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1-La Naturaleza Del Espacio-Milton Santos 2000

1) El documento analiza el libro "La naturaleza del espacio" de Milton Santos, el cual explora conceptos clave de la geografía como el espacio, lugar, región y escala. 2) Santos argumenta que el espacio es un conjunto indisoluble de sistemas de objetos y acciones que están en constante dinámica y transformación debido a factores sociales, técnicos y de división del trabajo. 3) El libro examina cuatro momentos para analizar la naturaleza del espacio: la ontología del espacio, la producción

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1-La Naturaleza Del Espacio-Milton Santos 2000

1) El documento analiza el libro "La naturaleza del espacio" de Milton Santos, el cual explora conceptos clave de la geografía como el espacio, lugar, región y escala. 2) Santos argumenta que el espacio es un conjunto indisoluble de sistemas de objetos y acciones que están en constante dinámica y transformación debido a factores sociales, técnicos y de división del trabajo. 3) El libro examina cuatro momentos para analizar la naturaleza del espacio: la ontología del espacio, la producción

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1-Estructura y dinámica de las interrelaciones en el espacio geográfico

RESEÑA DE: SANTOS, MILTON (2000), LA NATURALEZA DEL ESPACIO, ARIEL, ESPAÑA.

Una de las categorías medulares dentro de la geografía es el espacio, cuyas observaciones y


resultados parten de un sistema descriptivo y cualitativo de las relaciones sociales y su entorno.
Aunque la relevancia de estudiar al espacio no constituye un motivo reciente, resulta importante
analizar qué otros elementos, categorías o factores se ofrecen en cada nuevo intento exploratorio,
pues ello implica repensar las interrelaciones y las prácticas territoriales propias de la dinámica
social. Evidentemente, esto significa una relación recíproca entre los procesos de transformación
de las estructuras sociales y el individuo con relación al espacio. En el ejercicio de analizar el
corpus de la geografía, van apareciendo diferentes discusiones sobre el objeto, método,
naturaleza, categorías de estudio y definiciones que le conciernen. Los esfuerzos interpretativos
van desde la búsqueda de conceptos, asociaciones y aplicaciones sobre la dinámica social, hasta
interrogarse sobre el papel del espacio-tiempo y el lugar, en el proceso de construcción de una
base para la geografía. Obviamente, uno de los desafíos es poder analizarla de manera autónoma,
pero no independiente de los elementos de consistencia, adecuación y pertinencia de su contexto.
Bajo las consideraciones anteriores, el libro La naturaleza del espacio de Milton Santos,
recientemente publicado, enfrenta a los interesados en el análisis geográfico a una serie de
contradicciones conceptuales inherentes a la disciplina, y que dan pauta para reconsiderar viejos
debates sobre la configuración social del espacio, su funcionamiento y estructura, haciendo la
debida aclaración de que la definición o pertinencia de cada concepto variará de acuerdo con el
momento histórico que le acompañe. Esto también implica poner en claro que en el espacio
geográfico se fusionan materialidades y acciones, así como condiciones locales y globales,
soportadas por las redes que integran y disuelven las acciones de la sociedad.

