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Telesca, Ignacio. El Debate Dominguez-Barret. Revista Paraguaya de Sociologia. Año 49. Num. 141.

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Sociedad, Estado e Identidad en el Paraguay revistQ Publicacién de Ciencias Sociales para América Latina paraguaya de Centro Paraguayo de Estudios Sociolégicos Afio 49 - N° 144 Id Enero-Junio 2012 Director Domingo M. Rivarola Consejo Editorial Oscar Serafini « Miguel Ange! Verdeccnia « Herib Caballero Campos (UNA) « Carlos Moreira « Graziella Corvaian ConsejoConsultivo Werner Baer » Fernando H. Cardoso Francisco J. Delich « Rolando Franco Jorge P. Graciarena e Eric J. Hobsbawn Enrique V. iglesias » José Matos Mar Magnus Mérner « Claudio de Moura Castro German Rama « Ernesto Schiefelbein Rodolfo Stavenhagen « Alain Touraine « Gabriel Valdez Jorge E. Hardoy (+) Marshall Wolfe (+) © Centro Paraguayo de Estudios Sociolégicos (CPES) Editor Técnico: Rubén Riveros Tapa: lise Sirvent imprenta: Ediciones y Arte S. A. Hecho el depésito que marca la Asuncién - Paraguay La Revista Paraguaya de Sociologia es una publicacién semestral editada por e! Centro Paraguayo de Estudios Sociolégicos con la finalidad de difundir los estudios relacionados con la realidad social, econémica y cultural del Paraguay en particular, asi como de los demés paises latinoamericanos, La Revista no se responsabiliza por los articulos y resefias publicadas con la firma de los autores. Asimismo, no devuelve los originales que le son remitidos, Las comunicaciones puaden ser remitidas al Centro Paraguayo de Estudios Sociolégicos. Eligio Ayala 973, Casilla de Correo N° 2.157. Teléfonos (695-21) 440-885 / 443 734 - Fax (595) (21) 446-617 e-mail: [email protected]. py. Asuncion - Paraguay. SBN: 978-99967-667-9-4 eS MUSEO ETNOGRAFIC. ‘O "DR. ANDRES | BARBERO" FUNDAGION | A PIEDAD Revista Paraguaya de Sociologia Publicacién de Ciencias Sociales para América Latina Editada por el Centro Paraguayo de Estudios Sociolégicos (CPES) in Memoriam Presentacion ..... HISTORIA Carlos Paz ZA quién insuitan los nativos? Lideres y liderazgos cuestionados en el marco de las misiones jesulticas del Gran Chaco. Siglo XVIII... Maria Laura Salinas La poblacién indigena en Paraguay segin @ encomienda ay Pusblos de indios. Segunda mitad del Siglo XVIII : Cs Eva Morales Raya La inmigracion y colonizacén en Paraguay en el period de entegueres (1870-1932) vista desde ios mensajes presidenciales ......... sees 88 Erasmo Gonzalez Las Fiestas Mayas en la Primera Década del Siglo XX (1900-1909)........... 81" Herib Caballero Campos ~Cémo honrar a los héroes? La metamorfosis del monumento a los h@roes de ASUNCION «0... cece cesses eessessesesnseessnneesaneesniessnnesnsnessncensrcsnneessaressnnesssees OD. Tomas Sansén Corbo Sociedad, Estado e Identidad en el | Paraguay Posblico en la visién de José Segundo Decoud......ss: Mary Monte de Lépez Moreira Mujeres constructoras de la nacién paraguaya cc... Roberto Céspedes Rufinelli Pueblos y personalidades indigenas en la nomenclatura de Asuncién (2008).. 155 AnaCouchonal Rehistorizar e! conflicto identitario moderno. Perspectivas en torno a la articulacion de un sujeto politico en Paraguay .... 173 DEBATES Liliana Brezzo “Vivimos en tiempo ds las mas grandes reivindicaciones. Las cartas privadas entre dos letrados paraguayos durante la primera década del Siglo XX. Gregorio Benites y Juan E. O'LEALY .......cssssseescssssssesesssnseesssssssaseeseeie 193 Ignacio Telesca El debate Dominguez: Barret implant sociales de la idea de “nacién mestiza" . 233 Lorena Soler La Revista Paraguaya de Socilogte. Campo, intelectuales y debates (1964-1991) . 