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Consecuencias de Vivir en Pecado PDF

1. Vivir en pecado oculto es considerado por Dios como más perverso que los pecados abiertos de los inconversos, ya que Él ve el corazón. 2. Cuanto más tiempo se pase en pecado, más se corre el peligro de endurecer el corazón y volverse insensible a la Palabra de Dios. 3. Si se continúa en pecado, se enfrentará el castigo de Dios a través de su vara, como le sucedió a David que tuvo que sufrir las consecuencias de su pecado.

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1. Vivir en pecado oculto es considerado por Dios como más perverso que los pecados abiertos de los inconversos, ya que Él ve el corazón. 2. Cuanto más tiempo se pase en pecado, más se corre el peligro de endurecer el corazón y volverse insensible a la Palabra de Dios. 3. Si se continúa en pecado, se enfrentará el castigo de Dios a través de su vara, como le sucedió a David que tuvo que sufrir las consecuencias de su pecado.

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Tema: Las Consecuencias de vivir en pecado

Texto: Romanos 6:1-2

Muchos cristianos no se dan cuenta del terrible peligro en que se encuentran cuando continúan en pecado. Solamente las flechas
ardientes de verdad del Espíritu Santo pueden despertar sus almas al temor santo que necesitan para deshacerse del pecado. Hay
veces consideramos pecados a la fornicación, al adulterio y a la borrachera, pero existen pecados sutiles que por años han estado
escondidos en el pueblo de Dios sin darse cuenta que son grandes como cualquier pecado. Entre ellos, podemos mencionar: La
rebeldía en los líderes, el celo, la independencia o falta de sujeción al pastor, el orgullo, el pensar vanidad o cosas sin sentido, la
murmuración, la mentira, el rencor, las palabras deshonestas, la falta de sujeción en las mujeres, no pagar los diezmos, la
informalidad, la vagancia y la glotonería. Existen algunas consecuencias de vivir en pecado, sin darle tratamiento:

1. Dios considera los pecados escondidos en los cristianos más perversos, peligrosos y odiosos que los más viles pecados al
descubierto cometidos por los inconversos.

Muchos creyentes piensan que sus pecados escondidos no son serios, simplemente por que no los practican abiertamente, pero
Dios ve el corazón, y el pecado que Él ve dentro es peor que el de los pecadores perversos. Los seres humanos han visto hoy más
asesinatos, genocidios y pavorosos pecados que ninguna otra generación. No obstante, aquí está la perspectiva de Dios: nada es
comparable a la concupiscencia que está adherida a nuestros corazones. Nuestros malos hábitos, odios y pecados escondidos, son
más viles a su vista que cualquier cosa que los seres humanos hayan perpetrado. Vemos un ejemplo de la perspectiva de Dios en el
libro de Apocalipsis. El dice a la iglesia de Laodicea: Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente (Ap.3:15). Él está diciendo: Tú no
eres lo que profesas ser. Te dices a ti mismo, No necesito de nada, pero yo te digo que eres tibio. Cualquiera te ve como íntegro y
próspero, pero yo veo tu corazón, y sé que el celo que una vez tuviste por mí se ha secado. Proverbios nos dice: Sobre toda cosa que
guardes, guarda tu corazón, porque de él mana la vida (cap.4:23). Asimismo, porque (un hombre) cuales son sus pensamientos
íntimos (su corazón), tal es él (23:7). Estos versículos son agudas flechas del Espíritu Santo que hacen pedazos nuestros corazones
diciéndonos: Tú no puedes huir de la vista de Dios. Cada cosa que has escondido secretamente en tu alma será manifestada, no
importa si crees que no tiene que ver o no. Dios no lo pasará por alto.

2. Mientras más tiempo pases en pecado, en más peligro estás de endurecer tu corazón.

La Biblia dice: Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón tan malo e incrédulo que se aparte del Dios vivo.
Antes bien, exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice, para que ninguno de vosotros se endurezca por el
engaño del pecado (Hebreos 3:12,13). Quizás alguna vez su corazón tembló al escuchar la palabra de Dios. Se derretía cada vez que
escuchaba un sermón lleno de fuego el cual estaba dirigido especialmente para usted. Tenía un oído que escuchaba la voz del
Espíritu, pero ahora por algún tiempo, usted ha estado jugando con un pecado a escondidas, jugando con él, alrededor de su mente.
Y ahora, debido a que el pecado ha producido el engaño deseado, usted puede permanecer inconmovible ante cualquier sermón, no
importa cuán ungido sea. Si usted tuviera un temor santo, este temor le revelara que su corazón se está endureciendo poco a poco.
Se daría cuenta de que cada día que usted continúa consintiendo el pecado, está más cerca de cauterizar su conciencia. Sin embargo,
día a día su pecado se le hace menos y menos obvio. Pronto terminará completamente ciego, con una falsa paz. Y, finalmente su
pecado se derramará sobre los límites que usted ha establecido, fluyendo por todo acto diabólico. He visto de primera mano, los
horrores de un hombre de Dios que permitió que su corazón se endureciera. Hablo de David cuando por más de un año vivió en
adulterio sin importarle nada, con su conciencia muerta. Tuvo el profeta que usar una ilustración para llevarlo a un encuentro con la
Palabra de Dios. Nada conmoverá a un corazón endurecido. David estaba tan endurecido que podía permanecer en adulterio a la
misma vez que hablaba de Dios a la nación de Israel, sin un trazo de culpabilidad. ¿Qué tiempo llevamos en rencores, celos, vicios,
pleitos, rebeldes y sin obedecer a nadie? ¿No será que el corazón se ha endurecido ya y no escuchamos la reprensión de Dios?

