y clásicos: Gonzalo de Berceo, Juan Ruiz, Arcipreste
de Hita, el Marqués de Santillana, Luis de Góngora... Admiran a Larra, al que consideran como «el
más libre, espontáneo y destructor espíritu contemporáneo».
§ Todos ellos muestran su afán por renovar literariamente nuestra lengua. Recuperan palabras
tradicionales y utilizan abundantes arcaísmos. Con el fin de transmitir con claridad sus ideas,
defienden un estilo antirretórico caracterizado por la sobriedad y la precisión. § Además del auge del
ensayo y del periodismo, cauces apropiados para el desarrollo de sus ideas, modernizan los géneros
tradicionales; por ejemplo, las nivolas de Unamuno, mezcla de reflexión y relato, supusieron un
profundo cambio en la narrativa de la época. Sus obras ofrecieron nuevos caminos a la creación
literaria.
Prosas profanas (Buenos Aires 1896). En una segunda edición añade veintiún poemas. Esta obra supone la
consolidación del Modernismo. Sus composiciones, cuidadas y aparentemente herméticas, están llenas de
alusiones mitológicas, literarias y artísticas. Él mismo en el prólogo de la obra explica la razón “veréis en mis
versos princesas, reyes…¡qué queréis!; yo detesto la vida y el tiempo en el que me tocó nacer”. Disminuyen en
este libro el cromatismo intenso y se incorporan temas nuevos, como el misterio del más allá, el sentimiento
religioso, la vida, la muerte, el poeta y la creación artística.
A partir de 1905, dará un giro a su obra con Cantos de vida y esperanza, libro en el que incorpora
preocupaciones existenciales y patrióticas.
Destacan algunos poemas de exaltación del espíritu hispánico y otros de inspiración religiosa. Una actitud
introspectiva tiñe algunos poemas de tristeza y desazón por el paso del tiempo.
Sus últimos poemarios, El canto errante (1907), Poeta de otoño y otros poemas (1910) o Canto a la
Argentina y otros poemas (1910) son obras sin unidad temática, pues recogen composiciones de diversas
épocas.
El estilo de Rubén Darío se caracteriza por la riqueza y variedad léxica, por la intensa adjetivación, por el uso del
hipérbaton y la presencia de figuras retóricas como aliteraciones, anáforas, personificaciones, sinestesias,
metáforas, símbolos, etc.
Rubén Darío busca la belleza y trata de ser preciso en la utilización de un léxico rico que se refiere a nombres de
flores, piedras preciosas, animales reales y mitológicos, personajes de la mitología y nombres geográficos.
Rubén Darío utiliza extranjerismos, tomados del francés, del italiano y del inglés, reflejo de su actitud
cosmopolita, y cultismos o neologismos acuñados por él.
Algunos términos se cargan de significados simbólicos: el cisne (la perfección, la elegancia), el azul (lo etéreo, lo
ideal, lo infinito), la hipsípila y la mariposa (la psiquis y el alma del poeta) etc.
Poeta español. Aunque influido por el modernismo y el simbolismo, su obra es expresión lírica
del ideario de la Generación del 98.
Nació en Sevilla en 1875, pero su trabajo como catedrático de francés lo llevó a Soria, donde conoció a Leonor y con la que
se casó cuando ella tenía 16 años. Tres años después Leonor murió, y Soria y Castilla se convirtieron en temas esenciales
de su obra. Tras la muerte de su esposa, se trasladó a Baeza donde permaneció desde 1912 hasta 1919, año en que regresó
a Castilla. En 1928 se enamoró de Pilar de Valderrama, “la Guiomar” de sus versos, evolucionó ideológicamente hacia la
izquierda y murió en el exilio en 1939
Su poesía sintetiza el clasicismo de formas, el simbolismo del mundo sensorial y la indagación de sus galerías
interiores. Su obra comprende tres etapas:
La primera representada por Soledades (1903), libro ampliado en Soledades, Galerías y otros
poemas (1907).
Algunos rasgos de Soledades son: el tono intimista; la presencia de temas como la angustia por
el paso del tiempo, la muerte, el sueño o el recuerdo; la utilización de símbolos como el camino,
representación de la vida, o la fuente de la monotonía del vivir; el constante diálogo del poeta
consigo mismo y con el paisaje, la tarde o la noche.
Soledades, galerías y otros poemas enlaza con el libro anterior pero incorpora novedades: en
“Soledades” aparecen 29 poemas del primer libro, pero Machado ha suprimido aspectos formales del
Modernismo e incorpora nuevas imágenes. Los poemas incluidos en “Galerías” son breves y se
caracterizan por su capacidad de evocación y potencia simbólica, en ellos el poeta indaga en sí
mismo. En “Otros poemas” comienza a mirar al mundo exterior y enlaza sus preocupaciones
personales con un objeto externo, recuerda episodios de su niñez y aparece ya un poema
descriptivo, “Orillas del Duero”, punto de partida de una nueva etapa de su poesía.
La segunda representada por Campos de Castilla (1912), obra cuyas composiciones corresponden a poemas
escritos en un periodo en el que sucedieron graves acontecimientos personales (muerte de Leonor) e históricos.
Consta de cincuenta y seis poemas en los que se aprecia la evolución del poeta desde una actitud inicial más
individualizada a otra con mayor acento social. Temáticamente se caracteriza por prestar más atención a temas
político-sociales. Campos de Castilla es la obra en la que más se acerca el autor a las preocupaciones
noventayochistas. Sin embargo el amor a Castilla no excluye una actitud crítica frente a la realidad histórica del
país al que se ve empobrecido, despoblado, inculto.
Además de los poemas en los que analiza de forma crítica la realidad española, Machado incluye
una serie de elogios dedicados a aquellos a los que admira y que proponen una vía de progreso
(Francisco Giner de los Ríos, Ortega y Gasset, Unamuno…); poemas de paisajes como “A orillas
del Duero”, descriptivos como “A un olmo seco”, y otros que expresan preocupaciones
existenciales e inquietudes religiosas.
La obra incluye también un extenso romance, “La tierra de Alvargonzález” sobre la envidia y sed de
tierra. En él unos hijos matan al padre para quedarse con los campos.
La tercera etapa comprende Nuevas canciones (1924), y dos grupos de poemas que no llegaron a
publicarse en forma de libro: Canciones a Guiomar, dedicadas a su musa de madurez, y Poesías
de guerra.
La renovación estética del Modernismo, del lenguaje poético, se extiende a la prosa y la novela. Sus temas y
actitudes coinciden con los de la poesía. La sensualidad, la idealización y estilización de la realidad son la base
de las Sonatas de Valle-Inclán y de Platero y yo de Juan Ramón Jiménez, cimas de la prosa modernista por la
acumulación de recursos retóricos y sensaciones, su evasión de la realidad cotidiana y su atmósfera de nostalgia
y melancolía.
La Generación del 98 conserva aspectos modernistas significativos (como la renovación del lenguaje, la
descripción impresionista, la evocación nostálgica y la idealización del paisaje), reacciona contra el estilo
«vulgar» del Realismo y recoge, en unos casos, el legado temático e ideológico del Naturalismo (Baroja), en
otros, la enorme carga intelectual y existencialista del pensamiento alemán (Unamuno) y, en otros, las formas de
una nueva sensibilidad basada en la precisión lingüística o las evocaciones nostálgicas del Romanticismo
(Azorín).
Otros novelistas de la época dignos de mención, además de los citados Unamuno,Baroja,Valle-Inclán y Azorín,
son Concha Espina, en la tendencia realista, Eduardo Zamacois y Felipe Trigo, en la novela erótica, y
Wenceslao Fernández Flórez, en la tendencia lírica o en la del humor.
Aunque unos críticos, denominan novecentistas y Generación del 14 a algunos ensayistas (Ortega y Gasset,
Eugenio d’Ors o Gregorio Marañón) y novelistas (Pérez de Ayala, Gabriel Miró o Gómez de la Serna), otros
opinan que estos autores no son sino continuadores del Modernismo, que en unos casos depuran
intelectualmente la expresión literaria (Miró y Ayala) y en otros avanzan en la ruptura hacia el Vanguardismo
(Gómez de la Serna).
Gabriel Miró (1879-1930), alicantino, es el más fiel continuador del Modernismo en la acumulación de
sensaciones y la idealización del paisaje. Sus novelas, más que construcciones argumentales, responden al
objetivo de convertir lo que se percibe en el arte de la palabra. Destacan sus obras Las cerezas del cementerio
(1910), El abuelo del rey (1912), Nuestro Padre San Daniel (1921) y El obispo leproso (1926).
Ramón Pérez de Ayala (1880-1962), asturiano, combina a la perfección el simbolismo modernista con la
actitud intelectual novecentista en sus novelas más importantes: Belarmino y Apolonio (1921), Tigre Juan
(1926) y su continuación, El curandero de su honra (1926). Anteriormente, había publicado novelas de carácter
autobiográfico: A.M.D.G. (1910) o Troteras y danzaderas (1913).
La novela vanguardista
En términos estéticos, la novela vanguardista se identifica con el formalismo y la experimentación. Entre 1910
y 1930, bastantes escritores, acordes con Europa, analizan la teoría de la novela, sus problemas técnicos y
practican una nueva novela que rompe ataduras con la existente entonces, jugando con la realidad y la fantasía,
con la inverosimilitud y la incongruencia, con las estructuras y la sintaxis.
Estas características son evidentes en Gómez de la Serna. A su visión del mundo como un territorio
desordenado en el que no hay jerarquía de valores, el escritor propone un modo de orden posible a través de la
literatura, pero se trata de una literatura libre configurada por la greguería.