243 ENERGIA Y DESARROLLO Christian Belt / Daniel Puentes Situacién de la Energia en el Paraguay «0. Afio 49- N° 141 Enero-Junio2012 Revista Paraguaya de Sociologia. Afio 49, N° 141 (Enero - Junio de 2012) pp.233/242 ELDEBATE DOMINGUEZ-BARRETT IMPLICANCIAS SOCIALES DELAIDEA Tras la Guerra contra la Triple Alian- Za el pais quedd/fue reducido a ruinas. Ruina aumentada por lo safia de los vencedores que permanecieron en el pais hasta 1876. No solo a nivel econd- mico 0 demografico el pais tuvo que resurgir, sino también a nivel identitario, del imaginario colectivo, de responder- se a la pregunta del ‘quiénes somos’. Natalicio Gonzalez lo ejemplifica claramente cuando en una breve bio- grafia de Juan E. O'Leary se referia a esos tiempos: “Y decian los aniquiladores: —Hemos civilizado a un pueblo barbaro; hemos derribado abo- minable tirania; hemos librado a la tie- tra de monstruoso autécrata”.® DE ‘NACIONMESTIZA" en MUSEO ETNOGRAFICO “DR. ANDRES | BARBERO" FUNDAGION| lA PIEDAD Ignacio Telesca? Los vencedores habian traido la civilizaci6n y el pueblo tenia que ‘rege- nerarse’. Asi se llamé el primer periddi- co no oficial del Paraguay, La Regene- racion, en cuyas paginas se esboz6 ei proyecto constitucional que luego seria aprobado en 1870. Dicho proyecto no pasaba de ser una copia del modelo argentino. Los primeros gobiernos intentaron subsanar la carencia de dinero a través de ventas de tierras publicas, lo que se llevé a cabo a partirde las luyes de 1883 y 1885, durante el gobierno de Bernar- dino Caballero (1880-1886). . En los afios siguientes hasta fines 1 Una primera versién de este texto fue presentado en el I Foro de Historia del Paraguay, septiembre 2012. on Investigadoradjunto del CONICET (Argentina), itelesca@conicet gov.ar;[email protected] Natalicio Gonzélez, Solano Lépez y otros ensayos, Paris, Editorial de Indias, 1926, p. 89. 234 del siglo, se vendio el 81.4% del territo- rio poseido por el Paraguay. Sin embar- go, de esta cantidad sélo el 0,6% fue a parar a manos campesinas, el resto a pocos empresarios, generandose enor- mes latifundios. Los ejemplos mas cla- ros son La Industrial Paraguaya, con 2.647.717 hectareas en la Region Orien- tal, y la empresa Carlos Casado con 3.150.000 hectdreas en la Regién Oc- cidental. Los principales beneficiados fueron empresas extranjeras y politi- cos de turno, y los perjudicados, la mayoria de la poblacién campesine (mas del 80% de la poblacién total).4 La entrada de dinero que implicé esta venta de tierras generé un cambic socioecondmico y politico sin igua! en el Paraguay. Coincide esto con el sur- gir de las nuevas generaciones nacidas durante o después de la guerra. El Colegio Nacional, creado en 1877, seré su lugar de educacién secundaria a lo que seguira la carrera de derecho en la Universidad Nacional creada en 1889. De esta manera, un despertar inte- lectual se experimenta en la ultima década del siglo XIX representado porla creacién del Instituto Paraguayo en 1895 y su Revista del Instituto Para- guayo un afio mas tarde. Estas nuevas generaciones pri- meramente pondran en cuestién la in- terpretacién histérica que las fuerzas vencedoras habian impuesto, reflejada Ignacio Telesca sin lugara dudas en la obra de Leopoldo Gomez de Teran y Préspero Pereira Gamba, Compendio de geografia e his- toria de! Paraguay, publicada por pri- mera vez en Asuncién en 1879. Con este texto se educaran muchas gene- raciones: para 1901 iba por su decimo- tercera edicién y seguia publicandose en 1920.5 Varios items serén puestos en duda. Cecilio Baez en La /lustracién Paraguaya del 31 de diciembre de 1888 recuperard al Dr. Francia como “el fun- dador de la nacionalidad paraguaya’, En esta misma linea se habia expresa- do también Juan de la Cruz Ayala en su texto “Un héroe olvidado” aparecido en el diario El Heraldo 14 de mayo de 1884, La obra de la Compafiia de Jestis también sera traida a la agenda. De lo que se trataba era de demostrar que ni los indigenas de las reducciones ha- bian formado parte de !a poblacian pa- taguaya, ni siquiera que los jesuitas se hayan basado en la cultura guarani para levantar su modelo. Manuel Do- minguez en una conferencia dada en el Instituto Paraguayo en 1897 sefiala que “la instruccién que debié la provin- cia del Paraguay a los jesuitas fue cero; la que le debieron los indios estuvo 10 bajo cero”. Tras criticar la soberbia de los jesuitas insiste en que “el nedfito que no habia aprendido castellano en 150 afios y si a odiar al espafol, volvié 4 — Confrontar Kleinpenning, Jan, Rural Peraguay, 1870 - 1963: a geography of progress, plunder and poverty, 2 Vol., Madrid-Frankfurt: Iberoamericana-Vervuert, 2009. 