3. Si continúa en pecado, enfrentará la vara de Dios.

El Salmista escribe lo siguiente acerca de una de las promesas del primer pacto de Dios: Si dejaran sus hijos mi Ley y no anduvieran
en mis juicios, si profanaran mis estatutos y no guardaran mis mandamientos, entonces castigaré con vara su rebelión y con azotes
sus maldades. Pero no quitaré de él mi misericordia ni faltará mi fidelidad. No olvidaré mi pacto ni mudaré lo que ha salido de mis
labios (Salmo 89:30-34). Nos regocijamos cuando leemos las maravillosas palabras del Nuevo pacto. Dios promete nunca mover de
nosotros su misericordia, no importa cuán bajo caigamos. Pero muchos creyentes pasan por alto la seria advertencia de este pasaje:
Si olvidamos la Ley de Dios y rechazamos guardar sus mandamientos, Él visitará nuestras transgresiones con su vara divina.
Simplemente no hay manera de ablandar esta palabra. Dios nos está diciendo claramente: Si continúas en pecado yo trataré esto
severamente. Te absolveré y te perdonaré, pero tomar venganza sobre tu pecado. Y tú sentirás mis azotes sobre tu espalda. La Biblia
nos dice que a quienes el Señor ama los corrige. Vemos esta verdad en la vida de David. Considere como el Señor trató con este
hombre, un servidor fiel que disfrutó del favor de Dios. En un punto de su vida, David pecó terriblemente, justificando y manteniendo
el acto en secreto por meses. Finalmente Dios dijo: Suficiente, y envió un profeta a exponer el pecado de David. Natán usó una
analogía para hacer pedazos toda excusa que David pudiese tener, hasta que finalmente el rey admitió: He pecado, soy culpable.
Pero simplemente admitir el pecado no es suficiente. Dios no solamente expuso el pecado de David, también dispuso su divina vara
sobre las espaldas de su siervo. Por supuesto, sabemos que el Señor siempre aplica su castigo en amor. Pero, la vida de David nos
muestra que sentir el castigo de corrección de Dios no es una cosa liviana. Los azotes que ello implica son dolorosos y agonizantes. Y
a menudo el castigo no cae solo sobre nosotros, sino también sobre nuestros amados y quienes están más cerca de nosotros.
Considere los resultados directos del pecado de David sobre los que le rodeaban: El hijo ilegítimo que tuvo con Betsabé murió. Miles
de soldados israelitas murieron en batalla. Trajo escandalo a su país, haciendo el hazmerreír de Israel ante los ojos de sus enemigos. Y
como si esta agonía no fuera suficiente, David sufrió un interminable dolor por su pecado: Perdió el trono de Israel en las manos de
su hijo rebelde Absalón. Fue buscado como un animal salvaje por el ejército de Absalón. Tuvo que huir al desierto ante la persecución
del hijo que tanto había amado. Y lloró inconsolablemente cuando Absalón fue asesinado. David sabía que todo esto pudo haber sido
evitado. Cada evento doloroso fue un agonizante recuerdo de las consecuencias del pecado. Expresó su interminable dolor en los
Salmos, escribiendo que su alma estaba en constante tormento, que fue sumido en confusión, que su reposo fue una cama de
lágrimas. El exclamó en agonía, Dios, ¿por qué me has abandonado? Y gimió en temor, Espíritu Santo, no te apartes de mí. La
severidad de la convicción de Dios trajo a David al mismo límite de su sanidad.