Por eso, la greguería está en la base de su arte narrativo desde sus primeras novelas (El doctor inverosímil,
1914; La viuda blanca y negra, 1917; El incongruente, 1922, o La quinta de Palmira, 1923), pero se acentúa,
coincidiendo con la literatura deshumanizada, a partir de El torero Caracho (1926), a la que siguen La mujer de
ámbar (1927), El caballero del hongo gris (1928), La Nardo (1930), ¡Rebeca! (1936) y su obra maestra, El
hombre perdido (1946).
La novela vanguardista
Esta novela está acorde con la estética ya señalada, que, desde una intensa subjetividad y abstracción y
desde una actitud intelectual y formalista, busca la experimentación.
(1926), Paula y Paulita (1929) y Locura y muerte de nadie (1929); a Antonio Espina con Pájaro pinto (1927) y
Luna de copas (1929); a Pedro Salinas y Víspera del gozo (1926); y, sobre todo, en sus obras iniciales, a Max
Aub con Geografía (1923), Fábula verde (1933) y Luis Álvarez Petreña (1934); a Francisco Ayala con los
cuentos de El boxeador y un ángel (1929) y Cazador en el alba (1930); y a Rosa Chacel con Estación, ida y
vuelta (1930).
Contrasta con la anterior. Hacia 1930 aparecen algunos novelistas comprometidos con la situación política son:
revolucionarios románticos que escriben una literatura de testimonio y denuncia. La figura capital es Ramón J.
Sender (1902-1982), que inicia esta tendencia con Imán (1930), a la que siguen Siete domingos rojos (1932), La
noche de las cien cabezas (1932) y Mr.Witt en el Cantón (1935). En el exilio escribe una obra amplia, con títulos
valiosos como Epitalamio del Prieto Trinidad (1942), El rey y la reina (1947) o Réquiem por un campesino
español (1953). Al lado de Sender hay que recordar a César Manuel Arconada, con La turbina (1930), Joaquín
Arderíus, con Campesinos (1931) y Andrés Carranque de Ríos, con La vida difícil (1935).
Miguel de Unamuno (1864-1936) Los temas que más preocupan a Unamuno son los
siguientes:
- El problema de la identidad. Unamuno distingue entre lo que uno es y lo que desea ser. Para él la
personalidad humana, es obra de la imaginación. Por eso se pregunta ¿qué son más verdad, los seres
reales o los de ficción? Unamuno los equipara y piensa que los de ficción son superiores porque pueden
soslayar la muerte.
Unamuno renovó el género novelístico, y con el fin de justificar las innovaciones que introdujo, inventó la palabra
nivola para denominar su modelo narrativo, que se caracteriza por:
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Su primera novela fue Paz en la guerra que trata el tema de las guerras carlistas y tiene un trasfondo
autobiográfico. Amor y Pedagogía cuenta la historia de don Avito Carrascal, que fracasará en su intento de
educar a su hijo según las más modernas técnicas pedagógicas. Niebla se refiere a los problemas existenciales
de Augusto Pérez quien, abrumado por sus fracasos amorosos decide suicidarse y al comunicárselo a Unamuno
descubre su realidad de ente ficticio y suplica a su creador que no lo mate. Abel Sánchez cuenta la historia de
un hombre que lucha contra su constante tendencia al odio y la envidia. La tía Tula tiene como tema central las
ansias de maternidad de una mujer virgen. Y San Manuel Bueno, mártir obra maestra de la literatura española
y prototipo de nivola, se centra en la vida del cura rural don Manuel Bueno.
Primera etapa: Es la de mayor creatividad y vitalismo. Pertenecen a ella obras como Camino de perfección; la
trilogía La lucha por la vida: La busca, Mala hierba y Aurora roja; El árbol de la ciencia, Zalacaín el
aventurero o Las inquietudes de Shanti Andía,entre otras. Son las novelas en las que se refleja mejor la
personalidad de Pío Baroja, y las que expresan más claramente el espíritu del grupo del 98 y la crisis de fin de
siglo. Presentan una serie de personajes que intentan buscar sentido a su existencia; algunos son seres en
conflicto consigo mismos y con el medio, que acaban sucumbiendo; otros son hombres de acción que sueñan
con la libertad.
Segunda etapa: decae su capacidad creadora, repite moldes narrativos anteriores y carga sus narraciones con
divagaciones ideológicas. Lo más interesante de este periodo es la serie Memorias de un hombre de acción,
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que cuéntalas aventuras de un antepasado del autor, Eugenio de Avinareta, conspirador y guerrillero del siglo
XIX.
Tercera etapa: Baroja ya no creo nada nuevo. Desaparecen de sus escritos la fuerza crítica y los ataques a la
sociedad. Destacan sus memorias, tituladas Desde la última vuelta del camino, escritas con gran sinceridad.
Aunque se le ha reprochado un cierto descuido en la forma de escribir, la crítica actual valora su estilo a la luz
de sus ideas sobre la novela:
- Defiende la libertad absoluta del novelista y considera que las principales cualidades de la novela
deben ser la naturalidad, la amenidad, el ritmo dinámico y la captación del ambiente.
- En sus obras no hay una estructura precisa, una progresión de la acción, o un desenlace claro. Es
frecuente que componga sus narraciones a partir de de una serie de episodios dispersos unidos por la
figura del personaje principal.
- Los personajes son proyección de sus ideas sobre el mundo y su falta de fe en el ser humano: son
seres inadaptados que se oponen al ambiente social en el que viven, pero carecen de fuerza para
enfrentarse.
- El ritmo de las narraciones es rápido y ágil. Se consigue a través de una acción trepidante, la aparición
continua de nuevos personajes, la abundancia de escenas dialogadas y de rápidos cambios de
escenario, y mediante el recurso del suspense.
- Prefiere la frase breve, las descripciones impresionistas y una “retórica de tono menor”, cuyas notas
dominantes son la sencillez, la claridad, la precisión.
Esto se manifiesta especialmente durante la primera mitad del siglo XX: el aislamiento de nuestro
país respecto a la cultura europea y los intereses económicos de los empresarios teatrales, que no se
arriesgaban a montar obras vanguardistas alejadas de los gustos y la mentalidad del público medio,
condicionan el estilo del teatro español que se resiste a evolucionar y se mantiene alejado de las
innovaciones del drama europeo. Muchos dramaturgos se verán ante un penoso dilema: o claudicar
ante tales condiciones o resignarse a que su producción, salvo excepciones, quede relegada a la
"lectura" minoritaria. Hasta el punto de que los intentos renovadores y rupturistas de autores que
querían abrir nuevos caminos, (Azorín, Unamuno, Valle-Inclán, Alberti, García Lorca...) estuvieron
condenados a no verse casi nunca sobre un escenario.
Así se explica que el teatro español de la primera mitad de siglo se reparta, a grandes rasgos,
en dos frentes:
I. - El teatro que triunfa, conformista y continuador del teatro del XIX
II.- El teatro innovador, casi siempre condenado al fracaso o incluso a no ser representado.
a) La alta comedia:
Hace una crítica suave de los conflictos morales de la burguesía. Su principal objetivo era
entretener al público burgués que accedía al teatro.
Su máximo representante es Jacinto Benavente que compuso, con gran éxito de público,
numerosos dramas y triunfó en los escenarios españoles durante casi sesenta años. Benavente
dignificó el drama burgués eliminando los excesos posrománticos. Destaca su interés por realizar
una obra de calidad, con una buena construcción dramática, lujosos decorados y lenguaje
cuidado, en la que se defienden los valores morales tradicionales, aunque en ocasiones se
permita una sátira suave de la sociedad de su época. Pero su teatro resulta conservador y
escapista, apenas implicado en los conflictos que plantea.
Sus obras se mantendrán en esta línea de la llamada "comedia de salón" (El nido ajeno, La
noche del sábado, Rosas de otoño...), salvo excepciones. La excepción más notable es Los
intereses creados, su obra maestra, una farsa que utiliza el ambiente y personajes de la vieja
Commedia dell´arte, pero que encierra una cínica visión de los ideales burgueses y de una época
dominada por el materialismo. También intentó el drama rural con obras como Señora ama o La
malquerida.
b) El teatro poético:
El teatro poético, de tono neorromántico y con aportaciones formales del Modernismo (el verso
sonoro, los efectos coloristas, etc.) Este teatro, escrito en verso, mezcla el drama histórico-
romántico con un lenguaje modernista superficial y sensorial. Presenta una ideología
tradicionalista que exalta los ideales nobiliarios y los grandes hechos del pasado. Los
cultivadores más destacados de esta corriente son:
- Francisco Villaespesa: Doña María de Padilla.
- Eduardo Marquina. Cosechó grandes éxitos de público con dramas como Las hijas del
Cid, En Flandes se ha puesto el sol o Teresa de Jesús.
- Dentro del teatro en verso, aunque con diferencias de enfoque, cabe situar las obras
escritas en colaboración por los hermanos Machado. También se inspiraron en
personajes históricos como en Juan de Mañara. Otras son de tema moderno, como La
Lola se va a los puertos.
c) El teatro humorístico:
El teatro humorístico de principios de siglo aborda temas superficiales con una trama fácil que se
resuelve favorablemente. Presenta personajes populares y castizos que resultan divertidos por su
lenguaje.
Autores: los hermanos Quintero (Serafín y Joaquín) llevan a escena una Andalucía tópica y sin
más problemas que los sentimentales. Ligereza y diálogo intrascendente son los rasgos de obras
como El patio, El genio alegre, Las de Caín)
Carlos Arniches ha merecido mayor interés de la crítica. Dos sectores presenta su producción. De
una parte, los sainetes de ambiente madrileño, interesantes por un habla «castiza» en parte creada
por el autor y en la que se basa la gracia del diálogo (El santo de la Isidra, Los milagros del jornal, La
chica del gato, Don Quintín el amargao...)
Su otra vertiente, de mayor nivel dramático, es lo que él llamó "tragedia grotesca", obras en las que
se funden lo risible y lo conmovedor, con una observación de costumbres más profunda y una actitud
crítica ante las injusticias. Ejemplo de ello es La señorita de Trevélez sobre una sangrante broma de
unos señoritos provincianos. La visión social alcanza cierta agudeza en Los caciques.