5 A mediados de 1889 entre los textos y utiles distribuidos a las escuelas publicas de la campafia se distribuyeron 252 “Geografia e Historia del Paraguay de Teran" a la primera seccidn; 253 a la segunda, 520 a la tercera y 723 a la cuarta, en total, 1748 ejemplares. Cfr. La Escuela Modema, Afio 1, n° 7, Asuncién, septiembre 1 de 1889, pp. 109-112. El debate Dominguez-Barrett al estado salvaje, se sepulté en ta espesura de la selva amada...”.° En este mismo afio Blas Garay publicaba en Madrid su célebre prologo a la obra de Nicolas del Techo, Historia de fa Provincia del Paraguay de la Compaiila de Jesus, conocido juego como “El comunismo de las Misiones de la Com- pafiia de Jess en el Paraguay’. En ella sostenia que la organizacién ideada por los jesuitas fue invencién delibera- da y exclusiva de la Compafiia no basa- da en la cultura guarani Sin embargo, el tema historiografi- co mas reflido sera el referido a la Guerra y a la figura de Francisco Sola- no Lopez. Ya en esos primeros meses de 1898 surge una disputa sobre la persona del Mariscal Lépez. E! director dela Escuela Normal Nacionai de Maes- tros, Francisco Tapia, se encontré con que los alumnos estaban comprando cuadernos que llevaban un retrato de Francisco Solano Lopez conjuntamen- te con una biografia del mismo. El director mand6 arrancar dichas hojas, lo que generé la reaccién de los alum- nos y de la prensa, siendo precisamen- te Blas Garay quien saliese a favor de los alumnos, “para que a los paragua- yos se les ensefie a ser paraguayos” (publicado en La Prensa, dirigida por Garay, el 25 de marzo de 1898). Un tema es importante no perder de vista, Si bien las interpretaciones de 238 Manuel Dominguez, Blas Garay y Juan E. O'Leary se convertiran luego en las hegeménicas, no significa esto que fueran las unicas existentes. Moisés Bertoni, por ejemplo, en ese mismo 1898 pronunciaria una con- ferencia en el Instituto Paraguayo so- bre el campesinado paraguayo, y tras disentir con los criticos de las misiones jesuiticas enfatiza que “el misionero salvaba a toda una raza buena e inteli- gente y se valla de ella para formar casi un estado, una nacién civilizada’.” EI mismo Blas Garay recibe una critica no muy auspiciosa en las pagi- nas de la Revista del Instituto Paragua- yo de sus obras Compendio Elemental de la Historia del Paraguay y La Revo- lucion de la Independencia de! Para- guay. Aunque se !e reconoce el caréc- ter de ‘novedoso’ justamente por eso se lo considera impropio para ser utiliza- dos en el ensefianza.® Lo mismo ocurtira con el Paraguay de los Lopez y en especial con la Guerra contra la Triple Alianza. Dos posiciones se veran enfrentadas en la contienda intelectual y periodistica que sostuvieron Cecilio Baez y Juan E. O'Leary desde octubre de 1902 hasta febrero de 1903? Esta polémica tuvo un alta recep- cion entre la poblacion y pronto comen- 6 Manuel Dominguez, *2* Conferencia’, en Revista de/ Instituto Paraguayo, afio|, nro. 10, 1897, pp. 217-270, cita de las paginas 223-225, 7 Moisés Bertoni, “Cuarta Conferencia del Instituto Paraguayo’, en Revista de/ Instituto Paraguayo, Afio ll, nro. 11, 1898, pp. 184-203, cita de la pagina 185. 8 — Revista del Instituto Paraguayo, Afto |, n° 7, 1897, p. 53. 