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Afinidad y Diferencias Entre Los Sofistas y Sócrates

Los sofistas enseñaban retórica y oratoria a cambio de dinero, promoviendo el relativismo moral y el escepticismo. Sócrates rechazaba estas posturas, creyendo que la virtud proviene del conocimiento y el vicio de la ignorancia. Usaba métodos dialécticos como la mayéutica para guiar a otros hacia la verdad a través de preguntas.

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Afinidad y Diferencias Entre Los Sofistas y Sócrates

Los sofistas enseñaban retórica y oratoria a cambio de dinero, promoviendo el relativismo moral y el escepticismo. Sócrates rechazaba estas posturas, creyendo que la virtud proviene del conocimiento y el vicio de la ignorancia. Usaba métodos dialécticos como la mayéutica para guiar a otros hacia la verdad a través de preguntas.

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Afinidad y diferencias entre los sofistas y Sócrates

La filosofía ha pasado por varias etapas a lo largo de su historia, y una de ellas es el


periodo antropológico llamado también filosofía del hombre. En esta etapa, el ser
humano abandona por un momento todas las preguntas acerca del origen del universo y
de la naturaleza, y pone su centro de atención en el discurso racional sobre sí mismo.
Este razonamiento se vio influenciado en parte por la poca satisfacción de las
reflexiones de los presocráticos en su búsqueda del arjé, debido a que no ofrecían una
conclusión satisfactoria; también por los cambios políticos y económicos en Atenas en
el siglo V a.C y por el sistema democrático instaurado por Pericles en Atenas, la cual
daba posibilidad a una participación directa por parte de los ciudadanos.

Todos estos acontecimientos hicieron posible la aparición de los sofistas, que en un


primer momento el término “sofistas” se traducía como “sabios”, el cual fue cambiando
con el tiempo para dar lugar al término “engañador”. Ellos eran extranjeros viajeros y
cultos que conocían varias formas de pensar y vivir, presentándose así, como “maestros
de la virtud”. Ellos, dentro de Atenas, se dedicaron a enseñar el arte de la retórica y la
oratoria a los ciudadanos, con la finalidad de que ellos lograran dominar la palabra y
"poder convertir en sólidos y fuertes los argumentos más débiles” según Protágoras. Así
mismo, ellos emplearon un plan metódico para su enseñanza, la cual iba de la mano con
algunos libros redactados por ellos mismos. El hecho de cobrar dinero por las
enseñanzas que impartían, logró generar rechazo por parte de los aristócratas.

El pensamiento de los sofistas se caracterizó por el subjetivismo, escepticismo,


relativismo moral y el convencionalismo. El subjetivismo aceptaba a todas las verdades
como válidas, alegando que esto no dependía del objeto, sino del sujeto. El escepticismo
consistía en dudar de la verdad objetiva, debido a que el entendimiento del ser humano
era limitado. El relativismo moral por otra parte, no aceptaba una verdad universal y
aseguraba que algo podía ser bueno de acuerdo a su utilidad. El convencionalismo
considera que las leyes no son eternas ni universales, pues varían de acuerdo a cada
cultura, la cual puede haber sido creado por acuerdos convencionales.

Entre sus principales representantes tenemos a Protágoras de Abdera y Gorgias de


Leontini. Protágoras por su parte era uno de los consejeros más importantes de Pericles,
el cual le mandó a escribir la Constitución de Turios, donde se estableció la educación
pública obligatoria. La frase “homo omnium rerum mensura est” (el hombre es la
medida de todas las cosas) dicha por Protágoras deja una interrogante al momento de
distinguir si la palabra “hombre” hace referencia a lo individual o colectivo. Es por ello
que si se lo tomará como un sentido individualista, se estaría hablando de un
individualismo radical. En un enfoque colectivo, podría hacer referencia a un grupo
social o al hombre como humanidad. Por lo que en algunas situaciones, se le considera
al hombre como regulador de la verdad. Dentro de todo lo realizado por Protágoras, el
aporte más significativo fue el proponer el problema del conocimiento.

En el caso de Gorgias, fue destacado por el gran manejo que tenía acerca de la retórica
entre todos los sofistas. El pensamiento que tenía acerca del escepticismo era más
radical, en donde mencionaba que no existía la entidad del bien y del mal, de lo
verdadero y lo falso. Esto se puede comprobar en la frase “No existe realidad alguna, si
existiera no podríamos conocerla, y si la conociéramos no podríamos comunicarle”,
puesto que no está comprobado una conexión directa entre nuestra mente y el mundo
real, y esto se puede observar al momento de soñar, ya que muchas de esas cosas no
siempre son reales.

Sócrates, uno de los mayores filósofos de todos los tiempo, más conocido por su frase
“Sólo sé, que nada sé” rechazaba el relativismo y escepticismo de los sofistas y
reconocía en sí mismo la ignorancia. Debemos recordar además, que su filosofía se
transmitió oralmente, por lo que una de las formas que tenemos para saber de él y su
postura es a través de los libros escritos por sus discípulos, como el caso de Platón. Por
otro lado, Sócrates no compartía con los sofistas el hecho de cobrar por enseñar puesto
que para él lo más importante era educar continuamente al hombre para que busque el
bien. Su postura estaba basada en el intelectualismo ético, el cual consideraba que quien
hace el mal, es porque ignora que es el bien, y en caso se lo mostráramos trataría de
corregir su error. Nos decía también que “es preferible sufrir una injusticia antes que
cometerla” puesto que sufrirla no haría daño a nadie, pero al cometerla sí.

El método socrático era un método dialéctico que tenía dos momentos, la ironía
refutativa y la mayéutica. Su aporte más significativo fue la mayéutica, un método
inductivo, que consistía en “parir ideas” a través de preguntas lógicas. El objetivo de
Sócrates era crear un conocimiento más compacto a partir de lo que ya se conoce,
sosteniendo que la virtud es el conocimiento y que el vicio es la ignorancia. Es por eso
que el busca a través de las palabras conseguir el conocimiento, entendiendo así por
alma al conocimiento, la cual será nuestra mayor virtud y la educación nuestra mayor
aliada.

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