En un nivel inferior de calidad -no de éxito-, se sitúa el género cómico llamado "astracán" (o
"astracanada"), cuyo creador fue Pedro Muñoz Seca. Son piezas descabelladas, sin más objetivo
que arrancar la carcajada, pero no puede olvidarse un título como La venganza de don Mendo,
hilarante parodia de dramas románticos o neorrománticos y, de rechazo, del teatro en verso de
aquellos años.
2. El teatro innovador
Durante el primer tercio de siglo, el teatro comercial convive con algunos intentos de autores que,
influidos por corrientes europeas (Ibsen, Chejov, Pirandello, vanguardias..) escriben un teatro que
pretende innovar, sea aportando nuevas técnicas, sea adoptando nuevos enfoques ideológicos, o
ambas cosas a la vez. En esa dirección se hallan, en la primera generación, la experiencia de algunos
noventayochistas o coetáneos como Valle-lnclán; más tarde, nuevos impulsos renovadores, debido a
las vanguardias y a la generación del 27.
a) El teatro de ideas
Como vehículo de exposición y difusión de ideas y valores lo utilizaron dos escritores: M. de
Unamuno, que prescindió de la escenografía en favor de un hondo significado moral y se sirve de
diálogos densos difíciles de representar, como sucede en Fedra y El otro; y Jacinto Grau, que
restauró la tragedia revisando algunos temas nacionales, como en El conde Alarcos. En El señor de
Pigmalión crea una fábula tragicómica sobre el poder y los peligros de la creación, en la que el
“muñeco” creado acaba asesinando a su creador.
b) El teatro vanguardista
Hubo también un teatro experimental que sirvió para ensayar nuevas herramientas de representación
escénica, pero que constituyó un rotundo fracaso las pocas veces que llegó a las tablas. Son
exponentes de esta tendencia Ramón Gómez de la Serna (Los medios seres), Azorín (Old Spain) o
Rafael Alberti (El hombre deshabitado). A ellos hay que añadir las dos figuras más destacadas del
teatro renovador de la época, que trataremos en particular: Valle-Inclán y Lorca.
Consideración aparte merece el teatro poético de Alejandro Casona, que se dio a conocer con La
sirena varada y obtuvo un éxito resonante con Nuestra Natacha, donde denunciaba la represión en
los reformatorios de la época. La obra más celebrada de su exilio es el drama simbólico La dama del
alba.
Max Aub, por su parte, es autor de una valiosa producción teatral que incluye obras vanguardistas y
antirrealistas como Espejo de avaricia y una obra centrada en los horrores de todas las guerras, San
Juan.
Vida
1.-Etapa modernista. En sus primeras obras se observa la influencia directa de Rubén Darío, con un
lenguaje cuidado y refinado, para plasmar un mundo decadente y esteticista: El yermo de las almas,
El marqués de Bradomín. [En novela ésta es la época de las Sonatas (1902-1905)]
2.- Etapa de transición (También llamada etapa del ciclo mítico). Se inicia a partir de 1907. El autor
adopta un tono más crítico y agresivo y un lenguaje que, aunque no se aleja completamente del
Modernismo, se vuelve más duro. Podemos destacar el ciclo de las Comedias bárbaras, una trilogía
(Águila de blasón, Romance de lobos y Cara de plata) sobre su Galicia natal cuyo protagonista, Don
Juan de Montenegro, es un personaje vicioso y pendenciero.
3.- La época de los esperpentos. Valle- Inclán inicia la estética del esperpento en 1920. (En ese año
publica cuatro obras dramáticas decisivas: Farsa italiana de la enamorada del rey, Farsa y licencia de
la Reina Castiza, (ambas ubicadas grotescamente en la corte de Isabel II), Divinas palabras (con una
cruel visión de la Galicia rural) y Luces de bohemia. La deformación "esperpéntica" está ya presente
en esas obras, sobre todo en las dos últimas, pero es Luces de bohemia la primera a la que Valle-
Inclán da el nombre de esperpento. En esta obra asistimos al recorrido nocturno por Madis del poeta
ciego y fracasado Max Estrella, acompañado de don Latino, antes de morir.
Tres son los esperpentos escritos en los años siguientes: Los cuernos de don Friolera, Las galas del
difunto y La hija del capitán, recogidos después bajo el título común "Martes de carnaval". ) [Valle
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también traslada el esperpento teatral a la narrativa y en esta línea se sitúan las novelas de la serie
histórica El ruedo ibérico sobre la corte de Isabel II y Tirano Banderas, sobre un imaginario dictador
hispanoamericano]
El esperpento es, según Valle-Inclán, una estética deformadora que resalta lo grotesco y supone "una
superación del dolor y de la risa", es decir, supone una deformación de la realidad contemporánea,
presentada de forma humorística y cruel. En los diálogos de Luces de Bohemia lo formula con frases
como éstas: "El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética
sistemáticamente deformada"; "España es una deformación grotesca de la civilización europea"; o
"Las imágenes más bellas en un espejo cóncavo son absurdas".
A través del esperpento, Valle-Inclán hace una crítica ácida de la España de la época y sus
instituciones, y muestra un mundo absurdo en el que todo está del revés. Para lograrlo, deforma de
manera caricaturesca la realidad y los personajes que, desprovistos de humanidad, son tratados
como marionetas, mediante procedimientos de animalización y cosificación; crea situaciones
absurdas y exageradas; Utiliza la ironía y la sátira y un lenguaje coloquial, que llega incluso a lo
vulgar, lleno de casticismo y de juegos de palabras.
Respecto al lenguaje, hay que citar también la gran originalidad. Las acotaciones, muy largas, y de
gran valor literario, describen en pocos trazos a un personaje o sitúan con gran plasticidad en un
ambiente.
Valle-Inclán destaca como un conocedor profundo del castellano y como un gran innovador teatral
que anticipó técnicas cinematográficas (saltos en el tiempo, escenarios múltiples, etc.) y acercó el
teatro español a lo que se estaba haciendo en el resto de Europa. Puede decirse que se anticipó a su
tiempo y, durante mucho tiempo se consideró que su teatro era irrepresentable, por su manera de
concebir la realidad y el texto dramático. Sin embargo, actualmente, las nuevas técnicas escénicas
permiten montar sus obras, con la libertad e imaginación que las caracterizan.
Vida
Nació en Fuentevaqueros (Granada) en 1898. Le interesaron la música y la pintura además de
la poesía. En Madrid estuvo alojado en la Residencia de Estudiantes, donde entró en contacto
con Luis Buñuel y Salvador Dalí, a los que le unió una gran amistad. Su estancia en Nueva
York durante 1929-1930 le produjo una viva impresión que cambió completamente el estilo de
su obra poética. En sus últimos años tuvo un gran éxito como dramaturgo. Colaboró
intensamente con la República y, al estallar la Guerra Civil fue fusilado en las cercanías de
Granada en 1936
Obra
Concibe el teatro como obra social y didáctica. Por ello creó, junto a jóvenes universitarios, el
grupo La Barraca con el que pretendía difundir el legado del teatro clásico por los pueblos de España.
El tema básico, tanto en sus obras menores o farsas como en sus tragedias es el enfrentamiento
entre el deseo y la realidad opresiva. Este tema engloba otros, como el malestar del marginado, la
lucha contra las convenciones, el amor imposible o frustrado, la maternidad y la esterilidad, la rebeldía
y la sumisión, la crítica política, etc
Lleva a cabo una poetización constante de elementos de la vida cotidiana, que consigue a través
de fragmentos poéticos, cargados de simbolismo que interrumpen el diálogo en prosa; alegorías (la
Muerte) y símbolos que tienen un significado preciso (colores, ruidos, paisajes...); personajes
genéricos (la Madre, el Novio...), sin nombre propio y que representan un estereotipo; música y
elementos populares.
La tradición popular está también muy presente en su producción dramática, no sólo en los
personajes, el lenguaje, la ambientación rural, sino también en su interés por el teatro de títeres.
Lorca escribió "farsas para guiñol" (El Retablillo de don Cristóbal, por ejemplo) y "farsas para
personas" (La zapatera prodigiosa), en todas ellas la imaginación y la ternura poética son rasgos
dominantes.
Podemos clasificar su producción en tres etapas:
Segunda etapa. Igual que en poesía, tras su viaje a Nueva York, el lenguaje surrealista irrumpe
también en su teatro. De esta época son El público (1930), obra en la que condena a una sociedad
llena de prejuicios y Así que pasen cinco años (1931), donde aparecen temas como el paso del
tiempo y la muerte.
Tercera etapa. De 1933 a 1936 escribe sus dramas más importantes, protagonizados por mujeres,
en los que lo popular cobra mayor relevancia. A esta etapa pertenecen la farsa dramática Doña
Rosita la soltera o el lenguaje de las flores (1935), sobre el patético problema de la soltería de una
señorita de provincias. Y sobre todo la cima de su teatro, la Trilogía dramática de la tierra española,
integrada por tres tragedias de ambiente rural: Bodas de sangre (1933), donde una novia huye con su
amante el día de la boda; Yerma (1934) sobre la maternidad frustrada, y La casa de Bernarda Alba
(1936), considerada su obra maestra y que no pudo ver representada en vida.
1. El Novecentismo
Poesía.
El principal representante es Juan Ramón Jiménez, poeta desarrollado al final del tema.
Ensayo:
El ensayo es el género más cultivado y que mejor se adapta a los ideales de esta generación. Los ensayos tratan
todo tipo de temas. Las figuras más importantes son: Gregorio Marañón, Salvador de Madariaga, y, sobre todo
Eugenio d’Ors y José Ortega y Gasset que difunde las preocupaciones novecentistas, no solo como profesor y
ensayista, sino también como fundador de diferentes instituciones y publicaciones, como las revistas España y
Revista de Occidente.