9 Para un analisis de la misma ver Liliana Brezzo, “En el mundo de Ariadna y Penélope: hilos, tejidos y urdimbre del nacimiento de la historia en e! Paraguay’, en Cecilio Baez y Juan E. O'Leary, Polémica sobre la historia de! Paraguay, Asuncién, Tiempo de Historia, 2011, 2° ed., pp. 13-65, 236 Ignacio Telesca zaron a aparecer manifestaciones en favor de uno y de otro y cartas de adhesiones desde el interior de la Re- publica. “La sociedad paraguaya toda se conmovié en sus cimientos. La agi- tacién cundié hasta los ultimos confi- nes de la republica. Las discusiones se prolongaron al hogar, donde el padre con el hijo y los hermanos entre si se entregaron a asperas disputas. En los cafés los concurrentes defendian sus ideas a botellazos, con tazas y sillas. Grandiosas manifestaciones populares recorrieron las calles, aclamando a uno u otro bando, a uno u otro de los polemistas”."° Lo que estaba en juego en esta polémica no era una mera cuestion historiografica sino de cémo compren- der el Paraguay y qué modelo de esta- do construir. O'Leary insistira en consi- derar al tiempo de los Lopez como el momento de apogeo de la nacidn, la edad oro del Paraguay. A estas disputas historiograficas y sobre una nueva conformacién so- cioeconémica y estatal se le afiadira también otra sobre la identidad. A la pregunta sobre el Paraguay se la com- plementara con la cuestién sobre el ser paraguayo. Un paso en este devenir sera el que se inicie alrededor de la idea de ‘raza superior, muy en boga en los circulos cientificos del momento, tanto en Europa como en América. El interlo- cutor de este pensamiento en Para- 10 Gonzalez, idem, p. 108. guay sera Manuel Dominguez (1868- 1935) quien sostendra a principios de siglo XX que el Paraguay es una nacién mestiza, aunque bianca, ‘blanca sui generis’. En si, ei disparador fue el comprender por qué el soldado para- guayo habia luchado con tanto valor durante la guerra y por tantos afios. El 29 de enero de 1903 Dominguez, sien- do vicepresidente de la Republica, dic- ta una conferencia en el Instituto Para- guayo titulada justamente “Causas del heroismo paraguayo”. Esta conferen- cia tiene que ser vista dentro de la polémica entre Baez y O'Leary, aunque el autor no haga referencia explicita ala misma En ella su intencién no era otra sino probar que “el paraguayo era supe- rior al enemigo”. La justificacién central sera que el Paraguay fue colonizado por la mas alta nobleza de Espafia quien junto con el valiente guarani dio origen al mestizo “que no era el de otras partes, Aquel mestizo en la cruza se fue haciendo blanco, a su manera, blanco sui generis en quien hay mucho de espafiol, bastante de indigena y algo que no se encuentra 0 no se ve ni en el uno ni el otro”." Este indigena se remonta a! del siglo XVI. Una vez que se dio esa primera mezcla, desaparecen de fa con- formacién poblacién. Se cuestionaba el mismo Dominguez si la raza para- guaya “no estaba o no esta llamada a alcanzar las cumbres a que sdlo llegan las razas muy superiores”."? 11 Manuel Dominguez, “Causas del heroisme paraguayo”, en Revista de! instituto Paraguayo, Afio 4, n° 32, 1903, pp. 643-675, cita de las paginas 646-647 12 Ibidem, p. 651 El debate Dominguez-Barrett Esta concepcién racista pondra de manifiesto con la aprobacion de la Ley de Inmigracién el 6 de octubre de 1903; en su articulo 14 establece que en ninglin caso se expediran certifica- dos 0 pasajes de inmigrantes a favor de individuos de las razas amarilla y ne- gra. Ya el afio anterior, ei 28 de julio de 1902, el consul del Peri Carlos Rey de Castro habia dictado una conferencia en el mismo Instituto sobre “Las clases rurales del Paraguay”. Se publico ese mismo afio en la misma Revista def Instituto y al afio siguiente en forma de folleto con prélogo precisamente de Manuel Dominguez. Rey de Castro, primeramente diferenci a entre “los elementos salariales y los elementos ruraies"® para concen- trarse en los segundos. Su punto de partida seria casi similar al que luego utilizara Dominguez: no podia conjugar el consul peruano fos “conceptos depri- mentes” que escuchaba normalmente con el hecho que el Paraguay haya sido “uno de los paises mas adelantados de la América del Sur’."