4. Si usted continúa en pecado, experimentar un constante agotamiento de paz y fuerza.

David escribió: Mi vida se va gastando de dolor y mis ojos de suspirar; se agotan mis fuerzas a causa de mi maldad y mis huesos se
consumen (Salmo 31:10). Como un agujero en el depósito de aceite de su automóvil, su pecado lentamente consumirá todos sus
recursos. Su paz, gozo y fuerzas literalmente desaparecerán por completo. David confesó: Nada hay sano en mi carne a causa de tu
ira; ni hay paz en mis huesos a causa de mi pecado (Salmo 38:3). Él estaba diciendo: Todas mis fuerzas se han ido a causa de mi
pecado. Todo mi cuerpo está debilitado debido a lo que he hecho. Mi iniquidad simplemente no me permite descansar. David estaba
experimentando las flechas penetrantes de Dios. Escribió: Tus saetas cayeron sobre mí, y sobre mí ha descendido tu mano (Salmo
38:2). De esta manera le fue enseñado a este amado siervo el temor de Dios. Y parte de su dolorosa lección fue la perdida de la Paz
del Señor. David exclamó: Él debilitó mi fuerza en el camino; acortó mis días (Salmo 102:23). Conozco cristianos que han mantenido
sus vidas en amarga confusión debido a que continúan consintiendo su pecado. Estas almas vacías están siempre deprimidas, débiles,
con problemas, sin saber a donde van. También conozco otros que no pueden permanecer tranquilos debido a su pecado.
Constantemente ocupados, trabajando, nunca entrando en el reposo del Señor. No importa quién eres, si guardas un pecado en
secreto, experimentarás continuos disturbios en tu vida, tu hogar, tu familia y tu trabajo. Toda cosa que toques estará fuera de su
apropiada condición. Empezarás a sentirte más y más cansado, confundido, agitado por interminables preocupaciones y temores. Y
toda tu paz y fuerza se irán de ti.

5. Si tú continúas en pecado, perderás tu utilidad en el Reino de Dios.

He visto hombres poderosamente usados por el Espíritu que más tarde fueron sacados por Dios de sus ministerios. El Señor les dijo:
simplemente, Hijo, lo siento. Te amo. Te perdono y mi misericordia te alcanzará, pero, no te puedo usar así. Esta es una de las cosas
más terribles que me puedo imaginar. Esto le pasó al Rey Saúl. La Biblia nos dice: Entonces Samuel dijo a Sal: Locamente has
actuado; si hubieras guardado el mandamiento que el Señor, tu Dios, te había ordenado, el Señor habría confirmado tu reino sobre
Israel para siempre. Pero ahora tu reino no será duradero. El Señor ha buscado un hombre conforme a su corazón, al cual ha
designado para que sea príncipe sobre tu pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que el Señor te mandó. (1 Samuel 13:13-14).
Qué terribles palabras. Dios le dijo al rey, Saúl: tú podrías haber tenido continuamente mi bendición sobre tu vida. Yo estaba
dispuesto a establecer tu reino en Israel para siempre. Tenía grandes planes para ti, planes para usarte poderosamente. Pero tú no
pudiste tratar con tu pecado. En cambio, fuiste a ser cada vez más duro de corazón. Así que, ahora, yo me separo de ti.
Inmediatamente el Espíritu de Dios dejó al rey, y desde ese momento Saúl ya no fue más útil para el reino. Desde ese instante en
adelante cada cosa que Saúl hizo fue en la carne. En estos últimos años, hemos visto que el Espíritu de Dios obrando fuertemente en
contra de ministerios de pastores carnales, evangelistas y predicadores de la TV. Dios removió su bendición de ellos repentinamente,
causando la decadencia de su trabajo ante los ojos del mundo. Y ahora mismo Dios está listo para decirles a otros que ya no serán
más tiles para su Reino. Pienso acerca de profesores en las escuelas que se deleitan en quitarle a sus estudiantes la fe que poseen. El
espíritu de muchos estudiantes se ha secado y se han vuelto falsos, vacíos y sin fruto. Sus metas son solo escapar del infierno. Así es
como termina todo cuando usted continúa en pecado: se torna estéril y sin frutos, y sin ningún provecho para el Reino de Dios.

Hay Buenas Noticias para Nosotros

¿Está el Señor tratando ahora mismo con su pecado? ¿Ha lanzado a su corazón, flechas de convicción, causándole que se sienta
culpable de su pecado? No tenga temor, eso es don de Dios. Él está plantando Su divino poder en usted, enseñándole, "Solamente a
través de mi santo temor te apartarás de tu pecado”. Una vez que se ha convencido de la maldad de su pecado, debes estar listo
para el fortalecimiento del Espíritu Santo. El libro de los Hechos de los Apóstoles nos dice: Entonces las iglesias tenían paz por toda
Judea, Galilea y Samaria; eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo
(Hechos 9:31). De la manera como estos cristianos del primer siglo caminaron en el temor del Señor, recibieron la fortaleza del
Espíritu Santo. Entonces, ¿qué es lo que significa andar en el temor del Señor? Significa recordarse a sí mismo, de sus advertencias.
Significa permitirle al Espíritu llegar a su corazón con su convicción, poniendo al descubierto sus pecados, y sacarlos fuera de usted. Al
hacer esto, Él está poniendo las bases para que se cumplan en usted cada una de las promesas del nuevo pacto de Dios. Entonces,
cuando el temor de Dios tome control de su vida, se espantará del peligro y consecuencias del pecado. Y usted caminará cada día en
este temor santo. Finalmente verás que Dios ha sido misericordioso mientras trabaja en usted, haciendo lo que Él ha prometido,
libertándolo del dominio y la esclavitud del pecado.

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