2. Las Vanguardias
Las Vanguardias se desarrollan en toda Europa en la época de entreguerras como protesta. Pretenden la
liberación de los instintos mediante un lenguaje que rompe con la estética anterior y supone una nueva forma de
concebir el mundo. Desaparecen tras la depresión del 29 al surgir un mayor compromiso con lo humano (sólo
pervive el surrealismo)
Se caracterizan por su ruptura con la estética anterior (Simbolismo y Modernismo). Consideran que el arte debe
ser algo independiente de lo humano. Tratan de provocar a través del juego y del humor. Sienten verdadera
admiración por la técnica, la velocidad y, en general por aquello que tenga que ver con lo moderno. Utilizan
imágenes insólitas para crear realidades nuevas Se sirven de todo aquello que les permita experimentar : mezcla
de diversos materiales, incorporación de un léxico nuevo, utilización de diferentes tipografías, uso de
onomatopeyas, especiales disposiciones de los versos, formando imágenes visuales (caligramas) etc.
Los movimientos de vanguardia más relevantes son el Expresionismo que muestra la distorsión y lo
grotesco; el Cubismo, representado en literatura por Guillaume Apollinaire o Vicente Huidobro; el Futurismo,
iniciado por Marinetti en Italia; el Dadaísmo que trata de provocar el escándalo a través del humor y del
comportamiento extravagante de sus seguidores. Hay que destacar el Surrealismo cuyo primer manifiesto
publica André Bretón en 1924. Es el movimiento vanguardista más importante, está influido por el psicoanálisis
de Freud y las teorías de Marx y pretende la liberación de los impulsos inconscientes, atenazados por los
convencionalismos. En literatura proponen la escritura automática.
El camino lo prepara la poesía pura de J.R. Jiménez y su introducción se debe a la labor de Ramón Gómez de
la Serna, creador de las greguerías. También Vicente Huidobro contribuyó al desarrollo del espíritu vanguardista.
Ultraísmo: Mezcló elementos de diferentes “ismos”, su nombre indica el propósito de ir más allá
en toda experimentación. Guillermo de Torre fue su principal mentor, junto con
Cansinos-Assens.
Creacionismo: Lo dio a conocer Vicente Huidobro a partir de 1918. Los creacionistas no imitan
la realidad sino que la crean a través de metáforas que se relacionan entre sí de
manera arbitraria.
Surrealismo: Las visitas de André Breton y Louis Aragón a España en 1925 lo dieron a conocer
en nuestro país: Su difusión estuvo a cargo de Juan Larrea.
El surrealismo español tiene una personalidad propia: Nunca llegó a utilizar la
escritura automática y rehumanizó la poesía; además enriqueció la lengua poética
con sorprendentes imágenes y novedades métricas como el versículo
La Vanguardia alcanza a todos los géneros literarios como la novela (Ramón Gómez de la Serna, Benjamín
Jarnés, Max Aub o Francisco Ayala) ; el teatro ( el ya citado Gómez de la Serna o los autores del 27, Alberti,
Casona o el propio Federico García Lorca) y sobre todo a la poesía de los autores del Grupo del 27 en su
primera etapa.
3. La Generación del 27
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La generación del 27 está formada por un grupo de escritores que publican sus obras entre 1920 y 1935, y que
se reúnen en torno a la Residencia de Estudiantes de Madrid .Su nombre surge a raíz de la celebración del
tercer centenario de la muerte de Góngora, que tuvo lugar en el Ateneo de Sevilla en 1927.
Características generales
Mezcla de tradición y modernidad: la pasión por la literatura clásica se percibe en la influencia del
romancero, de la poesía de cancionero, o de Garcilaso de la Vega. Resulta fundamental la atracción que
Góngora ejerció sobre el grupo como creador de un lenguaje para la poesía, poblado de metáforas.
También destaca la poesía de Bécquer, con su concepto depurado y hondo de la poesía.
Por otro lado el influjo de Juan Ramón Jiménez y de las vanguardias se observa en la innovadora
disposición tipográfica de algunos poemas y en la sustitución de la métrica clásica por el versículo.
Variedad de temas: Por un lado, utilizan temas vanguardistas, relacionados con la técnica, lo moderno,
etc. ; por otro, recuperan temas tradicionales como el amor, la muerte, o el paisaje
Etapas
La primera abarca los primeros años veinte, bajo la influencia de las vanguardias y de la poesía pura de Juan
Ramón Jiménez. Se caracteriza por la obsesión estética, que pretende conseguir la belleza total del poema, la
depuración del lenguaje, la experimentación y la falta de sentimentalismo. Sin embargo, se percibe también el
poso de la lírica tradicional y la búsqueda de la perfección perfección de los clásicos, en especial de Góngora.
En la segunda, a partir de 1928, las circunstancias históricas de España llevan a la mayoría de autores a
intervenir directamente en los acontecimientos. Se produce un proceso de rehumanización que intensifica el
compromiso social de los poetas y hace que se interesen por la lirica de Antonio Machado. Esto coincide con la
aparición del Surrealismo, que da preferencia a los sentimientos. La influencia directa de Pablo Neruda fue
relevante en el cambio de actitud de la generación.
A lo largo de la tercera etapa, después de la Guerra Civil, el grupo se dispersa. Algunos poetas han muerto;
otros permanecen en España, tutelando a las nuevas generaciones de poetas y evolucionando hacia la poesía
desarraigada; Otros se exilian y reflejan en sus obras la nostalgia de una tierra perdida y lejana. La evolución
personal de cada uno les encamina hacia estéticas muy distintas; aunque todos coinciden en retomar los temas
humanos, agudizados por el sufrimiento de la guerra y sus consecuencias inmediatas (exilio, censura, y
miseria).
Autores
Pedro Salinas, conocido sobre todo como poeta de amor con obras como La voz a ti debida (1934) y Razón de
amor (1936).
Jorge Guillén, mantiene en su obra un esplendoroso vitalismo. A su libro más importante, Cántico (1928), le
sucederán Clamor y Homenaje.
Gerardo Diego, su amplia producción poética alterna la poesía de tipo vanguardista (Manual de espumas) y
la de tipo tradicional (Alondra de verdad)
Dámaso Alonso empezó cultivando la poesía pura pero hay que destacar, sobre todo, su papel renovador en
la poesía española de posguerra con Hijos de la ira
Rafael Alberti, pintor y poeta, su obra en verso se caracteriza por las tonalidades cromáticas y por el perfecto
manejo del ritmo y la musicalidad enraizados en la tradición española. Destacan Marinero en tierra con sus
poemas populares y Sobre los ángeles, libro surrealista, motivado por una crisis personal, ideológica y
religiosa.
Vicente Aleixandre obtiene el premio Nobel en 1977. Conocido sobre todo por su poesía surrealista
(Espadas como labios)
Luis Cernuda su obra poética expresa el inconformismo de su intimidad torturada por el dolor y la frustración
que resulta del desajuste entre la realidad –el mundo circundante– y el deseo como sucede en Los placeres
prohibidos
Federico García Lorca es el creador de una poesía excepcional, de aliento popular y culto, personal e
inconfundible, con frecuencia doliente y trágica. Estos rasgos se pueden apreciar en el Poema del Cante Jondo
y el Romancero gitano, incluso en los poemas de su obra surrealista, Poeta en Nueva York. De su última etapa
merece especial mención Llanto por Ignacio Sánchez Mejía, una estremecedora elegía que el autor escribe para
mostrar su dolor por la muerte de un torero amigo suyo.
A todos ellos tenemos que añadir el nombre de Emilio Prados y Manuel Altolaguirre. También
destacaremos la obra de Miguel Hernández «genial epígono» de la Generación del 27, sin duda, uno de los
grandes poetas españoles. Alterna versos de depurado estilo con otros que expresan la fuerza del grito y el
desgarro. Así, de su etapa vanguardista o gongorina (Perito en lunas) pasa a una poesía humanizada y de corte
clásico con El rayo que no cesa , donde se encuentran las obsesiones del poeta por el amor, la vida y la muerte.
La última etapa, escrita en la guerra civil, supone un antecedente extraordinario de la poesía social: un lenguaje
desgarrado y emotivo impregna libros como Viento del pueblo. Por último, Cancionero y romancero de
ausencias, publicado póstumamente, supone una evolución hacia la intimidad.
Se considera a Juan Ramón Jiménez el mayor renovador de la lírica española del siglo XX, ya que facilitó la
aparición de las vanguardias y la Generación del 27 al acercar a España la obra de los poetas extranjeros más
innovadores (T.S. Eliot, Paul Valéry, etc.). Pero su concepto elitista de la poesía, dirigida “a la minoría siempre” le
atrajo la crítica y el distanciamiento de los autores más comprometidos con lo humano, como Pablo Neruda.
Juan Ramón entiende la poesía como vía de Conocimiento de las cosa, como medio de expresión de la Belleza
y como manifestación de su anhelo de Eternidad.
La evolución de la obra de Juan Ramón Jiménez es original debido a la revisión continua a la que la somete. Su
poesía de divide en tres etapas:
Comprende sus comienzos neorrománticos en los que hay una clara influencia de Bécquer; los temas de esta
primera etapa (soledad, melancolía…) a veces se exponen de forma simbolista; aparecen en los poemas
paisajes melancólicos, y colores tenues que comportan una sensación de tristeza. Suele usar el verso corto y la
rima asonante. A esta época corresponden libros como Ninfeas, Almas de violeta (ambos de 1900) Arias
tristes (1903) y Jardines lejanos (1904) entre otros.