* Ademas, sefiala- ba Rey de Castro, su experiencia en las escuelas, talleres y cuarteles le indica- ba que los prejuicios estaban errados por lo que decide aventurarse al interior. 237 A partir de dicha experiencia re- dacta su escrito, que con ribetes cien- tificos sera una loa al campesinado paraguayo. Interesante es notar que la primera caracteristica que nota es la homogeneidad que reina en el Para- guay debida al “sello de la raza guara- ni”, presente y viva en al sociedad." En otro pasaje afirmara: “...la raza guarani se ha perpetuado en el Paraguay, trans- mitiendo a las nuevas generaciones su alma colectiva...”.'° Lo mismo afirmaba Moisés Bertoni, pero este punto no sera tenido en cuenta por Dominguez, para quien el paraguayo era fruto del mestizaje de antafio."” Tras ir analizando diversos aspec- tos del campesinado paraguayo con- cluye Rey de Castro su conferencia, caracterizando al Paraguay “con una raza homogénea, con una democracia perfectamente sdlida; con una clase tural amante de sus suelo y de su patria... activa, inteligente y honrada... dispuesta a prestar su concurso a cuan- to signifique un bien para el pais; vale- rosa y abnegada.® No desconoce Rey de Castro que el campesinado sufre la explotacion, o mejor dicho, el fraude de los interme- diarios por lo cual no pueden terminar de librarse de sus deudas. Sin embargo nuestro autor alaba la resignacién del 13. Carlos Rey de Castro, Las clases rurales de! Paraguay, Asuncién, Kraus, 1903, con prélogo de Manuel Dominguez, p. 2 14 Ibidem, p. 2. 15. Ibidem, pp. 6-8. 16 Ibidem, p. 27. 17 Sobre el tema del mestizaje ver Ignacio Teiesca, “Paraguay en el centenario: la creacion de la nacion mestiza’, en Historia mexicana, v. 60, nro.t (237), 2010, pp. 137-195 18 Rey de Castro, idem, p. 46 238 Ignacio Telesca campesinado y los felicita ya que aun- que sean “victimas propiciatorias de la expoliacion, no acaban por abandonar el trabajo y lanzarse en locas aventu- ras"? : Esta imagen bucdlica sera conti- nuada por Dominguez. Ya mismo en la introduccién a la obra de Rey de Castro ilama la atencién sobre “la igualdad democratica que reinaen el Paraguay”? Incluso Dominguez, en la conferencia que él mismo brindara ese afio, en ei mismo Instituto Paraguayo, dira que en Paraguay “no hay clases opresoras ni oprimidas”.”" Insistira que la raiz de este actuar se halla en la conformacién misma de la raza. El campesino, y qued6 mas que demostrado en ia gue- rra, diré Dominguez, se caracteriza por el sufrimiento: “sufrir callado, estoicis- mo puro, esta es su regla de conducta’’, Este sufrimiento se ha de poner de manifiesto en los duros trabajos: “sdlo el paraguayo puede con el pesado tra- bajo de los yerbales y del obraje. gDén- de recluta peones la Compafiia Matte Larangeira? En el Paraguay. Aquello revienta a cualquiera que no sea para- guayo”.22 Sin lugar a dudas, estas expresio- nes no son gratuitas ni ingenuas. Des- de que grandes empresas, como la industrial Paraguaya, Barthe Hnos, Matte Larangeira, entre otras, se hicie- ran con la totalidad de los yerbales que antes estaban en manos del estado, se dio en el Paraguay una explotacion sin 19 Ibidem, p. 45. 