De este modo, Milton Santos aborda uno de los problemas principales de la geografía: identificar
la naturaleza del espacio y encontrar las categorías de análisis que permitan estudiarlo. Este
proyecto supone encontrar aquellos conceptos, asociaciones y aplicaciones que puedan operar
sobre la dinámica social; lo que constituye un ejercicio de análisis complejo, cuya intención intenta
revelar aquellas categorías que, en muchos de los casos, aparecen separadas del corpus de la
geografía, tales como la conocida unión entre espacio-tiempo, la importancia del lugar y el espacio
en el proceso social y, finalmente, la propia delimitación y pertinencia de la geografía en el
momento actual. Santos parte de la noción de espacio como aquel conjunto indisoluble de
sistemas de objetos y sistemas de acciones, en el que confluyen categorías analíticas como: el
paisaje, la configuración territorial, la división territorial del trabajo, el espacio producido o
productivo, las rugosidades y las formas contenidas. De esta manera, el autor nos incita a
reconsiderar el debate sobre problemas como la región, el lugar, las redes, las escalas, el orden
local y global. Asimismo, hace patente el reconocimiento de procesos básicos externos al espacio
como: la técnica, la acción, los objetos, la norma y los acontecimientos, la universalidad y la
temporalidad, la idealización y la objetivación, los símbolos y la ideología. Cabe señalar que para
Santos, el espacio adquiere contenido a partir del reconocimiento de los vínculos entre el
individuo y la sociedad; parte de la idea de que es en el espacio donde confluyen relaciones de
carácter funcional, de interdependencia, de selección, de reproducción, de sustitución o de
cambio, cuya actuación se refleja en diferentes escalas, niveles y tiempos. En este sentido, la
dinámica socioterritorial está funcionalmente ligada a los cambios propios del espacio, es decir, a
las manifestaciones, procesos y articulaciones, de los sistemas sociales. El espacio se recrea
dinámica y permanentemente en convivencias trascendentes y efímeras, cuyas formas,
contenidos, reglas, funcionamientos, dirección y capacidad se sostienen bajo procesos socio-
espaciales en movimiento donde las posibilidades de permanencia dependen de las
potencialidades y capacidad para sostener procesos locales y globales, según su propia
funcionalidad y dialéctica. La intención explícita de Milton Santos es que su libro pueda ser una
contribución geográfica a la producción de una teoría social crítica, al mismo tiempo que pueda
ser un punto de partida para la producción de ideas y nuevas interpretaciones sobre el espacio
geográfico (Santos, 2000: 20). Para ello identifica cuatro momentos. En el primero, Una ontología
del espacio: nociones originarias, donde trabaja con las ideas ontológicas del espacio: la técnica, el
tiempo y la intencionalidad, materializados en los objetos y acciones. Asimismo, da pauta para
analizar la técnica como una totalidad, lo que obliga a analizarla en el contexto histórico del
territorio y en las relaciones desiguales de convivencia. En un primer esbozo, aborda la
importancia de las técnicas y su desempeño en las relaciones con los hechos sociales. La
participación de los sistemas técnicos en la dinámica social ha sido determinante, pues tanto la
infraestructura como las transformaciones de uso de las necesidades prácticas han estado
supeditadas a los procesos productivos, culturales y territoriales de una red de técnicas. Su análisis
no debe limitarse a sus aplicaciones netamente funcionales, más bien debe situarse en la
comprensión de las múltiples relaciones geográficas que genera y en el estudio desde dentro del
espacio, y no sólo externo a esa realidad social, que permitiera una interpretación de la forma en
que el territorio ha sido modificado y transformado con las nuevas presencias técnicas. (p. 33).
Más adelante, Santos reconoce que el espacio está formado por un conjunto indisoluble, solidario
y también contradictorio, de sistemas de objetos y sistemas de acciones no considerados
aisladamente, sino como el contexto único en el que se realiza la historia. Por un lado, los sistemas
de objetos condicionan la forma en que se dan las acciones y, por otro, el sistema de acciones
lleva a la creación de objetos nuevos o se realiza sobre objetos preexistentes. Así, el espacio se
encuentra en una dinámica de transformación constante. (pp. 54-55). El autor aclara que el tema
central de la geografía no son los objetos ni las acciones por separado, sino objetos y acciones
tomados en conjunto. Donde se recuerda que los resultados de la acción humana no dependen
únicamente de la racionalidad de la decisión y de la ejecución, sino también, de la naturaleza
humana y del carácter humano del medio. Donde un nuevo sistema de objetos responde al
surgimiento de cada nuevo sistema de técnicas, donde existe también un nuevo ordenamiento de
objetos (p. 80). Cuando la sociedad actúa sobre el espacio, no lo hace sobre los objetos como
realidad física, sino como realidad social, formas-contenido, es decir, objetos sociales ya
valorizados a los cuales la sociedad busca ofrecer o imponer un nuevo valor (p. 91). En el segundo
momento, titulado La producción de las formas-contenido se retoma la cuestión ontológica,
considerando el espacio como forma-contenido. En esta parte del libro se intenta reconocer cómo
el proceso de transformación de una totalidad va sufriendo modificaciones en su estructura a
partir de la existencia dinámica de la sociedad, de sus acciones, de las propias configuraciones
territoriales y materiales del espacio, y finalmente, de la propia división del trabajo. Así también,
se reconoce la importancia del tiempo como importante motor en la cristalización de los procesos
de globalización. En este mismo apartado se reconoce que es necesario retomar el concepto de
totalidad, revisar sus formas de apariencia, reconocer su metamorfosis y su proceso, y analizar sus
implicaciones con la propia existencia del espacio (pp. 96-97). El movimiento de la totalidad para
existir objetivamente es un movimiento dirigido a su especialización, que es también
particularización (p. 105). Por ello, en cada nueva división del trabajo, en cada nueva
transformación social hay, paralelamente para los fabricantes de significados, una exigencia de
renovación de las ideologías y de los universos simbólicos, al mismo tiempo que, para los demás,
se hace posible el entendimiento del proceso y la búsqueda de un sentido. El autor señala también
que en cada uno de sus momentos, el proceso social involucra una redistribución de sus factores.
Y esa redistribución no es diferente a las condiciones preexistentes, es decir, a las formas
heredadas, provenientes de momentos anteriores. Las formas naturales y el medio ambiente
construido se incluyen entre esas formas heredadas. Se señala adicionalmente que, en cada lugar
el tiempo actual se enfrenta con el tiempo pasado, cristalizado en formas, donde el trabajo ya
hecho se impone sobre el trabajo por hacer, es decir, que la actual distribución territorial del
trabajo descansa sobre las anteriores divisiones territoriales del mismo (pp. 118-119). La