Más tarde recibe la influencia del Modernismo. Utiliza rasgos puramente modernistas como el colorido, la
adjetivación brillante, la adjetivación colorista y los versos alejandrinos, pero su lenguaje será más intimista y
depurado, con lo que adelanta la desnudez que caracterizará la siguiente etapa. A esta etapa pertenecen obras
como La soledad sonora (1911), Melancolía (1912), Laberinto (1913), y el poema en prosa Platero y yo
(1914).
Se inicia con Diario de un poeta recién casado, escrita durante un viaje en barco a Nueva York, tras casarse
con Zenobia. En este libro, influido por la poesía pura de Paul Valéry, Juan Ramón abandona las características
del Modernismo y va lo esencial, eliminando lo superfluo del texto, para destacar el significado profundo de la
palabra poética. Utiliza el verso libre, sin rima o con alguna rima en asonancia y, a veces, el poema en prosa. El
mar, descrito en el libro y siempre cambiante se convierte en el reflejo del poeta: el niño que se aleja del mundo
familiar e inicia su andadura de adulto, simbolizada en el amor y el matrimonio.
Otros libros de esta etapa son Eternidades (1918) Piedra y cielo (1919), Poesía (1923) y Belleza (1923). Con
el tiempo su obra va creciendo en dificultad y se va haciendo cada vez más compleja. En La estación total
(1923-1936), su ansia de pervivencia y eternidad le lleva a paralizar el tiempo, para alcanzar la belleza Suprema.
Se desarrolla durante el exilio y está recogido en dos libros fundamentales: En el otro costado (1939-1942), al
que pertenece el poema “Espacio” en el que utiliza la asociación libre de ideas; y Dios deseado y deseante
(1948-1949),que incluye a su vez una parte titulada “animal de fondo”. En esta última obra, escrita en verso libre,
se manifiesta la actitud filosófica de Juan Ramón, expresada en un lenguaje hondo que recuerda al de los poetas
místicos del Siglo de Oro. Su conciencia de creador se identifica con la naturaleza y con un Dios que forma parte
de ella y da sentido a su existencia.
Juan Ramón sobresale también como prosista en libros como Platero y yo y Españoles de tres mundos
(1942), colección de breves apuntes sobre la vida y la obra de algunos escritores
El fin de la Guerra Civil da paso a una dura posguerra marcada por la pobreza, la censura-que nos mantiene
aislados y hace que la cultura evolucione ajena a la europea- y el exilio de muchos intelectuales. Estas
circunstancias desfavorables determinan la trayectoria literaria de los poetas del momento, adscritos
ideológicamente a uno u otro bando; por ello, sus obras reflejan este ambiente mediante la evasión hacia lo
íntimo o a través del testimonio de la angustiosa situación de pobreza y malestar en que se vive.
Resulta complicado sistematizar la poesía de los años cuarenta, pues coinciden en esta época autores de
diferentes generaciones y escuelas. Publican obras importantes poetas vinculados a la Generación del 27 como
Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre, y jóvenes de la denominada Generación del 36, a su vez muy variada. A
pesar de tanta diversidad de tendencias y estilos, todos los autores coinciden en recuperar la hondura de los
temas humanos (la lucha social, la religiosidad, la muerte, la in comunicación, el amor, etcétera).
Durante los años cincuenta las circunstancias sociales y políticas empiezan a cambiar. En el nuevo contexto se
crea la necesidad de dar testimonio de la situación de España a través de la literatura. Surge de nuevo la
literatura de compromiso que se concreta en el auge de la poesía social.
La década de los sesenta será una etapa de gran desarrollo económico; la de los setenta, en cambio, se iniciará
con la grave crisis del petróleo y el hundimiento de las economías occidentales. Tras la muerte de Franco, en
1975, se produce en nuestro país la transición hacia la democracia.
1. LA POESÍA ARRAIGADA
La lírica de la posguerra se inicia con un grupo de poetas surgido con anterioridad a la contienda. Son poetas
nacidos en torno a 1910, que comienzan a publicar hacia 1936, colaboran con el régimen del general Franco
durante los primeros años para más tarde distanciarse críticamente de este y utilizan como medio de expresión
la revista de Falange Escorial. Integran este grupo los poetas Luis Rosales, Dionisio Ridruejo, Leopoldo
Panero y Luis Felipe Vivanco, a quienes la crítica ha englobado bajo la denominación de Generación del 36.
Se caracteriza la lírica de este grupo por estos rasgos:
1. Regreso a la intimidad cotidiana, a las raíces de la tierra, de la familia, de Dios. Los poetas se cobijan
en una existencia agradable, distanciada de la realidad cotidiana del país.
2. Uso de la métrica tradicional y de las fórmulas poéticas del Siglo de Oro, aunque a veces recurren al
verso libre.
3. Lenguaje sencillo y pretendidamente cotidiano.
4. Una religiosidad armónica en la que Dios les aporta serenidad y confianza.
Es lo que se ha dado en llamar la poética de la intrahistoria. Como aportaciones más notables del grupo cabe
destacar La casa encendida, de Luis Rosales, y Escrito a cada instante, de Leopoldo Panero.
En 1943 aparece la revista Garcilaso, fundada por una serie de poetas que se hacen llamar Juventud creadora:
José García Nieto y Pedro de Lorenzo entre otros. Intentan enlazar con los ideales de la España del s. XVI y
por ello ofrecen una visión de la vida castrense, imperial, caballeresca y amorosa.
2. LA POESÍA DESARRAIGADA:
Opuesta a la corriente anterior tanto temática como formalmente, la poesía desarraigada cultiva una línea
existencialista, que expresa la desorientación y el caos de la vida humana.
Es 1944 el año de la ruptura; ruptura que viene de la mano de dos poetas del 27, Dámaso Alonso y Vicente
Aleixandre, autores de Hijos de la ira y Sombra del paraíso.
Ese mismo año registra otro acontecimiento de gran trascendencia: la publicación de la revista Espadaña en
León, encabezada por Eugenio de Nora y Victoriano Crémer.
Entre los poetas desarraigados hay que citar a los del grupo Espadaña (E. De Nora y Crémer), y a los
integrantes de la primera promoción de posguerra: Blas de Otero ( Ángel fieramente humano y Redoble de
conciencia), José Hierro (Tierra sin nosotros), Carlos Bousoño, José Luis Hidalgo y José María Valverde.
El panorama de los 40 se completa, en fin, con otras tendencias minoritarias como el postismo (creado por
Carlos Edmundo de Ory (estética vanguardista que potencia el juego y la imaginación), el surrealismo o el
intimismo culturalista de los poetas del grupo Cántico, de Córdoba.
LA POESÍA SOCIAL
Mediada la década de los 50 se impone otra poética, una nueva concepción de la poesía. Ésta ha de referirse a
lo que sucede “aquí y ahora”; ha de ser comunicación y servir de instrumento, de herramienta, de arma para
transformar el mundo; está concebida para una mayoría, a la que debe prestar su voz. Como afirma el poeta
José Hierro: “El poeta es obra y artífice de su tiempo. El signo de nuestro tiempo es colectivo, social”.
Las notas distintivas de la poesía social pueden desprenderse de la poética antes expuesta:
1. Los temas tratados con preferencia son España y su historia, la guerra civil, el testimonio y la denuncia
de la situación política y social, y la esperanza en la conquista de un futuro prometedor.
2. En cuanto al estilo, los poetas sociales llevan a sus últimas consecuencias el principio de que la poesía
es comunicación y toman como modelo la lengua conversacional. Se distancian de todo esteticismo.
3. El paso del yo (existencial, personal) al vosotros (social y colectivo) en un intento de crear una
conciencia solidaria que protesta por la injusticia social.
Este nuevo concepto de poesía está alejado tanto de la expresión de la intimidad de los poetas arraigados como
de las angustias existenciales de los desarraigados. El poeta se convierte en un testigo de su época –al igual que
ocurre en la narrativa y en el teatro- y utiliza su palabra para cambiar el mundo, tomando partido ante las
circunstancias sociopolíticas de España.
1. De la primera formarían parte Gabriel Celaya, Blas de Otero, Eugenio de Nora, Victoriano Crémer
y José Hierro; poetas todos ellos que habían cultivado la poesía desarraigada o existencial.
En la trayectoria de la poesía social destacan dos fechas: 1952, año en el que se publica la Antología
consultada de la joven poesía española, y 1955, año en que ven la luz dos libros fundamentales: Pido
la paz y la palabra, de Blas de Otero, y Cantos iberos, de Gabriel Celaya.
Como figura representativa de la poesía social sobresale Blas de Otero, ejemplo de poeta
comprometido. Hacia 1952, emprende un nuevo rumbo como poeta que le llevará al encuentro con los
demás, a los que prestará su voz solidaria. Así sucede en Pido la paz y la palabra, En castellano y Que
trata de España.
2. La segunda oleada de poetas sociales la constituyen los jóvenes poetas que acabarían formando el
grupo poético de los 50: Carlos Barral, José Agustín Goytisolo y Jaime Gil de Biedma en
Barcelona; Ángel González, José Ángel Valente y Claudio Rodríguez en Madrid.
Pero en los primeros años sesenta la moda de la poesía social remite y sus cultivadores son conscientes de ello.
Los poetas que integran el grupo poético de los 50 han vivido en su infancia la guerra civil, y en su memoria
retendrán el hambre, el frío, el miedo, la libertad.
El modo de poetizar que estos autores imponen se conoce también como poesía de la experiencia, consistente
en la indagación por parte del poeta de experiencias personales o colectivas de la vida cotidiana que el lector
puede compartir al reconocerse en ellas. Se caracteriza por:
En 1966 vio la luz Arde el mar, cuyo autor, un jovencísimo poeta catalán, Pere Gimferrer, con un lenguaje
brillante y un mundo poético original, anunciaba una nueva época en nuestra poesía. Cuatro años más tarde, el
crítico catalán Castellet publicaba una antología titulada Nueve novísimos poetas españoles, en la que incluía
junto al citado Gimferrer a Manuel Vázquez Montalbán, Antonio Martínez Sarrión, Félix de Azúa, Guillermo
Carnero, Leopoldo María Panero, Ana María Foix, Antonio Martínez Sarrión y Vicente Molina Foix.