20. Ibidem, p. Vi igual de la mano de obra campesina e indigena Estas reflexiones, y omisiones, de Manuel Dominguez nos conducen a cuestionarnos sobre la relacion entre la idea de ‘raza paraguaya’, ‘nacién mes- tiza’ y la justificacion de un orden social marcado por un alto indice de explota- cién obrera-campesina. Que Domin- guez haya sido vicepresidente de la Republica cuando escribiera estos tex- tos no debe ser pasado por alto. La disputa que Manuel Dominguez y Ra- fael Barrett sostendran en 1910 nos presenta esta realidad en toda su cru- deza. Rafael Barrett denunciara con una serie de articulos aparecidos en el pe- riédico asunceno EI Diario en junio de 1908 (reimpresos en agosto, en Germinal, semanario dirigido por el mismo Barrett) que "15.000 paragua- yos son esclavizados, saqueados, tor- turados y asesinados en los yerbales del Paraguay, Argentina y Brasil”? Tras estas denuncias y otras respecto al terror politico vigente en ese afio es enviado al exilio a mediados de 1908 (el texto “Bajo el terror” salié publicado en el numero 11 de Germinal, del domingo 11 de octubre de 1908, Ultimo numero aparecido del semanario). Tras una breve estadia en Brasil se radica en Montevideo, pero regresa en marzo de 1909 de incégnito al Para- guay, radicandose en una estancia que 21 Manuel Dominguez, "Causas del heroismo’..., p. 662. 22 Ibidem, pp. 657-658 23 Rafael Barrett, E/ dolor paraguayo, Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1987, p. 152. El debate Dominguez-Barrett tenia su cufiado en el sur de la republi- ca, a pocos kilometros de la frontera argentina. Alli permanecié casi un afio, resguardandose del gobierno y de su enfermedad, la tuberculosis. Sus viven- cias las puso por escrito en un articulo periodistico aparecido el 21 de febrero de 1910 en EI Nacional de Asuncién: “Lo que he visto”. “Cada paraguayo, libre dentro de una hoja de papel constitucional, es hoy un miserable prisionero de un pal- mo de tierra’* La imagen pintada por Barrett en el texto contradice totalmen- te la delineada por Rey de Castro o Manuel Dominguez. De hecho, este ultimo le responde a Barrett en el mismo periédico con un articulo titulado “Lo que Barrett no ha visto”. Dominguez acusa a Barrett de mirar el campo a través de tos ojos de su enfermedad: “creyendo pintar al Paraguay sélo acierta a pintarse a si mismo”. La respuesta de Barrett sera aun mas dura con su texto “No mintais”, del 5 de marzo, en donde ataca las image- nes idilicas sobre la casa campesina, su trabajo, su comida, les cuestiona incluso la capacidad de hablar en nom- bre del pueblo, a quien no conocen. Por tal razén, es invita no a ir al campo, sino simplemente “id a vuestras casas, oh doctores, y alli encontraréis alguna sierva que os lava platos y lame vues- 239 tras sobras. Preguntadle cémo se ali- menta ‘el pueblo soberano' y cémo vive. Preguntadle por la salud de sus hijos, y si sus hijos pueden contestar. preguntadles quién fue su padre”. Dos dias mas tarde, Dominguez insiste en un tono personal: en su articulo “Distinguid” diferencia tres cla- ses de extranjeros que han llegado al pais, los sabios, los trabajadores, y los que no son niuno niotro, “ni ellos saben que son, a veces se llama criticos”. En clara alusion a Barrett. “La tercera cla- se, dice Dominguez, suele deshonrar- nos, sin querer, por el afan curioso de brillar en el papel. Finge saber lo que no sabe" 2” La disputa finaliz6 tras estos inter- cambios de articulos, pero Barrett con- tinuaba insistiendo en la explotaci6n del campesinado. En un texto en que comentaba la serie de articulos de Rodolfo Ritter en que negaba que en el Paraguay existiera una ‘cuestion so- cial’, ademas de insistir en ios sufri- mientos de los pobres en Paraguay afiade un aspecto que es importante no perder de vista. “Ni el gobierno civico ni el radical, diré Barrett, se ocuparon del asunto. 4Paraguayos esclavizados? iVaya novedad! E! patriotismo tiene otros negocios que atender”.* El patriotismo ya habia sido acidamente comentado desde las pagi- nas de Germinal (23 de agosto de 24 Ibidem, p. 54. (Los textos de Barrett han sido recogidos en esta publicacién de la Biblioteca Ayacucho). 25 Manuel Dominguez, “Lo que Barrett no ha vist 26 Rafael Barrett, E/ dolor... p. 176. en El Nacional, 22 de febrero 1910, p. 2 27 Manuel Dominguez, “Distinguid”, en E! Nacional, 7 de marzo de 1910, p. 2. 