Cuento dramático.
… Las casualidades de la vida
Érase una vez en un pequeño pueblo, los venados César, se fue la luz un 12 de octubre, yo Erasmo
Gutiérrez Me sentí acalorado y me fui para el único parque que existía, a cabo rato vi que llegó una
muchacha y se sentó en mí misma banca, ¡miren qué casualidad! y enseguida yo me puse a
preguntarle.
--Erasmo-mira nena que tiene que estar tan guapa.
ella me dijo
--Muchacha-me botaron de la casa tú verás si quieres acompañarme, he quedado como paloma que
pasa que tienes unido y en él no puede alojarse
y le dije
- Erasmo --mira nena como no, lo que esté a mi alcance yo te lo pongo a la orden, yo también soy
familia de gente noble y comprendo los dolores que matan a un corazón.
Y me dijo
- Muchacha --mi madre me ha regañado más todita me ha ultrajado delante de mis vecinos, me dijo
que saliera a buscar marido, que era lo que me faltaba para ser una cualquiera, en la maleta me
echaron 4 polleras, unos vestidos que ya yo no me ponía, unos brasieres que a mí ya no me venían
mejor dicho todita mi ropa vieja.
me ha gustado ser un hombre con dolido y también me gusta enseñar al que no sabe y le dije
- Erasmo --muy mal hecho de tu madre que es tan bruta que no sabe el pecado que ha cometido
Y condolido.
Por la historia referida con palabras muy sencillas yo me puse a contemplar la por sentimiento se
me dio por consolarla para terminar la historia la muchacha me besó no tenía plata pero yo confiaba
en Dios que se que nunca se ha olvidado de sus hijos a una mujer que mandan a buscar marido se
encontró conmigo y el efectivo y yo se ha pasado un año hemos tenido un hijo nos hemos
comprendido y somos felices los dos.
Fin
Cuento de Comedia
… Un taxista y un gran Azaña
Un hombre llamado Gustavo que se encuentra en el casino de la 8, y después de quedarse sin plata y
a las cuatro de la madruga’, para un taxi y le dice:
- Gustavo -Buenas... mirá compa’, tengo un problema, necesito que me lleves a la Magdalena, pero
como me gasté todo el biyuyo en el casino, me dejas en la puerta de mi casa, yo subo, que vivo en
un segundo piso y te bajo la plata.
A lo que el taxista le responde:
-taxista-No, esa vaina no me la creo.
- Gustavo -Dale hermanazo, necesito que me lleves, que me quedé sin un peso...
- taxista -No, que dijiste, coroné, andate camínate valla caminando.
- Gustavo -El cuento es que no sé cómo llegar a la Magdalena.
Al otro mes regresó al mismo casino, le va de maravilla y se gana 50 barrita. Sale del casino otra vez,
a las cuatro de la mañana para tomar un taxi y ve que hay una culé cola de 20 taxis más o menos, se
da cuenta de que el último de todos era el del otro día, y dijo para sí mismo:
- Gustavo …A éste hijuemadre hoy sí se la hago...
Va al primer taxi y le dice al taxista:
- Gustavo -Hola, buenas noches llave. Te doy 100 barras si me llevás a la Magdalena, pero con una
condición.
Y le dice el taxista1: -Sí, sí, la que sea, la que sea.
- Gustavo Que cuando lleguemos yo me voy a echar un culé peo en tu cara y lo tienes que oler
todito.
-Vos estás loco... Buscate a otro.
Llega al segundo taxi: -Gustavo -Hola, ¿qué tal? Te doy 100 pesos si me llevás a Adrogué con una
condición: que cuando lleguemos yo me voy a echar un culé peo en tu cara y lo tienes que oler
todito.
-taxista 2: Ábrete antes que te pegue tu palera...
Así siguió con los demás, y cuando llega al último, que era el del otro día, le dice:
- Gustavo -Mira, te doy 100 pesos si me llevas a la Magdalena, pero con una condición.
- taxista -Sí, claro, la que sea.
- Gustavo -Que cuando pases por delante de todos estos taxis saques la mano y grites: "¡Voy para la
Magdalena, voy para la Magdalena!"
Fin