Además, establecía los que, a su juicio, constituían los rasgos diferenciadores de este grupo, al que a partir de
ese momento se le conocería como los novísimos:
En resumen, esteticismo, culturalismo, vanguardismo, modernismo y decadentismo son las notas distintivas del
grupo.
Pero, junto a los poetas novísimos, hay que considerar la existencia de otros poetas coetáneos (con los que
formarían la Generación de los setenta), cuyas trayectorias difieren sensiblemente. Nos referimos a poetas
como Antonio Colinas, Luis Alberto de Cuenca, Luis Antonio de Villena o Antonio Carvajal.
CLAUDIO RODRÍGUEZ
Realismo metafórico: consiste, según Carlos Bousoño, en tomar un elemento concreto de la realidad,
generalmente rural o costumbrista, e interpretarlo en dirección ascendente y trascendentalizadora.
Así, en Conjuros, el poeta nos habla de elementos cotidianos, como la ropa tendida al sol, la viga del mesón...,
pero ciertas expresiones indican al lector que no debe hacer una interpretación literal del texto y que esas
realidades tienen otro sentido: al hablar de la ropa tendida al sol, el poeta nos habla de su alma; al referirse a la
viga del mesón, alude a la solidaridad entre los seres humanos, etc.
En cuanto a los temas de su poesía, Claudio Rodríguez habla de todo aquello que hace humano al ser humano,
lo bueno y lo malo. Temas fundamentales de su obra son la pureza, la solidaridad, la hospitalidad, la limitación
de nuestra capacidad de conocimiento, la necesidad de la verdad como única salvación personal, la
temporalidad y la muerte.
La obra de Claudio Rodríguez puede inscribirse en la tradición literaria de la poesía de la naturaleza, ya que ésta
aparece en muchas de sus composiciones. En ocasiones, constituye el tema central del poema; en otras, sirve
como término de una comparación imaginativa.
Mientras en Europa se representan obras renovadoras de Brecht o Artaud e irrumpe con fuerza el teatro
del absurdo de Ionesco o Becket, en España Al finalizar la Guerra Civil, el panorama intelectual español ha
quedado arrasado. Tras la contienda, se instauró en España un régimen político autoritario que impuso a toda la
producción literaria su sistema de censura. Esta situación determinó la ausencia de contenidos críticos y afectó
profundamente al teatro, ya que se revisaban los textos y el montaje de todas las obras dramáticas. Esto hace
que, de una parte, prosperen los autores de "diversión" intrascendente o conformista. De otra, los autores
"serios" se abrirán difícilmente camino, a veces en el "teatro independiente" (aventuras no comerciales y
minoritarias). En ocasiones ni siquiera consiguen acceder a los escenarios. Así, junto a un teatro "visible", existe
un "teatro soterrado", que intentaba responder a nuevas exigencias sociales o estéticas y que apenas logró
mostrarse. Por lo demás, el teatro de posguerra presenta unas etapas y unas tendencias paralelas a las que se
observan en la novela y en la poesía.
El teatro de posguerra
Durante los años 40 y principios de los 50 continúan las tendencias tradicionales junto a las que se advierte una
búsqueda de nuevos caminos, sobre todo de corte existencial. Podemos señalar tres líneas principales:
La persistencia de la alta comedia en el teatro comercial.
Un teatro cómico, con Jardiel Poncela (Eloísa está debajo de un almendro, Los ladrones somos gente
honrada; Los habitantes de la casa deshabitada) y Miguel Mihura (Tres sombreros de copa, escrita en 1932,
que no se representó hasta 1952). Estos autores se han considerado precedentes del teatro del absurdo con un
humor disparatado y poético.
Un teatro grave, preocupado e inconformista que se inserta, al principio, en una corriente de teatro existencial.
Dos fechas resultan claves: 1949, con el estreno de Historia de una escalera de Buero Vallejo y 1953 en que, en
un teatro universitario Alfonso Sastre estrena Escuadra hacia la muerte.
Mediada esta década apunta un teatro realista y social, con propósitos de testimonio y denuncia hasta donde
tolera la censura. El teatro de testimonio social tiene como pioneros a los ya citados Buero y Sastre. Surgirá tras
ellos un grupo de autores realistas que durante los años cincuenta y sesenta desarrollará su labor dramática en
condiciones muy difíciles. Muchos de ellos recurren a distintas máscaras formales y temáticas que les permitan
burlar la censura. Otros verán prohibidas sus obras y no podrán entrar en contacto con su público hasta la
llegada de la democracia.
Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre se opusieron desde sus primeras obras a lo que Ruiz Ramón
denomina «el teatro de la apariencia», es decir, a un teatro -el que dominaba la escena española en la década
de los cuarenta- que vivía de espaldas a los graves problemas de la sociedad española y contribuía a su
alienación y falta de toma de conciencia. Estos dos autores expusieron en sus obras esa realidad de la que nadie
quería hablar públicamente. Alfonso Sastre inicia su labor crítica en una revista estudiantil donde manifiesta
la capacidad del teatro para la denuncia social
Tras Buero y Sastre otra serie de autores continúan la línea del teatro realista y social, si bien su dramaturgia
tiende a evolucionar desde unas formas realistas- naturalistas hacia nuevas orientaciones estéticas. Entre ellos
podemos destacar a José Martín Recuerda, (Los salvajes en Puente San Gil, refleja la brutalidad de unos
aldeanos instigados por las fuerzas retrógradas) Lauro Olmo (La camisa, nos presenta a unos obreros que se
ven forzados a emigrar... o a soñar con las quinielas), Carlos Muñiz (El tintero, que trata sobre la burocracia
deshumanizada y la esclavitud del trabajador), José María Rodríguez Méndez (Los inocentes de la Moncloa,
sobre las angustias de unos jóvenes opositores)...
1
A medida que avanzan los años 60 y entramos en los 70 se notará el cansancio del realismo social y se
producirán intentos de renovación. Se puede decir que los autores no realistas, entre los que destaca Francisco
Nieva (aunque también se podría citar nombres como los de Luis Riaza, José Ruibal, Antonio Martínez
Ballesteros, Miguel Romero Esteo, Diego Salvador, Manuel Martínez Mediero, Luis Matilla y Jerónimo
López Mozo, entre otros) adoptan un estilo dramático diferente para tratar temas similares a los de los autores
realistas. Los rasgos comunes que pueden percibiese en la obra de este grupo de dramaturgos son los
siguientes:
Sustitución del personaje-persona por el personaje-signo: los personajes no tienen conciencia individual,
son simbólicos; su única función es conseguir la respuesta crítica del espectador, que nunca llega a
identificarse con ellos.
Acción y lenguaje simbólicos: el espectador debe descodificar y dar otro sentido a lo que ve en el
escenario. A menudo aparecen en el espacio escénico objetos sonoros o visuales, ya sea estáticos o
dinámicos (un ruido de cadenas, una cama, una jaula, proyecciones, estructuras móviles...), con una
función también simbólica.
Desarrollo de la acción no lineal, sino estructurado en fragmentos.
Concepción del teatro como espectáculo y experimento colectivo. Tratamiento del escenario y de la sala
como un único espacio escénico con el fin de hacer participar al público en la acción del drama.
Pérdida de importancia del texto, que se concibe no como un producto acabado, sino como un material
que habrá de completarse en su realización escénica con la colaboración de actores y realizadores.
Preferencia por la farsa grotesca y satírica (degradación, animalización o robotización de los personajes,
de la acción y del lenguaje).
En la búsqueda de nuevas formas de expresión dramática hay que destacar el importante papel ejercido por
los grupos de teatro independiente, es decir, los que actúan al margen de las cadenas comerciales y
procurando vencer inercias y limitaciones. La renovación teatral sería inexplicable sin la labor de grupos
como Los Goliardos, Tábano, Teatro Lebrijano, La Cuadra, Akelarre, TEU de Murcia, Els Joglars, Els
Comediants, Teatre Lliure, La fura dels Baus...etc. Las características generales de estos grupos son:
La creación colectiva de la obra, en la que la improvisación juega un importante papel.
La supeditación del texto a otros aspectos del espectáculo teatral (expresión corporal, danza, música,
luces... etc.)
El mantenimiento de enfoques críticos que no se limitan a lo político y social
La ruptura de las convenciones escénicas de espacio y tiempo (por ejemplo, se traslada el escenario al
patio de butacas, buscando la participación del espectador).
Antonio Buero Vallejo es el dramaturgo de mayor interés del teatro de posguerra. Su producción está
marcada por el compromiso adoptado por el autor ante los temas humanos más universales, ya sean de
tipo existencial o social. La tragedia es el género preferido por Buero, quien expresa en el conjunto de
sus obras una visión coherente del mundo y del ser humano. Su teatro está fundado en la necesidad de
la verdad, la libertad y la esperanza. Por eso su teatro, aunque oscuro y amargo, es un teatro de
salvación: «Pese a toda duda, creo y espero en el hombre, como espero y creo en otras cosas,- en la
verdad, en la belleza, en la rectitud, en la libertad. Y por eso escribo de las pobres y grandes cosas del
hombre.»
Con Historia de una escalera Antonio Buero Vallejo inició su fecunda obra dramática que cuenta con una
treintena de títulos. Podemos dividir su producción en varias etapas:
Etapa realista.
Pertenecen a esta época una serie de obras cuyo tema central lo constituye la realidad contemporánea.
La acción se sitúa en un tiempo real y un espacio escénico que reproduce lugares concretos. Los
hechos, además, se suceden en orden cronológico. Pertenecen a este grupo obras como: Historia de
una escalera (1949), En la ardiente oscuridad (1950), Hoy es fiesta (1956), etc. Buero utiliza un concepto
de realismo más amplio que el que habría de triunfar en los años cincuenta: introduce algunos elementos
innovadores como, por ejemplo, la búsqueda de lugares insólitos -una escalera, la azotea de una casa-
en los que desarrolla la acción.