28 Rafael Barrett, El dolor..., p. 152; los textos aparecieron en EI Nacional a partir del 12 de marzo de 1910. 240 4908). En un texto firmado por H. Cam- pos Cervera se hacia referencia a los ‘patriotas’ que sélo buscaban sus inte- reses e ironicamente sefialaba que “en ningun pais de.la tierra existe tanto patriota como en el Paraguay. Asi se explica que sea el mas pobre y misera- ble”. Cuando Manuel Dominguez o Juan E. O'Leary se refieran a Barrett, tras su muerte, le achacaran precisamente su desconexién con la historia, con la patria y siempre comparandolo con Martin de Goycoechea Menéndez: “Y le faltaba también la facultad evocadora del pasado —dira Dominguez-, Para el amante de la energia humana, no exis- tia nuestra leyenda, donde esa energia se alz6 al rango de la epopeya”.* Juan E. O'Leary sera atin mas duro. En el prélogo a la obra de Goycoechea Me- néndez, Guaranies, acusara a Barrett de haber dejado como legado “las exa- geraciones sombrias de su pesimis- Ignacio Telesca mo, los cuadros tristes de lo que él llamaba ‘el dolor paraguayo”.°° Barrett morird a fines de 1910 y su denuncia social no tendra continuado- res inmediatos. Sin embargo, la dispu- ta, y la intervencién de Manuel Domin- guez en ella, nos sirven para compren- der y constatar que tras esa imagen de la raza paraguaya no sdlo se justifica una historia heroica sino también una situacién social de exclusién. Si a través del Estados se regla- mentaba el sistema laboral, desde el mundo intelectual se proporcionaba un fundamento ideolégico para seguir con el ‘suftir callado’. Una vez que las ideas de O'Leary y Dominguez se convirtie- ran en hegemonicas tras febrero de 1936, la distribucién de tierras seguiré tan desigual como a fines del XIX y la pobreza tan presente como tras la tragedia de la guerra, y el nacionalismo autoritario en su apogeo. 29 Manuel Dominguez, Estudios histéricos y literarios, Asuncidn, Editorial EMEDE, 1957, op. 193-194. 30 Martin Goycochea Menéndez, Guaranies: cuentos de los héroes de la selva, Buenos Aires, Revista Americana de Buenos Aires. Citado en Rafael Barrett, E! dolor..., p. 54 £1 debate Dominguez-Barrett 244 BIBLIOGAFIA Barrett, Rafael, E/ dolorparaguayo, Caracas, Bibjioteca Ayacucho, 1987, p. 182 Bertoni, Moisés. "Cuarta Conferencia del insti- tuto Paraguayo’, en Revista del Instituto Para- guayo, Afio ll, nro. 11, 1898, pp. 184-203 Brezzo, Liliana. “En el mundo de Ariadna y Penélope: hilos, tejidos y urdimbre del naci- mientode la historia ene! Paraguay’, en Cecilio Baez y Juan E. O'Leary, Polémica sobre la historia de! Paraguay, Asuncién, Tiempo de Historia, 2011, 2ed., pp. 13-66. Castro, Carlos Rey de. Las clases rurelesde! Paraguay, Asuncién, Kraus, 1903, con prélogo de Manuel Dominguez, p.2. Dominguez, Manuel. "Causas del heroismo Paraguayo, en Revista del institute Paragua- yo, Afio4, n° 32, 1903, pp. 643-675 Dominguez, Manuel, ‘Distinguid’, en E/Nacio- nal, 7 de marzo de 1910. | MUSEO ‘DR. AND, lela FUNDACION LA PIEDaD Dominguez, Manuel. Estudios hist6ricos ytite- rarios, Asuncién, Editorial EMEDE, 1957, Dominguez, Manuel“2*Conferencia’, en Re- vista del Instituto Paraguayo, afio |, nro. 10, 1897, pp. 217-270, citadelas paginas 223-225, Goycochea Menéndez, Martin. Guaranies: cuentos de los héroes de la selva, Buenos Aires, Revista Americana de Buenos Aires. Gonzalez, Natalicio, Solano Lépez yotros en- sayos, Paris, Editorialde Indias, 1926 Kieinpenning, Jan, Rural Paraguay, 1870 - 1963: a geography of progress, plunder and poverty, 2Vol., Madrid-Frankfurt: lberoameri- cana-Vervuert, 2009, Revista del Instituto Paraguayo, Afio |, n° 7, 1897. Telesca, Ignacio. "Paraguay en ei centenario: ia creacién de la nacién mestiza”, en Historia mexicana, v.60, nro.1 (237), 2010, pp. 137- 198. ETNOGRAFIC, RES BARBERGe

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