comprensión de los lugares en su situación actual y en su evolución depende de la consideración
del eje de las sucesiones y del eje de las coexistencias, donde se reconoce que el espacio es el que
reúne a todos, con sus múltiples posibilidades, que son posibilidades diferentes de uso del espacio
(del territorio) relacionadas con posibilidades diferentes de uso del tiempo (pp. 134-135). En cada
momento, hay siempre un mosaico de subespacios, cubriendo enteramente la superficie de la
Tierra y cuyo diseño es proporcionado por el curso de la historia: la escala deja de ser una noción
geométrica para ser condicionada por el tiempo (p. 141). En el tercer momento, que abarca los
capítulos 7 al 13, y se titula Por una geografía del presente, las nociones anteriormente
establecidas son revisadas a la luz del presente histórico, para aprehender la constitución actual
del espacio y las condiciones del mundo. Aparecen elementos como sistemas técnicos, unicidades,
fijos y flujos, horizontalidades y verticalidades, espacios de racionalidad, entre otros. De forma
inicial, en los capítulos séptimo y octavo destaca que las características de la sociedad y del
espacio geográfico, en un momento de su evolución, están en relación con un determinado estado
de las técnicas. Por lo tanto, el conocimiento de los sistemas técnicos sucesivos es esencial para la
comprensión de las diversas formas históricas de estructuración, funcionamiento y articulación de
los territorios, desde los albores de la historia hasta la época actual. Cada periodo es portador de
un sentido, compartido por el espacio y por la sociedad, representativo de la manera en que la
historia realiza las promesas de la técnica (p. 145). El autor reconoce que las manifestaciones
actuales de unicidad técnica, de tiempo (a su vez como motor de la vida económica) son la base
del fenómeno de globalización y de las transformaciones contemporáneas del espacio geográfico
(p. 159). En los capítulos noveno y décimo se menciona que las características del sistema técnico
actual son: la universalidad y autoexpansión, la vida sistémica, la concreción, el contenido de
información y la intencionalidad (p. 180). Donde el territorio como un todo se convierte en un
dato de esa armonía forzada entre lugares y agentes allí instalados, en función de una inteligencia
mayor situada en los centros motores de la información. Esto provoca que las relaciones entre
sociedad y naturaleza se vayan sustituyendo de un medio natural por un medio cada vez más
artificial, es decir, sucesivamente instrumentalizado por esa misma sociedad (p. 199). Lo anterior
responde a la sombra de la presente democracia de mercado que vivimos, en la que el territorio es
soporte de redes que transportan las verticalidades, es decir, reglas y normas egoístas y utilitarias,
mientras que las horizontalidades tienen en cuenta la totalidad de los actores y de las acciones (p.
219).
En los capítulos 11, 12 y 13 se incorporan diversos elementos. En principio, se dice que las redes
serían incomprensibles si sólo las vislumbrásemos a partir de sus manifestaciones locales o
regionales. Para ello, parte de reconocer que las redes son un vehículo de un movimiento
dialéctico que, por un lado, opone el territorio y el lugar al mundo y, por otro, enfrenta el lugar al
territorio tomado como un todo (pp. 228-229). Hoy, las segmentaciones y particiones en el espacio
sugieren que se admitan, al menos, dos dimensiones. Por un lado, hay extensiones formadas de
puntos que se agregan sin discontinuidad, como en la definición tradicional de la región
(horizontalidades). Por otro lado, existen puntos en el espacio que, separados unos de otros,
aseguran el funcionamiento global de la sociedad y de la economía (verticalidades) (p. 240). Otro
punto destacable es saber si es lícito hablar de una racionalidad del espacio geográfico, del mismo
modo que nos referimos a la racionalidad o a la racionalización de otras facetas de la realidad
social (p. 245). El hecho de que la producción limitada de racionalidad esté asociada con una
amplia producción de escasez conduce a los actores que están fuera del círculo de la racionalidad
hegemónica al descubrimiento de su exclusión y a la búsqueda de formas alternativas de
racionalidad, indispensables para su supervivencia. La racionalidad dominante y ciega acaba
produciendo sus propios límites (p. 263). En el cuarto momento, que comprende los capítulos 14 y
15, el autor destaca que el reconocimiento de racionalidades convergentes, frente a la
racionalidad dominante, refleja las nuevas perspectivas de método y de acción, autoriza cambios
de perspectiva en cuanto a la evolución espacial y social, y aconseja cambios en la epistemología
de la geografía y de las ciencias sociales como un todo. Asimismo subraya que el surgimiento de
un medio técnico-científico-informacional ha provocado una nueva etapa en el proceso secular de
la racionalización. En los ambos capítulos se aprecia que el espacio se ofrece al conjunto de los
hombres que en él actúan como un conjunto de potencialidades de valor desigual, cuyo uso tiene
que ser disputado a cada instante, en función de la fuerza de cada uno (p. 270). Cuanto más
inestable y sorpresivo es el espacio, tanto más sorprendido será el individuo y tanto más eficaz la
operación de descubrimiento. La conciencia por el lugar se superpone a la conciencia en el lugar.
La noción de espacio desconocido pierde la connotación negativa y gana un acento positivo, que
proviene de su papel en la producción de la nueva historia (p. 281). Al respceto, Milton Santos
también menciona que las redes son mixtas, que incluyen materialidad y acción. En este contexto,
la red técnica mundializada actual es instrumento de la producción, de la circulación y de la
información mundializadas. En este sentido, las redes son globales y, de esa manera, transportan
lo universal a lo local. Sin embargo, las redes también son locales y por esa naturaleza constituyen
las condiciones técnicas del trabajo directo de la misma manera que las redes globales aseguran la
división del trabajo y la cooperación, mediante las instancias no técnicas del trabajo: la circulación,
la distribución y el consumo (p. 285). Señala también que cada lugar es, al mismo tiempo, objeto
de una razón global y de una razón local que conviven dialécticamente (p. 290). Podemos señalar,
finalmente, que las mezclas, innovaciones e interrelaciones dadas en el espacio, son categorías
materializadas en los estudios regionales, en las que conviven expresiones del pasado y propias
del momento. Las tensiones entre la permanencia del pasado y el surgimiento de la velocidad en
los cambios técnicos y conceptuales provocan que los procesos de envejecimiento se aceleren o
dilaten de forma diferenciada en los territorios y, obviamente, en sus acciones. Milton Santos nos
invita a reflexionar sobre la estructura de las interrelaciones en el espacio geográfico, en el que se
sostienen nuevas formas de conflictos, movimientos y decisiones, lo que da pauta a constituir una
forma de defensa o resistencia, pero al mismo tiempo una forma de incorporación o no
segregación. Así, el reconocimiento de categorías de análisis internas y externas son
fundamentales para entender los actuales procesos geográficos.