En Historia de una escalera, Buero trata el tema de la imposibilidad de las clases humildes para realizar
sus ideales de mejora material debido a factores personales y sociales.
Junto al tema de la fatalidad, el autor plantea el de la libertad: cada uno de los personajes es
responsable del fracaso de sus sueños y proyectos, ya que han elegido mal. Un acto de profunda
libertad hubiera podido liberarlos del fracaso que representa la escalera.
Al final de la obra el autor plantea una interrogación: ¿van a ser los hijos tan desdichados como los
padres? Buero deja un resquicio a la esperanza. Los jóvenes son libres para trazar su propio destino, si
son auténticos podrán convertir en realidad sus sueños, pero si actúan con inautenticidad, fracasarán
como sus padres.
Se inicia en 1958. En ella Buero Vallejo escribe una serie de obras de tema histórico en las que se sirve
del pasado para reflexionar sobre el presente; de esta forma consigue burlar la censura y llegar a su
público. Este recurso, utilizado por muchos autores, se denominó posibilismo. Pertenecen a este periodo:
Un soñador para un pueblo (1958), sobre la figura de Esquilache; Las Meninas (1960), protagonizada por
Velázquez, y El concierto de San Ovidio (1962). En estas obras, estructuradas a partir de cuadros
aislados que se suceden em un mismo acto, se da entrada a la discontinuidad temporal y la acción se
sitúa en lugares escénicos abstractos. El autor aborda en ellas el tema de España y el destino del pueblo
en una sociedad injusta.
Al final de esta etapa Buero escribe dos obras que pueden considerarse de transición: La doble historia
del doctor Valmy y El tragaluz (1967), en las que introduce personajes intermedios entre la historia y el
público que actúan como narradores e interrumpen y comentan los hechos que suceden en el escenario.
Última etapa:
Caracterizada por la utilización de un punto de vista subjetivo. En las obras de este periodo, la acción
llega al espectador a través de la visión subjetiva de un personaje que, además, padece alguna
limitación física o psíquica. El espectador no ve la realidad sino la versión que de ella tiene el
protagonista. En El sueño de la razón (1970) centrada en el personaje de Goya, Buero hace vivir al
público la sordera del pintor; en La llegada de los dioses (1971) el espectador ve en el escenario las
alucinaciones de Julio, que es ciego; en La Fundación (1974) el público cree con Tomás, mentalmente
trastornado, que una celda en la que esperan varios condenados a muerte es una lujosa fundación. Por
último en La detonación (1977), el autor nos presenta los pensamientos de Larra en los breves
momentos que anteceden al pistoletazo con que acaba con su vida; un breve espacio de tiempo real se
convierte en más de dos horas de representación.
A partir de la transición, Buero sigue estrenando obras. Aunque en ellas se aprecia un cierto desgaste
temático, ello no resta importancia a Buero Vallejo como el principal autor teatral de la segunda mitad del
siglo XX.
Desde finales de los sesenta, surge un grupo de jóvenes poetas que van a conducir la poesía española
por rumbos diferentes: los novísimos. Su nombre se debe a la antología que José María Castellet publica en
1970 con el título de Nueve novísimos poetas españoles. En ella aparecen composiciones de José́ María
Álvarez, Félix de Azúa, Guillermo Carnero, Pere Gimferrer, Antonio Martínez Sarrión, Ana María Moix,
Vicente Molina Foix, Leopoldo María Panero y Manuel Vázquez Montalbán. Castellet los presenta como
escritores con una decidida voluntad rupturista con toda la literatura previa y un talante provocador, en la línea de
los movimientos vanguardistas de entreguerras.
Los novísimos centraron su esfuerzo en ignorar la tradición literaria española, a excepción de algún
poeta del 27, como Cernuda o Aleixandre, y de algún otro de la generación precedente, como Gil de Biedma. Por
el contrario, hacen gala de su conocimiento de escritores extranjeros como Eliot, Yeats, Sade, Rimbaud, los
superrealistas franceses o autores hispanoamericanos como Octavio Paz o Lezama Lima
Son autores con una rica formación literaria, como manifiesta en el sesgo marcadamente culturalista, que
enmarcan sus textos en ambientes refinados, escenarios italianos o ciudades como Venecia. Sin embargo, al
lado de esta orientación culta de muchos poemas, son también frecuentes en sus versos los motivos propios de
la nueva sociedad de consumo, las referencias a héroes del cine, del deporte, de la canción, de los tebeos, de la
política. La aparente frivolidad tiene mucho de actitud irónica, provocadora e inconformista. Así lo demuestran
composiciones de tono grave sobre problemas individuales o colectivos o poemas críticos sobre la guerra de
Vietnam o la sociedad de consumo.
Otro tema reiterado en algunos de estos autores es el de la poesía misma; la reflexión metapoética de
muchas composiciones insiste en considerar el arte como fenómeno autónomo, con valor absoluto en sí misma,
autosuficiente. Por tanto, no extraña que la poesía vuelva a ser un arte minoritario.
Formalmente, los novísimos utilizan procedimientos como la escritura automática, el collage o el verso
libre.
Arde el mar o La muerte en Beverly Hills de Gimferrer son algunas de las obras más destacadas de
esta corriente.
Además de autores de las generaciones anteriores que siguen escribiendo, quienes frecuentemente
evolucionan hacia otras corrientes, aparecen numerosos nombres nuevos.
Aunque la multiplicidad de textos y autores hace difícil la sistematización del panorama lírico, sí se
distingue distintas tendencias continuadoras o recuperadas de otros tiempos. De ellas cabe destacar:
Experimentalismo
Siguiendo las líneas de las vanguardias, algunos autores experimentan con el lenguaje, rompen la
disposición lineal, las disposiciones gráficas tradicionales para combinar la expresión verbal (a veces muy
reducida) con procedimientos de carácter tipográfico o pictórico.
En la tendencia experimental destacan autores como Fernando Millán con Ariadna o la búsqueda y
José Miguel Ullán con Testículo del anticristo
Culturalismo:
Se inspiran en el arte, el mundo clásico grecolatino o la Edad Media. Los poetas introducen numerosas
referencias culturales con el fin de enriquecer el significado. Un ejemplo destacado de la de esta tendencia es
Sepulcro en Tarquina de Antonio Colinas.
Neosurrealismo:
Autores como Blanca Andreu, Olvido García Valdés o Concha García recuperan el Surrealismo de la
Generación del 27. Leen y se nutren de obras que habían estado prohibidas de Alberti, Lorca o Cernuda. En sus
composiciones, en ocasiones fuertemente eróticas, aparecen motivos como el cuerpo, el mar o la noche.
Recurren al empleo de asociaciones insólitas, irracionales, construidas con un lenguaje complejo.
Neopurismo:
La poesía neopurista, es también conocida como poesía minimalista o conceptualismo o poética del
silencio (por considerar la poesía una imperfección del silencio). Se relaciona con la poesía pura de Jorge
Guillén o José Ángel Valente. Los poetas crean una poesía caracterizada por la brevedad y concisión. En
muchas ocasiones, componen poesía metalingüística (el propio poema habla del poema).
En alguna etapa de su carrera practicaron esta corriente autores como Ada Salas o Antonio Gamoneda.
Poesía clasicista
Algunos autores recurrieron a las composiciones tradicionales como los sonetos, la liras o tercetos y
buscaron la perfección formal del estilo clásico.
Así, Luis Antonio de Villena parece encontrar su estilo propio en una mezcla de la tradición clásica
greco-latina y el esteticismo decadentista; Antonio Colinas conjuga con maestría los aciertos expresivos del
Modernismo con el aliento trascendente del mejor romanticismo; Antonio Carvajal bebe en la poesía barroca de
Góngora, para construir con compleja sintaxis y elaborada métrica clásica composiciones que aúnan el
desengaño barroco con la desolación contemporánea.
Poesía de conciencia:
Está íntimamente relacionada con el “realismo sucio” de los Carver y Bukowski. Pretenden mover las
conciencias de los lectores y muestran, con violencia lingüísticas, la rabia que sienten ante el mundo que les
rodea. Jorge Riechemann, Fernando Beltrán o Enrique Falcón son representantes de esta tendencia.
Metapoesía:
El objeto de reflexión es el mismo lenguaje poético En la tendencia metapoética pueden inscribirse
algunos libros de finales de los setenta y principios de los ochenta de Jenaro Talens.
La poesía de la experiencia:
Se trata de la tendencia poética más característica de los últimos años. Los poetas, frente al pop de los
novísimos, que consideran demasiado trivial, vuelven los ojos a la infancia, a la adolescencia, a los orígenes. Es
una poesía intimista, que expresa lo vital y personal. Trata temas cotidianos y verosímiles, siempre apegados a
la realidad y que, además, son cercanos al lector.
Se caracterizan por un estilo elegante y elaborado, sin excesiva retórica, de la que se saca partido a la
expresividad de coloquial.
En esta corriente destaca Felipe Benítez Reyes. En Los vanos mundos el autor crea una serie de
apócrifos que manifiestan diversos tipos de poesías (tradicional, culta, vanguardista, de la experiencia...),
mostrando un hábil dominio de los diversos registros, con frecuencia con un alto grado de ironía. En Equipaje
abierto (1996) nos presenta sus reflexiones tras regresar de su viaje por la vida. Los poemas suponen un
"pequeño catálogo de ruinas".
Otros autores y obras significativas son Luis García Montero con Habitaciones separadas o Luis
Alberto de Cuenca con Su nombre era el de todas las mujeres.
Entre los autores de la poesía de la experiencia es común utilizar el diario como medio de comunicación.