ACTIVIDADES

1-Lectura y análisis de texto.

2-Elaboración de mapa conceptual del tema

Observaciones:

1-Las redes y cuadros conceptuales, solo necesitan conceptos y subconceptos, por este motivo no
se necesitan grandes explicaciones, pues son como mapas que nos ayudan a ordenar el discurso y
la explicación.

2- Tanto las redes como los cuadros conceptuales, tienen como característica necesaria la
utilización de conectores, que facilitan la lectura y comprensión.

3- Espacio geográfico: Desde la geografía radical que plantea Milton Santos, es entendido como un
espacio socialmente construido. Para comprender este concepto debemos entender ciertos
subconceptos que componen el espacio geográfico:

Sistema de objetos (fijos): es todo lo relacionado con el aspecto físico de la vieja geografía. Los
temas de interés de la geografía física: relieve, clima, demografía, etc., es decir el dato puro
Sistema de acciones (flujos): son las acciones que toma la sociedad a través de sus instituciones:
gobierno (y sus políticas); sistema educativo, estructura económica, etc.
Técnicas: La mejor manera de ver la interacción entre ambos sistemas, es a través de las técnicas,
pues estas reflejan esta controvertida relación. Además, mediante el análisis de las técnicas (de
producción), se visibiliza el tiempo en el espacio, lo verdaderamente revolucionario de la geografía
radical

4- Milton Santos desarrolla esta noción de espacio geográfico, desde una inquietud ontológica, es
decir, de fondo. El trata de comprender el origen del espacio y sus características. En esta
búsqueda se da cuenta que son las relaciones sociales de producción (la economía y la producción)
las que terminan configurando el espacio, por este motivo, pone especial atención en las técnicas
para analizar la relación entre los dos sistemas propuestos.

5- Los objetivos de la geografía radical: son denunciar las desigualdades que hay en el espacio
geográfico, causadas por las relaciones sociales de producción, que enfrentan a clases subalternas
y clases hegemónicas, en una lucha siempre desigual. Pues estas últimas controlan los medios de
producción y el estado. Este último herramienta fundamental para la consolidación de una clase
dominante. Esta lucha desigual, se observa en el espacio, principalmente en las ciudades (zonas
marginales y zonas residenciales).

Aquí les dejamos un documental para saber más de Milton Santos.


https://www.youtube.com/watch?v=pPtED190C9Y

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