Ejemplos son Diario cómplice de García Montero o Diario de un poeta recién cansado de Jon Juaristi.
Últimos años
En los últimos años del siglo XX aparece la llamada poesía de la diferencia. Poetas como Enrique Morón,
Fernando Villena, Antonio Enrique, Pablo García Casado o Antonio Jiménez reaccionan ante el dominio de
la poesía de la experiencia. Además de en intención de romper con la poesía anterior, esto autores coinciden en
su intención de hacer una poesía irracionalista que reflexionan sobre la realidad, de la materia y la vida. La
antología Elogio de la diferencia (1997) de Antonio Rodríguez incluye poemas de algunos de los poetas de este
grupo.
La nómina de autores de este periodo es muy amplia, puesto que a los escritores de las décadas
anteriores que siguen escribiendo se suman los nuevos jóvenes narradores. Igualmente es amplio el
número de títulos publicados, favorecido en este caso por el apoyo de instituciones públicas y privadas, los
premios literarios y el aumento de lectores.
Dada la diversidad de autores y tendencias, es muy difícil establecer unas características comunes.
No obstante, entre otros rasgos, podemos destacar los siguientes:
• Recuperación del argumento, la trama y los personajes, contándose una historia cerrada y
continua, aunque en ocasiones tengan finales inesperados.
• Tienden a utilizar recursos más tradicionales (aunque no todos abandonan el camino de la
experimentación).
• No presentan grandes héroes en las novelas. Muchos personajes aparecen como seres desvalidos.
• Es frecuente la utilización de las personas narrativas tradicionales (primera y tercera).
• Se observa una gran diversidad temática, formal y de géneros
• Destaca el carácter individualista del escritor, que se preocupa por encontrar el lenguaje propio que
refleje su universo personal.
• Renacimiento del cuento y el relato corto con gran variedad de temas y estilos.
Los autores, salvo excepciones, no siguen una tendencia concreta, sino que cultivan diferentes, e
incluso en ocasiones mezclan características de distintas corrientes.
Las tendencias más comunes de periodo son: novela de intriga, novela histórica, metanovela,
novela de intriga, novela intimista, novela testimonial, neorrealismo y
novela experimental.
- Novela de intriga
Influenciada por la novela y el cine negro americanos, crea una
intriga poderosa que atrae al lector.
Manuel Vázquez Montalbán es uno de los primeros en seguir
la tendencia en nuestro país de novela policiaca o negra, que ya
estaba triunfando en EEUU, Francia y Reino Unido. Su personaje, el
singular detective Pepe Carvalho, protagonizará obras como Tatuaje o
Los mares del sur.
Además cabe destacar El invierno en Lisboa de Antonio Muñoz
Molina o El misterio de la cripta embrujada, como parodia del género,
de Eduardo Mendoza.
- Novela histórica
Es la tendencia de mayor éxito
editorial desde los ochenta a nuestros días.
Una acción situada en el pasado sirve, en
muchas ocasiones, para reflexionar sobre
problemas universales o para hacer un revisión crítica de la época. En otras
ocasiones, se ofrece una visón desmitificadora o irónica.
Arturo Pérez Reverte es su principal cultivador. Sobresalen las obras
protagonizadas por el capitán Alatriste, ambientadas en el siglo XVII, y la serie de
relatos sobre el fracaso de los ideales ilustrados en España: Cabo de Trafalgar, El
asedio y Hombres buenos.
Destacan además Beatus ille, de Muñoz Molina, Soldados de Salamina, de
Javier Cercas, o Episodios de una guerra interminable, de Almudena Grandes.
- Metanovela
El narrador reflexiona los aspectos teóricos de la novela, que suele
trasladar a la ficción como tema o motivo del relato. Uno de los recursos habituales
que usan los novelistas es la invención de un personaje escritor- o profesor de
Colegio Nuestra Señora de Lourdes
Lengua castellana y Literatura
Literatura o perteneciente al mundo editorial- que indaga y dialoga sobre temas literarios, sobre cómo se
debe escribir una novela.
Algunos ejemplos son Los enamoramientos o Así empieza lo malo , ambas
de Javier Marías, o Papel mojado, de Juan José Millás.
- Novela intimista
Supone una vuelta a lo privado, y al análisis psicológico de los
protagonistas. Contextualizadas en entornos urbanos y contemporáneos,
tratan sobre la soledad y el desasosiego del hombre moderno en busca de
sentido de la vida.
A veces se presentan en forma autobiografía o memorias, sean
estas reales o ficticias. Así lo hace Javier Marías en Todas las almas o
Corazón tan blanco. La soledad era esto, de Juan José Millás, o Juegos de
edad tardía, de Luis Landero son otros ejemplos destacados de esta
tendencia.
- Novela testimonial
De enfoque realista, la memoria de una generación y el
compromiso son los temas básicos de esta corriente. Te trataré como una
reina, de Rosa Montero, es un ejemplo significativo. En esta obra la autora hace una decida defensa de la
condición femenina
- Novela experimental
Si bien esta tendencia es minoritaria a partir de los sesenta, debemos destacar ejemplos como
Escuela de mandarines de Miguel Espinosa.
En las obras publicadas en los primeros años del siglo XXI la heterogeneidad sigue siendo el factor
dominante. No obstante, parece que el lector sigue decantándose por la novela histórica, aunque dentro de
esta tendencia pueden incluirse textos de los más variadas, con obras que pueden etiquetarse desde
neocostumbristas hasta textos en los que se combina el relato histórico con el relato maravilloso.
En cuanto a los temas, dominan las historias individuales que reflejan los problemas de la sociedad
contemporánea de occidente (la desorientación del individuo, la soledad, la inseguridad, las relaciones
íntimas), y la presencia de la literatura. Normalmente, son relatos ambientados en grandes ciudades, si bien
hay ejemplos de corriente neorruralista.
También es común que los autores mezclen elementos de otros géneros, como el ensayo o la
biografía. Estructuralmente, la tendencia predominante es utilizar las formas tradicionales, siendo, en lo
formal, poco común la experimentación.
Puesto que la nómina de autores es extensa y todavía no hay suficiente perspectiva para analizar
este periodo, resulta difícil destacar nombres significativos de estos últimos años.
Mencionaremos a Ignacio Martínez de Pisón, cuyas últimas obras se acerca a la política más
reciente, con títulos como Enterrar a los muertos o El día de mañana, o a Jesús Carrasco con Intemperie,
novela ambientada en un desolado y violento mundo rural.
Eduardo Mendoza.
En 2010 resultó ganador del Planeta, el premio mejor dotado en lengua española, por su novela
Riña de gatos, y en 2015 recibió el Premio Kafka, uno de los más prestigiosos de Europa, siendo el primer
español en recibir dicho galardón.
Entre los cambios más significativos que se produjeron cabe mencionar los siguientes:
Además de José Luis Alonso de Santos, del que más adelante hablaremos, hay que destacar el esta
época a autores como:
José Sanchis Sinisterra, dramaturgo que se dedicó también a la dirección de escena. Recibe
la influencia de diferentes renovadores europeos y emplea en sus creaciones el propio teatro
como metáfora del mundo. Su obra más representativa ¡Ay Carmela! Pertenece a sus dramas
históricos y aborda el tema del teatro durante la Guerra Civil.
Como ya se ha dicho, en los años ochenta y noventa muchas de las compañías de teatro
independiente se consolidan como compañías estables y profesionales y continúan a la vanguardia
de la experimentación y la investigación.
Son grupos que se enfrentaron al teatro comercial buscando un espectáculo más plástico y visual que
literario, o intentando representar obras populares destinadas a las clases trabajadoras.
Las que más repercusión tuvieron fueron Els Comediants, La Cuadra, Els Joglars y La Fura dels
Baus. Esta última, fundada en 1979, lleva a cabo montajes en los que el público participa de forma
activa en lugares desvinculados del teatro( polideportivos, naves, mercados…) y caracterizados por
una gran espectacularidad. Una de sus creaciones más reseñables es Mediterráneo, mar olímpico,
para la ceremonia de inauguración de los J.J.O.O. de Barcelona en 1992.
Además de los autores ya consagrados, en las últimas décadas han surgido nuevas voces y
tendencias en el panorama teatral español. Algunas de sus características son:
Sus obras plantean conflictos existenciales entre la realidad y los deseos, tratados con ciertos toque de
humor irónico y ternura. Su estilo se caracteriza por la concentración de espacio, tiempo y numero de
personajes, así como por el predominio de los peculiares modos de hablar.
Ha estrenado más de veinte obres teatrales pueden clasificarse según los grupos temáticos:
Inspiración en la literatura. Sus personajes son cómicos que ensayan o representan alguna
pieza como en ¡Viva el duque nuestro dueño! Obra con la que se estrenó como escritor en
1975 a esta pieza siguió La verdadera y singular historia de la Princesa y el Dragón.
Problemas existenciales. Conflictos sobre la conducta, el paso del tiempo o el choque entre la
realidad y los sueños dieron lugar a El álbum familiar(1982), texto donde recoge la herencia de
El tragaluz de Antonio Buero Vallejo, pero al que el joven dramaturgo adapta esa actitud
positiva compartida por otros autores de esta década, decididos a no condenar a sus criaturas
a la catástrofe final, permitiéndoles iniciar otro camino. En Trampa para pájaros (1990), coloca
de nuevo ante el espectador la conflictiva realidad presente, esta vez en el debate político entre
la intolerancia, último reducto de un sistema que representa Mauro, el ex policía franquista, y la
libertad, personificada en su hermano Abel. Mauro era un pájaro en una trampa, ya no puede
salir. Signos cainitas se perciben en la fraternal oposición y hasta en los nombres propios. La
dialéctica soñador-activo que presentan los hermanos en su construcción como personajes
evoca la planteada en la dramaturgia de Buero, de la que Alonso de Santos se reconoce
deudor.